La retirada de Marzo

La “Retirada de Marzo” de 1918 se recuerda como una de las peores derrotas en la historia del ejército británico. Después de cuatro años de estancamiento, en su ofensiva de primavera los alemanes usaron nuevas tácticas de artillería e infantería para romper las trincheras del Quinto Ejército británico y volver a una guerra de movimientos. El Quinto Ejército perdió gran cantidad de hombres y cañones capturados, y tuvo que retirarse apresuradamente. Alimentados por informes inexactos de la prensa, los rumores de desastre ganaron peso cuando el primer ministro David Lloyd George, en un discurso al Parlamento el 9 de abril de 1918, puso en duda el desempeño del Quinto Ejército y de su comandante, el general Sir Hubert Gough, destituido al octavo día de combate. Gough lo resumió con amargura: “Todos coincidieron en que la causa real de la retirada fue mi ineficiencia como general y el espíritu pobre y cobarde de oficiales y hombres”. Pero esta visión tradicional es engañosa: el Quinto Ejército no fue derrotado tan gravemente como se dijo, la ofensiva de primavera alemana fracasó en su conjunto, y ese fracaso representó una victoria defensiva británica.
A fines de 1917, Alemania tuvo una oportunidad única para ganar la Primera Guerra Mundial. Rusia, derrotada en el campo, había colapsado en revolución, liberando tropas para el frente occidental: en la primavera de 1918, Alemania podía desplegar 192 divisiones contra 156 aliadas. La guerra submarina sin restricciones, iniciada a comienzos de 1917, había fracasado: no sólo no hundió a Gran Bretaña, sino que empujó a EE.UU. a entrar en guerra. El alto mando alemán (Hindenburg y Ludendorff) decidió apostar todo en una ofensiva en el oeste antes de que llegara la fuerza estadounidense. El plan, llamado Operación Michael, apuntaba a golpear en el sector Somme–Arras, romper el frente británico y girar al norte para envolver su flanco.
Los alemanes tenían dos grandes ventajas: superioridad numérica local (Gough defendía 67 km de frente con 12 divisiones frente a 43 alemanas, y con menos de la mitad de artillería pesada) y tácticas de asalto más pulidas. Los británicos habían adoptado la defensa en profundidad, con zonas Avanzada, de Batalla y Retaguardia, pero muchas veces la retaguardia no estaba terminada y se llenó la línea avanzada con demasiada tropa, algo contrario al manual.
El 21 de marzo a las 4:20, la artillería alemana inició un bombardeo masivo bajo la dirección de Bruchmüller. La niebla densa favoreció el asalto, y para el final del día el enemigo había capturado casi todas las zonas avanzadas y roto el frente sur. Aun así, no lograron todos sus objetivos y sufrieron unas 40.000 bajas en la primera semana.
El 23 de marzo, Ludendorff cambió sobre la marcha el plan original: hizo de la 18ª Armada de von Hutier el eje principal, buscando abrir un hueco entre británicos y franceses. Esto dispersó su esfuerzo y debilitó el avance. Mientras tanto, la retirada británica se hacía caótica: carreteras atestadas de tropas, vehículos, artillería y suministros. El 27 de marzo Gough fue relevado del mando.
El 26 de marzo se designó al general francés Foch como comandante supremo aliado, lo que evitó una ruptura de coordinación. El 28 de marzo, los alemanes lanzaron Operación Mars contra el Tercer Ejército de Byng, pero fueron rechazados con fuertes pérdidas, al atacar posiciones mejor preparadas y sin las ventajas iniciales. Ludendorff terminó deteniendo los ataques el 5 de abril, tras ser frenado a sólo 16 km de Amiens por fuerzas australianas y británicas en Villers-Bretonneux.
La ofensiva Michael se dio por terminada, dejando claro que, pese a los avances iniciales y la retirada británica, el objetivo estratégico alemán había fracasado.

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