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martes, 22 de octubre de 2024

Guerra de independencia: El hijo del Gral. San Martín

El hijo del Gral. San Martín

Revisionistas



Hemiciclo de la Rotonda – Guayaquil, Ecuador

Desde enero de 1822 José de San Martín proyectaba entrevistarse con Simón Bolívar.  El objeto secreto —según lo escribió Rufino Guido- era el de apoderarse de Guayaquil; el público —según San Martín- pedir auxilios bélicos para terminar la guerra en el Perú (1) (2).

En el barco “Macedonia” remontó el Pacífico en julio de 1822 un hombre de 44 años, corpulento, de carácter franciscano, taciturno, positivo, metódico, nunca acostumbrado a los cumplidos ni a las palabras persuasivas (3).

Quince días antes de su arribo, Bolívar se le había adelantado y en esas 2 semanas hizo cálida y fructífera amistad con las Garaycoa.  De acuerdo al análisis posterior de los hechos, se desprende claramente que Bolívar pidió a Carmen Calderón Garaycoa el que coronara a San Martín.  Pero este no fue un acto sincero: ni estaba en la ideología de las Garaycoa, ni peor aún en el ardiente temperamento terriblemente competitivo de Bolívar.

Lo que Bolívar quería simbólicamente es herir al héroe argentino, al coronarlo quería demostrar ante todos de las ideas monárquicas de éste y el juego resultó por supuesto efectivo.

El barco en que arribó San Martín llegó al muelle el viernes 26 de julio de 1822 a las 12 del día. San Martín —hombre escrupuloso como era— estaba ya bien arreglado al arribo y según la memoria de José Gabriel Pérez, Bolívar subió a bordo y allí San Martín le abrazó y manifestó tenerle la amistad más íntima y constante (4).

Sin embargo y según otros testimonios de testigos presenciales, parece que Pérez mintió.  En efecto, según Rufino Guido y Jerónimo Espejo, al muelle llegaron salo dos ayudantes de Bolívar quienes invitaron a desembarcar a San Martín.

El muelle estaba ubicado frente a la gobernación (5), desde allí San Martín en medio de un batallón de infantería, caminó cuatro cuadras por el Malecón hasta la casa esquinera de los Luzárraga situada en la calle del Comercio (hoy Pichincha) y la San Francisco (hoy 9 de octubre) (6).

La casa era de 2 pisos, al pie de la escalera estaba Bolívar de gran parada junto con su estado mayor, entre ellos Sucre, Salom y Tomás Cipriano de Mosquera, el sombrero era muy alto, con franja de oro y con plumas (7a).

Al ver a San Martín —eran las 12 y 30— dio algunos pasos adelante para saludarlo y extendiéndole la mano le dijo: “Al fin se cumplieron mis deseos de conocer y estrechar la mano del renombrado Gral. San Martín”.

San Martín con su innata timidez le manifestó que no aceptaba aquellos encomios (6a).  Bolívar se dio cuenta entonces que la batalla la había empezado a ganar.  A poco notó que le faltaba a su opositor “la sal de la crítica” (7).

San Martín se decidió a hacer la primera pregunta: “Usted, estará muy sofocado por las pellejerías de Guayaquil” y sin dejar tiempo a que le conteste, mostrando de nuevo su horrenda timidez, le endilgó de nuevo: “¿y que cuánto tiempo están de pellejerías en medio de los mayores embarazos?”.

Pellejerías lo había utilizado para significar enredos en el primer caso y revolución en el segundo.  Bolívar no contestó casi y vino la tercera intervención del protector: “Nada tengo que decirle sobre los negocios de Guayaquil, en los que yo no tengo que mezclarle; la culpa de que Guayaquil no quiera incorporarse a Colombia, la tienen los mismos guayaquileños” (8)

De 1 a 2 de de la tarde vinieron las felicitaciones de las corporaciones y luego de las señoras.  Al final y de manera al parecer espontánea, se levantó Carmen Calderón “linda como un ángel” con las manos atrás y luego de pronunciar una arenga le puso lo que llevaba escondido: una corona de laurel esmaltado.

San Martín se puso rojo como un tomate; a la agresión inconsciente -había sido descubierto- le faltaba poros para salir.  Se quitó la corona y viendo de reojo a Bolívar dijo “que habían otros que la merecían más que él” y como el Libertador no esperaba esto y pensando que iba a su vez a ser coronado, se puso “pálido y lívido como un muerto” según el testigo Rufino Guido.

A la final, dijo que no podía desprenderse de la corona y que la guardaría para siempre.

Muchos años después la misma Carmen se lo narró al historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna (9).

Los dos grandes hombres se encerraron de 2.30 a 4 de la tarde en la misma casa de Luzárraga teniendo su primera conferencia.  El propio Bolívar en carta a Santander le dijo: “Dice (San Martín) que no quiere ser rey, pero que tampoco quiere la democracia y sí el que venga un príncipe de Europa a reinar en el Perú” (10)

Bolívar le dijo que prefería el que se coronara al Gral. Itúrbide -mejicano- a cualquier Borbón.  Sin embargo San Martín en carta al Gral. Miller cinco años después negó rotundamente lo anterior, calificando de pillo e impostor al que se atreviera a decir tal cosa (11).

Bolívar se retiró a las 4 de la tarde con el sentimiento de haberlo abrochado.  De 4 a 5 recibió el argentino algunas visitas y luego caminó las 5 cuadras que le separaban de la casa de la Aduana y con su Estado Mayor fue a pagar la visita a Bolívar, permaneciendo con él de 5.30 a 6.

Pasadas las 6 regresó a comer a casa de Luzárraga.  Y luego de las 7 Guido anota como que nada: “la noche se pasó en recibir nuevas visitas y entre ellas algunas señoras”.

A nosotros no nos cabe duda que el propio Bolívar se sirvió de una dama casada para tentar al héroe.  Se llamaba Carmen Mirón y Alayón y era una real hembra: tenía 20 años, en su rostro y cuerpo revelaba no pocas gotas de sangre africana, era hija de Don Antonio Mirón, nacido en la isla de León, síndico de la capilla del Astillero en 1821, casado desde 1791 con Asunción Alayón y Troya, babieca del estado Llano (12).

Carmen era viuda de un Sr. Pérez, matrimonio que le había durado sólo pocos meses (13a).  Por el padre tenía abundante sangre árabe, por un abuelo murciano; por su madre, esta era bisnieta del español Francisco Martínez de Alayón, vecino de Guayaquil en 1687 y de Jerónima de Henao, ésta a su vez hija del secretario Antonio de Henao (13).

San Martín se quedó encandilado con su presencia.  Bolívar le había hecho sentir tan mal que necesitaba una válvula de escape; Carmen era el regalo que quizás el mismo sabio astuto de Bolívar le enviaba para mitigar sus penas.  Y se hizo una cita, ella lo esperaría en su casa el sábado 27 a primera hora de la mañana.

Y así fue, San Martín se trasladó al barrio del Astillero —donde ella vivía— con el sigilo que él acostumbraba y allí pasó 6 horas entregado a los más dulces deleites.

Ni Rufino Guido ni Jerónimo Espejo dan dato alguno sobre qué pasó con el General José de San Martín aquella luminosa mañana de julio.

El barrio del Astillero le recordó sin duda a Cádiz, tenía 151 casitas distribuidas en 9 calles todas con nombres simpáticos: Real, de la Compañía, de la Plazuela, de la Cárcel vieja, de la espalda de Gobierno, de San Agustín, de la Victoria, de la Águila y cerrada (14).

Mientras San Martín goza —aquella mañana— parcamente de la vida, Bolívar se pasa despachando correspondencia a Quito, Pasto y a la misma Guayaquil.

El protector almorzó frugalmente en la casa de Luzárraga pasado el mediodía y ordenó que todos tuvieran las maletas listas.  Se sintió casi engañado y quería volar de Guayaquil a las 24 horas de haber llegado.

A la 1 fue a la casa de la Aduana a tener la segunda y más severa conferencia con Bolívar.  Esta duró 4 horas y se han tejido muchas versiones sobre lo que hablaron, lo único seguro es que San Martín dejó el campo totalmente a Bolívar y se retiró para siempre de la vida pública.

Enseguida a las 5 pm. Bolívar ofreció una espléndida cena para 50 invitados, megalómano como él solo, se levantó e hizo el brindis: “Por los hombres más grandes de la América del Sur: el general San Martín y yo”.  Este, con la timidez y prudencia características, respondió en el segundo brindis “Por la pronta conclusión de la guerra y por la salud del Libertador”.  Y el buen argentino no se equivocaba, la tisis se notaba ya en el semblante de Bolívar, a él mientras tanto -le quedaban casi 30 años más de vida-.

De 7 a 9 tuvieron un receso y a las 9 fueron al baile que les daba la Municipalidad.  San Martín se las aguantó 4 horas sin bailar: Carmen Mirón estaba allí, pero él la miraba con una desconfianza e intriga sin límites.  A la 1 le llamó a Guido y le dijo: “Llámeme Ud. a Soyer que ya nos vamos, no puedo soportar este bullicio”.  Salieron por una puerta excusada, según el mismo San Martín en su carta a Miller, Bolívar le acompañó hasta el bote y le regaló su retrato.  Al despedirse -esta vez- a Bolívar le saltó la desconfianza y San Martín al cabo de muchas horas le volvió el alma al cuerpo.  Bolívar dio unos pasos atrás para solemnizar el acto con un frío apretón de manos, pero San Martín le retuvo por el brazo y en voz baja le dijo: “Ha terminado mi vida pública. Iré a Francia y pasaré lo que me queda de vida en el retiro. Sólo el tiempo y los sucesos dirán quién de nosotros vio el futuro con más claridad” (15).

En el barco que iba rumbo a la Puna, San Martín pensaba en el orgullo de Bolívar, en su dificultad de mirar de frente a la persona, en su falta de franqueza y en su tono altanero, en sus maneras distinguidas, en su ambición.  Y pensó también en su desinterés, en su popularidad, en su constancia monstruosa, por eso 18 años después cuando el marino francés Lafond le preguntó su concepto final sobre Bolívar dijo: “Es el hombre más asombroso que ha conocido la América del Sur” (16).  En todo el viaje se pasó obsesionado en Bolívar, salían a flote todos sus defectos y sin embargo su grandeza era inconmovible.

El final

San Martín se instaló en Lima en la quinta de la Magdalena y allá en noviembre recibió la visita de Carmen ya embarazada de 4 meses.  La prometió apoyar y la regresó.  A Rosa Campuzano tampoco quiso verla más.

Su mujer estaba grave en Buenos Aires, pero temía ir, pues sabía que lo apresarían (17).

Joaquín Miguel de San Martín y Mirón nació a fines de abril de 1823 y fue bautizado en la iglesia de San Agustín, calle de San Alejo con calle de la cárcel, en Guayaquil el 13 de mayo (18).  Su partida fue inscrita con sigilo en el Archivo de la Logia en Lima, pues San Martín pidió a sus “hermanos” que no la dejaran ver sino a sus descendientes (19).

José de San Martín viajó a Chile y luego estuvo en Mendoza y Buenos Aires.  Su esposa murió muy joven en 1824 de apenas 27 años y él se embarcó con su hija de 8 años a Francia.  En 1827 estuvo en Bruselas, hacia 1840 escribió a pedido del marino Lafond algunos recuerdos sobre Bolívar; en 1846 tuvo la satisfacción de recibir en su pequeño cuarto de Grand Bourg a 1 legua de Nainsville a Domingo Faustino Sarmiento.  Tenía para entonces los ojos pequeños y ya encorvada la espalda.  En su habitación tenía el pequeño retrato de Bolívar que eéste le había regalado (20).

Su hija Mercedes fue pintora de afición y ella hizo un retrato de Bolívar por 1846 a base de las indicaciones que le dio su padre (21).

En 1848 a los 70 años estaba casi ciego, y ya no podía firmar sus cartas.

Mercedes de su matrimonio con Mariano Balcarce le había dado 2 nietas: Josefa y Mercedes.  En las guerras que la Argentina tuvo con Brasil, Francia e Inglaterra, San Martín ofreció sus servicios y las 3 veces su oferta fue rechazada.

Murió el 17 de agosto de 1850 a los 72 años en Bolougne-sur-mer (Francia).  Sus restos descansan en la catedral de Buenos Aires.

Rosita Campuzano se quedó con pasmo luego de sus amores con el héroe.  Nadie le conoció amante de 1822 a 1831, hasta que este año cedió ante un alemán llamado Juan Weniger, dueño de 2 almacenes en Lima y con él tuvo su hijo único; el alemán le quitó al niño a su madre para educarlo en un colegio (22).

Rosa en 1847 vivía de balde en los altos de la Biblioteca Nacional de Lima, gracias a la ayuda de Constancio Vigil; fue entonces cuando le entrevistó Ricardo Palma; para entonces usaba muleta y no parecía de 51 años, sino de 71.

A su hijo lo mataron en un combate por 1852.  Ventajosamente a Rostía el Congreso del Perú le otorgó una pensión mensual. Murió en 1860 a los 64 años más sola que nadie.

Carmen Mirón también guardó largo celibato por el héroe y sólo hacia 1840 procreó a Rosa Mirón y Rivera quién vivió en San Alejo de Guayaquil casada con Eusebio Castro Rivera.  Vivió atormentada por la suerte de su hijo Joaquín trotamundos por Sullana, Lima y Lambayeque.  Murió de 80 años en Guayaquil quemada por un cigarrillo que incendió su cama (23).

La truculenta vida del hijo de San Martín

Joaquín San Martín y Mirón nació en Guayaquil el 27 de abril de 1823 y se bautizó el 13 de mayo en San Agustín.  A los 18 años pasó al Perú.  Perteneció al partido liberal desde joven.  En 1852 a los 29 años estaba de marino y viajó a la Nueva Granada como tercer oficial de cargo del bergantín de guerra “6 de marzo” que había sido construido en Baltimore 7 años antes.  Tenía el grado de alférez.  El barco zarpó el 20 de setiembre de Guayaquil, arribó a Buenaventura, pero al regreso fue sorprendido en las costas del Chocó por un fuerte temporal y se encalló en los bajos de arena de Huascaona frente a Iscuandé.  Sólo 8 personas que tomaron un bote se salvaron en forma milagrosa, uno de ellos fue San Martín (23a).

Hacia 1860 se estableció en Sullana, al norte del Perú huyendo de García Moreno, y casó con Isabel García Saldarriaga, con quien tuvo 2 hijos nacidos en Lima en 1862 y 1865.  En esa ciudad se afilió a la Logia.

Por 1866 su esposa faltó a la fe del matrimonio y se separaron.  En este año y cuando García Moreno pasaba por Lima con destino a Santiago, participó en el complot para asesinarlo en unión de los refugiados ecuatorianos que vivían en Lima.

Al arribar el tren a esta ciudad el 2 de julio de 1866 a las 11.30, le atacaron Juan Viteri Villacreses –ambateño- y San Martín en momentos en que recién bajaba del tren (24).  Viteri le disparó 2 veces, pero sólo le hirió ligeramente en la frente y la otra bala traspasó el sombrero.  San Martín parece que hizo solamente de campana, pues la Corte de Lima reconoció a Viteri como único culpable.

Hacia 1868 se estableció en Lambayeque y allí tuvo sucesor en la señora Petronila Alvarado, el hijo se llamó José Joaquín, en honor al padre y al abuelo.  Por 1874 tuvo una relación con una señora Vargas.

Muerto García Moreno en 1875, regresó al Ecuador y se estableció en Máchala donde tuvo relación con una señora Avila, tenía entonces 6 hijos en 5 señoras diferentes.  Por 1883 casó a su primera hija en Guayaquil.  Cuando Caamaño subió al poder en 1884, conspiró contra éste, siendo desterrado a Lima -Allá fue precursor del saneamiento en esa ciudad (25).

Regresó al Ecuador por 1890, casando a su segundo hijo en Guayaquil en 1893.  En 1894 fue Comisario de Máchala y Santa Rosa.

Murió asesinado en 1895 a los 72 años en Gualtaco (cerca a Santa Rosa) cuando iba a despedir a unos amigos.

Según el historiador y genealogista Fernando Jurado Noboa el prócer reconoció a su hijo.

No le gustaba hablar de su origen pero a raíz de que su hijo casó con una sobrina carnal de él (de D. Joaquín) e hija de su hermana de madre Rosa Mirón y Rivera, reveló confidencialmente el secreto a su hija mayor Rosa Isabel, pidiéndole que lo guardara todo el tiempo que ella lo juzgara conveniente.

Fueron sus hijos:

1. Rosa Isabel San Martín García, nacida en Lima en 1863, m. en Guayaquil 14 de mayo 1941, ce . Manuel Andrés Pazmiño, n. de Máchala. Suc: Pazmiño-Aguilera.

2. Justo Vicente San Martín García, nacido en Lima 1865, se crió con su padre y a los 11 años, en 1876, pasó a Guayaquil, casó en San Alejo en 1893 con su prima hermana Mercedes Castro y Mirón, vecinos de Baba en 1895. En 1910 fue desterrado al Perú, cuando nuestros conflictos de frontera. Sucesión — San Martín-Guevara; San Martín-Santos; López San Martín; Moncayo-San Martín; San Martín-Morán.

3. José Joaquín San Martín Alvarado, nacido en Lambayeque por 1868, casó en Lima con María Francinet, brasilera, tuvo 1 hijo marino, otro aviador, otro médico y otro ingeniero. El médico (Mauricio) fue Rector de la Universidad de San Marcos de Lima. Descendencia en Lima y Huamanga (Perú): San Martín Navea; San Martín-Rappeto; San Martín-Fernández: San Martín-Valestra; San Martín-De la Fuente; Romero-San Martín; y Bermúdez-San Martín.

4. Juan San Martín, nacida en Perú por 1871.

5. Eduardo San Martín Vargas, nacido en Perú por 1874, c. en Guayaquil con Enma Lanfranco y es. en n. Vargas.

6. Teniente coronel Luis Alberto San Martín Avila, nacido en Máchala por 1877, ce. Matilde Hurtado.

Testimonio documental

Reunido en julio de 1972 el Instituto Genealógico de Guayaquil, bajo la presidencia de D. Pedro Robles Chambers y con la asistencia de los Sres. Julio Pimentel Carbo, Genaro Cucalón, Clemente Pino, Luis Noboa y Jorge Arteaga.

CONSIDERANDO

1. Que la copia de la partida bautismal de D. Joaquín San Martín Mirón que se conserva en la Logia de Lima es un documento auténtico, que ha sido enviado al Instituto por el Dr. Fernando Romero, Rector de la Universidad de San Cristóbal en Huamanga.

2. Que el retrato original de D. Joaquín y que lo ha adquirido, el Sr. Robles Chambers, muestra un parecido extraordinario con el héroe.

3. Que encaja perfectamente los cálculos entre fechas de concepción y nacimiento de D. Joaquín.

4. Que en Guayaquil y Lima se han mantenido constantes y respetables tradiciones sobre el origen verídico de la familia San Martín.

5. Que los descendientes de ambas ramas han sido tenidos por personas serias y honorables, incapaces de fraguar orígenes falsos.

6. Que el testimonio oral de Da. Rosa Isabel San Martín, nieta del héroe, muerta en 1941 en Guayaquil, merece todo crédito.

ACUERDA

Aceptar como verídica la paternidad de D. Joaquín San Martín y Mirón.

Referencias

(1)La Entrevista de Guayaquil II, 248 .

(2)Carlos Salas: Bibliografía de San Martín, III, 81 .

(3)Teodoro Alvarado: La histórica entrevista de Guayaquil de 1822, Bol. ANH. 120 pg. 159, Quito.

(4)Cartas del Libertador, Tomo III, 254.

(5)Manuel Villavicencio: Geografía del Ecuador, 1858 , ver plano de Guayaquil.

(6)Jerónimo Espejo afirma lo de Luzárraga.

(7a)Para nosotros es muy dudosa la presencia de Sucre, aunque Espejo la asienta.

(6a)La entrevista de Guayaquil, II, 24 8 – 250 .

(7)Abel R. Castillo: Sobre la entrevista de Bolívar y San Martín, Bol. ANH 120 , Quito, pg. 278 .

(8)Hemos reconstruido esto en base a la citada carta de José Gabriel Pérez a la Cancillería de Bogotá.

(9)Julio C. Chávez: San Martín y Bolívar en Guayaquil, Buenos Aires 1950, pg. 140.

(10)Cartas del Libertador, III, 262.

(11)Carlos Salas, Oc. III, 81.

(12)Arch. Catedral Guayaquil Baut. 1792-1802.

(13)Fichero Robles – Chambers.

(13a)Luis Ramírez Ch.: La bisnieta de San Martín, Rev. La Otra , Guayaquil 1988, pg. 60 – 61 . Mercedes San Martín de Checa, clarífica parentesco co n procer, El Universo, Guayaquil, julio 26, 1972.

(14)Gustavo Monroy : Documento s de la época colonial de Guayaquil, Bol. CIH T.2, pg. 73

(15)Teodoro Alvarado: oc. 163.

(16)Abel R. Castillo: oc. 290.

(17)Javier Peñalosa: oc. 34.

(18)Arch. Robles Chambers, Guayaquil.

(19)Carta del Dr. Mauricio San Martín, Rector de la Universidad de S. Marcos a Pedro Robles, Arch. de éste.

(20)Sus herederos le obsequiaron al Museo Histórico de Buenos Aires.

(21)Se ha publicado varias veces, por ej. en la Rev. El Libertador de Quito No. 105.

(22)Rodolfo Pérez: Nuestro Guayaquil Antiguo, 118.

(23)Archivo Robles, Guayaquil.

(23a)Mariano Sánchez: Naufragio del bergantín de guerra 6 de marzo, Instituto de Historia Marítima. Rev. 1989, pgs. 19-27, Guayaquil.

(24)Severo Gómez jurado: Vida de García Moreno, V, 222 – 223

(25)Archivo Robles, Guayaquil.

Fuente

Barrera, Isaac: José de San Martín el Libertador del Sur, Bol. ANH , nums 76, pgs. 225-232, Quito 1950.

Diario El Globo Nº. 1851 Guayaquil 3 de noviembre de 1893

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

Jurado Novoa, Fernando – Las noches de los Libertadores – Vol 2. IADAP, Colección Identidad, Quito, Ecuador (1991).

Portal revisionistas.com.ar

Videla Morón, Mario – San Martín y sus vinculaciones familiares, Rev. Genealogía 18, Buenos Aires 1979

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•  Entrevista de Guayaquil

Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar

jueves, 30 de noviembre de 2023

Imperialismo: Razones del conflicto entre Venezuela y Guyana

Venezuela-Guyana: razones de un conflicto

Carlos A. Romero || Nueva Sociedad



Las tensiones fronterizas entre Venezuela y Guyana volvieron a ser noticia. En diciembre, la Corte de Internacional Justicia de La Haya se declaró competente para ver el caso. Mientras que Georgetown celebró la decisión como «un gran momento», Caracas la tildó de «infame». Entretanto, Guyana se convirtió en un país petrolero. Mientras que Hugo Chávez buscó un acercamiento, la situación se encuentra en una escalada en un nuevo contexto geopolítico.

 

Venezuela y Guyana se enfrentan de nuevo política y diplomáticamente por el destino de la Guayana Esequiba. Se trata de una parte sustancial del territorio guyanés –alrededor de dos tercios- que es reclamada por Caracas en un contexto en el que, además, la ex-colonia británica descubrió enormes riquezas petroleras.

Según Venezuela, el Laudo de París de octubre de 1899, que refrendó su frontera con el Reino Unido en lo que se llamó la Guayana Británica hasta 1966, es nulo e írrito. Guyana piensa lo contrario. El tema se ha reactivado en los últimos meses a partir de la decisión de Guyana de ir a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, dejando atrás el compromiso bilateral pautado en el Acuerdo de Ginebra de 1966.

La controversia territorial entre Venezuela y Guyana incluye dos aspectos principales. Uno es de carácter jurídico y otro es de carácter político. El de naturaleza jurídica se basa en el reclamo de Venezuela de más de 70% del territorio de la República Cooperativa de Guyana. El de carácter político se deriva del anterior y ha pasado por diversas etapas, en las que cada país ha tratado de lograr y mantener respaldos domésticos e internacionales, con el fin de cumplir con sus objetivos. Uno pretende que se le devuelva una parte de su territorio despojado, el otro se niega a desprenderse de lo que estima es suyo.

El Laudo de París es un instrumento jurídico que sirvió para confirmar la anexión de Reino Unido de ese territorio perteneciente a Venezuela de jure, con base en el principio jurídico del uti possidetis juris. Venezuela reclama ese espacio y Guyana ha utilizado y proyectado la tesis de ser un país pequeño agredido por una nación vecina con recursos, que busca quitarle de manera ilegal e ilegítima una buena parte de su superficie.

Luego de su independencia en 1821, Venezuela tomó como su frontera oriental el río Esequibo. Reino Unido la reconoció, luego de que los Países Bajos le cedieran lo que se conocería, desde 1814, como la Guayana Británica, y aceptó como válido el Tratado de Reconocimiento de España y la soberanía venezolana sobre el territorio de la antigua Capitanía General de Venezuela. Sin embargo, a partir de 1849, Londres comenzó a anexar parte de la superficie que era de Venezuela y se negó a llevar la controversia a un arbitraje, sin respetar los acuerdos anteriores y su debido reconocimiento.

Venezuela no aceptó la sentencia del laudo, que estaba basada en falsas informaciones cartográficas y documentales y en el desconocimiento del Tratado de Arbitraje de 1897, pero se vio obligada a participar en la demarcación de la nueva frontera, aunque sin asumir el territorio trazado en el Laudo de París, tal como se observa en un escrito de Venezuela ante la Corte de La Haya en 1903.

Desde el punto de vista jurídico, debemos recordar que Guyana ha considerado la cuestión de la validez del laudo como el tema central de la controversia. En cambio, Venezuela considera que tiene pruebas suficientes para justificar la nulidad e invalidez del tratado. Como consecuencia de lo anterior, los dos países difieren en el objetivo mismo de la controversia. Georgetown plantea la validez del laudo y Caracas, la devolución de lo que define como la Guayana Esequiba.

Desde ese momento y hasta 1962, los sucesivos gobiernos venezolanos sostuvieron la tesis de una solución amistosa del conflicto fronterizo, procurando una justicia territorial al grave daño cometido a la integridad geográfica del país. Reino Unido respondió siempre a las diligencias venezolanas afirmando que la controversia era «cosa juzgada». En febrero de 1962, Venezuela denunció ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la necesidad de revisar el estado de la reclamación venezolana y reiteró la posición venezolana de que el Laudo Arbitral de 1899 era nulo e írrito, en el momento en que Reino Unido se preparaba para darle la independencia a la Guayana Británica. La independencia se postergó hasta 1966, una vez que Londres y Caracas llegaron al acuerdo de crear una comisión mixta con la incorporación de representantes de la Guayana Británica, que durante cuatro años y en el marco del Acuerdo de Ginebra buscaron una salida jurídica al contencioso entre las dos naciones. El documento permitió a Venezuela condicionar la independencia de la ahora República Cooperativa de Guyana al reconocimiento de Reino Unido y de la propia Guyana de la reclamación venezolana.

Con la excepción del congelamiento de jure de las conversaciones entre 1970 y 1982, una vez finalizados los cuatro primeros años de conversaciones bilaterales y bajo la firma del Protocolo de Puerto España, la comisión mixta creada por el Acuerdo se reunió en varias ocasiones sin llegar a una solución al contencioso fronterizo. Venezuela, por su parte, alentó años antes y de manera indirecta una rebelión de amerindios guyaneses al este de la frontera en 1968. La revuelta buscaba que el territorio Esequibo de Guyana se independizara y pidiera la anexión a Venezuela. El movimiento secesionista no tuvo éxito, aunque dejó un trago amargo en las relaciones entre Caracas y Georgetown.

Ese mismo año se cerró por parte de las autoridades venezolanas la desembocadura del río Orinoco, cuestión que introduciría un elemento nuevo en el diferendo: el tema de la delimitación futura de áreas marinas y submarinas, sumado a otros altercados fronterizos de menor importancia. En 1983, una vez finalizado el periodo de 12 años de congelamiento de la controversia –de acuerdo con el ya citado Protocolo de Puerto España–, ambas naciones se acogieron a una disposición contemplada en el texto del Acuerdo de Ginebra de dirigirse al secretario general de las Naciones Unidas para lograr una solución «práctica» del problema.

Entre 1983 y 2018, continuaron reuniéndose los comisionados de cada país con el fin de lograr un acuerdo sobre el contencioso sostenido por tantos años, sobre la base de las tesis de los buenos oficios, una solución pacífica y una metodología bilateral, y a la espera de la decisión del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres. Sin embargo, es necesario aclarar que en el periodo 1999-2018 las negociaciones perdieron mucha eficacia y se congelaron las deliberaciones sobre contencioso territorial entre ambos países. La decisión de Guterres se dio finalmente en el mes de enero de 2018, cuando estableció que la Corte Internacional de Justicia de la Haya examinara el caso con base en la posibilidad de impulsar una solución jurídica y multilateral.

En marzo de 2018, Guyana solicitó ante la misma Corte que se resolviera en esa instancia el conflicto territorial y pidió que «se confirme la validez legal y el efecto vinculante del laudo arbitral de 1899 con respecto a la frontera común para que el máximo tribunal dictamine sobre su jurisdicción y competencia sobre el tema, y conozca sobre el fondo del conflicto». Para el gobierno del presidente Nicolás Maduro, la Corte de la Haya carece de jurisdicción para conocer el tema sobre el Esequibo. Pero el tribunal se declaró competente el 18 de diciembre de 2020 para conocer la demanda unilateral de Guyana sobre la validez del laudo arbitral y decidir sobre la controversia concerniente a la frontera terrestre. Venezuela no se presentó para conocer la decisión e insistió en regresar a las bases del Acuerdo de Ginebra y a los buenos oficios de la ONU.





Héroes y villanos

Desde el punto de vista político, la disputa entre Venezuela y Guyana se remonta al proceso de independencia de los países latinoamericanos y al contexto de los cambios geopolíticos que se dieron luego de las guerras napoleónicas y el Congreso de Viena. En esa ocasión, Venezuela surgió ante el mundo como una república unitaria con un territorio trazado de acuerdo con el principio del uti possidetis juris, pero con una debilidad estatal producto de la propia independencia, de la ruptura con la Gran Colombia y las sucesivas guerras civiles.

Esa debilidad institucional y política le produjo grandes pérdidas territoriales, entre las cuales se contó parte del noreste del país, dado el avance del imperio británico desde la Guayana Inglesa. Con el Laudo de París de 1899 se refrendó esa pérdida, lo que de cierta manera y junto con otros procesos de principios del siglo XX creó una percepción negativa entre la mayoría de los venezolanos sobre la posibilidad de que diera una salida judicial de carácter multilateral que favoreciera a Venezuela.

De ahí la insistencia de los gobiernos venezolanos en preservar el carácter bilateral del Acuerdo de Ginebra. Pero el secretario general de la ONU y el gobierno de Guyana rechazaron, cada uno a su manera, la salida bilateral. La nueva y controversial posición de Guyana puede caracterizarse como la ruptura unilateral de ese país del statu quo alcanzado en 1966, una decisión que no puede quedar, como observamos más adelante, fuera del contexto internacional y hemisférico actual.

En segundo lugar, el contencioso entre Venezuela y Guyana no solo es el producto de consideraciones de carácter histórico-global, sino que a lo largo de este dilatado proceso se han dado circunstancias difíciles que, de algún modo, han limitado la búsqueda de una solución al problema. En el siglo XIX, tal como se dijo, las consideraciones domésticas y la debilidad del país pesaron frente a la posibilidad de un arreglo justo para Venezuela. Ni siquiera hubo testigos ni jueces venezolanos.

Antes de 1962, no hubo un proceso diplomático o procesal importante referido al tema, y solo a partir de la denuncia del laudo en esa fecha, la posterior firma del Acuerdo de Ginebra y la independencia de Guyana se reactivó la reclamación venezolana. Una consideración especial merece la política exterior de Guyana, que logró el apoyo de la mayoría de los países del Tercer Mundo y del Caribe, en particular en la defensa de su territorio y en respuesta a la tesis de Venezuela.

A comienzos del siglo XXI, Venezuela buscó fomentar un mejor espacio de entendimiento con los países caribeños, con la promoción del programa energético Petrocaribe y la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). La apertura al tercermundismo y las causas antiimperialistas por parte de Venezuela habilitaron de manera parcial ese proceso. Pero, paradójicamente, Guyana no solo no participó de manera integral, sino que se distanció de ellos. Mantuvo, empero, el apoyo del Caribe, en un contexto de coaliciones regionales e internas muy diferentes de los «momentos» progresistas que se observaron en Guyana bajo el liderazgo de los primeros ministros Forbes Burnham y Cheddi Jagan, en la segunda mitad del siglo XX. Guyana tiene un largo historial de país tercermundista que manipuló siempre sus diferencias con los gobiernos venezolanos del periodo democrático, tildándolos de agresivos, imperialistas y asociados a Estados Unidos. Por su parte, Venezuela se concentró en su reclamación, tratando de reducir al mínimo el impacto de esas acusaciones en su diplomacia deliberada de presencia caribeña y de acercamiento al Tercer Mundo.

En este marco, cabe resaltar el conjunto heterogéneo de declaraciones y comunicados de los gobiernos venezolanos que, de alguna forma, permitieron crear desde 1999 una atmósfera contraria al sostenimiento del reclamo sobre la Guayana Esequiba por parte del Estado venezolano. Merece destacarse la tesis presentada por Caracas: que el contencioso con Georgetown que se da desde el año 1962 está relacionado con gobiernos venezolanos no querían la independencia de Guyana, dado que en ese momento el gobierno semiautónomo de ese país era conducido por Cheddi Jaggan, a quien se consideraba simpatizante de las ideas de izquierda y de la Revolución Cubana.

Otro elemento que debe analizarse es el potencial económico de Guyana a partir de la prospección y producción de petróleo en las zonas cercanas al territorio venezolano y en el espacio en reclamación, lo que ha llevado a generar problemas de interpretación entre las cancillerías de ambos países y se proyecta como un punto fundamental de discordia. La presencia de compañías multinacionales estadounidenses en las áreas adyacentes a la zona en litigio, el abierto apoyo del gobierno del ex-presidente estadounidense Donald Trump a la decisión de la Corte de la Haya y el desarrollo de maniobras conjuntas navales entre Guyana y Estados Unidos han aumentado las hostilidades entre ambos países, habida cuenta de que Washington refuerza sus alianzas con países vecinos de Venezuela en una especie de «operación tenaza» mediática y diplomática en contra del régimen de Nicolás Maduro.

De igual modo hay que considerar el impacto político que tiene la decisión de Venezuela de crear un nuevo espacio marítimo denominado Territorio para el Desarrollo de la Fachada Atlántica. El contenido del decreto es muy confuso y habla de forma genérica de resguardar «los espacios continentales, áreas marinas interiores, limítrofes, históricas y vitales venezolanas». Esto está ligado a la tesis sostenida por representantes del gobierno de Maduro de que todas estas maniobras están dirigidas a «arrebatarle el territorio de la Guayana Esequiba».

Estas consideraciones son muy sensibles y merecen una profunda discusión. Por una parte, no se puede determinar áreas marinas y submarinas sin aclarar si son proyectadas desde un territorio venezolano con una soberanía controversial. Por otra parte, como el tema que nos ocupa no está resuelto, está de más pretender desarrollar un territorio marítimo que no se especifica en qué coordenadas está situado y si choca con parte de la Guayana Esequiba que está bajo la jurisdicción de Guyana y pendiente de delimitar hasta que se demuestre lo contrario.

La ruptura del statu quo

No queda más que alertar sobre el peligroso camino que actualmente está tomando la controversia territorial entre Venezuela y Guyana. Dos decisiones macro han creado un escenario difícil para la paz regional. Guyana ha roto su compromiso con el Acuerdo de Ginebra, trasladando el plano bilateral que se sostuvo por ambos países a un plano multilateral que ha sido rechazado por Venezuela. En segundo término, el gobierno venezolano ha sostenido la controversial idea de que la Guayana Esequiba es hoy por hoy parte integral del territorio de Venezuela. Estas posiciones pueden contribuir a una escalada del conflicto que podría llegar a crear las condiciones de un escenario bélico.

En este marco, cabe pensar que el contencioso tiene sus vinculaciones e impactos con el plano doméstico en cada país. En el caso de Venezuela, la reclamación del Esequibo se ha respaldado mayoritariamente de manera interna, como también ocurre en el caso de Guyana con sus propias afirmaciones territoriales. Por ello, no es de extrañar que sectores importantes del oficialismo, de la oposición y otros actores sociales y económicos venezolanos hayan manifestado su apoyo a las decisiones del gobierno de Maduro. El oficialismo ha insistido, por su parte, en que el interés nacional reclama cerrar filas ante este conflicto fronterizo.

Sin embargo, un sector opositor piensa que no es correcto adherir sin reservas a una posición oficial que, en sí misma, es producto de serios errores que no se deben endosar, sin conocer más a fondo cuáles son los nuevos objetivos del país, en el momento en que han cambiado las coordenadas que fundamentaron su política exterior sostenida durante años y las bases de la reclamación del Esequibo. En Guyana se mantiene un pleno respaldo a la política del gobierno actual del presidente Mohamed Irfaan Ali de presentarse ante la Corte de la Haya.

Cabe destacar, a título de nota al margen y para generar un debate que se considera necesario, cómo se han reconfigurados los roles internacionales y hemisféricos de Venezuela y Guyana luego del Acuerdo de Ginebra. En el plano externo, costó mucho convencer a ese conjunto heterogéneo de naciones en desarrollo, subdesarrolladas y descolonizadas de lo justo de las posiciones defendidas por Caracas. En el plano interno, los gobiernos venezolanos colocaron el tema de la reclamación de la Guayana Esequiba como un dogma a ser respetado y defendido por todos los nacionales, incluido el estamento militar.

Ahora esto ha cambiado. Venezuela se presenta como un país «revolucionario», que busca desarrollar un modelo socialista, que es aliado de Cuba y que se alejó de Estados Unidos, que ha desarrollado alianzas extrahemisféricas y se enfrenta a una crisis petrolera y económica enormemente profunda. Y algunos gobiernos consideran al régimen venezolano como una amenaza externa. Guyana, por el contrario, está clasificando para ser un país petrolero, sus gobiernos han reducido su vocación tercermundista, se lleva bien con Estados Unidos, proyecta bienestar económico, no practica el ya olvidado «socialismo cooperativo», sus líderes son pragmáticos y sostienen una sociedad multicultural, al tiempo que priorizan sus relaciones hemisféricas y occidentales.

A su vez, Guyana ha intentado reactivar los apoyos históricos que ha recibido desde 1966, incluyendo el de Cuba y el Caribe, a pesar de las estrechas relaciones que Venezuela ha mantenido con esos países y muchos más dentro del Movimiento de Países No Alineados. En el caso de Cuba, su gobierno ha tratado estos últimos años de ser neutral en el tema, dada su alianza estratégica con Caracas. Por otro lado, Estados Unidos y el Grupo de Lima mantienen un régimen de sanciones y una serie de advertencias a un gobierno como el de Maduro, que confronta tantos problemas internos y está vigilado internacionalmente.

A partir de estos parámetros, ¿qué queda por decir por ahora? En un escenario a corto plazo, dominará la agenda la discusión sobre la participación o no en la Corte de La Haya. A mediano plazo, se observa la posibilidad de una espiral conflictiva por el problema de la interpretación de facto de qué áreas marinas y submarinas le corresponden a cada país, dado el vacío legal que significa el hecho de que no se haya llegado a un acuerdo previo para definir la delimitación territorial terrestre.

Quizás la única manera de evitar males mayores sea que ambos gobiernos se pongan de acuerdo y llamen a terceros a mediar sobre sus controversias, sean gobiernos u organismos multilaterales. Pero para ello hay que tener una actitud flexible y creativa frente a las posiciones maximalistas mantenidas por cada país. Caracas está comprometida con la tesis de volver a lo estipulado en el Acuerdo de Ginebra, y Georgetown, con las presiones para que Corte de la Haya decida sobre el caso. ¿Será posible diseñar otras vías para salir del actual estancamiento al que lleva tal rigidez? Es un camino difícil, pero no imposible de transitar. Este artículo forma parte de la sección Diálogo y Paz, elaborada junto con analistas y especialistas para abordar la compleja situación política de América Latina.

lunes, 7 de agosto de 2023

Venezuela: La Guerra Federal de 1859-1864

Guerra Federal



La Guerra Federal (también conocida como Guerra Larga, o Guerra de los Cinco Años) fue el enfrentamiento militar entre tendencias conservadoras y liberales en la Venezuela del siglo XIX. Está considerado el enfrentamiento bélico más largo y más costoso para Venezuela tras su independencia. Durante la guerra, los liberales eran conocidos con el nombre de federalistas ya que el federalismo y la autonomía de las provincias eran sus reivindicaciones principales.

La guerra federal no se extendió por todo el país. Los combates se desarrollaron principalmente en los Llanos venezolanos y secundariamente en los actuales estados Lara, Falcón, Carabobo y en algunas regiones del oriente



Antecedentes

La guerra fue desencadenada por la desintegración del orden estatal después de la caída del presidente José Tadeo Monagas durante la Revolución de Marzo de 1858, durante la cual la cooperación de conservadores y liberales solo superó brevemente su disgusto mutuo. Una conspiración antigubernamental liberal descubierta en agosto de 1858, a veces denominada La Galipanada por el pueblo de Galipán, fue ampliamente interpretada como un indicador de que los caudillos rivales habían comenzado a forjar coaliciones para la confrontación militar anticipada.

Desarrollo

1859

La Sampablera.

La Toma de Coro el 20 de febrero de 1859 fue el hecho que dio inicio a la Guerra Federal. El comandante Tirso Salaverría ocuparía el cuartel de Coro,en un ataque por sorpresa apoderándose de unos 900 fusil Minié, dando la señal para el levantamiento federalista. Al día siguiente lanzaría el Grito de la Federación. Luego en marzo desembarcaría en Coro Ezequiel Zamora junto a los demás líderes federales (excepto Juan Crisóstomo Falcón) que habían sido exiliados a las Antillas. Posteriormente se dio la Batalla de El Palito en la cual los federalistas ganaron 250 prisioneros, mucho material de guerra y suministros varios.

El gobierno central entraría en inestabilidad luego de que el presidente Julián Castro Contreras fuera depuesto por los conservadores liderado por Manuel Vicente de las Casas. Pedro Gual asume interinamente el poder para posteriormente dejarlo en manos del presidente electo Manuel Felipe de Tovar.

El primer enfrentamiento de importancia en la guerra fue la batalla de Santa Inés, el 10 de diciembre de 1859, saldándose con una victoria de los federales capitaneados por Ezequiel Zamora. Esta victoria permitió a Zamora asentar el dominio federal en los llanos venezolanos y preparar el avance de los liberales hacia el centro del país.

1860

Soldados federalistas en 1860.

En el marco de esta ofensiva liberal, las tropas de Zamora asediaron San Carlos en enero de 1860. El asedio se prolongó durante una semana, suponiendo la muerte del propio Ezequiel Zamora el 10 de enero y un elevado costo militar para los federales por lo que tuvieron que romper el sitio. Tras la muerte de Zamora, Juan Crisóstomo Falcón asumió el mando de las fuerzas insurgentes y comenzó el avance hacia la ciudad de Valencia con la intención de tomarla.

Sin embargo las tropas rebeldes estaban muy debilitadas tras el asedio de San Carlos a la vez que los conservadores comenzaban a recibir refuerzos, por lo que Falcón tuvo que evitar en varias ocasiones el combate con las tropas gubernamentales y desviarse hacia el estado Apure a esperar refuerzos de un contingente al mando del general Juan Antonio Sotillo.

Finalmente, el 17 de febrero de 1860 se produjo un enfrentamiento conocido como batalla de Coplé, resultando una victoria conservadora que el general gubernamental León de Febres Cordero no supo aprovechar. Los federales pudieron retirarse en buen orden pero con grandes daños. Tras esta derrota Falcón dividió a su ejército para ejecutar una guerra de guerrillas en las distintas partes del país mientras él marchaba primero a Colombia y luego a otros países del Caribe para conseguir apoyos y refuerzos. Sin embargo estas partidas guerrilleras no fueron efectivas y se encontraron en muchas ocasiones a merced de las persecuciones del ejército conservador en acción permanente contra los federalistas venezolanos de la Provincia de Portuguesa.

1861-1862

En junio de 1861 los federales son derrotados en la Batalla de Los Colorados. Pese a todo, en poco tiempo el ejército federal comienza a aumentar y a fortalecerse gracias a los refuerzos y pertrechos conseguidos por Juan Crisóstomo Falcón. Este vuelve a ingresar en Venezuela en julio de 1861 desplegando una intensa actividad militar.

El 22 de noviembre de 1861, un grupo de representantes de la oligarquía de Caracas entre los que destacan Pedro Gual y Manuel Felipe de Tovar, constituyen una comisión con el objeto de solicitar la intervención de Reino Unido para que pusiera orden entre el país alzado a cambio de entregarle la Guayana Esequiba a lo cual se opuso con firmeza el general José Antonio Páez quien ese mismo año es nombrado dictador del país.

Destrucción de las líneas del telégrafo durante la Guerra Federal.

Los federales consolidaron sus posiciones, permitiendo que sus unidades hicieran cada vez más avances contra las fuerzas gubernamentales. Las primeras negociaciones de paz tuvieron lugar en diciembre de 1861, pero no tuvieron éxito. Durante 1862 los federalistas obtuvieron varias victorias en Pureche, El Corubo, Mapararí y en la Batalla de Buchivacoa. En diciembre se sostendrán unas infructuosas negociaciones de paz.

Estancamiento y final

Carteles tras la victoria de los federalistas. En el medio: Juan Crisóstomo Falcón . Izquierda: Antonio Guzmán Blanco . Derecha: Guillermo Tell Villegas . Reverso: Manuel Ezequiel Bruzual, Guillermo Iribarren.

Mientras tanto, las tropas gubernamentales se vieron debilitadas por la larga guerra de guerrillas y la deserción de miles de soldados. Finalmente el desgaste civil y económico aunado a los avances finales de los federalistas que rodearon Coro en abril de 1863 y la Batalla de los Altos Mirandinos, obligaron a buscar una solución negociada, cuya consagración fue el Tratado de Coche en abril de 1863 entre el presidente José Antonio Páez y el general Falcón en nombre de los federalistas, que sellaron la victoria de los liberales. El 24 de diciembre de 1863, el Parlamento eligió presidente a Juan Crisóstomo Falcón.

Consecuencias

Ha sido hasta la fecha la mayor, la más costosa en pérdida de vidas humanas y más larga guerra civil en la historia de Venezuela. Murieron aproximadamente 300 000 personas en combates, de hambre o de enfermedades causadas por la guerra, en una época en la que el país tenía aproximadamente 1,5 millones de habitantes, además apenas tenía unos 40 años siendo independiente de España.

Para los campesinos, que formaban el grueso de las tropas insurgentes, casi nada cambió. Porque después de la muerte de Ezequiel Zamora, una coalición de terratenientes, burgueses urbanos y caudillos se hizo cargo del levantamiento. Zamora quería abolir la pena de muerte y garantizar el sufragio universal. Bajo Falcón, los liberales sacrificaron a sus propios intereses los fines por los que habían estado luchando los campesinos. José Loreto Arismendi dijo una vez que durante cinco años lucharon para reemplazar ladrones con ladrones, tiranos con tiranos. 

jueves, 28 de noviembre de 2019

Bloqueo alemán a Venezuela: La actitud de Roosevelt

Ataque alemán al fuerte San Carlos y la respuesta de Teddy Roosevelt

George Winston || War History Online


Una pintura del Fuerte San Carlos en 1823. El fuerte mantuvo su diseño ochenta años después cuando se enfrentó a SMS Panther.


Maracaibo es la segunda ciudad más grande de Venezuela con una población de 1.3 millones de personas. Está situado a lo largo de la vía fluvial que va desde el lago de Maracaibo (el lago más grande de América del Sur) hasta el mar Caribe.

Maracaibo fue originalmente llamado Nuevo Nurnberg cuando fue fundado por alemanes en 1529. Fue abandonado cuando el asentamiento fue objeto de repetidos ataques por parte de tribus nativas. Los españoles llegaron en 1574 y lo reasentaron. Renombrado Maracaibo, fue objeto de repetidos ataques de bucaneros en el siglo XVII.

En 1623, los españoles construyeron una fortaleza impresionante en la isla de San Carlos para proteger la entrada al lago de Maracaibo y evitar el acceso a las tierras más allá.

En 1823, Maracaibo fue atacado por fuerzas colombianas y venezolanas que derrotaron al ejército español en la Batalla de Carabobo, que efectivamente marca el fin del poder español en América del Sur.


Mapa del lago de Maracaibo - NormanEinstein CC BY-SA 3.0

En el siglo XIX y principios del XX, los países en desarrollo aceptarían préstamos de potencias europeas. Los países que aceptaron los préstamos rara vez estaban en condiciones de pagar los préstamos debido a las continuas transferencias de poder y la inestabilidad en sus situaciones políticas.

Por lo tanto, los países europeos pudieron dictar términos duros, incluidos los altos intereses y la deducción automática del interés del principal, de modo que la cantidad de dinero recibida a menudo era mucho menor que la cantidad prestada.

En 1899, José Cipriano Castro acumuló un ejército privado y se hizo cargo del gobierno de Venezuela. El secretario de Estado de los Estados Unidos, Elihu Root, calificó a Castro como un "bruto loco", lo que parece una evaluación razonable a la luz de la forma en que sofocó sin piedad las rebeliones y asesinó a opositores políticos.


Cipriano Castro, 1908.

Castro decidió resolver el problema de las deudas de su país con las naciones europeas simplemente negándose a pagarlas. Gran Bretaña, a quien se le debía más con un préstamo de $ 15 millones de 1881 y también Alemania, enojada por la toma venezolana de un ferrocarril propiedad de una empresa alemana, fueron las principales potencias más afectadas por la decisión de Castro.


Cipriano Castro y su gabinete de guerra en 1902.

Castro parece haber sido envalentonado por la Doctrina Monroe de Estados Unidos, que declaró que el gobierno estadounidense consideraría cualquier interferencia de los países europeos en las Américas como un acto de agresión que se enfrentará con la fuerza del ejército estadounidense.

Sin embargo, el presidente Theodore Roosevelt se había alejado de esa doctrina cuando proclamó públicamente que cualquier país sudamericano que antagonizara con un país europeo debería ser tratado por ese país europeo.


El presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt (1903)

Después de presionar por el reembolso o el arbitraje durante algún tiempo, los británicos y los alemanes unieron fuerzas para bloquear a Venezuela a partir de diciembre de 1902. Esta era una misión común para los británicos, pero el Kaiser Wilhelm II había comisionado recientemente a la Armada Imperial Alemana y estaba ansioso por muéstralo. Mientras los británicos desplegaban un crucero, una balandra y algunos otros barcos, los alemanes enviaron tres cruceros y un cañonero.


Bloqueo de Venezuela por las potencias europeas 1902.

La armada venezolana, dos cañoneras, un yate y un remolcador, fue rápidamente derrotada en dos días. Dos de sus barcos estaban tan deteriorados que los alemanes los hundieron en lugar de capturarlos y remolcarlos. Castro respondió capturando un barco mercante británico y reteniendo a 200 residentes británicos y alemanes como rehenes.


SMS Panther originalmente se retiró, pero regresó con el SMS Vineta para bombardear el fuerte.

Mientras tanto, Roosevelt estaba teniendo dudas sobre la importancia de la Doctrina Monroe. En parte, esto fue influenciado por los alemanes que exploraron la isla venezolana de Margarita como una ubicación potencial para una base en el Caribe.

Por lo tanto, presionó para que todas las partes se sometan a arbitraje y luego se atribuyó el crédito de convencer a los alemanes de que aceptaran amenazando con enviar a la Marina de los EE. UU. Contra ellos si no lo hacían, aunque no se han encontrado pruebas que respalden su afirmación.


Castillo de San Carlos de la Barra, Isla de San Carlos, Estado de Zulia, Venezuela.

En 1903, dos de los barcos alemanes persiguieron a una goleta que se había deslizado a través del bloqueo y se dirigieron a Maracaibo. Los barcos llegaron al Fuerte San Carlos y se retiraron después de ser atacados por el fuerte mientras tenían dificultades para navegar en aguas poco profundas.


El crucero alemán SMS Vineta fue desplegado para bombardear el Fuerte San Carlos.

Cuatro días después, los alemanes regresaron con más potencia de fuego y atacaron el fuerte. Después de ocho horas de bombardeo, el fuerte fue destruido y 25 civiles fueron asesinados en la ciudad cercana. Con la victoria vino una pérdida de simpatía por Alemania tanto de Estados Unidos como del Reino Unido, pero también una nueva disposición a arbitrar por parte de Castro.


Publicación francesa luego del bombardeo y destrucción del Fuerte San Carlos por los alemanes.

Las partes se reunieron en Washington para el proceso de arbitraje en febrero de 1903. El resultado fue una reestructuración de la deuda de Venezuela con términos más favorables para Gran Bretaña y Alemania. Esto molestó a los estadounidenses que habían hecho sus propios préstamos a Venezuela, por lo que se acordó llevar el asunto a la Corte Internacional de Arbitraje en La Haya.


Marcador histórico de la fortaleza. Foto: Judson McCranie - CC BY-SA 3.0

El resultado final fue el Corolario de Roosevelt a la Doctrina Monroe que declaraba el derecho de Estados Unidos a intervenir en los asuntos económicos de los pequeños países del Caribe y Centroamérica para evitar la interferencia europea. Esto tendría repercusiones a largo plazo hasta e incluyendo la crisis de los misiles cubanos en 1962.

miércoles, 3 de abril de 2019

Diplomacia de cañoneras: El ataque alemán a Venezuela de 1903

Ataque alemán a Fort San Carlos y la respuesta de Teddy Roosevelt




George Winston | War History Online


Una pintura del Fuerte San Carlos en 1823. El fuerte conservó su diseño ochenta años después cuando se enfrentó a SMS Panther.

Maracaibo es la segunda ciudad más grande de Venezuela con una población de 1.3 millones de personas. Está situado a lo largo de la vía fluvial que va desde el lago de Maracaibo (el lago más grande de Sudamérica) hasta el Mar Caribe.

Maracaibo fue originalmente llamada New Nurnberg cuando fue fundada por alemanes en 1529. Fue abandonada cuando el asentamiento sufrió repetidos ataques de tribus nativas. Los españoles llegaron en 1574 y lo reasentaron. Renombrado a Maracaibo, sufrió repetidos ataques de bucaneros en el siglo XVII.

En 1623, los españoles construyeron un impresionante fuerte en la isla de San Carlos para proteger la entrada al lago Maracaibo y evitar el acceso a las tierras más allá.

En 1823, Maracaibo fue atacada por las fuerzas colombianas y venezolanas que derrotaron al ejército español en la batalla de Carabobo, que marca el fin del poder español en América del Sur.


Mapa del lago de Maracaibo - NormanEinstein CC BY-SA 3.0

En el siglo XIX y principios del XX, los países en desarrollo aceptarían préstamos de las potencias europeas. Los países que aceptaban los préstamos rara vez estaban en condiciones de pagar realmente los préstamos dadas las continuas transferencias de poder y la inestabilidad en sus situaciones políticas.

Por lo tanto, los países europeos pudieron dictar términos severos, incluyendo un alto interés y una deducción automática del interés del capital principal, de modo que la cantidad de dinero recibido a menudo era mucho menor que la cantidad prestada.

En 1899, José Cipriano Castro amasó un ejército privado y se hizo cargo del gobierno de Venezuela. El secretario de Estado de Estados Unidos, Elihu Root, calificó a Castro de "bruto brutal", lo que parece una evaluación razonable a la luz de la manera en que reprimió sin piedad las rebeliones y asesinó a los opositores políticos.


Cipriano Castro, 1908.

Castro decidió resolver el problema de las deudas de su país con las naciones europeas simplemente negándose a pagarlas. Las principales potencias más afectadas por la decisión de Castro fueron Gran Bretaña, a quien más se le debía un préstamo de 15 millones de dólares de 1881 y también a Alemania, enfurecido por la toma de un ferrocarril de Venezuela por parte de Venezuela.


Cipriano Castro y su gabinete de guerra en 1902.

Castro parece haber sido envalentonado por la Doctrina Monroe de los EE. UU., que declaró que el gobierno estadounidense consideraría cualquier interferencia de los países europeos en las Américas como un acto de agresión que se enfrentaría con la fuerza del ejército estadounidense.

Sin embargo, el presidente Theodore Roosevelt se había apartado de esa doctrina cuando proclamó públicamente que cualquier país sudamericano que se oponía a un país europeo debía ser tratado por ese país europeo.


El presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt (1903)

Después de presionar por el reembolso o el arbitraje durante algún tiempo, los británicos y los alemanes unieron fuerzas para bloquear a Venezuela a partir de diciembre de 1902. Esta era una misión común para los británicos, pero Kaiser Wilhelm II había encargado recientemente a la Armada Imperial alemana y estaba ansioso por muéstralo. Mientras que los británicos desplegaron un crucero, un balandro y algunos otros barcos, los alemanes enviaron tres cruceros y un cañonero.


Bloqueo de Venezuela por las potencias europeas 1902.

La Armada de Venezuela, dos cañoneras, un yate y un remolcador, fue derrotada rápidamente en dos días. Dos de sus barcos estaban tan destrozados que los alemanes los hundieron en lugar de capturarlos y remolcarlos. Castro respondió capturando un barco mercante británico y manteniendo a 200 residentes británicos y alemanes como rehenes.


El SMS Panther originalmente se retiró, pero regresó con el SMS Vineta para bombardear el fuerte.

Mientras tanto, Roosevelt estaba teniendo dudas sobre la importancia de la Doctrina Monroe. En parte, esto fue influenciado por los alemanes que exploraron la isla venezolana de Margarita como un lugar potencial para una base en el Caribe.

Por lo tanto, presionó para que todas las partes lleguen a un arbitraje y luego se atribuyó el mérito por convencer a los alemanes de que aceptaran amenazando con enviar a la Armada de los EE. UU.


Castillo de San Carlos de la Barra, Isla San Carlos, Estado Zulia, Venezuela.

En 1903, dos de los barcos alemanes persiguieron una goleta que se había escapado del bloqueo y se dirigieron a Maracaibo. Los barcos llegaron a Fort San Carlos y se retiraron después de haber sido atacados por el fuerte mientras tenían dificultades para navegar en aguas poco profundas.


El crucero alemán SMS Vineta fue desplegado para bombardear el Fuerte San Carlos.

Cuatro días después, los alemanes regresaron con más poder de fuego y atacaron el fuerte. Después de ocho horas de bombardeos, el fuerte fue destruido y 25 civiles murieron en el pueblo cercano. Con la victoria se produjo una pérdida de simpatía por Alemania tanto de los EE. UU. como del Reino Unido, pero también una nueva disposición para arbitrar de Castro.


Publicación francesa después del bombardeo y la destrucción del Fuerte San Carlos por los alemanes.

Las partes se reunieron en Washington para el proceso de arbitraje en febrero de 1903. El resultado fue una reestructuración de la deuda de Venezuela con términos más favorables para Gran Bretaña y Alemania. Esto molestó a los estadounidenses que habían hecho sus propios préstamos a Venezuela, por lo que se acordó llevar el asunto a la Corte Internacional de Arbitraje de La Haya.


Marcador histórico del fuerte. Foto: Judson McCranie - CC BY-SA 3.0

El resultado final fue el Corolario de Roosevelt a la Doctrina Monroe, que establecía el derecho de los Estados Unidos a intervenir en los asuntos económicos de los pequeños países del Caribe y América Central para evitar la interferencia de Europa. Esto tendría repercusiones a largo plazo hasta 1964, incluida la crisis de los misiles cubanos.

sábado, 2 de marzo de 2019

Venezuela: El Caracazo

Qué fue "la masacre del Caracazo" hace 30 años y qué nos dice de la situación actual en Venezuela

Alba Morgade BBC News Mundo



El 27 de febrero se inició en una ciudad cercana de Caracas una oleada de protestas que se extendió por el resto del país y en la que muchos ven el germen del chavismo.

Hace 30 años Venezuela vivió una revuelta que terminaría pasando a sus libros de historia.

El 27 de febrero de 1989 se inició en las afueras de Caracas una oleada de protestas que después se extendieron por toda Venezuela y generaron grandes disturbios.

Pasó a la posteridad con el nombre del Caracazo.

La fuerte represión del ejército y la policía dejó, según el balance oficial, centenares de muertos.

Y también un profundo malestar en el que muchos vieron una de las razones de la aparición en la escena política del comandante Hugo Chávez, que en 1992 lideraría una intentona militar por hacerse con el poder y, finalmente, en 1998, resultó elegido presidente.


El gobierno reprimió a los manifestantes con el ejército.

"Este es un país joven y muchos no vivieron aquel episodio, pero quienes lo hicieron tienden a atribuir al descontento popular y a la actuación de las fuerzas del orden en el control del Caracazo la ola que acabaría llevando al poder a un militar desconocido hasta entonces", dice Guillermo Olmo, corresponsal de BBC Mundo en Venezuela.

Del boom económico a la crisis profunda


El historiador venezolano Agustín Blanco Muñoz le dijo a BBC Mundo que "no se puede entender la Venezuela en la que triunfó Chávez sin entender el proceso que llevó al Caracazo".

Venezuela había vivido en la década de los 60 y 70 una época dorada con una situación económica que era la envidia de gran parte de los países de la región.


Muchos de ellos estaban por aquel entonces sumidos en conflictos y proliferaban las guerrillas internas.

Además, empezaban a entrar en una espiral de deuda externa de la que tardarían en recuperarse.

Venezuela, por el contrario, prosperaba gracias al boom económico impulsado por la industria petrolera y atraía a inmigrantes de muchos lugares de Latinoamérica.

 
El Helicoide, un edificio emblemático de Caracas, es una muestra del poderío económico de Venezuela en los 60 y 70. Iba a tener 300 tiendas de lujo, un helipuerto, tecnología de punta y un hotel, entre otras cosas.

"A aquella época dorada se la conoció como la de la Venezuela saudita, por el parecido de la situación venezolana con la de Arabia Saudita, país lejano pero también rico y productor de petróleo", señala Olmo.

Pero aquella bonanza se terminó.

En la década de los 80 la enorme deuda externa, la crisis cambiaria, la inflación, la corrupción, la fuga de capitales, el abuso de poder y, sobre todo, la caída del precio del crudo sumieron al país en una enorme crisis.

El historiador de la Universidad Católica Andrés Bello Tomás Straka aseguró a BBC Mundo que los gobiernos de Jaime Lusinchi y su antecesor, Luis Herrera, no supieron darle respuesta.

Carlos Andrés Pérez, quien ya había dirigido el país durante los años de auge económico (de 1974 a 1979), asumió en febrero de 1989 un nuevo mandato como presidente.

Muchos vieron en él la esperanza para salir de unos problemas que habían pasado ya de lo económico a lo social y que habían llevado a que comenzaran a escasear los alimentos.


Carlos Andrés Pérez fue presidente de Venezuela entre 1974 y 1979 y entre 1989 y 1993.

"La gente pensaba que él podía mágicamente volver a los años 70", recuerda el historiador Straka.

Pero con la presidencia de Pérez no vino un milagro, sino lo que se conoce como "el gran viraje".

El estallido social


El recién elegido presidente anunció una serie de medidas económicas que acabarían siendo conocidas como el paquetazo.

Se trató de un plan acordado con el Fondo Monetario Internacional que exigía grandes ajustes macroeconómicos.


El paquetazo buscaba hacer de Venezuela, sustentada mayoritariamente por el Estado y los petrodólares, una economía de libre mercado en la que hubo recorte de gastos y aumentos de las tarifas de los servicios públicos.

Blanco Muñoz afirma que "Pérez había prometido en su primer gobierno una cruzada contra la pobreza, porque los anteriores no habían acabado con ella. Pero no hubo mejoras sustanciales ni en la educación, la economía ni en la política y eso llevó a una situación insufrible que adquiere en el Caracazo su máxima expresión".

El descontento estalló en Caracas "y después se extendió a otras zonas del país como piezas de dominó", recuerda Straka.


La protesta se inició en una ciudad a las afueras de Caracas y se expandió al resto del país como piezas de dominó.

Todo se inició en Guatire, una ciudad satélite de la capital venezolana, cuando la población local empezó a protestar por el aumento del precio del pasaje en el transporte público. Apenas el día anterior se había incrementado el costo de la gasolina.

Se quemaron autobuses, se cortaron calles, se formaron barricadas y después comenzó el saqueo a comercios. La ola de violencia se extendió de Guatire a casi todo el país.

La gente se sumó en masa a la protesta harta por la situación económica y los ajustes de Carlos Andrés Pérez.

Todo eso, aderezado con escándalos de corrupción que involucraban a las más altas esferas del poder, con asesinatos de estudiantes y con una política gubernamental que no dudaba en reprimir las protestas.


El ejército salió a patrullar las calles ante la impotencia de la policía para contener la protesta que se había iniciado en Guatire, una ciudad cercana a Caracas.

El Caracazo fue un precedente de mano dura gubernamental.

El ejército acabó tomando el control de la situación ante la incapacidad de la policía de restablecer el orden. Y lo hizo derramando sangre.

La represión


Las protestas dejaron 276 muertes, según la cifra oficial reconocida por el fiscal general. Pero las ONG denuncian que nunca se ha hecho una investigación exhaustiva de lo ocurrido, primero en Caracas y después en el resto del país, el 27 de febrero de 1989.

Las víctimas mortales, según algunas asociaciones civiles, pueden llegar a los tres millares.


La protesta social acabó siendo una revuelta en la que hubo violencia, vandalismo, saqueos y represión de las autoridades.

Para la ONG Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) fue una auténtica "masacre", señaló en un duro informe que hizo sobre el balance de víctimas y fallecidos durante las protestas.

"Una de las más graves violaciones de derechos humanos de la Venezuela contemporánea", se lee en el documento.

Esta organización no solo denunció que nunca se pudiera contabilizar el número real de muertos en las protestas, sino también la brutalidad policial: uso de artillería pesada, la suspensión de garantías, personas desaparecidas, torturas, tribunales militares y fosas comunes.

El propio gobierno de Nicolás Maduro, sucesor de Chávez, ha presumido en reiteradas ocasiones de que en Venezuela ya no se aplica la represión que se vio en el Caracazo del 89.


El gobierno de Nicolás Maduro siempre ha presumido de no usar la fuerza contra la población como se hizo durante "el Caracazo" del 89, pero oposición y ONG denuncian también mano de hierro por parte de las autoridades.

"Eso ya es historia", ha llegado a decir el presidente en reiteradas ocasiones.

"Nunca más un 27 de febrero, por eso surgió un Chávez, porque a la patria la despedazaron, la saquearon y el pueblo estaba huérfano y perseguido".

Sin embargo, algunos aprecian semejanzas entre la dureza con la que fueron reprimidas las protestas de hace 30 años con la actuación de la Guardia Nacional, la policía y los grupos paramilitares progubernamentales conocidos como "colectivos" en las movilizaciones de la oposición en 2014, 2017 y también ahora con el desafío planteado por Juan Guaidó, que se proclamó el 23 de enero "presidente encargado" y desafió a Maduro.

Chávez y la capitalización del descontento


Una pregunta que se hacen muchos en la actualidad es hasta qué punto ese descontento que provocó el Caracazo jugó un papel en la llegada de Chávez al poder.

El 4 de febrero de 1992, el entonces teniente coronel lideró un intento de golpe de Estado que fracasó.


Aunque terminó con Chávez dirigiendo, a través de los medios de comunicación, un mensaje a sus compañeros golpistas en el que llamó a que depusieran las armas para "evitar más derramamiento de sangre".

De ese mensaje, llamó la atención que, con su boina roja de paracaidista, Chávez asume toda la responsabilidad del movimiento, algo a lo que no estaban acostumbrados los venezolanos.


Hugo Chávez fue considerado un líder carismático que consiguió el apoyo de grandes masas de gente, especialmente de la clase más desfavorecida.

Blanco Muñoz recuerda "que en los años anteriores todos los gobiernos culpaban de su fracaso a los anteriores".

Chávez dijo que sus objetivos no se habían cumplido "por ahora".

"Aquella frase impactó al público y ayudó a construir el mito del militar del pueblo que luego explotaría políticamente hasta su muerte", afirma el corresponsal de BBC Mundo en el país, Guillermo Olmo.

Tras ser indultado, Chávez salió de la cárcel hablando de formar un gran frente nacional para transformar el país. Ganó las elecciones en 1998.

¿Fue fruto del Caracazo?


Asociaciones civiles denunciaron el uso de armamento pesado y disparos de cintura para arriba por parte del ejército durante las protestas.

Para Straka, sí que pudo ayudar a Chávez en su llegada al poder, pero también contribuyeron el desgaste, el descrédito del gobierno, el descontento de la población por la situación de pobreza, el apoyo del ejército y el hecho de que Chávez era una figura carismática.

Paralelismos y diferencias hoy


Observadores como Blanco Muñoz ven paralelismos entre la Venezuela del Caracazo y la situación actual, cuando el colapso de la economía y la represión de las multitudinarias movilizaciones de sus detractores ponen en cuestión la continuidad en el poder del presidente Maduro, tildado por otros países de "dictador".

"El desastre de entonces se ha multiplicado, y no podemos olvidar que hoy la policía está matando y torturando", denuncia.

Straka también ve similitudes.


Hace apenas dos meses, Juan Guaidó era un completo desconocido, pero ha sabido unir a sectores de la población y a la oposición bajo su figura.

"La sociedad está muy indignada por el empobrecimiento. Incluso las cifras (de nivel de pobreza) son muy parecidas".

Y también, al igual que ocurrió con Chávez, hay una figura que hasta ahora era desconocida y que está gozando de altos niveles de popularidad. Esta vez es la de Juan Guaidó.

Aunque también hay diferencias.

"Esta vez el gobierno sí ha sabido manejar mejor el control de la protesta, por la mala", dice Straka.

El historiador cree que esto se debe en parte al control que el gobierno de Maduro tiene sobre los medios de comunicación, "que no muestran lo que ocurre y no permite el efecto contagio a otras zonas del país, haciendo creer a la gente que en Venezuela no pasa nada".

Y ve otra diferencia: el control que tiene Maduro sobre el ejército, aunque lo cree relativo, y el de la sociedad, "especialmente de los sectores populares, forjado a través del reparto de alimentos por parte de una red muy bien estructurada del partido del gobierno que conoce hasta los nombres de la gente".