domingo, 9 de junio de 2013

Primera Guerra del Golfo: Un resumen (Nota 1)

La Primera Guerra del Golfo Pérsico: La guerra Irán-Irak (1980-1988) 

escrito por Urogallo, foro EGC 

Antes de la tormenta: 1973-1978 

“Crecí resentido, obstinado y furioso” 
Saddam Hussein. 

Los años 70 fueron una década dedicada por Saddam Hussein a la consolidación de su poder personal. Estableció como base de su fortalecimiento el control absoluto del ejército, en el que veía no solo la única fuerza capaz de deponerle, si no también un instrumento esencial de su política exterior. Las experiencias del ejercito iraquí habían sido invariablemente mediocres, ya que su participación en las sucesivas guerras contra Israel había rozado lo ridículo ( En 1973 sus propios aviones fueron derribados por la AA árabe, en el 67 apenas habían llegado a combatir y en el 48 su actuación fue tan deplorable que habían sido acusados de complicidad con los hebreos) y a pesar de las enormes inversiones en armamento moderno era incapaz de vencer a la resistencia Kurda. Saddam consiguió apaciguar el problema del Kurdistan pactando con los aliados de sus enemigos, la URSS a la que empezó a comprar material masivamente, e Irán, que retiró sus tropas y su apoyo a cambio de la cesión del control sobre el estuario de Shat el Arab en los acuerdos de Argel de 1975. La posición internacional de Irak era notablemente ventajosa en 1977, puesto que contaba con la benevolente ignorancia de los gobiernos occidentales, la amistad de sus vecinos (excepto Siria, cuya ambición de formar una república unificada con Irak Saddam había frustrado) y el apoyo de la URSS y Francia, sus grandes proveedores de armamento. Para 1980 era todo un símbolo del tercer mundo, tanto que esperaba ser nombrado en 1984 sucesor de su amigo Fidel Castro al frente de la organización de los países no alineados. 

La Revolución Islámica Iraní y sus consecuencias 

"Mis principales enemigos, son, primero el sha, luego el satán norteamericano y después Saddam Hussein y su infiel partido Baas". 
Ayatollah Jomein, 1978, Paris. 


Con la llegada al poder del Ayatollah Jomeini llegaron también los intentos de exportar la revolución islámica. El primer objetivo no podía ser otro que Irak, donde una numerosa comunidad chiíta vivía sometida al otro lado de la frontera a un régimen laico-sunnita Jomeini había vivido exiliado varios años entre la comunidad chiita irakí, por lo que tenía un amplio predicamento entre los clérigos de la zona, que se sintieron alentados por su éxito. En 1977 había alentado la disidencia del ayatollah Sadr, que organizó una ofensiva terrorista contra el gobierno iraquí. Capturado y ejecutado, su muerte ocasionó una revuelta a gran escala en el sur de Irak, que culminó con miles de ejecutados y decenas de miles de deportados a Irán. Desde Abril de 1980 los choques militares a lo largo de la frontera fueron aumentando la tensión que el propio Jomeini producía llamando públicamente a la rebelión en Irak y al derrocamiento de Saddam Hussein. En realidad, a pesar de sus excelentes relaciones con el depuesto Sha, Saddam había intentado intercambiar su apoyo al nuevo régimen por una revisión del acuerdo de Argel, de 1975, por el que había cedido a Irán el control de Shat el Arab. Pero el ayatollah, que veía en Saddam un cadáver político, se negó a ceder un ápice. Todos los intentos de acercamiento de Saddam fracasaron, a pesar de que el dictador no dejó de realizar gestos destinados a apaciguar a los chiítas del sur y a reorientar la propaganda del poder en un sentido religioso. Saddam era un superviviente, y sentía que los nuevos vientos ya no soplaban del lado de los líderes socialistas como el, si no de los integristas. Pero Jomeini no dio su brazo a torcer. El 17 de septiembre de 1980, Saddam, que veía mucho mas amenazada su posición como líder que la seguridad de su país, denunció unilateralmente el acuerdo de Argel, lo que suponía, aunque el confiado Jomeini no quisiera verlo, una declaración de guerra. La ceguera del dirigente islamista es tanto mas increíble si tenemos en cuenta que disponía, al menos desde julio del mismo año, de una copia del plan de ataque iraquí. Fue proporcionado por los soviéticos, a través de intermediarios, como medio de castigar el acercamiento iraquí a occidente y su política independiente. Muy posiblemente Jomeini esperaba y deseaba la guerra, y esperaba llegar a ella contando con la ventaja de estar en la situación de agredido, y no la de agresor. Si esto sucedió realmente de este modo, su postura sería muy semejante a la de los israelíes en 1973. 

La Invasión de Irán 

“Atacando por sorpresa en las primeras horas del día, tras años de recogida de información, la aviación israelí aplastó en el suelo a la aviación Egipcia. En unas pocas horas un puñado de pilotos decidieron el curso de una guerra”. 

El 22 de septiembre de 1980, aprovechando las primeras luces del amanecer ( posiblemente debido a la escasa capacitación de los pilotos para el vuelo nocturno), la aviación iraquí atacó 10 bases aéreas iraníes, incluidas las de la misma capital, Teherán. Lo que Saddam Hussein pretendía era una repetición del exitoso ataque por sorpresa que en 1967 había destruido en tierra a la aviación egipcia. Incluso contaba con un avión que en su imaginación era una versión superior del Mirage III que emplearon los judíos, el Mirage I. Su gran amigo Jacques Chirac se lo había suministrado a un precio un millón de dólares inferior al del resto de compradores cómo una cortesía especial. Autoproclamado mariscal de campo, como su admirado Stalin, a nadie se le ocurrió mencionarle que el Mirage I era un caza puro, no un cazabombardero como el Mirage III. 

Los pilotos iraquíes ametrallaron a placer las bases enemigas, pero sin una carga de bombas o misiles adecuada no lograron destruir la capacidad de respuesta iraní. Aquel mismo día los Phamtom enemigos ya lograron, no solo despegar, si no hundir 4 buques iraquíes y arrasar 2 campos de aviación como represalia. Además, también se concentraron a fondo en un objetivo realmente valioso como era el sistema de refinerías iraquí...Incluso en medio de la confusión del ataque por sorpresa los iraníes seleccionaron sagazmente el objeto de sus represalias. Aquello no tenía nada que ver con la respuesta caótica que Saddam esperaba de la recientemente purgada cúpula de las fuerzas armadas. El plan de Saddam era limitado, y se fundaba en los datos aportados sobre la situación interna de Irán que obtenía de los generales del Sha exiliados en Bagdad. Se le convenció de que no existía ninguna posibilidad de que el enorme y bien armado ejército imperial se enfrentase a el, ya que las purgas de los islamistas lo habían reducido a la impotencia...Incluso en el caso de que Jomeini consiguiese improvisar algún tipo de fuerza defensiva, la falta de suministros derivada del bloqueo occidental le impediría prolongar su esfuerzo militar contra las bien armadas tropas iraquíes. Además Irak solo tenía interés en asegurar Shat el Arab y lograr ocupar algo de territorio iraní que pudiese ser intercambiado luego por cesiones diplomáticas de bajo nivel...Incluso cabía la posibilidad de que una rápida derrota de Jomeini alentase a la rebelión interior...Ninguna de estas optimistas previsiones habría de cumplirse. 

Crisis de la ofensiva 

“Se ha producido la segunda Quadisiya, hemos aplastado de nuevo a los persas”. 
Saddam Hussein. 

El ejército iraquí aún no tenía las proporciones colosales de 1991, y además se destinaron solo 6 divisiones de las 12 existentes a la campaña, lo que limitó mucho la capacidad operativa de los comandantes. Saddam estableció 7 objetivos distintos a lo largo de toda la frontera, contando solo con la oposición de una única división acorazada enemiga. El objetivo principal era la gran ciudad de Abadan, pero antes de Abadan, era imperativo tomar Jorramshar, una ciudad menor que controlaba los accesos de aquella más allá del río Rarum. Sin embargo nadie podía esperarse el arrojo con el que los iraníes estaban dispuestos a defender su nación, bloqueando a los 60.000 iraquíes y sus 1.000 carros, con menos de 10.000 hombres. Sin mas que armas ligeras y de ocasión, la escasa guarnición improvisada rápidamente mantuvo a raya a los iraquíes hasta el 24 de octubre, causándoles unas 7.000 bajas, y la perdida de más de 100 vehículos.¡Y Jorramshar solo era una ciudad sin importancia defendida por una guarnición de milicianos sin armamento!.El ejército iraní, en proceso de reorganización, aún no suponía una amenaza inmediata, pero con 45.000 bajas en su relativamente reducida fuerza de invasión, a cambio de una ganancia territorial que en ningún caso iba más allá de los 40 kilómetros, Saddam perdió las ganas de seguir combatiendo. Ordenó que sus tropas se detuviesen y mantuviesen las posiciones, a pesar de que no había logrado ninguno de sus objetivos militares, y que sin lograr la ocupación de Abadán la salida de Irak al mar seguía dominada por los iraníes. Quizás confió en una solución política facilitada por la incapacidad de los ayatollahs y de su régimen de asumir el castigo sufrido hasta el momento. Pensando desde el principio en una solución negociada al conflicto, trató de reducir al mínimo el nivel de la agresión, confiando en ganarse la benevolencia del pueblo persa...Al igual que en tantas ocasiones posteriores, Saddam se equivocó por completo. 

Irán acepta el desafío 

“Esta fuente mana sangre de mártires, de mártires de Irán que ya gozan del paraíso”. 

En Teherán Jomeini vio en la guerra no solo la posibilidad de unir a su pueblo frente a un enemigo ancestral, consolidando su poder y la revolución islámica, si no también la ocasión de derrocar a Hussein y convertir a Irak en otra nación islámica chiíta. Para agravar aún más la situación, Jomeini, a pesar de su fanatismo no cometió el error de creerse un genio militar. En lugar de tomar el mando directo de las tropas, delegó este en su segundo, Hashemi Rafsanjani, un antiguo oficial del Sha expulsado del ejército por sus actuaciones sediciosas y que demostró cierta capacidad como comandante. Los islamistas iraníes aceptaron la guerra, y en aquel momento Saddam debió comprender la magnitud de su error. A la hora de planear una campaña hay que asumir todos los riesgos posibles, y el de una guerra convencional y a gran escala contra Irán era uno que Irak jamás debería haber aceptado. Mucho mas extenso y poblado, con amplio acceso a mares navegables, la misma geografía hacía casi imposible que Irán perdiese la guerra, pero en cambio facilitaba mucho que la ganase: Incluso en el caso de que los iraquíes hubiesen conseguido avanzar en el sur, solo habrían tenido por delante kilómetros y kilómetros de tierras sin valor donde habrían sido vulnerables a un ataque de flanco desde las montañas del norte. Los iraníes, si lograban romper el frente iraquí, solo tenían delante un desierto indefendible, donde además les esperaban sus correligionarios chiítas. Con la caída de Basora, Bagdad mismo no habría tenido defensa posible. Por si fuera poco, los objetivos principales para la aviación Iraquí estaban muy alejados de la frontera común, mientras que los objetivos iraquíes estaban muy próximos a la misma. Si a esto añadimos la nula capacidad demostrada por la defensa antiaérea iraquí y la calidad de los restos de la fuerza aérea imperial iraní, el futuro no se mostraba prometedor para Saddam Hussein. Su viejo amigo Jacques Chirac, dispuesto como siempre a echar una mano, aceleró la entrega de más Mirage I, que seguirían nutriendo regularmente la fuerza aérea iraquí durante todo el conflicto hasta superar los 328 aparatos suministrados en versiones adaptables tanto al empleo de los exocet como a la defensa aérea y el reconocimiento avanzado, misión en la que luego serían sustituidos por los Mig-25 soviéticos. 

Desde el primero momento ambos bandos trataron de privar al otro de su principal fuente de divisas, el petróleo, pero como ya hemos comentado resultaba mucho mas fácil para Irán colapsar la concentrada industria de extracción iraquí. Por si fuera poco, el control de Abadan bloqueaba la salida del crudo iraquí, mientras que Irán podía enviarlo al mercado a través de sus puertos en el Indico, fuera del alcance de la aviación iraquí. Al menos, de momento.... 

La contraofensiva iraní: Los Guardias Islámicos 

“Hemos venido a combatir contra Irak. Hemos abandonado a nuestras familias. Este chico solo tiene 14 años. ¡Y ha venido a combatir!”. 
Declaraciones de un guardia islámico. 

En Mayo de 1981, tras varios meses de intensos preparativos, el ejercito iraní lanzó una contraofensiva que consiguió hacer retroceder varios kilómetros a los iraquíes. La ofensiva se repitió con éxito en octubre, pero para entonces era evidente que los restos del ejército del Sha no estaban en condiciones de ofrecerle a Jomeini la victoria decisiva que esperaba. Por eso en Noviembre, la siguiente ofensiva estuvo dirigida por los voluntarios de la guardia revolucionaria islámica pasdaran. Igual que los terroristas suicidas islámicos, pero a gran escala, los jóvenes guardias revolucionarios se lanzaban buscando el martirio y el paraíso contra las posiciones iraquíes hasta que lograban colapsarlas. Esto permitía el avance de los regulares que consolidaban las nuevas posiciones, repitiéndose entonces la maniobra con nuevos contingentes que atacaban la siguiente posición. El efecto de una táctica tan audaz colapsó las posiciones iraquíes en las que cundió el pánico. Para diciembre el sistema de comunicaciones de los iraquíes ya había sido inutilizado mediante la conquista de la única carretera de la zona, lo que hizo imperativo que el ejército iraquí tratase de recuperarla mediante una serie de contraataques que fracasaron sucesivamente y que se prologaron durante todo el mes de febrero de 1982. El propio Saddam Hussein había dirigido las operaciones desde el frente, lo que posiblemente explique por que un ejército moderno y bien armado fracasó a la hora de arrebatar un objetivo táctico a una masa fanatizada y deficientemente equipada. Como siempre los amigos franceses estaban dispuestos a ayudar, y el nuevo gabinete socialista de Mitterrand formalizó un contrato de 2.6 billones de dólares, olvidando el papel agresor de Irak en la guerra. Era un apoyo decisivo si tenemos en cuenta que la URSS, molesta con Saddam, había bloqueado el envío de armas. En Marzo de 1982 los iraníes repitieron sus ofensivas de saturación logrando hacer más de 15.000 prisioneros durante una nueva "retirada estratégica" iraquí. La desbandada llegó a tales extremos que el propio dictador estuvo a punto de ser capturado, siendo salvado en el último momento por una ofensiva de sus propias tropas y la decidida protección que le brindó su numerosa escolta. El mando persa apostó fuerte, y en una serie de ataques masivos lanzados durante el mes de mayo lograron recuperar Jorramshar, su ciudad mártir, y hacer más de 22.000 nuevos prisioneros. La capacidad de ataque de los iraníes, a pesar de las enormes bajas, no dejaba de ir en aumento. Desesperado , Saddam declaró en junio el alto al fuego unilateral el 10 de junio, aprovechando que el día 6 Israel había invadido el Líbano. Propuso el cese de las hostilidades, y el inmediato envío de los ejércitos iraquí e iraní en apoyo de los hermanos musulmanes atacados (1). Para dar pruebas de su buena fe ordenó el abandono inmediato del escaso territorio iraní aún en su poder... 
Pero situado a la puerta de Irak y con la victoria en sus manos Jomenini no iba a renunciar a la posibilidad de conquistar todo el país, por lo que el 14 de Julio declaró el inicio de otra ofensiva que ya tenía como objetivo directo la invasión de Irak y el derrocamiento del infiel Saddam. 

Irak. El frente interior 

“Tu mandas Saddam, nosotros obedecemos”. 

Con 100.000 muertos a sus espaldas, y una cifra indeterminada de heridos y prisioneros, el liderazgo de iraquí sufrió una fuerte crisis, que además se vería agravada por el fin del dorado maná del petróleo. Los sirios, que habían formalizado una alianza tácita con los iraníes, cerraron el paso del crudo iraquí por su territorio. Si a eso le sumamos el bloqueo del golfo pérsico y los daños de la industria de extracción, la situación financiera se tornó critica. Saddam había tratado de mantener su popularidad entre el pueblo sosteniendo artificialmente el elevado nivel de vida de antes de la guerra a costa del gasto de divisas. Además gastaba sumas fabulosas en premios y recompensas a las familias de los caídos y a los jefes militares, en premio a su lealtad...por lo que la crisis de las ventas de crudo atrapó al país sin reservas económicas. El mando que ejercía sobre sus tropas era absoluto, y se mantenía a base de frecuentes ejecuciones sumarias de oficiales críticos...pero era un mando totalmente ineficaz, que anulaba cualquier ventaja iraquí. Sin embargo la situación militar exigía responsables ante la opinión pública, así se produjo una amplia purga durante el verano de 1982 en la cúpula del ejército. Una vez más, lo importante era el fortalecimiento de su posición de poder, no la crisis bélica. Es en estos momentos cuando comienza a encerrarse en un sistema de protección prácticamente invulnerable, rodeado en todo momento de una guardia pretoriana adepta a su persona, que diseña un sistema de seguridad totalmente paranoico, en el que solo Saddam Hussein va a saber realmente donde se encuentra en cada momento. Dentro de esta política podemos enmarcar la creación de la Guardia Republicana, una fuerza militar del partido destinada a proteger Bagdad de un posible golpe militar tanto como de una penetración iraní y que irá creciendo a lo largo del conflicto como si de unas nuevas SS se tratase...aunque mucho menos eficaces. En 1983 tuvieron su bautismo de fuego cerrando con una brigada una brecha en las líneas de defensa de Basora. En 1985 lograron una victoria táctica operando a nivel divisionario, acelerando así su ampliación imparable. 

Fortaleza Irak 

“Fortificar es vencer. Fortificar es la consigna del partido”. 
Dolores Ibárruri, 1936. 




A partir de 1982 los iraníes tomaron Basora como objetivo principal de sus ataques, convencidos de que la captura de la capital chiíta del país derrumbaría el régimen de Saddam. Sin embargo, en ese momento, la guerra dio un nuevo giro. El ejército de Irak había sufrido muchas derrotas, pero había logrado retirarse en todas las ocasiones tanto gracias a su superior dotación de vehículos como a las deficiencias iraníes en ese campo. Tras cada batalla victoriosa, los iraquíes podían huir rápidamente, sin darle tiempo a los iraníes de fijar al enemigo y rodearlo. Por eso, una y otra vez, el ejército de Irak había sido capaz de retroceder y montar un nuevo frente. Ahora, en las fronteras de su propio país, los iraquíes experimentarían una autentica oleada de patriotismo. Enfrentados a la posibilidad de una conquista persa, los árabes iraquíes recuperaron su ardor combativo en defensa de sus hogares. Además los ingenieros militares de Saddam habían diseñado un sistema defensivo colosal, basado en una triple red de trincheras, apoyadas por la aviación y la artillería. Los iraquíes operaban ahora en líneas interiores, con toda la infraestructura viaria de su país empleada en apoyar su defensa. Por su parte, los iraníes operaban al límite de una estructura logística ineficaz, agravada por su incapacidad para lograr obtener armamento en el extranjero. Las oleadas humanas iraníes, enfrentadas a posiciones fijas y a la superior potencia de fuego iraquí eran masacradas sin cesar. Por si fuera poco, a medida que avanzaba la guerra mas y mas equipo aéreo iraní se quedaba en tierra por falta de repuestos, mientras que la fuerza aérea iraquí no dejaba de aumentar, añadiendo su potencia de ataque a la defensa. (2). Hay que decir que la participación de la fuerza aérea iraquí en el conflicto estuvo muy por debajo de lo que se podía esperar, sobre todo teniendo en cuenta que no existía oposición enemiga. La confianza del ejército en la protección de sus fuerzas aéreas era tan limitada, que no es estableció ningún sistema de identificación amigo / enemigo, por lo que la defensa AA se limitó a ordenar el derribo de cualquier avión que sobrevolase sus posiciones...Lo que condujo a que el 75% de sus bajas aéreas en la guerra las causase el fuego amigo, ya que no existía prácticamente otra posibilidad de ser derribado. Aunque es cierto que la aviación iraquí aceptaba rígidamente el sistema soviético, basado en el control rígido de los aviadores por sus controladores terrestres, esto no justifica que una fuerza aérea tan numerosa y bien equipada realizase una contribución militar tan limitada. Se calcula que desde 1984 las fuerzas aéreas iraquíes no contaron en ningún momento con menos de 800 aparatos disponibles, una cifra apabullante, contra un Irán que difícilmente podía tener en el aire a 50 Phamtom, a coste de canibalizar su flota de 239 aparatos. Ni siquiera hay pruebas de que sus excelentes F-14 Tomcat ( Entre 8 y 16) llegasen a volar en algún momento de la guerra. 

La ayuda de los aliados 

“Con Vietnam del Sur cayeron Laos y Camboya. Si caía Irak caían Jordania, Kuwait y Arabía Saudita”. 

Una ventaja añadida vino del decisivo giro de la diplomacia soviética, que vio en los iraníes pro-afganos y expansionistas un peligro latente para sus posiciones en Oriente Medio y Asia Central. Para 1983 el suministro de material soviético superaba los niveles de pre-guerra, y seguía aumentado. Los repuestos y el apoyo técnico eran vitales para un país que disponía de un 70/80% de material soviético dotando sus fuerzas. 1.200 consejeros soviéticos llegaron escalonadamente a Irak, haciéndose cargo del diseño del sistema defensivo y colaborando con los mandos del ejército y la aviación. Con su consejo experto, que Saddam podía aceptar sin temor a un desafío a su poder, el sistema defensivo de Basora se consolidó definitivamente. Los iraníes lograron ganar casi 6 kilómetros a base de bajas humanas colosales, pero sus avances eran inevitablemente contenidos, e incapaces de consolidar sus conquistas se retiraban perseguidos por el fuego iraquí.(3). Los ayatollahs estaban obsesionados con la posibilidad de tomar Basora e instaurar una nueva republica chiíta, por lo que se negaron a aceptar que la posibilidad de colapsar las defensas iraquíes estaba más allá de sus posibilidades militares. Siguieron llamando incesantemente al martirio y a la guerra santa, fanatizando a los jóvenes guardias de la revolución. No se estaba jugando el destino de una provincia iraquí...si caía Basora, caía Irak, y con Irak la revolución islámica se extendería como la pólvora por los débiles países que bordearían la nueva republica fundamentalista. Este fue un error de amplio calado, puesto que convención a las monarquías petrolíferas de la necesidad de apoyar a Irak con un río de divisas. Los franceses, poco dispuestos a perder sus lucrativos negocios, aceptaron ceder a crédito aviones de ataque Super-Eténdard y un suministro ilimitado de misiles anti-buque exocet. La misión de estos aviones sería masacrar a los petroleros iranies a una velocidad sorprendente: Entre marzo y agosto de 1984 más de 70 buques enemigos fueron hundidos por el mortífero binomio galo que ya había demostrado su extraordinaria capacidad en la guerra de las Malvinas, asediando la isla de Kharg, principal puerto iraní de exportación en el golfo pérsico. Durante toda la guerra Francia suministró 848 misiles exocet, de los que al menos 500 fueron empleados en acciones de guerra. 

La Guerra de Desgaste 

“Los alemanes se quedarán sin hombres antes que nosotros”. 
Douglas Haigh. 1917. 

Para finales de 1984 ya habían caído 180.000 iraquíes, a los que hay que añadir 500.000 heridos. Irak asumía un coste proporcionalmente mayor, ya que a sus 65.000 muertos, había que sumar 250.000 heridos y 60.000 prisioneros sobre una población de solo 18 millones de habitantes, muchos de ellos opuestos al régimen, frente a los 54 de Irán. Los ayatollahs también tenían que combatir su propia disidencia interna, manifestada en importantes atentados, pero en esencia su posición interna parecía mas segura. Ante la evidencia de que a la larga Irak se desangraría antes que Irán, Saddam recuperó el interés por la vida de sus hombres y ordenó la mejora intensiva de las posiciones, siempre con asesoramiento soviético. Aumentó mucho sus fortificaciones y reforzó el empleo masivo de la artillería contra los asaltos enemigos. Aprovechándose también de la nula capacidad defensiva de la fuerza aérea iraní, ordenó una intensificación de los bombardeos sobre las ciudades, tratando de demostrar al pueblo persa que sus lideres eran incapaces de defenderlos. En Bagdad, en cambio, la situación era tranquila, ya que la inexistencia de aviones limitaba las incursiones iraníes a mínimos fácilmente soportables. Jomeini anunció al mundo que no respondería a la agresión, básicamente por que carecía de aviones con que hacerlo. 

La caída de Majnum: El gas mostaza entra en acción 

“Irak es el único país del que puede afirmarse sin lugar a dudas que dispone de armas químicas de destrucción masiva ya que es el único país que las ha usado en el campo de batalla”. 

Los iraquíes, para limitar el frente a cubrir, habían desviados los cursos fluviales creando pantanos artificiales al norte de Basora. Esta táctica se volvió en su contra cuando quedó demostrado que en semejante medio los ligeramente armados guardias islámicos iraníes podían moverse con mayor facilidad que los iraquíes. En enero de 1984 tomaron las islas Majnum, al norte de Basora...los intentos de los iraquíes de expulsarlos fueron inútiles. Los iraníes, en una zona que los iraquíes habían considerado intransitable, mediante pontones y lanchas de fibra de vídeo habían logrado una movilidad notable. Tras grandes batallas, con mas de 500.000 hombres implicados, los iraquíes se mostraron incapaces de expulsar a los invasores. Saddam, desesperado, dio vía libre al empleo de gas mostaza. Las desprotegidas tropas sucumbieron masivamente, pero Irak se abstuvo de seguir usando sus armas tóxicas, ya que su empleo quebraba el apoyo de sus aliados occidentales, fundamentales para mantener abiertas sus vías de aprovisionamiento militar. Por otra parte los equipos de protección NBQ eran baratos y no estaban sometidos a la restricción del armamento, por lo que para 1985 el ejército iraní ya los desplegaba a gran escala. Muchos países occidentales aceptaron hacerse cargo del tratamiento de los heridos, como compensación a la venta de materiales empleados en los ataques químicos. Parece ser que el tratamiento de varios cientos de heridos en territorio español fue nuestra respuesta a las amenazas iraníes al gobierno González de conceder publicidad a los proyectiles de la empresa estatal Santa Bárbara recogidos en el campo de batalla. Proyectiles, que de ningún modo podrían haber sido adquiridos por Irak sin autorización gubernamental...Aunque las fuentes occidentales resumen la defensa iraquí al empleo masivo de concentraciones de gases tóxicos, estas armas implicaban numerosos inconvenientes, ya que el terreno abierto del sur de Irak dirigió las nubes de gases mortales hacía las trincheras iraquíes en numerosas ocasiones. Todo parece indicar que solo se emplearon ante crisis locales de alta gravedad, en un intento de evitar una respuesta semejante del otro bando limitando su empleo. En las ofensivas el uso de estas armas se restringió aún más, ya que las nubes asfixiantes, de persistir sobre la zona atacada, impedían su ocupación por los iraquíes. 

El amigo americano 

“Esta administración no permitirá la implantación del comunismo en América Central”. 
Ronald Reagan. 

La batalla de la opinión pública era decisiva para Saddam, ya que de un modo u otro de ella dependía su suministro de divisas y equipos. Incluso el antes denostado Egipto acudió en su ayuda cuando Hosni Mubarak se mostró dispuesto a ceder material soviético y repuestos que se habían vuelto innecesarios para su ejército con las nuevas compras masivas de armamento americano. No obstante, el resto de potencias occidentales seguía recomendando la neutralidad, aunque tanto Margaret Tatcher como Ronald Reagan habían autorizado las compras de material civil por parte de Irak en sus países, sin contrapartida para Irán. Por si fuera poco, para finales del 84 Irak restablecía relaciones diplomáticas plenas con los EEUU. No obtuvo de América más armas que 2 revólveres de lujo...pero en cambio la CIA se dispuso a proporcionar a Irak un suministro incesante de inteligencia por satélite. Para aquella época, y a través de Israel y con la garantía del magnate Khasoggi, los USA habían proporcionado millones en equipo a los iraníes para sufragar los gastos de la contra nicaragüense (El caso Iran-Contra) con petro-dólares ante la negativa del congreso a proporcionar fondos. Los Israelíes, que seguían temiendo tanto a Hussein como a Jomeini, estaban encantados con la posibilidad de aumentar las bajas mutuas, pero la administración Reagan, totalmente enfrentada al régimen de Teherán, se consideró en la obligación de equilibrar de nuevo la situación. Fue una decisión correcta para mantener a Irak en el campo occidental, ya que para 1986, con la revelación del escándalo Irangate (Iran-Contra) Saddam ya dependía tanto de la inteligencia americana para planificar la defensa de Basora que le resultó conveniente olvidar que había sido el armamento americano el que había alimentado algunas de las ofensivas mas sangrientas de los iraníes. Nuevamente como modo de compensación, la CIA suministró apoyo técnico para la mejora del sistema defensivo iraquí, que se iba a demostrar invulnerable a los sucesivos ataques iraníes, ya que año tras año se iba consolidando con sucesivas mejoras de diseño y construcción. 

Las batallas de las ciudades 

“El Scud era esencialmente una actualización de la V-2, la estrategia de Saddam era esencialmente una actualización de las tácticas de terror empleadas contra Londres en 1944”. 

Este suministro de divisas y material convenció a Saddam de que podía lograr una paz negociada, o incluso el derrumbe del régimen de los ayatollash, intensificando su ofensiva aérea con un ataque masivo con mísiles tierra-tierra SS-12 soviéticos. Hay que recordar que Teherán estaba situada a 650 km de la frontera, por lo que los Scud modificados de los iraquíes posiblemente no hubiesen bastado, aunque si sus versiones mas avanzadas diseñadas con ayuda de Argentina y Alemania Oriental. La ofensiva estaba basada, en su elemento aéreo, en unos 30 Tu-16 Badger y Blinder Tu-22 soviéticos, que sufrieron escasas bajas en el conflicto. Los iraníes habían logrado adquirir armamento semejante en el mercado internacional (4), por lo que su respuesta dio lugar a la llamada "Primera batalla de las ciudades". El agotamiento de los arsenales respectivos retrasó el reinicio de la ofensiva de mísiles hasta 1985, prolongándose entre marzo y abril de ese año en la que sería conocida como "Segunda batalla de las ciudades". Sumado al nivel insoportable de bajas en el campo de batalla, sin ninguna ventaja evidente ya que como agresor, Irán llevaba ya 3 años atacando sin éxito las defensas iraquíes, las batallas de las ciudades erosionaron mucho el apoyo popular iraní a la guerra. Para entonces ya eran comunes las patrullas móviles de reclutamiento, y el flujo de voluntarios disminuía rápidamente. Saddam no tenía mejores perspectivas, y tuvo que rebajar la edad de reclutamiento a 17 años a la vez que prohibir los licenciamientos, pero la aparente invulnerabilidad de los iraníes comenzaba a ceder. Al menos, aparentemente.... 

La caída de Fao 

“¡¿Queréis la guerra total?!” 
Joseph Goebbles, 1943. 

Saddam recibió un golpe inesperado cuando en febrero de 1986 los iraníes rompieron sus sólidasa defensas usando tácticas de infiltración mediante tropas de asalto, propias de 1917.Gracias a su nueva estrategia se adueñaron de la península de Fao, un objetivo estratégico para la toma de Basora. Saddam ordenó de inmediato su reconquista, pero ahora eran los iraníes los que se habían atrincherado y rechazaban a los iraquíes. La propia Guardia Republicana fue empleada masivamente en este cometido, pero fue estrepitosamente derrotada. Sin embargo su proceso de ampliación continuó imparable, ya que su función no era tanto la de reserva estratégica como la de puntal del régimen...No obstante, el poder de fuego de Saddam se hacía notar: A pesar de contar con la ventaja de la defensa y resultar victoriosos en la defensa de Fao, los iraníes sufrieron 20.000 muertos, el doble que los iraquíes. Repitiendo su estrategia de principios del conflicto, Saddam ordenó la toma de Mehran, una ciudad sin importancia al norte del frente de batalla. Tras una conquista sencilla ante la práctica ausencia de defensores , intentó intercambiarla por Fao, pero los iraníes se negaron, y lograron recuperarla en junio tras una contra-ofensiva sorpresa. En medio de una crisis parecida a la de la Alemania nazi tras la caída de Stalingrado, Saddam remedó a Goebbles y su discurso de la guerra total. Reclamó donaciones de sangre masivas, reclutamientos sorpresa en las industrias no esenciales, trabajo obligatorio de no-combatientes en tareas auxiliares, medidas de fomento de la natalidad...En su desesperación, como cada vez que se enfrentaba a una situación límite en el frente de batalla, volvió a sondear la posibilidad de una paz negociada. Pero Irán no estaba interesado en nada que no fuese la rendición incondicional. Irritado, Saddam recrudeció su ofensiva de bombardeo sobre las ciudades iraníes y de presión sobre la industria petrolera enemiga. Los puertos iraníes del indico comenzaron a convertirse en un objetivo usual, con lo que las exportaciones de crudo se volvieron inseguras. A pesar de eso la situación de Saddam era crecientemente desesperada, tanto que incluso corrió el riesgo de ofender a sus aliados empleando nuevamente gases tóxicos en cantidades limitadas contra brechas especialmente peligrosas. 

La rebelión kurda 

“Puedo entender que nos lo hagan a nosotros, somos sus enemigos...Pero este es su pueblo”. 
Declaraciones de un oficial iraní en Halabja. 

El comienzo de 1988 resultó triste en extremo para los halcones de Teherán entre el acoso del partido pacifista, que estaba harto de una guerra de conquista sin conquistas, y el aumento de la oposición popular. Posiblemente al tanto de estas discrepancias gracias a la inteligencia americana, Saddam empleó a fondo a sus fuerzas aéreas, aún bajo su control total: La ofensiva aérea de febrero de 1988, con cientos de mísiles y ataques aéreos masivos fue la mas intensa de toda la guerra, intensidad remarcada por la evidencia de que Irán no tenía modo de responder a aquel derroche de medios. Por si fuera poco, Saddam superó incluso estas crueldades en el frente interno, el Kurdistan, donde los iraníes habían introducido tropas regularmente desde 1983. Saddam había nombrado a un hombre de su confianza para encargarse de un mando autónomo en la zona, su primo Ali Hassan, Alí "el químico" como sería luego conocido. La campaña comenzó con la ejecución masiva de 3.000 prisioneros kurdos, y siguió luego, lenta y metódicamente, con la expulsión de 250.000 habitantes de la zona que eran reasentados mas al sur, en zonas menos montañosas y lejos del apoyo iraní. Sin embargo la insurgencia kurda se mostraba tan indómita como en los años 70, por lo que Saddam autorizó ataques limitados con gases contra más de 20 aldeas kurdas. Sin embargo, en marzo de 1988, dispuesto a apostar fuerte por la victória, Saddam lanzó un ataque sin precedentes, a escala total, contra una pequeña ciudad kurda, Halabja. Gracias a la incapacidad de los pilotos iraquíes para saturar la zona con gases, las victimas no superaron los 5.000, aunque más de 10.000 resultaron afectadas en diverso grado por el cianuro de hidrogeno extendido sobre la zona. Sus actuaciones causaron una pequeña crisis en la opinión pública, ya que las tropas iraníes se apresuraron a trasladar equipos de televisión occidentales a la zona. Los periodistas pudieron atestiguar que la gran mayoría de los muertos eran mujeres, niños y ancianos, y que la posición no tenía ningún valor militar...Al menos no para una mentalidad occidental, ya que Saddam hacía la guerra no a los 15.000 hombres de las guerrillas kurdas, si no a todo el kurdistán, por lo que para el resultaba totalmente lógico causar la mayor cantidad de victimas posibles, con independencia de su edad o su sexo. 

La victoria 

“Si necesita información de Basora, no se la pida así a los americanos. Pida información sobre todo Irak, no podemos fiarnos de ellos”. 
Saddam Hussein. 

Los generales del ejército, apoyados por el espionaje de la CIA y los consejeros militares americanos lanzaron en abril una victoriosa ofensiva terrestre (la primera desde el inicio de la guerra) que permitió la recuperación de la península de Fao. El alto mando iraní entró en crisis, puesto que se enfrentaba a la evidencia de que tras 7 años de ofensivas había perdido toda ventaja posible para la toma de Basora.La situación siguió empeorando catastróficamente cuando los iraquíes aprovecharon su impulso para golpear a lo largo de todo el frente, liberando todo el territorio iraquí ocupado desde 1982. Aprovechando su recuperado empuje, en dos nuevas ofensivas victoriosas en el frente norte y central, expulsaron a las fuerzas iraníes del kurdistán y se ocupó una estrecha franja de territorio iraní. Los 25.000 hombres de la Guardia Republicana fueron usados como punta de lanza en la recuperación de las islas de Majnúm, y posteriormente su participación en la ofensiva final sería convertida por la propaganda del régimen en fundamental. Era una forma de ligar la victoria al Baas y a sí mismo. El colapso del mando iraní se hizo evidente, puesto que sin nuevos voluntarios fanatizados no tenían forma posible de responder a la superioridad del armamento iraquí, a la vez que carecían de todo apoyo aéreo. La última baza de Irán era su flota, numerosa y bien equipada...pero con los aliados de Kuwait ocupando materialmente el golfo pérsico se limitaron a una ofensiva basada en ataques menores con embarcaciones de pequeño tamaño.El derribo de un avión civil iraní por el crucero americano Vincennes convenció a la marina iraní de los riesgos de una campaña que no ofrecía ninguna ventaja real.(5). 

El 18 de julio de 1988, el ayatollah Jomeini reconoció lo inevitable, e Irán aceptó la resolución de la ONU que establecía un alto al fuego...aunque aún tardó un mes en convertirse en realmente efectivo. La guerra Irán-Irak había terminado. Quedaban atrás un millón de muertos y dos florecientes economías destruidas. 

Consecuencias 

“Las deudas de Irak suponían, solo con las monarquías petrolíferas, 40.000 millones de dólares. Había una flota entera construida en Italia por valor de casi 3 billones de dólares que nunca podría pagar, y las facturas de la URSS y Francia no dejaban de aumentar a cuenta de los intereses. Irak conseguía 15.000 millones de dólares al mes gracias al petróleo, pero estaba gastando 16.000 en el mismo periodo para abastecerse...La situación económica era catastrófica”. 

Irán se encerró en si mismo y renunció a todo intento de extender la revolución islámica, mientras que Saddam se dedicó a llenar Irak de monumentos conmemorativos de su victoria. En realidad había motivos para el orgullo, ya que a pesar de haber sido el quién declaró la guerra, desde 1982 Irak había combatido por su supervivencia nacional. El monumento mas conocido que mandó erigir fue el arco de las espadas, donde dos manos gigantes ( copias de las de del propio Saddam) sostienen dos sables cruzados a modo de arco de triunfo. Durante años las televisiones occidentales han retransmitido imágenes de los desfiles triunfales del régimen pasando bajo esta extravagante construcción. Mucho mas sobria y expresiva era la parte menos visible del monumento, cientos de cascos de soldados iraníes capturados en el campo de batalla. En Shat el Arab se ordenó instalar un grupo de 89 estatuas a tamaño real que representaban otros tantos oficiales iraquíes caídos en la guerra. Cada uno señalaba con el brazo derecho hacía Irán, como tratando de recordar la procedencia de la agresión y llamando a una futura venganza...Aunque el interés inmediato de Saddam era resolver la catástrofe que suponía la economía nacional y que amenazaba minar su poder absoluto. 

Notas 

1. La OLP era consciente del afán israelí por invadir el Libano, por lo que atravesaba un periodo de inactividad destinado a no proporcionar excusas a los judios. Parece ser que el propio Saddam Hussein alentó a su protegido Abu Nidal a provocar a los hebreos con un atentado contra el embajador judio en Inglaterra, esperando que una nueva guerra contra el sionismo pudiese salvar su régimen. 

2. Los iraquíes confiarían en una repetición de este sistema de defensa para mantener Kuwait en su poder. Por desgracia para ellos, no evaluaron adecuadamente la diferencia que suponía defenderse con abundancia de armas modernas de un enemigo equipado ligeramente o de una fuerza mecanizada que contaba con superioridad artillera y aérea. En lugar de construir unas defensas invulnerables, ofrecieron al fuego aliado un blanco fijo y claro. Ya que aquellas defensas habían sido supervisadas por ingenieros soviéticos y americanos, Saddam tendió a considerarlas de primer orden, pero no tuvo en cuenta que los especialistas simplemente las habían adecuado de un modo excelente al tipo de enemigo que tendrían que repeler. 

3. Se ha comparado el frente de Basora con el frente de Flandes durante la PGM. La comparación solo serviría si uno de los dos bandos hubiese carecido de artillería y aviación y hubiese tenido casi el triple de población que el otro contendiente. 

4. Se ha afirmado que los misiles balísticos iraníes tenían procedencia china, aunque su número limitado también podría señalar una procedencia Siria. Casi con toda seguridad, los escasos T-72 de los iraníes también tenían esa procedencia. 

5. Se ha interpretado el ataque al avión iraní desde todos los puntos de vista posibles, hoy en día solo subsisten dos teorías, un aviso por parte de los americanos de que estaban dispuesto a entrar en guerra, o un fallo fatal del aún poco probado sistema AEGIS precipitado por las provocaciones iraníes. 


martes, 4 de junio de 2013

Tercera Guerra Indo-Pakistaní: La Batalla del Destino (1/3)

“La Batalla del Destino”
India - Pakistán 1971

Parte 1/3


Para fines de 1971 ya todo estaba listo, los hindúes habían preparado todo para lanzar la "Batalla del Destino", el nuevo gobierno de Nueva Delhi había preparado toda una serie de estrategias diplomáticas y morales y solo necesitaba un golpe de violencia lo suficientemente fuerte como para iniciar las acciones militares. El objetivo era derrotar a las fuerzas militares pakistaníes establecidas en el entonces Pakistán Oriental, conocido también como Bengala Oriental, posibilitando la independencia de ese territorio y declarando creación del Estado de Bangladesh.
Esta operación venía siendo planificada desde hacía años, India estaba preocupada por la presencia de los guerrilleros bengalíes en su territorio, los cuales buscaban la independencia de Bengala Oriental. Sin embargo, en vez de combatirlos vio una mejor forma de sacarlos de su territorio, apoyando su causa. Bengala Oriental era en ese momento parte de Pakistán, estando separado por 1.600 Km. de territorio hindú. Las tradicionales rivalidades entre India y Pakistán hacían muy tentadora una operación constante de hostigamiento hacia ese territorio pakistaní, y por ende sería posible que los rebeldes lograran su objetivo, la independencia, y la India podría sacarse de encima un potencial segundo frente en cualquier hostilidad futura con Pakistán.




La industria aeronáutica hindú probaba un diseño propio en esta guerra, el caza HF-24 "Marut", del que unos 50 ejemplares estaban en servicio con la Fuerza Aérea de India. (Foto: Bharat Rakshak)

Los preparativos comenzaron a mediados de 1970, cuando fuerzas paramilitares hindúes comenzaron a entrenar a los rebeldes. Estos empezaron a operar desde territorio hindú contra las fuerzas pakistaníes, lo que comenzó a generar una escalada de crisis entre Pakistán y la India. En algunos casos llegó hasta el punto de escaramuzas fronterizas, donde las fuerzas de frontera hindúes sufrieron un importante número de bajas. Incluso los aviones F-86E y los T-33A lanzaron ataques contra las posiciones rebeldes y del Ejército hindú.
La escalada de tensiones no fue bien interpretada por Pakistán, quién solo aumentó ligeramente la presencia naval en Bengala Oriental, con buques menores, y potenció ligeramente a las unidades aéreas con la adición de unos pocos F-86F “Sabre Mk.6” y un puñado de entrenadores avanzados artillados T-33A dotados de ametralladoras y cohetes. El Ejército apenas recibió material, alineaba unos 95 tanques ligeros M-24 “Chaffee” y se potenció con la entrega de unos pocos cañones Tipo 59, chinos, de 130 mm y 27 Km. de alcance.
Por su lado, la India había comenzado a preparar su maquinaria de guerra para hacer frente a los planes de invasión. Desde la guerra de 1965 que se venía preparando y reorganizando, aprendiendo de las experiencias de aquella guerra que lo enfrentó con su histórico rival.
El Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea se estaban transformando en fuerzas extremadamente modernas y resolutivas, ante las cuales el enemigo tendría pocas oportunidades de éxito.




El principal componente de las fuerzas acorazadas hindúes eran 450 tanques T-54 y T-55 adquiridos a Checoslovaquia a partir de 1968. Este ejemplar avanza hacia Dacca durante la liberación de Bengala Oriental. Nótese la lata en mitad del tubo del cañón para simular un arma de 105 mm. (Foto: Bharat Rakshak)

Las Fuerzas enfrentadas
India tenía una larga tradición militar y sus FFAA eran, con mucho, las más importantes de la región, después de China. Para principios de los 70’s ya estaba claro que la India sería la 2ª Potencia militar mundial en lo que a cantidad de personal se refiere, quedando detrás de China y por delante de la URSS. Con casi 2.000.000 millones de hombres en armas, era una tremenda fuerza.
El Ejército alineaba unos 800.000 hombres entre sus filas, disponiendo además de unos 250.000 hombres más en diversos componentes paramilitares, incluyendo guardias de frontera y policía militar. Sus reservas parecían inagotables, con unos 500.000 hombres listos para ser llamados a filas en un plazo de dos a cuatro semanas.
El material estaba compuesto por fusiles de asalto L-1A1 y ametralladoras Bren, de producción local y ambas en calibre 7.62 mm, mientras que se disponían también de pistolas ametralladoras Stirling de 9 mm, también de producción local. Fusiles de asalto AK-47 y ametralladoras RPK completaban el dispositivo, junto con lanzagranadas RPG-7.
El material acorazado era imponente, alineaba 450 tanques T-54 y T-55 de producción checoslovaca, los 300 primeros tanques medios Vijayanta de producción nacional, unos 240 Centurión sobrevivientes, y unos 150 tanques ligeros AMX-13 franceses. Esta fuerza era completada por unos 150 tanques ligeros anfibios PT-76 y unos 250 tanques medios M-4 “Sherman” que eran empleados por las unidades de la reserva y de segunda línea.
Entre los transportes de personal disponibles se encontraban unos 250 vehículos BTR-60PB, unos 150 BTR-50PK y OT-62, unos 150 OT-64 y un puñado de BMP-1, las unidades de ingenieros disponían de unos pocos transportes Bren. En cuanto al material de blindados ligeros, se contaba con 150 blindados de exploración BRDM-2 soviéticos y unos 50 BRDM-2 dotados de misiles AT-3 para misiones antitanques, así como con unos 150 blindados Staghound, Humber y Daimler, excedentes de la Segunda Guerra Mundial.
El material de artillería era sorprendente, se contaba con unas 2.500 piezas de 25 y 45 libras, británicas, obuses de 105 y 155 mm, norteamericanos y británicos, así como piezas de 122 y 152 mm soviéticas. A estos se agregaban, al menos, un centenar de lanzacohetes BM-21 y dos docenas de BM-24.
La Fuerza Aérea era una de las formaciones más poderosas de todas, alineaba siete Escuadrones equipados con 25 MiG-21F-13 “Fishbed C” y 150 MiG-21FL “Fishbed D”, amén de algunos MiG-21PFM y MiG-21PFMA, totalizando los 220 interceptores de este modelo. También se disponían de 200 cazas ligeros HAL Ajeet, una versión del Folland “Gnat” producida localmente. Entre los cazas de producción local también se incluían 50 HAL HF-24 “Marut”.
Aunque muy numerosa, la FAI todavía incluía más aparatos, entre ellos 112 cazas Hunter, 40 Mystére IVA, 60 bombarderos Canberra y 150 aviones de ataque Su-7BMK. Con 790 aviones de combate, era una fuerza temible y que podía imponerse a cualquier oponente.
Para misiones de transporte la FAI contaba con unos 16 transportes C-47, unos 20 C-119 y los primeros 10 HS-748 “Andover” producidos por HAL bajo licencia. También contaba con unos 23 transportes tácticos An-12PB “Cub A” y otros menores. En materia de helicópteros, la FAI contaba con varias docenas de helicópteros HAL Chetak (SA-316 Alouette 3) y Cheetah (SA-315 Lama), así como unos veinte Mi-4 “Hound” y un número menor de Mi-8F “Hip C”.
Por su parte, la Armada era una de las más potentes de toda la región, equipada con un portaaviones de 20.000 toneladas, dos cruceros, once destructores, siete fragatas, once lanchas rápidas y cuatro submarinos de la clase Foxtrot soviéticos.
La Armada contaba con 18 cazas navales Sea Hawk, de origen británico, así como una docena de aviones ASW “Alizé”, franceses. Entre los helicópteros se disponían de HAL Chetak y un cierto número de Westland “Sea King”.




La disponibilidad del portaaviones ligero INS R-11 "Vikrant" y su Grupo Aéreo Embarcado permitió darle un largo brazo de acción a la Armada hindú, aunque problemas en la propulsión le quitaron una participación más activa. (Foto: Bharat Rakshak)


Pakistán poco podía oponer a esa poderosa fuerza, su Ejército disponía de unos 600.000 hombres, más unos 300.000 en formaciones paramilitares, alineaba de 1.100 tanques, siendo estos unos 200 M-4 Sherman obsoletos, algunos modificados con cañones franceses de 75 mm, 150 M-24 Chaffee y no menos de 230 M-47 y 202 M-48 Patton norteamericanos, completados por 40 T-54 soviéticos y 225 T-59 chinos. Completando el dispositivo se encontraban unos 50 cazatanques M-36B1 con cañones de 90 mm. Pero la mayoría de ellos no estaba ni en las más remotas condiciones para enfrentarse al poderoso material indio, el cual había sido preparado para el enfrentamiento.
La Fuerza Aérea estaba en una situación aún más crítica, con 16 bombarderos B-57 Canberra norteamericanos, unos 120 F-86E “Sabre” y F-86F “Sabre Mk.6”, estos últimos adquiridos a Alemania en 1966 vía Irán, y unos 40 cazas diurnos F-6B (copia del MiG-19) chinos, sin embargo los modelos más resolutivos eran los F-104A y los modernos Mirage 3E. De los primeros se disponía de 17 ejemplares, incluyendo 10 suministrados por Jordania en 1970, aunque solo había siete en servicio, mientras que 17 cazas Mirage 3EP estaban operativos para misiones de interceptación, equipados con misiles R-530. Para misiones de transporte contaba con un puñado de C-46, C-47, C-54 y C-130A/B. Disponía, también, con cerca de 32 entrenadores avanzados T-33A, de ellos la mitad armados con ametralladoras y con capacidad de armamentos, y cuatro dotados de cámaras para misiones de reconocimiento.
La Armada estaba en peores condiciones aún, un veterano crucero, cinco destructores, siete fragatas, seis lanchas rápidas y cuatro submarinos, tres de estos últimos los más temidos por los indios, puesto a que tres de ellos correspondían a la clase “Daphne”, recientemente entregados por Francia. La mayoría de estos buques estaban ya obsoletos y para el momento de entrada en las hostilidades, la mayoría estaba en reparaciones o mantenimiento.
La guerra comienza en el aire
Conocedores del empleo del poder aéreo, los hindúes sabían que la guerra debía ganarse solamente si la superioridad aérea estaba asegurada. Por tal motivo, los planes de acción preveían una gran campaña aérea contra aeródromos y bases aéreas en los primeros días de la operación, con el objeto de debilitar al máximo al enemigo antes de que el desgaste operativo pudiese impedir ganar el cielo.
Sin embargo, las operaciones aéreas se inician días antes del comienzo oficial de las hostilidades y es Pakistán quién realiza los primeros movimientos. El 23 de noviembre, cazas “Ajeet” del 24º Escuadrón de la FAI despegan después de que los radares detectaran cuatro cazas F-86E “Sabre” en territorio hindú. Los cazas pakistaníes, del 14º Escuadrón de la FAP, realizaban misiones de ametrallamiento sobre las posiciones guerrilleras en la frontera. Los cuatro cazas “Ajeet” hindúes son dirigidos hacia ellos y entablan combate cerrado, el cual termina, después de unos minutos, con el derribo de tres de los “Sabre” de la FAP, sin ninguna baja propia. El incidente es publicitado constantemente y el Ejército da a conocer el nombre de dos de los pilotos pakistaníes capturados.
Alarmados por la situación, los altos comandantes pakistaníes deciden dar paso a los planes preconcebidos en caso de crisis, los cuales tenían como objeto una serie de ataques preventivos contra los aeródromos y bases aéreas avanzadas de la FAI, con el objeto de anular el poder aéreo hindú y permitir realizar una adecuada campaña de supresión de la guerrilla.




Los Mirage IIIEP jugaron un importante papel durante la guerra de 1971 contra India. Estos aparatos obtuvieron numerosas victorias, aunque uno se perdió ante un pequeño "Ajeet" hindú. (Foto: Archivo Dintel)

Pakistán, tras acusar al gobierno de India de apoyar a los rebeldes independentistas de Mukta Bahani con armas y entrenamiento, inició la escalada de las hostilidades a un nivel que no tendría retorno.
Los ataques preventivos, medida tomada ante el éxito obtenido en la guerra de 1965, comenzaron a fines de noviembre. En esta ocasión, ante la escasez de medios de ataque estratégico que tenía la FAP, se alinearon los 16 bombarderos ligeros B-57E y, para reforzar esta fuerza, la FAP volvió a transformar a sus C-130A y C-130B en bombarderos improvisados, tal y como lo hizo en 1965. Estos aviones se prepararon para lanzar 9.000 Kg. de bombas desde la rampa de carga.
Los bombardeos pakistaníes se realizaron durante la noche, inicialmente a cargo de los B-57 y posteriormente se incluyeron a los C-130. Estos ataques, lanzados entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre, alcanzaron las bases aéreas avanzadas de Amritsar, Pathankot, Srinagar y Avantipura, asimismo se atacaron las estaciones de radar en Amritsar y Avantipura, en este caso los ataques fueron realizados por los B-57.
La idea de dejar fuera de combate estas bases, aunque sea por poco tiempo, no pudo ser llevada a cabo con éxito, aunque en Amritsar quedaron fuera de servicio cerca de 300 m de pistas, los daños fueron escasos, a tal punto que la FAP admitió que los ataques habían acabado con “la destrucción de muy pocos aviones, o posiblemente ninguno”. Efectivamente esto fue así, ningún avión hindú fue destruido, solo unos pocos resultaron dañados de levedad y vueltos a la operatividad días después, los daños a las infraestructuras fueron mínimos.
Las intenciones de Pakistán de atraer el grueso de las fuerzas hindúes hacia el frente occidental no dan resultados y no logran ganar tiempo para preparar el envío de refuerzos hacia el frente oriental.


Los cazas ligeros "Ajeet", versión local del Folland "Gnat" británico, demostraron ser unos temibles enemigos para la aviación pakistaní, derribando cazas F-104A y Mirage IIIEP, pero sobre todo los F-86 "Sabre", de los cuales destruyó un elevado número, haciéndolo merecedor del mote de "Asesino de Sabres". (Foto: Bharat Rakshak)

Incluso la FAP permitió que la FAI realizara operaciones en el Pakistán Oriental, cuando las fuerzas allí destacadas no eran suficientes. La base aérea de Tezgaon, cerca de Dacca, y la de Kurmitola, fueron objeto de intensos ataques por parte de los Hunter y Su-7BMK hindúes, incluso los MiG-21FL realizaron misiones de escolta y ataque, las operaciones de la FAI en esta zona comenzaron el 4 de diciembre, fecha en que se declara la guerra a Pakistán.
La FAP respondió con el 14º Escuadrón basado en Tezgaon, esta unidad disponía de cazas F-86E “Sabre”, de ellos solamente cuatro contaban con los misiles AIM-9B, una letal combinación. Esta unidad tuvo un sorprendente éxito inicial, reclamando el derribo de nueve aviones durante el primer día de combate, contra solo tres bajas propias.
El 5 de diciembre, el 14º Escuadrón continuó sus operaciones de guerra, aunque esta vez sus aviones fueron presa de los cazas “Ajeet” y MiG-21FL hindúes. Solo una misión pudo realizarse fuera del perímetro de defensa de su base aérea, puesto a que solo se disponía de tres aviones operativos. Paralelamente, la unidad disponía de nueve entrenadores avanzados T-33A, dotados de cohetes, los cuales fueron blanco fácil para las fuerzas indias.
El 6 de diciembre, el 14º Escuadrón pone en vuelo siete aviones, sin embargo, después de la segunda incursión de apoyo a suelo, realizada por cuatro aviones, la base de Tezgaon es duramente atacada y las pistas son puestas fuera de servicio, Kurmitola también queda fuera de servicio en estos ataques.
La guerra aérea en el frente oriental adopta un nuevo esquema, en el que los Canberra y An-12PB indios realizan continuos ataques nocturnos contra objetivos estratégicos, mientras que los Hunter y Su-7BMK realizan misiones de apoyo cercano y ataque, en algunos casos apoyados por los “Ajeet”, “Marut” y MiG-21FL.
En el frente occidental, la FAP trata de realizar incursiones sobre objetivos estratégicos indios, para ello emplea el grueso de los B-57E y de los transportes C-130A/B. Sin embargo, el de diciembre la FAI había iniciado los ataques de represalia contra Pakistán y el frente occidental comenzaba a sufrir los efectos del poderío aéreo hindú.
Los cazas F-6B (MiG-19FS chinos), algunos dotados de misiles AIM-9B “Sidewinder” hacen su debut operacional, aunque cosechan poco éxito y la FAP decide reservarlos para proteger sus aeródromos, dejando que los F-104A y los Mirage IIIEP realicen las misiones de defensa aérea. Un importante número de cazas F-86E, e incluso los F-86F “Sabre Mk.6” adquiridos vía Irán a Alemania, realizan misiones de defensa aérea y apoyo táctico con resultados poco alentadores.



Incluso los C-130A/B pakistaníes fueron llamados al combate. Tal y como lo hicieron en 1965, los ubicuos "Hércules" fueron empleados como bombarderos improvisados, lanzando 9.000 Kg. de bombas desde la compuerta de carga. (Foto: Archivo Dintel)

Sin embargo, la FAI estaba concentrada en su campaña de ataques de represalia, así, entre el 4 y el 6 de diciembre, se realizan cerca de 520 incursiones sobre blancos pakistaníes, el 80% sobre el Pakistán Occidental y el resto en el territorio de Bengala Oriental. En este caso se atacaron bases aéreas, depósitos de combustible, almacenes de provisiones y municiones, puentes y líneas de ferrocarril. También se atacaron puertos y bases navales, además de otros objetivos estratégicos.
Los ataques dejaron a la infraestructura logística pakistaní gravemente afectada, en tanto que la presencia aérea pakistaní se fue reduciendo rápidamente. La superioridad aérea trató de ser combatida por la FAP, sin embargo sus recursos no permitieron hacer frente a los acontecimientos y el desgaste permitió que la FAI brindara un excelente apoyo cercano a sus unidades de tierra.
Los cazas MiG-21FL, que la FAP conocía bien gracias al apoyo que brindó a diversos países árabes, se mostraron superiores a lo que se suponía entonces y los pilotos hindúes mostraron que eran capaces de sacar el máximo provecho de estos. Los MiG-21FL indios fueron componente del, probablemente, primer encuentro aire – aire entre cazas de Mach 2 de la historia, cuando se enfrentaron a los F-104A pakistaníes. Los cazas pakistaníes quedaron rápidamente fuera de combate, puesto a que los MiG-21FL se anotaron la destrucción de seis de los siete aparatos en servicio.
En este frente se encontraron dos viejos enemigos, los “Ajeet” indios y los F-86 pakistaníes. Nuevamente, los cazas indios se mostraron superiores a los “Sabre” pakistaníes, destruyendo al menos ocho de ellos, lo que les hizo merecedor del mote de “Asesinos de Sabres”.
Los intentos de asestar un duro golpe a la FAI no pudieron ser aprovechados por los pakistaníes, quienes no pudieron organizar un plan ofensivo eficaz. La base aérea de Pathankot, la mayor base hindú en occidente y con cerca de 65 aviones, fue atacada cinco veces sin resultados. Al amanecer, los B-57E trataron de inutilizar sus pistas, durante el día lo intentaron los F-86, mientras que durante la noche volvió a ser atacada por los B-57E, en todos los casos los daños fueron mínimos y no se logró destruir ningún avión.
Sin embargo, para los hindúes no todo era un éxito, sus cazas Hunter volvían a demostrarse vulnerables a los F-86, ni hablar de los Mirage IIIEP o los F-6B, en tanto que los Su-7BMK no brindaron todo lo que se esperaba de ellos. Sin embargo, lograron realizar excelentes misiones de apoyo cercano y ataque táctico sobre el frente. Un modelo superado, pero que dio excelentes resultados, fue el Mystére, los cuales atacaron con gran éxito a la 1ª División Acorazada pakistaní, además de realizar multitud de misiones de apoyo cercano, donde solo perdieron un aparato, incluso derribaron un helicóptero Bell 47 y un transporte C-47 pakistaníes.



Los F-6B, de origen chino, eran los pocos cazas numerosos y medianamente eficaces con los que contaba la FAP. Al momento del ataque del comienzo de la guerra, una comisión norteamericana, que incluía al famoso piloto norteamericano Chuk Yaeger, se encontraba instalando los misiles AIM-9B en estos aparatos. (Foto: Archivo Dintel)

El caza nacional HF-24 “Marut” estaba de estreno en esta guerra, la FAI alineaba 50 ejemplares, mientras que la naciente Fuerza Aérea de Bangladesh alineaba otros seis.
Los cazas indios se enfrentaron sin éxito a los F-104A pakistaníes, donde se perdieron dos, mientras que otro más cayó ante un F-6B, aunque se anotaron el derribo de dos F-6B y dos F-86 “Sabre”. Paralelamente, dos se perdieron por la acción de la antiaérea pakistaní cuando realizaban misiones de ataque. Los HF-24 de Bangladesh realizaron ataques aéreos entre el 4 y el 9 de diciembre sobre el territorio que pretendían liberar, en estos ataques los aviones atacaron algunas columnas blindadas pakistaníes con gran éxito cerca de Ramgarh.
Un hueso duro de roer para los indios fueron los Mirage IIIEP, del que solo uno pudo ser derribado por un pequeño caza “Ajeet”, pese a que los cazas pakistaníes habían logrado derribar MiG-21FL, “Ajeet”, Hunter y Su-7BMK hindúes.
Cuando la guerra concluye, la Fuerza Aérea de la India reconoce la pérdida de 54 aviones, dando a conocer sólo catorce cazas Hunter, doce Su-7BMK, cinco MiG-21FL, cinco HF-24, cuatro “Ajeet”, tres Canberra, un Mystére IVA, un helicóptero HAL Chetak (Alouette 3) y un avión de observación HAL “Krishak”.
Por su lado, la Fuerza Aérea de Pakistán informa de la pérdida de sólo 24 aviones, aunque más tarde se ve obligada a reconocer que en realidad fueron 94 los aviones perdidos, acordando con las cifras hindúes. Así, se declaró la pérdida de los 29 F-86 “Sabre”, siete F-104A, seis F-6B, cinco B-57, un Mirage IIIEP y varios transportes y helicópteros.
De las bajas pakistaníes, catorce F-86 “Sabre”, los siete F-104A, seis F-6B, cinco T-33A, tres B-57, un Mirage IIIEP cayeron ante los cazas indios, totalizando un mínimo de 36 aviones, sin incluir los transportes y helicópteros. En tanto que la India reconoció haber perdido, en combate aéreo, siete Hunter, seis Su-7BMK, tres MiG-21FL, dos “Ajeet”, tres HF-24 “Marut” y el avión de observación “Krishak”, totalizando 22 aviones.



Uno de los numerosos MiG-21FL "Fishbed", de los que la FAI estrenaría en esta guerra, partiendo a una misión de patrulla aérea de combate. Estos cazas de Mach 2 dieron muy buenos resultados, causando numerosas bajas a los pakistaníes. (Foto: Bharat Rakshak)


Fuentes
Este artículo fue inspirado por el publicado, en su época, por Vicente Talón en la Revista “Defensa” (Año I, Nº I, Abril 1978), un trabajo de impecable presentación y del que multitud de fragmentos han sido adaptados aquí. Para completarlo se trabajó con diversos documentos públicos obtenidos por diversos medios e interpretados de manera de evitar la propaganda nacional de ambos países, presentes en todos y cada uno de ellos.
· Vicente Talón (Revista Defensa, Año I, Nº I, Abril 1978, Pag. 66 a 75)
· Bharat Rakshak (www.bharat-rakshak.com)
· Embajada de la India en Argentina
· Pakistan Armed Forces (Press Office)
· Archivos Dintel GID