viernes, 19 de agosto de 2016

Biografías: Carlos M. von der Becke (Argentina)

Semblanza del Tte Gral Carlos M. von der Becke
(Argentina, 1890-1965) 

Por Gral Isaías García Enciso 


Carlos Maximiliano von der Becke, nació, según constancias familiares, el 1º de enero de 1890 en la localidad de Cañada de Gómez, provincia de Santa Fe. Fueron sus padres Alfonso von der Becke-Klüchtzner y Clementina von Helbig, ambos alemanes, fundadores de la rama argentina de los von der Becke. 




Teniente Carlos von der Becke 


El padre había nacido el 5 de enero de 1860 en Dresden, hijo del entonces Teniente del Real Ejército de Sajonia, Jorge Edmundo von der Becke y de Ana von Klüchtzner. A su vez la madre pertenecía a la noble familia de los von Helbig de Silesia, donde nació el 20 de agosto de 1862. Don Alfonso se trasladó, como miembro de su familia, sucesivamente a Zürich, Ginebra, Viena y Stuttgart, donde estudió humanidades en el Real Gimnasio, bajo la protección liberal de Carlos I de Württemberg. 

Se inició luego en el comercio en Bremen y emigró en 1882 a Venezuela, trasladándose al Río de la Plata en 1884. Añorando a su novia de. estudiante, regresó a Alemania. Contrajo enlace el 3 de abril de 1886, en Württemberg, con Clementina. El joven matrimonio de 26 y 24 años de edad, respectivamente, viajó a la Argentina, donde don Alfonso se desempeñó en tareas administrativas tanto en ingenios de azúcar como en la supervisión del tendido de vías férreas. Esto explica el nacimiento de los hijos en diversas localidades, a medida que avanzaba el trazado del ferrocarril. Así, Dora, la mayor, nació en Belgrano dentro del primer año de casados; Carlos Maximiliano, dos años después en Cañada de Górnez; el tercer hijo, Alfonso, nació en 1984 en Rosario de Santa Fe; y Alejandro, el menor, años después en Tafí Viejo, Tucumán, donde se había asentado la familia y donde el jefe de ella estaba encargado de la administración de los grandes talleres ferroviarios de esa ciudad. 

La hija mayor del matrimonio, Dora, se recibió de maestra normal en Tucumán, contrayendo enlace con Hugo Dörsing. Desempeñó la docencia por largos años en la Cangallo Schule, alcanzando luego la subdirección de la Escuela Germania, rodeada de un gran prestigio como educadora. 

El tercero de los hijos, Alfonso Carden, cursó el bachillerato en Tucumán, recibiéndose de doctor en medicina con diploma de honor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, en 1919. Fue un científico de nota, un urólogo destacado y un catedrático de alto nivel. Casado con Sara Gardey, murió trágicamente el 6 de julio de 1945, fiel a su juramento hipocrático. 

El menor de los hijos del matrimonio, Alejandro Otto Federico, obtuvo el título de químico farmacéutico y luego de doctor en bioquímica y farmacia de la Universidad de Buenos Aires. Llegó a ser un destacado hombre de ciencia como histólogo y bioquímico, profesor titular de histología comparada y de zooparasitología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y autor de más de cincuenta trabajos científicos de investigación. Estos eran los padres y los hermanos de Carlos Maximiliano, de quien nos ocuparemos a continuación. 

Sus antepasados eran familias nobles de la cuenca del Ruhr, Palatinado y Westfalia, por el lado paterno; de Silesia, Letonia y otras regiones centro-europeas, por parte de familias emparentadas. En casi todas estas familias antecesoras, tanto entre los von der Becke como entre los von Helbig, hubo militares destacados y encumbrados funcionarios civiles. 

El niño Carlos Maximiliano, al establecerse sus padres en la ciudad de Tucumán, donde existían establecimientos de educación secundaria, cursó allí sus estudios en el Colegio Nacional de esa ciudad, del que egresó con el orden de mérito Nº 1, a los catorce años de edad. Fue una constante en su vida ese mismo Orden de mérito. 

El adolescente sintió despertarse en su espíritu, la vocación castrense que había heredado de sus antepasados ; y su padre le concedió con satisfacción la autorización correspondiente, dejando constancia en la misma, de su deseo que su hijo conservara la fe protestante y que orientara su especialidad militar hacia el campo de la ingeniería. En cambio, las circunstancias y la inclinación personal de Carlos, hicieron de él un infante y un oficial de Estado Mayor. Faltó poco para que su destino fuese distinto, ya que su poca edad y su extrema delgadez hicieron que fuera rechazado en 1905, ingresando sin embargo al año siguiente al Colegio Militar de San Martín. 

El año 1905 estudió ingeniería en la facultad porteña. 

Según reza su foja de servicios, ingresó como cadete el 7 de abril de 1906, destacándose desde el principio corno uno de los alumnos más aplicados y de muchas condiciones físicas y aptitudes militares. Sus 1,75 metros de altura en ese momento (que se estiró en nueve centímetros más al egresar), contribuyeron a que en el reconocimiento médico efectuado por el Cirujano de Brigada Benjamín Dimartino mereciese la calificación de 5 puntos - la máxima - tanto por su constitución, como por su salud y su vista. Durante el segundo curso fue ascendido el 30 de abril de 1907 a Distinguido y el 8 de julio a Cabo. El tercer año supera su rendimiento, correspondiéndole conducir la bandera del instituto, honor máximo que se confiere a un cadete. 

Sus calificaciones en el estudio son por entonces las siguientes Táctica, 5; Topografía y Dibujo 4,90; Armas, Tiro y Fortificación 4,70; Química 5. En aptitudes generales las siguientes calificaciones: Aptitudes para el mando 5; Resistencia a la fatiga 5; Inteligencia 5; Carácter 5; Espíritu militar 5; Conducta 5; Instrucción 5; Porte militar y corrección en el uniforme 5 Educación 5. Recordemos que 5 es la calificación máxima. Todo ello le da un promedio de egreso de 4,77 puntos, ocupando el primer puesto de su promoción, integrada por 57 cadetes. Registra asimismo en su legajo, que habla francés y alemán; también señala que no sabe nadar, pero sí que anda en bicicleta. Su profesor de equitación lo califica con 3 puntos; en esgrima, el maestro de armas le pone 5 y otro tanto hace el maestro de gimnasia. 

Su planilla de calificaciones está firmada por Federico Shaw como secretario por Martín J. López como mayor, jefe del cuerpo, con el visto bueno del teniente coronel Marambio, director interino. 

La trayectoria del cabo cadete von der Becke, satisface los requisitos para que se le asigne el premio Ministro de Guerra, consistente en un artístico reloj de oro labrado; así como la distinción que otorgaba la Asociación Pro- Patria de Señoritas: una medalla de oro con la imagen de una mujer con un fusil en la mano, representando a la patria en armas. Von der Becke, al recibir de manos del ministro, general Aguirre, el artístico reloj, expresó que el mismo señalaría las horas del deber. El concepto firmado por el jefe de la compañía de cadetes, capitán Carlos Smith Pedernera, señala que von der Becke "es culto, inteligente y de una integridad probada. Reúne en general, todas las características del excelente oficial." 

El flamante subteniente de infantería, es destinado a su egreso al Regimiento 18 del arma, de guarnición en Tucumán, donde residía la familia. Revista como tal durante los años 1908 y 1909, año cuando cursa la Escuela de Tiro. Asciende a teniente en 1910, continuando en dicha escuela hasta 1912, cuando es trasladado al Colegio Militar de la Nación como oficial instructor. Temprana distinción a un oficial moderno, que pronto pasa a desempeñarse como jefe de la compañía de cadetes, ya teniente primero. 

Le toca así cursar como alumno la Escuela Superior de Guerra, luego de ascender a capitán en 1917.. egresando de dicho instituto como oficial de Estado Mayor con sobresalientes calificaciones y el prirner orden de mérito. 

Al graduarse, es trasladado al Estado Mayor General del Ejército, destino de honor para un oficial de la especialidad. Allí cumple una destacada labor que merece juicios ponderables de sus superiores, respecto a su desempeño en el área de planeamiento. Su labor intelectual editada comenzó ya en 1913, con una traducción publicada probablemente por el mismo Colegio Militar donde en esa época revistaba. Otras traducciones le fueron requeridas para la Biblioteca del Oficial, fundada por el Círculo Militar, debido a la iniciativa del general de división d. Rodolfo Martínez Pita. El aporte del joven capitán, comienza al nacer esa serie de publicaciones en 1918, siendo su primera tarea verificable la traducción del alemán, conjuntamente con el teniente coronel Juan Pistarini, del libro,»Táctica y técnica de los pasajes de ríos" cuyo autor era el coronel Martens. El tomo I de dicha obra fue el volumen XII de la flamante editorial. El tomo II, de los mismos traductores, sería publicado como volumen XV. Casi por excepción queda impreso su nombre en las publicaciones que efectuaba y cuando aparece, lo es por algún motivo especial. El anónimo "traducción de la Biblioteca del Oficial" que aparece en la gran mayoría de sus traducciones, dificulta el inventario de sus aportes y debe ser explicado como interpretación personal del lema "ser antes que parecer" típico de la educación militar. 

Siempre con el grado de capitán, von der Becke tradujo juntamente con el prestigioso capitán Abraham Schweitzer, los tomos I y II (volúmenes XXI y XXIV de dicha Biblioteca) de la obra del teniente coronel Loffler "Táctica". Otro tanto realiza con la publicación "Reglamento de ejercicios para la infantería a la luz de la historia" del general von Freytag-Loringhoven y el libro "La guerra del futuro, según las experiencias de la guerra mundial", escrito por el general von Bernhardi. Todavía es capitán cuando aparece su traducción de la 1 obra del teniente coronel Liebach, "Evolución de la táctica en la Guerra Mundial" La tarea de oficial de Estado Mayor en los comandos, es una labor silenciosa que no se difunde, pues consiste en la realización de estudios que sirven al comandante para adoptar sus resoluciones. De allí que no trascienda, especialmente los grados subalternos. 

Llegamos así a 1922, cuando von der Becke es promovido mayor. Se lo designa jefe del batallón de infantería Colegio Militar, formando a los futuros oficiales del Ejército. Los que fueron sus subalternos en ese período, manifiesta que la serenidad y estabilidad emocional puesta en evidencia por von der Becke en ese cargo, creaba un clima favorable para la formación del cadete y la actuación de los oficial durante los dos años que lo desempeña. En 1924 le es asignada la responsabilidad de dictar la materia Táctica a los cadetes. 

Incursiona a partir de ese momento en el campo de la docencia, para la cual - como sus tres hermanos - tiene vocación y aptitudes especiales,. respaldada por una sólida formación como oficial de Estado Mayor, enriquecida por las traducciones de libros ya mencionadas, así como por su biblioteca particular, a la cual dedicaba todos los meses una suma fija importante. Revistas militares europeas, obras históricas, literarias y de su profesión invaden tanto su escritorio como sus estanterías, nunca suficientes. 

En 1925 contrae enlace, en Rosario, con Isabel Tamborini, bella dama que se constituiría no sólo en la compañera, sino también en el complemento de la labor del oficial en el campo social y protocolar. Isabel Tamborini y dos de sus hermana se casaron con oficiales, que con el tiempo alcanzarían la palmas del generalato; una hermana -Adelaida- contrajo matrimonio con Juan Bautista Molina y otra -Margarita- con Roberto Dalton. 

Es caso único registrado en el Ejército, sobre todo considerando que los tres generales figuraron en su época entre los más destacados y de más prestigio. Las tres hermanas Tamborini habían nacido en Casilda, en las cercanías de Rosario, siendo tanto su padre como su madre (de apellido Soldati) nativos de la Lombardía. 

A propósito del casamiento de von der Becke, se decía en el Ejército que su dedicación a la profesión militar era tal, que una noche, al referirse la novia a la diafanidad de los astros, Carlos, observando que la luna estaba en cuarto menguante, reflexionó: "Es cierto, es una magnífica noche para hacer un ejercicio de relevo por sobrepasaje.» Sea cierta o no la anécdota, lo destacable es que ella pone en evidencia el concepto que tenían los oficiales, sobre la acendrada vocación militar y la consagración profesional de von der Becke. 

Durante su desempeño como profesor de historia militar de la Escuela Superior de Guerra - su siguiente destino - traduce tres volúmenes para aplicar al servicio de la cátedra. Uno de ellos se titulaba a Guerra Mundial de 1914 a 1918» (tomo I, referido a las operaciones terrestres y tomo II, a la liberación de Prusia Oriental). Corresponden a los volúmenes CIII y CIV de la Biblioteca del Oficial. Ellos permitieron la actualización doctrinaria de nuestros oficiales, sobre todo los que cursaban la mencionada asignatura de historia militar. El tercero, con el mismo título pero referido especificamente a las batallas de frontera en el oeste (volumen CXXI) apareció años después. Las tres obras habían sido preparadas por el Archivo de Guerra alemán. 

En este contexto y en estos años hallamos a von der Becke con sus alumnos, oficiales escogidos del instituto superior donde se completa su formación, dedicados al aprendizaje de las experiencias de la guerra mundial. 

En 1930, la jerarquía considera la conveniencia de enviar a este brillante jefe a Europa, para ampliar sus conocimientos. Es designado como agregado militar en Alemania y Suiza, en mérito a su capacidad intelectual y a su dominio del francés, del alemán y del inglés, idiomas que alcanzó a dominar en distintas épocas de su vida. No solamente cumplió en forma destacada sus funciones, sino que fue más lejos, ya que por concesión especial logró ser admitido para cursar en carácter de oyente en las aulas de la Academia Militar de Berlín, donde las compartía con condiscípulos, como el futuro mariscal Rommel, que obtendrían notable fama de estrategos, pocos años más adelante. 

Al término de su misión, incrementados sus conocimientos y sus contactos personales, era lógico que fuera nombrado profesor de Táctica y Servicio de Estado Mayor del tercer curso de la Escuela Superior de Guerra, en 1933. Se trataba de la cátedra más importante de dicha Escuela. 

Asimismo, el Senado prestó acuerdo para su ascenso a coronel con anterioridad al 31 de diciembre de 1932. En 1936 se desempeña como jefe del Estado Mayor de la Primera División de Ejército, en Campo de Mayo. Un año después, retorna a la Escuela Superior de Guerra, esta vez como director: se trata de una secuencia coherente y lógica para un oficial superior de su capacidad y con una trayectoria realmente meritoria. 

Comienza aquí la etapa de la vida pública de von der Becke. Hasta entonces su actuación casi siempre se había enmarcado en su actividad abnegada y silenciosa en el Ejército, pero ya como oficial superior con funciones importantes, debe afrontar compromisos y desafíos que lo han de transformar en un hombre público. Durante su desempeño como director de la Escuela Superior de Guerra, se cumplió el centenario del natalicio del general Luis María Campos, fundador del establecimiento. Le tocó entonces recibir al primer mandatario de la Nación, dr Roberto M. Ortiz, quien presidió la ceremonia conmemorativa. 

A partir de ese evento la prensa comienza a ocuparse elogiosamente de von der Becke. 

Sucesivamente se desempeña nuestro biografiado como jefe del Estado Mayor del Comando de la Segunda División de Ejército en Santa Fe y luego del Primer Ejército, comandando a continuación la Cuarta División de Ejército con asiento en Córdoba. En ocasión de jurar la bandera los soldados clase 1919 de la Guarnición Córdoba, el coronel von der Becke, que hacía pocos meses que se desempeñaba como comandante de la División, despierta la admiración de los cordobeses al improvisar una elocuente arenga, donde hizo gala de erudición y contenido profundo. Expresó, entre otros conceptos: 


«El empleo de un arma en lucha abierta y franca en la que se expone la vida al igual que la del adversario y respondiendo a un ideal superior, la defensa de la Nación - no para un fin mezquino ni egoísta, dignifica y ennoblece al soldado». 


«Un juramento es siempre un acto solemne. Un hombre vale por el cumplimiento de su palabra empeñada. Quien no cumple un juramento es un perjuro y cuando el juramento, es a la patria, es un infame, es un criminal, es un traidor El juramento a la bandera no es un compromiso por un cierto tiempo: se extingue solamente con la vida». 

En mayo de 1940 el Senado otorgaba el acuerdo para el ascenso al generalato a von der Becke. El viernes 31 de mayo los diarios La Prensa y La Nación de Buenos Aires, comentaban la noticia ponderando las cualidades del coronel de infantería que era promovido. Pero donde la resonancia tuvo mayor eco fue en Córdoba, donde ahora era comandante. El diario "Córdoba", a tres columnas, encabeza la información con el título "Alto prestigio como Oficial de Estado Mayor es el del general von der Becke - El general von der Becke es uno de los militares más capaces." En el texto señala: 

«Llegar a general de la Nación por méritos propios, a fuerza de talento e inteligencia y después de haber acreditado condiciones singulares para el ejercicio del mando, es la satisfacción más honda que puede manifestar un militar. El general von der Becke es de los militares que - al decir del general Jose María Sarobe - se paran en la puerta del cuartel y miran para afuera, para la calle, para donde va el pueblo con sus dolores y sacrificios, con sus aspiraciones e inquietudes. Von der Becke es hombre de vasta cultura, de natural inteligencia y de madurado talento; conjuga como el que más, el lema de los oficiales de Estado Mayor: "Rendir mucho y exteriorizar poco". 

En el texto transcripto está implícito el homenaje a otra gran figura de la época, el general Sarobe. El diario "Los Principios" a su vez, se ocupa del tema del reciente ascenso, señalando: 

«Llega de este modo al generalato, ambición que siempre alientan entre sus aspiraciones más intimas quienes abrazan la carrera de las armas, un jefe digno y prestigioso, que ha acreditado en su vida militar, estar dotado de condiciones que lo hacen por cierto acreedor a la elevada distinción que se le ha conferido, culminando de esta suerte una actuación jalonada en etapas brillantes y significativas.» 

Agrega más adelante: 
"En la vida social es el nuevo general de brigada un caballero culto, gentil y cumplido, que sabido granjearse en nuestros círculos, cordiales simpatías". 

La sociedad cordobesa tributa numerosos homenajes al general promovido, siendo su acto central un banquete de más de 500 personas, ofrecido en los salones de la planta alta de Confitería del Plata. Concurren el gobernador dr. Santiago H. del Castillo, con sus ministros, el arzobispo de Córdoba monseñor Fermín Laffite, el rector de la Universidad dr. Sofanor Novillo Corvalán, el presidente del Superior Tribunal de Justicia Enrique Martínez Paz y el intendente de la ciudad de Córdoba, Donato Latella Frías, entre otras personalidades. Consigna el diario "El País", que la demostración es ofrecida por el general Fernández Valdez, en nombre de la comisión organizadora, siguiendo palabras de agradecimiento del agasajado. 

Entre otras cosas señala von der Becke: 

"Nosotros, los militares, no queremos la guerra; ello sería tan aberración moral como la de un médico que quisiera las epidemias o un bombero que anhelara grandes incendios. Los que conocemos la guerra por el estudio de ella y que sabemos de sus horrores, no podemos sino amar la paz, ser pacifistas pero con un pacifismo viril, que implica la defensa de todo nuestros valores espirituales y materiales, como por otra parte ha sido la tradición de nuestra patria. En nuestro país la institución militar no representa sino el indispensable brazo armado, para que la justicia y el derecho no sean un ilusión.» 

Acá von der Becke ha ubicado acertadamente el papel de las Fuerzas Armadas, dentro del concepto enunciado por Raymond Aron : «El exceso de debilidad no es menos temible para la paz que el exceso de fuerza." Completa von der Becke sus palabras señalando: 

"Lo hermoso de una democracia, es que el pueblo mismo carga con la responsabilidad de sus aciertos y errores." 

En el transcurso de su comando en Córdoba, varias fueron las ocasiones donde el general debe pronunciar discursos ante multitudes; en ellos pone de manifiesto su pensamiento de soldado y de ciudadano. 
Así para el 25 de mayo de 1942, expresa ante los concurrentes reunidos en la plaza Vélez Sársfield: 

"Las horas futuras parecen inciertas. Es empero necesario mantener nuestra nacionalidad, nuestra bandera, nuestro territorio, nuestro modo de sentir y de pensar, nuestras bases sociales, el sentimiento del hogar, la creencia en Dios y el respeto a nuestra constitución.» 

El Congreso de Ingeniería se inaugura en julio de 1942. En esa ocasión declara von der Becke, que participaba de la misión de defensa nacional, que 

"ella no es asunto que incumbe exclusivamente a las instituciones armadas, que no tienen vida propia ni aislada. Necesitan constantemente de las fuerzas humanas, espirituales y materiales que le entrega la Nación misma." 

A fines de diciembre de 1942 von der Becke deja Córdoba para hacerse cargo del Centro de Altos Estudios - recién formado - a la par que de la Escuela Superior de Guerra, esta última por segunda vez. Dicha circunstancia da lugar a numerosos actos de despedida que le tributa la sociedad y las instituciones de la ciudad mediterránea. El homenaje principal se realiza en el «Country» del Jockey Club y de él participan las autoridades civiles y eclesiásticas y lo más destacado de la sociedad cordobesa. 

Le toca ofrecer la demostración al ingeniero Rodolfo Martínez, rector de la Universidad de Córdoba, quien empieza así: 

"Si Córdoba es la Universidad, como lo afirmara Magnasco, bien está señor general, que sea el rector de aquella casa quien os entregue este álbum que el arte hizo bello y que ennoblece el afecto, en nombre de la ciudad representada hoy en todos los valores del espíritu y de la provincia, acreditada en el homenaje por sus propios mandatarios y por los más variados matices de la opinión como si hubiéramos hecho el tácito acuerdo de arrancarnos cintillos diferenciales, para unirnos en un acto de justicia a un soldado, que por serlo tan plenamente, pudiera señalarse como una síntesis de las calidades de nuestro ejército... Dado que las batallas se ganan también en la retaguardia, imaginad pues la importancia de que pueblo y ejército se encuentren solidarizados en ideales y en espíritu." 

Marcha pues von der Becke a Buenos Aires con su prestigio acrecentado por su labor en Córdoba. Poco tiempo permanecería en sus nuevas funciones de Director de dos institutos de docencia superior, pues lo llamaban responsabilidades más elevadas. El diario La Nación en su edición del 27 de agosto de 1943 expresa: 

"El Ministerio de Guerra dio a publicidad un decreto del poder ejecutivo, por el cual se nombra jefe del Estado Mayor General del Ejército al general de brigada Carlos von der Becke, en reemplazo del general de división Juan Pierrestegui. El general von der Becke es llamado a ejercer funciones tan importantes en la institución armada, tras haber conquistado una sólida reputación como dirigente militar. El concepto relevante de organizador y conductor de que goza de antiguo en las esferas del ejército, se ha visto robustecido en los últimos años a través de su actuación en la cátedra de la Escuela Superior de Guerra y la dirección de la misma, en el Comando de la Cuarta División de Ejército y en la dirección del Centro de Altos Estudios.» 

Otro diario informaba: 

«El general von der Becke, una de las figuras más prestigiosas de nuestras fuerzas armadas, ha sido designado para ocupar la jefatura de Estado Mayor General del Ejército." 
El viernes 7 de abril de 1944, se daba a publicidad el ascenso del general von der Becke a general de división. El prestigio y respeto que irradiaba la persona del general von der Becke, hizo que sus camaradas socios del Círculo Militar lo nombraran presidente de dicha institución en la Asamblea General Ordinaria del 10 de junio de 1944; entre los oficiales que lo acompañaron como vocales, figuraba una reliquia del viejo ejército, actual (en 1990) decano del cuadro de oficiales, el coronel Expedicionario al Desierto don Aníbal Luzuriaga, quien con sus gallardos 105 años constituye una muestra viviente de las virtudes del ejército de ayer. Ya nos hemos referido con antelación a la vinculación de von der Becke con el Círculo Militar y con la Biblioteca del Oficial. También efectuó traducciones para la Revista Militar, publicación del mismo club. Nos corresponde ahora incursionar en otras áreas de su desempeño relacionado con el Círculo. Nos ocuparemos en consecuencia, por ser éste un homenaje del Círculo Militar, a la gestión presidencial del general en dicha institución a partir de 1944. 

A poco de iniciar la presidencia, el 6 de julio de 1944 le tocó hacer uso de la palabra en la comida anual de camaradería de las fuerzas armadas en Les Ambassadeurs. Entre los conceptos allí expresados podemos citar: 

"Solo una suprema aspiración puede guiar al Ejército: la de merecer como siempre la gratitud nacional." 

Este concepto adquiría relevancia en momentos cuando el ejército había asumido la responsabilidad de gobernar el país. Incursionando en las actas de reuniones de la comisión directiva del Círculo Militar de esos años, comprobamos la preocupación de von der Becke por solucionar los problemas de alojamiento que se les planteaba a los oficiales del interior, cuando venían a Buenos Aires. Para superarlos, se dispuso la ampliación de las comodidades existentes. Se proyectó la construcción de un nuevo pabellón de alojamiento, para cuya finalidad se adquirió un terreno contiguo sobre la calle Santa Fe. El nuevo edificio incluía planta baja, subsuelo, entrepiso y siete pisos, con una capacidad de 72 habitaciones con baño privado, contando con 144 camas. Mientras se ejecutaba la obra, se habilitaron 12 camas adicionales alas ya existentes, ocupando a esos efectos el departamento de que disponía el intendente del Círculo y dos habitaciones usadas por la gerencia. También se procedió en ese período al rellenado de terrenos de la playa de Olivos: en esos mismos se proyectó una pileta de natación. El pabellón Deportes se vio enriquecido con la construcción de consultorios para clínica médica, masajes y pedicuría, así como de una cancha de bochas. 

Por entonces se amortizaron $ 200.000 de la deuda contraída el 6 de setiembre de 1942, para completar el pago del pabellón de deportes. El saldo de la deuda resultó así ser de $ 181.805, con lo cual las obligaciones trimestrales de $ 5730 se redujeron a la mitad. Siguiendo una antigua tradición, el domingo 16 de julio de 1944, a las 18,30 horas, el Círculo Militar recibió en un acto social de relevancia a sus nuevos asociados de la Promoción 72 de egreso del Colegio Militar, de la que formaba parte el que habla. 

En esa oportunidad concurrimos los flamantes subtenientes, acompañados por nuestros familiares, muchos venidos del interior del país, a ese suntuoso palacio que la mayoría pisábamos por primera vez, siendo afectuosamente recibidos por el presidente, general von der Becke, que con su proverbial gentileza y afabilidad, pronto nos hizo sentir como en nuestra propia casa y a fe que lo fue, a partir de ese momento. En ese acto escuchamos las siguientes palabras de bienvenida del general von der Becke: 

"El ascenso a Oficial del Ejército de la Nación de vosotros, es, en vuestros. hogares, un motivo de legítima satisfacción, de inmenso júbilo, de viva alegría, ya que significa una justa recompensa a los desvelos constantes de vuestros padres para daros una noble carrera promisoria. Pero lo es también y en igual medida, para los oficiales todos del ejército, pues significa la incorporación de una nueva promoción que aporta su entusiasmo y su capacidad efectiva y potencial, al organismo viviente, para mantenerlo siempre dinámico a fin de que responda a su difícil tarea, tan llena de responsabilidades.» 

El día 6 de julio, se llevó a cabo la tradicional comida anual de camaradería, continuación de la del año previo que ya recordamos. Esta vez no pudo hacer uso de la palabra el general von der Becke como presidente del Círculo Militar, por la muerte trágica de su hermano Alfonso. Leyó la alocución preparada, el vicepresidente general Otto H. Helbling. 

Durante este segundo año de la presidencia del Círculo Militar por von der Becke, se obtuvieron los fondos para encarar la obra del pabellón Alojamiento, llamándose a licitación sobre la base de un proyecto de la Dirección General de Ingenieros. Se continúa el rellenado del terreno de la playa de Olivos. El club contaba por entonces con 5.185 socios, la mitad aproximadamente de la cifra actual (1990). 

jueves, 18 de agosto de 2016

Exploración y espionaje: Los mapas de Baden-Powell

Los mapas ocultos de Robert Baden-Powell, el espía inglés que fundó el movimiento scout



Robert Baden-Powell nació en Londres en 1857. Durante su carrera militar participó de diferentes campañas en África. De vuelta en el Reino Unido, escribió varios libros que lo hicieron popular entre los lectores ingleses. Su obra “Escultismo para muchachos” inspiró a jóvenes de la época a organizarse y formar las primeras patrullas Scout.
En 1915 Baden-Powell, quien ya era una celebridad, publicó el libro “Mis aventuras como espía”, una guía para aspirantes a espía donde narra sus misiones en los Balcanes a fines del siglo XIX. Además de contener numerosos consejos para no ser detectado por las autoridades enemigas y sobre cómo vestir correctamente según la región del mundo en la que se esté accionando, en el manual se pueden encontrar dibujos de insectos realizados por el mismo autor, que esconden mapas secretos.






Una de las ocurrencias más sugestivas de Baden-Powell es la de usar la coartada de entomólogo para infiltrarse en territorio hostil. El autor sugiere a sus lectores explorar las zonas deseadas vistiendo el clásico atuendo de un especialista en insectos y, valiéndose de un lápiz y un cuaderno, dibujar insectos en cuyos trazos se camuflan mapas de la región.
El ex militar asegura que la técnica le fue de gran utilidad durante sus años como espía, y que un mapa bien oculto en una mariposa puede salvar más de una vida.

History

miércoles, 17 de agosto de 2016

San Martín: Observaciones del más grande de los argentinos

Qué decían sobre San Martín quienes lo conocieron y trataron
Amigos, subordinados y agentes extranjeros han dejado testimonio de su trato con el Libertador en diferentes circunstancias de su vida. Aquí un retrato del “Aníbal de los Andes” a través de esos recuerdos


El General José de San Martín

Los extractos de testimonios que se reproducen aquí fueron compilados en su mayoría por José Luis Busaniche en el libro –lamentablemente agotado- San Martín visto por sus contemporáneos. El informe de Bowles al Almirantazgo británico fue publicado por Ricardo Piccirilli en San Martín y la política de los pueblos (Ed. Cure, 1957).


Informe al Almirantazgo británico del Comodoro William Bowles, comandante en jefe de la estación sudamericana de la Armada Real (año 1818)

Quizás no carezca de interés si concluyo este despacho con un pequeño boceto de la persona que ha sido su principal sujeto y que ciertamente no tiene igual al presente, en esta parte de América del Sur, sea por su influencia o por su talento. […]

El general San Martín tiene como cuarenta y cinco años; alto, reciamente constituido, de tez obscura y notable porte. Es perfecta su buena crianza y extremadamente placentero en sus modales y conversación. Su modo de vida es en sumo grado simple y austero y raramente se sienta siquiera a la mesa, comiendo en pocos minutos cualquier vianda que acontece estar lista cuando se siente con hambre. Se dedica laboriosamente a los asuntos, no tolerando que nada escape a su personal atención y llevando toda la correspondencia oficial sin ayuda de terceros.

 Desdeña el dinero, aunque si sus miras hubieran sido interesadas o personales, hubiese podido fácilmente amasar una voluminosa fortuna
Su única diversión es la práctica de tiro; de lo cual se paga mucho, declarando siempre su intención de retirarse de los negocios públicos en cuanto se concluya la guerra. Desdeña el dinero, y creo que está muy poco más rico que cuando yo vine a este país, aunque, si sus miras hubieran sido interesadas o personales, hubiese podido fácilmente amasar una voluminosa fortuna desde su entrada a Chile. Es ilustrado, lee mucho y posee mucha información general. Su concepción política es amplia y liberal, y lo es particularmente respecto del comercio, que entiende bien (…)

San Martín es extremadamente bien querido por todas las clases de su ejército, como que, con ser rigurosa su disciplina, sabe conciliar su respeto así como obtener su obediencia. […] Su salud es mala y está sujeto a violentas hemorragias pulmonares, lo que es consecuencia de una caída del caballo hace algunos años. Sólo es de esperar que la pacificación de este país tenga efecto antes de que pierda el único hombre en cuya integridad y desinterés se puede depositar confianza y cuya muerte sería seguida probablemente por nuevas escenas de anarquía y confusión.[…]


Testimonio del Capitán Basilio Hall, "viajero" inglés, probablemente espía (año 1920)

 Nunca he visto persona cuyo trato seductor fuese más irresistible
A primera vista había poco que llamara la atención en su aspecto, pero cuando se puso de pie y empezó a hablar, su superioridad fue evidente. Es hombre hermoso, alto, erguido, bien proporcionado. Es sumamente cortés y sencillo, sin afectación en sus maneras, excesivamente cordial e insinuante y poseído evidentemente de gran bondad de carácter; en suma, nunca he visto persona cuyo trato seductor fuese más irresistible. En la conversación abordaba inmediatamente los tópicos sustanciales, desdeñando perder el tiempo en detalles; (…) mostraba admirables recursos en la argumentación… pero su manera tranquila era no menos sorprendente y reveladora de una inteligencia poco común.


Retrato de San Martín, por Samuel Haigh, viajero inglés  (año 1817)

 Me impresionó mucho el aspecto de este Aníbal de Los Andes
Esa noche  [N. de la E.: de mayo de 1817, en Santiago de Chile, durante un agasajo al comodoro Bowles, de la armada inglesa, cuya fragata estaba anclada en Valparaíso] fui presentado al general San Martín por míster Ricardo Price y me impresionó mucho el aspecto de este Aníbal de Los Andes. Es de elevada estatura y bien formado, y todo su aspecto sumamente militar: su semblante es muy expresivo, color aceitunado obscuro, cabello negro, y grandes patillas sin bigote; sus ojos grandes y negros tienen un fuego y animación que se harían notables en cualesquiera circunstancias. Es muy caballeresco en su porte, y cuando le vi conversaba con la mayor soltura y afabilidad con los que le rodeaban; me recibió con mucha cordialidad, pues es muy partidario de la nación inglesa.  (…)

Muchos de mis compatriotas estaban en el ejército patriota y entre los presentes a la reunión se contaban el capitán O'Brien y los tenientes Bownes y Lebas; estos habían estado en la batalla de Chacabuco.  [Extractado de Bosquejos de Buenos Aires , Chile y el Perú]


San Martín visto por un agente norteamericano –  W.G.D. Worthington (envía un informe a su Ministro en Washington; este documento se encuentra en los archivos de la diplomacia estadounidense)

San Martín es una personalidad sobre la cual es necesario que usted tenga todos los datos que estoy en condiciones de hacerle conocer, aunque no sean muy prolijos y nada parecido a una biografía regular. Sin embargo, trataré de esbozar algunos de sus rasgos más salientes. Es nativo de la región del Virreinato de Buenos Aires colonizada en forma tan original por los jesuitas y que se llama el territorio de Misiones. San Martín vio la luz en un pueblo denominado Yapeyú. Tiene, según creo, 39 años; es hombre muy bien proporcionado, ni muy robusto ni tampoco delgado, más bien enjuto; su estatura es de casi seis pies, cutis muy amarillento, pelo negro y recio, ojos también negros, vivos, inquietos y penetrantes, nariz aquilina; el mentón y la boca, cuando sonríe, adquieren una expresión singularmente simpática. Tiene maneras distinguidas y cultas y la réplica tan viva como el pensamiento.



 Es sencillo y enemigo de la ostentación en el vestir, y no le tienta la pompa ni el fausto
Es valiente, desprendido en cuestiones de dinero, sobrio en el comer y el beber (…). Es sencillo y enemigo de la ostentación en el vestir, decididamente retraído y no le tienta la pompa ni el fausto. Aunque un tanto receloso y suspicaz, creo que esta personalidad sobrepasa las circunstancias de tiempo en que le ha tocado actuar y las personalidades con quienes colabora. Habla francés y español y fue ayudante del Marqués de la Solana en la guerra peninsular. (…)

Confía mucho, según creo, en sus cualidades de estratego como militar y en su sagacidad y fineza en materia de partidos y de política; sin embargo parece haber encontrado en sus cualidades militares los mejores y más eficaces medios para seguir adelante. Me temo que si lo hacen Director, en Buenos Aires no tardará en descubrir algún complot y si ocupa el sillón de gobernante aunque sea por un año, su salud, lo mismo que su fama, sufrirán mucho, si no resultan destruidas para siempre. Cuando se concentra demasiado en asuntos políticos y diplomáticos, suele sufrir hemorragia de los pulmones y es de natural predispuesto a la melancolía, con alguna sombra de superstición. (…)

Mi primera entrevista con él tuvo lugar después del desastre de Talca (Cancha Rayada). Me pareció que lo había conmovido mucho, pero lo soportaba como un hombre. (…)

Vi a San Martín después de la batalla de Maipú, porque estuve por la noche a congratular al Director (Bernardo de O'Higgins). San Martín estaba sentado a su derecha. Me pareció despreocupado y tranquilo. Vestía un sencillo levitón azul. Al felicitarlo muy particularmente por el reciente suceso, sonriendo con modestia, me contestó: -Es la suerte de la guerra, nada más.

 Lo considero el hombre más grande de los que he visto en la América del Sur
Acompaño a Usted la proclama que dio después de la derrota de Cancha Rayada; me parece que es una muestra de sinceridad, no diferente al reconocimiento que hizo Napoleón de su desastre en la Campaña de Rusia. (…)

Con lo que dejo escrito estará usted en condiciones de formar una opinión sobre el Héroe de los Andes, a quien considero el hombre más grande de los que he visto en la América del Sur; creo que, de haber nacido entre nosotros, se hubiera distinguido entre los republicanos; creo también que, si se dirige al Perú, habrá de emanciparlo y que será el jefe de la Gran Confederación.



Retrato físico y moral del general San Martín, por Jerónimo Espejo (subordinado del Libertador en las campañas de Chile y Perú)
El general San Martín era de una estatura más que regular; su color, moreno, tostado por las intemperies; nariz aguileña, grande y curva; ojos negros grandes y pestañas largas; su mirada era vivísima; ni un solo momento estaban quietos aquellos ojos; era una vibración continua la de aquella vista de águila: recorría cuanto le rodeaba con la velocidad del rayo, y hacía un rápido examen de las personas, sin que se le escaparan aún los pormenores más menudos. Este conjunto era armonizado por cierto aire risueño, que le captaba muchas simpatías. El grueso de su cuerpo era proporcional a su estatura, y además muy derecho, garboso, de pecho saliente; tenía cierta estructura que revelaba al hombre robusto, al soldado de campaña. Su cabeza no era grande, más bien era pequeña, pero bien formada; sus orejas medianas, redondas y asentadas a la cabeza; esta figura se descubría por entero por el poco pelo que usaba, negro, lacio, corto y peinado a la izquierda, como lo llevaban todos los patriotas de los primeros tiempos de la revolución.

 Su trato era fácil, franco y sin afectación. Jamás se le escapaba una palabra descomedida o que pudiese humillar
Su boca era pequeña: sus labios algo acarminados, con una dentadura blanca y pareja; (…) Lo más pronunciado de su rostro eran unas cejas arqueadas, renegridas y bien pobladas. (…)

Su voz era entonada, de un timbre claro y varonil, pero suave y penetrante, y su pronunciación precisa y cadenciosa. Hablaba muy bien el español y también el francés (dice Pueyrredón) aunque con un si es no es de balbuciente. Cuando hablaba, era siempre con atractiva afabilidad, aun en los casos en que tuviera que revestirse de autoridad. Su trato era fácil, franco y sin afectación, pero siempre dejándose percibir ese espíritu de superioridad que ha guiado todas las acciones de su vida. Tanto en sus conversaciones familiares cuanto en los casos de corrección, cargo o reconversión a cualquier subalterno suyo, jamás se le escapaba una palabra descomedida o que pudiese humillar el amor propio individual; elegía siempre el estilo persuasivo aunque con frases enérgicas, de lo que resultaba que el oficial salía de su presencia convencido y satisfecho y con un grado más de afección hacia su persona.

 Como político, era observador, creador, administrador. De una laboriosidad infatigable, y popular en sumo grado
Jamás prometía alguna cosa que no cumpliera con exactitud y religiosidad. Su palabra era sagrada. Así todos, jefes, oficiales y tropa, teníamos una fe ciega en sus promesas. (…)

El general San Martín era de una inteligencia perspicaz, discreta y privilegiada. Como militar era tan diestro como experimentado en el servicio de campaña: estratégico como pocos; matemático hasta para las trivialidades; y previsor sin igual. (…) Como político, era observador, creador, administrador, con una pureza y tacto exquisitos. De una laboriosidad infatigable, y popular en sumo grado. Estas eran las cualidades que lo hacían apto para el mando.


martes, 16 de agosto de 2016

Alejandro Magno: ¿“Krat'eroi” ó “Krater'oi” fue el elegido?

El enigma sobre las últimas palabras de Alejandro Magno




La corta e intensa vida de Alejandro III de Macedonia se apagó en oscuras circunstancias en junio del año 323 a.C. En menos de 33 años de vida el gran emperador griego había logrado doblegar al imperio Persa y extender el territorio helénico hasta las puertas de la India.
Lejos de prever su prematuro final, el joven Alejandro Magno no había dejado instrucciones sobre quién sería su sucesor. Tras dos semanas de dolorosa enfermedad, ante la pregunta de a quién le legaría su puesto, el rey de Macedonia contestó “Krat'eroi”(“Al más fuerte”).
Esta frase en griego antiguo es llamativamente similar al nombre de su general de confianza Crátero (“Krater'oi”), y puede que ese malentendido haya sido el responsable de casi medio siglo de guerras de sucesión.
Crátero no estaba en el lecho de muerte de Alejandro, por lo que nunca pudo reclamar su herencia. Así, el poder del imperio tras la muerte del jefe quedó violentamente fragmentado entre los generales más poderosos de su ejército. La mayoría de los territorios conquistados por Alejandro Magno se perdieron tras décadas de cruenta contienda.

History Channel

lunes, 15 de agosto de 2016

Conquista del Oeste: Fotos a color de tribus norteamericanas (1/2)

20 fotografías en color magníficos de los nativos americanos a finales de los siglos 19 y principios del 20

The Vintage News

Paul Ratner un realizador compilado esta fascinante colección de fotos de los nativos americanos mientras trabajaba en su proyecto de Moisés en la Mesa, una película sobre un inmigrante judío alemán que se enamoró de una mujer del nativo-americano y se convirtió en gobernador de su tribu de Acoma Pueblo en nuevo México a finales de 1800.

"Como director, me siento atraído por las imágenes. Mi primer amor de la película proviene de viejas películas en blanco y negro por autores del cine mundial como las obras de Bergman discordantes, Eisenstein, Buñuel, Lang, Dreyer, Ozu y otros grandes maestros voy a dejar de name-dropping. Durante un tiempo en la universidad, se sentía casi como hacer trampa para ver una película hecha en color. A medida que crecía, acepté de color y ahora parece que es difícil seguir una dieta monocromo. La vida parece demasiado resplandeciente para un solo tono. ", Escribe en el Huffington Post.

Echar un vistazo a las fotos de abajo fascinantes.



Un bailarín Crow. Principios de 1900. Foto por Richard Throssel. Fuente - Universidad de Wyoming, American Heritage Center.



Un hombre de la medicina con el paciente. Pueblo de Taos, Nuevo México. 1905. Foto por Carl Luna. Fuente - Biblioteca Digital Huntington.


Pueblo de Acoma. Nuevo Mexico. Principios de 1900. Foto por Chicago Transparencia de la empresa. Fuente - Palacio de los Gobernadores Archivos. Nuevo México Museo de Historia.


Amos Dos Toros. Lakota. Foto de Gertrude Käsebier. 1900. Fuente - Biblioteca del Congreso.


Arrowmaker, un hombre de Ojibwe. 1903. Photochrom de impresión fotográfica por el Co Fuente Detroit - Biblioteca del Congreso.



Campamento de la tribu Blackfeet (Pies Negros) con los caballos de pastoreo. Montana. Principios de 1900. Cristal linterna de diapositivas de Walter McClintock. Fuente -Yale Colección de Western Americana, Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos.


Collar de hueso. Oglala Jefe Lakota. 1899. Foto por Heyn fotos. Fuente - Biblioteca del Congreso.



Charles caballo americano (el hijo del jefe de caballo americano). Oglala Lakota. 1901. Foto por William Herman Rau. Fuente - Biblioteca Digital de Princeton.


Jefe Cheyenne Traje de Lobo. la reproducción de medios tonos de color de una pintura de una fotografía F. A. Rinehart. 1898. Fuente - Denver Public Library Colecciones Digitales.


Jefe James A. Garfield. Jicarilla Apache. 1899. Foto por William Henry Jackson. Fuente - Montana State University Library.

domingo, 14 de agosto de 2016

SGM: La caída de Roma (1/2)

Tomando Roma, la primera capital del enemiga - Atrevida, no convencional y brillante o tan estúpido como lo fue insubordinada?
Elly Farelly - War History Online
Parte 1


El tanque alemán en las calles de Roma (Wikipedia)


Las celebraciones en las calles de Roma

El 5 de junio de 1944, el pueblo de Roma inundaron las calles para recibir a la llegada de las tropas aliadas. Los hombres habían marcharon desde el sur, después de su éxito en la batalla de Monte Cassino. Ahora, las multitudes estaban celebrando la liberación de Roma de la ocupación alemana.

Tiendas y lugares de trabajo fueron cerrados por el día y el actual Papa - Pío XII - aparecieron en el balcón del Vaticano para hacer frente a las multitudes jubilosas en la Plaza de San Pedro. Dio gracias a esta victoria, sobre todo porque la antigua ciudad había sufrido daños muy poco en el curso de la batalla.

El Papa alabó la "buena voluntad de ambas partes", ya que la ciudad había sobrevivido a su ocupación y liberación en gran parte intacto.

Monte Cassino y más allá

La historia comienza con la batalla de Monte Cassino, no lejos de la costa mediterránea. Este compromiso se abrió el camino para que las fuerzas aliadas para empujar poco a poco más al norte en Italia ocupada por los alemanes. A principios de ese año las tropas aliadas, impulsado por la llegada de nuevos refuerzos de soldados indios y Nueva Zelanda, se habían logrado avances significativos. Como resultado, las tropas alemanas se retiraban progresivamente más y más al norte.

triunfo de los aliados en el Sur abrió el camino para la siguiente etapa importante en la batalla por Italia - Roma para liberar de la ocupación alemana. la liberación de la ciudad sería el punto culminante de una serie larga y prolongada de las batallas, que con el tiempo ver el conjunto de Italia liberada.

La estratégica y significado simbólico de Roma



Soldados estadounidenses desfilan el histórico Coliseo Romano y siguen a su enemigo en retirada en Roma, Italia, el 5 de junio, 1944.

Mientras que bajo la dictadura de Benito Mussolini, Italia había puesto del lado de objetivos y con el apoyo de Hitler. Sin embargo, Mussolini fue depuesto en julio de 1943 y el nuevo Gobierno italiano, dirigido por el mariscal Pietro Badoglio entró secretamente en las negociaciones de rendición con los aliados. Italia se rindió formalmente a los aliados el 13 de octubre de 1943. Posteriormente, declaró la guerra a Alemania y se convirtió en un miembro de las fuerzas aliadas

La ciudad de Roma fue de gran importancia estratégica, sobre todo debido a sus campos de aviación y extensas redes de carreteras y ferrocarriles. Tanto Eisenhower y Churchill vio la liberación de Roma por ser muy significativo en la recuperación de esta fortaleza en Europa; sería la primera capital enemiga para ser capturado.

Además de esto, el estado de Roma como una antigua y gran ciudad de la cultura y la historia era simbólicamente importante. Los líderes sabían que la posible destrucción de la ciudad podría haber tenido un impacto muy negativo en la moral de los aliados.

Roma había estado bajo ocupación alemana durante nueve meses desde septiembre de 1943. Se había sufrido anteriormente el daño de los bombarderos aliados cuando aún estaba en alianza con Alemania y, en menor medida, de sus antiguos aliados después de su rendición. Mientras que bajo la ocupación, Roma había sido declarada una ciudad abierta. Esto señaló a los ejércitos invasores que no iba a ofrecer resistencia, asegurando así que la fuerza mínima sería utilizado para tomar el control de la ciudad.

Las condiciones en Roma no eran tan malas como en algunas partes de Europa. suministro de agua de la ciudad no se vio afectada, y no había electricidad de trabajo, aunque ha habido algunos apagones. Estos, sin embargo, se informó de que han sido causados ​​no por un daño en el sistema, pero por la reticencia de los ingenieros para restaurar la energía, por temor a que ayudaría a los ocupantes.

Sin embargo, los suministros de alimentos eran ahora muy bajo, ya que la mayoría de los ciudadanos se quedaron en Roma durante la ocupación. Además de esto, la población había aumentado debido a un gran número de refugiados que ahora estaban viviendo en la ciudad

viernes, 12 de agosto de 2016

Guerra Antisubversiva: Perón ordena matar uno por uno a los terroristas

El día en que el general PERÓN ordenó "exterminar uno a uno" a los guerrilleros
Contexto



Teniente general Juan Domingo Perón.


A la medianoche del 19 de enero de 1974 un grupo de entre cien y ciento veinte integrantes del Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP, la guerrilla trotskista que lideraba Roberto Santucho, atacó una de las unidades militares más grandes y poderosas del país: el Regimiento 10 de Caballería Blindada y el Grupo de Artillería Blindada 1, con sede en Azul, provincia de Buenos Aires.

El ataque fue organizado por Santucho y dirigido en el terreno por Enrique Gorriarán Merlo, uno de los jefes del ERP, que comandó en enero de 1989 el intento del Movimiento Todos por la Patria de copar el Regimiento 3 de Infantería de La Tablada, del que el 23 se cumplirán 20 años.

Azul dejó una secuela de hechos igualmente trágicos que se extendieron en el tiempo:

El ERP asesinó aquella noche al jefe del Regimiento 10, coronel Camilo Arturo Gay.

Para entrar al cuartel asesinaron antes al conscripto Daniel González que cumplía con el servicio militar obligatorio.

Ya en la mañana del 20, también fue asesinada en presencia de sus hijos, Camilo, de 20 años y Patricia, de 14, la mujer del coronel Gay, Hilda Irma Casaux.

Los guerrilleros secuestraron al jefe del Grupo de Artillería 1, teniente coronel Jorge Ibarzábal, asesinado diez meses después.

Perón, que había asumido la Presidencia apenas tres meses antes, tomó el episodio como un desafío a su gobierno, como un ataque a las Fuerzas Armadas y como una afrenta personal. Cargó las culpas sobre el entonces gobernador de Buenos Aires, Oscar Bidegain -vinculado a Montoneros- y lo obligó a renunciar. La Provincia pasó a manos de Victorio Calabró, de la UOM.

Luego, en dos mensajes, uno al pueblo y otro a los militares de Azul, Perón habló de "aniquilar" y "exterminar uno a uno" a los guerrilleros a quienes calificó de psicópatas. Por primera vez un presidente constitucional usaba esos términos para definir el combate contra al flagelo guerrillero.

En octubre de 1993, Patricia Gay, la muchacha de 14 años que vio morir a su madre, se quitó la vida. Tenía 33 años.

Este escenario parece poco creíble hoy, pero era el habitual en aquellos tormentosos años 70. El objetivo del ERP era robar una gran cantidad de armamento de la unidad militar. Contaban con información precisa, pero no exacta. Junto a Gorriarán, según relata en sus memorias escritas tres años antes de su muerte en 2006, estaba el soldado que había dado información sobre la unidad de Azul: había revelado que la guardia del Regimiento 10 se trasladaba cada noche al tanque de agua de la unidad. Pero en realidad, Gay, flamante jefe de esa unidad, había dispuesto también un servicio de guardias móviles que sorprendieron a los guerrilleros, aun cuando la dotación del cuartel era la mínima: era sábado, era enero, se había licenciado a parte del personal.

Se entabló una batalla que duró doce horas. En ella fue herido de un balazo en el pulmón el entonces teniente primero Alejandro Carullo, jefe de servicio ese sábado. El hoy general retirado Carullo desistió de hablar para esta nota.

Gay e Ibarzábal, que estaban en sus casas, en los fondos del regimiento, salieron a defender sus unidades y empezaron a cruzar un puente sobre el arroyo Azul. Allí fueron emboscados por los guerrilleros. Gay fue asesinado de un balazo en la cabeza e Ibarzábal fue secuestrado.

En medio de la noche era difícil identificar a los guerrilleros, que vestían uniformes verdes de combate y cascos, como los del Ejército. Se habían pertrechado así dos horas antes del ataque, en una quinta cercana al regimiento que, sabían, estaba habitada sólo por un casero. Su dueño, Raúl Inza, había muerto meses antes. Un joven oficial que en medio del combate montó en su Renault 4 y se dirigió al casino de oficiales del regimiento, salvó su vida por milagro: su auto fue rociado por balas guerrilleras y quedó destruido.

Recién a las 3.30 de la mañana la batalla se decidió en favor de las fuerzas defensoras de Azul. La destrucción de los camiones que iban a servir para la huida de los guerrilleros con las armas robadas y la llegada de refuerzos militares, entre ellos un vehículo oruga M113. hicieron que los guerrilleros iniciaran una desbandada a pie, a campo traviesa, en la que dejaron atrás muertos, nunca se supo cuántos, al menos 22 detenidos, gran parte del armamento que llevaban y ni un solo fusil robado.

Todavía faltaba desarrollarse gran parte de la tragedia. En la mañana, el rastrillaje metro a metro hecho por las tropas en el interior del cuartel, descubrió que en un sector conocido como "la herrería", había al menos dos guerrilleros y la mujer del coronel Gay, sus dos hijos con un amigo y dos suboficiales heridos.

En sus memorias Gorriarán intentó disfrazar la verdad: "Y en ese lugar se encontraron con la señora del jefe del batallón, con la esposa de Gay. ¡Estaba allí! Desconocemos por qué razón."

Pero el testimonio de Silvia Ibarzábal, hija del jefe del Regimiento de Artillería Blindada 1 explica mucho mejor porqué un grupo de cuatro personas que pudo escapar hacia cualquier otro lado, terminó en medio de las balas:

-Mi papá va a la casa de Gay que quedaba detrás del cuartel. Se juntan, en el trayecto los emboscan: a Gay lo matan y a mi viejo lo secuestran. Y le pide que le diga a la familia de Gay que se entregue o, si no, iban a dinamitar la casa. Mi papá los convence de que se entreguen. Quedaba la señora, los dos hijos, un varón y una mujer, y un amigo de ellos que pasaba las vacaciones allí. Los toman de rehenes y los llevan a la herrería.

En el interior de la herrería, los dos guerrilleros del ERP, Guillermo Altera y Santiago Carrara, intentan negociar con los defensores del cuartel. Quieren rendirse. Piden la presencia de un juez y de periodistas. "Se ordenó irrumpir", dijo a Clarín un oficial del Ejército que pidió reserva de su nombre. Las tropas toman por asalto la herrería, incluso entran por las claraboyas, y empieza un tiroteo que termina con la vida de la mujer de Gay y del guerrillero Altera. Carrara queda herido de gravedad.

Gorriarán Merlo afirma que hubo un disparo del vehículo blindado. Silvia Ibarzábal coincide con la versión del Ejército, que afirma que uno de los guerrilleros disparó contra la mujer de Gay. Otro jefe del ERP, Luis Matini (Arnol Kremer es su nombre real) dijo a Clarín: "Quedó clarísimo que la persona que quedó herida (por la mujer de Gay) fue por los militares. Yo no estuve. Pero, aunque son públicas mis diferencias con Gorriarán, puedo dar fe de la versión de él".

Dos personas pueden decir qué pasó en verdad en la herrería. Clarín contactó en Alemania al ex guerrillero Carrara. Su mujer dijo que estaba convaleciente de una operación, y que no le era posible contestar las preguntas enviadas por mail. También habló por teléfono con el hijo del coronel Gay, que declinó dar su testimonio.

Ese mismo 20 de enero, por la noche, enfundado en su uniforme de teniente general, Perón habló al país por la cadena nacional de radio y televisión. Fue un discurso duro. Y dramático. Primero, cargó contra el gobernador de Buenos Aires, Oscar Bidegain:

"No es por casualidad que estas acciones se produzcan en determinadas jurisdicciones. Es indudable que ellas obedecen a una impunidad en la que la desaprensión e incapacidad lo hacen posible, o lo que sería aún peor, si mediara, como se sospecha, una tolerancia culposa".

Después hizo un llamado:

"El aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que anhelamos una patria justa, libre y soberana, lo que nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos decididamente en la lucha a que dé lugar."

Fue una apuesta apoyada en el repudio unánime de todos los partidos políticos y de los sindicatos al salvaje ataque del ERP.

Dos días después, el 22 de enero, Perón dirigió una carta "A los jefes, oficiales, suboficiales y soldados de la Guarnición de Azul". Les habló como "soldado experimentado luego de más de sesenta años de vida en la Institución" y los felicitó por el "heroico y leal comportamiento con que han afrontado el traicionero ataque de la noche del sábado (...)".

Y después aseguró que la decisión de las grandes mayorías de hacer una revolución en paz, "harán que el reducido números de psicópatas que van quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República". Y terminaba: "Quiera Dios que el heroico desempeño de todos ustedes nos sirva siempre de ejemplo".

Por primera vez, el ya anciano general, hablaba de "aniquilar" y "exterminar uno a uno" a los guerrilleros.

Algo debió intuir Perón en el porvenir cercano que, sabía, ya no iba a vivir. La frase final de su discurso del 20 de enero de 1974 suena todavía como una súplica en las nieblas de la memoria.

- Ha pasado la hora de gritar "Perón. Ha llegado la hora de defenderlo".

Muy pocos lo escucharon.


La larga odisea del coronel Ibarzábal y de su familia

Entre las trágicas secuelas que dejó el ataque guerrillero del ERP al cuartel de Azul, está la odisea de quien era entonces el jefe del Grupo de Artillería Blindada 1, teniente coronel Jorge Ibarzábal. Fue secuestrado por los guerrilleros luego del asesinato del coronel Camilo Gay, jefe del Regimiento de Caballería Blindada 10. Ambos se dirigían a defender las unidades. Su hija, Silvia Ibarzábal, junto a su madre, Nélida, recuerdan aquella noche.

--Las viviendas militares estaban separadas por una calle. Eran las doce menos cuarto. Yo estaba con unos amigos porque la noche anterior había cumplido 18 años y ellos no habían podido venir. Empezamos a escuchar detonaciones. Dos de los chicos eran militares muy jóvenes que se dieron cuenta enseguida de que eran disparos. Nosotros somos tres hermanos. Soy la mayor. María José tenía 14; el varón, Roberto, tenía entonces 10 años y estaba durmiendo en su cama. Mi papá lo pone en el piso y empieza a bajar las persianas. Después tomó un revólver para ir a defender el cuartel, estaba de civil, con camisa y pantalón. Tengo grabado que mi mamá le decía: "No cruces, esperá a que te cubra la guardia", y tomó el teléfono. Pero mi papá le agarró el brazo y le dijo: "Tengo que ir. Soy el jefe". Y se fue. Cruzó la calle. Fue la última vez que lo vi, corría con un revolver en la mano para defender el cuartel. Tenía 46 años y era de Juan José Paso, un pueblito cerca de Pehuajó.

Ibarzabal fue secuestrado y durante diez meses vivió en las llamadas "cárceles del pueblo" del ERP, unas jaulas metálicas más propias para animales. Durante los meses siguientes, el ERP intentó negociar la libertad de Ibarzábal con el gobierno de Perón, de Isabel Perón y con el Ejército.

-Hacían contacto con el padrino de mi hermano, amigo íntimo de mi papá, que tenía una inmobiliaria en Flores. Era accesible para que entraran y salieran porque daba a la calle.

El 19 de noviembre de 1974, diez meses después del ataque a Azul, en San Francisco Solano, Quilmes, durante un control de rutas, se produjo un tiroteo entre la policía y los ocupantes de una camioneta que llevaba en el techo un armario metálico.

-En ese armario metálico llevaban encerrado a mi papá, para cambiarlo de lugar. Antes de entregarse, uno abrió el armario y disparó. Lo mató. Después se entregó.

Durante su cautiverio, Ibarzábal fue obligado a escribir cartas, una de ellas a este diario, en la que afirmaba que sus captores lo trataban bien. - See more at: