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jueves, 10 de diciembre de 2015

Sahara español: El fin del Imperio

Huida del Sáhara. La última traición del Imperio español

El historiador José Luis Rodríguez publica 'Agonía, traición, huida', la historia de cómo los políticos españoles regalaron el Sáhara a Marruecos mientras Franco agonizaba


La Marcha Verde se aproxima a la frontera española.

DANIEL ARJONA - El Confidencial


Aquella tarde de octubre de 1975 el gobernador general del Sáhara Español, Federico Gómez de Salazar, recibió un sobre anónimo en su residencia. Al abrirlo con despreocupación encontró cuatro plumas en su interior, símbolo universal de cobardía militar desde la publicación, a finales del siglo XIX, de la novela 'Las cuatro plumas', de A.E.W. Mason. Con el rostro demudado, y según los testigos, el general sólo logró exclamar: “¿Por qué a mí?”
Era “un mensaje tan malévolo como injusto”, afirma José Luis Rodríguez Jiménez, historiador y autor de ‘Agonía, traición, huida. El final del Sáhara español’ (Crítica, 2015), el libro en el que narra los últimos estertores del Imperio español en África cuarenta años después de la Marcha Verde. A fin de cuentas, Gómez Salazar evacuaba los territorios españoles por orden de unos políticos incapaces de reaccionar pendientes de la agonía del dictador.


Tropas nómadas. Fondo Antonio Bustamante

La huida atolondrada del Sáhara español nunca fue explicada, tuvo desagradables consecuencias económicas, diplomáticas y militares para nuestro país, afectó dramáticamente a los saharauis que vivían en aquel territorio y todavía soporta hoy un pesado manto de silencio que veta el acceso de sus principales documentos y archivos a los historiadores. "Es una situación anómala por varias razones", explica Rodríguez a El Confidencial."De entrada porque para los archivos españoles sigue rigiendo una ley de la dictadura, la Ley de Secretos Oficiales de 1968 que ningún gobierno democrático se ha atrevido a cambiar. Y así lo ocurrido en el Sáhara o Guinea permanece como Materia Reservada cuarenta años después. Yo pedí permiso para consultar el archivo de Presidencia con el fin de consultar las actas de los consejos de ministros y me lo denegaron".
El Gobierno tiene miedo de molestar a Marruecos y por eso no permite el acceso a los archivos
¿Qué intereses dificultan la investigación de aquellos lejanos hechos? "Numerosos", responde Rodríguez: "Primero, el Gobierno actual tiene miedo de molestar a Marruecos. Segundo, también temen que salga a la luz lo tremendamente mal que lo hizo el ejecutivo de entonces y en qué situación deja hoy a nuestro país: España se comprometió a descolonizar y nunca lo hizo. Y en tercer lugar se me ocurre que, de la dictadura a la democracia, las sagas continúan y los hijos y nietos de aquellos que tomaron las decisiones entonces detentan en la actualidad responsabilidades políticas y militares. Y prefieren que no se hable del asunto".


Vista aérea de los cuarteles de Smara

El 6 de noviembre de 1975, 350.000 marroquíes concentrados en Tarfaya iniciaron, en coches y a pie a través del pedregoso desierto, la Marcha Verde en dirección a El Aaiún, capital de la provincia colonial española donde los milicianos saharauis del Frente Polisario comenzaban a movilizarse para resistir. Entres ambos, las desorientadas tropas españolas incapaces de manejar la inteligente maniobra "pacífica" ideada por el monarca Hasán II para lograr su retirada definitiva. ¿La guerra anduvo cerca?
El conflicto bélico fue la excusa de una parte de los políticos franquistas para largarse del Sáhara
"Que pudiera haber un conflicto bélico fue la excusa de una parte de los políticos franquistas para largarse de allí. Marruecos había situado en el 75 divisiones militrares en la frontera norte de la colonia española. Pero lo cierto es que hubiera sido muy raro que el país norteafricano atacase debido a su manifiesta inferioridad militar, palpable en tierra y abismal en mar y aire. Hasan II no era tonto, al contrario. Era un diplomático muy hábil que jugó la carta de la voluntad marroquí de apropiarse el Sáhara, de no cejar en el empeño contando con que los españoles estaban a otra cosa".


Recibimiento en el aeropuerto de El Aaiún a las autoridades españolas

Nada resultó obvio en todo aquel desastre. José Luis Rodríguez relata el papelón de los diplomáticos españoles en Naciones Unidas que trabajaron por una desconolización que legara el territorio a manos saharauis hasta el último momento, hasta que sonó el teléfono y desde España les ordenaron que no insistieran más en el tema. Las élites políticas españolas barrían así a toda prisa los problemas exteriores para centrarse en el misterioso horizonte que estaba a punto de abrirse a la muerte de Franco.
Y España no sólamente no descolonizó sino que entregó el territorio y lo perdió todo. "Fue una doble dejación de responsabilidad", denuncia Rodríguez: "de la diplomacia y de la economía. Porque España había metido mucho dinero en el Sáhara en los años 60 y 70, en sanidad, educación, carreteras, minas, etc. Cuando los ingleses se marchaban de un país firmaban siempre convenios de colaboración con ese país que les beneficiaban. Nosotros se lo regalamos todo a Marruecos".


Clase de árabe en el Colegio Menor de la Sección Femenina

'Agonía, traición, huida' no sólo brinda gran historia, también ofrece al lector todo un botín de experiencias personales de los protagonistas que vivieron aquellos meses finales de 1975. El 6 de noviembre, cuando la "marabunta" -como la bautizaron los españoles- de hombres, mujeres y niños acampaba en el desierto con sus banderas rojas tras penetrar más de tres kilómetros en tierrras saharauis, el soldado médico Cornella escribe a su familia. Relata cómo la muchedumbre abraza a los soldados españoles y reza a Alá, y se muestra alborozado de vivir y fotografiar tamaña "aventura". "La cosa va bien",  escribe. Pero una sorpresiva posdata cierra su misiva:
"Última hora. Los de la Agrupación de Tropas Nómadas han embarcado este mediodía hacia Canarias. La retirada ha empezado".

martes, 5 de mayo de 2015

España: La ocupación del Sahara Occidental

Con 7.500 pesetas de los fondos reservados, España ocupó el Sahara Occidental

Javier Sanz - Historias de la Historia


Ya hablamos de cómo España abandonó el Sahara (Historia de una deuda moral con el pueblo saharaui)…

España abandonó a su suerte al pueblo saharaui. Pasaron del dominio español a la ocupación militar marroquí­.
Hoy vamos a hablar de cómo entramos allí… Esta es la historia de cómo Emilio Bonelli consiguió ocupar el Sahara Occidental con 7.500 pesetas (45 euros).


Emilio Bonelli

Eduardo Bonelli, un ingeniero agrónomo italiano, se estableció en Zaragoza donde conoció a Isabel Hernando. Allí nacería en 1855 el protagonista de nuestra historia… Emilio Bonelli. Tras fallecer su mujer, Eduardo y su hijo iniciaron un viaje que los llevó a Marsella, Argel, Túnez y Tánger. Este periplo le sirvió al pequeño Emilio para hablar perfectamente español, italiano, francés y árabe. En 1869, con apenas 14 años, su padre falleció por el cólera y Emilio tuvo que buscarse la vida. Gracias a los diversos idiomas que hablaba, consiguió trabajo como traductor en el Consulado de España en Rabat con un suelo de 50 pesetas al mes. A los 20 años fue llamado a filas y decidió ingresar en la Academia de Infantería de Toledo que pudo costearse con traducciones y con la ayuda de sus compañeros. En 1878 se graduó como alférez y fue destinado al Regimiento de la Princesa nº 4 con sede en Madrid. Además de sus obligaciones castrenses, también tuvo tiempo para poner en orden las cuentas del Ayuntamiento de Madrid, por lo que recibió una compensación de 3.000 ptas. Pidió una excedencia y empleó el dinero en viajar por Marruecos como civil: Tánger, Rabat, la cuenca del río Sebú, Garb, Fez y Mequinez (Meknes).

A su regreso en 1882, dio una conferencia en la Sociedad Geográfica de Madrid sobre su viaje, en la que se podía vislumbrar su apuesta por la colonización de Marruecos. Aprovechando que varios pesqueros canarios habían sido atacados cerca de la costa marroquí, presentó un proyecto al Ministro de la Guerra, Genaro Quesada Mathews, para ocupar la costa -que en aquellos momentos estaban fuera del alcance del sultán de Marruecos- y proteger a los pescadores, pero su propuesta fue rechazada por el Ministro. Como buen maño -tozudos donde los haya- no se dio por vencido, se dirigió directamente al palacio de Buenavista para exponer su idea al Presidente del Consejo de Ministros Cánovas del Castillo. Éste, se mostró encantado con la propuesta y para no tener problemas con el resto de su gabinete, ni menoscabar la autoridad de Genaro Quesada, decidió financiar la aventura con 7.500 pesetas de los fondos reservados de la época (a disposición del Presidente y sin necesidad de justificación).

En 1884, Emilio Bonelli -“en solitario y provisto sólo de chilaba, babuchas, morral, una tetera y una pipa de kifi“-, partió hacia Tenerife. Allí, como hombre de negocios, alquiló el velero Ceres y partió hacia la zona con grupo de exploradores españoles. El 4 de noviembre, sin ningún apoyo militar, el grupo desembarcó en la costa, construyeron una caseta e izaron la bandera española en lo que luego será Villa Cisneros, la capital.



Durante casi dos meses, Emilio y su grupo izaron la bandera en varios puntos más (Puerto Badía, Puerto Gatell…). Además, utilizando su perfecto conocimiento del árabe, estableció varios tratados con las tribus de la zona tomando posesión de un territorio comprendido entre Cabo Bojador al norte y Cabo Blanco al sur. Por una vez en la historia de España se actuó con rapidez y, aprovechando la Conferencia de Berlín, celebrada entre el 15 de noviembre de 1884 y el 26 de febrero de 1885, en la que se planteaba la expansión colonial en África -“el reparto literal de África“-, se puso en conocimiento de las potencias coloniales los hechos consumados y se presentó la Declaración de Protectorado Español del Sahara Occidental con las limitaciones establecidas al norte y sur por los cabos y hacia el interior del continente hasta encontrar otra potencia colonial. Sin un solo tiro y con 7.500 pesetas, que sirvieron para costear el viaje y comprar alguna que otra voluntad, España se hizo con el Sahara Occidental.