Pro patria mori
Una corrección necesaria de un mito popular
"Cosa insoportable de morir en el cielo", escribió Tadao Hayashi, un estudiante piloto, en su diario el 27 de julio de 1945, la noche anterior a que su avión fue derribado. Los escritos de Hayashi, como los de otros estudiantes japoneses compilados en este libro, contradicen la caricatura del fanático piloto kamikaze imaginado por americanos y británicos durante la guerra y desafían el mito del héroe nacionalista hilado por instituciones conservadoras en Japón.
Los soldados estudiantiles, argumenta el autor, fueron sacrificados injustamente en el gambito final del gobierno militar de la guerra. Ella revela que el tokkotai ("fuerza de ataque especial", que es cómo el kamikaze se refiere en Japón) no tenía voluntarios cuando se formó en octubre de 1944. En cambio, los nuevos reclutas fueron asignados por sus superiores o obligados a inscribirse utilizando Tácticas de presión. Ningún oficial superior ofreció su vida para esta misión; En su lugar, el cuerpo "voluntario" comprendía recién reclutados muchachos-soldados apenas de edad y reclutas de estudiantes de las mejores universidades de la nación.
Los poemas, cartas y diarios que aparecen en este libro dan la mentira a la noción de que Japón se unificó detrás de la guerra. Las voces de los estudiantes-soldados hablan de manera reflexiva y elocuente acerca de su dilema entre el deber para con la nación y el deseo de mantenerse con vida. La mayoría de ellos habían sido redactados al final de la guerra y representaban a la élite intelectual del país. Bien leídos, muchos de ellos recurrieron a la literatura y filosofía europea para racionalizar sus muertes. "Zwei Seelen wohnen ach in mein Herz!" ("¡Ah, dos almas residen en mi corazón!") Grita Hachiro Sasaki, mientras trata de reconciliar su patriotismo con su deseo de vivir. Otro piloto lleva a Soren Kierkegaard "La enfermedad a la muerte", junto con la Biblia, en su vuelo final. Al igual que cualquier joven adolescente lejos de casa, los estudiantes soldados estaban intensamente solos. En la base aérea naval de Tsuchiura, hogar de muchos tokkotai, la canción que cantaban con más frecuencia no era nada patriótica, sino una canción de cuna en el dialecto de Kumamoto que decía: "Estoy aquí lejos de mi hogar. Incluso cuando muera, nadie llorará por mí; ¡Qué solitario es sólo oír a las cigarras gritar! "La muerte de estos jóvenes intelectuales no llegó en un estallido de fuego y gloria, pero al final de una larga lucha lucharon solos.
La palabra "kamikaze" entró en el idioma Inglés durante la segunda guerra mundial y ha soportado como un símbolo del militarismo zeloso de Japón. Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, fueron renacidos como los suicidas del siglo XX. El autor sostiene que ambas caracterizaciones son profundamente defectuosas. Los tokkotai, como ella prefiere llamarlos, no se suicidaron, pero fueron condenados a muerte en las misiones militares a las que fueron asignados. Los terroristas de al-Qaeda, por otra parte, buscaron la muerte en su intento de ejercer el máximo daño civil. "Kamikaze Diaries" es una corrección oportuna y necesaria de un mito popular, y una importante contribución a la comprensión de Japón en guerra.
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