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domingo, 28 de agosto de 2016

Conflictos americanos: El conflicto de Leticia (1932/3)

Conflicto de Leticia


Fue un conflicto relativamente pequeño, el cual fue generado en gran medida por la ambición del caucho (La Siringa) la cual había sido explotada por una época muy larga por la familia de peruanos del señor Arana, los cuales cometieron una enorme cantidad de atropellos y actos inhumanos contra la poblaciones aborígenes de la región, en otras palabras Hitler y el régimen nazi quedaron en pañales ante los actos de esta gente. Algunas fuentes hablan de hasta el exterminio del 90% de la población de la región. 




Curtiss Falcon colombiano
 
Junkers 52 


En todo caso, el conflicto fue provocado por la acción de civiles peruanos que tomaron Leticia el 1 de septiembre de 1932. Para entonces la fuerza militar de Colombia estaba muy pobremente equipada. Se debió implementar un plan de emergencia para comprar aviones y buques para hacer frente a la amenaza. Sólo hubo dos acciones importantes en el conflicto, Guepi y Tarapacá, en donde las guarniciones peruanas fueron desalojadas. El Perú iba a enviar una importante fuerza de tropas a la región, pero su presidente fue asesinado (Sanchez Carrión). Después de una intermediación de la Sociedad de la Naciones se llegó a un cese del fuego (en mayo de 1933) en el que se devolvió el territorio en litigio a Colombia (en 1934).

1.- La guerra moderna es un fenómeno entre Estados, el conflicto ocurrido con Colombia en 1932 obedeció a una "iniciativa privada" de unos civiles loretanos quienes se creían perjudicados por los límites fijados el Tratado limítrofe Salomón Lozano, estos fueron los que ocuparon la localidad colombiana de Leticia y enfrentaron la mayoría de las acciones militares. 
2.- El Estado peruano se vio sorprendido por esta actuación privada, el dispositivo militar en la zona limítrofe con Colombia era mínimo y no estaba preparado para enfrentar un conflicto internacional. 
3.- Por esas fechas gobernaba el Perú una dictadura encabezada por el Coronel Sánchez Cerro, quien había tomado el poder derrocando al Pdte. Leguía, el cual había suscrito el Tratado Salomón-Lozano. Este dictador enfrentó una disyuntiva: o hacía cumplir el tratado internacional (la posición histórica del Perú durante todo el siglo XX), se enfrentaba a la población de Iquitos (con el riesgo de una guerra civil) y presentaba sus excusas al gobierno de Colombia (que era lo que correspondía) o se subía al carro de la iniciativa privada de los loretanos y enfrentaba una guerra con Colombia. 
Lamentablemente, optó por esto último . 
Hacía unos meses -julio de 1932- esta misma dictadura había enfrentado una sublevación aprista en la ciudad de Trujillo (al norte del Perú) y había desplazado a esa región a la mayoría de las tropas y de material bélico del que disponían las fuerzas armadas peruanas. 
Igualmente se habían producido una serie de sublevaciones en buques de la Armada Peruana (en mayo de 1932), los cualés fueron develados a sangre y fuego. 
El Crnel. Sánchez Cerro eligió incumplir un tratado internacional suscrito por el Perú y tratar de corregir las contradicciones internas de su régimen con el ropaje del nacionalismo, es decir, algo parecido a lo que hizo la dictadura argentina en 1982, con la diferencia de que aquí no había ninguna legitimidad en la ocupación por civiles loretanos de la localidad colombiana de Leticia, pues ya existía un tratado entre nuestros países, el cual rige hasta la actualidad. 
Al tener un dispositivo militar mínimo en la región, el Gbno. de Sánchez Cerro ordenó movilizar las tropas y a la escuadra. 
En el interín y debido a los desmanes producidos por turbas en contra de la Legación Diplomática de Colombia, el gobierno colombiano dejó de lado la alternativa diplomática (entiendo que hubieron varias iniciativas para poner fin a este conflicto, incluso intervino la Sociedad de las Naciones) y ordenó a una fuerza expedicionaria encabezada por el General Alfredo Vásquez Cobo, compuesta por varios transportes armados que retome por la fuerza las localidades colombianas. 
Es aquí que se produjo la batalla de Güepi, en donde la citada fuerza expedicionaria retomó esta localidad. 
Lamentablemente este conflicto ha sido casi olvidado en elPerú y digo lamentablemente porque este hecho sirve para recordar que el cumplimiento de los tratados internacionales -gusten o no- son la base para la paz y que cualquier aventura bélica que no respete la legalidad internacional es sumamente irresponsable. 
Actualmente, sólo en Loreto se recuerda dicho conflicto y en el local de la Municipalidad de Iquitos se encuentran la bandera colombiana y el escudo capturados durante la toma de la localidad colombiana de Leticia por estos civiles loretanos. 
Cabe destacar que las tropas peruanas demoraron muchos meses en llegar a la zona del conflicto y cuando llegaron ya se había producido -afortunadamente- una salida diplomática a este sorprendente conflicto, es por eso que como hecho más destacable por el lado peruano, está el desplazamiento de la escuadra en tres fuerzas operativas: una en el Pacífico, otra en el Atlántico y otra en el Amazonas. 
El buque insignia BAP Grau encabezaba la fuerza operativa del Atlántico, junto con los submarinos R-1 y R-2. 
Luego de la toma de Güepi por tropas colombianas, se ordenó reforzar la fuerza avanzada del Atlántico con el crucero BAP Lima, el cazatorpedero BAP Teniente Rodríguez y los destructores BAP Almirante Villar y BAP Almirante Guise (adquiridos a Estonia). Esta fuerza tenía la misión de hostilizar la costa colombiana en el Caribe, detener el tráfico marítimo colombiano y atraer a la aviación de ese país, aliviando las operaciones en la amazonía, para luego penetrar posteriormente en el Amazonas para desalojar a las fuerzas colombiana posesionadas de Leticia. 
El crucero BAP Bolognesi y los submarinos R-3 y R-4 se encargaron de patrullar la costa colombiana del Pacífico. 
Tras cruzar el Canal de Panamá el 4 de mayo de 1933, la fuerza naval peruana, efectuó escala logística en Curazao, el día 8, luego en la isla Trinidad y finalmente arribaron a Pará en Brasil el 15 de mayo de 1933, permaneciendo allí 10 días. 
Durante dicho lapso, ante la amenaza que representaban las fuerzas navales peruanas, la voluntad de los presidentes de ambos países así como por las gestiones de países amigos, las tensiones cedieron, motivo por el que sólo continuaron viaje a Iquitos el crucero BAP Lima y el BAP Teniente Rodríguez. 
Ayudó mucho a que este conflicto se solucionase de forma pacífico al hecho de que el Pdte. peruano de ese entonces Crnel. Sánchez Cerro fuera asesinado por un militante aprista luego de pasar revista a los reservistas que se movilizaban hacia la frontera; de lo contrario ambos países nos hubiésemos enfrascado en una larga y sangrienta guerra en la jungla, de forma similar a la que enfretaron Bolivia y Paraguay. 




Lancha Madrina Huallaga, utilizada por Perú para labores de mantención de su Fuerza Aerea en campaña.  
 
Vought Corsair
 
Sub-base Puca-Barranca 
 

 
Keystone 
 
Hamilton
 
Douglas 
 
Curtiss Falcon en Varadero de Itaya, Iquitos
 

Curtiss Falcons

Vought Cosair y Douglas 

Tarapacá, lugar donde ocurrio el primer combate entre los beligerantes.(Extraída del libro 75 años en los cielos patrios, Fuerza Aerea de Colombia)
 
Pichincha 
 
Barranquilla 
 

Mariscal Sucre


Fotos: Eddie Cerda

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