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lunes, 22 de julio de 2024

Araucanos: La organización británica que defiende y difunde la causa Mapuche

 

The Mapuche Nation, el pueblo originario con sede en Bristol, Inglaterra

El centro de operaciones de la "lucha por la autodeterminación" de los mapuches de Chile y Argentina está ubicado desde 1978 en el nº 6 de Lodge Street, en la ciudad portuaria inglesa. Desde allí abogan por la causa


En el nº 6 de Lodge Street, Bristol, UK, tiene su sede, desde el año 1978, The Mapuche Nation

"El día 11 de mayo de 1996, un grupo de mapuches y europeos comprometidos con el destino de los pueblos y naciones indígenas de las Américas, y en particular con el pueblo mapuche de Chile y Argentina, lanzaron la Mapuche International Link (MIL) en Bristol, United Kingdom", explican las autoridades de esta organización; a saber, Edward James (Relaciones Públicas), Colette Linehan (administradora), Madeline Stanley (coordinadora de Voluntarios),  Fiona Waters (a cargo del equipo de Derechos Humanos), entre otros.

Reynaldo Mariqueo –el único mapuche– hace las veces de secretario general secundado por Dame-Nina Saleh Ahmed, vice secretaria general.

La organización remplaza al Comité Exterior Mapuche que, recuerdan, "opera internacionalmente desde 1978 a partir de su oficina ubicada en Bristol".

El objetivo perseguido es contribuir al pleno desarrollo de los pueblos indígenas y, "en última instancia, conquistar el derecho a la autodeterminación".

Reynaldo Mariqueo es el “werken”, es decir, vocero o representante

Mientras en el sur de nuestro continente, grupos mapuches, como la agrupación Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) o la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), le declaran la "guerra a Argentina y Chile", y protagonizan actos de sabotaje, incendios y amenazas, la MIL explica –en inglés– que "the Mapuche Nation está situada en lo que se conoce como el Cono Sur de Sudamérica, en el área actualmente ocupada (sic) por los Estados argentino y chileno".

"Su identidad como nación autónoma, unida a la conciencia de ser parte de una cultura, una herencia histórica y una espiritual diferentes ha creado un movimiento sociopolítico inspirado en esas aspiraciones comunes", dice The Mapuche Nation.

EL MAPA DE LA MAPUCHE NATION

El territorio ancestral mapuche según la organización con sede en Bristol abarca todo lo que está al sur del Bío-bío (Chile) y al sur del Salado y del Colorado (Argentina)

Lo que según el sitio británico es el "territorio histórico ancestral" de los mapuches abarca la "Pampa and Patagonia of Argentina" y el sur de Chile. Así lo explican:  "La Nación Mapuche está ubicada en el sur de los territorios que hoy ocupan los Estados de Chile y Argentina –afirma la MIL–. Hace un poco más de 130 años su territorio ancestral, y el de otros pueblos originarios aliados, se extendía desde el sur del río Bío-Bío (Chile) hasta el extremo austral del continente, y en Argentina desde los ríos Colorado y Salado hasta el estrecho de Magallanes", agregan.

Y eso no es todo. Para los miembros británicos de la nación mapuche, el territorio ancestral abarca también las islas Malvinas y la Antártida…

Otras actividades del centro de operaciones de Bristol. Aquí, manifiestan contra el gobierno de Chile

En el mismo documento, fijan el año 1860 como el de la "Gran Asamblea Constituyente" en la cual "los más notables representantes del pueblo mapuche" fundaron "un gobierno monárquico constitucional". Y agregan que, "tras la ocupación del territorio del estado mapuche (sic), la Casa Real de dicho gobierno se estableció en el exilio en Francia, desde donde viene operando de manera ininterrumpida desde entonces".

Curiosamente, a la vez que hacen reivindicación de sus derechos ancestrales y su condición "originaria", los mapuches reconocen una dinastía francesa fundada por la ocurrencia de Orélie Antoine de Tounens (1825-1878), un abogado francés y masón que desembarcó en Chile en 1858 y se autoproclamó Rey de la Araucanía y de la Patagonia.

La monarquía mapuche en el exilio: el rey, Jean-Michel Parasiliti di Para o Príncipe Antoine IV, y Su Excelencia Reynaldo Mariqueo, Conde de Lul-lul Mawidha, a cargo de Asuntos Exteriores

"Tanto el gobierno monárquico como el pueblo mapuche en su conjunto jamás han renunciado ni a sus derechos soberanos ni a la restitución de su territorio ancestral", afirman.

La "monarquía mapuche", entonces, además de ser francesa es hereditaria, de modo que sobre los territorios de Araucanía y Patagonia han "reinado" sucesivamente siete soberanos: Gustave-Achille Laviarde o Aquiles I; Antoine-Hippolyte Cros o Antonio II; Laura-Therese Cros-Bernard o Laura Teresa I; etcétera, hasta llegar al actual, Jean-Michel Parasiliti di Para o Príncipe Antoine IV, desde el 9 de enero de 2014.

La organización de Bristol, Reino Unido, tutela los derechos humanos en lo los “territorios mapuches”

La corte de Antonio IV se completa con un "presidente del Consejo del Reino, Su Excelencia Daniel Werba, Duque de Santa Cruz" y con un "miembro del Consejo de Estado y encargado de los Asuntos Exteriores, Su Excelencia Reynaldo Mariqueo, Conde de Lul-lul Mawidha y Caballero de la Orden Real de la Corona de Acero" (y, como vimos, secretario general de The Mapuche Nation en Bristol), entre otros.

El conde Reynaldo Mariqueo, de gira por Europa. Está encargado de las Relaciones Internacionales

Aunque denuncia "invasión", "genocidio", "represión", "espionaje" y otra larga lista de supuestos atropellos por parte de los Estados de Chile y Argentina, la "Nación Mapuche" se pone bajo la protección de un país extranjero y reconocen la dinastía inaugurada por un aventurero.

De hecho, sus territorios ancestrales fueron puestos bajo protección de Francia ya en 1860, lo que claramente implicaba establecer una cabecera de playa de una potencia extranjera en la retaguardia de las jóvenes naciones sudamericanas.

Además de estos documentos fundacionales, de las listas dinásticas y de la historia mapuche, en The Mapuche Nation pueden encontrarse noticias, denuncias y campañas (como una contra el Tratado de Libre Comercio entre Chile y la Unión Europea).


jueves, 27 de julio de 2023

Argentina: Progresistas quiere eliminar el monumento a Roca en Bariloche

Territorio, Estado, capital federal, educación, laicidad: la extensa obra de Roca que sus detractores desconocen

Las iniciativas antirroquistas que periódicamente vuelven a la escena pública revelan, además de falta de patriotismo, una gran ignorancia histórica. También son peligrosas porque ofrecen flancos débiles a toda iniciativa de fragmentación


Julio Argentino Roca (Enrique Breccia)

No se cansan algunos políticos argentinos de intentar desmerecer a sus antecesores -en vez de estudiarlos y tratar de emularlos- y de hacerle el juego a los que ponen en entredicho la legitimidad del Estado argentino que ellos deben administrar y representar. Todo vale a la hora de la demagogia. Uno de los principales blancos de esta manía poco patriótica es el dos veces presidente de la Argentina Julio Argentino Roca.

La última iniciativa en curso es la relocalización del monumento ecuestre que lo recuerda en el centro cívico de Bariloche, con el argumento de que “los pueblos originarios se sienten afectados por la presencia de Roca”...

Por eso es oportuno recordar la trayectoria extensa, multifacética y prolífica de este general y estadista que le dejó al país un legado esencial que hoy se pretende desconocer. A modo de ayuda memoria para aquellos que, a su paso por la administración, sólo dejan un rastro de deconstrucción.


La estatua ecuestre de Roca en Bariloche, constantemente vandalizada

En el momento en que Julio Argentino Roca, destacado militar de profesión, inició su actuación civil -en enero de 1878, cuando el presidente Nicolás Avellaneda lo nombró Ministro de Guerra y Marina en reemplazo del fallecido Adolfo Alsina– en la Argentina había dos grandes problemas irresueltos, obstáculos a la consolidación nacional y al desarrollo del país: la frontera móvil e insegura y el llamado “problema de la Capital”.

Menos de tres años después, el 12 de octubre de 1880, el general Roca asumía por primera vez la presidencia en un país cuyo Estado nacional había extendido su control a un territorio que representa un tercio del total de la actual superficie continental argentina; la Capital había sido federalizada y pertenecía a todos los argentinos y la corriente porteña que deseaba prevalecer sobre el resto del país y usufructuar rentas que debían ser de todos había sido doblegada.

Como se verá, fue la resolución del primer problema la que le dio a Roca la proyección nacional, la autoridad y las herramientas necesarias para resolver el segundo.

En abril de 1878, a sólo tres meses de haber sido nombrado ministro de Guerra por Avellaneda, Roca inicia la campaña del desierto con 6000 soldados, abandonando la táctica militar estática de Alsina. En poco tiempo está concluida.

Soldado de frontera

"La solución de este problema que parecía insoluble y a cuya prolongación indefinida se hallaban resignados la mayor parte de los hombres públicos de entonces, significó para el joven general que la había concebido y ejecutado un título de gloria que lo equiparaba a las primeras figuras de la República", escribe Ernesto Palacio en Historia de la Argentina 1515-1938 (Ediciones Alpe, 1954). "Se comparaba su actuación -agrega Palacio- con la de los gobiernos anteriores, especialmente infortunadas en su política con los indios, lo que había envalentonado a éstos, haciéndolos cada vez más insolentes y agresivos".

En 1872 había tenido lugar una gran invasión del cacique Calfucurá, que se consideraba chileno, y luego una ofensiva de uno de sus hijos, Namuncurá. El botín de esas incursiones y malones era contrabandeado a través de la frontera, donde estaba siempre latente el conflicto territorial con el país vecino.

La campaña al desierto no tuvo por resultado únicamente el poner fin a la inseguridad: fueron liberados centenares de cautivos y desmovilizado el grueso de los efectivos necesarios para el cuidado de la frontera -lo que además puso fin al infortunio del gaucho en los fortines que tan bien describe José Hernández en el Martín Fierro- y fueron incorporadas veinte mil leguas cuadradas de tierras gracias a la consolidación de las fronteras patagónicas.

Un fortín en la pampa

Oriundo de Tucumán, hijo de un coronel que había combatido en la Independencia, educado en el Colegio de Concepción del Uruguay, creado por Urquiza, el joven Roca luchó junto a él en Cepeda y Pavón.

Participó luego en la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay; guerra en la que murieron su padre y dos de sus hermanos, y de la que él regresó con rango de coronel. Luego, como miembro del ejército nacional, combatió contra los últimos caudillos.

Durante la Revolución de 1874 venció al general rebelde José Miguel Arredondo, que respondía a Mitre.

"Un hilo conductor no desdeñable se ve con claridad: Roca aparece siempre del lado del poder nacional", dicen Carlos Floria y César García Belsunce en Historia de los argentinos (Larousse, 1995), como anticipando lo que sería su destino.


Julio A. Roca

El ejército en el cual se ha formado se perfila cada vez más como un instrumento de nacionalización, como la herramienta de la lucha del interior por limitar la supremacía de la capital y nacionalizar los recursos del puerto. Y Roca será el referente de esas aspiraciones.

A su alrededor se irán nucleando intelectuales y políticos de diferentes orígenes: los hombres del Paraná, es decir, los que se habían alineado con la Confederación Argentina cuando Buenos Aires se separó del resto del país, y la que será llamada Generación del 80.

Carlos Pellegrini, Dardo Rocha, José Hernández, el autor del Martín Fierro, y su hermano Rafael, Carlos Guido y Spano, Lucio Mansilla, etcétera. Todos ellos fueron "roquistas". Incluso un joven Hipólito Yrigoyen se alineó con Roca en aquel último episodio de la resistencia porteña.


Apoyos de Roca en el 80: (arriba, de izq a der) Carlos Pellegrini, Carlos Guido y Spano, Dardo Rocha; (abajo) Hipólito Yrigoyen, José Hernández y Lucio V.Mansilla

Hasta la llegada de Roca al poder, en 1880, los presidentes argentinos eran tratados por los porteños como huéspedes en Buenos Aires; eran intrusos. A Sarmiento le pusieron palos en la rueda; a Avellaneda no cesaban de humillarlo. Hacia el fin del mandato de este último, Bartolomé Mitre se preparaba para controlar la sucesión, elegir el candidato y preservar así los privilegios de Buenos Aires, para lo cual ya había separado a la provincia del resto del país luego de promulgada la Constitución.

Pero surge entonces el tremendo obstáculo de la proyección nacional adquirida por el joven general Roca y la voluntad de muchas provincias de respaldar su candidatura.

Cuando el mitrismo percibe la dimensión del peligro, entra en pánico y no duda en apelar a todos los recursos contra el presidente en ejercicio, Avellaneda, y su candidato, Roca: difamación, boicot, amenazas, amedrentamiento; todo mientras se arma ostensiblemente, dispuesto a defender con violencia sus privilegios.

Junto con la candidatura de Roca viene el proyecto de federalización de Buenos Aires, teorizado por Alberdi, promovido por Avellaneda y encarnado por el jefe de la campaña del desierto, puesto que es una de las principales aspiraciones de las provincias que lo respaldan.


El presidente Nicolás Avellaneda era objeto de todo tipo de destrato, como “huésped” de los porteños. Con el respaldo de Roca, envió al Congreso la Ley que convertía a Buenos Aires en capital federal, separándola de la provincia

Los detalles de esos delirantes meses del año 80, desde la definición de las candidaturas hasta el triunfo de Roca, previa federalización de Buenos Aires, están relatados de un modo apasionante por Jorge Abelardo Ramos en Del patriciado a la oligarquía (tomo II de Revolución y contrarrevolución en la Argentina); y publicamos algunos extractos en: La feroz lucha que debió librar Roca en 1880 para asumir la presidencia

Contra la imagen que se nos transmite, el año 1880 no fue una sucesión tranquila entre miembros de una elite homogénea y unida en torno a los mismos intereses. Esa es una visión deformada por una historia oficial de impronta mitrista que ha querido borrar la triste actuación de Bartolomé Mitre en esa coyuntura. La realidad es que hubo un enfrentamiento de sectores que encarnaban intereses distintos; unos eran la parte, la facción, y otros representaban el todo. Y eso es lo que encarnaba Roca. Para hacer respetar la voluntad del Congreso de federalizar Buenos Aires y la voluntad de las provincias que lo habían elegido presidente, Roca tuvo que entrar a sangre y fuego a una capital en pie de guerra.

En síntesis, frente a la victoria de Roca en las presidenciales -con el apoyo de todo el interior, excepto Corrientes-, el partido porteño optó por desconocer el resultado y levantarse en armas. Roca aplastó esa rebelión. Fue la última. Los combates, en Barracas, Puente Alsina y Plaza Constitución, dejaron 3.000 muertos. Pero Buenos Aires fue por fin declarada distrito federal y capital de todos los argentinos.

Esa decisión, impuesta a la ciudad rebelde por todo el país, fortaleció al Estado y eliminó un factor que estaba en la base de las tendencias centrífugas que ya se habían manifestado fuertemente en los años previos.

El todo fue superior a las partes y la unidad nacional se vio fortalecida. Fue obra de la generación del 80. Y en particular de Roca, el hombre que hizo efectiva la autoridad del Estado sobre todo el territorio nacional; elemento indispensable en la construcción de la Nación.

En 2014, al cumplirse 25 años de la publicación del ya clásico Soy Roca, de Félix Luna, una biografía en primera persona que pronto se volvió bestseller, su hija, Felicitas Luna, recordó que el libro fue escrito en 1989, año de la crisis final del gobierno de Alfonsín, un momento de incertidumbre y de necesaria reflexión, en el cual despertaba interés la figura de Roca como constructor. Era un momento iniciático en cierto modo, la democracia llevaba poco tiempo de recuperada. Todo estaba por hacerse.

El tiempo ha pasado, la democracia está consolidada, pero el país sigue sin rumbo claro y una concertación en torno a consensos básicos entre todos los argentinos parece muy difícil de alcanzar. No estaría de más que los aspirantes a dirigir el país se inspiraran en la actuación de Roca en aquel momento fundante del Estado nacional.

Volviendo a la coyuntura del 80, hay otras lecciones que sacar. Domingo Faustino Sarmiento, por ejemplo, no respaldó la candidatura de Roca y en el conflicto con Mitre intentó permanecer “neutral” con la esperanza de poder terciar en la discordia y convertirse en el candidato del consenso. Roca no tenía la mejor opinión de él; sin embargo, ya como presidente, lo convocó, lo nombró Superintendente de Escuelas y promovió su proyecto de ley de educación pública. Las ideas educativas de Sarmiento conocieron su mayor concreción durante la presidencia de Roca: creación del Consejo Nacional de Educación, convocatoria al Primer Congreso Pedagógico, promulgación de la Ley 1420 de Educación Común (escuela primaria obligatoria, gratuita y laica) y creación de 600 escuelas. Una política que consolidó la identidad de los argentinos y favoreció la asimilación de los inmigrantes.

Roca es un blanco curioso para una corriente iconoclasta que se pretende nacionalista y antiimperialista pero ataca al constructor del moderno Estado nacional argentino. Ni hablar de la fiebre laicista que ha prendido en estos mismos sectores –antirroquistas en nombre de la entelequia de una “nación originaria”– que parecen ignorar que la laicización del Estado argentino, es decir, su modernización, también fue obra de Roca. Bajo su presidencia se promulgó la Ley de Registro Civil.

El cacique Pincén

A ello se suma la Ley de Moneda Nacional (que permitió tener un sistema unificado de moneda hasta entonces inexistente), la fundación de la capital bonaerense y la creación del municipio de la Capital con Intendente y Concejo Deliberante y la creación de los Territorios Nacionales de La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chaco y Formosa, que más tarde serían provincias. Más importante aún -y vinculado a la campaña del desierto- la firma del Tratado de Límites con Chile, en 1881, que consagraba el dominio argentino sobre la Patagonia y da origen a los territorios de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

La furibunda campaña antirroquista de los últimos años, ha reducido la obra de Julio Argentino Roca, dos veces presidente de la Argentina (1880-1886 y 1898-1904), a la Conquista del Desierto, anacrónicamente presentada como un genocidio, a la vez que otras políticas y realizaciones de su gestión son ensalzadas sin mencionar su autoría: la federalización de Buenos Aires, la derrota del porteñismo, la educación pública, e incluso la laicización del Estado que hoy tantos progresistas invocan como si no existiera ya.

Roca lo hizo, hace más de un siglo.

[Las acuarelas que ilustran esta nota son obra de Enrique Breccia]


lunes, 19 de agosto de 2019

Espionaje: Henri Déricourt, el doble agente

SOE: El Caballo de Troya

Weapons and Warfare



Henri Déricourt después de su arresto en 1946.


Después de la Segunda Guerra Mundial, el interrogatorio de los funcionarios alemanes proporcionó evidencia de que Déricourt era culpable de proporcionar información a Abwehr y la Gestapo que llevaron al arresto y la ejecución de varios agentes, entre ellos Noor Inayat Khan, Vera Leigh, Yolande Beekman, Eliane Plewman, Diana Rowden , Gilbert Norman, Jack Agazarian y Francis Suttill.

En noviembre de 1946, Déricourt fue arrestado por las autoridades francesas pero no compareció ante el tribunal hasta junio de 1948. En el juicio, Nicholas Bodington declaró que había estado a cargo de todo el trabajo de Déricourt en el campo. Admitió que sabía que Déricourt estaba en contacto con los alemanes, pero que no se había revelado ninguna información importante.

Durante el juicio, el consejo de defensa argumentó que, aunque la fiscalía podía aportar numerosas pruebas indirectas sospechosas contra Déricourt, en realidad no podían atribuirle ningún acto definitivo de traición. En gran parte sobre la evidencia proporcionada por Nicholas Bodington, Déricourt fue absuelto.

Cuando Jean Overton Fuller entrevistó a Déricourt para su libro, Double Agent, le dijo que los líderes del Ejecutivo de Operaciones Especiales sabían que la Gestapo había penetrado en la organización y que hombres y mujeres fueron sacrificados deliberadamente para distraer su atención de los aterrizajes planeados. en sicilia y normandia.

Se informó que Henri Déricourt fue asesinado en un accidente aéreo mientras volaba sobre Laos el 20 de noviembre de 1962. Su cuerpo nunca fue encontrado y algunos escritores han afirmado que su muerte fue falsificada para permitirle comenzar una nueva vida con otro nombre. .

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Los meses de otoño e invierno de 1942–3 fueron inesperadamente solitarios para Léon Doulet, el piloto de Air France que había viajado a Gran Bretaña con Déricourt. En septiembre, después de una semana en un hotel desaliñado cerca de la estación Victoria, él y Déricourt se separaron el uno del otro. Doulet fue trasladado a un establecimiento de cama y desayuno aún más desaliñado, donde vivió solo en la extraña ciudad durante los próximos cuatro meses. No tenía idea del paradero de Déricourt. Doulet había presumido que ambos estaban bajo la autoridad del Ministerio del Aire, pero ni ellos ni nadie más podrían o le dirían nada sobre Déricourt. Doulet encontró la indiferencia británica muy deprimente. Habiendo recorrido todo este camino para volar, no podía entender por qué lo estaban ignorando. En tres ocasiones, dos veces en octubre y nuevamente en noviembre, Déricourt se contactó con Doulet por teléfono y organizó una cita en Piccadilly Circus. En su primera reunión, tomaron una copa en un pub cercano y Doulet criticó su estado de abandono. Déricourt lo escuchó con simpatía, pero no había nada que pudiera hacer. En contraste con Doulet, Déricourt parecía haber encontrado alguna ocupación, aunque no reveló qué era eso ni dónde se alojaba. Finalmente, cuando Doulet lo presionó sobre esto, Déricourt insinuó que se estaba quedando con una ex novia. No había, por supuesto, ninguna novia y Doulet lo sabían, pero él lo dejó así. Mencionó que nadie en BOAC parecía saber nada sobre Déricourt, pero Henri no hizo ningún comentario.

Era sorprendente que Déricourt pudiera caminar por las calles con impunidad, cuando todo lo que se sabía sobre él en ese momento debería haber sido suficiente para garantizar que estuviera internado durante el tiempo. Era un conocido vendedor negro con asociados en la llamada mafia corsa (Doulet al menos lo sabía, al igual que los estadounidenses en Marsella); El MI5 recibió informes a finales de año de que Déricourt había sido visto en compañía de alemanes en la zona ocupada (esto también habría llamado la atención de Dansey); y, como Dansey se conocía a sí mismo después de sus propias investigaciones, Déricourt no era la persona que afirmaba ser, y de hecho era un mentiroso muy hábil. En pocas palabras, tenía todas las características del tipo de persona que los alemanes habrían deslizado en la Línea Pat para fines de espionaje. (Se ha especulado que este fue realmente el caso. Pero los archivos alemanes contradicen esa opinión). Sin embargo, lejos de estar internado, Déricourt ya tenía un empleo remunerado.

La próxima vez que Doulet se reunió con Déricourt, Henri lo llevó a un lujoso apartamento que compartían los dos belgas con los que habían navegado a bordo del Tarana. Se les unió un "oficial de inteligencia inglés llamado FRANCIS, que fue muy brillante". FRANCIS le preguntó a Doulet si alguna vez había estado en París desde la ocupación. "Por supuesto", respondió, "muchas veces". Luego se le preguntó si estaba preparado para hacer un trabajo secreto. Doulet declinó. Había venido a Gran Bretaña a volar y eso era todo lo que quería hacer. La reunión terminó amigablemente y Doulet partió. De inmediato se le hizo evidente que Déricourt estaba involucrado de alguna manera con la "inteligencia británica" y que probablemente iba a regresar a Francia. Se reunieron en otra ocasión, en la que Déricourt le advirtió que se mantuviera en silencio sobre la reunión con FRANCIS y su regreso a Francia.

Déricourt había estado trabajando con el MI6 durante casi un mes. Una vez que salió de la Royal Patriotic School y fue separado de Doulet, fue trasladado a la Sección IV del MI6, la rama de Inteligencia Aérea, donde respondió preguntas sobre la aeronave que había volado como piloto de pruebas en Marsella. sabía sobre la participación de la industria aeronáutica francesa en las manufacturas alemanas, hizo listas detalladas de los nombres de los pilotos franceses y su empleo actual (Déricourt había sido un funcionario menor del sindicato de pilotos de líneas aéreas francesas) y describió la información que había transmitido a los estadounidenses durante el verano. Déricourt también repitió la sorprendente revelación de que conocía a un oficial de alto rango en inteligencia alemana, con base en París.

Ese tipo de información tenía poco interés para la Sección IV, pero era algo que le interesaba a Dansey. Una vez más, esta importante pieza de inteligencia no fue comunicada al MI5. Déricourt había sido alojado en una dirección secreta en Londres, conocida solo por Dansey o uno de sus contactos, y permaneció aislado hasta que surgió la oportunidad adecuada de usarlo.

Todo lo que hizo Dansey estaba envuelto en un secreto impenetrable, los por qué y los recursos a menudo insondables en ese momento, pero más tarde revelaron una lógica fría. Como Jefe Adjunto del MI6, tenía la libertad de dirigir sus propias operaciones privadas, respondiendo a nadie más que a Stewart Menzies, y luego no siempre con total franqueza. Sus modales, tanto encantadores como terriblemente vitriólicos, aseguraron que no hubiera ninguna indagación sobre la naturaleza precisa de su trabajo. Obtuvo nuevos agentes a un ritmo alarmante y fue reputado en los niveles más mundanos del servicio para dirigir su propio ejército privado, al menos, a juzgar por sus reclamos de gastos legendarios. Dansey disfrutó de una relación singularmente estrecha con todos sus agentes, que era otra cosa que lo diferenciaba de sus colegas. El "tío Claude" hizo que sus agentes sintieran que pertenecían a una comunidad extremadamente exclusiva, que estaba profundamente agradecida por su inestimable trabajo. Dansey tenía un profundo y genuino afecto por sus agentes.

No estaba enamorado de las formas más técnicas de recolección de inteligencia como la fotografía aérea. Prefería al hombre en el lugar, al agente, al agente humano, con todas las virtudes y los vicios que lo acompañaban. Para muchos hombres jóvenes en el servicio, esta obsesión con el "agente" parecía positivamente arcaica, pero le costó mucho convencerlo de que había una mejor manera de hacer las cosas.

Debe recordarse que Claude Dansey era un hombre de 66 años, que había estado al servicio en la última de las guerras coloniales, había trabajado tanto en el MI5 como en el MI6 durante la Gran Guerra y que había fundado la Organización Z. Lo había visto todo y lo sabía al revés, y había pocos que lo contradijeran. Ciertamente no es su jefe. Dansey tenía talento para atraer lo mejor, lo más desagradable y, a menudo, el criminal más cruel a su mundo de espionaje, y también para extraer la lealtad absoluta de aquellos a quienes empleaba.

También poseía un don para tener al hombre adecuado en el lugar correcto, alguien cuya posición única podría ser explotada con el mínimo de manipulación. Tenía un interés particular en las personas que eran bien conocidas por el enemigo. Las personas que habían trabajado para el enemigo o que actualmente estaban trabajando para ellos eran una mercancía extremadamente valiosa, Dansey reconociendo que alguien que ya había establecido sus credenciales tenía mucho más valor en el sistema que encerrado y a merced de la Rama Especial. Déricourt tenía precisamente esas calificaciones, con la distinción añadida de que sus contactos eran con el ubicuo espectro nazi, el Sicherheitsdienst.

A finales de 1941, los descifradores de códigos británicos en la Escuela de Cifrado y Códigos del Gobierno (GC&CS) habían roto los códigos ENIGMA de Abwehr, los códigos secretos de la inteligencia militar alemana. Desde entonces, habían estado leyendo con éxito las comunicaciones de señales de Abwehr, un premio mucho mayor que cualquier otra cosa que los agentes de Dansey pudieran entregar. Los británicos también habían roto los códigos ENIGMA del ejército alemán, la fuerza aérea y la marina. La información que se extrajo de los códigos ENIGMA, conocida como ULTRA, fue la ventaja de inteligencia británica más importante de la guerra. Quizás el material ULTRA más valioso se refirió a las operaciones de inteligencia alemana en Gran Bretaña y las operaciones de contrainteligencia contra agentes británicos en Europa, no solo agentes del MI6, sino cualquier agente británico. Pero esta inteligencia, por invaluable que fuera, solo se refería a las operaciones realizadas por el Abwehr. El único y único código ENIGMA utilizado por la inteligencia alemana que desafió a los descifrados de Gran Bretaña durante la guerra fue el utilizado por el Sicherheitsdienst - Key TGD, conocido, algo engañoso, como el "Enigma de la Gestapo". Esta despiadada y extraordinariamente exitosa organización de inteligencia nazi había desafiado todos los intentos británicos de penetración, su oscuro funcionamiento interno era un completo misterio. Déricourt, si fue explotado con cuidado, podría ser una clave para desbloquear algunos de los secretos del SD.

Vale la pena desviarse por un momento para reflexionar sobre el precio de ULTRA. Los jefes de inteligencia británicos apreciaron rápidamente lo inestimable que sería ULTRA para el esfuerzo de guerra británico, y por esa razón se hicieron grandes esfuerzos para proteger esa ventaja. Nunca se realizó ninguna operación que pudiera haberle indicado al enemigo que sus comunicaciones estaban siendo monitoreadas. En consecuencia, la manipulación de ULTRA fue muy crítica; el acceso al mismo estaba muy restringido y prácticamente a discreción de "C". El acceso de SOE al material ULTRA fue, como cualquier otra organización operativa, estrictamente en su "necesidad de saber". La pregunta que uno podría plantearse es: ¿cuáles eran las necesidades mayores, SOE o MI6?

Pero en los meses de otoño de 1942, el acceso de la SOE a ULTRA fue el menor de sus problemas. Su mayor preocupación era su relación con la RAF. El transporte de agentes dentro y fuera de la Europa ocupada se logró con más éxito mediante aeronaves, y para este propósito la RAF había establecido los escuadrones de "Deberes Especiales". En 1940 se estableció un solo vuelo (419) para los fines del MI6. Luego, en 1941, se reformó en el Escuadrón 161 y luego se unió el Escuadrón 138. Estaban equipados con Hudsons, Halifaxes, Oxfords, los ocasionales Beaufighter y, por supuesto, el notable Lysander. El Hudson y el Lysander fueron diseñados para aterrizar en franjas cortas y ásperas, generalmente un prado en algún campo extranjero, donde los agentes podrían ser abatidos y otros recogidos y devueltos a casa. El MI6 siempre ha expresado una preferencia por la recogida de Lysander donde el SOE prefiere caídas. Sin embargo, en 1942, la SOE había llegado a la idea de la recogida, a pesar de que la operación era mucho más complicada.

Era necesario tener a alguien con conocimiento del tipo correcto de campos para que estos aviones aterrizaran, para comunicar las coordenadas correctas de los mapas a Londres, para organizar y transportar a los agentes que iban de regreso al campo, para colocar correctamente un destello. camino seguro de los árboles y los pantanos, y luego para alejar a los agentes entrantes.

A medida que las SOE se expandían en el norte de Francia, presionaron a la RAF para obtener más vuelos. Pero a medida que aumentaba el número de operaciones fallidas, la tensión comenzó a mostrarse en los memos sarcásticos de la RAF.

Es muy desafortunado que los intentos de los pilotos del Escuadrón No. 138 para llevar a cabo esta operación se hayan visto frustrados por la ausencia de un comité de recepción. La operación se solicitó de buena fe con la creencia de que el comité estaría esperando recibir personal y tiendas ...

... se espera que [en el futuro] el Ministerio del Aire y el oficial al mando de la RAF Station Tempsford tengan suficiente confianza en la organización [SOE] para creer que si estamos realizando la operación, existe una posibilidad razonable de que el comité de recepción desempeñe su función. parte.

La RAF amenazó, y no por última vez, a cancelar todos los vuelos para SOE. Y luego, con un tiempo milagrosamente bueno, la solución a los problemas de SOE en Francia se hizo presente.

Durante la tercera semana de noviembre, el nombre Henri Déricourt fue llamado su atención. Al final de la semana, se había enviado a Maurice Buckmaster, jefe de la Sección Francesa de SOE. A Buckmaster le gustó el aspecto de lo que vio en el papel y puso un rastro al MI5, cuya respuesta se recibió el 23 de noviembre. Mientras tanto, Déricourt fue invitado al hotel Northumberland para ser entrevistado por Selwyn Jepson, uno de los oficiales de reclutamiento de la Sección F. Déricourt tenía las calificaciones más fabulosas: tenía un buen conocimiento de primera mano de aviones similares al Lysander y los había aterrizado innumerables veces en franjas de campo muy rudimentarias; conocía bien el campo alrededor del Loira; y conocía muy bien París. Pero Jepson estaba allí para aprender sobre el carácter del individuo, así como sus calificaciones, y había una arrogancia sobre Déricourt que era algo inquietante. Cuando Buckmaster recibió el archivo MI5 en Déricourt fue una gran decepción, no era lo que quería ver. Afirmó que, aunque el RPS le había dado una factura de salud limpia, ellos (MI5) no lo recomendarían.

Aunque el MI5 todavía tenía la falsa impresión de que había sido piloto de Air France en Siria, una historia que mantuvo incluso mucho después de la guerra, sus sospechas se basaban en la suposición de que Déricourt había pasado por Francia antes de venir a Gran Bretaña, y ese hecho solo le hizo un riesgo dudoso. Porque si los alemanes supieran que estaba destinado a Gran Bretaña, "[Déricourt] habría sido un tema probable para la atención alemana ... [y por lo tanto] ... no creemos que [él] pueda ser eliminado desde un punto de vista de seguridad".

No hay duda de que si el MI5 hubiera aprendido lo que Dansey ya sabía, que toda su historia fuera una fabricación completa, entonces el nombre de Déricourt no se habría acercado a SOE. Así las cosas, ya sentían que no era digno de confianza. ¿Estaba Dansey simplemente siendo negligente en no transmitir lo que sabía sobre el francés, o había alguna otra razón para su silencio?

Entonces alguien habló en nombre de Déricourt. Nicholas Bodington se había enterado de que su viejo amigo de París estaba siendo considerado para trabajar dentro de su sección. Inmediatamente declaró que conocía al hombre personalmente y no dudaría en contratarlo. "Déricourt es un material de primera clase!" La recomendación extremadamente oportuna de Bodington contribuyó en gran medida a suprimir cualquier reparo.

Pero las calificaciones de Déricourt eran, de hecho, tan irresistibles que realmente no había ninguna duda seria sobre emplearlo. Buckmaster y sus colegas de alto nivel, Gerry Morel, Bourne Patterson y, por supuesto, Bodington, eran de una sola opinión: Déricourt era la respuesta a sus oraciones. Sin embargo, esos sentimientos no fueron de ninguna manera universales. A Vera Atkins, cuya opinión siempre fue muy valorada, se le pidió que fuera a ver a Déricourt y luego a informar.

Cuando lo vi, mi corazón se hundió porque sentí que no era un hombre en el que pudiera confiar. Por qué tuve esa impresión, no lo sé, pero supongo que uno resume a las personas a su manera. Posiblemente fue su actitud ligeramente burlona, ​​tal vez porque no parecía mirarse directamente a la cara; pero regresé y dije que no me gustaba y que no iba a confiar en él.

Lamentablemente, en esta ocasión, los "instintos" de Atkins fueron ignorados. Déricourt se unió a la SOE el 1 de diciembre y comenzó un programa de capacitación extremadamente específico y condensado.

Sin embargo, la llegada de Déricourt a SOE fue mucho más complicada de lo que se ve en la cuenta anterior, de hecho, existe una gran opacidad en el registro oficial sobre su reclutamiento. En general, se consideró que la persona que llamó la atención de SOE a Déricourt era "... probablemente André Simon". Simon era una conjetura lógica, ya que era el responsable del enlace entre la Sección F de SOE y la rama de Air Intelligence relacionada con la organización de los vuelos de los escuadrones de Deberes Especiales. Déricourt alentó este punto de vista al afirmar más tarde que había estado en la RAF, volando con el escuadrón de Deberes Especiales cuando fue "talento descubierto" por Simon. Déricourt incluso fabricó su registro de vuelo para apoyar esa historia. En Francia, un piloto que hizo deliberadamente entradas falsas en su registro de vuelo enfrentó un gran riesgo de perder su licencia. Claramente, Déricourt sintió que era un riesgo que valía la pena tomar. Cuando salió de Marsella en agosto, las autoridades de Vichy acababan de certificar su registro, que se situó en 3658 horas de vuelo y 94,5 horas de vuelo nocturno. Luego, una o dos páginas más tarde, comenzando el 6 de noviembre de 1942, Déricourt llenó veinte páginas de su registro agregando no menos de 150 vuelos diurnos, un total de 1243 horas y sesenta y ocho vuelos nocturnos que totalizan 192 horas; todo aparentemente con el escuadrón 161 de la RAF. Ninguno de esos vuelos tuvo lugar. Fue un invento de proporciones asombrosas.
De hecho, Déricourt estaba oficialmente en la RAF. El 1 de diciembre, el día en que se inscribió en el SOE, se le otorgó una comisión honorífica como Oficial de Vuelo en la Rama de Administración y Funciones Especiales de las Reservas de Voluntarios de la RAF. Era un requisito técnico de la SOE que todos sus oficiales tuvieran que tener un rango oficial en algún otro servicio británico. Pero Déricourt nunca realizó una sola misión para la RAF, y André Simòn no fue el hombre que lo llamó la atención de la SOE. A pesar de lo que el estado de los archivos de SOE, los altos funcionarios de SOE recuerdan que el nombre de Déricourt llegó a Baker Street a un nivel mucho más alto.

A mediados de noviembre, el Comodoro Aéreo Archie Boyle entregó un archivo delgado a su superior inmediato (el entonces Mayor General) Colin Gubbins, con el resumen más breve de los detalles de Déricourt. Una vez que Gubbins lo había leído, se lo pasó a su ayudante, Harry Sporborg, quien lo dejó gravitar hacia la Sección F. ¿Quién, uno podría preguntarse, trajo el nombre de Déricourt a la atención de Archie Boyle en primer lugar?

El fondo de Air Commodore Boyle fue Air Intelligence. Después del estallido de la guerra, se asoció con la División B del MI5, la sección responsable de todo el trabajo de contraespionaje en el Reino Unido. A fines de 1939, la División B había logrado "convertir" a varios agentes de Abwehr y hacer que trabajaran para Gran Bretaña. Para operar con éxito a los agentes dobles, la División B necesitaba un buen suministro de información secreta o altamente confidencial que el agente "convertido" pudiera transferir al enemigo, junto con material falso o engañoso, para que no fuera sospechoso. Este material genuino tenía que ser de una calidad bastante alta y tendría que soportar la probabilidad de ser revisado. Boyle quedó fascinado con el trabajo de la División B y ofreció, sin ninguna autoridad oficial, una selección de inteligencia genuina de su dominio en el Ministerio del Aire.

Para 1940 el trabajo de correr agentes dobles se había vuelto más complicado. No solo había más agentes para dirigir, sino que varios de ellos operaban en el extranjero y las operaciones en el extranjero eran técnicamente responsabilidad del MI6. Se hizo necesario establecer una nueva sección que coordinara las operaciones entre el MI5 y el MI6 y proporcionara un control adecuado sobre el material que se estaba pasando al enemigo. En julio de 1940, se creó la Junta Inalámbrica, un panel elevado de oficiales de inteligencia superiores, formado por Guy Liddell de MI5 (que también era el Director de la División B), Stewart Menzies (ya veces Claude Dansey) de MI6, John Godfrey el Director de Inteligencia Naval, el Director de Inteligencia Militar, y Archie Boyle. Durante este período, Boyle mantuvo relaciones muy estrechas con Menzies y Dansey y, aunque nunca se preocupó por el "tío Claude", no obstante, admiraba su perspicacia.

En junio de 1941, Boyle se convirtió en el Director de Inteligencia y Seguridad de la SOE y fue un activo magnífico para la organización en ese rol. Utilizó sus buenas relaciones dentro de la comunidad de inteligencia para lograr un alto nivel de enlace con el MI6 y el Servicio de Seguridad. Fue desde el MI6 que Boyle recibió el nombre de Déricourt.

Boyle era un hombre astuto y extremadamente inteligente, pero no hay pruebas de que le hubiera dado su recomendación a un candidato potencialmente inadecuado como Déricourt, a menos que, como MI5, él también hubiera sido engañado. No había más de tres oficiales dentro del MI6 que incluso conocían la existencia de Déricourt; uno estaba en Gibraltar, otro era Kenneth Cohen y el otro era, por supuesto, Claude Dansey. Dansey no solo logró deslizar a Déricourt en SOE, sino que también logró disfrazar su propia mano.

Antes de acercarse a SOE, le dijeron a Déricourt que lo enviarían a una sección del MI6 que se especializaba en operaciones de sabotaje, llamadas "operaciones especiales". En una declaración jurada ante el DST en 1946, Déricourt escribió:

Fui transferido a SOE, una unidad especialmente preocupada por el sabotaje. Este servicio, como todos los servicios aliados en ese momento, estaba controlado por SIS (MI6). Entré en un compromiso adicional, a través de André Simon, sobre el secreto de mi trabajo.

En una versión revisada de esta declaración, hecha en 1947, eliminó de forma circunspecta la referencia al MI6.

Parecería, también por otras pruebas, que André Simon estaba al tanto de los vínculos de Déricourt con el MI6. Aunque su nombre suena francés, Simon era completamente inglés y, de hecho, hablaba muy mal el francés. Era el hijo del famoso comerciante de vinos y tenía un estilo de vida bastante cómodo, con un lugar en el país donde vivía su esposa y un apartamento en la ciudad donde solía estar durante doce meses al año. Compartiendo el departamento con él, había otra mujer a la que mantenía en secreto de su esposa, pero aparentemente no de sus colegas de SOE.

Durante las semanas antes de que Henri fuera enviado a Francia, él y Simon se hicieron buenos amigos. De hecho, había un trío de bon-livesurs que se reunirían en el piso de Simon en Harley Street para probar su excelente colección de añadas de antes de la guerra, el otro miembro era Nicholas Bodington. Bodington, mejor que nadie, conocía la conexión de Déricourt con la inteligencia alemana, ya que era el hombre que le había presentado a Boemelburg en primer lugar. En la conversación, Déricourt y Bodington siempre se referían a Boemelburg no por su nombre sino por el sobrenombre de "notre ami". Bodington también estaba al tanto de la conexión secreta de Déricourt con el MI6, y fue el único que sufrió por ello.

Había alguien más en SOE que sospechaba una relación con MI6. El representante de Gubbins, Harry Sporborg, había sido abogado de la firma municipal Slaughter and May y había estado involucrado inicialmente con las operaciones de SOE en Escandinavia. Más tarde se convirtió en jefe del Grupo de Londres de SOE, la dirección responsable de todas las operaciones en el norte de Europa, y también fue el principal secretario privado para los asuntos de SOE ante el Ministro. Sporborg fue diputado de Gubbins mientras que fue Jefe de Operaciones y más tarde cuando se convirtió en Jefe de SOE. Los detalles iniciales sobre Déricourt que Boyle trajo a la oficina de Gubbins no fueron de preocupación inmediata. Sin embargo, cuando Sporborg leyó una transcripción de una de las entrevistas iniciales de Déricourt, escuchó el primer timbre de campanas de alarma. Déricourt, bajo la impresión de que estaba hablando con otro oficial del MI6, una vez más declaró a sus contactos en la inteligencia alemana. Según Sporborg,

Surgió durante el interrogatorio inicial antes de que se comprometiera. Creo que lo presentaría como una ventaja, como algo que podría aportar, como un punto a favor. Que él podría obtener información para nosotros, mientras que otros no podrían. Eso fue golpeado en la cabeza y le dijeron que no se esperaba que hiciera nada de ese tipo.

Al principio, Sporborg simplemente dudaba de la idoneidad del hombre para un papel sensible como el que tenía la Sección F en mente. Más tarde, sin embargo, sus dudas fueron reemplazadas por una oscura sospecha de que Déricourt tenía otras lealtades. La cuenta de Sporborg de la declaración de Déricourt ha sido constantemente negada por aquellos que tienen los registros.

Estas declaraciones de Déricourt parecen indicar que no era tan seguro de sí mismo como lo han hecho aparecer los informes. Al menos, no en compañía de altos funcionarios. Repitió este detalle sobre sus contactos alemanes en al menos tres ocasiones (a su llegada a Air Intelligence y luego a SOE), asumiendo, como hicieron tantos franceses, que simplemente había un gran conglomerado amorfo llamado "Inteligencia Británica". (Ni a los franceses ni a los alemanes se les ocurrió que SOE y el MI6 eran entidades separadas). Cuando llegó a Gran Bretaña, Déricourt supo que se enfrentaba a un posible internamiento (sin duda, incluso Dansey lo amenazó con él), pero también sabía que el conocimiento de las cifras en la inteligencia alemana era una moneda con la que podía negociar. Pasado de un alto oficial británico a otro, Déricourt nunca supo con quién estaba hablando en ningún momento. Eventualmente, él aprendería a ser más prudente.

Claude Dansey había arrancado a Déricourt de la corriente de vida desagradable que inevitablemente arrasaba las costas de Gran Bretaña en tiempos de guerra. Luego disfrazó la verdad de los orígenes del hombre desde el MI5 y ofreció sus servicios a una organización que sabía que era demasiado ingenua y confiada para detectar una "falta" cuando la veía, pero al mismo tiempo no era tan ingenua como para no habría sospechado de un regalo de Dansey. En consecuencia, y con la connivencia de Déricourt, disfrazó cuidadosamente su propia mano en la transacción.
¿Por qué hubo tanto engaño entre los servicios secretos británicos? ¿Por qué los oficiales de la Sección F como Bodington y Simon no informaron a sus superiores en SOE lo que sabían sobre Déricourt? ¿Se sentían responsables ante alguna autoridad superior?

Vera Atkins fue el único oficial de la Sección F que expresó reservas sobre Déricourt y, solo para agregar grano a su molino, Déricourt hizo el pedido irregular de que se le dieran algunos diamantes para complementar sus operaciones planeadas en Francia. Los diamantes, le aseguró, estaban actualmente en una prima en el París ocupado. Atkins se dio cuenta de que esto era la prueba descarada de un vendedor negro endurecido. Cuando ella protestó ante Buckmaster y compañía, sus objeciones fueron anuladas y Déricourt obtuvo sus diamantes. La Sección F no pudo esperar para ponerlo en el campo.

El 5 de diciembre fue conducido a la RAF Tempsford para ser presentado a algunos de los pilotos que iban a volarle en Francia. Uno de ellos fue el joven Hugh Verity. Acababa de ser transferido de la sede del Comando de Combate al Escuadrón 161 y él mismo estaba aprendiendo sobre el Lysander. Con el tiempo, Verity se convertiría en Líder de Escuadrón y, más tarde, en Capitán de Grupo, pero durante ese diciembre tan húmedo todavía era un Teniente de Vuelo de 24 años, graduado de Oxford, habla español y francés con fluidez, con algunas semanas de entrenamiento en Lysanders. Él y Déricourt lo golpearon de inmediato. Para Déricourt, RAF Tempsford era como un hogar lejos de casa. La sociedad de pilotos, docenas de extrañas aeronaves nuevas para explorar, incluso el olor a combustible de aviación hizo un cambio bienvenido de todas las presiones en Londres. Déricourt comenzó a relajarse y resurgió un poco de su antiguo y agradable encanto. Para Verity, Déricourt fue una figura de cierta fascinación. Era diez años mayor que él y claramente un piloto extremadamente experimentado. Pero además de su experiencia obvia, también había un aire de intriga sobre él.

Déricourt le contó a Verity algunas historias bastante altas. Por ejemplo, que solía ganar £ 300 a la semana como piloto de acrobacias con un equipo acrobático, mientras que en los días del circo volador casi nunca tenía dinero suficiente para pagar el combustible. Afirmó tener un apartamento en París, que no tenía; que él era el alcalde de un pequeño pueblo en Francia; y que había escapado de Francia haciendo trekking a través de los Pirineos. Bueno, los muchachos en el Escuadrón 161 ciertamente se lo llevaron. Él no era uno de tus "joes" típicos (el término que usaban para los agentes), realmente era uno de ellos, alguien que tenía una apreciación genuina de los peligros involucrados en su trabajo. Su humor taciturno desmentía un sentido de cuidadosa responsabilidad y confiabilidad. Los cuentos del circo volador, o de sus "aventuras" en la Guerra Civil Española, le hicieron ganar regularmente bebidas en el desorden de los oficiales: un terreno sagrado para un forastero.

Déricourt aprendió rápidamente la rutina para trazar caminos de bengala para los Lysanders y Hudsons, los rudimentos del paracaidismo en la base aérea de Ringway y los procedimientos básicos de seguridad en uno de los centros de capacitación de la SOE. En la noche del 22 de diciembre, apenas tres semanas después de unirse a él, fue vestido con un traje francés, recibió un juego de papeles falsos para un Maurice Fabre (la nueva persona que se esperaba que adoptara en Francia), el nombre en clave GILBERT y un regalo de despedida de un par de gemelos de oro de Buckmaster. Se sentó y esperó a que lo llevaran al Hudson, pero a medianoche el clima se había cerrado y la operación fue abortada. De manera deprimente, el clima se ajustó a un patrón para el resto de la semana y la misión se canceló hasta el próximo período lunar, en enero. Déricourt no llegó a casa por Navidad.

Tenía alrededor de un mes para matar antes de la próxima luna y pasó parte de ese tiempo en Londres. El 11 de enero, Verity lo llevó en un bombardero de Oxford y le dio doble instrucción. Esa misma tarde le permitieron subir a un Lysander y hacer un par de circuitos del campo; y esa fue la suma total de los vuelos que hizo para la RAF. A las 10.30 p.m. el 22 de enero de 1943, la Operación OCTO llevó a Déricourt y otro agente de SOE llamado Jean Worms en un Halifax a través del Canal a la Francia ocupada. Los gusanos saltaron primero, a una recepción preparada por Andrée Borrel y Francis Suttill en un campo cerca de Chartres. Worms era el líder de un "reseaux" (red) completamente judío llamado ROBIN que se establecería en el distrito de Marne y se convertiría en otro subcircuito de la red PROSPER. Déricourt prefería que lo dejaran "a ciegas", bajando veinte minutos después en un gran campo al norte del Canal de Orléans, cerca de Pithiviers.