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jueves, 8 de octubre de 2020

Las tácticas militares mexicas

Formas mexica de hacer la guerra


Marco Antonio Cervera Obregón || Arqueología Mexicana


La guerra en el México prehispánico era muy diferente de lo que era en la antigüedad. El concepto que tenían los mexicas de lo que era la guerra derivaba de los objetivos que los llevaban a realizar una campaña militar. Así, entre los mexicas se pueden distinguir dos tipos de guerra: las guerras de conquista y las guerras religiosas o floridas. Las primeras tenían como finalidad obtener diferentes recursos, como tributos, tierras y mano de obra para la infraestructura de la ciudad y sus alrededores, además de que permitían al Estado mexica legitimar su poder y su política expansionista. Sobre las guerras floridas o religiosas ha habido varias polémicas, pues aun cuando se ha interpretado tradicionalmente que tenían como objetivo la captura de prisioneros para el sacrificio, no queda claro si debería considerarse a estas batallas bajo el estricto término de guerra.

A partir del gobierno de Itzcóatl y con la entronización de Moctezuma I o Ilhuicamina hubo un incremento de las prácticas militares y, con ello, se dio la profesionalización de cuerpos especializados en la contienda armada. Es evidente que esto trajo consigo el aumento en el número de guerreros, que se vieron recompensados entre otras cosas al darse a su profesión un alto valor social. Moctezuma I estableció oficialmente con los señoríos de Huexotzingo y Tlaxcala la realización de las llamadas guerras rituales o floridas, como una estrategia política y económica del incipiente “imperio” mexica.


Imagen: Izquierda: Descripción de las insignias Cuaxólotl. Primeros Memoriales, f. 76 r. Reprografía: Archivo de Xavier Noguez. Centro: “Valiente tlacatécatl”. Códice Mendoza, f. 67r. Reprografía: Oliver Santana / Raíces. Derecha: Tiácauh, “valiente hombre”. Primeros Memoriales, f. 72v. Reprografía: Archivo de Xavier Noguez.

viernes, 16 de febrero de 2018

La primera gran batalla terrestre registrada en el Valle de Tollense

Guerra en la Edad del Bronce: un estudio del campo de batalla más antiguo de Europa sugiere 2,000 combatientes



Nancy Bilyeau || The Vintage News



Valle de Tollense

Los investigadores que estudian Europa siempre han tenido en su poder algunas armas asombrosas de la Edad de Bronce, desde hachas y alabardas hasta puñales y espadas, pero no un sentido claro del alcance de la guerra en el siglo II a. Eso está cambiando, después de un estudio del campo de batalla conocido más antiguo, en el Valle de Tollense, Alemania, concluyó que la batalla era entre dos grupos distintos de hombres entre las edades de 20 y 40, con algunos de los luchadores que venían desde lejos para luchar.

Fue analizando los huesos y los dientes de los cuerpos (aproximadamente 130 hombres fueron desenterrados) que los científicos pudieron hacer deducciones sobre lo que sucedió hace 3.250 años.

"Los restos humanos encontrados a lo largo del Valle de Tollense en el noreste de Alemania representan un hallazgo arqueológico de gran importancia", concluyó el nuevo estudio, "Procedencia multisoptope de restos humanos de un campo de batalla de la Edad de Bronce en el Valle de Tollense". La investigación fue realizada por la Universidad de Copenhague, la Universidad de Wisconsin-Madison, la Oficina Estatal de Patrimonio Cultural de Baja Sajonia y otros grupos académicos y culturales.

Hasta ahora, la suposición ha sido que cualquier enfrentamiento en el norte de Europa durante este período fue a lo largo de las escaramuzas locales, enfrentando ejércitos no entrenados, en contraste con lo que estaba sucediendo en Asia y África. Por ejemplo, la batalla de Kadesh en 1274 aC entre los ejércitos de los egipcios y los hititas hizo uso de al menos 5.000 carros, según los arqueólogos.


Pero este estudio de un sitio en Europa está haciendo que científicos e historiadores reconsideren esa suposición. "Se pueden distinguir dos grupos principales en los datos de isótopos, junto con la evidencia de diferentes patrias para algunas de las personas que murieron en el valle de Tollense", según el estudio.


Alabardas de la Edad de Bronce

El mundo tuvo su primer indicio de una gran batalla que tuvo lugar en esa parte de Alemania en la década de 1980, después de que los lugareños encontraron dagas, cuchillos y luego algunos cráneos humanos. En 1996, un arqueólogo aficionado descubrió un hueso del brazo con una flecha perforada que sobresalía del suelo, según LiveScience.

La investigación seria comenzó en 2007. "Se descubrieron cantidades significativas de material de la Edad del Bronce", incluyendo un casquete con una punta de flecha profundamente enterrada en él. Junto con los cuerpos de los hombres, los investigadores encontraron restos de caballos y cuchillos, puntas de flecha, puntas de lanza, dagas y fragmentos de espadas. Basado en la cantidad de cadáveres encontrados, y usando una fórmula histórica para el número de bajas en las batallas de esta época, los investigadores creen que 2,000 hombres pelearon en Tollense.

Curiosamente, las excavaciones en 2013 y 2014 también encontraron fundamentos de tierra, madera y piedra de una calzada cercana construida en la Edad del Bronce que "pudo haber servido como un punto focal de la batalla". La calzada todavía estaba en uso aún en el siglo XIV.

El análisis del hueso y los dientes de los restos humanos permitió a los científicos determinar que un número distinto no era local. Durante más de 20 años, los científicos han utilizado la procedencia isotópica de los dientes para analizar las proporciones de plomo, estroncio, oxígeno y carbono. Llegaron a la conclusión de que dos grupos diferentes lucharon en Tollense "en base a una dieta infantil". Un grupo es definitivamente local. En cuanto al grupo no local, "involucró a un grupo diverso de guerreros". La evidencia dietética señala a Europa Central como el origen del otro grupo, con su teoría más fuerte siendo Bohemia septentrional o central, lo que ahora es la República Checa.

"Los combatientes no locales no son del norte de Alemania y deben haber recorrido largas distancias para llegar al campo de batalla en Tollense", concluye el estudio.

Con base en su conocimiento de los combatientes en las batallas posteriores, es claramente posible que el segundo grupo estaba formado por soldados entrenados como mercenarios de alquiler.

"Esta vez, en 1300 aC, también estuvo marcada por la agitación cultural en Europa Central, cuando nuevas ideologías llegaban desde el Mediterráneo con el inicio de la cultura Urnfield (llamada así por la forma en que los muertos fueron cremados y enterrados en urnas)". de acuerdo con un artículo sobre el estudio en LiveScience.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Armas precolombinas: El macuáhuitl azteca


Entre los mexicas, el descuartizamiento de los espías se hacía golpeando directamente las articulaciones, lo que permitía al macuáhuitl mayor posibilidad de corte. Códice Florentino, apéndice del lib. II, f. 110v. Reprografía: Marco Antonio Pacheco / Raíces

El macuáhuitl. Un arma del Posclásico Tardío en Mesoamérica
Arqueología Mexicana

   
México antiguo
El macuáhuitl. Un arma del Posclásico Tardío en Mesoamérica
Marco Cervera Obregón

Arma netamente mesoamericana, el macuáhuitl no tiene punto de comparación con la macana o espada, error en el que han incurrido algunos estudiosos. Es por ello que en la actualidad existen muchos problemas de interpretación, lo que ha provocado polémica respecto a su origen, distribución y su verdadero papel en Mesoamérica

El término macuáhuitl –de maitl, “mano”, y cuáhuitl, “madera” o “palo”– fue utilizado por los antiguos nahuas para nombrar el conocido bastón de madera de cerca de 70 a 80 cm de largo, provisto de navajas de obsidiana. Si somos estrictos con su morfología y cometido, el macuáhuitl no cumplía una función contundente, como la macana, y mucho menos se le puede denominar espada, pues esta arma, hasta donde sabemos, tiene dos funciones: punzar y cortar, y el macuáhuitl azteca sólo cumple la última característica. Considero que no tiene una verdadera equivalencia occidental y, por consiguiente, el macuáhuitl es un arma completamente mesoamericana.

Había por lo menos dos variedades: el famoso macuáhuitl de cerca de 70 a 80 cm de largo, provisto de por lo menos seis a ocho navajas por lado, y el macuahuilzoctli, de cerca de 50 cm de largo y con unas cuatro navajas por lado. Es probable que la primera sea aquella a la que los españoles llamaron “de a dos manos”, pues la equiparaban con su famosa espada mandoble o montante, usada efectivamente con las dos manos.

Distribución

No se tienen registros de esta arma antes del Posclásico; lo que hay son referencias a ciertas armas que si bien tenían funciones parecidas, no son antecedentes directos del macuáhuitl mexica. Otro problema es el desconocimiento y la confusión de los investigadores al considerar a todo aquel palo con navajas como un macuáhuitl, sin pensar que tienen funciones totalmente distintas.

Hasta donde sabemos, las evidencias más tempranas del uso de este tipo de instrumentos en Mesoamérica son de la zona maya. Pese a lo que se pudiera pensar, en el Altiplano Central no hay ningún registro de esa arma antes del Posclásico Tardío.

El origen y distribución de esta arma es un problema aún vigente. El que no aparezca, hasta el momento, en el registro arqueológico de Mesoamérica antes del Posclásico, no significa que no se haya utilizado, por lo menos no a gran escala como ocurrió con la lanza o el átlatl.



Fuentes históricas


Sabemos más de esta arma mexica por las fuentes escritas que por la arqueología. Algunos cronistas hablan de ella cuando llegaron a las costas:
...vinieron por la costa muchos escuadrones de indios del pueblo de Potonchan, que así se dice, con sus armas de algodón que les daba a la rodilla [el ichcahupilli], y arcos y flechas, y lanzas y rodelas, y espadas que parecen de a dos manos, y hondas y piedras, y con sus penachos, de los que ellos suelen usar (Díaz del Castillo, 1999, IV y V).
Otros describen con cierta exageración su uso en la guerra: “Sus armas eran unas navajas agudas, de pedernales, puestas de una parte y de otra de un bastón, y era esta arma tan furiosa, que afirmaban que de un golpe echaban con ella la cabeza de un caballo abajo, cortando toda la cerviz (Acosta, 1962). Pero de todos ellos, la descripción más detallada e interesante es la de Francisco Hernández de Córdova.

En varios códices se da cuenta del uso y forma de esa arma, y destaca el hecho de que nunca se ha encontrado asociada a algún uso ritual, con excepción de la famosa ceremonia del sacrificio gladiatorio. En ésta, al guerrero capturado durante las guerras floridas se le sujetaba del tobillo a una gran piedra llamada temalácatl; para ser liberado, tenía que derrotar a siete guerreros de la elite mexica, armados con un escudo y un macuáhuitl provisto de navajillas de obsidiana, en tanto que al guerrero capturado se le proporcionaba un escudo y un palo de madera decorado con plumas de algodón que simulaban el filo de obsidiana.


El macuáhuitl es el nro 4.

Cervera Obregón, Marco, “El macuáhuitl. Un arma del Posclásico Tardío en Mesoamérica”, Arqueología Mexicana núm. 84, pp. 60-65.

• Marco Cervera Obregón. Arqueólogo por la ENAH. Sus principales temas de investigación son la guerra y el armamento mesoamericanos.

Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar: http://raices.com.mx/tienda/revistas-la-guerra-en-mesoamerica--AM084

lunes, 14 de noviembre de 2016

Prehistoria: Guerra en la Antigüedad

Guerra prehistórica
Wikipedia




La guerra prehistórica se refiere a la guerra que ocurrió entre sociedades sin historia registrada.

La existencia -e incluso la definición- de la guerra en el estado hipotético de la naturaleza de la humanidad ha sido un tema controvertido en la historia de las ideas al menos desde que Thomas Hobbes en Leviathan (1651) argumentó una "guerra de todos contra todos", una visión directamente cuestionada por Jean-Jacques Rousseau en un discurso sobre la desigualdad (1755) y el contrato social (1762). El debate sobre la naturaleza humana continúa, abarcando la antropología contemporánea, la arqueología, la etnografía, la historia, la ciencia política, la psicología, la primatología y la filosofía en libros tan divergentes como la guerra de Azar Gat en la civilización humana y las sociedades sin guerra de Raymond C. Kelly y el origen de la guerra. [1] [2] A los efectos de este artículo, la "guerra prehistórica" ​​se definirá ampliamente como un estado de agresión letal organizada entre comunidades autónomas pre-letradas. [3] [4]


Hacha de mano de cuarzo

Paleolítico

Según el antropólogo y etnógrafo cultural Raymond C. Kelly, las primeras sociedades de cazadores-recolectores de la densidad de población del Homo erectus eran probablemente lo suficientemente bajas como para evitar conflictos armados. El desarrollo de la lanza lanzadora, junto con las técnicas de caza de emboscada, hizo que la violencia potencial entre los partidos de caza fuera muy costosa, dictando la cooperación y el mantenimiento de las bajas densidades de población para evitar la competencia por los recursos. Este comportamiento puede haber acelerado la migración de África de H. erectus hace unos 1,8 millones de años como una consecuencia natural de la evitación de conflictos. Aunque los eruditos creyeron que este período de "desnudez del Paleolítico" persistió hasta bien después de la aparición del Homo sapiens hace unos 0.2 millones de años, terminando sólo en la ocurrencia de cambios económicos y sociales asociados con el sedentismo, cuando nuevas condiciones incentivaron el asedio organizado de asentamientos. [5] [6]

De las muchas pinturas rupestres del Paleolítico Superior, ninguna representa a personas atacando a otras personas. [7] [8] El único arte rupestre que representa la violencia entre cazadores-recolectores proviene de una secuencia única del norte de Australia que comenzó hace aproximadamente 10.000 años. La evidencia esquelética y artifactual de la violencia del intergroup entre los foragers nómadas del Paleolithic está ausente también. [8] [10]

Epipaleolítico y mesolítico

El registro arqueológico más antiguo de lo que podría ser una masacre prehistórica se encuentra en el sitio epipaleolítico del cementerio 117. El cementerio contiene un gran número de esqueletos que tienen aproximadamente 13.000 a 14.000 años, muchos con puntas de flecha incrustadas en sus esqueletos, lo que indica que ellos Pueden haber sido las víctimas de la guerra. Algunos cuestionan esa conclusión argumentando que los cuerpos, que están enterrados en tumbas cuidadosamente hechas, pueden haberse acumulado durante muchas décadas, e incluso pueden ser evidencia del asesinato de intrusos en lugar de batallas reales. Casi la mitad de los cuerpos son mujeres, y este hecho también hace que algunos cuestionen el argumento de una guerra adecuada. Se ha observado que la violencia pudo haber ocurrido como consecuencia de una crisis ecológica local. [11]

En el sitio de Nataruk en Turkana, Kenia, numerosos restos humanos de 10.000 años de antigüedad fueron hallados con evidencia de lesiones traumáticas graves, incluidas las hojas de obsidiana incrustadas en los esqueletos, que hubieran sido letales. Los cuerpos en Nataruk no fueron enterrados, pero fueron preservados en las posiciones donde los individuos habían muerto en el borde de una laguna. Según el estudio que publicó inicialmente el hallazgo, la región era un "paisaje fértil del lago que sostiene una población substancial de cazadores-recolectores" donde se había encontrado la cerámica, sugiriendo almacenaje del alimento y sedentism. La guerra temprana fue influenciada por el desarrollo de arcos, de mazas, y de eslingas. El arco parece haber sido el arma más importante en la guerra temprana, ya que permitió lanzar ataques con mucho menos riesgo para el atacante en comparación con el riesgo involucrado en el combate cuerpo a cuerpo. Aunque no hay pinturas rupestres de batallas entre hombres armados con palos, el desarrollo del arco es concomitante con las primeras descripciones conocidas de la guerra organizada que consiste en claras ilustraciones de dos o más grupos de hombres atacándose entre sí. Estas figuras están dispuestas en líneas y columnas con un líder claramente vestido en la parte delantera. Algunas pinturas incluso representan tácticas todavía reconocibles como flancos y envolturas. [14]

Neolítico

Una sociedad neolítica se define como una sociedad que cultiva plantas domesticadas y fabrica herramientas sólo a partir de materiales naturales. La evidencia indica que la guerra estaba presente en muchas sociedades neolíticas. [15] Por ejemplo, el pozo de la muerte de Talheim y el sitio de la cala del cuervo son sitios de masacres neolíticos. [16] [17]

Los maoríes de Nueva Zelanda son notables por las miles de fortificaciones construidas para mejorar la posición de un grupo en la lucha casi continua en sus islas en el Pacífico Sur. En una época antes de que las armas de asedio se hubieran desarrollado a un alto nivel de complejidad tecnológica y cuando los atacantes tuvieran suministros limitados y tiempo para gastar en la batalla, las fortificaciones eran un método exitoso para proteger a la gente y al ganado de la invasión. Saqueado por los atacantes. Estas fortificaciones sustanciales muestran que había una considerable organización social en las sociedades de los pueblos prehistóricos. Esta es una evidencia corolario indirecta de que también han sido capaces de conducir una guerra organizada.

Edad de Bronce

El inicio de la Calcolítica (Copper Age) vio la introducción de dagas de cobre, hachas y otros artículos. En su mayor parte, estos eran demasiado caros y maleables para ser armas eficientes. Muchos estudiosos los consideran como instrumentos ceremoniales. Fue sólo con el desarrollo del bronce que las armas de metal afiladas se convirtieron en un lugar común.

Los trabajos de excavación llevados a cabo en 2005 y 2006 han demostrado que Hamoukar fue destruido por la guerra alrededor de 3500 aC - probablemente la guerra urbana más temprana atestiguada hasta ahora en el registro arqueológico del Cercano Oriente. Las excavaciones continuas en 2008 y 2010 se expanden en eso. [19]


Espadas de bronce del Museo de Escocia.

Las conquistas militares ampliaron los estados de la ciudad bajo control egipcio. Babylonia y Assyria posterior construyeron imperios en Mesopotamia mientras que el imperio Hittite gobernó mucho de Anatolia. Carros aparecen en el siglo 20 aC, y se convierten en el centro de la guerra en el antiguo Oriente Próximo desde el siglo 17 aC. Las invasiones Hyksos y Kassite marcan la transición a la Edad del Bronce Tardío. Ahmose I derrotó a los hicsos y restableció el control egipcio de Nubia y Canaan, territorios defendidos de nuevo por Ramsés II en la batalla de Cades, la batalla de carros más grande de la historia. Las incursiones de los Pueblos del Mar y la desintegración renovada de Egipto en el Tercer Período Intermedio marca el final de la Edad del Bronce.

Los griegos de Mycenaean (C. 1600-1100 BC) invirtieron en el desarrollo de la infraestructura militar, mientras que la producción y la logística militares fueron supervisadas directamente de los centros palaciegos. La pieza más identificable de la armadura micénica era el casco del colmillo del jabalí. [21] En general, la mayoría de los rasgos de la panoplia hoplita posterior de la antigüedad griega clásica, ya eran conocidos por la Grecia micénica [22].

La Edad de Bronce en China atraviesa los períodos protohistóricos e históricos. Las batallas que utilizaban la infantería del pie y del carro ocurrieron regularmente entre las energías en el llano del norte de China.

Edad de Hierro

Los primeros acontecimientos de la Edad de Hierro como la invasión dórica, el colonialismo griego y su interacción con las fuerzas fenicias y etruscas se encuentran dentro del período prehistórico. Las sociedades de guerreros germánicas del período de migración se dedicaron a la guerra endémica (véase también Thorsberg amarre). La guerra anglosajona se sitúa al borde de la historicidad, su estudio se apoya principalmente en la arqueología, con la ayuda de informes escritos fragmentarios.

Guerra endémica

En las culturas guerreras, la guerra se rige a menudo con una serie de tabúes y prácticas que limitan el número de víctimas y la duración del conflicto. Este tipo de situación se conoce como guerra endémica. [Cita requerida] Entre las sociedades tribales que participan en la guerra endémica, el conflicto puede escalar a la guerra real ocasionalmente por razones tales como conflicto sobre recursos o para ninguna razón fácilmente comprensible.


Notas


  1. Gat, Azar (2006). War in Human Civilization. Oxford: Oxford University Press. ISBN 978-0199236633.
  2. Kelly, Raymond C. (2000). Warless Societies and the Origin of War. Ann Arbor: University of Michigan Press. ISBN 978-0472067381.
  3. Thorpe, I.J.N. (April 2003). "Anthropology, archaeology, and the origin of warfare" (PDF). World Archaeology. 35 (1): 145–165. doi:10.1080/0043824032000079198. JSTOR
  4. Lambert, Patricia M. (September 2002). "The Archaeology of war: A North American perspective" (PDF). Journal of Archaeological Research. 10 (3): 207–241. JSTOR
  5. Kelly, Raymond C. (2000). Warless Societies and the Origin of War. University of Michigan Press. ISBN 978-0472067381.
  6. Kelly, Raymond (October 2005). "The evolution of lethal inter-group violence". PNAS. 102: 24–29. doi:10.1073/pnas.0505955102. PMC 1266108Freely accessible. PMID 16129826. "This period of Paleolithic warlessness, grounded in low population density, an appreciation of the benefits of positive relations with neighbors, and a healthy respect for their defensive capabilities, lasted until the cultural development of segmental forms of organization engendered the origin of war"
  7. Guthrie, R. Dale (2005). The Nature of Paleolithic Art. Chicago: University of Chicago Press. p. 422. ISBN 978-0-226-31126-5.
  8. Haas, Jonathan and Matthew Piscitelli (2013) "The Prehistory of Warfare: Misled by Ethnography" In War, Peace, and Human Nature edited by Douglas P. Fry, pp. 168-190. New York: Oxford University Press.
  9. Taçon, Paul; Chippindale, Christopher (October 1994). "Australia's Ancient Warriors: Changing Depictions of Fighting in the Rock Art of Arnhem Land, N.T.". Cambridge Archaeological Journal. 4 (2): 211–248. doi:10.1017/S0959774300001086.
  10. Horgan, John. "New Study of Prehistoric Skeletons Undermines Claim That War Has Deep Evolutionary Roots". Scientific American.
  11. http://genealogyreligion.net/wp-content/uploads/2014/04/pdf.pdf
  12. http://blogs.scientificamerican.com/cross-check/10-000-year-old-massacre-does-not-bolster-claim-that-war-is-innate/
  13. Lahr, M. Mirazón; Rivera, F.; Power, R. K.; Mounier, A.; Copsey, B.; Crivellaro, F.; Edung, J. E.; Fernandez, J. M. Maillo; Kiarie, C. "Inter-group violence among early Holocene hunter-gatherers of West Turkana, Kenya". Nature. 529 (7586): 394–398. doi:10.1038/nature16477.
  14. Keeley, pg.45, Fig. 3.1
  15. "Neolithic Warfare"
  16. The Perfect Gift: Prehistoric Massacres. The twin vices of women and cattle in prehistoric Europe
  17. Zimmerman 1981. The Crow Creek Site Massacre: Preliminary Report.
  18. "Archaeologists Unearth a War Zone 5,500 Years Old"
  19. [1], Clemens D. Reichel, Excavations at Hamoukar Syria, in Oriental Institute Fall 2011 News and Notes, no. 211, pp. 1-9, 2011
  20. Palaima, Tom (1999). "Mycenaean Militarism from a Textual Perspective" (PDF). Polemos: Warfare in the Aegean Bronze Age (Aegaeum). 19: 367–378. Retrieved 14 October 2015.}.
  21. Schofield, Louise (2006). The Mycenaeans. Los Angeles, CA: J. Paul Getty Museum. p. 119. ISBN 978-0-89236-867-9.
  22. Kagan, Donald; Viggiano, Gregory F. (2013). Men of Bronze: Hoplite Warfare in Ancient Greece. Princeton, NJ: Princeton University Press. p. 36. ISBN 978-1-4008-4630-6. In fact, most of the essential items of the "hoplite panoply" were known to Mycenaean Greece, including the metallic helmet and the single thrusting spear

sábado, 11 de junio de 2016

Egipto Antiguo: Puñal meteorito de Tutankamón

Hoja del puñal de Tutankamón fue confeccionado con un meteorito
Los resultados son parte de un estudio que utilizó la técnica de la fluorescencia a rayos X, confirmando la composición de ese hierro en porcentajes distintos de níquel y cobalto.

La Tercera



El hierro de la hoja de uno de los dos puñales hallados con la momia de Tutankamón, el desafortunado faraón que con su increíble destino sigue sorprendiendo a los amantes de la egiptología, pertenece a uno de los numerosos meteoritos caídos en el desierto egipcio, que aún hoy es fácil recoger.

La noticia será difundida en los próximos días en una revista especializada, tras las conclusiones del trabajo de un grupo de investigadores internacionales (de los Politécnicos de Milán, Turín, la Universidad de Pisa, el Museo Egipcio de El Cairo, el Consejo Nacional de Investigaciones italiano, la Universidad del Fayoum y la empresa XGlab).

Desde el descubrimiento de la tumba, en 1922, por los ingleses Howard Carter y Lord Carnarvon, había comenzado el debate sobre la naturaleza de los materiales de uno de los puñales situados sobre el cuerpo de Tutankamón.

Pero sobre todo los metales habían creado contrastes entre los expertos.

Hoy la certeza de que la hoja del puñal expuesto en el Museo Egipcio de El Cairo fue realizada a partir de un meteorito viene de un estudio realizado utilizando la técnica de la fluorescencia a rayos X, que confirma la composición de ese hierro en porcentajes distintos de níquel y cobalto.

Se subraya además la elevada calidad de la manufactura de la hoja, que confirma el alto nivel alcanzado ya en la época de Tutankamón en el trabajo del hierro.

Tutankamón sigue sorprendiendo a los amantes de la egiptología. Ahora se desvela el misterio del origen de uno de los dos puñales encontrados junto a la momia del faraón: El hierro de la hoja llegó del espacio, es decir, pertenece a uno de los numerosos meteoritos caídos en el desierto egipcio, que aún hoy es fácil recoger. En cierta forma, ya lo sabían los antiguos egipcios y lo habían escrito: Un antiguo papiro cuenta de «un hierro llovido del cielo». A esta conclusión ha llegado un grupo de científicos de Italia y Egipto, mediante análisis químico no invasivo, utilizando la técnica de lafluorescencia a rayos X, confirmando la composición del hierro en porcentajes distintos de níquel y cobalto.

Desde el descubrimiento de su tumba, en noviembre 1922, por los inglesesHoward Carter y Lord Carnarvon, comenzó el debate sobre la naturalezade los materiales de uno de los dos puñales situados sobre el cuerpo de Tutankamón, que reinó nueve años, desde el 1336 a 1327 a. C.
El hierro, más preciado que el oro


Había una clara justificación para abrir ese debate: «Los objetos egipcios de hierro eran poquísimos. No habían desarrollado la metalurgia del hierro y no tenían minas. Por ello estaba considerado más preciado que el oro», explica Francesco Porcelli, profesor de Física del Politécnico de Turín, cuyoMuseo Egipcio está considerado, por valor y cantidad de restos arqueológicos, el más importante del mundo después del museo del Cairo.

Desde el primer momento sorprendió también la elevada calidad de la manufactura de la hoja del puñal, lo que reflejaba la capacidad en la elaboración del hierro que se había alcanzado en la época de Tutankamón.

Este puñal del faraón siempre despertó la curiosidad de los investigadores, porque incluso los detalles de su descubrimiento demostraban que era unobjeto precioso: Mide 35 centímetros y no estaba oxidado cuando fue encontrado escondido entre los vendajes de la momia del faraón, para prepararse al encuentro con el más allá.

«Crater lunar» en el desierto egipcio

La teoría del meteorito, ahora confirmada, no es nueva. Había expertos que sostenían hace tiempo que el hierro procedía de un meteorito, mientras otros pensaban que había sido importado: En Anatolia, llamada también Asia Menor (Turquía) existía el hierro en la época de Tutankamón, en el siglo XIV a. C. Un hecho determinó el desarrollo de la historia que confirma la procedencia espacial del hierro del puñal: En el año 2010 se descubrió en medio del desierto egipcio el Kamil Crater, que consiste en un pequeño «cráter lunar», rarísimo en nuestro planeta, ya que normalmente la erosión cancela las señales de los impactos de meteoritos.

En aquella expedición participaron, entre otros científicos, expertos italianos de Pisa y del observatorio astronómico de Pino Torinese. «Cuando fue descubierto el cráter, hablamos del enigma nunca resuelto del puñalencontrado sobre la momia del joven faraón. Decidimos entonces hacer el análisis, superando las resistencias de las autoridades egipcias, que justamente custodiaban celosamente los hallazgos», explica Francesco Porcelli, en declaraciones recogidas por el periódico La Stampa.

Segura procedencia espacial

Este profesor de Física aclara cómo han llegado a establecer que se trata de un metal procedente del espacio teniendo en cuenta su composición, pues el hierro del puñal contiene níquel al 10 por 100 y cobalto al 0,6 %: «Son las concentraciones típicas de los meteoritos. Pensar que pueda ser fruto de una aleación, en estas concentraciones, es imposible», subraya el físico Porcelli, quien ha sido precisamente el estudioso que ha encabezado el proyecto iniciado en el 2014, en el que han participado, con financiación italiana y egipcia, expertos en meteoritos de la Universidad de Pisa, científicos del Politécnico de Milán y de Turín, el CNR (Consejo Nacional de las Investigaciones) y la empresa XGLab; por parte egipcia, el Museo del Cairo y la Universidad de Fayoum. Detalles del estudio aparecen en un artículo publicado en la revista «Meteoritics and Planetary Science».

En definitiva, ahora se puede poner fin a la controversia que mantenían los expertos sobre el preciado puñal, desde que se abrió el sarcófago de Tutankamón custodiado en el Valle de los Reyes. Pero seguirán abiertos otros misterios y supersticiones ligadas a Tutankamón, entre ellas la maldición que habría caído a quien profanara su tumba. Quizás algún día venga también del espacio la solución a algunos de esos misterios que rodean al faraón muerto a los 18 años.

miércoles, 17 de febrero de 2016

PGM: Las ropas y daga de Lawrence de Arabia

El singular caso de la ropa y la daga de Lawrence de Arabia

Por JORGE ALVAREZ
La Brújula Verde




Me ha hecho una gracia especial la noticia que reseño a continuación. Antes, aclaro que hace unos años visité Jordania y el único souvenir que quería traer conmigo y que busqué hasta encontrarlo -en una tienda a la entrada de Petra- fue una chilaba blanca con su correspondiente tocado para la cabeza más un cinturón con una característica jambia (daga curva). Era, más o menos, la inmaculada vestimenta que lucía Peter O’Toole en la película Lawrence de Arabia, a su vez tomada del personaje histórico; un fetiche que se me metió en la cabeza desde que pisé aquella tierra.

Bien pues ahora leo que una colección de auténtica ropa -chilaba blanca incluida- y la daga de T.E. Lawrence que se conservaban en Reino Unido, han sido subastadas por la casa Christie’s y adquiridas por un comprador extranjero que quiere sacarlas del país, con el consiguiente revuelo levantado. Por eso el ministro de Cultura, Ed Vaizey, ha solicitado la colaboración para mantener esos objetos en suelo británico: “T.E. Lawrence fue una de las figuras más extraordinarias del siglo XX. Estas chilabas y daga son absolutamente icónicos y una parte clave de su perdurable imagen. Es importante que estos objetos clásicos permanezcan en el Reino Unido”.


Quieres comprar ropa daga Lawrence Arabia 1
El conjunto consiste en un zebun de seda color champán forrado de algodón blanco con un chaleco de botones de brocado a juego que se usaban bajo la abayeh. Ambas prendas fueron confeccionadas en La Meca o Medina antes de 1919. En cuanto a la jambia, de hoja de acerode unos 30 centrímetros de longitud con mango chapado en plata dorada, se la regaló en 1917 Sherif Nasir, primo del futuro rey Faisal, para recompensarle por la toma de Áqaba. Lawrence lució la ropa y el arma en alguna foto e incluso posó para una escultura que hizo Kathleen Scott, viuda del famoso explorador antártico Robert Falcon Scott, que trabó amistad con la familia.


De hecho, ella fue la depositaria de esos objetos cuando Lawrence partió para la Conferencia de El Cairo. Luego él le escribió para solicitar su devolución pero sin éxito. Es más, a partir de ahí su correspondencia revela cierta preocupación porque de las tres preciadas dagas había vendido una y perdido las otras dos. Bien porque no pudieron ponerse en contacto, bien porque ella se hizo la sueca, el caso es que la daga y la chilaba permanecieron en poder de los Scott hasta ahora. En dos ocasiones las prestaron para exposiciones -a la National Gallery y al Imperial War Museum- pero siempre detentando su propiedad.


Así se llegó a este verano de 2015 en que, tras la muerte de Elizabeth Young, última descendiente, se sacaron a subasta. La ropa por 13.450 libras y la daga por 131.812. El comprador solicitó una licencia de exportación, es decir, permiso para llevárselas fuera, pero al tratarse de piezas históricas entró en liza la RCEWA (Reviewing Committee on the Export of Works of Art and Objects of Cultural Interest), que recomendó aplazar la concesión de esa licencia para dar tiempo a que alguna institución británica reúna dinero y adquiera las piezas. Sir Hayden Philips, su presidente, declaró que las prendas y el arma “juntas forman una parte crucial de las imágenes de Lawrence en la pintura, la escultura y la fotografía; y por lo tanto son una parte integral de su vida y de nuestra historia”.

En consecuencia, cualquier persona que desee mantener el conjunto en Gran Bretaña tiene de plazo hasta esta primavera, concretamente hasta el 1 de abril, para pagar el precio o demostrar que se está en ello (en cuyo caso se le concederá una prórroga hasta el 1 de julio). Si no se da el caso, el comprador obtendrá su licencia y las piezas saldrán del país, para desconsuelo de muchos.