El horrible origen del flautista de Hamelin
1. ¿Conoces el cuento de “El flautista de Hamelin”? Es la historia de unos niños arrastrados al desastre por las notas de una flauta mágica. Pues bien, el relato o cuento se basa en un episodio insólito de la historia medieval que terminó en tragedia: La Cruzada de los niños.
Allá por mayo del año 1212 un pastorcillo francés de unos 12 años llamado Esteban, vecino de Cloyes (cerca de Orleáns), se presentó ante el rey Felipe Augusto de Francia con una carta que, según aseguraba, el mismo Jesucristo le había entregado mientras apacentaba su ganado. El objeto de la misiva no era otro que predicar una Cruzada de niños para salvar los Lugares Santos allá por Tierra Santa allende el mar. En su delirio aseguraba que, igual que le ocurrió a Moisés en el mar Rojo en su huida de Egipto, las aguas del Mediterráneo se abrirían a su paso dejando vía libre a su misión.
Cuál no sería la sorpresa del monarca que le invitó a volver a su casa y a sus quehaceres. Aún seguía vivo el recuerdo del fracaso de la Cuarta Cruzada.
2. El tal Esteban no se arredró y el frenesí religioso logrado por su iniciativa logró en menos de un mes reunir unos 30.000 niños y a algunos religiosos y adultos.
Partieron de Vendôme en julio de 1212 hacia el sur. Tras numerosas e incontables penalidades, muchos murieron por sed, hambre, enfermedades o volvieron con sus padres, sólo un tercio de los niños llegó a Niza, hay fuentes que hablan de Marsella. Sea como fuere, tras esperar dos largas semanas el milagro divino de las aguas dos mercaderes, Hugo el Hierro y Guillermo el Cerdo, fletaron siete barcos para el traslado de la chiquillería.
3. De la expedición no se volvió a saber nada.
Pasaron dieciocho años antes hasta tener noticias de lo que había sucedido a sus pasajeros. Será en 1230 cuando un sacerdote que había participado en el viaje de regreso a Francia procedente de Oriente contó como dos de los siete barcos se habían estrellado contra las rocas durante una tormenta en la isla de San Pietro, en Cerdeña, ahogándose todos los ocupantes. Los niños de los otros cinco barcos, corrieron una suerte atroz, unos fueron atrapados por piratas, otros llevados a Argel por los mercaderes y vendidos como esclavos.
Pero el fervor religioso no solo animó a los niños franceses, en Alemania un niño llamado Nicolás, prendió la llama de la cruzada infantil. En poco tiempo reunió cerca de 7.000 seguidores y tras incontables avatares menos de la tercera parte llegó a Génova. Allí el mar volvió a ser el obstáculo insalvable. El desánimo cundió y la mayoría se volvieron a sus hogares tras la visita de Nicolás al Papa Inocencio III, quien les instó a volver a casa.
4. Los hermanos Grimm popularizaron en 1816 un relato que trataba de un músico que valiéndose de su flauta atraía a las ratas pero que viéndose engañado, atrajo a los niños de Hamelín con sus notas mágicas haciéndolos desaparecer.
¿Es simplemente un cuento, una tradición popular o una leyenda cuyos orígenes se remontan a la Edad Media?
Curioso es que la primera representación gráfica de los niños saliendo de Hamelín es de 1300 y se hallaba en una de las vidrieras de la iglesia del mercado (desapareció en el s. XVII). Lo curioso de la vidriera es que en ella no aparecían ratas, sólo un hombre con un instrumento musical seguido por niños.
Toda leyenda tienen un fondo de verdad…
Espero que os haya gustado y como siempre, gracias por leerme.
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