sábado, 5 de septiembre de 2015

Afirman que el tren nazi existe

Los descubridores del tren nazi salen del anonimato y dicen tener pruebas
Misterio en Polonia."Tenemos pruebas irrefutables de que existe", dijeron Piotr Koper, un alemán, y su colega Andreas Richter, un polaco. Pero no mostraron ninguna.


 Unidades especializadas del ejército del polaco, químicos y artificieros, inspeccionan el terreno donde podría encontrarse el tren nazi.

Dos hombres que afirman que descubrieron un tren nazi enterrado al final de la Segunda Guerra Mundial en la región de Walbrzych, en el suroeste de Polonia, salieron del anonimato este viernes y aseguraron disponer de pruebas sobre su hallazgo.

"Tenemos pruebas irrefutables de que existe", declaró, sin presentar ninguna, Piotr Koper, sentado al lado de su colega Andreas Richter, ante las cámaras del canal de televisión pública TVP Info.

Según un periodista de la cadena, Richter es alemán pero está casado con una polaca y lleva 18 años viviendo en Polonia.

Se trata de la primera aparición pública de los dos hombres que, a partir de ahora, sólo comunicarán por el intermediario de sus abogados.

"El revuelo mediático en torno al tren no fue desatado por nosotros, sino por una filtración de documentos a través de instituciones públicas", afirmaron Richter y Koper, que reprocharon a las autoridades que no se hubieran puesto en contacto con ellos desde el anuncio de su hallazgo el 18 de agosto.

Los dos hombres indicaron que habían encontrado personas dispuestas a invertir en la extracción del tren y explicaron su intención de crear un museo especial dedicado al  tren, con el dinero que les corresponde por su descubrimiento.

El tren, según dijeron a periodistas de TVP Info, no está en un túnel, sino sepultado, y es imposible saber lo que contiene.

Según los medios polacos, unidades especializadas del ejército, probablemente químicos y artificieros, estaban inspeccionando el viernes el terreno donde podría encontrarse el tren.

Tras las primeras declaraciones triunfalistas sobre el hallazgo, las autoridades polacas expresan desde hace varios días su escepticismo respecto a su existencia.

El valor informativo del anuncio del descubrimiento no es superior a los que hemos visto aparecer desde hace décadas, había declarado el lunes el presidente de la región de Baja Silesia, Tomasz Smolarz.

(Fuente: agencias)

Clarín

jueves, 3 de septiembre de 2015

Argentina: La historia del Hotel de Inmigrantes

UNA HISTORIA DE INMIGRANTES
Hay ciertas señales de que comenzamos a recuperar la memoria. Una de ellas es la idea de transformar en museo al viejo Hotel de Inmigrantes, como para recordar que la mayoría de nosotros descendemos de los barcos

La Nación

Todo a cuestas: la foto es de 1914. En los galpones del desembarcadero, los bultos con todas las pertenencias, los miedos y las ilusiones de los recién llegados al país.
El término asilo es impropio; bueno para un establecimiento de mendigos, implica una idea depresiva aplicada al edificio que va a construirse para el servicio de los colosales intereses de la inmigración", reflexionaba a fines del siglo XIX Guillermo Wilcken, secretario de la Comisión Central de Inmigración, refiriéndose a su proyecto de crear un lugar que acogiera a los grupos de inmigrantes recién llegados.


La importancia del término con el que se definiría al futuro edificio era vital para los hombres de la época de Wilcken (Generación del 80), que estimaban que las ideas contenían en sí el germen de su segura concreción, máxime en un país como la Argentina, que ofrecía a todos los hombres del mundo la posibilidad de forjar un futuro de progreso material e intelectual.

Se trataba entonces de "construir el establecimiento destinado a atraer, modelar, preparar y entregar al país la población que espera para elevarse al nivel de las naciones más florecientes", en palabras del propio Wilcken. Finalmente se dio el nombre de Hotel de Inmigrantes al complejo edilicio que debía contribuir a un mejor control administrativo por parte del Estado, a otorgar asistencia social al inmigrante y a operar como icono propagandístico en los folletos que se distribuían en el Viejo Continente.

Su construcción comenzó en el momento más intenso de la inmigración. Entre tanto, de los inmigrantes que desembarcaban y que optaban por los beneficios de la ley, alrededor del cincuenta por ciento se alojaba gratuitamente en los edificios destinados para estos fines. Uno de los más famosos fue el de la Rotonda o Batería, en Retiro, denominado por la prensa de su época La Vergüenza Pública. Se lo quemó cuando se inauguró el Hotel de Inmigrantes.

En 1905, el proyecto del hotel, elaborado por el Ministerio de Obras Públicas, se adjudicó a los constructores Udina y Mosca. La Comisión Central de Inmigración, a cargo de Juan Alsina, indicó el sitio en el que se levantaría: la zona comprendida entre Puerto Madero y Retiro, exactamente en lo que hoy es Antártida Argentina 1355, Puerto Nuevo. El terreno hasta ese momento pertenecía al Ministerio de Marina y estaba ocupado por unos galpones que se usaban como albergue de marineros y por la escuela de mecánicos. Esta parte de la ciudad, a principios de siglo, "se hallaba en completo aislamiento, rodeada de terrenos baldíos y vías muertas o en actividad del ferrocarril, y de obstáculos diversos", describió Alsina.

El proyecto comprendía una serie de construcciones o pabellones dispuestos alrededor de una plaza central. A lo largo de la costa, el desembarcadero; sobre el frente, la dirección y oficinas de trabajo; a continuación, los lavaderos, y cerrando el perímetro, el edificio de los dormitorios y el comedor. Fue este último el que por sus diferencias con el resto, tanto por el diseño como por el volumen, adquirió con el tiempo el nombre del conjunto: Hotel de Inmigrantes, como se denomina en la actualidad.

Las obras comenzaron por el desembarcadero y el 26 de enero de 1911, terminados el hospital y los lavaderos y con los planos y presupuestos respectivos del comedor y dormitorios, el nuevo director de Inmigración, José Guerrico, dispuso la inauguración oficial del complejo Hotel de Inmigrantes. Entonces era presidente Roque Sáenz Peña. A fines de 1912, con el edificio del hotel terminado, realmente concluyó la construcción del conjunto imaginado por Wilcken.

El hotel, visto desde el río, llamaba y llama la atención por su volumen y simetría. En la planta baja se ubicaba el comedor, con sus ventanales hacia los jardines, la cocina y las dependencias auxiliares. En los tres pisos superiores estaban los dormitorios.

La rutina estructuraba la vida del hotel. Las celadoras despertaban temprano en la mañana a los inmigrantes. Luego del desayuno, las mujeres lavaban la ropa en los lavaderos y cuidaban a los niños, mientras los hombres tramitaban su colocación en la oficina de trabajo. El servicio del comedor se ordenaba en dos turnos de hasta mil personas cada uno. Los niños recibían a las tres de la tarde la merienda y a partir de las siete quedaban abiertos los dormitorios. Además, se enseñaba el uso de maquinarias agrícolas para los hombres, de labores domésticas para las mujeres.

La ley establecía cinco días de alojamiento gratuito. Sin embargo, la reglamentación se extendía por el tiempo necesario para que el inmigrante consiguiera un trabajo.

En el libro Argentina, un país de inmigrantes, que editó este año la Dirección Nacional de Migraciones, Magdalena Insausti, autora del capítulo referido al establecimiento, expresa: "Desde su creación, el hotel no fue ajeno a los avatares del siglo XX: la Primera Guerra Mundial, la crisis del 30, la segunda posguerra y el paulatino declive de la inmigración a partir de los primeros años de la década del 50, que señalaron el final de su historia".

Pero la historia del Hotel de Inmigrantes no concluyó. Afortunadamente, el proyecto de transformarlo en museo está en marcha. En el predio que ocupaba todo el complejo hoy funciona la Dirección Nacional de Migraciones, con sus dependencias. Nada se ha modificado ni derruido. El único edificio que está inhabilitado es el que funcionó propiamente como hotel en la época de la inmigración.

El proyecto, que reviste una enorme trascendencia cultural, no es nuevo. Todo comenzó en 1983, cuando a instancias de las colectividades de inmigrantes de nuestro país, el Ministerio del Interior emitió una resolución por la cual encomendó a la Dirección Nacional de Migraciones realizar un estudio de factibilidad de creación de un museo, que reviviera las circunstancias del hecho histórico de la inmigración en la Argentina.

Dos años después, una segunda resolución creó, en el ámbito de la Dirección Nacional de Migraciones, un área responsable del Museo, Archivo y Biblioteca de la Inmigración. En 1990, mediante un decreto, se declaró Monumento Histórico Nacional al edificio del ex Hotel de Inmigrantes y el año último el Ministerio del Interior desarrolló el programa Complejo Museo del Inmigrante, con dependencia funcional de la Dirección de Migraciones. Serán sede del museo el hotel y las dos plazoletas aledañas. Los edificios restantes continuarán funcionando como dependencias de la Dirección Nacional de Migraciones.

"Uno de los objetivos básicos del museo es recuperar los valores que sustentaron el proceso exitoso de la inmigración argentina, que dio como resultado la identidad que hoy todos compartimos. Haremos del museo del inmigrante un centro cultural de referencia nacional para todas las colectividades y para todos los ciudadanos de nuestro país", contó Inés Urdapilleta, a cargo del proyecto.

El Hotel de Inmigrantes conforma un rectángulo de 100 metros de largo por 26 de ancho y tiene cuatro niveles. En la planta baja se encuentra el gran comedor, único espacio habilitado en la actualidad y donde se concretará la primera parte del proyecto. Allí, donde alguna vez se sentaron a comer miles de inmigrantes, se prevé inaugurar en abril próximo la exhibición Un hotel con historia.

"Los trabajos de restauración del hotel ya comenzaron. Lo que prevemos tener listo para abril es la construcción de la primera sala habilitada que tendrá el museo, en la que se expondrá la historia del hotel", contó Hugo Franco, al frente de la Dirección Nacional de Migraciones. "La idea de abrir las puertas del comedor el próximo año tiene como propósito que la gente se acerque desde el comienzo de los trabajos. La participación de la comunidad es vital, ya que pensamos la construcción de este importante espacio cultural desde un punto de vista dinámico, porque será para todos; una intensa participación enriquecerá el resultado", destacó Urdapilleta.

El proyecto total del museo es muy ambicioso: reconstrucción histórica y escenográfica del circuito del inmigrante; exposiciones permanentes y temporarias, nacionales y extranjeras; biblioteca y archivo histórico; terminales informáticas para autoconsulta acerca de antepasados inmigrantes; seminarios, congresos y talleres para la difusión de temas migratorios; cafeterías y bares temáticos; espectáculos cinematográficos, teatrales, recitales.

La Dirección Nacional de Migraciones posee los fondos necesarios para la concreción de la primera parte del proyecto. Luego se espera contar no sólo con apoyo gubernamental, sino también con el de empresas, entidades privadas y particulares que se sientan comprometidas con el proceso migratorio que configuró nuestra identidad como nación. Una identidad que se forjó con el esfuerzo de quienes vinieron con muy pocas pertenencias, pero con mucha esperanza, voluntad y entusiasmo por entregar lo mejor de sí a una nación joven, que supo hacerles un lugar donde el sentimiento de pertenencia fuese el primero en experimentarse.

ELLIS ISLAND

 En los Estados Unidos, primero fue el centro conocido como Castle Garden, en la cima de Manhattan. Luego, en 1885, cuando se intensificó el flujo inmigratorio, el gobierno federal decidió la construcción de un nuevo centro en la isla Ellis, al sur de Manhattan, que abrió sus puertas en 1892 para cerrarlas en forma definitiva en 1954. A diferencia del Hotel de Inmigrantes, quienes cruzaban el Atlántico encontraban al Ellis Island aterrador, ya que simbolizaba el éxito o el fracaso de concretar el sueño de ser un habitante más de la libre y rica América. En su interior se decidía la entrada en los Estados Unidos o el regreso a Europa.

Esta distinción se basa en los objetivos diferentes que perseguían las políticas migratorias de cada país. Aquí, la recepción de habitantes de otras naciones en forma masiva fue una prioridad política, casi el imperativo ético de una generación que se propuso modificar el sustrato humano de la Argentina. En los Estados Unidos, el poco interés en recibir grandes contingentes migratorios se manifestó, por ejemplo, en los mecanismos de control e inspección de los recién llegados.

Una vez en el Ellis Island, los inmigrantes recibían un número identificatorio y en grupos de treinta ingresaban en la gran Sala de Registración, para ser examinados por los médicos e interrogados por los oficiales de inmigración.

Con capacidad para albergar a 5000 personas en forma diaria, el Ellis Island llegó a contener más de dos veces esta cantidad. Muchos inmigrantes eran rechazados y embarcados nuevamente hacia Europa.

Luego de que cerrara sus puertas, el centro de Ellis Island sufrió un importante deterioro. Sin embargo, treinta años más tarde comenzaron los trabajos para su restauración como museo. Parte de la financiación provino de familiares descendientes de los inmigrantes que pasaron por el centro, como agradecimiento por la oportunidad brindada a sus antepasados. The Ellis Island Inmigration Museum se inauguró el 10 de septiembre de 1990. Hoy, la Sala de Registración recibe a visitantes curiosos por conocer una parte vital de la historia de la inmigración que llegó a los Estados Unidos. .

Texto: Laura S. Casanovas Fotos: Ruben Digilio

martes, 1 de septiembre de 2015

Encuentran un tren nazi en Polonia

El sospechado tren fantasma nazi confirmado para ser de un 'carácter militar'
 The Telegraph
MATTHEW DAY, Business Insider


No es el tren fantasma nazi en cuestión.

La búsqueda de un legendario tren oro nazi en Polonia tomó un nuevo giro en la noche del miércoles después de la oficina de un alcalde regional en el sur de Polonia confirmó que se había encontrado un tren de "naturaleza militar".

En conferencia de prensa Zygmunt Nowaczyk, teniente de alcalde de Walbrzych, dijo que "el descubrimiento fue en el distrito de la ciudad" y que el ministerio del tesoro y la cultura estado polaco había sido informado en caso de que el hallazgo contenía nada de valor.

La semana pasada, dos hombres no identificados presentaron una reclamación a la oficina del alcalde de Walbrzych indicando que habían encontrado un tren blindado de 500 pies de largo en algún lugar de las colinas y montañas que rodean la ciudad en el suroeste de Polonia.

La afirmación provocó una oleada de especulaciones los dos puede haber encontrado un tren fantasma nazi, que, según el mito y la leyenda, desapareció en las mismas colinas en abril de 1945 llevando toneladas de oro y otros objetos preciosos.


Un soldado estadounidense mantiene los anillos de bodas de oro extraídas de Judios por los nazis.

En consonancia con el misterio que rodea el tren, los dos buscadores se negaron a comparecer en la rueda de prensa, optando por mantener su identidad y justo donde el tren puede ser un secreto.

"La carta no da la ubicación exacta, pero no hay duda de la ubicación está dentro de los límites de nuestro distrito", dijo Arkadiusz Grudzien, un portavoz de la oficina legal del consejo de Walbrzych. "El tren es de naturaleza militar. No hay mención de los objetos de valor: solo equipo militar ".


Tren subterráneo que se encuentra en el túnel en la ciudad polaca de Walbrzych.

Jaroslaw Chmielewski, un nombre de trabajo abogado de los dos hombres, dijo que sus clientes podrían cooperar con las autoridades y que también espera que una comisión de intermediario 10 por ciento del valor del hallazgo.

Es posible, sin embargo, que podría terminar con nada más que la gratitud del estado polaco. Si los objetos de valor que se descubren en el hallazgo, entonces podrían ser devueltos a los herederos de sus antiguos propietarios.

lunes, 31 de agosto de 2015

Perón: No era antijudío

Raanan Rein: "Perón no era nazi, catapultó a los judíos a la vida pública argentina"


El historiador y vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv estuvo de paso por argentina para presentar "Los muchachos peronistas judíos", un "intento de derribar el mito de que Perón era nazi". En diálogo exclusivo con Clarín, contó los resultados de su investigación.


Raanan Rein, vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv. (Juan Manuel Foglia)



Derribar mitos es una de las tareas más codiciadas de los historiadores. Ante una afirmación repetida hasta el hartazgo, un documento que pruebe lo contrario suele funcionar como antídoto. Y si de peronismo se trata, hay una lista interminable de ideas que se han implantado en el ideario colectivo que demandan una revisión. Raanan Rein, vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv, visitó Buenos Aires para contarle a los argentinos que hay una idea insostenible: que Perón tenía simpatías con el nazismo y antipatías con el judaísmo. Y ofrece pruebas contundentes.

Los muchachos peronistas judíos (Sudamericana) es una investigación sobre los argentinos judíos y el apoyo al Justicialismo. Para indagar en esta relación entre peronismo y judaísmo, el autor primero repasa las razones por las cuales se erigió este mito de un Perón antisemita: "La neutralidad de la Argentina durante la Segunda Guerra Mundial, la entrada de criminales de guerra como Eichmann al país y ciertos apoyos de extrema derecha durante la campaña de Perón cristalizaron esta imagen", detalla el historiador.

Pero inmediatamente aclara que "todas estas cuestiones pueden explicarse en su contexto histórico", para concluir que las dos primeras presidencias de Perón fueron las que mejores vínculos diplomáticos tuvieron con el Estado de Israel en la historia argentina.


En ningún momento Perón vio una contradicción entre la condición de argentinos y de judíos

 
Rein, profesor y también doctor en Historia en la Universidad de Tel Aviv, estudia al peronismo desde hace muchos años. Con un español fluido aunque acentuado con notas hebraicas, se muestra apasionado por su objeto de estudio, y enmarca esa fijación que tienen varios historiadores de todo el mundo por Perón: "En la historiografía escrita en América Latina fuera del continente son tres los temas que atraen la atención: la revolución mexicana, la revolución cubana y el peronismo". Publicó más de una decena de libros sobre la Argentina, el peronismo y el judaísmo.

Los muchachos peronistas judíos se convertirá, incluso, en un documental que lo mantiene ocupado reuniéndose con diversas instituciones judías en el país. Aquí, en diálogo con Clarín, un adelanto exclusivo de los temas más polémicos que trata el libro que saldrá a la venta en el país el próximo lunes.

- En la introducción del libro enumera una serie de "parentescos amigables" entre el peronismo y la comunidad judía. Pero despues dice que "la dirigencia de las instituciones judías comunitarias, una y otra vez, ha hecho un esfuerzo sistemático por borrar un fenómeno que no le parecía conveniente". ¿Cómo sería esto?

- Efectivamente: la dirigencia comunitaria, una vez que cae Perón, hizo un esfuerzo sistemático por borrar de la memoria colectiva este apoyo por parte de distintos individuos judíos y grupos judíos al primer peronismo. En parte fue un reflejo de la política de las nuevas autoridades nacionales, la Revolución Libertadora, para desperonizar la sociedad. Sin embargo, el éxito logrado por los dirigentes comunitarios judíos ha sido mayor que el éxito de las autoridades nacionales, y de hecho la mayoría de los argentinos judíos (y no sólamente ellos) siguen hoy con la idea de que la comunidad judía -como si se tratara de un todo homogéneo- era en su vasta mayoría hostil al peronismo. Están convencidos de eso. Y yo creo que fue un mito. Es una imagen falsa y distorsionada. Y para desafiar este mito hice un "borrón y cuenta nueva", y volví a las fuentes, que es lo que un historiador tiene que hacer.

- En el libro cuenta que la posición de neutralidad de la Argentina durante la Segunda Guerra Mundial es, en parte, el origen de esta visión del peronismo como antijudío. ¿Cómo se implantó esta idea en la sociedad argentina?

- Sí, este mito tiene que ver con la neutralidad argentina. Pero lo que yo digo es que hay que tener en cuenta que cuatro presidentes distintos, dos civiles y dos militares, estaban apoyando esta política (es decir, no es una política de Perón, sino una política argentina) y que en aquellos años gozaba de un apoyo bastante amplio. Hay otras razones: el hecho de que en su campaña electoral lo apoyaban algunas organizaciones de extrema derecha como la Alianza Libertadora Nacionalista y su alianza con la Iglesia Católica una imagen en distintos círculos judíos acerca de sus posiciones hacia los judíos. Y, por supuesto, la entrada de inmigrantes alemanes, huyendo de Europa después de la Segunda Guerra y, en particular, la entrada de algunos criminales de guerra a este país. En la historiografía, muchas veces te vas a encontrar con una operación controlada por Perón para abrir las puertas a estos criminales nazis. Esta es otra razón que apoya a la ide que el libro deconstruye: a mí me parece linda para una película de Hollywood, pero no para entender la realidad de aquellos años.


Mosaico de identidades: gaucho judío con una Talit, el chal utilizado en los servicios religiosos judíos, tomando mate. (Beth Hatefutsot / Photo Archive. Cortesía de Gustavo Cohen, Argentina)

- Pero fueron muchos los que encontraron refugio en la Argentina. Incluso el "arquitecto" de la solución final, Adolf Eichmann.

- Sí, es cierto. Pero entraron también en otros países. Si uno no adopta una perspectiva comparativa, puede caer en este mito de que la Argentina fue el refugio con "r" mayúscula para todos los criminales de guerra. La mayoría de los que entraron lo hicieron con documentos falsos, a veces lo hicieron por una presión que el Vaticano ejerció sobre el gobierno argentino. Y en algunos casos como Eichmann, no es que una vez que entraron al país se los recibieron con los brazos abiertos y lograron insertarse en la sociedad. sin ninguna duda es una figura especial. Pero si uno mira la política de otros gobiernos argentinos posteriores, esta política de mantener a la soberanía a todo costo y rechazar los pedidos de extradición caracterizó a otros gobiernos también. Y es recién en la segunda mitad de los años 50 que se empieza a saber que había criminales de guerra nazis en el país, cuando empiezan a aparecer notas en medios de comunicación. Lo que sí existió fue un plan para traer al país a científicos y técnicos alemanes. Pero aquí también hay que adoptar una perspectiva comparativa: todo el mundo tenía interés en aprovechar esta oportunidad de captar a gente muy preparada en Alemania, que podía contribuir al desarrollo industrial y científico. Por eso entraron científicos alemanes a Estados Unidos, la Unión Soviética y otros países entre el 47 y el 49.

- Hay una segunda parte de tu argumentación que apunta a otra cuestión que también para vos es un mito: la caracterización de Perón como fascista. ¿Cómo sería eso?

- Hay que tener en cuenta, primero, que por lo menos en los debates políticos acá, la gente usa el término "fascista" con mucho simplismo. El hecho de que Perón tuviera la formación de un militar, ante todo, no apunta al Perón fascista. ¿Por qué? Bueno, el hecho de haber ido a Italia a adquirir experiencia en el alpinismo no significaba que se hubiera hecho un gran estudioso del fascismo o que se juntara con dirigentes fascistas y discutiera con ellos sobre los principios de esta doctrina. Perón era un líder carismático. Mussolini era un líder carismático. Pero eso no significa que hayan tenido similitudes políticas. En Perón uno nota cierto autoritarismo, sí, es cierto. Pero uno no tiene que ser fascista para tener características autoritarias. Cuando uno habla de fascismo, por último, tiene que pensar en la base social del movimiento. Y la base social del fascismo era muy distinta de la base social del justicialismo. Por la idiosincrasia de la sociedad y economía argentina, en particular, y por el uso de la violencia política, tan común en la Italia fascista, no se notaba en aquellos años en la Argentina.

La idea de Perón antisemita aparece antes de su llegada al poder
- "Las elites argentinas no se caracterizaron por su apertura a la comunidad judía", dice en el libro. ¿Por qué?
- Las elites argentinas tenían una actitud muy ambigua y hasta contradictoria respecto de los inmigrantes, especialmente los inmigrantes no católicos y no europeos. Entonces era bastante difícil para los argentinos judíos, los árabes, los japoneses, integrarse en distintos ámbitos de la sociedad argentina. El caso del primer peronismo, lo que vemos es que este énfasis sobre el crisol de razas, según el cual los inmigrantes tenían que dejar de lado todos los rasgos étnicos y todos sus legados, sus idiomas, para convertirse en argentinos. Perón, que rechazó muchas ideas liberales, no puso énfasis en los derechos individuales pero sí en los derechos de grupo. Entonces legitimó los distintos grupos de inmigrantes con su esfuerzo de mantener algún componente identitario étnico a la par de la argentinidad. En ningún momento Perón vio una contradicción entre su condición de argentinos y su identida como árabes, japoneses, judíos. Al contrario, Perón intentó instrumentalizar o aprovechar los lazos de estos grupos de inmigrantes con sus madres patria. Yo argumento en este libro que Perón le abrió las puertas a la argentina multicultural de hoy en día, a diferencia de la extrema derecha. El Perón de los años 40 y 50 no habló en términos de una doble lealtad o una contradicción. Es más, en un discurso dice que un buen judío en Argentina debe apoyar al sionismo y al Estado de Israel.


Israel Zeitlin, conocido por el seudónimo de César Tiempo, escritor y periodista que dirigió el suplemento cultural de La Prensa, una vez que pasó a manos de la CGT (1950). (Wikimedia Commons)

- Entonces, ¿cuándo aparece esta idea de Perón antisemita?

- Antes de la llegada de Perón al poder. Ya durante la campaña electoral de fines del 45 y principios del 46 se estaba cristalizando esta imagen.

- ¿Quién fue Amram Blum y por qué es importante en tu investigación?

- Era un rabino ortodoxo que vino de Jersualém, que vino de la comunidad judeo-siria, y logró, por su brillantez, tener mucho peso y mucha influencia dentro de la colectividad judía. Él se transformó en un consejero de Perón y se transforma en un nexo entre Perón y la colectividad judía. Eso molestaba mucho a los opositores a Perón y contribuyó a crear, incluso, una imagen "judía" para el peronismo. Los carteles de los nacionalistas católicos durante el conflicto entre Perón y la Iglesia a fines del 54 y durante el 55 a veces se referían a la influencia del judaísmo sobre el peronismo. Aquí también radica una razón adicional: una vez que cae Perón, la dirigencia comunitaria judía se distancia de Perón para decir "nosotros no teníamos nada que ver con esta segunda tiranía que acaba de caer".

- ¿Cuál fue la postura de Perón frente a la creación del Estado de Israel?

- La Argentina se abstuvo en la votación de noviembre de 1947. Sin embargo, una vez que se establece el Estado de Israel, Argentina es el primer país latinoamericano en establecer una embajada en Israel. Manda el primer embajador judío en Argentina a Tel Aviv, que es Pablo Manguel -dirigente de la OIA- y cultiva lazos muy estrechos y muy importantes para el país recién establecido. Además, la fundación Eva Perón manda frazadas y medicamentos a los nuevos campamentos de inmigrantes en Israel. Fue una de las mejores décadas de relaciones bilaterales y una de las décadas con menos incidentes antisemitas en toda la historia Argentina.



Envíos de ropa y frazadas de la Fundación Eva Perón para los residentes de los campamentos de inmigrantes en el nuevo Estado de Israel, recibidos en el puerto de Haifa por Yitzhak Navon, su futuro presidente , junio de 1955. (Goverment Press Office, Jerusalén)


- El libro maneja una hipótesis muy fuerte: que el peronismo lanzó a la comunidad judía a la esfera pública argentina ¿En qué basa esto?

- Te puedo contestar primero con un par de ejemplos. Dedico mucha atención a los intelectuales judíos que apoyaban al peronismo y a la figura de César Tiempo, uno de los intelectuales judíos más importantes en este país en el siglo pasado. Cuando acepta él acepta el cargo de director del suplemento cultural del diario La Prensa, expropiado por el gobierno peronista, durante dos o tres años publica allí a más autores judíos que el diario La Nación en 50 años. Es decir, con el peronismo se abren nuevas oportunidades para los judíos en este país, lo cual es otra prueba de que Perón no era nazi, sino que más bien catapultó a los judíos a la vida pública Argentina. No es lo mismo decir esto que insinuar que estaban excluidos en la argentina pre-peronista, pero el acceso que tienen a distintos cargos y entidades estatales, representa no solamente un cambio cuantitativo, sino también cualitativo.


Pablo Manguel, primer embajador argentino en Israel y líder de la OIA, con Juan Perón (Archivo General de la Nación)

- ¿Es un libro incómodo para el peronismo, el judaísmo, para ambos o más bien lo contrario?

- Para algunos peronistas, sin ninguna duda. Para algunos judíos, sin ninguna duda. No puedo generalizar, pero ya recibí algunos comentarios en el sentido de que "no es el momento oportuno para publicar este libro".

- ¿Por qué?

- Porque estamos en medio de una campaña electoral, y unos y otros pueden utilizarlo para sus fines. Yo estoy haciendo mi tarea de historiador. Y tengo suficiente experiencia para saber que una vez que publicás un estudio, ya no es solamente tuyo. Y cada uno lo puede interpretar y usar según sus criterios ideológicos. Lo importante es que la gente interesada lo lea y discuta. Después, cada uno puede sacar sus conclusiones. Pero como historiador, siempre digo que para mejor entender el presente, tenemos que acercarnos al pasado. Entender el papel jugado por distintos judíos en el primer peronismo, desde sus inicios, en algunos casos, nos ayuda a entender también la presencia judía en el peronismo de fines de los 62 y principios de los 70, la presencia judía en el menemismo de los 90 y, por supuesto, la presencia judía en el kirchnerismo. Pero sin entender lo que sucedió en aquel primer peronismo uno pierde la posibilidad de entender cambios y continuidades en la historia.

domingo, 30 de agosto de 2015

SGM: El Pacto Molotov-von Ribbentrop

Cómplices

Pese a las protestas de Rusia, Stalin no era menos malvado que Hitler

The Economist

Es deprimente que incluso tenía que ser discutido. El 3 de julio en Vilna la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el equipo principal del continente, aprobó una resolución que equivale a Stalin y Hitler. Pidió 23 de agosto para convertirse en un día oficial en memoria de los millones que fueron reprimidos, asesinados, deportados, robaron y violaron a raíz del infame pacto Molotov-Ribbentrop entre la Alemania nazi y la Unión Soviética. Ese acuerdo, y los protocolos secretos que iban con él, eran una sentencia de muerte para los países desde el Báltico hasta el mar Negro. Los efectos después de la venenosa perduran hasta hoy.

La resolución debería haber cumplido con un aplauso atronador sobre todo de la parte rusa. Después de todo, los rusos por la mayoría de las medidas sufrieron particularmente mal bajo Stalin. Siguiendo terrible legado de Lenin, se sistematizó la persecución de los mejores y más brillantes del país. Cualquiera que lea las memorias clásicas del estalinismo, como "cuentos de Kolyma" de Varlam Shalamov, o Nadezhda Mandelstam de "esperanza contra toda esperanza", o una historia moderna como "Gulag" de Anne Applebaum, está impregnada con el horror de aquellos años. Es difícil imaginar a alguien discutir acerca de su condena.

Algunos lo hacen contador que Stalin era, a pesar de su dureza excesiva, una gran figura en la historia rusa y soviética. (Modernos libros de historia rusos hacen el mismo caso.) Pero eso ignora récord desastroso de Stalin como un líder político y militar. Su paranoia decapitado el liderazgo del Ejército Rojo: los mejores generales fueron asesinados o encarcelados. Además, Stalin ignoró las advertencias abundantes de ataque sorpresa planeada de Hitler en junio de 1941. Eso casi resultó desastrosa.

Por algunos recuentos Stalin debe ser visto como no menos malvado que Hitler. Él lleva gran parte de la culpa de la guerra. Fue la alianza soviética con Hitler que le dio al líder nazi la confianza para atacar Polonia. Sólo errores de Hitler impidieron que los nazis de ganar la guerra en el Oriente, y muy probablemente todo espectáculo. También vale la pena recordar que el estalinismo era tan repelente que llevó a muchos rusos a luchar en el lado-incluyendo nazi de las SS.

Un montón de otros países tienen mucho de qué avergonzarse en su historia de tiempos de guerra. Intimidación de Gran Bretaña de Checoslovaquia a aceptar el desmembramiento en manos de los nazis en 1938 es un buen ejemplo; Colaboración francés con la ocupación otra. Estos son vergüenza, pero no son tabúes.

Por el contrario, la resolución de la OSCE provocó la indignación de Rusia. En efecto, en virtud de la nueva ley que penaliza la "falsificación de la historia", cualquier persona que votó por él, lo discutió o publicidad que en Rusia se arriesgaría a una pena de cárcel de hasta cinco años. El fracaso económico del comunismo y la represión política han hecho que sea difícil para cualquier persona con la reivindicación de que la Unión Soviética era el epítome de una nueva civilización. La victoria sobre la Alemania nazi ofrece algo de peso moral, pero no es excusa para el estalinismo. El heroísmo de los soldados soviéticos que repelió a los invasores nazis ha sido utilizado tanto para desinfectar el pasado y para distraer la atención de la sordidez y la incompetencia de los gobernantes actuales de Rusia.

El debate no va a cambiar el mundo: la asamblea parlamentaria es sólo una tertulia en el marco de la OSCE 56 miembros. Sus resoluciones no son jurídicamente vinculantes. Pero la noticia es bienvenida, no obstante. Propagandistas rusos encanta usar lemas históricos, pero las discusiones de odio de los hechos históricos. El debate en Vilnius hace que sea un poco más difícil de mantener esa postura.

sábado, 29 de agosto de 2015

Museo: Algunas trampas en el Cabildo

Las trampas de la historia: en el Museo del Cabildo no todo es lo que parece
Los visitantes contemplaron durante 75 años objetos que se creían auténticos, pero ahora se sabe que el reloj de William Beresford o el tintero de Cornelio Saavedra eran falsos y, por eso, dejaron de exhibirse
Por Silvina Premat  | LA NACION
 

Foto: Santiago Cichero/AFV
Durante años quienes visitaban el Cabildo de Buenos Aires escuchaban a las guías afirmar muy seguras: "Ese reloj fue un obsequio a los cabildantes hecho por el general inglés William Beresford en 1806". O: "Aquel tintero perteneció a Cornelio Saavedra, presidente de la Junta". Ahora esos objetos ya no se exhiben al público. Fueron retirados luego de verificarse que no eran lo que se decía que eran.

En los 75 años que lleva como Museo Nacional del Cabildo y la Revolución de Mayo, crecieron entre sus muros leyendas que no se corresponden con la realidad histórica. Entre ellas se incluye la imprenta que siempre se dijo que había pertenecido a los niños expósitos y hasta la joya mayor de la colección del Cabildo: la Bandera que supuestamente se conservó como trofeo de la batalla de Suipacha. Las crecientes dudas sobre su origen obligaron a las nuevas autoridades del museo a tomar la decisión de rebautizarla con el paradójico nombre de Bandera del Misterio, con lo que en gran medida conserva un raro interés.

Por fin, Gabriel Di Meglio, director desde septiembre pasado del Cabildo, que sólo en julio último fue visitado por 47.000 personas, admitió la atribución equivocada del origen de algunas piezas. En cuanto Di Meglio llegó, escuchó también él las leyendas y no dudó en contrastarlas con las evidencias aportadas por la historia y las disciplinas de las que se vale el conservadurismo. "Me fueron mostrando que había algunas cosas mal atribuidas - dijo Di Meglio a LA NACION-. Es algo muy común en el mundo de los objetos históricos. Lo mismo pasa en el arte; a veces se atribuyen cosas con muy poco criterio. En general, en todos los museos del mundo pueden haber cosas que no sean lo que se dice que son."

Según la responsable de Gestión de colecciones del Cabildo, la museóloga y especialista en conservación de papel Virginia González, no hay documentación cierta sobre el origen del 90% de 500 piezas del patrimonio del museo. Las 800 restantes son periódicos (ejemplares de La Gaceta).

Para Di Meglio, sin embargo, "la mayor parte de las cosas están bien". Experto en la época revolucionaria de principios del siglo XIX, Di Meglio es el tercer director del Museo del Cabildo en los últimos dos años. Sucedió a Araceli Bellota, que había asumido la dirección interina en julio de 2014 cuando renunció a ese cargo Víctor Ramos a poco más de un año de haberlo aceptado. Ramos, a su vez, reemplazó a María Angélica Vernet, que había sido apartada luego de dirigir el Cabildo desde los años 80.


"Cuando comencé a colaborar con el museo como guía, mientras aún estudiaba museología contaba a los visitantes la historia del reloj que regaló Beresford a los cabildantes", recuerda González, quien integra el staff del Cabildo desde 2002.

Su primera tarea fue completar un inventario inconcluso, por lo que debió registrar todas las piezas del patrimonio. En los últimos dos años, cuando las autoridades del museo se lo permitieron, concretó los estudios sobre objetos que desenmascararon finalmente cantidad de falsedades que seguían repitiéndose desde hacía largo tiempo.

El dato de que hay documentación cierta sólo del 10% del patrimonio del Cabildo no implica la falsedad, sino la falta de certeza sobre la procedencia de las piezas.

"Eso pasó porque no había reglamentación para las donaciones y cualquiera podía traer un objeto diciendo que había pertenecido a su tatarabuelo fulano y nadie verificaba nada", dijo la especialista. Y agregó además: "Ahora ya no es así. En los últimos diez años, la Dirección Nacional de Patrimonio se dedicó fuertemente a desarrollar una compleja y precisa normativa que regula las donaciones y los préstamos de bienes culturales".

Las sospechas en González fueron alimentadas por la cantidad de "se dice que...", "se cuenta que..." que quitaban credibilidad a la presentación de la muestra permanente del museo. "Nos pusimos a investigar porque los objetos tienen que decir algo al visitante, si no lo hacen no tiene sentido que estén allí."



CUATRO LEYENDAS


1. Bandera de Suipacha

Se decía que había sido tomada a los realistas en la batalla de Suipacha, en 1810, cerca de Tupiza (actual Bolivia). Historiadores uruguayos dijeron durante años que no podía ser de esa batalla porque tiene el escudo realista y cuatro escudos de Montevideo.

Hoy se sabe que fue capturada a los contrarrevolucionarios. Pero no hay datos para dilucidar si fue recogida en 1814 por los revolucionarios cuando tomaron Montevideo o si estuvo en Suipacha. Sigue expuesta como "la bandera del misterio"

2. Tintero de Saavedra

Se decía que era un tintero que perteneció a Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta.

Hoy se sabe que el objeto que se exhibía no era un tintero, sino una especie de cenicero, que, además, no pudo haber pertenecido a Saavedra porque es de bronce bañado en plata, una práctica que era inexistente a principios del siglo XIX. Así lo determinó un técnico en artes aplicadas que fue convocado por las autoridades del Museo del Cabildo. Ya no se exhibe

3. Reloj de Beresford

Se decía que el general William Carr Beresford había concurrido al Cabildo, en la época de las invasiones inglesas, para reunirse con los cabildantes. Pero no los encontró y, enojado por la impuntualidad, se fue y regresó con un reloj que puso en la puerta y dijo: "Para que tengan presente la hora".

Hoy se sabe que, si eso sucedió realmente, el reloj que obsequió Beresford no es el que se exhibía. Un experto en relojes históricos lo dató a fines del siglo. Y el episodio del relato es de 1806. Ya no se exhibe

4. Imprenta

Se decía que había pertenecido a la famosa imprenta de los niños expósitos que funcionó en la Manzana de las Luces en la época del virrey Juan José de Vértiz. Fue reclamada durante muchos años por el gobierno de la provincia de Misiones.

Hoy se sabe que es una reconstrucción realizada en 1942 con partes originales de una imprenta de fines del siglo XVIII usada por el Cabildo en 1816 para dar a conocer su decisiones. El pedido de Misiones caducó. Se exhibe como "Prensa tipográfica".

viernes, 28 de agosto de 2015

Perón: La lacra montonera que se unió a la lacra peronista

Los montoneros que "se quedaron" con Perón y le dijeron que no a las armas
"La Lealtad" recoge testimonios de las distintas facciones que apoyaron a Perón durante el exilio y su regreso al país en 1972, pero evidencia la tensión interna de la juventud de aquella época: lucha armada, ¿sí o no?
Clarín

Juan Brodersen

"Decía que, a través de estos veinte años, las organizaciones sindicales se han mantenido inconmovibles, y hoy resulta que algunos imberbes pretenden tener más méritos que los que lucharon durante veinte años."
Juan Domingo Perón, 1 de mayo de 1974

Los 70 siguen dando que hablar. Y que leer. El exilio de Perón, la proscripción del movimiento y su retorno agitaron las aguas de la política argentina y posicionaron a la juventud en el centro de la escena. La Tendencia Revolucionaria, partidaria de tomar las armas, encontró en la JP Lealtad un contrapeso inesperado a fines de 1973, y formuló un interrogante que dividió al peronismo en dos: ¿tomar las armas o "quedarse" con Perón?

En este agitado contexto, un hecho tuvo crucial importancia en la historia: el "Devotazo", que rezaba "a cada guerrillero su fusil", inauguró un álgido momento de legitimación de la violencia al interior de las juventudes peronistas. Pero fue a principios de 1974 cuando el brazo armado del peronismo empezó a ser cuestionado por muchos militantes. Y más aún cuando el asesinato de Rucci llegó como un flechazo que cortó la delgada línea que dividía a las distintas facciones.

Aldo Duzdevich, junto a Norberto Raffoul y Rodolfo Beltrami, publicó "La Lealtad: los montoneros que se quedaron con Perón", un trabajo que repasa uno de los momentos más convulsionados al interior de la militancia peronista y vuelve a traer el interrogante setentista: ¿hasta dónde seguir la palabra de Perón? Y, sobre todo, ¿cómo acompañarlo o disentir?

Desde la experiencia propia de la militancia, el autor indaga en las entrañas del peronismo revolucionario. A través de un minucioso trabajo, los autores compilaron 50 valiosos testimonios en más de 200 páginas.

Con la idea de que el doble filo de la militancia de los 70 (entre la revolución y la tragedia) aún repercute en la reflexión política argentina, "La lealtad" repasa la historia de las organizaciones que "se quedaron" con el líder durante esta época efervescente, y aquellos que vieron en las armas el único camino para continuar y a la vez superar al conductor del movimiento, Juan Domingo Perón.

- ¿Qué fue el Devotazo y por qué fue un punto de inflexión en 1973?

- Cámpora se había comprometido con enviar una ley de amnistía para ser sancionada el mismo día 26 de mayo y liberar a todos los presos políticos. Pero el ERP no quería "deberle nada" al nuevo gobierno y mantenía secuestrados a dos militares para "canjearlos" por los presos. El 25 de mayo, desde temprano, el PRT-ERP se concentró con una columna de militantes en las puertas del penal de Villa Devoto. Al atardecer se le sumó una numerosa columna de la JP que venía de participar en el acto de Plaza de Mayo. Ante la tensión reinante el entonces ministro Righi autorizo por teléfono la liberación de los presos. Aunque todos festejaron ese acto, quedó de fondo una pulseada de poder entre el nuevo gobierno y el ERP, quienes se adjudicarían haber obtenido la libertad mediante ese acto de fuerza. Pero lo más grave fue que los presos liberados del PRT-ERP recibieron cada uno su arma, y de inmediato pasaron a la clandestinidad para seguir la lucha armada, ahora contra el Gobierno de Cámpora que los había puesto en libertad.

Lee más: Cinco advertencias de Perón a Montoneros que "anticiparon el accionar de la Triple A"

- ¿Qué rol jugó el asesinato de Rucci en la división de los militantes peronistas?

- El asesinato de Rucci, dos días después de que Perón ganara la elección de su tercera presidencia con el 62% de los votos, fue leído como un acto de la CIA por la enorme mayoría de la militancia de JP y Montoneros. Pero, a las pocas horas, los jefes montoneros comenzaron a bajar la información a sus militantes: "Fuimos nosotros". Esto creó desconcierto y enojo entre la militancia de JP y de la misma organización Montoneros. No tanto porque hubiese "afecto" por Rucci, sino por lo que significaba en términos de un enfrentamiento con Perón. A partir de este hecho, dentro de la organización se empieza a generar un duro debate que culmina con la escisión de diversos grupos de militantes, que en febrero se dan a conocer como JP Lealtad y Montoneros Soldados de Perón, que se expresan desconociendo a la conducción de Firmenich y reafirman el liderazgo del entonces presidente.

Montoneros tuvo tres divisiones importantes: la Columna Sabino Navarro (1972), JP Lealtad (1974) y Galimberti-Gelman (1979, ya en el exilio)

 
- El libro arranca con el bombardeo del 55: ¿qué peso le das a este suceso en lo que pasó a partir de 1973?

- Para comprender el origen de la violencia que se extiende hasta fin de los setenta es necesario remontarse al bombardeo del 16 de junio de 1955. La aviación naval, en un alocado plan de matar a Perón bombardeando Buenos Aires, demostró que los enemigos del peronismo estaban dispuestos a utilizar el máximo de crueldad y violencia posible para desalojar al gobierno constitucional de Perón. Esa evidencia tan brutal, que se tradujo en 380 muertos, la mayoría civiles, no dejaba espacio para otro tipo de lucha que no fuera otra acción violenta. Así surge la Resistencia Peronista que quince años después se transformará en organizaciones guerrilleras.



El violento ataque aéreo que intentó matar a perón en el 55: para el autor, el germen de toda el conflicto posterior

- Dentro de las distintas líneas ideológicas del peronismo que marcás en el libro, ¿dónde se ubicaban Cristina y Néstor Kirchner?

- Según todas las informaciones que hemos recogido y las propias palabras de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ambos fueron militantes de la Juventud Universitaria peronista en La Plata. Cuando se produce la discusión y la fractura, rompen con la conducción de Montoneros y quedan militando en un espacio que, si bien no se llamó JP Lealtad, compartía esta idea de deponer las armas y no cuestionar la conducción de Perón. Cristina lo dice el 28 de abril del 2014 recordando la "plaza del desencuentro": "Cuando me peleé con varios compañeros porque era una de las que sostenía que la conducción de Perón no podía discutirse...", contó la Presidenta.

- En el libro contás el secuestro de Aramburu por parte de Fernando Abal Medina. ¿Qué significó esto para las distintas facciones del peronismo revolucionario?

- El libro parte de la base de considerar legítima la lucha armada desde el golpe de estado de 1955 hasta el 11 de marzo de 1973, cuando después de 18 años de proscripción el pueblo vuelve a votar libremente en democracia. En ese contexto de lucha contra un enemigo que no ahorraba métodos de represión, la muerte de Aramburu aparece como un acto de "justicia popular". Este hecho protagonizado por una decena de jóvenes catapulta a la fama a Montoneros y lo convierte en la referencia obligada de miles de jóvenes que reclaman del retorno de Perón y de la democracia.


La lealtad, que, al decir de algún compañero, "tal vez tuvo como único gran mérito salvar muchas vidas...", es el tema del libro

 
- ¿Cómo fueron los primeros vínculos entre Perón y Montoneros?

- Desde el exilio, Perón alentaba todas las formas de lucha contra las dictaduras militares que se sucedieron de 1955 a 1973. Durante esos años, surgieron distintos tipos de organizaciones que participaban de la lucha con diferentes métodos. Perón consideraba a los grupos armados como "formaciones especiales"; es decir un tipo de estructuras organizativas que actuaban en una acción violenta contra el régimen, pero que eran parte de un todo, que era el Movimiento peronista, conducido por él. Pero, Montoneros fue creciendo y modificando esa idea original. Con el tiempo fue tomando del marxismo el concepto de vanguardia de proletariado: un partido que liderara a las masas obreras hacia la revolución socialista. Y claro, mientras todo fue lucha contra los militares, estas diferencias no se veían.

- ¿Y cuándo aparecen esas diferencias?

- Cuando Perón regresa al país y se inicia el proceso democrático. Allí aparecen. El pueblo peronista tenía un Líder, una doctrina y una historia. La conducción de Montoneros entendía que al líder, Perón, le quedaba poco tiempo y que su pensamiento ya estaba obsoleto; entonces se plantean reemplazarlo, a él y a su pensamiento. Ese momento tan complejo se analiza en el libro.



El asesinato de Rucci en 1973, una señal de enfrentamiento con Perón que marcó las divisiones al interior de Montoneros


La conducción de Montoneros entendía que a Perón le quedaba poco tiempo y que su pensamiento ya estaba obsoleto

 
- ¿Quiénes fueron los qué, a título del libro, juraron "lealtad" y se quedaron con Perón?

- No hubo tal "juramento de lealtad". Lo que hubo fue un grupo importante de cuadros militantes, (algunos con muchos años en la guerrilla) que se oponen a el enfrentamiento con Perón planteado por la conducción de Firmenich y Quieto. Que además considera que, en democracia, no se debe continuar con la lucha armada. Que dice: "Guardemos las armas", por si acaso quisieran regresar los militares. Pero su único sostén importante es la conducción de Perón. Y a los tres meses de esta fractura, Perón muere. Nosotros decimos que fue un intento de priorizar la política por sobre la pólvora. Pero ganó la pólvora.