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jueves, 30 de enero de 2025

Normandía: Heinrich Severloh, la bestia de Omaha Beach

Cabo Heinrich Severloh, la Bestia de Omaha



Kidøn
@JavierKD1537

El Cabo Heinrich Severloh, la “Bestia de Omaha” “Vamos, Hein”, el Oberleutnant (Teniente ) de artillería Bernhard Frerking despertó a su ordenanza. “Está comenzando”. Era poco después de la medianoche del 6 de junio de 1944. Conozcamos su historia.


Frerking comandaba la 1º Batería del 352º Regimiento de Artillería. Su ayudante de veinte años el Gefreiter Heinrich Severloh reconoció la gravedad de la alarma y se puso en guardia. Las llamadas de nivel 2 significaban “peligro inminente” de desembarco.












Partieron hacia el WN 62 (Punto Fortificado 62). Tenían alrededor de 4.5 km que cubrir desde la casa de la familia Legrand en Houtteville, a su puesto de observación de artillería en el extremo este de la Plage d' Or, que llegaría a ser conocida como “Playa Omaha”.




Hans Selbach y Franz Gockel, otros protagonistas de aquel 6 de junio terminaron en el mismo WN 62, justo al norte de Colleville. Selbach llegó en julio y Gockel en octubre de 1943, después de solo siete semanas de entrenamiento de reclutas.

Una vez en su nido de ametralladora, Severloh con la MG-42 y Gockel bien cerca a cargo de la ametralladora polaca estaban prestos a atender las oleadas de tropas estadounidenses frente al punto fortificado 62. Justo antes de las 6:30 am en el lado izquierdo de la playa de Omaha

El círculo rojo de la foto, lugar donde se encontraba Severloh.el área del asalto "Big Red One" de la 1° División, grupos de lanchas de desembarco se acercaron a la playa. Unas quince lanchas de desembarco, con 450 hombres formados por las Compañías “E” y “F” del 16° Regimiento




De la 29° División, que estaban desviadas de su destino, entrando en la zona de muerte de los puntos fortificados alemanes WN 61 y 62, los más formidables en la playa. Severloh y sus compañeros dieron inicio al barrido de fuego sobre los hombres que llegaban a la playa.

En total había unos 30 hombres en el WN62, incluyendo su armamento: dos cañones de 75 mm, dos MG 42, un cañón antitanque y dos morteros de 50 mm.Estaba a 25 metros sobre la playa, y a una distancia de 600 a 150 metros de la orilla, según la marea

Comenzó el desembarco, Severloh abrió el fuego con la ametralladora MG 42 sin cesar y permanecería en este puesto hasta casi las 15 horas de la tarde. Durante el curso del día, uno a uno los hombres del WN62 fueron heridos y evacuados, o abandonaron su puesto. En dos ocasiones

En dos ocasiones, Severloh tuvo que refugiarse en el búnker fortificado debido a ataques con granadas, y en una ocasión la fuerza de una explosión lo sacó del emplazamiento. La segunda ametralladora, fue dañada por fragmentos de granada durante la mañana,

por lo que manejó la única MG 42 en el sector la mayor parte del tiempo. Solamente contaba con un cañón de remplazo, por lo que mientras esperaba que los cañones de la ametralladora se enfriaran, disparaba con una carabina Mauser Kar 98k.

Según relata Severloh, mientras usaba la carabina se dio cuenta del horror de lo que estaba haciendo y el resto de su vida tuvo pesadillas de un soldado que mató de un tiro en la cabeza , pero era él o ellos. el hombre emergió del mar, buscaba un sitio donde esconderse le disparé al pecho, pero el tiro se me fue alto y le dí en la frente, el casco se le cayó, su cuerpo se desplomó en la arena, pero qué podía hacer?, cada vez que cierro los ojos, puedo verlo. éramos treinta hombres, cada uno con un único pensamiento: saldríamos vivos de allí?

Manejando la ametralladora de izquierda a derecha barrió su sector de balas, dejando un reguero de sangre y cuerpos sobre la arena y tiñendo la orilla de rojo. Su arma se recalentó tanto que quemó la hierba del alrededor, pero seguían viniendo, ola tras ola de cada lancha sólo quedaban tres hombres en el WN62: el teniente Frerking, Severloh y un soldado desconocido que ayudaba a cargar la ametralladora y cambiar los cañones. Severloh dice que la razón por la que permaneció en su puesto hasta el final,no fue por fanatismo, sino por lealtad al teniente Frerking, al que no quería dejar solo y a quien describió como un oficial honorable.Cerca de las 15 horas, el teniente Frerking se dio cuenta de que las tropas americanas ya estaban disparando desde los flancos y que estaba rodeados.

Frerking, un veterano a sus 32 años, fue alcanzado en la cabeza por las balas de un soldado estadounidense que había rebasado un bunker, y cayó muerto. Severloh visitaría su tumba, diez años después. El soldado desconocido caería muerto más tarde, tierra adentro.

La ametralladora de Severloh contaba con una munición de 12.000 cartuchos. Se ignora sí en el curso del día recibió más munición, también uso las que aún quedaban de la segunda MG 42 que fue dañada por granadas,También disparó unas 400 cartuchos con las carabinas.

Los cálculos sobre las bajas causadas por él, durante estas 9 horas varían grandemente, pero aun los más conservadores le atribuyen más de 1.000 bajas aliadas, incluyendo cientos de muertos. Otros cálculos, le atribuyen haber causado hasta 2.000 bajas algo exagerado.

Con estas acciones, se ganó el sobrenombre de la bestia de Omaha. Severloh fue herido en la cadera, y tras una atención médica leve esa noche en el pueblo de Colleville-Sur-Mer, le fue entregado un fusil y se le dio el cargo de vigilar a unos soldados norteamericanos capturados.

Intentó llegar a la retaguardia alemana, junto a los prisioneros y a algunos camaradas heridos, pero se vieron sorprendidos entre un fuego cruzado, se rindió a sus prisioneros (éstos temían, al ser capturados, que iban a ser fusilados).

No contó quien era pues no habrían mostrado piedad, no creía que si hubiera sido capturado en su puesto, hubiera sobrevivido. Del nido de resistencia, sólo sobrevivieron dos hombres, el también cabo Franz Gockel, de 18 años, y él. Estado del WN62, en la actualidad.




Alrededor de 2.300 americanos murieron en "Omaha". Se estima que un millar fueron abatidos por Severloh y el resto por los otros 29 hombres que vigilaban el búnker 62 del "Muro Atlántico". Vista de la playa, desde la posición del WN62, en la actualidad



Severloh fue trasladado como prisionero de guerra al área de Boston, Estados Unidos. Temiendo represalias, Severloh mantuvo en secreto sus acciones en el WN62 durante su cautiverio. Sólo lo comentó a su esposa, años después de estar casados



En diciembre de 1946, fue trasladado a Inglaterra (Bedfordshire), donde fue sometido, junto a otros 500 prisioneros, a trabajos forzados, en la construcción de carreteras. Finalmente fue repatriado a Alemania en 1947.

En 1963 contactó a David Silva, un veterano de la 29º División estadounidense, a quien encontró después de leer su relato en el libro de Cornelius Ryan “El Día Más Largo”.Silva había desembarcado cerca del punto fortificado WN 62 y fue herido por una ametralladora. Con Silva




el Padre Silva estaba estacionado en Alemania como capellán militar en Karlsruhe, e hicieron arreglos para encontrarse. El padre Silva le otorgó el perdón, aunque Severloh nunca se lo pidió, pero el padre Silva se lo dio, ya que era consciente de que era importante para él.

Y desde entonces permanecieron en contacto. Su último encuentro tuvo lugar durante las celebraciones del 60º aniversario del desembarco, en 2004, en Normandía. Severloh sufrió pesadillas recurrentes durante el resto de su vida por sus acciones del 6 de junio de 1944.




Severloh mantuvo en secreto sus acciones en la playa "Omaha" hasta una edad avanzada, cuando un reportero de investigación le preguntó directamente si él era la llamada Bestia de Omha

Heinrich Severloh murió en un asilo de ancianos cerca de Celle (Baja Sajonia), en el año 2006.







sábado, 11 de marzo de 2017

Biografía: Sargento Juan Bautista Cabral

Juan Bautista Cabral
Revisionistas


Combate de San Lorenzo, 3 de febrero de 1813

Nació en Saladas, Pcia. de Corrientes, a fines del siglo XVIII. Era hijo natural de José Jacinto Cabral y Soto, y de la morena Carmen Robledo. Su madre posteriormente se casó con el moreno Francisco que llevaba el apellido Cabral por ser también servidor de esa antigua familia.

Criado desde pequeño en la casa, recibió muy buena instrucción por parte de Luis Cabral y Soto que fue Alcalde Provincial de Corrientes y del sacerdote José Baltasar de Casajús.

Cuando se produjo la segunda invasión inglesa se hallaba en Buenos Aires y por carta del 19 de agosto de 1807, dirigida a sus familiares, les comunicaba que se había salvado, en un rancho, de ser descubierto por las tropas enemigas que pasaron adelante “saqueando los demás, y degollando a los que se encontraban dentro sin tener la más mínima piedad de nadie”.

Se incorporó a un contingente reclutado en 1812 por el gobernador intendente de Corrientes, Toribio Luzuriaga. Enviado este contingente a Buenos Aires, realizó el viaje en una embarcación fluvial. Cabral fue destinado al Cuerpo de Granaderos Montados, primitivo nombre del Regimiento de Granaderos a Caballo, al cual se incorporó el 15 de noviembre de 1812, al organizar el coronel San Martín su cuerpo. Dice Pastor S. Obligado que por su “viveza y natural inteligencia le hizo subir a cabo instructor antes de concluir ese año, y por su puntualidad y distinción llegó a sargento al siguiente”.

Con dicho escuadrón marchó al mando de San Martín y combatió en San Lorenzo el 3 de febrero de 1813. En la acción, la metralla hirió en el pecho al caballo del jefe, que cayó pesadamente a tierra apretando su pierna derecha en medio del fragor del combate. El peligro en que se hallaba fue evitado por el puntano Juan Bautista Baigorria, quien mató de un lanzazo a un soldado realista que atacaba a San Martín. En el entrevero que se originó alrededor del jefe de los granaderos, el soldado Cabral, ya herido de bala, se aproximó para sacarlo de la comprometida acción en que se hallaba. Momentos después salvaba a San Matín, mientras era atravesado su cuerpo sufriendo dos heridas, oyéndosele decir: “¡Viva la Patria! Muero contento por haber batido a los enemigos”. Cabral fue sepultado cerca del pino histórico de San Lorenzo.

Era alto, grueso, bizarro, de robusta contextura. En la comunicación con que acompaña a la lista de muertos, y que lleva fecha 27 de febrero, dice San Martín: “No puedo prescindir de recomendar…. a la familia del granadero Cabral”. El gobierno de Buenos Aires por decreto del 6 de marzo del mismo año, dispuso que se fijase “en el cuartel de Granaderos un monumento que perpetúe recomendablemente la existencia del bravo granadero Juan Bautista Cabral en la memoria de sus camaradas”.

Refiere el historiador José Juan Biedma que “el santo y seña del Regimiento de Granaderos en el aniversario del combate fue: “Cabral mártir de San Lorenzo”.

Cuando San Martín regresó con su regimiento, en cumplimiento de la disposición del Triunvirato ya recordada, mandó colocar en lo alto de la puerta del cuartel, situado en la plaza del Retiro, un cuadro conmemorativo de su muerte con la leyenda: “Juan Bautista Cabral. ¡murió heroicamente en el campo del honor”, al cual, desde el primer jefe al soldado más modesto, saludaban militarmente al entrar. Esta inscripción se conservó –dice Mitre- hasta 1824, en que se disolvió el regimiento.

No hay manual de historia en nuestro país, que no haga referencia al “Sargento” Cabral. Acaso el general Mitre en su Historia de San Martín, es el único historiador que no llama “sargento” al hazañoso correntino. La figura de Cabral se nos aparece en esa importante obra, tan heroica como la que más.

Un historiador (1) ha llegado a negar la existencia del grado de sargento a Cabral, pues dice que “Cabral no era sino granadero el día del combate y no pudo modificar tal situación”. Agrega que no sabe a punto fijo quién inventó y difundió la versión de que Cabral era sargento, versión que hizo gran carrera. Manifiesta además que la permanencia del granadero Cabral en el ejército apenas alcanzó tres o cuatro meses cuando más, desde octubre de 1812 hasta el 3 de febrero de 1813.

En homenaje a Cabral, el escultor Camilo Romairone modeló una estatua suya utilizando el metal de algunos cañones españoles antiguos, que el gobierno de la Nación cedió al de Corrientes, en 1883. Fue colocada en la plaza que tiene su nombre en la capital de esa provincia, el 9 de julio de 1887. En el Convento de San Carlos, por iniciativa del doctor Adolfo P. Carranza se colocó una lápida en el cementerio de los padres franciscanos, con la siguiente inscripción: “A la memoria de Juan Bautista Cabral. Muerto en la acción de San Lorenzo el 3 de febrero de 1813. Su abnegación salvó la vida del Libertador San Martín”.

A pesar de que un autor insista que la sargentía de Cabral es una leyenda falaz, sin fundamento alguno, el homenaje al benemérito granadero se rinde permanentemente. Una localidad de la provincia de Santa Fe lleva su nombre como sendas calles de Rosario y Buenos Aires.

El único retrato pictórico del héroe lo realizó Gaspar Besares Soraire, en 1930, y se halla entronizado en el Casino de Suboficiales del Regimiento 20 de Infantería de Montaña, de Jujuy. Su monumento fue obra del escultor Juan Carlos Oliva Navarro, inaugurado en el Cuartel de Granaderos a Caballo.

Referencia


(1) En referencia a Jacinto R. Yaben, quien sostiene que “En realidad Cabral revistó simplemente como granadero en las listas de su cuerpo”.

Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (1969).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar
Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1938)