martes, 31 de diciembre de 2019

USA: Las magníficas compras de Luisiana y Alaska

Luisiana y Alaska, los dos negocios más rentables de la historia

Javier Sanz — Historias de la Historia






Estos días, ha sido noticia la petrolera saudita Aramco, ya que ha protagonizado la mayor salida a Bolsa de la historia, ha recaudado 23.300 millones de euros en la mayor OPV de la historia y se ha convertido en la empresa con mayor valoración bursátil del mundo, con algo más de 1,5 billones de euros. Siendo unas cifras mareantes, que lo son, en mi modesta opinión creo que todavía fueron más rentables los negocios que hizo Estados Unidos con la compra de la Luisiana y de Alaska en el siglo XIX.

Respecto a Luisiana, la compra fue firmada y sellada en 1803 por los Estados Unidos y Napoleón Bonaparte por 15 millones de dólares de la época (unos 240 millones actuales). Casualmente, y gracias a esta ganga francesa, se puede decir que los Estados Unidos son ahora lo que son, ya que el recién adquirido territorio les permitió desarrollarse primero como una gran nación agrícola y ganadera, y más tarde extenderse hacia el océano Pacífico conquistando el mítico y lejano Oeste. Para ilustrar un poco la magnitud de la buena suerte estadounidense, vamos a revisar unos datos. El territorio de Luisiana abarcaba una extensión de 2.200.000 km², casi 4 veces la península Ibérica, una inmensa llanura de miles de acres de tierra fértil, llena de grandes pastizales, apta para la agricultura y la ganadería, y atravesada de norte a sur por el río Misisipi, nace en la frontera canadiense y desemboca en el golfo de México, cerca de Nueva Orleans. Si tenemos en cuenta sus dos grandes afluentes, el Misuri y el Ohio, su cuenca es una de las más largas y caudalosas del mundo, y, desde la época precolombina hasta nuestros días, una vía de comunicación esencial y un medio fundamental para el transporte de mercancías. Todas estas características la convirtieron en el corazón del futuro Estados Unidos.



Luisiana española en 1803

La derrota francesa en la Guerra de los Siete Años terminó con el Tratado de París (1763), que obligaba a Francia a ceder la parte oriental del virreinato de Nueva Francia a los ingleses (Canadá y los territorios al este del río Misisipi, excepto Nueva Orleans), y la parte occidental del virreinato a España (Luisiana española), en este caso como compensación por la pérdida de Florida que quedó en manos de los ingleses. La Francia napoleónica recobró la soberanía de la Luisiana española en el Tratado secreto de San Ildefonso de 1800 y, olvidando el compromiso de que en caso de venta España tendría el derecho de adquisición preferente, Napoleón se la vendió a los estadounidenses. Con gran visión, el presidente estadounidense de ese momento, Tomás Jefferson, envió a sus emisarios a negociar con Napoleón que, por supuesto, ya sabía que era una necedad aferrarse a un enorme territorio escasamente poblado que no podía defender y, estratégicamente, prefería vendérselo a un país amigo a que cayera en manos de Inglaterra. Los mensajeros de Jefferson tenían que sondear la situación, y se presentan ante el Primer Cónsul francés con la propuesta de comprar solamente Nueva Orleans. Sorprendentemente, lo que recibieron fue una contraoferta para llevarse toda la Luisiana francesa por $ 18 millones. Aunque los representantes estadounidenses no estaban facultados para tomar una decisión de ese calibre, tuvieron la entereza y valentía de aceptar porque, obviamente, sabían que una ganga así se presenta una sola vez en la vida. Con el correspondiente regateo y las copas, el precio quedó fijado en $ 15 millones. A pesar de que era un chollazo, Jefferson tuvo defender la decisión de sus negociadores ante la oposición que se negaba a aprobar tal desembolso. A los opositores les faltaba la visión del presidente y los negociadores: duplicaban su territorio y lo hacían sin derramar una gota de sangre.



¿Y cuánto se pagó por Alaska? El 30 de marzo de 1867 el gobierno de los Estados Unidos pagó 7,2 millones del dólares (unos 100 millones en la actualidad) al gobierno imperial de Rusia por el territorio de Alaska, una inmensidad desolada que no parecía tener mayor utilidad económica, y que hoy es el estado más extenso del país. Y si Jefferson tuvo que defender la compra de Luisiana, cuyo beneficio era más que evidente, qué decir de lo que tuvo que hacer el presidente Andrew Johnson para defender la compra de aquel inhóspito territorio de 1,5 millones de km² -los medios llegaron a publicar: «¿Para qué necesita América ese cofre de hielo y 50.000 esquimales salvajes que beben aceite de pescado para desayunar?«-. Concretamente, a su Secretario de Estado, William Seward, el personaje que estaba detrás de aquel negocio.

No habían pasado dos décadas de la compra cuando estalló la fiebre del oro en Alaska, y a mediados del siglo XX, las petroleras encontraron enormes yacimientos en el norte, que desde entonces han venido siendo explotados de manera intensiva. Alaska es mucho más que simple tierra, es un enorme depósito de recursos naturales y un importante enclave estratégico. Entonces, ¿por qué la vendieron los rusos? Pues por cuestiones económicas y estratégicas.

Por decisión del zar Pablo I, desde 1799 la Compañía Ruso-americana tenía el monopolio comercial sobre todas las posesiones rusas en América, incluida Alaska. Bajo la dirección del empresario Aleksander Baranov, la compañía estableció asentamientos, construyó fuertes y organizó un floreciente comercio marítimo basado en el carbón y el hielo extraídos en Alaska y, sobre todo, de marfil de morsa y pieles que obtenían gracias al trueque con los nativos. Cuando en 1818 Aleksander dejó la dirección por su avanzaba edad, todo cambió: primero fueron los militares los que se hicieron cargo de la compañía y, más tarde, para rematar la faena, directamente funcionarios gubernamentales que burocratizaron la gestión y aumentaron los «gastos de personal». Ni unos ni otros demostraron ser muy duchos en los negocios y lo que era una empresa enormemente rentable se convirtió en un lastre. En honor a la verdad, también influyó la caza desmedida que casi extermina las poblaciones de morsa y nutria, consiguiendo una drástica reducción de marfil y pieles para comerciar. Y como guinda del pastel, la guerra de Crimea de los años 50, en la que Rusia se enfrentó a Inglaterra, Francia y al Imperio otomano, que paralizó el comercio marítimo.

Al igual que le ocurrió a Napoleón, antes de que Alaska cayese en manos de Inglaterra, su enemigo y la gran potencia de la época, el zar Alejandro II prefirió vendérsela a los Estados Unidos, con quien mantenía relaciones cordiales… por aquel entonces. Así que, Rusia envió a Washington al barón Eduard de Stoeckl para entablar negociaciones con el secretario de Estado estadounidense William Seward.

lunes, 30 de diciembre de 2019

Kievan Rus: Rusia y Ucrania en el Medioevo

Rusia kievana

W&W



Kievan Rus, el primer estado organizado ubicado en las tierras de la Rusia moderna, Ucrania y Bielorrusia, fue gobernado por miembros de la dinastía Rurikid y se centró en la ciudad de Kiev desde mediados del siglo IX hasta 1240. Su eslavo oriental, finlandés, y la población de Balt habitaba en territorios a lo largo del río Dnieper, el oeste de Dvina, el Lovat-Volkhov y los ríos superiores del Volga. Sus pueblos y territorios componentes estaban unidos por el reconocimiento común de la dinastía Rurikid como sus gobernantes y, después de 988, por afiliación formal con la Iglesia Cristiana, encabezada por el metropolitano con sede en Kiev. Kievan Rus fue destruido por las invasiones mongolas de 1237-1240. La era de Kievan Rus se considera una etapa formativa en las historias de Ucrania y Rusia modernas.





El proceso de formación del estado es el tema de la controversia normanista. Los normanistas enfatizan el papel de los vikingos escandinavos como agentes clave en la creación del estado. Su punto de vista se basa en la evidencia arqueológica de aventureros escandinavos y comerciantes ambulantes en la región del noroeste de Rusia y el Alto Volga desde el siglo VIII. También se basa en una cuenta en la Crónica Primaria, compilada durante los siglos XI y XII, que informa que en 862, las tribus eslavas y finlandesas en las cercanías de los ríos Lovat y Volkhov invitaron a Rurik, un Rus Varangiano, y a sus hermanos a poner orden en sus tierras. Rurik y sus descendientes son considerados los fundadores de la dinastía Rurikid que gobernó Kievan Rus. Los anti-normanistas descuentan el papel de los escandinavos como fundadores del estado. Argumentan que el término Rus se refiere a la tribu eslava de Polyane, que habitaba en la región de Kiev, y que los propios eslavos organizaron su propia estructura política.

Según la Crónica primaria, los sucesores inmediatos de Rurik fueron Oleg (r. 879 u 882 a 912), identificados como regentes del hijo de Rurik, Igor (r. 912–945); La esposa de Igor, Olga (r. 945 – c. 964), y su hijo Svyatoslav (r. C. 964–972). Establecieron su autoridad sobre Kiev y las tribus circundantes, incluidos Krivichi (en la región de las colinas de Valdai), Polyane (alrededor de Kiev en el río Dneper), Drevlyane (al sur del río Pripyat, un afluente del Dneper), y los Vyatichi, que habitaban tierras a lo largo de los ríos Oka y Volga.

Los Rurikids del siglo X no solo forzaron a las poblaciones tribales a transferir su lealtad y sus pagos de tributos de Bulgaria y Khazaria, sino que también siguieron políticas agresivas hacia esos estados vecinos. En 965, Svyatoslav lanzó una campaña contra Khazaria. Su aventura condujo al colapso del Imperio Khazar y la desestabilización del Volga inferior y la estepa, una región de pastizales al sur de los bosques habitados por los eslavos. Su hijo Vladimir (r. 980–1015), habiendo subyugado a Radimichi (al este del río Dnieper superior), atacó a los búlgaros del Volga en 985; El acuerdo que alcanzó posteriormente con los búlgaros fue la base de las relaciones pacíficas que duraron un siglo.

Los primeros Rurikids también contrataron a sus vecinos del sur y oeste. En 968, Svyatoslav rescató a Kiev de los Pechenegs, una población turca nómada esteparia. Sin embargo, dedicó la mayor parte de su atención a establecer el control sobre las tierras del río Danubio. Obligado a abandonar ese proyecto por los bizantinos, regresaba a Kiev cuando los pechenegos lo mataron en 972. Fuertes de la frontera construidos y las campañas militares emprendidas por Vladimir y sus hijos redujeron la amenaza pecheneg a Kievan Rus.

Poco después de la muerte de Svyatoslav, su hijo Yaropolk se convirtió en príncipe de Kiev. Pero el conflicto estalló entre él y sus hermanos. La crisis llevó a Vladimir a huir de Novgorod, la ciudad que gobernaba, y formar un ejército en Escandinavia. A su regreso en 980, primero se enfrentó al príncipe de Polotsk, uno de los últimos gobernantes no Rurikid sobre los eslavos orientales. Victorioso, Vladimir se casó con la hija del príncipe y agregó el séquito militar del príncipe a su propio ejército, con el cual derrotó a Yaropolk y se apoderó del trono de Kiev. Los triunfos de Vladimir sobre sus hermanos, los gobernantes que no compiten con los Rurikid y las potencias vecinas le otorgaron a él y a sus herederos el monopolio del poder político en la región.

El príncipe Vladimir también adoptó el cristianismo para Kievan Rus. Aunque el cristianismo, el judaísmo y el islam se conocían desde hace mucho tiempo en estas tierras y Olga se había convertido personalmente al cristianismo, la población de Kievan Rus seguía siendo pagana. Cuando Vladimir asumió el trono, intentó crear un solo panteón de dioses para su pueblo, pero pronto abandonó ese esfuerzo en favor del cristianismo. Renunciando a sus numerosas esposas y consorte, se casó con Anna, la hermana del emperador bizantino Basilio. El Patriarca de Constantinopla nombró a un metropolitano para organizar la sede de Kiev y todo Rus, y en 988, el clero bizantino bautizó a la población de Kiev en el río Dnieper.

Después de adoptar el cristianismo, Vladimir repartió su reino entre sus principales hijos, enviando a cada uno de ellos a su propio asiento principesco. Un obispo acompañaba a cada príncipe. Las tierras gobernadas por los príncipes Rurikid y sujetas a la Iglesia de Kievan constituyeron Kievan Rus.

Durante los siglos XI y XII, los descendientes de Vladimir desarrollaron una estructura política dinástica para administrar su reino cada vez más grande y complejo. Sin embargo, hay caracterizaciones divergentes del desarrollo político del estado durante este período. Una opinión sostiene que Kievan Rus alcanzó su apogeo durante el siglo XI. El siglo siguiente fue testigo de un declive, marcado por la aparición de poderosos principados autónomos y la guerra entre sus príncipes. Kiev perdió su papel central y Kievan Rus se estaba desintegrando en el momento de la invasión mongol. Una visión alternativa enfatiza la vitalidad continua de la ciudad de Kiev y argumenta que Kievan Rus mantuvo su integridad durante todo el período. Aunque se convirtió en un estado cada vez más complejo que contenía numerosos principados que participaban en la competencia política y económica, los lazos dinásticos y eclesiásticos proporcionaron cohesión entre ellos. La ciudad de Kiev siguió siendo su reconocido y codiciado centro político, económico y eclesiástico.

La creación de una estructura política efectiva resultó ser un desafío continuo para los Rurikids. Durante los siglos XI y XII, la administración principesca reemplazó gradualmente la lealtad y la autoridad tribal. Ya en el reinado de Olga, sus funcionarios comenzaron a reemplazar a los líderes tribales. Vladimir asignó una región particular a cada uno de sus hijos, a quienes también delegó la responsabilidad de la recaudación de impuestos, la protección de las rutas de comunicación y comercio, y la defensa local y la expansión territorial. Cada príncipe mantenía y comandaba su propia fuerza militar, que estaba respaldada por los ingresos fiscales, las tarifas comerciales y el botín incautado en la batalla. También tenía la autoridad y los medios para contratar fuerzas suplementarias.

Sin embargo, cuando Vladimir murió en 1015, sus hijos se involucraron en una lucha de poder que terminó solo después de que cuatro de ellos murieron y otros dos, Yaroslav y Mstislav, dividieron el reino entre ellos. Cuando Mstislav murió (1036), Yaroslav asumió el control total sobre Kievan Rus. Yaroslav adoptó un código de ley conocido como Russkaya Pravda, que con enmiendas se mantuvo vigente durante la era de Kievan Rus.

También intentó poner orden en las relaciones dinásticas. Antes de su muerte, emitió un "Testamento" en el que dejó Kiev a su hijo mayor Izyaslav. Asignó a Chernigov a su hijo Svyatoslav, Pereyaslavl a Vsevolod y asientos menores a sus hijos menores. Les aconsejó a todos que prestaran atención a su hermano mayor como lo hicieron con su padre. Los académicos entienden que el Testamento ha establecido una base para el sistema de sucesión de rotación, que incorporó los principios de antigüedad entre los príncipes, la sucesión lateral a través de una generación y la posesión dinástica del reino de Kievan Rus. Al asignar a Kiev al príncipe mayor, elevó a esa ciudad a una posición central en el reino.

Este sistema dinástico, mediante el cual cada príncipe mantenía relaciones con sus vecinos inmediatos, proporcionaba un medio eficaz para defender y expandir a Kievan Rus. También alentó la cooperación entre los príncipes cuando enfrentaron crisis. Las incursiones de los Polovtsy (Kipchaks, Cumans), nómadas turcos que se mudaron a la estepa y desplazaron a los Pechenegos en la segunda mitad del siglo XI, provocaron una acción concertada entre los Príncipes Izyaslav, Svyatoslav y Vsevolod en 1068. Aunque los Polovtsy salieron victoriosos, se retiraron después de otro encuentro con las fuerzas de Svyatoslav. Con la excepción de una escaramuza fronteriza en 1071, se abstuvieron de atacar a Rus durante los próximos veinte años.

Cuando el Polovtsy renovó las hostilidades en la década de 1090, los Rurikids estaban involucrados en conflictos intradinámicos. Su defensa ineficaz permitió que el Polovtsy llegara a los alrededores de Kiev y quemara el Monasterio de las Cuevas, fundado en el siglo XIX. Pero después de que los príncipes resolvieron sus diferencias en una conferencia en 1097, sus coaliciones empujaron a Polovtsy a la estepa y rompieron la federación de tribus de Polovtsy responsables de la agresión. Estas campañas produjeron relaciones comparativamente pacíficas durante los próximos cincuenta años.
Sin embargo, a medida que la dinastía creció, su sistema de sucesión requirió revisión. La confusión y las controversias recurrentes surgieron sobre la definición de antigüedad, los estándares de elegibilidad y las tierras sujetas a sucesión lateral. En 1097, cuando las guerras intradinámicas se hicieron tan severas que interferían con la defensa contra el Polovtsy, una conferencia principesca en Lyubech resolvió que cada principado en Kievan Rus se convertiría en el dominio hereditario de una rama específica de la dinastía. Las únicas excepciones fueron Kiev en sí, que en 1113 volvió al estado de posesión dinástica, y Novgorod, que en 1136 afirmó el derecho a seleccionar su propio príncipe.

El acuerdo en Lyubech proporcionó una base para la sucesión ordenada al trono de Kievan durante los próximos cuarenta años. Cuando Svyatopolk Izyaslavich murió, su primo Vladimir Vsevolodich Monomakh se convirtió en príncipe de Kiev (r. 1113-1125). Fue sucedido por sus hijos Mstislav (r. 1125-1132) y Yaropolk (r. 1132-1139). Pero el acuerdo de Lyubech también reconoció la división de la dinastía en ramas distintas y Kievan Rus en principados distintos. Los descendientes de Svyatoslav gobernaron Chernigov. Galicia y Volinia, ubicadas al suroeste de Kiev, adquirieron el estatus de principados separados a fines del siglo XI y XII, respectivamente. Durante el siglo XII, Smolensk, ubicada al norte de Kiev en la parte superior del río Dnieper, y Rostov-Suzdal, al noreste de Kiev, emergieron igualmente como poderosos principados. La porción noroeste del reino estaba dominada por Novgorod, cuya fuerza se basaba en sus lucrativas relaciones comerciales con los comerciantes escandinavos y alemanes del Báltico, así como en su propio imperio extenso que se extendía hasta los montes Urales a fines del siglo XI.

La estructura política cambiante contribuyó a los repetidos conflictos dinásticos por la sucesión al trono de Kievan. Algunos príncipes dejaron de ser elegibles para la sucesión a Kiev y se concentraron en desarrollar sus reinos cada vez más autónomos. Pero los herederos de Vladimir Monomakh, que se convirtieron en los príncipes de Volynia, Smolensk y Rostov-Suzdal, así como los príncipes de Chernigov, se vieron envueltos en disputas sucesorias, a menudo desencadenadas por intentos de miembros más jóvenes para evitar a la generación mayor y reducir El número de príncipes elegibles para la sucesión.

Los enfrentamientos más grandes ocurrieron después de la muerte de Yaropolk Vladimirovich, quien había intentado arreglar que su sobrino fuera su sucesor y, por lo tanto, suscitó las objeciones de su propio hermano menor, Yuri Dolgoruky, el príncipe de Rostov-Suzdal. Como resultado de la discordia entre los herederos de Monomakh, Vsevolod Olgovich de Chernigov pudo tomar el trono de Kievan (r. 1139-1146) y recuperar un lugar en el ciclo de sucesión de Kievan para su rama dinástica. Después de su muerte, la competencia entre Yuri Dolgoruky y sus sobrinos se reanudó; persistió hasta 1154, cuando Yuri finalmente ascendió al trono de Kievan y restauró el orden tradicional de sucesión.

Un conflicto aún más destructivo estalló después de la muerte en 1167 de Rostislav Mstislavich, sucesor de su tío Yuri. Cuando Mstislav Izyaslavich, el príncipe de Volinia y miembro de la próxima generación, intentó apoderarse del trono de Kievan, una coalición de príncipes se le opuso. Dirigido por el hijo de Yuri, Andrei Bogolyubsky, representó a la generación mayor de príncipes elegibles, pero también incluyó a los hijos del difunto Rostislav y los príncipes de Chernigov. El conflicto culminó en 1169, cuando las fuerzas de Andrei desalojaron a Mstislav Izyaslavich de Kiev y saquearon la ciudad. El hermano de Andrei, Gleb, se convirtió en príncipe de Kiev.

El príncipe Andrei personificó las crecientes tensiones entre los principados cada vez más poderosos de Kievan Rus y el centro del estado, Kiev. Como príncipe de Vladimir-Suzdal (Rostov-Suzdal), se concentró en el desarrollo de Vladimir y desafió la primacía de Kiev. Nerl Andrei usó su poder y recursos, sin embargo, para defender el principio de antigüedad generacional en la sucesión a Kiev. Sin embargo, después de que Gleb murió en 1171, la coalición de Andrei no pudo asegurar el trono para otro de sus hermanos. Un príncipe de la línea de Chernigov, Svyatoslav Vsevolodich (r. 1173-1194), ocupó el trono de Kievan y trajo la paz dinástica.

A comienzos de siglo, la elegibilidad para el trono de Kievan se limitaba a tres líneas dinásticas: los príncipes de Volinia, Smolensk y Chernigov. Debido a que los oponentes eran con frecuencia de la misma generación, así como hijos de antiguos grandes príncipes, las tradiciones dinámicas de sucesión ofrecían poca orientación para determinar qué príncipe tenía antigüedad. A mediados de la década de 1230, los príncipes de Chernigov y Smolensk se vieron envueltos en un conflicto prolongado que tuvo graves consecuencias. Durante las hostilidades, Kiev fue saqueada dos veces más, en 1203 y 1235. La lucha reveló la divergencia entre los principados del sur y el oeste, que estaban profundamente enredados en los conflictos sobre Kiev, y los del noreste, que eran relativamente indiferentes a ellos. El conflicto intradinámico, agravado por la falta de cohesión entre los componentes de Kievan Rus, socavaba la integridad del reino. Kievan Rus se quedó sin defensas efectivas antes de la invasión mongol.

Cuando se estaba formando el estado de Kievan Rus, su población consistía principalmente en agricultores rurales que cultivaban granos de cereales, así como guisantes, lentejas, lino y cáñamo en claros de bosques naturales o en los que crearon mediante el método de tala y quema. Complementaron estos productos pescando, cazando y recolectando frutas, bayas, nueces, hongos, miel y otros productos naturales en los bosques alrededor de sus pueblos.

El comercio, sin embargo, proporcionó la base económica para Kievan Rus. Los príncipes Rurikid del siglo X, acompañados por sus séquitos militares, hicieron rondas anuales entre sus súbditos y recaudaron tributos. Igor se encontró con su muerte en 945 durante tal excursión, cuando él y sus hombres intentaron tomar más del pago estándar de Drevlyane. Después de recoger el tributo de las pieles de piel, la miel y la cera, los príncipes de Kievan cargaron sus bienes y cautivos en botes, también suministrados por la población local, y se dirigieron por el río Dnieper al mercado bizantino de Cherson. Oleg en 907 e Igor, con menos éxito, en 944 realizaron campañas militares contra Constantinopla. Los tratados resultantes permitieron a los Rus comerciar no solo en Cherson, sino también en Constantinopla, donde tenían acceso a bienes de prácticamente todos los rincones del mundo conocido. Desde su posición privilegiada en Kiev, los príncipes Rurikid controlaron todo el tráfico que se movía desde las ciudades hacia el norte hacia el Mar Negro y sus mercados adyacentes.

La ruta del río Dnieper "de los varangianos a los griegos" condujo hacia el norte a Novgorod, que controlaba el tráfico comercial con los comerciantes del Mar Báltico. Desde Novgorod también se transportaron bienes comerciales hacia el este a lo largo del río Volga superior a través de la región de Rostov-Suzdal hasta Bulgaria. En este centro de mercado a mediados del río Volga, que formó un nexo entre los Rus y los mercados de Asia Central y el Mar Caspio, los Rus intercambiaron sus productos por monedas de plata orientales o dirhams (hasta principios del siglo XI) y artículos de lujo. incluyendo sedas, cristalería y cerámica fina.

El establecimiento del dominio político Rurikid contribuyó a los cambios en la composición social de la región. A la población agrícola campesina se agregaron los propios príncipes, sus criados militares, sirvientes y esclavos. La introducción del cristianismo por el príncipe Vladimir trajo una capa de clero a la mezcla social. También transformó la cara cultural de Kievan Rus, especialmente en sus centros urbanos. En Kiev, Vladimir construyó la Iglesia de la Santísima Virgen (también conocida como la Iglesia del Diezmo), construida en piedra y flanqueada por otras dos estructuras palaciegas. El conjunto formó la pieza central de la "ciudad de Vladimir", que estaba rodeada de nuevas fortificaciones. Yaroslav expandió la "ciudad de Vladimir" mediante la construcción de nuevas fortificaciones que abarcaban el campo de batalla en el que derrotó a los Pechenegs en 1036. Ubicado en el muro sur estaba el Golden Gate de Kiev. Dentro del área protegida, Vladimir construyó un nuevo complejo de iglesias y palacios, el más imponente de los cuales fue la mampostería Catedral de Santa Sofía, que fue la iglesia del área metropolitana y se convirtió en el centro simbólico del cristianismo en Kievan.

La introducción del cristianismo encontró resistencia en algunas partes de Kievan Rus. En Novgorod se produjo un levantamiento popular cuando representantes de la nueva iglesia arrojaron al ídolo del dios Perun al río Volkhov. Pero el paisaje de Novgorod también fue rápidamente alterado por la construcción de iglesias de madera y, a mediados del siglo XI, por su propia catedral de piedra de Santa Sofía. En Chernigov, el Príncipe Mstislav construyó la Iglesia de la Transfiguración de Nuestro Salvador en 1035.
Por acuerdo con los Rurikids, la iglesia se hizo legalmente responsable de una serie de prácticas sociales y asuntos familiares, incluidos el nacimiento, el matrimonio y la muerte. Los tribunales eclesiásticos tenían jurisdicción sobre el personal de la iglesia y estaban acusados ​​de hacer cumplir las normas y rituales cristianos en la comunidad en general. Aunque la iglesia recibió ingresos de sus tribunales, el clero tuvo un éxito parcial en sus esfuerzos por convencer a la población de que abandonara las costumbres paganas. Pero en la medida en que fueron aceptados, las normas sociales y culturales cristianas proporcionaron una identidad común para las diversas tribus que componen la sociedad Kievan Rus.

La difusión del cristianismo y los proyectos de construcción asociados intensificaron y ampliaron las relaciones comerciales entre Kiev y Bizancio. Kiev también atrajo a artistas y artesanos bizantinos, quienes diseñaron y decoraron las primeras iglesias Rus y enseñaron sus técnicas y habilidades a los aprendices locales. En consecuencia, Kiev se convirtió en el centro de producción artesanal en Kievan Rus durante los siglos XI y XII.

Si bien el diseño arquitectónico y las artes decorativas de mosaicos, frescos y pintura de íconos fueron los aspectos más visibles de la transformación cultural cristiana, Kievan Rus también recibió crónicas, vidas de santos, sermones y otra literatura de los griegos. Las obras literarias sobresalientes de esta época fueron la Crónica primaria o Cuento de años pasados, compilada por monjes del Monasterio de las Cuevas, y el "Sermón sobre la ley y la gracia", compuesto (c. 1050) por Metropolitan Hilarion, el primer nativo de Kievan Rus para dirigir la iglesia.

Durante el siglo XII, a pesar de la aparición de centros políticos en competencia dentro de Kievan Rus y los repetidos saqueos de la misma (1169, 1203, 1235), la ciudad de Kiev continuó prosperando económicamente. Su población diversa, que se estima que alcanzó entre 36,000 y 50,000 personas a fines del siglo XII, incluía príncipes, soldados, clérigos, comerciantes, artesanos, trabajadores no calificados y esclavos. Su creciente sector de artesanías producía cristalería, cerámica vidriada, joyas, artículos religiosos y otros bienes que se exportaban a todo el territorio de Rus. Kiev también siguió siendo un centro de comercio exterior y reexportó cada vez más bienes importados, ejemplificados por ánforas bizantinas utilizadas como contenedores para el aceite y el vino, a otras ciudades Rus.

La proliferación de centros políticos dentro de Kievan Rus estuvo acompañada por una difusión del dinamismo económico y una creciente complejidad social que caracterizó a Kiev. La economía de Novgorod también continuó centrada en su comercio con la región del Báltico y con Bulgaria. En el siglo XII, los artesanos en Novgorod también se dedicaban a nuevas artesanías, como el esmaltado y la pintura al fresco. La floreciente economía de Novgorod sostenía una población de veinte a treinta mil a principios del siglo XIII. Volinia y Galicia, Rostov-Suzdal y Smolensk, cuyos príncipes competían política y militarmente por Kiev, ganaron su vitalidad económica desde sus ubicaciones en las rutas comerciales. La construcción de la iglesia de albañilería de la Madre de Dios en Smolensk (1136-1137) y de la Catedral de la Dormición (1158) y el Golden Gate en Vladimir reflejaban la riqueza concentrada en estos centros. Andrei Bogolyubsky también construyó su propio complejo de palacio de Bogolyubovo en las afueras de Vladimir y celebró una victoria sobre los búlgaros del Volga en 1165 al construir la Iglesia de la Intercesión cerca del río Nerl. En cada uno de estos principados, los boyardos, funcionarios y criados de los príncipes estaban formando aristocracias locales y terratenientes y también se estaban convirtiendo en consumidores de artículos de lujo producidos en el extranjero, en Kiev y en sus propias ciudades.

En 1223, los ejércitos de Chingis Khan, fundador del Imperio mongol, llegaron por primera vez a la estepa al sur de Kievan Rus. En la Batalla de Kalka derrotaron a una fuerza combinada de Polovtsy y Rus extraídos de Kiev, Chernigov y Volynia. Los mongoles regresaron en 1236, cuando atacaron a Bulgar. En 1237-1238 montaron una ofensiva contra Riazán y luego Vladimir-Suzdal. En 1239 devastaron las ciudades sureñas de Pereyaslavl y Chernigov, y en 1240 conquistaron Kiev.

Se considera que el estado de Kievan Rus se derrumbó con la caída de Kiev. Pero los mongoles pasaron a subordinar a Galicia y Volinia antes de invadir Hungría y Polonia. A raíz de su conquista, los invasores se establecieron en las cercanías del río Volga inferior, formando la porción del Imperio mongol comúnmente conocido como la Horda de Oro. Los príncipes sobrevivientes de Rurikid se dirigieron a la horda para rendir homenaje al khan mongol. Con la excepción del Príncipe Michael de Chernigov, que fue ejecutado, el khan confirmó a cada uno de los príncipes como el gobernante en su respectivo principado. Así confirmó la desintegración de Kievan Rus.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Revolución Americana: Batalla de North Point

Batalla de North Point




La Batalla de North Point fue un enfrentamiento en la Guerra de 1812, librada el 12 de septiembre de 1814, entre la Tercera Brigada del General de Brigada John Stricker (Brigada de la Ciudad de Baltimore) de la Milicia del Estado de Maryland y una fuerza de desembarco británica, compuesta por unidades de los británicos. Ejército, marineros de la Royal Navy, marines coloniales, marines reales y liderados por el mayor general Robert Ross y el contralmirante George Cockburn. Los eventos y el resultado del compromiso, una parte de la batalla más grande de Baltimore, vieron a las fuerzas estadounidenses retirarse después de infligir grandes bajas a los británicos.

Una de las víctimas fue Ross, asesinado durante escaramuzas anteriores mientras se acercaba a la posición estadounidense en el antiguo North Point Road al sur del campo de batalla por francotiradores ocultos estadounidenses. Su muerte desmoralizó significativamente a las tropas bajo su mando cuando su cuerpo fue llevado a la parte trasera en un carro con ruedas y dejó a algunas unidades confundidas y perdidas entre los bosques, prados y pantanos de la península de Patapsco Neck. Esto llevó al segundo comandante británico, el coronel Arthur Brooke, del 44º Regimiento de los Pies, a decidir más tarde que sus tropas permanecieran en el campo de batalla durante la tarde y la noche, tratando a los heridos en una casa (iglesia) metodista cercana. y evacuar a algunos en una barcaza hacia el sur por Bear Creek hasta la Flota en alta mar en el río Patapsco, retrasando así un día su avance hacia el noroeste contra Baltimore.

Este retraso dio a los estadounidenses más tiempo para organizar y fortalecer la defensa del lado este de la ciudad, bajo el mando del mayor general Samuel Smith, a lo largo de una extensa red de trincheras, fortificaciones y artillería con un punto fuerte central del "Bastión de Rodgers", comandado por el Comodoro de la Marina de los EE. UU. John Rodgers. El general Stricker retiró lentamente a su milicia organizada de regreso a las líneas de defensa principales en Loudenschlager y Potter's Hills (ahora llamada Hampstead Hill en el moderno Patterson Park), cortando árboles a través de las carreteras para retrasar el avance británico, y se unió al ejército y la marina regular existentes. , milicias y fuerzas civiles de aproximadamente 15,000 hombres y 100 cañones. Junto con el fracaso de la Royal Navy para neutralizar el Fuerte McHenry que custodiaba el puerto de Baltimore (rama noroeste del río Patapsco), la vasta superioridad numérica resultante sobre la fuerza invasora británica de 4.000 hombres y 4 cañones condujo al posterior abandono dos días después del planeó asalto por tierra y mar en Baltimore.




Antecedentes


Batalla de North Point

Movimientos británicos


El mayor general Robert Ross había sido enviado a la bahía de Chesapeake con una brigada de veteranos del ejército del duque de Wellington de las Guerras Peninsulares españolas a principios de 1814, reforzado con un batallón de marines reales y marineros de la Marina Real bajo el almirante George Cockburn. Ya habían derrotado a una fuerza reunida apresuradamente de la milicia estatal de Maryland, Baltimore y el Distrito de Columbia en la Batalla de Bladensburg, al noreste de Washington, D.C., el 24 de agosto de 1814, y quemaron Washington, la nueva capital nacional pero pueblo rudo. Tras interrumpir al gobierno estadounidense, se retiró a los barcos que esperaban de la Royal Navy en Benedict, Maryland, retirándose por el río Patuxent antes de dirigirse más adelante por la bahía de Chesapeake a la ciudad portuaria estratégicamente más importante de Baltimore, aunque los estadounidenses lograron derrotar un desembarco británico en Caulk's Field en la costa este de la bahía y matar a su comandante, el capitán Sir Peter Parker (1785-1814), antes de hacerlo.

El pequeño ejército de Ross de 3.700 soldados y 1.000 marines [8] desembarcó en North Point al final de la península entre el río Patapsco y el río Back en la mañana del 12 de septiembre de 1814, y comenzó a moverse hacia la ciudad de Baltimore.

Defensas americanas


El mayor general Samuel Smith, de la milicia de Maryland, anticipó la mudanza británica y envió a la columna del general de brigada John Stricker para recibirlos. La fuerza de Stricker consistía en cinco regimientos de la milicia de Maryland, un pequeño regimiento de caballería de la milicia de Maryland, un batallón de tres compañías voluntarias de fusileros y una batería de seis cañones de campaña de 4 libras [10]. Stricker desplegó su brigada a medio camino entre Hampstead Hill, a las afueras de Baltimore, donde había movimientos de tierra y emplazamientos de artillería, y North Point. En ese momento, varios arroyos de marea estrecharon la península a solo una milla de ancho, y se consideró un lugar ideal para oponerse a los británicos antes de que alcanzaran las principales posiciones defensivas estadounidenses. [9]

Stricker recibió información de que los británicos estaban acampados en una granja a solo 3 millas (4,8 km) de su cuartel general. [9] Desplegó a sus hombres entre Bear Creek y Bread and Cheese Creek, que ofrecía cobertura desde los bosques cercanos, y tenía una larga cerca de madera cerca de la carretera principal. Stricker colocó el 5º Regimiento de Maryland y el 27º Regimiento de Maryland y sus seis armas en la línea defensiva delantera, con dos regimientos (el 51º y el 39º) en apoyo, y uno más (el 6º) en reserva. Colocó a sus hombres en posiciones de apoyo mutuo, confiando en numerosos pantanos y las dos corrientes para detener un ataque de flanco británico, todo lo que esperaba ayudaría a evitar otro desastre como Bladensburg. [11]

Los fusileros inicialmente ocuparon una posición algunas millas por delante de la posición principal de Stricker, para retrasar el avance británico. Sin embargo, su comandante, el capitán William Dyer, se retiró rápidamente al escuchar el rumor de que las tropas británicas estaban aterrizando desde el río Back detrás de él, amenazando con cortar su retirada. Stricker los publicó en su flanco derecho.


Batalla

Escaramuza de apertura

Alrededor del mediodía del día 12, Stricker escuchó que los británicos se habían detenido mientras los soldados comían, y algunos marineros unidos a la fuerza de Ross saquearon las granjas cercanas. Decidió que sería mejor provocar una pelea en lugar de esperar un posible ataque nocturno británico. A la 1:00 pm, envió al Mayor Richard Heath con 250 hombres y un cañón para atraer a los británicos a la fuerza principal de Stricker. [11]

Heath avanzó por el camino y pronto comenzó a atacar a los piquetes británicos. Cuando Ross escuchó la pelea, rápidamente dejó su comida y corrió a la escena. [11] Sus hombres intentaron expulsar a los fusileros estadounidenses ocultos. El contraalmirante George Cockburn, segundo al mando de la Estación Americana de la Armada Real que generalmente acompañaba a Ross, fue cauteloso sobre avanzar sin más apoyo y Ross acordó que se iría y volvería con el ejército principal. [11] Sin embargo, Ross nunca tuvo la oportunidad, ya que un fusilero estadounidense le disparó en el pecho. [11] Herido de muerte, Ross entregó el mando al coronel Arthur Brooke y murió poco después. [11]
 
Batalla principal

Brooke reorganizó las tropas británicas y se preparó para asaltar las posiciones estadounidenses a las 3:00 pm. [11] Decidió usar sus tres cañones para cubrir un intento de su 4to Regimiento de rodear el flanco estadounidense, mientras que dos regimientos más y la brigada naval asaltarían el centro estadounidense. [11] El asalto frontal británico sufrió numerosas bajas cuando los fusileros estadounidenses dispararon contra las filas británicas y, al carecer del bote, los estadounidenses cargaron su cañón con cerraduras rotas, clavos y herraduras, disparando chatarra al avance británico [11]. Sin embargo, el 4to Regimiento británico logró flanquear las posiciones estadounidenses y envió a muchos de los regimientos estadounidenses a huir. Stricker pudo realizar un retiro organizado, con sus hombres disparando voleas mientras continuaban retrocediendo. Esto resultó efectivo, matando a uno de los comandantes británicos y dejando algunas unidades perdidas entre bosques y arroyos pantanosos, con otras en confusión. [11]

No todos los regimientos de milicias se desempeñaron con igual distinción. El 51 ° Regimiento y algunos hombres del 39 ° rompieron y corrieron bajo fuego. Robert Henry Goldsborough, senador de los Estados Unidos y que se desempeñaba como comandante en la milicia, reflejó sus sentimientos sobre la conducta de las unidades de la milicia y la batalla en general una semana después, afirmando que:

El asunto en Baltimore fue ... tan glorioso para nuestros brazos como el de Bladensburg. Nuestra milicia fue derrotada por completo. [13]

El relato de Goldsborough sobre la batalla es claramente más crítico y pesimista que los de Smith y Stricker, y podría decirse que tiene una mayor base en la realidad. Por ejemplo, Smith declaró inicialmente que los británicos tenían casi el doble de los números que realmente tenían, lo cual no es el primer ejemplo de exageración por parte de los comandantes estadounidenses involucrados en el asunto en Baltimore. [14] Sin embargo, los días 5 y 27 se mantuvieron firmes y se retiraron en buen orden, causando bajas significativas al enemigo. [15] Solo se perdió un arma estadounidense. [Cita requerida]

El cabo John McHenry del 5to Regimiento escribió sobre la batalla:

Nuestro Regimiento, el 5, se llevó los elogios de los otros regimientos comprometidos, al igual que la compañía a la que tengo el honor de pertenecer se cubrió de gloria. En comparación con los [otros] Regimientos, fuimos los últimos en abandonar el suelo ... si nuestro Regimiento no se hubiera retirado en el momento en que lo hizo, deberíamos haber sido cortados en dos minutos. [15]

Brooke no siguió a los estadounidenses en retirada. Había avanzado a menos de una milla de la posición principal de los estadounidenses, pero había sufrido más bajas que los estadounidenses. Como estaba oscureciendo, decidió esperar hasta que se esperara que Fort McHenry fuera neutralizado, [16] mientras Stricker se retiraba a las principales defensas de Baltimore.

Bajas

El informe oficial de bajas del ejército británico, firmado por el mayor Henry Debbeig, da 39 muertos y 251 heridos. De estos, 28 muertos y 217 heridos pertenecían al ejército británico; 6 muertos y 20 heridos pertenecían al 2º y 3º Batallones de los Royal Marines; 4 muertos y 11 heridos pertenecían a los contingentes de infantes de marina reales separados de la flota de Cockburn; y 1 muerto (Elias Taylor) y 3 heridos pertenecían a la Royal Marine Artillery. Como era normal, la Royal Navy presentó una declaración de daños por separado para el compromiso, firmada por el Contraalmirante Cockburn, que da 4 marineros muertos y 28 heridos, pero contradice el informe de bajas del Ejército Británico al dar 3 muertos (1 y 2 del HMS Madagascar y HMS Ramillies respectivamente) y 15 heridos por los Royal Marines separados de los barcos de la flota naval. Un posterior regreso de bajas de Cochrane al Almirantazgo, fechado el 22 de septiembre de 1814, da 6 marineros muertos, 1 desaparecido y 32 heridos, con bajas de Royal Marines de 1 muerto y 16 heridos. Las pérdidas británicas totales, como se informó oficialmente, fueron 43 muertos y 279 heridos o 42 muertos y 283 heridos, dependiendo de cuál de los dos retornos de víctimas fue exacto. El historiador Franklin R. Mullaly da otra versión de las bajas británicas, 46 muertos y 295 heridos, a pesar de utilizar estas mismas fuentes. La pérdida estadounidense fue de 24 muertos, 139 heridos y 50 hechos prisioneros.


Secuelas


Caricatura política JOHN BULL y los BALTIMOREANOS (1814) de William Charles, alabando la dura resistencia en Baltimore y satirizando la retirada británica

La batalla había sido costosa para los británicos. Además de las otras bajas, perder al general Ross fue un golpe crítico para los británicos. Era un líder respetado de las fuerzas británicas en la Guerra Peninsular y la Guerra de 1812. La muerte de Ross también fue un duro golpe para la moral británica. El efecto combinado del golpe sufrido en North Point y el fracaso de la Royal Navy para capturar o pasar Fort McHenry en la entrada del puerto de Baltimore, a pesar de un bombardeo de 25 horas, resultó ser el punto de inflexión de la Batalla de Baltimore. Durante el bombardeo en Fort McHenry, Francis Scott Key fue detenido en un barco británico, HMS Surprise, bajo el mando del hijo del almirante Cochrane, el capitán Thomas Cochrane, pero más tarde a petición de los estadounidenses fueron devueltos a su barco de tregua, el " Presidente ", bajo la guardia de la fragata de la flota) a la entrada de Baltimore en el río Patapsco, aproximadamente en la desembocadura de Colgate Creek, cerca de Old Roads Bay con el resto de los barcos más pesados ​​de la flota de ataque y fue testigo del bombardeo del fuerte durante la noche lluviosa y tormentosa. Más tarde en la mañana, después de que los estadounidenses dispararon su arma de saludo matutina y la banda del regimiento tocó la melodía de "Yankee Doodle", la enorme "bandera de la guarnición" de 30 por 42 pies se alzó por encima mientras los bombardeos de la Royal Navy sobre el río y Los barcos zarparon y se unieron a sus pesados ​​buques de guerra para evacuar a los hombres en retirada del coronel Brooke mientras regresaban por la península desde Loudenschlager's / Hampstead Hill hasta North Point, pasando la escena de su batalla anterior, heridos y muertos. Key escribió algunas palabras y líneas de inspiración esa mañana, y cuando el barco de la tregua regresó a la "Cuenca" ("Inner Harbor") más tarde ese día y su breve estadía en el Indian Queen Hotel, en las calles West Baltimore y Hanover, terminó los cuatro párrafos del poema / canción revolotean en su mente, luego se lo muestran a sus amigos, incluido su cuñado, el juez y coronel Joseph Nicolson, (recientemente regresó de dirigir un regimiento de artillería en McHenry) que arregló tener " "folletos impresos bajo el título de" La defensa de Fort McHenry "en las oficinas de la calle Baltimore del periódico cerrado," Baltimore American "por el aprendiz de impresor, Samuel Sands. En cuestión de días, las facturas estaban en todas partes, tanto en el fuerte como en toda la ciudad, siendo silbadas, tarareadas y cantadas, pronto con la melodía de una conocida melodía inglesa del siglo XVIII de John Stafford Smith de una sociedad musical, social y de baile, titulado "An Anacreon in Heaven", más tarde renombrado "The Star-Spangled Banner".

El día después de la batalla de North Point en Godley Wood en el "Patapsco Neck", después de descansar y tratar a sus hombres heridos en la casa de reunión metodista en el campo de batalla, el coronel Brooke, ahora al mando, avanzó con cautela hacia el noroeste hacia Baltimore. No hubo más oposición por parte de Stricker, sin embargo, dejó equipos de hachas para talar docenas de árboles a través del pequeño camino a través de los densos bosques y cavar trincheras para frenar las tropas y la artillería del enemigo. Pero cuando los británicos vieron las principales defensas del lado este de Baltimore, Brooke estimó que estaban tripuladas por hasta 22,000 milicianos, con 100 cañones alineados en un tramo de trincheras, terraplenes y bastiones de una milla de largo desde el borde del agua cerca Fells Point al noreste cerca de la moderna carretera de Bel Air. Se preparó para hacer un asalto nocturno contra un punto débil percibido en las defensas en Loudenslager Hill, pero envió mensajes al vicealmirante Alexander Cochrane a bordo de su buque insignia en el río para enviar cerca, las bombas hervidas con pequeñas embarcaciones y barcazas adicionales cargado con 1,000 Royal Marines para silenciar la batería estadounidense principal, "Bastión de Rodger", en el centro y la artillería más pequeña cerca de la costa hacia el sur en el flanco de su ataque propuesto. Después de la 1 de la madrugada del día 14, (a pesar de perder la mitad de su fuerza que se convirtió en la lluvia y la tormenta de la noche en la dirección equivocada y se dirigió erróneamente hacia el noreste hacia Lazaretto Point y Fells Point frente al fuerte) dura pelea entre los barcos, comandada por el Capitán Charles John Napier del HMS Euryalus y las baterías de soporte más pequeñas estadounidenses en Fort Covington y Fort Babcock, al oeste de McHenry, hasta el flanco Ferry o Middle Branch. Al perder varias barcazas por el fuego que regresaba, las líneas orientales del general Smith y el comodoro Rodgers quedaron ilesas y Brooke suspendió el ataque oriental simultáneo planeado y comenzó a retirarse antes del amanecer. Los británicos volvieron a embarcarse en North Point en dirección a la bahía de Chesapeake.

Legado

La batalla se ha conmemorado el 12 de septiembre durante más de 200 años desde, a través del feriado del Día de los Defensores del estado de Maryland, la ciudad de Baltimore y el condado, junto con la observancia de los siguientes dos días de bombardeo en Fort McHenry. También se recordó de inmediato a partir del año siguiente con la colocación de la piedra angular para el Monumento a la Batalla, el primero en la nación en conmemorar a los soldados estadounidenses comunes cuyos nombres debían inscribirse en el eje de la columna del Monumento, diseñado por el arquitecto emigrante francés. J. Maximilian M. Godefroy en la intersección del centro de la calle North Calvert y entre las calles East Lexington y East Fayette, en el antiguo lugar de reunión central de mucho tiempo, Courthouse Square, ahora vacante, (sitio del anterior Palacio de Justicia / Condado de Baltimore de 1769) , famoso después de 1784 como el "Palacio de justicia sobre pilotes", cuando se construyeron arcos de piedra / ladrillo para preservar la estructura colonial y elevar el edificio y permitir que Calvert Street pasara hacia el norte debajo, arrasado en 1805 y reconstruido hacia el oeste de la pequeña plaza en la esquina suroeste de las calles Calvert y Lexington) hasta que, apenas unos meses antes, se había propuesto la construcción del nuevo Washington Monumento. Después de ver el diseño detallado detallado propuesto por el arquitecto Robert Mills y de temer si el pozo podría caerse y golpear alguna de las muchas casas caras y costosas que rodeaban la plaza, el monumento se trasladó más al norte de la ciudad al área conocida como "Howard's Woods" en tierra donada por el coronel John Eager Howard de la fama de la Guerra Revolucionaria. Otra ceremonia de colocación de piedra angular tuvo lugar el año siguiente y se completó en 1827. En 1839 se creó una organización compuesta por "The Old Defenders" de los soldados de Fort McHenry, North Point y Hampstead Hill como una de las primeras organizaciones de veteranos de la nación. Más tarde se convirtió en la "Sociedad General de la Guerra de 1812" a nivel nacional.



Wikipedia

sábado, 28 de diciembre de 2019

Guerra Antisubversiva: El martirio del Cnel. Ibarzábal

A 45 años del asesinato del coronel Ibarzábal, secuestrado y martirizado durante 10 meses por el ERP

Defendió la guarnición militar de Azul. Fue tomado como rehén por los atacantes para extorsionar al gobierno democrático de Juan Domingo Perón y canjearlo por guerrilleros detenidos. Lo mantuvieron cautivo hasta el 19 de noviembre en 1974 cuando fue acribillado. Tenía 46 años, pesaba 35 kilos

Por Alfredo Serra || Especial para Infobae




Ibarzábal, secuestrado y martirizado durante 10 meses por el ERP

Esa noche, la del 19 de enero de 1974, será larga y sangrienta, pero nadie lo sabe ni lo intuye en la Guarnición Militar de Azul, provincia de Buenos Aires, a pesar de que los años de plomo ya han dejado su huella criminal.

Hace tres meses que gobierna Juan Domingo Perón: su tercera presidencia.

Como sombras al amparo de la cerrada oscuridad, más de doscientos hombres rodean el lugar.

Han llegado en camiones pintados como los del ejército, vestidos con uniformes verdes de combate, y cubiertas sus cabezas con cascos parecidos a los reales.

Los asaltantes a traición, se sabrá después, son de la compañía Héroes de Trelew del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo).

A la cabeza, Mario Roberto Santucho –su creador–, Enrique Gorriarán Merlo, y Hugo Irurzun.

Primer asesinato: el soldado Daniel González, de guardia. Entran entre cien y ciento veinte, y el resto queda afuera, como apoyo.

Objetivo: robar armas, atrapar a un oficial de alto grado, y tenerlo de rehén para usarlo como una mercadería de canje.

Copan sin resistencia la guardia central, varios puestos de vigilancia y el casino de oficiales, pero en la zona de baterías y en la plaza de armas nadie se deja sorprender: los reciben con fuego a granel.

En su casa, enfrente, el jefe del Grupo de Artillería Blindado 1, Jorge Roberto Ibarzábal, al oír los primeros disparos, hace arrojar al piso a sus tres hijos (Silvia, María José y Roberto), baja las persianas, toma un revólver, y vestido de civil se une a la defensa de la guarnición.

Al salir se encuentra con el coronel Camilo Arturo Gay, jefe de la unidad, cruzan un puente sobre el arroyo Azul, pero caen en una emboscada fatal. Gay muere de un balazo en la cabeza, y en el primer asalto cae también Nilda Cazaux, su mujer.

Pero a los criminales les queda una presa: Ibarzábal, secuestrado en el mismo escenario, y moneda de cambio para extorsionar al gobierno e intercambiarlo por guerrilleros detenidos.

El cruce de fuego dura toda la noche, y más allá del alba. Gorriarán Merlo, al ver fracasado el plan de tomar la guarnición, huye. Sin dar aviso a sus compañeros para que se replegaran. Sin temblar ante la segura muerte de quienes lo obedecen ciegamente. Su lema: ¡Sálvese quien pueda!

No sorprende: lo mismo hará quince años después, en 1989 y también en plena democracia, en el asalto al Regimiento de La Tablada.

Ya secuestrado, Ibarzábal es un preludio al martirio de Argentino del Valle Larrabure, capturado en el intento de copamiento de la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos, Villa María, Córdoba.

Caerá prisionero, también del ERP, siete meses más tarde: 10 de agosto de 1974, y soportará 372 días de cautiverio, hasta su muerte, asesinado y sin ceder nunca ante el pacto ofrecido por sus carceleros: “Enseñanos a armar bombas y te dejamos en libertad”.

El hecho ocurrió el 19 de enero de 1974, durante la tercera presidencia de Juan Domingo Perón

Tampoco Ibarzábal ruega por su vida a lo largo de los diez meses en que es llevado de cárcel en cárcel (de las llamadas, “del Pueblo”: hoyos inmundos), maniatado y amordazado la mayor parte del tiempo, y obligado a escribir cartas a su familia diciendo que “me tratan bien”.

¿Qué clase de hombres fueron? Dos hombres valientes, sin traicionar todo lo aprendido en el Colegio Militar. En especial, “combatir y resistir hasta más allá del deber”. La absoluta contrapartida de sus verdugos.

Luego de esos diez meses, el 19 de noviembre de 1974 a las siete de la tarde y en San Francisco Solano, Quilmes, una patrulla policial de control de ruta advierte el avance de tres vehículos sospechosos: dos autos y una camioneta Rastrojero que lleva en su techo un armario de metal: la última cárcel del cautivo.

La caravana rompe el cerco a toda velocidad. Empieza la persecución. Estalla un tiroteo. La camioneta frena. El custodio del armario empuña un arma corta, “y le pegó tres balazos a mi padre, que estaba esposado y con los ojos vendados”, recordó ante Claudia Peiró, de Infobae, Silvia Ibarzábal, adolescente en aquella noche de espanto.

El prisionero muere en el acto. Su asesino, Sergio Dicovsky, no se resiste: tira su arma y alza los brazos. Seguramente cuenta con que tendrá el privilegio de los derechos humanos.

Y no se equivoca. Según Silvia, “el que mató a mi padre figura entre los homenajeados en el Parque de la Memoria, igual que los asaltantes de otros cuarteles en plena democracia, como el de Formosa, mientras que las víctimas del terrorismo guerrillero ni siquiera están registradas oficialmente: más de dos mil”.

En el mismo relato, recuerda que “dos guerrilleros, uno de apellido Carrara, y otro, Altera, atrapados durante ese infierno, pedían jueces, diputados y periodistas para que le dieran garantías. Altera acababa de matar al coronel Gay y a su mujer…”.

El cuerpo de Ibarzábal mostraba cada huella de los diez meses pasados en jaulones, con continuas mudanzas, y sin el menor cuidado. Pesaba 35 kilos.

Siguieron etapas no menos sombrías. A pesar de que el ataque a la guarnición duró toda la noche, y que inmediatamente se pidió el cierre de rutas, la orden no se cumplió: piedra libre para la fuga de Gorriarán Merlo.

Perón –que moriría el primer día de julio de 1974– echó a Oscar Bidegain, gobernador de la provincia de Buenos Aires. Cargo: sospecha de complicidad, con otros funcionarios, en el ataque.

Durante toda la etapa de su gobierno, los Kirchner ignoraron los homenajes a los caídos bajo el fuego de las organizaciones guerrilleras. Y tanto Arturo Larrabure, hijo del coronel martirizado, como Silvia Ibarzábal, siguen reclamando ante la justicia que esos crímenes sean considerados “de lesa humanidad”. Hasta hoy, ante oídos sordos.

El único reconocimiento que recibió Ibarzábal fue su ascenso post mortem a coronel.

Al morir, tenía sólo 46 años.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

La Navidad en la guerra

Los militares en Navidad, violencia y diversión





Morgan Deane || War History Online



La guerra es difícil en circunstancias normales, pero se vuelve aún más difícil cuando los soldados comienzan a pensar en cómo están perdiendo el tiempo con sus seres queridos, especialmente en días como Navidad.

La Navidad no comenzó como una fiesta nacional especial. No hubo observancias registradas en la Biblia y a los puritanos no les gustaban las fiestas alimentadas con alcohol que se encontraban en otras regiones.

Pero después de la fundación de una nueva nación, los estadounidenses tomaron prestados de todo tipo de tradiciones de Europa, incluidos los árboles verdes y la figura danesa de "Sinterklaas" que finalmente se convirtió en Santa Claus. Todo esto se promulgó a través de publicaciones y periódicos estadounidenses.


Sinterklaas interpretado por Bram van der Vlugt Foto de Gaby Kooiman CC BY-SA 3.0

Durante la Guerra Civil, los sureños tenían menos inhibición que la cultura de inspiración puritana en el norte y tenían fiestas escandalosas donde disparaban rondas, especialmente porque les estaba yendo bien al principio de la guerra.

Los soldados del norte echaron de menos su hogar y también celebraron en sus campamentos con cartas a casa, villancicos y comidas especiales.


Una tarjeta de Navidad de seda, ca. 1860

A medida que avanzaba la guerra, las Navidades de la Confederación se volvieron mucho más moderadas debido a sus derrotas en el campo y la escasez en el frente interno, pero también se volvieron mucho más importantes a medida que la gentileza y la santidad de ese día especial se volvieron más conmovedoras.

Cinco años después de que terminara la guerra, en 1870, la Navidad se convirtió en una fiesta nacional y en otra forma de unificar a los estadounidenses que se separaron recientemente de la guerra.


Papá Noel distribuye regalos a las tropas de la Unión en la primera caricatura de Papá Noel de Nast, (1863)

Desde entonces, la Navidad ha sido un momento especial para los soldados estadounidenses en guerra. El sargento mayor retirado Carrol Collins era un intendente que se esforzó más para alimentar a los soldados con algo especial para las vacaciones. Proporcionó múltiples divisiones, cuerpos y, a veces, cuarteles generales del ejército.

Se aseguró de probar y proporcionar comidas que fueran mejores que las raciones C no deseadas. También complementó sus comidas con lo que pudo del campo, que a menudo era muy buen pan, pasta y vino mientras servía en Italia y Francia, sin mencionar la cerveza durante la ocupación de Alemania.


Navidad en el hospital de soldados

En la Guerra de Corea, Frederick McClellan tuvo una experiencia cercana a la muerte luchando contra los norcoreanos en Navidad. Él era el hombre clave para su unidad.

Una fuerza china se infiltró en su unidad acampada en una colina en la mañana del 25 de diciembre de 1950. Sus ametralladoras fueron asesinados incluso antes de que salieran de sus sacos de dormir. Escuchó los gritos desde su posición un poco cuesta abajo. Rodó fuera de su saco de dormir sobre el suelo helado y se quedó inmóvil.


Navidad en Corea, 1953.

Al verse superado en número, se obligó a quedarse quieto y esperar que el enemigo lo esquivara. Esto le salvó la vida, pero lo congeló y los médicos le dijeron que estaba a minutos de perder las manos.

Michael Longwell se ofreció para servir tres turnos de servicio en Vietnam. Era un empleado de suministros y nunca enfrentó los desafíos que enfrentaban muchos otros, pero tenía largos períodos de servicio de guardia que todavía eran onerosos. Trató de inscribirse en el servicio nuevamente, pero los problemas médicos le impidieron hacerlo.


Navidad en Vietnam, 1967

Tuvo suerte cuando el Vietcong comenzó a bombardear la sede de la unidad donde habría estado estacionado y causó bajas masivas.

La parte más difícil para él fue la reacción de las personas poco comprensivas que encontró cuando llegó a casa.

En la época de Navidad en el campo, las comidas eran un poco mejores, y recibió excelentes paquetes de atención de la Cruz Roja y el Ejército de Salvación.


Trabajadores de la Cruz Roja empacan regalos de Navidad para las Fuerzas de Lucha durante la Segunda Guerra Mundial

En Irak, Andrew Swilling sirvió suficientes recorridos para presenciar la invasión inicial, la creciente insurgencia y la relativa calma. Su gira más dura fue en la provincia de Diyala de 2006 a 2008.

La ciudad principal de su sector había sido tomada por los insurgentes, y solo había un camino desde y a través de la ciudad hasta su base principal, lo que significaba que luchaban todos los días. Su vehículo tenía piezas de él voladas por artefactos explosivos improvisados ​​varias veces.


Ejército de EE. UU. - Cena de Navidad en Iraq

La comida mejoró dramáticamente durante su tiempo allí, ya que los MRE ya eran mucho mejores que las raciones C y K de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, los soldados se cansaron de eso y comenzaron a comprar pollo, brochetas e incluso pizza de vendedores iraquíes locales.

Consiguieron envíos especiales de alimentos para las vacaciones y tuvieron tiempo suficiente para relajarse en sus bases.


Cena de raciones K

En general, el tiempo de Navidad en el ejército puede estar lleno de peligros por parte de un enemigo violento que lanza ataques sorpresa, pero también por la tristeza y la melancolía.


Navidad en Buna, Papua, 1942

Lea otra historia de nosotros: Navidad en Bastogne, 1944 - Extracto de las memorias de Jack Womer "Luchando con los trece asquerosos"

Las cartas frecuentes eran importantes, pero la comida se convirtió en la motivación clave y casi sin excepción la comida de las fiestas trató de compensar los sentimientos de tristeza.

Tal vez esta Navidad pueda enviar un paquete lleno de golosinas a una unidad desde su área durante el despliegue.

martes, 24 de diciembre de 2019

Sumeria: La Lista Real sumeria y su veracidad

La Lista Real Sumeria o cómo una mentira repetida mil veces…

Javier SanzHistorias de la Historia


Si nos pasamos por el Museo Ashmolean de Oxford veremos expuesto un objeto famoso. En concreto, se trata de un bloque de barro cocido cubierto de escritura cuneiforme. Se le conoce como Prisma de Weld-Blundell, por el nombre de la expedición que lo descubrió durante las excavaciones de la ciudad sumeria de Larsa en 1922. De forma más popular se le conoce como la Lista Real Sumeria. Consta de un listado de nombres de reyes que habrían reinado en Sumer desde tiempos arcaicos. Es tan popular que, incluso, se ha convertido en el Santo Grial al que se aferran algunos individuos, tocados con un cucurucho de papel de aluminio, para asegurar que hubo dioses extraterrestres que bajaron a la tierra. Lo malo es que el objeto no puede tomarse como un libro de historia, sino como una simple guía con errores incluidos.

 

Podemos dividir a los soberanos en tres partes. En la primera aparecen los reyes que supuestamente gobernaron primero, con periodos de gobierno enormes, como Enmenluana con 43.200 años o Dumuzid con 36.000. Su existencia y datos personales son, cuanto menos, inciertos. La segunda parte consta de reyes que podrían haber existido. Lo suponemos porque se han encontrado leves indicios de la existencia de alguno, como Mebaragesi de Kish o Gilgamesh y Enmerkar de Uruk. Por supuesto, si existieron no fueron ni tan guapos, ni tan altos y esbeltos, ni novios de Angelina Jolie. Digamos que sus datos están algo adornados. Por algo hay historiadores que la llaman “época heroica”. Tampoco cuadran del todo los periodos de reinado. Por ejemplo, a la única reina de la lista, Kug-Bau de Kish, se le adjudican 100 años. Por indicios encontrados en alguna tablilla, suponemos que más bien fueron alrededor de 20. La tercera parte presenta listas de monarcas de los que tenemos constancia, y es aquí donde nos topamos con el origen del documento y sus problemas. Para empezar hay que señalar que no es la única lista que se ha encontrado, pues hay otras más parciales y antiguas, como la de Nippur. Tampoco es demasiado antigua. Fue elaborada a finales de la Dinastía de Isin, lo que corresponde al crepúsculo sumerio. Es, por así decirlo, muy “moderna”. Se cree que está basada en otra lista anterior que habría sido escrita al principio de la III Dinastía de Ur, unos cientos de años antes.



¿Y por qué se creó tal lista? ¿Había, acaso, una intención tras ella de conservar la memoria histórica de los reyes? Pues más bien no. La razón parece haber sido más banal: justificar golpes de estado.

El primero de ellos lo encontramos, precisamente, en la III Dinastía de Ur, la cual se funda cuando Ur-Nammu, general sumerio, le da una buena patada a su rey Utu-hegal, apoderándose de la corona y fundando la dinastía. El resto los vemos en la Dinastía de Isin, a finales de la cual se creó la lista, posiblemente durante el reinado de Sin-Magir, el penúltimo rey. La época en que vivieron los reyes de Isin fue muy turbulenta. Las ciudades sumerias ya no tenían una hegemonía clara que las uniera, como durante la III Dinastía de Ur. Así que, actuaban independientemente, casi como las ciudades de la Italia renacentista, intrigando entre ellas, guerreando, aliándose y traicionando más tarde al aliado… como si de gánsteres se tratara. Y entre ellas, la ciudad de Isin intentaba ser la más importante, aunque otras como Larsa les frustraba cada cierto tiempo el intento. Reyes como Ishbi-Erra, fundador de la dinastía, Ur-Ninurta o Erra-Imitti llegaron al cargo tras rebelarse o jubilar a su antecesor por la vía rápida, seguramente mediante algún sistema original, creativo y fulminante, tal y como era habitual en esa zona del mundo (al rey acadio Rimush le aplastaron el cráneo con un sello de piedra). Por si fuera poco, Ur-Ninurta había sido sacerdote, en concreto un Ishippum, o sea, un purificador. No devolvió los privilegios arcaicos al clero, con lo que sus colegas no debieron ver a sus sucesores con buenos ojos. Tampoco debía tener la conciencia limpia porque en su código de leyes incluyó unas cuantas loas entre las que estaba la de “restaurador de la religión y la justicia tras el diluvio”. ¡Casi nada…! Al final de la dinastía los reyes de Isin se veían entre ciudades enemigas vecinas que empezaban a ganarles batallas, otras extranjeras que subían como la espuma, como Babilonia, y reinados muy cortos de tres o cuatro años. El rey Sin-Magir, que logró reinar 11 años, debió pensar que era un opositor claro a la jubilación, y por ello decidió crear una lista parecida a la de Nippur. Para ello la comisión de escribas de turno —estas cosas siempre las hace una comisión— colocó primero a los gobernantes que salían en los mitos y luego a algunos casi legendarios que recordaban, y cuyas hazañas darían lustre al documento. Y digo algunos, porque sabemos que faltan reyes en ella, como Eannatum de Lagash, que entre otras cosas ordenó hacer la famosa “Estela de los Buitres” para conmemorar una de sus victorias. No se trataba, por tanto, de realizar un listado exacto, sino de crear un documento que Sin-Magir pudiera esgrimir ante sus adversarios y el pueblo llano. Una forma de decir: “Guardo en mis archivos una prueba genuina y auténtica de que tengo derecho al trono, y está refrendada por los dioses. Si me dais unos días para falsificar las firmas, os la mostraré”. En suma, si un gobernante afirma que heredó la corona de un dios o de un antepasado legendario, mucha gente se lo pensará dos veces antes de cambiarle la copa de Valdepeñas por una de cicuta.

Entre las inconsistencias del Prisma de Weld-Blundell no solo tenemos los años de reinado, o la ausencia de monarcas conocidos, sino el hecho mismo de que se dé a entender que la hegemonía fue pasando de una ciudad a otra. Tal como opinan historiadores como Kraus o Finkelstein, esta forma de estructurar la lista parece indicar una intención clara, no solo de justificar el derecho de un monarca al trono, sino también a regir toda Sumer. Sabemos que esa hegemonía no siempre fue tan clara, y que a veces fue compartida por más de una ciudad. Las pruebas arqueológicas muestran que hasta Eannatum de Lagash no aparece un rey que domine varias, y sobre todo, esto se ve con más claridad con Lugalzagesi de Umma, que realmente conquistó casi toda Sumeria. Antes de ello es dudoso siquiera que Gilgamesh o Enmerkar pudieran haber reinado sobre más de un par de ciudades, y más aún en tiempos en que los ejércitos eran reducidos. En una tablilla de tiempos de Eannatum aparece una lista de levas en la que sumamos un total de apenas 640 hombres procedentes de varias ciudades. Hay que esperar hasta el imperio acadio para ver a Sargón jactándose de tener más de 5000 soldados profesionales en su capital (unos 35.000 en todo el ejército).

La Lista Real Sumeria es, por tanto, una buena guía histórica, pero malamente un documento histórico fiable al 100% como pretenden algunos, pues como hemos visto, no fue creada para conservar la memoria del pasado, sino para justificar lo que entonces era el presente. Como se suele decir, una mentira repetida mil veces acaba siendo la realidad. Habría que investigar si Joseph Goebbels tuvo algún antepasado sumerio.



Y sobre la insistencia de algunos acerca de que la Lista Real Sumeria indica que los dioses bajaron del cielo, habría que explicar que el texto original dice (versión de Thorkild Jacobsen, Instituto de Estudios Orientales de la Universidad de Chicago): “Nam-lugal an-ta e-dè-a-ba / erida nam-lugal-la”, que traducido al español significa: “cuando la monarquía bajó del cielo / la monarquía habitó en Eridu”. O sea, que lo que bajó del cielo fue la monarquía (Nam-lugal), el concepto de tener un rey al mando. Si el escriba hubiese querido decir que bajó un dios habría escrito “Dingir”, y si hubiera querido referirse a un rey, habría escrito “Lugal”. Pero resulta que escribió “Nam-lugal”, o sea, “monarquía”. ¡Se siente…! No hubo aliens bajando de Nibiru, ni de Melmac, ni de Kripton. Por tanto, la próxima vez que alguien os diga que sabe de una tablilla genuina y real, que demuestra que los extraterrestres bajaron a Sumeria, y que está refrendada por las firmas de dichos extraterrestres, podéis mandarlos a leer un diccionario… o bien darles unos días para que falsifiquen las firmas y os las enseñen.

lunes, 23 de diciembre de 2019

Conquista de América: La entrada de Hernán Cortés a Tenochtitlán

Sin mitos: así fue la entrada de Hernán Cortés y sus aliados indígenas en Tenochtitlán según Ferrer-Dalmau

Augusto Ferrer-Dalmau presentó ayer en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN) su nuevo cuadro sobre la llegada de los españoles a la capital mexica. Una visión sin los anacronismos habituales con los que se suele reflejar a los conquistadores
César Cervera | ABC






Si un grupo de marcianos aparecen mañana desfilando con cachivaches y armas futuristas por el paseo de la Castellana, a más de uno le daría algo más que un soponcio. Si a eso se suma que, de la mano de esos extraños, aparecieran enemigos mortales de Madrid entrando hasta la cocina de la ciudad, la variedad de reacciones irían del pánico al desmayo. Y eso es, salvando la ciencia ficción, lo que ocurrió el 8 de noviembre de hace quinientos años, cuando un grupo de españoles y sus aliados indígenas, enemistados mortalmente con los mexicas, entraron en Tenochtitlán.

Augusto Ferrer-Dalmau presentó ayer en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden) su nuevo cuadro sobre la llegada de Hernán Cortés a la capital mexica. Como explicó en un acto presidido por el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el general Fernando Alejandre, el pintor de batallas firma una obra que quiere romper con la imagen anacrónica que presenta a los conquistadores con vestimentas y armas propias de otro tiempo. «Los cuadros sobre la conquista de México se pintaron después, de modo que se retrató a los hombres de Cortés más como soldados de tiempos de Felipe II que con la estática, más acertada, de los combatientes de la Conquista de Granada», apunta el pintor a ABC.En la obra pictórica, el primero de los hombres de Cortés es Quauhtotohua, «El dueño del águila», uno de los capitanes tlaxcaltecas con los que los españoles habían cerrado una alianza

Eran así más soldados medievales que barrocos, que es la forma en la que se suelen retratar, lo cual resulta una herejía historiográfica al nivel de los cuernos en los cascos vikingos. La otra novedad que ofrece el cuadro respecto a otros tiene que ver con los indios que acompañaron a los conquistadores en su huida hacia adelante. En la obra pictórica, el primero de los hombres de Cortés es Quauhtotohua, «El dueño del águila», uno de los capitanes tlaxcaltecas con los que los españoles habían cerrado una alianza. «Le he dado protagonismo a los indígenas porque aquella entrada juntos fue el comienzo del mestizaje. Marcó un antes y un después», asegura Ferrer-Dalmau sobre un cuadro que pronto viajará a México y se presentará en una sala de la nueva facultad del Instituto Oviedo de Filosofía.

Un asesor estrella


El cuadro consigue inundar a quien lo mira con una infinidad de historias y detalles. Nada refleja tan bien en el cuadro la conmoción que supuso para América el desembarco español como el rostro compungido, con una mano en la boca, de un noble mexica a la izquierda de la composición. A su lado permanece con gesto de tensión un joven guerrero, armado con un arco, más preocupado por los aliados de Cortés que por los europeos. «Seguramente se esté preguntando qué hacen entrando aquí esta gente con nuestros enemigos mortales. Hay un antes y un después para toda esta gente que sintió derrumbarse su mundo bajo ello. Nunca más volvió a ser lo mismo», señala el pintor.

Este nivel de precisión histórica ha sido posible con la ayuda de David Nievas Muñoz, historiador especializado en el Siglo de Oro y la Europa Barroca, que en su labor de asesor ha guiado al catalán en estas cuestiones. «Necesito a alguien como él en mi vida. Necesito ese valor añadido para hacer una fotografía del pasado. Y mira que a él y al resto de asesores, por momentos, los odio, pues me obligan a cambiar constantemente cosas», bromea el pintor.

Los productores de la serie que protagonizará el próximo año Javier Bardem sobre el conquistador ficharon a Nievas para su departamento de arte y atrezo tras conocer la obra. «Es un privilegio no exento de labor pedagógica, pues se trata de cambiar la percepción que tenemos sobre ese periodo, hacia una históricamente más apegada a la realidad», señala el experto.



Las claves del cuadro


-La complejidad social. Una esclava de guerra, distinguida así por el cepo en el cuello, mantiene un gesto impertérrito a la izquierda del cuadro.

-Profundidad y detalle. Si se usaban o no ventanas en las casas mexicas sigue siendo motivo de controversia histórica.

-El capitán. Cortés entra en la ciudad con gallardía, cabeza al frente, pero mirando de reojo los peligros.

-Cambio de esquema. En contra del mito extendido, las armas a distancia más numerosas de los españoles eran ballestas. A la derecha aparece un conquistador con una de ellas.

-Un nuevo mundo. Un noble mexica, con una tilma (capa) de algodón y plumaje, no puede contener la sorpresa a la izquierda del cuadro.

-El aliado Quauhtotohua. En cabeza de los españoles aparece un capitán de los tlaxcaltecas con mirada desafiante.

-Malintzin y la Virgen. La intérprete aparece con flores en la mano y la bandera de Cortés con una virgen a su espalda. Su imagen es central, como su protagonismo en la conquista.

-El perro. Un mexica aparece casi fuera del plano acercando su mano a uno de esos canes que iban con Cortés.

domingo, 22 de diciembre de 2019

Chequia: Reabren expediente de Masaryk, el Nisman checoslovaco

Hallaron nuevas evidencias sobre el “suicidio” que cambió la Guerra Fría

La Justicia reabrió el caso sobre la muerte, hace más de 70 años, del ex ministro de Exteriores checoslovaco Jan Masaryk

Infobae



Jan Garrigue Masaryk (Shutterstock)

La Fiscalía de República Checa reabrió el caso en torno a la muerte hace más de 70 años del ex ministro de Exteriores checoslovaco Jan Masaryk, que sigue siendo un misterio. El fiscal general, Michal Muravsky, resaltó que la decisión se debe al descubrimiento de una grabación de un policía que llegó el primero al lugar del suceso, tal y como ha recogido el diario local Pravo.

Masaryk, hijo del primer presidente elegido democráticamente de Checoslovaquia, Tomas Masaryk, era el único ministro electo que seguía en el Gobierno checoslovaco tras el Golpe de Praga de 1948. Su cuerpo fue hallado en la calle, bajo la ventana del baño de su vivienda, que se encontraba en un segundo piso. Antes del fin del régimen comunista en 1989, su muerte fue atribuida a un accidente o a un suicidio. Sin embargo, durante los años siguientes surgieron teorías que apuntaban a que el ex ministro de Exteriores había sido arrojado por la ventana, supuestamente siguiendo órdenes de las autoridades comunistas checoslovacas.

En la grabación, el agente Vilibald Hofmann pone en duda la versión oficial sobre lo sucedido y agrega que el cuerpo había sido manipulado y movido para que pareciera que su muerte no era sospechosa. El audio tiene unos 20 minutos y contiene recuerdos del ex policía que fue uno de los primeros en acudir al lugar. ”En la grabación él describe de manera profesional los acontecimientos que tuvieron lugar en la mañana del 10 de marzo de 1948. Habla también de la forma en que se hizo la autopsia del cuerpo de Masaryk”, detalla Radio Prague International.

  Iósif Stalin (Shutterstock)

Según el medio local, la grabación fue hecha en la casa de Jindřich Grulich, pariente del ex policía, quien estaba indignado. A sus familiares les dijo que lo habían interrogado en relación con el caso Masaryk y que insistieron en que su muerte se produjo a otra hora, lo que Hofman negaba. ”El doctor que vino entonces para ayudar a Jan Masaryk, al que encontramos tirado en el suelo, dijo que llevaba muerto ya entre cuatro y seis horas”, se lo escucha decir.

Según Hofman, en la fiscalía lo obligaron a firmar que tras la muerte de Masaryk no se encontraron en su hogar ningún documento u otros escritos, lo que no era cierto. Le enseñaron igualmente unas fotos de Masaryk después de muerto. Pero de acuerdo con el ex policía, esas fotos no eran las originales.“Me mostraron unas tomas en las que el cuerpo de Masaryk aparecía colocado de otra forma, o sea que las fotos habían sido arregladas posteriormente”.

Hofman apuntó que en esas fotografías faltaba también un pañuelo que él mismo había colocado junto a su cuerpo y en el que había depositado los huesos destrozados de los empeines de los pies de Masaryk que le había entregado el médico presente en el lugar.

El caso Jan Masaryk, detalló El Confidencial, es casi desconocido en Europa Occidental, pero fundamental en la Memoria Histórica checa y eslovaca. Algunos historiadores lo consideran la primera víctima oficial de la dictadura comunista.

Los investigadores Jan Špička y Martin Čermák explicaron al diario español que son numerosas las pruebas de un “allanamiento” en la residencia de Masaryk la noche de su muerte, y sobre todo las dificultades que ha supuesto para los investigadores la manipulación de los datos durante el régimen comunista por parte de la STB, la llamada ‘KGB checoslovaca’.

Jan Masaryk con el británico Harold Macmillan (Shutterstock)

Un “suicidio” que cambió la historia

En marzo de 1948, Klement Gottwald ejecutó el llamado ‘Golpe de Febrero’, en el que fuerza la dimisión del presidente y la de todos los ministros no pertenecientes al Partido Comunista. Estos, de hecho, dimiten en bloque esperando forzar elecciones, pero lo único que hace Gottwald es sustituirlos por afines y empezar cambios que, en la práctica, finiquitan la democracia checoslovaca. Solo Masaryk, que se espera la jugada, resiste sin dimitir para intentar forzar elecciones desde dentro, detalló el Confidencial.

Špička, investigador del Centro de Investigación de Nuevas Tecnologías (NTC) de la Universidad de Bohemia Occidental, y su compañero Čermák, de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la misma, entrevistados por el periódico español, aseguraron que la muerte del ministro de Exteriores pudo no solo buscar su eliminación física tanto como la de “un testigo de lo que sea que ocurriese en el ministerio esa noche como de lo que estaba pasando en el gobierno checoslovaco en esos meses”.

Para Špička, la imagen pública y la personalidad de Masaryk le habrían permitido unir a las fuerzas democráticas en unas hipotéticas elecciones o cualquier tipo de manipulación y dificultar el control total del Estado por los comunistas de Gottwald: “Aunque eso nunca lo sabremos, solo podemos discutir y especular”.