La carga desesperada de Banzai en Okinawa
George Winston | WHO
El 6 de abril de 1945, cerca del final de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas japonesas lanzaron una masiva contraofensiva aérea contra el ejército estadounidense invasor en la isla de Okinawa. Más de 800 aviones, entre ellos unos 300-350 voladores kamikazes suicidas, atacaron a las fuerzas estadounidenses terrestres y navales durante esta fase de lo que los historiadores llamaron La batalla de Okinawa. Aproximadamente la mitad del total de los aviones fueron derribados.
La batalla de Okinawa comenzó el 1 de abril, cuando un informe de 287.000 soldados estadounidenses irrumpieron en la pequeña isla situada a unos 640 kilómetros de Kyushu, Japón. El objetivo de la operación era capturar los aeropuertos estratégicamente situados de Japón en Okinawa.
Después de encontrar poca resistencia en las playas, los americanos no podían creer su suerte. A diferencia de los desembarques anteriores, no fueron atacados por fuego de armas pequeñas y fuego de mortero. Sin embargo, fue una nueva táctica japonesa. Las fuerzas japonesas esperaron hasta que los estadounidenses avanzaron y los emboscaron. Muchos infantes de marina americanos fueron matados y heridos en el fuego sostenido.
Un grupo de prisioneros japoneses tomados en la isla de Okuku en junio de 1945.
A pesar de esto -y con el apoyo del bombardeo del acorazado de la Marina- los americanos pudieron seguir adelante.
El avance americano en la isla fue lento. Empujaron atrás el japonés día tras día y noche tras noche. Los japoneses habían formado una extensa red de bunkers y posiciones defensivas alrededor de la isla, y todos debían ser tomados por los estadounidenses. La lucha fue lenta y brutal.
En la noche del 6 de abril, los japoneses decidieron tomar una apuesta y lanzar un ataque nocturno contra los estadounidenses. El alto mando japonés quería que las fuerzas de la isla lo sostuvieran el mayor tiempo posible. Esto era porque temían que los americanos utilizarían los aeródromos para lanzar incursiones aéreas en Japón continental.
Tekketsu Kinnotai.
Los japoneses lanzaron una acusación masiva de banzai, dirigida por sus oficiales, agitando sus espadas. La lucha era feroz ya menudo mano a mano. La noche del 6 vio algunos de los combates más feroces de la guerra en el Pacífico.
Los infantes de marina americanos demostraron ser victoriosos gracias a su poder de fuego superior ya números más grandes. El contraataque de los japoneses había fracasado, y esto significaba que la batalla de Okinawa había terminado efectivamente.
La campaña duró hasta el 22 de junio. El número final de muertos incluyó 14.000 soldados estadounidenses, 77.000 soldados japoneses y casi 100.000 civiles de Okinawa. La batalla terminó poco más de seis semanas antes de que Estados Unidos lanzara la bomba atómica sobre Hiroshima, el 6 de agosto de 1945.
jueves, 18 de mayo de 2017
miércoles, 17 de mayo de 2017
Reseñas: "La campaña del desierto" (compilado)
"La campaña del desierto", de varios autores
Jun-24-11 - Reseña de Rosendo Fraga
LA CAMPAÑA DEL DESIERTO.
Varios autores
Editado por la Academia Argentina de la Historia, Buenos Aires, 2009.
La extensión del Estado Nacional a los territorios que estaban fuera de su control o jurisdicción en la segunda parte del siglo XIX se ha convertido en el paradigma de una reinterpretación no sólo de la llamada Campaña del Desierto, comandada por el General Julio A. Roca en 1879, sino de toda la historia argentina.
Se ha buscado convertir a Roca en la bestia negra de esta reinterpretación, como en alguna medida sucediera con Rosas un siglo atrás.
Es desde esta perspectiva que este volumen editado por la Academia Argentina de la historia es un aporte valioso por entender que es necesario esclarecer numerosos problemas que aún hay en nuestro pasado histórico y otros que merecen ser revisados o confirmados, como dice en el prólogo el Presidente de dicha institución, Juan José Cresto.
Se trata de catorce ensayos sobre el tema de otros tantos autores, que lo enfocan desde distintas perspectivas y sin tener necesariamente la misma visión histórica e ideológica, lo que hace más interesante el libro.
La categoría de genocidio que se adjudica contemporáneamente a esta campaña es refutada por varios de los autores con datos precisos, incorporando también visiones como el rol de los padres salesianos en la ocupación de los territorios de sur y su relación con la población indígena o pueblos originarios.
Entre las muchas afirmaciones inexactas utilizadas para denostar a Roca en los últimos tiempos está la de que Rosas realizó casi medio siglo antes una campaña contra los aborígenes, que no tuvo la de 1879.
Al respecto resulta interesante uno de los ensayos, el de Roberto Edelmiro Porcel, Pueblos Originarios y Pueblos Invasores, no sólo porque explica que al momento de la campaña gran parte de las tribus que ocupaban los territorios eran provenientes de Chile a comienzos del siglo XIX, los cuales habían desplazado en forma violenta a los habitantes anteriores -los tehuelches que poblaban el norte del Río Negro habían sido derrotados por los mapuches en la batalla de Choele-Choele en 1821-, sino porque explica el rol que jugaba entonces el negocio de vender en dicho país la hacienda robada por los malones en el territorio argentino.
También señala que en 1834, para terminar con los ranqueles que siempre habían sido sus enemigos, Juan Manuel de Rosas permitió la entrada y asentamiento en las Salinas Grandes de los caciques chilenos huilliches Calfulcurá y Namuncurá, quienes hicieron una gran matanza de indios vorogas en el combate de Masallé.
Como consta en el último informe del Presidente Avellaneda al Congreso, murieron en la campaña de Roca al Río Negro 1250 indios de lanza y fueron capturados otros 976.
Como dice el historiador Isidoro Ruiz Moreno en el tomo II de su libro Campañas Militares Argentinas, en el informe de Rosas que publica la Gaceta Mercantil el 24 de diciembre dice que han sido muertos a lanzazos 3.200 indios. También dice este destacado historiador que en las instrucciones de Rosas a uno de sus subordinados, el Coronel Pedro Ramos, le dice no conviene que al avanzar una toldería traigan muchos prisioneros vivos: con 2 o 4 son bastantes, y si más agarran, esos allí nomás en caliente se matan a la vista de todo el que esté presente, pues entonces en caliente nada hay de extraño, y es lo que corresponde.
Presentar la campaña de Roca como de exterminio y la de Rosas como humanitaria es una de las tantas falacias con la cual se pretende desacreditar al primero, con argumentos no sólo erróneos sino también falsos.
Sin desconocer los abusos, injusticias y violencias que se cometieron en estas campañas -que tenían lugar al mismo tiempo en la mayoría de los países de América y las que con menos derecho realizaban los países europeos en África y Asia-, cabe plantearse qué hubiera sucedido si la Argentina en 1879 decide no avanzar hasta el Río Negro y desentenderse del futuro de la Patagonia.
Pues, simplemente, dichos territorios hubiesen sido ocupados por otros países, ya fueran de la región, como Chile, o europeos, como Francia y Gran Bretaña.
Por estas razones, se trata de un libro que aporta enfoques y datos valiosos para alumbrar la polémica sobre la llamada Campaña al Desierto, que más que polémica se ha transformado en cerrada condena.
CENM
Jun-24-11 - Reseña de Rosendo Fraga
LA CAMPAÑA DEL DESIERTO.
Varios autores
Editado por la Academia Argentina de la Historia, Buenos Aires, 2009.
La extensión del Estado Nacional a los territorios que estaban fuera de su control o jurisdicción en la segunda parte del siglo XIX se ha convertido en el paradigma de una reinterpretación no sólo de la llamada Campaña del Desierto, comandada por el General Julio A. Roca en 1879, sino de toda la historia argentina.
Se ha buscado convertir a Roca en la bestia negra de esta reinterpretación, como en alguna medida sucediera con Rosas un siglo atrás.
Es desde esta perspectiva que este volumen editado por la Academia Argentina de la historia es un aporte valioso por entender que es necesario esclarecer numerosos problemas que aún hay en nuestro pasado histórico y otros que merecen ser revisados o confirmados, como dice en el prólogo el Presidente de dicha institución, Juan José Cresto.
Se trata de catorce ensayos sobre el tema de otros tantos autores, que lo enfocan desde distintas perspectivas y sin tener necesariamente la misma visión histórica e ideológica, lo que hace más interesante el libro.
La categoría de genocidio que se adjudica contemporáneamente a esta campaña es refutada por varios de los autores con datos precisos, incorporando también visiones como el rol de los padres salesianos en la ocupación de los territorios de sur y su relación con la población indígena o pueblos originarios.
Entre las muchas afirmaciones inexactas utilizadas para denostar a Roca en los últimos tiempos está la de que Rosas realizó casi medio siglo antes una campaña contra los aborígenes, que no tuvo la de 1879.
Al respecto resulta interesante uno de los ensayos, el de Roberto Edelmiro Porcel, Pueblos Originarios y Pueblos Invasores, no sólo porque explica que al momento de la campaña gran parte de las tribus que ocupaban los territorios eran provenientes de Chile a comienzos del siglo XIX, los cuales habían desplazado en forma violenta a los habitantes anteriores -los tehuelches que poblaban el norte del Río Negro habían sido derrotados por los mapuches en la batalla de Choele-Choele en 1821-, sino porque explica el rol que jugaba entonces el negocio de vender en dicho país la hacienda robada por los malones en el territorio argentino.
También señala que en 1834, para terminar con los ranqueles que siempre habían sido sus enemigos, Juan Manuel de Rosas permitió la entrada y asentamiento en las Salinas Grandes de los caciques chilenos huilliches Calfulcurá y Namuncurá, quienes hicieron una gran matanza de indios vorogas en el combate de Masallé.
Como consta en el último informe del Presidente Avellaneda al Congreso, murieron en la campaña de Roca al Río Negro 1250 indios de lanza y fueron capturados otros 976.
Como dice el historiador Isidoro Ruiz Moreno en el tomo II de su libro Campañas Militares Argentinas, en el informe de Rosas que publica la Gaceta Mercantil el 24 de diciembre dice que han sido muertos a lanzazos 3.200 indios. También dice este destacado historiador que en las instrucciones de Rosas a uno de sus subordinados, el Coronel Pedro Ramos, le dice no conviene que al avanzar una toldería traigan muchos prisioneros vivos: con 2 o 4 son bastantes, y si más agarran, esos allí nomás en caliente se matan a la vista de todo el que esté presente, pues entonces en caliente nada hay de extraño, y es lo que corresponde.
Presentar la campaña de Roca como de exterminio y la de Rosas como humanitaria es una de las tantas falacias con la cual se pretende desacreditar al primero, con argumentos no sólo erróneos sino también falsos.
Sin desconocer los abusos, injusticias y violencias que se cometieron en estas campañas -que tenían lugar al mismo tiempo en la mayoría de los países de América y las que con menos derecho realizaban los países europeos en África y Asia-, cabe plantearse qué hubiera sucedido si la Argentina en 1879 decide no avanzar hasta el Río Negro y desentenderse del futuro de la Patagonia.
Pues, simplemente, dichos territorios hubiesen sido ocupados por otros países, ya fueran de la región, como Chile, o europeos, como Francia y Gran Bretaña.
Por estas razones, se trata de un libro que aporta enfoques y datos valiosos para alumbrar la polémica sobre la llamada Campaña al Desierto, que más que polémica se ha transformado en cerrada condena.
CENM
martes, 16 de mayo de 2017
Biografía: Brig. My. (R) Ricardo P. Olmedo (Argentina)
El Brig. My. (R) Ricardo P. Olmedo
Testigo de hitos históricos de nuestra aeronáutica
Por M. Valeria Santilli
Llueve copiosamente. La entrevista se retrasó un poco a causa del capricho del cielo. Es un perfecto día para escuchar historias. Aquí, la primera…
La muerte del ingeniero Jorge Newbery, el 1 de marzo de 1914
Nos ubicaremos, para comprender mejor los acontecimientos, en la mentalidad de la época.
La aviación era el hobbie del momento; la Cordillera de los Andes el desafío. Podríamos compararlo con lo que son para los surfistas de hoy las olas de Hawai. De esta manera, así como de todas partes del mundo los aficionados a este deporte se trasladan para esas islas, los antiguos y jóvenes, "chicos pudientes" del mundo venían para intentar cruzar en vuelo, enfrentándose a los fuertes vientos, la cadena montañosa.
Al promediar febrero, Jorge Newbery realizaba en Mendoza las últimas observaciones en la Cordillera de los Andes. La decisión ya estaba tomada, la cruzaría en su Morane Saulnier. El avión estaba en Buenos Aires, en El Palomar preparándose con unas modificaciones en el motor a fin de alcanzar mayor altura, para la concreción de la travesía. El Brig. My. (R) Olmedo nos relata los hechos:
"Esa tarde (el 01 Mar) Jorge Newbery y sus amigos se encontraban de regreso en el Plaza Hotel donde estaban alojados, luego de un almuerzo con el Gobernador de Mendoza. Unas familias amigas, entre ellas unas jóvenes le pidieron un vuelo, ante lo cual Newbery se disculpó de no poder realizarlo debido a que no tenía su avión. Su amigo Teodoro Fels, quien se encontraba haciendo unas exhibiciones le ofreció el suyo".
El público que observa el vuelo de Jorge Newbery en Los Tamarindos, ignora que minutos después ocurrirá el accidente que causara la muerte al padre de la aeronáutica nacional
Se dirigen entonces a Los Tamarindos, un campo de aviación. Al principio Fels le advirtió que tiraba un poco del ala izquierda y le manifestó que él prefería probar antes la máquina, pero Newbery le dijo que no. Inmediatamente le ofrece a Benjamín Jiménez Lastra acompañarlo, éste accede con gusto. Eran aproximadamente las 18:40 cuando comienza el ascenso y la máquina empieza a ladearse hacia la izquierda. A unos 500 m de altura inicia el looping (maniobra que habría aprendido en Francia) y el aparato se sacude. El aeroplano (como se lo llamaba) cae sin velocidad con el ala izquierda pegada al fuselaje. Cuando faltaban unos 30 m Newbery detiene el motor y hace un último intento por enderezar el Morane Saulnier pero no lo logra. Como consecuencia del accidente el ingeniero Jorge Newbery muere instantáneamente, mientras que Benjamín Jiménez Lastra resulta gravemente herido.
Simultáneamente, a unos pocos kilómetros de distancia, Ricardo Olmedo de casi ocho años de edad estaba en la finca donde vivía con su familia, en Guaymallén, celebrando el cumpleaños de su madre. Era domingo, habían terminado de almorzar y disfrutaban del té, finalizada la típica sobremesa familiar.
"…en ese entonces se escuchó un ruido de motor en el aire y llamaba la atención de todos. Mi padre, un mayor del Ejército, había visto volar algunos aviones durante unos ejercicios con la tropa. Era un gran entusiasta del aeroplano.
Fue un vuelo normal, cuando sorpresivamente, mi padre que era el que más entendía alarmado exclamó; ¡se cae, se cae!. y efectivamente, el avión, en pronunciada inclinación sobre su ala izquierda, descendía en forma rápida. Inmediatamente mi padre ordenó a uno de los peones ¡dame el coche! y con un tío fue al lugar del accidente".
Al llegar se encuentran con la noticia de que Newbery era el que yacía allí y su acompañante herido de gravedad. "El último vuelo de Jorge Newbery yo lo vi" afirma emocionado el Brig. My. (R) Olmedo.
El Ing. Jorge Newbery recién llegado a Mendoza, para realizar las observaciones previas al cruce de la Cordillera
Primeras exhibiciones aéreas: Zanni, Matienzo y Parodi
El 25 de Mayo de 1919 se llevó a cabo el acto en conmemoración de la Revolución de Mayo en la plaza San Martín de Mendoza. Ricardo P. Olmedo estudiaba en la Escuela Normal y asistió junto con alumnos de otras escuelas y el pueblo a los festejos del Día de la Patria.
Pedro Zanni, Antonio Parodi y Benjamín Matienzo se encontraban en dicha provincia estudiando el terreno y la zona cordillerana con miras a cruzar en vuelo la Cordillera de los Andes, toda una hazaña y un desafío para los hombres de aquella época. Aquel día solemne, sorpresivamente aparecieron en el cielo tres aviones en formación, ante la mirada atónita de la gente. Rompieron la formación, Matienzo a gran altura, Zanni en altura intermedia y en un vuelo rasante Parodi que realizaba demostraciones acrobáticas. El diario local Los Andes publicó este evento: "Como contribución a los festejos patrios, la escuadrilla de voladores compuesta por los pilotos Zanni, Parodi y Matienzo, se lanzaron al espacio en momentos en que la manifestación, como una inmensa ola, se movía pausadamente por la calle San Martín, entre el incesante clamoreo de sus componentes.
Los tres aviadores hicieron derroche de su acrobacia, llegando el teniente Parodi a volar casi rasando los edificios de la calle San Martín, mientras Matienzo y Zanni distribuían desde lo alto proclamas patrióticas y daban libertad a gran cantidad de palomas.
Cuando la columna llegó a la plaza San Martín, el teniente Parodi, tripulando un aparato Nieuport, realizó por repetidas veces el Looping the loop, la caída de la hoja y el vuelo en tirabuzón, con una maestría admirable.
La concurrencia, con sus ojos fijos en el espacio, mantenía sus nervios en tensión, ante la posibilidad de una catástrofe. Tal era lo arriesgado de las pruebas.
Una salva de aplausos premió cada esfuerzo de los aviadores y éstos pusieron en el entusiasmo, que en esos momentos demostraba el pueblo, una nota emocionante al par que simpática, como broche de oro en la magnífica demostración patriótica".
Crónica del diario Los Andes de Mendoza
El Brig. My. (R) Olmedo, que por entonces contaba con trece años de edad, recortó el artículo del periódico y lo guardó en su mesa de luz. Todas las noches antes de dormir lo leía y releía para "entender las maniobras". Ignorando que tres días después de esta fiesta, uno de aquellos valientes aviadores inmolara su vida en el intento del cruce de Los Andes: El teniente Benjamín Matienzo volaba por las altas cumbres cuando se habría quedado sin combustible, por lo que aterrizó la aeronave, bajó del avión y fue en busca de un refugio. Cansado de caminar infructuosamente, se sentó en una piedra a descansar… nunca despertó a causa del frío y el hielo; así fue hallado.
Por su parte Parodi y Zanni advirtieron las dificultades técnicas y desistieron del emprendimiento.
Todos estos acontecimientos fueron relatados a Aeroespacio por su protagonista durante una mañana otoñal en la ciudad de Buenos Aires.
Los tenientes 1os Pedro Zanni y Antonio Parodi junto a un Nieuport (1918).
El Brig. My. (R) Ricardo P. Olmedo
El Brig. My. (R) Ricardo P. Olmedo nació en Mendoza el 22 de mayo de 1906. El 01 Mar ‘22 ingresa al Colegio Militar de la Nación y egresa el 22 Dic ‘25 como subteniente de Infantería. El 15 Mar ‘28 ingresa a la Escuela Militar de Aviación (creada el 10 de agosto de 1912 en El Palomar, dependiente del Ministerio de Guerra). Egresó junto con 16 oficiales del Ejército del Curso de Aviación Nº 12, se recibió de Observador Militar el 21 Dic ‘28 y el 30 Dic ‘29 de Aviador Militar. Tres años más tarde es destinado a Paraná, a la actual II Br. Aé. Fue el primer oficial aviador militar destinado en Córdoba. Estuvo dos años en la Fábrica Militar de Aviones con el propósito de ordenar y establecer el servicio de seguridad. En 1935 va la Escuela Militar de Aviación como profesor de Bombardeo. Al año siguiente se crea el Comando de la División Aérea I (dependiente del Estado Mayor del Ejército) en El Palomar, el Brig. My. (R) Olmedo se desempeña como Jefe de Organización y Movilización. En 1940 ocupa el cargo de Segundo Jefe de Base Aérea. El 04 Ene ‘45 se crea la Secretaría de Aeronáutica y un mes después es nombrado Director de Aviación Comercial, con el grado de vicecomodoro. En 1951 es Agregado Aeronáutico Militar en la Embajada Argentina en Londres. Dos años más tarde se retira con el grado de Brigadier Mayor.
Aeroespacio N° 547
Testigo de hitos históricos de nuestra aeronáutica
Por M. Valeria Santilli
Llueve copiosamente. La entrevista se retrasó un poco a causa del capricho del cielo. Es un perfecto día para escuchar historias. Aquí, la primera…
La muerte del ingeniero Jorge Newbery, el 1 de marzo de 1914
Nos ubicaremos, para comprender mejor los acontecimientos, en la mentalidad de la época.
La aviación era el hobbie del momento; la Cordillera de los Andes el desafío. Podríamos compararlo con lo que son para los surfistas de hoy las olas de Hawai. De esta manera, así como de todas partes del mundo los aficionados a este deporte se trasladan para esas islas, los antiguos y jóvenes, "chicos pudientes" del mundo venían para intentar cruzar en vuelo, enfrentándose a los fuertes vientos, la cadena montañosa.
Al promediar febrero, Jorge Newbery realizaba en Mendoza las últimas observaciones en la Cordillera de los Andes. La decisión ya estaba tomada, la cruzaría en su Morane Saulnier. El avión estaba en Buenos Aires, en El Palomar preparándose con unas modificaciones en el motor a fin de alcanzar mayor altura, para la concreción de la travesía. El Brig. My. (R) Olmedo nos relata los hechos:
"Esa tarde (el 01 Mar) Jorge Newbery y sus amigos se encontraban de regreso en el Plaza Hotel donde estaban alojados, luego de un almuerzo con el Gobernador de Mendoza. Unas familias amigas, entre ellas unas jóvenes le pidieron un vuelo, ante lo cual Newbery se disculpó de no poder realizarlo debido a que no tenía su avión. Su amigo Teodoro Fels, quien se encontraba haciendo unas exhibiciones le ofreció el suyo".
El público que observa el vuelo de Jorge Newbery en Los Tamarindos, ignora que minutos después ocurrirá el accidente que causara la muerte al padre de la aeronáutica nacional
Se dirigen entonces a Los Tamarindos, un campo de aviación. Al principio Fels le advirtió que tiraba un poco del ala izquierda y le manifestó que él prefería probar antes la máquina, pero Newbery le dijo que no. Inmediatamente le ofrece a Benjamín Jiménez Lastra acompañarlo, éste accede con gusto. Eran aproximadamente las 18:40 cuando comienza el ascenso y la máquina empieza a ladearse hacia la izquierda. A unos 500 m de altura inicia el looping (maniobra que habría aprendido en Francia) y el aparato se sacude. El aeroplano (como se lo llamaba) cae sin velocidad con el ala izquierda pegada al fuselaje. Cuando faltaban unos 30 m Newbery detiene el motor y hace un último intento por enderezar el Morane Saulnier pero no lo logra. Como consecuencia del accidente el ingeniero Jorge Newbery muere instantáneamente, mientras que Benjamín Jiménez Lastra resulta gravemente herido.
Simultáneamente, a unos pocos kilómetros de distancia, Ricardo Olmedo de casi ocho años de edad estaba en la finca donde vivía con su familia, en Guaymallén, celebrando el cumpleaños de su madre. Era domingo, habían terminado de almorzar y disfrutaban del té, finalizada la típica sobremesa familiar.
"…en ese entonces se escuchó un ruido de motor en el aire y llamaba la atención de todos. Mi padre, un mayor del Ejército, había visto volar algunos aviones durante unos ejercicios con la tropa. Era un gran entusiasta del aeroplano.
Fue un vuelo normal, cuando sorpresivamente, mi padre que era el que más entendía alarmado exclamó; ¡se cae, se cae!. y efectivamente, el avión, en pronunciada inclinación sobre su ala izquierda, descendía en forma rápida. Inmediatamente mi padre ordenó a uno de los peones ¡dame el coche! y con un tío fue al lugar del accidente".
Al llegar se encuentran con la noticia de que Newbery era el que yacía allí y su acompañante herido de gravedad. "El último vuelo de Jorge Newbery yo lo vi" afirma emocionado el Brig. My. (R) Olmedo.
El Ing. Jorge Newbery recién llegado a Mendoza, para realizar las observaciones previas al cruce de la Cordillera
Primeras exhibiciones aéreas: Zanni, Matienzo y Parodi
El 25 de Mayo de 1919 se llevó a cabo el acto en conmemoración de la Revolución de Mayo en la plaza San Martín de Mendoza. Ricardo P. Olmedo estudiaba en la Escuela Normal y asistió junto con alumnos de otras escuelas y el pueblo a los festejos del Día de la Patria.
Pedro Zanni, Antonio Parodi y Benjamín Matienzo se encontraban en dicha provincia estudiando el terreno y la zona cordillerana con miras a cruzar en vuelo la Cordillera de los Andes, toda una hazaña y un desafío para los hombres de aquella época. Aquel día solemne, sorpresivamente aparecieron en el cielo tres aviones en formación, ante la mirada atónita de la gente. Rompieron la formación, Matienzo a gran altura, Zanni en altura intermedia y en un vuelo rasante Parodi que realizaba demostraciones acrobáticas. El diario local Los Andes publicó este evento: "Como contribución a los festejos patrios, la escuadrilla de voladores compuesta por los pilotos Zanni, Parodi y Matienzo, se lanzaron al espacio en momentos en que la manifestación, como una inmensa ola, se movía pausadamente por la calle San Martín, entre el incesante clamoreo de sus componentes.
Los tres aviadores hicieron derroche de su acrobacia, llegando el teniente Parodi a volar casi rasando los edificios de la calle San Martín, mientras Matienzo y Zanni distribuían desde lo alto proclamas patrióticas y daban libertad a gran cantidad de palomas.
Cuando la columna llegó a la plaza San Martín, el teniente Parodi, tripulando un aparato Nieuport, realizó por repetidas veces el Looping the loop, la caída de la hoja y el vuelo en tirabuzón, con una maestría admirable.
La concurrencia, con sus ojos fijos en el espacio, mantenía sus nervios en tensión, ante la posibilidad de una catástrofe. Tal era lo arriesgado de las pruebas.
Una salva de aplausos premió cada esfuerzo de los aviadores y éstos pusieron en el entusiasmo, que en esos momentos demostraba el pueblo, una nota emocionante al par que simpática, como broche de oro en la magnífica demostración patriótica".
Crónica del diario Los Andes de Mendoza
El Brig. My. (R) Olmedo, que por entonces contaba con trece años de edad, recortó el artículo del periódico y lo guardó en su mesa de luz. Todas las noches antes de dormir lo leía y releía para "entender las maniobras". Ignorando que tres días después de esta fiesta, uno de aquellos valientes aviadores inmolara su vida en el intento del cruce de Los Andes: El teniente Benjamín Matienzo volaba por las altas cumbres cuando se habría quedado sin combustible, por lo que aterrizó la aeronave, bajó del avión y fue en busca de un refugio. Cansado de caminar infructuosamente, se sentó en una piedra a descansar… nunca despertó a causa del frío y el hielo; así fue hallado.
Por su parte Parodi y Zanni advirtieron las dificultades técnicas y desistieron del emprendimiento.
Todos estos acontecimientos fueron relatados a Aeroespacio por su protagonista durante una mañana otoñal en la ciudad de Buenos Aires.
Los tenientes 1os Pedro Zanni y Antonio Parodi junto a un Nieuport (1918).
El Brig. My. (R) Ricardo P. Olmedo
El Brig. My. (R) Ricardo P. Olmedo nació en Mendoza el 22 de mayo de 1906. El 01 Mar ‘22 ingresa al Colegio Militar de la Nación y egresa el 22 Dic ‘25 como subteniente de Infantería. El 15 Mar ‘28 ingresa a la Escuela Militar de Aviación (creada el 10 de agosto de 1912 en El Palomar, dependiente del Ministerio de Guerra). Egresó junto con 16 oficiales del Ejército del Curso de Aviación Nº 12, se recibió de Observador Militar el 21 Dic ‘28 y el 30 Dic ‘29 de Aviador Militar. Tres años más tarde es destinado a Paraná, a la actual II Br. Aé. Fue el primer oficial aviador militar destinado en Córdoba. Estuvo dos años en la Fábrica Militar de Aviones con el propósito de ordenar y establecer el servicio de seguridad. En 1935 va la Escuela Militar de Aviación como profesor de Bombardeo. Al año siguiente se crea el Comando de la División Aérea I (dependiente del Estado Mayor del Ejército) en El Palomar, el Brig. My. (R) Olmedo se desempeña como Jefe de Organización y Movilización. En 1940 ocupa el cargo de Segundo Jefe de Base Aérea. El 04 Ene ‘45 se crea la Secretaría de Aeronáutica y un mes después es nombrado Director de Aviación Comercial, con el grado de vicecomodoro. En 1951 es Agregado Aeronáutico Militar en la Embajada Argentina en Londres. Dos años más tarde se retira con el grado de Brigadier Mayor.
Aeroespacio N° 547
lunes, 15 de mayo de 2017
El genocidio herero en Namibia y la compensación alemana
Sal en viejas heridas
Lo que Alemania debe a Namibia
Diciendo lo siento a las atrocidades de hace un siglo ha empeorado las cosas
The Economist | OTAVI Y WINDHOEK
EL 2 DE OCTUBRE DE 1904 El General Lothar von Trotha emitió lo que ahora es notorio como "la orden de exterminio" para acabar con la tribu Herero en lo que entonces era el suroeste de África, ahora Namibia. "Dentro de las fronteras alemanas, todos los Herero, con o sin arma, con o sin ganado, serán fusilados", lee su edicto. Durante los próximos meses se acabó de realizar. Probablemente las cuatro quintas partes del pueblo Herero, incluidas las mujeres y los niños, perecieron de una forma u otra, aunque los descendientes de los sobrevivientes ahora cuentan con más de 200.000 personas en una población total de Namibia, dispersa en una tierra extensa y principalmente árida, de 2.3m. La tribu Nama más pequeña, que también se alzaba contra los alemanes, estaba también muy afligida, perdiendo quizás un tercio de su población, en campos de prisioneros o en el desierto en el que habían sido perseguidos.
Desde entonces, una serie de políticos alemanes han reconocido la carga de culpabilidad de su país, incluso pronunciando la temible palabra "genocidio", especialmente tras el centenario de 2004. Pero las negociaciones recientes entre los gobiernos de los dos países sobre cómo resolver el asunto, La redacción de una disculpa y la compensación material se están volviendo complejas. Los 16.000 o más alemanes étnicos de Namibia, todavía prominentes si no tan dominantes como lo fueron en los negocios y en la agricultura, se vuelven nerviosos.
El asunto se está volviendo aún más desordenado porque, mientras los gobiernos alemán y namibiano se ponen a negociar, algunas prominentes figuras de Herero y Nama dicen que deberían estar involucradas directa y separadamente, y se han embarcado en un caso de acción de clase en Nueva York, Alien Tort Statute, que permite a una persona de cualquier nacionalidad demandar en un tribunal estadounidense por violaciones del derecho internacional, como el genocidio y la expropiación de la propiedad sin compensación.
La principal fuerza detrás del caso de Nueva York, Vekuii Rukoro, un ex procurador general de Namibia, exige que cualquier compensación debe ir directamente a los pueblos Herero y Nama, mientras que el gobierno de Namibia, dominado por el pueblo Ovambo mucho más numeroso en el norte de Namibia, Que apenas fueron tocados por las guerras de 1904-07 y no perdió tierras, dice que debe ser manejado por el gobierno en nombre de todos los namibianos. El amable negociador jefe del gobierno de Namibia, Zedekia Ngavirue, él mismo un Nama, ha sido castigado por algunos del equipo de Rukoro como un sell-out. "El tribalismo está criando su cabeza fea", dice el ministro de Finanzas, que resulta ser un alemán étnico.
El gobierno alemán dice que no puede ser demandado en los tribunales por crímenes cometidos hace más de un siglo porque la convención de la ONU sobre el genocidio fue firmada sólo en 1948. "Bullshit", dice Jürgen Zimmerer, un historiador de Hamburgo que respalda la demanda de genocidio y dice que el gobierno alemán Está haciendo un lío de cosas. "Ellos piensan sólo como abogados, no sobre la cuestión moral y política".
"Ninguna de las leyes entonces existentes se rompió", dice un alto funcionario alemán. "Tal vez eso es moralmente insatisfactorio, pero es la posición legal", añade. De hecho, la autoridad alemana todavía hace elaboradas contorsiones semánticas para evitar una aceptación directa de la palabra G, presumiblemente pendiente de un acuerdo final entre los dos gobiernos. Sobre todo, Alemania está decidida a evitar la responsabilidad legal por las reparaciones del tipo que aceptó para el Holocausto judío en un acuerdo en 1952, al tiempo que subraya que está dispuesta a elevar el nivel de todo tipo de ayuda al desarrollo a Namibia, Da mucho más por cabeza que a cualquier otro país en el mundo.
De todos modos, pocos son felices de usar la palabra G, y mucho menos aceptar su precisión. "Crecimos con la conversación sobre las guerras coloniales, el levantamiento de Herero", dice un veterano escritor en la Allgemeine Zeitung, el diario en lengua alemana de Namibia. "No usamos el término general de genocidio".
Los alemanes de Namibia a menudo se hacen eco de Hinrich Schneider-Waterberg, un agricultor de 85 años que ha hecho una segunda carrera como historiador inclinado a rechazar la acusación de genocidio (y que posee la tierra donde tuvo lugar una batalla crucial entre los alemanes y los Herero). Él sostiene que el Herero comenzó el asesinato; Que los civiles alemanes también sufrieron atrocidades; Que la orden de exterminio fue pronto rescindida en Berlín; Que el número de muertes de Herero es exagerado; Y que los de los Nama en los campos de prisioneros no eran intencionales, por lo tanto no eran genocidas. Estos puntos son rechazados por la mayoría de los historiadores en Alemania como "negacionista".
Burgert Brand, el jovial obispo de la rama de la iglesia luterana a la que pertenecen la mayoría de los germanófonos de lengua alemana, reconoce una carga de culpa alemana, pero se reduce a comparación con el Holocausto; Algunos historiadores del campo del Sr. Zimmerer trazan un vínculo directo con los crímenes y actitudes raciales anteriores de 1904. "Es muy frustrante para nosotros los constructores de puentes, que deben comenzar de nuevo desde cero", dice el obispo.
Muchos alemanes de Namibia están nerviosos porque el argumento sobre las reparaciones se derrame sobre las llamadas para que sus granjas sean confiscadas, como Robert Mugabe ha hecho en Zimbabwe. Werner von Maltzahn, agricultor de 69 años, recuerda cómo su abuelo, un barón prusiano que se asentó en el mismo lugar árido en 1913, tuvo que comenzar de nuevo cuando el ejército británico requisó su ganado en 1915. "Tal vez debería pedirle compensación a los ingleses ", bromea.
Lo que Alemania debe a Namibia
Diciendo lo siento a las atrocidades de hace un siglo ha empeorado las cosas
The Economist | OTAVI Y WINDHOEK
EL 2 DE OCTUBRE DE 1904 El General Lothar von Trotha emitió lo que ahora es notorio como "la orden de exterminio" para acabar con la tribu Herero en lo que entonces era el suroeste de África, ahora Namibia. "Dentro de las fronteras alemanas, todos los Herero, con o sin arma, con o sin ganado, serán fusilados", lee su edicto. Durante los próximos meses se acabó de realizar. Probablemente las cuatro quintas partes del pueblo Herero, incluidas las mujeres y los niños, perecieron de una forma u otra, aunque los descendientes de los sobrevivientes ahora cuentan con más de 200.000 personas en una población total de Namibia, dispersa en una tierra extensa y principalmente árida, de 2.3m. La tribu Nama más pequeña, que también se alzaba contra los alemanes, estaba también muy afligida, perdiendo quizás un tercio de su población, en campos de prisioneros o en el desierto en el que habían sido perseguidos.
Desde entonces, una serie de políticos alemanes han reconocido la carga de culpabilidad de su país, incluso pronunciando la temible palabra "genocidio", especialmente tras el centenario de 2004. Pero las negociaciones recientes entre los gobiernos de los dos países sobre cómo resolver el asunto, La redacción de una disculpa y la compensación material se están volviendo complejas. Los 16.000 o más alemanes étnicos de Namibia, todavía prominentes si no tan dominantes como lo fueron en los negocios y en la agricultura, se vuelven nerviosos.
El asunto se está volviendo aún más desordenado porque, mientras los gobiernos alemán y namibiano se ponen a negociar, algunas prominentes figuras de Herero y Nama dicen que deberían estar involucradas directa y separadamente, y se han embarcado en un caso de acción de clase en Nueva York, Alien Tort Statute, que permite a una persona de cualquier nacionalidad demandar en un tribunal estadounidense por violaciones del derecho internacional, como el genocidio y la expropiación de la propiedad sin compensación.
La principal fuerza detrás del caso de Nueva York, Vekuii Rukoro, un ex procurador general de Namibia, exige que cualquier compensación debe ir directamente a los pueblos Herero y Nama, mientras que el gobierno de Namibia, dominado por el pueblo Ovambo mucho más numeroso en el norte de Namibia, Que apenas fueron tocados por las guerras de 1904-07 y no perdió tierras, dice que debe ser manejado por el gobierno en nombre de todos los namibianos. El amable negociador jefe del gobierno de Namibia, Zedekia Ngavirue, él mismo un Nama, ha sido castigado por algunos del equipo de Rukoro como un sell-out. "El tribalismo está criando su cabeza fea", dice el ministro de Finanzas, que resulta ser un alemán étnico.
El gobierno alemán dice que no puede ser demandado en los tribunales por crímenes cometidos hace más de un siglo porque la convención de la ONU sobre el genocidio fue firmada sólo en 1948. "Bullshit", dice Jürgen Zimmerer, un historiador de Hamburgo que respalda la demanda de genocidio y dice que el gobierno alemán Está haciendo un lío de cosas. "Ellos piensan sólo como abogados, no sobre la cuestión moral y política".
"Ninguna de las leyes entonces existentes se rompió", dice un alto funcionario alemán. "Tal vez eso es moralmente insatisfactorio, pero es la posición legal", añade. De hecho, la autoridad alemana todavía hace elaboradas contorsiones semánticas para evitar una aceptación directa de la palabra G, presumiblemente pendiente de un acuerdo final entre los dos gobiernos. Sobre todo, Alemania está decidida a evitar la responsabilidad legal por las reparaciones del tipo que aceptó para el Holocausto judío en un acuerdo en 1952, al tiempo que subraya que está dispuesta a elevar el nivel de todo tipo de ayuda al desarrollo a Namibia, Da mucho más por cabeza que a cualquier otro país en el mundo.
Nuestro Heimat africano
Mientras tanto, los alemanes étnicos de Namibia están manteniendo la cabeza baja, cautelosos ante la recriminación en el pasado lejano. "El gobierno alemán no nos representa; Somos namibianos ", dice un empresario local. Muy pocos de los germanohablantes de hoy en día son, en cualquier caso, descendientes de los Schutztruppe (literalmente, "fuerza de protección"), los soldados coloniales que mataron a los Herero y Nama en 1904-07.De todos modos, pocos son felices de usar la palabra G, y mucho menos aceptar su precisión. "Crecimos con la conversación sobre las guerras coloniales, el levantamiento de Herero", dice un veterano escritor en la Allgemeine Zeitung, el diario en lengua alemana de Namibia. "No usamos el término general de genocidio".
Los alemanes de Namibia a menudo se hacen eco de Hinrich Schneider-Waterberg, un agricultor de 85 años que ha hecho una segunda carrera como historiador inclinado a rechazar la acusación de genocidio (y que posee la tierra donde tuvo lugar una batalla crucial entre los alemanes y los Herero). Él sostiene que el Herero comenzó el asesinato; Que los civiles alemanes también sufrieron atrocidades; Que la orden de exterminio fue pronto rescindida en Berlín; Que el número de muertes de Herero es exagerado; Y que los de los Nama en los campos de prisioneros no eran intencionales, por lo tanto no eran genocidas. Estos puntos son rechazados por la mayoría de los historiadores en Alemania como "negacionista".
Burgert Brand, el jovial obispo de la rama de la iglesia luterana a la que pertenecen la mayoría de los germanófonos de lengua alemana, reconoce una carga de culpa alemana, pero se reduce a comparación con el Holocausto; Algunos historiadores del campo del Sr. Zimmerer trazan un vínculo directo con los crímenes y actitudes raciales anteriores de 1904. "Es muy frustrante para nosotros los constructores de puentes, que deben comenzar de nuevo desde cero", dice el obispo.
Muchos alemanes de Namibia están nerviosos porque el argumento sobre las reparaciones se derrame sobre las llamadas para que sus granjas sean confiscadas, como Robert Mugabe ha hecho en Zimbabwe. Werner von Maltzahn, agricultor de 69 años, recuerda cómo su abuelo, un barón prusiano que se asentó en el mismo lugar árido en 1913, tuvo que comenzar de nuevo cuando el ejército británico requisó su ganado en 1915. "Tal vez debería pedirle compensación a los ingleses ", bromea.
domingo, 14 de mayo de 2017
SGM: Campo de concentración de aleutianos en USA
La otra atrocidad estadounidense de internacionalización de la Segunda Guerra Mundial
JOHN SMELCER - NPR
Los residentes de la isla de Pribilof evacuaron en el transporte Delarof del ejército de los E., en junio de 1942.
La mayoría de los niños estadounidenses aprenden que Japón atacó Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, llevándonos a unirse a la Segunda Guerra Mundial. Esta semana marca el 75 aniversario de los japoneses-estadounidenses que son posteriormente redondeados e internados como presuntos enemigos del estado. Pero hay otra historia trágica e inédita de ciudadanos estadounidenses que también fueron internados durante la guerra. Soy un miembro de la tribu Ahtna de Alaska y he pasado la mayor parte de los 30 años descubriendo y reuniendo fragmentos de una historia que merece ser contada.
En junio de 1942, Japón invadió y ocupó Kiska y Attu, las islas más occidentales de la Cadena Aleutiana de Alaska, un archipiélago de 69 islas que se extienden unos 1.200 kilómetros a través del Océano Pacífico Norte hacia la península de Kamchatka de Rusia. Desde una perspectiva estratégica, Japón quería cerrar lo que percibían como la puerta trasera de Estados Unidos al Lejano Oriente. Durante miles de años, las islas han sido habitadas por un pueblo indígena lleno de recursos llamado Aleuti. Durante el Período Ruso-Americano (1733 a 1867), cuando Alaska era una posesión colonial de Rusia, los buscadores de pieles rusos diezmaron poblaciones aleutas a través de la guerra, la enfermedad y la esclavitud.
Poco después de la invasión de Japón, el personal naval estadounidense llegó con órdenes de rodear y evacuar a los Aleuts de la Cadena Aleutiana y las Islas Pribilof a campos de internamiento a casi 2.000 millas de distancia cerca de Juneau. La administración de los campos de internamiento estaría bajo la jurisdicción de los Servicios de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USF & WS). Además, las órdenes incluían la quema de las aldeas hasta el suelo, incluyendo sus amadas iglesias, como parte de una política de "tierra arrasada". El propósito declarado del Ejército era proteger a los aleuts, que eran ciudadanos estadounidenses, de los peligros de la guerra. Pero un oficial dijo a los asombrados aleutianos que, como decía, "porque ustedes se parecen a los japoneses y no queremos dispararles". Ese intercambio forma parte de un video documental llamado Aleut Evacuation.
Con solamente la ropa en la espalda, 881 aleutianos de nueve aldeas diferentes de la isla fueron forzados a bordo del USS Delarof y transportados a las conserveras abandonadas abandonadas del salmón donde los techos y las paredes tenían agujeros, las ventanas y las puertas se rompieron y los pisos eran tan putrefactos que La gente cayó a través de ellos. No había electricidad, saneamiento, ni agua corriente.
Los aleuts fueron internados en contra de su voluntad durante la guerra, mucho después de que los japoneses fueran expulsados de Alaska, y fueron muy descuidados por el mismo gobierno que dijo que los estaba protegiendo. Irónicamente, a menos de 30 millas de distancia, más de 700 nazis que habían sido capturados en el norte de África fueron encarcelados en un campo de prisioneros en la Bahía de Excursión. Los nazis, enemigos jurados de América y de nuestros aliados, fueron tratados mucho mejor que los aleuíes, tanto que el historiador militar Stan Cohen escribió más tarde en The Forgotten War: "En general, el encarcelamiento alemán en Alaska fue bastante agradable".
En mayo de 1943, el gobierno de Estados Unidos incluso esclavizó a muchos de los hombres de las islas Pribilof. El gobierno amenazó con que a ninguno de los aleutianos se les permitiera volver a casa (ni siquiera después de la guerra) si los hombres no "se ofrecieran" a cosechar focas para el esfuerzo de guerra. Por tratado internacional, sólo los nativos pribilovianos podían cosechar lobos marinos. Se les dijo que las pieles se convertirían en revestimientos para chaquetas y cascos de aviación para pilotos estadounidenses y tripulaciones de bombarderos, lo cual era una mentira. Los hombres pasaron la temporada de sello de verano en las diminutas Islas Pribilof que dieron más de 125.000 sellos. El gobierno vendió las pieles a la empresa Fouke Fur de St. Louis, Missouri, por 1.5 millones de dólares en beneficios, todos los cuales fueron directamente a las arcas del gobierno.
La invasión japonesa de Alaska nunca lo hizo mucho más allá de las islas Aleutianas más occidentales de Kiska y Attu. Durante un período de 15 meses, los soldados estadounidenses eventualmente recapturaron las islas montañosas en una serie de batallas que pasaron a conocerse como la Guerra Esquecida. En total, medio millón de soldados estadounidenses, canadienses, rusos y japoneses participaron en el conflicto, una de las batallas menos conocidas y más duras de la Segunda Guerra Mundial, como explicó Brian Garfield en La guerra de las mil millas. Al final, cuando más de 500 soldados japoneses, poco dispuestos a rendirse o ser llevados vivos después de un desesperado ataque banzai (suicidio), se explotaron en masa Con granadas de mano en el pie de la colina del ingeniero.
La guerra en las Aleutianas dio a América su primera victoria en todo el teatro sobre Japón y la primera experiencia en asaltos anfibios en la guerra. Alrededor de 118 Aleúes perecieron por falta de calor, comida y atención médica. Las pequeñas aldeas aleutas perdieron hasta una cuarta parte de su población anterior al internamiento. Las muertes de aleutas eran evitables. Los suministros médicos que se habían asignado a los campos de internamiento fueron tomados por los militares. Los 700 prisioneros alemanes regresaron a sus hogares después de la guerra sin que nadie muriera durante su encarcelamiento.
Aunque la invasión japonesa fue derrotada por el otoño de 1943, los aleuts permanecieron internados hasta el final de la guerra a mediados de 1945. En 1980, el Presidente Reagan firmó la Comisión sobre la Reubicación del Tiempo de Guerra y la Internación de Civiles, que autorizó el establecimiento de una comisión para revisar los hechos y circunstancias que rodearon la reubicación e internamiento de decenas de miles de civiles estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuarenta y dos años después de que los aleutianos regresaran a sus aldeas quemadas y saqueadas, el gobierno de Estados Unidos finalmente reconoció que sus derechos constitucionales habían sido violados.
En 1988, el Congreso aprobó la Ley de Restitución de las Islas Aleutianas y Pribilof, que pagó $ 12,000 a Aleutas sobrevivientes de los campos de internamiento. Para entonces, alrededor de la mitad de los supervivientes habían fallecido hace mucho tiempo.
JOHN SMELCER - NPR
Los residentes de la isla de Pribilof evacuaron en el transporte Delarof del ejército de los E., en junio de 1942.
La mayoría de los niños estadounidenses aprenden que Japón atacó Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, llevándonos a unirse a la Segunda Guerra Mundial. Esta semana marca el 75 aniversario de los japoneses-estadounidenses que son posteriormente redondeados e internados como presuntos enemigos del estado. Pero hay otra historia trágica e inédita de ciudadanos estadounidenses que también fueron internados durante la guerra. Soy un miembro de la tribu Ahtna de Alaska y he pasado la mayor parte de los 30 años descubriendo y reuniendo fragmentos de una historia que merece ser contada.
En junio de 1942, Japón invadió y ocupó Kiska y Attu, las islas más occidentales de la Cadena Aleutiana de Alaska, un archipiélago de 69 islas que se extienden unos 1.200 kilómetros a través del Océano Pacífico Norte hacia la península de Kamchatka de Rusia. Desde una perspectiva estratégica, Japón quería cerrar lo que percibían como la puerta trasera de Estados Unidos al Lejano Oriente. Durante miles de años, las islas han sido habitadas por un pueblo indígena lleno de recursos llamado Aleuti. Durante el Período Ruso-Americano (1733 a 1867), cuando Alaska era una posesión colonial de Rusia, los buscadores de pieles rusos diezmaron poblaciones aleutas a través de la guerra, la enfermedad y la esclavitud.
Poco después de la invasión de Japón, el personal naval estadounidense llegó con órdenes de rodear y evacuar a los Aleuts de la Cadena Aleutiana y las Islas Pribilof a campos de internamiento a casi 2.000 millas de distancia cerca de Juneau. La administración de los campos de internamiento estaría bajo la jurisdicción de los Servicios de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USF & WS). Además, las órdenes incluían la quema de las aldeas hasta el suelo, incluyendo sus amadas iglesias, como parte de una política de "tierra arrasada". El propósito declarado del Ejército era proteger a los aleuts, que eran ciudadanos estadounidenses, de los peligros de la guerra. Pero un oficial dijo a los asombrados aleutianos que, como decía, "porque ustedes se parecen a los japoneses y no queremos dispararles". Ese intercambio forma parte de un video documental llamado Aleut Evacuation.
Con solamente la ropa en la espalda, 881 aleutianos de nueve aldeas diferentes de la isla fueron forzados a bordo del USS Delarof y transportados a las conserveras abandonadas abandonadas del salmón donde los techos y las paredes tenían agujeros, las ventanas y las puertas se rompieron y los pisos eran tan putrefactos que La gente cayó a través de ellos. No había electricidad, saneamiento, ni agua corriente.
Los aleuts fueron internados en contra de su voluntad durante la guerra, mucho después de que los japoneses fueran expulsados de Alaska, y fueron muy descuidados por el mismo gobierno que dijo que los estaba protegiendo. Irónicamente, a menos de 30 millas de distancia, más de 700 nazis que habían sido capturados en el norte de África fueron encarcelados en un campo de prisioneros en la Bahía de Excursión. Los nazis, enemigos jurados de América y de nuestros aliados, fueron tratados mucho mejor que los aleuíes, tanto que el historiador militar Stan Cohen escribió más tarde en The Forgotten War: "En general, el encarcelamiento alemán en Alaska fue bastante agradable".
En mayo de 1943, el gobierno de Estados Unidos incluso esclavizó a muchos de los hombres de las islas Pribilof. El gobierno amenazó con que a ninguno de los aleutianos se les permitiera volver a casa (ni siquiera después de la guerra) si los hombres no "se ofrecieran" a cosechar focas para el esfuerzo de guerra. Por tratado internacional, sólo los nativos pribilovianos podían cosechar lobos marinos. Se les dijo que las pieles se convertirían en revestimientos para chaquetas y cascos de aviación para pilotos estadounidenses y tripulaciones de bombarderos, lo cual era una mentira. Los hombres pasaron la temporada de sello de verano en las diminutas Islas Pribilof que dieron más de 125.000 sellos. El gobierno vendió las pieles a la empresa Fouke Fur de St. Louis, Missouri, por 1.5 millones de dólares en beneficios, todos los cuales fueron directamente a las arcas del gobierno.
La invasión japonesa de Alaska nunca lo hizo mucho más allá de las islas Aleutianas más occidentales de Kiska y Attu. Durante un período de 15 meses, los soldados estadounidenses eventualmente recapturaron las islas montañosas en una serie de batallas que pasaron a conocerse como la Guerra Esquecida. En total, medio millón de soldados estadounidenses, canadienses, rusos y japoneses participaron en el conflicto, una de las batallas menos conocidas y más duras de la Segunda Guerra Mundial, como explicó Brian Garfield en La guerra de las mil millas. Al final, cuando más de 500 soldados japoneses, poco dispuestos a rendirse o ser llevados vivos después de un desesperado ataque banzai (suicidio), se explotaron en masa Con granadas de mano en el pie de la colina del ingeniero.
La guerra en las Aleutianas dio a América su primera victoria en todo el teatro sobre Japón y la primera experiencia en asaltos anfibios en la guerra. Alrededor de 118 Aleúes perecieron por falta de calor, comida y atención médica. Las pequeñas aldeas aleutas perdieron hasta una cuarta parte de su población anterior al internamiento. Las muertes de aleutas eran evitables. Los suministros médicos que se habían asignado a los campos de internamiento fueron tomados por los militares. Los 700 prisioneros alemanes regresaron a sus hogares después de la guerra sin que nadie muriera durante su encarcelamiento.
Aunque la invasión japonesa fue derrotada por el otoño de 1943, los aleuts permanecieron internados hasta el final de la guerra a mediados de 1945. En 1980, el Presidente Reagan firmó la Comisión sobre la Reubicación del Tiempo de Guerra y la Internación de Civiles, que autorizó el establecimiento de una comisión para revisar los hechos y circunstancias que rodearon la reubicación e internamiento de decenas de miles de civiles estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuarenta y dos años después de que los aleutianos regresaran a sus aldeas quemadas y saqueadas, el gobierno de Estados Unidos finalmente reconoció que sus derechos constitucionales habían sido violados.
En 1988, el Congreso aprobó la Ley de Restitución de las Islas Aleutianas y Pribilof, que pagó $ 12,000 a Aleutas sobrevivientes de los campos de internamiento. Para entonces, alrededor de la mitad de los supervivientes habían fallecido hace mucho tiempo.
sábado, 13 de mayo de 2017
Antigüedad: 3 batallas que derivaron en masacres
3 batallas antiguas que terminaron en un derramamiento de sangre completo
Yulia.Dzhak - War History Online
Desde los albores del tiempo hasta la nueva era, muchas vidas se habían perdido en el campo de batalla. No se trata sólo de la victoria; Se trata de los que murieron luchando por ella. Cada batalla tiene un significado e impacto sobre la historia mundial, así que echemos un vistazo a esos tres choques antiguos, donde la victoria costó cientos de miles de vidas.
Ashoka, líder de la dinastía Maury y el mayor emperador de la India y su batalla contra la república de Kalinga ha inscrito las páginas de la historia antigua con la sangre de pocos cientos de miles de personas. Aunque muchos consideran que esta parte de la historia es mítica, vale la pena mirar porque causó un tremendo cambio en el corazón de un emperador poderoso y la vida de los antiguos indios.
Para Ashoka, era de suma importancia política y económica hacerse cargo de la república feudal y fortalecer el gobierno de su dinastía. Kalinga, también conocida como Odisha, era un importante centro comercial, una aspirante a la república de la libertad, y las artes, una cultura floreciente que tuvo un gran impacto en todo el subcontinente indio.
Antes de su decisión final de conquistar a Kalinga por la fuerza, Ashoka el Grande envió una carta al rey exigiendo la sumisión completa. El rey Raja Anantha Padmanabhan declinó, sellando el destino de su república. Como resultado, Ashoka el Grande llevó un gran ejército a las tierras de la gente libre. Un ejército de aproximadamente 400.000 seguía a su emperador en una guerra. Ashoka estaba ansiosa por superar a su padre Bindusara y su abuelo Chandragupta y lograr lo que nunca pudo: tomar la República de Kalinga.
La República estaba muy poco numerosa, sólo tenían 60.000 infantes, 10.000 caballerías y 700 elefantes de guerra para proteger sus tierras y posiblemente numerosos civiles que habían tomado cualquier arma que pudieran para proteger sus hogares y sus familias.
El el año 261 A.C., en la colina Dhauli junto al río Daya, el ejército de Ashoka y el de Kalinga se encontraron. La batalla fue tan feroz y devastadora que las aguas del río Daya se volvieron rojas de la sangre de los guerreros Kalinga y los guerreros Magadha. La tierra fue completamente destruida y saqueada, la gente masacrada. 250.000 fueron asesinados y otros 150.000 esclavizados. Ashoka incluso pensó que era el ganador al final la victoria era tan amarga, que volvió su corazón al budismo y la paz. En los siguientes 40 años de su gobierno, él no tomó la espada ni siquiera una vez y predicó la no violencia y la prosperidad pacífica.
La batalla de la calle Watling es una lucha significativa entre los británicos liderados por el infame Boudica y el ejército romano bajo el mando de Gaius Suetonius Paulinus. Esta batalla es un punto de inflexión para la isla, ya que marca el final de la resistencia británica para los próximos 350 años. Boudica era la viuda del último rey de los Iceni. Después de la muerte de su esposo, ella y sus hijas sufrieron gran humillación y terror en manos de los romanos, y también lo hizo su reino. Así pues, como el gobernador romano estaba en su búsqueda para someter la isla de Mona la chispa de la revuelta fue encendida.
Boudica buscó una alianza con sus vecinos los Trinovantes, que aceptaron sin duda, ya que también tenían un rencor contra los invasores romanos. Después, las fuerzas rebeldes aliadas ganaron contra los romanos en la batalla de Camulodunum y emboscaron a la novena legión española, Boudica se dirigió a Londinium. Sin embargo, el gobernador romano llegó a la ciudad primero y la evacuó. Las fuerzas aliadas, una vez más arrasaron la ciudad, sin dejar supervivientes. Mientras las fuerzas de Boudica continuaban su marcha revoltosa, el ejército de Suetonio Paulino logró reagruparse, aunque sin algunas de las legiones.
Los romanos eran muchísimo menos numerosos. Si pudiéramos creer las fuentes antiguas de los rebeldes eran más de 100.000 hasta 230.000, mientras que los romanos eran sólo unos 10.000 legionarios y una pequeña caballería. La única opción de Suetonius era esperar que las tácticas le ayudaran a superar a los rebeldes británicos. Él desplegó a sus hombres en una garganta estrecha o en la cima de una colina, donde los rebeldes no podían descender sobre ellos de una vez y flanquear los romanos. Idealmente, sólo tenían un camino para lanzar un ataque. El ejército rebelde de Boudica, que en ese momento estaba mal equipado lanzó y atacó todo y fue recibido de inmediato por 2 volleas de pilas. Las jabalinas romanas lanzaron al ejército rebelde en pánico y rompieron sus líneas, muchos empalados por jabalinas cubrieron el suelo. Cuando vio al enemigo desorganizado y apenado, Suetonius ordenó a sus hombres que participaran en combate cuerpo a cuerpo.
Incluso si los números son exagerados, la lucha no fue más que una masacre. Pocos miles nacieron para luchar y matar a los legionarios romanos contra el ejército rebelde no equipado, principalmente consistente de civiles de todas las edades y géneros, todos a la espada sin ninguna compasión. Estimación de víctimas - hasta 80.000 rebeldes británicos. La batalla fue el final del levantamiento y aseguró el gobierno de Roma sobre la Isla.
China antigua. La caída del Imperio Qin fue un punto de inflexión en la historia china. La importante Batalla del Río Fei marcó el surgimiento del Imperio Jin Oriental y una nueva era en la cultura china. El emperador Xuanzhao del Imperio Qin fue un conquistador por la sangre. Bajo su gobierno, el imperio Qin floreció y se expandió mucho. Trató de destruir las tierras de la dinastía Jin rival y reunió un enorme ejército de tiempo de 270.000 caballería y 600.000 de infantería.
El conquistador chino continuó su marcha hacia las tierras de la dinastía Jin, capturando ciudades una tras otra. El Jin tenía solamente una fuerza mucho más pequeña de 80.000 defensores de élite para proteger su patria del invasor, sin embargo, tenían pocas ventajas de su lado. La horda de Xuanzhao era principalmente de hombres forzados a luchar o enfrentarse a penas horribles, desorganizados y no muy bien entrenados si entrenados en absoluto. Incluso pensando que la horda era superior en número, los defensores no sólo tenían el espíritu para proteger su patria, sino que lo sabían mucho mejor.
Finalmente, en noviembre de 383, cerca del río Fei, ambos ejércitos estaban en las orillas opuestas. El Emperador Qin esperaba que pudiera emboscar a los Jin mientras cruzaban y de una vez por todas deshacerse de la resistencia, y ordenó un retiro táctico para que lo siguieran y trataran de llegar a su banco. Poco sabía que las tácticas de Jin golpearían a sus hombres con tanta fuerza, que pondría fin a la conquista. A medida que el ejército Qin se retiraba de su banco, se difundió un rumor que fueron derrotados, y por lo tanto, todos entraron en el caos. Nadie sabía lo que realmente estaba sucediendo y muchos creían que realmente eran derrotados.
A medida que el pánico de las masas comenzaba a avanzar en toda la línea, la fuerza indisciplinada de todos modos se rompió completamente y no se siguieron órdenes. Las élites Jin cruzaron el río y lanzaron un ataque total y los Qin fueron completamente desviados y destruidos, huyendo en pánico o cayendo bajo las espadas de los defensores. El retiro desordenado de su ejército, el continuo ataque de los Jins y el pánico, valió la vida de alrededor del 70% de los Qins y de bajas mínimas para los defensores. Los registros dicen que hasta 700.000 soldados de Qin llegaron a su fin en la masacre.
Las tres batallas no fueron más que una masacre y nada más que un derramamiento de sangre, que empapó las tierras con la vida de varios cientos de miles de personas cada una. Aun cuando los números pueden ser puestos a un debate, las batallas eran evidentemente un momento de la historia cuando no se salvó a nadie, en la búsqueda de la tierra o la gloria.
Yulia.Dzhak - War History Online
Desde los albores del tiempo hasta la nueva era, muchas vidas se habían perdido en el campo de batalla. No se trata sólo de la victoria; Se trata de los que murieron luchando por ella. Cada batalla tiene un significado e impacto sobre la historia mundial, así que echemos un vistazo a esos tres choques antiguos, donde la victoria costó cientos de miles de vidas.
La guerra de Kalinga - c. 262 - c. 261 aC
Ashoka, líder de la dinastía Maury y el mayor emperador de la India y su batalla contra la república de Kalinga ha inscrito las páginas de la historia antigua con la sangre de pocos cientos de miles de personas. Aunque muchos consideran que esta parte de la historia es mítica, vale la pena mirar porque causó un tremendo cambio en el corazón de un emperador poderoso y la vida de los antiguos indios.
Para Ashoka, era de suma importancia política y económica hacerse cargo de la república feudal y fortalecer el gobierno de su dinastía. Kalinga, también conocida como Odisha, era un importante centro comercial, una aspirante a la república de la libertad, y las artes, una cultura floreciente que tuvo un gran impacto en todo el subcontinente indio.
Antes de su decisión final de conquistar a Kalinga por la fuerza, Ashoka el Grande envió una carta al rey exigiendo la sumisión completa. El rey Raja Anantha Padmanabhan declinó, sellando el destino de su república. Como resultado, Ashoka el Grande llevó un gran ejército a las tierras de la gente libre. Un ejército de aproximadamente 400.000 seguía a su emperador en una guerra. Ashoka estaba ansiosa por superar a su padre Bindusara y su abuelo Chandragupta y lograr lo que nunca pudo: tomar la República de Kalinga.
La República estaba muy poco numerosa, sólo tenían 60.000 infantes, 10.000 caballerías y 700 elefantes de guerra para proteger sus tierras y posiblemente numerosos civiles que habían tomado cualquier arma que pudieran para proteger sus hogares y sus familias.
El el año 261 A.C., en la colina Dhauli junto al río Daya, el ejército de Ashoka y el de Kalinga se encontraron. La batalla fue tan feroz y devastadora que las aguas del río Daya se volvieron rojas de la sangre de los guerreros Kalinga y los guerreros Magadha. La tierra fue completamente destruida y saqueada, la gente masacrada. 250.000 fueron asesinados y otros 150.000 esclavizados. Ashoka incluso pensó que era el ganador al final la victoria era tan amarga, que volvió su corazón al budismo y la paz. En los siguientes 40 años de su gobierno, él no tomó la espada ni siquiera una vez y predicó la no violencia y la prosperidad pacífica.
Batalla de la calle Watling - 60 o 61 dC, el levantamiento de Boudica
La batalla de la calle Watling es una lucha significativa entre los británicos liderados por el infame Boudica y el ejército romano bajo el mando de Gaius Suetonius Paulinus. Esta batalla es un punto de inflexión para la isla, ya que marca el final de la resistencia británica para los próximos 350 años. Boudica era la viuda del último rey de los Iceni. Después de la muerte de su esposo, ella y sus hijas sufrieron gran humillación y terror en manos de los romanos, y también lo hizo su reino. Así pues, como el gobernador romano estaba en su búsqueda para someter la isla de Mona la chispa de la revuelta fue encendida.
Boudica buscó una alianza con sus vecinos los Trinovantes, que aceptaron sin duda, ya que también tenían un rencor contra los invasores romanos. Después, las fuerzas rebeldes aliadas ganaron contra los romanos en la batalla de Camulodunum y emboscaron a la novena legión española, Boudica se dirigió a Londinium. Sin embargo, el gobernador romano llegó a la ciudad primero y la evacuó. Las fuerzas aliadas, una vez más arrasaron la ciudad, sin dejar supervivientes. Mientras las fuerzas de Boudica continuaban su marcha revoltosa, el ejército de Suetonio Paulino logró reagruparse, aunque sin algunas de las legiones.
Los romanos eran muchísimo menos numerosos. Si pudiéramos creer las fuentes antiguas de los rebeldes eran más de 100.000 hasta 230.000, mientras que los romanos eran sólo unos 10.000 legionarios y una pequeña caballería. La única opción de Suetonius era esperar que las tácticas le ayudaran a superar a los rebeldes británicos. Él desplegó a sus hombres en una garganta estrecha o en la cima de una colina, donde los rebeldes no podían descender sobre ellos de una vez y flanquear los romanos. Idealmente, sólo tenían un camino para lanzar un ataque. El ejército rebelde de Boudica, que en ese momento estaba mal equipado lanzó y atacó todo y fue recibido de inmediato por 2 volleas de pilas. Las jabalinas romanas lanzaron al ejército rebelde en pánico y rompieron sus líneas, muchos empalados por jabalinas cubrieron el suelo. Cuando vio al enemigo desorganizado y apenado, Suetonius ordenó a sus hombres que participaran en combate cuerpo a cuerpo.
Incluso si los números son exagerados, la lucha no fue más que una masacre. Pocos miles nacieron para luchar y matar a los legionarios romanos contra el ejército rebelde no equipado, principalmente consistente de civiles de todas las edades y géneros, todos a la espada sin ninguna compasión. Estimación de víctimas - hasta 80.000 rebeldes británicos. La batalla fue el final del levantamiento y aseguró el gobierno de Roma sobre la Isla.
Batalla del río Fei - 383 AD
China antigua. La caída del Imperio Qin fue un punto de inflexión en la historia china. La importante Batalla del Río Fei marcó el surgimiento del Imperio Jin Oriental y una nueva era en la cultura china. El emperador Xuanzhao del Imperio Qin fue un conquistador por la sangre. Bajo su gobierno, el imperio Qin floreció y se expandió mucho. Trató de destruir las tierras de la dinastía Jin rival y reunió un enorme ejército de tiempo de 270.000 caballería y 600.000 de infantería.
El conquistador chino continuó su marcha hacia las tierras de la dinastía Jin, capturando ciudades una tras otra. El Jin tenía solamente una fuerza mucho más pequeña de 80.000 defensores de élite para proteger su patria del invasor, sin embargo, tenían pocas ventajas de su lado. La horda de Xuanzhao era principalmente de hombres forzados a luchar o enfrentarse a penas horribles, desorganizados y no muy bien entrenados si entrenados en absoluto. Incluso pensando que la horda era superior en número, los defensores no sólo tenían el espíritu para proteger su patria, sino que lo sabían mucho mejor.
Finalmente, en noviembre de 383, cerca del río Fei, ambos ejércitos estaban en las orillas opuestas. El Emperador Qin esperaba que pudiera emboscar a los Jin mientras cruzaban y de una vez por todas deshacerse de la resistencia, y ordenó un retiro táctico para que lo siguieran y trataran de llegar a su banco. Poco sabía que las tácticas de Jin golpearían a sus hombres con tanta fuerza, que pondría fin a la conquista. A medida que el ejército Qin se retiraba de su banco, se difundió un rumor que fueron derrotados, y por lo tanto, todos entraron en el caos. Nadie sabía lo que realmente estaba sucediendo y muchos creían que realmente eran derrotados.
A medida que el pánico de las masas comenzaba a avanzar en toda la línea, la fuerza indisciplinada de todos modos se rompió completamente y no se siguieron órdenes. Las élites Jin cruzaron el río y lanzaron un ataque total y los Qin fueron completamente desviados y destruidos, huyendo en pánico o cayendo bajo las espadas de los defensores. El retiro desordenado de su ejército, el continuo ataque de los Jins y el pánico, valió la vida de alrededor del 70% de los Qins y de bajas mínimas para los defensores. Los registros dicen que hasta 700.000 soldados de Qin llegaron a su fin en la masacre.
Las tres batallas no fueron más que una masacre y nada más que un derramamiento de sangre, que empapó las tierras con la vida de varios cientos de miles de personas cada una. Aun cuando los números pueden ser puestos a un debate, las batallas eran evidentemente un momento de la historia cuando no se salvó a nadie, en la búsqueda de la tierra o la gloria.
viernes, 12 de mayo de 2017
SGM: Fotos de la batalla de Smolensk
La batalla de Smolensk de 1941 en 20 impresionantes imágenes
Damian Lucjan - War History Online
Los tanques alemanes PzKpfw IV en Vitebsk, 130 km de Smolensk
La batalla de Smolensk fue una batalla a gran escala durante las etapas iniciales de la invasión alemana nazi de la Unión Soviética, la Operación Barbarroja, en la Segunda Guerra Mundial.
Fue la primera batalla donde la Unión Soviética logró retrasar significativamente toda la ofensiva alemana de la Wehrmacht que atacó hacia Smolensk. La fuerza alemana consistió en el 2do ejército de Panzer, comandado por Heinz Guderian, y el 3ro ejército de Panzer de Hermann Hoth.
Los soviéticos desplegaron contra los invasores bajo el mando de Semyon Timoshenko, el frente de reserva de Georgy Zhukov, el frente central de Fyodor Kuznetsov y el frente de Bryansk de Andrey Yeryomenko.
Al final, todos los ejércitos soviéticos de los siglos XVI, XIX y XX quedaron rodeados del Este y del Norte de Smolensk, aunque una cantidad significativa de soldados lograron escapar del bolsillo.
Algunos historiadores han afirmado que las pérdidas en términos de hombres y materiales incurridas por la Wehrmacht durante esta prolongada batalla, junto con el retraso de dos meses en su marcha hacia Moscú, fueron una de las razones por las que fueron derrotados por el Ejército Rojo en La batalla de Moscú tres meses después.
Según informes alemanes, las víctimas alcanzaron 250.000 durante la batalla de Smolensk. Los defensores soviéticos pagaron un alto precio por la resistencia también. La mayoría de la ciudad estaba en ruinas cuando los alemanes finalmente la ocuparon.
En 1985, Smolensk fue galardonado con el título de Hero City por la feroz resistencia.
Un par de Messerschmitt alemán BF-109E en vuelo sobre Smolensk
Vista aérea del área de Smolensk. Foto realizada por un reconocimiento aéreo alemán.
Batalla de Smolensk. T-26 durante el avance. Agosto 1941.
Soldados soviéticos cerca de Smolensk, julio de 1941.
Equipo antiaéreo en la ciudad de Smolensk
Equipo de artillería del Ejército Rojo atacando tanques alemanes en su camino a Smolensk
Soldados soviéticos durante las peleas en la estación de tren.
Tripulación del tanque soviético BT-7 antes de la Batalla de Smolensk. Julio 1941.
Infantería observa un avance de tanques soviéticos T-26 cerca de Smolensk. Agosto 1941
Soviéticos durante un ataque contra Wehrmacht. Julio 1941
Un soldado soviético que enseña combatientes partisanos cómo manejar una pistola Browning Hi-Power, cerca de Smolensk. 23 de agosto de 1941.
Los cuarteles del 16° Ejército cerca de la zona de Yartsevo
Las tropas alemanas en una ciudad cerca de Mogilev en el Dnieper, en su camino a Smolensk
División motorizada alemana durante el avance en Smolensk. Nota El cañón antiaéreo alemán PaK 36
Tropas motorizadas alemanas durante el avance. 1 de junio de 1941
El mariscal de campo Fedor von Bock, comandante del Centro del Grupo de Ejércitos (izquierda) en conversación con el general Hermann Hoth, comandante del 3er grupo blindado y el general Wolfram von Richthofen. 8 de julio de 1941
Prisioneros de guerra soviéticos después de la Batalla de Smolensk
Los prisioneros de guerra soviéticos son transportados a la Alemania nazi. La mayoría de ellos no sobrevivieron.
Hitler se reunió con von Bock en la sede del Centro de Grupos de Ejército el 4 de agosto de 1941. Altrough von Bock presionó para un avance inmediato en Moskow, Hitler dijo que los recursos económicos sobre Ucrania eran una prioridad estratégica mayor.
Soldados alemanes en la quema de Smolensk
Damian Lucjan - War History Online
Los tanques alemanes PzKpfw IV en Vitebsk, 130 km de Smolensk
La batalla de Smolensk fue una batalla a gran escala durante las etapas iniciales de la invasión alemana nazi de la Unión Soviética, la Operación Barbarroja, en la Segunda Guerra Mundial.
Fue la primera batalla donde la Unión Soviética logró retrasar significativamente toda la ofensiva alemana de la Wehrmacht que atacó hacia Smolensk. La fuerza alemana consistió en el 2do ejército de Panzer, comandado por Heinz Guderian, y el 3ro ejército de Panzer de Hermann Hoth.
Los soviéticos desplegaron contra los invasores bajo el mando de Semyon Timoshenko, el frente de reserva de Georgy Zhukov, el frente central de Fyodor Kuznetsov y el frente de Bryansk de Andrey Yeryomenko.
Al final, todos los ejércitos soviéticos de los siglos XVI, XIX y XX quedaron rodeados del Este y del Norte de Smolensk, aunque una cantidad significativa de soldados lograron escapar del bolsillo.
Algunos historiadores han afirmado que las pérdidas en términos de hombres y materiales incurridas por la Wehrmacht durante esta prolongada batalla, junto con el retraso de dos meses en su marcha hacia Moscú, fueron una de las razones por las que fueron derrotados por el Ejército Rojo en La batalla de Moscú tres meses después.
Según informes alemanes, las víctimas alcanzaron 250.000 durante la batalla de Smolensk. Los defensores soviéticos pagaron un alto precio por la resistencia también. La mayoría de la ciudad estaba en ruinas cuando los alemanes finalmente la ocuparon.
En 1985, Smolensk fue galardonado con el título de Hero City por la feroz resistencia.
Un par de Messerschmitt alemán BF-109E en vuelo sobre Smolensk
Vista aérea del área de Smolensk. Foto realizada por un reconocimiento aéreo alemán.
Batalla de Smolensk. T-26 durante el avance. Agosto 1941.
Soldados soviéticos cerca de Smolensk, julio de 1941.
Equipo antiaéreo en la ciudad de Smolensk
Equipo de artillería del Ejército Rojo atacando tanques alemanes en su camino a Smolensk
Soldados soviéticos durante las peleas en la estación de tren.
Tripulación del tanque soviético BT-7 antes de la Batalla de Smolensk. Julio 1941.
Infantería observa un avance de tanques soviéticos T-26 cerca de Smolensk. Agosto 1941
Soviéticos durante un ataque contra Wehrmacht. Julio 1941
Un soldado soviético que enseña combatientes partisanos cómo manejar una pistola Browning Hi-Power, cerca de Smolensk. 23 de agosto de 1941.
Los cuarteles del 16° Ejército cerca de la zona de Yartsevo
Las tropas alemanas en una ciudad cerca de Mogilev en el Dnieper, en su camino a Smolensk
División motorizada alemana durante el avance en Smolensk. Nota El cañón antiaéreo alemán PaK 36
Tropas motorizadas alemanas durante el avance. 1 de junio de 1941
El mariscal de campo Fedor von Bock, comandante del Centro del Grupo de Ejércitos (izquierda) en conversación con el general Hermann Hoth, comandante del 3er grupo blindado y el general Wolfram von Richthofen. 8 de julio de 1941
Prisioneros de guerra soviéticos después de la Batalla de Smolensk
Los prisioneros de guerra soviéticos son transportados a la Alemania nazi. La mayoría de ellos no sobrevivieron.
Hitler se reunió con von Bock en la sede del Centro de Grupos de Ejército el 4 de agosto de 1941. Altrough von Bock presionó para un avance inmediato en Moskow, Hitler dijo que los recursos económicos sobre Ucrania eran una prioridad estratégica mayor.
Soldados alemanes en la quema de Smolensk
jueves, 11 de mayo de 2017
Argentina: Cómo vivían las tribus hacia el Siglo 13
Los porteños originales: vivían a orillas del Riachuelo en el siglo XIII
Investigadores argentinos y vascos determinaron que se trata de una aldea indígena del siglo XIII; los restos analizados fueron encontrados en el parque Ribera Sur y detrás del autódromo Gálvez
Laura Rocha | LA NACION
Camino, Loponte y Schávelzon analizan los restos indígenas
Los primeros porteños eran cazadores y recolectores, creaban sus propias armas y elaboraban vasijas de cerámica en las que cocinaban. Vivían en chozas rodeados por una fauna que hoy no se encuentra en la zona: ñandúes, venados de las pampas y guanacos. Son hombres que vivieron en el Holoceno tardío, en el siglo XIII, unos 300 años antes de que los españoles llegaran a estas costas. Éstas son algunas de las conclusiones a las que llegó un grupo de expertos de la Universidad del País Vasco (UPV), de la Universidad del Museo Social y de la UBA, que encontró los restos hace un año, detrás del Autódromo de Buenos Aires y en el parque Ribera Sur.
Los investigadores excavaron en ese lugar en busca de restos de la primera expedición española, la de Pedro de Mendoza, y hallaron a los primeros habitantes.
Lo consiguieron gracias al aporte y al análisis que se hizo en Europa con una técnica que se denomina termoluminiscencia (ver aparte). "Hablamos de un sitio que tiene unos 700 años de antigüedad y muestra un paisaje similar al que describen los primeros castellanos que llegaron a estas costas", explica Daniel Loponte, arqueólogo del Conicet encargado de recopilar e interpretar la información de los hallazgos.
"Son grupos móviles que desarrollaron unas estructuras habitacionales con postes bastante gruesos", agrega el experto, que cuenta que el sitio de exploración era la parte alta de un bañado del Riachuelo antes de ser rectificado.
Daniel Schávelzon es el director del Centro de Arqueología Urbana (CAU) y a partir un trabajo de otro arqueólogo urbano, Ulises Camino, propuso buscar entre los lugares que exploró Carlos Rusconi a principios del siglo XX.
"Rusconi anunció un descubrimiento, en 1926, de dos paraderos indígenas que denominó A y B, sobre las barrancas del río Matanza, en Villa Riachuelo, en la Capital. Nos indicó el lugar, pero no pudo avanzar más. Lo que pudimos hacer ahora es excavar en, tal vez, uno de los últimos lugares con estas características de la ciudad", indica Schávelzon.
"Tenemos que imaginarnos que la entrada del Riachuelo era un delta, era un conjunto de islas con sauces; hay crónicas y fotos hasta de 1900 en las que describen paradores y paseos en bote", agrega el experto.
"El español hablaba del miedo que les tenía a los tigres y menciona un grupo al que denomina querandíes, pero no dice dónde los encuentra, si cerca o lejos de la costa", relata Loponte.
Los investigadores explican que el avance español que diezmó las poblaciones se produjo al borde del Río de la Plata. Ésta es una población de la llanura, de lo que se denomina pampa ondulada.
"Eran grupos que iban y volvían, entonces tal vez armaban una estructura de vivienda que luego era usada en otra temporada. Por ejemplo, los morteros para moler la comida o las parrillas en las que secaban las carnes las enterraban en lugares determinados para volver a ser utilizados", dice Loponte.
Las excavaciones se hicieron a principios de 2016.
La ubicación temporal del asentamiento también permite analizar que el clima no era muy diferente al de la actualidad. "El Holoceno tardío se ubica entre 3500 y 500 años atrás. Eso significa que estos pobladores no pueden haber vivido antes de esa fecha", sostiene Camino.
Si bien el desarrollo y el modo de vida son una hipótesis, este asentamiento permitió detectar el contacto con otros grupos.
"Por primera vez en la zona existe la hipótesis de que fabricaban sus propias armas", sostiene Camino. El equipo llega a esa conclusión tras el hallazgo de puntas de flechas en distintas etapas de confección.
El hallazgo arqueológico más antiguo en el área metropolitana hasta ahora era del siglo XVII, en San Telmo. Y una de los grandes desafíos era conseguir vestigios de la primera fundación de Buenos Aires, en 1536.
"El asentamiento fue destruido por los españoles en 1541 para dirigirse mucho más al Norte, a Asunción, por órdenes llegadas de Madrid", indica el informe preparado para explicar la excavación que llevan adelante en la zona sur de la ciudad la Universidad del País Vasco (UPV), la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA) y la UBA.
En 2012, en la plaza San Martín se hizo un nuevo trabajo, luego de que, en 1999, se registró un hallazgo casual de material. Allí aparecieron objetos de la vida cotidiana, como la cabeza de una muñeca de porcelana peinada con rodete, posiblemente de origen inglés o francés. O una ficha de dominó hecha en hueso, que dataría del siglo XIX. También hay fragmentos de vajilla y trozos de un porrón de cerveza marca Glasgow-Kennedy, que se fabricó entre los siglos XIX y XX. Pero, como se dijo, nada que datara del siglo XVI.
Este nuevo descubrimiento obliga a reescribir la historia de estas pampas. Los paisajes descriptos, ya en el siglo XIX, hablan del caballo y de la vaca. "Claramente son los animales y las prácticas introducidas. Charles Darwin, en 1833, sostiene en sus observaciones que es impresionante cómo ha cambiado el paisaje. No se mencionan los guanacos", apunta Loponte, y destaca que este tipo de mamífero era común encontrarlo mucho más en el sur de nuestro país.
Investigadores argentinos y vascos determinaron que se trata de una aldea indígena del siglo XIII; los restos analizados fueron encontrados en el parque Ribera Sur y detrás del autódromo Gálvez
Laura Rocha | LA NACION
Camino, Loponte y Schávelzon analizan los restos indígenas
Los primeros porteños eran cazadores y recolectores, creaban sus propias armas y elaboraban vasijas de cerámica en las que cocinaban. Vivían en chozas rodeados por una fauna que hoy no se encuentra en la zona: ñandúes, venados de las pampas y guanacos. Son hombres que vivieron en el Holoceno tardío, en el siglo XIII, unos 300 años antes de que los españoles llegaran a estas costas. Éstas son algunas de las conclusiones a las que llegó un grupo de expertos de la Universidad del País Vasco (UPV), de la Universidad del Museo Social y de la UBA, que encontró los restos hace un año, detrás del Autódromo de Buenos Aires y en el parque Ribera Sur.
Los investigadores excavaron en ese lugar en busca de restos de la primera expedición española, la de Pedro de Mendoza, y hallaron a los primeros habitantes.
Lo consiguieron gracias al aporte y al análisis que se hizo en Europa con una técnica que se denomina termoluminiscencia (ver aparte). "Hablamos de un sitio que tiene unos 700 años de antigüedad y muestra un paisaje similar al que describen los primeros castellanos que llegaron a estas costas", explica Daniel Loponte, arqueólogo del Conicet encargado de recopilar e interpretar la información de los hallazgos.
"Son grupos móviles que desarrollaron unas estructuras habitacionales con postes bastante gruesos", agrega el experto, que cuenta que el sitio de exploración era la parte alta de un bañado del Riachuelo antes de ser rectificado.
Daniel Schávelzon es el director del Centro de Arqueología Urbana (CAU) y a partir un trabajo de otro arqueólogo urbano, Ulises Camino, propuso buscar entre los lugares que exploró Carlos Rusconi a principios del siglo XX.
"Rusconi anunció un descubrimiento, en 1926, de dos paraderos indígenas que denominó A y B, sobre las barrancas del río Matanza, en Villa Riachuelo, en la Capital. Nos indicó el lugar, pero no pudo avanzar más. Lo que pudimos hacer ahora es excavar en, tal vez, uno de los últimos lugares con estas características de la ciudad", indica Schávelzon.
"Tenemos que imaginarnos que la entrada del Riachuelo era un delta, era un conjunto de islas con sauces; hay crónicas y fotos hasta de 1900 en las que describen paradores y paseos en bote", agrega el experto.
Miedo a los "tigres"
El diario de Ulrico Schmidl, un expedicionario famoso por haber descripto la zona del Río de la Plata en el siglo XVI, es lo más cercano al hábitat y a las costumbres que este descubrimiento permite mostrar."El español hablaba del miedo que les tenía a los tigres y menciona un grupo al que denomina querandíes, pero no dice dónde los encuentra, si cerca o lejos de la costa", relata Loponte.
Los investigadores explican que el avance español que diezmó las poblaciones se produjo al borde del Río de la Plata. Ésta es una población de la llanura, de lo que se denomina pampa ondulada.
"Eran grupos que iban y volvían, entonces tal vez armaban una estructura de vivienda que luego era usada en otra temporada. Por ejemplo, los morteros para moler la comida o las parrillas en las que secaban las carnes las enterraban en lugares determinados para volver a ser utilizados", dice Loponte.
Las excavaciones se hicieron a principios de 2016.
La ubicación temporal del asentamiento también permite analizar que el clima no era muy diferente al de la actualidad. "El Holoceno tardío se ubica entre 3500 y 500 años atrás. Eso significa que estos pobladores no pueden haber vivido antes de esa fecha", sostiene Camino.
Si bien el desarrollo y el modo de vida son una hipótesis, este asentamiento permitió detectar el contacto con otros grupos.
"Por primera vez en la zona existe la hipótesis de que fabricaban sus propias armas", sostiene Camino. El equipo llega a esa conclusión tras el hallazgo de puntas de flechas en distintas etapas de confección.
Armas
Loponte indica: "En la zona del Delta se han encontrado restos, pero siempre prefabricados. Aquí vemos distintos grados de avance en la confección de esas puntas de lanza". La hipótesis indica que esas piedras provenían de la zona de Tandil y que los grupos tenían contacto con otros, de Entre Ríos y de Uruguay. "Se trata de pueblos interconectados que intercambiaban bienes y materiales", aporta Camino.El hallazgo arqueológico más antiguo en el área metropolitana hasta ahora era del siglo XVII, en San Telmo. Y una de los grandes desafíos era conseguir vestigios de la primera fundación de Buenos Aires, en 1536.
"El asentamiento fue destruido por los españoles en 1541 para dirigirse mucho más al Norte, a Asunción, por órdenes llegadas de Madrid", indica el informe preparado para explicar la excavación que llevan adelante en la zona sur de la ciudad la Universidad del País Vasco (UPV), la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA) y la UBA.
Parque Lezama
"En 1989 se hicieron excavaciones en el parque Lezama, sitio que durante mucho tiempo se consideró -sin prueba alguna, por cierto- el verdadero lugar de esa primera población, pero nada se encontró para demostrarlo. En 2005 se llevó adelante un relevamiento de arqueología de superficie de plazas y parques, incluyendo áreas abiertas sobre la vieja barranca del río, en el sur de la ciudad, hasta Parque Patricios, sin material de esa cronología (siglo XVII)", detalla el informe.En 2012, en la plaza San Martín se hizo un nuevo trabajo, luego de que, en 1999, se registró un hallazgo casual de material. Allí aparecieron objetos de la vida cotidiana, como la cabeza de una muñeca de porcelana peinada con rodete, posiblemente de origen inglés o francés. O una ficha de dominó hecha en hueso, que dataría del siglo XIX. También hay fragmentos de vajilla y trozos de un porrón de cerveza marca Glasgow-Kennedy, que se fabricó entre los siglos XIX y XX. Pero, como se dijo, nada que datara del siglo XVI.
Este nuevo descubrimiento obliga a reescribir la historia de estas pampas. Los paisajes descriptos, ya en el siglo XIX, hablan del caballo y de la vaca. "Claramente son los animales y las prácticas introducidas. Charles Darwin, en 1833, sostiene en sus observaciones que es impresionante cómo ha cambiado el paisaje. No se mencionan los guanacos", apunta Loponte, y destaca que este tipo de mamífero era común encontrarlo mucho más en el sur de nuestro país.
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