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domingo, 27 de julio de 2025

Peronismo: Perón vendió armas a Pinochet en secreto

En secreto, Perón le vendió armas a Pinochet en 1973 por 24 millones de dólares

  • Dos decretos confidenciales del fundador del PJ y de Isabel Perón, recientemente desclasificados, revelan la operación que significó un fuerte respaldo a la dictadura chilena. Se trata de miles de proyectiles para fusiles de combate FAL, 2.000 pistolas ametralladoras PAM y 6 mil pistolas Browning calibre 9 mm.

Por Daniel Santoro para Clarín

Los dictadores Peron y Pinochet se reúnen el 16 de mayo de 1974 en la base aérea de Morón.

Pese a su elogio a las “formaciones especiales” en alusión a Montoneros y a su coqueteo con ideas de izquierda, Juan e Isabel Perón como presidentes de la Argentina vendieron en secreto casi 3,5 millones de dólares en armas y municiones a la sangrienta dictadura del general Augusto Pinochet.

Las entregas de miles de proyectiles para fusiles de combate FAL, 2.000 pistolas ametralladoras PAM y 6 mil pistolas Browning calibre 9 mm fueron autorizadas pro los decretos secretos 382 y de 1973 y 1140 de 1974, que el gobierno de Javier Milei desclasificó recientemente y a los que accedió Clarín. Al dólar actual, la operación fue por unos 24 millones de dólares.

La primera venta se concretó el 26 de noviembre de 1973, seis meses antes de la histórica reunión entre Perón y Pinochet en la base de la Fuerza Aérea en Morón.

Y la segunda, en octubre de 1974, cinco meses después de la muerte del líder del justicialismo. El 1° de Mayo Perón había roto definitivamente con Montoneros -aliados de la izquierda chilena- a quienes los echó de Plaza de Mayo.

La presidenta María Estela Martínez de Perón recibe el19 de abril de 1975 a Pinochet.

Aunque el 19 de septiembre de ese año, el presidente provisional Raúl Lastiri por orden de Perón tras la renuncia de Héctor Cámpora un aliado de Montoneros, había sido uno de los primeros gobiernos en reconocer a la dictadura de Pinochet que estaba aislada en el concierto internacional.

El historiador y analista político Rosendo Fraga explicó a Clarín que esas entregas de armamento fueron “coherentes con la estrategia de Perón quien había visto que se venían regímenes de derecha en América Latina” tras los avances de grupos guerrilleros y había comisionado un enviado especial para tomar contacto con Pinochet.

Fraga se refirió al Acta Secreta N° 8 del 24 se Septiembre de 1973 de la junta militar chilena que habla de la :“Presencia de un representante oficial de Perón en Chile que trae ayuda material y el respaldo argentino a la Junta”, tal como contó el periodista y director de la Escuela de Inteligencia de la SIDE, Tata Yofre. Es decir, a 13 días del golpe, Perón ya había apoyado a la dictadura chilena.

Perón envío 2 mil ametralladora PAM a Pinochet como esta.

En coincidencia con esa estrategia secreta, en declaraciones al “Il Giornale D’Italia”, Perón destacó que la caída de Salvador Allende había cerrado “la única válvula de escape para la guerrilla argentina”, a la que había ordenado "aplastar".

Para Fraga el giro de Perón hacia la derecha se vio en la lucha por el control del palco en Ezeiza tras el regreso del fundador del PJ, el 20 de junio de 1973. En la denominada "Masacre de Ezeiza", el "coronel Osinde termina controlando el palco en un enfrentamiento con Montoneros" y esa fue la "primera ruptura de Perón" con esa "formación especial. Los decretos de ventas de armas a Chile "son una manifestación más de esa postura de Perón", agregó.

Mientras Perón, vestido con uniforme de general, saludaba a Pinochet en la base aérea de Morón, hubo una marcha en la Plaza Dos Congresos de repudio a la visita del dictador chileno convocada por la Coordinadora de Movimiento de Ayuda a Chile (COMACH) de la que participaron los diputados del Peronismo de Base, como Rodolfo Ortega Peña, entre otros, el presidente de la Federación Universitaria Argentina, Federico Storani, Jesús Mira del PC y diversas fuerzas de izquierda.

Pinochet había comenzado una represión ilegal de los seguidores de Allende y de la oposición que dejó un saldo de 3.200 asesinados y 1.162 desaparecidos y sería el modelo que en 1976 seguiría la dictadura del Proceso de Reorganización Nacional en Argentina.

Storani recordó a Clarín que aquella fue una concentración multitudinaria y que además estuvieron Miguel Godoy, Secretario General de la FUA y Hugo Piucil de Río Negro quien luego fue diputado nacional e integrante de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personales (CONADEP).

El decreto secreto de Perón de 1973 que autoriza la venta de armas a Chile.

Otro que se sumó a las críticas por la visita fue Miguel Unamuno, entonces presidente del Concejo Deliberante de la Capital, quien declaró a Pinochet como persona no grata en la Capital Federal. Y Perón le contestó así: "vea Unamuno, yo como presidente de la República tengo dos funciones: las relaciones exteriores y la defensa nacional, mientras que ustedes, en el Concejo Deliberante, tienen tres: Alumbrado, Barrido y Limpieza”.

El decreto 382 de Perón autorizaba a la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM) a exportar a Carabineros de Chile: entre otros insumos, 2.000 pistolas ametralladoras PA3 “DM”, 20 millones de cartuchos calibre 7,62 mm NATO para fusiles de combate FAL y 15.000 granadas lacrimógenas. Carabineros es el símil de la Gendarmería Nacional y tuvo un papel clave en la represión ilegal de la dictadura de Pinochet, tras el golpe al presidente Salvador Allende del 11 de septiembre de 1973.

La operación fue realizada bajo condiciones FOB y con entrega en el paso fronterizo de Las Cuevas, Mendoza, y con exenciones aduaneras y fiscales, amparadas por decretos previos.

Perón envio 6 pistolas 9 mm de Fabricaciones Militares como esta a Pinochet.

Los decretos, que fueron recientemente desclasificados por el Archivo General de la Nación que dirige Emilio Perina, fueron firmados por Perón y a tres de sus ministros: Ángel Robledo (Defensa), Alberto Vignes (Relaciones Exteriores) y José Ber Gelbard (Economía). Gelbard lo suscribió a pesar de que tenía vínculos con el Partido Comunista y otros grupos de izquierda.

Y en el decreto de Isabel fue suscripto por Gelbard, Vignes y el ministro de Defensa, Adolfo Savino. El decreto 1140 detalla la entrega de 6 mil pistolas Browning calibre 9 mm a Carabineros por 612 mil dólares.

En simultáneo a la primera venta secreta, Perón permanecía en su residencia de Vicente López, ausente de la Casa Rosada debido a una afección bronquial. Los diarios de esos días informaban que su estado de salud empeoraba gradualmente, y que la vicepresidenta María Estela Martínez de Perón, junto a José López Rega, el creador de la Alianza Anticomunista Argentina (la triple AAA) para combatir a Montoneros, iban tomando espacios de poder en el gobierno.

El decreto secreto de Isabel Perón que autoriza la venta de armas a Chile.

La decisión concreta establecida por el decreto fue la autorización de exportación de armamento y municiones, con intervención de Fabricaciones Militares, y la orden de dar una facilitación operativa a la Aduana para que no controlara la carga secreta. Uno de los artículos del decreto destacaba que no se verificaría el contenido del cargamentoo, confiando en la declaración de la DGFM, y que se contrataría un seguro por “riesgos extraordinarios”, seguramente vinculado con el transporte de cargas explosivos.

Los considerandos del decreto justifican la operación como parte de una política de “cooperación regional y fortalecimiento institucional”. Pero al contrastar el lenguaje técnico del documento con el contexto represivo chileno —y la pasividad del gobierno de Perón frente a las denuncias internacionales—, resulta difícil no leer esta exportación como un apoyo a Pinochet, como interpretó Rosendo Fraga.

El historiador Eduardo López, académico de la Universidad Diego Portales y de la Universidad Alberto Hurtado, confirmó la existencia de un acta de la Junta Militar chilena que señala en 1973 “la presencia de un representante oficial de Perón en Chile que trae ayuda material y el respaldo argentino a la Junta”, explica.

"En otras sesiones de la Junta, el tema no volvió a tratarse, y no hay registro de algún encuentro entre el enviado de Perón y alguna autoridad chilena”, agregó.

López enfatiza que se trataba de un momento delicado para el régimen de Pinochet, marcado por el aislamiento diplomático tras el golpe de Estado. “La dictadura necesitaba encontrar apoyos. Quizás fue más una acción de respaldo informal y no oficial de Perón hacia la Junta”, añade. Según su lectura, Perón solía operar mediante gestos ambiguos: “Era muy amigo de entregar esos apoyos, pero sin oficializarlos”.

La existencia del decreto firmado por Perón y sus ministros era un dato desconocido. López señala que en Chile no existe registro exacto del tipo de ayuda material entregada, ni de su recepción efectiva. “De acuerdo a fuentes más documentadas, apoyo militar concreto nunca existió desde Argentina a Chile. No se conoce de aquello”, afirma. Incluso obras exhaustivas como Pinochet: Una biografía de Mario Amorós no mencionan esta exportación.

Sede centrla de Fabricaciones Militares en CABA.

Entonces, López destaca que “la entrega de material y pertrechos por parte del gobierno de Perón es una novedad”, aunque advierte que para entonces el mandatario ya se encontraba gravemente enfermo. “Después de esa bronquitis, terminó falleciendo. Hay que ordenar bien las fechas: López Rega y la viuda de Perón ya estaban tomando el control del gobierno. No descarto que Perón estuviera de acuerdo con la ayuda, pero operativamente ya no estaba al mando”.

Desde la perspectiva de las relaciones internacionales, López aclara que “en rigor, los países y sus líderes no tienen temas personales: tienen intereses”. Así, la colaboración entre Perón y Pinochet no necesariamente obedece a afinidades ideológicas, sino a intereses coincidentes. “Los movimientos guerrilleros a ambos lados de la cordillera pudieron ser catalizadores de esta cooperación entre dos personalidades que no tenían mucha afinidad” entre sí, finalizó el historiador chileno.

Informe: Raimundo Döll


PUNTEO Información ordenada cronológica o lógicamente

1. La primera venta se concretó el 26 de noviembre de 1973.

Texto Original: “La primera venta se concretó el 26 de noviembre de 1973, seis meses antes de la histórica reunión entre Perón y Pinochet en la base de la Fuerza Aérea en Morón.”

2. El 1° de Mayo Perón había roto definitivamente con Montoneros.

Texto Original: “El 1° de Mayo Perón había roto definitivamente con Montoneros -aliados de la izquierda chilena- a quienes los echó de Plaza de Mayo.”

3. El 19 de septiembre de ese año, el presidente provisional Raúl Lastiri por orden de Perón tras la renuncia de Héctor Cámpora había sido uno de los primeros gobiernos en reconocer a la dictadura de Pinochet.

Texto Original: “Aunque el 19 de septiembre de ese año, el presidente provisional Raúl Lastiri por orden de Perón tras la renuncia de Héctor Cámpora un aliado de Montoneros, había sido uno de los primeros gobiernos en reconocer a la dictadura de Pinochet que estaba aislada en el concierto internacional.”

4. El 20 de junio de 1973 se produjo la Masacre de Ezeiza, la primera ruptura de Perón con Montoneros.

Texto Original: “En coincidencia con esa estrategia secreta, en declaraciones al “Il Giornale D’Italia”, Perón destacó que la caída de Salvador Allende había cerrado “la única válvula de escape para la guerrilla argentina”, a la que había ordenado 'aplastar'. Para Fraga el giro de Perón hacia la derecha se vio en la lucha por el control del palco en Ezeiza tras el regreso del fundador del PJ, el 20 de junio de 1973. En la denominada 'Masacre de Ezeiza', el 'coronel Osinde termina controlando el palco en un enfrentamiento con Montoneros' y esa fue la 'primera ruptura de Perón' con esa 'formación especial.”

5. La segunda venta se concretó en octubre de 1974, cinco meses después de la muerte de Perón.

Texto Original: “Y la segunda, en octubre de 1974, cinco meses después de la muerte del líder del justicialismo.”


DESTACADOS Textuales, testimonios y declaraciones

Acta Secreta N° 8: Presencia de un representante oficial de Perón en Chile que trae ayuda material y el respaldo argentino a la Junta

Perón: vea Unamuno, yo como presidente de la República tengo dos funciones: las relaciones exteriores y la defensa nacional, mientras que ustedes, en el Concejo Deliberante, tienen tres: Alumbrado, Barrido y Limpieza

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DATOS Tabla con cifras extraídas del original

Venta de Armas
DescripciónValor
Millones de dólares que costaron las armas y municiones vendidas por Argentina a la dictadura de Pinochet3,5
Pistolas ametralladoras PAM vendidas a la dictadura de Pinochet2000
Pistolas Browning calibre 9 mm vendidas a la dictadura de Pinochet6000
Fechas Importantes
DescripciónValor
Año en que se concretó la primera venta de armas1973
Año en que se concretó la segunda venta de armas1974
Año en que Perón apoyó a la dictadura chilena1973
Decretos
DescripciónValor
Número del primer decreto secreto que autorizó la venta de armas382
Número del segundo decreto secreto que autorizó la venta de armas1140
Represión de la Dictadura de Pinochet
DescripciónValor
Número de asesinados durante la represión ilegal de la dictadura de Pinochet3200
Número de desaparecidos durante la represión ilegal de la dictadura de Pinochet1162
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FAQ Información como preguntas frecuentes

1. ¿A quién le vendió armas Perón en secreto en 1973?

A la dictadura del general Augusto Pinochet.

2. ¿Cuánto dinero representó la venta de armas a Pinochet en 1973?

Aproximadamente 24 millones de dólares.

3. ¿Cuándo se concretó la primera venta de armas a Pinochet?

El 26 de noviembre de 1973.

4. ¿Quiénes participaron en la marcha de repudio a la visita de Pinochet en Argentina?

Diputados del Peronismo de Base, el presidente de la Federación Universitaria Argentina, Jesús Mira del PC y diversas fuerzas de izquierda.

5. ¿Cuántos asesinados y desaparecidos dejó la represión ilegal de Pinochet?

3.200 asesinados y 1.162 desaparecidos.

6. ¿Quiénes firmaron los decretos de venta de armas a Chile?

Perón y tres de sus ministros: Ángel Robledo (Defensa), Alberto Vignes (Relaciones Exteriores) y José Ber Gelbard (Economía).

7. ¿Qué papel tuvo Carabineros de Chile en la represión ilegal?

Tuvo un papel clave en la represión ilegal de la dictadura de Pinochet.

8. ¿Quiénes estaban tomando espacios de poder en el gobierno argentino mientras Perón estaba enfermo?

La vicepresidenta María Estela Martínez de Perón, junto a José López Rega.

9. ¿Qué tipo de ayuda material trajo el representante oficial de Perón a Chile?

Ayuda material y el respaldo argentino a la Junta.

10. ¿Quiénes participaron en la marcha de repudio a la visita de Pinochet en Argentina?

Diputados del Peronismo de Base, el presidente de la Federación Universitaria Argentina, Jesús Mira del PC y diversas fuerzas de izquierda.

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GLOSARIO Lista de términos

Palabras clave
PalabraSignificado
FALFusil automático liviano, arma de fuego.
MontonerosGrupo guerrillero argentino de izquierda activo en la década de 1970.
PerónReferente a Juan Domingo Perón, expresidente de Argentina.
PinochetReferente a Augusto Pinochet, expresidente de Chile.
Técnicos
PalabraSignificado
FOBFree On Board, término comercial que indica que el vendedor entrega la mercancía al transportista designado por el comprador en el lugar convenido.
NATOOrganización del Tratado del Atlántico Norte, alianza militar intergubernamental.
Acrónimos y abreviaturas
PalabraSignificado
CONADEPComisión Nacional sobre la Desaparición de Personas.
DGFMDirección General de Fabricaciones Militares.
Términos ambiguos o polisémicos
PalabraSignificado
AyudaPuede referirse a asistencia humanitaria o apoyo militar, dependiendo del contexto.
ControlPuede referirse a supervisión o mando, dependiendo del contexto.
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jueves, 20 de marzo de 2025

CIA: Hitler vivió en Argentina desde 1955

Documentos de JFK muestran que la CIA escuchó rumores de que Adolf Hitler escapó a Sudamérica

Noticias CBS



La CIA estaba al tanto y estaba interesada en los rumores de que el líder nazi Adolf Hitler escapó de Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial y huyó a Sudamérica, según muestran documentos publicados esta semana por la agencia de inteligencia exterior estadounidense.

Se considera un hecho que Hitler se quitó la vida en un búnker en abril de 1945 mientras las fuerzas aliadas se acercaban, pero un agente de la CIA identificado solo con el apodo de "CIMELODY-3" informó a Washington en 1955 que un contacto de confianza le había informado que Hitler estaba vivo y bien, viviendo entre otros expatriados nazis en Colombia que todavía se referían a él como "der Furher".

El agente escribió varios memorandos a la sede de la CIA, que fueron publicados como parte de la divulgación por parte del gobierno estadounidense de documentos relacionados con el asesinato del presidente John F. Kennedy.

El primero de los documentos relevantes al líder nazi es un memorando interno , clasificado como "Secreto" cuando fue enviado el 3 de octubre de 1955. Era de la estación de la CIA en Caracas, Venezuela, y decía que su contacto en Colombia le había mostrado a CIMELODY-3 una fotografía que supuestamente mostraba a otro oficial nazi fugitivo de pie junto a Hitler.

El 29 de septiembre de 1955, se mostró la foto a CIMELODY-3 para obtener su opinión sobre la posible veracidad de esta fantástica historia. Obviamente, CIMELODY-3 no estaba en condiciones de hacer comentarios. Sin embargo, tomó prestada la fotografía el tiempo suficiente para que esta Estación pudiera tomar las medidas que considerara oportunas, dice el memorando.

La granulada fotografía en blanco y negro sin duda muestra a un hombre que se parece al líder del Tercer Reich alemán, pero el escepticismo de la CIA es evidente en los comentarios.

De los documentos se desprende que CIMELODY-3 nunca conoció a la fuente real de la información, un ex soldado nazi de las SS identificado por la CIA como Phillip Citroen.

Citroën supuestamente le dijo a la fuente del agente de la CIA que conoció a "Hitler" en Tunja, Colombia, en 1954, un lugar que describió como "superpoblado por ex nazis alemanes".

Según CITROËN, los alemanes residentes en Tunja siguen a este supuesto Adolf Hitler con una idolatría del pasado nazi, llamándolo 'der Führer' y ofreciéndole el saludo nazi y adulación de soldado de asalto, según un segundo memorando enviado desde la oficina de campo de la CIA en Maracaibo a Washington a finales de octubre de 1955.

El Miami Herald informa que una carta enviada el mes siguiente, también publicada junto con los documentos de JFK, muestra que altos funcionarios de la CIA en Washington habían perdido interés en el asunto.

"Se considera que los enormes esfuerzos dedicados a confirmar los rumores podrían extenderse en este asunto, con escasas posibilidades de establecer algo concreto", cita la carta del Herald. "Por lo tanto, sugerimos que se desestime este asunto".

Según el Herald, esa fue la última mención de "Hitler" en Colombia por parte de la CIA, al menos en los documentos hechos públicos unos 60 años después.




Transcripción (inglés):

Secret
CLASSIFICATION

DISPATCH NO.: HWCA-2592
DATE: 3 October 1955

TO: Chief, WHD
FROM: Acting Chief of Station, Caracas /c/B
INFO: Bogotá
Buenos Aires
Maracaibo

SUBJECT GENERAL: Operational
SPECIFIC: Adolph HITLER

MICROFILMED
JUL 26 1963
DOC. MICRO. SER.

  1. On 29 September 1955, CIMELODY-3 reported the following. Neither CIMELODY-3 nor this Station is in a position to give an intelligent evaluation of the information and it is being forwarded as of possible interest.

  2. CIMELODY-3 was contacted on 29 September 1955 by a trusted friend who served under his command in Europe and who is presently residing in Maracaibo. CIMELODY-3 preferred not to reveal the identity of his friend.

  3. CIMELODY-3's friend stated that during the latter part of September 1955, a Phillip CITROEN (former German SS trooper) stated to him confidentially that Adolph HITLER is still alive. CITROEN claimed to have contacted HITLER about once a month in Colombia on his trip from Maracaibo to that country as an employee of the KNSM (Royal Dutch) Shipping Company. CITROEN indicated that HITLER left Colombia for Argentina around January 1955. CIMELODY-3’s friend stated that he took a picture with HITLER not too long ago, but did not show it. He also commented that, inasmuch as ten years have passed since the end of World War II, the Allies could no longer prosecute HITLER as a criminal of war.



Traducción al español:

Secreto
CLASIFICACIÓN

NÚMERO DE DESPACHO: HWCA-2592
FECHA: 3 de octubre de 1955

PARA: Jefe, WHD
DE: Jefe Interino de Estación, Caracas /c/B
INFORMACIÓN: Bogotá
Buenos Aires
Maracaibo

ASUNTO GENERAL: Operacional
ESPECÍFICO: Adolph HITLER

MICROFILMADO
26 JUL 1963
DOC. MICRO. SER.

  1. El 29 de septiembre de 1955, CIMELODY-3 informó lo siguiente. Ni CIMELODY-3 ni esta Estación están en posición de hacer una evaluación inteligente de la información, por lo que se envía como un posible dato de interés.

  2. CIMELODY-3 fue contactado el 29 de septiembre de 1955 por un amigo de confianza que sirvió bajo su mando en Europa y que actualmente reside en Maracaibo. CIMELODY-3 prefirió no revelar la identidad de su amigo.

  3. El amigo de CIMELODY-3 declaró que a finales de septiembre de 1955, Phillip CITROEN (exsoldado de las SS alemanas) le informó confidencialmente que Adolph HITLER sigue vivo. CITROEN afirmó haber contactado a HITLER aproximadamente una vez al mes en Colombia durante sus viajes desde Maracaibo a ese país como empleado de la Compañía Naviera KNSM (Real Holandesa). CITROEN indicó que HITLER dejó Colombia con destino a Argentina alrededor de enero de 1955. El amigo de CIMELODY-3 mencionó que se tomó una foto con HITLER hace no mucho tiempo, pero no la mostró. También comentó que, dado que han pasado diez años desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los Aliados ya no podrían procesar a HITLER como criminal de guerra.



domingo, 23 de febrero de 2025

Peronismo: Cuando Eva Perón robó pistolas y ametralladoras a Ballester Molina

 

“Urgente y confidencial”: cómo obligaron a un empresario a venderle 5000 pistolas a la Fundación Eva Perón para crear una milicia obrera

La pistola Ballester Molina Cal.45 junto a un libro que habla de sus características

Una carta de puño y letra de Carlos Ballester Molina, a cargo de la empresa Hafdasa, cuenta cómo en 1951 lo conminaron a vender armamento a la Fundación de la esposa del presidente para proteger a Perón de posibles ataques


Germán Wille

El 28 de noviembre de 1951, a las 8.30 de la mañana, Carlos Ballester Molina hijo, presidente de la fábrica de armas Hafdasa, ingresó a un despacho del Ministerio de Hacienda donde había sido citado, de manera urgente, una hora antes. Allí fue recibido por un subsecretario de esa cartera de apellido Cicarelli que, sin demasiado preámbulo y de manera imperativa, le dijo: “Tengo la orden de la señora Eva Perón de adquirir a ustedes la provisión de 5000 pistolas y 2000 ametralladoras, entrega que deberá hacerse de inmediato y en la forma más confidencial”. La transmisión de esa orden, añadió entonces Cicarelli, provenía directamente del administrador de la Fundación Eva Perón (FEP), a la sazón el ministro de Hacienda del primer gobierno de Juan Domingo Perón, Ramón Cereijo.

El episodio está narrado en una carta que dejó escrita de puño y letra a su familia el propio Carlos Ballester Molina, fallecido en 1997, y a la que LA NACION tuvo acceso de forma exclusiva. En ella, el ingeniero y empresario cuenta, con lujo de detalles, cómo fue “obligado” a vender armas fabricadas por su empresa -las famosas pistolas semiautomáticas Ballester Molina- a la Fundación Eva Perón. Y como, además, hubo gente que le pidió “comisiones” durante la transacción.

Primeras líneas de la carta que Carlos Ballester Molina hijo dejó a sus familiares, escrita en una hoja con membrete
Primeras líneas de la carta que Carlos Ballester Molina hijo dejó a sus familiares, escrita en una hoja con membrete

Gentileza Ignacio Ballester Molina

Si bien la carta no lo dice, el armamento solicitado tenía como destino proteger a Perón de posibles ataques o tentativas para derrocarlo. De hecho, dos meses antes del encuentro en el Ministerio de Hacienda, el 28 de septiembre de 1951, el general Benjamín Menéndez había encabezado un conato de levantamiento contra el presidente. “A partir de ese intento revolucionario, salió la idea, no se sabe si por parte de Eva, que estaba muy enferma, o de alguien que la rodeaba, de que había que dar armas a la CGT a través de la Fundación para hacer una milicia para defender a Perón”, explica a este medio Roberto Azaretto, presidente de la Academia Argentina de Historia y miembro de la Comisión Directiva del Instituto de Historia Militar.

“Sufrí con todo esto durante toda mi vida”

“Obviamente las armas eran para armar la milicia de Perón”, asevera en el mismo sentido Ignacio Ballester Molina, de 51 años, abogado con una maestría en Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas, hijo de Carlos y poseedor de la carta que su papá dejó a su familia para contar la verdad de lo que había pasado con la Fundación. “Las escribió para sus hermanos y para todos en general, porque lo acusaban de ‘peronista’, que él no lo era, por el tema de la FEP y de que él había armado la venta de armas. Incluso se peleó a muerte con uno de sus hermanos”, dice Ignacio, a quien su padre también le dejó documentos oficiales que certifican lo que él había escrito en su misiva.


Ignacio Ballester Molina recibió de manos de su padre la carta en la que este último explicaba cómo lo obligaron a vender armas a la Fundación Eva Perón
Gentileza Ignacio Ballester Molina

“Yo te voy a dar esto solo a vos, porque sabés guardar secretos. No se lo di ni se lo dije a nadie. Pero esto fue lo que pasó y yo sufrí mucho con todo esto durante toda mi vida. Hacé lo que quieras con esto”, le dijo Carlos a su hijo al entregarle la carta en sobre lacrado, apenas unos meses antes de su muerte. “Mi viejo en el momento en que lo llaman de la Fundación tenía 27 años. Se c... todo. Y mi abuelo (Carlos Ballester Molina padre, entonces dueño de Hafdasa) se había ido a Uruguay, porque se había peleado con Perón”, añade Ignacio.

Para poner la situación en contexto, vale decir que para el año 1951, la fábrica Hafdasa, ubicada en la calle Campichuelo 250, en el barrio porteño de Caballito, fabricaba, entre otro tipo de armas, las pistolas Ballester Molina que eran, desde 1938, las de uso oficial del Ejército Argentino y de una gran cantidad de fuerzas de seguridad del país.


Carlos Ballester Molina hijo junto a la pistola semiautomática Ballester Molina en el Museo de Armas de Buenos Aires

Gza. Ignacio Ballester Molina

Nacimiento y evolución de una empresa argentina

La historia de esta compañía había arrancado a principios de la década del ‘20, cuando dos inmigrantes mallorquíes que eran cuñados, Arturo Ballester Janer y Eugenio Molina abrieron en Buenos Aires una subsidiaria de la firma europea Hispano-Argentina para poder importar autos. Pero pronto, estos españoles no se contentaron con la mera importación y pensaron en crear una fábrica para hacer sus propios vehículos y motores. Así es como nace Hispano Argentina Fábrica de Automóviles Sociedad Anónima (Hafdasa) con su sede de una manzana en Caballito, donde se contaba con la máxima tecnología.

“Esta fábrica va con la historia de la época, en los años 30, de la sustitución de importaciones, que después enganchó con el peronismo. Imperaba la ideología de ‘hagamos las cosas nosotros por una cuestión de soberanía’”, explica Ignacio Ballester Molina y luego añade que, si bien Hafdasa fue creada por Arturo Ballester y Eugenio Molina, el gerente de la fábrica, desde el principio, fue Carlos Ballester Molina (padre), hijo de Arturo, padre de Carlos y el abuelo de Ignacio.


Una postal de la fábrica Hafdasa, ubicada en Campichuelo 250, en el barrio porteño de Caballito

Gentileza Ignacio Ballester Molina

Al comienzo, en la fábrica se producían motores diésel y a nafta, de diferentes potencias “íntegramente fabricados en Campichuelo”, asevera Ignacio. También hicieron camiones con motores diésel para el ejército y llegaron incluso a crear varios prototipos de autos, como el PBT, que no pudo desarrollarse más por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, y los problemas para conseguir insumos.

Pero, más allá de la buena producción de motores y algunos vehículos que sostenía la firma, pronto pasaría a dedicarse a la fabricación de armas, rubro en el que se destacaría fuertemente. Primero, según cuenta Ignacio, se empezaron a confeccionar en la empresa los fusiles. “Bajo la licencia de Mauser, lo hacían en Hafdasa y lo proveían al ejército. Y les salían muy bien”, asegura el descendiente de los creadores de aquella empresa.


Carlos Ballester Molina padre prueba uno de los motores y chasis construidos en Hafdasa
Gentileza Ignacio Ballester Molina


Carlos Ballester Molina, uno de los creadores de la pistola argentina usada oficialmente por el Ejército Argentino, prueba un motor diesel también realizado en Hafdasa

AGN

Se crea la pistola Ballester Molina

Con este buen antecedente en su historial, para mediados de la década del ‘30, la Dirección General de Material del Ejército Argentino (DGME) encargó a Hafdasa la fabricación de armas portátiles. La idea era tener una pistola semiautomática calibre 45 que suplantara a la Colt M1911 1, el arma de puño que hasta entonces utilizaban las Fuerzas Armadas y la policía de la Argentina.

Así, con la base de los diseños de pistolas españolas de las marcas Llama y Star y con muchas similitudes a la mencionada Colt1911, nació la pistola Ballester Molina. En rigor, los primeros dos años, entre 1938 y 1940, el arma se llamó Ballester Rigaud, en homenaje al ingeniero francés Rorice Rigaud, que participó en el diseño de las pistolas. Pero pronto este profesional galo abandonó la fábrica (“maltrataba al personal”, asevera Ignacio) y el arma de puño pasó a tomar el nombre del dueño de la fábrica, con el que se harían célebres: pistolas Ballester Molina.


Carlos Ballester Molina (h.) habla a los operarios de Hafdasa

Gentileza Ignacio Ballester Molina


Juan Manuel Fangio visita Hafdasa y sonríe con los Ballester Molina, Carlos padre y Carlos hijo
Gentileza Ignacio Ballester Molina

Las armas tenían la característica de que podían intercambiar sus cargadores y cañones con las Colt que utilizaban hasta entonces los uniformados argentinos. La Ballester Molina tenía, entre otras de sus características, un rombo grabado en la base del cargador con las letras HA, correspondientes a Hispano Argentina.

El tema es que, luego de superar exigentes pruebas de calidad, entre 1938 y bien entrada la década del ‘50, la pistola Ballester Molina, se convirtió en el arma de puño oficial de varias fuerzas de seguridad del país. Entre ellas, el Ejército, la Policía Federal, la Policía Aduanera, la Gendarmería Nacional, la Armada Argentina.


El general Juan Domingo Perón bebe una copa con Arturo Ballester Janer (con canas, barba y bigote) y Carlos Ballester Molina padre (traje negro, de frente)
Gentileza Ignacio Ballester Molina

Ignacio Ballester Molina asevera que en Hafdasa había una “conexión genuina entre la patronal y los obreros: había 600 operarios industriales y nunca hubo un problema sindical”. Destaca, además, que cada parte de la pistola, “hasta el último tornillo” se realizaba en la Argentina.

El hijo y nieto de los que llevaron adelante aquella fábrica de armas cuenta una curiosidad más, que tiene que ver con la historia del peronismo, y también de la Argentina: “José Ignacio Rucci, con su bolsito que venía de Navarro, cayó a la fábrica a buscar laburo. Ahí empezó a hacer sus primeras armas, literal y metafóricamente, y empezó a hacerse conocido... se convirtió en el delegado gremial de la fábrica”.


El rombo con las letras HA, de Hafdasa, en la base del cargador de la Ballester Molina

Forgotten Weapons

Proteger a Perón

Fue a finales de noviembre de 1951 cuando Carlos Ballester Molina hijo recibió la invitación telefónica para asistir al Ministerio de Hacienda. Para aclarar los términos entre los dos empresarios con el mismo nombre. Carlos Ballester Molina padre, nacido en 1898, ingeniero industrial y pionero en el desarrollo de Hafdasa, se había ido unos años antes a vivir a Uruguay y había dejado a cargo de la compañía a su hijo Carlos, nacido en 1925 -tenía solo 27 años- y graduado de ingeniero aeronáutico en la provincia de Córdoba.

En ese entonces, el general Juan Domingo Perón estaba en las postrimerías de su primer mandato presidencial y ya había lanzado su candidatura para la reelección. En principio, hubo una gran movida para que Eva Perón, su esposa, fuera su compañera de fórmula -hubo un anuncio multitudinario en la 9 de julio en agosto de ese año-, pero finalmente, la misma Eva anunció la renuncia a su candidatura. Se encontraba gravemente enferma.


La actriz Eva Perón junto a su esposo y presidente de la Argentina, general Juan Domingo Perón
Getty Images


Primera plana de La Nación que reporta que fue sofocado un intento de golpe de estado contra Perón del 28 d septiembre de 1951, posiblemente el hecho que dio pie a la compra de armas por parte de la Fundación Eva Perón

Archivo Nacional de la Memoria

A su vez, grupos opositores al gobierno, en especial dentro de las Fuerzas Armadas, planificaban acciones para la caída del gobierno, como la de septiembre del ‘51, cuando el general Menéndez a la cabeza de varios uniformados intentó dar un golpe de estado.

Si bien el gobierno contaba con fuerte apoyo de buena parte de la población, había también distintos sectores dispuestos a terminar con él. Por ello fue que alguna persona relacionada a la Fundación Eva Perón (¿la misma Evita?) tuvo la idea de formar milicias obreras para proteger al líder. Y allí se produjo el “pedido” de armas a Hafdasa. Un pedido del que el propio Carlos Ballester Molina hijo dejó constancia a través de una carta, fechada en febrero de 1953, y varios documentos probatorios, que quedaron en posesión de su hijo Ignacio.


Eva Perón en un acto por el día de la minería; detrás suyo se encuentra Ramón Cereijo, ministro de Hacienda del primer gobierno de Juan Domingo Perón y administrador de la Fundación Eva Perón
Fundación Ceppa

Un pedido y una amenaza

En la misiva, Carlos Ballester Molina asegura que la primera reacción que tuvo ante la exigencia de Cicarelli de vender las pistolas y ametralladoras a la Fundación Eva Perón fue negarse: “Al recibir esta orden y ver los efectos que dichas armas podían producir, objeté”, escribió el ingeniero. Luego, el empresario le aseguró a su interlocutor que responder a esa solicitud era “completamente imposible” ya que no tenían en los almacenes los materiales necesarios para la producción de esas unidades.

Entonces, el ingeniero recibió una respuesta cargada de ironía por parte de Cicarelli, quien se mostró extrañado por la respuesta evasiva de Ballester Molina, pues él tenía “toda la documentación pertinente” a las declaraciones juradas al Ministerio de Industria donde se hacía mención de los aceros al cromo-níquel y demás herramientas que tenía la fábrica para le ejecución de eventuales trabajos. Esta intervención del hombre de Hacienda sería lo que hoy se llama “un carpetazo”.


Aviso de General Electric sobre su trabajo en el edificio de la Fundación Eva Perón, que tenía su sede donde hoy se encuentra la Facultad de Ingeniería, en Paseo Colón al 800. Revista de Arquitectura 1953

A continuación, el subsecretario de Hacienda soltó una frase que al empresario le sonó como una velada amenaza: “Claro que si ustedes no quieren colaborar, nosotros le agradecemos de igual forma”.

En otro párrafo de la carta, Ballester Molina señala que se dio cuenta que el hecho de no aceptar llevar a cabo la operación “traería por consecuencia la clausura del establecimiento, quedando todo el personal obrero, muchos de los cuales tenían 30 años de servicio, en la calle y sin trabajo”. De modo que él decidió “‘agachar la cabeza’, como en tantas ocasiones la fuerza lo impone y realizar el convenio”.

La inscripción con los datos básicos en la corredera de la pistola Ballester Molina, un arma de industria argentina
Forgotten Weapons

El permiso del ejército

Cicarelli le dijo al empresario que recibirían un 30 por ciento de anticipo por la adquisición, pero también le informó que Hadfasa tendría la “obligación de un ‘descuento’ del cinco por ciento que diera en forma de donación” a la Fundación.

Otro pedido del funcionario preocupó seriamente al joven empresario, y así lo escribió en su carta: “Me dijeron así mismo que debía entregarlas (las armas) sin autorización del ejército, cosa que me opuse terminantemente, haciéndole saber que antes prefería ir preso o que me cerraran la fábrica como él me había amenazado”.


Humberto Sosa Molina (segundo desde la izquierda) junto a Juan Domingo Perón y otros militares en el USS Huntington, en el año 1948
wikicommons

La autorización del ejército que solicitaba Ballester Molina llegó tiempo más tarde, a través de una carta firmada por el ministro de Defensa de la Nación, general José Humberto Sosa Molina. Allí podía leerse: “Este Ministerio acuerda el permiso para que esa firma provea a la Fundación Eva Perón las 5000 pistolas automáticas con firma Ballester Molina, calibre 45, que oportunamente fueron solicitadas”.

Esta carta estaba dirigida a Industria General Argentina (IGA), una distribuidora de Hafdasa, que el propio Carlos Ballester Molina utilizó para realizar esta operación. “Mi viejo tuvo que inventar una empresa, que era IGA, para terciarizar el asunto”, señala Ignacio. A cargo de esa firma, el ingeniero puso a Carlos Stehlin, a quien describió en su carta como “de nacionalidad americana y que poseía la medalla de la lealtad peronista”.


Documento con la firma del Ministro de Defensa, General Sosa Molina, en el que se autoriza, por parte del Ejército Argentino, la venta de armas a la Fundación Eva Perón
Gentileza Ignacio Ballester Molina


La pistola Ballester Molina cal.45 fue utilizada oficialmente por el Ejército Argentino entre 1938 y fines de la década del '50

Facebook / Albumes de armamento y munición

¿Perón lo sabía?

En este punto de la carta, vale preguntarse si el general Perón podía haberse mantenido al margen de esta operación, si en verdad se trató de un operativo hecho a sus espaldas. De acuerdo con el historiador Roberto Azaretto, todo esta adquisición de armas se realizó “sin que se entere Perón”. El historiador asevera: “Cuando él se entera, lo impide y ordena que esas armas vayan al ejército”.

Carolina Barry, que es doctora en Ciencias Políticas, Investigadora Principal del Conicet y que realizó exhaustivos trabajos enfocados en Eva Perón y la rama femenina del peronismo, en diálogo con LA NACION, dio su propia versión al respecto: “Es muy difícil que Perón no lo supiera. Muchas veces se hacía el tonto. Estas eran cosas de Eva, pero difícil que no lo supiera”. Por otra parte, la académica coincide con Azaretto en que las armas fueron secuestradas por el líder justicialista. Según lo que investigó ella, luego las destinaron al arsenal Esteban de Luca y finalmente las entregaron a Gendarmería.



Los que estudiaron el tema de la compra de armas por parte de la Fundación Eva Perón opinan que Perón no sabía lo que estaba ocurriendo o que sabía y se hizo el desentendido
Archivo General de la Nación


Roberto Azaretto, presidente de la Academia Argentina de Historia, cree que la compra de armas para la Fundación Eva Perón se hizo a espaldas del mandatario

Gza. Roberto Azaretto

La versión de Ignacio Ballester Molina es similar: “Perón, enterado de la operación por Rucci y por Carlos Ballester Molina, esperó a que se hiciera, las secuestró de la Fundación y se las dio al Ejército”. El hijo del empresario añade algo en que coincide con Azaretto y Barry: “Jamás un militar como Perón hubiera permitido armar civiles”.

En ese sentido, Azaretto dice: “Para entender a Perón hay que tener claro que era un hombre del ejército, lo demostró cuando retornó en el ‘73, lo primero que hizo fue ponerse el uniforme, en ningún momento admitía el tema de la milicia”.


Como todo militar, el general Perón estaba en contra de que el pueblo se arme, coinciden los historiadores

Universal History Archive - Universal Images Group Editorial

“Como buen militar, a Perón no le pareció adecuado el tema de armar al pueblo, ya que contradice cualquier principio militar, del ejército sobre todo”, asevera Barry, aunque añade: “Pero también, según los cables de la CIA, es interesante ver la cantidad de intentos de asesinato que hay en esos tiempos contra Perón. El de septiembre del ‘51 es solo uno. En esa lógica, no me extraña que la misma Eva pensara en las armas y que Perón se hiciera el desentendido... después reaccionó”.

“Nosotros, los de la CGT”

La carta del ingeniero Ballester Molina tampoco lo dice, pero los historiadores coinciden en que las armas exigidas por la Fundación Eva Perón serían para repartir a través de la CGT, que en ese momento estaba a cargo de José Espejo, un hombre muy vinculado a la esposa del presidente. “Eran la mano derecha uno de otro -asegura Barry-. Espejo era más leal a Eva que al mismo Perón, es él el que plantea la vicepresidencia de ella para el segundo mandato. La CGT es la principal entidad que le da recursos a la Fundación Eva Perón, y ella se presentaba casi como diciendo: ”Nosotros, los de la CGT".


El secretario general de la CGT, José Espejo (tercero desde la izquierda), tenía un vínculo muy fuerte con Eva Perón
Gentileza Fundación Ceppa

La investigadora de Conicet deja otro dato interesante en relación con las armas que tenían como destino la CGT: “Tuve la oportunidad de conversar con gente cercana de Eva Perón, como la hija de José Espejo y la hija de Atilio Renzi, que era el intendente de la residencia presidencial en el Palacio Unzué, y ellas tenían el mismo tipo de arma que les había regalado la Fundación. Ambos tenían borrado en la empuñadura una inscripción que habían limado”.

Según lo que cuenta Ignacio Ballester Molina, las armas con destino a la Fundación, tenían marcada una letra “F” en el guardamonte, que es la pieza de metal que protege al gatillo. “La ‘F’ por la fundación”, aclara". Y Barry acota otro dato respecto a las pistolas: “Ya muerta Eva, la Fundación le entrega a las diferentes dependencias, como directoras de los hogares de tránsito, un arma para defenderse. Si son estas mismas pistolas o son otras, no lo sé”.


Carolina Barry, investigadora principal del Conicet, realizó un exhaustivo trabajo sobre la relación entre Eva Perón y la CGT
Gza. Carolina Barry

Eva Perón, José Espejo y Juan Domingo Perón, cuando todo era sonrisas

Ig @lo.invento.peron

Lo cierto es que, luego de la muerte de Eva Perón, el 26 de julio de 1952, es el propio general Perón el que decide desprenderse de todos los hombres que habían estado cerca de ella. “Se los saca de encima”, dice Azaretto y añade: “A los pocos meses los hace renunciar. En el 17 de octubre posterior a la muerte de Evita, en el acto, hay una silbatina enorme contra Espejo que hace que esa misma noche renuncie a la secretaría general de la CGT. En pocos meses, no queda nadie de los que habían llegado a posiciones con el influjo de Evita”.

“Según la familia de Espejo, antes de morir, Eva le había pedido al dirigente que se exiliara porque la iba a pasar muy mal”, dice Barry, en el mismo sentido.


Documento donde IGA detalla los plazos de entrega de las pistolas Ballester Molina a la Fundación Eva Perón
Gentileza Ignacio Ballester Molina

El Príncipe de Holanda

La carta de Ballester Molina contradice también otra versión que existía entonces y subsistió en el tiempo que decía que, en realidad, el que había provisto las armas para las milicias obreras había sido el príncipe consorte Bernardo, de Holanda.

Esto se refleja en una escena de la película Eva Perón, de Juan Carlos De Sanzo, cuando la mujer del general -interpretada por Esther Goris-, sabiendo que no le queda mucho de vida, le dice a Espejo y a otros dirigentes: “Yo no sé qué va a ser de mí ahora, Dios dirá, pero por sobre todas las cosas quiero que nunca lo dejen solo a Perón (...) yo le compré al príncipe de Holanda 5000 pistolas automáticas y 1500 ametralladoras. Son para ustedes, muchachos, que sirvan para defender a Perón".

El príncipe consorte Bernardo de Holanda, marido de la reina Juliana, ayuda a Eva a ponerse su abrigo en una cena íntima en la residencia presidencial.

Gentileza Fundación Ceppa

Si bien se trata de un diálogo ficcionado escrito por el guionista José Pablo Feinmann, la relación entre el príncipe consorte Bernardo -abuelo del actual rey de Holanda- y las armas no era algo descabellado: “Mi pista venía por ese lado”, señala Barry y añade: “Él príncipe estuvo en la Argentina en abril de 1951, la condecoró a Eva con la Gran Cruz de la Orden de Orange-Nassau, parte de sus negocios era el tráfico de armas... pero no es fácil de comprobar en documentación”.

Azaretto, por su parte, niega esta posibilidad, y la considera una “leyenda”. “No es cierto que las armas las haya vendido el príncipe. Fue Ballester Molina. Bernardo visita por esa época la Argentina, acá lo agasajaron, lo llevaron a la Ciudad Infantil, lo que hacía el peronismo en esa época, pero en realidad él lo que concreta es la venta de material ferroviario muy importante”.

Fragmento del filme Eva Perón, de Juan Carlos Desanzo
Fragmento del filme Eva Perón, de Juan Carlos Desanzo

El historiador tiene una explicación para esta versión: “Usaban eso como nombre clave para la compra de armas, se decía Operación Príncipe de Holanda, de ahí viene la confusión de que las armas las vendía él”.

Tras la caída de Perón en septiembre de 1955, el gobierno que lo derrocó comenzó a investigar las acciones ilícitas o sospechosas de serlo realizadas por el gobierno peronista. Una de estas acusaciones puede leerse en la primera plana del diario Clarín, del 30 de septiembre de 1955, donde se informa: “Por orden del entonces ministro de Defensa, general Sosa Molina, se entregaron en 1952 a la Fundación Eva Perón 5000 pistolas calibre 45 Ballester Molina”. El que había informado a la comisión investigadora sobre esa entrega de armas, según el mismo periódico, era el exministro de Hacienda, Ramón Cereijo.


Carlos Ballester Molina hijo recibió el pedido de suministrar armas a la Fundación Eva Perón

Gentileza Ignacio Ballester Molina

Aquí no se hace mención al príncipe de Holanda pero, así como Barry, hay historiadores del peronismo, como Norberto Galasso, que sugieren que el noble neerlandés tuvo alguna participación en esta operación. Pero la carta de Ballester Molina no lo menciona en modo alguno.

El pedido de “comisiones”

Con respecto a las ametralladoras mencionadas en la carta de Ballester Molina, es menester aclarar que esas efectivamente nunca llegaron a la Fundación Eva Perón. De hecho, entre los documentos que tiene Ignacio Ballester Molina, hay uno, con fecha del 6 de agosto de 1952, que corresponde a la rescisión de contrato por la compra de esas armas de común acuerdo entre IGA y la FEP.

Además de la manera imperativa en que se exigen las armas y el pedido de aquel “descuento” de 5 por ciento en favor de la FEP, en la transacción hay otro detalle curioso que remarca Ballester Molina en su carta. Esto es un llamativo pedido de “comisiones” para dos personas.

Se lee en la carta: “He aquí que aparece un señor Henry Frank, sabedor de esta negociación, diciéndonos que era (indispensable) otorgarle a favor de él y de una señorita Raquel Rubin una bonificación del 2 y medio por ciento para él y del 5 por ciento para la segunda”. El empresario acota que si eso se suma al 5 por ciento de donativo exigido por Cicarelli llega todo al 12 y medio por ciento, lo que reducía la ganancia por cada pistola de 800 pesos a prácticamente 700 pesos.

Documento donde queda asentada la contribución a la señorita Raquel Rubin por su intervención en la compra de armas
Gentileza Ignacio Ballester Molina

Dos cartas dirigidas respectivamente a Rubin y a Frank por parte de IGA confirman el acuerdo por el pago de estas “comisiones” a ambos personajes, por sus supuestas tareas para contribuir en la operación de la compra de armas. Para Ignacio Ballester Molina, esto se trató, lisa y llanamente de un “pedido de coima”.

La entrega de las armas a la Fundación entra en una nebulosa. De acuerdo con uno de los documentos, el envío final de las pistolas estaba estipulado para el 31 de julio de 1952. Pero lo más seguro es que los tiempos se hayan dilatado o que, teniendo en cuenta la muerte de Evita y la caída en desgracia de sus allegados, las últimas entregas nunca se hayan producido.


La firma de Carlos Ballester Molina hijo en la carta que dejó para que sus familiares conocieran la verdad sobre la venta de armas a la Fundación Eva Perón

Gentileza Ignacio Ballester Molina

En la carta, Ballester Molina informa que el 1 de abril de 1952 se fue de viaje a los Estados Unidos, donde llegó en agosto, previa recorrida de latinoamérica. El empresario aclara en su carta: “En ese lapso de tiempo parece que unos componentes de IGA realizaron negocios con el gobierno, ejecutando con la Fundación negocios a los que me encontraba completamente ajeno”.

“Las armas se vendieron cuando mi viejo se fue a ese viaje”, asegura Ignacio, en consonancia con lo que escribió su padre en la carta. El hijo de Carlos Ballester Molina cierra este tema con un pensamiento paradójico: “A mi viejo y a mi abuelo jamás les importó hacer armas. Empezó por un encargue que les salió demasiado bien. El vector de su vida era ser un fabricante de vanguardia de autos y de aviones....emular a (Henry) Ford y a (Howard) Hughes”. Pero la historia se disparó hacia otro lado...