jueves, 13 de septiembre de 2018

San Martín: La carta recuperada de la corrupción peronista

Exclusivo: la carta de San Martín a O´Higgins que tenía Cristina Fernández de Kirchner en su casa 

El Archivo General de la Nación es el depositario judicial de la misiva

Infobae
 



Don José de San Martín penaba desde lejos. Estaba en Francia y le escribía al patriota chileno Bernardo O´Higgins que estaba en Lima. El 26 de diciembre de 1835 escribió una carta que, casi 183 años después, fue hallada -durante un allanamiento judicial- en la casa de El Calafate de la ex presidente de la Nación Cristina Fernández de Kirchner. En la carta, San Martín decía que "ser feliz es imposible" a raíz de la situación por la que pasaban los países de América.

En la misiva, San Martín se quejaba del trato que recibieron los libertadores por parte de quienes gobernaban entonces los países liberados. Y se manifestaba preocupado por la situación de O´Higgins en Lima, Perú. San Martín se refería a las persecuciones a las que fueron sometidos y aludía a Juan Manuel de Rosas. San Martín le contaba a O´Higgins que el "Governador" había despedido a su "hijo" del cargo que tenía en el área de "negocios Extranjeros". San Martín llamaba hijo a Mariano Balcarce, quien se había casado con su única hija Merceditas. Sentía que su familia era objeto de una persecución por parte de Rosas y eso es lo que lo mantenía alejado de la Patria.

 

San Martín, en la carta, le explicaba a O´Higgins que su correo era de absoluta confianza. Era Jean Baptiste Washington de Mendeville el marido de Mariquita Sánchez de Thompson.

La carta, que aún no se sabe cómo llegó hasta la casa de El Calafate, fue entregada por el juez Bonadio en custodia al Archivo General de la Nación.

Durante la semana, el juez a cargo de la investigación iniciada a partir de las anotaciones del chofer Oscar Centeno, le entregó las dos carillas, enmarcadas, a Emilio Perina, quien dirige el Archivo General de la Nación.
  Allanamiento en la casa de Cristina Kirchner

Desde el Archivo General de la Nación tratan de determinar la procedencia de la misiva. Aunque tal como publicó Infobae, según el historiador sanmartiniano Roberto Colimodio, "esta carta transcrita y publicada por el Archivo de O'Higgins en Santiago de Chile, tendría que haber estado en poder trasandino pues allí fue remitida". No se sabe cómo llegó a manos de la familia Kirchner.

La carta que es reproducida por Infobae con la ortografía original con la que San Martín la escribió, dice:


"Al Exmo Señor Don Bernardo O Higgins
Cap. General de los Extos de Chile y Perú

Paris 26 de diciembre de 1835


Exmo Don Bernardo O´Higgins


Compañero y querido amigo


Despues de más de tres años sin recivir la menor noticia de Usted ni del amigo Álvarez, mis cuidados no serían tan alarmantes si el Perú se hallare en tranquilidad, pero haviendo visto por los papeles publicos los males que se han desplomado sobre ese desgraciado país, y las violentas mutaciones de los goviernos que se han sucedido, estoy con una grande inquietud hasta saver qual a sido la suerte de Usted y de su amable familia: Algunas vezes me consuela la idea de que sea qual fuere el hombre que se halle al frente del Govierno sabra respetar al honrado, Bravo, y Patriota General O´Higgins, so pena de ser un monstruo de injusticia: pero como la reciente historia de los nuevos estados Americanos ha demostrado que no solo no saben tributar omenaje a esa virtudes, sino por el contrario ellas son la causa de persecuciones, mis temores se renueban alternativamente a mis esperanzas. Sáqueme usted mi buen amigo de esta cruel incertidumbre escriviendome quatro letras de tiempo en tiempo, diciendome simplemente, estoy con salud y gozo de paz, con mi familia esto es todo lo mas que puede decirse en las circunstancias en que se halla ese país, porque ser feliz es imposible presenciando los males que aflijen a la desgraciada América: si la distancia del teatro de los acontecimientos causan mí una impresión dolorosa ¿que no le sucederá a usted hallandose testigo ocular de ellos? por otra parte yo calculo quan embarazosa debe ser la posición de Usted entre opiniones y partidos tan diferentes, y quan difícil le será tener una conducta capaz por su imparcialidad, de ponerlo a cubierto de sospecha porque en la guerra civil la maxima de reputar enemigo al que no es de la misma opinión es la ley que divide los partidos.

El dador lo será el caballero Mendeville esposo de la amable Mariquita Thompson que ha residido por muchos años en Buenos Ayres de cónsul general de Francia y para el Equador con el mismo empleo. Tocando antes en esa el me prometió hacer a Usted y su virtuosa familia una visita a mi nombre yo se lo recomiendo en la seguridad de ser un caballero apreciable por sus amables cualidades: Como el ha benido recientemente de Buenos Ayres el le impondrá de la situación de aquel desgraciado país. su nuevo governador ha depuesto a mi hijo del empleo de primer oficial de la Secretaría de Negocios Extranjeros y ha declarado una persecución a toda mi familia lo que me ha echo suspender mi marcha.

Mi salud se ha repuesto completamente en el campo, en donde he permanecido 8 meses seguidos, y aún continuaría si los exesivos fríos no me ubieren obligado a benir a la Ciudad.

Un millón de cinceros y amistosos recuerdos de mi para su madre y Rosita y a Usted la amistad eterna que siempre le a proferido su biejo Amigo y Compañero
José de San Martín.

Por el mismo Conducto escrivo al amigo Alvarez".

La carta encontrada entre las pertenencias de la ex presidente será exhibida en breve en el Archivo General de la Nación. Entretanto se debe determinar cómo llegó a la casa de los Kirchner en la bella ciudad santacruceña de El Calafate, que fue definida por la ex presidente como "su lugar en el mundo".

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Catalunya: La Díada como fiesta nacional

Diada 2018: La historia y origen de la fiesta de Catalunya

La evolución de la celebración nacional del pueblo catalán



Cuadro de Antoni Estruch titulado “El 11 de septiembre de 1714” (.)


Albert Jiménez García, Barcelona
La Vanguardia

En Catalunya la fiesta nacional recuerda y conmemora una derrota. En el marco de la “guerra de sucesión española” para escoger un nuevo rey, Barcelona se mantuvo fiel a Carlos II de Habsburgo hasta el final y fue sometida por las fuerzas de Felipe de Anjou a un largo sitio de 14 meses hasta que la ciudad se rindió el 11 de setiembre de 1714, día que hoy sirve para celebrar la Diada de Catalunya.

Pasó más de un siglo hasta que empezara a conmemorarse el 11 de septiembre como un día importante. La primera celebración fue en 1886, en un ambiente católico y conservador en la parroquia de Santa Maria del Mar, donde se encuentran enterrados en el Fosar de les Moreres centenares de caídos en aquella batalla.

Un grupo de Miquelets disparan sus fusiles de época durante la Via Lliure (Francisco Seco)

En 1888 empezó a reconocerse la figura de Rafael Casanova, uno de los líderes de la resistencia del sitio a Barcelona, cuando se le construyó una estatua que hoy en día sigue siendo parada obligatoria en el 11 de septiembre. La Diada siguió transcurriendo con aire católico y en 1914 con motivo del bicentenario se celebró una importante conmemoración, años antes de ser prohibida durante el directorio militar de Primo de Rivera, entre 1923 y 1930.



Con la llegada de la II República en Catalunya la celebración del 11 de septiembre volvió con más fuerza y desmarcada de un aire tan católico como hasta entonces. Con la llegada de la dictadura franquista se prohibió la celebración.

Historia de la cultura catalana Volum III Editorial 62. El compromiso de defender la ciudad de Barcelonapor parte de Rafael de Casanova y otros consellers, solemnizado delante de la bandera de Santa Eulàlia, en el Salò de Cent de la Casa de la Ciutat (Institut Municipal d'Història)

En 1976, después de 40 años, Catalunya volvió a tener Diada aunque fuera con restricciones para que se hiciera en Barcelona. Como publica La Vanguardia en su edición del 10 de septiembre de 1976, se autorizó la conmemoración pública de la Diada en Sant Boi de Llobregat, en donde está enterrado Rafael Casanova.




En 1977 la ciudad condal sí que acogió una de las Diadas más históricas hasta el momento. Bajo el lema “Llibertat, Amnistia, Estatut d’autonomia” un millón doscientas mil personas, según la Policía Municipal, salieron a la calle de Barcelona. Desde Paseo de Gracia y la Ronda de San Pedro hasta Arc de Triomf, los asistentes pudieron escuchar gracias a los altavoces instalados el discurso del president Josep Tarradelles días antes de volver de su prolongado exilio. En toda Catalunya, dos de los seis millones de catalanes que había en aquella época salieron a la calle a celebrar la Diada más reivindicativa después del franquismo.

Portada de La Vanguardia el 13 de septiembre de 1977 (La Vanguardia)

Desde el 2012, la fiesta ha dado un giro hacia la reivindicación independentista. Las senyeres han dejado paso a las esteladas y los gritos del 1977 de ‘Estatut d’autonomia’ a las peticiones de ‘Independencia’. En el último lustro también se han reinventado las formas de manifestarse. Una cadena humana con todos los participantes cogidos de la mano en 2013, un voto simbólico en una urna en 2014 en vísperas del 9-N, la flecha de 2015 o la multiconcentración de 2015 en Salt, Berga, Tarragona, Barcelona y Lleida.

La manifestación del 11 de septiembre con motivo de la Diada de Catalunya en el Paseo de Gracia de Barcelona (David Airob)

martes, 11 de septiembre de 2018

Rusia Imperial: La conquista de Asia Central (4/4)

La conquista rusa de Asia Central


El gran juego

El gran juego [11] se refiere a los intentos británicos de bloquear la expansión rusa al sureste hacia la India. Aunque se habló mucho de una posible invasión rusa de la India y una serie de agentes y aventureros británicos penetraron Asia central, los británicos no hicieron nada serio para evitar la conquista rusa de Turquestán, con una excepción. Cada vez que los agentes rusos se acercaban a Afganistán reaccionaban con mucha fuerza, viendo a Afganistán como un estado de amortiguación necesario para la defensa de la India. Esta sección vuelve a contar las partes del Gran Juego que son directamente relevantes para el presente artículo.

Una invasión rusa de la India parece improbable, pero varios escritores británicos consideraron cómo se podría hacer. Cuando se sabía poco sobre la geografía, se pensó que podían llegar a Khiva y navegar hasta Oxus hasta Afganistán. De manera más realista, podrían obtener apoyo persa y cruzar el norte de Persia. Una vez en Afganistán, aumentarían sus ejércitos con ofertas de botín e invadirían la India. Alternativamente, podrían invadir India y provocar una rebelión nativa. El objetivo probablemente no sea la conquista de la India, sino presionar a los británicos, mientras que Rusia hizo algo más importante, como tomar Constantinopla.

En 1801 se habló poco de una invasión franco-rusa conjunta de la India. Durante la guerra ruso-persa (1804-13), tanto los agentes británicos como los franceses estaban activos en Persia, y sus objetivos variaban según el poder que se aliara con Rusia en ese momento. En 1810 Charles Christie y Henry Pottinger cruzaron el oeste de Afganistán y el este de Persia. Christie fue asesinada en 1812 apoyando a los persas en la Batalla de Aslanduz. En 1819 Muraviev llegó a Khiva. Una misión rusa llegó a Bokhara en 1820. En 1825 Moorcroft llegó a Bukhara. En 1830, Arthur Conolly intentó llegar a Khiva desde Persia, pero los bandidos lo rechazaron y continuaron hasta Herat y la India británica. En 1832 Alexander Burnes llegó a Bokhara.


El ejército británico entrando en Kandahar en 1839

El período de 1837 a 1842 fue especialmente activo. En 1839, en el momento del ataque fallido de Perovsky contra Khiva, Abbot fue a Khiva para negociar la liberación de los esclavos rusos detenidos allí a fin de eliminar un pretexto para la invasión. El fallo. El año siguiente, Richmond Shakespear fue tras él, tuvo éxito y llevó 416 esclavos rusos al Caspio. En 1837, Jan Prosper Witkiewicz llegó a Kabul. En 1838 Persia sitió a Herat, con agentes británicos y rusos apoyando a los dos bandos. Brittan terminó el sitio ocupando una isla persa. En 1838, Charles Stoddart fue a Bokhara y fue arrestado. En 1841, Arthur Conolly fue a asegurar su liberación y ambos fueron ejecutados en 1842. Durante la Primera Guerra Anglo-Afgana (1839-42) Brittan invadió Afganistán, fue expulsado, re-invadido y se retiró.

Los británicos tomaron Sindh en 1843 y Punjab en 1849, ganando así el río Indo y una frontera con Afganistán. La Guerra de Crimea ocurrió en 1853-56. Un segundo ataque persa contra Herat condujo a la Guerra anglo-persa de 1856-57. El motín indio ocurrió en 1857-58. Esto fue sobre el tiempo en que Rusia estaba construyendo fuertes al este del Mar de Aral (1847-53). La captura rusa de Tashkent (1865) y Samarcanda (1868) no produjo respuesta británica.

En 1875, después de la conquista de Khiva, Frederick Gustavus Burnaby cabalgó de Orenburg a Khiva, un evento que solo fue importante debido a su libro ampliamente leído. Las intrigas de Kaufman en Kabul provocaron la Segunda Guerra Anglo-Afgana de 1878-80. Durante la segunda batalla de Geok Tepe, el coronel Charles Stewart estaba en el lado sur de la montaña haciendo algo que nunca se ha aclarado.

En el lado chino de las montañas, una línea de pasos que correspondía a la carretera de Karakoram proporcionaba una ruta comercial y peregrina desde la cuenca de Tarim a la India. No estaba claro si esto podría ser utilizado por un ejército. En la época de Yakub Beg, agentes rusos y británicos estaban activos en su corte. Varios indios del servicio británico mapearon el área alrededor del Pamir. La expansión rusa en el Pamir provocó que los británicos se movieran hacia el norte y obtuvieran el control de lugares como Hunza y Chitral.

El Gran Juego llegó a su fin con la demarcación de la frontera septentrional afgana en 1886 y 1893 y la Entente anglo-rusa de 1907.


Referencias y notas

  1.  Yuri Bregel, An Historical Atlas of Central Asia, 2003 
  2. Francis Henry Skrine, The Heart of Asia, circa 1900 (good short introduction)
  3. "An Indian Officer", Russia's March towards India, 2 volumes, 1894
  4. No hay un libro moderno sobre la conquista rusa de Asia Central y el viejo libro del Oficial Indio parece ser el mejor. Este artículo es en gran parte un resumen del oficial indio. Las mejores fuentes de detalles se indican en las notas a pie de página o en los artículos vinculados.

Notas

  1. Mark Mancall, ‘Russia and China: Their Diplomatic Relations to 1728”, 1971, es la mejor fuente para esta área, pero sus fechas para la primera expedición de Bukhholts en las páginas 211-212 son contradictorias.
  2. El relato más completo es de Valikhanov et al. "The Russians in Central Asia", 1865, chapters viii-x
  3. Dates for Kopal through Aulie-Ata are from Bregel's Atlas and other sources, Indian Officer's dates seem off by a year or two.
  4. Indian Officer puts this as two years before the foundation of Vernoye which he misdates to 1855, so 1852 is probably correct
  5. for Chernyaev see David MacKenzie. The Lion of Tashkent: The Career of General M. G. Cherniaev, 1974 and also Serbian-Turkish Wars (1876-1878) 
  6. location uncertain, possibly the modern Zhilek.
  7. De acuerdo a Bregel, p+agina 64, cerca de Kattakurgan, Uzbekistan cerca de mitad de camino entre Jizzakh y Bokhara. De acuerdo a Skrine, kindle@2675, "Irjai" entre Jizzakh y Kojend.
  8. Aparentemente Istaravshan cerca de 20 millas al sur del punto medio de la línea de 100 millas entre Jizzakh y Kojent. 
  9. Shahrisabz, Katti-Kurgan, Hussein Bek of Urgut, Omar Bek of Chilek, Jura Bek, Baba Bek and others.
  10. los mejores relatos son probablemente los de Robert Middleton y Huw Thomas, “Tajikistan and the High Pamirs”, Odyssey Books, 2008
  11. fuente de esta sección es Peter Hopkirk, “The Great Game”, 1990

lunes, 10 de septiembre de 2018

Biografía: General Ángel Pacheco (EA)

Angel Pacheco



Revisionistas




General Angel Pacheco (1795-1869)

Nació en Buenos Aires el 14 de julio de 1795, siendo sus padres José Pacheco Gómez Negrete, español, y Teresa Concha Darregrande. Antes de cumplir los 16 años, y después de haber cursado estudios de filosofía en el colegio de San Carlos, el 10 de abril de 1811, se incorporó como cadete al Regimiento de Milicias “Patricios de Buenos Aires”, pasando con esta jerarquía al Regimiento de Granaderos a Caballo, el 22 de noviembre de 1812, siendo promovido poco después a porta-estandarte del afamado cuerpo, en la 2ª Compañía del 1er Escuadrón.

Marchó con el coronel San Martín a la corta campaña siguiendo la margen derecha del río Paraná, para repeler los desembarcos que efectuaban los españoles con el objeto de hostilizar las poblaciones y de recoger ganados para los defensores de Montevideo; en esta oportunidad, el porta-estandarte Angel Pacheco, recibió la misión de su jefe, de actuar como escucha desde Rosario, y en el desempeño de esta tarea pasó todo el día 2 de febrero de 1813 tendido sobre la barranca del río, observando con su anteojo a los buques que pasaban pudiendo así contar la gente que transportaban como también las que desembarcaron frente a la isla situada frente a Rosario, donde los españoles practicaron algunos ejercicios y completaron su dotación de armamento y equipo para el desembarco que debían efectuar al día siguiente. El sagaz porta-estandarte se apresuró a comunicar a su Jefe lo que había observado, y por su digno comportamiento en el combate de San Lorenzo, fue ascendido a alférez de la 2ª Compañía del 1er Escuadrón el 26 de febrero de1813.

Después de esta acción, Pacheco quedó en aquel pueblo a cargo de los heridos que se asistieron en el convento de “San Carlos”, y con un piquete de 40 hombres estuvo encargado de custodiar la costa, teniendo oportunidad, el 23 de agosto del mismo año de rechazar un fuerte desembarco de marinos realistas, en Las Palmas, cerca de Zárate no obstante la superioridad numérica de éstos, obligándolos a abandonar al comandante militar de este último punto, José Antonio Ramírez, al que perseguían conjuntamente con los 16 milicianos que le acompañaban. Los españoles tuvieron aluna pérdida en el rechazo y Pacheco tuvo herido el caballo que montaba.

En el mes de noviembre marchó con los escuadrones de Granaderos a Caballos que fueron enviados al Ejército del Norte, siendo promovido a teniente de la 2ª Compañía del 1er Escuadrón, con fecha 4 de diciembre 1813. Se halló en una fuerte guerrilla en la provincia de Salta, a las órdenes del coronel Manuel Dorrego, que con una división cubría la retirada del Ejército derrotado en Vilcapugio y Ayohuma. En la “Cuesta Nueva”, se batió en 1814 contra una división realista mandada por el coronel Marquiegui estando Pacheco destacado en Concha (Salto), con su compañía. En una sorpresa de consideración en Mojo, el mismo año, a las órdenes del teniente Mariano Necochea, le mataron el caballo. Se encontró también en la sorpresa la 1ª División del Ejército Real en Abrapampa o Puesto del Marqués, el 17 de abril de 1815, bajo el superior comando del general Fernández de la Cruz.

Asistió al combate de Venta y Media, el 20 de octubre del mismo año, bajo la dirección del brigadier Martín Rodríguez; así como en la acción general de Sipe-Sipe, el 29 de noviembre de igual año, a las órdenes del general José Rondeau, batalla esta última en la cual Pacheco recibió una gran herida de bala en un brazo. Había ascendido a ayudante mayor el 8 de octubre de 1815.

Se halló así herido en la derrota que sufrió nuestro Ejército en los “Altos de San Lorenzo”, provincia de Salta continuando la retirada hasta Lules, en la de Tucumán, desde donde los dos escuadrones de Granaderos a Caballo, en setiembre de 1816, marcharon por La Rioja, a la ciudad de Mendoza, para incorporarse a las fuerzas que organizaba el general San Martín para emprender la campaña restauradora de Chile. En ella iba a tomar parte el ayudante Pacheco.

Iniciado el pasaje de la Cordillera, aquél formó parte de la Escolta del general José de San Martín, la que estaba mandada por el comandante Mariano Necochea, el cual adelantándose al grueso del Ejército que marchaba a las órdenes del general Soler, tuvo un encuentro con los realistas, el 7 de febrero de 1817, en las inmediaciones de las Coimas acción en la cual el ayudante Pacheco mandó la derecha de la fuerza de Necochea, arrollando la línea de tiradores enemigos con una carga furiosa. Por su conducta valerosa mereció figurar elogiosamente en el parte del combate, elevado conjuntamente con el de Chacabuco, por el general San Martín; figurando igualmente en el parte de esta última batalla, en la que se comportó con tanta distinción, que para premiarlo, el General vencedor lo mandó a Buenos Aires conduciendo la bandera del Regimiento de Talavera y el estandarte de Dragones de Chile, conjuntamente con otros dos trofeos y el parte de la acción, los que puso en manos del Director Supremo del Estado, general Pueyrredón. San Martín lo había promovido a capitán de la 1ª Compañía de Cazadores a Caballo, con fecha 27 de febrero de 1817 cuyos despachos se le extendieron el 24 de marzo del mismo. Pacheco, que había partido de Santiago de Chile con los trofeos, el 22 de este último mes, llegó a Buenos Aires el 9 de marzo y al día siguiente, Pueyrredón le otorgó el grado de sargento mayor.

De regreso a Chile, Pacheco se incorporó a su cuerpo, que continuaba a las órdenes de Necochea. Marchó a la campaña de Talcahuano, asistiendo al combate de Carapangue, el 26 y el 27 de mayo de 1817 y toma de los fuertes de Arauco. Se batió con denuedo en la sorpresa de Cancha Rayada, el 19 de marzo de 1818. En la retirada que tuvo lugar después de esta desgraciada jornada, salvó con su escuadrón los depósitos que habían quedado abandonados en San Carlos, y de los que se habían apoderado los enemigos ese mismo día. Presentado al general San Martín con lo que había salvado, éste le aumentó el escuadrón y le ordenó cubrir la retirada del ejército, lo que efectuó hasta el Río de Maipú, en donde recibió orden de reunirse al ejército el día antes de la batalla de este último nombre.

En el desempeño de su cometido tuvo un encuentro sobre el río de Rancagua, contra 3 escuadrones de cazadores “Dragones del Rey”, que batió haciéndolos retroceder, persiguiéndoles hasta la “Hacienda de la Compañía”. Se halló en la mencionada batalla de Maipú, el 5 de abril del mismo año, siendo el capitán Pacheco encargado de perseguir al general Osorio, con 40 Cazadores a Caballo, aunque sin lograr darle alcance. Por su comportamiento en esta campaña, San Martín lo promovió a sargento mayor efectivo; lo que fue confirmado por el Director Pueyrredón por despachos extendidos el 13 de mayo, con antigüedad del 15 de abril; recibiendo, igualmente, un cordón de oro y medalla del mismo metal acordado por el Gobierno de las provincias Unidas, y otra medalla otorgada por el de Chile.

Pacheco continuó `prestando servicios en la campaña del Sud de Chile, al mando inmediato del coronel Manuel de Escalada, y el 24 de diciembre de 1818 se halló en un combate en las inmediaciones del río Ñuble, mereciendo ser elogiado en el parte por su comportamiento. Se encontró en la derrota del ejército español en el Bío-Bío, el 19 de enero de 1819, cuyos restos persiguió con su escuadrón hasta bien adentro del territorio de Arauco, habiendo tomado algunos jefes, oficiales y tropa, prisioneros, y sosteniendo varias escaramuzas con los indios que le eran adictos. El 4 de junio del mismo año obtuvo su retiro a inválidos y regresó a Buenos Aires.

Fue uno de los firmantes del famoso manifiesto del general Soler al Cabildo de Buenos Aires, el 10 de febrero de 1820. El 2 de junio de aquel año fue llamado al servicio, e hizo la campaña al Norte, a las órdenes del coronel Manuel Dorrego, y al mando de un Regimiento de Lanceros, compuesto de varios piquetes de otros cuerpos, se halló en la acción de San Nicolás de los Arroyos, el 2 de agosto, contra las fuerzas anarquistas acaudilladas por Alvear, y Carrera. Igualmente se encontró en la del Arroyo Pavón, el 12 del mismo mes, contra los santafecinos de Estanislao López. Se batió en el Gamonal, el 2 de setiembre, jornada en la que fueron batidas las tropas porteñas; y también en un encuentro en las chacras del Mayor, el día 12 de este último mes. Cuando se produjo el motín del coronel Pagola, el 1º de octubre, desconociendo la autoridad del gobernador Rodríguez, Pacheco se halló entre los amotinados y fue quien impuso a Dorrego de aquellos sucesos al llegar a Luján. Después de estos acontecimientos quedó encargado del Departamento del Norte de la provincia, siempre al mando del Regimiento de Lanceros. Por haberse inutilizado por heridas recibidas en función de guerra se hallaba “retirado a dispersos” en el tiempo de la reforma. El 29 de octubre de 1822 se informó que le correspondía estar incluido en el Art. 20 de la Ley de reforma, que se le concedió (1).

El estallido de la Guerra del Brasil iba a permitir recoger nuevos laureles a este distinguido Jefe, siendo promovido a teniente coronel del 3º de Caballería “siendo sargento mayor reformado” el 20 de marzo de 1826, y al organizarse el Ejército Republicano, fue designado 2do Jefe del Regimiento Nº 3 de Caballería de Línea, llamado “Coraceros de Caballería”, cuerpo del cual pronto fue su jefe interino, asistiendo en este carácter a la batalla de Ituzaingó, el 20 de febrero de 1827, en la cual se le dio sobre el mismo campo de la acción el comando de la 1ra División de Caballería de Línea por haber caído herido de muerte, el titular, coronel Brandsen. Por su participación en esta victoria, recibió un cordón de plata con gavetes de oro, pendiente del cuello y un escudo del mismo metal en el brazo izquierdo.

Se hallo también en el combate de Camacuá, el 23 de abril del mismo año 1927, al frente de su División. En el Yaguarón, el 1º de junio, mandando la vanguardia de ejército, en cuya marcha hasta la sierra de Aceguá, en que se reunió al Ejército, tuvo que sostener día a día, fuertes encuentros con los enemigos. En el reconocimiento de los potreros del Padre Filiberto o “Casa Blanca”, en que su División se encontró con todo el ejército enemigo, el 22 de febrero de 1828. Hizo la difícil y peligrosa expedición al territorio enemigo, emprendida en este mes, en la que sostuvo varios encuentros y dispersó un regimiento que procedente de Misiones, marchaba para reforzar las fuerzas imperiales, tomándole muchos prisioneros y 5.500 caballos que remitió en varias remesas al Ejército Republicano, habiendo sido éste el principal objeto de esta expedición por la absoluta necesidad que tenían de ellos las tropas montadas. Se halló en el combate de Las Cañas, el 15 de abril de igual año, a las órdenes superiores del general Julián Laguna. El 1º de mayo de 1827 recibió los despachos de coronel efectivo.

Terminada aquella campaña regresó a Buenos Aires en octubre de 1828, ordenándosele marchara a tomar el mando de las fuerzas del Norte de la provincia de Buenos Aires. Conocida es su actuación en los sucesos que inmediatamente siguieron al motín del 1º de diciembre; el gobernador Dorrego trató de buscar amparo en el Regimiento de Húsares Nº 5, que se encontraba en Areco bajo el mando del coronel Pacheco, pero los comandantes Escribano y Acha se rebelaron contra el último y redujeron a prisión al gobernador Dorrego. Según afirmaciones hechas por el propio Pacheco días después, en un comunicado, desmintieron un párrafo del diario “El Tiempo” sobre la prisión de aquél, la captura del gobernador fue realizada por Escribano valiéndose de una torpe perfidia. Pacheco fue también arrestado en estas circunstancias pero quedó en libertad una vez que se hubo marchado Dorrego con sus aprehensores, quedando autorizado para marcharse a Buenos Aires o quedarse en Areco, si así lo deseaba.

El mes anterior al de estos sucesos, Pacheco realizó una expedición sobre los indios, al mando de una división compuesta de los regimientos: Nº 4 de Milicias, Nº 5 de Línea (Húsares), un escuadrón del 6º y una fuerza de 600 santafecinos; con la cual marchó hasta la costa del Salado, de donde regresó por orden que recibió del Superior Gobierno.

Como consecuencia de la publicación mencionada hecha por Pacheco después del fusilamiento de Dorrego, el primero fue puesto a bordo de un buque de guerra por resolución del Ministro General José Miguel Díaz Vélez, embarcándolo en el bergantín “Balcarce”, donde permaneció detenido un tiempo breve. El 27 de diciembre de 1828 pasó a revistar en la Plana Mayor del Ejército. Caído el gobierno de Lavalle, el coronel Pacheco fue nombrado el 7 de setiembre de 1829 Comandante en Jefe del Departamento Norte.

El 26 de setiembre de 1829, el coronel Angel Pacheco con 70 coraceros sorprendió a los indios en las inmediaciones de la Guardia de Rojas, quitándoles las haciendas que habían robado. El 10 de abril de 1830, al mando de las fuerzas del Departamento a sus órdenes (2), destrozó a los indios en el Salado, los que en gran número habían invadido la frontera, quitándoles las haciendas que llevaban y hasta sus propias caballadas, por lo que el Superior Gobierno le concedió una medalla de oro con el lema de su nombre y apellido. En esta acción recibió una contusión.

Formó parte del Ejército Confederado que, a las órdenes del general Estanislao López, invadió la provincia de Córdoba para destruir el poder del general Paz, y Pacheco, en su calidad de jefe de la vanguardia de aquél, derrotó en el Fraile Muerto, el 5 de febrero de 1831, a la vanguardia enemiga a las órdenes del coronel Pedernera, quedando un batallón entero entre los prisioneros tomados al enemigo. Por sus merecimientos en esta campaña fue promovido a coronel mayor el 13 de diciembre de 1831, no obstante lo cual, Pacheco siguió revistando en la Comandancia del Departamento Norte; y a pesar de esto, desde enero de 1830 figuro en la P. M. I. con la nota “Empleado en el Norte” hasta mayo de 1831, en que deja de revistar.

En la campaña al Desierto, en 1833, bajo el comando superior del general Juan Manuel de Rosas, el general Pacheco fue el 2do Jefe del ejército y estuvo a sus órdenes la vanguardia del mismo. Al llegar la División Izquierda al arroyo Napostá, el 25 de abril, permaneció allí cinco días, siguiendo su marcha recién el 1º de mayo, con rumbo al Sud, dejando Bahía Blanca a la izquierda. Una legua más afuera, Rosas destacó una división de 800 hombres al mando de Pacheco, para que remontase el Río Negro, mientras que él con el grueso de las fuerzas, siguió por la margen interior del Sauce Chico, hasta unas cinco leguas, donde acampó. El 10 de mayo, Pacheco ocupaba el Río Negro, haciendo pasar dos escuadrones a la margen opuesta, bajo el mando de los comandantes Hilario Lagos y Francisco Sosa. Pacheco remontó el río hasta cerca de Choele-Choel y el día 26 de mayo lanzó a los dos comandantes citados sobre la tribu del famoso cacique Payllaren, la que fue destruida por aquéllos, matando al propio Cacique y a casi todos los indios de pelea, y tomando prisioneras a casi todas las familias salvajes. En los primeros días de julio, Pacheco llegaba a Choele-Choel, que fue tomada por éste, después de acuchillar a todos los indios que se hallaban en la isla. Esta fue recorrida en toda su extensión, después de ser ocupada el día 3 del mismo mes, la isla principal, y dejando fuerza suficiente como guarnición en ésta última. Pacheco fue a acampar con el resto de su fuerza en la rinconada de los Malchaquies, mientras que sus subordinados, los comandantes Sosa y Lagos, se arrojaban vigorosamente contra los caciques Chocory (que murió en la acción), y Pitrioloncoy, que fue destruido completamente y tomado prisionero por Lagos. Ocho caciques fueron muertos y siete prisioneros, en esta campaña; 2.000 personas de ambos sexos tomadas en sus tolderías, y como 300 cautivas cristianas libertadas. Pacheco recibió una medalla de oro por su actuación en la misma.

El general Pacheco prosiguió su avance hasta la confluencia de los ríos Limay y Neuquén, los que forman el río Negro y de allí regresó a incorporarse a Rosas. Pacheco estuvo un año operando desde el río Colorado hasta el de Balchitas al S. del rio Negro, regresando a principios de 1834 (3). Al año siguiente ocupaba una banca en la Legislatura que votó la suma del poder público a Rosas, después de haber sido elegido Pacheco gobernador el 25 de setiembre de 1834, puesto que no aceptó. En 1839 ante el peligro del movimiento subversivo de aquel año, Pacheco fue designado por Rosas para ocupar el comando militar al Norte de la provincia de Buenos Aires. Cuando el general Lavalle desembarcó en San Pedro, el 5 de agosto de 1840, lo hizo frente al ejército de Pacheco, quien se apresuró a comunicar a Rosas la aproximación del enemigo. En la noche del 6, atacó a Lavalle con 1.500 hombres, pero malas disposiciones tácticas tomadas por Pacheco, representó para éste su ataque un verdadero peligro; la retirada de su enemigo, lo salvó de la situación difícil. Tal fue el combate de la Cañada de la Paja.

Lavalle avanzó hasta Merlo, lo que hizo poner sobre el disparador de sus armas a todos los soldados rosistas que se encontraban en la provincia de Buenos Aires; pero al retirarse Lavalle para el Norte, lo siguió Pacheco con su fuerza, quien fue puesto por Rosas bajo el mando superior de general Manuel Oribe. Pacheco pasó a operar sobre La Rioja y Catamarca, mientras otras divisiones federales operaban sobre otras provincias. En San Calá, el 8 de enero de 1841, el general Pacheco deshacía completamente la división unitaria del coronel José María Vilela, compuesta por unos 1.000 hombres. Un mes y medio antes, en la batalla de Quebracho Herrado, Pacheco había mandado la derecha de la línea de combate de Oribe.

Cuando a mediados de junio de1841, el general Lamadrid avanzó desde Catamarca para dirigirse a La Rioja, el general Oribe destacó a Pacheco, con una división de 2.000 hombres de tropas escogidas, para que realizara la campaña de Cuyo, mientras él marchó a Tucumán. Pacheco se dedicó a buscar a Lamadrid para batirlo. En el curso de aquellas operaciones se produjo el triunfo del general Acha en Angaco, donde el 16 de agosto, derrotó con 600 hombres a los 2.200 del general José Aldao; pero a su vez Acha fue vencido y tomado prisionero dos días después, en los arrabales de la ciudad de San Juan. Acha fue fusilado el 16 de setiembre de 1841 por orden del general Pacheco, y luego decapitado, siendo su cabeza expuesta en el Paso de la Cabra. Sin embargo documentos publicados por el Dr. Vicente Quesada en la Revista Nacional, hacen caer íntegramente la responsabilidad de este ajusticiamiento en el general José Félix Aldao.

Con posterioridad el general Pacheco penetró en la provincia de Mendoza en persecución de Lamadrid. El 22 de setiembre se encontraba en El Retamo, dístante doce leguas de la ciudad de Mendoza, y el 24 ambos ejércitos combatían en el Rodeo del Medio, siendo Lamadrid completamente derrotado, viéndose obligado a internarse en la cordillera y emigrar a Chile.

Vencido los unitarios en el interior de la República, los ejércitos federales vencedores retrocedieron hacia el Sur. Oribe cayó sobre la provincia de Santa Fe, dominándola, y ya unido a él el general Pacheco, penetró en la de Entre Ríos, donde el 6 de diciembre de 1842 se producía la sangrienta batalla del Arroyo Grande, en la cual el centro de Oribe estuvo bajo el mando del general Angel Pacheco. Fructuoso Rivera, destruido su ejército, buscó la salvación en la fuga.

Los vencedores atravesaron el río Uruguay a fines de diciembre y el 16 de febrero de 1843 se iniciaba el largo asedio de Montevideo. Pacheco mandó allí una parte de las fuerzas de Oribe y se batió en numerosas acciones contra los sitiados, especialmente, en las del 28 de marzo de 1844, en la que perdió la vida el general Angel María Núñez; en la salida general efectuada por los sitiados el 24 de abril del mismo año, en la cual Pacheco mandó las fuerzas que combatieron en las proximidades del Cerro, pues aquel general estaba a cargo de las tropas que sitiaban aquella fortaleza.

En 1845 el general Pacheco era jefe accidental de la Frontera del Centro con asiento de comando en Luján, y en los dos años siguientes organizó algunos cuerpos y estableció los fuertes de Bragado y Mulitas (hoy 25 de Mayo), realizando también dos expediciones contra los indios.

Posteriormente regresó a Buenos Aires, ciudad que lo eligió diputado a la Legislatura en 1850, y donde se encontraba en 1851 cuando el general Urquiza se levantó en armas contra Juan Manuel de Rosas; y en esta circunstancia, Pacheco se apresuró a renovar su adhesión a Rosas. Nombrado comandante en jefe de los ejércitos federales que debían afrontar al ejército aliado que mandaba Urquiza, Pacheco procedió con una inexplicable y extraordinaria lentitud, haciendo sospechosa su conducta a los demás jefes rosistas. El 26 de enero de 1852 abandonó la Guardia de Luján, que Pacheco cubría con 2.000 hombres, ante el avance del Ejército Aliado. Cuando se produjo el 31 de enero el encuentro en los Campos de Alvarez, el jefe que allí combatió, coronel Hilario Lagos, creyó encontrar apoyo de Pacheco en el Puente de Márquez, pero no fue así, pues había hecho retirar todas las fuerzas, habiendo vadeado el río de las Conchas el día anterior. El 1º de febrero Pacheco presentó su renuncia del mando en jefe, la que no le fue aceptada.

En la tarde del mismo día llegó aquél a Santos Lugares, donde estaba Rosas. “Reyes fue a anunciarlo –dice Adolfo Saldías-, y se volvió a conversar con el coronel Bustos. No habían pasado cinco minutos cuando con asombro estos jefes vieron salir de las habitaciones de Rosas al general Pacheco, cabizbajo, que pasó sin saludarlos, montó a caballo y se dirigió a la chacra de Witt, donde permaneció mientras se llevaban a cabo los hechos de armas”. Afirman personas bien informadas, que el general Urquiza había logrado que entrara la desconfianza en Rosas con respecto a Pacheco, haciendo que tropas rosistas capturaran un supuesto mensaje del primero al último según el cual estaría en connivencia con los invasores. Después de la batalla de Caseros, el general Pacheco regresó a Buenos Aires.

Cuando estalló la revolución del 11 de setiembre de 1852, el general Pacheco se incorporó al partido de Buenos Aires. El día 20 de aquel mismo mes fue nombrado Inspector y Comandante General de Armas de esta Provincia, con antigüedad del 12 de setiembre. El 7 de diciembre de igual año fue designado Ministro de Guerra y Marina, pero habiendo renunciado Pacheco a este cargo, el Gobierno, con fecha 9, aceptó su dimisión, designándolo general en Jefe de las fuerzas de la Capital, transfiriéndole todas las facultades que las Cámaras le habían concedido. El día 27 del mismo mes fue nuevamente nombrado Ministro de Guerra, puesto que desempeñó hasta el 7 de febrero de 1853, en que fue reemplazado por el coronel Pedro José Díaz.

En el comando del Ejército de la Capital, el general Pacheco organizó las fuerzas para la defensa de la ciudad, sitiada por las tropas al mando de los coroneles Hilario Lagos y Cayetano Laprida. Personalmente dirigió algunas salidas contra los sitiadores, siendo herido de bala en un brazo en la efectuada hasta San José de Flores, el 21 de enero de 1853, en la cual no obstante esta contrariedad, tuvo un éxito completo. Aún no curado de esta herida, el día 30 del mismo mes, el Gobierno le nombró Enviado Extraordinario en misión especial cerca de S. M. el Emperador del Brasil. En la defensa de Buenos Aires, Pacheco se halló, además, en los encuentros del 25 de diciembre y del 1º de enero contra los sitiadores.

La Cámara de Representantes de Buenos Aires, por ley de 25 de setiembre de 1834, como se ha dicho más arriba, nombró a Pacheco gobernador de la Provincia, conforme a lo establecido en la ley del 23 de diciembre de 1823. El Ministro de Gobierno se apersonó a Pacheco para comunicarle que debía prestar el juramento reglamentario el día 4 de octubre; persuadido el interesado de que su nombramiento tendría un fin análogo al del general Juan Ramón Balcarce, declinó el honor que se le discernía, evitando de este modo que el país se viera impuesto en una guerra civil.

A raíz de su victoria sobre Lamadrid en el Rodeo del Medio, la Legislatura de San Juan, por ley del 18 de octubre de 1841, confirió a Pacheco el grado de brigadier general de la Provincia, “en testimonio de la gratitud de ella por los eminentes servicios prestados a la Patria”.

El general Pacheco falleció en Buenos Aires el 28 de setiembre de 1869. Contrajo matrimonio en esta ciudad el 1º de octubre de 1822 con María Dolores Reinoso Más de Sexar, natural de Santa María de Palos, España; nacida el 9 de setiembre de 1801 y fallecida el 17 de agosto de 1883; hija de Domingo de Reinoso Roldán y de Agueda Más de Sexas y Gutiérrez.

Referencias

(1) El 28 de octubre de 1824 solicitó Pacheco 2 cañones de a 6 “con todos los aparejos necesarios para su servicio, 16 tiros del mismo calibre a metralla y 4 id. de bala rasa para ponerse en defensa de las incursiones de los bárbaros”, en una población que poseía en el partido de Navarro; lo que se le concedió el día 29 del mismo mes por el término de 8 meses.
(2) Departamento del Norte (entre Arrecifes y Arroyo del Medio) compuesto por los partidos de: San Nicolás, San Pedro, Baradero, Fortín de Areco, Arrecifes, Salto, Pergamino y Rojas.
(3) El general Pacheco llegó por el Neuquén hasta más o menos los 10º de latitud S. y los 11º de longitud occidental del meridiano de Buenos Aires.

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar
Yaben, Jacinto R. º Biografías Argentinas y Sudamericanas – Buenos Aires (1939)

domingo, 9 de septiembre de 2018

Guerra del Paraguay: Lo absurdo y costoso, todo en un conflicto


La Guerra del Paraguay fue el conflicto más tonto y costoso que jamás haya experimentado América

Dejó una nación próspera en ruinas


Darien Cavanaugh |  War is Boring




La guerra paraguaya, a veces referida por los sudamericanos como la Guerra de la Triple Alianza o la Gran Guerra, enfrentó a los ejércitos de Paraguay con los de Argentina, Brasil y Uruguay. Fue una competencia increíblemente desequilibrada. Paraguay tenía una población de aproximadamente 500,000 personas, mientras que Brasil era hogar de 9 millones, Argentina dos millones y Uruguay 250,000.

Durante seis años, desde 1864 hasta 1870, Paraguay permaneció aislado y bajo asedio mientras luchaba contra una alianza mucho más grande y mejor equipada.

Incluso en lo que respecta a las guerras, fue un asunto extraño en muchos aspectos. Hubo rumores de intrigas que involucraron a una amante extranjera, caballerías armadas con lanzas de bambú enfrentadas contra batallones de fusileros, uno de los presidentes menos recordados de los Estados Unidos se convirtió en héroe nacional en otro país, y el beligerante sufrió una de las tasas más altas de bajas de cualquier guerra moderna.

Tal vez el aspecto más extraño de la guerra es el hecho de que el presidente paraguayo Francisco Solano López fue el instigador, y que la Argentina no tenía ningún interés en involucrarse hasta que Solano López los arrastró al lado de sus enemigos.

Solano López llegó al poder tras la muerte de su padre, Carlos Antonio López, en 1862. Aunque ambos hombres fueron elegidos para servir en el Congreso paraguayo, James Schofield Saeger sugiere en Francisco Solano López y la Ruina de Paraguay: Honor y Egocentrismo que ellos gobernó como dictadores benevolentes que ejercen un control estricto del gobierno, el ejército y las finanzas del país.

Durante el reinado de su padre, Solano López se había desempeñado como vicepresidente, ministro de la guerra y enviado a Europa durante la presidencia de su padre. En Europa observó la Guerra de Crimea de primera mano y asistió a la École spéciale militaire de Saint-Cyr. Su conocimiento de la guerra inspiró a Napoleón III a nombrarlo Comandante de la Orden de la Legión de Honor.

Las experiencias de Solano López en Europa avivaron una creciente obsesión con Napoleón Bonaparte. Comenzó a entretener sueños de convertirse en algo así como un "Napoleón de Sudamérica". Con estas ambiciones en mente, compró suficientes rifles y suficientes pedernales de hierro liso de fuentes europeas para abastecer a "una gran fuerza militar". También aseguró la compra del buque de guerra Tacuari de un astillero de Inglaterra, enviando el barco y las armas de fuego a casa para el ejército paraguayo.

Solano López también conoció a Eliza Lynch, una cortesana irlandesa, mientras estaba en Europa. Ella finalmente regresó a Paraguay con él. Tuvieron seis hijos juntos y ella, en gran medida, sirvió como primera dama durante el gobierno de Solano López a pesar de que los dos nunca se casaron. Hubo rumores de que ella alentó aún más el militarismo de Solano López.

Por el Solano López llegó al poder, Paraguay fue considerado como un poder financiero y militar en la región. Argentina y Brasil eran mucho más grandes, tanto geográficamente como en términos de población, pero el ejército de Brasil era pequeño y notoriamente desorganizado, y Paraguay había derrotado a las fuerzas españolas con sede en Argentina para obtener su independencia 50 años antes.

Esto le dio a López una confianza considerable en la superioridad de su ejército, lo que indudablemente fortaleció su expansionismo latente. Cuando en 1864 Brasil comenzó a respaldar una revolución en el vecino Uruguay, un aliado de Paraguay, decidió salir en defensa del asediado gobierno uruguayo.

Como David F. Marley explica en Guerras de las Américas, Paraguay atacó primero, apoderándose del buque de vapor brasileño Marques de Olinda cuando se aproximaba a la capital de Paraguay, Asunción, el 13 de noviembre de 1864. Esta acción violó un tratado que permitía el paso seguro del comerciante y buques militares de los "estados fluviales" regionales, que incluían a Brasil, y efectivamente cortaron las rutas de suministro de los ríos brasileños en el sur.


Una fragata brasileña. Foto a través de Wikipedia

Solano López siguió la toma del Marqués de Olinda con una invasión del Mato Grosso de Brasil en diciembre, enviando a 6.000 soldados a la región. Los paraguayos se encontraron con una resistencia sorprendentemente fuerte de fuerzas mucho más pequeñas, pero aún así tomaron varias ciudades y fuertes.

Después de estas victorias, las cosas rápidamente empeoraron para Solano López y sus ejércitos.

Paraguay no pudo llegar convenientemente a ciertas áreas de Uruguay para reforzar las defensas de ese país sin pasar por Argentina. El problema era que Argentina no quería tener nada que ver con el conflicto y buscaba permanecer neutral.

Cuando el 14 de enero de 1865 el gobierno paraguayo envió una carta al gobierno argentino solicitando "el derecho de pasar pacíficamente por la Provincia de Corrientes" por "el ejército destinado a operar contra el Imperio de Brasil", se les dijo que no.

El presidente argentino Bartolomé Mitre negó la solicitud en una carta republicada en Revelations On The Paraguayan War, una colección de documentos contemporáneos. En la carta, argumentó que el paso por Argentina no era "necesario" porque "los beligerantes ya tienen una frontera extensa desde la cual pueden intercambiar hostilidades sin pasar por el territorio argentino".

"Esto lo ha hecho el gobierno de Paraguay, invadiendo y tomando parte del territorio brasileño de Matto-Grosso [sic]", agregó Mitre.

En febrero, más malas noticias llegaron cuando los rebeldes respaldados por Brasil en Uruguay obtuvieron el control del país. Esto efectivamente significaba que Paraguay ahora estaba luchando contra Brasil y Uruguay para restaurar el gobierno anterior de este último.

Por alguna razón, estos desarrollos no lograron disuadir a Solano López. Nuevamente demostrando su audacia, decidió enviar a su ejército marchando a través de Argentina de todos modos, y el 23 de marzo de 1865 el congreso paraguayo declaró la guerra a su vecino del sur por si acaso.

Las tropas paraguayas ingresaron a la provincia argentina de Corrientes el 13 de abril, tomando la ciudad homónima de la provincia y apoderándose de los buques de guerra 25 de Mayo y Gualeguay desde su puerto. A pesar de que Solano López resultó victorioso en estas escaramuzas iniciales con Argentina, el ataque fue un error militar colosal que le costaría caro.

El 1 de mayo de 1865, Argentina firmó el "Tratado de la Triple Alianza" con Uruguay y Brasil, y posteriormente declaró la guerra a Paraguay porque había "atacado traidoramente" a la nación neutral "por la fuerza de las armas ... matando a muchos hombres".

Esto marcó un cambio importante en la guerra. Salvaje en inferioridad numérica, casi completamente rodeado geográficamente y bloqueado por el río y el mar, Paraguay comenzó a perder batallas y también tuvo problemas para obtener suministros y equipos militares en el país. El 25 de mayo, las fuerzas de Solano López sufrieron su primera derrota significativa de la guerra cuando un contingente de 5,200 brasileños y argentinos retomaron Corrientes de los 1,600 paraguayos guarnecidos allí.
Las vulnerabilidades de la armada paraguaya pronto se volvieron obvias también. Como explica Jerry W. Cooney en un ensayo en I Die with My Country: Perspectives on the Paraguayan War, 1864-1870, aparte del Tacuari y algunos barcos incautados de Argentina y Brasil en los primeros días del conflicto, el resto de Paraguay La flota consistía en ruedas de palas apresuradamente preparadas para el combate. Incluso el Tacuari, que era un buque de guerra avanzado cuando se lo compró una década antes, pero que permaneció sin blindar, se había retrasado con el avance naval y los acorazados se hicieron comunes.

En junio se hundieron tres vapores paraguayos, se capturaron seis helicópteros y el buque insignia Tacuari resultó gravemente dañado en la batalla naval de Riachuelo. Esto dificultó enormemente las capacidades de combate de la armada, especialmente cuando los acorazados brasileños como Río de Janeiro, Brasil y Silvado, este último acorazado fabricado en Francia, originalmente destinado a la venta a Paraguay, entraron en la refriega.

"Durante el resto de la guerra, la armada paraguaya actuó esencialmente como una flota de suministros, y en esa capacidad fue bastante útil", concluye irónicamente Cooney.


Tropas brasileñas en Nova Palmira. Foto a través de Wikipedia

La guerra se volvió cada vez más logística y tecnológicamente desequilibrada a medida que las armas, municiones, alimentos y suministros médicos se hicieron cada vez más difíciles de conseguir para el ejército paraguayo. Los pedernales paraguayos perdidos en la batalla fueron reemplazados por espadas y lanzas que enfrentaron rifles recién adquiridos por las fuerzas brasileñas y argentinas.

"[L] a Guerra Paraguaya (o Triple Alianza) no se parecía a nada que se haya visto en esa parte del mundo", escribe Thomas Whigham en La guerra paraguaya: causas y conducta temprana. "Presentó una sorprendente mezcla de lo moderno y lo antiguo, con buques de guerra acorazados y globos de observación que comparten el escenario con batallones de soldados descalzos llevando lanzas de bambú".

Para diciembre de 1864, 6.000 hombres paraguayos ya habían muerto en combate, otros 30.000 efectivos estaban estacionados en Cerro León, y otros 34.000 se estaban entrenando en bases y campamentos. Además de estos hombres, Solano López ya había pedido a las milicias que tomaran las armas y se dirigieran al frente. Esto significó que más de la mitad de la población adulta masculina de Paraguay se comprometió a luchar en la guerra, creando una increíble tensión social y económica en todo el país.

Ya sufriendo la derrota a manos de sus adversarios, los ejércitos de Solano López pronto sufrieron una amenaza igualmente grave a medida que la enfermedad arrasó con sus campamentos. Según Cooney, 50,000 soldados paraguayos habían muerto de viruela, escorbuto, edema y cólera a fines de 1867. En el punto álgido de un brote de cólera, 50 soldados al día estaban muriendo.
Solano López, respondiendo al empeoramiento de la crisis, amplió el reclutamiento, reduciendo la edad del deber militar requerido de 16 a 13, y abriendo sus filas a convictos y libertos, y ordenando el reclutamiento de esclavos privados y estatales. Los pocos hombres físicamente aptos que permanecieron en puestos gubernamentales y comerciales selectos fueron eventualmente llamados a combatir y reemplazados en sus capacidades civiles por aquellos que habían sido heridos de manera muy grave por continuar sirviendo.

Las poblaciones civiles restantes de pueblos enteros se alejaron más de los frentes, los edificios y los campos se quemaron para no dejar nada a los invasores. La inflación se disparó cuando el gobierno imprimió más billetes. El hambre y la pobreza se volvieron comunes ya que la mayoría de los alimentos básicos se enviaron al ejército.

A pesar del colapso casi total de su ejército y la infraestructura de su nación, Solano López todavía de alguna manera se consideraba un héroe conquistador. Para su cumpleaños en 1867, se encargó a sí mismo "una corona de hojas de laurel en oro", una réplica de la famosa que Napoleón usó en los retratos.

Su población también permaneció sorprendentemente leal a él, ya que dirigió personalmente lo que ahora equivalía a una campaña guerrillera contra sus enemigos hasta marzo de 1870. El primero de ese mes, las fuerzas brasileñas alcanzaron a Solano López y los restos andrajosos de su ejército en Cerro Corá a lo largo de la frontera Brasil-Paraguay. Mataron a la mayoría de sus soldados y oficiales restantes, así como a Vicepresidentes. Domingo Francisco Sánchez.

Heridos en la batalla, Solano López y algunos otros escaparon a las orillas del cercano río Aquidabán. Acorralado allí, sus perseguidores brasileños le ofrecieron la oportunidad de rendirse. Se negó y supuestamente acusó a los brasileños con su espada, gritando: "Me muero con mi país". Fue rápidamente asesinado, con algunos informes que dicen que recibió un disparo, pero otros dicen que fue asesinado a tiros.


Artillería uruguaya en la Batalla de Sauce en julio de 1866. Foto vía Wikipedia

El hijo de 16 años de Solano López también murió en la orilla del río cuando trataba de proteger a Lynch, su madre, de la ira de los brasileños. Lynch sobrevivió y supuestamente "enterró a su amante con sus propias manos" en una tumba en la jungla. Perdió su tierra y sus posesiones personales y se exilió en París, donde murió 16 años después, a la edad de 52 años. Aunque inicialmente fue vilipendiada tanto por los brasileños como por muchos paraguayos, ahora es considerada un héroe nacional.

La guerra resultó en más de 400,000 muertes, casi tres cuartas partes en el lado paraguayo. Eso representó aproximadamente el 60 por ciento de la población total del país. Las bajas fueron particularmente altas entre los hombres de Paraguay, y algunos historiadores estimaron que hasta el 90 por ciento de la población masculina adulta del país pereció.

La Triple Alianza estableció un triunvirato para gobernar Paraguay. Argentina inicialmente quería dividir el territorio de Paraguay entre sí y Brasil. Sin embargo, Brasil quería dejar a parte de Paraguay intacto como un amortiguador entre las dos naciones. Argentina eventualmente cedió en ese asunto, pero insistió en tomar la gran región del Gran Chaco de Paraguay.

Incapaz de llegar a un consenso sobre el asunto, Paraguay y Argentina pidieron a los Estados Unidos que medien. Pres. Rutherford B. Hayes se alió con Paraguay, dejando a Gran Choco como parte de ese país y convirtiéndose así, como Lynch, en otro héroe nacional poco probable allí. Uno de los estados geográficamente más grandes de Paraguay, el Departamento de Presidente Hayes, lleva su nombre, al igual que la capital de ese estado, Villa Hayes, y el equipo de fútbol Club Presidente Hayes con sede en Asunción.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Japón Imperial: La policía militarizada Kenpeitai


Kenpeitai



El Kenpeitai (憲兵隊 "Cuerpos de soldados de ley"?) era la rama de policía militar del Ejército Imperial Japonés desde 1881 hasta 1945. No era un servicio policial al estilo inglés, sino más bien una gendarmería al estilo francés o Guardia Civil Española. Por ello, si bien forma parte institucionalmente del Ejército Imperial Japonés, también cumplía las funciones de policía militar para la Armada Imperial Japonesa bajo la dirección del Ministro de Marina (aunque la Armada tenía su propia policía militar, la Tokeitai), tanto como policía judicial bajo la dirección del Ministerio del Interior, como policía judicial bajo la dirección del Ministerio de Justicia. Un miembro del cuerpo era denominado un kenpei.




Historia


El Kenpeitai fue establecido en 1881 por un decreto denominado Kenpei Jourei (憲兵条例?), literalmente "artículos referentes a gendarmes".2​ Su referente era la Gendarmerie Nationale de Francia. Los detalles de las funciones militares, ejecutivas y judiciales del Kenpeitai estaban definidas por el Kenpei Rei de 1898,3​ el cual posteriormente enmendado 26 veces antes de la derrota japonesa en agosto de 1945.

En 1907, se ordenó al Kenpeitai estacionarse en Corea.4​ Su deber principal en Corea estaba legalmente definido como la preservación de la paz (del ejército japonés) en Corea, aunque también funcionaba como una policía militar para el ejército japonés estacionado en Corea. Este estatus se mantuvo básicamente sin cambios después de la anexión de Corea por Japón en 1910.


Oficiales kenpei abordan un tren en 1935.


El Kenpeitai mantuvo el orden público al interior de Japón bajo la dirección del Ministerio del Interior y en los territorios ocupados bajo la dirección del Ministerio de Guerra. Asimismo, Japón tenía una fuerza de policía secreta civil, Tokko, que era el acrónimo japonés de Tokubetsu Kōtō Keisatsu ("Policía Especial Superior"). Tokko formaba parte del Ministerio del Interior; sin embargo, el Kenpeitai contaba también con una rama Tokko propia y a través de ella desempeñaba las funciones de una policía secreta. Como tal, el Kenpeitai asumió el poder de arrestar, a menudo sin garantía de ningún tipo, a aquellos que se presumía subversivos del orden público como los comunistas, liberales y pacifistas. A menudo el Kenpeitai no dudaba en torturar a aquellos que había arrestado, especialmente durante la década de 1930 y a principios de los 40s. Cuando el Kenpeitai arrestaba a un civil bajo la dirección del Ministerio de Justicia, la persona arrestada estaba normalmente sujeta a los procedimientos judiciales civiles. En la práctica, era muy difícil probar la inocencia una vez arrestado dado que Japón tenía muy poca protección de procedimiento contra las confesiones forzadas antes de 1948.

La brutalidad de Kenpeitai era particularmente notoria en Corea y los otros territorios ocupados. El Kenpeitai era aborrecido al interior de Japón, especialmente, durante la Segunda Guerra Mundial cuando el Primer Ministro Hideki Tōjō, el Comandante del Kenpeitai del ejército japonés en Manchuria desde 1935 hasta 1937, utilizó extensamente al Kenpeitai para asegurarse que todos fueran leales a la guerra. Bajo el mandato de Tojo, el Kenpeitai redujo a Japón a un Estado policial.5​

Según el Ejército de los Estados Unidos, había más de 36.000 miembros regulares del Kenpeitai al final de la guerra, sin incluir a los muchos "auxiliares" étnicos. Cuando muchos territorios extranjeros fueron ocupados por el ejército japonés durante la década de 1930 e inicios de 1940s, el Kenpeitai reclutó a un gran número de locales en estos territorios. Los taiwaneses y coreanos fueron extensamente usados como auxiliares de la policía en los recientemente ocupados territorios en el Sureste Asiático, aunque el Kenpeitai reclutaba indochinos franceses (especialmente de la secta religiosa Cao Dai), malayos y otros. El Kenpeitai podría haber reclutado a Trinh Minh The, un nacionalista vietnamita y líder militar.



El Kenpeitai fue desarmado y desarticulado después de la rendición japonesa en agosto de 1945. En la actualidad, la policía interna de las Fuerzas de Autodefensa de la posguerra es denominada Keimutai (Véase Fuerzas de Autodefensa de Japón). Cada miembro de estas fuerzas es llamado Keimukan.

Servicios secretos japoneses y los poderes del Eje

En los años 1920s y 1930s, el Kenpeitai forjó varias conexiones con ciertos servicios de inteligencia europeos. Más tarde, cuando Japón firmó el Pacto Tripartito, los servicios secretos japoneses estrecharon enlaces formales con estas unidades de inteligencia, ahora bajo mandato de los fascistas alemanes e italianos, conocidas como el Abwehr y el Servizio d'Informazioni Militari (SIM). Entre estas líneas, el ejército y la marina japoneses contactaron a sus correspondientes unidades de inteligencia en la Wehrmacht, la Schutzstaffel (SS) o Kriegsmarine con respecto a la información relativa a Europa y viceversa. Los europeos y los japoneses se dieron cuenta de los beneficios de estos intercambios (por ejemplo, los japoneses enviaron información sobre las fuerzas soviéticas en el Lejano Oriente y en la Operación Barbarroja desde su embajada japonesa y el almirante Wilhelm Canaris ofreció ayuda respecto a la cuestión de la neutralidad portuguesa en Timor).

Un punto importante de contacto fue la isla de Penang en Malasia, la cual sirvió como una base secreta de submarinos alemanes en el Lejano Oriente. El U-511, bajo el mando del Kptlt. Fritz Schneewind, llegó a Penang, para entonces ocupada por Japón, en julio de 1943, seguido por el U-178 en agosto de 1943.6​ Este fue el inicio de la campaña submarina en el océano Índico y también proveyó a los alemanes penetrar en el Pacífico por primera vez, al lado de su aliado, Japón. Wilhelm Dommes fue el primer comandante de la base de submarinos en Asia.7​ Esta base sirvió a todas las fuerzas del Eje: a la Regia Marina italiana, a la Kriegsmarine alemana y a la Dai-Nippon Teikoku Kaigun. En este lugar, ocurrieron a intervalos regulares intercambios tecnológicos y de información. Hasta el fin de la guerra las fuerzas del Eje usaron las bases en la Etiopía ocupada por Italia, el territorio de Madagascar de la Francia de Vichy y algunos lugares "oficialmente" neutrales tales como las colonias portuguesas de Goa en la India.

Esta colaboración en labores de inteligencia se mantuvo hasta inicios de 1945 y fue reducida, en gran medida, desde entonces hasta cerca de agosto de 1945.

Cultura popular

El grupo policial japonés ha formado parte de la novela "The Man in the High Castle" escrita por Philip K. Dick. La obra esta siendo representada en el canal Amazon en la serie homónima, simulando fuerzas de ocupación japonesas en USA.





Wikipedia


viernes, 7 de septiembre de 2018

Guerra USA-México: El Destino Manifiesto

Destino manifiesto

US Mexican War

Una introducción




Ninguna nación existió sin algún sentido de destino o propósito nacional.

El Destino manifiesto - una frase utilizada por los líderes y los políticos en la década de 1840 para explicar la expansión continental de los Estados Unidos - revitalizó un sentido de "misión" o destino nacional para los estadounidenses.

El pueblo de los Estados Unidos sintió que su misión era extender los "límites de la libertad" a los demás al impartir su idealismo y creencia en las instituciones democráticas a aquellos que eran capaces de autogobernarse. Excluía a las personas que se percibía como incapaces de autogobernarse, como los nativos americanos y los de origen no europeo.

Pero también había otras fuerzas y agendas políticas en juego. A medida que crecía la población de las 13 colonias originales y se desarrollaba la economía de EE. UU., Aumentaban el deseo y los intentos de expandirse a nuevas tierras. Para muchos colonos, la tierra representa un ingreso potencial, riqueza, autosuficiencia y libertad. La expansión hacia las fronteras occidentales ofreció oportunidades para el auto-avance.

Para comprender el Destino Manifiesto, es importante entender la necesidad y el deseo de los Estados Unidos de expandirse. Los siguientes puntos ilustran algunas de las presiones económicas, sociales y políticas que promueven la expansión de los EE. UU .:
  • Los Estados Unidos estaban experimentando una alta tasa de natalidad periódica y un aumento de la población debido a la inmigración. Y debido a que la agricultura proporcionó la estructura económica primaria, las familias numerosas para trabajar las granjas se consideraron un activo. La población de EE. UU. creció de más de cinco millones en 1800 a más de 23 millones a mediados de siglo. Por lo tanto, hubo una necesidad de expandirse a nuevos territorios para acomodar este rápido crecimiento. Se estima que casi 4,000,000 estadounidenses se mudaron a los territorios occidentales entre 1820 y 1850.
  • Estados Unidos sufrió dos depresiones económicas, una en 1818 y otra en 1839. Estas crisis llevaron a algunas personas a buscar su sustento en las zonas fronterizas.
  • La tierra fronteriza era barata o, en algunos casos, libre.
  • La expansión a las áreas fronterizas abrió oportunidades para el nuevo comercio y el autodesarrollo individual.
  • La propiedad de la tierra se asoció con la riqueza y se relacionó con la autosuficiencia, el poder político y el "autogobierno" independiente.
  • Los comerciantes marítimos vieron la oportunidad de expandirse y promover nuevos comercios mediante la construcción de puertos en la costa oeste que condujeron a un mayor comercio con los países del Pacífico.

El sueño de Nueva España en México


Imagen de los inicios de la Ciudad de México.


Mientras Estados Unidos puso en marcha una búsqueda de su Destino Manifiesto, México se enfrentó a circunstancias bastante diferentes como país recién independizado. México logró su independencia de España en 1821, pero el país sufrió terriblemente por la lucha. La guerra causó graves cargas económicas y la recuperación fue difícil. Los primeros intentos de la naciente nación de crear un nuevo gobierno incluyeron colocar al país bajo el gobierno de un emperador. En 1824, la monarquía fue derrocada y se formó una república constitucional. Pero las luchas internas entre las diversas facciones políticas, como los partidos centralista, federalista, monárquico y republicano, agotaron aún más la energía y los recursos del país. Estas facciones políticas no estaban unidas y nuevas luchas estallaron por los diferentes lados mientras cada uno intentaba asegurar el dominio dominante.

México ganó vastos territorios del norte con su independencia de España. Estas tierras fronterizas estaban poco pobladas, por lo que en medio de sus luchas políticas internas y sus déficits económicos, México también fue desafiado a colonizar estos territorios y proteger sus fronteras. Proteger y colonizar los territorios del norte de México resultó ser casi imposible para el asombroso país:
  • Debido al sistema económico de México, había menos oportunidades para el autodesarrollo individual en las regiones fronterizas y las personas estaban menos motivadas para reubicarse. La colonización fue impulsada principalmente como parte de la agenda política del gobierno.
  • La guerra constante con los nativos americanos desalentó a las personas a instalarse en las áreas.
  • El sistema militar nacional no pudo brindar apoyo para proteger las fronteras de los países.
  • Tanto la Iglesia Católica como el ejército de México, los principales guardianes de las tradiciones de la nación, no pudieron ejercer autoridad en las áreas fronterizas. Las comunidades fronterizas eran pobres, en su mayor parte, y estas áreas afectadas por la pobreza no podían apoyar las complejas instituciones que el gobierno central intentó poner en marcha. Las comunicaciones necesarias para unificar las regiones fueron lentas y poco confiables.
  • La sociedad de frontera era más informal, democrática, autosuficiente e igualitaria que el núcleo de la sociedad mexicana. Por lo tanto, las comunidades fronterizas a menudo estaban en desacuerdo con el gobierno central, que imponía restricciones que afectaban la economía de estas sociedades.

jueves, 6 de septiembre de 2018

A un siglo de la Declaración de Balfour


A un siglo de Balfour, el fracaso árabe




Por George Chaya |  Infobae

  Jerusalén (AFP)

La Declaración Balfour, firmada el 02 de noviembre de 1917, fue el documento en el que por primera vez el gobierno británico respaldó el establecimiento de "un hogar nacional para el pueblo judío" en Palestina. Muchos israelíes consideran que fue la piedra fundacional del Israel moderno y la salvación de los judíos. En contraposición, para la mayoría de los países árabes islámicos y para los palestinos fue un acto en el que fueron traicionados.

El texto de la Declaración fue incluido por la Liga de las Naciones (organismo que precedió a las Naciones Unidas) en el Mandato Británico sobre Palestina en 1922. Así, el Reino Unido quedaba formalmente encargado de la administración de esos territorios.

Lo sorprendente es que un siglo después de la Declaración Balfour, los dirigentes políticos árabes no han logrado construir un Estado-Nación que posea conocimiento, justicia, capacidad económica, social y humana para sus pueblos a quienes solo han brindado dolor, postergación y sufrimiento al focalizar sus políticas solo en enfrentar al "enemigo israelí".

En el mes de noviembre de este año, se cumplirán 101 años en los que la élite gobernante árabe islámica ha desperdiciado infinidades de oportunidades en todos los aspectos sin haber hecho algo más que confrontar a Israel, mientras su infraestructura social, cultural y educacional se hallaba en crisis en áreas del conocimiento, la política, la economía, y en el total de su sociedad y pensamiento.

Según un informe de Naciones Unidas sobre el conocimiento en el mundo árabe, efectuado en diciembre del año 2017, a pesar de sus 470 universidades, con una matrícula de nueve millones de estudiantes y un profesorado de 120.000 conferencistas y docentes, la educación superior es muy escasa en el área de la investigación científica como así mismo en su incapacidad de adaptarse a la cultura digital y en su incompatibilidad con la cultura científica y humana universal en el mundo árabe islámico.

El gasto en investigación científica es extremadamente insignificante. Incluso en Egipto, el país árabe donde el despertar cultural es el más arraigado solo el 0,39% del producto nacional bruto es asignado a la investigación científica, frente al 4,02% en Corea del Sur y el 3,41% en Japón.

Los científicos y centros de investigación son una rareza en el mundo árabe y las investigaciones publicadas allí constituyen solo el 0,9% del promedio mundial, y en materia de patentes, peor aún, el número de patentes registradas por los árabes en los últimos 60 años no supera el número de las registradas únicamente por Malasia.

Tristemente para los árabes ni una sola universidad árabe se encuentra entre las 500 mejores del mundo, mientras que Israel sobrepasa a los árabes a un ritmo astronómico en inventos y en exportaciones de alta tecnología. Israel ha eliminado totalmente el analfabetismo entre sus ciudadanos, al tiempo que los indices entre los países árabes indican la alarmante cifra de que un 22% sigue siendo analfabeto.

Los árabes no han logrado -durante el mencionado siglo de conflicto con lo que denominan el enemigo sionista- construir un Estado único de leyes y justicia. El informe de transparencia internacional del 2017 mostró que 6 de los 10 países más corruptos del mundo son árabes. Países tales como Egipto y Túnez ocupan el puesto 108 en corrupción y el Líbano ocupa el puesto 136, mientras que Israel ocupa el lugar 33, ubicándose dentro de los países más desarrollados.

Tampoco los árabes han logrado construir una "Nación", una "Patria" o una "Sociedad". En palabras de Konstantin Zureik, "eso esta sucediendo y ha sucedido porque la división tribal todavía los aleja de lograr la unidad pan-árabe real". Tampoco han logrado establecer un país en el que exista justicia económica, las brechas de clase entre los árabes son enormes y el desempleo, especialmente entre los jóvenes, alcanza hoy el 37,7% en Egipto; 33,2%; en Irak y el 44.7% en Mauritania.

Ante este escenario, no hay duda que la resistencia de los árabes contra Israel debería comenzar con la lectura, el reconocimiento y una profunda auto-crítica sobre estas cifras y estos hechos. Ciertamente los árabes no han escatimado sangre, martirios, inmolaciones ni auto-sacrificios, pero no es eso lo que se necesita para entrar en la modernidad. A todas luces han sido negligentes en las áreas de ciencia, economía, sociedad y política, todos ellos, puntos vitales y fuente de la fortaleza del mundo moderno que Israel si encarna y que los árabes han ignorado perjudicándose a si mismos al elegir la confrontación y la violencia a la paz y el desarrollo hacia la modernidad.