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jueves, 15 de octubre de 2015

Subversión: El grupo terrorista Montoneros

Un ejército para la Patria Socialista

Por Ceferino Reato | Perfil


A mediados de 1975, en pleno gobierno de la presidenta Isabel Perón, casi un año después de su retorno oficial a la lucha armada, Montoneros colocó en la mira también a los militares. Hasta ese momento se había concentrado en sus rivales dentro del peronismo: la “burocracia sindical” y los políticos de derecha; la Triple A, la Policía y los empresarios. Y había dejado a la guerrilla trotskista/guevarista del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) los ataques contra las Fuerzas Armadas por tres razones:

Los montoneros necesitaban tiempo para completar el retorno de sus militantes a la clandestinidad antes de lanzar una serie de “ofensivas militares tácticas”.

Todavía no habían decidido quemar los contactos que aún mantenían con algunos oficiales en actividad, en especial en el Ejército.
Había una tácita división de roles con el ERP, que se “especializó” en los ataques a cuarteles y en el foco rural con la instalación de un grupo guerrillero en los montes tucumanos a principios de marzo de 1974, en pleno gobierno de Juan Perón.
Además, la cúpula de Montoneros reforzó sus tendencias militaristas luego del fracaso de su Partido Auténtico en el debut en las elecciones para gobernador y vice en Misiones, el 13 de abril de aquel año: aliado a un partido local, sumó apenas el 10% de los votos.

A partir de agosto, la guerrilla peronista atacó primero a la Marina, luego a la Fuerza Aérea y, por último, al Ejército con un intento de copamiento al Regimiento de Infantería de Monte 29, ubicado en las afueras de la ciudad de Formosa, en la periferia del país.

El 22 de agosto, volaron la joya más valiosa de la Marina, la fragata Santísima Trinidad, la primera con misiles, que había sido construida con ayuda británica como parte de un acuerdo por 350 millones de dólares. Todos los pecados juntos: la fuerza militar más gorila aliada con los colonialistas que usurpan las Malvinas.

Seis días después, dinamitaron la pista del aeropuerto Benjamín Matienzo, de San Miguel de Tucumán, mientras despegaba un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea con 114 personas a bordo, casi todos gendarmes que regresaban a San Juan tras dos meses en la lucha contra la guerrilla. Cayó el avión, murieron seis gendarmes y fueron heridos otros treinta.

Pero la acción más audaz fue la Operación Primicia, el ataque contra el cuartel de Formosa, que marcó el debut del Ejército Montonero con sus grados y sus uniformes azules. El domingo 5 de octubre a la siesta, hace cuarenta años, secuestraron un avión de Aerolíneas Argentinas en pleno vuelo, coparon el aeropuerto de Formosa y, en simultáneo, atacaron el cuartel. Los soldados –cumplían el servicio militar, que era obligatorio– se resistieron; el combate duró media hora y hubo 24 muertos: 12 guerrilleros y 12 defensores del regimiento, entre ellos diez soldados; también murieron un subteniente y un sargento primero.

En el aeropuerto, los montoneros mataron a un policía. Los sobrevivientes del ataque huyeron en el Boeing 737-200 de Aerolíneas, que aterrizó en Rafaela, en una pista preparada por guerrilleros santafesinos.

Cuando todo había pasado, patrullas salieron del cuartel a la caza de guerrilleros y mataron a tres vecinos que no tenían nada que ver.
El objetivo principal de esas tres acciones fue demostrar que estaban en condiciones de crear su propia fuerza militar, como señaló en octubre de 1975 un documento titulado “Hacia la construcción del Ejército Montonero”, que afirmó que ya tenían “una experiencia que permite conducir acciones militares y paramilitares con la participación de cuadros y de miles de activistas. Nos proponemos ahora dar un nuevo salto: la construcción del ejército popular, el Ejército Montonero, que supere todas las experiencias anteriores del peronismo”.

Los montoneros tenían grandes expectativas en su flamante ejército. “Será el instrumento para la liberación nacional y la construcción de una patria justa, libre y soberana: la patria socialista”, prometía ese documento.



*Editor ejecutivo de Fortuna, autor del libro Operación Primicia.

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