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lunes, 11 de noviembre de 2013

PGM: Batalla de Amiens (1918)


La batalla de Amiens del 8 de agosto de 1918 
El hundimiento de la Línea Hindenburg

La batalla de Amiens, que comenzó el 8 de agosto de 1918, fue la fase inicial de la Ofensiva Aliada conocida como La Ofensiva De Los Cien Días que llevó en última instancia a la finalización de la Primera Guerra Mundial. Las fuerzas aliadas cubrieron más de siete millas (11,2 km) en el primer día, uno de los mayores avances durante la guerra. La batalla es también notable por los efectos sobre la moral en ambos bandos y el gran número de tropas alemanas que se rindieron. Esto llevó a expresar al general alemán Erich Ludendorff su famosa frase al describir este primer día de batalla como “el día negro del Ejército Alemán”. La de Amiens fue una de las primeras grandes batallas que involucraron blindados y marcó el fin de la guerra de trincheras en el Frente Occidental, la lucha se volvió de movimientos otra vez hasta la firma del Armisticio el 11 de Noviembre de 1918.

Preludio
El 21 de marzo de 1918 el Imperio Alemán había lanzado la Operación Michael, el primero de una serie de ataques planeados para hacer retroceder a los aliados a lo largo del frente occidental. Michael intentaba derrotar el ala derecha del Cuerpo Expedicionario Británico, pero la falta de éxito ante Arrás motivó el fracaso final de la ofensiva. Un esfuerzo final apuntó al pueblo de Amiens, un cruce ferroviario de vital importancia, pero el avance fue detenido por los australianos en Villers-Bretonneux el 4 de abril de 1918. Las siguientes ofensivas alemanas –Operación Georgette (9 de abril-11 de abril), Operación Blücher-Yorck (27 de Mayo), Operación Gneisenau (9 de Junio) y laOperación Marne-Rheims (15 de Julio-17 de Julio)- todas realizaron avances, pero fallaron en lograr una ruptura decisiva.

Al final de la ofensiva Marne-Rheims, el comandante supremo aliado, Mariscal Ferdinand Foch, ordenó una contraofensiva que condujo a la Segunda Batalla del Marne. Los alemanes, dándose cuenta de su posición insostenible, se retiraron del Marne al norte. Foch ahora trató de llevar a los aliados de nuevo a la ofensiva.

El Plan
Foch manifestó su plan el 23 de julio de 1918, siguiendo a la retirada alemana que se había iniciado el 20 de julio. El plan contemplaba la reducción de la saliente de Saint-Mihiel (que luego conduciría a la Batalla de Saint-Mihiel) y la liberación de las vías de ferrocarril que circulaban a través de Amiens.

El comandante del Cuerpo Expedicionario Británico, Mariscal de Campo Sir Douglas Haig, ya tenía en sus planes un ataque cerca de Amiens. Cuando hubo terminado la retirada inglesa en abril, los cuarteles generales del Cuarto Ejército Inglés del gral. Sir Henry Rawlinson se habían hecho cargo del frente a lo largo del Somme. Al norte del río se encontraba el III Cuerpo Inglés bajo el Teniente General Richard Butler, mientras que al sur del río estaba el Cuerpo Australiano, a las órdenes de Sir John Monash (el 30 de mayo de 1918 todas las divisiones australianas fueron unificadas bajo un solo comando de cuerpo, por primera vez en el frente occidental). Los australianos habían montado una serie de contra-ofensivas locales que demostraron tanto la factibilidad de operar en ese suelo abierto y firme para una gran ofensiva como el establecimiento de los métodos refinados de ataque que en más serían empleados.

Rawlinson había remitido a Haig las propuestas de Monash en julio y Haig las había enseñado a su vez a Foch. En una reunión el 24 de julio, Foch aprobó el plan, pero insistió que el Primer Ejército Francés, que sostenía el frente al sur del Cuarto Ejército Británico también participase. Rawlinson se había opuesto a esto debido a que su plan y el de Monash dependían del empleo de tanques en gran escala para lograr la sorpresa y hacer innecesario el bombardeo previo. El Primer Ejército Francés carecía de tanques y se vería forzado a bombardear las posiciones alemanas antes del avance de la infantería, anulando de esta manera el elemento sorpresa. Eventualmente, se acordó que los franceses participarían, pero lanzarían su ataque 45 minutos después del Cuarto Ejército. Se acordó también adelantar la fecha propuesta del ataque, del 10 de agosto de 1918 al 8 de agosto, para golpear a los alemanes antes de que terminen su retirada de la saliente del Marne.

Rawlinson ya había finiquitado sus planes en conversación con sus Comandantes de Cuerpo (Butler, Monash, Sir Arthur Currie del Cuerpo Canadiense y el Teniente General Charles Kavanagh del Cuerpo de Caballería) para el 21 de Julio. El Plan Final para el Cuarto Ejército involucraba a 1.386 cañones y obuses, constituyendo 27 brigadas de artillería mediana y 13 baterías pesadas, sumadas a la artillería de las divisiones de infantería. Había también 580 tanques.

Las tácticas habían sido probadas por los australianos en un contra-ataque local a la villa de Hamel el 3 de julio. Los defensores alemanes estaban profundamente atrincherados, y su posición tenía un muy ancho campo de tiro. Posiciones similares habían resistido la captura por dos meses en la Batalla del Somme. Los australianos habían empleado la sorpresa en vez de la fuerza en Hamel. La artillería había abierto fuego sólo en el momento que la infantería y los tanques avanzaron, y los alemanes fueron rápidamente arrollados.

Un factor clave del plan final era el secreto. No habría un bombardeo previo al asalto, solo fuego de artillería inmediatamente antes del avance de las fuerzas Australianas, Canadienses e Inglesas. El plan de fuego para la artillería del Cuarto Ejército había sido diseñado por el oficial de artillería más antiguo de Monash, el Mayor General C.E.D. Budworth. Los adelantos en las técnicas de artillería y en la fotografía aérea de reconocimiento hicieron posible obviar los “tiros de aproximación” que se empleaban para asegurar el fuego certero. Budworth había elaborado una tabla de alcances que posibilitó que cada posición individual alemana sea acertada a la “hora cero”, mientras que la barrera rolante precedería a la infantería. Este método era similar al Feuerwalze que los mismos alemanes habían empleado en su Ofensiva de Primavera, pero su efectividad fue aumentada gracias a la sorpresa lograda.

En una escala grande, los aliados habían movilizado exitosamente a un Cuerpo Canadiense de 4 divisiones hasta Amiens sin ser detectados por los alemanes. Un destacamento de dos batallones de infantería, una unidad transmisora y una estación de primeros auxilios habían sido enviados al frente cerca de Ypres para desinformar a los alemanes de que el Cuerpo entero se estaba moviendo al norte a Flandes. El Cuerpo no llegó completamente a sus posiciones hasta el 7 de Agosto. Para mantener el secreto, los comandantes aliados hicieron correr la noticia “Mantener las bocas cerradas” en las órdenes entregadas a sus hombres, y nunca emplearon la palabra“ofensiva”.

Preliminares
Aunque los alemanes estaban aún en su ofensiva a fines de julio de 1918, los ejércitos aliados aumentaban en potencia, a medida que más unidades americanas llegaban a Francia, y refuerzos ingleses eran transferidos desde el Mediterráneo. Los alemanes reconocieron a principios de agosto que sus fuerzas podrían ser obligadas a estar a la defensiva, aunque Amiens no era considerado un frente probable. Los alemanes creían que los franceses atacarían probablemente el frente de Saint-Mihiel desde el este de Reims, o en Flandes, cerca de Mount Kemmel, mientras que suponían que los ingleses atacarían ya sea en Lys y cerca de Albert. Los aliados de hecho habían montado una serie de contra-ofensivas locales en estos sectores, tanto para conquistar objetivos locales a fin de mejorar sus posiciones defensivas como para distraer la atención alemana del sector de Amiens. Las fuerzas alemanas empezaron a retirarse de Lys y de otros frentes en respuesta a estas teorías. Los aliados mantuvieron un fuego constante y similar de artillería y ataques aéreos a lo largo de sus varios frentes, movilizando tropas sólo por la noche, y simulando movimientos durante el día para enmascarar sus verdaderas intenciones.

El frente alemán al este de Amiens era sostenido por el Segundo Ejército al mando del general Georg Von Der Marwitz, con seis divisiones en línea (y dos encarando al Primer Ejército Francés). Había sólo dos divisiones en la reserva inmediata. Hubo alguna preocupación entre los aliados cuando el 6 de agosto la división 27 alemana atacó al norte del Somme en parte del frente que los aliados planificaban atacar dos días más tarde. La división alemana (una formación selecta y entrenada de Stosstruppen) penetró unos 730 metros en un frente de 2,4 kilómetros de ancho. El ataque fue hecho en represalia por las continuas incursiones de trinchera australianas al sur del Somme, que habían capturado muchos prisioneros y afectado la moral de las “divisiones de trinchera” alemanas estacionadas allí. La división alemana retrocedió algo de su posición original en la mañana del 7 de agosto, pero este movimiento obligó a algunos cambios en el plan aliado.

La Batalla
La batalla comenzó en una densa neblina a las 04:20 de la mañana el 8 de agosto de 1918. El 3er Cuerpo de Ejército inglés, encuadrado en el Cuarto Ejército de Rawlinson atacó al norte del Somme, el Cuerpo Australiano al sur del río y el Cuerpo Canadiense al sur de los australianos. El Primer Ejército francés a las órdenes del General Debeney abrió su bombardeo preliminar al mismo tiempo, y empezó su avance 45 minutos más tarde, apoyado por un batallón de 72 tanques livianos Whippet. Aunque las fuerzas alemanas estaban alertas, era principalmente en anticipación a una posible revancha por su incursión del día 6 y no porque habían averiguado del ataque aliado previamente planeado. Aunque ambos contendientes estaban a unos 400 metros unos de otros, el bombardeo con gas fue muy bajo, y el grueso de la presencia aliada permaneció desconocido para los alemanes. El ataque fue tan inesperado, que las fuerzas alemanas empezaron a responder el fuego luego de 5 minutos, y aún entonces, dispararon a las posiciones en que se hallaban los aliados al inicio de la batalla y hacía tiempo ya las habían abandonado.

En la primera fase atacaron 7 divisiones: las inglesas 18 (Eastern) y 58 (21 de Londres), las australianas 2da y 3ra, y las canadienses 1ra, 2da y 3ra. Los atacantes canadienses y australianos fueron apoyados por ocho batallones del Real Cuerpo de Tanques, con una fuerza teórica de 216 tanques Mark V y 72 Mark V-Star-, con 48 tanques sin armas empleados para transportes de suministros. Partes de la división americana 33 apoyaron a los atacantes ingleses al norte del Somme.

Los atacantes capturaron la primera posición alemana, avanzando unos 3.600 metros hacia las 7:30 de la mañana. En el centro, las unidades de apoyo que seguían a las divisiones de vanguardia atacaron el segundo objetivo unos 3,2 kilómetros más adelante. Las unidades australianas llegaron a su primer objetivo para las 7:10 am, las divisiones australianas 4 y 5 y la 4ta canadiense pasaron a través del orificio inicial en las líneas alemanas. La tercera fase del ataque fue encomendada a los tanques Mark V que transportaban infantería. Sin embargo, la infantería pudo llevar a cabo esta fase final sin ayuda. Los aliados penetraron bien en la retaguardia de las defensas alemanas y ahora la caballería continuó el avance, una brigada en el sector australiano y dos divisiones de caballería en el sector canadiense. El fuego de la fuerza aérea y de vehículos blindados evitaba la retirada ordenada y los posibles contra-ataques de los alemanes.

En el centro, las fuerzas canadienses y australianas avanzaron rápidamente, empujando la línea 4,8 kilómetros hacia delante desde su punto de partida hacia las 11 de la mañana. La velocidad de su avance fue tal que capturaron a un grupo de oficiales y miembros de estado mayor divisionario alemanes que se encontraban desayunando. Se perforo una brecha de 24 kilómetros en la línea alemana al sur del Somme para el final del día. Hubo menos éxito al norte del río, donde el Tercer Cuerpo británico tenía solamente un batallón de tanques de apoyo, el terreno era más difícil y la incursión alemana del 6 había dislocado algunos de los preparativos. Aunque los atacantes consiguieron su primer objetivo, fueron contenidos cerca de Chipilly, una densa ladera boscosa.

El Cuarto Ejército Británico tomó 13.000 prisioneros mientras que los franceses capturaron otros 3.000. Las perdidas totales alemanas se estimaron en 30.000 el 8 de agosto. Las bajas del Cuarto Ejército, infantería inglesa, australiana y canadiense, fueron aproximadamente 8.800, aparte de las pérdidas de tanques y aéreas y de los aliados franceses.

El Jefe de Estado Mayor Alemán, Paul Von Hindenburg recalcó que el empleo de la sorpresa y las destrucción por los aliados de las líneas de comunicación alemanas impidieron contra-ataques alemanes importantes, al aislar los puestos de comando. El general alemán Erich Ludendorff describió el primer día de Amiens como el “Schwarzer Tag des deutschen Heeres” (“El día Negro del Ejército Alemán”), no por el terreno perdido a los aliados, sino porque la moral de las tropas alemanas se había hundido al punto de que gran número de tropas empezaron a rendirse. En efecto, cinco divisiones alemanas habían sido capturadas. Los aliados empujaron, en promedio 11 kilómetros dentro del territorio enemigo para finales del día. Los canadienses ganaron 13 kilómetros, los australianos 11, los ingleses 3,6 y los franceses 8.

Combates posteriores
El avance continuó, aunque no con los espectaculares resultados del primer día. La infantería había sobrepasado a su artillería de apoyo y a la fuerza inicial de 500 tanques que jugaron un papel muy importante en el éxito aliado. Los alemanes en Chipilly dirigieron un ancho campo de fuego al sur del Somme, y su fuego de flanco retuvo a los australianos hasta bien tarde del 9 de agosto, cuando un pequeño destacamento australiano se deslizó a través del río, y capturó la localidad de Chipilly, en conjunción de un nuevo ataque del Tercer Cuerpo. En el frente canadiense, los caminos congestionados y problemas de comunicación impidieron a la división 32 inglesa empujar más adelante para mantener el ritmo del avance.

El 10 de agosto habían indicios de que los alemanes estaban retirándose de la saliente de la Operación Michael. De acuerdo a los reportes oficiales, los aliados habían capturado unos 50.000 prisioneros y 500 cañones para el 27 de agosto de 1918. Aún con ayuda blindada bastante disminuida, los ingleses penetraron 19 kilómetros en las posiciones alemanas para el 13 de agosto.

Conclusiones de la batalla
La batalla de Amiens fue un punto de inflexión fundamental en el desarrollo de la guerra. Los alemanes habían empezado la ofensiva con el Plan Schlieffen antes que la guerra se convirtiese en un combate de trincheras, la“carrera al mar” retrasó el movimiento en el Frente Occidental, y la Ofensiva Alemana de Primavera a comienzos de ese año de nuevo devolvió a Alemania su papel ofensivo en el frente Occidental. El apoyo blindado permitió a los aliados taladrar un orificio a través de las líneas de trincheras, debilitando las alguna vez inexpugnables posiciones atrincheradas. El Tercer Ejercito Británico, sin apoyo blindado casi no tuvo ningún efecto en la línea, mientras que, por ejemplo, el Cuarto Ejército con menos de 1.000 tanques penetró profundamente en territorio alemán. El comandante australiano John Monash fue nombrado caballero por el Rey Jorge V en los días que siguieron a la batalla.

El corresponsal de guerra inglés, Philip Gibbs remarcó el “efecto Amiens” en el desarrollo de la guerra, afirmando el 27 de agosto que “el enemigo… está en la defensiva” y “la iniciativa del ataque esta tan completamente en nuestras manos que somos capaces de golpearlo en muchos lugares diferentes”. Gibbs también otorgó a Amiens el crédito de un cambio en la moral, afirmando “el cambio ha sido mayor en las mentes de los hombres que en la ganancia de territorio. En nuestro lado, el ejército adquirió la enorme esperanza de acabar con esto rápidamente”, y que “hubo un cambio también en la mentalidad del enemigo. Ya no tienen mas la más mínima esperanza de victoria en este frente occidental. Todo lo que esperan es poder defenderse a ellos mismos por el tiempo suficiente para ganar una negociación de paz.”

Soldados australianos entrenándose con fusiles ametralladores Lewis


Pinturas del ataque australiano a la Línea Hindenburg

La artillería australiana haciendo fuego

Soldados avanzando

Australianos en las trincheras de la Línea Hindenburg

Fuente: Rafael Mariotti

1 comentario:

  1. Fueron los blindados la "carta ganadora" de los aliados y el medio que les permitió romper el estancamiento en el campo de batalla que provocaban los cañones de retrocarga y tiro indirecto y las ametralladoras. Dado su retraso en desarrollar esta arma, el ejército alemán estaba irremisiblemente perdido, al contrario que lo que afirman algunos respecto a que los alemanes nunca fueron derrotados por completo en la Gran Guerra. Que aprendieron bien la lección y estudiaron mejor que sus vencedores el potencial de esta nueva arma, es ya otra historia, pero en 1918 su inferioridad tecnológica los condenaba.

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