Carta abierta del jefe de la Armada a Ada Colau por el trato dado al almirante Cervera
por Esteban Villarejo | ABCA continuación reproducimos la carta abierta que ha enviado el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada Española (Ajema), Teodoro López Calderón, ante el hecho de que el Ayuntamiento de Barcelona quitara la calle al almirante Pascual Cervera Topete.
Un acto en el que la alcaldesa Ada Colau tildó al almirante Cervera, fallecido en 1909, de «facha». Sí, un calificativo político que él ni siquiera conoció.
Este trato es calificado de «decepcionante» por el jefe de la Armada Española:
«La Armada, como institución secular, cuyos valores y tradiciones han sido forjados a través de una larga historia, tiene la obligación de velar por el buen nombre y el honor de sus miembros, especialmente de aquellos que se han distinguido por algún hecho relevante afrontado con dignidad y espíritu de servicio.
Recientemente, el Ayuntamiento de Barcelona ha tomado una decisión que afecta al vicealmirante D. PASCUAL CERVERA TOPETE, Comandante de la Escuadra de Operaciones de las Antillas durante los hechos que dieron lugar a la pérdida de Cuba como territorio español, que, según lo informado en los medios de comunicación, se ha basado en una evaluación negativa de la actitud del almirante que daña a su honorabilidad y respetabilidad.
El almirante Pascual Cervera
La Armada custodia las hojas de servicio de sus miembros a lo largo de la historia, en las que constan los hechos contrastados de su actividad durante sus años de servicio. Ante el calificativo dado al almirante por la autoridad del Ayuntamiento de Barcelona para justificar su decisión, aporto una breve reseña sobre este insigne marino, conforme a los datos históricos que constan en los archivos de la Armada:
Nace D. Pascual en Medina Sidonia, Cádiz, el 18 de febrero de 1839, ingresando en el Colegio Naval Militar de San Carlos (San Fernando, Cádiz) el 30 de junio de 1852, cuando sólo contaba con la edad de 13 años, y recibiendo su despacho como alférez de navío con apenas 21 años.
Si se repasa la dilatada y brillante hoja de servicios de D. Pascual Cervera Topete, no cabe duda de que pueden encontrarse evidentes signos de lealtad, valor y sacrificio para el servicio a España. La primera prueba de ello fue su ascenso a teniente de navío por méritos de guerra durante su estancia en Filipinas los primeros años de su vida militar, en la lucha contra los rebeldes malayos y en los combates que se desarrollaron durante los asaltos a los fuertes de la Cotta de Pagalugan, defendiendo a la patria y reprimiendo la piratería filipina y joloana que se llevaba por delante vidas y haciendas.
También durante su primera estancia en Filipinas levantó cartas náuticas en costas intrincadas y peligrosas, así como socorrió a náufragos y a pescadores en peligro.
De vuelta en la Península, entre 1865 y 1868 estuvo a cargo de la formación de guardiamarinas. Siendo capitán de fragata, participó activamente en la lucha cantonal, defendiendo a la Primera República española, tanto en Cartagena como en Cádiz, siendo nombrado benemérito de la Patria.
Posteriormente volvió a Filipinas, donde ejerció el mando de la corbeta “Santa Lucía”, interviniendo en acciones de guerra en Mindanao, y en 1876 fue nombrado Gobernador de la isla de Joló.
De nuevo volvió a la Península y ocupó diversos cargos en el Ministerio de Marina. En 1879 fue comandante del buque escuela de guardiamarinas y en 1880 fue nombrado Comandante Militar de Marina de Cartagena.
Posteriormente, siendo Presidente de la Comisión de construcción del acorazado “Pelayo” y durante su estancia en Francia, se le concedió la condecoración de la Legión de Honor francesa.
Entre el 14 de diciembre de 1892 y el 23 de marzo de 1893 ocupó el cargo de Ministro de Marina en un gobierno liberal presidido por Sagasta, lo que pone de manifiesto que el Almirante Cervera tenía un pensamiento ciertamente liberal para su época. En la legislatura de 1893-94 fue elegido como senador por Cádiz, siendo durante este período Jefe de la Comisión de Marina de España en Londres.
Tras este paréntesis en su carrera militar, volvió al servicio activo en puestos de la Marina y en 1896 fue nombrado Comandante General del Arsenal de la Carraca (San Fernando, Cádiz).
Pero, sobre todo, D. Pascual Cervera Topete es conocido y será recordado por el cumplimiento del deber durante la defensa de Cuba contra las pretensiones de los Estados Unidos en 1898, obedeciendo las órdenes recibidas de enfrentarse al enemigo aun conociendo la inferioridad en que se encontraba la escuadra española con respecto a la de la Marina de Guerra de los Estados Unidos, lo que supuso la pérdida de la escuadra bajo su mando y de los territorios españoles en ultramar.
Tras la pérdida de la escuadra en Cuba, fue hecho prisionero por los Estados Unidos, junto con los supervivientes de las dotaciones de sus barcos. Al volver a España y tras el sobreseimiento de la causa (consejo de guerra) que se le incoara por la pérdida de la escuadra en Cuba, en la legislatura de 1903-04 fue nombrado senador vitalicio.
En 1902 se le dio el primer cargo público después de la Guerra, Jefe de Estado Mayor Central de la Armada, al que seguirían, en años siguientes, el de miembro del Consejo Supremo de Guerra y Marina; Capitán General del Departamento Marítimo del Ferrol; Jefe de la Jurisdicción Central y Presidente de la Junta de Adjudicación de los barcos de la nueva escuadra en proyecto.
Falleció en Puerto Real (Cádiz) el 3 de abril de 1909, habiendo alcanzado el grado de vicealmirante. Desde el 19 de junio de 1916 sus restos descansan en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz), al considerarse que D. Pascual Cervera Topete fue un héroe para la historia.
Por otra parte y ya ajeno al contenido de su hoja de servicios, el respeto que el almirante Cervera despertó en sus antiguos enemigos está patente en lugares a miles de kilómetros de España:
Las dos ciudades más importantes de la República de Cuba exhiben bustos del almirante Cervera, sin ningún tipo de complejo. Uno se encuentra en el Castillo del Morro de Santiago de Cuba (desde 2005) y el otro en el Castillo de la Real Fuerza, de La Habana (desde 2012).
En 2015 el gobierno cubano organizó un homenaje a los marinos españoles caídos en la Guerra de 1898, en la costa oriental de Cuba. A 12 metros de profundidad, en el pecio donde reposan los restos hundidos del Crucero “Almirante Oquendo” se colocó una tarja (lápida) de bronce, y dos submarinistas, uno catalán y otro vasco, depositaron una corona de laurel alrededor de la misma, como reconocimiento de los cubanos a los marinos españoles muertos en el combate contra la Marina de los Estados Unidos.
Para la Armada ha sido decepcionante el trato y el calificativo dado al almirante Cervera por la autoridad municipal de Barcelona, ciudad de gran tradición marinera y muy vinculada a la Armada, con la que siempre ha mantenido una relación de afecto y cooperación cercana».
AG. Teodoro López Calderón
No solo en nuestro país suceden estas cosas.
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