sábado, 23 de marzo de 2019

Buenos Aires: Visiones de un general británico en 1906

Buenos Aires en 1906, bajo la mirada de un general inglés


Daniel Balmaceda | La Nación







La Argentina de comienzos del siglo XX despertaba interés en los extranjeros. Para muchos, se encaminaba a ser potencia mundial. Aun lejos de parecer un paraíso en aspectos sociales y económicos, atraía grupos de inmigrantes que confiaban en su propia dedicación al trabajo y sacrificio personal para apuntar a un mejor destino que el que avizoraban en sus países de origen.

Pero también estaban los turistas (también llamados excursionistas), es decir, los que visitaban el país en viaje de placer. Entre ellos, el general Alexander Bruce Tulloch, un prestigioso militar británico que paseó por Brasil, la Argentina y Chile, a mediados de 1906. La casualidad hizo que este soldado inglés arribara a Buenos Aires cuando se cumplían cien años de la invasión de Beresford. Impresionado por la ciudad, a su regreso a Londres, dio una conferencia en el Royal United Services Institute (RUSI), entidad en donde aún se debaten cuestiones de defensa, seguridad y estrategia.


Alexander Bruce Tulloch, el militar que visitó la Argentina en 1906, cien años después de las Invasiones Inglesas, y quedó maravillado. Fuente: Archivo

Bajo el título "La República Argentina y sus vecinas", la exposición no abordó esos tópicos, pero dejó varias impresiones sobre aquella Buenos Aires de 1906 que conoció en su viaje.
Acerca del puerto (nuestro Puerto Madero), dijo:

Los diques de Buenos Aires, en los que entran todos los vapores, son la primera prueba tangible de la riqueza y prosperidad extraordinarias de la Argentina. Hay cuatro grandes diques en fila, paralelos a la línea del estuario, que se comunican entre sí y también, en los extremos, con el agua libre. Dos filas de vapores, y a veces tres, están amarrados a lo largo y a ambos lados de los diques. Los grandes depósitos en los muelles están provistos de todos los aparatos modernos para la carga y descarga de las mercaderías. Pero estas operaciones, o la administración del puerto, no se hacen con suficiente rapidez, porque, de otra manera, no habría allí semejante cantidad de vapores esperando el turno de cargar o descargar.

La Iglesia de San Ignacio, a metros de la Plaza de Mayo. Una reliquia de Buenos Aires, con el reloj que originalmente se instaló en la torre del Cabildo. Fuente: Archivo


Las calles de Buenos Aires también merecieron su comentario:

Al trasladarse en carruaje del vapor al hotel, se forja uno la idea de lo realmente magnífica que es la ciudad con su millón de habitantes. Después de comer, salí a dar un paseo a pie por la calle Florida, en la que estaba situado el hotel. El espectáculo era sencillamente sorprendente. No sólo estaba esa calle provista de luces eléctricas de arco, con soportes aéreos que atraviesan la calzada, sino que las tiendas y sus vidrieras estaban profusamente iluminadas también; y esas tiendas habrían hecho honor, por cierto, a la Rue de Rivoli parisina.

Algunas de las calles principales, asfaltadas en toda su extensión, están libres de las líneas de tranvías eléctricos, que forman una inmensa red de comunicaciones en toda la ciudad y sus suburbios. Aunque la mayor parte de las líneas de tranvías de la Argentina, así como las de ferrocarriles son de capital inglés, la fuerza eléctrica está en manos de un sindicato alemán. Los grandes edificios de los bancos, llenos de empleados y de clientes que entran y salen, dan también una idea de la prosperidad mercantil de la Argentina.

El general Tulloch hizo una curiosa aclaración: "Debo decir que, en todo tiempo que estuve en la República Argentina nunca vi un ebrio en las calles, y solo una media docena de mendigos, aparte de los discapacitados que frecuentan las aceras de la gran arteria principal, la Avenida de Mayo". En cuanto al hotel (cuyo nombre no ha brindado), aclaró que "las piezas y el servicio eran excelentes: pero la cocina o despensa era susceptible de mejoras". Y agregó: "En la Avenida de Mayo, la gente sentada por la tarde en los aceras casi le hace creer a uno que está en París y no en Buenos Aires".

Conceptos acerca de la población:

En la capital argentina los hombres y las mujeres son de raza europea, en lo que esta ciudad se diferencia de Río de Janeiro. Desde hace un tiempo, están llegando al país, grandes multitudes de inmigrantes del norte de Italia y corpulentos vascos de España y algunos de Francia. El año pasado su numero fue de 134.000 almas; entre ellos había 10.000 rusos y 7000 sirios. Gente fuerte, frugal y dura para el trabajo, que formará con el tiempo, una raza particularmente fina de argentinos. Un sitio tan bueno como cualquier otro para apreciar los habitantes de Buenos Aires es un asiento en el plaza de Palermo, el Hyde Park de Buenos Aires, desde el que puede observarse la fila de los carruajes que pasan.


En las estadísticas de todos los años, el Jardín Zoológico de Palermo figuraba entre los paseos públicos más visitados de la ciudad. Fuente: Archivo 

Opinión acerca de la mujer argentina:

Los carruajes no vuelven de Palermo a la ciudad sino muy tarde; pero como el resplandor de las luces eléctricas ilumina las calles entonces tanto como si fuera de día, uno puede apreciar allí, no solo la belleza fisonómica de las damas, sino también sus finos vestidos y sus joyas. Juzgando por estos dos últimos detalles, se diría que en Buenos Aires un hombre casado tiene que ser también un hombre rico.


Sin ser majestuosa a los ojos del visitante, la Catedral Metropolitana era muy concurrida en los Tedeum y en los aniversarios relacionados con San Martín. Fuente: Archivo

Pero el mejor sitio para tener oportunidad de admirar a las bellas argentinas de ojos pardos, de las que con razón puede decirse: "¡verlas y morir!", es la Ópera. Desgraciada o afortunadamente para mí tal vez, la Ópera no estaba abierta cuando llegué a Buenos Aires [se refiere al Teatro Colón que estaba en el tramo final de su construcción y recién abriría sus puertas en 1908]. No solo se dice que el edificio es, en su género, el tercero del mundo, sino que las damas, y sus perfectos trajes parisienses y sus joyas, dejan en la sombra a nuestro Covent Garden.

Durante los meses de verano, una gran parte de los habitantes pudientes de Buenos Aires, con sus esposas e hijas, se trasladan a una aristocrática estación veraniega llamada Mar de Plata, donde hay hoteles de primera clase y donde la gente joven, con sus bailes, sus partidas de recreo y otros entretenimientos por el estilo, pasan, como mis amigas americanas dicen, "un buen rato".
Acerca de la buena producción del país, señaló:

No se tiene idea en Inglaterra de lo mucho que dependemos de la República Argentina en materia de provisión de carne fresca. Ese país nos envió el año pasado 262.023 toneladas de carne vacuna congelada, por valor de 3.812.376 libras esterlinas y 1.7.692 toneladas de carnero congelado: por valor de 2.567.322, libras esterlinas, lo que hace un total de 6.379.698 libras esterlinas. En el mismo período, el valor de la carne recibida de Australia fue: buey, 239.740 libras y carnero 4.152.761 libras; total, libras 4.392.501. También los Estados Unidos envían menos carne fresca a Inglaterra que la República Argentina. Las cosechas de toda clase de cereales son maravillosas. En un campo de avena recogí una paja tan gruesa como mi dedo meñique.
El turista inglés también le dijo a sus compatriotas:

A no haber sido por la incapacidad completa de un general inglés que causó una terrible derrota al ejército británico, ese espléndido país sería ahora, no en teoría, sino positivamente, una parte del imperio británico. Aun cuando fuimos vergonzosamente batidos en 1806, cuando quisimos quitar Buenos Aires a los españoles, y las banderas de regimiento y reales que nos tomaron entonces pueden verse todavía en la iglesia principal de esa ciudad [se refiere a la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, conocida como Santo Domingo, situada en el barrio de Monserrat], cuya torre presenta, clavadas en ella algo que se dice que son balas de los cañones ingleses [en realidad fueron disparadas por los defensores], no hay gente más respetada y mejor considerada allí que la inglesa, cuyo número es de veinte mil almas.


La torre de Santo Domingo, a la que hace referencia el visitante británico. Por error, el disertante sostenía que las balas que dañaron la torre habían sido disparadas por los ingleses. Fuente: Archivo


Tulloch recomendó a su audiencia británica que en cuanto surgieran los primeros fríos, lo mejor que podrían hacer era tomar un barco y llegar al puerto de Buenos Aires. Así eran los tiempos en que parte del mundo miraba a la Argentina con admiración.

Por: Daniel Balmaceda

viernes, 22 de marzo de 2019

Rusia Imperial: La evolución de las fuerzas armadas durante el siglo 19

Las fuerzas militares rusas de la era imperial

Russian Armed Forces 1700-1917




Captura de Azov por Robert Kerr Porter. Pedro se para en primer plano, al mando de sus tropas.


Medido por grandes resultados, el establecimiento militar imperial ruso evolucionó a través de dos etapas distintas. Desde la era de Pedro el Grande hasta el reinado de Alejandro III, el ejército y la armada rusos lucharon, pidieron prestado e innovaron para obtener más éxitos que fracasos. Con la gran excepción de la Guerra de Crimea, las fuerzas navales y terrestres rusas superaron en gran medida los desafíos y contradicciones inherentes en diversas circunstancias y múltiples enemigos para extender y defender los límites del imperio. Sin embargo, en la época de Nicolás II, importantes fallas en el liderazgo y la adaptación generaron los tipos de desastres repetitivos y la desafección fundamental que excedían la capacidad de recuperación de los militares.

El ejército del siglo XVIII

El ejército y la armada rusos imperiales debían sus orígenes a Pedro I, aunque no tanto para el ejército como para la marina. Las raíces más profundas del ejército se encuentran claramente en el precedente de los moscovitas, especialmente con los nuevos regimientos de formación extranjera inspirados en Europa del zar Alexei Mikhailovich. El Gran Reformador respiró transformando energía e intensidad en estos y otros precedentes para formar un ejército regular permanente que para 1725 contaba con 112,000 soldados en dos guardias, dos granaderos, cuarenta y dos infantería y treinta y tres regimientos de dragones, con artillería de apoyo y auxiliares. Para servir a este establecimiento, también diseñó mecanismos administrativos, financieros y logísticos, junto con una estructura de rango racional y un reclutamiento sistemático de oficiales y soldados. Con una mezcla de extranjeros, el cuerpo de oficiales provenía principalmente de la nobleza rusa, mientras que los soldados provenían de los impuestos de reclutamiento contra la población campesina.


Flota de Pedro el Grande (1909) de Eugene Lanceray.


Aunque la fuerza de pie de Peter debía mucho al precedente europeo, su ejército divergió de los patrones convencionales para incorporar impuestos de caballería irregulares, especialmente cosacos, y para desarrollar un arte militar que enfatizaba la flexibilidad y la practicidad para combatir tanto a los enemigos convencionales del norte de Europa como a los adversarios menos convencionales de la estepa. Después del éxito mixto contra los tártaros y turcos en Azov en 1695-1696, y después de un revés severo en Narva (1700) contra los suecos al comienzo de la Gran Guerra del Norte, el ejército de Peter logró importantes victorias en Dorpat (1704), Lesnaya ( 1708), y Poltava (1709). Después de una abrupta pérdida en 1711 de los turcos en el río Pruth, Peter persiguió a sus adversarios suecos hasta que llegaron a un acuerdo en Nystadt en 1721. Posteriormente, Peter viajó a la cuenca del Caspio, donde a principios de la década de 1720 su Cuerpo Inferior (o Sur) Hizo campaña hasta el sur de Persia.

Después de la muerte de Peter, las fortunas del ejército disminuyeron y aumentaron, y gran parte de su desarrollo se caracterizó por el aspecto del legado petrino que parecía más político y apropiado para el tiempo y las circunstancias. Bajo la emperatriz Anna Ioannovna, el ejército llegó a reflejar un fuerte sesgo en la organización y las tácticas europeas, especialmente prusianas, un sesgo que durante la década de 1730 contribuyó a la derrota y la indecisión contra los tártaros y los turcos. Bajo la emperatriz Elizabeth Petrovna, el ejército revirtió parcialmente el precedente de Petrine, pero mantuvo un carácter europeo lo suficientemente fuerte como para rendirse cuentas en la Guerra de los Siete Años. Aunque en 1761 el péndulo de organización militar bajo Pedro III volvió a inclinarse breve y decisivamente a favor de los modelos inspirados en Prussian, un golpe de palacio en favor de su esposa, que se convirtió en la emperatriz Catalina II, dio paso a un largo período de renovado desarrollo militar. Durante el reinado de Catalina, el ejército libró dos grandes guerras contra Turquía y sus aliados de la estepa para emerger como la fuerza terrestre más grande de Europa. Tres comandantes fueron especialmente responsables de llevar el poder militar ruso contra los esquivos adversarios del sur. Dos, Peter Alexandrovich Rumyantsev y Alexander Vasilievich Suvorov, eran veteranos de la Guerra de los Siete Años, mientras que el tercero, Grigory Alexandrovich Potemkin, era un comandante y administrador de gran intelecto, influencia y talento organizativo.


Retrato ecuestre de Catalina II de Rusia (1729-1796) - Catalina II de Rusia en Uniforme de guardia de vida en el caballo Brillante, por Vigilius Eriksen

Durante la Primera Guerra Turca de Catalina (1768-1774), Rumyantsev empleó con éxito tácticas flexibles y simplificó la organización militar rusa para obtener importantes victorias en Larga y Kagul (ambas en 1770). Suvorov, mientras tanto, derrotó a la Confederación Polaca de Bar, luego de 1774 hizo campaña en la estepa de Crimea y Nogai. Al mismo tiempo, las formaciones regulares del ejército desempeñaron un papel importante en la supresión de la rebelión de Pugachev (1773-1775). Durante la Segunda Guerra Turca de Catalina (1787-1792), Potemkin emergió como el empresario de la victoria final sobre el Porte para la hegemonía sobre el litoral norte del Mar Negro, mientras que Suvorov emergió como tal vez el comandante de campo ruso más talentoso de todos los tiempos. Potemkin entendió de forma inherente el valor de las fuerzas de caballería irregulares en el sur, y tomó medidas para regularizar el servicio de cosacos y someterlos más plenamente a la autoridad militar rusa, o, en su defecto, a abolir a los anfitriones cosacos recalcitrantes. Siguiendo el precedente de Rumyantsev, también aligeró y multiplicó el número de infantería ligera y las formaciones de caballería ligera, al tiempo que enfatizó la utilidad y la practicidad en el taladro y en los equipos. En el campo, Suvorov refinó aún más las innovaciones tácticas de Rumyantsev para enfatizar "velocidad, evaluación, ataque". Los éxitos en el campo de batalla de Suvorov, junto con la conquista de Ochakov (1788) e Izmail (1790) e importantes salidas en todo el Danubio, llevaron a Rusia a Jassy (1792) en condiciones favorables. Incluso mientras la guerra se desarrollaba en el sur, el ejército en el norte una vez más derrotó a Suecia (1788-1790), luego en 1793-1794 invadió una Polonia rebelde, preparando el escenario para su tercera partición.


Vasily Surikov. Tropas rusas bajo Suvorov cruzando los Alpes. 1899. Óleo sobre lienzo. El Museo Ruso, San Petersburgo, Rusia

Bajo Pablo I, el ejército se burló de la imposición de la autoridad monárquica directa, sobre todo porque trajo otra breve alianza con los modelos militares prusianos. Suvorov fue desterrado temporalmente, pero más tarde fue llamado a liderar las fuerzas rusas en el norte de Italia como parte de la Segunda Coalición contra la Francia revolucionaria. En 1799, a pesar de la interferencia de Austria, Suvorov expulsó a los franceses del campo, y luego liberó a sus fuerzas de Italia a través de los Alpes. El siglo XVIII cerró con el ejército una característica fuertemente arraigada del poder imperial ruso, una fuerza a tener en cuenta tanto en las llanuras de Europa como en las estepas de Eurasia.

La armada del siglo XVIII

En contraste con el ejército, el precedente de los moscovitas proporcionó escasa inspiración para la Armada Imperial de Rusia, cuyos orígenes se encuentran claramente en Pedro el Grande. Enamorado del mar y de los barcos de vela, Peter tomó prestado tecnología y experiencia extranjeras para crear fuerzas navales tanto en el Mar de Azov como en el Báltico. Aunque la marina rusa siempre seguiría siendo "el segundo brazo" de una potencia esencialmente continental, las fuerzas marítimas figuraron prominentemente en los éxitos militares de Peter. Tanto en el sur como en el norte, sus flotas de galeras apoyaron al ejército en operaciones fluviales y costeras, y luego obtuvieron importantes victorias en el Báltico sobre los suecos, especialmente en Gangut / Hanko (1714). Peter también desarrolló una capacidad de navegación en aguas abiertas, de modo que para 1724 su Flota Báltica contaba con 34 barcos de línea, además de numerosas galeras y auxiliares. Flotillas más pequeñas navegaban los mares Blanco y Caspio.


Batalla de los estrechos de Chios (preludio a la batalla de Chesma) 5 de julio (24 de junio) de 1770 por Ivan Aivazovsky. 1848

Más dependiente que el ejército del sustento y mantenimiento rigurosos y regulares, la Armada Imperial de Rusia después de Pedro languideció hasta la era de Catalina II. Nombró a su hijo almirante general, revitalizó la Flota del Báltico y más tarde estableció Sebastopol como base para la flota del Mar Negro emergente. En 1770, durante la Primera Guerra Turca de la Emperatriz, un escuadrón del Almirante Alexei Grigorievich Orlov derrotó decisivamente a los turcos en Chesme. Durante la Segunda Guerra Turca, una flota rudimentaria del Mar Negro, bajo el mando del almirante Fyedor Fyedorovich Ushakov, con frecuencia operaba de forma independiente y en apoyo directo de las fuerzas terrestres. La misma cooperación tierra-mar se mantuvo en el Báltico, donde la flota de Vasily Yakovlevich Chichagov también terminó con las pretensiones navales suecas. Mientras tanto, en 1799 el almirante Ushakov obtuvo una serie de victorias en el Mediterráneo sobre los franceses, antes de que los rusos se retiraran de la Segunda Coalición.

El ejército y la armada en la primera mitad del siglo XIX

A principios de siglo, Alejandro I heredó un ejército considerable e inasequible, muchos de cuyos comandantes eran veteranos experimentados. Después de instituir una serie de reformas administrativas modestas para la eficiencia y la economía, incluida la creación de un verdadero Ministerio de Guerra, el Zar en 1805 se sumergió en las guerras de la Tercera Coalición. A pesar de toda su experiencia y flexibilidad, los rusos con o sin el beneficio de los aliados contra Napoleón sufrieron una serie de reveses o estancamientos, entre ellos Austerlitz (1805), Eylau (1807) y Friedland (1807). Después de que Tilsit Peace obtuviera cinco años de descanso, Grand Armée de Napoleón invadió Rusia en 1812. Tras una retirada rusa en el interior, Mikhail Illarionovich Kutuzov en septiembre dio una batalla indecisa en Borodino, seguida de otra retirada al sureste que descubrió Moscú. Cuando los franceses abandonaron Moscú en octubre, Kutuzov lo persiguió, reforzado por enjambres de partisanos y cosacos, quienes, junto con el hambre y el frío severo, hostigaron a la Gran Armada. En 1813, el ejército ruso luchó en Alemania, y en 1814 participó en la victoria de la coalición en Leipzig, seguida de una entrada de combate en Francia y la ocupación de París.

La finalización exitosa de las guerras napoleónicas todavía dejó a Alejandro I con un establecimiento militar demasiado grande e inasequible, pero ahora con la adición de elementos desafectos dentro del cuerpo de oficiales. Mientras que algunos oficiales gentry formaron sociedades secretas para defender las causas revolucionarias, el zar experimentó con el establecimiento de tropas establecidas, o colonias militares, para reducir los costos de mantenimiento. Aunque estas colonias fueron en muchos aspectos solo una extensión de la experiencia del siglo anterior con los colonos militares en la frontera, su aplicación generalizada generó mucho descontento. Después de la muerte de Alejandro I, los disturbios y la conspiración llevaron a un intento de golpe militar en diciembre de 1825.


Flota rusa del mar negro en una revista naval

El zar Nicolás reprimió enérgicamente la llamada rebelión decembrista y luego impuso un orden en el suelo del desfile. Su ejército permanente creció hasta alcanzar el millón de efectivos, pero su sistema de reclutamiento obsoleto y su infraestructura de apoyo tradicional eventualmente se mostraron incapaces de enfrentar los desafíos de la modernización militar. Superficialmente, el ejército era un modelo de rutina predecible y disciplina severa, pero sus defectos inherentes, incluyendo armas anticuadas, incapacidad para una rápida expansión y falta de movilidad estratégica, llevaron inexorablemente a la derrota de Crimea. El ejército fue capaz de someter a los insurrectos militares polacos (1830-1831) y los revolucionarios húngaros (1848), y combatir con éxito a persas y turcos (1826-1828, 1828-1829), pero en el campo quedó rezagado con respecto a sus homólogos europeos más modernos. Luchando desde 1854 hasta 1856 contra una coalición aliada en Crimea, los rusos sufrieron la derrota en Alma, las fuertes pérdidas en Balaklava y Inkerman, y la humillación de la rendición en Sebastopol. Solo la experiencia de la guerra prolongada en el Cáucaso (1801-1864) proporcionó un antídoto no convencional a la "paradomanía" convencional de San Petersburgo, que había inspirado tan a fondo la derrota de Crimea. Así, las montañas reemplazaron a la estepa como el polo sur en una versión actualizada de la dialéctica del norte del siglo anterior.


Defensores de Sebastopol - Vasily Igorevich Nesterenko (1967, Rusia, Pavlograd)

Durante la primera mitad del siglo XIX, la marina también experimentó su propia versión de la misma dialéctica. Durante un breve período, la marina rusa bajo el Almirante Dmity Nikolayevich Senyavin hostigó a las fuerzas turcas en el Egeo, pero después de Tilsit, la Marina Real Británica gobernó tanto en el Báltico como en el Mediterráneo. En 1827, los rusos se unieron a los británicos y franceses para golpear a los turcos en Navarino, pero en el norte, la Flota Báltica, al igual que el establecimiento militar de San Petersburgo, pronto degeneró en una fuerza de desfile imperial. Solo en el Mar Negro, donde las unidades apoyaban regularmente a las fuerzas terrestres rusas en el Cáucaso, la Marina revelaba cualquier visión táctica y operativa sostenida. Sin embargo, este logro pronto resultó contraproducente, ya que la victoria naval rusa en 1853 sobre los turcos en Sinope atrajo a los británicos y franceses a la causa turca, preparando así el escenario para la intervención aliada en Crimea. Durante la Guerra de Crimea, los buques aliados accionados por vapor y por tornillo atacaron a voluntad tanto en el norte como en el sur, revelando así el atraso esencial de la marina de guerra rusa.

El ejército y la armada durante la segunda mitad del siglo XIX

La era de las Grandes Reformas de Alejandro II marcó un hito importante para ambos servicios. En una serie de reformas entre 1861 y 1874, el Ministro de Guerra Dmitry Alexeyevich Milyutin creó los cimientos para una verdadera fuerza de tierra basada en cuadros y reservas. Facilitó la introducción de una obligación de servicio universal, y se rearmó, se volvió a equipar y se volvió a desplegar el ejército para enfrentar la amenaza emergente de Alemania y austro-húngara en la frontera occidental del Imperio. En 1863-1864, el ejército una vez más reprimió una rebelión polaca, mientras que en las décadas de 1860 y 1870, pequeñas fuerzas móviles figuraron en extensas conquistas militares en Asia Central. La guerra también estalló con Turquía en 1877-1878, durante la cual el ejército, a pesar de un inicio irregular, un liderazgo de campo inconsistente y las deficiencias en la logística y el apoyo médico, se desempeñó bien, especialmente en una campaña decisiva en el teatro europeo al sur de la cordillera de los Balcanes. . Circunstancias similares se regían en el teatro de Transcausus, donde el ejército superó los reveses iniciales para apoderarse de Kars y llevar la campaña a Asia Menor.

Después de la guerra de 1877-1878, las prioridades de planificación y despliegue vincularon al ejército más estrechamente con la frontera militar occidental y especialmente con los despliegues en tiempos de paz en la Polonia rusa. Con considerable dificultad, Alejandro III presidió una modernización de la fuerza limitada que presenció la adopción de armas de pólvora sin humo y los cambios en el tamaño y la estructura de la fuerza que mantuvieron al ejército en términos casi iguales con sus dos adversarios potenciales más significativos, la Alemania imperial y Austria-Hungría. Al mismo tiempo, el fin de siglo trajo nuevos compromisos militares extensos al Lejano Oriente, tanto para proteger los intereses imperiales en expansión como para participar en la supresión de la Rebelión Boxer (1900).


Ejército y marina rusos 1904-1905

Los mismos desafíos de la modernización de la fuerza y ​​las diversas responsabilidades acosaban a la armada, tal vez más que al ejército. Durante los años 1860 y 1870, la marina hizo la difícil transición de navegar a vapor, pero posteriormente tuvo que lidiar con requisitos geoestratégicos cada vez más diversos que exigían la retención de las fuerzas navales en al menos cuatro teatros (Báltico, Norte, Mar Negro y Pacífico), Ninguno de los cuales se apoyaban mutuamente. Simultáneamente, el Almirantazgo ruso lidió con cuestiones de rol e identidad, considerando si la misión principal de la marina en la guerra consistía en la defensa de las costas y el comercio o en el logro de la verdadera supremacía del "agua azul" en la tradición de Alfred Thayer Mahan y su naval ruso discipulos No obstante, en 1898, Rusia poseía la tercera armada más grande de Europa (diecinueve naves capitales y más de cincuenta cruceros), principalmente gracias a los programas de construcción de buques de Alejandro III.

El ejército y la armada de Nicolás II

Bajo el último zar de Rusia, el ejército pasó de la derrota al desastre y la desesperación. Inicialmente comprometido y dividido por una nueva dicotomía entre el Lejano Oriente y la frontera militar europea, al ejército le fue mal en la guerra ruso-japonesa de 1904-1905. La mala visión estratégica y aún peor la ejecución en el campo de batalla en una guerra del litoral del Lejano Oriente trajo la derrota porque Rusia no pudo aprovechar sus abrumadores recursos. Mientras que la marina cedió tempranamente la iniciativa y el comando del mar a los japoneses, las acumulaciones de la fuerza terrestre rusa a través de vastas distancias fueron lentas. El ayudante general Alexei Nikolayevich Kuropatkin y sus subordinados carecían de la capacidad para combatir acciones de demora de expertos o para dominar las complejidades de los compromisos de reuniones que se convirtieron en batallas y operaciones principales. Atado a una línea de comunicaciones de 8 mil kilómetros, el ejército marchó a través de una serie de reveses desde las orillas del Yalu (mayo de 1904) hasta los alrededores de Mukden (febrero-marzo de 1905). Aunque la guarnición en Port Arthur conservó la capacidad de resistir, la rendición prematura de la fortaleza a principios de 1905 simplemente se sumó a la humillación rusa.

A la armada rusa imperial le fue aún peor. A excepción de Stepan Osipovich Makarov, quien fue asesinado temprano, los almirantes rusos en el Lejano Oriente presentaron una imagen de indolencia e incompetencia. El escuadrón ruso del Pacífico en Port Arthur realizó varias incursiones a medias, y luego fue embotellado en su base por el almirante Togo, hasta finales de 1904, cuando la artillería de asedio japonesa golpeó al escuadrón en pedazos. Cuando el zar envió a su Flota Báltica (rebautizada con el Segundo Escuadrón del Pacífico) al Lejano Oriente, fue presa de los japoneses en Tsushima (mayo de 1905) en una batalla naval de aniquilación. En total, el zar perdió quince barcos capitales en el Lejano Oriente, la columna vertebral de dos flotas de batalla.

Los años entre 1905 y 1914 fueron testigos de renovación y reconstrucción, ninguno de los cuales fue suficiente para preparar al ejército y la armada del zar para la Primera Guerra Mundial. La derrota del Lejano Oriente alimentó los fuegos de la Revolución de 1905, y ambos servicios fueron testigos de motines dentro de sus filas. Una vez que los disidentes fueron eliminados, las tropas del ejército en pie fueron empleadas generosamente hasta 1907 para reprimir el desorden popular. Para 1910, la estabilidad y las mejores condiciones económicas permitieron al Ministro de Guerra del Ayudante General Vladimir Alexandrovich Sukhomlinov emprender reformas limitadas en la estructura de reclutamiento, organización, despliegue, armamento y suministro del ejército. Se podría haber hecho más, pero la marina desvió preciosos fondos para programas ambiciosos de construcción naval para restaurar el poder y el prestigio del segundo brazo. El objetivo general era preparar a Rusia para la guerra con la Triple Alianza. La obsesión con la amenaza frente a la frontera militar occidental eliminó gradualmente las dicotomías anteriores y subsumió todas las demás prioridades estratégicas.



El estallido de las hostilidades en 1914 llegó demasiado pronto para que varios proyectos de reforma y reconstrucción tuvieran éxito. Nuevamente, los rusos sufrieron de un alcance estratégico y redujeron demasiado sus recursos militares y navales. Además, los líderes militares no lograron establecer vínculos sólidos entre el diseño y la aplicación, entre los medios y los objetivos, y entre las tropas y sus instancias de comando. Estas y otras deficiencias, que incluyen un sistema logístico inadecuado y la incapacidad del régimen para movilizar al frente interno para apoyar al frente de combate, resultaron desastrosas. Así, los rusos movilizaron con éxito a 3,9 millones de soldados para una corta guerra de aniquilación militar, pero los primeros desastres en Prusia Oriental en Tannenberg y los Lagos de Masuria, junto con una ofensiva estancada en Galicia, condujeron inexorablemente a una prolongada guerra de desgaste y agotamiento. En 1915, cuando la presión ofensiva alemana hizo que el Comando Supremo ruso acortara su frente en la Polonia rusa, la retirada se convirtió en una derrota costosa. Una de las pocas notas positivas llegó en 1916, cuando el Frente Sudoeste de Rusia, bajo el mando del general Alexei Alexeyevich Brusilov, lanzó quizás la ofensiva más exitosa de toda la guerra en todos sus frentes. Mientras tanto, una marina que todavía no se recuperó completamente de 1904-1905 generalmente cumplió con sus funciones de apoyo requeridas. En el Báltico, colocó campos de minas y protegió los enfoques de Petrogrado. En el Mar Negro, después de las dificultades iniciales con las unidades alemanas que servían bajo los colores turcos, la flota tuvo un buen desempeño en una serie de operaciones de apoyo y operaciones anfibias.


El Sikorsky Il'ya Muromets de la era de la Primera Guerra Mundial, el primer bombardero pesado con 4 motores

En última instancia, una combinación de sangrado aparentemente interminable, cansancio de la guerra, ineficiencia gubernamental y la ineptitud política del régimen facilitaron la propagación del sentimiento pacifista y revolucionario tanto en el ejército como en la marina. A principios de 1917, se había establecido suficiente malestar para hacer que ambos servicios fueran incapaces de una lealtad constante o de operaciones de combate sostenidas y efectivas. Al final, ni el ejército ni la armada ofrecieron pruebas contra los enemigos internos y externos del zar.

jueves, 21 de marzo de 2019

Guerra del Paraguay: El conflicto más sangriento de la historia latinoamericana

Guerra de la Triple Alianza, (1864-1870)

Weapons and Warfare





La guerra más larga y violenta de Sudamérica. La guerra comenzó en noviembre de 1864, cuando Brasil se entrometió en los asuntos internos de Uruguay, una acción que provocó una respuesta inmediata del dictador belicoso de Paraguay, el presidente del mariscal Francisco Solano López. López estaba convencido de que el dominio brasileño de Uruguay alteraría el equilibrio de poder en la región y reaccionó bloqueando el río Paraguay e invadiendo la provincia brasileña de Matto Grosso. No contento con Brasil como enemigo, provocó a Argentina al cruzar la Provincia de Missiones para atacar a Brasil desde el oeste. El 1 de mayo de 1865, en respuesta a los ataques de López, Argentina, Brasil y Uruguay formaron una alianza y declararon la guerra a Paraguay. Los embates iniciales de Paraguay en Brasil y Argentina pronto se vieron frustrados, y López se vio obligado a defenderse por el resto del conflicto. Aunque ampliamente superado en número, el ejército de Paraguay era moderno y bien disciplinado.

López comenzó a enviar grupos de asalto de 100 a 200 hombres a través de la Paraña para hostigar a los campos aliados. Después de algunas semanas de estos ataques, a mediados de abril, los paraguayos hicieron un importante intento en canoa por recuperar una posición de batería en un banco de arena en Itapiru; esto fue rechazado, y de la fuerza de asalto inicial de 800 personas, solo 300 regresaron a sus líneas. Después de este éxito, los Aliados comenzaron una importante operación de cruce de ríos cerca de la confluencia de los ríos Paraguay y Paraña, y comenzó la invasión de Paraguay.

Durante un período de dos semanas, un ejército de 57,000 tropas aliadas (42,000 de infantería y 15,000 de caballería) fue transportado a través del Río Paraña en dos olas principales. Los cruces fueron apoyados por guardias de hierro de la Armada brasileña y, a pesar de algunos ataques paraguayos, toda la operación transcurrió sin problemas significativos. Esto fue algo así como un milagro logístico para los estándares del día: durante la guerra en general, los soldados de ambos ejércitos fueron transportados, alimentados y abastecidos muy mal. Todo el sistema logístico todavía estaba basado en caballos, con trenes que apenas se usaban para el transporte de tropas y solo por los paraguayos. De las cuentas de los participantes sabemos que uniformes, armas y municiones. se suministraron de forma irregular, y solo los brasileños lograrían una mejora gradual de su sistema de suministro antes del final de la guerra.




El retiro paraguayo se detuvo en Estero Bellaco, donde tenían los dos ríos Paraguay y Paraña protegiendo sus flancos derecho e izquierdo. En los márgenes de las vías fluviales, un terreno carrizal de lagunas, marismas y bancos de arena estaba dominado aquí y allá por hummocks y acantilados altos, desde los cuales la artillería podía disparar contra la infantería que luchaba en el lodo de abajo. En Estero Bellaco, el 2 de mayo, el General José E. Díaz con unos 6,000 paraguayos atacó a unos 8,000 soldados aliados, y en particular a la vanguardia, compuesta principalmente por los uruguayos de Gen Flores. Los batallones de infantería uruguayos formaron plazas defensivas y repelieron a los atacantes; Los paraguayos perdieron 2,300 hombres, pero la vanguardia aliada fue más o menos destruida. Después de esta acción de castigo, los Aliados se movieron una corta distancia hacia el norte hasta el área alrededor de Tuyuti, donde construyeron un inmenso campamento parcialmente defendido con atrincheramientos y fortificaciones de campo.

López ahora reunió a todas las tropas a su disposición, incluidos sus mejores regimientos de caballería y batallones de infantería; esta fuerza de alrededor de 24,000 veteranos fue la mejor que Paraguay ha desplegado nunca. El plan de López era simple: un ataque general sorpresa contra las posiciones aliadas, con cuatro columnas de ataque cada una liderada por la caballería. Los más de 35,000 soldados aliados en los campos (cerca de 22,000 brasileños, 11,800 argentinos y 1,200 uruguayos u “Orientales”) se estaban reorganizando para un mayor avance en Paraguay.

La primera batalla de Tuyuti comenzó en la mañana del 24 de mayo de 1866, cuando las columnas de ataque fueron ordenadas (de derecha a izquierda) por Gen Barrios, Col Díaz, Col Marco y Gen Resquin. La primera columna que avanzó fue la de Marco, apuntando al centro del ejército aliado; después de haber derrotado a la principal infantería uruguaya, fue rechazado por las brigadas brasileñas, en parte gracias a la protección inteligente de la artillería del Maj Emilio Mallet con una gran zanja húmeda. La columna de Díaz atacó a la derecha de Marco, donde tuvo que dividirse para pasar alrededor de una laguna. Al golpear a los aliados en el centro de la izquierda, fue derrotado por la mayoría de los uruguayos y por las unidades brasileñas traídas de la reserva, y fue completamente destruida. El gancho retrasado del general Barrios en el flanco izquierdo aliado barrió las pocas unidades brasileñas en su camino y casi llegó a los campos antes de ser contrarrestado por la caballería de la reserva brasileña. Las columnas pesadas de caballería de Gen Resquin atacaron a los argentinos en el ala derecha aliada. Una cuenta declara que la caballería argentina fue derrotada cuando lucharon desmontados; cualquiera que sea la verdad de eso, la infantería argentina ciertamente formó plazas y rechazó a la caballería paraguaya con gran pérdida. Los paraguayos presionaron sus ataques con valentía, pero fueron rechazados gradualmente y, en algunos casos, rodeados de contraataques aliados, antes de abandonar el campo.


Batalla de Tuyutí

La batalla más importante de la guerra, en Tuyuti el 24 de mayo de 1866, fue la más grande jamás peleada en suelo sudamericano, involucrando a unos 24,000 paraguayos contra 35,000 tropas aliadas. Las cifras de siniestros son aproximadas y, dada la atención médica rudimentaria disponible, los números enumerados para heridos sin duda ocultan muchas muertes adicionales. Sin embargo, con estas reservas, Tuyuti probablemente le costó a Paraguay unas 13,000 víctimas (casi el 55 por ciento), de las cuales al menos la mitad murió, y los Aliados alrededor de 2,400 muertos y 3,000 heridos (cerca del 15 por ciento), una proporción combinada de bajas del 31 por ciento de Los comprometidos en ambos lados. Para poner esas cifras en contexto: en "Bloody Antietam", en septiembre de 1862, los Confederados sufrieron alrededor del 30.4 por ciento de bajas y los Federales alrededor del 17.7 por ciento, dando una proporción combinada de 22.7 por ciento.

Después de pérdidas tan severas e insustituibles en este "Waterloo sudamericano", los paraguayos nunca más pudieron organizar una gran operación ofensiva contra los Aliados con alguna posibilidad de victoria. Su derrota final fue simplemente una cuestión de tiempo, sin importar la determinación con la que López defendió el territorio nacional. Comenzó a retirarse lentamente, y emborronó la búsqueda de los aliados el 18 de julio en Boqueron. Aquí quizás 6.000 paraguayos bajo el Gen Elizardo Aquino atacaron a un número similar de argentinos y uruguayos liderados por el Gen argentino León de Pallejas; las bajas fueron muy pesadas en ambos bandos, y ambos comandantes fueron asesinados. Al reanudar su retirada, los paraguayos construyeron baterías fortificadas en muchos puntos estratégicos; cuando los aliados los alcanzaron, los defendieron obstinadamente antes de que los sobrevivientes intentaran escapar. Un ejemplo típico fue el fuerte en Curuzu, atacado del 1 al 3 de septiembre; apoyados por disparos navales, unos 8,000 soldados brasileños y 1,000 argentinos fueron desembarcados y tomaron el fuerte de 2,500 defensores. El costo incluyó al buque de guerra brasileño Río de Janeiro, que se hundió después de golpear dos minas paraguayas.

Curupayti

Las tácticas paraguayas fueron reivindicadas espectacularmente el 22 de septiembre de 1866, cuando unos 17,000 soldados aliados atacaron a 5,000 paraguayos defendiendo una doble línea defensiva de baterías fortificadas ancladas en la ribera alta del Río Paraguay en Curupayti. Hubo una discusión entre los comandantes brasileños y argentinos sobre el plan de ataque y, a pesar de apoyar el fuego de los barcos brasileños, los asaltos aliados fueron rechazados con terribles pérdidas. Los paraguayos habían concentrado 50 piezas de artillería y siete batallones de infantería para defender la posición; después de atravesar la primera línea, la infantería aliada quedó atrapada en un terreno bajo y abierto bajo los cañones de la segunda línea dominante, y fue asesinada. Los paraguayos perdieron sólo 92 muertos; Las bajas aliadas fueron reportadas como 4,000 muertos, con un número aún mayor de heridos y abandonados cuando los Aliados retrocedieron. Las tropas argentinas sufrieron particularmente mal, y sus sobrevivientes recordaron la acción como mal planeada y condenada desde el principio. Esta derrota aseguró que la guerra duraría quizás un año más de lo necesario. Una larga pausa en las operaciones activas seguiría antes de que los Aliados pudieran reanudar la guerra de maniobras.

Después de esta costosa y desmoralizante derrota, el ejército aliado tuvo que reagruparse y reorganizarse durante muchos meses durante los cuales permaneció acampado alrededor de Tuyuti, aunque continuaron las sondas menores, las incursiones y el bombardeo de los objetivos del río. Este largo período de inactividad vio la propagación de enfermedades en todos los campos, causando miles de muertes, particularmente entre los argentinos y uruguayos. A principios de 1867, el presidente Mitre de Argentina y el presidente Flores de Uruguay se vieron obligados a regresar a sus capitales para enfrentar a la oposición interna, y el mando aliado supremo pasó en febrero al general brasileño Luis Alves de Lima e Silva (más tarde creado duque de Caxias) Hasta que Mitre regresó en agosto de 1867.

Desde su nombramiento como comandante del ejército brasileño en octubre de 1866, Caxias comenzó a instituir reformas que mejoraron notablemente su calidad; reemplazó a los oficiales inadecuados, supervisó el reentrenamiento y el reequipamiento y mejoró, al menos en cierta medida, el sistema de suministro y los cuerpos médicos crónicamente inadecuados. A fines de julio de 1867, un diplomático británico informó que el ejército tenía 5,000-6,000 enfermos, pero 45,000 brasileños, 7,000-8,000 argentinos y 1,000 uruguayos en el campo. Cada mes llegaba un flujo constante de aproximadamente 2,000 refuerzos para mantener estos números.

Lopéz usó este período para concentrar sus últimas tropas alrededor de su cuartel general y la principal fortaleza del río en Humaita, y para reclutar nuevos soldados de la milicia. Esto no parece haber tenido resultados impresionantes, según el mismo corresponsal británico, GZ Gould: sus informantes le dijeron que de un total de 20,000 soldados paraguayos, solo 12,000 en el mejor de los casos eran de calidad adecuada, el resto eran ancianos, inválidos y niños. Desde los 12 años de edad. Aunque los paraguayos habían capturado previamente un número de rifles Minié, la mayoría todavía llevaba pedernales de ánima lisa. El ejército carecía de caballos, y los que tenían estaban en malas condiciones.



Durante la segunda mitad de 1867, los Aliados quedaron básicamente paralizados por el formidable obstáculo de la gran fortaleza de Humaita, que era el corazón de la defensa de López. Después de volver a reanudar el comando aliado en general, Mitre se mostró a favor de un viaje directo por el río llevado y apoyado por la armada brasileña, pero los comandantes brasileños no estaban dispuestos a arriesgar buques de guerra y transportes de tropas contra la poderosa artillería de Humaita. Construido en un magnífico sitio defensivo al mando de una pronunciada curva en S del Río Paraguay, este "Sebastopol paraguayo" era un extenso complejo de bastiones y casamatas de piedra que montan 114 piezas de artillería distribuidas en 12 baterías, la mayoría de ellas dominando los estrechos protegidos por tres Cadenas de barreras, dos líneas de minas explosivas y una estacada de chicane. Antes de intentar forzar este pasaje, los brasileños insistieron en operaciones terrestres alrededor del flanco izquierdo de los paraguayos, para cortar las líneas de comunicación y suministro de la fortaleza desde Asunción. Durante un período de relativa inactividad en noviembre de 1867, los paraguayos lanzaron un ataque contra los campamentos atrincherados Aliados en Tuyuti. Aunque esto logró algunas penetraciones, fue numéricamente demasiado débil para tener éxito, y fue rechazado después de que cada lado sufriera unas 2,400 bajas.
En enero de 1868, el presidente Mitre se vio obligado a regresar una vez más a Buenos Aires para tratar con los opositores políticos. Caxias fue nombrado definitivamente comandante en jefe aliado, obteniendo la libertad de conducir la campaña según su propia visión. Aisló a Humaita por operaciones en sus aproximaciones terrestres, y el 19 de febrero su flota se movió río arriba. Los acorazados bombardearon las baterías, y después de algunos contratiempos y una gran cantidad de daños forzaron un pasaje; algunos luego hicieron el gesto de humear hasta llegar a Asunción. Alarmado, el vicepresidente Domingo Sánchez ordenó la evacuación del gobierno paraguayo de Asunción a Luque, y en las próximas semanas muchos otros ciudadanos también huirían de la capital. Aunque siempre se requería una batalla para hacerlo, la flota brasileña ahora podía pasar de Humaita, bombardear y aterrizar tropas.

Cortada por todos lados y quedándose sin comida y municiones, la guarnición de Humaita finalmente se rindió el 24 de julio de 1868. En septiembre, López abandonó una línea defensiva a lo largo del Río Tebicuary y volvió a acercarse a la capital. Su ingeniero británico George Thompson construyó una línea defensiva fortificada a 22 millas (35 km) al sur de Asunción, que se extiende desde las fuertes baterías del río en Angostura, a lo largo del arroyo Pikysyry y 6 millas (10 km) hacia el este, hacia los pantanos de la Laguna Ypoa. Mientras tanto, los aliados avanzaron hacia el norte por el río Paraguay, acompañados por la flota brasileña, continuaron lenta pero constantemente.

Para diciembre de 1868, la línea Pikysyry, suministrada desde Villeta, estaba en manos de unas 12,000 tropas paraguayas con 85 cañones; En lugar de intentar ataques frontales, Caxias mostró su talento. Envió una parte fuerte de su fuerza a través de la orilla oeste; Pídales que construyeran una carretera de “pana” de madera por algunos kilómetros a través de las marismas para llevarlos al norte; y el 4 de diciembre los envió de vuelta a la orilla este de San Antonio, muy por detrás de la línea defensiva paraguaya. Caxias luego dirigió su ejército hacia el sur, derrotando en detalle a las mucho más débiles fuerzas paraguayas del Gen Bernardino Caballero en Ytororo el 6 y Avay el 12 de diciembre. El 24 de diciembre, López rechazó los términos de rendición ofrecidos por los Aliados y huyó a Cerro León. Después de otra victoria aliada en Ypacarai el día de Navidad, López lideró personalmente 10,000 hombres contra más del doble que muchos aliados en un ataque sin esperanzas en Lomas Valentinas (Yta-Ibate) el 27 de diciembre.

El 1 de enero de 1869, las tropas brasileñas entraron en Asunción, que fue completamente ocupada el 5 y sometida a saqueos. Dos semanas después, Caxias renunció a su mando, aparentemente debido a su mala salud; parece haber argumentado en contra de gastar más vidas y fondos persiguiendo a López hasta el amargo final, pero para el emperador Pedro II esto ahora era un asunto personal.

El ejército paraguayo se retiró al noreste, pero fue derrotado en las batallas en Caacupé y Piribebuy el 15 de agosto de 1869. La victoria aliada en Piribebuy bajo el Conde d’Eu, Gaston Luis Felipe d'Orleans, destruyó al ejército paraguayo como una fuerza de combate efectiva. Sin embargo, López fue capaz de reunir los restos de su fuerza y ​​librar la guerra de guerrillas desde el norte. El 1 de marzo de 1870, una unidad de caballería brasileña acorraló al presidente del mariscal Francisco Solano López y su banda en el cerro Cora. López y su hijo fueron asesinados, y la guerra terminó.

La guerra demostró la capacidad de las repúblicas latinoamericanas para librar una guerra moderna en gran escala. Paraguay exhibió extraordinarios recursos, improvisando según fue necesario, construyendo barcos y armamentos con sus propios recursos y continuando la guerra en las circunstancias más adversas. Brasil y Argentina organizaron grandes ejércitos y resolvieron problemas de comandos aliados.

La guerra devastó a Paraguay, que perdió entre el 8,6 y el 18,5 por ciento de su población, así como el 38 por ciento de su territorio nacional. Además, la vibrante economía de la preguerra de Paraguay fue destruida y el país se hundió en un período de inestabilidad política. Sin embargo, Argentina logró importantes ganancias territoriales con relativamente poca perturbación de su economía o estabilidad política. El impacto de la guerra en Brasil fue mixto: se ganó territorio y los militares obtuvieron un nuevo respeto, pero el costo de la guerra en vidas y fondos brasileños fue alto.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Entreguerra: La inmigración rusa a la Alemania de Weimar

La emigración rusa en Alemania - Post 1917





Weapons and Warfare

Muchos emigrantes rusos abandonaron Alemania en 1933, o poco después; entre ellos estaban Simon Dubnov, Grigorii Landau, Semen Frank, Leonid Pasternak, Roman Gul 'y Vladimir Nabokov. Muchos otros confiaron en el anti-bolchevismo del nuevo régimen y no lo rechazaron hasta mucho más tarde, como fue el caso con los filósofos Ivan Il’in y Boris Vysheslavtsev. Un buen número ofreció sus servicios como nacionalsocialistas rusos a varias organizaciones del nuevo orden, no siempre para su satisfacción, ya que el Tercer Reich consideraba a los emigrantes como lamentos y intrigantes, un grupo egoísta que necesitaba ser observado y ponerse en línea. Pero muchos de ellos colaboraron con las autoridades nazis hasta el amargo final, mientras que decenas de los que alguna vez buscaron refugio en Berlín fueron luego perseguidos y asesinados en toda Europa: este fue el destino de Mikhail Gorlin y Raisa Bloch en París. , y de Simon Dubnov en Riga, por nombrar solo tres.

Para la mayoría de los emigrantes, el inicio del gobierno nazi significaba simplemente que la vida continuaba, con actividades comunitarias, funciones, bailes, aniversarios, búsqueda de empleo y cosas por el estilo. Incluso los judíos rusos en Berlín ignoraban por mucho tiempo la gravedad de su situación. En 1936, la “Oficina de intermediarios rusos” se reconstituyó bajo la dirección del general Biskupskii, sobre todo, para clasificar a las organizaciones de emigrantes rivales. También significaba que tenía que aceptar una serie de directivas lingüísticas, como las emitidas después de la firma del Pacto Molotov-Ribbentrop en agosto de 1939 y la invasión de Polonia, en virtud de las cuales tenían que aceptar que el pacto era totalmente de interés. del pueblo ruso.

El decisivo punto de inflexión no llegó, por supuesto, hasta el inicio de la invasión alemana de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941. Ahora, muchos emigrantes se vieron con la oportunidad de regresar a sus hogares y de cambiar el eslogan de los "anti-bolcheviques". lucha por los hechos, junto con la Wehrmacht, la SS y las Unidades Especiales.

Un buen número de emigrantes colaboraron con los alemanes para trabajar hacia este objetivo. Los emigrantes rusos en los países ocupados por la Wehrmacht informaron a las oficinas intermediarias rusas en París, Varsovia y Bruselas, prestaron juramento de lealtad al Tercer Reich (como lo hicieron los generales Golovin, Kusonskii y von Lampe) y luego informaron a sus unidades, aunque sospechoso. o miembros no cooperativos de la comunidad emigrante fueron acosados ​​y, a veces, incluso encarcelados. La actitud de las autoridades alemanas hacia los emigrantes era, sin embargo, inconsistente y ambivalente: por un lado, se necesitaba a los emigrantes, por otro lado, se los consideraba poco confiables. Después de todo, era la consigna de Hitler que "nadie más que alemanes debería serlo". El despliegue de emigrantes rusos estaba, por lo tanto, sujeto a varias limitaciones: los emigrantes de la primera generación y los antiguos miembros del Ejército Rojo tenían dificultades para ponerse de acuerdo sobre las cosas, algunas organizaciones alemanas tenían una gran sospecha de los "rusos" como tal, mientras que los planes opuestos de los alemanes carecían de uniformidad. La idea de formar un Ejército de Liberación de Rusia bajo el mando del general Andrei Vlasov, que había sido capturado en julio de 1942, se pospuso una y otra vez debido a la ansiedad alemana por armar a extranjeros, y no se desplegó hasta la primavera de 1945. Emigrantes de los años de entreguerras se unió al ejército Vlasov y a la Wehrmacht como traductores, especialistas y comandantes de las unidades voluntarias rusas; unos 1.500 emigrantes rusos de Francia se unieron a la Wehrmacht, mientras que ca. 1.200 de Alemania le fueron asignados como traductores. Como medida de precaución, se reunieron listas de expertos emigrantes que podrían participar en la administración y reconstrucción de los territorios ocupados. Cientos de emigrantes rusos, ucranianos, georgianos y otros trabajaron como traductores en el Ministerio del Reich para los Territorios Orientales Ocupados, las Organizaciones Todt y Speer, en la contrainteligencia alemana y en el Ministerio de Propaganda del Reich. Oficiales superiores de la emigración rusa blanca (los generales Arkhangel'skii, von Lampe, Dragomirov, Golovin, Kreiter, cosacos atramas Abramov, Balabin y Shkuro) se unieron al movimiento Vlasov, al igual que representantes de nuevas organizaciones que solo se habían formado en el exilio, pero Esto tampoco carecía de problemas, ya que la sospechosa Gestapo seguía los pasos de los emigrantes.

Algunos de los principales representantes de la emigración que colaboraron con la Wehrmacht fueron capturados después de la victoria del Ejército Rojo en el Este, deportados y juzgados en Moscú o Jarkov, y posteriormente ejecutados. Los que pudieron huir a las zonas occidentales de Alemania después de la guerra desaparecieron en la segunda ola de refugiados.

martes, 19 de marzo de 2019

Esclavismo: El ADN de las pipas de tabaco revela el pasado

Qué revela el ADN oculto en una pipa de tabaco de plantación 

Los arqueólogos han comenzado a buscar datos genéticos dentro de objetos ordinarios como tuberías, que pueden contener saliva de siglos de antigüedad.

SARAH ZHANG | The Atlantic



Varios fragmentos de tubo de arcilla.

Fragmentos de pipa de tabaco encontrados en Belvoir. Son extremadamente comunes en los sitios arqueológicos del siglo XIX. DMOT SHA
Lo bueno de las pipas de tabaco, según Julie Schablitsky, es que son difíciles de encontrar. Eran omnipresentes en los siglos XVII, XVIII y XIX, hasta el punto, dice ella, que "donde quiera que haya personas durante este período histórico, encontrará estas pipas de arcilla en el suelo". Y donde estas personas quedaron rotas Las pipas de tabaco, también estaban dejando sin saberlo su ADN.

Tradicionalmente, el estudio arqueológico del ADN se ha centrado en restos humanos como huesos y dientes. Pero los genetistas ahora pueden extraer ADN oculto dentro de objetos comunes, incluidas las pipas de tabaco, que pueden contener saliva de siglos de antigüedad. Schablitsky, arqueóloga de la Administración de Carreteras del Estado de Maryland, y sus colaboradores analizaron recientemente el ADN de una de esas tuberías del siglo XIX, descubiertas en los barrios de esclavos de una plantación de Maryland llamada Belvoir.

El ADN mostró que una mujer había usado la tubería y su ascendencia genética más cercana a las personas que viven hoy en Sierra Leona. Probablemente estaba esclavizada en la plantación.



Schablitsky tuvo la idea de analizar el ADN en la tubería de hablar con los descendientes de personas esclavizadas en Belvoir. Cuando su equipo encontró los barrios de esclavos en 2014, se pusieron en contacto con un historiador que se especializa en la historia afroamericana local y que difundió la noticia. La noticia finalmente llegó a Shelley Evans, una maestra de escuela retirada de la ciudad de Baltimore. Ella había encontrado registros de su antepasado Thomas Burley, un hombre libre, que había comprado a su esposa e hija como esclavas en Belvoir. "Mi tercera bisabuela, ella vivió aquí", dice Evans. "Ella nació allí. Su mamá y su papá también tenían que haber estado allí ”. La tubería podría haber pertenecido a uno de sus antepasados.


Un marcador histórico para Belvoir, que se asoció con la familia de Francis Scott Key (Shelley Evans)


Excavaciones en Belvoir, que muestran el piso de ladrillos de los barrios de esclavos (MDOT HSA)

Así que mientras excavaban los cuarteles de los esclavos, Schablitsky y su equipo recolectaron fragmentos de tubería, usando pinzas esterilizadas para prevenir la contaminación. Se enfocaron particularmente en las tuberías, porque la arcilla es porosa, lo que significa que el ADN en la saliva puede penetrar fácilmente en el interior. En contraste, el ADN solo se asienta en la superficie de artefactos metálicos como arpas de mandíbulas o tenedores, y es poco probable que esté presente después de décadas en el suelo.

Schablitsky envió cuatro muestras de tuberías a un antiguo laboratorio de ADN de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Uno de los cuatro produjo suficiente ADN para un análisis posterior. Desafortunadamente, el ADN todavía estaba demasiado degradado para vincularse a individuos vivos hoy. Pero el laboratorio de Illinois se puso en contacto con Hannes Schroeder en la Universidad de Copenhague, quien se especializa en trabajar con ADN antiguo y degradado.


La pipa de tabaco de la que se extrajo el ADN de una mujer (MDOT HSA)


El laboratorio de Schroeder utiliza algoritmos para comparar el material genético de muestras antiguas con el de las poblaciones de referencia modernas de todo el mundo. Anteriormente había utilizado el ADN para rastrear los orígenes de las personas esclavizadas enterradas en la isla caribeña de Saint Martin. Un documento de 2015 conectó a estas personas con grupos de habla bantú en Camerún y otros en los actuales Nigeria y Ghana.

Schroeder aplicó las mismas técnicas al ADN tomado de la tubería en Belvoir. De las poblaciones de referencia africanas, la mujer en Belvoir era más similar a la gente de Mende en Sierra Leona.

Investigaciones recientes sobre el ADN antiguo han invertido artefactos con un nuevo significado. El ADN en la tubería de arcilla, por ejemplo, contiene un registro del comercio transatlántico de esclavos. "Empiezas con una pequeña pieza insignificante de pipa de tabaco y terminas hablando de uno de los eventos más significativos de la historia de los Estados Unidos", dice Schroeder.


Descendientes de Thomas Burley, quien liberó a su esposa e hijo de Belvoir. De izquierda a derecha: Shelley Evans, Erica Jones, Wanda Watts (Shelley Evans)

Dada la ubicuidad de las pipas de tabaco, Schablitsky espera que otros arqueólogos comiencen a utilizarlas como una fuente de ADN antiguo para llenar los vacíos en la historia. Pocos registros existen, por ejemplo, de dónde exactamente vinieron los esclavos en África. Podrías imaginar un registro alternativo escrito en el ADN dentro de tubos de arcilla que salpican el paisaje. Theresa Singleton, profesora de la Universidad de Syracuse que estudia la arqueología de la esclavitud, dijo que el descubrimiento en Belvoir es una "gran promesa" para futuras investigaciones, pero el costo del análisis de ADN puede ponerlo fuera del alcance de algunos arqueólogos.

Otra limitación es que los genetistas históricamente han tomado muestras de relativamente pocos africanos. "La base de datos de referencia para los africanos y también para la diáspora sigue siendo muy débil", dice Fatimah Jackson, bióloga de la Universidad de Howard. (Jackson está colaborando con Schroeder en otro proyecto, pero no participó en este.) Por ejemplo, la mujer que fuma en la pipa en Belvoir se parece más a la gente de Mende en la base de datos de referencia existente, pero podría estar más relacionada con otro grupo. cuyo ADN ni siquiera está en la base de datos. La única forma de saber es salir y recoger más muestras. Este problema se agrava por el hecho de que las personas en África son más diversas genéticamente que en otros continentes. Genetistas como Jackson están trabajando actualmente para diversificar los conjuntos de datos de referencia, pero es un problema que aún afecta a la investigación genética y las pruebas de ADN del consumidor, como las ofrecidas por 23andMe y AncestryDNA.

En 2018, cuatro años después de la excavación de Belvoir, los arqueólogos descubrieron que, después de todo, no podían estar limitados al ADN de la pipa de tabaco. A pocos pasos de los barrios de esclavos hay un cementerio con tantas personas como docenas. El equipo arqueológico preguntó a los descendientes, incluido Evans, si querían probar el ADN en los huesos enterrados allí. "Espero que eso suceda", dice Evans. Sus antepasados ​​pueden ser enterrados allí. La mujer que fumó la pipa puede ser enterrada allí.

lunes, 18 de marzo de 2019

Argentina: Mapa de la Conquista del Desierto

Mapa de las fronteras y Conquista del Desierto


Líneas de Fronteras y Conquista del Desierto (1744-1883). Trazado de acuerdo a los datos históricos de la época. Buenos Aires, 1934. Mapoteca I-V.


domingo, 17 de marzo de 2019

Guerra en los Balcanes: Un resumen

Guerra en los Balcanes

Weapons and Warfare



En 1911, Italia, que quería forjar su propio imperio en el norte de África, declaró la guerra al Imperio Otomano, que había estado declinando constantemente durante más de un siglo, para apoderarse de Libia, un país de dominio turco. Al mismo tiempo, los antiguos dominios turcos Bulgaria, Grecia y Serbia, alentados por Rusia, formaron la Liga de los Balcanes con el fin de arrebatar a Montenegro de los turcos y obligarlos a salir de Europa.

La Liga de los Balcanes, en alianza con el pequeño estado de Montenegro, declaró la guerra a Turquía el 8 de octubre de 1912. Juntas, la Liga y Montenegro podrían reunir alrededor de 350,000 soldados, mientras que los turcos tenían menos de 250,000 hombres disponibles en Europa. Hacia fines de octubre, las fuerzas de cada uno de los países balcánicos marcharon hacia los territorios europeos de Turquía.

Los griegos bajo el príncipe heredero Constantino (1868-1923) avanzaron hacia el sur de Macedonia desde Turquía y derrotaron a una fuerza otomana en Elasson el 23 de octubre. A pesar del éxito inicial, Constantino pronto tuvo problemas primero en Venije Vardar y más tarde en Kastoria y Banitsa. Para el 5 de noviembre, sin embargo, los griegos habían vencido a sus adversarios y reclamado una importante victoria en Venije. El ejército griego luego presionó hacia el este a Salónica. Tanto los griegos como los búlgaros codiciaban este puerto vital, cuya posesión permitiría a su propietario dominar el Egeo.


Las dos guerras en los Balcanes no solo pusieron fin al punto de apoyo del Imperio Otomano en Europa, sino que también crearon nuevos estados. También sacó a la superficie muchas hostilidades regionales. Este mapa muestra el alcance de los conflictos desde el Adriático hasta el Mar Negro.

Mientras tanto, los serbios, dirigidos por el general Radomir Putnik (1847-1917) avanzaron hacia Macedonia desde el norte, derrotaron a los turcos en Kumanovo el 24 de octubre y los obligaron a retirarse a Monastir. La Batalla de Monastir, que se llevó a cabo el 5 de noviembre, fue una dura lucha entre serbios y turcos que mostraron una gran valentía. Un impetuoso asalto serbio a una posición turca fue rechazado por los turcos con grandes bajas serbias. Pero este ataque debilitó el centro turco, y permitió que los serbios lanzaran un ataque frontal, lo que hizo que se incursionara en la posición turca. Amenazados por una fuerza griega que avanzaba desde el sur, los turcos se retiraron, perdiendo 20,000 hombres en la batalla. Los griegos luego capturaron la fortaleza de Salónica cuatro días después y colocaron a una serie de otras guarniciones turcas, entre ellas Scutari, bajo asedio.

A los turcos no les fue mejor en Tracia, donde se enfrentaron a los búlgaros. Tres pequeños ejércitos búlgaros avanzaron en un amplio frente y derrotaron a los turcos en Seliolu y Kirk Kilissa a fines de octubre. Los turcos retrocedieron hacia Constantinopla (Estambul moderna) para mantener una línea defensiva de 35 millas (56 km) entre Lülé Burgas y Bunar Hisar. Dos de los ejércitos búlgaros presionaron hacia el este después de los turcos, mientras que el tercero colocó a la ciudad de Adrianópolis bajo sitio.



En el sentido de las agujas del reloj, desde la parte superior derecha: fuerzas serbias que ingresan a la ciudad de Mitrovica; Tropas otomanas en la batalla de Kumanovo; el rey griego y el zar búlgaro en Tesalónica; La artillería pesada búlgara.


Los ataques búlgaros a la línea defensiva turca en Lülé Burgas del 28 al 29 de octubre tuvieron éxito y los turcos se retiraron hacia Constantinopla. Tomaron una posición a lo largo de la Línea Chatalja, su última barrera defensiva ante la capital turca. Los búlgaros intentaron romper la línea durante noviembre, pero todos sus esfuerzos resultaron infructuosos y Constantinopla estaba a salvo de los búlgaros. Sin embargo, como resultado de la intervención de las principales potencias europeas, las conversaciones de paz comenzaron en diciembre y un armisticio interrumpió temporalmente la guerra.


Fuerzas turcas a la izquierda; Griegos, serbios, búlgaros y montenegrinos en derecho


Sin embargo, las negociaciones de paz se derrumbaron como resultado de las demandas incompatibles de los diversos estados. Turquía estaba obligada a entregar la mayor parte de sus posesiones europeas, y se iba a crear un nuevo estado de Albania en el Adriático, aunque Serbia y Montenegro se opusieron a esta última medida. Pero la causa principal de la disputa radicaba en el temor fundado de Bulgaria de que Grecia y Serbia estaban conspirando para dividir Macedonia entre sí a expensas de Bulgaria. La Liga de los Balcanes podría haberse unido en su determinación de derrotar a los turcos, pero sus propias ambiciones regionales demostrarían su ruina.

Para complicar aún más las cosas, el gobierno turco fue derrocado en enero de 1913 y reemplazado por un feroz grupo nacionalista conocido como los "Jóvenes Turcos", dirigido por Enver Bey (1881-1922). El nuevo gobierno turco estaba decidido a continuar la guerra con la esperanza de obtener mejores condiciones de paz para Turquía. A pesar de sus mejores esfuerzos, los ejércitos turcos sufrieron más derrotas en 1913. Las ciudades turcas de Yannina (3 de marzo), Adrianople (26 de marzo) y Scutari (22 de abril) cayeron ante la Liga de los Balcanes, obligando a los turcos a demandar por la paz. . El siguiente Tratado de Londres vio a Turquía perder prácticamente todas sus posesiones en los Balcanes.

La Segunda Guerra Balcánica

La Liga de los Balcanes no sobrevivió a su victoria en la Primera Guerra de los Balcanes. y las rivalidades nacionales pronto rompieron la alianza. Con la esperanza de obtener una porción más grande de Macedonia y. Sobre todo, el puerto de Salónica, Bulgaria, atacó a los serbios el 30 de mayo de 1913, antes de declarar la guerra tanto a Serbia como a Grecia. Bulgaria subestimó severamente la fuerza de sus antiguos aliados, y para el 30 de junio sus fuerzas fueron detenidas por la coalición serbo-griega. El 2 de julio, las fuerzas serbias al mando de Putnik rechazaron a los búlgaros y, a pesar de una contraofensiva fallida, los búlgaros fueron prácticamente derrotados.



Entonces, una situación ya desesperada que enfrentó Bulgaria empeoró cuando, el 15 de julio, Rumania se alió con Serbia y Grecia contra Bulgaria. Con gran velocidad, las tropas rumanas avanzaron sobre la capital búlgara de Sofía. Al mismo tiempo, aprovechando los problemas de Bulgaria con Serbia, Grecia y Rumania, los turcos recapturaron a Adrianópolis. Los búlgaros fueron rápidamente obligados a la mesa de la paz y el 10 de agosto de 1913, el Tratado de Bucarest puso fin a la guerra. Bulgaria se vio obligada a renunciar a la mayor parte de las tierras que había ganado durante la guerra contra Turquía, así como a perder algunos de sus territorios del norte frente a Rumania. Grecia, por otro lado, recibió Creta y el sur de Macedonia, y Serbia ganó Kosovo y el norte de Macedonia, aunque Austria los obligó a renunciar a sus ganancias en la recién formada Albania.

Sin embargo, la paz en los Balcanes no duró mucho, y la región permaneció inestable ya que las ambiciones en conflicto de los estados balcánicos se complementaron con las ambiciones más grandes de las grandes potencias rivales, Rusia y Austria-Hungría. Bulgaria permaneció resentida como resultado de las pérdidas en que había incurrido al final de la Segunda Guerra de los Balcanes, mientras que Turquía lamía sus heridas y con la ayuda de Alemania se puso a modernizar sus fuerzas armadas. En el transcurso de un año, en Sarajevo, Bosnia, el asesinato del Archiduque Fernando, heredero del trono austro-húngaro por un nacionalista serbio arrojaría a los Balcanes al caos y provocaría el estallido de la Primera Guerra Mundial.

sábado, 16 de marzo de 2019

Intervención militar: La diplomacia de las cañoneras

Diplomacia de cañoneras

Weapons and Warfare





Marines de Estados Unidos con la bandera capturada de Augusto César Sandino en 1932.

La "diplomacia de cañoneros" se refiere a una política exterior que se basa en la fuerza o la amenaza de fuerza. Hasta cierto punto, este enfoque de la política exterior siempre ha existido entre los imperios y las naciones. Pero en el léxico político estadounidense, el término se aplica con mayor frecuencia a la política exterior de los Estados Unidos en el Caribe, América Central y la zona norte de América del Sur durante las primeras tres décadas del siglo XX. A partir de entonces, esta política dio paso a la "Política de Buen Vecino" formulada primero por Herbert Hoover y luego puesta en práctica por Franklin D. Roosevelt, mediante la cual Estados Unidos se comprometería a abstenerse de la intervención armada en América Latina.

Uno de los primeros ejemplos de diplomacia de cañoneras estadounidense fue la misión de Comm. Matthew C. Perry, quien navegó con ocho barcos, un tercio de la Marina de los Estados Unidos, para "abrir" Japón para comerciar con los Estados Unidos en 1853. Cuando Perry regresó, como se había prometido, el año siguiente, el Shogunato de Tokugawa aceptó el El Tratado de Kanagawa, en parte por el reconocimiento de lo que las potencias europeas desenfrenadas estaban haciendo en la cercana China. Las demostraciones de fuerza naval siguieron en Corea, Hawai y China.

La guerra hispanoamericana en 1898 dio a Estados Unidos un imperio de ultramar después de la toma de territorios en el Caribe y el Pacífico. La guerra dejó en claro las ventajas de una Armada oceánica para defender ambas costas, los beneficios de un canal transístmico en América Central para salvar el largo viaje por mar alrededor del extremo sur de América del Sur, y la necesidad de asegurar bases en el Caribe en los accesos orientales del canal. Este interés estratégico, junto con la presión de los bancos y otros negocios en la región, llevó a los departamentos de Estado y Marina a comprometer fuerzas navales y marinas en el Caribe y Centroamérica después de 1895. Entre la guerra con España en 1898 y el ingreso de los Estados Unidos a la Guerra Mundial. En 1917, el gobierno de los Estados Unidos estableció una hegemonía virtual en estas aguas. Algunos en los Estados Unidos, que se hacían llamar antiimperialistas, expresaron su oposición a tales intervenciones.

El proceso fue ayudado por Pres. El corolario de Theodore Roosevelt a la Doctrina Monroe. Para evitar la interferencia alemana en 1904 en los asuntos de la República Dominicana, él declaró y asumió el derecho de "un poder policial internacional", un derecho que él y los presidentes sucesivos ejercieron posteriormente en Cuba, Nicaragua, México, Haití y otras naciones. Roosevelt ya había interferido en los asuntos colombianos. Una compañía francesa había fracasado a un alto costo de construir un canal a través del estrecho istmo panameño, que en ese momento era parte de la provincia de Panamá en Colombia. Un funcionario de esa compañía y algunas élites panameñas conspiraron en 1903 para establecer una Panamá “independiente”; Roosevelt reconoció rápidamente a Panamá como una nación soberana y ordenó a las fuerzas navales de los Estados Unidos que avanzaran hacia las costas del nuevo país para defenderse contra una posible respuesta de Colombia. Los líderes de la nueva Panamá independiente firmaron un tratado que otorga a los Estados Unidos los derechos para construir y operar un canal y controlar las tierras de ambos lados hasta 1999. El canal, completado en 1914, sigue siendo una maravilla de la ingeniería. Más importante en términos de diplomacia de cañoneros, el Canal de Panamá también atrajo la atención del gobierno de los Estados Unidos a los asuntos del Caribe y América Central.

Las tropas del Ejército de los Estados Unidos regresaron a Cuba de 1906 a 1909 bajo los términos de la Enmienda Platt de 1901, que prohibió la anexión absoluta de la isla. En 1909, los infantes de marina de EE. UU. ayudaron a derrocar al gobierno de Nicaragua y prácticamente ocuparon ese país desde 1912 hasta 1933. Los infantes de marina de los EE. UU. Dirigieron la República Dominicana en gran parte de 1916 a 1924.

En los años siguientes, las fuerzas armadas de los Estados Unidos interfirieron regularmente en los asuntos internos de las naciones soberanas del sur. Después de perseguir a Pancho Villa en el norte de México, las fuerzas armadas estadounidenses ocuparon el puerto mexicano de Veracruz de 1914 a 1916. Los Estados Unidos también ocuparon Haití de 1915 a 1934.

El eslogan utilizado para justificar dicha interferencia en los asuntos internos de otros países cambió a lo largo de las décadas. Durante la presidencia de Theodore Roosevelt, fue el "Corolario de Roosevelt": si una nación caribeña o latinoamericana incumplía sus obligaciones con un "gran poder", los Estados Unidos, invocando este Corolario de la Doctrina Monroe, intervendrían en la ofensiva. nación y “corrigió” el “problema”. Durante la presidencia de Howard Taft, fue la “Diplomacia del Dólar”, cuyo objetivo era asegurar al Caribe y las naciones limítrofes de América Latina la inversión de los bancos y corporaciones de los EE. UU. funcionarios de aduanas y del Tesoro en naciones que estaban al borde de la bancarrota. El Presidente Woodrow Wilson quería expandir el progresismo hacia las relaciones exteriores, y justificó la continuación de la diplomacia de las cañoneras por la necesidad de castigar a las naciones "inmorales" en la región. Los presidentes republicanos de los años veinte regresaron a la diplomacia del dólar y buscaron la estabilidad. En la década de 1930 Pres. Franklin Roosevelt, a pesar de unos breves aterrizajes del personal naval en Cuba para proteger la propiedad estadounidense, avanzó la "Política del Buen Vecino", que aparentemente puso fin a esta era de intervención estadounidense en los asuntos de otras naciones. Roosevelt proclamó que "en el campo de la política mundial, dedicaría esta Nación a la política del buen vecino: el vecino que se respeta resueltamente a sí mismo y, porque lo hace, respeta los derechos de los demás". un final.

Sin embargo, dependiendo de la perspectiva de uno, se puede decir que los Estados Unidos han continuado con la Diplomacia Gunboat como un medio de hacer arte en todo el mundo. Después de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría, los militares de los Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) intervinieron, con un éxito mixto, para apoyar o establecer regímenes amigables con los Estados Unidos, independientemente de su estatus democrático. En 1953, la CIA ayudó a derrocar al régimen supuestamente comunista de Mohammed Mossadeq en Irán, devolviendo el poder al shah. Al año siguiente, Estados Unidos derrocó a Jacobo Arbenz Guzmán en Guatemala. El gobierno de los Estados Unidos apoyó al dictador cubano Fulgencio Batista en Cuba hasta 1959 y posteriormente intentó desestabilizar al gobierno de Fidel Castro, incluida la capacitación y luego el apoyo inadecuado de la invasión de los exiliados cubanos en Bahía de Cochinos en 1961. Pres. Lyndon Johnson aprobó una ocupación de la República Dominicana en 1965 para derrocar a Juan Bosch y al presidente. Richard Nixon apoyó el derrocamiento del régimen de Allende en Chile. Un comité del Senado a fines de la década de 1960 descubrió que la Armada había desplegado grupos de tareas de transportistas en todo el mundo en respuesta a los informes de "problemas" unas 62 veces en los 15 años desde el estallido de la Guerra de Corea, y que el Departamento de Estado sabía que De solo 29 de estos despliegues.

Algunos críticos afirman que los Estados Unidos nunca han abandonado la diplomacia de las cañoneras, utilizando una definición expansiva del término por el cual la acción militar, a excepción de la guerra total, reemplaza a la diplomacia y desdibuja la línea con la "guerra limitada". , la Guerra del Golfo Pérsico y la posterior Guerra de Irak, que comenzó en 2003, como ejemplos modernos de diplomacia de cañoneras. Otros creen que el término debe limitarse a su contexto original.