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domingo, 22 de diciembre de 2024

Crisis del Beagle: Asalto blindado argentino por el norte a Santiago

Crisis del Beagle: Asalto blindado sobre Santiago

Por Esteban McLaren



El 22 de diciembre de 1978, conocido como el Día D, se habrían iniciado de manera coordinada a lo largo de las fronteras con Chile diversas acciones militares dentro del marco de la operación Soberanía. Es muy difícil determinar con certeza cuál de todas las acciones planificadas hubiera iniciado propiamente la guerra, pero está claro que habría sido un asalto simultáneo en, al menos, cuatro frentes. El principal habría sido la batalla naval y el desembarco en el canal de Beagle, donde la Infantería de Marina de la Armada de la República Argentina (IMARA) intentaría desembarcar parte de sus tropas en las islas Lennox, Nueva (ya ocupada por tropas del Cuerpo de Infantería de Marina chileno, CIM) y Picton, mientras otras tropas buscarían ocupar el resto de la isla. Este frente será objeto de análisis futuro. Sincronizadamente, habría un avance terrestre en el frente central partiendo desde Mendoza (con una posible segunda línea de avance desde el sur por el paso Puyehue, hoy Cardenal Samoré) con el objetivo final de llegar a la capital nacional, Santiago.

El propósito de este artículo es explorar un escenario de historia alternativa centrado únicamente en el frente de ataque de la ruta Mendoza-Santiago. La guerra nunca ocurrió, pero ¿cómo habría sido si Argentina no hubiera aceptado la mediación papal? Ese será nuestro punto de divergencia con la historia real. Apelemos a la racionalidad y la prospectiva en un ejercicio que siempre será incompleto y cuyo resultado final pertenece a otro espacio-tiempo.

En el conflicto del canal de Beagle de 1978 entre Argentina y Chile, se consideró un ataque directo desde Mendoza hacia la capital chilena, Santiago. Esta decisión táctica y estratégica se justificaba desde varias perspectivas. Primero, el foco principal del conflicto estaba en la región austral, lo que significaba que un ataque desde Mendoza podría servir como una maniobra de distracción para dividir las fuerzas chilenas, debilitando así su capacidad de defensa en el sur.

El acceso directo a Santiago desde Mendoza era otra razón clave. Santiago, siendo el centro neurálgico de Chile tanto política como militarmente, representaba un objetivo crucial. Tomar la capital podría forzar una rápida capitulación chilena debido al impacto estratégico y psicológico que ello conllevaría. Las rutas de acceso a través de los Andes, especialmente el Paso de los Libertadores, conectaban directamente Mendoza con la región metropolitana de Santiago, facilitaban un avance argentino hacia la capital.

Además, Mendoza contaba con importantes recursos logísticos, lo que la convertía en una base de operaciones ideal para un asalto sostenido hacia Santiago. Obviamente "detrás" de Mendoza se hallaba todo el complejo industrial militar asentado en Córdoba, Rosario y Gran Buenos Aires, con fábricas de armas y municiones, aviones ligeros y astilleros así como todo el complejo agro-alimentario nacional. Desde el punto de vista argentino, la estrategia implicaba preparativos logísticos y de inteligencia detallados sobre las defensas chilenas a lo largo del Paso de los Libertadores. Establecer líneas de suministro robustas desde Mendoza era esencial para asegurar un flujo continuo de recursos.

La táctica argentina se centraría en un ataque rápido y coordinado, utilizando tropas de infantería mecanizada y apoyo aéreo para penetrar rápidamente las defensas fronterizas y avanzar hacia Santiago. Se desplegarían las unidades mejor entrenadas para maximizar la eficiencia del ataque y mantener la moral de las tropas alta mediante una comunicación efectiva de los objetivos. Además, se planearían operaciones de distracción en otras partes de la frontera para confundir y dispersar a las fuerzas chilenas.

Por otro lado, una estrategia de defensa de la capital implicaría fortificar el Paso de los Libertadores con artillería y tropas bien posicionadas, utilizando la geografía montañosa a favor para establecer posiciones defensivas estratégicas. Mantener una vigilancia constante y activa en la frontera sería crucial para detectar movimientos argentinos y anticipar sus planes. El anecdotario trasandino comenta de tropas desplegadas en los picos cordilleranos para avisar del traspaso de vuelos argentinos como una suerte de observadores adelantados.



La defensa chilena se organizaría en profundidad, estableciendo varias líneas de defensa escalonadas para retrasar y desgastar a las fuerzas argentinas, mientras se utilizarían fuerzas de reserva para contragolpes y ataques de flanco. Preparar a la población civil de Santiago para la defensa, construyendo barricadas y organizando milicias, sería esencial para mantener la moral alta. Además, se coordinaría la defensa aérea y de artillería para realizar ataques preventivos sobre las columnas argentinas y responder rápidamente a sus movimientos.

Las fuerzas especiales chilenas jugarían un papel crucial, implementando operaciones de sabotaje detrás de las líneas enemigas para interrumpir suministros y comunicaciones, y llevando a cabo ataques precisos contra líderes y centros de comando enemigos. Veamos con más detalles estas acciones que nunca ocurrieron aunque bien cerca se estuvo.

Orden de Batalla Regional (ORBAT) en 1978

Argentina

Ejército:

  • IV Cuerpo de Ejército en Mendoza:
    • 8va Brigada de Infantería de Montaña: Unidades de infantería de montaña entrenadas para combate en terreno montañoso.
    • 2da Brigada Blindada: Unidades blindadas con tanques y vehículos de combate.
    • IV Brigada Aérea: Apoyo aéreo cercano y transporte.
    • VIII Brigada de Infantería de Montaña: Especializada en combate en terreno montañoso, equipada con artillería ligera y morteros.
    • Regimiento de Caballería Blindada 11 "Cazadores de Los Andes": Con tanques AMX-13 y vehículos de transporte blindados.
    • Regimiento de Infantería 16: Con infantería mecanizada lista para un asalto frontal.

Fuerza Aérea:

  • IV Brigada Aérea (El Plumerillo, Mendoza): Aviones de ataque como el A-4 Skyhawk, Mirage III, y aviones de transporte para logística y apoyo aéreo cercano.


Chile

Ejército:

  • III División del Ejército en Valparaíso:
    • 1ra Brigada Acorazada “Coraceros”: Unidades blindadas con tanques y vehículos de combate.
    • 2da Brigada de Infantería: Unidades de infantería regular.
    • Brigada de Operaciones Especiales “Lautaro”: Fuerzas especiales y de montaña entrenadas para operaciones en terreno accidentado.
    • Regimiento de Infantería N°1 "Buin": Ubicado en la región del Aconcagua, equipado con artillería ligera y mediana.
    • Regimiento de Caballería Blindada N°1 "Granaderos": Operando en el valle con tanques ligeros y vehículos de reconocimiento.
    • Baterías de Artillería: Posicionadas en puntos estratégicos para cobertura de fuego.
    • Fuerzas menores de Carabineros

Fuerza Aérea:

  • V Brigada Aérea (Base Aérea Cerro Moreno, Antofagasta, altamente improbable por la distancia) y II Brigada Aérea (Santiago): Aviones de combate como el F-5E Tiger II y cazas Hawker Hunter, además de aviones de transporte y apoyo.
  • Brigada de Aviación del Ejército: Proporcionando apoyo aéreo con helicópteros UH-1 y aviones ligeros de reconocimiento.


Rol de las Fuerzas Aéreas

Argentina:

  • La Fuerza Aérea Argentina intentaría mantener la superioridad aérea sobre el Paso Los Libertadores y sus alrededores para proteger el avance de las tropas terrestres y proporcionar apoyo aéreo cercano.
  • Aviones de ataque como el A-4 Skyhawk y Mirage III realizarían misiones de interdicción y bombardeo contra posiciones chilenas. Sin dudas el primer blanco sería la base aérea en Santiago en un estilo de ABA (Airbase Attack) que imposibilite el poder aéreo chileno para el resto de las operaciones.

Chile:

  • La Fuerza Aérea de Chile defendería su espacio aéreo agresivamente, utilizando aviones F-5E Tiger II y Hawker Hunter para interceptar y atacar aviones argentinos. Probablemente ejemplares más antiguos en condiciones de vuelo sería puestos en línea de combate de nuevo.
  • Las unidades aéreas chilenas también atacarían columnas terrestres argentinas y sus líneas de suministro para ralentizar el avance.


En términos de poder aéreo, ambas bases aéreas se encontraban en relativa paridad de poder y calidad de los aviones aunque la información reciente nos presenta a los F-5 Tiger II con baja operatividad debido al embargo norteamericano que ya llevaba años. El tema de guerra aérea sobre la cordillera por las maniobras muy repentinas de aceleración por las trepadas y profundos picados implicados merece un análisis aparte.

Defensa del Valle del Aconcagua

Contexto y Situación:

En diciembre de 1978, en el marco del conflicto del Beagle entre Argentina y Chile, la tensión estaba en su punto álgido. Las fuerzas argentinas, concentradas en Mendoza, estaban listas para un potencial asalto blindado a través de los Andes, apuntando hacia el valle del Aconcagua, al norte de Santiago de Chile. El objetivo era romper las defensas chilenas y avanzar hacia la capital. En este escenario montañoso y estratégico, ambos ejércitos desplegaron sus fuerzas y prepararon tácticas de defensa en profundidad.


Estrategia y Tácticas Chilenas de Defensa en Profundidad:

Conociendo las capacidades del enemigo y la geografía del terreno, las fuerzas chilenas implementaron una defensa en profundidad para proteger el valle del Aconcagua:

1. Reconocimiento y Vigilancia:

Desde tempranas horas de la mañana, equipos de reconocimiento chilenos patrullaban las alturas, observando cualquier movimiento en los pasos de montaña. Utilizando binoculares y radios, estos soldados vigilaban constantemente los senderos que descendían desde Mendoza, atentos a cualquier señal de actividad enemiga.

  • Patrullas de Reconocimiento: Equipos de reconocimiento fueron desplegados en puntos elevados para vigilar los movimientos argentinos a través de los pasos de montaña.
  • Puestos de Observación: Establecieron puestos de observación a lo largo de las rutas posibles de avance, utilizando comunicación por radio para reportar movimientos enemigos.

2. Fortificaciones y Puntos de Resistencia:

A lo largo del valle, los ingenieros militares habían trabajado sin descanso, aprovechando las formaciones rocosas naturales para construir bunkers y trincheras. En puntos estratégicos, se habían colocado nidos de ametralladoras, listos para repeler cualquier intento de avance. Los soldados del Regimiento de Infantería N°1 "Buin" se apostaron en estas posiciones, preparados para ofrecer una resistencia feroz.

  • Fortificaciones Naturales: Aprovecharon las formaciones rocosas y acantilados naturales para construir defensas y trincheras.
  • Bunkers y Nidos de Ametralladoras: Construyeron bunkers y posiciones fortificadas en puntos clave del valle para maximizar la resistencia y retrasar el avance enemigo.

3. Maniobra y Movilidad:

En áreas accesibles, la caballería blindada del Regimiento de Caballería Blindada N°1 "Granaderos" mantenía sus tanques ligeros y vehículos de reconocimiento en constante alerta, listos para moverse rápidamente y reforzar cualquier punto que fuese atacado. Las unidades de reserva se mantenían móviles, listas para intervenir donde se las necesitase.

  • Unidades de Reserva: Mantuvieron unidades de reserva móvil en las zonas más accesibles del valle para reforzar rápidamente cualquier punto que fuese atacado.
  • Despliegue de Caballería Blindada: La caballería blindada se posicionó en áreas donde podían realizar contraataques rápidos y flanquear a las fuerzas argentinas.

4. Uso de Artillería:

En colinas elevadas, las baterías de artillería estaban bien camufladas. Los artilleros mantenían sus ojos fijos en las posiciones de los observadores avanzados, esperando las coordenadas para iniciar un bombardeo preciso. La coordinación con la infantería era vital para maximizar el impacto de los bombardeos y detener el avance enemigo.

  • Bombardeo Preventivo: Utilizaron artillería para realizar bombardeos preventivos en las rutas de acceso conocidas, dificultando el avance argentino.
  • Coordinación con Infantería: La artillería estaba estrechamente coordinada con las unidades de infantería para proporcionar fuego de cobertura durante los enfrentamientos.

5. Obstáculos y Trampas:

Los ingenieros militares habían sembrado minas en los senderos más probables y preparado deslizamientos de tierra controlados para crear obstáculos adicionales. Cualquier avance argentino encontraría un terreno hostil y lleno de trampas mortales.

  • Minado de Senderos: Colocaron minas y trampas en los senderos y rutas de acceso más probables para retrasar y desorganizar a las tropas blindadas argentinas.
  • Obstáculos Naturales: Utilizaron el terreno para crear obstáculos adicionales, como la voladura de puentes y la creación de deslizamientos de tierra.

Tácticas argentinas para desarmar la defensa en profundidad chilena:

Las fuerzas argentinas, conscientes de la defensa chilena, planificaron su ataque con una combinación de tácticas de reconocimiento, maniobra y poder de fuego.

1. Reconocimiento y Inteligencia:

Patrullas de reconocimiento argentinas, incluyendo exploradores de la VIII Brigada de Infantería de Montaña, se infiltraron en el terreno hostil, identificando puntos débiles y rutas menos defendidas. Utilizando métodos tradicionales de inteligencia, como el interrogatorio de prisioneros y la interceptación de comunicaciones, reunieron información crítica.

  • Patrullas de Reconocimiento: Enviaron patrullas de reconocimiento y exploradores para identificar las posiciones defensivas chilenas y encontrar rutas menos defendidas.
  • Interrogatorio de Prisioneros: Recopilaron inteligencia a través del interrogatorio de prisioneros y la interceptación de comunicaciones.

2. Ataques de Flanqueo y Maniobras:

Al amanecer, las fuerzas especiales argentinas, expertos en combate en terreno montañoso, comenzaron a moverse a través de pasos ocultos, flanqueando las posiciones chilenas. Mientras tanto, las unidades mecanizadas del Regimiento de Caballería Blindada 11 "Cazadores de Los Andes" se preparaban para avanzar rápidamente por rutas identificadas como menos defendidas.

  • Rutas Alternativas: Utilizaron rutas menos defendidas y pasos de montaña ocultos para flanquear las posiciones chilenas.
  • Fuerzas Especiales: Desplegaron fuerzas especiales para realizar incursiones detrás de las líneas enemigas, saboteando sus posiciones y líneas de suministro.

3. Coordinación de Ataques:

A medida que los exploradores confirmaban las posiciones chilenas, la artillería argentina comenzó a bombardear los puntos fortificados. El estruendo de los cañones rompió el silencio del valle, mientras las tropas de infantería se preparaban para avanzar. Los ataques se coordinaron desde múltiples direcciones, buscando abrumar y desorganizar la defensa chilena.

  • Ataques Coordinados: Realizaron ataques coordinados desde múltiples direcciones para abrumar y desorganizar la defensa chilena.
  • Uso de Morteros y Artillería: Emplearon morteros y artillería para bombardear las posiciones fortificadas chilenas antes de avanzar con la infantería.

4. Movilidad Rápida:

Utilizando vehículos ligeros y su conocimiento del terreno, la infantería de montaña argentina avanzó a través del terreno difícil, buscando superar las defensas naturales y artificiales. La rapidez y flexibilidad de estas unidades eran clave para mantener el impulso del ataque.

  • Unidades Mecanizadas: Las unidades mecanizadas se movieron rápidamente a través del terreno difícil, utilizando vehículos ligeros y adaptados al terreno montañoso.
  • Infantería de Montaña: La infantería de montaña avanzó utilizando su conocimiento del terreno para superar las defensas naturales y artificiales.

5. Apoyo Aéreo:

A lo lejos, aviones de ataque ligero A-4 de la Fuerza Aérea Argentina rugieron por el cielo, lanzando bombardeos precisos sobre las posiciones chilenas. Estos ataques aéreos proporcionaron cobertura adicional y desestabilizaron aún más las defensas enemigas.

  • Ataques Aéreos Tácticos: Utilizaron aviones de ataque ligero para bombardear posiciones defensivas y proporcionar apoyo cercano a las tropas en avance.
  • Reconocimiento Aéreo: Los aviones de reconocimiento ayudaron a identificar las posiciones enemigas y ajustar el fuego de artillería.

En diciembre de 1978, la batalla por el valle del Aconcagua entre Argentina y Chile habría sido un enfrentamiento feroz y complicado, donde la defensa en profundidad chilena y las tácticas de asalto argentinas se pondrían a prueba en uno de los terrenos más difíciles del mundo. La combinación de tácticas adaptadas al terreno, reconocimiento efectivo y maniobras inteligentes habría sido clave para determinar el resultado de este potencial conflicto.


Conducta de las Tropas Argentinas

Podemos inferir la conducta en combate de las tropas argentinas a partir de su participación en la guerra de las Malvinas, cuatro años después. Las tropas chilenas, por su parte, no habían enfrentado a un enemigo extranjero en un siglo antes del conflicto, y la única escaramuza previa fue en 1965 entre gendarmes y carabineros en Lago del Desierto. Este incidente no demostró una disposición a morir en combate, ya que se rindieron rápidamente, a pesar de haber estado afianzados en el terreno durante semanas, sin aprovechar esa ventaja. Basándonos en la experiencia de las Malvinas:

  • Moral y Motivación: Las tropas argentinas podrían mostrar alta moral y motivación al tener suministro constante y el objetivo de defender el honor nacional, similar a su comportamiento en Malvinas.
  • Tácticas: Las tácticas de ataque frontal vistas en Malvinas podrían repetirse, pero con la diferencia de tener una línea de suministro terrestre constante y apoyo logístico, mejorando su efectividad en el campo.
  • Desempeño: Es probable que muestren mejor coordinación y efectividad operativa debido a la presencia de líneas de suministro y soporte constante, a diferencia del aislamiento en Malvinas. Ahora la provisión estaría más asegurada con los depósito en Mendoza y el interior del país. Asimismo, al igual que en Malvinas, la mayoría de las tropas se rindieron sólo tras agotar munición.


Escenarios probables en el choque de fuerzas

Rutas de Ataque

El ataque desde Mendoza hacia Santiago podría seguir las siguientes rutas principales:

  1. Ruta Nacional 7 (Paso Internacional Los Libertadores):

    • Esta es la principal vía terrestre que conecta Mendoza con Santiago, cruzando la Cordillera de los Andes por el Paso Los Libertadores. Es la ruta más directa pero también la más predecible y, por lo tanto, fortificada.
  2. Ruta Nacional 40 hacia el sur y luego cruzando por el Paso Pehuenche:

    • Una ruta alternativa menos directa pero que podría ofrecer menos resistencia inicial debido a su menor uso comercial y turístico en comparación con Los Libertadores.

 

1. Estancamiento 

Zona de Estancamiento Probable

Valle del Aconcagua:

  • Este valle es un punto crítico antes de llegar a Santiago y sería el lugar donde las fuerzas chilenas probablemente establecerían una línea defensiva fuerte debido a la geografía que permite defensas naturales y al control de las rutas de acceso a la capital.
 

Análisis de un potencial estancamiento en el Valle del Aconcagua

1. Identificación de la Ruta de Ataque

  • Punto de Partida: Las tropas argentinas saldrían desde Mendoza, una ciudad importante con infraestructura militar adecuada para movilizar una ofensiva de gran escala.
  • Ruta de Abastecimiento:
    • Mendoza: Principal centro de logística y abastecimiento.
    • Los Andes: Cruce fronterizo clave. Aquí se acumularían suministros antes de cruzar hacia Chile.
    • Valle del Aconcagua: Primer punto estratégico en territorio chileno donde se establecerían depósitos avanzados para mantener el flujo de suministros.

2. Defensa Chilena en el Valle del Aconcagua

El alto mando chileno al considerar la defensa del Valle del Aconcagua en 1978 se centraría en utilizar el terreno montañoso a favor y establecer una defensa en profundidad. Los recursos disponibles incluirían minas antitanque, artillería, y posiciones de infantería bien fortificadas.

Zonas de Defensa Clave:

  • Mina San José/Las Cuevas: Zona adecuada para la colocación de minas antitanque debido a su terreno angosto y rocoso, dificultando el avance de vehículos blindados (linea Amarilla, debajo).
  • Los Andes: Ubicación ideal para artillería debido a su elevación y vista sobre las rutas de avance. Aquí se podrían emplazar piezas de artillería pesada para atacar formaciones argentinas en movimiento (linea Roja, debajo).
  • Calle Larga: Trincheras y posiciones defensivas de infantería, proporcionando una línea defensiva inicial y conteniendo el avance enemigo lo suficiente para permitir ataques de artillería y preparativos adicionales en retaguardia (linea Roja, debajo).
  • San Felipe: Posición secundaria para artillería y reservas, listo para reforzar las líneas frontales o cubrir la retirada en caso de necesidad (linea Roja, debajo).

 

Mapa Estratégico:

  1. Minas Antitanque: Instaladas en Mina San José y puntos críticos a lo largo del valle.
  2. Artillería: Emplazada en Los Andes y San Felipe.
  3. Trincheras y Fortificaciones: Establecidas en Calle Larga y otros puntos elevados del valle.
  4. Emboscadas y guerrilla: La zona rural, si bien el valle es relativamente ancho y llano, permitiría operaciones de desgaste por parte de tropas y civiles.

El valle del Aconcagua se convertiría en un campo de batalla donde la estrategia y la adaptabilidad de ambas fuerzas se pondrían a prueba. Los soldados chilenos, atrincherados y bien preparados, se enfrentaron con determinación a cada avance argentino. Las minas y trampas ralentizaban el avance, y el fuego de artillería chileno causarían bajas significativas.

Sin embargo, los ataques coordinados y la movilidad argentina podrían romper las líneas defensivas. Los flanqueos y las incursiones detrás de las líneas chilenas desorganizarían a las fuerzas defensoras, obligándolas a retroceder y reagruparse constantemente. La presión sería implacable.





Configurada esta situación, debe remarcarse que éste podría ser el objetivo final de esta fase de ataque. El asalto a Santiago puede caber perfectamente en el concepto de ataque distracción: el asalto a la capital obligaría al Alto Mando chileno a desviar las mejores fuerzas para defensa de la capital. Regimientos, helicópteros, artillería y blindados, los mejores cazas disponibles, se distraerían del frente Sur donde fuerzas militares estarían implicadas en un asalto blindado a Punta Arenas y una operación de desembarco en las islas Picton, Nueva y Lennox. Es decir, esta fase de estancamiento del frente podría ser un objetivo en sí mismo y tendría perfecta lógica. Ahora veremos por qué, avanzar hacia la capital, hubiese sido a todas luces un evento enormemente costoso para atacantes y defensores.

Estrategia Argentina para Romper la Defensa Chilena

Para un general argentino, la clave para superar las defensas chilenas en el Valle del Aconcagua residiría en la combinación de maniobras tácticas y apoyo aéreo.

Acciones probables:

  • Ataques de Artillería y Aérea Preliminares: Bombardeo intensivo de posiciones defensivas en Los Andes y Calle Larga para desestabilizar y debilitar las líneas chilenas.
  • Infiltración y Sabotaje: Unidades de operaciones especiales podrían infiltrarse para desactivar minas antitanque y sabotear posiciones de artillería chilenas antes del avance principal.
  • Ataques de Pinza: Coordinación de ataques en múltiples frentes para diluir las defensas chilenas. Un ataque principal desde el norte del valle y un segundo avance desde el sur para rodear y desbordar las líneas enemigas.
  • Despliegue de Tropas Motorizadas: Aprovechar el terreno abierto tras el valle para un avance rápido hacia Santiago, minimizando el tiempo de respuesta y reagrupamiento de las fuerzas chilenas.


Resumen de esta fase

Defensa Chilena:

  • Minas antitanque en puntos críticos.
  • Artillería en posiciones elevadas.
  • Trincheras en rutas de acceso principales.

Estrategia de Rompimiento Argentina:

  • Bombardeos intensivos iniciales.
  • Infiltración y sabotaje.
  • Ataques coordinados en pinza.
  • Avance rápido de tropas motorizadas.

Esta combinación de tácticas y la adecuada utilización de los recursos disponibles podrían determinar el éxito de la operación argentina y la efectiva defensa chilena durante la crisis del Beagle de 1978.


2. Rompimiento del Frente por Parte de Argentina

Si las fuerzas argentinas lograran romper el frente chileno en el Valle del Aconcagua, avanzarían hacia Santiago tomando las siguientes rutas:

  1. Ruta 5 Norte (Autopista Panamericana):

    • Esta sería la principal vía de entrada a Santiago desde el norte, ofreciendo un acceso directo a la ciudad. Al ser una ruta principal, sería altamente defendida.
  2. Ruta 57 (Los Andes - Santiago):

    • Una alternativa más directa desde Los Andes a Santiago. Esta ruta sería utilizada para aprovechar el impulso de una ruptura rápida y avanzar hacia el corazón de la ciudad.


2.1 Focos de Resistencia Más Duros en Santiago

Dentro de Santiago, los focos de resistencia más duros probablemente serían:

  1. Centro Histórico de Santiago:

    • Concentra muchos edificios gubernamentales y estratégicos, incluyendo La Moneda, el Palacio Presidencial. Este área sería fuertemente defendida por tropas chilenas (Plaza de Armas de Santiago). Ruta 1 debajo, en rojo.
  2. Barrio Independencia y Recoleta:

    • Estas zonas, al norte del centro, serían claves para controlar las rutas de acceso desde el norte y noreste de la ciudad. Ruta 1 debajo, en rojo y amarillo.
  3. Sector Militar de la Escuela Militar Bernardo O'Higgins:

    • Al este de la ciudad, esta área incluye instalaciones militares y de entrenamiento, ofreciendo una base sólida para la defensa. Ruta 2 debajo, línea roja.
  4. Aeropuerto Internacional Comodoro Arturo Merino Benítez:

    • Controlar el aeropuerto sería crucial para cualquier operación militar, tanto para asegurar líneas de suministro como para impedir refuerzos aéreos. Ruta 3 debajo, línea roja.

1. Avance hacia el centro y núcleos de resistencia

2. Desvío a Escuela Militar

3. Desvío a Aeropuerto


Opciones de conducción de las operaciones

Un comando de operaciones arriesgado y agresivo podría tomar las siguientes decisiones:

  • Ataque Rápido al Centro Histórico:
    • Ordenar un avance directo y rápido hacia el centro de Santiago para capturar La Moneda y otros edificios gubernamentales clave, buscando desmoralizar a las fuerzas chilenas y generar un colapso rápido de la resistencia organizada.
    • Ventaja: Potencial para una victoria rápida y decisiva.
    • Riesgo: Alta probabilidad de encontrarse con defensas concentradas y bien organizadas, lo que podría resultar en grandes bajas y una posible contraofensiva.

 

Una aproximación más racional y meditada podría optar por:

  • Asegurar Perímetros y Flancos:
    • Avanzar de manera más cautelosa, asegurando las áreas periféricas y consolidando las líneas de suministro antes de avanzar hacia el centro de Santiago.
    • Priorizar Objetivos Estratégicos:
      • Tomar control del aeropuerto y rutas principales para asegurar el flujo de suministros y refuerzos.
      • Llevar a cabo operaciones para debilitar la moral chilena y desorganizar su mando y control mediante ataques a objetivos clave pero menos defendidos inicialmente.
    • Ventaja: Reducción de riesgos y posibilidad de avanzar de manera sostenida y organizada.
    • Riesgo: Mayor tiempo de campaña, lo que podría permitir a las fuerzas chilenas reorganizarse y recibir refuerzos.


Consideraciones Estratégicas

  • Fuerza Aérea: Ambos generales necesitarían asegurar la superioridad aérea para proteger sus tropas y líneas de suministro, utilizando ataques aéreos para debilitar las defensas chilenas.
  • Tropas de Montaña: Serían esenciales para asegurar los flancos y proporcionar inteligencia sobre las defensas chilenas, así como para realizar operaciones de infiltración y sabotaje detrás de las líneas enemigas.
  • Logística: Mantener líneas de suministro abiertas y seguras sería crucial para sostener el avance argentino, especialmente en un terreno montañoso y urbano como Santiago.

 

Conclusión

La elección de un ataque desde Mendoza hacia Santiago se justificaría por el impacto potencial de capturar la capital chilena y desviar las defensas enemigas. Como general argentino, se priorizaría un ataque coordinado y rápido, aprovechando la sorpresa y el apoyo logístico. Mientras tanto, un comandante chileno centraría la defensa en fortificar las rutas de acceso, utilizar la geografía a su favor, y mantener la moral y preparación de sus fuerzas y población civil. En definitiva, abocarse a una defensa en profundidad.


Un ataque argentino desde Mendoza hacia Santiago durante la crisis del Beagle habría sido un conflicto complejo y multifacético. La geografía, la preparación de las tropas y el apoyo aéreo habrían jugado roles críticos en el desarrollo del conflicto. El Valle del Aconcagua probablemente habría sido el punto de estancamiento, con ambos lados utilizando sus fuerzas aéreas y tropas de montaña para intentar ganar la ventaja en este terreno desafiante. Si era vencido esta obstáculo, las rutas de ataque a Santiago son evaluadas. La lucha hubiese sido cara en términos de bajas para ambos bandos, tanto militares (ambos) como civiles (chilenos). El daño a la infraestructura chilena sería bajo cualquier parámetro una pesada carga para su economía y normal desarrollo futuro.

La estrategia adoptada por el liderazgo argentino en un avance hacia Santiago dependería del balance entre la agresividad y la prudencia. Un avance rápido y decisivo podría ganar terreno rápidamente pero con mayores riesgos, mientras que un enfoque más metódico y racional podría asegurar una victoria más sostenida aunque más lenta. Las fuerzas aéreas y las tropas de montaña jugarían roles cruciales en ambos enfoques, garantizando el apoyo y la seguridad del avance terrestre. 

 

Continuará...


jueves, 20 de julio de 2023

SGM: Análisis histórico de la derrota alemana en el Frente Oriental



¿Cuáles fueron las principales razones de la derrota alemana en el Este?


HGW Davie || Militar Logistics History




 

Introducción

La derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial ha sido un tema que ha fascinado a los historiadores desde que ocurrieron los hechos. Las razones detrás de esto han sido un tema muy debatido desde entonces, ninguno más que el equilibrio entre los teatros oriental y occidental y las razones detrás de la derrota en la Unión Soviética.[1] Sin embargo, esta imagen se ha visto oscurecida por dos cuestiones principales, el alcance de la participación del ejército alemán (Heer) en las atrocidades cometidas en la URSS, el llamado mito de la 'Wehrmacht limpia' y la política de la Guerra Fría.

Ambos temas enmarcaron las teorías iniciales de la posguerra promovidas por los generales alemanes entrevistados por el programa de Estudios Militares Extranjeros (FMS) del Ejército de los EE. UU.[2] Intentaron culpar de su derrota al mal juicio estratégico de Hitler, la interferencia con las decisiones a nivel operativo y la abrumadora cantidad de hombres y equipos desplegados por el Ejército Rojo. Se escribió una gran cantidad de memorias e historias en apoyo de esta teoría, que en ese momento solo fue cuestionada por el punto de vista soviético, que era de una derrota militar alemana por una ciencia militar superior.[3] Sin embargo, desde la década de 1970, este punto de vista fue atacado por historiadores que tenían acceso a los archivos soviéticos, como Albert Seaton,[4] John Erickson[5] y Earl Ziemke,[6] y el historiador del Holocausto, Omar Bartov[7], quien presentó una visión muy diferente de la guerra y la conducta de los generales alemanes.

Para comprender la derrota de Alemania en el Este, este ensayo analizará las cuatro corrientes historiográficas principales en competencia antes de 1995, presentadas por historiadores alemanes, de habla inglesa, la 'escuela rusa' de habla inglesa e historiadores soviéticos. Luego considerará el desarrollo de la historiografía posterior a 1995 y luego otra sección sobre algunos enfoques económicos y de infraestructura que no encajan cómodamente dentro del marco anterior.

El principal obstáculo para descubrir las razones sustantivas de la derrota de Alemania en el Este es si se puede hacer una evaluación precisa de los datos existentes, hasta qué punto los datos han sido corrompidos por el mito de la 'Wehrmacht limpia' o la política de la Guerra Fría y si la investigación desde 1995 ha ido lo suficientemente lejos para corregir esos sesgos. El ensayo se concentrará en si los historiadores han establecido una cronología precisa y creíble de la guerra, si se puede establecer la importancia relativa de esos eventos, uno con otro, y si cuestiones clave, como el uso de la Unión Soviética de un 'frente amplio' ' o estrategia de 'frente estrecho' han sido resueltas. A menos que se haya logrado un progreso sustancial en estos temas, cualquier teoría sobre las razones detrás de la derrota de Alemania no puede ser más que especulación.


Paul Carell

La perspectiva historiográfica alemana anterior a 1995

La historiografía federal alemana fue corrompida deliberadamente desde arriba hacia abajo, comenzando en noviembre de 1945 con el 'Memorándum de los generales' redactado por Franz Halder, ex Jefe del Estado Mayor.[12] Esto estableció una narrativa que culpaba a Hitler por la conducción de la guerra y a las SS por todas las atrocidades. Permitió al cuerpo de oficiales alemán afirmar que se había comportado honorablemente durante la guerra. Esto fue seguido en 1950 por la 'Reunión de la Abadía de Himmerode' de Adenauer con los generales que forjaron un acuerdo entre ellos y el gobierno sobre la fundación de un nuevo ejército alemán, la Bundeswehr.[13] Después de la reunión, los juicios por crímenes de guerra se redujeron considerablemente y los generales fueron rehabilitados, a cambio de su cooperación en la formación de la Bundeswehr y la lucha contra la Guerra Fría.

Esto fue seguido en 1951 por la declaración del general estadounidense Eisenhower de que el honor de la gran mayoría de los soldados de la Wehrmacht estaba intacto.[14] El mito de la Wehrmacht 'limpia' fue creado por Halder y su equipo escribiendo su registro 'histórico', por criminales de guerra rehabilitados como von Manstein y Guderian en sus memorias, en la 'literatura Landseer' por viejos soldados y escritores populares como Paul Carell. .[15] Incluso se hicieron intentos para rehabilitar al general Eduard Wagner, quien estuvo profundamente implicado en las atrocidades en Rusia.[16]

Un puñado de historiadores desafiaron esta narrativa en los márgenes, como Uhlig y Jacobsen en sus escritos, pero no abordaron el tema de fondo.[17] Más tarde, en 1988, la polémica Historikerstreit (disputa del historiador) entre los conservadores Ernst Nolte, Andreas Hillgruber y los historiadores liberales mostró serias divisiones, pero evitaron el tema principal de la culpabilidad militar alemana en crímenes de guerra y, en cambio, se centraron en interpretar la historia alemana.[18] Se hizo algo de trabajo sobre la Orden del Comisario y el tratamiento de los prisioneros de guerra del Ejército Rojo, pero esto dejó intacta la conducción de la guerra antipartisana y los crímenes de guerra más generales.[19]

Del mismo modo, la necesidad de retratar la guerra como una 'aventura' cambió el enfoque más hacia la guerra Panzer 'caballeresca', enfatizando la modernidad y la tecnología y alejándose de la guerra de trincheras y el trabajo diario de las muchas unidades de infantería tiradas por caballos. Las historias de heroísmo individual, de unidades famosas como la división Gross Deutschland (Gran Alemania) incluso comenzaron a rehabilitar las Waffen SS (SS militares), ignorando el hecho de que la División SS Totenkopf se extrajo originalmente de los guardias de los campos de concentración. Al centrarse en batallas heroicas y alejarse de los crímenes en la retaguardia del ejército y en la guerra partisana, la narrativa pudo presentar una imagen de soldados honorables que se enfrentan a un enemigo brutal.

Las consecuencias de las decisiones de la 'Wehrmacht limpia' afectaron a la historiografía, ya que para mantener esta narrativa hubo que olvidar o tergiversar muchos hechos de la Guerra Soviético-Alemana. El foco de la guerra tenía que estar en las victorias del verano de 1941, en el martirio de Stalingrado, la maniobra de "corte en hoz" de Manstein en marzo de 1943 y la valiente defensa del Reich. Otros eventos fueron degradados o ignorados. Se ignoró el asedio de Leningrado con su ataque deliberado a civiles, se olvidó la guerra posicional del 'caldero' de Rzhev,[21] y se restaron importancia a los brutales barridos a través del campo ruso ocupado en busca de 'bandas' (término alemán para partisanos). [22]

 

La visión angloamericana antes de 1995

¿Cómo reaccionó el mundo de habla inglesa a este curso de historiografía alemana? Desde una etapa muy temprana, incluso durante los juicios por crímenes de guerra de Núremberg, las Fuerzas Armadas de los EE. UU. estaban deseosas de cosechar el conocimiento de la Wehrmacht, lo que condujo a la creación del programa de Estudios Militares Extranjeros. El programa originalmente analizó los encuentros entre EE. UU. y Alemania (series A a C), pero la serie posterior a principios de la década de 1950 (series P y T) comenzó a registrar operaciones soviético-alemanas. Incluyeron testimonios de ex oficiales de las SS[23] e introdujeron los temas de los errores estratégicos de Hitler, los abrumadores números soviéticos, el bestial soldado soviético y la brillantez del general alemán, ya que estos estudios fueron guiados por Franz Halder.[24]

A medida que la Guerra Fría creció en intensidad, también lo hizo el interés de EE. UU. en revivir el ejército alemán para contrarrestar la influencia soviética en Europa y especialmente una vez que estalló la Guerra de Corea.[25] La dureza de los juicios de Núremberg se redujo gradualmente cuando el comandante de la zona estadounidense, el general Lucius Clay, redujo las sentencias o puso en libertad condicional a unos 79 prisioneros de los 89 criminales de guerra que tenía bajo su custodia y ejecutó solo a cinco de los 15 condenados a muerte.

De manera similar, en Gran Bretaña, el imperativo de la Guerra Fría impulsó un deseo similar de rehabilitar a Alemania. Funcionarios públicos como Lord Maurice Hankey formaron un grupo para cabildear por una reducción de las sentencias de Nuremberg sobre alemanes bajo custodia británica, como el general Albert Kesselring de la Luftwaffe (fuerza aérea alemana).[26] A ellos se unieron públicamente destacados historiadores como Basil Liddell Hart y David Irving, quienes hicieron campaña por la liberación de criminales de guerra condenados como Kesselring y von Manstein, promovieron la destreza militar alemana y trasladaron la importancia de la guerra al teatro occidental.[27]

Se ha debatido la razón de estas decisiones, con Bartov argumentando que muchos políticos y académicos de habla inglesa se negaron a creer que los oficiales alemanes "honorables" podrían haber estado involucrados en crímenes de guerra, mientras que von Lingen ha propuesto la idea de que el establecimiento británico se confabuló. en el encubrimiento de los crímenes de guerra militares alemanes, minimizando el papel de la participación militar en ellos y, ciertamente, en el caso de Albert Kesselring, liberando a un criminal de guerra convicto.[28] Dependiendo de cuál de estos dos puntos de vista se adopte, los historiadores británicos como Basil Liddell Hart son culpables de ignorancia deliberada o falsificación deliberada.

El apoyo al mito de la 'Wehrmacht limpia' corrompió toda la cronología de la guerra en la historiografía de habla inglesa. El énfasis y la importancia de la guerra se cambiaron al teatro occidental con una cronología Dunkerque - El Alamein - Normandía con una vaga mención de Stalingrado. Los crímenes de guerra se eliminaron de la narrativa eliminando eventos polémicos o minimizando su importancia. Las memorias e historias alemanas se consideraban fidedignas y precisas cuando se sabía que no lo eran.


Alexander Werth


La 'escuela rusa' angloamericana

Sin embargo, no todos los historiadores del mundo de habla inglesa utilizaron fuentes alemanas en sus investigaciones. Un pequeño número usó fuentes soviéticas y el primero de ellos fue el extraordinario escritor Alexander Werth. Como periodista, informó desde el frente de la guerra germano-soviética y como académico, escribió uno de los mejores relatos de la guerra en un solo volumen.[30] Retrató la guerra como realmente la había visto y se concentró en las principales batallas de Moscú, Stalingrado, Kursk y la Operación Bagration. Su asistente de investigación, John Erickson, continuó en 1973 y 1985 escribiendo uno de los mejores relatos en dos volúmenes y continuó con más estudios sobre el Ejército Rojo desde 1919 en adelante.[31] Erickson tuvo un amplio acceso a los archivos soviéticos y muchos contactos dentro de la academia soviética que le permitieron producir un estudio autorizado de la guerra.

El resto de la 'escuela rusa' provenía de la inteligencia militar con Peter Vigor como fundador del Centro de Investigación de Estudios Soviéticos en la Real Academia Militar de Sandhurst, junto con Chris Donnelly, Charles Dick y Chris Bellamy.[32] Aunque escribieron sobre temas contemporáneos, gran parte de su investigación se basó en la guerra soviético-alemana. Además, este ejemplo británico inspiró a los Estados Unidos a establecer la Oficina de Estudios del Ejército Soviético a mediados de la década de 1980 bajo el mando del Dr. Bruce Menning y más tarde bajo el mando del Coronel David Glantz. En particular, Glantz combinó entrevistas contemporáneas con oficiales alemanes con evidencia documental soviética para producir una síntesis que expuso lagunas e inconsistencias en ambos conjuntos de narrativas.[33] Este canon de obras fuera de la narrativa de la 'Wehrmacht limpia',

A pesar de que Werth planteó la cuestión de las atrocidades del ejército alemán en 1964:

¿ Acaso no habían tomado parte también los “fritzes ordinarios” en el exterminio de las aldeas guerrilleras? ¿Y no aprobaban los "fritzes ordinarios", en cualquier caso, lo que estaban haciendo sus colegas de las SS y de la Gestapo? [34]

y repetido por Erickson, sin embargo, la escuela era demasiado pequeña, enfocada en el lado puramente militar de la guerra y la inteligencia basada en tener mucho impacto en la historiografía más amplia. Nadaba contra la corriente de los relatos de Dallin sobre la ocupación alemana, basándose en los registros alemanes y el relato de Armstrong sobre la guerra antipartisana, lo que atrajo un gran interés del estamento militar estadounidense.[35] Smelser ha propuesto la idea de que el gran volumen de publicaciones populares sobre el ejército alemán y el hecho de que los libros de Erickson estuvieran agotados durante mucho tiempo fue un factor en la falta de influencia de la 'escuela rusa'.[36] Traza paralelismos entre el mito confederado de la 'causa perdida' y la historiografía de los generales alemanes y su atractivo en la cultura popular.



Georgi Kumanev

La perspectiva soviética

La Unión Soviética había transmitido las atrocidades alemanas en todo el mundo durante la guerra y después en los Juicios de Nuremberg, sin embargo, en gran medida, Occidente simplemente consideró esto como propaganda. La revelación de la masacre de Katyn y el conocimiento del GULag desacreditaron las cuentas soviéticas cuando revelaron los campos de concentración alemanes en el Báltico a mediados de 1944 en adelante.[37] En segundo lugar, los dictados del materialismo dialéctico requerían que los historiadores soviéticos siguieran la línea del Partido en sus relatos. Esto permitió que los errores de los líderes nacionales y generales militares desaparecieran o se redujeran en importancia. Esto no fue cuestionado seriamente por los eruditos alemanes debido a su propia cronología fracturada de la guerra.[38]

La combinación de estos dos factores condujo a una historia oficial restringida de seis volúmenes de la guerra germano-soviética publicada en 1960[39] y una historia más general de cuatro volúmenes de la Segunda Guerra Mundial en 1973.[40] Una vez que la perestroika (literalmente 'apertura') aflojó las restricciones del materialismo dialéctico, apareció una historia revisada en cuatro volúmenes en 1997.[41] Todos estos relatos enfatizaron las atrocidades del Eje.

La ciencia militar soviética dividió la guerra en tres períodos y luego en 'operaciones estratégicas', 'operaciones' y 'batallas' individuales utilizando criterios estrictos.[42] Sin embargo, el canon de operaciones cambió con el tiempo, ya que las primeras fuentes enumeran solo 50 "operaciones estratégicas".[43] Posteriormente, la libertad de la perestroika permitió un debate sobre el tema que apareció en las páginas de Voenno-Istroicheskii zhurnal (Revista de Historia Militar) hacia fines de la década de 1980 que agregó más operaciones y alteró la importancia de algunas.[44] Este proceso continuó después del final de la Unión Soviética, con una lista final de 75 'operaciones estratégicas' y alrededor de 340 operaciones que aparecieron en 2001.[45]

No obstante, este proceso fue cuestionado a partir de 1995, ya que Glantz argumentó que había grandes inconsistencias en la narrativa de la guerra y particularmente en el canon de las operaciones que pueden haber excluido hasta el 40% de ellas.[46] Estas fueron derrotas u operaciones fallidas, con la motivación de ocultar grandes cifras de bajas o proteger la reputación de los generales en tiempos de guerra. Otras operaciones fueron degradadas en importancia por razones similares con Glantz dando el ejemplo de la Operación Uman-Botasani de marzo a abril de 1944, que fue la primera operación "profunda" exitosa de un ejército de tanques. Fue el fracaso de la siguiente Ofensiva Iasi-Kishinev de abril a junio de 1944, que amenazó la reputación del mariscal Konev, lo que significó que tuvo que ser degradado.[47]

De manera similar, Gerasimova ha argumentado que las cuatro operaciones de Rzhev Salient (incluida la Operación Marte de Zhukov, la Ofensiva Rzhev-Sychevka) deben considerarse como una continuación de la Operación Estratégica de Moscú que finaliza en marzo de 1943 o deben formar su propia operación estratégica.[48] De cualquier manera, esto haría que el Saliente de Rzhev, tanto la operación soviética más grande de la guerra como la más costosa, supere a la Operación Estratégica de Stalingrado.

Sin embargo, estos cambios tienen implicaciones más amplias que la simple vanidad de los generales. Glantz ha argumentado que la construcción convencional de la guerra, con Stavka siguiendo una 'estrategia de frente estrecho', está respaldada por la historiografía tanto soviética como alemana y encaja convenientemente con el mito de la estrategia de 'resistencia' y festung (fortaleza) de Hitler. 49] En cambio, argumenta que las operaciones 'perdidas' muestran que Stavka siguió una 'estrategia de frente amplio' y, si esto es cierto, entonces Hitler parece considerablemente menos dogmático que antes y los generales alemanes más culpables.


 

Omer Bartov


La perspectiva posterior a 1995

1995 fue el año en que se derrumbó el edificio de la 'Wehrmacht limpia'. Su desaparición fue causada en gran parte por dos eventos, uno interno y otro externo a Alemania. El primer evento interno fue el Vernichtungskrieg. Verbrechen der Wehrmacht 1941–1944 ('Wehrmachtsausstellung') (Guerra de aniquilación. Crímenes de la Wehrmacht 1941-1944. 'Exhibición de la Wehrmacht') exposición en el Hamburger Institut für Sozialforschung entre 1995-1999, 2001-2005 y la más pequeña Fotofeldpost: Geknipste Kriegserlebnisse 1939-1945 (Fotos enviadas por correo: Experiencias de guerra rotas 1939-1945) exposición de 2000 en el Deutsch-Russisches Museum Berlin-Karlshorst.[50] Ambas exhibiciones de soldados en tiempos de guerra 'Foto' demostraron que los soldados ordinarios conocían y registraban las atrocidades. La primera exposición de hamburguesas atrajo a 800.000 visitantes y la segunda a 420.000,

El segundo evento externo fue la publicación de un libro del historiador israelí Omar Bartov, que expuso la barbarie de la guerra en Rusia y la complicidad militar alemana en ella.[51] De hecho, Bartov venía abordando este tema desde 1989 y otros historiadores como Messerschmidt, Streit y Förster habían comenzado a abordar el tema desde la década de 1980.[52] No obstante, este libro en particular, escrito por un historiador del Holocausto, logró captar el espíritu de la época, elevando el tema a la prominencia nacional. En una década, el mito de la 'Wehrmacht limpia' estaba muerto, pero las consecuencias de su existencia permanecieron mucho tiempo después de su desaparición.

Que los efectos funestos continuaran fue una especie de sorpresa, ya que en 1995 la Unión Soviética había caído y los archivos soviéticos se abrieron para su inspección bajo la presidencia de Yeltsin. De manera similar, los archivos alemanes habían sido devueltos a casa y estaban disponibles en todo Occidente. Sin embargo, se desperdició mucho esfuerzo en controversias como la de 'Rompehielos' y había un canon tan grande de escritura e historiografía existente que el cambio fue lento y no hubo gusto público por él.[53] Esto se ilustra mejor con la historia oficial alemana que en 2001 había publicado el volumen VII y la narración estaba bien entrada en 1943. La cantidad de espacio dedicado al curso de la guerra refleja la historiografía 'anterior a 1995' con los volúmenes IV/I, IV. /II y un libro de mapas dedicado a los seis meses de 1941,[54] una sola sección de seis,

Los intentos de reevaluar exhaustivamente la cronología de la guerra, incluidas sus características sustantivas, han sido pocos y esporádicos, con notables excepciones de Glantz, Overy y Mawdsley en inglés y Ueberschär en alemán.[57] La última historia oficial rusa de doce volúmenes de 2011 fue una mejora, aunque siguió ignorando muchos temas.[58] Al mismo tiempo, los archivos rusos han revelado los intentos de los oficiales del estado mayor alemán durante la guerra de establecer una cronología adecuada basada en una serie de operaciones.[59]

Uno de los principales obstáculos para establecer una medida adecuada de la importancia relativa de las operaciones fue la falta de cifras confiables de bajas. Para la Wehrmacht, la última 'cifra oficial' dada por el Diario de guerra del Ober Kommand der Wehrmacht fue de 3,9 millones[60], pero Overmanns ha argumentado que la cifra real es de cerca de 5,3 millones, un 25 % mayor[61]. En el lado soviético, el trabajo del general Krivosheev ha publicado cierta información de los archivos, pero aún es problemático relacionarla con operaciones específicas.[62] Sobre una base tan inestable, los historiadores han basado sus relatos de la guerra germano-soviética.

 
Carr EH


La perspectiva económica

La visión tradicional de la economía soviética enfatiza la evacuación de la industria a Urals Kombinat y su reactivación económica después de eso, lo que permitió a la economía soviética construir más tanques y aviones que la alemana hasta 1944 cuando alcanzaron cierto nivel de paridad. Esta historia encaja muy bien con la perspectiva de la 'horda soviética'.

Sin embargo, tenemos una buena comprensión de la economía soviética gracias al trabajo posterior de EH Carr, Davies & Wheatcroft, Harrison & Barber, que ofrece un enfoque más matizado.[63] Señalan que, en términos generales, la economía soviética en tiempos de guerra siguió siendo más pequeña de lo que había sido en 1941. Que alcanzó su punto máximo de producción en 1943, retrocediendo en 1944, cuando la mano de obra de mujeres y ancianos, junto con su maquinaria herramientas, se agotaron. No era sostenible a ese nivel. La economía alemana y la soviética tenían aproximadamente el mismo tamaño en 1941 y la primera obtuvo alrededor de un 20% de producción adicional de la Europa ocupada, por lo que su crecimiento en 1944 fue sostenible hasta que los bombardeos aliados lo arruinaron. Además, como ha señalado O'Brien, los generales soviéticos gastaron esas armas a un ritmo asombroso, agotando todo lo que les enviaban. mientras que las máquinas alemanas duraron más. 64 Entonces, la pregunta importante fue la planteada por Harrison, '¿Cómo sobrevivieron los soviéticos en 1942?'[65]

Una segunda área que se pasó por alto en los primeros relatos fue la capacidad del estado soviético para formar nuevos ejércitos. En el momento de la Operación Taifun en octubre de 1941, los alemanes habían destruido efectivamente el Ejército Rojo en tiempos de paz y, si bien la llegada de las tropas "siberianas" del Lejano Oriente fue importante, la guarnición allí era demasiado pequeña para marcar la diferencia. Dunn ha dado un punto de vista alternativo al explicar el mecanismo por el cual nuevos ejércitos que suman casi seis millones de hombres al año fueron movilizados de la grupa de la población soviética desocupada de 120 millones de almas.[66] En general, unos 34 millones de hombres y más de un millón de mujeres fueron movilizados durante la guerra y de estos más de 6,5 millones murieron en combate con otros 3,5 millones de prisioneros de guerra asesinados. Estudios más modernos de la mano de obra alemana han descartado la idea de una 'horda soviética'.[67]

A los primeros relatos les gustaba enfatizar el efecto del 'General Mud' y las fallas logísticas alemanas en la enorme extensión de la Unión Soviética. La diferencia entre el ancho de vía de la 'Unión' soviética y el ancho de vía 'Estándar' europeo cobra gran importancia en esta historia. Esto comenzó con los estudios FMS de Teske y Bork, fue continuado por van Creveld y Schuler y, a pesar de la escasez de literatura, se convirtió en un 'hecho' establecido.[68] Sin embargo, estudios más modernos han señalado que los primeros escritos de los funcionarios ferroviarios del Verkehrsministerium no respaldan las afirmaciones de los soldados y que muchos de sus males fueron autoinfligidos.[69] Dos ejemplos históricos de cambio de ancho, la conversión completa de 20,000 millas de ferrocarril confederado y el ferrocarril británico Great Western tomó solo días para convertir tanto la vía como el material rodante. Todo lo que se requería era una aplicación suficiente de trabajo. La verdadera razón del fracaso alemán fueron las luchas internas departamentales tanto dentro del ejército como con el Reichsbahn, junto con un error de cálculo en la comprensión de cómo funcionaban los ferrocarriles soviéticos.


 

David Glantz


Conclusión

Ha habido muchas teorías sobre las razones que subyacen a la derrota alemana en el Este. La pregunta es si estas teorías se basan en datos e información fiables, si esos datos contienen sesgos y ponderaciones intrínsecas y si se han corregido o no. Los datos mínimos requeridos para tal evaluación serían una cronología precisa de la Guerra Soviético-Alemana, la ponderación correcta de eventos específicos en cuanto a su importancia y la resolución de los principales problemas con respecto a la estrategia, las operaciones, la economía, la mano de obra y los estudios logísticos. . A menos que esta información se haya establecido a un nivel creíble, los verdaderos factores en la derrota de Alemania durante la Guerra Soviético-Alemana no se pueden determinar con ningún grado de precisión.

La imagen que emerge de este estudio historiográfico de la guerra germano-soviética es la de una narrativa profundamente teñida por el mito de la 'Wehrmacht limpia' hasta 1995, después de lo cual la apertura de los archivos soviéticos debería haber llevado a una importante reevaluación de los años de la guerra. Desafortunadamente, la falta de interés público, la atracción de los archivos alemanes de fácil acceso y las dificultades lingüísticas de la investigación en ruso significaron que el progreso ha sido lento desde entonces y los historiadores occidentales continúan produciendo estudios germanocéntricos con escasa referencia a las fuentes soviéticas.[70] Por ejemplo, David Stahel en 2009 produjo un estudio muy aclamado que, sin embargo, estaba bastante sesgado, con cientos de referencias a unidades alemanas hasta el nivel de división y solo treinta y nueve de unidades soviéticas, ninguna por debajo del nivel del ejército.[71]

No obstante, se ha avanzado con nuevas narrativas de la guerra que han comenzado a abordar muchos de los temas del conflicto.[72] Sin embargo, quedan enormes lagunas en nuestro conocimiento. En el prefacio de la edición de 2005 de su libro, Mawdsley menciona que la guerra comprendió cincuenta "operaciones estratégicas" soviéticas; sin embargo, solo dos años antes, los historiadores rusos habían elevado esta cifra a "setenta y cinco operaciones".[73] Hasta la fecha, aunque Glantz se ha esforzado por corregir el canon de las operaciones soviéticas, siguen existiendo inconsistencias sustanciales y la cuestión de la importancia de una operación sobre las demás sigue sin resolverse.[74] ¿Cuál fue la mayor batalla de la guerra? Simplemente no sabemos; podría ser Stalingrado o podría ser la campaña de Rzhev u otra operación aún no revelada.

En cuanto a las cuestiones de fondo de la guerra, muchas de ellas siguen sin resolverse. Glantz ha postulado que Stalin y el Stavka siguieron una 'estrategia de frente amplio' que recibe el apoyo de Bellamy[75]. Sin embargo, aunque Mawdsley cubre muchas de estas operaciones, no las reconoce como grandes derrotas, aunque cubre las operaciones Marte y Júpiter con cierto detalle.[76] Mientras tanto, Overy claramente sigue la antigua idea de la 'estrategia de frente estrecho' y no menciona en absoluto estas operaciones menos conocidas.[77] En otro tema, la fuente principal para el área de la URSS bajo ocupación alemana sigue siendo el clásico de Dallin de 1957, completamente basado en registros alemanes y cualquier otra cobertura de las áreas ocupadas de la Unión Soviética sigue siendo irregular y contradictoria.

Habiendo evaluado el estado actual de la historiografía en varios idiomas, uno se ve obligado a concluir que veinticinco años de investigación no han sido tiempo suficiente para corregir cincuenta años de historia contaminada. No existe un consenso claro sobre la narrativa central de la guerra, ni sobre la importancia relativa de operaciones específicas e incluso los temas importantes siguen siendo poco investigados. Se han presentado numerosas teorías como la razón de la derrota de Alemania en la guerra soviético-alemana, a menudo son específicas de historiografías particulares y adoptan una u otra narrativa y, por lo tanto, son incompatibles con otras cuentas. Dado esto, una verdadera comprensión es casi imposible.

  Sir Richard Evans