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martes, 14 de octubre de 2025

Guerra civil soviética: El Barón Negro del Ejército Blanco

"Ejército Blanco, Barón Negro"




En el artículo anterior, analizamos los orígenes y los primeros años de la carrera militar de Piotr Wrangel, cómo y por qué recibió el apodo de "Barón Negro" en 1918, y cómo se convirtió en el sucesor de Denikin, "Gobernante y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas del Sur de Rusia". Hoy continuamos esa historia.


Cartel "Ejércitos Rojo y Blanco"

Año 1920


El difícil año 1920 para nuestro país también estuvo marcado por grandes victorias del Ejército Rojo.



Recordamos que el 4 de enero Kolchak entregó el título de Gobernante Supremo de Rusia a A. I. Denikin, y el poder en el este de Rusia al sanguinario atamán G. Semenov, sobre quien el mayor general William Sidney Graves (comandante de la Fuerza Expedicionaria del Ejército de los Estados Unidos en Siberia en 1918-1920) escribió lo siguiente en su libro La aventura siberiana de América:

Semyonov organizó las llamadas "estaciones de exterminio" y se jactó abiertamente de que no podía dormir tranquilo a menos que hubiera matado al menos a alguien durante el día.

El 8 de enero de 1920, Kolchak disolvió las últimas unidades leales y se puso bajo la protección de los aliados y los legionarios checoslovacos. El 15 de enero de 1920, en la aldea de Kaitul, el mando de la legión, con el consentimiento del general francés Maurice Janin (comandante de las fuerzas de la Entente en Siberia y el Lejano Oriente), entregó al exalmirante, ahora indeseable, a representantes del Comité Revolucionario de Irkutsk a cambio de un pasaje gratuito hacia el Este a través del Ferrocarril Transiberiano. El acuerdo resultó muy ventajoso para el nuevo gobierno, ya que Kolchak también recibió el resto del oro robado por el general Kappel en Kazán en agosto de 1918: 5143 cajas y 1578 sacos de oro y otros objetos de valor, con un peso de 311 toneladas.

Cabe destacar que Kappel se incautó de un total de 640 toneladas de oro y 480 toneladas de plata en lingotes y monedas, costosos utensilios eclesiásticos, así como joyas de la familia real: 154 artículos, incluyendo el collar de la emperatriz Alejandra Fiódorovna y la espada con diamantes del heredero Alexéi.

Volvamos a Kolchak, quien dejó una profunda y cruel huella en Siberia: fue ejecutado el 7 de febrero, y Demyan Bedny escribió sobre el inevitable fin de este sanguinario almirante de la cocaína:

Fue una alegría para el enemigo
ver cadáveres en la nieve
en medio del espacio siberiano:
cadáveres de campesinos pobres
y superguerreros.
Pero por estos muertos,
Kolchak recibió el premio:
le dijimos, al apuesto bastardo,
que lo arrojaron a un ventisquero,
y también le metieron una bala en la frente.

En febrero, los intervencionistas británicos se vieron obligados a abandonar Arkhangelsk.

Y, como se describió en el artículo anterior, el 4 de abril, Denikin, que había perdido el respeto de sus tropas, abandonó Rusia en un destructor inglés, y Wrangel, quien lo reemplazó, llegó a Sebastopol en el acorazado Emperador de la India.


Wrangel en Sebastopol, 1920

El 6 de abril se creó la República del Lejano Oriente en el territorio de Transbaikalia, la región del Amur y Primorie, y ese mismo día comenzó una exitosa ofensiva contra las tropas del sucesor de Kolchak, Atamán Semiónov.

La guerra con Polonia, que comenzó el 25 de abril de 1920 y se prolongó hasta agosto, fue un duro golpe para los victoriosos ejércitos rojos.

Wrangel en Crimea: gobernante y comandante en jefe


¿Qué sucedía en Crimea en ese momento?

Al llegar a la península, Wrangel trajo consigo un mensaje profundamente desagradable del gobierno británico: desilusionados y sin creer ya en una victoria blanca, los británicos declararon el fin de su apoyo al movimiento blanco en Rusia, pero a Denikin personalmente y a sus "colaboradores más cercanos" se les garantizó asilo político en Inglaterra. Ya en el exilio, el barón escribiría en sus memorias:

La negativa británica a brindarnos más ayuda frustró nuestras últimas esperanzas. La situación del ejército se estaba volviendo desesperada. Pero yo ya había tomado una decisión. Al asumir el cargo de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas del Sur de Rusia, reconociendo la magnitud de la vulnerabilidad de Crimea, tomé de inmediato una serie de medidas preparatorias en caso de una evacuación del ejército, para evitar que se repitieran los desastres de las evacuaciones de Novorossiysk y Odessa.

La primera orden del día de Wrangel fue exigir un recibo que confirmara que no se le exigiría organizar de inmediato una ofensiva contra los rojos. El Senado de Gobierno accedió, y dos días después se anunció que Wrangel, como el "nuevo líder del pueblo", estaba ahora al mando. "Pertenece a la plenitud del poder, militar y civil, sin restricciones" .

El barón solicitó a los británicos que extendieran su ayuda durante dos meses, así como que protegieran Crimea del mar, y recibió una respuesta positiva.

Cinco días después, el 11 de abril de 1920, Wrangel se autoproclamó oficialmente "Gobernador y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas del Sur de Rusia", que, sin embargo, pronto pasaron a llamarse Ejército Ruso.


Gobernante del sur de Rusia, barón P. Wrangel

El 29 de mayo, el jefe de la misión británica en Sebastopol informó a Wrangel que Gran Bretaña dejaría de proporcionar equipo, pero el 5 de junio, el almirante de Robeck le informó que los buques de guerra británicos, aunque dejaban de participar en operaciones ofensivas, seguirían defendiendo la Crimea de la Guardia Blanca desde el mar.

La ayuda francesa fue todo menos desinteresada. En julio, su gobierno convenció a las autoridades rumanas para que entregaran a Wrangel el equipo militar ruso de la Segunda Guerra Mundial almacenado en ese país. Y a partir del 10 de agosto de 1920, los propios franceses comenzaron a suministrar suministros militares a las tropas crimeas. A cambio, el "patriota ruso" Wrangel reconoció íntegramente las obligaciones financieras de todos los "gobiernos rusos" con Francia y garantizó el reembolso de las deudas a 35 años con un interés anual del 6,5%. Prometió a Francia todo el grano exportado de Ucrania y Kubán, tres cuartas partes de todo el petróleo producido en Rusia y una cuarta parte del carbón producido en el Donbás. Incluso muchos blancos se indignaron con este acuerdo. G. Rakovsky, por ejemplo, escribió mientras ya estaba en el exilio:

Según este proyecto, todo el sur de Rusia, con todas sus empresas industriales, ferrocarriles, aduanas, etc., quedó bajo dependencia directa de Francia durante muchos años.

Afortunadamente para nuestro país, el 14 de noviembre de 1920, el autoproclamado "gobernante" Wrangel sucedió a Denikin.

Pero no nos adelantemos. Wrangel declaró:

Estamos en una fortaleza sitiada, y sólo un gobierno único y fuerte puede salvar la situación... todos los partidos deben unirse en uno solo, haciendo un trabajo empresarial no partidista... Para mí, no hay monárquicos ni republicanos, sino sólo gente de conocimiento y de trabajo.

Luchando por encontrar apoyo social, se esforzó febrilmente por implementar reformas largamente esperadas que sus predecesores habían abandonado. Su gobierno estaba encabezado por el exministro de Agricultura, A. V. Krivoshein, y entre sus miembros se encontraban el marxista legal P. B. Struve y el exministro de Finanzas del Gobierno Provisional, M. V. Bernatsky.


Gobierno del Sur de Rusia. Crimea, Sebastopol, 22 de julio de 1920.

Ya el 8 de abril de 1920 se iniciaron las conversaciones sobre la reforma campesina, y el 25 de mayo se aprobó la "Ley de Tierras". Los campesinos podían obtener tierras baldías (no cultivadas por terratenientes) mediante una "compra justa", con el Estado actuando como intermediario en los asentamientos.

Se planeó una reforma de los zemstvos, que implicó la creación de órganos de autogobierno de base: Consejos de Tierras de volost y distrito.

En un intento por ganarse el favor de los cosacos, les prometió total independencia en su estructura interna y gobierno.

Wrangel incluso estaba dispuesto a conceder la autonomía a Ucrania, pero solo dentro del marco de un solo estado. Sin embargo, rechazó la idea del general Slashchev de crear un ejército ucraniano independiente y un órgano representativo: la Comunidad Popular Ucraniana.

También se intentó establecer vínculos con los montañeses del Cáucaso y el gobierno menchevique de Georgia. Wrangel incluso intentó convencer a Makhno, pero el famoso "padre" odiaba a los blancos y no quería saber nada de ellos. Ya en 1919, declaró:

Los comunistas son revolucionarios después de todo. Podemos ajustar cuentas con ellos más tarde.

Makhno luchó tres veces del lado del régimen soviético e incluso recibió la Orden de la Bandera Roja n.º 4. Además, las fuerzas de Batka, entonces lideradas por Semión Karetnikov, unieron fuerzas con Blucher y Frunze para asaltar la Crimea de Wrangel y, en noviembre de 1920, cruzaron la bahía de Sivash. Makhno fue declarado proscrito tres veces por los bolcheviques.


N. Makhno y P. Dybenko, fotografía, 1918

La guerra entre la Rusia soviética y Polonia no ayudó mucho a Wrangel, ya que Józef Piłsudski no confiaba en los blancos y los consideraba más peligrosos que los bolcheviques.


Cartel de V. Denis

El 20 de mayo de 1920, Wrangel publicó un manifiesto titulado “Por qué luchamos”:

Por la fe profanada y sus santuarios profanados. Por la liberación del pueblo ruso del yugo de comunistas, vagabundos y convictos que devastaron por completo la Santa Rusia. Por el fin de las luchas intestinas. Por el campesino, al adquirir la propiedad de la tierra que cultiva, para dedicarse al trabajo pacífico.

Pero todos, tanto los rojos como los blancos, notaron inmediatamente otras palabras:

Para que el propio pueblo ruso pudiera elegir a su propio amo.

Y el emperador Nicolás II, odiado por el pueblo, se autodenominaba "dueño de la tierra rusa". Y muchos (¡tanto rojos como blancos!) decidieron de inmediato que Wrangel no solo quería restaurar la autocracia, sino también tomar el trono.


Póster "El gendarme zarista barón Wrangel"

Demyan Bedny respondió al manifiesto de Wrangel con el siguiente poema:

Su fange en. Yo coso.
Es ist dlya all sovetskikh mesto (significado de lugares soviéticos).
Para los rusos de punta a punta,
Baronsky untser manifest.
Todos conocen mi apellido:
Their bin von Wrangel, Herr Baron.
Soy el mejor, el sexto
candidato al trono real.

(De hecho, por supuesto, Wrangel hablaba sin acento alemán.)

Pero Pavel Gorinstein escribió mucho mejor, para siempre, como él mismo lo estampó:

Ejército blanco, barón negro
Nos están preparando de nuevo el trono real.

Y Samuil Pokrass musicalizó este poema con una hermosa música. El resultado fue una marcha al nivel de "La Marsellesa". Curiosamente, ni Pavel Gorinstein, quien permaneció en la URSS, ni Samuil Pokrass, quien emigró a Estados Unidos (a diferencia de su hermano menor, Dmitry), escribieron nada que valiera la pena, al igual que Rouget de Lille.

En vísperas del desastre


A pesar de las derrotas de los Blancos y las enormes pérdidas sufridas durante las evacuaciones de Odesa y Novorossiysk, Wrangel aún contaba con importantes fuerzas militares en Crimea en abril de 1918. Estaban organizadas en tres cuerpos —el de Crimea, el de Voluntarios y el del Don— con una fuerza total de aproximadamente 35 hombres, aunque su moral dejaba mucho que desear. Contaban con 500 ametralladoras, 100 piezas de artillería, pero muy pocos caballos. No obstante, entre el 13 y el 14 de abril, los Guardias Blancos lograron repeler un asalto al Muro de Perekop (Turco), pero un intento de contraofensiva resultó infructuoso. Para el verano, los Blancos habían reunido suficientes fuerzas en Crimea para lanzar una ofensiva el 6 de junio de 1920, capturando las tierras entre el Dniéper y el mar de Azov. La situación parecía favorable: la guerra entre la Rusia Soviética y Polonia aún no había terminado, y pronto, el 15 de agosto, estalló una rebelión de los campesinos de Tambov bajo el liderazgo de A. S. Antonov (que no sería reprimida hasta junio de 1921).

Pero tras la firma de la paz entre el gobierno soviético y Polonia, la situación cambió drásticamente, y el 28 de octubre (8 de noviembre) el Ejército Rojo inició su ofensiva.

Principio de fin


Como recordamos, durante la ofensiva de verano de 1920, las fuerzas de Wrangel capturaron vastos territorios entre el Dniéper y el mar de Azov. Se planeó la Operación Transdniéper, que consistía en rodear y destruir el grupo Kajovka del Ejército Rojo y, posteriormente, abrirse paso hacia la orilla derecha de Ucrania. Para combatir a Wrangel, se formó el Frente Sur el 21 de septiembre de 1920, y M. Frunze fue nombrado su comandante el 27. Este comandante soviético logró llegar a un acuerdo con Makhno, quien renovó su alianza con los bolcheviques el 2 de octubre de 1920. Las fuerzas de Batka eran bastante impresionantes: envió aproximadamente 12 soldados al frente con 500 ametralladoras y 10 cañones. Mientras tanto, el 8 de octubre, la Guardia Blanca cruzó el Dniéper y capturó Nikopol y la importante estación de ferrocarril de Apostolovo. Las unidades del general Vikovsky comenzaron el asalto a Kajovka.


La situación en el frente en septiembre-octubre de 1920

Del 12 al 14 de octubre se libró la batalla de Nikopol-Aleksandrovsk, en la que los blancos sufrieron graves pérdidas: hasta la mitad de sus fuerzas. El Segundo Ejército de Caballería, liderado por el ahora poco conocido comandante rojo Filipp Mironov (rival de Budyonny, también muy detestado por Trotsky, Voroshilov y Stalin), rompió las líneas enemigas y alcanzó el Dniéper.


F. Mironov en una fotografía de 1921.
El pánico se desató en las unidades blancas; la caballería en retirada confundió a las unidades de infantería y aplastó a sus propios soldados, mientras la aviación roja atacaba los cruces. La situación empeoró tras la propagación de rumores sobre la llegada del Primer Ejército de Caballería de Budyonny entre las unidades de la Guardia Blanca; los guardias blancos que huían ya estaban abandonando sus fusiles y ametralladoras. El 14 de octubre, el general Vitkovski, ajeno a esta catástrofe, lanzó un asalto contra las fortificaciones soviéticas en Kajovka. Logró capturar solo la primera línea, pero luego se vio obligado a retirarse. En 1935, M. Svetlov escribió un famoso poema (musicalizado por I. Dunaevsky), en el que Kajovka se equiparaba a Irkutsk (donde Kolchak fue ejecutado) y Varsovia:

Kajovka, Kajovka –
rifle nativo – ¡
Bala caliente, vuela!
Irkutsk y Varsovia,
Orel y Kajovka:
etapas de un largo viaje.

La canción está medio olvidada, pero aún se recuerda una línea:

Somos gente pacífica, pero nuestro tren blindado ¡
Está parado en la vía muerta!


I. Vladímirov. "Capturar tanques cerca de Kakhovka ". 1927 gramos.


Soldados del Ejército Rojo en un tanque británico capturado cerca de Kakhovka, octubre de 1920.

Las fuerzas de Wrangel se debilitaron cada vez más, pero Wrangel, subestimando a los rojos, se negó a retirarlas inmediatamente a Crimea. Esto permitió a Frunze planear una operación para cercar a las fuerzas de la Guardia Blanca. El grupo norte debía avanzar desde Nikopol hasta la península de Chongar, derrotar al cuerpo de caballería enemigo y tres divisiones (Kornilov, Markov y Drozdov), y luego penetrar en Crimea a través del istmo de Chongar. El grupo occidental recibió órdenes de atacar al enemigo desde Kakhovka hasta los istmos de Crimea y Sivash, tomar Perekop y Chongar, aislando a las fuerzas de Wrangel de la península. El grupo oriental recibió órdenes de contener a las fuerzas enemigas con un ataque de apoyo sobre Tokmak y Melitopol.

La batalla principal de esta parte de la campaña militar comenzó el 20 de octubre con la ofensiva blanca sobre Pavlodar. La operación de Wrangel terminó en un completo fracaso. El Primer Ejército de Caballería casi irrumpió en la península, y en un momento dado, las tropas de la Guardia Blanca se vieron rodeadas, aisladas del cuartel general de Wrangel en Dzhankoy. Sin embargo, las acciones descoordinadas y arbitrarias de los comandantes del Ejército Rojo, que violaban con frecuencia las órdenes de Frunze (en este sentido, el Primer Ejército de Caballería de Budyonny no demostró ser más disciplinado que las fuerzas de Makhno), permitieron a los Blancos retirarse de Tavria a Crimea a finales de octubre y principios de noviembre, en constante conflicto. No obstante, el 3 de noviembre, las unidades del Ejército Rojo ocuparon finalmente la península de Chongar, y los Blancos se retiraron, destruyendo todos los puentes hacia Crimea. Esta batalla le costó caro al Ejército Blanco, que volvió a perder hasta el 50% de sus soldados: muertos, heridos, congelados y capturados.

En el próximo artículo, continuaremos la historia. Discutiremos la liberación de Crimea por el Ejército Rojo, la evacuación "ejemplar" de los Guardias Blancos y sus partidarios civiles de la península, la lamentable situación de los soldados y oficiales rusos en Constantinopla, la vida de Wrangel en el exilio y su muerte en 1928.

domingo, 10 de agosto de 2025

Argentina: El desarrollo industrial entre 1930-1940

El desarrollo industrial argentino II (1930-1940)

En 1933 se lanza el Plan de Acción Económica Nacional ideado por Pinedo y Prebisch que proponía una visión industrial desde el gobierno para el país.



Industria argentina en la década de 1930 a 1940

Por Alberto Oliveri || Los Andes


1930, la crisis económica mundial de 1929 alentó a personajes oscuros como el Gral. Uriburu a dar un golpe militar y derrocar a Yrigoyen. Fue un golpe sin ningún tipo de organización y planificación futura, solo se centró en la eliminación del sufragio universal para sacar a la UCR del gobierno.

1932-38, asume como presidente el general Justo, liberal y pro Británico. Mantuvo el orden anterior apoyado por la clase terrateniente. Los países centrales evolucionaron a una política más proteccionista, Inglaterra en 1931 tenía una tasa promedio a las importaciones de manufacturas del 21% y EEUU del 48%. La Argentina agro exportadora dejaba una vez más de funcionar, el comercio mundial se desplomó y los precios internacionales cayeron estrepitosamente.

Hasta 1929 prevaleció en el mundo la teoría neo clásica y libre cambio. Luego de la Gran Depresión aparecen las ideas de Keynes con una alternativa que aconsejaba cierta intervención del Estado en la regulación de mercados, sostenimiento de la producción y el empleo.

Según el Informe World Economy, a Millenial Perspective de A. Maddison, en el cual analizó la evolución de la economía mundial luego de la Gran Depresión, países como Alemania, USA y URSS fueron los que más crecieron entre 1929-40 con las siguientes tasas; 35, 22 y 55% respectivamente. En cambio Inglaterra y Australia un 15% cada uno y la Argentina decreció en igual periodo un 5%.

Las tres primeras economías tenían cierta planificación; Alemania nazi a través de una corporación entre el Estado y el Capital, la URSS una economía puramente estatal y USA con el New Deal de Roosevelt, una economía capitalista pero con regulación del Estado y planificación de obras públicas según las ideas de Keynes.

1933, firma del Pacto Roca-Rucciman para garantizar la compra por parte de Inglaterra de carne argentina. Este pacto terminó sacrificando al sector ganadero más atrasado, llamados “criadores”, en beneficio de los propietarios de los mejores campos llamados “invernadores” que exportaban carne de mejor calidad, que iba enfriada y no congelada como los primeros. Este conflicto se verá reflejado en los famosos debates sobre la carne y la denuncia de Lisandro de la Torre.

1933, se lanza el Plan de Acción Económica Nacional ideado por Pinedo y Prebisch proponía:

  • Devaluación
  • Control de Cambio
  • Juntas Reguladoras
  • Obras Públicas, especial carreteras
  • Impuestos a los Réditos
  • Instituto de Movilización de Inversiones Bancarias
  • Creación del Banco Central


La Unión Industrial apoya con entusiasmo. Hay una visión industrial del gobierno y sectores políticos, lo cual obligó a la Sociedad Rural en dicho año a decir que ellos se habían opuesto al proteccionismo para evitar que ciertas industrias se amparen en aranceles, pero ahora debido a la crisis económica acordamos ayudar en la organización de industrias.

En cambio los tres últimos puntos del Plan despertaron desconfianza y oposición. Finalmente el gobierno de JB Justo no lo implementó en su totalidad, impuso algunas tarifas de protección, creó el BCRA y algunas juntas reguladoras.

1935, se inician censos sistemáticos y específicos por actividad industrial y se constata un impulso de la producción de bienes de consumo no durables. Un nuevo proceso de sustitución de importaciones espontáneo y no planificado se pone en marcha. Recién a partir de 1935 el gobierno comienza a mirar a las industrias de manufactura.

Hasta la 1ra guerra mundial, la riqueza de la región pampeana fue de tal magnitud que direccionó el pensamiento de nuestros gobernantes y políticos a apostar el desarrollo del país en la exportación primaria. La ciudad de Buenos Aires y aledaños se había convertido en una capital casi europea. Llama la atención que a partir de 1920 y en especial con la crisis económica de 1929-30, el mundo inicia un cambio en el paradigma de la economía y nuestra clase dirigente no percibió dicho cambio, a pesar que Buenos Aires estaba en estrecho contacto con Europa.

El periodo hasta 1914 fue una oportunidad perdida ya que fue un período de crecimiento del capital primario, tanto del Estado como de los privados, para poder apostar al desarrollo de industrias. La experiencia europea marcaba que esa era la actividad económica más dinámica. Nuestra clase terrateniente fue reacia a incorporar un nuevo jugador económico que podría disputarle el control político. Ellos podrían haber utilizar sus excedentes rentísticos en apalancar a la industria.

La dirigencia gubernamental en general eran abogados o funcionarios de empresas extranjeras y estaban alineados con la política de la división del trabajo internacional que le era conveniente a Inglaterra y otros países ya industrializados.

Europa que debía importar gran cantidad de alimentos debido a su insuficiente tierra para cultivos o inviernos muy crudos, necesitaba desarrollar sus industrias para exportar y de esta manera no se le convirtiera su balanza comercial en deficitaria.

*El autor es ingeniero electromecánico UBA

viernes, 28 de febrero de 2025

Patagonia: El Ejército llega a Esquel en 1937 y se abren los primeros prostíbulos

Esquel, 1937. Llega el ejército y surgen los prostíbulos

La Voz de Chubut



El entonces Cabaret “Gloria”, esquina de Almafuerte y Fontana


En 1937 llegó a Esquel el destacamento de Montaña Sur y el 19 de agosto del mismo año se creó la guarnición de Esquel. En ese hecho se puede ver el origen de Doña Rosa. Según algunos informantes, putas había y algún que otro prostíbulo menor y casi doméstico existía cerca del arroyo. Pero la instalación del Regimiento cambió drásticamente la vida económica y social de la ciudad en pleno crecimiento. Algo más de mil hombres de buenas a primeras; nada menos. Y respecto de la faz comercial, no sólo sueldos que se gastarían totalmente en el pueblo, sino las compras que la institución haría en la localidad. El Estado Nacional seguía colaborando activamente en el desarrollo económico de Esquel. Pero más de una madre de familia, con hijas jóvenes, intuyó problemas. ¿Cómo se arreglarían tantos soldados mozos y fuertes, con todas sus hormonas en explosión, agudizadas por el encierro semanal que la vida militar imponía? La solución era obvia.

Según un viejo comerciante de Esquel, había muchos más hombres en esos años, por la llegada del “21”, y varios prostíbulos, todos controlados por la Municipalidad; claro que el más activo era el de Doña Rosa, en Almafuerte y Fontana. Y agrega: casas de baile y prostíbulos también hubo cuando en los años ‘60 y ’70 se trabajaba en la construcción de la Presa, incluso en Aldea Escolar.

Según un médico ya retirado de su profesión, no hubo otro; el prostíbulo arrancó cuando se instaló el Regimiento 21. Dice que tenía unas quince mujeres, todas llegadas de afuera, ya que era difícil que una lugareña facilitara las visitas higiénicas de sus vecinos en ese local. “Doña Rosa era una mujer que venía del norte, baja y robusta, morocha: siempre sentada contra el mostrador, delante de la caja registradora; era vivísima: no se le escapaba nada. Dice que tuvo un ayudante que murió de viejo, harapiento, en la década del ’90; lo llamaban “Pejil”, porque solía vender verduras por la calle. El prostíbulo funcionó muchos años más, hasta aproximadamente la construcción de la presa, que desencadenó la instalación de muchas whiskerías. Creo que ella murió en Esquel.

“Orlo” también conoció el boliche de Doña Rosa. Delgado, ojos claros que delatan una mirada cargada de picardía y un permanente buen humor, son características de alguien que uno puede imaginar como un personaje de esos que, con su simpatía habitual, llegaban tarde al local. Su hermano mayor lo llevó por primera vez al burdel. Cuenta que la dueña era una excelente persona, mujer mayor de edad. En sus comentarios, el ex operador de Radio Nacional, le quita dramatismo al tema, le arranca ese velo de impudicia y desdén que suele bañar las anécdotas prostibularias. El burdel, dice, era un lugar de fiesta, de reunión, lugar para tomar bebidas además de hacer el amor clandestino y pago, y, sobre todo, era accesible para la gente.

Según “Orlo”, era normal que en grupos, los muchachos sin novias oficiales o en medio de noviazgos comprometidos, cayeran a tomar unas copas a “lo de Doña Rosa” después del baile, y además, cumplir con el rito consabido.

En una oportunidad, el médico antes citado debió darles inyecciones a las mujeres del prostíbulo; ellas se hacían revisiones semanales en el hospital. No había tantos casos de sífilis sino gonorreas y venéreas menores. No eran tiempos del SIDA. Dice que era tolerado por las autoridades, porque en realidad también lo era por los vecinos, y cualquiera podía estar involucrado secretamente. La presencia del prostíbulo en un pueblo con más de mil soldados representaba un cierto alivio para las familias con hijas jóvenes.

– Me contaba que no era caro; la gente iba sin mayores costos; no era arenoso, agrega. Había mucho movimiento de dinero, especialmente en el campo. “Con 2500 ο 3000 ovejas, el lanero vivía todo el año y muy bien; si pagaba lo correspondiente a los peones, éstos no tenían problemas en gastar unos pesos en el prostíbulo.” No eran tiempos de crisis lanera. Otra reflexión: en Esquel solían existir suicidios o muertes por problemas familiares y pasionales, y de hecho hubo muchos casos resonantes, pero no por reyertas en el prostíbulo. En general, el ambiente era tranquilo.


Fragmento del libro “Esquel… del telégrafo al pavimento”, de Jorge Oriola

jueves, 14 de noviembre de 2024

GCE: El asesinato del Teniente de Asalto José Castillo

El asesinato del Teniente de Asalto José Castillo





Fuente

Tal día como hoy, el #12deJulio de 1936, era asesinado el Tte. Castillo, Oficial de la Guardia de Asalto e instructor de las Milicias Socialistas

Asesinado por 4 desconocidos en la C/Augusto Figueroa cuando se dirigía al Cuartel de Pontejos

Pero, quien era el Tte. Castillo?.

El Teniente Castillo fue un Oficial que, 2 años antes, se negó a cumplir las órdenes de reprimir el Golpe de Octubre de 1934: 

 

"Yo no tiro contra el pueblo"


Esta sería su respuesta cuando acudió con su Sección de Asalto para hacer valer, supuestamente, el orden constitucional republicano..



Sin embargo, meses después, cuando los trágicos sucesos del entierro del Alférez de la Guardia Civil, Anastasio de los Reyes (asesinado el 14 de Abril de 1936, durante el desfile de la celebración del V aniversario de la República), no dudó un momento en disparar contra los asistentes al Cortejo fúnebre (a aquel sepelio asistían, en su mayoría, compañeros del Guardia Civil asesinado por milicianos socialistas, y oficiales del Ejército). Producto de esos disparos fallecería un familiar de José Antonio Primo de Rivera (Andrés Saenz de Heredia).




Como refiero, en esta ocasión, no le tembló el pulso para sacar su pistola a relucir contra el pueblo...

El Teniente Castillo sería indultado por la Amnistía de Febrero de 1936 (había sido procesado por incumplir las órdenes en Octubre del 34).

Gracias a éste indulto, en los días siguientes se le nombraría miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado, concretamente Teniente de la Guardia de Asalto.



Como tantos otros milicianos partícipes en el golpe de Octubre de aquel año, sería recompensado por el Gobierno del Frente Popular con su nombramiento como miembro de los Cuerpos del orden y la Seguridad del Estado. No es de extrañar que, con esos mimbres, aquella Primavera fuera recordada como la Primavera Trágica en España.



El Teniente Castillo sería protagonista de no pocos sucesos que ponían en cuestión, sin duda, su pertenencia a un Cuerpo de Seguridad del Estado, de hecho, compartía esas funciones como Jefe Instructor de la criminal Motorizada (escolta personal del socialista Prieto y protagonistas del asesinato de Calvo Sotelo (que, recordemos, se produciría escasas horas después).



Estos eran los antecedentes, esta era la turbulenta y oscura historia de aquel Oficial de Asalto (con ello, quede rotundamente claro, no justifico el asesinato, ni este ni ninguno); una historia que no la encontrarás en la historiografía tradicional que, caprichosamente, tiende a equiparar los bárbaros asesinatos de un Oficial de Asalto, que incumplía órdenes, que participaba en atentados y que instruía a jóvenes terroristas, con el del líder natural de las oposiciones en aquel momento, Calvo Sotelo.



Como ya referí en anteriores hilos, entre los antecedentes al asesinato, también se encontraban los sucesos de Valencia (una Radio había sido asaltada por falangistas). La respuesta de las milicias frentepopulistas fue desorbitada; incendios de sedes de las derechas, periódicos. Y es que la madrugada del 11 al 12 de Julio de 1936 fue pródiga en terribles sucesos y, sin duda, estos ayudaron a caldear un ambiente que estaba ya demasiado caliente de por sí, y desde hacía mucho tiempo..



Aquel trágico día, la ciudad de Madrid, como durante los 2 meses anteriores, estaba completamente paralizada por los efectos de las huelgas. Especialmente gravosa era la del ramo de la construcción que tenía a miles de obreros parados desde hacía semanas y un conflicto que no tenía visos de ser solucionado (la mano negra de Largo Caballero andaba detrás de la huelga más salvaje de cuántas hubo en aquellos 5 años de República). Caos, anarquía, desórdenes continuos, huelgas de toda índole (se anunciaba también la de ferroviarios), asesinatos, amenazas, un Parlamento vacío e inactivo, un PSOE en abierta guerra civil entre Prietistas y Caballeristas.



Así es como se llegaba a aquel trágico 12 de Julio de 1936.

Lo ocurrido horas después, durante el sepelio del cadáver del Tte. Castillo en el Cuartel de Pontejos, es ya historia, otra historia...

Allí se decidiría el asesinato de los principales líderes de las derechas; Gil Robles, Calvo Sotelo y José Antonio Goicoechea (los 3 residían en la misma calle, Velázquez...).

El también Oficial de Asalto, el Teniente Máximo Moreno (imagen), sería el cabecilla de la iniciativa, una iniciativa que contaría con la "complicidad" de destacadas magistraturas del Estado y elementos subalternos del propio Gobierno del Frente Popular.




Desde aquel Cuartel de Pontejos se preparó, se planeó y se discutió a conciencia, la barbarie más cruel que tendría lugar escasas horas después por las calles de Madrid y, como refiero, se haría en presencia de destacados elementos subalternos del Estado. Pero eso, es otra historia..

martes, 13 de agosto de 2024

Chile: La revuelta nazi de 1938

Matanza del Seguro Obrero



Carabineros apuntan hacia el edificio del Seguro Obrero durante la masacre.

 

La Matanza del Seguro Obrero​ fue una masacre perpetrada en Santiago el 5 de septiembre de 1938 contra miembros del Movimiento Nacional-Socialista de Chile («nacistas») que intentaban llevar a cabo un golpe de Estado contra el gobierno de Arturo Alessandri y favorable al expresidente Carlos Ibáñez del Campo. 


Propósito

Estos hechos fueron iniciados por un grupo de jóvenes pertenecientes al Movimiento Nacional-Socialista de Chile que intentó provocar un golpe de Estado contra el gobierno de Arturo Alessandri Palma para que Carlos Ibáñez del Campo se hiciese con el poder. El golpe fracasó y los nacistas ya rendidos fueron conducidos por la policía al edificio de la Caja del Seguro Obrero, apenas a unos pasos del Palacio de la Moneda, donde fueron masacrados.4​ Este hecho conmovió a la opinión pública, volcando el desenlace de la elección presidencial de 1938 hacia el candidato del Frente Popular, Pedro Aguirre Cerda. 


Antecedentes

Situación política previa

El Movimiento Nacional-Socialista de Chile (MNSCH), organización política fundada en Santiago el 5 de abril de 1932,5​ había logrado un importante protagonismo público, obteniendo tres representantes en las elecciones parlamentarias de 1937.

Para las elecciones presidenciales de 1938, mientras las fuerzas de izquierda se agruparon en torno al Frente Popular del candidato del Partido Radical Pedro Aguirre Cerda, las de los nacistas lo hicieron en torno a la Alianza Popular Libertadora y el general Carlos Ibáñez del Campo.

Asimismo, los gobiernistas y la aristocracia liberal se conglomeraron alrededor del ministro de Economía Gustavo Ross Santa María, apodado por sus opositores como el «Ministro del Hambre» y «El Último Pirata del Pacífico». Era tal el esfuerzo del gobierno de Arturo Alessandri desplegado a favor de su candidato, que comenzó a cundir la desconfianza en los rivales de Ross; se temía que del intervencionismo se pasara directamente al fraude electoral para garantizar el continuismo del alessandrismo


Consigna: «¡Chilenos, a la acción!»

El 4 de septiembre de 1938, las fuerzas del ibañismo realizaron la multitudinaria «Marcha de la Victoria»​ desde el Parque Cousiño hasta centro de Santiago, recordando el aniversario del movimiento militar del 4 de septiembre de 1924. En la ocasión, más de 10 000 nacistas de todo Chile desfilaron por las calles luciendo sus uniformes grises, bajo cientos de banderas chilenas y de la Patria Vieja, esta última cruzada por un doble rayo rojo ascendente, símbolo del movimiento nacista ​ criollo. Se notaba ya en el ambiente el ánimo de algunos de los nacistas; un aire golpista inspiraba carteles con mensajes tales como «Mi general, estamos listos» en la marcha.

Y, efectivamente, algo se fraguaba; desde el día 2, se habían estado reuniendo en la casa de Óscar Jiménez Pinochet los jóvenes nacistas Orlando Latorre, Mario Pérez y Ricardo White, entre otros, para planificar un intento de alzamiento que debía tener lugar el 5, al día siguiente de la marcha y aprovechando la venida masiva de camaradas desde provincias para participar del acto. El jefe del movimiento chileno, Jorge González von Marées, esperaba que con el grupo de nacistas se comenzara a activar una progresión de alzamientos que llegarían hasta los supuestos elementos ibañistas de las Fuerzas Armadas, por efecto dominó, aprovechando también el gran descontento popular que reinaba hacia el gobierno.

Aunque los altos mandos de los cuarteles negaron conocer o participar de la asonada, se supo que los nacistas habían sido provistos con la ametralladora Thompson personal del general Ibáñez del Campo, apodada «el saxófono», que quedó confiada al exteniente de la Armada, el nacista Francisco Maldonado. El contacto (crucial) con jefes militares, casi todos ibañistas, fue por intermedio de Caupolicán Clavel Dinator, coronel en retiro de ejército, quien sirvió de enlace con los militares comprometidos en el golpe.​

Los jóvenes mejor entrenados pertenecientes a las Tropas Nacistas de Asalto (TNA) barajaron la posibilidad de iniciar el alzamiento tomándose edificios institucionales, como el de la Caja de Ahorros del Ministerio de Hacienda o del diario La Nación, ambos en la Plaza de la Constitución; sin embargo, después de evaluar todas las posibilidades, llegaron a la conclusión de que solo ocuparían dos: la Casa Central de la Universidad de Chile en la Alameda, y la Torre del Seguro Obrero, colindante con La Moneda. Piquetes menores del tipo comando fueron dispuestos para que derribaran torres de alta tensión que abastecían Santiago y dinamitar las cañerías matrices del agua potable.

Para poner el plan en práctica, había una consigna a cuyo conjuro ningún nacista podía negarse según lo juramentado: «¡Chileno, a la acción!». ​ 


5 de septiembre de 1938

Toma del Seguro Obrero

 



El cabo 1.º de carabineros José Luis Salazar Aedo, asesinado durante la toma del edificio del Seguro Obrero.

El lunes 5 de septiembre de 1938 cerca del mediodía, treinta y dos jóvenes nacistas bajo el mando de Gerardo Gallmeyer Klotze (teniente de las TNA) se tomaron la Caja del Seguro Obrero.5​ Los jóvenes comenzaron a cerrar la puerta del edificio, pero el mayordomo del edificio trató de impedirlo. Este inconveniente no previsto desató los acontecimientos. La dueña de un puesto de diarios escuchó el grito del mayordomo, dando aviso al cabo de carabineros José Luis Salazar Aedo que pasaba por el lugar. Al ver la situación y pensando que se trataba de un asalto, sacó su arma de servicio en gesto de intimidación, pero un nacista, al percatarse del gesto amenazador del carabinero, abrió fuego contra Salazar, quien herido de muerte, logró caminar hasta la vereda norte de Moneda, frente a la Intendencia, cayendo al suelo y despertando la alarma entre todos los presentes. Murió unos minutos más tarde, mientras era atendido y cuando la alerta pública ya se había desatado.

Los amotinados se parapetaron en los pisos superiores de la torre, armaron barricadas en las escaleras del séptimo piso y, bajo amenaza de armas, tomaron como rehenes a los funcionarios en el nivel 12, último piso de la torre. La poca cantidad de funcionarios se debía a que era la hora de colación. En posteriores declaraciones, estos trabajadores admitieron haber sido tratados con amabilidad por los insurrectos. Entre estos funcionarios había 14 mujeres. Otros miembros de los TNA se distribuyeron estratégicamente en otros pisos, observando los movimientos en el exterior de la torre. Julio César Villasiz se instaló en una ventana del décimo piso con un transmisor, con que se comunicaban por radio con Óscar Jiménez Pinochet.

Mientras esto ocurría en la torre, un pequeño grupo de nacistas no especificado llegó hasta las oficinas de transmisión de la Radio Hucke y, tomándose los equipos, arrebataron el micrófono al locutor para anunciar a todo Santiago: «¡Ha comenzado la revolución!». En esta toma hubo otra refriega con los empleados de la radio, que terminó en balazos, pero afortunadamente sin heridos ni víctimas de ningún lado. 


La reacción del gobierno

El presidente Arturo Alessandri Palma, alertado por los disparos de la torre, observó desde La Moneda al carabinero Salazar Aedo caer herido por los disparos de los nacistas. «El león de Tarapacá», como se le conocía, estaba seguro de que se iniciaba «una revolución nacista, que era menester conjurar con rapidez y energía»,7​ salió al exterior para obtener información de los testigos de los hechos.

Dentro del edificio de la Intendencia de Santiago, el presidente visiblemente alterado paseaba de un lado a otro. Al escuchar el comentario que ahí se hacía, exclamó «¡cómo se les ocurre que van a ser bandoleros; esos son los nacistas; esto tiene que tener ramificaciones!».​ Al ver que la rebelión no conseguía ser sofocada, Alessandri entró en un verdadero frenesí, pensando que venía un golpe de Estado. El presidente ordenó llamar al comandante en jefe del Ejército Óscar Novoa; al general director de Carabineros Humberto Arriagada, a la Escuela de Carabineros con todo su armamento; al jefe de la Guarnición Militar, y al jefe de Investigaciones.​

Designó a Arriagada para que encabezara personalmente el operativo contra los nacistas desde La Moneda y la vecina Intendencia. El presidente le ordenó reducir a los dos grupos nacis antes de las 16 horas;5​ de lo contrario, intervendría el ejército. El general Arriagada, irritado y comprometido por el presidente, temía que sus hombres no fueran capaces de cumplir la misión encomendada, exclamó molesto «Que no me hagan pasar vergüenza».


Sofocamiento

 


«Las ametralladoras de los carabineros rompen fuego contra los asaltantes de la Caja de Seguro». Fotografía de El Diario Ilustrado.

 

Pese a la gran cantidad de barricadas entre los pisos inferiores, los nacistas no consideraron el peligro por los francotiradores. Cerca de las 14:30, el nacista Gallmeyer se asomó por una de las ventanas del séptimo piso, como lo había hecho varias veces en el día para inspeccionar los alrededores, recibiendo de lleno un balazo en la cabeza.​ Gallmeyer fue el primer y único nacista muerto en combate en el Seguro Obrero. Su camarada médico, Marcos Magasich, se acercó al cuerpo del infortunado intentando ayudar, pero ya era tarde; no pudo hacer más que constatar su muerte y el cuerpo fue colocado en otra habitación. Ricardo White asumió el mando del grupo.​ Más tarde se dijo que este disparo había provenido del Palacio de Gobierno.

A las 15 horas, una hora antes de lo convenido, llegaron tropas del ejército del regimiento Buin. Los jóvenes nacistas, al verlos, rompieron en gritos de alborozo creyendo que eran tropas pro-ibañistas que venían en su apoyo, pero los soldados reforzaron a la policía, tomando posiciones y disparando sobre el edificio. Ricardo White gritó: «Hemos sido traicionados. Estamos perdidos... ¡Chilenos, a la acción! ¡Moriremos por nuestra causa! ¡Viva Chile! ¡Viva el Movimiento Nacional Socialista!».

Mientras los nacistas intentaban resistir, y continuaban con el fuego contra los carabineros, éstos fueron lentamente abriéndose paso a través de los primeros pisos, y obligándolos a retroceder. 

 

Toma de la sede central de la Universidad de Chile

 


Tropas del regimiento Tacna apuntan con artillería el edificio de la Universidad de Chile.

Simultáneamente a los hechos en la Caja del Seguro Obrero, treinta y dos jóvenes tomaban rápidamente la casa central de la Universidad de Chile.​ Este grupo fue dirigido por Mario Pérez, seguido de César Parada y Francisco Maldonado. Les acompañaron y asistieron de cerca Enrique Magasich, Enrique Herrera Jarpa y Alberto Montes. Tomaron de rehén al rector Juvenal Hernández Jaque y a otros empleados que sesionaban en la Junta del Estadio Nacional (complejo deportivo que estaba a punto de ser inaugurado); el rector fue llevado por Parada y otros siete u ocho nazis desde la Sala del Consejo de la Casa Central hasta un lugar seguro para él y para su secretaria. Todos los demás funcionarios, incluyendo los presentes en la reunión, fueron expulsados hasta la calle Alameda, seguidos del tronar de las pesadas puertas que se cerraron herméticamente a sus espaldas.

Los rehenes liberados de la Universidad informaron de los hechos a Carabineros, quienes rodearon el edificio. Cerca de las 13 horas comenzó un tiroteo que hirió a dos oficiales: el teniente Rubén MacPherson había sido alcanzado en ambas piernas, mientras que el capitán del Grupo de Instrucción, Dagoberto Collins, fue herido en el tórax por un proyectil. Ambos fueron llevados a la asistencia pública.

Por órdenes de Alessandri, tropas del regimiento Tacna apostaron artillería frente a la Universidad, haciendo dos cargas contra la puerta de esta, en donde murieron cuatro jóvenes, quedando otros tres gravemente heridos y a quienes se les dio muerte sumaria después de haberse rendido.6​ Por la puerta destrozada, ingresaron carabineros y soldados. Los amotinados se rindieron luego de una breve resistencia. Después de ser retenidos una hora dentro del edificio, los rendidos fueron conducidos por la calle con las manos en alto, en dirección a la Caja del Seguro Obrero, que se encontraba a pocas cuadras del lugar. La columna desfiló ante el público y la prensa, quienes gritaron pidiendo misericordia por los detenidos.

Entre los nacistas que conducía Carabineros iba Félix Maragaño, de la ciudad de Osorno, acompañado por otros de los mayores del grupo, como Guillermo Cuello, que sostenía un pañuelo blanco con el que se había atendido una herida. También saldría al exterior Jesús Ballesteros, un candidato a diputado del Movimiento, seguido del resto de los rebeldes. Entre ellos estaba uno de los más jóvenes de todos, Jorge Jaraquemada, de 18 años, que lucía un profundo corte en la cabeza del cual sangraba profusamente.

La calma comenzó a restaurarse relativamente y los muchachos empezaron a salir en fila cerca de las 14:40 horas. El rector de la casa de estudios, Juvenal Hernández, asomó ileso a la calle, junto a su secretaria, luego del cautiverio.

Los detenidos de la Universidad comenzaron a ser obligados a marchar en fila en un extraño ir y venir por las calles del sector. Al pasar por la puerta de Morandé 80, el general Arriagada, al ver a los rendidos exclamó: «¡A estos carajos me los matan a todos!».

 

Termina la resistencia


Marcha de los nacistas rendidos en la Universidad al Edificio del Seguro Obrero.

Carabineros escolta a los nacistas rendidos.

Los jóvenes marcharon fuertemente custodiados junto al edificio del Seguro Obrero, una vez más, para intentar persuadirlos de deponer definitivamente el combate. Mientras, estos continúan atrincherados y detonando explosivos de bajo poder por el eje de la escalera. Las balas siguen en el vaivén, pero la resistencia es cada vez menor.

Al ver que la estrategia de pasear a los muchachos no había terminado con el ánimo de los revoltosos, y cuando estos ya habían pasado por el cruce de Morandé con Agustinas, se dio la orden de devolverlos y meterlos a todos dentro del mismo edificio donde permanecían los demás.

Dentro del edificio son revisados nuevamente y se les hizo subir al quinto piso, quedando fuera dos Carabineros realizando guardia.

En un intento por frenar a los alzados, en calidad de mediador, fue enviado por los uniformados a los pisos superiores el nacista detenido en la universidad, Humberto Yuric, joven estudiante de leyes de 22 años. Subió dos veces a parlamentar. Sin embargo, Yuric no regresó y se unió a los cerca de 25 rebeldes que aún quedaban arriba.5​ Los uniformados intentan negociar la rendición otra vez, y envían ahora a Guillermo Cuello como ultimátum, pero con la falsa promesa de que nadie saldría lastimado.

Eran pasadas las 16:30 horas. White bajó la mirada, y tras dar un vistazo alrededor, a sus jóvenes camaradas que arriesgaban la vida en tal locura, comprendió que era el fin del intento revolucionario. Arrojó su arma al suelo y declaró en voz alta al resto, con un visible gesto de agotamiento: «No hay nada que hacer. Tendremos que rendirnos. No hemos tenido suerte».

Cuello, White y Yuric bajaron hasta donde los uniformados para condicionar la rendición de acuerdo a las promesas. La toma del Seguro Obrero había terminado. 

 

La masacre


Cadáveres de los jóvenes nacistas chilenos asesinados en la Masacre del Seguro Obrero.

Ya desarmados, los golpistas capturados fueron puestos contra la pared del sexto piso, todos con las manos en alto. Un pelotón de armas comenzó a apuntarles al cuerpo desde ese momento. El nerviosismo y la angustia cundieron más aún entre todos, pues podían percibir que el ambiente no parecía ser el de una rendición que terminara pacíficamente.

En el primer piso, los jefes policiales recibieron instrucciones superiores claras: «la orden es que no baje ninguno».​ El coronel Roberto González, quien tenía la misión de desalojar el edificio, recibió un papel doblado diciéndole «De orden de mi General y del Gobierno, HAY QUE LIQUIDARLOS A TODOS».​ González se negó a cumplir la orden y se dirigió a la Intendencia, donde intercedió con el intendente Bustamante, quien lo derivó al general Arriagada, quien respondió «¿Cómo se te ocurre pedir perdón para esos que han muerto carabineros?». Ante la insistencia de González, el general indicó que hablaría con el presidente, pero la gestión no prosperó.

Alrededor de las 17:30, los jóvenes estaban entre el sexto y el quinto piso. Algunos, presintiendo su destino, comenzaron a cantar el himno de combate de las Tropas de Asalto. En un momento, una ráfaga de rifles cayó sobre todos los rendidos, de cuyos cuerpos brotó un río de sangre que escurrió escaleras abajo. Fueron repasados y despojados de sus pertenencias de valor.

Los rendidos de la universidad fueron sacados de la oficina donde se encontraban, ordenándoles bajar un piso. Alberto Cabello, funcionario del Seguro, en la confusión fue encerrado junto con los rendidos de la Universidad. Se identificó ante un oficial, que le respondió con un golpe de cacha en la cabeza y un «Tú eres de los mismos. Pero baja si podís».​ Cabello había bajado dos escalones cuando fue asesinado por Alberto Droguet Raud.​

Para ocultar la masacre, los cuerpos fueron arrastrados al borde de la escalera para dar la impresión de haber sido muertos en combate o por los disparos hechos desde fuera del edificio. O que se habían baleado entre sí, cuando se usó a los rendidos de la Universidad como parapetos de los policías.

De los 63 nacistas chilenos que protagonizaron el fallido golpe del 5 de septiembre de 1938, solo sobrevivieron cuatro: Hernández, Montes, Pizarro y Vargas. Todos los demás fueron asesinados. Sus cadáveres fueron sacados del edificio del Seguro Obrero a las 4 de la mañana y trasladados al Instituto Médico Legal. Desde allí fueron rescatados por sus compañeros y familiares, a quienes se les prohibió velarlos. Solo podían llevarlos directamente desde la morgue al cementerio. Entre quienes asistieron al reconocimiento de muertos y posteriores funerales, se encontraba el poeta Gonzalo Rojas, amigo del nacista Francisco Parada. 

 

Repercusiones y consecuencias



Titular de La Nación después de la masacre.

Titular de El Diario Ilustrado informando la entrega de Jorge González von Marées a Carabineros.

El mismo 5 de septiembre, Carlos Ibáñez del Campo se presentó en la Escuela de Aplicación de Infantería del Ejército, donde quedó detenido.​ El fracaso del putsch obligó a Ibáñez a bajar su candidatura poco antes de las elecciones y apoyar públicamente la de Aguirre Cerda; más tarde partió nuevamente al exilio.

Al día siguiente, Jorge González von Marées y Óscar Jiménez Pinochet se entregaron a las autoridades. El ministro en visita Arcadio Erbetta dictó sentencia el 23 de octubre de 1938: daba por comprobados los delitos de rebelión y conspiración contra el gobierno y el asesinato del carabinero Salazar. Condenaba a veinte años de reclusión mayor a González von Marées, a quince años a Jiménez Pinochet y a penas menores a otros procesados. Ibáñez del Campo fue absuelto.

El desprestigio del gobierno de Arturo Alessandri Palma por la matanza, así como el apoyo que entregaron los ibañistas y nacistas al Frente Popular, fueron determinantes en la victoria del candidato Pedro Aguirre Cerda, quien ganó por una estrecha diferencia de 4111 votos. El 24 de diciembre de 1938, ya como presidente, Pedro Aguirre Cerda indultó a González von Marées, a Jiménez y a otros condenados.​ El general Arriagada fue llamado a retiro.

La comisión de la Cámara de Diputados que investigó el caso constató la compra del silencio de la tropa, los ascensos de otros y el intento de Alessandri de influenciar al magistrado Erbetta.8​ Además, concluyó que la orden de matar a los jóvenes nacistas provino de una autoridad superior impartida por el general Arriagada o el presidente Alessandri. A pesar de las pruebas, la mayoría derechista de la Cámara rechazó el informe.

El fiscal militar Ernesto Banderas Cañas condenó por el asesinato de los jóvenes nacistas a Arriagada, González Cifuentes y Pezoa a 80 años de presidio mayor, y a Droguett a presidio perpetuo.5​8​ Finalmente, la Corte de Apelaciones sobreseyó definitivamente a Ibáñez del Campo y a los nacistas procesados. El 10 de julio de 1940, Aguirre Cerda decretó el indulto para los condenados por la justicia militar por la matanza.

Quizás la consecuencia más importante fue el fin del nacismo como movimiento político en Chile. 


Responsabilidades

A la fecha aún no está claro quién fue el responsable de la orden de matar a los elementos golpistas. Sin embargo, tácitamente la responsabilidad es gubernamental, ya que las fuerzas armadas están sujetas al ejecutivo.

Existen algunas versiones que aseguran que escucharon fuera del despacho presidencial a un iracundo Arturo Alessandri Palma diciendo: «Mátenlos a todos» y así lo transmitió al general Arriagada. Existen también versiones que sindican que el propio presidente Alessandri habría tratado de encubrir las muertes haciendo creer que los nacistas se habían matado entre sí, lo cual finalmente no era verdad. Curiosamente, el mismo día que se dio a conocer esa versión, El Diario Ilustrado colocó un aviso informando que la semana siguiente se exhibiría en el Cine Central la película de Danielle Darrieux llamada Escándalo matrimonial, quizá como una estrategia para distraer la atención del público.

Por otro lado, las acusaciones contra Alessandri están cimentadas en especulaciones y muy pocas pruebas palpables; lo cierto es que no existe una historia oficial en relación con este tema que es y seguirá siendo una fuerte pugna entre historiadores. 

 

Testimonios


Placa que recuerda a los asesinados en la Matanza del Seguro Obrero.

Muchos fueron los asesinados ese día: obreros, oficinistas, abogados, padres de familia, estudiantes. Entre ellos estaba Bruno Brüning Schwarzenberg, un joven de 27 años y estudiante de contabilidad de la Universidad Católica. Lo que sucedió con él fue relatado por un carabinero que estaba haciendo guardia:
Montaba guardia junto a los cadáveres. De pronto, vi que uno de los cuerpos se movía. Era un mozo rubio, muy blanco, de ojos azules muy claros. Yo le dije que no se moviera. Un oficial me reprendió: ¿Acaso tratas de salvar a ese?. Hizo fuego contra el herido, quien cayó sobre un costado y, mirando fijamente al oficial, con esos ojos tan claros, exclamó: "¡Muero contento por la Patria!".

Pese al gran número de historias acontecidas ese día, sin duda alguna la más reconocida fue la de Pedro Molleda Ortega de 19 años, quien, mientras los carabineros remataban a los heridos, se levantó gritando «¡Viva Chile!», a lo que un oficial respondió disparándole a quemarropa. Pese a estar herido, desafiante, Molleda volvió a levantarse y gritó con fuerza:

¡No importa, camaradas. Nuestra sangre salvará a Chile!.6

Entonces el oficial hostigado lo atacó a sablazos hasta dejarlo hecho pedazos. Aún hoy, esta frase es la punta de lanza entre los seguidores del nacionalsocialismo chileno y de otras facciones nacionalistas en Chile.