El día que la Guardia Civil invadió Andorra
Javier Sanz - Historias de la Historia
Andorra, el pequeño país pirenaico cuya jefatura del estado comparten el presidente de la República Francesa y el obispo de la Seo de Urgell -y que últimamente está tan en boca de todos por asuntos demasiados terrenales y humanos-, sólo ha sido invadido una vez a lo largo de su historia. Esa invasión se produjo el 21 de julio de 1934. Los invasores fueron cuatro Guardias Civiles al mando de un sargento. En total cinco hombres. Esto fue lo que ocurrió:
La historia se desarrolla en los primeros años 30 del siglo XX, cuando un curioso personaje se deja ver frecuentando el American Yacht Club de Mallorca. Se llamaba Borís Mijáilovich Skósyrev Mavrusov y había nacido en Vilna en 1896. Perteneciente a una familia de la pequeña nobleza bielorrusa, había sido soldado en los ejércitos del zar. Al estallar la Revolución de 1917 se exilia al Reino Unido, donde al parecer se enrola en la Armada británica. También habría prestado servicios como espía en el Foreign Office. Este es el currículum de un maestro del engaño, así que haremos bien en ponerlo en cuarentena. Seguro que ya les está recordando a alguien. El caso es que en 1925 se traslada a los Países Bajos, donde según él mismo se le concede por la reina el título de Conde de Orange. Allí se casa con María Luisa Parat, a la que pronto abandona por una millonaria norteamericana llamada Florence Marmon. A principios de los años 30 está en Mallorca y en 1934 entra por vez primera en Andorra.
Precisamente un año antes se había producido en Andorra una pequeña revuelta a favor de la total independencia del país de Francia y España. Y ahí es dónde Boris vio la oportunidad. En su primer intento presentó al Síndico andorrano una propuesta para ser nombrado rey. Al no recibir la respuesta deseada se exilia en la Seo de Urgell, desde donde comienza una campaña política para atraerse las simpatías de Juan de Orleans, el duque de Guisa y pretendiente del trono francés. Incluso se permite redactar una nueva constitución para Andorra. Al final, consigue su objetivo y el día 7 de julio de 1934 el Síndico General de los Valles de Andorra convoca al Consejo General. Una vez expuestas las pretensiones de Boris, sorprendentemente todos los consejeros votan a favor de nombrarle rey, salvo uno. Dicho y hecho, Boris se instala en Sant Juliá de Lòria con el título de Boris I de Andorra y forma un gobierno en el que está incluso su millonaria amiga norteamericana. Alertado el obispo de Urgell de la trama, y ante la pasividad de Francia que renuncia a intervenir, el 10 de julio en una nueva votación del consejo se refrenda a Boris como monarca, con el mismo resultado de 23 a 1.
Y aquí es cuando sucede lo impensable. A petición del obispo de la Seo de Urgell y por orden de la República Española, 11 días después, el 21 de julio de 1934 la Guardia Civil invade Andorra con los cinco hombres mencionados, violando la inmunidad diplomática y la integridad territorial andorrana. Detienen a Boris I y se lo llevan a Barcelona, donde es puesto a disposición judicial. El 23 de julio es trasladado a Madrid y encerrado en la cárcel Modelo por conducta antisocial (Ley de Vagos y Maleantes) hasta su expulsión a Portugal. Tras cuatro años en el país luso, en 1938 regresó a Francia donde a los pocos meses fue recluido por el régimen de Vichy en un campo de internamiento junto con republicanos españoles en Rieucros. Allí se le pierde su pista.
Algunos indican que pudo morir en 1944 a manos de los nazis, mientras medios germanos aseguran que durante la Segunda Guerra Mundial habría servido en en el ejército alemán y que vivió hasta 1989. No sería extraño vista la capacidad de este personaje para sobrevivir. En 1984 el escritor catalán Antoni Morell i Mora escribió una novela basada en su vida, titulada “Boris I, rey de Andorra”, en la que asegura que su madre había conocido al curioso personaje.
Boris con uniforme de la Wehrmacht
Colaboración de Guillermo Carvajal