martes, 8 de octubre de 2019

Libro: "1943" ahonda en el pasado fascista y golpista del pedófilo Perón

Perón, un militar admirador de Mussolini y de Hitler que llegó a la política a través de un golpe de Estado 

En "1943″, que Sudamericana publicará en octubre, la historiadora María Sáenz Quesada cuenta cómo era la Argentina antes del derrocamiento del gobierno de Ramón Castillo, repasa la formación del líder justicialista y sus consideraciones sobre lo que ocurría en Europa. Infobae publica un adelanto
Por María Sáenz Quesada | Infobae






En los años de la Concordancia, los oficiales del Ejército Argentino dividieron su actividad entre lo profesional y lo político. Respon­dían así a los estímulos que les llegaban desde los institutos mi­litares, las publicaciones especializadas y los estudios sobre el terreno en los sucesivos destinos en que se desempeñaron; asi­mismo, en los tiempos convulsionados de entreguerras, fueron sensibles al mundo externo de la política nacional e internacional. Ese fue el caso de Juan Domingo Perón, dueño de una buena foja de servicios profesionales, cuando el golpe de Estado del 4 de ju­nio de 1943 le abrió las puertas de la política. Como su acceso al poder se vincula con la actividad de la logia militar Grupo de Oficiales Unidos (GOU), en este capítulo se verá en primer lugar su trayectoria profesional hasta 1943, seguida por la fundación del GOU, proyecto político según el cual el Ejército se constituía en custodio de la República.

Un oficial de porvenir

Egresado del Colegio Militar en 1913, donde no se destacó como es­tudiante, Juan Domingo Perón revistó en la infantería. Entre sus destinos figuraban Paraná, Santa Fe, Chaco —durante la huelga de La Forestal—, Jujuy, Neuquén, Mendoza y Comodoro Rivada­via. Sus sucesivos jefes le pronosticaron un excelente porvenir. De su desempeño como instructor en la Escuela de Suboficiales dijeron: “Nervio, actividad, eterno buen humor, parece un niño y sin embargo su pasta es la del verdadero soldado, despierta en el más apático el deseo de trabajar. Vive para la compañía, es un atleta campeón de espada, absolutamente sincero y leal”. En cartas dirigidas a sus padres, que vivían en una estancia en Chubut, el joven subteniente revela una temprana vocación por la historia argentina y fuertes sentimientos antibritánicos. “Fui con­trario siempre a lo que fuera británico, y después de Brasil, a nadie ni a nada tengo tanta repulsión”, escribía en noviembre de 1918. Todo esto lo llevó a apoyar la neutralidad del país en la Primera Guerra Mundial, contra la opinión de sus padres, partidarios de los Aliados (la Entente). Más tarde manifestó su oposición al presiden­te Hipólito Yrigoyen; justificaba su enojo en “todo el daño que este infame causó en desmedro de la disciplina de nuestro tan querido Ejército, que siempre fue modelo de abnegación y de trabajo honra­do”. El descontento hacia el gobierno radical era común en el ámbito militar, no solo por haber reincorporado en las filas a oficiales dados de baja por participar en las intentonas revolucionarias, sino tam­bién por el uso de las fuerzas armadas en tareas de represión y en las intervenciones a las provincias. Según el joven oficial, Yrigoyen no tenía “la talla moral de un Mitre o de un Sarmiento”, cuando el bien disciplinado Ejército era “la admiración de Sudamérica”. Perón, que simpatizaba con las corrientes nacionalistas y ar­gentinistas de la época, criticaba las consecuencias de la inmigración al advertir que “la honradez criolla” desaparecía: [...] contaminada por el torbellino de gringos muertos de ham­bre que diariamente vomitan los transatlánticos en nuestro puerto; después, uno oye hablar a un gringo y ellos nos han civilizado; oye hablar a un gallego, ellos nos han civilizado; oye hablar a un inglés y ellos nos han hecho los ferrocarriles; [...] no se acuerdan de que cuando vinieron eran barrenderos, sirvientes y peones.

Oficial de Estado Mayor

Ya oficial de Estado Mayor y profesor de historia militar en la Escuela Superior de Guerra, Perón escribió artículos sobre his­toria y teoría bélicas. Su libro, Apuntes de historia militar, tuvo varias ediciones. Entre los pensadores militares que influyeron en su preparación académica figuraba Juan Lucio Cernadas, quien lo introdujo en la lectura de Carl von Clausewitz, Colmar von der Goltz y Ferdinand Foch y en la concepción amplia de la doctrina de guerra que incluye “la nación en armas”. El coronel José María Sarobe fue el jefe al que más admiró. Según Carlos Piñeiro Iñíguez, esta relación tuvo carácter discipular. El libro en el que Sarobe proponía tareas pendientes de unificación aduanera y una coope­ración basada en el eje Argentina­-Brasil resultó un antecedente de la relación de Perón y Vargas años después, en la que revirtió la antipatía hacia el país vecino manifestada en sus cartas juveniles. En la presidencia de Justo, Perón se desempeñó como ayudan­te del ministro de Guerra, general Manuel Rodríguez. Agregado militar en Chile en 1936, sus informes fueron valorados por el general Luis César Perlinger: pudo sortear el fracaso de la misión de espionaje que inició en Santiago y que recayó en su sucesor en el cargo, el entonces mayor Eduardo Lonardi. Enviado a Italia en 1939 en misión de estudio, Perón mereció muy buenas califi­caciones. Regresó dos años después y fue destinado a Mendoza. Ascendido a coronel llegó a buenos Aires en diciembre de 1942, a la inspección de Tropas de Montaña. una sola sombra en esta foja: en 1940, el general Juan Monferini reclamó tribunal de ho­nor porque Perón y el coronel Enrique Rottjer, autores de la obra Las operaciones en 1870, no lo incluyeron en las citas bibliográ­ficas. La sanción que mereció fue leve, y nada obstaría para que ese año obtuviera excelentes calificaciones.

  Agustín P. Justo, presidente de la Nación entre 1932 y 1938.

En la conspiración del 6 de septiembre

Su historia política fue más intensa que lo revelado en la foja. Según su propio relato, Perón se incorporó a la conspiración del general José Félix Uriburu en 1930. Era entonces ayudante del co­ronel Francisco Fasola Castaño, jefe de ideas nacionalistas. Asistió a reuniones secretas, a las que concurrían, entre otros oficiales, Juan bautista Molina, Álvaro Alsogaray, Pedro Pablo Ramírez, urbano de la Vega, José Humberto Sosa Molina, Miguel Mascaró y Franklin Lucero; allí se hablaba del hartazgo de la oficialidad con yrigoyen, de la prensa nacionalista, de lo conversado entre uriburu y Leopoldo Lugones y de otros temas. Aunque todo le pareció muy improvisado, el capitán Perón si­guió adelante. El destino que le asignó el “Estado Mayor” de Uri­buru fue la Escuela de Suboficiales. Perón intuyó el fracaso de su misión, se consideró desligado del compromiso y fue expulsado del grupo revolucionario. Se acercó entonces al teniente coronel Descal­zo y al coronel Sarobe, que formaban parte del sector liberal de la conspiración que orientaban el general Justo, los socialistas inde­pendientes y el diario Crítica. La intención de este grupo era derro­car a Yrigoyen con el objetivo de convocar a elecciones y retornar al sistema constitucional cuanto antes. A ese efecto, Descalzo redactó un programa de acción, y Perón lo imprimió en mimeógrafo.

En un relato sobre los sucesos del 6 de septiembre, escrito a pedido de Sarobe, en enero de 1931, dice Perón:

Solo un milagro pudo salvar la revolución. Ese milagro lo rea­lizó el pueblo de Buenos Aires, que en forma de una avalancha humana se desbordó en las calles al grito de “viva la revolu­ción”, que tomó la Casa de Gobierno, que decidió a las tropas en favor del movimiento y cooperó en todas formas a decidir una victoria que de otro modo hubiera sido imposible.

En este texto, la palabra “pueblo” se identifica con los grupos juveniles de clase media y alta, movilizados por los partidos de la oposición y por los nacionalistas. Como observó Carlos Fayt, el autor se manifiesta como un frío oficial de Estado Mayor, dispues­to a no exponer inútilmente su vida y su carrera, partidario del orden y de las jerarquías, que actúa en defensa de la Constitución y que aprenderá la lección acerca de cómo, con quiénes y bajo qué condiciones puede organizarse una acción revolucionaria. 8 Años después, Perón explicó que era muy joven y se había equivocado al sumarse al golpe militar. No obstante, siguió la misma línea del grupo de oficiales justistas que en un principio fue relegado por Uriburu. Destinado a La Quiaca, considerado un castigo, aprove­chó la oportunidad para profundizar su conocimiento del lugar y de su gente.

  José Félix Uriburu

Cartas a Sarobe

En 1931, el coronel José María Sarobe fue designado como agre­gado militar en la embajada argentina de Japón. Era una forma elegante de alejarlo. En esas circunstancias, Perón le escribía dando cuenta de lo que sucedía en el país. En abril de 1931 le informó a Sarobe sobre la actividad de la Legión Cívica Argen­tina, “una especie de milicia ciudadana que cooperaría en caso de alteración del orden”, apoyada desde la Escuela Superior de Guerra. Dijo también que debido al fracaso del gobierno en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, que le dieron un nue­vo triunfo al radicalismo, volvió Justo al centro de la escena: “El general Justo parece ser en estos momentos el árbitro de la situación [...] no creo que otra persona pueda salvar al gobierno provisional”. A continuación, lamentaba el desorden en el cuadro de oficiales, consecuencia negativa de la revolución, y proponía más disciplina:

Será necesario que los hombres que vengan a gobernar vuel­van las cosas a su lugar. Esto no tiene otro arreglo que dupli­car las tareas. El año 1932, por lo menos, debe ser para los oficiales, en general, un año de extraordinario trabajo de todo orden, solo así podrá evitarse el mal que produce en el Ejército la ociosidad, la murmuración y la política. Será necesario que cada militar esté ocupado en asuntos de su profesión, de diana a retreta. De lo contrario, esto irá de mal en peor.

Perón calificó de “inicuo” el frustrado levantamiento radical de Gregorio Pomar en Corrientes. Con respecto a las elecciones presidenciales de noviembre de 1931 en las que la fórmula radical fue vetada, y compitieron Justo­-Roca contra Repetto-­De la Torre, se burló de Lisandro de la Torre y concluyó: “En general, la gente que piensa entiende que la única solución es el general Justo, y creo que será Presidente”. Casado con María Aurelia Tizón, joven de clase media porte­ña, hija de inmigrantes de origen gallego y vasco, Perón desplegó una intensa actividad de propaganda en la campaña electoral del justismo y justificó su trabajo político en la ya citada correspon­dencia:

Muchos oficiales que no entendemos nada de política esta­mos en plena tarea de movilización de familiares y amigos. Pensamos que hoy no es una falta intervenir en favor del candidato de nuestra predilección y lo hacemos con la con­veniente y necesaria discreción. yo tengo a todos los varones de la familia y amigos civiles ocupados en la propaganda política activa y siento que las mujeres no voten porque, en ese caso, de la familia nomás me llevaba más de veinte votantes [...] Varios amigos curas que tengo, a quienes he encargado que hagan propaganda, me han dado un alegrón porque me hicieron una reflexión muy acertada: los curas votan y propician al candidato más probable que permita asegurarles la estabilidad.

Destaca Rosendo Fraga en esta carta las tres ideas que serán centrales en la concepción política de Perón más de una década después:

[...] el valor electoral de tener a la iglesia a favor, la potenciali­dad política de la mujer y el concepto dualista respecto al pro­fesionalismo militar, que implica por un lado subordinación, pero que no excluye simultáneamente la toma de posición frente a los acontecimientos políticos.

En la presidencia de Justo, el mayor Perón fue ayudante de campo del ministro de Guerra, Manuel A. Rodríguez, y de su sucesor, Eleazar Videla. De allí salió para destinos en Chile y en italia.

Bartolomé Descalzó: el fascismo sazonó sus ideas

Bartolomé Galíndez relata que a mediados de 1955 conversó lar­gamente con Descalzo, que había sido amigo de Perón y después se distanció, como tantos otros. A la pregunta de si encontró a lo largo del tiempo un signo que revelara al hombre de la revolución de junio de 1943, recibió esta respuesta:

Perón fue siempre un muchacho pobre y ahorrativo a la vez: tenía en su cuenta corriente una pequeña suma de dinero. Sus hábitos eran normales y sus procederes correctos. Se cuidaba en las comidas pues durante una época padeció del hígado. Desempeñaba sus funciones con dedicación como todo buen oficial. Esto, hasta que fue designado agregado militar en Chi­le. Ahí se despertó su primera ambición. Se trasladó a Italia y el fascismo sazonó sus nuevas ideas.
  Benito Mussolini, haciendo el saludo fascista ante la multitud desde un balcón

Cartas romanas

En cartas escritas por Perón desde Italia —conocidas gracias a la laboriosa investigación del doctor ignacio Martín Cloppet— se re­velan sus sentimientos y reflexiones en la etapa en que simpatizó con el fascismo. Arribó a Génova en abril de 1939, a bordo del tran­satlántico Conte Grande, meses antes de que estallara la guerra. Destinado al Comando de la División Andina Tridentina (Merano, Bolzano), a la división de infantería de montaña de Pinerolo en el Piamonte y a la Escuela de Alpinismo de Aosta en los Alpes, también fue asignado brevemente a la embajada en Roma.

Las cartas a su cuñada, la profesora María Tizón Erostarbe, contienen interesantes observaciones. De la escala en los puertos brasileños dice Perón:

La impresión que tengo de Brasil, salvo de Río de Janeiro que es una ciudad moderna, es que están un siglo atrás de nosotros, como los chilenos. Aquí los negros y allá los rotos y los indios. República Argentina hay solo una, y Buenos Aires, hasta ahora, inigualable.

Ya en Roma quedó deslumbrado.

Italia en lo que he visto es una maravilla. Gente buena, mucho orden, trenes lujosos y muy buen servicio. Hoteles ba­ratos, comida cara. Roma grandiosa: he visto ya hoy mucho y mañana seguiré viendo. Hay para rato. No es ciudad para divertirse, es para visitar y recorrer los siglos de historia que uno se ha morfado en el colegio y estudios [...] Mucha gen­te de uniforme, mucha tranquilidad, la agitación de guerra que nosotros sentimos allá es obra de la prensa, propaganda de los miserables yanquis, franceses y compañía. Aquí hay mucho orden, disciplina, patriotismo y se trabaja mucho [...] Mañana salgo de turista inglés a las 8:30. Voy a misa canta­da en San Pedro y luego turismo.

Perón visitó a la madre de un sacerdote amigo, que vivía en un pueblito edificado sobre la cumbre de un cerro, cerca de Nápoles, ciudad que no le gustó. De esa excursión dijo:

Casi todas estas “citadinas”, “borghos”, “paesi”, como los lla­man aquí según el grado de su importancia, son los resabios de la Edad Media que aún quedan. Qué suerte, María, que en nuestro país la Edad Media no se hizo presente.

A la distancia estableció comparaciones:

Lo mejor de Italia: Roma; lo mejor de Roma: lo histórico y el Vaticano; lo mejor del mundo: Buenos Aires [...] Lo mejor de Buenos Aires: sus habitantes, con todos sus defectos y macanas [...] La única desgracia que apreciamos en nuestro pueblo proviene del exceso de bienestar. Creo sin duda que estos países han llegado a un grado de organización, orden y trabajo, difícil de igualar [...] Hoy he comprobado que la necesidad es un factor poderoso para hacer virtuosos a los pueblos [...] Con todo prefiero pertenecer a un pueblo sin necesidades, especialmente si ese pueblo es nuevo como el nuestro y tiene aún por delante un gran porvenir para forjar. De Europa, al contrario de lo que muchos piensan, no creo que tengamos nada que aprender en el orden material, pero es honrado reconocer que tenemos mucho que imitar en el orden espiritual.

  "1943", el libro de María Sáenz Quesada que publicará Sudamericana en octubre

Mussolini, el modelo fascista

Esa Europa estaba a punto de precipitarse en una guerra total, en la que el militar argentino tomó partido por los fascismos a contrapelo de las simpatías de sus referentes liberales del jus­tismo, que fueron aliadófilos. En cartas a su cuñada definió al fascismo como “un gran movimiento espiritual contemporáneo, lógica reacción contra un siglo de materialismo ‘comunizante’”. Narró que había asistido a una concentración de 70.000 mucha­chas de toda Italia.
Comienza la obra de la mujer y de la mujer joven [...] Este gran hombre que es Mussolini sabe lo que quiere y conoce bien el camino para llegar a ese objetivo. Si las fuerzas desatadas al servicio del mal se oponen a sus designios, luchará hasta morir, y si lo matan, quedará su doctrina, aunque yo siempre he tenido más fe al hombre que a las doctrinas.El panorama social de italia es igual al de los demás países: Un capitalismo sin grandes recursos, pero que mueve lo que tiene para crear valores; un laborismo sufrido y pujante, que en combinación con el capitalismo elabora valores y crea rique­zas donde la naturaleza ha negado gran parte de sus dones. La dirección a cargo de otra clase nueva (el fascismo) que gobierna y administra, vale decir dirige el capital, el trabajo y las fuerzas espirituales que no descuida. Lo más difícil es mantener la justa proporción que debe exis­tir, en todos los regímenes, entre la parte de la población que produce (capital y trabajo) y la que dirige (que no produce). Hasta ahora el fascismo mantiene esta justa proporción, pero si las necesidades político­-internas lo llevan a aumentar el personal que dirige, caerá en la burocracia, que un país pobre como Italia no podrá resistir. Nuestro régimen burocrático que ya es una rémora, lo aguan­tamos porque la Argentina es inmensamente rica, pero un país europeo sin colonias para exprimir, como lo hace Inglaterra, Francia, etcétera, no puede cosechar una burocracia sin sucumbir.
Como se aprecia en esta correspondencia, Perón estaba con­vencido de que el fascismo era el mejor sistema de gobierno para equilibrar las relaciones entre capital y trabajo y pensaba, como la mayoría de sus compatriotas, que la Argentina era un país inmen­samente rico, en condiciones de soportar la mala administración de sus recursos. Estas reflexiones políticas constituían el componente intelectual de la estadía romana, matizada por una vida social in­tensa, la relación sentimental con la joven Giuliana dei Fiori, los destinos militares en el norte y el aprendizaje del idioma.
  Adolf Hitler

Hitler y los grandes valores morales

Al comenzar la guerra, Perón le escribió a su cuñada desde el apostadero de Merano, en Bolzano, en el norte de Italia, próximo a la frontera austríaca. Esbozó un inteligente análisis de las posibilidades de los bandos enfrentados y de la actitud que la Argentina tendría que asumir: “Tarde o temprano habrá que embanderarse en una de las dos tendencias... Solo se trata de saber elegir”. Con respecto a su visión del conflicto, en el Frente oriental, “se des­prende que, por mal que siga el asunto, cuando reciban ustedes esta carta, Alemania habrá terminado con los polacos, mediante la ocupación de casi todo su territorio”. En el Frente occidental, constituido por Bélgica, Francia y Luxemburgo:
Alemania les meterá fuerzas superiores a los nueve millo­nes de hombres, que Francia e Inglaterra no podrán poner aunque se esfuercen mucho [...] Mi pálpito es que, si contra lo que pienso, el conflicto no se generaliza y dejan solos a Alemania, Francia e Inglaterra, las operaciones continenta­les están terminadas antes de mayo de 1940 con la derrota absoluta de los franceses a ingleses. Quedaría después en pie Inglaterra en el mar y ahí está a mi entender la dificultad de los alemanes, que en este elemento no podrán vencer nunca a Inglaterra.

En síntesis, le tenía fe al Führer y estaba convencido de que mientras “los grandes valores materiales están del lado de los aliados, los grandes valores morales están del lado de los alema­nes". La historia dirá después cuál de estos valores tiene la supre­macía de la influencia en la guerra”. Sin duda, Perón acertó en cuanto al éxito militar de la primera fase de la guerra, así como en prever la dificultad que tendría Alemania para enfrentar al imperio británico en los mares. otras previsiones fueron menos felices. En cuanto a los “grandes valores morales del nazismo”, la guerra iría desnudando la tragedia que se escondía tras los discursos patrióticos. Desde lo personal, Perón quería quedarse el mayor tiempo posible en Europa. No obstante llegó la orden de que todos los oficiales argentinos en misión de estudio en los países en guerra volvieran al país. Perón lo hizo en un largo recorrido que lo condu­jo a España, donde visitó los lugares históricos de la guerra civil, como el Alcázar de Toledo. De su estadía en Roma queda una fotografía, tomada en un día de fiesta patria en la embajada argentina. En el centro, los diplo­máticos; en la segunda fila se asoma el rostro sonriente de Perón; delante del grupo, unos niños sentados, entre ellos, Magdalena, la pequeña hija del embajador en el Vaticano, Enrique Ruiz Guiñazú. Está claro que las impresiones que Perón recibió en los dos años que duró su destino en el exterior influyeron en forma de­cisiva en su visión del mundo y en su propio concepto del papel que quería desempeñar en el futuro argentino, cuya grandeza descontaba



lunes, 7 de octubre de 2019

Roma: El fin de su imperio (1/2)

El fin del imperio romano 

Parte I || Parte II
Weapons and Warfare




Se dice comúnmente que el niño Romulus Augustulus fue el último emperador romano en Occidente. Fue depuesto y reemplazado en el año 476 por un oficial alemán llamado Odoacro, que había servido bajo varios comandantes romanos. Odoacro se contentó con gobernar como rey de Italia, reconociendo la soberanía del emperador oriental en Constantinopla, y sin preocuparse por reclamar los títulos y honores imperiales tradicionales para sí mismo. Romulus, en cualquier caso, había sido un usurpador, elevado al poder por el golpe de estado de su padre, y el emperador oriental no lo reconoció. Sin embargo, el abandono del título imperial tiene un significado simbólico y proporciona a los historiadores de la antigua Roma un pretexto para cerrar su cuenta.

No hay una fecha de despedida obvia para la historia romana. Cualquier evento identificado como terminal debe ser en realidad un final simbólico. Para la civilización grecorromana no colapsó ni explotó. Simplemente fue transmutado, por un proceso gradual, fuera de reconocimiento; En muchos sentidos, sus instituciones, suposiciones y actitudes todavía están con nosotros, habiendo sobrevivido y revivido en formas disfrazadas y no disfrazadas durante el paso de los siglos. Sin embargo, es cada vez más difícil, a medida que avanza el tiempo, que cualquier historia sea una historia mundial, y nuestro sentido de la forma decreta que cada historia debe tener un comienzo, un medio y un final. Además de Romulus Augustulus, hay varios posibles lugares de parada para el historiador de la civilización antigua.

En 395, el gran emperador cristiano Teodosio, un tanto intolerante, murió, legando el mundo romano a sus dos hijos ineficaces, Arcadio y Honorio, el primero de los cuales ejerció el poder imperial en el Este, el segundo en el Oeste: una situación que perpetúa la discordia entre dos mitades del imperio. La distinción administrativa presagiada en los arreglos de Diocleciano dio expresión política a la diferencia cultural y lingüística preexistente entre el este griego y el oeste latino. La diferencia ha dejado su huella en la historia eclesiástica. Quizás, por lo tanto, podríamos asignar "el fin del Imperio Romano" al punto en que dejó de ser una unidad: es decir, la muerte de Teodosio el Grande.

Por otro lado, la dignidad y el poder del Imperio Romano fueron asombrosamente restaurados por las conquistas del inspirado emperador oriental Justiniano, quien reinó como Flavio Petrus Sabbatius Justiniano, asumiendo el título de "Augusto" en su coronación en 527. Justiniano extendió su autoridad en África, Italia y España, donde sus ejércitos prevalecieron contra los invasores vándalos y góticos. También mantuvo relaciones alternadas de guerra y diplomáticas con los persas en su frontera oriental. Los servicios de Justiniano a las artes de la paz también fueron sobresalientes. Inició muchas obras de arquitectura e ingeniería civil; su logro más magnífico a este respecto fue, por supuesto, la construcción de la gran catedral de Constantinopla, Santa Sofía ("La Santa Sabiduría"). Justiniano también ha sido inmortalizado por su contribución a la facultad de derecho. Su codificación del derecho romano fue al menos una obra tan monumental como el edificio de Santa Sofía. Desafortunadamente, su reinado, como el de muchos emperadores bizantinos, estuvo preocupado por disputas teológicas que obsesionaron no solo al clero sino a la población en general. Como a menudo en la historia, las diferencias religiosas proporcionaron puntos de encuentro para las ambiciones y aspiraciones políticas. En Constantinopla, las opiniones se convirtieron en gritos de guerra, indicativos de lealtad. Si respaldaste al auriga verde en el circo, creíste ciertas cosas sobre la relación del Padre con el Hijo y al mismo tiempo favoreciste una rama de la familia imperial en lugar de otra. Las lealtades, en el análisis, son siempre "acuerdos combinados", pero Constantinopla produjo una reducción ad absurdum de la incorregible tendencia humana a la facción.


Después de la muerte de Justiniano en 565, su lejano Imperio pronto se derrumbó, y por un tiempo Constantinopla se contentó con defender sus propios muros. Pero, de nuevo, grandes emperadores como Heraclio (610-641) y Leo el Isauriano (717-740) salvaron la civilización. La última de las provincias occidentales en sobrevivir fue el "exarcado" de Rávena. Esto finalmente recayó en los lombardos (longobardos), un pueblo germánico que había ocupado durante mucho tiempo el territorio del norte de Italia, que todavía lleva su nombre. Quizás la caída de Rávena en 751 es otro término adecuado para la historia romana. Por supuesto, es igualmente posible proponer una fecha mucho más temprana, y como tal, el saqueo de Roma por los godos en 410 se sugiere. Pero esto nuevamente debe considerarse como un evento puramente simbólico. Roma en este momento ni siquiera era la capital de una prefectura o su subdivisión, una diócesis, como los departamentos civiles del Imperio de Diocleciano y Constantino se habían denominado. Ciertamente no era una ciudad de ninguna consecuencia militar. Era simplemente, como la antigua Atenas se había convertido hace mucho tiempo, en un venerado centro turístico, casi una especie de museo.

El frente oriental

Justiniano fue uno de los muchos emperadores que se alegraron de vivir en términos de coexistencia pacífica con los persas, incluso si tuviera que pagar por el privilegio. Pero a los persas no les importaba tanto. Entendieron bien las dificultades de mano de obra de sus viejos adversarios, y mientras que los imperios del este y el oeste fueron atacados por una multitud de bárbaros en otras fronteras, los gobernantes sasánidas consideraron oportuno aprovechar su oportunidad.

Desde la derrota de Valerian y la retribución exigida en nombre de Roma por Odenatus, la marea de guerra en la frontera del Éufrates había disminuido y fluido de manera recurrente. Galerio, el fiel "César" de Diocleciano, al principio había sufrido una derrota (cerca de Carrhae nuevamente) a manos del rey persa Narses. Sin embargo, él se vengó ampliamente del desastre, y al año siguiente (298 dC) la frontera oriental de Roma fue empujada aún más hacia el este, a través de Mesopotamia hasta el Tigris.

En el año 359, Shapur II, empeñado en restaurar la fortuna persa, condujo a sus ejércitos a Mesopotamia y capturó varias fortalezas de la frontera romana. Reaccionando a la emergencia del este, Constancio II se vio obligado a retirar las tropas de la Galia, y el ejército resentido allí proclamó a Julián, su "César" en el frente occidental, como "Augusto". Pero siendo las presiones fronterizas lo que eran, antes de que los rivales imperiales pudieran encontrar tiempo libre para luchar entre sí, Constancio murió y Julián se quedó como el único emperador para reivindicar el poder y el prestigio romanos en el Este. Dirigió a su ejército a lo largo del Éufrates, asistido por el transporte fluvial, y en un punto a unas 50 millas (80 km) de Babilonia, aprovechando un antiguo canal, transportó sus barcos al Tigris. Aquí, sin embargo, en lugar de invertir la capital persa de Ctesiphon, fue atraído a una marcha más hacia el este, en la que las largas líneas de comunicación producían privaciones horribles para sus tropas. Incluso donde el país era fértil, el enemigo lo había devastado. Los persas lo acosaron como los partos habían hostigado a los ejércitos romanos en épocas anteriores. En esta campaña, Julián murió de una herida, y los persas pronto recuperaron Mesopotamia del oficial inadecuado a quien sus afligidas tropas aclamaron como sucesor imperial. Quizás en esta larga historia de guerra fronteriza, los romanos, o en cualquier caso sus representantes bizantinos, consideren que tienen la última palabra. Para el Emperador Heraclio, después de una prolongada serie de campañas, superando una formidable alianza entre los persas y los Avars bárbaros al norte del Mar Negro (626), finalmente destruyó el ejército del rey persa Khusru (Chosroes II) en una batalla cerca de Nínive .
Para entonces, el Imperio persa se había debilitado por completo y ya se había enfrentado a otros enemigos además de Roma. En 454, los persas tuvieron que enfrentarse a una invasión de los hunos blancos, una rama de la horda de Asia Central que ya amenazaba a gran parte del continente euroasiático. Quizás si los sasánidas no hubieran desperdiciado sus energías en guerras inútiles con Roma por ganancias muy limitadas, habrían podido resistir mejor a los árabes que, a principios del siglo VII, despedidos por el mensaje de su Profeta, desafiaron al zoroastrismo persa con un fanatismo mayor que el suyo.

Sin embargo, si bien es posible considerar que las guerras de romanos y persas tienen un efecto simplemente agotador en ambos lados, estas guerras proporcionaron un campo de entrenamiento y fueron la fuente de muchas lecciones militares. Los romanos condujeron su defensa fronteriza en el este con gran sofisticación, y las pequeñas guarniciones de la fortaleza de la frontera del Éufrates en más de una ocasión mostraron su heroísmo. Los romanos también aprendieron mucho de los métodos persas de lucha. Los jinetes de cadena y armadura de placas, en el momento en que se compiló la Notitia Dignitatum, formaron una parte regular del ejército romano, un desarrollo que había comenzado con Trajano. Parece haber habido incluso un intento de desarrollar un híbrido a partir del arquero montado en la luz y el lancero fuertemente armado. Para nosotros aprendemos de arqueros blindados a caballo (equites sagittarii clibanarii). Sin embargo, no hay registro de su aplicación exitosa en acción.


Vándalos

Godos hostiles y amigables

De todos los pueblos bárbaros que penetraron el Imperio Romano en los siglos posteriores de su historia, los godos causaron la más profunda impresión. Eran un pueblo germánico de origen escandinavo, que había comenzado su migración hacia el sur sobre el comienzo de la era cristiana. Expulsados ​​por Claudio "Gothicus" en el siglo III dC, volvieron a ejercer presión en el cuarto. Aurelian había permitido a los godos occidentales (visigodos) establecerse al norte del Danubio en lo que anteriormente había sido la provincia romana de Dacia. Los godos orientales (ostrogodos), que habían formado otro grupo, habían ocupado la región de Ucrania.

A finales del siglo IV, los godos estaban bajo una fuerte presión de los movimientos migratorios de los pueblos de Europa del Este y Asia, y buscaban el derecho a establecerse en territorio romano. El emperador romano Valens, entonces ocupado en la guerra contra Persia, se esforzó por garantizar, a través de sus comandantes en el frente de los Balcanes, que los godos fueran desarmados antes de ser admitidos como colonos, pero no pudo hacer cumplir esta precaución. Las implacables presiones orientales impulsaron sucesivas oleadas de tribus bárbaras a través del Danubio y el Rin, y Valens finalmente se vio obligado a regresar del Este para tomar el mando. En una violenta batalla cerca de Adrianople (378) fue derrotado por los inmigrantes y asesinado. Su cuerpo nunca fue recuperado. El prestigio imperial sufrió mucho. La caballería del emperador había huido y su infantería había sido aniquilada.

Sin embargo, incluso después de este gran desastre romano, los godos no invadieron el Imperio. En primer lugar, no pudieron capturar los puntos fortificados romanos, ya que carecían de la habilidad y el equipo necesarios para el asalto a las fortificaciones. En segundo lugar, los romanos fueron salvados, como a menudo en el pasado, por un gran general que reunió a sus ejércitos cuando la situación parecía desesperada. El salvador en esta ocasión fue Teodosio, un oficial talentoso elevado al poder imperial por el "Augusto" sobreviviente, Flavio Gratiano (Graciano), para hacer frente a la emergencia. Teodosio resolvió el problema de la mano de obra inscribiendo a cristianos godos amigos, ya establecidos dentro del Imperio, para resistir a los invasores. Finalmente se hizo un tratado con los inmigrantes, según el cual se les permitió establecerse dentro del Imperio, al sur del bajo Danubio, como un pueblo confederado bajo sus propios gobernantes, pero sirviendo bajo los oficiales romanos en tiempo de guerra. Esto era mucho lo que habían querido en primer lugar.

Para la política de Teodosio de absorber a los bárbaros a quienes no podía desalojar, había un amplio precedente. Tal absorción estaba en la esencia del instinto político romano; puede ser instanciado en los primeros días de la República y en el posterior reconocimiento de los reinos clientes. Enfrentado a probabilidades numéricas cada vez mayores, causadas no solo por la presión migratoria sino también por la expansión de las poblaciones bárbaras, el emperador romano difícilmente podría haberlo hecho mejor. De hecho, fue una solución imaginativa. Sin embargo, se llegó al punto en que la absorción de los bárbaros podría describirse más apropiadamente como la dilución de los romanos entre los bárbaros.

Esta situación, como las guerras persas, condujo cada vez más a la adopción de armas y armaduras alienígenas por las fuerzas imperiales. En la época de Teodosio, el legionario, con su característico casco con cresta y coraza, todavía era un tipo romano reconocible. Pero al mismo tiempo, las legiones comenzaban a usar armas exóticas como el spatha, una espada larga, que en la época de Tácito había sido empleada solo por auxiliares extranjeros en el ejército romano. En lugar del pilum, algunas unidades de infantería ahora estaban armadas con la lanza, una jabalina más ligera, a la que se podía dar mayor precisión e ímpetu mediante el uso de una correa de honda adjunta. Los términos spiculum y vericulum también indican nuevos tipos de armas de misiles. La tendencia general era hacia tipos más ligeros de lanzar lanzas.


Godos en revuelta

En el año 388 d. C., con la ayuda de un general alemán, Teodosio había reprimido la rebelión de Magnus Maximus, un pretendiente militar basado en Gran Bretaña, que había extendido su poder a la Galia y España y finalmente invadió las provincias centrales del Imperio. El general alemán de Teodosio luego se volvió contra él y apoyó a otro pretendiente en Roma, pero el Emperador marchó rápidamente desde Constantinopla a Italia y extinguió tanto al rival romano como a su partidario alemán. Los acontecimientos tomaron este curso porque Teodosio era un emperador fuerte, capaz de pelear sus propias guerras. Bajo emperadores débiles o pusilánimes, el poder real residía en sus comandantes en jefe, y estos comandantes en jefe eran con frecuencia de origen bárbaro germánico.

Los godos que Teodosio se había establecido al sur del Danubio permanecieron leales durante su vida. Pero su jefe, Alaric, que había comandado un contingente gótico durante la campaña italiana, aspiraba a un nombramiento más alto, y después de la muerte de Theodosius llevó a su pueblo a la revuelta. Bajo el liderazgo de Alarico, los godos del asentamiento del Danubio (Baja Moesia), después de amenazar brevemente los muros de Constantinopla, marcharon hacia el sur a través de Tracia y devastaron Macedonia y el norte de Grecia. Sin embargo, fueron controlados por el muy capaz comandante en jefe occidental, Stilicho, el único oficial que pudo hacer frente a Alaric. Como resultado de la intriga política, el emperador Arcadio en Constantinopla ordenó a Estilicho fuera del territorio oriental. Stilicho obedeció, y Alaric fue libre para continuar su marcha hacia el sur.

Atenas pagó a los godos para que se fueran, pero invadieron el Peloponeso. Arcadio, después de haber tenido tiempo para pensar de nuevo, hizo un llamamiento a Stilicho para que regresara, y Stilicho vino. Llegó a Corinto con su ejército por mar, superó a los godos en el Peloponeso y obligó a Alarico a hacer las paces. Por un nuevo tratado, los godos recibieron tierras al este del Adriático, y Alarico fue proclamado rey de Iliria. No era una solución que se esperara que dure, y no fue así.

La actitud de Alarico parece haber sido de alguna manera ambigua. Al principio había sido ambicioso para la promoción en el ejército romano, pero cuando se sintió decepcionado, abrazó con entusiasmo la causa de la independencia gótica nacionalista, que gozó de una moda considerable entre los visigodos de los Balcanes sobre los que gobernaba. El acuerdo que alcanzó con Stilicho parece haber satisfecho temporalmente tanto sus aspiraciones romanas como góticas, ya que, aunque reconocido como rey por la población gótica, también se le otorgó el título de Maestro de las Fuerzas Armadas en Illyricum, una importante cita romana.

"Maestro de las Fuerzas Armadas" era un título que se había vuelto importante bajo Teodosio. En la época de Constantino el Grande, el Maestro del Caballo (Magister Equitum) y el Maestro del Pie (Magister Peditum) habían sido nombrados por separado. Pero Theodosius combinó a los dos en un solo comando (Magister utrius quo militiae). Los oficiales, por lo tanto, podrían estar adscritos al personal del emperador o tener autoridad sobre regiones específicas, como Alaric estaba en Illyricum. En Occidente, el comando dividido de caballo y pie persistió hasta una fecha posterior, pero bajo un emperador como el hijo de Teodosio, Honorio, que no era un soldado, la necesidad de un comando unificado se hizo imprescindible, y el comandante en jefe, quien recibió automáticamente el estatus social patricio en la cita, llegó a ser conocido, curiosamente, como el patricio. El antiguo término patricio, originalmente aplicado a los miembros aristocráticos de la República primitiva, había sido revivido por Constantino como un título honorario, pero en el siglo V dC a menudo lo tenían oficiales bárbaros exitosos e indicaba un mando militar supremo.

Los vándalos

Stilicho, como Alarico, era un oficial de origen bárbaro. Difería en no ser un gótico, sino un vándalo. En el siglo V dC, los vándalos eran un pueblo germánico muy activo, pero en comparación con otras naciones bárbaras, no eran numerosos. Su tierra natal más antigua registrada estaba en el sur de Escandinavia, pero, migrando hacia el sur, a fines del siglo II dC se habían convertido en los inquietos vecinos occidentales de los asentamientos góticos al norte del Danubio. Se realizó una nueva migración como resultado de la presión de los hunos, y en 406 los vándalos cruzaron el Rin, asolaron y saquearon la Galia, y luego se dirigieron a España. En estas andanzas, fueron acompañados por los alanos del sur de Rusia, pero los visigodos en España, actuando bajo la influencia romana, los atacaron ferozmente y prácticamente exterminaron una sección de su comunidad.

En 429, bajo el más célebre de sus reyes, Gaiseric, los vándalos, con sus asociados de Alan, cruzaron a África. Se informa que toda su población en este momento solo tenía 80,000 habitantes. Probablemente, no más de 30,000 de estos habrán estado luchando contra hombres. El número es pequeño cuando uno recuerda la instancia de Ammianus Marcellinus de una sola tribu alemana que en el transcurso de 60 años había aumentado su población de 6,000 a 59,000. Gaiseric pronto ejerció el control total sobre el norte de África. Al igual que otras naciones germánicas, los vándalos habían hecho contacto con el cristianismo antes de ingresar al territorio imperial romano. Al igual que muchos otros alemanes, también, se habían convertido a una forma herética del cristianismo (arrianismo). Gaiseric era un Ariano ardiente y persiguió a los cristianos católicos del norte de África con celo fanático.

Los vándalos fueron notables como una nación marítima. Quizás la experiencia de la inmigración africana les abrió los ojos a las nuevas posibilidades del transporte por agua. Gaiseric adquirió una flota y la usó con el propósito de una piratería generalizada, contra la cual el Mediterráneo occidental, a fines del siglo V, no tenía absolutamente ninguna protección. Puede parecer sorprendente que una nación con una larga historia de migración terrestre se haya desarrollado de esta manera, pero los godos, que llegaron de manera similar al Mediterráneo en el siglo III, se adaptaron rápidamente a las condiciones marítimas y lanzaron ataques marítimos en el Mar Negro y más al sur hacia el Egeo.

Ciertamente, el hábito marinero parece haber arraigado profundamente entre los vándalos y tal vez sea anterior incluso a la ocupación de África por vándalos. A finales del siglo IV, Stilicho, siguiendo los métodos tradicionales de sus compatriotas, transportó a su ejército a Corinto por mar. Después de llegar a un acuerdo con Alaric en 397, envió otra fuerza marítima al norte de África para sofocar una rebelión en esa provincia. Claramente, el gran generalismo vándalo de Roma estaba al mando indiscutible de las aguas del Mediterráneo central y occidental. La historia sugiere que Stilicho y Gaiseric estudiaron en la misma escuela estratégica.

La debilidad de los vándalos, por supuesto, radica en la escasez de sus números, y en esto pueden contrastarse fuertemente con muchas otras naciones bárbaras, que podrían confiar en los números para compensar la falta de habilidad militar y armamento sofisticado. Por esta razón, el renombrado general bizantino, Belisario, actuando en nombre del emperador Justiniano, en el siglo VI pudo cruzar con una flota hacia África y aplastar el reino de los vándalos por completo. Nunca revivió. También deberíamos notar, en este contexto, que la tradición marinera griega en el Este, con el apoyo total de Constantinopla, todavía fue capaz de proporcionar un baluarte contra la piratería organizada durante siglos cuando los mares y las costas de Occidente estuvieron irremediablemente expuestos a tales atacantes.

domingo, 6 de octubre de 2019

Revolución Libertadora: Teisaire, el vicepresidente que se volvió decente

Alberto Teisaire, el vice de Juan Domingo Perón que apoyó a la Revolución Libertadora: "Él no gobernaba, ordenaba"

Apenas derrocado el gobierno en 1955, aportó un extenso testimonio en contra del peronismo: "El sistema cerraba toda posibilidad de rebeldía, crítica o disentimiento"

Por Vidal Mario || Infobae

  La revista PBT anuncia la reelección de Alberto Teisaire como titular del Senado de la Nación


"Como tenía que ser, por peronista probado, presidente del Senado, reeligieron a Teisaire".

Así se refería la revista PBT del 9 de mayo de 1952 a la reelección de Alberto Teisaire como titular del Senado de la Nación.

Este "peronista probado", marino de profesión, era un buen y leal compañero.

El personaje cobró notoriedad cuando, tras el golpe militar de junio de 1943 encarado por el GOU, la dupla Farrell-Perón lo nombró ministro de Marina.


Tres años después fundó la agrupación política Partido Independiente y la puso a las órdenes de Perón para las elecciones presidenciales de febrero de 1946. Gracias al triunfo del coronel él obtuvo una banca en el Senado de la Nación.

En abril de 1954 fue elegido vicepresidente en reemplazo del fallecido Hortensio Quijano. Lo trajo como secretario privado a uno que unos cuantos años después sería particularmente famoso: el periodista Bernardo Neustadt.

En tres oportunidades fue presidente la república (por ausencia de Perón) y simultáneamente presidente del Senado y del Partido Peronista Masculino. En esos tiempos la residencia presidencial estaba en un espléndido parque rodeado por las calles Agüero, Alvear (hoy Libertador) y Austria, en el barrio de La Recoleta.

En una de las ocasiones en que ejerció la presidencia provisional, el 13 de febrero de 1953 firmó un decreto que disponía el traslado de la residencia presidencial para levantar en su lugar un gigantesco –nunca concretado- monumento a Eva Perón.

A lo largo de su carrera de senador presentó diez proyectos de leyes sobre homenajes y otorgamientos de honores a Perón.

Por todo ello, nadie esperaba que hiciera lo que hizo: apenas asilado Perón, reveló públicamente todo cuanto sabía de las miserias de ese gobierno que acababa de caer. "Perón nos obligó a esto", alegó en su declaración.

La cuestión es que hace 64 años un golpe militar terminaba con el gobierno de Perón.

  Eduardo Lonardi

Entre las voces que en los días posteriores se escucharon figuraban las de Jorge Luis Borges, Victoria Ocampo, Ricardo Balbín, Arturo Frondizi y Cipriano Reyes. Pero la que conmocionó al país fue la declaración del contraalmirante Teisaire.

Nadie esperaba que justamente él pudiera haber sido capaz de semejante actitud.

Su testimonio público duró 12 minutos y, entre muchas otras cosas, reveló:

"La conducta de Perón como gobernante y su deslealtad para los que en él creyeron, su cobarde y vergonzosa deserción frente al adversario que lo hizo abandonar al gobierno y a sus colaboradores, me habilitan para la actitud que asumo.

Estimo que no tengo por qué guardar respeto ni consideraciones para quien no las tuvo con nadie, ni siquiera con el país, de cuyos destinos dispuso a su antojo.

Algunos se preguntarán cómo fue que viendo tanta podredumbre moral e infamia ya no acusase en su momento al responsable directo de ese estado de cosas.

Mi respuesta es que el sistema cerraba toda posibilidad de rebeldía, crítica o disentimiento a quienes no comulgaban incondicionalmente con sus ideas y sus planes.

Todo el que levantara su voz contra Perón era marcado como traidor o vende patria y perseguido en todos los terrenos, conjuntamente con su familia.

Disentir era quedar expuesto a la cárcel y a la persecución, que se extendía a amigos y familiares.

Disentir o rebelarse comprometía la libertad, el honor y los bienes propios y familiares.

  Alberto Teisaire

Discrepar con Perón fuera del peronismo era peligroso y disentir con él dentro del partido o del gobierno era exponerse a todos los peligros imaginables.

Por eso muchos de los hombres que ocuparon posiciones prominentes en el régimen y después fueron arrojados por la borda sin explicaciones guardaron prudente y cauteloso silencio acerca de lo que les había sucedido.

Yo también podría haberme ausentado del país o asilarme en alguna embajada extranjera.

Me quedé para no seguir el desgraciado ejemplo de Perón, quien después de utilizarnos, engañarnos y entregarnos se fugó en un barco de guerra extranjero. Lo suyo fue una traición a sus partidarios, a sus compatriotas y al país.

Perón, que hizo derramar sangre de obreros, de soldados y de ciudadanos terminó huyendo en el momento más crítico y cuando todavía las cosas no estaban decididas.

Mientras los trabajadores daban "la vida por Perón" él tuvo miedo de dar su vida por los obreros, y huyó.

Abandonó al partido peronista que siempre le acompañó con lealtad y sacrificio. No fue leal ni se sacrificó por su partido, y también abandonó a las mujeres partidarias, que tanto creían en él aunque él nunca creyó en ellas.

Se asiló bajo bandera extranjera, hecho único en la historia nacional. Los dos únicos presidentes constitucionales derrocados por una revolución (Yrigoyen y Castillo) afrontaron la situación con entereza, asumiendo la responsabilidad de su magistratura frente a quienes encabezaron aquellas sediciones.

Sin embargo, Perón, que tantas manifestaciones de hombría, de coraje y de valor había hecho, tuvo miedo y huyó.

Bonito ejemplo nos dejó el "conductor", el "líder", el "libertador" que nosotros idealizamos y ensalzamos con un candor y buena fe realmente increíbles.

Digo todo esto con la esperanza de que no vuelva a haber en el futuro, en un pueblo sano y bien intencionado como el nuestro, ídolos tan falsos como Perón.

Frente a su deserción considero que hablar es para mí un deber inexcusable. Con esto no eludo ninguna responsabilidad ni busco atenuar las que me alcancen, pero tampoco eludiré manifestar la verdad, aunque esta verdad sea dura y amarga.
 
El tirano pedófilo Perón

Para someter al pueblo, a las instituciones y a los hombres Perón creó un sistema calcado de los regímenes totalitarios, organizando un aparato de represión de alcances inauditos.

Fingiendo ideales democráticos construyó un sistema de dominación que no tiene antecedentes.

No compartió el poder con nadie, de modo que las responsabilidades de su gobierno son pura y exclusivamente suyas y de los que se prestaron por sumisión, ignorancia o complicidad, a fraudes o dolos administrativos de toda clase.

Nadie puede llamarse a equívocos, hay un solo responsable de todo: Perón. Uno sólo inspiraba y ordenaba: Perón. No consentía ni admitía a nadie que lo aconsejase o ayudase. Por lo tanto, a nadie puede culparse del desastre sino a él.

Mucha gente humilde y de buena fe creyó en su lealtad al pueblo, en su sinceridad, en su honradez. Es a esa gente que me dirijo para advertirles del error en que vivían, de la mentira en que creyeron y de la estafa de que han sido víctimas.

Muchos recién se dieron cuenta del engaño cuando se fugó del país cuando todavía estábamos en medio de la batalla defendiéndolo.

En cuanto a la crisis con la Iglesia, nació del despecho que le produjeron los éxitos de público en los actos estudiantiles de Córdoba frente al fracaso de los mitines de la UES, institución creada por él como instrumento político. Perón fabricó la conocida leyenda de la intromisión clerical en la política, y para ello inventó hechos imaginarios y pruebas que a la postre resultaron ser falsas.

Engañados, hicimos un acto en el Luna Park donde algunos oradores creyendo en su palabra y en sus afirmaciones censuramos la intromisión de la Iglesia en la política. Después supimos que todo había sido un fraude preparado por Perón.

Seguidamente intentó arrancar de las dos Cámaras una ley de expropiación de la Catedral, para lo cual le hizo presentar un proyecto al ministro Méndez San Martín.

Juan Domingo Perón junto a Alberto Teisaire

Varios nos opusimos a ese proyecto y evitamos la consumación de otro atropello contra la Iglesia.

Igualmente, quiso eliminar al Partido Conservador y al Partido Socialista del panorama cívico argentino sólo porque no concurrieron a las elecciones de 1954.

En cuanto a la Alianza Libertadora Nacionalista, era una fuerza de choque para ejercer violencia no sólo contra adversarios sino también contra los propios partidarios.

Sobre la forma en que ejercía el poder, él manejaba absolutamente todo.

Nada de lo que su gobierno hizo o dejó de hacer se concretó sin su consentimiento.

Él no gobernaba, ordenaba.

Ya en los últimos tiempos de nuestro gobierno se dedicó más a los estudiantes de la UES, al deporte y a los artistas, y nadie se ocupaba de los asuntos de gobierno.

Nada se resolvía, todo se atrasaba y todo se dejaba para después porque nada podía hacerse sin su visto bueno.

Por otra parte, Perón carecía absolutamente de sentimientos. No tenía sentimientos ni para la madre, ni para la esposa, ni para el hermano, ni para nadie.

Cometió la más grande estafa a su pueblo porque lo estafó en sus sentimientos, en sus ilusiones y en su decoro.

Los obreros deben saber que las mejoras que obtuvieron fueron un derecho, no favores de Perón; fueron conquistas merecidas y legítimas de la clase trabajadora.

Otro tema: los permisos de importación y de exportación estaban exclusivamente en manos de estas tres personas: Jorge Antonio, Tricerri y Aymar.

Premiaban con permisos de exportación a gente ajena al comercio y la industria: actores o actrices, deportistas y paniaguados del ex presidente, quienes recibían dichas órdenes en pago o recompensa de elogios a su persona.

Cuando los acontecimientos lo cercaron y él sintió los impactos negativos de la opinión pública, conmovida por la quema de la bandera y de los templos, lanzó su penúltima farsa: ofrecer su renuncia tanto al partido como a la CGT.

Allí terminó de recibirse, definitivamente, de modelo de hipocresía y simulación.

Su decisión de renunciar precipitó mi renuncia y la de otros funcionarios y magistrados.

Creíamos que con ello le evitaríamos a la Argentina los trágicos días que se veían venir.

Renunciamos porque sinceramente creímos que Perón iba a hacer lo mismo.

Todos creímos en la sinceridad de su decisión de renunciar por el bien del país.

Pero apenas horas más tarde él pronunció la violenta arenga del 31 de agosto.

Los que estábamos ahí nos quedamos fríos cuando en lugar de hablar de renunciar dijo que debíamos matar cinco adversarios por cada uno de nosotros.

Los argentinos debemos extraer de la dura lección que acabamos de pasar la idea de mirar hacia adelante pero ya despojados de idolatrías de ninguna especie".

Semejante sinceramiento no impidió que el ex vicepresidente Teisaire fuera juzgado y enviado a la Isla Martín García, donde permaneció hasta el año 1958. Quienes lo juzgaron también lo privaron de su grado y del uso de su uniforme.

sábado, 5 de octubre de 2019

Guerra del Paraguay: El vívido arte de Cándido López

Cándido López, testigo y artista en la guerra del Paraguay




Uno de los retratos
Roque A. Sanguinetti  || La Nación


"Saludemos la enseña inmaculada/ que heroica tremoló en Curupaytí/ cuyo cerro regaron con su sangre/ Rivas, Díaz, Charlone y otros mil", dice la hermosa Marcha de Curupaytí, que tiene música de Cayetano Silva y letra de Carlos Benielli, los mismos autores de la Marcha de San Lorenzo. Evoca la guerra del Paraguay o de la Triple Alianza, en la que la Argentina, el Brasil y el Uruguay unidos derrotaron al Paraguay después de cruentas batallas entre 1864 y 1870.

En las tropas argentinas fueron al frente gauchos y paisanos "conchabados" aunque también soldados de toda laya, hasta "niños bien" y el hijo de un presidente, Dominguito Sarmiento, que murió en esas trincheras. Y entre los que derramaron su sangre ante la inexpugnable fortaleza paraguaya de Curupaytí estaba un joven pintor y fotógrafo que se había enrolado en el Batallón San Nicolás, que fue diezmado. No murió, pero perdió su mano derecha destrozada por una granada. Dramas de la guerra. Antes de esa desgracia él que era diestro, en ratos libres había dibujado con lápiz croquis de la campaña militar, y volvió lisiado y sin futuro.

Pero unos años después fue el propio Bartolomé Mitre, que había sido presidente de la Argentina y simultáneamente generalísimo de la Triple Alianza, quien lo alentó para que adiestrara su mano izquierda y pintara escenas de esa guerra. Mitre ya lo conocía de mucho antes, cuando tenía su mano derecha y le había pintado un retrato de cuerpo entero.


Cándido López ejercitó con ardua paciencia su mano menos hábil durante dos años, y en base a sus antiguos croquis y a sus nítidos recuerdos personales comenzó a pintar la guerra del Paraguay. No completó tantas obras como se había propuesto, pero alcanzó a terminar nada menos que cincuenta y ocho cuadros sobre el tema.

Pintados con calidad pictórica y gran originalidad, con los conocimientos que solo podría tener quien hubiera estado allá, participando en las batallas. Son óleos de buen tamaño, de formato muy horizontal, coloridos, y que muestran espacios amplios y la vez abundantes en detalles minuciosos. Él comentó: "Es la verdad de los hechos y de los detalles, salvados del tiempo para servicio de la historia y de mi patria." Paisajes bellos y quizás idealizados, donde se remarcan las escenas militares pero no se dramatiza la parte oscura de la guerra. Y de este modo, así como antiguas campañas quedaron en la historia por relatos notables, Cándido López documentó la guerra del Paraguay con sus pinturas, hoy patrimonio de los argentinos.

Tuvo una familia con doce hijos y pasó apremios, pero el Estado lo ayudó comprándole obras. Muchas de ellas se conservan en el Museo Histórico Nacional, el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de la Casa del Acuerdo de San Nicolás, la ciudad desde donde partió un día hacia la guerra, el sufrimiento, la superación y una fama imperecedera.

Son cuadros que al mirarlos se vive la historia, y al fondo a uno le parece oir lejanamente un clarín y aquella marcha: "Gloria eterna bandera azul y blanca,/ gloria eterna a los bravos que por ti/ inmolaron sus vidas en los campos/ de Tuyutí, Humaitá y Curupaytí".



Por: Roque A. Sanguinetti

viernes, 4 de octubre de 2019

SGM: El Graf Spee y los tres argentinos a bordo

Cuando la guerra mundial imprevista por Hitler llegó al país: el día en que tres argentinos subieron en secreto al buque alemán Graf Spee 

Los detalles y la trastienda de la llegada de la célebre embarcación nazi al Río de la Plata

Por Juan Bautista "Tata" Yofre  || Infobae


El “Admiral Graf Spee”, con su bandera desplegada

El 11 de agosto de 1939, tras una larga jornada en el castillo de Fuschl, una finca cercana a Salzburgo, el canciller alemán Joachim von Ribbentrop y su par italiano Galeazzo Ciano fueron al refugio alpino de Adolf Hitler. Habían tenido dos días de conversaciones. En el primero, el yerno de Mussolini trató de explicar que por distintas razones Italia no estaba preparada para la guerra y que solo resistiría algunos meses ante un conflicto general. Y que el ataque a Polonia no quedaría localizado ni mucho menos en aquel país. Al día siguiente, cuenta el intérprete de Hitler, Paul Schmidt, Ciano fue recibido nuevamente por Hitler y éste afirmó con gran seguridad: "Estoy plenamente convencido de que ni Inglaterra ni Francia tomarán parte en una conflagración general…las democracias son inferiores a Alemania y no lucharán"

Tras los encuentros, Paul Schmidt volvió a su residencia de descanso en Norderney, sobre el Mar del Norte. No pasó más de una semana cuando recibió otra importunada llamada telefónica comunicándole que lo pasaría a buscar un avión para llevarlo a Berlín. Nadie sabía la razón de tanto apuro. En su mesa de trabajo del Ministerio de Asuntos Exteriores encontró un sobre sellado. "Era una orden para ir en avión en compañía de Ribbentrop… a Moscú, donde tenía que actuar en las entrevistas con Stalin, no como intérprete, puesto que yo no hablo ruso, sino para ejercer mi segunda función, reteniendo en unos apuntes el curso de las negociaciones y los posibles acuerdos."

El martes 22 de agosto la delegación alemana partió a Moscú a las nueve de la noche en un cuatrimotor Cóndor, FW 200. Mientras se encontraba en pleno vuelo y observaba la tranquilidad del espacio aéreo, Schmidt imaginó que "contrastaba de modo extraño con la tempestad que ya rugía entre bastidores y que, a ritmo acelerado, se iba cerniendo sobre Europa."

En esas horas, Alemania y la Unión Soviética delimitaron las esferas de influencia en la Europa Central mientras sellaban un acuerdo secreto, firmado entre Ribbentropp y Viacheslav Molotov, en el que se repartían el territorio polaco. Al finalizar, Stalin brindó: "Yo sé bien como quiere el pueblo alemán a su Führer; ¡bebo a su salud!".

Mientras Ribbentrop volaba a la Unión Soviética, en su Berghof Hitler explica y justifica con una serie de argumentos, a un centenar de altos oficiales, que había tomado la decisión de ocupar Polonia en primavera. Primero les informa que en esas horas se está cerrando un Pacto de No Agresión en Moscú. Luego dice: "Encontraré, para desencadenar esta guerra, una razón válida que la propaganda deberá explicar. Importa poco, por otra parte, que ésta razón sea o no plausible. El vencedor no debe rendirles cuentas al vencido. No tendremos que decir si hemos dicho o no la verdad. En tiempos de guerra, desde el principio como durante el curso de las operaciones, no es el derecho lo que importa, es la victoria…". Por lo tanto, agrega, se debe "actuar de manera fulgurante. El fin es, lo repito, liquidar Polonia […] aniquilar sin piedad… aunque haya que desencadenar una guerra en el Oeste".

Luego llegaron interminables jornadas, cargadas de mensajes y entrevistas entre Berlín, Roma, Londres y París. El 25, el embajador italiano Attolico llegó a la cancillería con una carta de Mussolini a Hitler: "Es para mí uno de los momentos más dolorosos de mi vida el tener que comunicarle que Italia no está preparada para la guerra". La misiva, según Schmidt, produjo el efecto de una bomba.

  Los cancilleres Ribbentrop y Molotov firman el Pacto de No Agresión”. Sonriente observa Stalin

"Durante los días siguientes (al pacto Ribbentrop-Molotov) –anotó el calificado testigo- se sucedieron los tratos verbales o escritos, sin pausa, con los embajadores en Berlín o los políticos en Londres, París y Roma. Era una especie de teleconferencia entre capitales europeas, para la que utilizaron el teléfono y el telégrafo". Se volvía, además, a repetir la misma escena: se discutía sobre la soberanía de un país que no estaba representado en la mesa de negociaciones. El texto del traductor alemán refleja cierta tristeza al relatar las últimas horas de paz. "Me había dado cuenta –la medianoche del 30 al 31 de agosto- de la farsa que Hitler y Ribbentrop estaban representando", porque simplemente escuchaba las entrevistas y las opiniones privadas de sus jefes cuando los negociadores extranjeros abandonaban la Cancillería.

En la noche del 31, Hitler ya había dado la orden de invadir Polonia a las 05,45 de la mañana del 1º de septiembre de 1939. El domingo 3 de septiembre de 1939, a las nueve de la mañana, el embajador británico Henderson entró al Ministerio de Asuntos Exteriores, sito en Wilhelmstrasse 76, y le entregó a Paul Schmidt el ultimátum británico anunciando el estado de guerra. Una vez recibido, lo llevó a la Cancillería, entró al amplio despacho de Hitler, que estaba acompañado por Ribbentrop, y lo tradujo en voz alta. Al finalizar, el Führer se quedó completamente inmóvil y silencioso. Tras unos segundos, le preguntó a su ministro: "¿Y ahora qué?". El alto funcionario contestó: "Supongo que dentro de una hora los franceses me entregarán un ultimátum idéntico." Detrás de Francia llegaron con el mismo objetivo los embajadores de Australia, Nueva Zelanda y Canadá. El 17 de septiembre la Unión Soviética se apoderó de su parte del territorio polaco. Más tarde invadiría Finlandia.

Como parte de la farsa que se urdía en la Cancillería, el Panzerschiff Admiral Graf Spee salió de la base Wilhemshaven a las 19 del 21 de agosto de 1939 con rumbo al Atlántico Sur. El capitán de navío (Kapitän zur See) Hans Langsdorff lleva un sobre con ordenes secretas. Casi al unísono el acorazado Deutschland sale rumbo al Atlántico Norte. También son ubicados en zonas de tráfico marítimo varios submarinos. Al estallar la guerra, Hitler ordenó a su Armada interceptar las líneas de abastecimiento de Gran Bretaña y Hans Langsdorff tenía como directiva principal ceñirse a las reglas de captura y evitar combate y moverse mucho dentro de su zona de acción. El 1º de septiembre, el mismo día que se invade Polonia y se está por entrar en guerra contra Gran Bretaña y Francia, el Graf Spee es visto en las islas Canarias al lado de su buque de abastecimiento Altmark.
 
El “Admiral Graf Spee” de frente.

Desde ese momento el Admiral Graf Spee actuó como buque corsario intentando cortar la línea de abastecimientos al Reino Unido de la Gran Bretaña. En esa tarea, la guerra que había comenzado en Europa y que Hitler preveía que los ingleses y franceses no iban a reaccionar llegó hasta América del Sur y las barrosas aguas del Río de la Plata iban a convertirse en campo de batalla –y cementerio—del Panzerschiff (acorazado de bolsillo) clase Deutschland.

El Admiral Graf Spee hundió con diferentes tácticas (entre otras disfrazando el navío) los barcos de bandera británica Newton Beach (5 de octubre se lo captura y el 7 se lo hunde), Ashlea (7 de octubre), Huntsman (10 de octubre se lo captura, el 17 se lo hunde), Trevanion (22 de octubre), África Shell (15 de noviembre), Doric Star (2 de diciembre), Tairoa (3 de diciembre) y Streonshall (7 de diciembre). En total 50.000 toneladas hundidas. Si se observa, fue la mitad del buque gemelo Admiral Scheer pero en ese tiempo su mayor virtud fue la de demandar -o distraer- que las flotas de Gran Bretaña y Francia organizaran diferentes equipos para localizarlo.

El 1º de septiembre, el mismo día que se invade Polonia y se está por entrar en guerra contra Gran Bretaña y Francia, el Graf Spee es visto en las islas Canarias al lado de su buque de abastecimiento Altmark

El miércoles 13 de diciembre de 1939, tras la batalla con tres navíos de guerra británicos, a las 22.50, el Admiral Graf Spee se refugió en el puerto de Montevideo. Gran parte de la tripulación se encontraba agotada. Al momento de atracar el panorama naval que se encontró Langsdorff no podía ser peor, se había metido en una ratonera. Sabía que los británicos no lo iban a perdonar y que le habrían de lanzar una fuerza renovada para hundirlo. Gran Bretaña necesitaba urgentemente un éxito que levantara su alicaído ánimo y ratificara la conducción de Winston Churchill al frente del Almirantazgo.

El jueves 14, casi al unísono, llegaron a Montevideo, desde Buenos Aires, los agregados navales "concurrentes" de Alemania y Gran Bretaña. Uno era el capitán Dietrich Niebuhr y el otro el capitán H. McCall. Los dos entraron en el juego de la guerra diplomática que había estallado en Montevideo. El embajador inglés Eugen Millington-Drake también tiene en cuenta a Michael Powell el jefe de la Inteligencia británica en el Río de la Plata, cuyos hombres entremezclados con los curiosos fotografiaban al Graf Spee desde las pequeñas embarcaciones y en tierra.

El miércoles 13 de diciembre de 1939, tras la batalla con tres navíos de guerra británicos, a las 22.50, el Admiral Graf Spee se refugió en el puerto de Montevideo. Gran parte de la tripulación se encontraba agotada. Al momento de atracar el panorama naval que se encontró Langsdorff no podía ser peor, se había metido en una ratonera

El viernes 15 de diciembre de 1939 una verdadera multitud acompañó a los féretros de los marinos alemanes al Cementerio del Norte. Los tripulantes del Graf Spee lucían sus uniformes de gala. En el momento de la despedida final todos realizaron el saludo nazi, aunque Langsdorff lo hizo a la manera clásica, se llevó la mano derecha hacia su gorra. Entre tanta gente, no pasaron inadvertidos los marinos de los barcos mercantes británicos con el capitán Dove a la cabeza.

Marinos alemanes bajan del acorazado sus muertos y heridos en Montevideo tras la batalla del Río de la Plata

El jueves 16 también llegaron a Montevideo tres oficiales de la Armada Argentina "en cumplimiento de la comisión reservada" que les había dado el Director de la Escuela de Guerra Naval, Capitán de Navío Héctor Vernengo Lima. Ellos eran los Capitanes de Fragata:

Juan María Carranza (5º puesto de la Promoción 40). Se retiró en 1949.

Oscar G. Ardiles (3º de la Promoción 45). Pasó a retiro en 1943.

Walter A. von Rentzell (Promoción 46). Más tarde fue Prefecto Naval; Director de Material Naval (1950) y llegó a vicealmirante. Se retiró el 24 de mayo de 1955. Era considerado un oficial "duro pero prestigioso".

  El imponente Graf Spee (David Muscroft/Shutterstock)

El primer día avistaron al buque alemán desde un remolcador atestado de gente y de "agentes" y al día siguiente subirían a la embarcación y harían un largo informe.

En esas mismas horas el capitán Oscar G. Ardiles de la Armada Argentina se puso en contacto con su amigo personal, el señor Dünhofer, gerente del Banco Alemán en Montevideo, "muy vinculado a la representación diplomática alemana" y luego de ser invitado a almorzar se comprometió a gestionar una visita al Graf Spee.

Ardiles informó: "Nuestra presencia en el cementerio fue notada por el Agregado Naval alemán en nuestro país, lo que permitió que el capitán von Rentzell se pusiera al habla con él por teléfono a fin de reforzar nuestra gestión de lograr una visita al buque".

El informe de los tres capitanes de Fragata argentinos (Carranza, Ardiles y von Retzell) agrega que la solicitud fue aceptada "sin inconvenientes y con gran facilidad". "A las 11.45 del sábado llegó al muelle el Comandante del Acorazado Alemán que estaba en tierra, acompañado por el embajador (Otto Langmann) y el Agregado Naval en nuestro país (capitán Dietrich Niebuhr) y con ellos nos embarcamos en la lancha del Comandante que nos trasladó a bordo. El Agregado Naval Alemán nos presentó al comandante (Langsdorff) como a tres capitanes argentinos amigos personales de él y en cuya discreción podían tener absoluta confianza".

"Langsdorff habló detenidamente con nosotros, dirigiéndose al capitán von Rentzell en alemán, y dijo que el buque no tenía ninguna avería que afectara su poder combativo y que solamente requería las reparaciones necesarias para poder habilitar las cocinas, panadería, lanchas y orificios en el casco", apuntaron.

jueves, 3 de octubre de 2019

Babilonia y su nemesis: Asiria

Babilonia: Enemigo de Asiria

Weapons and Warfare

En el siglo VII a. De C., la tecnología de la Edad del Hierro estaba avanzando en Babilonia. Además de las herramientas de hierro que se encuentran en Nippur, hay un número cada vez mayor de referencias en los textos de cuentas para planchar objetos: clavos, dagas, navajas de afeitar, somieres y macetas. También existe la primera mención específica en un documento babilónico de un herrero, que parece ser una nueva ocupación en la tierra. Al menos parte del hierro usado en Babilonia fue importado de Cilicia.





Otro tema sobre el cual nos gustaría estar mejor informados para este período es el ejército babilónico. Los ejércitos conquistadores de Nabopolassar, que en las dos décadas posteriores a 625 C. C. pusieron fin al imperio asirio y luego empujaron al oeste para ganar Carchemish y Siria, no carecieron de sus precursores babilónicos, a pesar del silencio relativo de los textos. La fuerte dependencia de los caldeos de los generales, oficiales y soldados de los elamitas (especialmente los arqueros) no debe ocultar el hecho de que los caldeos, arameos y babilonios más viejos tenían sus propias batallas y, en ocasiones, luchaban sin importantes ayudas extranjeras. En Dur-Atkhara en 710, se dice que las fuerzas de Merodach-baladan incluyeron 600 soldados de caballería (pethallu) y 4,000 soldados de la guarnición (sabe suluti). En el año siguiente, en el sitio asirio de Dur-Yakin, la capital de Merodach-baladan en el sur, las fuerzas caldeas incluían un contingente central bajo el rey (kisjr sarruti) y caballos entrenados para el uso de carros. Ashurbanipal afirmó que le había dado a la infantería, la caballería y el carro de Shamash-shumaukin los tres componentes principales de las fuerzas armadas contemporáneas. Los ejércitos babilónicos por sí mismos demostraron ser capaces de capturar ciudades importantes como Nippur (693) y Cutha (651). Los mesopotámicos del sur aparentemente no carecían de habilidades militares, ya que el ejército asirio en la época de Ashurbanipal incluía tropas reclutadas entre los babilonios, caldeos y arameos; pero aún no hemos descubierto prácticamente ninguna documentación sobre el propio ejército babilónico. Aunque el ejército en los siglos VIII y VII generalmente no era un rival para las fuerzas asirias y sus técnicas más avanzadas, fue capaz de enfrentar a los asirios en el campo y en varias ocasiones para verificar los movimientos asirios.



Se sabe muy poco acerca de las tácticas empleadas durante el Imperio neobabilónico, pero probablemente fueron similares a las utilizadas por los asirios. Sabemos más sobre el período inmediatamente anterior a esto debido a los registros asirios sobre las guerras libradas contra los rebeldes de Babilonia. Los babilonios utilizaron las dificultades y los obstáculos naturales de su campo con buenos resultados. Grandes partes del sur de Babilonia eran marismas en las que los fugitivos podían esconderse con sus séquitos, emergiendo cuando las fuerzas asirias se habían ido a casa, o procediendo al exilio en Elam. Merodach-Baladan fue cazado durante cinco días en estas marismas y hay relieves asirios que representan a sus tropas eliminando la resistencia en estas regiones por medio de botes de caña. Más al norte, el campo fue marcado por numerosas zanjas de riego y canales. La elección hábil de posiciones defensivas era, por lo tanto, una característica de las tácticas babilónicas en este momento. En Dur-Papsukal, el rebelde babilónico Marduk-balatsu-ikbi, apoyado por elamitas y caldeos, tomó una posición rodeada por una "extensión de aguas" que los asirios describieron como difícil de abordar. Merodach-Baladan utilizó una táctica similar en Our-Yakin. Los babilonios cortaron un canal del Eufrates de 200 codos de ancho y rompieron las zanjas de riego para inundar los campos con agua. Luego levantaron su campamento en medio de esta zona inundada y esperaron al ejército asirio. Sin embargo, los asirios no se desanimaron y enviaron tropas de élite a través de las defensas, mientras que los arqueros dispararon sobre las aguas al campamento babilónico.

Los babilonios pueden haber tenido dificultades para reunir sus tropas rápidamente, ya que hay dos ocasiones en que los ejércitos babilónicos llegaron tarde a una batalla, y sus aliados lucharon y ganaron por su cuenta. Esto sucedió en Der, donde los elamitas forzaron una retirada asiria, y cuando Nínive cayó solo ante los medos. Si es intencional, ¡debe estar entre las tácticas militares más astutas!

El período que siguió al reinado de Nabucodonosor I (1126-1105 a. C.), quien infligió una gran derrota militar a los elamitas, es bastante oscuro y desordenado. Pasaron varias dinastías, pero pocos grandes reyes. Las guerras fronterizas con Asiria continuaron, y algunas veces los reyes asirios, como Tukulti-Ninuna II, Sbalmaneser III y Shamshi-Adad V, montaron campañas importantes en Babilonia, extendiendo la influencia política asiria sobre Babilonia, pero sin conquistarla. Durante el siglo XI a. Un gran número de arameos se establecieron en Babilonia, formando distritos tribales y convirtiéndose en una fuente constante de desorden en los siglos siguientes. En 728 a. C. La situación inestable en Babilonia llevó a Tiglat-Pileser III a hacerse Rey de Babilonia. A partir de entonces, los reyes asirios gobernaron Babilonia ellos mismos o, como un hijo de protector, a través de un gobernante nativo que obtuvo su aprobación. Hubo, por supuesto, numerosas revueltas, generalmente involucrando a las tribus arameas y caldeo anti-asirias, apoyadas por Elam. El intento de Esarhaddon de formar un hijo de la doble monarquía de Asiria y Babilonia, gobernado por sus dos hijos, Ashurbanipal y Shamash-shuma-ukin, fracasó cuando este último también se rebeló contra Asiria.

Los caldeos

Los caldeos habían estado en Babilonia al menos desde el reinado de Shalmaneser III. Al igual que los arameos, también estaban organizados en "casas" tribales (bitu), cada una bajo un jeque. Estos estaban ubicados en las regiones pantanosas del sur de Babilonia, cerca de la frontera con Elam, y comprendían los Bil-Dakuri, Bit-Yakin y Bit-Amukani. Los jeques caldeos eran lo suficientemente poderosos como para tomar el trono de Babilonia y rebelarse contra Asiria. Una de las rebeliones más serias fue la de Metodach-Baladan (Marduk-apla-iddina, 721-710 AC, y nuevamente en 703 AC, de la tribu Bit-Yakin. Era un enemigo peligroso y persistente de Asiria. Ashurbanipal se convirtió en Rey el mismo Babilonia (como Kandelanu) tras la revuelta de su hermano, pero en la confusión que siguió a su muerte, otro caldeo, Nabopo-Jasar (Nabu-aplu-usur, 625-605 a. C.) mira el trono de Babilonia. El Imperio asirio se derrumbó la cara de los ataques combinados de Nabopolassar y sus aliados, los medos bajo Cyaxares.


El imperio neobabilónico en su mayor poder.

El imperio neobabilónico

Bajo Nebucbadrezzar II (604-562 aC) los babilonios crearon un imperio que abarcaba casi todo el imperio asirio anterior. Los egipcios, que habían intentado evitar esto y habían ayudado a Asiria, fueron rechazados del Eufrates y hasta sus propias fronteras, pero los intentos de conquistar Egipto no tuvieron éxito. Los medos habían presionado hasta Lydia, y los babilonios construyeron un muro cerca de Sippar, donde el Tigris y el Éufrates se acercan, como una medida defensiva contra ellos. Nabucodonosor fue seguido por tres reyes que gobernaron en medio de un desorden interno, hasta que Nabonido fue colocado en el trono por un golpe de estado. No logró salvar su reino de una fácil conquista por parte del rey persa, Ciro el Grande, en 539 a. C.

La organización militar durante este período fue probablemente muy similar a la de Neo-Asiria y probablemente se había extendido a Babilonia por los asirios. La obligación ilku existía de alguna forma como lo hizo en Asiria. Las fuerzas babilónicas incluían carros, caballería e infantería, incluyendo 5000 quruburi en el modelo asirio, complementados con tropas ligeras, especialmente arqueros, proporcionados por los arameos y caldeos. Estos estaban disponibles en grandes cantidades y los reyes babilónicos parecen haber intentado mejorar su efectividad mediante la emisión de escudos y lanzas. La unidad básica era el kisri comandado por el shaknu.

Los asirios, aunque respetan mucho la cultura babilónica, parecen haber tenido una baja opinión de la competencia general de los babilonios urbanizados; ¡Pero por supuesto la arrogancia era un pasatiempo nacional asirio! La supremacía militar asiria aseguró que los desarrollos militares babilónicos en general siguieran a los de Asiria, aunque con cierta demora. Esta lista abarca los ejércitos de Babilonia desde el acceso de Nabu-nasir, a través de la creación del imperio neobabilónico bajo Nabopolassar y Nabucodonosor II, hasta la caída de la ciudad a los persas en el 539 a. C., y lo efímero pero ferozmente combatido. revueltas de 522-521 aC y 482 aC Los ejércitos babilónicos de este período eran usualmente coaliciones frágiles de numerosos grupos sociopolíticos y étnicos, algunos fuertemente pro-asirios o, más tarde, pro-persas, residentes en Babilonia, pero basados ​​principalmente en los recursos de los poderosos caldeos. y las tribus arameas. Los caldeos, cuyas tribus individuales eran más grandes y más urbanizadas que los arameos, finalmente obtuvieron dominio político. Su élite gobernante, ambiciosa y talentosa, probablemente proporcionó la dinastía final de Babilonia independiente, aunque no es seguro que Nabopolassar fuera en realidad un caldeo de la tribu Bit-Yakin, como se suele suponer.
Estos son algunos de los factores en la transformación de Babilonia entre el 747 y el 626 a. C. A lo que al comienzo de este período había sido una tierra escasamente poblada, empobrecida e inestable con grupos tribales y tradicionales rivales, la intervención y el gobierno militar asirios significaban opresión. y la limitada explotación económica. Pero la presencia asiria despertó la resistencia local, ayudó a curar la fragmentación política y llevó a Babilonia a desarrollar alianzas regionales con Elam y los árabes. Una serie de líderes políticos, en su mayoría caldeos pero que culminaron en el desafectado príncipe asirio Shamash-shuma-ukin, organizaron una serie de coaliciones nacionales e internacionales para oponerse a la invasión asiria. Aunque las fuerzas babilónicas inevitablemente sucumbieron en cada encuentro prolongado, sus luchas perennes revelaron la vulnerabilidad asiria en el apogeo del imperio asirio tardío. La metamorfosis babilónica bajo estrés asirio no fue simplemente política y militar; Sus dimensiones sociales y económicas también fueron impresionantes. Con la eventual estabilización de la monarquía babilónica bajo la dominación asiria, la economía babilónica mostró signos de crecimiento creciente, incluso después de la desviación de bienes y servicios para el uso asirio. Las ciudades babilónicas prosperaron financieramente y, bajo el patrocinio real o gubernativo, también arquitectónicamente. La población asentada de mayor edad en Babilonia aumentó de tamaño y, para sobrevivir en un mundo dominado por asirios y miembros de tribus, desarrolló grupos más amplios basados ​​en el parentesco con una voz más efectiva que la aislada unidad familiar. Las grandes familias del noroeste urbano - el Gakhal, el Egibi, el Arka (t) -ilani-damqa - se hicieron prominentes. La población pluralista de Babilonia con su capacidad de larga data para absorber a los recién llegados heterogéneos, por fin, encontró su lenguaje y, en menor medida, su cultura cediendo bajo la creciente influencia aramea. En estas décadas, la sombra del imperio asirio significó una independencia comprometida y una carrera política muda para Babilonia; pero también significaba estabilidad relativa, prosperidad y protección de enemigos externos. En palabras de Sargón, se aconsejó a los sujetos que disfrutaran de los beneficios protectores de la pax assyriaca: 'Come tu pan [y] bebe tu agua [bajo] la sombra del rey mi señor, [y] regocíjate'. Las condiciones, las instituciones políticas y sociales sufrieron una transformación sustancial, y Babilonia expandió sus horizontes internacionales. Aunque frustrada en sus intentos de afirmar su libertad, Babilonia, en el curso de su lucha, creó nuevos mecanismos que, en las dos décadas posteriores al año 625 a. C. No solo disipar la sombra asiria, sino también erradicar el imperio que lo lanzó.

Los elamitas

A los elamitas generalmente se les acredita en las fuentes contemporáneas que poseen ejércitos muy grandes, que probablemente suman decenas de miles, la mayoría de los cuales serían arqueros de infantería. Tales fuerzas podrían ser: bastante efectivas en sí mismas, pero para el siglo VII a. C. a más tardar, su efectividad había mejorado mucho por medio de carros grandes, de cuatro caballos o mulas, capaces de transportar hasta tres arqueros además del conductor. El efecto de los misiles descargados por una unidad de tales carros de combate sin duda mejoraría su efecto de choque contra la mayoría de la oposición. Estos vehículos prescinden de la elaboración de otros tipos de carros y, sin embargo, serían capaces de enfrentarse a esos oponentes en igualdad de condiciones, si su mayor capacidad de disparo no les otorgara la superioridad. Estos carros pueden ser en parte responsables de la gran movilidad mostrada por los ejércitos de Elamite. Incluso si estos vehículos solo se usaran para transportar a los numerosos arqueros, sería posible superar a un ejército enemigo solo con la infantería elamita. Los elamitas también poseían caballería, lo que habría hecho una buena combinación táctica con los carros, especialmente porque los carros pesados ​​y de poca maniobrabilidad se beneficiarían de la protección de la caballería o sus flancos y parte trasera.

Los elamitas a menudo luchaban como aliados de los rebeldes babilonios contra Asiria, y generalmente se podía confiar en su apoyo. Si el propio ejército Elamita principal no estaba presente, podría haber fuerzas posicionadas en Babilonia bajo los comandantes Elamitas (en un caso, 7,500 hombres). Los elamitas estaban bastante preparados para enfrentarse a los asirios en batallas armadas (comprensibles si tenían una superioridad en arqueros, carros y posiblemente caballería), y la crónica babilónica nos dice que esta estrategia a menudo dio resultados. Alternativamente, las fuerzas, como las tropas ligeras y la caballería, podrían separarse para detener a un ejército enemigo, tal vez para crear tiempo para que un ejército combinado de elamitas y babilonios se reúna.

miércoles, 2 de octubre de 2019

SGM: La reacción americana a Pearl Harbor en Hawaii

Hawai: reacción estadounidense

Weapons and Warfare

Una vez que la conmoción de ver aviones japoneses sobre el puerto se desvaneció, los marineros, marines y aviadores comenzaron a contraatacar. A través de las explosiones de bombas y torpedos, los casilleros de municiones listos estaban abiertos, a veces con fuerza, y los artilleros comenzaron a disparar contra los atacantes. Al principio eran armas pequeñas: pistolas de calibre 45 y varios rifles. Luego, las tripulaciones comenzaron a disparar con ametralladoras pesadas de calibre 50, luego cañones antiaéreos de mayor calibre. El Avocet Buscaminas (AVP-4) fue uno de los primeros en abrir fuego. Estaba amarrada en el muelle de la Estación Aérea Naval, Berth F-1A, y su tripulación de cañones de 3 pulgadas derribó a una Kate que acababa de poner un torpedo al costado del acorazado California. Este avión se estrelló cerca del hospital base, una de sus alas se detuvo cerca de un edificio. Los artilleros de Avocet representaron un par de aviones adicionales derribados durante el ataque.

Las tripulaciones a bordo del destructor Bagley (DD-386) inmediatamente entraron en acción, rompiendo el casillero de municiones listo para los cinturones de ametralladoras de calibre 50. Los artilleros pudieron disparar contra los primeros tres bombarderos de torpedos japoneses durante la primera ola, y apuntaron a los Vals atacantes en la segunda. Bagley fue uno de los primeros barcos estadounidenses en salir del puerto en busca del enemigo.




Los cruceros Honolulu (CL-48) y St. Louis (CL-49) comenzaron a abrirse con ametralladoras de calibre 30 y 50 y ametralladoras de 5 pulgadas / 25 calibres. Pronto, casi todos los barcos en el puerto apuntaban a los japoneses. Típico de la munición gastada fueron los números de Honolulu: 2.800 disparos de calibre 30, 4.500 disparos de calibre 50 y 250 disparos de calibre 5/25 fueron disparados durante el ataque.

Poco después de que la segunda ola de ataque llegara al puerto, el tierno hidroavión Curtiss (AV-4) recibió un ataque con bomba de un Val que explotó en la cubierta principal, matando a veintiún marineros e hiriendo a cincuenta y ocho hombres. Los artilleros de Curtiss abrieron fuego contra el bombardeo de buceo Vals y anotaron un golpe directo cuando se detuvo de un ataque. El piloto del Val murió y su avión chocó contra Curtiss, golpeando la grúa delantera de estribor. El tanque de combustible del avión explotó y sus restos cayeron a la cubierta del barco donde se quemó, causando graves daños a las tuberías, las líneas de vapor y el cableado del barco.

Antes del ataque del 7 de diciembre, varios aviones y pilotos de Wheeler Field estaban volando misiones de práctica de artillería desde Haleiwa Field, a veinte millas de distancia en la costa norte de Oahu. Los aviones y los equipos de tierra permanecieron en el campo mientras los pilotos habían regresado a Wheeler Field para pasar el fin de semana. El sábado por la noche, muchos de los volantes habían recorrido los clubes de oficiales en Hickam y Wheeler y se habían divertido hasta altas horas de la mañana.

Para protegerse contra el sabotaje, la mayoría de los aviones en Wheeler Field estaban estacionados en la rampa, de punta a punta, cada fila a solo seis metros de la siguiente. Esto permitió que un pequeño número de guardias armados patrullaran el perímetro del avión estacionado para evitar el sabotaje. En la mañana del 7 de diciembre, casi ochenta Curtiss P-36 y P-40 estaban en la rampa, vulnerables a los ataques aéreos.

A las 8:02 a.m., Wheeler Field y los Barracones Schofield adyacentes fueron atacados por veinticinco bombarderos de buceo Val. Los Vals arrojaron bombas sobre los hangares y volvieron a atacar a los aviones en la rampa, así como al área de los Barracones de Schofield. Mientras los bombarderos japoneses estaban trabajando en el aeródromo, el teniente George S. Welch y el teniente Kenneth M. Taylor llamaron a Haleiwa Field y armaron sus aviones y calentaron los motores, listos para despegar. Los dos se subieron a un automóvil y corrieron hacia el norte hasta Haleiwa Field. Despegando alrededor de las 8:30 a.m., la pareja recibió instrucciones de dirigirse hacia el sur hacia Ewa Field y el área de Pearl Harbor, donde vieron al enemigo. Ambos volantes se enfrentaron a una docena de aviones japoneses en los cielos sobre Barbers Point con Welch derribando dos confirmados y uno probable y Taylor dos.

Sin combustible y municiones, la pareja regresó a Wheeler durante una pausa en la lucha para rearmarse. Welch fue el primero en volver al aire, y cuando Taylor despegó, inmediatamente persiguió un avión japonés que pasaba directamente frente a él. Mientras Taylor disparaba en el avión que tenía delante, un Zero japonés se aferró a su cola y Welch se unió a la refriega, disparando al perseguidor de Taylor. Al final de la mañana, Taylor recibió dos victorias aéreas confirmadas y Welch con cuatro. Taylor y Welch fueron reconocidos con la Cruz de Servicio Distinguido por sus acciones esa mañana.

Entre las oleadas de ataque, dos Curtiss P-36 del 47º Escuadrón de persecución y uno del 45º y 46º Escuadrón de persecución lanzado desde Wheeler Field. Dirigidos por el teniente primero Lewis M. Sanders, los otros pilotos fueron el teniente segundo Othneil Norris, el teniente segundo John M. Thacker y el teniente Philip M. Rasmussen. Cuando Norris salió de su avión y entró en el hangar para intercambiar paracaídas, el teniente segundo Gordon H. Sterling Jr. saltó al P-36 de Norris. Sterling cobró y se unió a los otros tres P-36 en el vuelo y se unió a Thacker. Debido a la falta de procedimientos de combate y entrenamiento de artillería de Sterling, Sterling recibió instrucciones de volar cuando el ala de Sanders y Thacker y Rasmussen formaron el segundo elemento. Los cuatro P-36 estaban en el aire a las 8:50 a.m.

Al subir por la altitud, los cuatro P-36 surgieron de las nubes cerca de NAS Kaneohe Bay. Inmediatamente vieron seis ceros y se lanzaron al ataque. Sanders anotó el primer asesinato, luego vio a Sterling persiguiendo a un Zero con otro luchador japonés en la cola. Al unirse al trío, Sanders comenzó a dispararle al Zero que estaba detrás y Rasmussen estaba observando este combate cuerpo a cuerpo, quien informó haber visto el Sterling Zero de Sterling estrellarse en la bahía, seguido de Sterling. El Zero bajo fuego de Sanders escapó, y luego resultó que el luchador al que Sterling estaba disparando también escapó. Durante esta persecución, Rasmussen había cargado sus armas, que comenzaron a disparar sin control. Mientras intentaba evitar que las armas se escaparan, un Zero voló en el camino de sus balas y explotó, lo que le valió un crédito de victoria aérea. Rasmussen luego tenía un par de ceros en la cola y se zambulló para cubrirse en algunas nubes debajo de él, perdiendo a los luchadores japoneses en el proceso.

En Bellows Field, tres pilotos del 44 ° Escuadrón de Persecución intentaron despegar durante el ataque, dos de los cuales perdieron la vida intentando repeler a los atacantes. El segundo teniente Hans C. Christensen fue golpeado por los aviones japoneses mientras abordaba su P-40 y el segundo teniente George A. Whiteman despegó en un P-40B y fue derribado cuando su avión despegó de la pista. Primero, el teniente Samuel W. Bishop siguió a Whiteman en el aire, pero mientras subía por la altitud fue alcanzado por una ametralladora y un cañón de 20 mm de un Zero. Herido y apenas capaz de controlar su avión, Bishop se estrelló en el mar frente a Bellows Field. Pudo nadar hasta la orilla y finalmente volvió al servicio. Los tres hombres recibieron la Estrella de Plata y el Corazón Púrpura.




Cruzando el canal de entrada al puerto en ruta para atacar el campo Hickam, el caza Mitsubishi A6M2 Zero volado por el piloto de primera clase Naval Takeshi Hirano fue gravemente dañado por una combinación de fuego terrestre y fuego antiaéreo del destructor Helm y el dragaminas Bobolink. Para aquellos en el suelo, parecía que Hirano tenía la intención de aterrizar su Zero en una calle dentro de Fort Kamehameha, que limita con la entrada del canal a Pearl Harbor. Mientras su luchador lisiado se abría paso por el fuerte, el ala izquierda de Hirano cortó una palmera y la hizo caer al suelo.

El Zero atacó en la base de Ordnance Machine Shop, Edificio 52, donde los soldados se habían refugiado. El impacto del luchador japonés mató a Hirano al instante. Cuatro soldados murieron y cinco resultaron heridos como resultado de los escombros que volaron desde el avión.

Mientras el ataque se extendía por encima, el ejército y sus hombres empeñados en la búsqueda de recuerdos buscaron en el avión cualquier cosa valiosa. Dentro del bolsillo de Hirano había un pequeño mapa que mostraba el punto de encuentro donde los atacantes retirados se encontrarían cuando regresaran a los transportistas. Esto dio a los aviones de búsqueda estadounidenses una dirección general de dónde estaban los transportistas, pero no una ubicación precisa de dónde esperar la flota japonesa. Los B-17 fueron en busca de los japoneses, pero no pudieron localizarlos.

Después de la batalla, los restos fueron llevados a un hangar de Hickam Field y estudiados por su valor de inteligencia. Y aunque no se descubrió nada nuevo en lo que respecta a la aerodinámica o el armamento, los investigadores consideraron que la mayor parte parecían copias de componentes fabricados en los EE. UU., Dando lugar a la creencia de que el Zero era una copia de un avión estadounidense.

En el lado oriental de Oahu, el aire de la mañana sobre la Estación Naval de la Bahía de Kaneohe fue atravesado por el ruido de los aviones que volaban a baja altura alrededor de las 7:50 a.m. Poco después, los atacantes atacaron aviones amarrados en la bahía y aquellos en la rampa del hidroavión. Los marineros y los marines comenzaron a disparar con rifles y ametralladoras. El ataque duró entre diez y quince minutos antes de que el avión se retirara hacia el norte.

La segunda ola de ataque causó más daño a la base, esta vez arrojando pequeñas bombas además de atacar a la marina Catalinas. Un golpe directo en el Hangar No. 1 causó un daño tremendo en el edificio y destruyó por completo cuatro PBY en su interior. La mayoría de las víctimas de la Bahía de Kaneohe ocurrieron en el avión amarrado o cuando las tripulaciones intentaban lanzar o mover los grandes botes voladores.

Los artilleros antiaéreos en la Bahía de Kaneohe pudieron anotar varios impactos, ya que se vieron tres o cuatro aviones saliendo del área con combustible. Pudieron confirmar que un avión japonés fue derribado, el perteneciente al teniente Fusata Iida, líder del ataque de la unidad de combate Soryu en la estación aérea naval. Iida, al darse cuenta de que no podría regresar al transportista, se había comprometido a estrellar su avión contra un objetivo de alto valor en caso de que algo saliera mal. Habiéndose reincorporado a su vuelo, señaló sus intenciones, luego rodó su avión y se lanzó hacia la estación aérea disparando sus armas en el camino hacia abajo. Iida se estrelló contra una colina a una milla al norte de la línea del hangar. Fue enterrado al día siguiente con todos los honores militares en el mismo complot que los quince hombres de la estación aérea que perecieron en el ataque.

Otro piloto de Zero que no pudo hacer el viaje de regreso a su transportista fue Airigen First Class Shigenori Nishikaichi de Hiryu. Después de haber sido alcanzado por fuego antiaéreo durante la redada, Nishikaichi se dirigió a la cita con los portaaviones japoneses. Fue acompañado por otro caza Hiryu, pero se quedó sin combustible sobre Niihau y aterrizó. El segundo avión continuó hacia el oeste y los isleños nunca lo volvieron a ver.

Seis días después del ataque de Pearl Harbor, el sábado 13 de diciembre, seis hombres remaron desde Niihau a Waimea, Kauai, para informar el aterrizaje forzoso y la posterior captura del aviador Shigenori Nishikaichi. En ese momento, no había comunicación con Niihau ni radio para informar a los isleños que Estados Unidos estaba ahora en guerra con Japón. En Kauai, las autoridades fueron notificadas y doce soldados de la Compañía M, 299a Infantería, fueron enviados de regreso a Niihau a bordo del faro de Kukui. Además de los hombres de la Compañía M, los Kukui llevaban una docena adicional de hombres armados y dos ametralladoras pesadas. El Kukui partió de Waimea a las 6 p.m. hora local y llegó al extremo sur de Niihau a las 7:30 a.m. Los hombres desembarcaron, desayunaron y luego comenzaron la marcha de diez millas hacia la aldea de Nonopapa donde estaba detenido el piloto japonés.

Las tropas llegaron a la 1:50 p.m. para enterarse de que el caza Zero había sido quemado por su piloto, que estaba muerto, y escuchar una extraña historia sobre los últimos seis días desde que el caza japonés se estrelló en la isla, lo que resultó en que el piloto intentara enviar un mensaje de radio desde el La cabina de Zero, él quemando el avión, un nativo hawaiano que recibió un disparo, el piloto fue recogido y arrojado a un muro de piedra que resultó en un cráneo aplastado, y un trabajador japonés nativo que había ayudado al piloto a suicidarse. Los eventos de la semana se conocieron como "El incidente de Niihau".

En total, veintinueve aviones japoneses y sus tripulaciones no regresaron a los transportistas. Nueve de los aviones eran ceros, quince bombarderos de buceo Val, y cinco eran torpederos de Kate.

FUERZA AÉREA HAWAIANA

La Fuerza Aérea de Hawái tenía un total de 231 aviones asignados el 7 de diciembre de 1941, pero solo 123 (53%) podían considerarse efectivos en combate. Alrededor del 61% de todos los aviones estaban en comisión antes del ataque. Los japoneses destruyeron 74 aviones (32%) de los cuales 48 eran efectivos de combate. Después del ataque, la Fuerza Aérea de Hawái tenía un total de 79 aviones en comisión, 36 de los cuales podrían considerarse efectivos en combate.

Ninguno de los aviones de la Fuerza Aérea de Hawai fue cargado con bombas o municiones antes del ataque. El departamento hawaiano del ejército estaba obsesionado con la idea del sabotaje de los 157,000 civiles de sangre japonesa que vivían en Hawai. Para protegerse contra el sabotaje, el Departamento de Hawai había emitido órdenes relacionadas con aviones en tierra. Según estas órdenes, (1) todas las aeronaves debían alinearse cuidadosamente para que fuera más fácil protegerlas, (2) todas las bombas debían retirarse y almacenarse, y (3) todas las armas debían descargarse y colocarse munición real. en hangares durante la noche.

El primer ataque japonés ocurrió en 0755 locales; El segundo ataque comenzó a las 0840 local. El área no estaba despejada hasta aproximadamente 1000. El siguiente es el registro oficial de despegues de aviones de la Fuerza Aérea de Hawai para el 7 de diciembre de 41:

0830: 2 P-36A y 4 P-40 0855: 2 P-40 0915: 6 P-36A 0930: 6 P-36A y 5 P-40 0950: 1 O-47B 1040: 3 O-47B 1127: 4 A -20A 1140: 2 B-17D 1200: 5 P-40 1300: 3 A-20A 1330: 2 B-18 1500: 11 P-40 y 3 O-47B 1520: 3 B-17D

¡Un total de 57 salidas para todo el día!

UNIDADES DE AVIACIÓN DEL CUERPO MARINO


Todas las unidades de aviación del Cuerpo de Marines en Hawái tenían su base en la Estación Aérea Naval

(NAS) Ewa, Oahu, ubicada al oeste de Honolulu y al este del actual NAS Barbers Point. Todas las unidades de aviación de USMC fueron asignadas a Marine Aircraft Group Twenty One (MAG-21) con base en NAS Ewa. Los cuatro escuadrones operativos y el avión con base en NAS Ewa fueron:

Escuadrón de combate marino 211 (VMF-211) (escalón delantero en la isla Wake) 11 Gatos monteses Grumman F4F-3 (1 bajo revisión menor) 1 Escuadrón de exploradores de buceo SNJ-3 texano o cazabombardero 231 (VMSB-231) ( escalón delantero en el USS Lexington) 7 Vought SB2U3 Vindicadores Escuadrón de cazabombarderos Scout o de buceo 232 (VMSB-232) 19 Douglas SBD-1 Dauntless '(1 parcialmente despojado, sin motor) 3 Douglas SBD-2 Dauntless' Escuadrón de utilidad marina 252 (VMJ-252) 2 Douglas R3D-2 (1 en hangar en NAS Pearl Harbor) 2 Grumman J2F-4 Ducks 1 Douglas SBD-1 Dauntless 1 Lockheed JO-2 1 Sikorsky JRS-1 1 Vought SB2U3 Vindicator

Los 49 aviones marinos asignados a las unidades MAG-21 en NAS Ewa fueron:

Aviones de combate (F): 11 11 Grumman F4F-3 Wildcats General Utility (J): 3 2 Grumman J2F-4 Ducks 1 Lockheed JO-2 Scout Bomber (SB): 31 20 Douglas SBD-1 Dauntless '8 Vought SB2U3 Vindicators 3 Douglas SBD-2 Dauntless 'Scout Trainer (SN): 1 1 North American SNJ-3 Texan Transport (R): 2 2 Douglas R3D-2's Utility Transport (JR): 1 1 Sikorsky JRS-1
De los 48 aviones disponibles, 33 (69%) podrían considerarse efectivos en combate (los F4F Wildcats y SBD Dauntless '). Al igual que la Fuerza Aérea de Hawái, los aviones de la Marina se alinearon cuidadosamente en la rampa para permitir que las fuerzas terrestres se protegieran contra el sabotaje. Durante los ataques, los japoneses destruyeron:

9 de los 11 gatos monteses Grumman F4F-3 18 de los 31 aviones bombarderos exploradores SBD-1, SBD-2 y SB2U3 6 de los 7 aviones utilitarios.


UNIDADES DE AVIACIÓN NAVAL DE LOS ESTADOS UNIDOS


Las unidades de aviación naval operaban desde tres estaciones aéreas navales (NAS) en las islas hawaianas. Las tres estaciones fueron:

NAS Kaneohe en la isla de Oahu NAS Pearl Harbor, en Ford Island, en Pearl Harbor NAS Puunene en la isla de Maui

NAS KANEOHE


NAS Kaneohe, ahora Estación Aérea del Cuerpo de Marines de la Bahía de Kaneohe, se encuentra en la costa este de Oahu. El 7 de diciembre de 1941, NAS Kaneohe fue el hogar de los tres escuadrones de Patrol Wing One (PatWing One). Cada uno de los tres escuadrones operaba 12 hidroaviones consolidados PBY-5 Catalina. Los tres escuadrones y el estado de su avión eran:

Escuadrón de patrulla once (VP-11): los 12 PBY-5 estaban listos para las operaciones con cuatro horas de anticipación. Patrulla Escuadrón Doce (VP-12) 6 PBY-5 estaban listos para operaciones con 10 minutos de aviso 5 PBY-5 podrían estar listos para operaciones con cuatro horas de aviso 1 PBY-5 estaba en reparación Patrulla Escuadrón Catorce (VP-14) 3 PBY -5 estaban en el aire en patrulla 3 PBY-5 estaban listos para operaciones con 10 minutos de anticipación 4 PBY-5 podrían estar listos para operaciones con cuatro horas de anticipación 2 PBY-5 estaban en reparación Base Hack: One Vought OS2U Kingfisher se estaba calentando en la rampa cuando los japoneses atacaron

Resumen: 36 PBY-5 estaban basados ​​en NAS Kaneohe 21 podrían estar listos para las operaciones con un aviso de cuatro horas 9 estaban listos para las operaciones con 10 minutos de aviso 3 estaban en el aire 3 estaban en reparación

De los 33 aviones en tierra, cuatro estaban amarrados en la bahía a aproximadamente 1,000 yardas (914 m) de distancia, cuatro estaban en el Hangar Número 1 y los 25 restantes estaban estacionados en la rampa. De estos 33 aviones, 27 fueron destruidos y seis dañados durante el ataque japonés.

NAS PEARL HARBOR


NAS Pearl Harbor estaba en Ford Island en el medio de Pearl Harbor y cumplió dos funciones; primero, fue el hogar de los cuatro escuadrones de Patrol Wing Two (PatWing Two) y segundo, fue la base de origen de los escuadrones basados ​​en transportistas cuando los transportistas estaban en el puerto. En general, los escuadrones basados ​​en el operador volarían de los operadores al NAS Pearl Harbor antes de que el operador llegara al puerto; posteriormente, el avión volaría de regreso al portaaviones cuando el barco saliera del puerto. Debido a que sirvió como hogar para aviones de transporte, había siete aviones de transporte de repuesto presentes durante el ataque japonés. NAS Pearl Harbor también fue el hogar de dos escuadrones de servicios públicos que volaban aviones de servicio no combatientes.

Las unidades en NAS Pearl Harbor y sus aviones el 7 de diciembre de 1941 fueron:

Escuadrón de bombardeo dos (VB-2) en el USS Lexington (CV-2) 1 Escuadrón de bombardeo intrépido Douglas SBD-2 Seis (VB-6) en el USS Enterprise (CV-6) 1 Escuadrón de combate intrépido Douglas SBD-2 Dos (VF- 2) en el USS Lexington (CV-2) 3 Brewster F3A-3 Buffalos Fighting Squadron Three (VF-3) en el USS Saratoga (CV-3) 1 Grumman F4F-3 Wildcat Patrol Squadron Twenty One (VP-21) basado en Midway Isla 1 Catalina PBY-3 consolidada en reparación Escuadrón de patrulla veintidós (VP-22) 14 Catalinas PBY-3 consolidada (12 podrían prepararse con cuatro horas de anticipación; 2 en reparación) Escuadrón de patrulla Veintitrés (VP-23) 12 Consolidada PBY-5 Catalinas (11 podrían estar listas con cuatro horas de anticipación; 1 en reparación) Patrulla Escuadrón Veinticuatro (VP-24) 6 Catalinas PBY-5 consolidadas (4 en el aire; 1 listo con 30 minutos de aviso; 1 en reparación )

Escuadrón de exploración dos (VS-2) en el USS Lexington (CV-2) 1 Escuadrón de Douglas Dauntless Utility One (VJ-1) 9 Grumman J2F Ducks 9 Sikorsky JRS Utility Squadron Two (VJ-2) 10 Grumman J2F Ducks 2 Consolidado PBY-1 Catalinas

Setenta aviones estaban disponibles en NAS Pearl Harbor divididos en las siguientes categorías:

Aviones de combate (F): 4 3 Brewster F3A-3 Búfalos 1 Grumman F4F-3 Wildcat General Utility Aircraft (J): 19 19 Grumman J2F Ducks Patrol Bombers (PB): 35 18 Consolidated PBY-5 Catalinas 11 podrían prepararse en aviso de cuatro horas 4 estaban en el aire 2 estaban en reparación 1 podría prepararse con 30 minutos de aviso 15 Catalinas PBY-3 consolidadas 12 podrían prepararse con aviso de cuatro horas 3 estaban en reparación 2 Catalinas PBY-1 consolidadas (no armadas aviones utilitarios) Scout Bombers (SB): 3 3 Douglas SBD-2 Dauntless 'Utility Transports (JR): 9 9 Sikorsky JRSs

Después del ataque japonés, los únicos aviones operativos fueron 6 Grumman J2F Ducks, un avión utilitario no combatiente.

NAS PUUNENO

La NAS Puunene estaba ubicado en la isla de Maui y no fue atacado por los japoneses. NAS Puunene fue el hogar del Utility Squadron Three (VJ-3) equipado con:

4 Beech JRB Expeditors 2 Douglas BT-1s 1 Grumman JRF Goose 1 Grumman J2F Duck