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martes, 15 de noviembre de 2022

viernes, 26 de julio de 2019

Peronazismo: de Mahieu, un SS francés profesor en Argentina

La asombrosa historia del criminal nazi protegido por Perón que dio clases de racismo en dos universidades argentinas

Jacques de Mahieu inyectó el veneno de la raza aria pura y el odio de Hitler a judíos, negros, gitanos y homosexuales, base de los campos de exterminio




Por Alfredo Serra
Especial para Infobae




Jacques de Mahieu, nació en Marsella en octubre de 1915. Fue militante del grupo de extrema derecha Action Française y más tarde de la 33ª. División de Granaderos SS Voluntarios Charlemagne de las Waffen SS

"La única doctrina que desde finales de los años 30 cautivaba a los militares era el nazismo (…) Perón quedó fascinado al ver de cerca el despliegue bélico de las potencias del Eje."
(Hugo Gambini, Historia del Peronismo, Editorial Planeta, 1999)

Vencido y muerto el Tercer Reich, pavorosos criminales nazis amparados por el gobierno peronista y con pasaportes falsos encontraron refugio seguro en el país: Eichmann, Kutschmann, Altmann (Barbie), Roschmann, Mengele –luego radicado en Brasil–, Priebke… Todos se camuflaron en empleos grises, poco relevantes, durante años.

Pero no Jacques de Mahieu, nacido en Marsella en octubre de 1915, militante del grupo de extrema derecha Action Française y más tarde de la 33ª. División de Granaderos SS Voluntarios Charlemagne de las Waffen SS.

Además de sus misiones criminales –la sigla SS lo explica todo–, su tarea presuntamente intelectual al servicio del Tercer Reich fue investigar las raíces de la "raza aria pura": uno de los argumentos más fuertes y delirantes de herr Hitler para justificar el falso grotesco "racismo científico", llave de las puertas de los campos de exterminio para asesinar judíos, gitanos, negros, homosexuales, inválidos…

Además de sus misiones criminales, su tarea presuntamente intelectual al servicio del Tercer Reich fue investigar las raíces de la “raza aria pura”

Febril, de Mahieu escribió tratados de esoterismo –absurdo que tuvo un aventajado alumno: José López Rega– y de teorías antropológicas basadas sobre una peregrina idea central: los alemanes blancos y puros tenían sangre vikinga, raza solar poderosa destinada a regir el mundo.

Ante el avance final aliado y la certeza de la derrota, este personaje siguió el promisorio camino de otros criminales: la Argentina. Y en 1950 se adhirió al peronismo como el caracol a la piedra…

Conoció a Juan Domingo Perón, tejió amistad, llegó a escribirle algunos discursos con la proa apuntando a la demagogia ("A las masas de las mueve más fácil con el mito que con la cultura", sostenía), y unos años después fue adorado mentor de un grupo de jóvenes nacionalistas ultracatólicos, además de jefe del capítulo nacional del grupo neonazi Círculo Español de Amigos de Europa, creado en 1966 y disuelto casi tres décadas después.

Lejos de ocultarse, como otros criminales del mismo tenor, decidió brillar bajo el fulgor de la espada vikinga. Y como en la Argentina todo es posible, después de estudiar filosofía, ciencias económicas y ciencias políticas en las universidades de Buenos Aires y Mendoza, se lanzó a los estrados académicos como profesor de estudios antropológicos y vicedirector del Instituto de Estudios humanos sobre la realidad local y latinoamericana.

No fue todo. Siempre bajo el profundo sesgo de la extrema derecha, dictó clases de economía, etnografía y francés en las universidades de Cuyo y El Salvador, y ante las Fuerzas Armadas entre 1961 y 1971.

Eso, además de grabar infinitos videos con sus teorías de la supremacía aria y la presencia de tribus de indígenas blancos en Paraguay y Brasil, que según él probaba la llegada a América de hombres y dioses arios mucho antes que Colón y sus carabelas.

Es más: viajó a Paraguay y Brasil en 1974 para defender su teoría de que las tribus guayaki descendían de los vikingos –escribió, entre su veintena de libros, La agonía del Rey Sol y El rey vikingo del Paraguay–.

Sus alumnos, entre los que sembró con pasión digna de mejor causa las ideas del francés Charles Maurras (1868-1952), escritor y principal inspirador de Action Française, movimiento monárquico, antisemita, antiparlamentario y enemigo de la Revolución Francesa, lo seguían con devoción hipnótica y lo juzgaban "misterioso y tan brillante en lo racional como en lo esotérico y lo místico".

Murió entre nosotros el 4 de octubre de 1990, a los 74 años.

Pero es fundamental explicar el fenómeno que no sólo lo trajo a estas playas sino actuar a cara descubierta y hasta derramar su veneno ideológico en las aulas universitarias.
  De Mahieu escribió tratados de esoterismo y de teorías antropológicas basadas sobre una peregrina idea central: los alemanes blancos y puros tenían sangre vikinga, raza solar poderosa destinada a regir el mundo

Entre 1946 y 1949 y en silencio, el gobierno de Perón creó una comisión de allegados para recibir a fugitivos del nazismo, vencido y repudiado por casi todo el mundo libre, y en especial por los países más castigados por la guerra mundial 1939-1945, perpetrada por Hitler y dejando una cifra monstruosa: cuarenta millones de muertos.

Entre otros asesinos, esa comisión recibió a un nazi sentenciado a muerte en Bélgica por colaborar con el Reich, a un ex Waffen SS –Jacques de Mahieu–, al ex embajador de la Croacia nazi, y a un ex capitán SS en Alemania.

El mecanismo funcionaba perfectamente aceitado. Los "allegados" orquestaban y dirigían la recepción de aquellos que lograron esquivar los Juicios de Nuremberg… desde la Dirección de Migraciones, y a veces desde la mismísima Casa Rosada, donde funcionaba la oficina del coordinador de la operación, Rodolfo Freude (1920-2003), secretario personal de Perón, jefe de la División Informaciones (espionaje a favor del régimen), e íntimamente conectado con el todopoderoso Juan Duarte, hermano de María Eva Duarte.

En cuanto a Freude, su casa Ostende, en una isla del Tigre, fue el refugio de Perón y su mujer antes del 17 de octubre de 1945, y desde allí fue detenido y llevado a la isla Martín García.

El 7 de mayo de 1946, Eva celebró en esa casa del Delta su vigésimo séptimo cumpleaños.

Aún hoy, es justo preguntar cuánto daño hicieron en la mente de sus jóvenes alumnos las delirantes teorías de ese terrorista del espíritu humano.

jueves, 14 de junio de 2018

Peronismo: El "sepelio" de la resentida de Eva Perón en Bahía Blanca

El día que en Bahía Blanca velaron a Evita


La Nueva

La muerte de Eva Duarte conmovió a gran parte del pueblo argentino. Muchas ciudades simularon su velorio y sepelio.






La misa frente al palacio municipal, antes de la partida del cortejo fúnebre.


Mario Minervino / mminervino@lanueva.com



Los primeros días de agosto de 1952 tuvo lugar en nuestra ciudad una "puesta en escena", de las varias registradas en el país, del velatorio simbólico de Eva Duarte de Perón, fallecida a las 20:25 del 26 de julio de ese año. La misma incluyó una misa y un posterior cortejo fúnebre.

La mujer del presidente Juan Domingo Perón falleció a los 33 años de edad y se asegura que nunca antes el mundo había sido testigo de un funeral de las dimensiones que alcanzó el tributado a Eva, al punto que se debieron traer flores desde Chile y Japón.



El gobierno nacional estableció 30 días de duelo y por sugerencia de las autoridades de la CGT varios pueblos y ciudades del país decidieron recrear el velorio, con el desarrollo de una ceremonia cómo si el cuerpo estuviese presente de manera simultánea en todo el país.

En nuestra ciudad la propuesta contó con el apoyo del intendente municipal, Norberto Arecco, y para ese homenaje se montó un altar en la escalera de acceso al palacio municipal.

Una multitud se reunió en la plaza Rivadavia, la cual participó de una misa y luego acompañó luego a un carruaje ocupado con un ataúd vacío, rodeado de decenas de coronas.

Desde la llegada del Peronismo a la escena política, en 1946, y hasta el golpe militar de 1955, en Bahía Blanca siempre resultaron triunfantes los candidatos de ese partido (Rafael Laplaza, Norberto Arecco y Santiago Bergé Vila).



Eva Duarte visitó la ciudad en 1946, acompañando a su marido en el cierre de su primera campaña presidencial, y en 1948, ya convertida en primera dama.

En ambas ocasiones saludó desde el balcón central del teatro municipal.

Un cadáver en movimiento

Embalsamado por el médico Pedro Ara, el cadáver de Eva Duarte fue robado del edificio de la CGT en diciembre de 1955, por integrantes de la Revolución Libertadora que había derrocado a Juan D. Perón.

El cuerpo fue trasladado en el más riguroso secreto al cementerio de Milán, donde fue enterrado con el nombre de María Maggi de Magistris.

Luego de arduas negociaciones, el cadáver fue devuelto a Perón, en su casa de Madrid, en 1971. Tres años después regresó al país y fue ubicado en el panteón de los Duarte, en el cementerio de la Recoleta.




Un cuento.

La decisión de varias ciudades y pueblos de simular un velorio y cortejo fúnebre en honor a Eva fue reflejada por el escritor Jorge Luis Borges en su cuento El Simulacro, escrito en 1957.

"En uno de los días de julio de 1952, el enlutado apareció en aquel pueblito del Chaco. Era alto, flaco, aindiado, con una cara inexpresiva de opa o de máscara; la gente lo trataba con deferencia, no por él sino por el que representaba o ya era. Eligió un rancho cerca del río; con la ayuda de unas vecinas armó una tabla sobre dos caballetes y encima una caja de cartón con una muñeca de pelo rubio. Además, encendieron cuatro velas en candeleros altos y pusieron flores alrededor. La gente no tardó en acudir. Viejas desesperadas, chicos atónitos, peones que se quitaban con respeto el casco de corcho, desfilaban ante la caja y repetían: «Mi sentido pésame, General». Éste, muy compungido, los recibía junto a la cabecera, las manos cruzadas sobre el vientre, como mujer encinta. Alargaba la derecha para estrechar la mano que le tendían y contestaba con entereza y resignación: «Era el destino. Se ha hecho todo lo humanamente posible.» Una alcancía de lata recibía la cuota de dos pesos y a muchos no les bastó venir una sola vez.

¿Qué suerte de hombre (me pregunto) ideó y ejecutó esa fúnebre farsa? ¿Un fanático, un triste, un alucinado o un impostor y un cínico? ¿Creía ser Perón al representar su doliente papel de viudo macabro? La historia es increíble pero ocurrió y acaso no una vez sino muchas, con distintos actores y con diferencias locales. En ella está la cifra perfecta de una época irreal y es como el reflejo de un sueño o como aquel drama en el drama, que se ve en Hamlet. El enlutado no era Perón y la muñeca rubia no era la mujer Eva Duarte, pero tampoco Perón era Perón ni Eva era Eva sino desconocidos o anónimos (cuyo nombre secreto y cuyo rostro verdadero ignoramos) que figuraron, para el crédulo amor de los arrabales, una crasa mitología".

viernes, 1 de diciembre de 2017

El regreso del discurso pro-colonialista

Los argumentos académicos que apoyan la supremacía blanca y el colonialismo están haciendo un regreso siniestro


El oscuro legado del colonialismo no puede ser discutido. (Willoughby Wallace Hooper / Wikimedia Commons, CC BY-SA 4.0)


Por Vijay Prashad | Quartz


Ek tarz-e-taghaful hai so vo unko mubarak;
Ek 'arz-e-tamanna hai tan jamón karte-rahenge.

[Hay un estilo de indiferencia al que son bienvenidos;
Pero nuestros deseos, seguiremos listando.]
- Faiz Ahmed Faiz, Dast-e-Saba, 1952


En 1950, Aimé Césaire, una de las voces más claras del siglo XX, miró hacia atrás la larga historia del colonialismo que estaba llegando a su fin. Quería juzgar el colonialismo de las cenizas del nazismo, una ideología que sorprendió a los inocentes en Europa, pero que había sido fomentada lentamente en la experiencia colonial de Europa. Después de todo, los instrumentos del nazismo, la superioridad racial, así como la brutal violencia genocida, se habían cultivado en los mundos coloniales de África, Asia y América Latina. Césaire, poeta efervescente y comunista, no tuvo ningún problema con el encuentro entre culturas. Los enredos de la cultura de Europa con el de África y Asia habían forjado lo mejor de la historia humana a través del mar Mediterráneo. Pero el colonialismo no era contacto cultural. Fue una brutalidad.
"Entre la colonización y la civilización hay una distancia infinita; que de todas las expediciones coloniales que se han emprendido, de todos los estatutos coloniales que se han elaborado, de todos los memorandos que han sido despachados por todos los ministerios, no podría haber un solo valor humano ".
- Discurso sobre el colonialismo
Césaire era inflexible: el colonialismo no había producido nada que le ganara respeto en las escalas de la historia. Esto fue en 1950, cuando unas pocas naciones acababan de salir de la cicatriz del colonialismo, y cuando muchas sociedades lucharon en batallas campales para liberarse del poder colonial.
La fealdad del poder colonial en la India surgió al final, con la política insensible de los británicos engendrando a los millones de muertos en el hambre de Bengala de 1943, y los millones de muertos y millones más desplazados en la partición de 1947-48. También fue duro cuando se considera que después de siglos de gobierno, los británicos dejaron atrás una región con un índice de alfabetización de sólo el 12%. Los historiadores indios habían mirado hacia atrás el expediente del gobierno británico en la India para encontrar políticas económicas y políticas diseñadas para empobrecer el país a expensas de Gran Bretaña, con los excedentes masivos de la India succionados en Gran Bretaña para sostener la revolución industrial, fuerza capaz de gobernar el imponente imperio británico. "La India debe ser sangrada", dijeron las marqueses de Salisbury en la década de 1870. Y así fue.
El subcontinente indio no se sometió a este "drenaje de riqueza" con sumisión. Las revueltas vinieron duras y rápidas, desde los primeros días del gobierno colonial británico en el siglo XVIII (como la rebelión Fakir-Sanyasi en la década de 1770) hasta los últimos días de su gobierno en el siglo XX (como el Patri Sarkar en los años cuarenta ). A raíz de una de estas rebeliones, en 1857-1858, los británicos agredieron con singular brutalidad. Un soldado joven, Edward Vibart, dijo de las matanzas que él ayudó a conducir en el Kucha Chelan de Delhi, donde 1.400 civiles fueron matados: "Las órdenes salieron para tirar cada alma. Fue literalmente un asesinato. "" Sazonar a los negros "era la frase que se usa con frecuencia en las memorias británicas. Define la experiencia colonial de Jallianwala Bagh (India) en 1919 a la masacre de Hola (Kenia) en 1959.
En 1960, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la "Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales", que traza una línea roja firme a través del registro del colonialismo. La continua existencia de la regla colonial, dijo que las naciones libres de la ONU "impide el desarrollo de la cooperación económica internacional, impide el desarrollo social, cultural y económico de los pueblos dependientes y milita contra el ideal de paz universal de las Naciones Unidas". era una abominación que necesitaba ser llevada a su fin, ya que "el proceso de liberación es irresistible e irreversible".



"Picando a los negros", la frase que se utiliza a menudo en las memorias británicas, define la experiencia colonial de Jallianwala Bagh en la India a la masacre de Hola en Kenia. (Wikimedia Commons)


Reescritura de la historia

En la última década, varios destacados intelectuales europeos y norteamericanos, con muy pocas habilidades analíticas, han producido obras que buscan derribar el consenso contra el colonialismo. Parte de este trabajo -como el producido por el historiador contrafactual británico Niall Ferguson- está abiertamente enraizado en el momento presente de las guerras imperiales americanas en lugar de una seria reconsideración del registro histórico. En su libro Imperio: cómo Gran Bretaña hizo el mundo moderno, Ferguson argumentó que el gobierno colonial británico-brutal aquí y allí para estar seguro- había dado lugares como la democracia parlamentaria de la India y el idioma inglés. India, escribió, "debe más de lo que está de moda de reconocer al gobierno británico".
El contexto es la guerra americana de 2003 contra Irak, con personas como Ferguson instando a Estados Unidos a colonizar Irak y dejar de lado los valores anticoloniales de las Naciones Unidas y de los pueblos del mundo. Cuando los libros llegaron de estudiosos serios que demostraron la brutalidad de la experiencia colonial, éstos fueron salvajados por los ideólogos occidentales impulsados ​​por Ferguson y la guerra de los EEUU en Iraq. Gulag de Caroline Elkins en Gran Bretaña: El Brutal Fin del Imperio en Kenia y Olivier Le Cour El colonizador de Grandmaison, exterminador. Sur la guerre et l'État colonial se enfrentó a un duro escrutinio en el mundo occidental por ser francos sobre el pasado fascista del colonialismo. El espacio se estaba creando para hacer ahora preguntas que habían parecido establecidas durante medio siglo: que el colonialismo era en equilibrio una parte benevolente de la historia humana.
En el número actual de Third World Quarterly, un ensayo mediocre aparece con el gran título The Case for Colonialism. Este ensayo, de Bruce Gilley, está dentro de los parámetros establecidos por Ferguson. El ensayo, como muchos han demostrado, viola los protocolos básicos de la erudición académica; el autor hace mal uso del trabajo de eruditos como Berny Sébe, Alexander De Juan y Jan Pierskalla, citando sus ensayos para hacer puntos que simplemente no hacen. El "análisis de costo-beneficio" del autor plantea ciertos indicadores tales como "mejoras en las condiciones de vida" y "capacitación para el autogobierno" para demostrar - sin ninguna evidencia - que sin colonialismo la situación en África, Asia y América Latina sería peor . Si la tasa de alfabetización de la India era baja en 1947, sostuvo el autor, sería aún más baja si los británicos no hubieran sido los amos imperiales de la India.
El ensayo aparece en la era de Donald Trump, cuando la supremacía blanca está de vuelta y el prurito por el colonialismo está en el horizonte. La idea de que los liberales, los postcoloniales y los marxistas han denigrado la "historia blanca" es un refrán constante de los racistas. Este ensayo no sólo sugiere que la "historia blanca" del colonialismo ha sido vilipendiada, sino que los europeos deben regresar para terminar el trabajo. "Tal vez los belgas deberían regresar" al Congo, sugiere el autor, una declaración que desprecia al menos a 10 millones de personas masacradas en una década por el gobierno rapaz del Congo por el rey belga Leopold.
El reconocido trabajo académico que ahora existe para el Congo incluye Du Sang Sur Les Lianes de Daniel Vangroenweghe; L'État Libre du Congo de Jules Marchal: Paradis Perdu, L'histoire du Congo, 1876-1900; El fantasma de Leopold del rey de Adam Hochschild: Una historia de la avaricia, del terror y del heroísmo; y La Mémoire du Congo de Jen Luc Vellut: Le Temps Colonial.
Ninguno de ellos entra en el marco de este autor o en el de Ferguson. Son meticulosamente ciegos a los crímenes graves y consecuentes del colonialismo.

¿Causa perdida?

Este trabajo es de esperar. Estos son los tiempos en que la supremacía blanca ha vuelto, tiempos en que el colonialismo ha estado en la agenda desde la guerra de Estados Unidos contra Irak. Los liberales occidentales tales como Michael Ignatieff, que hizo el caso para el colonialismo occidental en la revista The New York Times el 05 de enero de 2003, abrieron la puerta para tal argumento para el colonialismo. Ignatieff argumentó que Estados Unidos necesitaba tomar "la carga" para imponer el orden en un mundo agrietado. No estaba solo.
Lo más sorprendente del ensayo publicado en Third World Quarterly no sólo fue que fue mediocre, violó los estándares académicos básicos y que fue rechazado por el sistema de revisión por pares. Fue que apareció en esta revista.
A finales de los años setenta, el periodista paquistaní Altaf Gauhar decidió, en su exilio de Londres, establecer una serie de revistas y revistas para estimular el debate en torno a la agenda antiimperialista del Tercer Mundo. En su primera edición, en enero de 1979, el editor proporcionó el contexto para esta revista, para defender la libertad de los estados de África, Asia y América Latina, revivir una discusión del Nuevo Orden Económico Internacional (1973) y para asegurar que la voz del Tercer Mundo no fuera a ser sofocada. "Nuestra preocupación es el Tercer Mundo: hablaremos por ello, de hecho, hablaremos con su propia voz", escribió Gauhar.
Gauhar escribió que el objetivo de la revista era fomentar "una búsqueda abierta y comprensiva para establecer un orden internacional basado en la justicia". Las primeras voces en la revista incluyeron a Julius Nyerere de Tanzania, Shridath Ramphal de Guyana y Gamini Corea de Sri Lanka. En la cuarta edición, Gauhar escribió: "Una clase de académicos y políticos británicos ha estado propagando asiduamente la ficción de que los británicos dejaron atrás toda una cosecha de instituciones democráticas occidentales, plantadas y nutridas bajo la tutela británica prolongada, que los ineptos e incautos nativos fracasaron "Las instituciones que los ingleses construyeron en la colonia" sirvieron a intereses imperiales, tanto comerciales como estratégicos "y no al bienestar del pueblo, escribió. Ésta era la ética del Tercer Mundo Trimestral.
A lo largo de los años, los cambios han llegado a la revista. Resistió a la tormenta cuando el principal patrocinador de Gauhar, el Banco de Crédito y Comercio Internacional, se desplomó después de ser sospechoso de lavado de dinero y otras fechorías financieras. En cierta medida, la revista también pudo superar el fraude cuando las ideas neoliberales barrieron las academias del mundo y exigieron que el desarrollo del sector público se dedicara al crecimiento del sector privado. Había obstinación en la revista, un deseo de seguir hablando por los pueblos del Tercer Mundo, incluso cuando sus élites habían tomado una dirección diferente. Shahid Qadir, que se hizo cargo de Altaf Gauhar, fue el capitán en estos tiempos difíciles.
Me uní a la redacción de la revista con entusiasmo, ansioso por ayudarla a avanzar en una nueva agenda para los pueblos del antiguo mundo colonizado. Fue con tristeza que yo y otros miembros del consejo editorial decidimos renunciar a esto cuando la compañía propietaria del Tercer Mundo Trimestral, Taylor y Francis, se negó a retractarse de este ensayo censurable porque es contrario a los valores de la revista y porque falló en el proceso de revisión por pares. Nuestra carta de renuncia pide que la revista vuelva a sus valores y desarrolle una agenda para nuestro presente que no está fijada por los supremacistas blancos y los colonialistas. Hay un montón de lugares para que puedan presentar sus puntos de vista. Third World Quarterly tenía una misión diferente. Tiene que ser fiel a su historia.

martes, 25 de abril de 2017

Nazismo: La educación y la juventud

La juventud alemana y la educación nazi
Javier Sanz - Historias de la Historia





La juventud comenzó a experimentar una revalorización a comienzos del siglo XX. Hasta entonces, se había tomado como un periodo en tierra de nadie. Se deja de ver a la persona como un niño pero no se le daba un estatus o trabajo de adulto. Sin embargo, a partir de la regulación del acceso al mercado laboral, del establecimiento de un periodo de educación obligatorio, de la creación de ejércitos nacionales y de la regulación del derecho a voto se favoreció el desarrollo de la juventud como un grupo social definido. En Europa en general, y en Alemania en particular, la primera gran oleada de movilización juvenil apareció tras la Gran Guerra, la cual tuvo un especial impacto en los jóvenes: muchos se quedaron huérfanos y asumieron responsabilidades que antes no tenían, numerosas familias quedaron completamente desestructuradas, lo que aumentó el nivel de autonomía de la juventud y, en consecuencia, el acrecentado interés de los grupos políticos en ella.

Durante aquellos años, la programación tanto de actuaciones como de publicaciones o discursos políticos iban a ir dirigidos, en su mayoría, a captar jóvenes desencantados de la posguerra que buscaban nuevos caminos y soluciones. Habían escarmentado y abandonado, casi por completo, los valores sociales tradicionales defendidos por sus mayores que habían sido aplastados por la Primera Guerra Mundial. Esta crisis ideológica y social comenzó a manifestarse a partir de 1919. El descontento juvenil fue aumentando durante el periodo de la República de Weimar debido a las consecuencias del Tratado de Versalles, a la hiperinflación que tuvo lugar entre 1921 y 1924 y a la Gran Depresión económica de 1929, cuya consecuencia más significativa fue el aumento de la tasa de desempleo: de 1.320.000 parados en septiembre de 1929 se pasó a unos 6.000.000 a comienzos de 1932.


Niños alemanes jugando con fajos de marcos

¿Qué más podía pasar? Solo faltaba que se pusiera a llover…y así fue. Las dificultades económicas que atravesaba la sociedad alemana junto a la incertidumbre política y a la baja moral de los adolescentes tuvieron un efecto devastador: la tasa de suicidios entre los estudiantes universitarios era tres veces más alta que la de la población en general. El suicidio pasó a convertirse en un acto extremo de protesta social. En definitiva, los alemanes nacidos entre 1903 y 1915 -que tendrían entre 18 y 30 años cuando Hitler llegó al poder en 1933– estuvieron afectados por problemas psicológicos, políticos, sociales y económicos.

Hitler entró en escena en medio de este panorama de malestar, la situación de inestabilidad que se respiraba en la sociedad facilitó su trabajo. El Führer dio un paso al frente y se presentó como una nueva fuerza y esperanza de cambio para el futuro. Así mismo, la gente joven veía en él un hermano mayor, una figura de referencia en la que confiar. Al César lo que es del César, Hitler tuvo el mérito de saber aprovechar la situación y sacarle el mayor partido posible a lo que estaba sucediendo. Los jóvenes, con su energía, sus ideales e inquietudes, fueron especialmente vulnerables a sus propósitos. Por ello, fueron tomados como pilares fundamentales de la política nacionalsocialista. Antes de llegar al poder, Adolf Hitler ya había dejado muy claro en Mein Kampf cuáles eran sus intenciones respecto a la juventud:

habrá que atender antes que a ninguna otra cosa, a la formación del carácter, al fomento de la fuerza de voluntad […] El Estado debe actuar en la presunción de que un hombre educado, sano de cuerpo, firme de carácter y lleno de confianza en sí mismo es más valioso para la comunidad que el poseedor de una alta cultura pero encanijado y pusilánime
Un alto número de niños y jóvenes fueron cautivados por el sentimiento de comunidad, de fe nacional y de odio racial que profesaba el régimen nazi. Esta nueva educación buscaba dar un mayor énfasis al entrenamiento, la disciplina y el ordenamiento… el sistema escolar fue suplantado por un entrenamiento, a todas luces, militar.



Por supuesto, el factor clave en el moldeamiento de los jóvenes fue el control del sistema educativo. Se creó un instrumento de regulación social para moldear a las juventudes dependiendo del objetivo que en ese momento persiguiera el gobierno. Los nazis estaban tan obsesionados con el control que crearon el Servicio de Patrulla de la Juventud Hitleriana para vigilar y combatir tanto la delincuencia como la mala conducta de los adolescentes. Como vemos utilizaban también a los jóvenes como un mecanismo de control y de guía para con sus iguales. Para Hitler el destino estaba en manos de la sangre de la raza, los jóvenes encontrarían la felicidad plena cuando adquiriesen conciencia de que era la sangre nórdica, única y exclusivamente, la que creaba unión entre los distintos individuos, formando así un sentimiento de comunidad. Este declive del individualismo -propio del siglo XIX- hizo su aparición en la educación.



Los elementos de mayor atracción para el ingreso en las Juventudes Hitlerianas (Hitlerjugend o HJ) fueron la naturaleza autoritaria del régimen nazi, la ideología despiadada de la supervivencia del más fuerte, el uso de armas y uniformes, las altas posibilidades de movilidad social o de estudiar una carrera y de conseguir estabilidad a partir de la educación. Quizás, otro motivo de atracción fue la edad de los dirigentes nazis, la mayoría eran jóvenes, lo que les hacía identificarse con la gente adolescente. Hitler era el mayor, contaba con 44 años en 1933, al frente de las HJ estaba Baldur Von Schirach con apenas 26, Himmler tenía 33 y Goebbels 36. No hay que olvidar que algunas adhesiones fueron obligadas mediante miedos y amenazas.

Con la llegada de Hitler al poder se produjeron cambios en la educación escolar. Las asignaturas de educación física -en la que si sacabas calificaciones bajas suponía la expulsión inmediata de la escuela- historia, alemán y biología -para el estudio de la raza y de la exclusión judía- tendrían mayor importancia. Además, la práctica del boxeo sería obligatoria porque aumentaba la obediencia, la coordinación, la camaradería, el espíritu varonil, la capacidad de autocontrol, una mayor disciplina y un desarrollo del carácter (casi ná). También se organizaban excursiones por la naturaleza para conocer mejor su patria y a los compañeros de otras partes del Reich.



Con el paso del tiempo, la formación intelectual pasó a un segundo plano en beneficio del fortalecimiento del carácter y el aumento de autoestima para los jóvenes. En 1938 el régimen nazi llevó a cabo una reorganización de la educación: ahora las lecciones debían ir dirigidas al desarrollo de la fortaleza, del sacrificio, de la lealtad y del silencio antes que al desarrollo intelectual. El nuevo rol que estaban adquiriendo los jóvenes en Alemania produjo una separación de la familia todavía mayor a la existente hasta 1933. Ahora los hijos debían ser los faros de sus padres, seres inadaptados de la época que estaban viviendo.

Hemos hablado de los alumnos pero ¿qué hay de los profesores? Cuando Hitler llega al poder, el 97% de ellos estaban enrolados en la Unión Nacionalsocialista de Profesores (Nationalsozialistische Lehrerbund). En 1936, el 32% de esta unión pertenecía al partido nazi y el 14% de este último porcentaje pertenecía al cuerpo de la dirección política del partido. En el caso de que los profesores no fueran simpatizantes del ideal nazi podían ser condenados, excluidos de su trabajo o formados para simpatizar con el régimen.



Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial muchos alumnos e integrantes de las juventudes, sobre todo los más competentes y comprometidos, tuvieron que alistarse y combatir. A medida que la guerra avanzaba se iban alistando sin apenas entrenamiento militar, lucharon de manera desigual los últimos meses de la guerra y sufrieron elevadísimas bajas: el 30 de enero de 1945, en la localidad de Gotenhafen, perdieron la vida cerca de 8.000 jóvenes. Parece clara la finalidad del sistema educativo nazi: formar jóvenes para que estuvieran preparados para morir y luchar por la nación. Al final de la guerra, la imagen de la HJ cambió. Pasaron a ser jóvenes desencantados, a sentirse abandonados y comenzaron a realizar actividades más solidarias como la identificación y el enterramiento de cadáveres o la extinción de incendios. Algunos historiadores han llegado a afirmar que Hitler renegaba de la HJ, así como que sus muertes le importaban más bien poco. Sin embargo, dejó escrito en su testamento político lo siguiente: “muero con el corazón feliz, consciente de los incalculables legados y logros de nuestros soldados en el frente, nuestras mujeres en casa, los logros de nuestros campesinos y obreros en su trabajo, únicos en la historia, y de las juventudes que llevan mi nombre”

Si queremos buscar una evidencia más reciente de lo decisiva que fue la educación del régimen nacionalsocialista podemos tomar como referencia un estudio realizado por la Universidad de California entre 1996 y 2006. Se realizaron 5.300 entrevistas a alemanes nacidos entre los años 20 y 30 y se llegó a la conclusión de que la propaganda y el adoctrinamiento tuvo un resultado espectacular, sobre todo, aquel que se centraba en fomentar el odio racial: los jóvenes alemanes nacidos entre esas fechas eran mucho más antisemitas que los nacidos antes o después. ¡Qué sencillo resulta cambiar las creencias e ideales a través de la política!

miércoles, 27 de abril de 2016

Biografía: Roca, el "comunista" de la educación

El programa comunista de Julio Argentino Roca

Rodolfo Terragno - Clarín






Incheon fue, en 1950, escenario de la mayor batalla librada durante la Guerra de Corea, que enfrentó a Occidente con el mundo comunista. El año pasado, unos 130 ministros de Educación y legiones de expertos dieron comienzo, desde esa misma ciudad coreana, una batalla por la “educación inclusiva”. Se habían reunido en el Foro mundial sobre la educación, y terminaron aprobando una declaración de principios (“Educación 2030”) que sitúa a la inclusión educativa al tope de un implícito programa universal de educación.

“Educación inclusiva” es un lugar común, a menudo vacío de contenido, que no falta en ningún discurso político. ¿Cómo se la logra? El Foro esbozó ciertos principios que ayudarán a los gobiernos a formular políticas conducentes a la inclusión, y la Argentina ha propuesto que se forme una base de datos universal para el intercambio de ideas y experiencias relativas a ese propósito.

Es la Argentina, precisamente, la que ostenta una histórica política inclusiva que (salvo en los ex países comunistas) tiene muy pocos precedentes. Fue en el siglo 19 y, por distintas razones, hoy no sería aplicable. Sin embargo, demuestra que, para convertir el slogan en realidad, el Estado debe hacer esfuerzos extraordinarios y constantes.

Hubo una ley –asiduamente invocada pero poco conocida—que organizó esa política. Fue la ley 1420, de 1884.

Esa ley — impulsada por Domingo Faustino Sarmiento y promulgada por Julio Argentino Roca— fue precisa y expeditiva:

  • Dispuso que hubiera una escuela por cada 1.500 habitantes. Una por cada 500 en el campo.
  • Creó las “escuelas ambulantes”, para llevar enseñanza a lugares remotos.
  • Decidió “convertir cuarteles, guarniciones, buques de guerra, cárceles, fábricas u otros establecimientos” en escuelas para adultos.
  • Impuso la no discriminación. De hecho prohibió la diferenciación del alumnado según la condición social, el color, la nacionalidad o la religión.
  • Decidió que la mujer debía tener la misma educación que el hombre y dio lugar a clases mixtas.
  • Obligó a que los padres inscribieran en la escuela a sus hijos de 6 a 14 años, no admitiendo la exención con motivo de pobreza familiar, ya que hizo la enseñanza completamente gratuita.
  • Fijó sanciones para los padres que no asegurasen la permanente asistencia de sus hijos a la escuela. Si un menor faltaba “más de dos días” a la escuela, los padres tenían que pagar multas. El chico, a la vez, podía ser conducido a la escuela por la fuerza pública.
  • Prohibió catequizar. La enseñanza religiosa sólo se podía impartir fuera de las horas de clase, por los ministros autorizados de los diferentes cultos, a los niños de su respectiva comunión”.
  • Obligó a que en las escuelas se vacunara y revacunara en los correspondientes períodos.
  • Forzó a los padres a gerenciar las escuelas desde cargos públicos irrenunciables y ad honorem. En cada distrito escolar debía establecerse un Consejo Escolar, integrado por cinco padres elegidos por el Consejo Nacional de Educación, que fue creado por el mismo Roca. Los designados no tenían derecho a rechazar el nombramiento. Durante dos años desempeñarían un trabajo exigente, sin recibir ni un peso. Tenían que reunirse, como mínimo, una vez por semana; y no para un mero intercambio de opiniones. La ley les imponía tareas precisas. Debían recaudar las rentas del distrito, procedentes de “multas y donaciones o subvenciones particulares”, y con ellas hacer cosas como “proporcionar vestido a los alumnos indigentes”, establecer “cursos nocturnos o dominicales para adultos” y promover la fundación de “bibliotecas populares”.


Para la Iglesia, la ley 1420 era “atea” e “impía”. Los obispos la desafiaron mediante pastorales. Los párrocos la atacaron desde los púlpitos o los presbiterios. Pedro Goyena y José Manuel Estrada la denostaron en diarios católicos.

Eso avivó las manifestaciones religiosas que se produjeron en todo el país. Al frente de tal movilización estaba el nuncio apostólico, Luis Mattera, que denostó a Roca por la promulgación de la ley y lo acusó de ser “el inspirador” de los “duros ataques” contra su persona. La disputa entre el delegado papal y el gobierno prosiguió hasta que, el 14 de octubre de 1884, Roca tomó una drástica decisión: expulsó al nuncio del país y rompió con el Vaticano antes que renunciar a la educación laica.

Mirada a través de un cristal ideológico, la ley 1420 causa perplejidad. Los efectos de la educación masiva no podían ser favorables a la clase dominante. En el pueblo culto germina, enseguida, la ambición de igualdad.        

¿Por qué Roca, que encarnaba a la oligarquía, quiso esparcir conocimientos, arriesgándose a la ulterior rebeldía de las masas? Es que cuando una clase domina una nación, el interés nacional percibido se vuelve tan importante como los intereses objetivos de clase.

La generación del 80 sintió que era dueña de una Argentina destinada a crecer e –ignorando su ubicación geográfica en el sur de América– convertirse en potencia. Para eso, se requerían transformaciones que –juzgadas con criterios ideológicos— parecen contradictorias.

Roca sintió, por un lado, que un “destino manifiesto” lo forzaba a emprender la Campaña del Desierto, conquistando 15.000 leguas cuadradas y sacrificando o tomando prisioneros por doquier.

La inclusión educativa requiere hoy métodos distintos a los del siglo 19. La ley 1420 impuso una suerte de servicio militar educativo, que hoy no sería admisible. Cuesta imaginar, por ejemplo, que un chico sea arrastrado a la escuela por la policía. Lo importante es que las políticas educacionales tengan, con métodos distintos, la profundidad, el rigor y la constancia de aquel plan cifrado en la ley 1420.

La Asignación Universal por Hijo –que los padres no pueden cobrar entera si no envían a sus hijos a la escuela— es un paso en la dirección correcta. Pero la política educacional no puede quedar ahí, y además debe entenderse que la inclusión no se logra ni con los mejores planes educacionales si no va asociada a una política de desarrollo económico y redistribución del ingreso.

rodolfo.terragno@gmail.com

Rodolfo Terragno es escritor y político. Embajador argentino en UNESCO.

viernes, 18 de septiembre de 2015

La Venezuela fascista homenajea culturalmente a Chavez

El nacimiento y muerte de Chávez, efemérides obligatorias en la escuela
Las asociaciones educativas opositoras han dicho que la decisión podría favorecer el proselitismo político en las aulas
ALFREDO MEZA - El País


Hugo Chávez en la Asamblea General de la ONU en 2006. / M. SEGAR (REUTERS)

Con el nombre de Hugo Chávez se fundan barrios de invasiones y se nombran autopistas recién inauguradas por sus sucesores. En los nuevos libros de texto de historia se dedican varias páginas a su carrera. Y desde el próximo año escolar, que comienza a mediados de septiembre, las fechas de su nacimiento y muerte, el 28 de julio y el 5 de marzo, serán una efeméride de obligatorio cumplimiento en las escuelas venezolanas, según una reciente resolución del Ministerio de Educación.

La decisión, publicada en la Gaceta Oficial del 4 de septiembre, es una apuesta más por convertir al líder de la autodenominada revolución bolivariana en un nuevo prócer venezolano. Las asociaciones civiles educativas opositoras al Gobierno han dicho que es una decisión que no ha sido consultada y consideran que la medida favorecerá el proselitismo político en las aulas.

Según el decreto, los alumnos deberán presentar un tema durante la semana de celebración del personaje (Chávez), y efectuar actividades alusivas a él. El personal directivo de la escuela es responsable de garantizar los actos sin que ello implique que sea un día festivo.

Civiles sobresalientes

La decisión es coherente con la línea chavista de rescatar a civiles con trayectoria destacada. Entre ellos está el inventor de la vacuna contra la lepra, Jacinto Convit, y figuras que considera como sus abrevaderos: Ezequiel Zamora, protagonista de la Guerra Federal (1859-1963) e impulsor de la reforma agraria; mártires comunistas como Alberto Lovera, asesinado por la policía política durante el gobierno de Raúl Leoni; o el expresidente nacionalista Cipriano Castro (1899-1908), quien se enfrentó al bloqueo de Alemania, Inglaterra y otras potencias por el impago de su deuda externa. Castro pronunció una frase muy usada por el expresidente Chávez contra Washington: “La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria”.

Algunos historiadores consideran que aún es muy pronto para evaluar el impacto del legado de Chávez. Durante los gobiernos que antecedieron al fallecido presidente, entre 1958 y 1998, los libros de historia desarrollaban los hitos más destacados del período presidencial y se mencionaba al presidente de turno como uno de sus artífices. En el calendario de efemérides chavista ninguno de ellos está presente.

viernes, 24 de julio de 2015

Historia argentina: Educando una generación de idiotas

"Sarmiento buitre, Rivadavia ladrón"
Sergio Bufano - Infobae




Recientemente, mi amiga S. le preguntó a su nieta de once años cómo andaba en la escuela. La muchachita le relató que tenía buenas notas y que le gustaba estudiar. Entusiasmada, la abuela orgullosa recorrió con ella las distintas materias que enseñaban en su escuela y finalmente la conversación derivó hacia Historia Argentina. En ese momento, la niña afirmó con absoluta convicción que "Sarmiento viajó a Estados Unidos para transar con los fondos buitres".

Como es de esperar, la abuela quedó atónita. Necesitó unos minutos para reponerse de su asombro y preguntó entonces quién le había contado eso. "La maestra", respondió la niña. Cautelosa, con su mejor tono didáctico, intentó contarle que Sarmiento viajó a Estados Unidos y trajo a varias maestras a la Argentina, con la intención de promover la educación. Además, dijo observando cuidadosamente la reacción de su nieta, en aquel entonces los fondos buitres no existían.

Mi amiga me cuenta que la muchacha la miró piadosamente; y en sus ojos adivinó su pensamiento: "estos viejos no saben nada de Historia". Cómo podía ser que esta anciana se atreviera a contradecir la palabra pronunciada por una maestra de la escuela pública. Entre las dos versiones, la nena ya había elegido la voz oficial. La voz sustentada por el Estado, y por lo tanto, la única verdadera.

La conversación languidecía por el desconcierto de la abuela, perpleja y sin respuestas, cuando para confirmar que Sarmiento era un personaje deleznable, su nieta agregó que "a él no le gustaban los niños. No los quería".

Tengo absoluta confianza en mi amiga S. pero confieso que hubiera dudado de esta historia si no fuera porque un par de años atrás visité el Museo del Bicentenario ubicado a espaldas de la Casa Rosada. Allí encontré el escritorio de Sarmiento, un hermoso mueble tallado en madera. Junto a él, un cartel explicaba que el prócer había importado ese escritorio desde Estados Unidos "confirmando sus preferencias por productos extranjeros y desdeñando a los artesanos argentinos".

Sin saber a quién dirigirme para protestar, desalentado y escéptico, preferí refugiarme en el silencio y caminé hasta el bar más cercano para tomar un café. Y una ginebra. Dicen que el alcohol ahoga las decepciones. Pero es probable que alguien más valiente que yo haya elevado su indignación ya que, afortunadamente, ese cartel fue modificado por otro más "objetivo".

La anécdota de mi amiga con su nieta trajo a mi memoria una carta de lectores publicada en Clarín en junio de 2014 y firmada por Camila Perochena en donde explicaba que el guía de dicho museo afirmó ante un grupo de niños: "Esta no es la silla original de Rivadavia, porque él se robó todo y se llevó la silla a su casa". Refiriéndose a la generación del 80, ese guía afirmó que en esa época los argentinos no tenían "derechos, ni obra social, ni asignación universal por hijo". La autora de esa denuncia, también más valiente que yo, concluía irónicamente que tampoco tenían computadoras ni Fútbol para Todos.

Recordé entonces a los Pioneros Vladimir Lenin, organización creada en 1922 en la Unión Soviética. Los niños llevaban un pañuelo rojo en el cuello y recibían una implacable propaganda que se introducía en sus inocentes cabecitas. A veces confusas porque el hasta ayer glorioso jefe del Ejército Rojo, León Trotzky, se convertía en un miserable traidor. Y el adorado Lunacharsky desaparecía de fotografías a pesar de que todavía no se conocía el Photoshop.

¿Qué le están enseñando a los chicos en las escuelas argentinas? Si Sarmiento era un socio de los buitres norteamericanos, Rivadavia un ladrón y Rosas el adalid de las libertades y de la educación, vamos a tener un problema en los próximos años porque los adultos del futuro serán unos reverendos idiotas.