miércoles, 3 de febrero de 2016

Historia militar: La primera crisis de Kuwait, 1961

La "Emergencia" de Kuwait , 1961 
Por Tom Cooper & Stefan Kuhn, con Brig.Gen. Ahmad Sadik (Fuerza Aérea Iraquí) 


Kuwait y el Régimen Qassem 
En 1899 - mucho antes que los enormes recursos petroleros fuesen descubierto en Kuwait - el gobierno de Su Majestad y el Regente de Kuwait firmaron un acuerdo acerca de la defensa del pequeño país. Kuwait permaneció bajo control nominal del Imperio Otomano hasta 1918, pero fue subsecuentemente otorgado el status de un emirato independiente, regido por la familia al-Sabah, con UK manejando sus asuntos exteriores. Luego posteriores negociaciones en Junio de 1961 un nuevo tratado fue firmado, con el cual los británicos liberaron a Kuwait a su independencia, pero también incluyeron un acuerdo que fuerzas británicas asistirían al Emir al-Sabah, regente de Kuwaiti, si le fuese requerido. 

El 25 Junio 1961, el entonces dictador iraquí Abd al-Qarim Qassem anunció unilateralmente que Kuwait iba a ser considerado iraquí territorio y ofreció “liberar a los habitantes de Kuwait”. Al día siguiente algunas fuerzas iraquíes comenzaron a acumularse a lo largo de la frontera con Kuwait. Sin embargo los militares iraquíes estaban muy lejos de tener un poder cercano al que obtendría años después y la mayoría de las tropas tuvieron que hacer una larga marcha desde Bagdad hacia la frontera sur del país. Por ello el armado del ejército iraquí fue muy lento. Había muchas razones para esta situación para esta situación - la mayoría de las cuales puede fácilmente ilustrada en el ejemplo de las condiciones de la Fuerza Aérea Iraquí en esos tiempos. 

La Fuerza Aérea Iraquí en 1961 
La Fuerza Aérea Iraquí de aquel tiempo estaba en un estado de transición. Luego del sangriento golpe de estado contra al-Rashid que fue realizado el 14 de Julio 1958, durante el cual el joven Rey Feisal III y el Príncipe a la Corona Abdul Illah de Irak – junto con el Ministro de Defensa iraquí y un antiguo Primer Ministro de Jordania – fueron asesinados en Bagdad por elementos de la milicia iraquí, muchos oficiales de la antigua Real Fuerza Aérea Iraquí fueron apresados y los cronogramas de entrenamiento de tiempos de paz, usualmente conducidos el estándar completo de la RAF, discontinuado. Para ejemplo, el Comandante de la Real Fuerza Aérea Iraquí en la BAM Habbaniyah, Comandante de Ala. Abdul-Razzak, languideció en prisión desde 1958 hasta 1962. Muchos otros pilotos dejaron el país y nunca retornaron. 

La Real Fuerza Aérea Iraquí de los 1950s era una bien entrenada fuerza, operando 12 Vampire FB.Mk.52s, seis Vampire T.Mk.55s, y 19 Venom FB.Mk.1s y FB.Mk.50s, así como a 15 Hunter F.Mk.6s. Los Hunters fueron provistos con ayuda financiera americana en dos series, la primera de las cuales– consistiendo de cinco aeronaves – fue entregada en Abril de 1957. La segunda serie, consistiendo de diez aeronaves, arribó in Diciembre de 1957. Justo antes del golpe de 1958 los USA también proveyeron de cinco North American F-86F Sabres a Irak; todavía, mientras los Hunters entraron en servicio con el Escuadrón No.6, basados en la BAM Tahmouz/Habbaniyah, los Sabres nunca iban a ver servicio en Irak: fueron estacionados dentro de un hangar en la BAM al-Rashid, y dejados allí por un tiempo antes de ser retornados a USA. 

 
La Fuerza Aérea Iraquí era una fuerza bien entrenada y altamente capaz en los 1950s gracias a la adquisición de modernos cazas de UK. En 1953 recibieron el primero de 12 deHavilland Vampire FB.Mk.52s, que entraron en servicio con el No.5 Squadron, entonces basados en la BAM Moascar al-Rashid, cerca de Bagdad. (dibujo por Tom Cooper) 

Abd al-Qarim Qassem fue ni un Ba’athist (el partido iraquí nacionalista y socialista Ba’ath fue similar en la ideología básica al partido sirio Ba’ath, pero diferentes en demasiados muchos detalles como para ser descrito como lo “mismo”), pero él fue un fuerte sostenedor de la pro-soviética República Árabe Unida. Consecuentemente él iba rápida e inmediatamente a requerir asistencia militar de la URSS. En 1958 el primero de los 14 MiG-17Fs así como otras aeronaves fueron provistas. 

 
Este MiG-17F fue uno de los primeros provistos a Irak, a finales de 1958. Parece luciendo el alerón plateado que fue usado por la Fuerza Aérea Iraquí sólo entre ese año y el siguiente golpe de estado en Bagdad, en 1963. Irak nunca recibió más de los 10 MiG-17s como usualmente se ha reportado: de hecho, el No.5 Squadron fue la única unidad de combate conocida de alguna vez haber operado este tipo, incluso si un pequeño número de MiG-17Fs y MiG-15UTIs estuvo en servicio con la Academia de Vuelo (basados en la BAM al-Rashid a principios de los 1960s). 

El arribo de los MiG-17s y el re-equipamiento del No.5 Sqn de la Fuerza Aérea Iraquí con ellos resultó en una efecto “cascada” de re-equipamientos dentro de la fuerza. El No.1 Sqn estaba en el proceso de convertirse de Hawker Fury FB.Mk.11s a Venoms del No.5 Squadron; No.2 Squadron convertido a helicópteros Mil Mi-4; el No. 3 Squadron estaba por convertirse a transportes Antonov An-12B; el No.4 Squadron convertido de vuelta a Fury FB.Mk.11s del No.1 Squadron; mientras No.6 Squadron continuaba volando Hunter F.Mk.6s. A su vez el No.7 Squadron - el cual estaba mayormente envuelto en luchar contra los Kurdos en el norte del país, y previamente equipado con Furies - fue re-equipado con MiG-17s. Similarlmente, el viejo "Bomber Squadron" iraquí, No.8, estaba en proceso de recibir su primero de los eventuales 12 bombarderos ligeros Ilushin Il-28. Finalmente, el nuevamente establecido No.9 Squadron estaba esperando sus primeros interceptores MiG-19 a arribar. En total, para Junio de 1961, la Fuerza Aérea Iraquí estaba compuesta como sigue: 

- No.1 Squadron, Venom FB.Mk.1, basados en BAM Habbaniyah, CO Cáp. A.-Mun’em Ismaeel 
- No.2 Squadron, Mi-4, basados en BAM Rashid, CO My. Wahiq Ibraheem Adham 
- No.3 Squadron, An-12B, basados en BAM Rashid, CO Cáp. Taha Ahmad Mohammad Rashid 
- No.4 Squadron, Fury FB.Mk.11, basados en BAM Kirkuk, CO My. A. Latif 
- No.5 Squadron, MiG-17F, basados en BAM Rashid, CO My. Khalid Sarah Rashid 
- No.6 Squadron, Hunter, basados en BAM Habbaniyah, CO Cáp. Hamid Shaban 
- No.7 Squadron, MiG-17F, basados en BAM Kirkuk, CO My. Ne’ma Abdullah Dulaimy 
- No.8 Squadron, Il-28, basados en BAM Rashid, CO My. Adnan Ameen Rashid 
- No.9 Squadron, MiG-19, in proceso de formación. 

 
En 1954 y 1956 la entonces Real Fuerza Aérea Iraquí fue reforzada con la adquisición de 19 deHavilland Venom FB.Mk.1s y FB.Mk.5s, los que entraron en servicio en el No.6 Squadron. La unidad estaba basada en la BAM Habbaniyah (nombrada "Tahmouz" por los iraquíes), y compartió estas instalaciones con la RAF hasta 1958, para cuando también el No.5 Squadron estaba basado allí. 

Cuando esta "emergencia" surgió, la Fuerza Aérea Iraquí estaba en proceso de recalificación de gran parte de sus tripulaciones de vuelo y técnicos en tierra dado que pasaban de operar aviones de origen británico a aviones de origen soviético: excepto por un escuadrón equipado con Hunters, ninguna de sus unidades fue completamente operacional. Por otro lado, Irak no tenía desarrollado un sistema de defensa aérea y no tenía radares en ese tiempo, y había una incierta situación respecto a la provisión de repuestos para sus jets comprados en UK. Finalmente, el aeropuerto de la Fuerza Aérea Iraquí más cercano al este aeropuerto fue la antigua BAM de la RAF Shaibah, cercano a Basora, donde la Academia del Aire iraquí fue estacionada: no había una simple unidad de aeronaves de combate fue basada allí y tenía que re-entrenar a no menos de tres unidades principales de combate y una unidad de transporte entre el período de 1958 y 1961. La Fuerza Aérea Iraquí era débil entre estas fechas, con las lealtades de sus pilotos y oficiales divididas entre los Comunistas (i.e. pro-gobierno) y Árabes nacionalistas (anti-gobierno). El Comandante de la Fuerza Aérea en 1961, el Brigadier Jalal Jaffar Awqati, no era un piloto de carrera, sino que fue puesto en ese cargo porque era comunista, y por su habilidad de mantener a la fuerza aérea bajo rígido control. 

Mientras la Fuerza Aérea Iraquí no estaba definitivamente en condición de participar en ninguna clase de operaciones a gran escala, y ninguna de sus unidades fue desplegada a ninguno de sus aeropuertos cercanos a Kuwait, el Ejército iraquí no estaba en mejores condiciones tampoco. Estaba también en un proceso de conversión a equipos provistos por soviéticos, y le faltaba entrenamiento en conducción de cualquiera operación seria, sobre todo operaciones a gran escala. Los iraquíes no podían esperar hacer avanzar rápidamente a su Ejército hacia la frontera sur del país y luego dejarlo luchar en Kuwait en medio del verano. 

 
Este Hunter F.Mk.6 (Serial "403" de la Fuerza Aérea Iraquí , ex-XK146) fue uno de los 14 aviones ex-RAF comprados por Irak con fondos americanos a finales de 1957.Se ve aquí utilizando todavía el flash en la cola introducido luego del golpe de 1958. 

La Intervención británica 
Por el contrario, la reacción británica fue muy rápida. Bajo el nombre en código “Vantage” los británicos habían estado planeando para una intervención en tal situación. Este plan incluía el despliegue de fuerzas adicionales desde UK, Chipre y Alemania. Técnicamente UK estaba bien preparado para venir a ayudar a Kuwait, el problema sin embargo, fue que ellos no podían obtener derechos de sobrevuelo de muchos países en la ruta, por lo que fue imposible aerotransportar tropas directamente al área de conflicto. 

Las tropas británicas en la región estaban ubicadas en alerta ya el 26 Junio de 1961, sólo un día después de las declaraciones de Qassem. El portaviones de comandos clase Centaur HMS Bulwark (con el Batallón de Comandos 42 embarcado) y su escolta de tres fragatas estaban haciendo una visita protocolar al puerto de Karachi, Pakistán. Una unidad de los Royal Marines estaba ya en Bahrein, junto con algunas tropas del Ejército, mientras otras unidades estaban disponibles en Bahrein, Sharyah, Adén, Kenya y Chipre. La RAF tenía dos escuadrones de Hawker Hunters, basadas en Adén y Nairobi. Transportes pesados, transportes ligeros y aviones de enlace estaban en Adén. Reservas adicionales estaban basadas en Bahrein y Kenya. Las instalaciones en Kuwait eran muy austeras: si bien un aeropuerto estaba activo, sus instalaciones eran muy pobres y no había radar. Igualmente, las instalaciones portuarios podían aceptar sólo a pequeñas embarcaciones. 

En total, incluso si a primera vista las fuerzas disponibles estaban dispersas sobre un amplia área, ya para el 29 de Junio los británicos comenzaron a ponerse en movimiento. El HMS Bulwark y sus escoltas dejaron Karachi y se dirigieron hacia el Golfo Pérsico a su máxima velocidad. Los depósitos de suministros en Bahrein fueron abiertos y dos Escuadrones de Hunter (No.8 208 Sqn) preparados para desplegarse en Bahrein. 

 
HMS Bulwark, como se vio en la Base Naval de Singapur, pocos años después de la Emergencia de Kuwait de 1961. (Fleet Air Arm Museum) 

El 30 de Junio de 1961, Kuwait oficialmente apeló por ayuda y un escuadrón de Hunters fue inmediatamente desplegado desde Eastleigh a Khormaksar, incluso si Turkey y Sudan rechazaron otorgar derechos de sobrevuelo. Ya en Bahrein había dos Shackletons MR.2 del No.37 Sqn, y los primeros aviones del No.88 Sqn desplegado desde RAFG Wildenrath. El staff de la 24th Brigada de Infantería fue aerotransportada desde Kenya usando aviones de transporte Argonaut y Comet. El No.3 Sqn Royal Rhodesian Air Force proveyó algún transporte aéreo también. 

 
La estación de la RAF en Sharyah fue uno de las más importantes activos británicos en el Oriente Medio durante los 1950s y principios de los 1960s. Vistos aquí en la rampa están (de izquierda a derecha): un Beverley del No. 30 Sqn., un Twin Pioneer del No.152 Sqn , y un Avro Shackleton del No.37 Sqn . (Foto: Born in Battle) 

Para el 1ro de Julio, el portaviones HMS Bulwark estaba ya bien dentro del Golfo Pérsico y los helicópteros embarcados Whirlwind del 848 NAS comenzaron a desplegar soldados del 42 Commando a Kuwait. Los cazabombarderos Hunter fueron desplegados al aeropuerto “Kuwait New” , cercano a Farwania, mientras el Britannia transportó a los No.99 y 511 Squadrons trayendo tropas del 45 Commando Royal Marines y 11th Regimiento de Húsares desde Adén. 

En los próximos días unidades adicionales arribaron al área. Cuatro Canberras del No.88 Sqn y ocho aviones del 213 Sqn aterrizaron en Bahrein, mientras transportes de la RAF aerotransportaron más tropas. Los Canberras pronto entraron en acción, volando salidas de reconocimiento bien dentro de Irak. Los iraquíes observaron estas salidos muchas veces, pero poco podían hacer para contrarrestarlas: la Fuerza Aérea Iraquí fue incapaz de interceptar a cualquiera de los bombarderos británicos debido a la falta de un red de radares funcionando. 

Para el 4 de Julio de 1961, los Comets del 216 Sqn y los transportes Britannia transportaron elementos del 2nd Airborne Battalion, mientras transportes Hastings y Beverly transportaron rápidamente para llevar el equipo pesado para desplegar sus fuerzas. Desde Kenya el 1st Battalion de los Royal Innis Killings fue también transportado a la escena. También fueron desplegados aviones de reconocimiento Canberra PR.7. Cuando estas fuerzas arribaron las primer tropas habían ya entrado en Kuwait, por lo que la presión sobre las instalaciones en Bahrein fue reducida. 

Para las tropas in Kuwait la situación fue lejos de placentera. Luego de tomar posición a largo de la cordillera de Mittla - en el noroeste del país – tenían que lidiar con temperaturas de hasta los 50°C y tormentas de arena que reducían la visibilidad a menos de 300m. Un Hunter del No.208 Sqn se estrelló en esta área bajo tales circunstancias, matando al piloto. Sin embargo, la mayoría de las fuerzas desplegadas estaban acostumbradas a tales circunstancias y eventualmente hubo menos problemas de los que podían ser esperados. Sin embargo, los británicos se cuidaron constantemente que el despliegue de tropas sea constantemente rotado entre Kuwait y HMS Bulwark, para obtener un buen descanso de tropas y tripulaciones. El portaviones estuvo actuando también como una estación adelantada desplegado, luego portando un radar con 150km de alcance de detección y actuando como un centro de comunicaciones. Especialmente la última función fue crítica, mientras que los cuarteles generales de la operación permanecieron en Bahrein, a más de 550km de Kuwait. 

Vastas distancias también forzaron a los británicos a improvisar con comunicaciones de radio: cuando no se encontró otra solución para manejar las señales de comunicación a lo largo del teatro de operaciones -las señales de comunicación fueron retransmitidas por bombarderos Canberra entre Adén y Bahrain, mientras RAF Pembrokes del A-Flight No.152 Squadron fueron usados para tareas de enlace entre Bahrain, Sharyah y Adén. Un problema adicional fue que los aviones de la RAF estaban usando comunicaciones VHF, mientras que los de la Royal Navy usaban UHF, por lo que aquí alguna improvisación fue necesitada para lograr que existiera mutua comunicación. 
Sólo con el arribo del más grande portaviones clase Illustrious HMS Victorious mejoró la situación considerablemente. Equipado con aviones AEW Gannet e interceptores todo tiempo Sea Vixen las fuerzas británicas luego ganaron una gran mejora en la conciencia situacional. Esto fue mejorado también por el radar de largo alcance de 270km a bordo del barco, lo cual fue luego incrementado por los Gannets. 
Finalmente, el 18 de Julio, la RAF fue capaz de poner el primer radar basado en tierra en Kuwait. El tipo SC 787 no podía medir la altura al cual los objetos que detectaba estaban volando pero ayudó a ordenar y mejorar el control de tráfico aéreo en la región. 

 
Partida de Observación del 29 Field Regiment Royal Artillery visto mientras desembarcan desde un LCT en Kuwait, en 1961. (Foto: IDR via Born in Battle) 

Luego de día nacional iraquí, el 14 de Julio, pasó sin ninguna acción, los británicos se sintieron mucho más seguros y las probabilidades de un conflicto armado – si hubo alguna vez uno – comenzaron a decrecer. Específicamente, los británicos nunca observaron ningún movimiento de tropas iraquíes al sur de Basrah: no quedó ni una simple unidad del ejército iraquí desplegado a lo largo de la frontera Kuwait. Por ello, el 20 de Julio el 42 Commando y el 2 Para fueron retirados de vuelta a Bahrain, mientras 45 Commando fue retornado a su base en Adén. Los Hunters del No.208 Sqn también fueron re-desplegados a Bahrain. Las fuerzas británicas remanentes salieron de Kuwait para el final de Septiembre. 

A finales de Julio de 1961 HMS Victorious fue reemplazado por el HMS Centaur. Todas los aeronaves de transporte habían dejado el área al inicio de Agosto, y para Octubre 1961 apenas había rastro de la intervención británica. Las últimas tropas salieron el 19 de Octubre. 

Mientras tanto, tropas de la Liga Árabe habían sido reemplazadas a las fuerzas británicas para salvaguardar la libertad e independencia de Kuwait. Específicamente, la Liga Árabe rápidamente balancearon la intervención británica la desplegar sus propias fuerzas, intentando garantizar la independencia de Kuwait de ambos- Irak y Gran Bretaña. Este contingente de la Liga Árabe salieron de Kuwait sólo siguiendo el derrocamiento del régimen de Qassem en Irak, en Febrero de 1963. 

 
Un Gannet AEW.Mk.3 del NAS 849 Vuelo-A visto mientras despega del HMS Victorious. Los Gannets probaron un inmenso valor como aviones de alerta temprana sobre la Fuerza de Tareas británica en el Golfo Pérsico y las fuerzas británicas en Kuwait. (Fleet Air Arm Museum) 

Conclusiones 
Hasta hoy no hay evidencia que los iraquíes estuviesen realmente planeando invadir Kuwait en 1961. Ciertamente, tales amenazas fueron emitidas por diferentes gobiernos in Bagdad una y otra vez, pero los iraquíes nunca hicieron ninguna de las correspondientes movimientos con sus militares: en ese momento de esta “crisis”, los militares iraquíes fueron simplemente en ninguna posición para lanzar cualquier invasión. La situación es mejor descripta por el hecho que este “episodio” no fue mencionado nunca por incluso una simple palabra en la publicaciones oficiales de historia militar iraquí – porque no hubo nada que reportar. Por ello, el usual comentario que la “rápida intervención británica ayudó a estabilizar la situación” significa no mucho. 

Sin embargo, los británicos y los USA aprendieron un montón acerca del despliegue de fuerzas a largas distancias, los problemas de comunicación asociados y el pre-acuerdo de stock de provisiones. Especialmente los depósitos de suministros adelantados en la región probaron ser extremadamente valiosos para el éxito de la británica empresa, permitiéndoles desplegar y apoyar grandes fuerzas por largos períodos de tiempo. Los militares americanos obtuvieron importantes lecciones de este hecho y fue en forma para reaccionar rápidamente casi 30 años después, cuando Irak de hecho invadió Kuwait, en el verano de 1990. 

Otro importante resultado de esta crisis fue la formación de las fuerzas armadas de Kuwait. 

Por su parte, en las consecuencias de la crisis los iraquíes inmediatamente comenzaron a comprando equipo militar adicional de la URSS. Por ejemplo, en 1962 el primero de los eventuales 40 MiG-19s arribó, seguido por el primero de los 12 MiG-21F-13s. Si estas adquisiciones de hecho vinieron in reacción a la confrontación con el UK sobre Kuwait, en el verano 1961, luego es obvio que los iraquíes concluyeron que su poder militar disponible en ese momento era insuficiente para una operación en el estilo requerido. Seguramente, con retrospectiva debiera ser observado que Irak estuvo nunca otra vez en una peor posición militar ó diplomático para tomar Kuwait. 

Fuentes y Bibliografía 
Extractos para mi propia investigación, información adicional para este artículo fue gentilmente provista por Mr. Tom N.. Las siguiente fuentes de referencia fueron también usadas: 

- “HISTORY OF THE IRAQI ARMED FORCES; Part 17, The Establishment of the iraquí Air Force y Its Development”, Committee of the Iraqi Ministry of Defense (Directorate of Historical Branch), 1988 

- "AIR WARS and AIRCRAFTS; A Detailed Record of Air Combat, 1945 to the Present", por Victor Flintham, Arms and Armour Press, 1989 (ISBN: 0-85368-779-X) 

- Born in Battle Magazine No.3, 1979 


Traducción: EMcL 
Traducción del original 
Original 
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martes, 2 de febrero de 2016

Conquista de América: La llegada de Solís al Río de la Plata

Cuando Solís halló el Río de la Plata


Mañana se cumplen 500 años. Allí mismo el español murió junto a cinco marineros a manos de indios antropófagos.


El ancho Río de la Plata, a la altura de Berazategui.

Eduardo Parise - Clarín


Ahora el recorrido se suele hacer en apenas 12 horas de vuelo. Pero hace cinco siglos, los que se aventuraban a cruzar el océano debían pasar cuatro meses de sacudones sobre la olas para encontrarse con ese “mar rubio y barroso” cuyas aguas tenían “un sabor suave y azucarado”. Esos cuatro meses de navegación fueron los que pasó el piloto mayor Juan Díaz de Solís junto a su tripulación de 60 hombres distribuidos en tres carabelas, para viajar desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda, en la margen izquierda del río Guadalquivir, hasta alcanzar su famoso “Mar Dulce” donde habría de toparse con la muerte. La aventura comenzó el 8 de octubre de 1515 y concluyó el 2 de febrero de 1516. Aquel día marcó el descubrimiento oficial de nuestro conocido Río de la Plata. Mañana se cumplirán exactamente 500 años.

La expedición tenía una misión encomendada por el rey Fernando el Católico: llegar a las Islas Molucas, un archipiélago de Indonesia considerado entonces el paraíso de las especias. Eran tiempos de duras disputas con portugueses, ingleses y holandeses por el dominio de esas tierras productoras de excelente nuez moscada y clavo de olor. El interés era tal que el rey no sólo proveyó tres carabelas (se cree que eran La Concepción, Santiago y La Trinidad) sino también 4.000 ducados de oro, cuatro grandes cañones y 60 armaduras. El objetivo: hallar un paso fluvial que uniera el Atlántico con el Pacífico. Por eso, aquel 2 de febrero cuando ingresaron a ese “Mar Dulce” lo hicieron pensando que esa era la boca del camino que los llevaría de un océano a otro y a las riquezas de las especias.

El Río de la Plata tiene forma triangular, cerca de 300 kilómetros de largo, un ancho máximo de 219 kilómetros, más de tres millones de kilómetros cuadrados y unos diez metros de profundidad como promedio. Su sector interior es el de menor profundidad porque cada año esas aguas reciben unos 160 millones de toneladas de sedimentos. En esa corriente llegan arena fina y gruesa, limo y arcilla como las que se trasladan por el Delta del Paraná y por las aguas del río Uruguay. Esos sedimentos en suspensión le e dan su característico color marrón al agua. El sector exterior del Río de la Plata está comprendido entre la uruguaya Punta del Este y Punta Rasa, en Bahía de Samborombón, en territorio argentino. Para que grandes barcos puedan llegar a Buenos Aires o a la cuenca del Paraná, el lecho debe ser dragado en forma permanente. Los prácticos guían a esas naves por canales especialmente socavados.

Lo cierto es que en aquel febrero, aprovechando el bajo calado de sus carabelas, Solís se internó en el río. Su primera escala fue en una pequeña isla a la que bautizó Martín García. Ese era el nombre del despensero de su nave, quien murió a bordo y fue enterrado allí. Después, más adentro en el curso, vio a unos nativos que les hacían señas desde tierra. En un pequeño bote bajaron Solís, Pedro de Alarcón (contador de la expedición), Francisco de Marquina, cuatro marineros y un grumete llamado Francisco del Puerto. En un breve combate, todos fueron asesinados, a excepción del grumete que era un chico y por eso se salvó. Los muertos fueron descuartizados, asados y comidos, una ceremonia habitual en esa tribu escindida de los guaraníes. Creían que así se apoderaban de las virtudes guerreras de sus víctimas. Francisco del Puerto vivió diez años con los nativos y recién fue rescatado en 1527 por la expedición de Sebastián Gaboto.

Así terminó aquel viaje. Las carabelas volvieron a España al mando de Francisco de Torres, cuñado de Solís y quedaron embargadas en el Puerto de Muelas, en Sevilla. El estuario fue conocido como “río de Solís”, hasta que alguien mencionó el mito de la “Sierra de Plata” (se cree que era una alusión al Cerro Rico de Potosí) y creció la leyenda de que por ese río se llegaba a importantes minas de plata. Y el nombre del lugar cambió para siempre. Después, en esas aguas, habría fuertes batallas navales. Pero la que más se recuerda es una que ocurrió en diciembre de 1939 cuando barcos ingleses se enfrentaron con el acorazado alemán Admiral Graf Spee. Pero esa es otra historia

lunes, 1 de febrero de 2016

Guerra Antisubversiva: Jamás hubo 30 mil terroristas desaparecidos

El libro de Reato que revela la cifra de desaparecidos
En Viva la Sangre, donde se describe a Córdoba como el laboratorio de la dictadura, se consigna el detalle de las víctimas.


 Polémica por la cantidad de desaparecidos.


La dictadura masificó luego esa figura: en esa provincia hubo 438 desaparecidos y 118 fusilados, 556 personas en total. En todo el país, las víctimas fueron 7.158 personas (6.415 desaparecidos y 743 muertos en “ejecución sumaria”).

Estas cifras surgen del último listado oficial difundido en 2006 por el gobierno nacional, los dos anexos del Nunca Más, el informe de la Conadep, y son reveladas en el libro ¡Viva la sangre!, del periodista Ceferino Reato.

Los números oficiales indican la magnitud de la matanza realizada por la dictadura, aunque no coinciden con las 30 mil víctimas de las que hablan tanto la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como los organismos de derechos humanos y parte de la oposición política. "El título ¡Viva la sangre! intenta reflejar la banalidad con la cual se mataba y se moría en la Argentina de los setenta", indica la contratapa del ejemplar.

Por qué los desaparecidos no son 30 mil, por Ceferino Reato
La obra de Reato —autor también de Operación Traviata, Operación Primicia y Disposición Final— , está ambientado en Córdoba antes del golpe de 1976, cuando esa ciudad era la capital simbólica de quienes soñaban con la revolución socialista, uno de los principales focos de las guerrillas y el laboratorio de las tácticas represivas que serían utilizadas luego en la dictadura. Córdoba era considerada “el meridiano político” del país y allí se libraron disputas decisivas a nivel nacional, como el enfrentamiento entre el presidente Juan Perón y la cúpula de Montoneros, que, como el buró del Ejército Revolucionario del Pueblo, vivió en esa ciudad. Es que el sector más dinámico y moderno de la clase obrera, el sujeto que según la izquierda debía protagonizar la revolución socialista, vivía y trabajaba en Córdoba.


Perfil

domingo, 31 de enero de 2016

Diplomacia: La Patagonia y del estrecho de Magallanes

Las relaciones con los demás países americanos durante las presidencias de Mitre y Sarmiento
Chile y el problema de la Patagonia y del estrecho de Magallanes

Aparte de lograr la alianza antihispánica, el enviado chileno José Victorino Lastarria traía a Buenos Aires el objetivo secundario de llevar a cabo lo estipulado por el artículo 39º del tratado de 1856 de paz, amistad, comercio y navegación entre la Argentina y Chile, que proponía o bien la negociación diplomática directa o bien el arbitraje como mecanismos para saldar el conflicto sobre la Patagonia y el estrecho de Magallanes. Pero Lastarria, procediendo más allá de sus instrucciones, propuso al gobierno argentino en febrero de 1865 una transacción que implicaba renunciar a las 9/10 partes de la Patagonia, a cambio de que el gobierno argentino reconociera al chileno la posesión de las 2/3 partes del Estrecho de Magallanes, toda la Tierra del Fuego y la faja que quedaba al sur de la línea imaginaria que se extendía desde Bahía San Gregorio hasta el grado 50 de latitud sur y desde allí hasta el paralelo de Reloncaví. (1) El memorándum que Lastarria envió a la cancillería chilena el 22 de febrero de 1865 permite conocer el contenido de la propuesta. En él decía lo siguiente:


La transacción sería ventajosa para nosotros porque no son sostenibles nuestros títulos a la Patagonia, y aunque lo fueran, no debemos hacernos ilusiones creyendo que aquella extensión sea otra cosa que tierras primitivas, incultivables y de todo punto ingrata a los hábitos y aspiraciones de la industria.
Nuestro límite en el Estrecho hasta la bahía Gregorio nos deja en él una extensión necesaria y aún mayor que la que necesitamos, para nuestra seguridad y para la ocupación de nuestro territorio austral, y como nuestra colonia allí necesita los territorios adyacentes, propongo que nos den el cuadrilátero que formaría una línea que se prolongase desde aquella bahía hasta el grado 50 en dirección recta, al norte, sin embargo, de que nos bastaría con el triángulo que formase esta línea, si se prolongase desde el mismo paraje al punto de intersección del grado 50 con la línea de nuestro límite oriental en la cordillera... Este será el último término de la transacción si no admiten el otro.
En cuanto a nuestro límite oriental al norte del grado 50 hasta el paralelo del cerro Reloncaví, propongo una línea en la base de las ramas exteriores orientales de la cordillera, con ánimo de cederles en este punto y fijar una línea en las alturas culminantes que determinan corrientes, como la tenemos en el resto de la cordillera que no está en disputa. Al sur del grado 50, el límite correría por una de las líneas propuestas para dejar territorios adyacentes a la colonia de Magallanes. (2)



José Victorino Lastarria


Lastarria estaba personalmente convencido de que Chile no poseía derechos válidos sobre la Patagonia y así se lo hizo saber al jurista chileno Miguel Luis Amunátegui, quien justificaba los derechos chilenos sobre la Patagonia y Magallanes. Decía Lastarria:


Siento saber por su carta del 14 que Ud. se ocupa en probarme que somos dueños de la parte austral del continente americano. Semejante tarea es completamente inútil y no servirá más que para que Ud. luzca su ingenio. Puede ser que no sepa yo como Ud., pero el estudio que he hecho de la cuestión me da la convicción invencible de que no somos dueños de la Patagonia (...). (3)

Finalmente, las gestiones negociadoras de Lastarria fracasaron por partida doble, pues fueron rechazadas tanto por el gobierno argentino como por el chileno. En el primer caso, el rechazo provenía del hecho de que la diplomacia argentina no aceptaba siquiera poner sobre la mesa de negociaciones la región patagónica. De acuerdo con el historiador chileno Encina, la política exterior de la Argentina apuntaba en este conflicto limítrofe a cerrar a Chile la posibilidad de acceder al Atlántico. En su opinión, contra los deseos de los "americanistas" chilenos de cerrar el conflicto limítrofe, la intención del gobierno argentino era proseguir una política de aplazamiento indefinido de las negociaciones, en espera de que el crecimiento económico argentino en relación a su vecino o una circunstancia adversa para Chile permitiese al gobierno argentino imponer su punto de vista sin necesidad de recurrir a las armas. (4)
En el caso del gobierno chileno, la oposición de aquellos de sus miembros convencidos de la importancia de la región patagónica quitó posibilidad a las gestiones de Lastarria. Además el hecho de que el gobierno chileno desaprobara las negociaciones de Lastarria pero no repudiara formalmente sus acciones constituyó un error que la Argentina explotaría frecuentemente en las negociaciones futuras, presionando a Chile para que abandonara sus reclamos sobre la Patagonia. Esta semidesautorización por parte del entonces canciller chileno Alvaro Covarrubias a Lastarria fue planteada en los siguientes términos:


las bases propuestas por V.S., están lejos de ser ventajosas, y por mucho que hubiéramos de restringir nuestras exigencias, no podríamos renunciar, en ningún caso, al dominio de todo el Estrecho de Magallanes y de las tierras adyacentes. (5)

 La débil respuesta de Covarrubias a Lastarria dejó la puerta abierta para una polémica entre ambos. Lastarria respondió al canciller chileno en una nota del 2 de mayo de 1865 defendiendo su misión en los siguientes términos:


Respecto del dominio de la Patagonia, V.S. cree que nuestros títulos al dominio de la parte austral del continente son mucho más sólidos que los que puede alegar el gobierno argentino y que, por tanto, están lejos de ser ventajosas las bases propuestas por mí. Yo adopté esas bases porque estoy persuadido de que no tenemos tales títulos, pues que aun el señor Amunátegui, tratando de probar ese dominio, no emplea como medio de prueba sino puras inducciones, fundadas en la interpretación que da muy ingeniosamente a los documentos oficiales antiguos que señalan el límite austral de Chile en el estrecho de Magallanes (...) Si no son otros los títulos que tenemos para reclamar la parte de la Patagonia que se extiende al sur del grado 50, como V.S. me lo ordena, es necesario que reconozcamos entre nosotros que dichos títulos no merecen el nombre de tales, y que, si ellos no son bastantes para darnos derechos a reclamar de San Luis, de Córdoba y de Buenos Aires, tampoco lo son para autorizarnos a reclamar la Patagonia desde dicho grado al sur, mucho menos cuando desde ese paralelo, en que se encuentra el puerto de Santa Cruz, hasta la boca del Estrecho, hay además otros muchos varios puertos que los argentinos navegan y en los cuales esta República (Argentina) ejerce jurisdicción.
En cuanto al dominio de todo el Estrecho, a mí me parece inútil reservárselo a Chile, porque ese dominio no nos daría la posesión exclusiva ni nos salvaría de que las demás naciones del mundo nos forzaran a respetar las leyes de libre navegación; por eso no había trepidado en ceder a la Argentina la parte de ese Estrecho que corre desde la Bahía Gregorio al oriente. (6)

El ofrecimiento de "renuncia" de la región patagónica por parte de Lastarria al gobierno de Mitre no constituyó un gesto aislado del diplomático chileno, sino que estaba de acuerdo con toda una línea que Encina llama “corriente conciliadora o americanista”. Esta había nacido, en el caso chileno, junto a los primeros incidentes entre autoridades chilenas y mendocinas por la cuestión de los potreros cordilleranos en marzo de 1845; se había congelado durante los reclamos de Rosas al dominio del estrecho de Magallanes en diciembre de 1847 (efectuados como réplica a la ocupación chilena de Fuerte Bulnes en 1843) y había renacido con la agresión del gobierno español a los países de América del Sur entre 1864 y 1867. Cabe recordar al respecto que tanto el bombardeo de Valparaíso y del Callao en 1866 como la instauración del Imperio de Maximiliano de Habsburgo en México habían estimulado el americanismo en muchos países latinoamericanos como reacción a la intervención española y francesa.
Este sentimiento americanista, por el cual la Argentina y Chile debían hermanarse y resolver de una vez y para siempre sus conflictos limítrofes, era un sentimiento que Lastarria compartía con otros miembros destacados de la clase política chilena, tales como Barros Arana, Matta, Vicuña Mackenna -éste tenaz crítico de Amunátegui-. Estos nombres tendrían un importante papel en las negociaciones con la Argentina. Para estos "americanistas" la posibilidad de guerra con la Argentina resultaba equivalente a una locura y, a diferencia del futuro canciller Adolfo Ibañez, percibían que la incorporación de la Patagonia a Chile sería un factor de debilitamiento del poder económico chileno. Encina, citando al "americanista" Vicuña Mackenna, afirma que la incorporación de la Patagonia, percibida como "tierra maldita",


sería arruinar a Chile, contrariar al menos su desarrollo. En esos momentos nos faltaban brazos, capital y cerebro para explotar nuestro valle central, pidiendo a gritos riego artificial; (...). En el norte, la minería clamaba por capitales y brazos. Con estos antecedentes, la mayor insensatez que se podía cometer era reñir con la Argentina por una comarca estéril, maldita por la naturaleza, donde nuestra escasa población y nuestros más escasos capitales se consumirían a fondo perdido. (...)
Luego, después, dejarían nuestro flanco abierto oriental a las acometidas de un vecino, que ya no sería nuestro hermano, sino nuestro rival. Sin la Patagonia, Chile proseguiría su firme y segura expansión, libre de rivales. Con la Patagonia, a menos de dejarla como una cosa perdida, su crecimiento se debilitaría, como consecuencia del desgaste que importaba la anexión de un territorio, donde todo lo que se invirtiese sería agua vertida en un tonel sin fondo (...). (7)

Pero paralelamente a la existencia de esta corriente americanista mencionada por Encina se produjo el creciente fortalecimiento de un sentimiento nacionalista en ambos países, provocado por el resultado exitoso de las guerras en que Chile y la Argentina participaron. El conflicto de la Triple Alianza -la Argentina, Brasil y Uruguay- contra Paraguay, y el de la Cuádruple Alianza -Chile, Perú, Ecuador y Bolivia- contra España si bien obligaron a la Argentina y Chile a aplazar sus problemas territoriales, produjeron el mencionado efecto que sería disfuncional para la solución del conflicto limítrofe.
Por otra parte, Rauch señala como un dato interesante que existen indicios de que el gobierno chileno asistió con hombres y armas modernas a Felipe Varela -el montonero que intentó desafiar al gobierno de Mitre- en su invasión a La Rioja. Este hecho y otros posteriores en que el gobierno chileno intentó sacar provecho de los compromisos externos y los problemas internos del gobierno argentino -en la década de 1860, la Guerra del Paraguay y el conflicto entre el gobierno central y las montoneras provinciales; en la década de 1870, las invasiones indígenas y la posibilidad de guerra con el gobierno de Brasil- demostrarían según este autor que el gobierno de Chile, motivado por la disputa limítrofe, intentó desestabilizar a la Argentina y aprovechó esas circunstancias para comenzar la exploración y asentamiento en la costa patagónica. (8)

NOTAS
Francisco A. Encina, La cuestión de límites entre Chile y la Argentina desde la independencia hasta el tratado de 1881, Santiago de Chile, Nascimento, 1959, p. 131.

Nota de José Victorino Lastarria, 22 de febrero de 1865, citada en Legación de Chile en las Repúblicas de la Plata y Brasil, tomo III, citado a su vez en ibid., pp. 25-26.

Domingo Amunátegui Solar, Archivo epistolar de Don Miguel Luis Amunátegui, Santiago, 1942, pp. 166-167, cit. en F.A. Encina, op. cit., p. 29 y en George Victor Rauch, The Argentine-Chilean boundary dispute and the development of the Argentina armed forces: 1870-1902, Ph.D. dissertation, New York University, 1989, p. 52 y nota 30, pp. 70-71.

F.A. Encina, op. cit., pp. 21-26 y 133-134.

Covarrubias a Lastarria, citado en ibid., p. 26.

Lastarria a Covarrubias, 2 de mayo de 1865, cit. en ibid., pp. 27-28.

Ibid., pp. 129-130.

Ver G.V. Rauch, op. cit., pp. 54-55.


Historia de las Relaciones Internacionales de Argentina 

sábado, 30 de enero de 2016

Isla Hans: Una Guerra del Whiskey simpática

2 países han estado luchando por una isla deshabitada, dejando entre sí las botellas de alcohol durante más de 3 décadas

Jeremy Bender - Business Insider


Isla de Hans

Lejos en el norte del Ártico se encuentra la árida y desolada isla Hans.

La isla de media milla cuadradas deshabitada, posee sin recursos naturales aparentes, es una astilla bizarro del territorio de ambos países para luchar más.

Sin embargo, desde principios de la década de 1930, esta roca anodina ha estado en el centro de un desacuerdo en curso entre Canadá y Dinamarca.

Según Atlas Mundial, la isla Hans se encuentra en el centro del estrecho de Nares de 22 millas de ancho, que separa Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca, de Canadá. Debido al derecho internacional, todos los países tienen el derecho a reclamar territorio dentro de las 12 millas de su costa.

Como tal, Hans Island se encuentra técnicamente tanto en aguas danesas y canadienses. El Atlas Mundial señala que la isla se decidió ser territorio danés por la Corte Permanente de Justicia Internacional de la Sociedad de Naciones en 1933.

Sin embargo, como la Sociedad de Naciones se vino abajo en la década de 1930 y luego fue reemplazado por las Naciones Unidas, la resolución sobre la situación de la isla Hans lleva poco o ningún peso.

El tema de la isla Hans entonces perdió tracción en la conciencia popular y las preocupaciones de los gobiernos de Canadá y Dinamarca durante la Segunda Guerra Mundial y las alturas de la guerra fría, sólo para resurgir en 1984.

En ese año, el ministro de los asuntos de Groenlandia de Dinamarca visitó la isla y plantó una bandera danesa. En la base de la bandera, dejó una nota que decía: "Bienvenida a la isla danesa", junto con una botella de brandy, informa CBC.

Y desde entonces, los dos países han llevado a cabo una no tan grave "guerra del whisky" sobre la isla Hans.


La isla Hans 
Google

Aunque los dos países han seguido en desacuerdo sobre el status territorial de la isla, los gobiernos han logrado seguir la "guerra del whisky" y tener un buen sentido del humor sobre el incidente.

Peter Takso Jensen, el embajador danés en los EE.UU., ha dicho que "cuando militares daneses van allí, dejan una botella de licor. Y cuando fuerzas militares [de Canadá] van allí, dejan una botella de Canadian Club y un letrero que decía, 'Bienvenido a Canada.'"

Actualmente, el plan está en los trabajos que podrían convertir a la isla Hans en un territorio compartido que sería administrado conjuntamente por los municipios canadienses y daneses que bordean la misma.

viernes, 29 de enero de 2016

jueves, 28 de enero de 2016

SGM: El problema de llamarse Hitler

Mi nombre es Hitler (y el de mi hermano es Lenin)
Mucha gente me dice que, en mi situación, se cambiaría el nombre de inmediato

Samuel Sanchez EL PAÍS


GIOVANNI HITLER CANDO  24/01/2016 - 09:08 CET

En un pueblo ecuatoriano se produjo un hecho insólito: Hitler, Lenin y Bolívar compartieron casa durante un tiempo. Hitler soy yo, ya que mi padre lo escogió como mi segundo nombre. Lenin es mi hermano menor, cuyo nombre completo es Lenin Helen (sí, su segundo nombre es femenino). Y Bolívar era mi padre, un comerciante con nombre de libertador y un gusto inexplicable para los nombres.

Mi padre se marchó de nuestra casa cuando yo tenía dos años (por si no había tenido suficiente con bautizarnos así), por lo que tampoco tuve la oportunidad de preguntarle por qué lo hizo. Desde luego, el nombre de mi hermano desmiente que me llamara Hitler por razones ideológicas. Posiblemente le resultara divertido asistir a las riñas domésticas entre Hitler y Lenin, como si así tuviese el don de reescribir cada día la historia del siglo XX.

De niño no le concedía importancia a mi nombre. En España es un nombre muy poco habitual. En su página web, el Instituto Nacional de Estadística registra la frecuencia de los nombres. Por ejemplo, 87 personas se llaman Lenin. 65 se llaman Bolívar. Pero si buscas el nombre de Hitler en su base de datos, encontrarás el siguiente mensaje: "No existen habitantes con el nombre consultado o su frecuencia es inferior a 20 para el total nacional". Sin embargo, en Ecuador es otra historia. Entre los 4.000 habitantes de Huigra, mi pequeño pueblo, había otro chaval que se llamaba Hitler.

No sé lo que pensarán en Alemania de un pueblo como el mío, pero sí puedo describir la cara de sorpresa que se les queda a los policías cuando llego a un aeropuerto alemán. Estuve en Alemania visitando a mi suegra, que también es ecuatoriana y vive en Bonn. En aquella ocasión, la policía buscó a un traductor que me hizo preguntas sobre mi nombre. Yo les respondía que qué culpa tengo yo de llamarme Hitler. También me preguntaron si era consciente de quién era Hitler. ¡Cómo no iba a ser consciente!

Lo sé desde las lecciones de Historia en mi colegio. Se me quedó grabado el momento en que me hablaron sobre las torturas que llevó a cabo. Pero, a bote pronto, yo diría que el nombre de una persona no determina su personalidad. Yo no pienso como Hitler ni me siento identificado con su figura: la gente que me conoce lo sabe. Aunque luego pienso en mi hermano Lenin, que ahora vive en Elche e hizo campaña en la familia por el voto a Podemos...



Eso sí, quienes no me conocen siempre se sorprenden al leer mi nombre. A estas alturas ya me resulta gracioso ver sus esfuerzos por contenerse y aparentar normalidad. El otro día fui a hacerme el abono de transportes, entregué al empleado mi identificación y ahí estaba otra vez ese gesto de asombro contenido, esas ganas de levantarse corriendo y contárselo a sus compañeros oficinistas. Pero, por lo general, no creo que mi nombre haya tenido repercusiones prácticas en mi vida, ya sea buscando trabajo o cosas así. Ahora estoy en paro, sí, pero estuve trabajando catorce años en una empresa de construcción madrileña.

El mundo de la construcción es muy dado al cachondeo, así que mis compañeros me saludaban al grito de "Heil!". Nunca llegó a ofenderme, porque sé que lo hacían como diversión. Y, además, el hecho de tener dos hijos me ha permitido vengarme. El mayor se llama Hugo Chávez y el pequeño Kim Jong-un. Es broma, por supuesto. Mis hijos se llaman Adrián Giovani (de 24 años) y Bryan Andrés (de 15 años). Elegimos esos nombres porque nos gustaban, como hacen todos los padres del mundo a excepción de los de Huigra.

Y ahora sí que voy a ponerme serio, porque mis hijos son lo más importante que tengo. Llevaba poco tiempo en Madrid, a donde llegué hace más de veinte años, cuando realizaba unos trabajos delante de un edificio imponente.

-¿Qué es ese edificio? –le pregunté a mi compañero.

-Un colegio -me respondió.

-Ojalá pueda llevar ahí algún día a mis hijos –le dije mirando al infinito.

-Jajajajaja. Jamás lo conseguirás –se mofó de mí.

Pues bien, muchos años después, y gracias a un convenio, mis hijos se convirtieron en alumnos de aquella escuela. Para lograrlo, en mi familia hemos tenido que luchar mucho. Cuando llegamos a España no había tantos ecuatorianos y las cosas han sido muy difíciles.

Recuerdo aquella Nochevieja en que me subí a un taxi en Madrid. Iba con mi esposa y con mi hijo mayor. Nada más abordarlo, el taxista nos hizo bajar al grito de "sudacas de mierda". Ahora pienso que si ese taxista hubiese sabido mi segundo nombre, igual incluso habría bajado a abrirme la puerta. Rescato esta anécdota para ilustrar que mi vida ha estado marcada por mi condición de inmigrante antes que por cargar con el nombre de un genocida.

Por supuesto, mucha gente me dice que, en mi situación, se cambiaría el nombre de inmediato. Aunque engorroso (por la cantidad de papeles que tengo a mi nombre) sería bastante sencillo hacerlo: bastaría con acudir al Registro Civil o con mandar una carta certificada. Sin embargo, yo no tengo problemas con llamarme así. A mis 43 años, la gente sabe que mis inclinaciones políticas son honestas y que lo de mi segundo nombre no es más que una anécdota. Mi personalidad no está en mi nombre, sino en mi día a día.