miércoles, 5 de diciembre de 2018

GCE: La guerra submarina en las costas de España

La guerra submarina en las costas de España




Mundo SGM

El 25 de Marzo de 2010, en el periódico la Nueva España (que es uno de los diarios que tenemos en Asturias) aparecía una noticia sobre el aeródromo de Jarrio (concejo de Coaña y perteneciente a nuestra bonita tierra), más conocido como aeródromo de Navia por estar cercano a ésta localidad. El campo se construyó a finales de 1936 y durante los años de la Segunda Guerra Mundial (SGM), tuvieron lugar dos aterrizajes forzosos: el de un Focke Wulf Fw-200 Condor alemán en 1941 y el de un Bell P-39 Airacobra norteamericano en 1943, de los cuales jossmar ya ha hablado en este foro.

Diréis: “¡menos rollo, Heinz!...¿qué tiene que ver esto con un submarino alemán?...¡vuelve a tu carro de combate!”…pero esta introducción es necesaria para explicaros lo que viene a continuación. Mi familia paterna proviene de Boal, que es un concejo vecino al de Coaña y, todavía, hasta hace pocos años, podías oír contar a los paisaninos de los alrededores la historia del avión alemán que había aterrizado en Jarrio “con muertos y heridos, y que los alemanes estaban con ametralladoras alrededor del avión, que era grandísimo y que no dejaban acercarse a nadie, bla, bla, bla…”.Del dicho al hecho hay un trecho. (Es curioso, por cierto, que del caza norteamericano no se acuerde nadie).

Todo esto viene a que la tradición oral en esta zona sobre anécdotas de la SGM en las que los protagonistas son los alemanes es muy intensa y confusa, repitiéndose siempre el suceso del Cóndor y el caso del submarino alemán hundido cerca de la playa de la Concha de Artedo, en Cudillero. Al leer el otro día ese artículo de la Nueva España, me vino de inmediato a la cabeza esta última historia y me dije: “¡ Coime!...¿será verdad?...voy a ver si hay algo de documentación por ahí, a ver qué saco en claro…”. Y aquí me tenéis.

La Concha de Artedo, por su posición privilegiada al resguardo de los vientos del lugar, es un sitio idóneo como punto de refugio ocasional, siendo probable que algún sumergible (ahora voy a empezar a hablar con propiedad, no se me vayan a enfadar Topp y los marineros del Foro), de caza por el Atlántico lo utilizara al igual que se usó durante la Guerra Civil española. Y digo probable porque aunque lo anterior no esté documentado, oralmente sí que hay registros. Y cuando el río suena…habrá que creerse algo, ¿no?, por lo menos un poquito. Aparte de la protección ofrecida por la cala, hay que darse cuenta de que la zona de la que hablamos tiene una orografía bastante abrupta y estaba alejada en aquella época de las manos de dios y del Gobernador Civil, siendo hasta hace pocos años la gran olvidada de Asturias en cuanto a infraestructuras (carreteras, hospitales, industrias, etc…) y teniendo muy poca población asentada. Resumiendo: un sitio ideal para esconderse sin que te vea nadie.

Concejo de Cudillero...


Fotos de la playa...




Buscando información por la red, te salen páginas en las que siempre se cuenta la misma historia, pero sin apoyarla con ninguna evidencia documental. Cada vez que leía algo más sobre el tema, más intrigado me quedaba, porque todo eran suposiciones y no había nada nuevo a lo que aferrarse. Encontré páginas de Turismo que hacían referencia a la “historia” del sumergible y algún que otro foro que hacía guiños superficiales al asunto, incluyendo uno en el que un “submarinista” friki contaba que el pecio estaba a dos millas de la costa (enfrente de su casa), que era un U-Boat alemán de la serie 500, etc, etc…pero que al final, en realidad, el friki no tenía ni idea de donde se hallaba éste ni de qué estaba hablando, fomentando más la “leyenda”. Con lo que la búsqueda se quedaba cada vez más desazonada…¿sería verdad lo del sumergible?...y si así fuera, un montón de preguntas hervían dentro de mi cráneo, chup, chup: ¿qué modelo era?...¿cuál era su numeral?...¿quién lo mandaba?...¿por qué se hundió?...y lo más importante…¿qué había comido la tripulación el día de autos?...todo un misterio.

Encontré dos sitios maravillosos, por cierto, cuyos enlaces los tenéis al final del artículo. En ellos venían Index sobre todos los sumergibles y submarinos construídos en la SGM por Alemania, con una cantidad exhaustiva de información sobre ellos, pero: ¡nada!, no aparecía el dichoso buque. Pregunté al patrón de un barco pesquero de Avilés (que está casado en Boal), por si habían tenido alguna vez problemas con las redes en esa zona debido a algún pecio no identificado (y agradecerle, claro, que hubiera preguntado el tema a otros patrones amigos), o que si con el sónar habían notado algo raro, pero…¡nada!...Por mediación de un compañero del trabajo, que tiene al hijo enrolado en un remolcador de altura de Gijón, que hace singladuras de vez en cuando por esos lares, me llegó el aviso de que, hasta el día de hoy, jamás se notó nada extraño durante las travesías por la Concha de Artedo. Miré TOOODOS los U- Boat’s alemanes, uno por uno, consultando su historial bélico, con fechas y coordenadas de hundimientos, pero…¡ Nada!, ninguno cercano al lugar. ¡ Qué desesperación, foreros, peeeero…!

Lo que sí encontré fue información sobre tres hundimientos de sumergibles durante nuestra Guerra Civil, y de un ataque e internamiento de otro durante la SGM, de los que os voy a dar ahora mismo buena cuenta de ellos.

Vamos a situarnos en los años de la Guerra Civil española. Hubo tres sumergibles, los B-6, C-5 y C-6, que debido a una serie de…digamos “problemillas”, acabaron con sus días por estas costas. El C-6 era un buque que pertenecía al bando republicano y que fue enviado al Cantábrico en 1937 para ver si tenía suerte y hundía a algún buque de guerra nacional. Cuando  a finales de Octubre de 1937 (y ante el avance de las tropas nacionales) los cargos políticos del Gobierno de Asturias, militares y allegados se agolparon en los muelles de Gijón para su escapada de la debacle, buscando plaza en barcos pesqueros y buques de guerra, el sumergible C-6 se encontraba en el puerto de El Musel. El 20 de Octubre, durante el transcurso de un fuerte bombardeo de aviación, sufrió averías que le imposibilitaron el sumergirse. Ante la dificultad de repararlo y para que no cayera en manos enemigas, le fue dado matarile por su dotación frente a la costa de Gijón, quedando hundido a 100 m. de profundidad. Muchos años después de la Guerra Civil, en 1947 según unas fuentes, y 1948, según otras, el C-6 se reflotó y al comprobar que su estado era más que deplorable, se le hicieron las reparaciones justas y necesarias para que aguantara su traslado a remolque hasta el puerto de El Ferrol, con el fin de condenarlo al soplete. Pero parece ser que éste no era el destino del buque, ya que durante la travesía, se rompió el cable de remolque y el sumergible hizo lo que su nombre genérico indica: se sumergió, pero esta vez más profundamente y sin posibilidad de recuperación, a unos 28 Km. de distancia de la Concha de Artedo, cerca del Cabo Peñas. El problema es que este segundo…hundimiento se produjo tres años más tarde de que acabara la SGM…¿sería éste el sumergible?.

Los sumergibles tipo C




El C-6



El sumergible republicano C-5 desapareció el 31 de Diciembre de 1936 en aguas del Cantábrico, habiendo zarpado del puerto de Bilbao con dirección a Asturias. El 1 de Enero de 1937 unos pesqueros avisaron haber encontrado una gran mancha de aceite a 11 millas al norte de Ribadesella (Asturias), siendo lo más verosímil que ésta perteneciera a dicho sumergible, ya que iba averiado por culpa de una “discusión” que tuvo con buques “nacionales”. Ribadesella queda bastante lejos de la Concha de Artedo, por lo que ya, de mano, se descarta este sumergible.

El sumergible B-6, también republicano, fue a buscar las llaves del fondo del mar al lado de las costas asturianas el 19 de Agosto de 1936, después de un “encontronazo” con un remolcador armado, un bou y el destructor nacional “Velasco”, a la altura del Cabo Peñas. Para evitar su captura, el mecánico de a bordo abrió las válvulas para inundarlo, dando tiempo primero a que la tripulación abandonara el buque. Todos meno él, que se quedó con el sumergible, no se sabe si porque quiso imitar a los viejos lobos de mar, acompañándolo en su destino, o porque no le dio tiempo a escapar. Como es curioso que haya documentos gráficos de su hundimiento, voy a poner una “afoto”

El B-6


Hundiéndose



Resumiendo: tenemos en la franja costera asturiana tres sumergibles hundidos cerca del litoral. Uno, el C-5, descartado, por estar bastante lejos de la Concha de Artedo y los otros dos (el C-6 y el B-6), a una distancia de entre 25 y 30 Km, como podemos ver en el mapilla que pongo. ¿Será uno de los dos anteriores?...si la historia popular hubiera arrimado a uno de los dos un poco más cerca de la Concha…pero de ahí a estar en sus inmediaciones…en fin.

Mapa



Si alguien quiere profundizar un poco más el tema de los sumergibles republicanos en el Cantábrico, durante la guerra Civil española, aquí tiene un magnífico artículo de nuestro TITUS 20050:


Los U-Boat alemanes hundidos en el Golfo de Vizcaya en el período 1941 – 1944, y más cercanos a la Concha de Artedo, están situados a más de 80 millas (cerca de 160 Km.) de distancia del lugar (tomando un radio cuyo centro esté en la Concha), por lo que también eliminamos, de vez, la nacionalidad alemana del supuesto pecio (si existiera), por lejanía al sitio al que nos referimos.

 Los U-Boats



¡Hombre!...hay unos cuantos sumergibles alemanes de los que no se sabe nada de nada en cuanto a su desaparición, siendo estimativo el lugar del presunto hundimiento, pero ya sería casualidad de la buena el que le tocara a uno de éstos ser el U-Boat fantasma cercano a la playa. En este hipotético caso, me remito a los contado por submarinistas reconocidos (ver en enlace de una entrevista a Pelto) y por la ausencia de ecos de sonar en la zona que tengan que ver con un pecio sin identificar.

Sí que hubo un sumergible italiano clase Marconi, el “Luigi Torelli”, con base en Brest (Francia) que en la noche del 3 al 4 de Junio de 1942  fue atacado por un avión Wellington a 70 millas al norte de Gijón, siendo alcanzado y teniendo que dirigirse con urgencia, debido a las averías, hacia las cercanas costas asturianas. A la altura del Cabo Peñas embarrancó, siendo descubierto por las autoridades españolas y remolcado al cercano puerto de Avilés. Este suceso es lo más próximo, por fecha a la “leyenda”, pero claro: ni el buque es alemán, ni fue hundido cerca de la Concha de Artedo ni nada…aunque ya comentamos que el Cabo Peñas está entre 25 y 30 Km. de distancia por mar, y en línea recta, de la Concha…¿sería éste el sumergible?.

Aquí el Luigi Torelli...en Burdeos


Los hundimientos...



También encontré una página del periódico ABC dedicada a Cudillero y a la Concha de Artedo, escrita por un “corresponsal en España” que parece ser conocía bastante bien la zona. Aquí se comenta el uso de la cala por sumergibles durante las dos Guerras Mundiales, pero que no cuanta nada sobre un U-Boat alemán hundido durante la SGM. El periódico es de 1954, por lo que uno llega a la conclusión de que el mito del pecio del sumergible debería ser posterior a esta fecha, cuando ya la memoria “histórica”, debida al paso de los años, está tan difuminada y confusa que vale hasta mezclar churras con merinas, como creo que ha sucedido en este caso.

En suma: una vez analizado todo la anterior, se puede vislumbrar una posibilidad que justificaría, en cierto modo, la “historia” a la que nos referimos: durante los primeros años de la SGM, la población de la zona oiría las noticias sobre la dura batalla que se estaba librando entre U-Boats, aviones y otros buques en el Golfo de Vizcaya. Los hundimientos de sumergibles alemanes en lugares relativamente cercanos a las costas gallegas fomentaría la imaginación de los lugareños, asociando los hechos ocurridos durante nuestra Guerra Civil con los que se estaban produciendo en esos momentos, naciendo entonces la “leyenda” al mezclar sumergibles, hundimientos, alemanes, calas ocultas y puede que hasta incluyendo en el paquete los casos que comentábamos en párrafos previos. Seguramente asociarían todo lo anterior con las historias que se contaban sobre los pecios de la Guerra Civil, mezclándolo todo. Y ya se sabe cómo es la gente y como funciona la red de mitos, sean urbanos o no.

Con lo que, y sin tener más información a mano, creo llegar a la triste conclusión de que no hay ningún “submarino alemán” hundido ni cerca de la playa de la Concha de Artedo, ni en sus inmediaciones; que la historia que se cuenta por ahí no deja de ser un mito que ha crecido con el paso de los años y que, lo más probable, es que la mezcla de datos sea la culpable de semejante confusión entre los paisanos del contorno. Además, si estuviera el pecio cerca de la playa, como se cuenta, es raro que nunca se haya intentado reflotarlo, como pasó con otros sumergibles hundidos en nuestras costas…o que submarinistas de los buenos, que teníamos y tenemos muchos en Asturias, no hayan encontrado nunca, durante sus inmersiones algo parecido.

Yo he quedado medio convencido de ello. También tengo que decir que me da un poco de pena el que la “leyenda” se haya “medio acabado” para mí. La verdad es que hay algo en mi interior que se niega a admitir los hechos que he desarrollado, pensando que tal vez no encontré la documentación adecuada. Pero, lo que hay es lo que hay. Cuando vuelva a pasar en coche (que lo hago a menudo) por el viaducto de la Concha de Artedo y mire hacia el mar…¡ quién sabe!. Igual seguiré imaginando que hay un sumergible alemán escondido en uno de sus fondos, esperando junto con su tripulación a que alguien les haga el favor de contar su historia.

En el caso de que no hubiese sabido buscar la información en los lugares correctos, rogaría a algún forero “sardinero”, (como diría nuestro Richard Chesnaye) que tomase el relevo por si aparece algo en lo que yo no me haya fijado, o que aportara nuevos datos para seguir investigando sobre el tema, si es que hay material para hacerlo….Y, por último, si algún día venís por Asturias, una de las zonas que debéis conocer es el Occidente de esta tierrina. No quedaréis desilusionados, no…¡ y además se come bien!.

Saluten!!

He buceado (glú, glú) en lo más profundo de estas fuentes:

Sobre la Concha de Artedo:
http://www.el-caminoreal.com/bd/Asturias/Playas/admin%20playas/cudillero/ARTEDO2.jpg
http://www.casasrurales.com/guia-turismo/concha-artedo-enclave-protegido.php?id=49
http://club-mola-mola.blogspot.com/search/label/submarino
http://www.google-earth.es/foros.php?t=4635
http://www.google.es/search?hl=es&source=hp&q=lugar+hundimiento+submarino+c-6&btnG=Buscar+con+Google&aq=f&aqi=&aql=&oq=&gs_rfai
Sobre sumergibles alemanes:
http://www.uboat.net/boats/u508.htm
http://www.u-historia.com/
Sumergibles españoles:
http://www.foro3d.com/attachments/39893d1165064081-submarino-clase-c-clase-c.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Submarino_C-6
http://es.wikipedia.org/wiki/Submarino_C-5
http://es.wikipedia.org/wiki/Clase_C_(submarino
http://es.wikipedia.org/wiki/Clase_B_(submarino
http://www.telecable.es/personales/submarinos/dirase/dirase.htm
http://uboat.freehostia.com/azkasturias/cseisa/cseisa.htm
Sumergible italiano:
http://www.xente.mundo-r.com/uboat/torelli/torelli.htm
Noticias de periódicos:
(Pelto, un submarinista ejemplar)
http://www.lne.es/centro/2010/01/05/ultima-entrevista-pelto/855847.html
Diario ABC
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1954/09/23/021.html
Temas varios:
(Para sonreirse un poco)
http://www.elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?f=76&t=827

Por cierto, como no tenía muy claro donde postear el tema, lo hice aquí; pero igual el moderador tiene más claro en donde situarlo correctamente.

martes, 4 de diciembre de 2018

SGM: Esclavas sexuales en el conflicto

Esclavas sexuales en Alemania, Italia y Japón durante la Segunda Guerra Mundial

Javier Sanz — Historias de la Historia




Cuando en abril de 1945 los rusos liberaron el campo de Ravensbrück en Alemania, el más grande creado para mujeres, parecía que terminaba el horror para ellas, pero no fue así. Además de lo ocurrido en el resto de campos (hambre, enfermedades, asesinatos, vejaciones, esterilizaciones y experimentos), en Ravensbrück había pasado algo más, y sus protagonistas decidieron callarlo. ¿Qué ocurrió?

Desde su apertura en mayo de 1939 hasta su liberación, más de 130.000 mujeres de diferentes nacionalidades pasaron por aquel horrible lugar. Al contrario que en el resto de campos, en Ravensbrück las mujeres judías eran una minoría; la mayoría de las recluidas habían llegado allí por los “delitos” de ser comunistas, opositoras al régimen nazi, gitanas o calificadas por las SS como de conducta asocial (prostitutas). Con el transcurso de la guerra, a Ravensbrück también llegaron prisioneras de guerra y mujeres capturadas por participar en la resistencia de los países ocupados o directamente en el frente. Horror, desesperación, muerte… y mucha solidaridad y apoyo entre ellas para seguir vivas y proteger a sus hijos en la medida de sus posibilidades.




Mujeres en el campo de Ravensbrück

Tras más de cuarenta años de silencio por la vergüenza y la humillación, se descubrió que aquel campo también había sido el lugar de “reclutamiento” para los burdeles que se crearon en los campos nazis a partir de 1942. En total, se abrieron diez burdeles, el mayor de ellos en Auschwitz, donde llegaron a “trabajar” hasta 21 mujeres a la vez. El último prostíbulo se abrió a principios de 1945, poco antes del fin de la guerra. Y no nos referimos a violaciones en territorios ocupados o prostitución forzada para la satisfacción de los soldados —una constante en cualquier conflicto bélico y de lo que hablaré más tarde—, sino de burdeles para incentivar y recompensar a los prisioneros que trabajaban en las fábricas de armamento.





Irma Grese

Cuando las SS visitaban Ravensbrück para hacer la selección de las mujeres que se enviarían a los campos, iban acompañados de la supervisora del campo, Irma Grese. Esta joven, de apenas 19 años y cara angelical, destacó por su crueldad y sadismo ganándose el sobrenombre de “la bestia bella” o “el ángel de la muerte“. Durante el proceso de selección se seguían criterios de presencia y salud, descartando a las enfermas y las musulmanas (así llamaban a las prisioneras famélicas o demacradas), y también prevalecía la raza, es decir, se seleccionaban alemanas para los alemanes o eslavas para los eslavos —las judías quedaban descartadas, ya que su final era las cámaras de gas—. Algunas obligadas, otras engañadas bajo la promesa de ser liberadas en seis meses, las mujeres eran adecentadas, se les daba alguna ración de comida extra y eran llevadas a los diferentes campos donde debían “trabajar” desde las ocho de la tarde a las diez de la noche. Los prisioneros “premiados” debían pasar un reconocimiento médico para descartar alguna enfermedad venérea antes de pasar a los habitáculos. Transcurridos quince minutos, sonaba una campana y los hombres debían abandonar el recinto para que otro ocupase su lugar —ocho o diez hombres al día por cada una de las mujeres—. Transcurridos los seis meses… eran devueltas al campo Ravensbrück, donde llegaban rotas, humilladas y con la mirada perdida. Ya no eran mujeres, eran fantasmas. Tanto aquellas mujeres humilladas como los prisioneros que participaron, avergonzados por formar parte de aquel miserable episodio, callaron durante más de 40 años pensando que el tiempo y el silencio harían más fácil poder sobrevivir con aquel estigma grabado en su conciencia. Los nazis tuvieron la capacidad de convertir a los prisioneros en verdugos de las mujeres.





Comfort women

Caso aparte, como he dicho anteriormente, fueron los burdeles militares establecidos en los países ocupados. Miles de mujeres de Corea, China, Filipinas… se vieron obligadas a prestar servicios sexuales a los militares del Ejército Imperial japonés. Fueron las llamadas comfort women (mujeres consuelo). Las mujeres jóvenes de países bajo el control japonés eran secuestradas de sus hogares o engañadas con falsas promesas de trabajo. Una vez reclutadas, eran encarceladas en comfort stations, auténticos prostíbulos, donde eran obligadas a satisfacer las necesidades de los soldados japoneses. Muchos negaron la existencia de este tipo de esclavitud, otros llegaron a justificarlo con argumentos tan peregrinos y miserables como aumentar la moral de las tropas, para evitar masivas violaciones, prevenir la propagación de enfermedades de transmisión sexual… Todo permaneció oculto hasta que en 1991 la coreana Kim Hak-Soon, ya con sesenta y tres años, no pudo aguantar más y contó al mundo la existencia de las comfort women.





Kim Hak-Soon

Investigaciones posteriores y un informe de la Oficina de Guerra de EEUU confirmaron los datos de Kim. El citado informe americano dejaba claro que no era un hecho puntual, sino que todo estaba perfectamente regulado:


Soldados. Horario: 10:00-17:00 Precio: ¥ 1,50 Tiempo: 20 a 30 minutos

Suboficiales. Horario: 17:00-21:00 Precio: ¥ 3,00 Tiempo: 30 a 40 minutos

Oficiales. Horario: 21:00-24:00 Precio: ¥ 5,00 Tiempo: 30 a 40 minutos

Miércoles — Día de descanso semanal y examen físico.

Ese mismo año se creó el Consejo Coreano para las Mujeres Reclutadas para la Esclavitud Sexual por Japón que exigía: admitir la existencia de las esclavas sexuales, una disculpa pública, un monumento homenaje a las víctimas y que las supervivientes y las familias de las víctimas recibiesen una compensación. A fecha de hoy, todavía siguen esperando…

Y terminaremos este terrible capítulo de la Segunda Guerra Mundial con las violaciones masivas producidas en Italia.


Si ganan esta batalla, durante cincuenta horas serán los dueños absolutos de todo lo que encuentren más allá de las filas enemigas. Nadie les castigará por lo que hagan, nadie les pedirá explicaciones por lo que cojan…

Esta fue la arenga que soltó el general francés Alphonse Juin a las tropas coloniales del Cuerpo Expedicionario Francés (FEC) poco antes de derrotar a los alemanes en la batalla de Montecassino (Italia). Y se lo tomaron al pie de la letra.





Alphonse Juin

Después del desembarco en el sur de Italia, y desde su base en Nápoles, el objetivo de los Aliados era llegar hasta Roma para liberarla. Eran algo más de 200 Km, pero las condiciones climatológicas (invierno de 1943) y la efectiva resistencia alemana basada en sucesivas líneas defensivas dificultaron el avance. La más importante de estas líneas defensivas era la llamada Línea Gustav —a unos 100 Km de la capital—, cuyo eje principal estaba situado en la localidad de Cassino y, sobre todo, en el Monasterio benedictino de Montecassino, situado en una colina de 1.100 metros. Hicieron falta cuatro meses (de enero a mayo de 1944) y varios ataques para derrotar a los alemanes atrincherados en las ruinas del monasterio, en los que tuvieron especial protagonismo los Ghurkas nepalíes y los Goumiers del norte de África. El nombre de Goumiers se dio originalmente a las tropas irregulares tribales que luchaban como aliados con el ejército francés en la década del 1900 en el sur de Argelia; más tarde, pasaría a designar a las tropas coloniales marroquíes del Cuerpo Expedicionario Francés. Y fueron estos Goumiers los que tomaron al pie de la letra la miserable arenga del general Alphonse Juin. Incluso se llegó a acuñar un término para lo que allí ocurrió: Marocchinate, violaciones masivas llevadas a cabo por los Goumiers contra civiles de ambos sexos y de todas las edades después de la batalla de Montecassino… con el beneplácito de los oficiales del FEC.





Goumiers

Según Emiliano Ciotti, presidente de L’Associazione Nazionale Vittime delle Marocchinate…


A partir de los numerosos documentos recogidos hoy podemos decir que hubo al menos 20.000 casos de violaciones. Sin embargo, esa cifra no refleja la realidad, ya que varios informes médicos de la época advierten que un tercio de las mujeres violadas, ya sea por vergüenza o pudor, optaron por no denunciar. ¿Cómo hacer una evaluación general de violaciones cometidas por el Cuerpo Expedicionario Francés, que comenzó sus actividades en Sicilia y terminó a las puertas de Florencia? [Aunque el término Marocchinate se acuñó tras la batalla de Montecassino, fueron muchas las poblaciones que recibieron la visita de los goumiers] Podemos decir, sin riesgo a equivocarnos, que hubo un mínimo de 60.000 mujeres violadas, y muchas de ellas en varias ocasiones.

Los informes médicos corroboraron la brutalidad con la que se emplearon, señalando laceraciones vaginales, anales y de las cuerdas vocales por las penetraciones, dientes rotos para evitar el mordisco de las víctimas, empalamientos y castraciones —reservados especialmente para los hombres que trataron de defender sus esposas, madres o hijas—, mutilaciones… y las infecciones de sífilis, gonorrea y otras enfermedades de transmisión sexual — solo el uso de la penicilina estadounidense salvó estas zonas de una epidemia—. Alberto Terilli, el párroco de Esperia, fue torturado y sodomizado por tratar de salvar a tres mujeres. El general Alphonse Juin nunca condenó la violencia cometida por sus propios soldados.

El 18 de junio de 1944 el Papa Pío XII instó a Charles de Gaulle a tomar medidas. Un año más tarde, los tribunales franceses habían procesado a 360 marroquíes por lo ocurrido en tierras italianas, pero aquello no era ni la punta del iceberg. El 26 de noviembre de 2004, el presidente de una asociación de ex combatientes marroquíes, Ahmid Benrahhalate, se disculpó oficialmente por lo ocurrido en Montecassino.





Fotograma de “La ciociara”

En 1957 Alberto Moravia publicó La ciociara, la historia de dos mujeres, Cesira y su hija Rosetta, que luchan por sobrevivir en la Italia ocupada. Tras la liberación de la Ciociaria, donde se habían refugiado, su hija fue brutalmente violada por los goumiers. En 1960 Vittorio De Sica llevó la novela a la gran pantalla con La ciociara (“Dos mujeres” en España) y Sophia Loren recibió el Óscar a la mejor actriz, la primera vez que se entregó ese premio a alguien que hubiese actuado en una película en lengua no inglesa.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Guerra mexicano-estadounidense: USMC asalta los salones de Moctezuma

Asalto a los "Salones de Moctezuma"





Después de la batalla de Churubusco en la Guerra de México el 20 de agosto de 1847, el General Santa Anna de México engañó al General Scott de los Estados Unidos en dos maniobras desfavorables. Primero, accedió a declarar una tregua para establecer negociaciones de paz, pero esto fue un engaño. Aun cuando Santa Anna vendió suministros a los invasores estadounidenses, reforzó silenciosamente su ejército a 18,000 hombres mientras que la fuerza estadounidense se redujo a 8,000 efectivos.





El segundo truco fue pasar la falsa inteligencia al general Scott. Santa Anna llevó a Scott a creer que en Molino del Ray, la fortaleza al oeste de la Ciudad de México y una milla al oeste de la Colina de Chapultepec, albergaba una fundición de cañones donde estaban fundiendo campanas de iglesias de bronce para convertirlas en cañones pesados. Los estadounidenses atacaron a Molino, y se convirtió en una victoria costosa en la que murieron 750 estadounidenses, y cada estadounidense herido que quedaba fue asesinado por los mexicanos. Después de la inspección, Scott descubrió que allí no había fundición. Las fuertes pérdidas en Molino llevaron a las seis compañías de infantes de marina de los Estados Unidos a la batalla.

La ciudad de México era un objetivo formidable. Rodeado de pantanos y con aproximaciones a través de ocho calzadas, Scott enfrentó obstáculos similares a los que Cortés había experimentado 329 años antes. Dado que el enfoque del sur a la capital estaba fuertemente fortificado, el plan estadounidense era atacar desde el oeste a los dos garitos o puertas de la ciudad. Cada garito se erizó con un cañón colocado para rastrillar el camino. La línea de Scott entonces era Molino, luego Chapultepec, luego las dos puertas que conducían a la ciudad. Una calzada fue la Garita de Belén, otra se dirigió hacia el norte dos millas hacia la Garita de San Cosme.

La colina de Chapultepec, a 200 pies sobre la llanura circundante, tenía 600 yardas de ancho, estaba rodeada por una zanja y una pared de 12 pies, y coronada por un palacio que se había convertido en una escuela militar. Fue fortificado en una fortaleza improvisada cuando los estadounidenses avanzaron en la capital.

El castillo había sido una vez un recurso de los príncipes aztecas. La colina era muy empinada, excepto por una pendiente en el oeste donde los marines decidieron atacar. Tenía una barricada con bolsas de arena en la entrada, y la ladera de la colina estaba minada con cargas que estaban fundidas para ser sacadas de la fortaleza.

Los generales Scott y Worth consideraron la fortaleza como inexpugnable. A pesar de que era vulnerable al bombardeo estadounidense, ambos oficiales se mostraban sombríos ante la perspectiva, y el General Worth pensó: "seremos derrotados". La colina era un objetivo temible para el asalto, pero si es tomada, el ejército podría entonces pasar a las calzadas que conducen a la capital.

Se organizaron dos asaltos de 250 hombres cada uno. Los marines fueron asignados a la 4ta División comandada por el General de Brigada del Ejército John Quitman, un Mississippi. Los estadounidenses salieron de la cubierta arbórea y se enfrentaron a la ladera minada que conducía al muro de contención de la terraza del castillo.

A las 8 a.m. del lunes 13 de septiembre, comenzó el ataque. Los hombres de Quitman atacaron el lado sur de Chapultepec. El capitán Silas Casey dirigió un grupo de asalto de 120 soldados e infantes de marina cuidadosamente seleccionados bajo el mando del comandante de la Marina Levi Twiggs, y 40 infantes de marina comandados por el capitán de la Infantería de Marina John Reynolds. Se enfrentaron a 1,000 tropas mexicanas dentro de la fortaleza.


Marines de los Estados Unidos que asaltan el castillo de Chapultepec bajo una gran bandera estadounidense.

Los salones de Moctezuma

Chapultepec, también conocido como "el castillo", fue un antiguo santuario mexicano, así como una fortaleza reciente. Trescientos años antes de la guerra de los Estados Unidos, este había sido el palacio de verano, repleto de fuentes, de Moctezuma, el emperador azteca. En 1783, un virrey español construyó una nueva ciudadela sobre las ruinas del antiguo palacio. Rodeada por un enorme muro de contención había una amplia terraza que permitía una excelente colocación de cañones.

Alrededor de 1840, los mexicanos hicieron esta estructura en su Academia Militar Nacional. Al igual que en West Point, los jóvenes cadetes aprendieron artes militares con sus uniformes grises y gorras azules con borlas. Cerca de un centenar de cadetes, aunque recibieron la orden de evacuar su escuela, se quedaron y lucharon con orgullo para defender este monumento a la historia de México.

Seis cadetes se convirtieron en el niño héroe de Chapultepec. Los que murieron fueron: Vicente Suárez, de 13 años; Francisco Márquez, 14; Fernando Montes de Ora, 17; Agustín Melgar, de 18 años; Juan de la barrera, 20; y Juan Escutia, 20.

Según los informes, el cadete Escutia tomó la bandera de la Academia de su personal, la envolvió alrededor de su cuerpo y se arrojó valientemente a su muerte en las rocas debajo del castillo en lugar de ver la bandera entregada a los estadounidenses.

Dos de las armas de Chapultepec pronto fueron desactivadas por el fuego de la batería estadounidense, y los soldados mexicanos descorazonados comenzaron a desertar. De la terraza salía una lluvia asesina de uvas y mosquetería. El general Pillow recibió un golpe en el tobillo, pero toda la fuerza estadounidense fluyó sobre el reducto. Los estadounidenses pudieron cortar la línea de polvo de lona que llevó a las minas y ninguna explotó.

Los infantes de marina lucharon por el empinado lado sur, luchando mano a mano con bayonetas y rifles apiñados. El cabo Hugh Graham y cinco marines fueron muertos.
Casey y Twiggs cayeron heridos, este último fatalmente, y se detuvieron a 200 metros de las armas. Las escalas escalonadas finalmente llegaron a los norteamericanos. Cruzaron la zanja y su primera ola fue cortada por los mexicanos. Se elevaron tantas escaleras, aparentemente a la vez, que 50 hombres estaban al día. "Y con un grito de victoria, el gran cuerpo de tropas se precipitó sobre" las paredes y ganó el castillo.

Los estadounidenses dieron vuelta a las armas mexicanas, aliviando la presión sobre la columna de Quitman. Los mexicanos retrocedieron y los estadounidenses cargaron contra las puertas principales del castillo. Los mexicanos huyeron a toda prisa que "saltaron por el lado este de la roca, independientemente de la altura".

Los jóvenes cadetes que se habían negado a abandonar la escuela lucharon hasta el final. Los seis niños fueron asesinados, como dijo un corresponsal estadounidense, "luchando como demonios". Se los llamaría Los Niños Heroicos, los niños heroicos.

Los oficiales mexicanos que observaban su derrota a distancia decían: "Dios es un yanqui", cuando los estadounidenses de ambos lados llegaron al castillo. A las 9:30 a.m., una bandera estadounidense fue levantada sobre la fortaleza.

El capitán de marina George Terrett dirigió al teniente primero John Simms, al teniente segundo Charles Henderson (hijo del comandante), y a 36 hombres para bordear las alturas y perseguir al enemigo en retirada hacia el noreste, hacia la propia ciudad. Terrett y sus marines corrieron por la carretera bajo fuego pesado. Veinte soldados de infantería, encabezados por el teniente Ulysses S. Grant, el futuro general y presidente estadounidense, se unieron a ellos mientras se abrían camino por la calzada de San Cosme. Eran la punta de lanza del contingente del ejército.

Las bajas fueron severas hasta que los estadounidenses recordaron la táctica que usaron en Monterrey, abriéndose camino a través de las paredes de los edificios y arrastrando sus armas a través de ellos. Esta táctica también les permitió disparar desde los techos.

Los bichos del general Worth sonaban evocadores. Terrett volvió a informar, pero Simms y Henderson atacaron con 85 hombres. La puerta estaba muy fuertemente defendida para depender solo de un ataque frontal, por lo que los Tenientes de la Marina Simms y Jabez Rich llevaron a siete infantes de marina a atacar desde la izquierda. Cuatro fueron alcanzados. Henderson, herido en la pierna, atacó desde el frente. Dos hombres más fueron golpeados, pero juntos, los dos grupos tomaron la puerta de San Cosme mientras caía la oscuridad.

Vale la pena sonar de nuevo el recuerdo y los marines y soldados se retiraron. Seis marines habían sido asesinados. Una vez que Chapultepec cayó, Quitman movió su división bajo fuego hacia el este en la calzada de Belén con el batallón de Marines justo detrás de un regimiento de Carolina del Sur. En la puerta de Belén, fueron detenidos por el fuego enemigo y el soldado de marina Tom Kelly fue asesinado. Finalmente, a la 1:20 p.m., los marines y la infantería llevaron la puerta. Al amanecer del día 14, Quitman y Worth se prepararon para atacar la ciudad a través de las dos entradas, pero Santa Anna ya se había retirado.

Aunque Scott estaba enojado con Quitman por el costo de su ataque a Belén, sintió que el Mississippian y sus infantes de marina se habían ganado el honor de tomar formalmente la ciudad. Dentro de unas horas, nombraría al gobernador militar de Quitman Ciudad de México.

Los estadounidenses casi no parecían parte de un ejército conquistador. El victorioso general Quitman llevaba solo un zapato mientras marchaba a la cabeza de sus tropas harapientas y manchadas de sangre. Solo unos seis mil estadounidenses permanecieron de pie, poco más de la mitad de los que habían abandonado Puebla.

Los hombres de Quitman caminaron por las calles llenas de gente hacia la Gran Plaza y tomaron la Plaza Nacional, donde antes estaban los pasillos de Moctezuma. Los marines estaban destinados a custodiar el palacio. Los infantes de marina de los Estados Unidos ahora patrullaban los pasillos de Moctezuma. En la primavera, a los veteranos se les unió un segundo batallón de infantes de marina de 367 hombres comandado por el comandante John Harris.

El 2 de febrero de 1848, los mexicanos aceptaron la paz cuando se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo. A pesar de que los EE. UU. Obtuvieron la victoria, acordaron pagar a México 15 millones de dólares en efectivo por la tierra que codiciaban. México había perdido la mitad de su territorio, un área más grande que Francia y Alemania juntas. La frontera americana con México se extendería desde el Golfo de México, hasta el Río Bravo, hasta la frontera de Nuevo México. Luego continuaría hacia el oeste hasta el Pacífico en un punto de una liga, o tres millas, al sur de San Diego.

El franco Duque de Wellington dijo que el general Scott era "el mejor soldado vivo". Había sido la flexibilidad y la imaginación de Scott, su atención al reconocimiento y su tendencia a atacar desde un lado inesperado que proporcionaba las tácticas que ganaron la guerra. Además, contó con el apoyo de oficiales sólidos como Thomas (más tarde Stonewall) Jackson, Robert E. Lee, US Grant, P.T. Beauregard y Jefferson Davis. Solo 13 años después, todos estos hombres se convertirían en jugadores principales en la Guerra Civil Americana.

Con esta victoria, la expansión de los Estados Unidos continentales de costa a costa estaba completa. Y, además de México, los infantes de marina también habían capturado las palabras iniciales de su futuro himno marino.


Weapons and Warfare

domingo, 2 de diciembre de 2018

Argentina: Los territorios ganados desde el Virreinato

Expansión territorial Argentina


Historia digital - Artículos y fotos


Escrbí este artículo hace muchos años para tratar de desterrar la idea de las pérdidas territoriales de Argentina y tratar de mostrar cómo fue el proceso completo de formación de las fronteras nacionales más allá de una afirmación vacía. En un futuro espero poder expandir y profundizar mi trabajo para armar un estudio más complejo pero, mientras tanto, los invito a leerlo.



Por lo general la gente tiende a repetir una falacia que nos inculcaron desde la escuela "los argentinos somos unos boludos, desde 1810 que no hacemos otra cosa que perder territorio".
Muchos de los argumentos esgrimidos por los defensores de tal falacia es:
  • Perdimos la Banda Oriental
  • Perdimos Tarija
  • La guerra contra el Paraguay no nos dejó nada y solo le sirvió a Brasil.
  • Chile nos negó la salida al Pacifico.
Pero lo cierto es que muy poca gente (incluso muy pocas de las personas con alto nivel educativo) siquiera conocen la realidad que existió en estos territorios luego de 1810 y, por lo general, solo les queda en la cabeza esa estupidez que nos enseñaron en la primaria, que Argentina por fuerza debería haber conservado los territorios que le pertenecían al Virreinato del Río de la Plata.




En la imagen se puede ver claramente que si la Argentina se ubiese constituido sobre los restos del Virreynato, hoy controlaría: Uruguay, Paraguay y Bolivia en su totalidad.

Pero es importante remarcar un error garrafal de todos los que tratan de interpretar la historia desde un mapa. El Virreynato del Río de la Plata existía como tal en los papeles y por obra del poder real que venía desde España. Si el rey afirmaba que los territorios de la Banda Oriental debían ser gobernados desde Buenos Aires, así sería, y si disponía lo contrario también se cumpliría.
Pero al desaparecer la figura del rey, con la invasión de Napoleon Bonaparte, a princpios del siglo XIX, el elemento aglutinador desapareció y todos los focos de poder que existían dentro del Virreynato comenzarón a reclamar el liderazgo regional.
En esta circunstancia era imposible que el territorio se mantuviera bajo el control de Buenos Aires, simplemente ninguno de los focos de poder tenía el poder para acaparar la supremacia sobre los demás.



Una vez que eliminamos las distracciones y nos centramos en el territorio que REALMENTE poseía el virreynato podemos ver que ya no es tanto como parecía ser.
La poderosa Buenos Aires apenas controla un 10% de lo que hoy es su territorio provincial, las actuales Córdoba, San Luis y Mendoza apenas tienen un 50% de su territorio actual e, incluso, la provincia de Santa Fe tiene frontera con los idios al norte y al sur.
La Banda Oriental se encontraba amenazada por los portugueses (de hecho este territorio fue siempre campo de batalla entre españoles y portugueses), lo mismo que Misiones que se adentraba directamente al territorio brasileño. Paraguay fue de los primeros en romper con el virreynato y nunca se plegó a los intentos de Buenos Aires de consolidar un gobierno.
Chile, al contrario de la creencia popular de muchos, jamás formó parte del virreynato, por lo que ya era un "estado" por su cuenta mucho antes de 1810.
En lo que respecta a los territorios del norte, su situación era delicada, ya que era el frente de batalla entre los revolucionarios y los realistas. Solo Tarija se plegó a las Provincias Unidas, pero fue imposible tener un gobierno sobre estos territorios dada la debilidad del poder de Buenos Aires y las constantes riñas internas.
Incluso viendolo muy por arriba, es muy claro que el Virreynato del Río de la Plata no era una unidad organica, se mantenía unido únicamente por la autoridad del rey y al desaparecer esta, la construcción que se mantenia por su poder se desplomó como un castillo de naipes.
Lo que quedó fue una serie de poderes locales que, primero, se solidarizaron en su guerra contra los españoles, pero que, una vez concuida esta, comenzaron un conflicto por ver quien era el que debía controlar a los demás.
El conflicto entre federales y unitarios fue, sin duda, uno de los problemas más grandes que tuvo el país y que frenó su expanción durante varias décadas.
Sin ir más lejos, la frontera sur del país apenas si se movió durante ese periodo (salvo la excepción de Buenos Aires que corrió sus fronteras unos cientos de kilómetros).



Esta imagen que adjunto es una resumen muy por arriba de como se encontraba el país aproximadamente en 1830. Hay muchas desprolijidades y obvie muchos detalles, pero mi idea no es dar una imagen puntillosa del proceso fronterizo (al menos no en este post, me falta mucha investigación para poder dar detalles como corresponde) sino que se pueda ver en un vistazo lo precario de la frontera en esos años.

En azul remarqué los territorios más antiguos de la argentina, que si bien llegaron a cambiar de manos durante su historia, casi no corrieron riesgo de haber caido bajo el poder de competidores locales.
En rojo se ve la expanción territorial de Buenos Aires durante el periodo de Rosas.
Casi no se ve bien, pero más abajo se encuentra la ubicación de la Fortaleza Protectora Argentina (Fundada en 1828 y que luego se volvería Bahía Blanca) y más abajo Carmen de Patagones, fundada por los españoles antes de 1810.
La frontera sur casi no cambió desde 1779, fecha en la que los espaoles expandieron un poco la línea fronteriza de Buenos Aires. Si bien el empuje hacia el sur fue constante, también fue lento y no fue sino hasta los tiempos de Roca en los que el país estuvo en condiciones de volver efectivo su poder sobre los territorios patagónicos.
Aunque el tema del indio siempre fue un problema en el sur (que se encontraba abierto a los malones), en el norte la situación era más delicada ya que era donde se encontraban los principales competidores del país.
Misiones, por ejemplo, pasó de manos varias veces, entre los brasileños, los paraguayos y los argentinos. El Gran Chaco también fue un territorio disputado entre la Argentina y Paraguay y solo la Guerra de la Triple Alianza aseguró la poseción argentina sobre estos dos territorios (Gran Chaco y Misiones), fijando la frontera entre Paraguay y Argentina en el Río Pilcomayo.



Aunque Argentina pretendía más territorio del que actualmente posee, sus ambiciones territoriales no lograron cristalizarse al 100%.
En 1878 el Presidente de Estados Unidos Rutherford B. Hayes se desempeñó como arbitro en el laudo entre Argentina y Paraguay, dandolé la razón a este último y cediendole la soberanía sobre este territorio (el cual, hoy día, lleva su nombre).
Aun con esta "perdida" territorial, no se puede negar que la guerra de la Triple Alianza, aunque trágica en si misma, representó una ampliación y un fortalecimiento de la frontera noreste del país, sobre todo con la recuperación de Misiones. (Ganancias territoriales argentinas 1870).
Es curioso que la cuestión de la frontera noroeste sea un poco menos conocido por la gente que no ha pasado de la historia básica de la primaria/secundaria.
Grande fue mi sorpresa, cuando comencé a interesarme un poco más por la formación del Estado Argentino, sobre la existencia de Tarija como una de las firmantes de la independencia Argentina, incluso siendo una provincia de las Provincias Unidas.
No voy a discutir en este post sobre la perdida de este territorio ya que es algo muy extenso y por ahora no tengo el tiempo como para investigar esto a fondo.
Sin embargo remarcaré una de las consecuencias de este conflicto fronterizo y esto es: La Puna de Atacama.
Este territorio se encontraba, hacia 1879, bajo control chileno como resultado de la Guerra del Pacífico. Sin embargo, como resultado de las negociaciones entre Argentina y Bolivia, este territorio fue cedido a nuestro país como compensación por Tarija.
No fue sino hasta 1898 que Argentina y Chile buscaron solucionar su conflicto fronterizo por medio de un laudo (ya que este territorio había sido excluido del tratado de límites de 1881).
El resultado del laudo fue ampliamente favorable para la Argentina que conservó el 85% de la superficie disputada (unos 64.000 kilómetros cuadrados).
Este nuevo territorio fue denominado Territorio Nacional de los Andes. Existió como tal hasta 1943 cuando, por su escasa población, este territorio fue disuelto y repartido entre las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca.




La frontera sur fue, sin duda, una de las ganancias territoriales más grandes del país.
Si bien los indios de la zona resistieron el avance de los españoles (y luego de los revolucionarios) por cientos de años, sin duda su resistencia, aunque era tenaz, se vio ayudada por el hecho de que ninguno de los primeros conquistadores hubiese contado con los medios para hacer efectiva esta conquista.
Para 1879 Julio Argentino Roca lanzó su famosa "Campaña al Desierto", que fue el golpe final contra los indios.
La campaña de Roca se concentró en atacar a los indios en su territorio y aniquilar los focos de resistencia, penetrando en un movimiento de cuña.
Una de las columnas bajó desde mendoza, y otra, comandada por Roca, salió desde la provincia de Buenos Aires con rumbo a Choele Choele para luego reunirse en Neuquen con la columna mendocina.
Otras varias columnas descenderian hasta el interior del territorio pampeano para limpiar a los grupos que escaparan.
Si bien la campaña tuvo un exito sin precedentes, no fue la primera en actuar en la zona. Sin ir más lejos, Rosas mismo llegó hasta Choele-Choele.
La gran diferencia entre Rosas y Roca eran los medios de los que cada uno disponía.
No fue hasta 1860 que Argentina comenzó a articularse realmente como un país, dejando de ser una mera unión de provincias recelosas y desconfiadas las unas de las otras.
Esta unión de la nación fue la que permitió que se lanzara una campaña realmente exitosa, afianzando el dominio argentino hasta el Río Negro.
Sin embargo la colonización de la Patagonia también tuvo otros protagonistas no tan famosos como Julio A. Roca.
Para ir terminando con el articulo, quisiera destacar que, hacia 1865, el movimiento colonizador fue impulsado desde el estado nacional con el fin de acentar población en los territorios pretendidos.
Si bien, en la imaginación colectiva moderna, la patagonia es y fue argentina, esto no era algo cierto en el siglo XIX.
Para la gran mayoría de los estados, sobre todo los europeos, la patagonia era Res Nulus, osea, tierra de nadie. Incluso existió un efimero reino en la patagonia.
Quizás hoy día paresca una idea graciosa sobre un loco frances que quiso formar un país en las comarcas autrales. Lo cierto es que en su época no fue muy bien visto ni por Chile, ni por Argentina. Sin duda cualquier país europeo podría llegar con la idea de ocupar el territorio (como ya lo habían demostrado los ingleses con las Malvinas).
La colonización de la Patagonia fue uno de los primeros movimientos del Estado Nacional para asegurar su soberanía sobre este territorio.
Como ya dije, en 1865, se fundaron las colonias galesas en el valle del Río Chubut. Por suerte para el país, los políticos de aquella época no eran tan incompetentes como se nos dice hoy día, y se aseguraron de que esas colonias reconocieran la soberanía argentina (sino es probable que hoy los territorios del sur fueran conocidos como New Shout Wales!).
Otro hecho destacado, y mucho menos conocido por el ideario común, fue la acción del Comodoro Py (quien prestó su nombre para la calle de los famosos tribunales) quien navegó hasta Santa Cruz e hizó la bandera nacional en 1878.

Sin duda es muy claro que la Argentina es un estado que expandió sus fronteras sin parar desde 1810 hasta 1890. Las fronteras actuales del país son el resultado de 80 años de luchas contra vecinos y conflictos internos.
No cabe duda que las ganancias territoriales del país podrian haber sido mayores. Quizás la perdida más vergonzosa del país haya sido la de la Banda Oriental, por culpa de una política de Buenos Aires; pero sin duda las ganancias fueron mayores que las perdidas.
Argentina es, hoy día, el octavo país en cuanto a superficie. Entre los primeros diez se encuentran: China, Estados Unidos, Canada, Rusia, Brasil, Australia e India.
En esta lista se encuentran los dos contendientes de la guerra fría, potencias de primer orden y potencias de segundo orden, además de potencias emergentes.
Obviamente que esto no quiere decir nada sobre la calidad de nuestro país (por estár en esta lista no somos una potencia per se), pero si hablamos en terminos de conquista territorial, sin duda es claro que el resultado de las políticas expancionistas nacionales existieron y ubo un deseo de ampliar los territorios. La idea de que Argentina perdió territorio por sabotaje de su clase política o estupides de la misma, es una idea sin sentido que no se condice con la realidad que vemos.
Muchas de las perdidas territoriales que sufrió el país fueron el resultado de elegir el menor de dos males. Asegurar Tarija probablemente ubiese desatado una guerra entre Argentina y Bolivia (y quizás también con Chile), podriamos haber anexianado más territorio del Paraguay si las tropas argentinas se ubiesen dedicado a masacrar paraguayos una vez que la guerra se había ganado, la pérdida de Uruguay fue, hasta cierto punto, un buen resultado dada la dificil circunstancia que vivía el país, sumido en guerra civil y en guerra contra el Brasil.
Lamentablemente existe una constumbre del pueblo argentino de desmerecer los logros nacionales, de un derrotismo constante y una necesidad de minimizar el poderio de la nación así como su historia.
Tratar de explicar esto sería dejar de lado la historia para sumirnos en la sociología, lamento que mis conocimientos sobre la materia sean reducidos, pero por ello me abstendré de profundizarlo.
De todas formas creo que mi objetivo está cumplido. Es muy claro que Argentina, en una escala global, NO perdió, DE NINGUNA MANERA, territorios, todo lo contrario. Desde 1810 en adelante se ha dedicado (con diferentes grados de éxito) a expandir sus fronteras y solo se detuvo cuando era imposible continuar creciendo sin el riesgo de desatar una guerra.


sábado, 1 de diciembre de 2018

El 88 alemán en servicio en otros países (incluido Argentina)

8.8cm sirviendo con otras naciones de usuarios aparte de Alemania

Weapons and Warfare




Se cree que los 18,8 Flak 18s en desfile en esta fotografía son parte del lote vendido a Argentina en 1938. Los tractores son modelos Pavesi o Fiat / Spa.



Durante la Segunda Guerra Mundial, se prestó servicio en 88 naciones distintas de Alemania. Entre 1936 y 1945 se consideró necesario repartir o vender 88 a varias naciones aliadas o simpatizantes con los objetivos de guerra de Alemania, a pesar de la creciente necesidad de equipar a las fuerzas armadas alemanas con tantas armas antiaéreas como sea posible. ser fabricado

Una de las primeras transferencias de 88 vino con la venta de un lote de aproximadamente dieciocho 8.8 cm Flak 18 en Argentina. Esta fue una venta comercial negociada directamente con Krupp AG, que entregó las armas a Buenos Aires alrededor de 1938. Una vez en Argentina, las armas defendieron la capital nacional durante muchos años hasta y después de 1945, pero aparentemente nunca dispararon con furia.

Otra transferencia anterior a 1939 involucró las armas llevadas a España por la Legión alemana de cóndores de "voluntarios" luchando junto a los nacionalistas durante la guerra civil. Inicialmente, se llevaron cuatro baterías de cuatro pistolas de 8.8 cm FlaK 18 y una quinta batería llegó poco después para formar lo que se conoció como Flak Abteilung 88, o F / 88. Contrariamente a la creencia general, estas armas sostenidas por los alemanes se conservaron principalmente para el papel de defensa aérea y rara vez se dispararon a objetivos terrestres.

Más 88 llegaron por tema directamente a los nacionalistas españoles a medida que avanzaba la guerra. Fueron los nacionalistas, siempre escasos de artillería actualizada, los que iniciaron el uso del 88 contra objetivos terrestres: los observadores alemanes tomaron nota del hecho e informaron a Berlín en consecuencia. Cuando los alemanes abandonaron España en 1939, dejaron todas sus armas en España para ser adoptados como uno de los pilares de las defensas aéreas de España. Para 1945, sus números, incluyendo 88 ejemplos del FlaK 36, habían aumentado a 140. Más tarde se agregarían (ver más abajo).




Artilleros estadounidenses que emplazan un 8,8 cm PaK 43 capturado adecuadamente marcado para usar contra sus antiguos dueños.


Una vez que Italia entró en la guerra junto a Alemania en 1941, se vio que era necesario pasar grandes cantidades de material de guerra alemán a su nuevo aliado de combate, ya que los niveles de equipamiento de las fuerzas armadas italianas eran peligrosamente bajos y, a menudo, de baja calidad. Esto se aplicó particularmente a los cañones antiaéreos, aunque los italianos ya tenían un arma tan bueno como el alemán 88 en producción, no tenían suficientes y su capacidad para fabricar más era limitada. El cañón italiano era el Cañón Ansaldo da 90/53 CA, que se ordenó para la producción en serie en 1939, pero a mediados de 1943 solo 539 se habían entregado en vehículos estáticos, remolcados, blindados y en camiones. Una vez en servicio, las armas se agregaron a la serie de armas un tanto antiguas y variadas que ya estaban en el inventario de armas antiaéreas italianas y algunas se desviaron a tareas de defensa de la costa. Mientras que los números de Cannone da 90/53 CA vieron el servicio de campo en el norte de África, los alemanes consideraron oportuno descifrar sus números al entregar una cantidad de 88 a los italianos, quienes los tomaron como el modelo Cannone da 88/56 CA 18-36. El número exacto no se conoce, pero todos los ejemplos restantes aún en Italia volvieron a ser propiedad alemana después del armisticio italiano de julio de 1943.
Una vez que se completó la toma de control por parte de Alemania de Checoslovaquia en 1939, el nuevo estado de Eslovaquia entró en vigor ya en Alemania. El nuevo estado asumió su participación en el antiguo inventario militar checo-eslovaco, y el pesado parque de armas antiaéreo estaba compuesto en gran parte por Škoda de 8,35 cm kanon PL vzor 22/24 piezas de una generación de diseño anterior. Dado que el Ejército eslovaco estaba asignado a tareas en apoyo de la Operación Barbarroja, los alemanes decidieron entregar 24 cañones de 8,8 cm FlaK 36 y 37 (junto con una amplia gama de otros equipos militares), los primeros 4 de ellos llegaron en marzo de 1941, junto con los primeros lotes de lo que se convertiría en un total de 17.280 cartuchos de municiones. Para marzo de 1944, los veinte pistolas sobresalientes, todos ellos / 2 pistolas estáticas de carro, se habían agregado a los cuatro originales. La mayoría de estas armas fueron retenidas para la defensa doméstica y sirvieron con el estado checo-eslovaco restaurado después de 1945.

Finlandia tuvo una postura de guerra algo confusa entre 1939 y 1945, a veces aliada con Alemania y otras hostil. En 1941, Finlandia estaba del lado de Alemania debido a su deseo de reparar su derrota y pérdida de territorio tras la Guerra de Invierno de 1939-1940 con la Unión Soviética. La invasión alemana de la Unión Soviética en 1941 dio a Finlandia la oportunidad de participar en lo que denominaron la Guerra de Continuación. A lo largo de los años, el brazo finlandés de defensa aérea ha logrado acumular una variada colección de armas antiaéreas de toda Europa. Durante 1943, estos se complementaron cuando el estado finlandés compró 18 armas remolcadas de 8,8 cm FlaK 37 de Alemania para equipar 3 baterías antiaéreas de 6 cañones que defendían Helsinki. Estas tres baterías fueron controladas por tres predictores de control de incendios Kommandogerät 40 importados, conocidos localmente como Lambda.

Otros setenta y dos FlaK 37 fueron adquiridos durante 1944, esta vez en / 2 montajes estáticos. De estos, 36 armas fueron asignadas a la defensa de Helsinki, con Kotka, Tampere y Turku recibiendo cada una 2 baterías de 6 armas. También había una batería de doce cañones en Kaivopuisto, otra parte de las defensas de Helsinki. Todas estas pistolas se mantuvieron hasta mucho después de 1945. Los finlandeses conocían sus pistolas como 88 mm: n ilmatorjuntakanuuna vuodelta 1937 mallia Rheinmetall-Borsig (ItK / 37 RMB), por alguna razón asignando su procedencia a Rheinmetall-Borsig (aunque se ha encontrado una referencia) a una RT alternativa).

Quizás los usuarios finales más inusuales de los 88 durante los años de guerra fueron los aliados. A fines de 1944, las fuerzas terrestres aliadas en Europa habían avanzado tan lejos de sus recursos de suministro a través del Canal que las existencias de suministro de primera línea a menudo se encontraban peligrosamente bajas durante el mal tiempo o cuando surgía una escasez de transporte. Esos suministros incluían municiones de artillería, por lo que se convirtió en un recurso común para las unidades de primera línea para revertir las considerables cantidades de equipos de artillería capturados en contra de sus antiguos propietarios y utilizar las existencias de municiones disponibles.

Tanto las baterías británicas como las estadounidenses emplearon tales medidas, el Ejército de los EE. UU. Llegó a formar "Baterías Z", específicamente para utilizar artillería y municiones capturadas, dentro de sus batallones de artillería de campo. En una etapa, en noviembre de 1944, la 32ª Brigada de Artillería de Campo del Primer Ejército de los Estados Unidos creó dos batallones provisionales que estaban completamente equipados con equipos de artillería alemana capturados. Incluidos en el recorrido capturado se encontraban cañones de 8,8 cm FlaK y PaK, obuses de campo de 10,5 cm y 15 cm y cañones GPF franceses de 155 mm previamente adoptados por los alemanes. Esta impresión de los 88 capturados por los Aliados fue un recurso de campo de batalla que generalmente duró solo mientras duraron las existencias de municiones capturadas. Sin embargo, ya en junio de 1943, el Ejército de los EE. UU. llegó a la medida de preparar y emitir un manual de servicio para el Flak 36 de 8,8 cm (TM E9-369A) después de extensos estudios técnicos realizados en equipos capturados en Túnez.

Posterior a 1945

Una vez que terminó la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los 88 alemanes fueron desechados o relegados a ser trofeos de guerra o piezas de museo. Sin embargo, algunas naciones europeas, que habían heredado montones de armas una vez que las fuerzas armadas alemanas habían abandonado los países que habían ocupado antes, decidieron armar a sus fuerzas armadas recién emergidas con armas alemanas, al menos hasta que pudiera obtenerse algo mejor (generalmente a través de la ayuda militar estadounidense). ). Estas armas incluían la serie Flak 18/36/37 de 8,8 cm; ninguna nación de PaK 43 parece haber sido adoptada por ninguna nación después de 1945, aunque muchas de sus innovaciones técnicas fueron estudiadas y utilizadas a menudo.



Numerosas naciones cayeron en esta categoría. Esto incluyó a Noruega, que se hizo cargo de nada menos que 360 ​​88 de un total de 505 que quedaron cuando los alemanes partieron, y el resto se eliminó antes de que los Aliados decidieran que podrían ser útiles para defender la Noruega de posguerra. La Luftwaffe había organizado estas armas en cuatro Brigadas Flak con sede en Oslo (173 armas), Stavanger (86 armas), Vaernes (86 armas) y Tromsø (158 armas). Algunas de las armas involucradas tenían un doble papel de defensa aérea / defensa costera y, cuando fue posible, los noruegos simplemente se hicieron cargo de las instalaciones existentes.

El total noruego de 360 ​​cañones incluyó 141 Flak 36 remolcados, más 15 en instalaciones estáticas. También hubo 55 remolcados Flak 37s y 139 estáticos. Estas pistolas se mantuvieron hasta principios de la década de 1950, cuando comenzaron a ser complementadas y luego reemplazadas en el papel de defensa aérea por números de American 90mm Gun M1A1 y M2s. Incluso en los años 88, los soldados siguieron adelante porque en 1957 fueron transferidos 125 artilleros de 88 mm a la artillería de la costa. En este cargo duraron solo hasta mediados de la década de 1960, cuando fueron retirados como parte de una política para limitar los equipos noruegos de artillería costera a aquellos con calibres de 105 mm, 127 mm y 150 mm (todos ellos antiguos cañones navales alemanes) para facilitar el entrenamiento y la logística. situación. Noruega investigó la adopción de los 8,8 cm PaK 43/41 (posiblemente para empleo como arma de defensa costera), pero no parece haber sido aceptado para su servicio.

Otras naciones usuarias de la posguerra incluyeron Yugoslavia, donde se asignaron algunas armas a la defensa costera instalada en búnkeres de hormigón especialmente construidos con protección en la parte superior. Otro usuario posterior a 1945 fue Czecho-Slovakia, que recibió cualquier FlaK 41 restante además de los otros modelos de FlaK; todos fueron eventualmente reemplazados por equipos soviéticos. Unos pocos yugoslavos 88 sobrevivieron para ver una acción limitada durante los Problemas de los Balcanes de los años noventa.

Francia también adoptó 88 abandonados una vez que los alemanes abandonaron Francia, enviando un número de cañones Flak para ser usados ​​en sus campañas de Indochina de posguerra junto con una serie de reliquias de artillería de la ex Segunda Guerra Mundial (e incluso de la Primera Guerra Mundial), incluyendo Antiguas piezas de artillería japonesa. Los años 88 franceses no tenían nada que ver con la defensa aérea una vez que llegaron a Indo-China, ya que la oposición local no tenía ningún activo de aviación, por lo que las armas se emplearon en el papel de artillería de fuego directo o indirecto. Como tales, probablemente fueron los últimos 88 en participar en una guerra de tiro en vivo a gran escala.

Otras naciones adoptaron el 88 como una medida a largo plazo, una de ellas es Finlandia. Para 1945, esa nación había acumulado numerosos tipos de armas antiaéreas, pero consideraban los noventa FlaK 37 que habían adquirido durante 1943 y 1944 como los mejores en su inventario. Las armas colocadas alrededor de varias ciudades finlandesas fueron retenidas hasta 1969 como armas de defensa aérea (el último personal asignado a ellas fue entrenado durante 1967) y aún así continuaron sus carreras de servicio. Las armas se pasaron al brazo de artillería de la costa, donde se soldaron hasta fines del siglo XX. Al principio, se instalaron como armas móviles de defensa costera de baja trayectoria, pero gradualmente fueron relegados a tareas de entrenamiento y, finalmente, a disparar durante los ejercicios para conservar municiones que de otro modo habrían sido disparadas por armas más modernas, un papel cada vez menor. número de 88s todavía se está realizando hasta el día de hoy. Muchas armas aún están almacenadas como armas de reserva, aunque su posible utilidad como tal parece más improbable a medida que pasan los años. La munición para estas armas fue fabricada localmente por la preocupación de que, después de varios cambios de nombre, se convirtió en Patria Vammas.

Quizás la nación usuaria más involucrada del 88 después de 1945 fue España. Para 1945, el número de cañones Flak 18 y 36 enviados a España, en un intento por mantener al general Franco de España al menos simpatizando con la causa de Alemania, había llegado a 140. Una estrategia adicional para mantener a España en el lado alemán era ofrecer licencias de fabricación para varios Los diseños de armas alemanas, entre ellos el 8,8 cm Flak 18. Las negociaciones de licencia comenzaron a partir de mayo de 1941, pero llevó tiempo establecer las instalaciones de fabricación requeridas, sin la menor dificultad de obtener las materias primas y las máquinas herramientas necesarias en un momento en que Europa estaba en guerra

viernes, 30 de noviembre de 2018

Argentina: Convención de 1840 y combate de San Cala

Lavalle y la Convención de 1840


Revisionistas
 




General Juan Lavalle (1797-1841)

Luego de la firma del tratado de Makau-Arana Francia abandonó su actitud hostil contra la Confederación. Levantando el bloqueo, entregando la Isla de Martín García y restituyendo los buques y el armamento pertenecientes a la Confederación Argentina, se colocaba, pues, en el terreno en que Rosas planteó la cuestión desde el año 1838; y Rosas quedaba en perfecta libertad para aceptar o no un tratado por el cual los súbditos franceses domiciliados en Buenos Aires fuesen tratados como los de la nación más favorecida, sin que el hecho de negarse a suscribirlo pudiese dar margen a reclamación alguna.

Esto mismo lo había declarado el ministro Arana a Mr. Roger y Rosas al almirante Leblanc en sus comunicaciones oficiales del año 1838; y en guarda del derecho perfecto de soberanía, y para que la mera suspensión de las leyes y principios vigentes en la Confederación no pudiese ser interpretada como un asentimiento tácito a las pretensiones de Francia relativas a sus súbditos domiciliados en Buenos Aires, el artículo 6º de la convención contenía esta declaración concordante con aquellas; “Sin embargo de lo estipulado en el artículo 5º, si el gobierno de la Confederación Argentina acordase a los ciudadanos o naturales de alguno o de todos los Estados sudamericanos especiales goces civiles o políticos más extensos que los que disfruten actualmente los súbditos de todas y de cada una de las naciones amigas y neutrales, aun las más favorecidas, tales goces no podrán ser extensivos a los ciudadanos franceses residentes en el territorio de la Confederación Argentina, ni reclamarse por ellos” (1).

Aprobada que fue la convención por la legislatura, y ratificada por Rosas, el plenipotenciario de Francia mandó enarbolar a bordo de la Alcémene la bandera argentina y saludarla con veintiún cañonazos. Este saludo fue retribuido por la plaza de Buenos Aires: la bandera francesa fue izada en el campamento de Santos Lugares y al día siguiente, el 2 de noviembre, el barón Mackau y su estado mayor visitaron a Rosas concurriendo en seguida a las fiestas con que se solemnizó el restablecimiento de las relaciones con Francia.


Se comprende, pues, que este modo de zanjar las dificultades con una nación como Francia, fuese considerado como un triunfo para la Confederación Argentina. Por la convención del 29 de octubre de 1840, el gobierno argentino obtenía de Francia lo que no había podido obtener ninguno de los Estados sudamericanos, sobre los cuales esa nación hizo pesar la influencia decisiva de sus armas. Casi todos esos Estados se habían visto forzados a suscribir las exigencias de la Francia engreída con el éxito de sus expediciones sobre México y sobre Argel. Sólo Rosas se resistió a ello con firmeza inquebrantable. Y lo positivo es que después de dos años y medio de inútiles esfuerzos para amedrentar y sojuzgar por la fuerza, Francia obtenía por la convención muchísimo menos de lo que había exigido antes y después del bloqueo.

Y ante tales resultados, Rosas debió comprender, que por enérgicos que fuesen los sentimientos que conducían la lucha política en esa época en que ni se daba ni se pedía cuartel, él no podía seguir estimulando con la impunidad los ataques contra la propiedad y la vida que se perpetraban en Buenos Aires en los meses de setiembre y octubre de 1840. Sea que quisiese alentarlos realmente, dejando hacer al fanatismo; sea que no se creyese con poder bastante para reprimirlos en los días tremendos de la crisis, cuando el mismo se creía perdido ante la doble invasión de Lavalle y de la escuadra de Francia, es lo cierto que alrededor de su influencia y de sus prestigios se haba organizado en toda la Provincia la resistencia a esa invasión. Cuando su partido quedaba triunfante y él más fuerte que nunca, debía, pues, reaccionar por obra de su propia autoridad, siquiera fuere para no aparecer como autor de esos atentados ante propios y extraños, ante las clases principales de la sociedad que se habían asimilado con su gobierno por la tendencia conservadora, tal como lo presentaban sus enemigos interiores y de Montevideo.

Eso fue lo que hizo Rosas dos días después de ratificar la convención con Francia. Partiendo de que no había sido posible reprimir la exaltación popular producida por la invasión de los unitarios, pero que era justo que un pueblo valiente y generoso volviese a gozar de la seguridad cuando acababa de afianzar sus derechos, Rosas expidió un decreto según el cual sería considerado perturbador del orden público y castigado como tal, cualquier individuo, “sea de la condición o calidad que fuere”, que atacase la persona o la propiedad de argentino o de extranjero. La simple comprobación del crimen bastaba para que el delincuente sufriese la pena discrecional que el gobierno le impondría; y el robo y las heridas serían castigados con la pena de muerte.

Y a objeto de cumplir lo pactado en el artículo 3º de la convención del 29 de octubre (2), Rosas nombró al general Lucio Mansilla comisionado ad hoc, para que acompañado del comisionado francés Mr. Halley se dirigiese al campo de Lavalle, le presentase dicha convención, y le manifestase franca y confidencialmente que el gobierno de Buenos Aires quería concluir la guerra sangrienta en que se habían los partidos empeñado, y que se prolongaría mientras Lavalle y sus amigos de Montevideo la alimentasen; que si Lavalle peleaba por la organización de su país, el medio que empleaba era el menos conducente a ello, pues las provincias perseguían un ideal político distinto del que a él le servía de bandera, y contaban con recursos suficientes, sino para triunfar, cuando menos para quitarle toda esperanza en el triunfo, como lo comprobaban los sucesos. Que la organización vendría como consecuencia del convencimiento de los partidos políticos, y de las mutuas concesiones que se hicieran. Que en semejantes circunstancias le ofrecía al general Lavalle las seguridades y garantías que pidiese, con tal que dejase las armas, pudiendo residir donde quisiese, si no prefería venir a Buenos Aires, donde sería reconocido en su grado y antigüedad sin perjuicio de ser investido en primera oportunidad con una misión en el extranjero. Rosas le recomendó al comisionado que persistiese en su cometido, aunque encontrara resistencia en el general Lavalle; y que al ofrecer análogas seguridades y garantías a los jefes que a éste acompañaban, recogiese de dicho general proposiciones, si no admitía las que él llevaba para terminar la guerra.

El día 22 de noviembre los comisionados llegaron en el Tonnerre frente a la ciudad de Santa Fe. Como Lavalle ya se encontraba a unas leguas de la ciudad, le comunicaron en nota oficial su arribo y sus objetos. Tres días después, Lavalle le dirigió una carta particular a Mr. Halley en la que, sin reconocerle carácter oficial, se limitaba a manifestarle que pensaría si debía o no tratar sobre el arreglo que se le proponía. A la nota oficial del comisionado argentino no respondió ni con un simple acuse de recibo. A pesar de esto, Mr. Halley resolvió trasladarse al campo del general unitario. Ajustándose a sus instrucciones, el general Mansilla acompañó al comisionado francés. El día 30 supieron que Lavalle acababa de ser derrotado en el Quebracho y prosiguieron su camino llegando dos días después al cuartel general de Oribe. Este les hizo saber que Lavalle se encontraba reunido con Lamadrid a inmediaciones de la villa de Ranchos, y que no continuaría sus operaciones por el momento. Allí se dirigió el comisionado francés, seguido a cierta distancia del argentino.

Una vez en el campo de Lavalle, Mr. Halley abundó en consideraciones de carácter político y privado para persuadirlo que debía aceptar el artículo 3º de la convención, y le entregó una carta del barón Mackau que se contraía a lo mismo. Pero Lavalle eludió una respuesta definitiva, limitándose a reprochar duramente la conducta desleal de los agentes franceses, quienes le habían prometido su auxilio decidido en la campaña contra Rosas (2).

Halley lo instó reiteradamente a que tuviese una entrevista con el general Mansilla, manifestándole que éste traía instrucciones confidenciales, y el encargo especial de recibir proposiciones, si el general Lavalle no aceptaba las que desde luego podía formalizar para terminar la contienda armada. Lavalle declaró rotundamente que su honor le impedía aceptar los beneficios que le propusiera Rosas; y el comisionado francés fue a reunirse con el argentino quien lo esperaba a tres leguas de distancia, en la casa de Cabrera. “Allí le pregunté –dice el general Mansilla en la nota en que da cuenta del resultado de su comisión (4)- que contestación había recibido y qué disposiciones tenía Lavalle de conferenciar conmigo; y me respondió estas textuales palabras: que Lavalle no le había dicho si admitía o no el artículo 3º; que no quería recibirme; que si yo quería ir a él se separaría, pero que no respondía de mi vida; y que antes de ocho días le remitiría Lavalle la contestación de la carta del barón Mackau, por conducto del general en jefe del ejército de la Confederación”.

Como ésta no se recibiese, y todo inducía a creer que Lavalle rechazaba el arreglo, Oribe les manifestó a los comisionados que proseguía la marcha de su ejército, después de haberla suspendido con perjuicio de sus operaciones y sin otro motivo que el de dar lugar a dicho arreglo. Los comisionados obtuvieron todavía una tregua. Mr. Halley se dirigió nuevamente al campo de Lavalle llevando una carta del coronel Pedro J. Díaz (prisionero en el Quebracho) en la que interponía su amistad con aquél para que aceptase la convención y las proposiciones que se le hacían. Todo fue infructuoso. Lavalle resistió el arreglo y así se lo comunicó al barón Mackau.

Era un arranque de abnegación el de Lavalle rechazar el arreglo y las ventajas personales que Rosas le ofrecía, en circunstancias en que los ejércitos federales lo perseguían victoriosos y en que todo le anunciaba su ruina inevitable. El declaraba con arrogancia que su honor militar y su dignidad le impedían aceptar semejantes proposiciones, porque hacía cuestión de vida o muerte el derrocamiento de Rosas. Pero considerada esta profunda negativa del punto de vista del hecho político y sus consecuencias, se deduce sin violencia que Lavalle lo sacrificaba todo a su absolutismo partidario, exaltado por el odio que estimulaban en él sus consejeros, a quienes no se les ocultaba que si el animoso caudillo unitario renunciaba a encabezar la guerra civil, ellos quedarían reducidos a la impotencia relativa, sin otra bandera, sin otra esperanza que la constitución del año de 1826 a la cual hacían fuego todos los pueblos de la República. Y al proceder así se constituía fatalmente en causa retardataria de la organización nacional por la cual decía haber tomado las armas. Si reputaba inaceptables las proposiciones del adversario vencedor, lo natural era que propusiese por su parte cualquier arreglo en beneficio del país, en vez de rehusarse a recibir al comisionado argentino que lo seguía en el camino de la derrota, y llevar el rencor hasta hacer responder las notas de aquél por una corneta de su ejército y en términos ultrajantes (5). Quiroga, en posición militar mucho más ventajosa, en el año 1826 se limitó a devolver sin abrirlo el pliego del presidente Rivadavia, ignorando que en ese pliego se le reconocía como general del ejército y se ordenaba que fuese a tomar parte en la guerra contra el Brasil.

Los sacrificios que imponía el patriotismo ante el cuadro desconsolador de una guerra civil tremenda, conducida por un absolutismo que comprometía hasta el principio republicano y la integridad de la República, debían pesar sobre Lavalle más que la circunstancia de ser Rosas quien le proponía la paz y la concordia. Diez años antes Lavalle, fiado en el honor de si adversario, se había dirigido solo al campamento de Rosas; y después de celebrar con éste un arreglo honorable, lo había llamado públicamente el primero entre los porteños. Tarde era ya para que Lavalle invocase el honor y la dignidad como causa para proseguir una guerra cruenta, cuando desde dos años atrás venía haciéndolo aliado a los franceses y con los dineros y recursos de los mismos que agredían a la República Argentina y se habían apoderado de una parte de este territorio. Si Lavalle había admitido con todas sus consecuencias esa alianza de un poder extraño contra la propia patria, era lógico cuando Francia había zanjado satisfactoriamente la contienda, que entrase él también en el orden de cosas que tal hecho establecía, y que la misma Francia se empeñaba en dejar establecido por lo que hacía a Lavalle y su partido en armas. El general Lavalle prefirió dejarse conducir por el odio desatentado que arrasó su patria durante largos años de infortunio y de prueba; y si algo atenúa su gran yerro es que lo sacrificó todo, sobreponiéndose a los desencantos y a los reveses y dejando caer su espada recién cuando cayó él si vida.

Combate de San Cala



Despedida en la Sorpresa de San Calá en 1841, del pintor Juan Manuel Blanes

Los comisionados argentino y francés regresaron a Buenos Aires a fines de diciembre, y el general Oribe entró con su ejército en la ciudad de Córdoba, restableciendo en su cargo al gobernador de esa provincia Manuel López, y poniéndose en comunicación con los gobernadores de Mendoza y San Luis, quienes estaban al frente de fuerzas respetables. A la aproximación de Oribe sobre Córdoba, Lamadrid se había retirado con alguna fuerza, yendo a reunirse con Lavalle que se encontraba en Jesús María. Pero como este último no tenía elementos con qué resistirle a Oribe, marchó en dirección de Tucumán desprendiendo al coronel Vilela con una división de mil hombres para que apoyase en Mendoza un movimiento que acababan de hacer estallar sus partidarios. Encontrándose en el río de Albigasta, el cual divide la provincia de Santiago de la de Tucumán, supo que la división de Vilela había sido sorprendida y destruida los días 8 y 9 de enero de 1841en San Cala, por otra división que a su vez desprendió Oribe al mando del general Angel Pacheco. Este nuevo contraste, cuando ya no quedaban del ejército libertador mas fuerzas que la división del coronel Acha y los restos que conducía Lavalle, obligó a este último a hacer pie en Catamarca para organizar allí la resistencia.

“… sólo he disminuido en el parte la cantidad de muertos; porque siempre he querido dar a la guerra el carácter menos sangriento. 57 entre jefes y oficiales, y más de 500 individuos de tropa prisioneros acreditan hoy la verdad en nuestro campo. La guerra debió de haber concluido en Córdoba, teniendo los enemigos a su espalda tan largas travesías, que aun sin ser hostilizados, se han visto obligados a abandonar su artillería y a perder algunos centenares de hombres muertos de sed, y dispersos que han empezado a recalar a las poblaciones de Santiago. Puede ser que todavía intenten continuarla con sus miserables restos; pero los recursos de que pueden disponer están ya muy agotados y siempre fueron muy mezquinos; de ahí el interés de ir a proveerse de la provincia de Buenos Aires; pero ya es natural que hayan abandonado esta esperanza….” (Carta del general Angel Pacheco a Hilario Lagos, fechada en Trouco-pou, el 30 de abril de 1841).

Por lo demás, la convención Mackau-Arana, desligando de sus compromisos a las partes que habían celebrado en 1838 la triple alianza contra el gobierno de Rosas, colocaba a éstas en el caso de lanzarse en nuevos rumbos para buscar en otro género de combinaciones los medios de proseguir la guerra. Pero entretanto, una de esas partes –el general Rivera- sentía más directamente los efectos de aquella convención, tanto por lo que hacía a los escasos medios propios que le quedaban, cuanto por que iba a quedar enfrente de su adversario, el general Oribe, cuyos parciales pronto se agitarían. Como fracasase en sus tentativas para propiciarse nuevamente a los agentes franceses, y su situación se hiciese bastante crítica, creyó salvar su responsabilidad diciendo que sus amigos lo habían traicionado. Entonces se apoderó de él una especie de despecho furioso, que habría alcanzado a sus principales partidarios si éstos no se hubiesen apresurado a calmarlo y a mostrarle cómo la situación no estaba completamente perdida. No obstante cayeron en su desgracia los que con mayor abnegación lo habían servido. “El Eco del Pueblo -le escribía a Martiniano Chilavert- tuvo el comedimiento de ingerir al traidor ingrato Núñez y ponerlo al frente, y yo por amor das dividas lo metí en el Pereyra y de allí saldrá muy en breve para fuera de cabos. Y si me andan con vueltas otros más han de seguir la misma suerte”.

Referencias


(1) Véase La Gaceta Mercantil del 2 de noviembre de 1840.
(2) El mencionado artículo establece: “Si en el término de un mes, que ha de contarse desde la dicha ratificación, los argentinos que han sido proscriptos de su país natal en diversas épocas después del 1º de diciembre de 1828, abandonan todos, o una parte de entre ellos, la actividad hostil en que se hallan actualmente contra el Gobierno de Buenos Aires, Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, el referido Gobierno, admitiendo desde ahora, para este caso, la amistosa interpretación de la Francia, relativamente a las personas de estos individuos, ofrece conceder permiso de volver a entrar en el territorio de su Patria a todos aquellos cuya presencia sobre este territorio no sea incompatible con el orden y seguridad pública, bajo el concepto de que las personas a quienes este permiso se acordare, no serán molestadas ni perseguidas por su conducta anterior. En cuanto a los que se hallan con las armas en la mano dentro del territorio de la Confederación Argentina, tendrá lugar el presente artículo sólo a favor de aquellos que las hayan depuesto en el término de ocho días, contados desde la oficial comunicación que a sus Jefes se hará de la presente convención, por medio de un Agente Francés y otro Argentino, especialmente encargado de esta misión. No son comprendidos en el presente artículo los Generales y los Jefes Comandantes de cuerpos, excepto aquellos que por sus hechos ulteriores se hagan dignos de la clemencia y consideración del Gobierno de Buenos Aires”.
(3) “El noble marino Mr. Halley -dice el señor Félix Frías- le ofreció al general Lavalle en nombre de su gobierno, para sus soldados, la amnistía de Rosas, y para él el grado y los honores de general francés. El general Lavalle contestó con la altivez de su carácter que no había peleado por miras personales, sino por patriotismo; y que no abandonaría a los pueblos que se habían sublevado contra Rosas confiando en ser guiados por él en la lucha”. (Discurso sobre la tumba del general Lavalle). Lacasa dice algo semejante en la Biografía del general Lavalle, pág. 179.
(4) Esta nota es de fecha 29 de diciembre de 1840 y va dirigida al Excelentísimo señor gobernador delegado don Felipe Arana, por el comisionado del gobierno para comunicar oficialmente a los argentinos armados dentro del territorio argentino lo contenido en el artículo 3º de la convención entre la Francia y la Confederación.
(5) Comunicación oficial del general Mansilla, ya citada.

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar
Saldías, Adolfo – Historia de la Confederación Argentina – Ed. El Ateneo, Buenos Aires (1951)