Así es el búnker secreto de Mussolini en Roma que permaneció 70 años cerrado
Roma abre por primera vez al público uno de los búnkeres construidos para el dictador italiano Benito Mussolini. Descubra cómo es y qué guarda en su interior.
El recinto, que abrirá sus puertas esta semana, es uno de los numerosos refugios construidos durante la Segunda Guerra Mundial bajo la capital italiana que tenían como fin dar cobijo a líderes políticos y altos cargos en caso de que la ciudad fuera atacada.
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REUTERS Remo Casilli
Según el diario italiano 'Corriere della Sera', en muchos de estos búnkeres, incluido el de Mussolini, no se había entrado desde que finalizó la guerra.
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El refugio personal antiaéreo de quien fuera el líder del movimiento fascista italiano entre 1923 y 1943 se encuentra bajo Villa Torlonia, entonces la residencia romana de Mussolini y actualmente uno de los parques de la capital.
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Ubicado a poca distancia del Coliseo, este búnker, anteriormente bodega, fue diseñado para proteger a hasta 15 personas de un ataque con gas. Además, contaba con una línea telefónica para poder mantener contacto con el exterior.
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El refugio nunca fue empleado como tal por Mussolini, que fue derrocado por el Gran Consejo Fascista de Italia en julio de 1943.
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El alcalde de Roma, Ignazio Marino, ha elogiado la iniciativa de abrir al público el búnker, puesta en marcha gracias a una campaña lanzada por el sitio web Bunker di Roma. Asimismo, subrayó que conocer este singular refugio ayudará a muchos a entender de manera más profunda la historia de la ciudad. A partir del próximo 31 de octubre, el búnker estará abierto al público todos los fines de semana.
Actualidad RT
sábado, 8 de noviembre de 2014
viernes, 7 de noviembre de 2014
Países y regiones que fueron alguna vez atacados por el Reino Unido
jueves, 6 de noviembre de 2014
SGM: Franglaterra
El día que Churchill ofreció a Francia convertirse en una única nación
por Javier Sanz - Historias de la Historia
El 10 de mayo de 1940, la Wehrmacht (fuerzas armadas de la Alemania nazi) iniciaba la ofensiva para ocupar Francia. Paul Reynaud, Primer Ministro, y Charles de Gaulle, secretario del Consejo de Defensa Nacional, eran partidarios de continuar la resistencia en las colonias si Francia caía, pero la mayoría de miembros del Gobierno, ante la potencia del ataque alemán, eran partidarios del armisticio… Ante aquella crítica situación, Reynaud recibió una llamada de Londres que abría una puerta a la esperanza…
El 16 de junio de 1940, Winston Churchill, de acuerdo con de Gaulle, llamó a Reynaud:
¿Bandera de la Franco-British Union?
Reynaud, ilusionado por aquella propuesta, la comunicó a los miembros de su Gobierno… pero para éstos fue casi un insulto y la rechazaron. Reynaud dimitió y se nombró Primer Ministro a Philippe Pétain que a los pocos días firmó el armisticio con Alemania en el vagón de la venganza.
Cuando Churchill se enteró de los ocurrido en Francia, dijo:
por Javier Sanz - Historias de la Historia
El 10 de mayo de 1940, la Wehrmacht (fuerzas armadas de la Alemania nazi) iniciaba la ofensiva para ocupar Francia. Paul Reynaud, Primer Ministro, y Charles de Gaulle, secretario del Consejo de Defensa Nacional, eran partidarios de continuar la resistencia en las colonias si Francia caía, pero la mayoría de miembros del Gobierno, ante la potencia del ataque alemán, eran partidarios del armisticio… Ante aquella crítica situación, Reynaud recibió una llamada de Londres que abría una puerta a la esperanza…
El 16 de junio de 1940, Winston Churchill, de acuerdo con de Gaulle, llamó a Reynaud:
Los dos Gobiernos del Reino Unido y la República Francesa debemos hacer una declaración de unión indisoluble y una resolución inflexible en defensa de la justicia y la libertad contra el sometimiento a un sistema que reduce a la humanidad a una vida de robots y esclavos. Los dos Gobiernos declararemos que Francia y Gran Bretaña dejarán de ser dos naciones y se convertirán en la Franco-British Union. Todo ciudadano de Francia disfrutarán inmediatamente de la ciudadanía del Reino Unido. Cada súbdito británico se convertirá en un ciudadano de Francia. Las fuerzas armadas del Reino Unido y Francia estarán bajo la dirección de un Gabinete de Guerra único.
¿Bandera de la Franco-British Union?
Reynaud, ilusionado por aquella propuesta, la comunicó a los miembros de su Gobierno… pero para éstos fue casi un insulto y la rechazaron. Reynaud dimitió y se nombró Primer Ministro a Philippe Pétain que a los pocos días firmó el armisticio con Alemania en el vagón de la venganza.
Cuando Churchill se enteró de los ocurrido en Francia, dijo:
Pocas veces una propuesta tan generosa topó con una acogida tan hostil.
miércoles, 5 de noviembre de 2014
SGM: Los renos en combate
Cuando los renos fueron a la guerra
por Javier Sanz - Historias de la Historia
En junio de 1941, Hitler iniciaba la ofensiva en el Frente Oriental para invadir la Unión Soviética (Operación Barbarroja)… un plan demasiado ambicioso. La brutal ofensiva alemana consiguió penetrar en las confiadas defensas del Ejército Rojo y ganar terreno rápidamente. No obstante, la llegada del invierno estabilizó el frente permitiendo que el Ejército Rojo se agrupase y desbarata los planes de Hitler. Pero los soviéticos no estaban solos, recibieron la ayuda de los Convoyes del Ártico. Desde Islandia y, sobre todo, desde el Reino Unido atravesaban el océano Ártico hasta los puertos de soviéticos de Murmansk y Arkhangelsk. Desde el mes de agosto de 1941, 78 convoyes consiguieron entregar cuatro millones de toneladas de armamento (7.000 aviones, 5.000 tanques y municiones), combustible, alimentos y medicinas. Los suministros y armas que llegaban a los puertos de Murmansk y Arkhangelsk había que distribuirlos por la frontera de la Unión Soviética para atajar la invasión alemana. Bajo temperaturas extremas y con el hielo como único compañero, los renos se convirtieron en los protagonistas del transporte.
Nenets
Hasta finales de 1939 las minorías del Ártico (nenets, saami, komi…) estaban exentas del servicio militar en el Ejército Rojo, pero cuando la Unión Soviética invadió Finlandia (Guerra de Invierno) fueron obligados a alistarse. Lamentablemente para ellos, sus renos y sus trineos se convirtieron en pieza clave para el transporte y en 1941, al comienzo de la Operación Barbarroja, volvieron a reclamarlos.
Reno Finlandia
Aproximadamente 6.000 renos y 600 pastores, principalmente nenets, fueron reclutados para transportar municiones, alimentos y servir como correo entre las distintas unidades. Los renos y sus pastores podían recorrer unos 50 kilómetros diarios con una carga de hasta 300 kg. Trabajaban durante ocho horas al día y debían descansar uno cada cuatro de trabajo. En medio de aquellos viajes, sometidos a un clima infernal y en muchas ocasiones al fuego de los alemanes, también rescataron y pusieron a salvo a pilotos soviéticos derribados, e incluso a sus propios aviones por piezas. Cuando terminó la guerra, sólo la mitad de los pastores y sus renos regresaron a casa.
Entre los nenets se cuentan historias de sus habilidades con el lazo (arkan) para atrapar alemanes con vida y conseguir información del enemigo. También sobre el reno perdido tras un ataque aéreo alemán que consiguió regresar al hogar de los nenets a cientos de kilómetros.
Su reconocimiento no llegaría hasta el 23 de febrero de 2012, cuando se inauguró un monumento en la ciudad de Narian-Mar en homenaje a los pastores de renos que murieron en la Segunda Guerra Mundial.
por Javier Sanz - Historias de la Historia
En junio de 1941, Hitler iniciaba la ofensiva en el Frente Oriental para invadir la Unión Soviética (Operación Barbarroja)… un plan demasiado ambicioso. La brutal ofensiva alemana consiguió penetrar en las confiadas defensas del Ejército Rojo y ganar terreno rápidamente. No obstante, la llegada del invierno estabilizó el frente permitiendo que el Ejército Rojo se agrupase y desbarata los planes de Hitler. Pero los soviéticos no estaban solos, recibieron la ayuda de los Convoyes del Ártico. Desde Islandia y, sobre todo, desde el Reino Unido atravesaban el océano Ártico hasta los puertos de soviéticos de Murmansk y Arkhangelsk. Desde el mes de agosto de 1941, 78 convoyes consiguieron entregar cuatro millones de toneladas de armamento (7.000 aviones, 5.000 tanques y municiones), combustible, alimentos y medicinas. Los suministros y armas que llegaban a los puertos de Murmansk y Arkhangelsk había que distribuirlos por la frontera de la Unión Soviética para atajar la invasión alemana. Bajo temperaturas extremas y con el hielo como único compañero, los renos se convirtieron en los protagonistas del transporte.
Nenets
Hasta finales de 1939 las minorías del Ártico (nenets, saami, komi…) estaban exentas del servicio militar en el Ejército Rojo, pero cuando la Unión Soviética invadió Finlandia (Guerra de Invierno) fueron obligados a alistarse. Lamentablemente para ellos, sus renos y sus trineos se convirtieron en pieza clave para el transporte y en 1941, al comienzo de la Operación Barbarroja, volvieron a reclamarlos.
Reno Finlandia
Aproximadamente 6.000 renos y 600 pastores, principalmente nenets, fueron reclutados para transportar municiones, alimentos y servir como correo entre las distintas unidades. Los renos y sus pastores podían recorrer unos 50 kilómetros diarios con una carga de hasta 300 kg. Trabajaban durante ocho horas al día y debían descansar uno cada cuatro de trabajo. En medio de aquellos viajes, sometidos a un clima infernal y en muchas ocasiones al fuego de los alemanes, también rescataron y pusieron a salvo a pilotos soviéticos derribados, e incluso a sus propios aviones por piezas. Cuando terminó la guerra, sólo la mitad de los pastores y sus renos regresaron a casa.
Entre los nenets se cuentan historias de sus habilidades con el lazo (arkan) para atrapar alemanes con vida y conseguir información del enemigo. También sobre el reno perdido tras un ataque aéreo alemán que consiguió regresar al hogar de los nenets a cientos de kilómetros.
Su reconocimiento no llegaría hasta el 23 de febrero de 2012, cuando se inauguró un monumento en la ciudad de Narian-Mar en homenaje a los pastores de renos que murieron en la Segunda Guerra Mundial.
martes, 4 de noviembre de 2014
SGM: Oferta de rendición soviética a los españoles de la División Azul
Oferta para españoles en URSS: alojamiento y comida gratis, jornada de 8 h. remuneradas en clima templado
por Javier Sanz - Historias de la Historia
Aunque el título de este artículo pueda parecer una oferta de trabajo, es un ofrecimiento de rendición hecho por la URSS a los españoles de la División Azul, la unidad de voluntarios españoles que sirvió en la Wehrmacht entre 1941 y 1943 durante la Segunda Guerra Mundial.
Ofrecimiento de rendición
Lee esta hoja y pásala a tu compañero.
El Gobierno de la U.R.S.S.
por Javier Sanz - Historias de la Historia
Aunque el título de este artículo pueda parecer una oferta de trabajo, es un ofrecimiento de rendición hecho por la URSS a los españoles de la División Azul, la unidad de voluntarios españoles que sirvió en la Wehrmacht entre 1941 y 1943 durante la Segunda Guerra Mundial.
Ofrecimiento de rendición
Lee esta hoja y pásala a tu compañero.
El Gobierno de la U.R.S.S.
Observa estrictamente todas las leyes internacionales en relación con los prisioneros de guerra. De acuerdo con la decisión del Gobierno Soviético Nº 1.798 del 1 de julio de 1.941, y la orden del Comisario de Defensa de la URSS Stalin, nº 55 del 23 de febrero de 1.942, a todo el que se entrega prisionero, el Ejército Rojo le garantiza la vida y el regreso a la patria después de terminada la guerra. Todos los prisioneros están alojados en campos especiales, visitados por representantes de la Cruz Roja Internacional. Los campos para los prisioneros de guerra españoles están situados en regiones de clima templado.La jornada de trabajo para los prisioneros es de 8 horas.El trabajo es pagado.A los prisioneros de guerra españoles en la URSS se les dá 3 comidas calientes al día, 400 gramos de pan, para los que trabajan 800 gramos, 300 gramos de verduras y patatas, embutidos, carne, pescado, azúcar, té y tabaco.Los prisioneros tienen derecho a mantener correspondencia con sus familiares a través de la Cruz Roja Internacional. Esta hoja sirve de salvoconducto para presentar al Ejército Rojo.
lunes, 3 de noviembre de 2014
Perón pedófilo
Ella tenía 14, él 60: el testimonio de la joven que fue amante de Perón
Después de Evita, Perón convivió con una adolescente.Un libro cuenta que la chica se fue a vivir con Perón. Dormía en el cuarto de Evita. El la llamaba "nenita".
Esta mujer triste es parte de la historia argentina. Se llamaba Nelly Rivas. Era 1955. El hombre del que se despedía era Juan Domingo Perón, tenía 60 años, era el presidente constitucional y estaba siendo derrocado por un golpe de Estado. Habían vivido juntos por más de un año, en la residencia presidencial de Recoleta. Ahí ella festejó su cumpleaños de 15. En 1956, el gobierno de facto juzgaría a Perón por estupro. Desde la cañonera donde estaba preso tras el golpe, Perón le mandó dos cartas. Le decía que no se arrepentía “de haber renunciado a la guerra civil”. Le decía “sos lo único que tengo y lo único querido que me queda”. El encabezado era “Querida nenita” y la firma: “tu papi”.
La historia es conocida, pero ahora Juan Ovidio Zavala, que fue abogado de los padres de Nelly –acusados de complicidad en el juicio por estupro– le agrega el testimonio de la chica, que tomó para armar la defensa. Nelly Rivas murió en 2012.
Zavala es un radical que había sido torturado en el primer gobierno de Perón y que en el gobierno militar encabezado por Eduardo Lonardi, fue Director Nacional de Penitenciaría. Las notas que tomó –y las actuaciones del tribunal militar que juzgó a Perón– las publica ahora en el libro Amor y violencia. La verdadera historia de Perón y Nelly Rivas, que está a punto de aparecer. Aquí, algunos tramos del testimonio recogido por Zavala.
El maestro. La joven en una motoneta que Perón la enseñó a manejar.
Clarín
Después de Evita, Perón convivió con una adolescente.Un libro cuenta que la chica se fue a vivir con Perón. Dormía en el cuarto de Evita. El la llamaba "nenita".
“En los momentos anteriores a la separación, con motivo de su derrocamiento, le serví el café que le gustaba y coñac.
Cuando él me besó a la salida de la residencia y me dijo: “Llévate los perritos, nos vemos pronto, buena suerte”, yo sólo era una mujer muy triste, con mucho miedo. Nadie, nadie, podrá comprender todo el sufrimiento por el que he pasado.”
Esta mujer triste es parte de la historia argentina. Se llamaba Nelly Rivas. Era 1955. El hombre del que se despedía era Juan Domingo Perón, tenía 60 años, era el presidente constitucional y estaba siendo derrocado por un golpe de Estado. Habían vivido juntos por más de un año, en la residencia presidencial de Recoleta. Ahí ella festejó su cumpleaños de 15. En 1956, el gobierno de facto juzgaría a Perón por estupro. Desde la cañonera donde estaba preso tras el golpe, Perón le mandó dos cartas. Le decía que no se arrepentía “de haber renunciado a la guerra civil”. Le decía “sos lo único que tengo y lo único querido que me queda”. El encabezado era “Querida nenita” y la firma: “tu papi”.
La historia es conocida, pero ahora Juan Ovidio Zavala, que fue abogado de los padres de Nelly –acusados de complicidad en el juicio por estupro– le agrega el testimonio de la chica, que tomó para armar la defensa. Nelly Rivas murió en 2012.
Zavala es un radical que había sido torturado en el primer gobierno de Perón y que en el gobierno militar encabezado por Eduardo Lonardi, fue Director Nacional de Penitenciaría. Las notas que tomó –y las actuaciones del tribunal militar que juzgó a Perón– las publica ahora en el libro Amor y violencia. La verdadera historia de Perón y Nelly Rivas, que está a punto de aparecer. Aquí, algunos tramos del testimonio recogido por Zavala.
El maestro. La joven en una motoneta que Perón la enseñó a manejar.
Orígenes de Nelly
“Ir y estar en la UES de Olivos era para mí como estar en el cielo. Nosotros, mis padres y yo, vivíamos en una portería que solo constaba de un dormitorio, baño, cocina y lavadero. Mi madre era la portera que fregaba desde las cinco de la mañana hasta las diez de la noche (...). Mi padre trabajaba en la fábrica de chocolates Noel. (...) Por eso un día que me tocó sentarme al lado del Presidente durante el almuerzo, le conté nuestro problema de vivienda y le pedí una casa de esas que facilitaba la Ayuda Social Eva Perón.”
Chicas de la UES
“Sería una gran falsedad no reconocer que cada una de nosotras quería ser una segunda Evita. Con la edad que ya teníamos, él alimentaba nuestro romanticismo y nuestras agitaciones corporales.”
En la residencia
“Así, procurándolo, deseándolo, esperándolo, llegó aquel día en que debí llevar a Monito y a Tinolita a la residencia de Agüero. (....)
No me sacaron nunca más. Una de las habitaciones que no tenía destino, que nadie usaba y que había sido dormitorio de Evita, terminó siendo donde me acomodaron.”
Dormir con Perón
“Dormí sola varias noches, mientras mi imaginación volaba a alturas tan inaccesibles como profundas eran mis pasiones. (...) A la cuarta noche me animé a proponerle al general que viéramos televisión juntos. Después de esa primera noche yo me instalaba en el dormitorio del general a ver televisión, aunque él no hubiera llegado. Más de una semana, que me pareció un siglo, hicimos esto después de lo cual yo volvía a mi dormitorio.”
Luna de miel
"Zavala, yo no lo digo mucho, pero usted se imagina que hacía ya tiempo que me sentía su mujer. Él me trataba como tal ¿y usted piensa que yo no asumía esa condición? Alguna persona mala dijo, y otras muchas lo repitieron con el afán de hacerle daño al general, que el Festival de Mar del Plata había sido nuestra luna de miel. A usted le parece que si hubiera sido así, ¿eso estaba mal?”
Clarín
domingo, 2 de noviembre de 2014
Terrorismo: La muerte de Salas
Una víctima más de Montoneros
Alberto Samuel Salas tenía 43 años, estaba casado y tenía 3 hijos de 12, 11 y 3 años. Era Coordinador General de Personal de la División Productos Diversificados de Fiat Concord. El señor Salas había sido amenazado reiteradamente, y finalmente los asesinos concretaron sus amenazas el 29 de octubre de 1975, en la ciudad de Córdoba: un grupo de terroristas de Montoneros asaltaron una vivienda situada a pocos metros de la casa del señor Salas, en el barrio Espora, en la que vivían estudiantes que fueron maniatados y amordazados, mientras los terroristas establecían un puesto de observación en una de sus ventanas. Alrededor de las 08.45 horas, cuando el Sr. Salas salía para trabajar, el grupo terrorista salió de la casa vecina disparando con sus armas automáticas. La víctima fue alcanzada por varios proyectiles que le causaron la muerte. Los asesinos de inmediato se dieron a la fuga en un vehículo de apoyo.
Alberto Samuel Salas tenía 43 años, estaba casado y tenía 3 hijos de 12, 11 y 3 años. Era Coordinador General de Personal de la División Productos Diversificados de Fiat Concord. El señor Salas había sido amenazado reiteradamente, y finalmente los asesinos concretaron sus amenazas el 29 de octubre de 1975, en la ciudad de Córdoba: un grupo de terroristas de Montoneros asaltaron una vivienda situada a pocos metros de la casa del señor Salas, en el barrio Espora, en la que vivían estudiantes que fueron maniatados y amordazados, mientras los terroristas establecían un puesto de observación en una de sus ventanas. Alrededor de las 08.45 horas, cuando el Sr. Salas salía para trabajar, el grupo terrorista salió de la casa vecina disparando con sus armas automáticas. La víctima fue alcanzada por varios proyectiles que le causaron la muerte. Los asesinos de inmediato se dieron a la fuga en un vehículo de apoyo.
sábado, 1 de noviembre de 2014
PGM: Kaiser Guillermo 2, un monarca tóxico
Un monarca tóxico
Cómo el Kaiser llevó a Hitler
The Economist
Kaiser Wilhelm II: A Concise Life. By John Röhl. Cambridge University Press; 240 pages; $24.99 and £16.99. Buy from Amazon.com, Amazon.co.uk
Es difícil no sentir una pizca de simpatía por John Röhl. El historiador anglo-alemán ha pasado la mayor parte de su vida adulta en compañía de Kaiser Wilhelm II, un hombre al que describe como un "autócrata jactancioso, militarista y racista". A principios de este año, Cambridge University Press publicó la traducción en Inglés del tercer volumen de su biografía: "Wilhelm II: Into the Abyss of War and Exile 1900-1941 [Guillermo II: en el abismo de la guerra y el exilio 1900-1941]". Son más de 1.500 páginas de extensión; dos volúmenes anteriores traer a toda la obra de casi 4.000 páginas.
Para el rescate ha llegado lo que se describe como una "vida breve" del último Kaiser. En apenas 240 páginas, es la punta de un gran iceberg. Pero la erudición y la autoridad del señor Röhl todavía brillan a través de la narrativa pausada. Y lo devastador que el retrato es.
Al convertirse en Kaiser en 1888 en la serie a un padre que había muerto de cáncer después de sólo unos pocos meses en el trono, Wilhelm se dispuso a gobernar como un monarca absoluto sobre lo que en muchos aspectos era la sociedad industrial más avanzada de Europa. Gracias al desastroso "principio monárquico" mantenido vivo por el canciller veterano, el ultraconservador Otto von Bismarck, el Kaiser joven tenían una autoridad extraordinaria. Podía nombrar o destituir no sólo el canciller (rápidamente se deshizo de Bismarck), sino también todos los ministros, todos los embajadores y de cada general. Como Supremo Señor de la Guerra, Wilhelm también tenía la exclusiva para que su país entrara en guerra.
Alemania tenía las características de una democracia liberal con un parlamento elegido, pero sus instituciones, excepto el ejército dominado por los prusianos, eran alarmantemente hueco. Su gobierno refleja una sociedad cortesana en la que todo el poder surgió del Kaiser. Como insistió Wilhelm: "Yo soy el único dueño de la política alemana ... mi país debe seguirme dondequiera que vaya." Políticos ambiciosos y militares tuvieron que ser serviles, cortesanos aduladores. La mayor influencia fue ejercida a menudo por los favoritos reales, como el mejor amigo del Kaiser, el príncipe Philipp zu Eulenburg-Hertefeld, que llevaba una doble vida como un homosexual rampante, pero que dio a Wilhelm una devoción incondicional que su vanidad desmesurada exigía.
¿Qué parte de la personalidad profundamente poco atractivo del Kaiser fue el resultado de un daño psicológico hecho durante la infancia sólo pueden ser adivinado. Pero habría sido sorprendente si las cosas hubieran salido bien. En sus esfuerzos para reparar el brazo izquierdo paralizado al nacer, los médicos infligieron una tortura bien intencionado tras otra. Dos veces por semana el brazo inútil se metía en el cadáver de una liebre recién sacrificada que pudiera absorber "el calor y el vigor" de la criatura. Máquinas aterradoras fueron concebidos para estirar la cabeza y el brazo sin resultado. Su madre, hija de la reina Victoria, Vicky, intentaron y no pudieron ocultar su repulsión por su deformidad.
Exasperado por su estupidez y ociosidad académica, sus padres entregaron a los siete años la carga de la disciplina a un tutor con la esperanza de que podría crecer hasta convertirse en un monarca liberal, reformador como su amado padre de Vicky, Albert. Para todos los esfuerzos del excéntrico Dr. Hinzpeter de más de un período de diez años, que también fueron en vano.
El Kaiser creció para ser emocionalmente necesitados, grandilocuente, colérico, hiperactivo e hipersensible. Su personalidad se combina con la cultura militarista, autoritaria de la corte prusiana para crear un monarca que fue extraordinariamente mal adaptado para dirigir el país más poderoso de Europa a finales del siglo 19. Su creencia en sus poderes como un gran estratega y la ausencia de cualquier persona dispuesta a desafiarlo fueron los principales factores para ayudar a crear las condiciones y las alianzas que llevaron directamente a la catástrofe de 1914. Dos fijaciones permanentes eran el miedo al cerco de Alemania y una convicción que sólo petulante, malévola Bretaña se ponía en el camino de la hegemonía alemana en Europa.
Sin embargo, fue propias intervenciones del Kaiser que trajeron esas cosas acerca. El fin de los tratados de reaseguro secreta de Bismarck con Rusia en 1890 ayudó a impulsar a Rusia en las armas de Francia. Carrera naval mal concebida y muy caro de Wilhelm con Gran Bretaña fue un factor importante en forzar a la tierra natal de su madre, también, en una alianza con Francia. Si bien la creencia de que Gran Bretaña aún podría ser disuadido de guerra contra Alemania que fervientemente alentó el desarrollo del plan de Schlieffen para invadir Francia a través de Bélgica neutral; la única cosa que garantizaría alistar Bretaña como beligerante.
Imprudencia del Kaiser se manifestó en su disposición a acudir en ayuda de Austria-Hungría cuando llegó la llamada. Él constantemente le aseguró a su homólogo en Viena que todo lo que Austria-Hungría decidió hacer para domar Serbia y pacificar los Balcanes tendría apoyo incondicional de Alemania, sin importar el riesgo de provocar Rusia, aliado de Serbia. Wilhelm estaba convencido de que una guerra racial en el que los teutones tendría que aplastar a los eslavos de una vez por todas era más o menos inevitable.
La mayoría de los historiadores han tendido a atribuir a la Kaiser menos parte de la culpa por lo que sucedió en julio de 1914 que hace el Sr. Röhl. Eso es en parte porque Wilhelm cortó una figura bufonesco tal, infantilmente basto un momento, ridículamente pomposo la siguiente y en constante cambio de idea (aunque siempre expresando sus puntos de vista, a menudo en los márgenes que garabateados en los documentos estatales, con certeza violenta). Y en parte debido a que durante la crisis de julio Wilhelm apareció a posponer las cosas a la frustración de su canciller, el fatalista Theobald von Bethmann Hollweg, y su jefe impaciente del Estado Mayor General, Helmut von Moltke, ninguno de los cuales siempre lo mantuvo plenamente informado.
Sin embargo, eran en el cargo sólo porque invariablemente siguieron las directrices del Kaiser y no hay duda de que Wilhelm dio la bienvenida a fondo la guerra cuando se trataba. De momento las hostilidades estallaron bien es cierto que se trataba de los generales del Kaiser que cada vez llaman los tiros. Sin embargo, cuando Bethmann Hollweg produjo su altamente expansionista guerra tiene como objetivo memorando en septiembre de 1914, el Kaiser quería ir aún más lejos.
Obligado a abdicar en noviembre de 1918 después de la derrota de Alemania en el campo y la revolución en el país, fue muy afortunado de ser ofrecido asilo político por la reina Guillermina de los Países Bajos y de escapar de ser juzgado como criminal de guerra. Vivió el resto de su vida en Holanda en una gran comodidad y una gran amargura. En el exilio, su convicción de que la "chusma judía" había engañado al pueblo alemán en traicionar a su Kaiser y su ejército alimentado su antisemitismo hasta el punto de la manía. Gracias a Hitler, Wilhelm, al menos, murió un hombre feliz en 1941 en el apogeo del poder nazi en Europa y como la Wehrmacht estaba preparando para su guerra de exterminio en el este. El Kaiser no era Hitler, pero el señor Röhl tiene ninguna duda de la costura de la continuidad que corría entre ellos.
Cómo el Kaiser llevó a Hitler
The Economist
Kaiser Wilhelm II: A Concise Life. By John Röhl. Cambridge University Press; 240 pages; $24.99 and £16.99. Buy from Amazon.com, Amazon.co.uk
Es difícil no sentir una pizca de simpatía por John Röhl. El historiador anglo-alemán ha pasado la mayor parte de su vida adulta en compañía de Kaiser Wilhelm II, un hombre al que describe como un "autócrata jactancioso, militarista y racista". A principios de este año, Cambridge University Press publicó la traducción en Inglés del tercer volumen de su biografía: "Wilhelm II: Into the Abyss of War and Exile 1900-1941 [Guillermo II: en el abismo de la guerra y el exilio 1900-1941]". Son más de 1.500 páginas de extensión; dos volúmenes anteriores traer a toda la obra de casi 4.000 páginas.
Para el rescate ha llegado lo que se describe como una "vida breve" del último Kaiser. En apenas 240 páginas, es la punta de un gran iceberg. Pero la erudición y la autoridad del señor Röhl todavía brillan a través de la narrativa pausada. Y lo devastador que el retrato es.
Al convertirse en Kaiser en 1888 en la serie a un padre que había muerto de cáncer después de sólo unos pocos meses en el trono, Wilhelm se dispuso a gobernar como un monarca absoluto sobre lo que en muchos aspectos era la sociedad industrial más avanzada de Europa. Gracias al desastroso "principio monárquico" mantenido vivo por el canciller veterano, el ultraconservador Otto von Bismarck, el Kaiser joven tenían una autoridad extraordinaria. Podía nombrar o destituir no sólo el canciller (rápidamente se deshizo de Bismarck), sino también todos los ministros, todos los embajadores y de cada general. Como Supremo Señor de la Guerra, Wilhelm también tenía la exclusiva para que su país entrara en guerra.
Alemania tenía las características de una democracia liberal con un parlamento elegido, pero sus instituciones, excepto el ejército dominado por los prusianos, eran alarmantemente hueco. Su gobierno refleja una sociedad cortesana en la que todo el poder surgió del Kaiser. Como insistió Wilhelm: "Yo soy el único dueño de la política alemana ... mi país debe seguirme dondequiera que vaya." Políticos ambiciosos y militares tuvieron que ser serviles, cortesanos aduladores. La mayor influencia fue ejercida a menudo por los favoritos reales, como el mejor amigo del Kaiser, el príncipe Philipp zu Eulenburg-Hertefeld, que llevaba una doble vida como un homosexual rampante, pero que dio a Wilhelm una devoción incondicional que su vanidad desmesurada exigía.
¿Qué parte de la personalidad profundamente poco atractivo del Kaiser fue el resultado de un daño psicológico hecho durante la infancia sólo pueden ser adivinado. Pero habría sido sorprendente si las cosas hubieran salido bien. En sus esfuerzos para reparar el brazo izquierdo paralizado al nacer, los médicos infligieron una tortura bien intencionado tras otra. Dos veces por semana el brazo inútil se metía en el cadáver de una liebre recién sacrificada que pudiera absorber "el calor y el vigor" de la criatura. Máquinas aterradoras fueron concebidos para estirar la cabeza y el brazo sin resultado. Su madre, hija de la reina Victoria, Vicky, intentaron y no pudieron ocultar su repulsión por su deformidad.
Exasperado por su estupidez y ociosidad académica, sus padres entregaron a los siete años la carga de la disciplina a un tutor con la esperanza de que podría crecer hasta convertirse en un monarca liberal, reformador como su amado padre de Vicky, Albert. Para todos los esfuerzos del excéntrico Dr. Hinzpeter de más de un período de diez años, que también fueron en vano.
El Kaiser creció para ser emocionalmente necesitados, grandilocuente, colérico, hiperactivo e hipersensible. Su personalidad se combina con la cultura militarista, autoritaria de la corte prusiana para crear un monarca que fue extraordinariamente mal adaptado para dirigir el país más poderoso de Europa a finales del siglo 19. Su creencia en sus poderes como un gran estratega y la ausencia de cualquier persona dispuesta a desafiarlo fueron los principales factores para ayudar a crear las condiciones y las alianzas que llevaron directamente a la catástrofe de 1914. Dos fijaciones permanentes eran el miedo al cerco de Alemania y una convicción que sólo petulante, malévola Bretaña se ponía en el camino de la hegemonía alemana en Europa.
Sin embargo, fue propias intervenciones del Kaiser que trajeron esas cosas acerca. El fin de los tratados de reaseguro secreta de Bismarck con Rusia en 1890 ayudó a impulsar a Rusia en las armas de Francia. Carrera naval mal concebida y muy caro de Wilhelm con Gran Bretaña fue un factor importante en forzar a la tierra natal de su madre, también, en una alianza con Francia. Si bien la creencia de que Gran Bretaña aún podría ser disuadido de guerra contra Alemania que fervientemente alentó el desarrollo del plan de Schlieffen para invadir Francia a través de Bélgica neutral; la única cosa que garantizaría alistar Bretaña como beligerante.
Imprudencia del Kaiser se manifestó en su disposición a acudir en ayuda de Austria-Hungría cuando llegó la llamada. Él constantemente le aseguró a su homólogo en Viena que todo lo que Austria-Hungría decidió hacer para domar Serbia y pacificar los Balcanes tendría apoyo incondicional de Alemania, sin importar el riesgo de provocar Rusia, aliado de Serbia. Wilhelm estaba convencido de que una guerra racial en el que los teutones tendría que aplastar a los eslavos de una vez por todas era más o menos inevitable.
La mayoría de los historiadores han tendido a atribuir a la Kaiser menos parte de la culpa por lo que sucedió en julio de 1914 que hace el Sr. Röhl. Eso es en parte porque Wilhelm cortó una figura bufonesco tal, infantilmente basto un momento, ridículamente pomposo la siguiente y en constante cambio de idea (aunque siempre expresando sus puntos de vista, a menudo en los márgenes que garabateados en los documentos estatales, con certeza violenta). Y en parte debido a que durante la crisis de julio Wilhelm apareció a posponer las cosas a la frustración de su canciller, el fatalista Theobald von Bethmann Hollweg, y su jefe impaciente del Estado Mayor General, Helmut von Moltke, ninguno de los cuales siempre lo mantuvo plenamente informado.
Sin embargo, eran en el cargo sólo porque invariablemente siguieron las directrices del Kaiser y no hay duda de que Wilhelm dio la bienvenida a fondo la guerra cuando se trataba. De momento las hostilidades estallaron bien es cierto que se trataba de los generales del Kaiser que cada vez llaman los tiros. Sin embargo, cuando Bethmann Hollweg produjo su altamente expansionista guerra tiene como objetivo memorando en septiembre de 1914, el Kaiser quería ir aún más lejos.
Obligado a abdicar en noviembre de 1918 después de la derrota de Alemania en el campo y la revolución en el país, fue muy afortunado de ser ofrecido asilo político por la reina Guillermina de los Países Bajos y de escapar de ser juzgado como criminal de guerra. Vivió el resto de su vida en Holanda en una gran comodidad y una gran amargura. En el exilio, su convicción de que la "chusma judía" había engañado al pueblo alemán en traicionar a su Kaiser y su ejército alimentado su antisemitismo hasta el punto de la manía. Gracias a Hitler, Wilhelm, al menos, murió un hombre feliz en 1941 en el apogeo del poder nazi en Europa y como la Wehrmacht estaba preparando para su guerra de exterminio en el este. El Kaiser no era Hitler, pero el señor Röhl tiene ninguna duda de la costura de la continuidad que corría entre ellos.
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