sábado, 25 de junio de 2016

La Tablada: Zurdos llorones se quejan de desapariciones



"En la recuperación de La Tablada se cometieron los mismos delitos que en la dictadura"
Felipe Celesia y Pablo Waisberg son los autores del libro que investigó el copamiento del cuartel en 1989, por parte de miembros del Movimiento Todos por la Patria (MTP). 

Por César Calvo (*) | Perfil


Entrevista con los autores del libro "La Tablada"/Felipe Celesia y Pablo Waisberg


El 23 de enero de 1989 se vivió un hecho inédito para la joven democracia argentina. Luego de casi seis años de bajo el gobierno radical de Raúl Alfonsín, un grupo armado ingresó al regimiento 3 de infantería de La Tablada.



Las asonadas militares fueron una constante en el período alfonsinista (1983-1989). La recordada Semana Santa de 1987 y el acuartelamiento de Monte Casero, al año siguiente, desafiaban a la flamante democracia. Con esos antecedentes, y sin conflictos manifiestos con organizaciones armadas de izquierda pasada la dictadura militar (1976 - 1983), el Movimiento Todos por la Patria asaltó un cuartel del ejercito. El misterio informativo desveló a los argentinos; pronto la sangre, el fuego y las balas fueron la crónica de “la última batalla de la guerrilla Argentina”.



En el operativo de recuperación del regimiento participaron elementos inorgánicos de las fuerzas armadas de entonces, y “carapitandas”. Según uno de los autores del autor del libro La Tablada, Pablo Waisberg, “se producen dos desapariciones durante el primer día en un momento de la rendición".



"Se llevan detenidos y heridos después de muchas horas de combate a Iván Ruiz y a José Díaz y al otro día tras la rendición se llevan a Francisco Provenzano y a Carlos Samojedny esas cuatro personas continúan desaparecidas al día de hoy”, afirmó el periodista, entrevistado por Perfil.com.



Waisberg afirmó que "en la recuperación del cuartel se cometieron los mismos delitos que en la dictadura: torturas, desapariciones y ejecuciones sumarias”.



El encargado de investigar las dos primeras desapariciones fue un joven Alberto Nisman secretario del entonces Juez Federal de Morón, Gerardo Larrambebere. “Le cuentan una historia de que los desaparecidos pasaron de mano en mano hasta llegar a un militar que estaba muerto, por lo que no se puede investigar", relató Felipe Celesia, también autor del libro. "Nisman compra esa versión y hasta 1999 Díaz y Ruiz tuvieron pedido de captura internacional estando desaparecidos”, agregó, en diálogo con este portal.



“Un militar que estaba adentro del cuartel relató en 'off the record' que le ordenaron modificar los registros de batalla, en los cuales constaba que los detenidos estuvieron dentro del cuartel al día siguiente, cuando todo estaba terminado. Estaban encapuchados y maniatados. Lo cual demuestra que hubo una política deliberada del ejército en ocultar algo que era irregular. Esto te lleva más cerca de la violación de los derechos humanos que más lejos”, opinó Waisberg.



Para Celesia, los guerrilleros intentaron hacer una revolución “al modelo sandinista, una vanguardia que encendía la pradera y después venía la revolución”. Lo que no parece antojadizo, ya que algunos de los integrantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP) liderado por Enrique Gorriarán Merlo (1941-2006), habían sido combatientes de la guerrilla nicaragüense.



(*) De la redacción de Perfil.com.

viernes, 24 de junio de 2016

Anecdotario histórico argentino: Lavalle y Bolívar

Lavalle y Bolívar 



Juan Lavalle
Fué Lavalle uno de los campeones de nuestra maravillosa epopeya. Vulcano épico de mirada azul y de barba rojiza, tuvo por yunque los campos de Maipú, Chacabuco, Paseo y Río Bamba, y, por martillo su luciente corvo granadero. Luchador incansable de la Libertad desde muy niño, peregrínó por medio continente cosechando a su paso admiración y respeto.
Orgulloso y altivo, aun en la adversidad, no toleró jamás una ligereza, ni aún de los jefes de mayor rango, olvidando a veces los principios fundamentales de la disciplina.
Después de la victoria de Pichincha la ciudad de Quito se ha vertido de gala para homenajear a los vencedores. Una larga mesa llena de manjares y bebidas está rodeada por la brillante oficialidad patriota. El vino y la Gloria del día afiebraba las mentes. Bolívar amante de los brindis y de los discursos levanta su copa y dice:

¡No tardará mucho el día en que pasearé el pabellón triunfan de Colombia hasta el suelo Argentino! 
Un ambiente tenso sigue a las palabras del Libertador de Colombia que, probablemente las haya pronunciado sin medir el alcance de las mismas. Pero de cualquier manera el guante es recogido por el sargento mayor Lavalle que levantando su copa brinda con tono enérgico:
La Argentina se halla independiente y libre de toda dominación española, y lo ha estado desde el día en que declaró su emancipación el 25 de Mayo de 1810. En todas las tentativas para reconquistar territorio, los realistas han sido derrotados. Nuestro Himno consagra triunfos. ¡Brindo por la Independencia de América! 
En otra ocasión en que Bolívar pasaba revista a los granaderos cuyo jefe a la sazón era Lavalle, se molestó por una oportuna respuesta
de éste y le dijo amenazador:

¡Teniente coronel Lavalle! ¡Estoy acostumbrado a fusilar generales insubordinados! 
A lo que le contestó enérgico el bizarro oficial de San Martín llevando la diestra a la empuñadura de su corvo:
¡Esos generales no tendrían una espada como ésta...!


Simón Bolìvar

jueves, 23 de junio de 2016

SGM: Contraataque de Mortain (1944)

Normandía: Ruptura y contraataque de julio-agosto de 1944
Parte II 



Corlett requeriría diez días de duros combates para tomar Vire, pero la dura batalla librada por el XIX Cuerpo liberó a los VII y VIII Cuerpos de explotar el gran avance. Moviéndose al oeste del río Vire y luego en dirección sur hacia Vire, el XIX Cuerpo corrió sobre dos divisiones panzer que Kluge había precipitado en la brecha como el núcleo de una fuerza de contraataque. Para los próximos cuatro días, los dos lados lucharon alrededor de la pequeña ciudad de cruce de Tessy-sur-Vire, que finalmente cayó al Comando de Combate A de la 2ª Blindada el 1 de agosto. Aunque el XIX Cuerpo aún no había llegado Vire, había bloqueado los esfuerzos alemanes para restablecer una línea defensiva. Liberado de la preocupación por su flanco, el VII Cuerpo continuó su viaje al sur, mientras que las divisiones blindadas Cuarta y Sexto del VIII Cuerpo rodaron por la carretera de la costa en Coutances el 28 de julio y luego a la pintoresca ciudad costera de Avranches el 30 de julio. La captura de Avranches abrió el camino para un avance al oeste de la crítica puertos Breton.

En julio se volvió a agosto, los cambios en la estructura de mando estadounidense trajeron una nueva figura dinámica en el escenario. Dominante, a menudo cercano a lo profano, pero también sensible y profundamente religioso, el teniente general George S. Patton, Jr., ya había ganado una reputación como un excelente general de campo, así como a un subordinado a menudo difícil de tratar, en el norte de África y Sicilia. Pocos, si alguno, de los comandantes de la Segunda Guerra Mundial pudo igualar su talento para la guerra de movimientos, su capacidad para captar una oportunidad en una situación que cambia rápidamente, y su impulso implacable, despiadado en la búsqueda y persecución del enemigo. La acumulación y expansión del alojamiento de tropas aliadas habían llegado al punto donde Bradley podría traer al Cuartel General del Tercer Ejército y su líder extravagante en el campo. Él mismo asumió el mando del nuevo 12do Grupo de Ejército, y el teniente general Courtney H. Hodges, un profesional modesto y competente, ocupó su lugar en el Primer Ejército. El Tercer Ejército comandó el VIII Cuerpo y los nuevos XV, XX, y XII Cuerpos, mientras que el Primer Ejército retuvo el control de los V, XIX, y el VII Cuerpos. Aunque la introducción de un grupo del ejército estadounidense se suponía que era seguido por la asunción de mando del conjunto en el campo por el Comandante Supremo, el general Dwight D. Eisenhower difirió este paso hasta que físicamente podría establecer su cuartel general en el continente. Mientras tanto, le permitió a Montgomery para coordinar los dos grupos del ejército en el campo.

Doblando la esquina en Avranches, el Tercer Ejército de Patton corrió hacia el oeste en Bretaña. Hitler había ordenado a sus tropas mantener los puertos "hasta el último hombre", atar a las unidades norteamericanas y mantener los puertos de las manos de los Aliados el mayor tiempo posible. Sin embargo, el desorden alemán permitió a los aliados enviar a el sólo VIII Cuerpo en Bretaña, en lugar de todo el Tercer Ejército planificó anteriormente. Bajo la dirección de Patton, Middleton lanzó la Cuarta División Blindada hacia la Bahía de Quiberon para cortar la península en su base, mientras que la Sexta División Acorazada condujo desde el oeste de Avranches hacia Brest en la punta extrema de la Bretaña, por encima de fuertes a lo largo de la costa, en un esfuerzo para aprovechar el puerto antes de que los alemanes pudieran reaccionar. Ansioso por terminar su trabajo y unirse a la unidad principal hacia el este, el Cuarto Blindado tomó Rennes y rodeó Lorient, en la costa sur de Bretaña. El Sexto Blindado cubrió las 200 millas de Brest, en cinco días, pero los tanquistas encontraron defensas de la ciudad demasiado fuertes para tomar por un movimiento rápido. No fue hasta el 18 de septiembre que las unidades del VIII Cuerpo finalmente se abrieron camino a Brest y forzaron la rendición de la guarnición. Al este, se tomó una lucha accidentada, casa por casa, por la 83ra División de Infantería a ocupar el antiguo puerto bretón de Saint Malo. En el momento en que los puertos bretones quedaron bajo control aliado, las demoliciones habían resultado inútiles, pero los acontecimientos en el este ya los había reducido a menor importancia.

Los aliados se habían movido rápidamente para aprovechar el debilitado flanco oriental alemán de Avranches. El 3 de agosto, Montgomery y Bradley habían decidido enviar un solo cuerpo a Bretaña y el resto a su vez del 12do Grupo de Ejércitos al este en un esfuerzo por destruir el VII Ejército alemán al oeste del río Sena. En el Tercer Ejército de Patton, el general de división del XV Cuerpo Wade H. Haislip, que había estado actuando como un escudo para el VIII Cuerpo se movió en Bretaña, llevó a este a Mayenne, Fougeres, y Laval, dispersó a las pocas unidades alemanas en su camino. Hacia el norte, el Primer Ejército de Hodges se topó con oposición más dura, sobre todo en el V Cuerpo y del XIX Cuerpo enfrentó, donde Gerow y Corlett se encontraban con una tenaz resistencia en su avance hacia Vire. El VII Cuerpo de Collins disfrutó de un camino más fácil al ir a la derecha del Primer Ejército, capturando el centro de la ruta clave de Mortain y el sur de carreras para vincularse con el XV Cuerpo en Mayenne. Las tropas estadounidenses se movían con rapidez, pero Bradley vio con gran preocupación el estrecho pasillo de Mortain-Avranches que conecta su vasta unidades.

El malestar de Bradley estaba fundada. Frente a la posibilidad de elegir entre tratar de reconstruir una línea defensiva en Normandía y la retirada, Hitler optó por la primera alternativa. El 2 de agosto, dirigió Kluge al contraataque de la zona oeste Vire hacia a la mar, cortando el Tercer Ejército y restaurando el frente alemán. Como tantas otras veces ocurrió en la campaña de Normandía, los esfuerzos de Alemania para preparar el golpe se caracterizaron por una falta de coordinación y comunicación, un problema más que aumentar la desconfianza mutua entre Hitler y sus generales después de la intentona golpista de julio. Frente a una situación desesperada, Kluge no dispuso de tiempo para preparar el shock que Hitler tenía en mente, y su acumulación fue apresurada y desarticulada. En el momento en que los alemanes lanzaron su ataque en la oscuridad de la madrugada del 7 de agosto, Kluge había sido capaz de reunir sólo tres divisiones panzer con una cuarta división panzer listos para su explotación, muy lejos del pleno Ejército Panzer que Hitler tenía en mente.

Sin embargo, el ataque dio un montón de problemas para los estadounidenses. Logrando la sorpresa, los alemanes llevaron hasta seis kilómetros en el frente americano, en particular en la zona de Mortain en el 2ª División Panzer SS invadieron las posiciones que acababa de ser ocupada por la División de Infantería 30. A la luz del día, sin embargo, el empuje alemán ya se estaba tambaleando. Desorganizados en el ataque, el 2ª División Panzer SS en el centro había sido capaz de emplear una sola columna en las primeras etapas, y la 116 ª División Panzer en el norte no había atacado en absoluto. En la parte frontal del 2ª División Panzer SS, un batallón de la 30 División dominado el campo de batalla de la Colina 317 a las afueras de Mortain, venciendo a todos los ataques enviados en su contra. Suministrado por lanzamiento aéreos, la unidad retenida durante cuatro días hasta que su relevo, invocando el fuego de artillería en las formaciones alemanas en el área circundante y de ingresos para su división el título "Rock de Mortain." Mientras tanto, como aviones aliados golpeado a los alemanes, Bradley, Hodges, y Collins enviaron la 4ta división de infantería en el flanco norte de la penetración, mientras que las divisiones de infantería blindada 2dª y 35ª golpearon desde el sur. Al caer la tarde, Kluge estaba convencido de que la ofensiva había fracasado, pero en la dirección de Hitler, que siguió presionando el ataque.



La obstinación de Hitler creó una oportunidad de oro para los aliados. Asegurado por el Primer Ejército de Hodges que podría tener a Mortain, Bradley presentó Montgomery con una propuesta el 8 de agosto. Desde el extremo oriental de la media luna, lo que representa el frente aliado, Primer Ejército canadiense había iniciado una ofensiva hacia Falaise, y Bradley propone ahora que el Tercer Ejército de Patton, en el extremo suroeste, conducir a través de la retaguardia alemana de vincularse con los canadienses y los atrapar a los alemanes en el bolsillo de gigante. Mientras que Montgomery había puesto sus ojos en una envoltura más profunda con el Sena, que aceptó el plan de Bradley y dio órdenes para proporcionar un enlace entre los canadienses y los estadounidenses al sur de la ciudad de Argentan. De Le Mans, que había llegado el 8 de agosto, Haislip XV Cuerpo de Ejército se dirigió hacia Argentan. Una brecha de 25 millas se encontraba entre las fuerzas de Haislip y VII Cuerpo de flanco en Mayenne, pero los alemanes estaban demasiado dispersos para aprovechar XV Cuerpo de la posición expuesta. El 12 de agosto, las tropas del Cuerpo XV tomó Alencon, unos veinticinco kilómetros al sur de Argentan, y Patton autorizado un coche al norte hacia Argentan y Falaise para cumplir con los canadienses, que, frenada por la feroz oposición y la inexperiencia de comandos, están todavía muy lejos al norte de Falaise .

En este punto, Bradley detuvo Tercer Ejército corto de Argentan, a pesar de enérgicas protestas de Patton y ofrece jovial de "conducir a los británicos en el mar por otro Dunkerque." El fin sigue siendo objeto de controversia, con el argumento de muchos que Bradley se han cruzado la el Grupo de Ejércitos frontera y completar el cerco. Bradley se quejó a Montgomery, lo criticó por no haber actuado con más fuerza para cerrar la brecha, aunque nunca había recomendado a Montgomery de un ajuste de los límites del grupo del ejército para permitir a los estadounidenses avanzar hacia el norte. El comandante estadounidense más tarde recordó su preocupación por la posibilidad de malos entendidos a medida que las unidades de Canadá y Estados Unidos se aproximaban, pero también admitió que los grupos del ejército podría haber designado un punto de referencia o intentaron formar un hombro fuerte doble para reducir al mínimo los accidentes. Una consideración más probable en la toma de Bradley fue su ansiedad, posiblemente basada en las interceptaciones de comunicaciones secretas por ULTRA, que las fuerzas estadounidenses se estaban volviendo demasiado vulnerable a un ataque de las divisiones alemanas se cree que huían a través de la brecha. En sus memorias, Bradley dijo que estaba dispuesto a conformarse con un "hombro sólido" en Argentan, en lugar de un "cuello roto" en Falaise.




En realidad, a partir del 13 de agosto, pocas unidades alemanas habían salido del bolsillo. Kluge quería formar una línea de protección en cada hombro destacados para cubrir la retirada de sus fuerzas con el Sena, pero Hitler, todavía está planeando una campaña para el mar, se negó a aprobar. El 11 de agosto, el Führer había autorizado la retirada de la zona de Mortain para contrarrestar la creciente amenaza a la parte trasera del Séptimo Ejército, pero sólo como una medida temporal antes de la renovación de la ofensiva hacia el oeste. Las tropas en el bolsillo, sin embargo, fueron incapaces de montar un gran golpe, coordinado en cualquier dirección. La falta de recursos, especialmente combustible y municiones, y bajo la presión de los golpes repetidos aliados, que podían hacer poco más que luchar contra una serie de acciones dilatorias en la periferia de su perímetro. El 15 de agosto, el coche de Kluge personal fue ametrallado por aviones aliados, y el mariscal de campo se quedaron varados durante veinticuatro horas, despertando sospechas de Hitler que estaba tratando de llegar a un acuerdo con los aliados. Cuando finalmente apareció Kluge, recomendó la retirada inmediata de la bolsa. Un hosco Hitler estuvo de acuerdo pero reemplazado Kluge con el mariscal de campo Walther Model, cuya lealtad era incuestionable. Durante su regreso a Alemania, el abatido suicidio Kluge cometido.

Detrás de él, Kluge dejó un séptimo ejército que, a efectos prácticos, había dejado de existir como fuerza de combate. Bajo constante golpeteo de de ataques aéreos y de artillería aliados, sin municiones y suministros, y agotado por las marchas interminables en las atascadas calles, algunas unidades alemanas entraron en pánico o se amotinaron, pero otros lograron mantener la disciplina y pelearon con severidad para mantener abiertas las vías de escape a través de la reducción de la brecha. La observación de la zona después de la batalla, un oficial estadounidense vio "una imagen de destrucción tan grande que no se puede describir. Era como si un ángel vengador había barrido la zona dispuestos a destruir todo lo alemán. . . En cuanto a mi vista podía alcanzar (a unos 200 metros) en cada línea de visión, no se. . . vehículos, carros, tanques, cañones, fuerza motriz, automóviles, cocinas rodantes, etc, en diferentes etapas de la destrucción. "A pesar de los esfuerzos de los aliados, un número sorprendente de tropas alemanas habían escapado en el momento en que los estadounidenses, canadienses, polacos y blindados de apoyo canadienses, finalmente sellaron el bolsillo el 19 de agosto. Habían dejado atrás, sin embargo, la mayor parte de su artillería, tanques y equipos pesados, así como 50.000 compañeros alemanes...



American Military History

miércoles, 22 de junio de 2016

Hitler: Un argentino compra su uniforme

Un misterioso argentino compró objetos nazis por más de 676.000 dólares en una subasta en Alemania
El hombre se llevó la última chaqueta militar de Hitler, pieza estrella de la colección, por más 
Infobae

Un misterioso comprador adquirió por más de 676.000 dólares gran parte de los objetos personales de líderes nazis subastados el pasado sábado en Munich.




Consultado por el diario alemán Bild, el hombre dijo en inglés con fuerte acento español, que venía de Argentina y aseguró que los objetos estaban destinados "a un museo". El comprador usó en la subasta el número 888, en referencia al 88 que los neonazis usan como abreviación de HH (Heil Hitler) por la posición de la letra H en el alfabeto latino.

"El comprador de la segunda fila", vestido íntegramente de negro, con botas y gorra, se llevó la última chaqueta militar de Adolf Hitler por 309.980 dólares, así como ropa interior "parcialmente enmohecida" de Hermann Göring (3.000), según Bild.


Adolf Hitler y Hermann Göring

Además, el argentino se hizo con un gorro de piel (3.800 dólares) y un reloj (47.300) que pertenecieron a Hermann Göring, y con el recipiente de bronce que contenía el vial de cianuro con el que el lugarteniente de Hitler se suicidó horas antes de su ejecución prevista en Núremberg el 15 de octubre de 1945.

Entre los objetos que pertenecieron a Hitler, se encontraban calcetines, corbatas, manteles y un certificado fiscal por la tenencia de perros, señalaron medios locales. Todos procedían de la colección de John K. Lattimer, un médico estadounidense que trató a los detenidos alemanes durante los juicios de Nuremberg.

La subasta se saldó con una recaudación total de alrededor de 1,01 millones de dólares.


Adolf Hitler

La polémica que cobró fuerza en Alemania después de que se anunciara la subasta, no alcanzó para lograr la cancelación del evento.

La casa de remates Hermann Historica no atendió a la solicitud del alcalde socialdemócrata de Munich, Dieter Reiter, quien les solicitó reconsiderar la venta. Tampoco dio lugar a la denuncia del Consejo Central de los Judíos, que calificó la venta como "repugnante".

Hermann Historica dijo en un comunicado que no tenía intención de perturbar la paz social ni de herir sentimientos. Además, la casa de remates dijo tener "plena consciencia de la historia funesta de Alemania de 1933 a 1945".


Juventudes Hitlerianas

Acudieron a la subasta "parejas jóvenes, ancianos y cabezas rapadas, musculosos con tatuajes tribales", indicó un periodista de Bild, que se infiltró en el evento, pese a la prohibición de acceso a la prensa impuesta por la entidad organizativa.

El diario alemán recordó que numerosos nazis se fugaron a Argentina después de la Segunda Guerra Mundial y se preguntó si el comprador no actuaba como representante de un coleccionista privado.

lunes, 20 de junio de 2016

Biografía: La salud de Manuel Belgrano en sus últimos días

La salud de Manuel Belgrano y sus últimos días
Por Juan Pablo Bustos Thames | Infobae




Manuel Belgrano nunca gozó de buena salud en su adultez. En cambio, el general José de San Martín, pese a sufrir numerosas enfermedades y achaques, tenía un mayor vigor físico, y logró siempre sobreponerse a sus males, para fallecer, recién en su ancianidad.

Poco antes de la Batalla de Salta, eran tan fuertes los dolores que sufría Belgrano, que pasó mucho tiempo postrado en su carruaje, con frecuentes vómitos de sangre, dado que no podía montar, y desde allí dio las indicaciones iniciales para la batalla. Hubo momentos en que hasta llegó a perder la noción de lo que estaba ocurriendo.

Dicen los especialistas que el origen de estos vómitos era indudablemente gástrico, pues por lo que sabemos, aparecían y terminaban súbitamente, a diferencia de lo que hubiera sucedido de ser respiratoria la causa. La cuestión es que, con el correr de las horas, y aliviados los dolores, consiguió incorporarse y pudo montar a caballo para dar las indicaciones finales en la batalla, coronando el mayor triunfo de su carrera militar.

Algunos creen que lo aquejaba una sífilis, adquirida en sus años de juventud y de estudios universitarios en España. Ya el 16 de noviembre de 1796, y sirviendo como Secretario Perpetuo del Real Consulado de Buenos Aires, tres médicos (el doctor Miguel Gorman del Protomedicato, y los licenciados Miguel García de Rojas y José Ignacio de Arocha) expresaron que "padecía varias dolencias" y le habían diagnosticado "un vicio sifilítico… y complicadas por otras originadas del influjo del país, cuya reunión ha sido causa de no poder conseguir los alivios con el método más arreglado; por lo que sentamos la necesidad de mudar de país a otro más adecuado, y análogo a su naturaleza, en cuya virtud nos consta que pasó al de Montevideo  y Maldonado".

Ahora bien: ¿fue afectado Belgrano por sífilis? Es poco probable; habida cuenta de que su descendencia, engendrada después de habérsele detectado estos síntomas, no registró rastros de dicha enfermedad; máxime cuando la sífilis puede ser congénita. Tampoco se registró esta enfermedad en sus parejas.


La muerte de Manuel Belgrano, 20 de junio de 1820 

¿Qué pudo haber ocurrido entonces? En esa época no estaba muy bien diferenciado el diagnóstico de las distintas enfermedades de transmisión sexual; y era común que los médicos confundieran unas con otras. Además, los síntomas de la sífilis son comunes a los de otras enfermedades.

Durante todo el año anterior ya había tenido varias recaídas en su salud. Casi todo el mes de Agosto de 1795 debió guardar reposo y durante 7 meses solicitó licencia para trasladarse a Montevideo y recuperarse, cambiando el clima de la capital por otro más benigno. Por eso, en varias oportunidades debió solicitar licencia, para poder atender su salud, siendo reemplazado en su cargo por su primo Juan José Castelli, mientras duraba su convalecencia, en la Banda Oriental o en la quinta de su hermana de San Isidro.

Otros sostienen que el prócer también padecía de reumatismo crónico. Se lo medicó con distintos tipos de sales y con iodo. También habría sufrido de "dacriocistitis crónica", que es la obstrucción de los conductos lacrimales, lo que degeneró en fístulas en ambos ojos, supurándole pus y lágrimas que le impedían trabajar o fijar la vista. Afortunadamente, para su estética, las fístulas, con el tiempo, evolucionaron favorablemente, a tal punto que no afectaron el aspecto físico de Belgrano.

Ya en el Alto Perú, Belgrano fue afectado de paludismo, conforme lo relata al Gobierno en nota fechada el 3 de mayo de 1813: "Estoy atacado de paludismo-fiebre terciana, que me arruinó a términos de serme penoso aún el hablar; felizmente lo he desterrado y hoy es el primer día, después de los doce que han corrido que me hallo capaz de algún trabajo". El mayor Emilio Loza, narrará, en forma concordante, que "la salud de Belgrano es un elemento que debe tenerse en cuenta, su espíritu estaba amargado por las continuas exigencias del gobierno y decaído por las rivalidades y ambiciones de los jefes de los cuerpos".

Con posterioridad, y ya en 1815, Belgrano es enviado a Londres, en misión diplomática, junto a su amigo, Bernardino Rivadavia; a donde llegó enfermo. Sin embargo, pareciera que en su estadía londinense, el general se restableció de sus dolencias; en especial del paludismo; ya que hasta su regreso a Tucumán, en 1816 no se volvieron a registrar padecimientos de salud.



Belgrano también padecía de trastornos digestivos, dispepsia (digestión difícil) e inflamaciones en la zona abdominal, muy posiblemente originados por factores nerviosos o psicosomáticos. Otros creen que la falta de jugos digestivos causaba este problema, o el déficit alimentario producto de su vida militar, plagada de carencias, como consta en diversos documentos.

Aparentemente su salud empezó a agravarse entre 1818 y 1819. El 1º de febrero de 1819, cumpliendo órdenes del Gobierno, Belgrano se puso al frente del Ejército del Norte, acantonado en Tucumán, y salió de campaña contra los caudillos federales del Litoral (José Gervasio Artigas, Estanislao López y Francisco Ramírez) que impulsaban la anarquía, retaceaban apoyo a los ejércitos patrios, desafiaban a las autoridades nacionales, desconocían al Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón y al Congreso que había declarado nuestra Independencia, saboteaban sus comunicaciones e interceptaban los cargamentos de provisiones, refuerzos y armas que el Directorio remitía a los Ejércitos del Norte y de los Andes, comprometiendo así la causa de la Independencia.

A diferencia de San Martín, Manuel Belgrano obedeció estas órdenes, y acudió a socorrer al Directorio y al Congreso de Tucumán -que ya funcionaba en Buenos Aires por esa época-, ante el riesgo de desintegración del país y que reinara la anarquía; contra lo que tanto había luchado siempre.

Por esa época, su enfermedad estaba ya bastante avanzada. Sus amigos y su médico le aconsejaron que no fuera personalmente él con la expedición, pues bien podría enviar a otro oficial a cargo. Belgrano se negó. Intuía que, si no comandaba él mismo al ejército, éste corría el riesgo de desintegrarse, contagiando con su accionar anárquico a las demás provincias (como efectivamente ocurrió después).

Su escasa salud se devastó por la dura travesía por intransitables senderos de tierra, a través de Tucumán, Santiago del Estero y Córdoba, sumada a las inclemencias del tiempo, por dormir en la intemperie, o en una incómoda tienda de campaña, en medio del frío y la lluvia.

Fue en esa travesía desde Tucumán hacia Córdoba que un viajero inglés, llamado Samuel Haigh, se cruzó con Belgrano y su ejército y nos dejó un claro testimonio del deplorable estado en el cual encontró a ambos: "Apenas habíamos andado dos leguas por la mañana, cuando encontramos toda la fuerza del general Belgrano, compuesta de tres mil hombres, en camino al interior. Los soldados iban en estado lastimoso, muchos descalzos y vestidos de harapos; y como el aire matinal era penetrante, pasaban tiritando de frío, como espectros vivientes… Belgrano nació en Buenos Aires, y tenía reputación de ser muy instruido, pero no fue un general afortunado. Entonces, debido a su debilidad, no podía montar a caballo sin ayuda extraña, y no parecía capaz del esfuerzo requerido para guerrear en las pampas. Su persona era grande y pesada…".

Ya se evidenciaba, en el testimonio que nos brinda este inglés, alrededor de un año antes del fallecimiento del prócer, que el cuerpo de Belgrano se encontraba hinchado y deformado, a raíz de su enfermedad.

En el Museo Mitre existe una carta escrita en la Posta de la Candelaria, el 7 de Abril de 1819, dirigida a su sobrino político, el ex Director Supremo, el coronel peruano Ignacio Álvarez Thomas, en la que Belgrano le cuenta que tiene afectados el pulmón y el pecho. También el muslo y la pierna derechos, lo que obliga a sus soldados a ayudarlo a montar y bajar del caballo, tareas que ya no puede realizar solo.

Un año después, en una carta dirigida el 13 de Abril de 1820 al entonces Gobernador de Buenos Aires y antiguo amigo suyo, don Manuel de Sarratea, le confía que "su enfermedad comenzó el 23 de Abril de 1819". Se refería, en concreto al malestar  que lo venía aquejando en el pecho y en el pulmón.

En mayo de 1819, con el Ejército del Norte se moviliza hacia Cruz Alta, localidad distante como a 200 kilómetros al sudeste de la ciudad de Córdoba, justo en el límite con Santa Fe. En medio del duro otoño cordobés, Belgrano se instaló en un rancho miserable, y padeció frío, humedad y la lluvia. No tenía comodidades y eso agravó más aún su salud al no tener el ambiente propicio para recuperarse.

 Su desazón ante el estado institucional de la Patria complica aún más su padecer físico
A principios de junio, se trasladó a Capilla del Pilar, a 50 kilómetros al sur de Córdoba, sobre el Río Segundo. Allí se entera de la renuncia de Juan Martín de Pueyrredón, como Director Supremo y de la elección de José Rondeau, como último mandatario de las Provincias Unidas. Su salud se agrava aún más. Ahora ya no consigue conciliar el sueño. Su respiración se torna difícil. Por la hinchazón en sus pies y piernas ya hasta se le complica desplazarse y caminar, cuando antaño tenía un andar ligero y sin dificultades pues era de caminar casi corriendo. Su desazón ante el estado institucional de la Patria complica aún más su padecer físico.

Sus allegados, preocupados, convocaron al doctor Francisco de Paula Rivero, quien le diagnosticó una "hidropesía avanzada" que es la retención de líquido en los tejidos. No es una enfermedad autónoma, sino un síntoma por el cual se manifiestan, básicamente, enfermedades de los riñones, del corazón y del aparato digestivo. El líquido se acumula en el vientre, cuello, brazos, tobillos y muñecas. Puede reflejar un mal funcionamiento de los riñones, que no eliminan correctamente los fluidos. El líquido acumulado (como parece haber sido en este caso) ocasiona mucha presión sobre el corazón y los pulmones, y termina afectándolos. La hidropesía se relaciona con tuberculosis, cáncer de colon, afecciones cardíacas, glandulares, hepáticas o renales.

La medicina de la época no atinó a diagnosticar exactamente el cuadro del prócer; tampoco a brindarle el tratamiento adecuado. Sus dolores eran tan fuertes que lo postraban. Todos percibían que el General estaba enfermo, y cómo la hidropesía había afectado a su cuerpo, hinchándolo en demasía e impidiéndole movilizarse.

Anoticiado del estado de salud de Belgrano, el gobernador de Córdoba, Manuel Antonio de Castro, le ofreció trasladarse a la ciudad de Córdoba para poder tratarse mejor y descansar adecuadamente. Belgrano le respondió en estos términos: "La conservación del ejército pende de mi presencia; sé que estoy en peligro de muerte, pero aquí hay una capilla donde se entierran los soldados. También puede enterrarse en ella al General. Me es agradable pensar que aquí vendrán los paisanos a rezar por el descanso de mi alma".

A finales de agosto de 1819, y con la perspectiva del arribo de la primavera, Manuel Belgrano se siente levemente mejor. En una carta suya del 27 de ese mes, dirigida a Tomás Guido, amigo y confidente del general San Martín, le cuenta: "Parece que la enfermedad me quiere dejar, llevo unos cuantos días de alivio conocido y espero que el sol aproximándose más, me restituirá a mi antigua robustez".

Sin embargo, su ilusión será efímera. Apenas dos días después, los dolores, el cansancio y sus crónicos males recrudecen con más fuerza. Es entonces que se dirige al flamante Director Supremo y predecesor suyo en el mando del Ejército del Norte, general José Rondeau, y le pide licencia para regresar a Tucumán; muy probablemente para conocer a su hija tucumana, Manuela Mónica, que había nacido el 4 de mayo y estaba a punto de cumplir 4 meses: "No habiendo podido conseguir en medio del sufrimiento de cuatro meses de enfermedad un alivio conocido, y aconsejándome los facultativos la variación de temperamento, debiendo ir al del Tucumán, me veo en la necesidad, aunque dolorosa, de ocurrir a V.E. para que me permita dejar el cargo por algún tiempo, hasta que logre mi restablecimiento".

 Me es sensible separarme de vuestra compañía, porque (…) la muerte me sería menos dolorosa (…), recibiendo los últimos adioses de la amistad
Tan mal se sentía que, sin esperar la respuesta oficial del Gobierno, el 11 de setiembre de 1819, Manuel dispuso su propio relevo en el Ejército, y ordenó que se hiciera cargo del mismo, su segundo al mando, el general Francisco Fernández de la Cruz. En su despedida, con los ojos llorosos y visiblemente emocionado, arengó a sus hombres por última vez: "Me es sensible separarme de vuestra compañía, porque estoy persuadido de que la muerte me sería menos dolorosa, auxiliado de vosotros, recibiendo los últimos adioses de la amistad".

El general Belgrano había elegido pasar sus últimos días en Tucumán, en compañía de la mujer que amaba (Dolores Helguero) y a la cual se había visto obligado a dejar, más de 7 meses atrás; y también a su hija recién nacida. En esa provincia también tenía entrañables amigos, que siempre lo habían recibido con los brazos abiertos.

 Que Dios lo acompañe, le devuelva la salud y nos permita volver a verlo pronto (los soldados a Belgrano)
Al pasar por las proximidades de Córdoba, salieron de la ciudad, tanto el gobernador, como las principales autoridades a saludar al ilustre pasajero que iba de regreso hacia el Norte. Hasta ese punto también, lo iba a acompañar una escolta que, de 25 soldados, había ordenado el general Fernández de la Cruz. De este modo lo custodiaban hasta donde el camino era más seguro para proseguir, a partir de allí, derecho hacia Tucumán. En Córdoba tiene lugar una breve y emotiva ceremonia. Cuando Manuel se dispone a despedirse de su escolta; todos sus soldados descienden de sus caballos, y sollozando, visiblemente emocionados, lo van abrazando, uno a uno, al tiempo que le dicen: "Adiós, nuestro general. Que Dios lo acompañe, le devuelva la salud y nos permita volver a verlo pronto". Belgrano no atina a responder, y embargado por la emoción, los abraza efusivamente, sabiendo que nunca más los volvería a ver.

Luego de otra dura travesía, que debió haber durado varias semanas, Manuel llegó a Tucumán y se recluyó en su casa (pegada a la actual Plaza Belgrano); que era sencilla y sin comodidades. Según nos cuenta su amigo tucumano José Celedonio Balbín, su casa "era de techo de paja, sus muebles se reducían a doce sillas de paja ordinaria, dos bancos de madera, una mesa ordinaria, un catre pequeño de campaña con delgado colchón que casi siempre estaba doblado".

Sin embargo, su arribo a San Miguel de Tucumán no le resultó tan agradable como el enfermo general imaginaba. A poco de llegar, se enteró de que la madre de su hija, Dolores Helguero, se había casado con un señor catamarqueño, mayor que ella. Tal vez influenciada por su familia, para disimular que era madre soltera. Esta noticia debió haber sido devastadora para el prócer. Pocos amigos lo pasaban a visitar. Su única alegría era recibir a su niña, a quien adoraba y llamaba su "palomita".

Al poco tiempo, el 11 de noviembre de 1819, estalló en Tucumán un motín contra el gobernador de la provincia, el catamarqueño Feliciano de la Mota Botello. El instigador de la asonada era nada menos que Bernabé Aráoz, antiguo amigo de Belgrano, quien se había resentido mucho con él por el respaldo de éste al mandatario derrocado. Don Bernabé había sido un protagonista crucial en 1812, convenciendo a Belgrano de desobedecer al Triunvirato y de enfrentar a los realistas.

Los partidarios de Aráoz, encabezados por el capitán Abraham González, temiendo que Belgrano usara su autoridad para hacer fracasar la conjura, irrumpieron en su casa y pretendieron colocarle cadenas y grillos en sus pies. Belgrano estaba postrado en cama. La oportuna intervención de su médico, el norteamericano Joseph Redhead, evitó que lo concretaran. El General, humillado y defraudado, le confió a un amigo: "Yo quería a Tucumán como a mi propio país, pero han sido tan ingratos conmigo, que he determinado irme a Buenos Aires, pues mi enfermedad se agrava día a día".

En Febrero de 1820 emprendió el regreso a Buenos Aires sin un peso en el bolsillo. El Estado le adeudaba sueldos por años de servicios. El dinero que se le otorgara por sus victorias de Tucumán y Salta nunca le fue abonado; tampoco se lo destinó al funcionamiento de las cuatro escuelas legadas por el prócer. Su amigo Celedonio Balbín le prestó dinero para viajar y lo acompañó él mismo, junto a su confesor, a su médico personal -el Dr. Redhead- y dos ayudantes. Así iniciaba el Creador de la Bandera su última travesía, para morir en su ciudad natal.

Independencia: Güemes no era gaucho

Güemes no era gaucho
Por Rolando Hanglin | Infobae



Martín Miguel de Güemes fue un militar de carrera Martín Miguel de Güemes fue un militar de carrera

El padre de Güemes era español, de familia noble, aunque pobre, nacido en el caserío de Abionzo, en el valle de Carriedo, a 400 metros sobre el nivel del mar. Desde mediados del siglo XVIII, ese sitio formaba parte de la región de Cantabria. Los pobladores participaron de audaces empresas navales –bajando de las montañas- y participaron de la toma de Granada por los Reyes Católicos.

Don Gabriel Güemes Montero, hijo de Manuel de Güemes Montero y Francisca de la Bárcena Gómez Campero y Zorrevilla, fue funcionario de la Corona española. Ingresó en la Real  Tesorería de Madrid y se incorporó a la copiosa burocracia del imperio español. Allí se destacó y lo nombraron tesorero oficial real de las Cajas de San Salvador de Jujuy, en la Gobernación del Tucumán. El despacho está firmado en el Palacio del Pardo el 3 de marzo de 1777.

Don Gabriel Güemes pidió dinero prestado para viajar, ya que no era rico, y llegó a Buenos Aires para luego cruzar el vasto territorio virreinal. Se presentó en Salta en enero de 1778, acompañado por destacados vecinos de la ciudad: coronel Antonio de Figueroa, Juan Adrián Fernández Cornejo, Pedro Lucas de Allende, Félix Apolinario Arias Rengel, Fernando de Torres y Francisco González y San Millán, que aportaron fianza de 500 pesos cada uno. De este modo, don Gabriel no necesitó probar solvencia, como era de rigor. No la tenía.

Se entregó con honestidad ejemplar a sus tareas burocráticas, pasó luego a Jujuy como responsable de tesorería  y más tarde se casó con una de las niñas jujeñas más festejadas: María Magdalena de Goyechea y de la Corte. Sus padres poseían una de las mayores fortunas de la región. El suegro de Gabriel era don Martín Miguel de Goyechea y Argañaraz, con una larga carrera al servicio del rey. Era maestre de campo (coronel) en el plano militar, alcalde ordinario, procurador general, alcalde de la Santa Hermandad, teniente de gobernador, justicia mayor y capitán a guerra de San Salvador de Jujuy, dueño de la encomienda de indios del pueblo de San Rafael de Sococha, que le brindaba poder, prestigio y recursos. Tenía grandes estancias, donde proliferaba la hacienda vacuna y se engordaban mulas. En efecto, la exportación de mulas al Perú y Alto Perú (Lima estaba muy cerca y gravitaba más que Buenos Aires) era una gran fuente de recursos, así como el trabajo de los indios que eran encomendados junto a determinada tierra, por ser sus pobladores.

San Martín le vio a Güemes condiciones para realizar en Salta la llamada “guerra de recursos”, hostigando al enemigo sin ofrecer batalla San Martín le vio a Güemes condiciones para realizar en Salta la llamada “guerra de recursos”, hostigando al enemigo sin ofrecer batalla
Don Gabriel y María Goyechea se casaron en 1778 y tuvieron ocho hijos. Uno de ellos fue Martín Miguel de Gúemes. La carrera burocrática de don Gabriel siguió creciendo.

Un certificado del intendente de Salta, brigadier Andrés Mestre, destaca los méritos de don Gabriel como ministro tesorero. Mestre había actuado con crueldad en la represión del alzamiento de José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru II. En esta represión, elogia también el papel digno cumplido por Gabriel Güemes, combatiendo la llamada "sublevación de la plebe". Este era el perfil de los padres de Güemes. En cuanto a las palabras Tupac Amaru, han recobrado actualidad merced al accionar de Milagro Sala y, naturalmente, a la aventura uruguaya de los "tupamaros", cuyo nombre se deriva de los mismos vocablos.

Güemes, el muchacho, trabajó también en la tesorería española y se incorporó a los 13 años al Regimiento Fijo de Buenos Aires, optando por la carrera militar y no por la de hacendado. Tuvo que trasladarse después a Buenos Aires, donde en 1805 comienzan a circular las ideas de libertad y corren rumores de invasión inglesa.

 A esta altura, Güemes ya pertenecía al bando criollo y había dado la espalda a su familia española, como tantos otros patriotas
Mucho más tarde -7 años- Güemes participaría del Ejército del Norte y, tras algún altercado con José Rondeau, volvería a Buenos Aires para colaborar con José de San Martín. El Libertador le vio condiciones para realizar en Salta la llamada "guerra de recursos", hostigando al enemigo sin ofrecer batalla. A esta altura, obviamente, ya Güemes pertenecía al bando criollo y había dado la espalda a su familia española, como tantos otros patriotas. San Martín consideraba que, mientras se realizaba el cruce de los Andes, no tenía sentido intentar la conquista del Alto Perú (actual Bolivia) sino sólo realizar acciones de contención para que los realistas no se vinieran hasta Córdoba. Para ello recurrió a Güemes, que ejercía fuerte autoridad sobre los paisanos, posiblemente por su don de mando familiar. Y cumplió valientemente con esa tarea, de poco lucimiento exterior. Fue incansable. Murió en una emboscada.

Esta es la historia -hay mucho más, pero queríamos subrayar el dato de su origen- de Martín Miguel de Güemes, a quien equivocadamente se tilda de gaucho, y  representa emponchado como un arriero en numerosos grabados. Entendemos que nunca fue gaucho, ni hombre de campo, sino un militar de carrera, el hombre que don Miguel Ángel de Marco llama "Padre de los Gauchos, Mártir de la Emancipación". Esto no va en desmedro de Güemes, que fue uno de los Padres Fundadores de nuestro país junto a San Martín, Belgrano, Alvear, Sarmiento y Roca, pero intenta deshacer una confusión, ya que Güemes no realizó tareas de campo, no administró haciendas ni fue domador de potros. Protegió a los gauchos, sus subordinados, mas no fue uno de ellos.

domingo, 19 de junio de 2016

Asombra una fortaleza vikinga en Dinamarca

Fortaleza vikinga en Dinamarca llama la atención de arqueólogos

Los arqueólogos han dibujado un espacio en blanco en uno de los castillos de Viking más recientemente descubiertos de Dinamarca, después de encontrar nada más que una sola, perlas de vidrio de aislamiento.

Por: Charlotte Precio Persson - Science Nordic



El descubrimiento de 'Vikingeborgen' fortaleza anillo en Dinamarca se pensó originalmente para ser otra demostración del poder central de Harald Bluetooth. Pero la fortaleza todavía es producir cualquier remanente de vida de los vikingos y los arqueólogos se preguntan si alguna vez vivieron allí en absoluto (Foto: Kirstine Jakobsen, ScienceNordic)

Una única perla es todos los arqueólogos han encontrado hasta ahora, durante la excavación de una fortaleza vikinga en Dinamarca.

La fortaleza del anillo en los titulares en 2014 cuando era primera discovered.The primeros exámenes in situ se puso en marcha poco después, con excavaciones de prueba en determinados sitios y arqueólogos aficionados, que se entrecruzaban en el sitio con los detectores de metales.

Las excavaciones oficiales han hecho más que empezar y el área alrededor del castillo aún no se ha excavado.

Se podría cambiar, pero en este momento los arqueólogos se quedan con la impresión de un sitio vacío. No hay hallazgos relacionados vikingos han aparecido a excepción de una pequeña perla de cristal. No hay signos de ningún casas dentro de la empalizada castillo, sin foso o pozos fuera, sin armas, sin herramientas y sin restos de ropa diaria.

Cuando se trata de encontrar alguna prueba de vida de los vikingos, "es muy escasa!" dice arqueólogo y excavación líder, Jens Ulriksen, desde el Museo del Sudeste de Dinamarca.


Esta pequeña perla de vidrio se cree que se remontan a finales del año 900 CE y es hasta el momento, la única indicación de la vivienda de Viking en la fortaleza. (Foto: Nanna Holm)

Entonces la gran pregunta es: ¿por qué?

La fortaleza no jugar a la pelota

La fortaleza Viking es uno de los cinco castillos similares en Dinamarca y fue anunciado como el descubrimiento arqueológico del año en 2014. No es difícil ver por qué. Por primera vez en más de medio siglo, los arqueólogos habían dado a conocer un nuevo anillo de castillo - un estilo icónico de la fortaleza vikinga en Dinamarca.

Los arqueólogos pensaron que los jefes libres e independientes una vez gobernaron Dinamarca. Sin embargo, el descubrimiento de estas grandes fortalezas indica una fuerte presencia real de Harald Bluetooth, que tenía los medios para completar estos proyectos de construcción gigantes.

¿Dónde están los hoyos de poste, puntas de flecha, y el foso?
El hecho de que los arqueólogos aún no han descubierto nada, no significa decir que no lo harán. El proyecto del anillo fortaleza conocida como 'Vikingeborgen' se extenderá hasta finales de 2018, lo que todavía hay un montón de tiempo que queda. Y quien sabe; mañana se podría tropezar con agujeros de postes y puntas de flecha en abundancia.

Pero Ulriksen es, sin embargo, desconcertado por la falta de hallazgos hasta el momento.

HechosLos anillos de la fortaleza anillo:
Una fortaleza circular completa.
145 metros de diámetro, equivalente a un moderno estadio deportivo día.
Construidas con turba y la madera pesada.
Posiblemente tan antigua como 980 CE, como fortalezas similares en Dinamarca.
"Esto parece en nada a los otros castillos, en cuanto a la falta de hallazgos. Y podemos preguntarnos, ¿alguien vive aquí? ¿Era sólo los constructores que vivían en la zona? ¿Hay algunas casas? ¿Hay un foso? "

"Simplemente no vemos los mismos restos de asentamiento que hacemos en los otros sitios. Es un poco un misterio," dice Ulriksen.

destrucción fortaleza relacionado con la muerte de Bluetooth
Los arqueólogos están ahora tratando de determinar exactamente cuando se construye la fortaleza.

 Las primeras fechas indican que el puerto del norte se construyó en algún momento en el año 900 CE.

"Espero que encontremos la respuesta en cuanto a cuando el castillo fue construido y cuando fue destruido. Podría ser interesante para ver si está vinculada a la muerte de Harald Bluetooth," dice Ulriksen.

HechosLa fortaleza del anillo se llama 'Borgring' en danés, que significa castillo o fortaleza del anillo.
También se ha dado el nombre de 'Vikingeborgen' significa castillo de Viking en danés.
Sólo una fracción del sitio ha sido excavado hasta el momento.
La excavación se ejecutará hasta 2018.
Por supuesto, la otra posibilidad es que el castillo fue simplemente nunca se terminó, ya que la falta de viviendas y el foso inexistente podría sugerir.

Una pequeña joya de gran valor

Por ahora el pequeño grano de cristal es la única prueba tangible de que los vikingos eran siempre en la fortaleza. Y aunque no parezca mucho, tiene un gran valor para los arqueólogos, que actualmente están trabajando día y noche para reunir más conocimiento de la excavación.

"La datación de Vikingborgen [la fortaleza del anillo] pende principalmente de dos tipos de pruebas La puerta del norte -.. Que es aproximadamente en el año 900, pero esto no es muy precisa para obtener una fecha más precisa [en esto], nos necesita algo así como una pieza bien conservada de roble de la que podemos fechar los anillos de los árboles ", dice Ulriksen.

La otra línea de evidencia proviene de la perla de vidrio, cuyo estilo es típico de la segunda mitad de los años 900.

"Sin embargo, cuando en el año 900? Esto es crucial, y realmente espero que podamos obtener respuestas ", dice Jens Ulriksen.

sábado, 18 de junio de 2016

Guerra Polaco-Soviética: Causas

Guerra Polaco-Soviética 


Límites al final de la guerra 

Fecha Febrero de 1919 ? marzo de 1921 
Lugar Centro y Este de Europa 
Resultado Paz de Riga 
Beligerantes 
Segunda República Polaca y República Popular Ucraniana
vs. 
República Socialista Federativa Soviética de Rusia 
República Socialista Soviética de Ucrania 
Comandantes 
Józef Pi?sudski 
Edward Rydz-?mig?y 
W?adys?aw Sikorski 
Symon Petlyura
vs. 
Mijaíl Tujachevsky 
Semyon Budyonny 
Iósif Stalin 
Aleksandr Yegórov 
León Trotsky 
Fuerzas en combate 
360.000 combatientes 
738.000 reservas
vs 
950.000 combatientes 
5.000.000 reservas 
Bajas 
~60.000 muertos
vs. 
~100.000 - 150.000 muertos 

La Guerra Polaco-Soviética fue un conflicto armado que enfrentó a la Rusia Soviética y la Segunda República Polaca desde febrero de 1919 hasta marzo de 1921. 
La guerra fue el resultado de las tentativas expansionistas por parte de ambos bandos: Polonia pretendía recuperar los territorios perdidos a finales del siglo XVIII, y los soviéticos, aquéllos que habían pertenecido al Imperio ruso antes de la Primera Guerra Mundial. Las fronteras entre Polonia y la Rusia soviética no habían sido definidas en el Tratado de Versalles, y posteriormente se tornaron más caóticas tras la retirada de las Potencias Centrales en el frente oriental, la Revolución rusa de 1917, la Guerra Civil Rusa, la desintegración del Imperio ruso, el Imperio alemán y el Imperio austrohúngaro, y las ambiciones de Ucrania y de Bielorrusia para establecer su independencia. 
El líder polaco, Józef Pi?sudski, creyó conveniente ampliar las fronteras de Polonia hacia el este, a la vez que consideraba factible crear una Federación Polaca (Mi?dzymorze[1] ) que englobase el resto de los Estados de la Europa centro-oriental, como un baluarte contra la aparición potencial del imperialismo alemán y soviético. Por su parte, Lenin vio a Polonia como el puente que el Ejército Rojo tendría que cruzar para ayudar a otros movimientos comunistas europeos. 
Hacia 1919, las fuerzas polacas controlaban la mayor parte de Ucrania occidental, ganando el conflicto con la república nacional ucraniana del oeste que intentó crear un Estado ucraniano en los territorios que reclamaban tanto polacos como ucranianos. Mientras tanto, los soviéticos comenzaban a ganar la guerra civil rusa y avanzaban hacia el oeste, hacia los territorios disputados, y para finales de 1919 se había formado un claro frente bélico. Los enfrentamientos fronterizos desembocaron entonces en una guerra abierta tras el avance hacia el este de Ucrania de Pi?sudski (abril de 1920), el cual fue detenido por un contraataque del Ejército Rojo, inicialmente exitoso. La operación soviética empujó a los polacos de regreso hacia el oeste, hacia la capital polaca, Varsovia. Mientras tanto, Occidente temía que las tropas soviéticas llegaran a las fronteras alemanas, y se incrementó el interés de las Potencias Occidentales en la guerra. A mediados del verano, la caída de Varsovia parecía cercana, pero a mediados de agosto la situación cambió de nuevo cuando las fuerzas polacas alcanzaron una inesperada y decisiva victoria en la batalla de Varsovia. Ante el temor de un avance polaco hacia el este, los soviéticos pidieron la paz y la guerra terminó con un alto el fuego en octubre de 1920. Un tratado de paz, el Tratado de Riga, fue firmado el 18 de marzo de 1921, repartiendo los territorios en disputa entre Polonia y la Rusia Soviética. Así, esta guerra de 1919-1920 delimitó la frontera polaco-soviética para el período de entreguerras. 

Nombres y fechas de la guerra 
La guerra es conocida con varios nombres. "Guerra Polaco-Soviética" es posiblemente el más común, pero puede ser confuso, ya que "Soviética" lleva a pensar en la Unión Soviética, que (por contraste con "Rusia Soviética") no fue fundada oficialmente hasta 1922. Nombres alternativos son "Guerra Ruso-Polaca (o Guerra Polaco-Rusa) de 1919 a 19212 "(para distinguirla de anteriores guerras polaco-rusas) y "Guerra Polaco-Bolchevique[3] ". Esta segunda denominación (o simplemente "Guerra Bolchevique" (en polaco: Wojna bolszewicka) es más común en las fuentes polacas. En algunas fuentes polacas también viene como la "Guerra de 1920" (en polaco: Wojna 1920 roku[4] ) mientras que los historiadores soviéticos a menudo se refieren a ella como la "Guerra contra la Polonia Blanca" o la consideran parte de la Intervención Aliada en la Guerra Civil Rusa o de la Guerra Civil Rusa en sí misma. 
Una segunda controversia se centra en la fecha de comienzo de la guerra. Por ejemplo, la Enciclopedia Británica considera la intrusión polaca en Ucrania de 1920 como el punto de comienzo de la guerra,[2] mientras que la enciclopedia polaca Internetowa encyklopedia PWN3 y algunos historiadores - como Norman Davies[5] - dan el año 1919 como el año de comienzo. Finalmente, se suelen dar como fechas de finalización indistintamente 1920 o 1921; esta confusión viene del hecho de que mientras el alto el fuego entró en vigor en otoño de 1920, el Tratado de Riga, que ponía fin de forma oficial a la guerra, fue firmado meses después, en 1921. 
Si bien los sucesos de 1919 pueden ser descritos como un conflicto fronterizo, y sólo a principios de 1920 ambos lados se dieron cuenta de que de hecho estaban en una guerra total,[5] las escaramuzas que tuvieron lugar en 1919 están íntimamente relacionadas con la guerra que empezó al año siguiente.[5] Finalmente los sucesos de 1920 fueron sólo una consecuencia lógica, aunque no buscada, del preludio de 1919.5 

Causas del conflicto 


Particiones de Polonia en 1795. Los territorios coloreados representan a la República de las Dos Naciones
En color azul: soberanía del Reino de Prusia.
En color verde: dominio del Imperio austrohúngaro.
En color cian: tomado por Rusia Imperial
 


En 1919, con el final de la Primera guerra mundial, el mapa de la mayor parte del mundo, y en particular el de Europa Central y Occidental, había cambiado drásticamente[6]. La derrota de Alemania frustró sus proyectos para la creación de un gobierno títere en los Estados orientales de Europa (Mitteleuropa[7] ), y como Rusia estaba en plena guerra civil, muchas naciones de aquella región vieron una oportunidad única para obtener la independencia que no podían desperdiciar. 
Al mismo tiempo, los soviéticos vieron estos territorios como provincias rusas rebeldes, vitales para la seguridad rusa, pero fueron incapaces de reaccionar rápidamente, puesto que aún seguía presente el agotamiento producido por la Primera Guerra Mundial, la revolución y la guerra civil. 
Mientras tanto, con el éxito de la sublevación de Polonia iniciada en 1918, Polonia había restablecido su Estado por primera vez desde la partición de 1795, que causó los 123 años en los que Polonia fue gobernada por sus tres vecinos imperiales. El país resurgió bajo el nombre de Segunda República de Polonia y procedió a recuperar y restablecer las fronteras que poseía en el pasado. 
Sin embargo, Polonia no estaba sola en sus oportunidades y apuros, ya que prácticamente todos los países vecinos que habían obtenido recientemente su independencia comenzaron luchas sobre sus fronteras: Rumania luchó contra Hungría en Transilvania, Yugoslavia con Italia en Rijeka, Polonia con Checoslovaquia en Cieszyn/T??ín, con Alemania en Pozna? y con Ucrania en Galicia central. Los ucranianos, bielorrusos, lituanos, estonianos y letones lucharon entre sí y contra los rusos, que estaban divididos a causa de la guerra civil.[5] La influencia del comunismo también se agregó a esta mezcla, dando por resultado revoluciones de los comunistas en Múnich, Berlín, Budapest y Pre?ov. Winston Churchill comentó respecto a esta situación: 



La guerra de gigantes ha terminado, la guerra de los enanos comienza. [8 ]

Churchill estaba en lo correcto si tenemos en cuenta que todos los demás conflictos, con la única excepción de la guerra polaco-soviética, serían conflictos de breve duración e insignificantes en la mayoría de los casos. 
La guerra polaco-soviética, como la mayoría de otros conflictos en la Europa Oriental de aquel tiempo, fue más un accidente que un conflicto planificado. Durante el caos que prevaleció en los primeros meses de 1919, era improbable que algún comunista o algún ciudadano de la Segunda República de Polonia hubiese planificado una guerra de tal importancia. Polonia fue un importante frente en la Primera Guerra Mundial, ya que en sus territorios se libraron varias batallas. 

Motivos de Pilsudski 


Józef Pi?sudski. 

Vladimir Lenin. 

La política polaca estaba bajo la fuerte influencia del estadista Józef Pi?sudski, quien preveía formar una federación (la "Federación de Mi?dzymorze"), una confederación que abarcaba Polonia, Lituania, Ucrania y otros países de la Europa central y oriental, los cuales venían emergiendo alejados de los imperios de la Primera guerra mundial. La nueva unión habría tenido fronteras similares a las de la República de las Dos Naciones siglo XV-XVII y debía ser un contrapeso que contuviera las intenciones imperialistas de Rusia o Alemania. Con este fin, las fuerzas polacas aseguraron los extensos territorios en el este. No obstante, al plan de la federación de Pi?sudski ee opuso otro influyente político polaco, Roman Dmowski, que favoreció la idea de crear un "Estado Polaco" más grande. 
Debido a la negativa de los rusos a reconocer la independencia de Polonia, las fuerzas polacas bajo las órdenes de Pi?sudski retrasaron o pararon sus propias ofensivas varias veces, aliviando la presión de las fuerzas rusas y contribuyendo así a la derrota del Ejército Blanco Ruso. 

Motivos de Lenin 
A finales de 1919 el líder del nuevo gobierno comunista de Rusia, Vladimir Lenin, inspirado por las victorias de la guerra civil del Ejército Rojo sobre las fuerzas Blancas rusas anticomunistas y sus aliados occidentales, comenzó a ver futuro en la Revolución. Los comunistas actuaron bajo la convicción de que los procesos históricos pronto conducirían a la dictadura del proletariado en todas las naciones, y que esto traería el final de los Estados nacionales, llevando a la instauración de una comunidad comunista mundial. Lenin se sentía cada vez más confiado en que la revolución sobreviviría y pronto barrería triunfante Europa y el resto del mundo. El motivo principal para la guerra con Polonia subyace en el intento de los comunistas de enlazar su revolución en Rusia con una revolución prevista en Alemania. Además vio a Polonia como el puente que el Ejército Rojo tendría que cruzar para unir las dos revoluciones y ayudar a otros movimientos comunistas en la Europa Occidental. Este curso era explícito en la ideología comunista, y era necesario si los soviéticos intentaban llevar a Rusia a la línea del marxismo. Esto no ocurrió sino hasta los éxitos soviéticos a mediados de 1920, momento en que esta idea se hizo dominante en la política comunista. 
Alemania entre los años 1918 y 1920 hervía con el descontento social y el caos político. En los dieciocho meses desde la abdicación del Káiser, se había vivido una revolución comunista, dos repúblicas soviéticas locales (por ejemplo, la República Soviética de Baviera), tres golpes de Estado reaccionarios, al menos cuatro huelgas generales y cinco cancilleres. En julio de 1920 la Constitución de Weimar (constitución del Estado Alemán) había estado vigente durante sólo doce meses, y la humillante Paz de Versalles por sólo seis. El gobierno central fue acosado por el separatismo, por la vigilancia cercana de los poderes de los Aliados y por los constantes combates en las calles entre la Liga Espartaquista y el Partido Comunista de Alemania. El avance desde el oeste del Ejército Rojo amenazó con anular el Tratado de Versalles y así, independientemente de otras consecuencias, liberar a Alemania de las humillantes condiciones puestas en ella. Muchos alemanes pensaron que otra revolución sería el preludio necesario para escapar del apretón de los Aliados. 
En abril de 1920 Lenin terminaría de escribir El "izquierdismo", la enfermedad infantil del comunismo, que significó dirigir la Revolución durante los pocos meses restantes antes de sus etapas finales, y era cada vez menos probable oponerse a una guerra más grave con Polonia. Según una teoría frecuente entre los partidarios de Lenin, la revolución en Rusia fallecería a menos que estuviera unida a las revoluciones en Lituania, Polonia y, la más esencial, Alemania. El debate en Rusia no era, por tanto, si el puente polaco (Polonia) debería ser cruzado, sino cómo y cuándo. Lenin formuló la nueva doctrina de la "revolución del exterior". La ofensiva soviética en Polonia sería una oportunidad "de sondear Europa con las bayonetas del Ejército Rojo". Esta sería la primera penetración de la Unión Soviética en Europa, la primera tentativa de exportar la revolución bolchevique por la fuerza. En un telegrama, Lenin exclamó: 

Debemos dirigir toda nuestra atención a preparar y a consolidar el frente occidental. Un nuevo lema debe ser anunciado: prepararse para la guerra contra Polonia. [9] 

El propósito político del avance del Ejército Rojo no era conquistar Europa directamente. El Ejército Rojo de 1920 podía ser enviado apenas con 36 divisiones para hacer lo que el ejército del Zar de 1914 a 1917 no pudo hacer con 150. Su propósito era provocar el cambio social y la revolución. 

Referencias 

1. Nombre propuesto por Józef Pi?sudski, para la federación formada por los países de Polonia, Lituania, Bielorrusia y Ucrania
2. Ver por ejemplo Russo-Polish War en la Enciclopedia Británica
?military conflict between Soviet Russia and Poland, which sought to seize Ukraine? Although there had been hostilities between the two countries during 1919, the conflict began when the Polish head of state Józef Pilsudski formed an alliance with the Ukrainian nationalist leader Symon Petlura (April 21, 1920) and their combined forces began to overrun Ukraine, occupying Kiev on May 7.
3. (en polaco) Wojna polsko-bolszewicka. Entrada en la Internetowa encyklopedia PWN. Ultimo acceso el 27 de octubre de 2006.
4. Por ejemplo:
1) Cisek, Janusz (1990). S?siedzi wobec wojny 1920 roku. Wybór dokumentów. (Neighbours Attitude Towards the War of 1920. A collection of documents. - English summary). London: Polish Cultural Foundation Ltd. 0-85065-212-X.
2) Szczepanski, Janusz (1995). Wojna 1920 roku na Mazowszu i Podlasiu (War of 1920 in Mazowsze and Podlasie). Desconocido: Wy?sza Szko?a Humanistyczna. 8386643307.
3) Sikorski, W?adys?aw (1991). Nad Wis?? i Wkr?. Studium do polsko - radzieckiej wojny 1920 roku, (At the Vistula and the Wkra [Rivers]: a Contribution to the Study of the Polish-Soviet War of 1920). Warsaw: Agencja Omnipress. 83-85028-15-3.
5. Davies, Norman (1972). White Eagle, Red Star: the Polish-Soviet War, 1919?20. New York: St. Martin's Press, inc.. 0-7126-0694-7.
6. Thomas Grant Fraser, Seamus Dunn, Otto von Habsburg, Europe and Ethnicity: the First World War and contemporary ethnic conflict, Routledge, 1996, ISBN 0-415-11995-2, Google Print, p.2
7. Mittel - europa; Mitad o centro de Europa, incluye los países de Alemania, Austria, Suiza, Liechtenstein, Polonia, República Checa, Eslovaquia y Eslovenia
8. Hyde-Price, Adrian. Manchester University Press. ed. Germany and European Order. Manchester, England. pp. 75. ISBN 0-7190-5428-1.
9. Lincoln, Red Victory: a History of the Russian Civil War.


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