La irreverente carta que los cosacos escribieron al sultán otomano en 1676
Los cosacos eran un grupo social y militar que hacia el siglo X se asentó en el sur de Rusia y la actual Ucrania. Tenían un origen túrquico y habían llegado con las hordas de invasiones mongolas en la zona, estableciendose en ellas permanentemente. Famosos por su habilidad en el combate y estrategia militar, poco a poco se fueron integrando y mezclando con otras étnias de origen eslavo.
Para el siglo XVII se hallaban escindidos en cosacos rusos (que se extendieron al Este) y cosacos ucranianos. Éstos últimos formaron en 1649 el estado de los Cosacos de Zaporiyia (por la región del mismo nombre en el centro-sur del actual país), y la tradición nacionalista los considera los fundadores de la moderna nación ucraniana.
Desde su bastión en el campamento fortificado del Sich de Zaporozhia (o Zaporiyia) se convirtieron en una temible fuerza militar y política, resistiendo y amenazando por igual a las naciones de su entorno: Polonia-Lituania, Rusia y el Imperio Otomano. Finalmente, en el siglo XVIII el Imperio Ruso se encargó de acabar con ellos de una vez por todas.
Pero antes de eso, en 1676, los cosacos de Zaporiyia habían derrotado a las tropas del sultán otomano Mehmed IV en batalla. No obstante, éste seguía insistiendo en que se sometiesen a su autoridad, y les envío un ultimatum:
El sultán Mehmed IV a los cosacos de Zaporiyia:
Como sultán, hijo de Mahoma; hermano del sol y de la luna; nieto y virrey de Dios; gobernante de los reinos de Macedonia, Babilonia, Jerusalén, Alto y Bajo Egipto; emperador de emperadores; soberano de soberanos; extraordinario caballero, nunca derrotado; firme guardián de la tumba de Jesucristo; fideicomisario elegido por Dios mismo; esperanza y consuelo de musulmanes; cofundador y defensor del cristianismo – Os ordeno a vosotros, los cosacos zapórogos, que os sometáis a mi voluntariamente y sin resistencia alguna, y que desistáis de seguir incomodándome con vuestros ataques.
Los cosacos, bajo el mando del atamán Iván Sirkó, respondieron al sultán con una carta que ha pasado a la historia de la diplomacia (y la escatología) con honores:
Los cosacos zapórogos al sultán otomano: Oh sultán, diablo turco, hermano maldito del demonio y secretario del mismísimo Lucifer. ¿Qué clase de caballero eres que no puedes matar un erizo con tu culo desnudo? El diablo caga y tu ejército come. No harás, hijo de perra, súbditos de hijos de cristianos; no tememos a tu ejército, por tierra y por mar pelearemos contigo, fo##a a tu madre.
Escorpión babilónico, carretero macedonio, cervecero de Jerusalén, fo##ador de cabras de Alejandría, porquero del Alto y Bajo Egipto, cerdo de Armenia, ladrón podoliano, catamita de Tartaria, verdugo de Kamyanets (actual ciudad ucraniana), y necio de todo el mundo y del inframundo, idiota ante Dios, nieto de la serpiente y calambre en nuestros penes. Hocico de cerdo, culo de yegua, maldición del matadero, frente sin bautizar, fo##a a tu propia madre.
Así lo declaran los zapórogos, desgraciado. Ni siquiera pastorearás cerdos para los cristianos. Ahora terminamos, porque no sabemos la fecha y no tenemos calendario; la luna está en el cielo, es el año del Señor, el día es el mismo aquí que ahí, así que bésanos el culo. Firmado: Koshovyi Otamán Iván Sirkó y toda la hueste zapóroga.
Lamentablemente la carta original nunca se ha encontrado, por lo que todo este episodio se consideró durante mucho tiempo como una leyenda. Pero en 1870 un etnógrafo llamado Novitsky encontró en la ciudad de Dnipró una copia fechada en el siglo XVIII. Está escrita en ruso, indicando explícitamente que se trata de una traducción del polaco (es posible que polaco aquí quiera decir ucraniano, ya que entonces no existía una denominación para esta lengua).
Algunos investigadores opinan que realmente se trataría de una parodia de respuesta a las cartas que el rey de Polonia recibía del sultán en el mismo sentido, por tanto creada por la élite polaca como diversión. Pero otros, como el ucraniano Pavel Tarkovsky, sostienen que es auténtica y fue escrita por los cosacos. Mientras no se encuentre una copia en los archivos turcos nunca sabremos la verdad.
Habrá que conformarse con el cuadro pintado en 1891 por el artista ruso Iliá Repin y titulado precisamente Cosacos zapórogos escribiendo una carta al Sultán, donde muestra la divertida escena de composición de la misiva. El cuadro fue adquirido por el zar Alejandro III por 35.000 rublos, la mayor suma pagada hasta entonces por una pintura rusa, y hoy se exhibe en el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo.
Fuentes
The Cossack Letter / Friedman, Victor A. (1978), The Zaporozhian Letter to the Turkish Sultan: Historical Commentary and Linguistic Analysis / Early Ukraine: A Military and Social History to the Mid–19th Century (Alexander Basilevsky) / Wikipedia.