domingo, 11 de febrero de 2024

Revolución Libertadora: Los festejos por la caída del dictador

Los festejos por la caída del régimen





Festejos en la capital uruguaya de Montevideo, un día después de conocerse las palabras del general Franklin Lucero, ministro de Ejército, que anunciaron la renuncia del general Juan Domingo Perón a la presidencia de la Nación, 20 de septiembre de 1955.






Durante el gobierno peronista, Uruguay acogió a muchísimos exiliados políticos argentinos. Los socialistas se constituyeron a través del Grupo Socialista Argentino de Exiliados que lideraba Américo Ghioldi y que contaba con la participación de Juan Antonio Solari, Luis Pan, Esteban Rondanina, y otros políticos y sindicalistas exilados, también editaban La Vanguardia (que había sido prohibida en la Argentina) desde Montevideo. Los conservadores se establecieron con el liderazgo de Vicente Solano Lima y Antonio Santamarina, editando un periódico, que ingresaba clandestinamente a la Argentina, de nombre “Resistencia”. También otros dirigentes radicales, como Agustín Rodríguez Araya, Ernesto Sanmartino, Jorge W. Perkins, Alberto Candioti, Arturo Mathov, y demócratas progresistas, como Julio Argentino Noble, se establecieron en Montevideo, donde continuaron su oposición, principalmente haciéndose oír a través de Radio Colonia y de Radio Carve de Montevideo.





En esos años, gobernaba en Uruguay el Partido Colorado, a través de las presidencias de Luis Batlle Berres, Andrés Martínez Trueba y el Consejo Nacional de Gobierno, presidido entre 1952 y 1955 por los anteriores, quienes colaboraron activamente con los exiliados argentinos. Ya en 1946, Batlle Berres expresaba: “Perón no es un problema solo argentino; es un problema americano, porque Peron desde el gobierno va a imponer un temor y una violencia, y va a realizar una gestion publica con tales caracteres que, sin duda alguna, pondra en peligro la tranquilidad y la paz americana”. Julio María Sanguinetti, ex presidente uruguayo, recordó que la caída de Perón, en septiembre de 1955, fue festejada en su país “casi como la liberación de París”.




1 comentario:

  1. Lastima que no le cortaron la cabeza a la serpiente, la cual siguio envenenando el pais

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