Cómo fue la batalla de Chacabuco, por la que el mundo conoció a San Martín
Estaba cuidadosamente planeada, pero las cosas no salieron según lo previsto. El jefe del Ejército de Los Andes debió improvisar sobre la marcha y hasta involucrarse él mismo en el combate
Infobae
Pese a la habitual parquedad de San Martín cuando tomaba la pluma, se lo nota orgulloso y exultante en la comunicación que envía a Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas después de Chacabuco, el 22 de febrero de 1817: "... el eco del Patriotismo resuena por todas partes a un tiempo mismo, y al Ejército de los Andes queda para siempre la gloria de decir: en 24 días hemos hecho la Campaña, pasamos las Cordilleras más elevadas del globo, concluimos con los tiranos y dimos la Libertad a Chile".
Diez días antes, el 12 de febrero, había tenido lugar la batalla de Chacabuco, que sería la coronación de una operación audaz por su concepción y brillantemente ejecutada: el cruce de Los Andes por el ejército que San Martín venía organizando y entrenando en la gobernación de Cuyo desde hacía tres años. Derrotados en Rancagua, los patriotas chilenos habían pasado a Mendoza. Entre ellos, Bernardo O'Higgins y Ramón Freire ayudaron a San Martín a organizar el Ejército de Los Andes y se pusieron bajo su mando.
La sorpresa era un factor fundamental para un ejército patriota que disponía de menos hombres y armas que el realista. Las tropas de San Martín habían cruzado divididas, por tres pasos diferentes, algo que les fue hábilmente ocultado a los realistas. El gobernador de Chile, Casimiro Marcó del Pont, no tenía un plan claro de defensa; la llegada del Ejército de los Andes lo sorprendió con la tropa dispersa, algo a lo que lo había forzado San Martín al multiplicar los cruces. Además de los tres principales, hubo cuatro secundarios, dos al norte y dos al sur. La operación estuvo tan bien coordinada que, pese a su complejidad, la altura de la cordillera a atravesar y la extensión de los cruces en un frente de unos 800 kilómetros, las tropas patriotas llegaron casi todas al mismo tiempo a Chile, entre los días 6 y 7 de febrero.
El cruce de los Andes
Luego de varios combates menores, los patriotas estaban dominando el norte de Chile, por donde había pasado el grueso del ejército.
San Martín prepara entonces el enfrentamiento decisivo en la cuesta de Chacabuco, a 50 kilómetros al norte de la ciudad de Santiago. Para ello concentra sus tropas en Curimón.
Marcó del Pont designa al brigadier Rafael Maroto para enfrentar a los patriotas y detener su avance, defendiendo la Capital. Tendrá 2500 hombres a su mando: una compañía de húsares y varios batallones de Infantería..
San Martín por su parte disponía de 3500. Los patriotas se dividen en dos columnas, dirigidas por Miguel Estanislao Soler y por Bernardo O'Higgins, integradas por los Batallones nº1 de Cazadores de los Andes y nº11 de infantería, con el apoyo de los batallones 7 y 8 de Infantería, y 4 escuadrones de Granaderos a Caballo.
Los realistas fijan campamento en la víspera de la batalla en las casas de la hacienda de Chacabuco.
El plan del jefe del Ejército de los Andes era que una de las columnas atacara de frente a los realistas, para fijarlos –"aferrarlos", en lenguaje militar- en el terreno, para dar tiempo a la otra columna a avanzar dando un rodeo y atacarlos por el flanco y la retaguardia en un movimiento envolvente. Una táctica napoleónica que San Martín había tenido tiempo y oportunidad de estudiar muy bien. El mapa que acompaña esta nota muestra el escenario y los movimientos planeados.
El plan de batalla de San Martín
San Martín envía a O'Higgins al frente de la división menos numerosa, por el camino más corto y más escarpado –la cuesta vieja-, para atacar a las fuerzas realistas que él cree están aun en las casas de Chacabuco. Soler, mientras tanto, marcha con su división hacia el mismo lugar pero por el camino más largo (llamado cuesta nueva), para aparecer por el flanco y decidir la suerte de la batalla. Por eso O'Higgins debía demorar el combate hasta la llegada de Soler.
"El general O'Higgins –escribe Carlos A. Pueyrredón en La Campaña de los Andes-, al divisar a las tropas opresoras de su Patria, no pudo contenerse, e impulsado por su valor legendario se lanzó a la carga, resuelta e imprudentemente, contrariando las instrucciones de San Martín de esperar a la División Soler, para iniciar juntos el combate".
En este punto, hay cierto debate entre los historiadores. Algunos señalan que, habiendo San Martín dado la orden de no atacar hasta la llegada de Soler, que debía rodear el cerro, el apresuramiento de O'Higgins –inspirado en su arrojo, virtud en la cual todos coinciden- comprometió la estrategia del Libertador y lo obligó a intervenir. Cabe señalar que la primera carga de O'Higgins contra los realistas había fracasado y el jefe chileno se había visto forzado a retroceder.
Otros señalan que, en realidad, como el ejército realista marchó cuesta arriba –no se quedó en las casas de Chacabuco- al avanzar O'Higgins según lo previsto para posicionarse con el fin de atacarlos de frente, se encuentra de pronto con que las fuerzas de Maroto están a una distancia mucho menor de la que se esperaba. Por eso la batalla se empeña antes de lo previsto.
Fue ese el momento en que O'Higgins, desenvainando el sable, gritó: "¡Vivir con honor o morir con gloria, el que sea valiente que me siga!" y cargó contra el enemigo.
Según el historiador Isidoro Jorge Ruiz Moreno, San Martín consideraba a O'Higgins "valiente hasta la temeridad", pero "le criticaba la falta de conocimientos estratégicos". A diferencia de San Martín, O'Higgins, como otros jefes revolucionarios –y podemos pensar en el caso de Manuel Belgrano- se habían formado en el mismo proceso.
Pero el terreno no era propicio para el ataque, había quebradas que dificultaban el avance de la caballería, y esa primera carga de O'Higgins contra los españoles será vencida. Un segundo ataque lanzado por el jefe chileno estaba encontrando serias dificultades.
La batalla de Chacabuco, librada el 12 de febrero de 1817
Advertido San Martín de lo que ocurre, ordena a Soler atacar de inmediato. Más aún, decide intervenir él mismo en la batalla (ver video al pie de esta nota). Baja la cuesta al frente de sus granaderos y llega en el momento en que O'Higgins se disponía a lanzar un nuevo ataque frontal contra el enemigo realista. "El gran capitán venía bajando la cuesta al frente de sus granaderos cuando se apercibió del acto de arrojo de O'Higgins –sigue el relato de Carlos Pueyrredón en la obra citada-. Ordenó inmediatamente a los regimientos 7 y 8 de infantería que calaran bayoneta y atacaran resueltamente al centro del ejército realista; enseguida, a lanza y sable, arremetió contra el enemigo, para auxiliar a O'Higgins".
El general Gerónimo Espejo, que participó de la Campaña de los Andes, lo cuenta así: "Al ver en tan inminente riesgo la obra que le costaba tantos sudores y desvelos, el pundonor, la responsabilidad, el despecho, quizás lo condujeron (a San Martín) a la cabeza de los Granaderos, resuelto a triunfar o no sobrevivir si se consumaba el infortunio".
Miguel Ángel de Marco (ver su análisis en esta misma edición) recuerda que la estatua del general San Martín espoleando el caballo, con el dedo señalando en el aire, que nos es tan familiar, está inspirada en ese momento crucial de la batalla de Chacabuco cuando, al ver lo que estaba ocurriendo con O'Higgins, le dijo a su ayudante "Vaya y dígale al general Soler que ataque de inmediato", y luego montó a caballo para avanzar él mismo con sus granaderos.
La estatua ecuestre de San Martín, inspirada en la batalla de Chacabuco
Fue la última vez que se involucró físicamente como comandante en el combate, algo absolutamente inhabitual y que inquietó sobremanera a Pueyrredón: "Lo que sé por Luzuriaga –le escribe preocupado- es que usted con dos escuadrones de granaderos tuvo que meterse entre las líneas enemigas. De esto infiero, o que la cosa estuvo apurada, o que no tuvo usted jefe de caballería de confianza, porque en todo otro caso yo acusaría a usted del riesgo en que se puso. Dígame usted con la franqueza que debe lo que hubo en esto (...). Por Dios, cuídese usted, porque su vida y su salud interesan extraordinariamente al país y a sus amigos".
El ataque combinado de O'Higgins y San Martín, sumado al de Soler, rompe las filas realistas. Se retira la caballería, mientras que la infantería es perseguida varios kilómetros. La batalla, cuyos primeros movimientos se habían iniciado de madrugada, concluye entre las 3 y 4 de la tarde.
El parte de San Martín a Pueyrredón es brevísimo pero completo: "Una división de mil ochocientos hombres del ejército de Chile acaba de ser destrozada en los llanos de Chacabuco por el ejército de mi mando en la tarde de hoy. Seiscientos prisioneros, entre ellos treinta oficiales, cuatrocientos cincuenta muertos y una bandera que tengo el honor de dirigir es el resultado de esta jornada feliz con más de mil fusiles y dos cañones. La premura del tiempo no me permite extenderme en detalles, que remitiré lo más breve que me sea posible: en el entretanto, debo decir a V. E., que no hay expresiones como ponderar la bravura de estas tropas: nuestra pérdida no alcanza a cien hombres. Estoy sumamente reconocido a la brillante conducta, valor y conocimientos de los señores brigadieres don Miguel Soler y don Bernardo O'Higgins. Dios guarde a V. E. muchos años. Cuartel general de Chacabuco en el campo de batalla, y febrero 13 de 1817."
Chacabuco fue una victoria completa que les dio a los patriotas el dominio de Santiago. Marcó del Pont huye pero es capturado en Valparaíso cuando se preparaba para abordar un barco hacia Lima.
San Martín en la batalla de Chacabuco
El propio enemigo describe con gran precisión el impacto estratégico de la batalla. Desde Lima, el virrey Joaquín de la Pezuela admitirá que "la desgracia" padecida por sus fuerzas en Chacabuco había transformado "enteramente el estado de las cosas". "Cambióse el estado de la guerra", dijo.
La primera consecuencia es la entrada de los patriotas a la capital de Chile el mismo día 14, dos días después de Chacabuco. Los chilenos le ofrecen la titularidad del gobierno a San Martín la máxima jefatura de gobierno, como Director Supremo de Chile. Él declina el ofrecimiento y recomienda el nombramiento de O'Higgins.
Como vimos, en su parte de la batalla, San Martín no hace ningún reproche a O'Higgins. Muy por el contrario. Más tarde, en carta detallada a Pueyrredón sobre el desenvolvimiento de la batalla, nuevamente destaca el desempeño de sus subordinados y agrega varios nombres a la lista. "Sin el auxilio que me han prestado los brigadieres Soler y O'Higgins, la expedición no hubiera tenido resultados tan decisivos; les estoy sumamente reconocido, asimismo a los individuos del Estado Mayo, cuyo segundo jefe, el coronel Beruti, me acompañó en la acción y comunicó mis órdenes, así como lo ejecutaron a satisfacción mía mis ayudantes de campo el coronel don Hilarión de la Quintana, don José Antonio Álvarez, don Antonio Arcos, don Manuel Escalada y don Juan O'Brien". También nombra a los comandantes Cavot, Rodríguez y Freyre –que actuaron en otras zonas de Chile- y promete ampliar la lista de patriotas que se destacaron en la acción de Chacabuco, cuando reciba los informes del desempeño de toda la tropa, "para que sus nombres no queden en el olvido".
O'Higgins y San Martín, victoriosos
La amistad entre San Martín y O'Higgins fue una de las más fructíferas para la causa de la emancipación americana. Unió a dos hombres dispuestos a todo renunciamiento personal en aras del interés del conjunto. Entre ellos no hubo celos ni competencias que pudieran comprometer sus objetivos.
O'Higgins jamás escatimó a San Martín el reconocimiento que éste merecía por la emancipación de Chile y le brindó su amistad y lealtad hasta el fin.
Bernardo O'Higgins
Al asumir el gobierno de Chile, el 17 de febrero de 1817, se dirigió a sus compatriotas en estos términos: "Nuestros amigos los hijos de las Provincias del Río de la Plata [...] acaban de recuperaros la libertad usurpada por los tiranos. Estos han desaparecido cargados de su vergüenza al ímpetu primero de un ejército virtuoso y dirigido por la mano maestra de un general valiente experto y decidido a la muerte o a la extinción de los usurpadores".
Claudia Peiró cpeiro@infobae.com
viernes, 17 de junio de 2016
jueves, 16 de junio de 2016
Revolución Americana: Los cañones de Ticonderoga liberan Boston
Cómo cañones británicos allanado el camino para la victoria estadounidense en la guerra revolucionaria
"Cuando yo tenía tu edad, arrastramos 60 toneladas de cañones unas 200 millas hasta Boston en el invierno, y nos gustó."
David Gardiner - History Buff
Durante la Guerra Francesa e India, Fort Ticonderoga en el lago Champlain en Nueva York fue considerado como el Gibraltar de América por su ubicación estratégica entre los territorios franceses en Canadá y colonias inglesas en América. A pesar de que fue parcialmente destruida por los franceses tras el Tratado de París de 1763, continuó manteniendo las armas y algunos soldados británicos - sobre todo los que se consideren a la altura del servicio militar real - hasta la Revolución Americana. Aunque no está en un lugar geográficamente más significativa, todavía era considerado digno de mención por parte del personal militar estadounidense.
Fort Ticonderoga en el lago Champlain
Después de las las batallas de Lexington y Concord del 19 de abril de 1775, milicianos de los alrededores de Nueva Inglaterra se movilizaron y descendieron sobre en Boston, donde las fuerzas británicas fueron efectivamente aislada de todas las rutas de suministro terrestres. Durante los siguientes 11 meses, ambas partes prácticamente sólo miraron el uno al otro con la incursión ocasional y escaramuza sin mayores ganancias territoriales o pérdidas para ambos lados. Bueno, Boston era una gran cosa y George Washington la quería.
Poco después de que Boston estaba rodeado por las milicias, un puñado de individuos llegó por separado a la conclusión de que Fort Ticonderoga necesitaba ser tomada. Benedict Arnold y Ethan Allen condujeron el ataque a la fortaleza el 10 de mayo de 1775, que lograron con sólo una lesión menor en el lado americano. La fortaleza fue allanada por todos sus suministros, incluyendo sus 60 toneladas de artillería pesada. Entre noviembre de 1775 y febrero de 1776, el Coronel Henry Knox arrastró las 60 toneladas de armas a cientos de millas por terrenos irregulares y más de dos ríos congelados a Boston. Después de proponer varios planes de ataque, todos los cuales fueron rechazados por sus oficiales, Washington optó por fortalecer el cercano Dorchester Heights con la artillería de Ticonderoga.
El 2 de marzo de 1776, los estadounidenses comenzaron a bombardear a los británicos en Boston a continuación. Las dos partes intercambiaron fuego de cañón para los próximos días y el 8 de marzo, los británicos enviaron una carta a George Washington diciendo que si se les permite salir de Boston en paz, que no destruir la ciudad. Después de varios intentos de retirarse de Boston fueron destruidos por las tormentas, los británicos fueron finalmente capaces de salir el 17 de marzo con más de 11.000 soldados, mujeres y niños en 120 barcos.
La interpretación de un artista de la evacuación británica de Boston
Después de 11 meses, el enfrentamiento había terminado gracias a propios cañones de los británicos, que fueron tomadas de ellos en el Fuerte Ticonderoga por Benedict Arnold y Ethan Allen, arrastrados a cientos de millas de Henry Knox y sus hombres de Nueva York en el invierno, y utilizados en contra en Boston. En muchos aspectos, las medidas adoptadas para empujar a los británicos de Boston mostraron la determinación del nuevo Ejército Continental y allanó el camino para el éxito de Estados Unidos en la guerra revolucionaria.
"Cuando yo tenía tu edad, arrastramos 60 toneladas de cañones unas 200 millas hasta Boston en el invierno, y nos gustó."
David Gardiner - History Buff
Durante la Guerra Francesa e India, Fort Ticonderoga en el lago Champlain en Nueva York fue considerado como el Gibraltar de América por su ubicación estratégica entre los territorios franceses en Canadá y colonias inglesas en América. A pesar de que fue parcialmente destruida por los franceses tras el Tratado de París de 1763, continuó manteniendo las armas y algunos soldados británicos - sobre todo los que se consideren a la altura del servicio militar real - hasta la Revolución Americana. Aunque no está en un lugar geográficamente más significativa, todavía era considerado digno de mención por parte del personal militar estadounidense.
Fort Ticonderoga en el lago Champlain
Después de las las batallas de Lexington y Concord del 19 de abril de 1775, milicianos de los alrededores de Nueva Inglaterra se movilizaron y descendieron sobre en Boston, donde las fuerzas británicas fueron efectivamente aislada de todas las rutas de suministro terrestres. Durante los siguientes 11 meses, ambas partes prácticamente sólo miraron el uno al otro con la incursión ocasional y escaramuza sin mayores ganancias territoriales o pérdidas para ambos lados. Bueno, Boston era una gran cosa y George Washington la quería.
Poco después de que Boston estaba rodeado por las milicias, un puñado de individuos llegó por separado a la conclusión de que Fort Ticonderoga necesitaba ser tomada. Benedict Arnold y Ethan Allen condujeron el ataque a la fortaleza el 10 de mayo de 1775, que lograron con sólo una lesión menor en el lado americano. La fortaleza fue allanada por todos sus suministros, incluyendo sus 60 toneladas de artillería pesada. Entre noviembre de 1775 y febrero de 1776, el Coronel Henry Knox arrastró las 60 toneladas de armas a cientos de millas por terrenos irregulares y más de dos ríos congelados a Boston. Después de proponer varios planes de ataque, todos los cuales fueron rechazados por sus oficiales, Washington optó por fortalecer el cercano Dorchester Heights con la artillería de Ticonderoga.
El 2 de marzo de 1776, los estadounidenses comenzaron a bombardear a los británicos en Boston a continuación. Las dos partes intercambiaron fuego de cañón para los próximos días y el 8 de marzo, los británicos enviaron una carta a George Washington diciendo que si se les permite salir de Boston en paz, que no destruir la ciudad. Después de varios intentos de retirarse de Boston fueron destruidos por las tormentas, los británicos fueron finalmente capaces de salir el 17 de marzo con más de 11.000 soldados, mujeres y niños en 120 barcos.
La interpretación de un artista de la evacuación británica de Boston
Después de 11 meses, el enfrentamiento había terminado gracias a propios cañones de los británicos, que fueron tomadas de ellos en el Fuerte Ticonderoga por Benedict Arnold y Ethan Allen, arrastrados a cientos de millas de Henry Knox y sus hombres de Nueva York en el invierno, y utilizados en contra en Boston. En muchos aspectos, las medidas adoptadas para empujar a los británicos de Boston mostraron la determinación del nuevo Ejército Continental y allanó el camino para el éxito de Estados Unidos en la guerra revolucionaria.
miércoles, 15 de junio de 2016
Guerra franco-prusiana: Asedio y caída de París (1871)
¡Francia se rindió el 28 de enero de 1871 a los alemanes en el asedio de París!
La Paloma por Puvis de Chavannes. La pintura en el Musée d'Orsay muestra un globo.
El asedio de París, con una duración desde el 19 de septiembre 1870 al 28 de enero 1871, y la consecuente captura de la ciudad por las fuerzas de Prusia llevaron a la derrota total francesa en la Guerra Franco-Prusiana y el establecimiento del Imperio alemán, así como la Comuna de París.
Una compañía de la Guardia Nacional francesa
Antecedentes
Ya en agosto de 1870 el ejército prusiano tercera encabezada por el príncipe heredero (el futuro emperador) Federico III había estado marchando en dirección a París, pero fue llamado a hacer frente a las fuerzas francesas acompañados por el propio Napoleón III. Estas fuerzas fueron aplastados en la batalla de Sedán y el camino a París se dejó abierta. Personalmente líder de las fuerzas de Prusia Guillermo I de Prusia, junto con su jefe de personal de Helmuth von Moltke, ocupa la tercera Ejército junto con el nuevo Ejército de Prusia del Mosa con el príncipe Alberto de Sajonia y marcharon sobre París prácticamente sin oposición. En París, el Gobernador y comandante en jefe de las defensas de la ciudad, general Louis Jules Trochu, reunió una fuerza de soldados regulares que habían logrado escapar Sedan bajo Joseph Vinoy además de la Guardia Nacional y una brigada de marineros que totalizaron alrededor de 400.000.El asedio
Los ejércitos alemanes rápidamente llegaron a París, y el 15 de septiembre Moltke emitió órdenes para el sitio de la ciudad. El ejército de la Corona del Príncipe Alberto se acercaban a París desde el norte sin oposición, mientras que el príncipe heredero Federico se trasladó desde el sur. El 17 de septiembre un grupo de bajo Vinoy ejército atacó Frederick, cerca de Villeneuve-Saint-Georges-en un esfuerzo para salvar a un depósito de suministros de allí y finalmente fueron empujados hacia atrás por el fuego de artillería. El ferrocarril de Orleáns fue cortado y el 18 de Versalles fue tomada, que luego serviría como la 3 ª del Ejército y, finalmente, la sede de Wilhelm. Al 19 de septiembre el cerco era completo y el sitio comenzó oficialmente.El primer ministro de Prusia von Bismarck propuso a la cáscara de París con el fin de garantizar la entrega rápida de la ciudad y hacer todos los esfuerzos franceses para liberar a la ciudad sin sentido, pero el alto mando alemán, encabezado por el rey de Prusia, rechazó la propuesta sobre la insistencia del general Leonhard Graf von Blumenthal, quien comandaba el asedio, sobre la base de que un bombardeo que afectan a los civiles, violan las reglas de enfrentamiento, y girar a la opinión de terceros contra los alemanes, sin acelerar la victoria final. Se sostuvo también que una rendición francesa rápida dejaría a los ejércitos franceses nuevas invicto y permitir a Francia para renovar la guerra poco después. Los ejércitos francés nuevo tendría que ser aniquilado en primer lugar, y París tendría que ser muerto de hambre en la entrega.
Trochu tenía poca fe en la capacidad de la Guardia Nacional lo que hizo la mitad de la fuerza de defensa de la ciudad. Así que en vez de hacer cualquier intento significativo para evitar que la inversión realizada por los alemanes, Trochu espera que Moltke trataría de tomar la ciudad por la tormenta y los franceses podrían depender de las defensas de la ciudad. Moltke nunca tuvo intención de atacar la ciudad y esto se hizo evidente poco después de que empezó el asedio. Trochu cambió su plan y permitió Vinoy para hacer una manifestación contra el oeste prusianos del Sena. El 30 de septiembre Vinoy atacado Chevilly con 20.000 soldados y fue rechazado contundentemente por el 3 º Ejército. Luego, el 13 de octubre el II Cuerpo de Baviera fue expulsado de Châtillon, pero los franceses se vieron obligados a retirarse en la cara de la artillería prusiana.
Artillería prusiana durante el sitio de París
El General Clarey de Bellemare ordenó el mayor fortaleza al norte de París, en Saint-Denis. El 29 de octubre, de Bellemare atacó la Guardia Prusiana en Le Bourget sin orden, y tomó la ciudad. La Guardia en realidad tenía poco interés en recuperar sus posiciones en Le Bourget, pero el Príncipe Heredero Alberto ordenó a la ciudad reconquistada de todos modos. En la batalla de Le Bourget la Guardia prusiana logró retomar la ciudad y capturaron a 1.200 franceses. Al enterarse de la rendición francesa de Metz y la derrota en Le Bourget, la moral en París comenzó a hundirse. El pueblo de París comenzaban a sufrir los efectos del bloqueo alemán. Con la esperanza de levantar la moral Trochu lanzó el mayor ataque desde París el 30 de noviembre a pesar de que tenía pocas esperanzas de lograr un avance. Sin embargo, envió Auguste-Alexandre Ducrot con 80.000 soldados contra los prusianos en Champigny, Creteil y Villiers. En lo que se conoció como la batalla de Villiers, los franceses lograron capturar y mantener una posición en Creteil y Champigny. Al 02 de diciembre el Cuerpo de Wurtemberg Ducrot llevó de vuelta a las defensas y la batalla había terminado el 3 de diciembre.
"La guerra: Defensa de París—Estudiantes yendo a ocupar las fortificaciones". Del the Illustrated London News del 1 de Octubre de 1870. Tal vez una de las escenas más icónicas de la guerra franco-prusiana.
El 19 de enero un intento de ruptura final tuvo como objetivo Buzenval cerca del oeste de la Sede prusiana de París. El Príncipe heredero fácilmente rechazado el ataque causando más de 4.000 víctimas al sufrir un poco más de 600 sí mismo. Artículo principal: Batalla de Buzenval. Trochu renunció al cargo de gobernador y dejó general Joseph Vinoy con 146.000 defensores.
Durante el invierno, las tensiones comenzaron a surgir en el alto mando prusiano. Mariscal de Campo Helmuth von Moltke y Leonhard General, el conde von Blumenthal, quien comandaba el asedio (visto en la ilustración de esta página detrás del hombro derecho de Bismarck) se dedicaron fundamentalmente a un asedio metódica que destruir los fuertes individual por la ciudad y poco a poco estrangular la defensa de las fuerzas con un mínimo de bajas alemanas.
Pero a medida que pasaba el tiempo, existía la preocupación creciente de que una guerra prolongada estaba poniendo demasiada tensión en la economía alemana y que un asedio prolongado que convencer al Gobierno francés de la Defensa Nacional que Prusia podría ser igual. Una campaña prolongada también daría tiempo a Francia a reconstruir un nuevo ejército y convencer a las potencias neutrales para entrar en la guerra contra Prusia. A Bismarck, París fue la clave para romper el poder de los líderes republicanos intransigentes de Francia, poniendo fin a la guerra de una manera oportuna, y asegurar condiciones de paz favorable a Prusia. Moltke estaba preocupado también de que los suministros insuficientes de invierno llegaban a los ejércitos alemanes invaden la ciudad, como las enfermedades como la tuberculosis empezaron a surgir entre los soldados asedian. Además, las operaciones de asedio compitió con las exigencias de la actual campaña del Loira contra los ejércitos franceses de campo restantes.
En enero, el consejo de Bismarck, los alemanes dispararon unos 12.000 proyectiles a la ciudad durante más de veintitrés noches en un intento de romper la moral de París a través de bombardeos terroristas. Alrededor de 400 murieron o fueron heridos por los bombardeos, que "tuvo poco efecto en el espíritu de resistencia en París." [1] Delescluze declaró: "Los franceses de 1870 son los hijos de los galos para quienes batallas eran días de fiesta." Debido a una grave escasez de alimentos, los parisinos se vieron obligados a masacre lo que los animales en la mano. Las ratas, perros, gatos y caballos tarifa regular en los menús de restaurante. Incluso Cástor y Pólux, el único par de elefantes en París, no se salvaron.
Un menú Barrio Latino contemporáneo con el sitio dice en parte:
* Consomé de Cheval au mijo. (Caballo)
* Brochetas de foie de Chien à la maître d'hôtel. (Perro)
* Emincé de comparables de Chat. salsa mayonesa. (Gato)
* Épaules et filetes de Chien estofados. Salsa de tomates auxiliar. (Perro)
* Civet de Chat champiñones aux. (Gato)
* Côtelettes de Chien-aux petits pois. (Perro)
* Salamina de ratas. Salsa Robert. (Ratas)
* Gigots de chien flanqués de ratons. Poivrade salsa. (Ratas)
* Begonias au jus. (Flores)
* Ciruela budín au rhum et à la Moelle de Cheval. (Caballo)
El transporte aéreo médica menudo se afirma que ocurrió por primera vez en 1870 durante el asedio de París, cuando 160 soldados franceses heridos fueron evacuados de la ciudad en globo de aire caliente, pero este mito ha sido definitivamente refutada por la revisión completa de la tripulación y los registros de pasajeros de cada balón que salió de París durante el sitio. [2]
El 25 de enero de 1871, Guillermo I revocada Moltke y ordenó al mariscal de campo de consultar con Bismarck para todas las operaciones futuras. Bismarck ordenó de inmediato que la ciudad sea bombardeada con armas de sitio de grueso calibre Krupp. Esto llevó a la entrega de la ciudad el 28 de enero de 1871. París sostuvo más daño en el sitio 1870-1871 que en cualquier otro conflicto.
El ejército prusiano celebró un breve desfile de la victoria en París el 17 de febrero de 1871 y Bismarck honró el armisticio mediante el envío de trenes cargados de alimentos a París y retirando a las fuerzas de Prusia, al este de la ciudad, que se retirarían tan pronto como Francia pagara la acordada indemnización de guerra.
Elihu B. Washburne
Palomas mensajeras
Un correo de palomas se empleó en el curso del asedio, las palomas eran usadas al cabo con regularidad de París. Pronto un servicio regular estuvo en operación, basada por primera vez en Tours, y luego en Poitiers. Las palomas eran trasladados a su base después de su llegada de París y cuando se habían pavoneaba, alimentaba y descansaba, estaban listos para el viaje de regreso. Tours se encuentra a unos 200 kilómetros de París y Poitiers, a unos 300 km. Antes de la liberación, que se cargaron con sus despachos. El primer envío de fecha 27 de septiembre y llegó a París el 1 de octubre. Durante los cuatro meses de asedio, 150.000 comunicaciones oficiales y 1 millón de comunicaciones privadas se realizaron en París por este método. [3] El correo por globo también se utilizó para superar el bloqueo de comunicaciones, con una tasa de 20 centavos por cada letra. Las cartas fueron reducidas fotográficamente por René Dagron para ahorrar peso. Un total de 66 vuelos en globo se hicieron, entre ellos uno que accidentalmente estableció un récord mundial de distancia por terminar en Noruega [4].Secuelas
El 18 de enero de 1871, el Imperio Alemán se proclamó en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles, pintado por Anton von Werner.Los prusianos se había asegurado su victoria en la guerra franco-prusiana. El 18 de enero de 1871 en Versalles, Guillermo I fue proclamado emperador de Alemania. Los reinos de Baviera, Württemberg, Sajonia, los estados de Baden y Hesse, y las ciudades libres de Hamburgo y Bremen se unificaron con la Confederación de Alemania del Norte para crear el Imperio Alemán. El tratado de paz preliminar fue firmada en Versalles y el tratado de paz definitivo se firmó el Tratado de Francfort el 10 de mayo de 1871. Otto von Bismarck fue capaz de asegurar que Alsacia-Lorraine de Francia formaran parte del Imperio Alemán en el marco del Tratado de Frankfurt.
Otra estipulación de los tratados era que una guarnición alemana se quedara en París. Esto enfureció a los residentes de la amargada París, en la presencia continua de tropas alemanas a raíz de la derrota. Además surgió el resentimiento contra el gobierno francés actual y desde abril-mayo 1871 obreros de París y se rebeló Guardia Nacional y estableció la Comuna de París.
Desfile de la victoria alemán
Coronación del Emperador Wilhem I
Wikipedia
martes, 14 de junio de 2016
Guerra contra Brasil: Dos eventos navales memorables
Dos Testimonios del Valor Criollo Durante la Guerra contra el Imperio
Buceando un poco en la Historia, relataremos hoy dos incursiones de las tantas que fueron llevadas a cabo por las fuerzas al mando del almirante Guillermo Brown, ejemplo de lo difícil que podían resultar los golpes de mano y las incursiones destinadas a desgastar a un enemigo muy superior en número, y en recursos materiales.
Guillermo Brown
El 10 de diciembre de 1825 el Imperio del Brasil declaraba la guerra a las Provincias Unidas del Río de la Plata, como consecuencia de haber aceptado éstas la declaración de integración, como un territorio más de la Banda Oriental, decisión adoptada por la Asamblea de La Florida en su sesión del 25 de agosto, bajo la presidencia del diputado Juan Fco. De la Robla. La Asamblea nombró a su vez a Juan Antonio Lavalleja Gobernador y Capitán General, y declaró que la Provincia Oriental del Río de la Plata quedaba "...unida á las demás de este nombre en el territorio de Sud America, por ser libre y espontánea voluntad de los pueblos que la componen,..."
1. Por su parte, el Congreso argentino dictaba el 25 de octubre la ley que aceptaba dicha reincorporación, disponiendo que el Poder Ejecutivo nacional proveyera a su defensa y seguridad, y "...el 4 de noviembre el ministro de relaciones exteriores se dirigía a la cancillería imperial notificándole lo resuelto y la decisión de nuestro gobierno de llenar tan sagrado compromiso por cuantos medios tuviera a su alcance y que si era necesario emplearía la violencia para apresurar la completa liberación del territorio oriental del dominio de las armas imperiales"
2. Como consecuencia de lo expuesto, el emperador del Brasil Pedro II declaraba la guerra a las Provincias Unidas, y apenas 12 días después el vicealmirante Rodrigo José Ferreira de Lobo inauguraba el bloqueo a la ciudad de Buenos Aires, dando a los buques neutrales un plazo de 14 días para abandonar el fondeadero. Es en éste contexto que se emprendió la tarea de organizar un ejército, en base al de Observación que se encontraba concentrado en la frontera con la Banda Oriental, y al mismo tiempo una escuadra que fuese capaz de dar pelea a la poderosa flota brasileña.
La Escuadra Nacional
Si bien se gestionó la compra de 3 buques en Chile, solo llegó al país para cumplir servicios útiles la corbeta "Chacabuco", la que se agregó a la Escuadra cuyo comando se dio al almirante D. Guillermo Brown.
Cabe acotar que la Comandancia General de Marina era desempeñada por el coronel mayor D. José Matías Zapiola, quien contaba con D. Benito Goyena como Comisario de Marina, siendo estos dos hombres los responsables de haber puesto en pie de guerra esa escuadra mínima pero respetable, ordenando la construcción de 11 lanchas cañoneras y la reparación de las tres únicas embarcaciones que poseía la marina. "Finalmente, la escuadra quedó compuesta por la fragata "25 de Mayo", corbeta "Chacabuco", barca "Congreso Nacional", los bergantines "Independencia" y "República Argentina", sumaca "Uruguay", goletas "Guanaco", "La Pepa", "Río de la Plata" (o "Río"), "Sarandi", "Unión" y "Maldonado" (ex "Leal Paulistana") cañoneras 1 a 13 inclusive y lanchones de guerra Nº1 al Nº8" 3. En apariencia esta modesta fuerza poco podía hacer contra la poderosa escuadra brasileña, que sí podía poner en el Río de la Plata una masa de 50 buques varios de los cuales eran "de la línea". 4 La única ventaja que poseían las Provincias Unidas era la poca profundidad del río, sus engañosos y traicioneros bancos y la falta de fondeaderos abrigados. Esto hacía difícil la utilización por parte de los brasileños de sus mejores unidades, en beneficio de los republicanos.
La Acción
Luego del combate de Punta Colares (enero de 1826) que dejó como principal resultado un sumario solicitado por el almirante Brown a varios jefes en razón de la negación a entrar en combate de éstos y dejándolo sólo frente al enemigo, inició éste su campaña contra la Colonia del Sacramento. Se hizo presente frente a la misma el 26 de febrero con la "25 de Mayo" como buque insignia, acompañada del "Grl. Belgrano", el "Grl. Balcarce" y la "Sarandi". Luego de intimar la rendición, recibió por respuesta del comandante enemigo la siguiente: "El Brigadier de los ejércitos Nacionales e Imperiales y Gobernador de esta plaza, responde en su nombre y en el de toda la guarnición que tiene la honra de mandar a la intimación del señor General en Jefe de la Escuadra de la República Argentina, que la suerte de las armas es la que decide la suerte de las plazas. Saluda al señor General en jefe con toda consideración. Manuel Jorje Rodrigues". 5
Combate de Punta Colares
Comenzó entonces un violento combate en el que vararon la "Sarandi" y el "Belgrano", habiendo sido muertos el comandante del "Balcarce", sargento mayor de marina Bartolomé Cerretti. Luego de obtener a una nueva intimación de rendición una respuesta similar a la del día 26, Brown planeó entonces una acción típica de la época, un golpe de mano nocturno para el 1 de marzo. 6
Ubicación de los buques
Habiéndose percatado la Comandancia de Marina del combate que se llevaba a cabo, despachó la goleta hospital "Pepa", junto a las cañoneras Nos. 1, 4, 6, 7, 8 y 12, bajo el comando respectivo de Julio Fonrouge, Carlos Robinson, Jaime Kearnie, Juan Francisco Seguí, José Monti y Antonio Richiteli. El refuerzo de dichas cañoneras le permitió al almirante esbozar un audaz plan, que consistía en incendiar o capturar los buques enemigos fondeados al abrigo de la Colonia, especialmente el bergantín "Real Pedro". Dice al respecto Carranza: "En seguida se dividió esa gente, en la que estaban representados todos los barcos de la insignia, en trozos de abordaje, señalándole distintivo y santo, mientras que a los oficiales se les explicaba individualmente el plan de ataque, según el cual debían gobernar dos de aquéllas, sobre cada barco brasileño, con el propósito de sacarlo a flote o quemarlo, caso de ofrecer dificultades, distribuyéndose al efecto fajinas incendiarias, y camisas y frascos de fuego. Fijada la noche de ese último día para llevar el asalto, luego que llegó el instante decisivo, mandó distribuir el general una ración de grog a los atacantes, y con palabras de aliento les recomendó disciplina y humanidad." 7
Desplazamiento de las flotas
Además de las defensa de la propia fortaleza, al amparo de aquella se encontraban fondeadas el mismo bergantín "Real Pedro", de 16 cañones; un patacho y dos escunas. Habiendo envuelto los toletes de los remos en trapos para no ser oídos, se pusieron en marcha las 6 cañoneras argentinas desde las cercanías de la "25 de Mayo", divididas en dos grupos mandados por Rosales (embarcado en la Nº 1) y Espora (en la Nº 12) los de babor y estribor respectivamente, estando al mando de toda la fuerza éste último. Eran las diez y media de la noche. A eso de las 12, se inició el fuego desde la fortaleza, alertando a su vez a toda la escuadra enemiga. Con muy mala suerte, el viento hizo derivar a 4 de las lanchas sobre las murallas, donde recibían el fuego de las baterías y la metralla del "Tambor" y el "Carmen", fondeados a poca distancia, más la fusilería del 11 de Cazadores.
Notables muestras de coraje pueden relatarse sobre aquella noche: "El intrépido teniente Robinson, de la núm. 4, de los héroes de 1814 en el Hércules, (sic) envuelto en ese círculo de fuego y de humo, sirve como sus demás compañeros de infortunio, de blanco seguro a la artillería enemiga, que se les enfila con raro acierto. Pero él, fiero y enérgico como la fatalidad, agitando su espada, sin gorra, con el cabello desaliñado y el uniforme salpicado en sangre, con una mano aplicaba la mecha al cañón vengador, en tanto que con la otra atendía a la salvación de la nave confiada a su coraje, cuando un casco de metralla le destroza la pierna! Cae su cuerpo, mas no se entibia su denuedo; y con el gesto, con la acción y la palabra sigue animando a los suyos hasta que una segunda bala corta aquella existencia llamada a brillante destino!" 8 Para esta altura, las cañoneras se encontraban cubiertas de muertos y heridos. Imagine el lector el estar parado soportando una lluvia de balas; a merced de un enemigo superior, viendo caer terriblemente heridos a los propios compañeros, y esperando la esquirla o el proyectil que lo mutilará de por vida, o imaginando las terribles heridas producidas por las astillas de madera producto de los impactos del cañón... o de la metralla disparada a quemarropa.
Mientras sucedía esto, el "Real Pedro" comenzaba a arder como una pira porque no habiendo podido tomarlo los incursores, estos, luego de vencer un intento de resistencia de sus ocupantes que se convirtió, instantes después, en una declarada fuga "...trataron, aunque infructuosamente, de librarlo de sus amarras y hacerlo flotar. Del Real Pedro sólo flotaba su popa y varias cadenas mantenían amarrado el barco con el muelle y por ambas bandas." 9 Siendo imposible apresarlo, se deciden por prenderle fuego y, luego se dirigieron en apoyo de los que se encontraban varados, a prácticamente un tiro de pistola del muelle. Tan sólo la cañonera Nº 8 pudo ser recuperada, luego de pasársele remolque y haber realizado esta maniobra bajo el intenso cañoneo enemigo. La retirada fue emprendida, quedando bajo las murallas las Nos. 4, 6 y 7, y "Una pila de CUARENTA Y DOS (sic) cadáveres informes, (...) .todos horriblemente desfigurados por los tarros de metralla o la palanqueta, (...) flotan confundidos con la resaca en torno de aquellos despojos sublimes, mientras que doblada cantidad de heridos, mutilados de la manera más cruel, ateridos por el relente de la noche o devorados por la fiebre, angustiaban el alma con sus lamentos." 10 En cuanto a las cifras de las bajas, "La jornada había costado a las dotaciones de la escuadra más de 125 muertos y heridos, además de alrededor de 80 prisioneros que lograron ganar a nado la costa. Los brasileños perdieron, asimismo, según noticias de origen argentino, cerca de 130 hombres, lo que indica que el ataque, aunque desfavorable en sus resultados, había sido encarnizado y sangriento. Entre los oficiales muertos estaban: Robinson, comandante de la cañonera número 4 y los segundos Curry y Cavaría de la 4 y 6. Gravemente heridos: Kearnie, comandante de la número 6; Turner, segundo de la número 7 y herido el propio Rosales de la 1." 11
El Abordaje de la Emperatriz
Hacia el mes de abril se encontraba la escuadra republicana en demanda del puerto de Montevideo, con el fin de realizar un nuevo ataque furtivo procurando mejor suerte. El día 26 de abril llamó Brown a reunión de los comandantes en la capitana, a fin de deliberar; eran éstos: Tomás Espora de la "25 de Mayo", Juan King de la "Congreso", Guillermo Bathurst del "Independencia", Guillermo Clark de la "República", Nicolás Jorge del "Balcarce", José M. Pinedo de la "Sarandi" y Leonardo Rosales del "Río". "Instalados que fueron en la cámara de la capitana, tomando la palabra, manifestó el almirante: Que supuesto no se tenían noticias de los bloqueadores, a los que daba por Maldonado, era de opinión se tentara un nuevo golpe de mano sobre Montevideo, con el fin de apresar a la fragata Nictheroy, surta en sus aguas, cual se comprobó en el serio reconocimiento del 11 de ese mes, operación que compensaría con ventajas, las fatigas y azares del crucero. Aceptado en general dicho temperamento, se despidió Brown de sus subalternos, luego de apurar con ellos, por el acierto de la empresa concertada, una copa de madeira, su vino favorito, dando previamente un viva a la patria." 12
Abordaje de la Emperatriz
Se organizaron entonces los trozos de abordaje, y se estableció el santo y seña, que sería "Santa María". Habiéndose aproximado los buques al fondeadero, poco antes de las 12 de la noche se dio el siguiente diálogo: preguntó Brown al pasar junto a la popa de una gran fragata: What vessel is that? (Qué buque es ése?), y obtuvo como respuesta: That is nothing to you? (Qué le importa?) Es de imaginar la tensión del momento, los buques pasando silenciosamente, los hombres ocultos para no ser vistos, preservando las mechas humeantes que despedían un fantasmagórico fulgor, todos apretando las empuñaduras de sus espadas, los rostros adustos, tratando de discernir en la oscuridad a los enemigos. "Eran las doce de la noche cuando esto sucedía, y cantó un gallo, mientras ladraba un perro, trepado en las cacholas de la fragata desconocida, sorprendido quizá (nos refería el coronel Toll en 1863), por el murmullo o el eco de las voces que repercutían en el silencio, indicios que hicieron exclamar a Espora, paseándose en tren de pelea y con esa agitación nerviosa que le era congénita en tales casos: "Juro que esta fragata es brasileña, porque ningún buque inglés consiente perros ni gallos a su bordo, ni que sus centinelas omitan dar el grito de alarma al que se acerque". El almirante, un tanto convencido por la actitud vehemente de su capitán de bandera, interroga de nuevo, y ya no obtuvo respuesta. La 25 de Mayo, prolongando por babor la doble cintura de cañones de su rival, rebasa su proa, vira resueltamente a estribor y atravesándose por una de sus aletas, dispara sobre ella su andanada, rompiendo a la vez un fuego nutrido de mosquetería." 13
Es así que se inició el combate, a pesar de que en el buque enemigo se había conseguido dar la silenciosa alerta unos minutos antes y hacer el zafarrancho. Se trataba de la fragata brasileña "Emperatriz", de 52 cañones y 400 hombres de dotación. La indiscutible capacidad de nuestro almirante mantuvo a la "25 de Mayo" por la aleta de babor y la de estribor, es decir, en los sectores de popa, de manera que el enemigo no pudiese abrir fuego con toda la artillería de su banda, disparándole a su vez sobre el espejo de popa, parte más débil de todos los buques de la época a razón de sus cristaleras (presentes en ésa ubicación y que estaban destinadas a la comodidad del comandante y oficiales). Mientras tanto, el "Independencia" de Bathurst cañoneaba por proa. El destino impidió a Brown abordar la "Emperatriz", puesto que el "Independencia" se interpuso en el instante en que iba a apoyar el bauprés sobre la banda del enemigo. Sobre el combés de su buque, moría heroicamente el comandante del buque brasileño, el capitán de fragata Luis Barroso Pereira...; la pronta reacción del buque enemigo habla bien de la preparación que esa dotación tenía... El combate finalizó con la señal de retirada hecha por Brown, puesto que la escuadra enemiga, ya alertada, se aprestaba a contrarrestar el ataque, el que por otra parte había perdido ya toda posibilidad de obtener un éxito.
Fueron estas acciones navales, más allá de sus resultados, de aquellas que se condensan en "...dramas solemnes y horribles, que tienen por teatro la inclemencia y la soledad desconsoladora de los elementos, en que los testigos son actores sobre un piso que vacila o víctimas no pocas veces de heridas tan atroces e incomparables, que se dirían abiertas con armas de gigantes, y de que el choque de dos regimientos que se entreveran a la bayoneta, es apenas una imagen, [y] lleva el nombre de abordaje entre los marinos...!"
1 Anjel Justiniano Carranza, "Campañas Navales de la República Argentina", Talleres de Guillermo Kraft Ltda., Buenos Aires, 2º edición, 1962; volumen IV, anexo documental, página 146.
2 Ídem, volumen II, tomo IV, página 248.
3 Arguindeguy, Pablo E. CL, y Rodríguez, Horacio CL; "Buques de la Armada Argentina 1810-1852 sus comandos y operaciones", Buenos Aires, Instituto Nacional Browniano, 1999, página 421.-
4 Se denomina buque "de la línea" al navío de guerra por excelencia, de 64 cañones o más; que sólo estaba al alcance de las pocas potencias navales de la época. Su nombre proviene de la línea de batalla que formaban las flotas al enfrentarse, se desprende que los buques en condiciones de actuar en ésta línea eran los más capaces y poderosos de una flota.
5 Carranza, Anjel J.; op. cit., página 280.
6 Este tipo de acciones eran las más habituales, especialmente dentro de la Armada Real. "... las grandes batallas marítimas constituyeron solamente una pequeña parte en el servicio de la marina; la gran mayoría de los combates más encarnizados tuvieron lugar en acciones más pequeñas, a menudo entre buques individuales, en "acciones de bote" y desembarcos, en los que las tripulaciones de los navíos de la Marina Real, atacaban buques franceses en puerto y en las instalaciones de la costa" (Haythornthaite, Philip; "Nelson's Navy", Armys and Battles, Osprey Military, Londres, 1993; página 4). Según A. J. Carranza, se convenían en este tipo de acciones las señales de inteligencia, y se distribuía al personal de los trozos machetes, hachas, arpeos, granadas, se les ordenaba ponerse una camiseta blanca sobre el uniforme para poder distinguirse en la oscuridad. Acompañaban a los incursores herreros para cortar los cables de cadena, carpinteros que clavaran las escotillas, gavieros que largasen el paño, timoneles, etc.-
7 Carranza, A., op. cit., pág. 283.
8 Ídem, página 284.
9 Ratto, Héctor R.; "Historia del Almirante Brown"; Instituto de Publicaciones Navales, Buenos Aires, 2000, pág. 162.
10 Carranza, A. J.; op. cit., pág. 285.
11 Ratto, Héctor R.; op. cit., pág. 163.
12 Carranza, A. J.; op. cit., pág. 298.
13 Ídem ant., pág. 300.
14 Íbidem, pág. 297.
Buceando un poco en la Historia, relataremos hoy dos incursiones de las tantas que fueron llevadas a cabo por las fuerzas al mando del almirante Guillermo Brown, ejemplo de lo difícil que podían resultar los golpes de mano y las incursiones destinadas a desgastar a un enemigo muy superior en número, y en recursos materiales.
Guillermo Brown
El 10 de diciembre de 1825 el Imperio del Brasil declaraba la guerra a las Provincias Unidas del Río de la Plata, como consecuencia de haber aceptado éstas la declaración de integración, como un territorio más de la Banda Oriental, decisión adoptada por la Asamblea de La Florida en su sesión del 25 de agosto, bajo la presidencia del diputado Juan Fco. De la Robla. La Asamblea nombró a su vez a Juan Antonio Lavalleja Gobernador y Capitán General, y declaró que la Provincia Oriental del Río de la Plata quedaba "...unida á las demás de este nombre en el territorio de Sud America, por ser libre y espontánea voluntad de los pueblos que la componen,..."
1. Por su parte, el Congreso argentino dictaba el 25 de octubre la ley que aceptaba dicha reincorporación, disponiendo que el Poder Ejecutivo nacional proveyera a su defensa y seguridad, y "...el 4 de noviembre el ministro de relaciones exteriores se dirigía a la cancillería imperial notificándole lo resuelto y la decisión de nuestro gobierno de llenar tan sagrado compromiso por cuantos medios tuviera a su alcance y que si era necesario emplearía la violencia para apresurar la completa liberación del territorio oriental del dominio de las armas imperiales"
2. Como consecuencia de lo expuesto, el emperador del Brasil Pedro II declaraba la guerra a las Provincias Unidas, y apenas 12 días después el vicealmirante Rodrigo José Ferreira de Lobo inauguraba el bloqueo a la ciudad de Buenos Aires, dando a los buques neutrales un plazo de 14 días para abandonar el fondeadero. Es en éste contexto que se emprendió la tarea de organizar un ejército, en base al de Observación que se encontraba concentrado en la frontera con la Banda Oriental, y al mismo tiempo una escuadra que fuese capaz de dar pelea a la poderosa flota brasileña.
La Escuadra Nacional
Si bien se gestionó la compra de 3 buques en Chile, solo llegó al país para cumplir servicios útiles la corbeta "Chacabuco", la que se agregó a la Escuadra cuyo comando se dio al almirante D. Guillermo Brown.
Cabe acotar que la Comandancia General de Marina era desempeñada por el coronel mayor D. José Matías Zapiola, quien contaba con D. Benito Goyena como Comisario de Marina, siendo estos dos hombres los responsables de haber puesto en pie de guerra esa escuadra mínima pero respetable, ordenando la construcción de 11 lanchas cañoneras y la reparación de las tres únicas embarcaciones que poseía la marina. "Finalmente, la escuadra quedó compuesta por la fragata "25 de Mayo", corbeta "Chacabuco", barca "Congreso Nacional", los bergantines "Independencia" y "República Argentina", sumaca "Uruguay", goletas "Guanaco", "La Pepa", "Río de la Plata" (o "Río"), "Sarandi", "Unión" y "Maldonado" (ex "Leal Paulistana") cañoneras 1 a 13 inclusive y lanchones de guerra Nº1 al Nº8" 3. En apariencia esta modesta fuerza poco podía hacer contra la poderosa escuadra brasileña, que sí podía poner en el Río de la Plata una masa de 50 buques varios de los cuales eran "de la línea". 4 La única ventaja que poseían las Provincias Unidas era la poca profundidad del río, sus engañosos y traicioneros bancos y la falta de fondeaderos abrigados. Esto hacía difícil la utilización por parte de los brasileños de sus mejores unidades, en beneficio de los republicanos.
La Acción
Luego del combate de Punta Colares (enero de 1826) que dejó como principal resultado un sumario solicitado por el almirante Brown a varios jefes en razón de la negación a entrar en combate de éstos y dejándolo sólo frente al enemigo, inició éste su campaña contra la Colonia del Sacramento. Se hizo presente frente a la misma el 26 de febrero con la "25 de Mayo" como buque insignia, acompañada del "Grl. Belgrano", el "Grl. Balcarce" y la "Sarandi". Luego de intimar la rendición, recibió por respuesta del comandante enemigo la siguiente: "El Brigadier de los ejércitos Nacionales e Imperiales y Gobernador de esta plaza, responde en su nombre y en el de toda la guarnición que tiene la honra de mandar a la intimación del señor General en Jefe de la Escuadra de la República Argentina, que la suerte de las armas es la que decide la suerte de las plazas. Saluda al señor General en jefe con toda consideración. Manuel Jorje Rodrigues". 5
Combate de Punta Colares
Comenzó entonces un violento combate en el que vararon la "Sarandi" y el "Belgrano", habiendo sido muertos el comandante del "Balcarce", sargento mayor de marina Bartolomé Cerretti. Luego de obtener a una nueva intimación de rendición una respuesta similar a la del día 26, Brown planeó entonces una acción típica de la época, un golpe de mano nocturno para el 1 de marzo. 6
Ubicación de los buques
Habiéndose percatado la Comandancia de Marina del combate que se llevaba a cabo, despachó la goleta hospital "Pepa", junto a las cañoneras Nos. 1, 4, 6, 7, 8 y 12, bajo el comando respectivo de Julio Fonrouge, Carlos Robinson, Jaime Kearnie, Juan Francisco Seguí, José Monti y Antonio Richiteli. El refuerzo de dichas cañoneras le permitió al almirante esbozar un audaz plan, que consistía en incendiar o capturar los buques enemigos fondeados al abrigo de la Colonia, especialmente el bergantín "Real Pedro". Dice al respecto Carranza: "En seguida se dividió esa gente, en la que estaban representados todos los barcos de la insignia, en trozos de abordaje, señalándole distintivo y santo, mientras que a los oficiales se les explicaba individualmente el plan de ataque, según el cual debían gobernar dos de aquéllas, sobre cada barco brasileño, con el propósito de sacarlo a flote o quemarlo, caso de ofrecer dificultades, distribuyéndose al efecto fajinas incendiarias, y camisas y frascos de fuego. Fijada la noche de ese último día para llevar el asalto, luego que llegó el instante decisivo, mandó distribuir el general una ración de grog a los atacantes, y con palabras de aliento les recomendó disciplina y humanidad." 7
Desplazamiento de las flotas
Además de las defensa de la propia fortaleza, al amparo de aquella se encontraban fondeadas el mismo bergantín "Real Pedro", de 16 cañones; un patacho y dos escunas. Habiendo envuelto los toletes de los remos en trapos para no ser oídos, se pusieron en marcha las 6 cañoneras argentinas desde las cercanías de la "25 de Mayo", divididas en dos grupos mandados por Rosales (embarcado en la Nº 1) y Espora (en la Nº 12) los de babor y estribor respectivamente, estando al mando de toda la fuerza éste último. Eran las diez y media de la noche. A eso de las 12, se inició el fuego desde la fortaleza, alertando a su vez a toda la escuadra enemiga. Con muy mala suerte, el viento hizo derivar a 4 de las lanchas sobre las murallas, donde recibían el fuego de las baterías y la metralla del "Tambor" y el "Carmen", fondeados a poca distancia, más la fusilería del 11 de Cazadores.
Notables muestras de coraje pueden relatarse sobre aquella noche: "El intrépido teniente Robinson, de la núm. 4, de los héroes de 1814 en el Hércules, (sic) envuelto en ese círculo de fuego y de humo, sirve como sus demás compañeros de infortunio, de blanco seguro a la artillería enemiga, que se les enfila con raro acierto. Pero él, fiero y enérgico como la fatalidad, agitando su espada, sin gorra, con el cabello desaliñado y el uniforme salpicado en sangre, con una mano aplicaba la mecha al cañón vengador, en tanto que con la otra atendía a la salvación de la nave confiada a su coraje, cuando un casco de metralla le destroza la pierna! Cae su cuerpo, mas no se entibia su denuedo; y con el gesto, con la acción y la palabra sigue animando a los suyos hasta que una segunda bala corta aquella existencia llamada a brillante destino!" 8 Para esta altura, las cañoneras se encontraban cubiertas de muertos y heridos. Imagine el lector el estar parado soportando una lluvia de balas; a merced de un enemigo superior, viendo caer terriblemente heridos a los propios compañeros, y esperando la esquirla o el proyectil que lo mutilará de por vida, o imaginando las terribles heridas producidas por las astillas de madera producto de los impactos del cañón... o de la metralla disparada a quemarropa.
Mientras sucedía esto, el "Real Pedro" comenzaba a arder como una pira porque no habiendo podido tomarlo los incursores, estos, luego de vencer un intento de resistencia de sus ocupantes que se convirtió, instantes después, en una declarada fuga "...trataron, aunque infructuosamente, de librarlo de sus amarras y hacerlo flotar. Del Real Pedro sólo flotaba su popa y varias cadenas mantenían amarrado el barco con el muelle y por ambas bandas." 9 Siendo imposible apresarlo, se deciden por prenderle fuego y, luego se dirigieron en apoyo de los que se encontraban varados, a prácticamente un tiro de pistola del muelle. Tan sólo la cañonera Nº 8 pudo ser recuperada, luego de pasársele remolque y haber realizado esta maniobra bajo el intenso cañoneo enemigo. La retirada fue emprendida, quedando bajo las murallas las Nos. 4, 6 y 7, y "Una pila de CUARENTA Y DOS (sic) cadáveres informes, (...) .todos horriblemente desfigurados por los tarros de metralla o la palanqueta, (...) flotan confundidos con la resaca en torno de aquellos despojos sublimes, mientras que doblada cantidad de heridos, mutilados de la manera más cruel, ateridos por el relente de la noche o devorados por la fiebre, angustiaban el alma con sus lamentos." 10 En cuanto a las cifras de las bajas, "La jornada había costado a las dotaciones de la escuadra más de 125 muertos y heridos, además de alrededor de 80 prisioneros que lograron ganar a nado la costa. Los brasileños perdieron, asimismo, según noticias de origen argentino, cerca de 130 hombres, lo que indica que el ataque, aunque desfavorable en sus resultados, había sido encarnizado y sangriento. Entre los oficiales muertos estaban: Robinson, comandante de la cañonera número 4 y los segundos Curry y Cavaría de la 4 y 6. Gravemente heridos: Kearnie, comandante de la número 6; Turner, segundo de la número 7 y herido el propio Rosales de la 1." 11
El Abordaje de la Emperatriz
Hacia el mes de abril se encontraba la escuadra republicana en demanda del puerto de Montevideo, con el fin de realizar un nuevo ataque furtivo procurando mejor suerte. El día 26 de abril llamó Brown a reunión de los comandantes en la capitana, a fin de deliberar; eran éstos: Tomás Espora de la "25 de Mayo", Juan King de la "Congreso", Guillermo Bathurst del "Independencia", Guillermo Clark de la "República", Nicolás Jorge del "Balcarce", José M. Pinedo de la "Sarandi" y Leonardo Rosales del "Río". "Instalados que fueron en la cámara de la capitana, tomando la palabra, manifestó el almirante: Que supuesto no se tenían noticias de los bloqueadores, a los que daba por Maldonado, era de opinión se tentara un nuevo golpe de mano sobre Montevideo, con el fin de apresar a la fragata Nictheroy, surta en sus aguas, cual se comprobó en el serio reconocimiento del 11 de ese mes, operación que compensaría con ventajas, las fatigas y azares del crucero. Aceptado en general dicho temperamento, se despidió Brown de sus subalternos, luego de apurar con ellos, por el acierto de la empresa concertada, una copa de madeira, su vino favorito, dando previamente un viva a la patria." 12
Abordaje de la Emperatriz
Se organizaron entonces los trozos de abordaje, y se estableció el santo y seña, que sería "Santa María". Habiéndose aproximado los buques al fondeadero, poco antes de las 12 de la noche se dio el siguiente diálogo: preguntó Brown al pasar junto a la popa de una gran fragata: What vessel is that? (Qué buque es ése?), y obtuvo como respuesta: That is nothing to you? (Qué le importa?) Es de imaginar la tensión del momento, los buques pasando silenciosamente, los hombres ocultos para no ser vistos, preservando las mechas humeantes que despedían un fantasmagórico fulgor, todos apretando las empuñaduras de sus espadas, los rostros adustos, tratando de discernir en la oscuridad a los enemigos. "Eran las doce de la noche cuando esto sucedía, y cantó un gallo, mientras ladraba un perro, trepado en las cacholas de la fragata desconocida, sorprendido quizá (nos refería el coronel Toll en 1863), por el murmullo o el eco de las voces que repercutían en el silencio, indicios que hicieron exclamar a Espora, paseándose en tren de pelea y con esa agitación nerviosa que le era congénita en tales casos: "Juro que esta fragata es brasileña, porque ningún buque inglés consiente perros ni gallos a su bordo, ni que sus centinelas omitan dar el grito de alarma al que se acerque". El almirante, un tanto convencido por la actitud vehemente de su capitán de bandera, interroga de nuevo, y ya no obtuvo respuesta. La 25 de Mayo, prolongando por babor la doble cintura de cañones de su rival, rebasa su proa, vira resueltamente a estribor y atravesándose por una de sus aletas, dispara sobre ella su andanada, rompiendo a la vez un fuego nutrido de mosquetería." 13
Es así que se inició el combate, a pesar de que en el buque enemigo se había conseguido dar la silenciosa alerta unos minutos antes y hacer el zafarrancho. Se trataba de la fragata brasileña "Emperatriz", de 52 cañones y 400 hombres de dotación. La indiscutible capacidad de nuestro almirante mantuvo a la "25 de Mayo" por la aleta de babor y la de estribor, es decir, en los sectores de popa, de manera que el enemigo no pudiese abrir fuego con toda la artillería de su banda, disparándole a su vez sobre el espejo de popa, parte más débil de todos los buques de la época a razón de sus cristaleras (presentes en ésa ubicación y que estaban destinadas a la comodidad del comandante y oficiales). Mientras tanto, el "Independencia" de Bathurst cañoneaba por proa. El destino impidió a Brown abordar la "Emperatriz", puesto que el "Independencia" se interpuso en el instante en que iba a apoyar el bauprés sobre la banda del enemigo. Sobre el combés de su buque, moría heroicamente el comandante del buque brasileño, el capitán de fragata Luis Barroso Pereira...; la pronta reacción del buque enemigo habla bien de la preparación que esa dotación tenía... El combate finalizó con la señal de retirada hecha por Brown, puesto que la escuadra enemiga, ya alertada, se aprestaba a contrarrestar el ataque, el que por otra parte había perdido ya toda posibilidad de obtener un éxito.
Fueron estas acciones navales, más allá de sus resultados, de aquellas que se condensan en "...dramas solemnes y horribles, que tienen por teatro la inclemencia y la soledad desconsoladora de los elementos, en que los testigos son actores sobre un piso que vacila o víctimas no pocas veces de heridas tan atroces e incomparables, que se dirían abiertas con armas de gigantes, y de que el choque de dos regimientos que se entreveran a la bayoneta, es apenas una imagen, [y] lleva el nombre de abordaje entre los marinos...!"
1 Anjel Justiniano Carranza, "Campañas Navales de la República Argentina", Talleres de Guillermo Kraft Ltda., Buenos Aires, 2º edición, 1962; volumen IV, anexo documental, página 146.
2 Ídem, volumen II, tomo IV, página 248.
3 Arguindeguy, Pablo E. CL, y Rodríguez, Horacio CL; "Buques de la Armada Argentina 1810-1852 sus comandos y operaciones", Buenos Aires, Instituto Nacional Browniano, 1999, página 421.-
4 Se denomina buque "de la línea" al navío de guerra por excelencia, de 64 cañones o más; que sólo estaba al alcance de las pocas potencias navales de la época. Su nombre proviene de la línea de batalla que formaban las flotas al enfrentarse, se desprende que los buques en condiciones de actuar en ésta línea eran los más capaces y poderosos de una flota.
5 Carranza, Anjel J.; op. cit., página 280.
6 Este tipo de acciones eran las más habituales, especialmente dentro de la Armada Real. "... las grandes batallas marítimas constituyeron solamente una pequeña parte en el servicio de la marina; la gran mayoría de los combates más encarnizados tuvieron lugar en acciones más pequeñas, a menudo entre buques individuales, en "acciones de bote" y desembarcos, en los que las tripulaciones de los navíos de la Marina Real, atacaban buques franceses en puerto y en las instalaciones de la costa" (Haythornthaite, Philip; "Nelson's Navy", Armys and Battles, Osprey Military, Londres, 1993; página 4). Según A. J. Carranza, se convenían en este tipo de acciones las señales de inteligencia, y se distribuía al personal de los trozos machetes, hachas, arpeos, granadas, se les ordenaba ponerse una camiseta blanca sobre el uniforme para poder distinguirse en la oscuridad. Acompañaban a los incursores herreros para cortar los cables de cadena, carpinteros que clavaran las escotillas, gavieros que largasen el paño, timoneles, etc.-
7 Carranza, A., op. cit., pág. 283.
8 Ídem, página 284.
9 Ratto, Héctor R.; "Historia del Almirante Brown"; Instituto de Publicaciones Navales, Buenos Aires, 2000, pág. 162.
10 Carranza, A. J.; op. cit., pág. 285.
11 Ratto, Héctor R.; op. cit., pág. 163.
12 Carranza, A. J.; op. cit., pág. 298.
13 Ídem ant., pág. 300.
14 Íbidem, pág. 297.
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