martes, 30 de diciembre de 2014

Una matemática que ayudó a aterrizar al Apolo 11

Margaret Hamilton, la pionera de la programación que llevó el Apolo a la Luna
Entrevistamos a esta ingeniera después de que su foto con el código de la misión Apolo 11 conquistara Twitter
Verne - El País


El tuitero JD (@nevesytrof) publicó esta foto de Margaret Hamilton hace un par de semanas, y no tardó en hacerse viral. En 1969, el código de esta matemática y pionera informática que entonces tenía 33 años fue fundamental para que Neil Armstrong y Buzz Aldrin se dieran un paseo por la Luna. En la foto la vemos sonriendo junto a una montaña de código que ella misma había tecleado y que sirvió para que el Apolo 11 pudiera cumplir con su objetivo.


Como explica en Medium Three-Fingered Fox, desde la época del Proyecto Manhattan, que desarrolló la primera bomba atómica, la “mera programación” estaba a cargo de mujeres, ya que al ser una tarea en apariencia mecánica y a base de tarjetas perforadas, prácticamente se equiparaba a la mecanografía. Sin embargo, en la época de Hamilton y en el caso del proyecto Apolo, el trabajo incluía también el desarrollo y el diseño del software.

“Esta fue una de las primeras ocasiones en las que se confió al software una tarea tan fundamental y en tiempo real”, apunta Wired en un artículo publicado el pasado mes de agosto, que añade que Hamilton había aprendido a programar por su cuenta hasta convertirse en la directora de la división de ingeniería de software de MIT. Por cierto, el término “ingeniería de software" también es suyo.

De hecho, el artículo de Medium añade que “muchas de las pioneras de la programación fueron mujeres”. Por ejemplo y además de Hamilton, Wired también menciona a Grace Hopper, inventora del lenguaje de programación Cobol y contraalmirante de la marina de Estados Unidos. Hopper es también recordada por haber acuñado el término “debug”, después de que unos compañeros suyos descubrieran que uno de los ordenadores del laboratorio no funcionaba por culpa de una polilla ("bug" significa bicho).

En 1986, Margaret Hamilton fundó Hamilton Technologies, empresa de la que es consejera delegada. Decidimos llamar. Y nos pusieron con ella, que se mostró muy sorprendida por el hecho de que un medio español la telefoneara porque una foto suya de hace 35 años estaba triunfando en Twitter. "¿Twitter?" Sí, la red social... Como Facebook... "Ah, es que los de mi generación no usamos eso" (tiene 78 años). A pesar de esta lógica sorpresa, Hamilton accedió a contestar unas preguntas por correo electrónico.



Debe ser extraño convertirse en alguien “famoso en internet” ahora, por esta foto y en redes sociales. ¿Le gusta esta sensación?

¡Siempre que la gente tenga cosas agradables que decir!

No usa redes sociales, ¿pero le gusta este interés por su trabajo?

Siempre es bueno que la gente se interese por lo que uno hace.

¿Quién tomó esta foto?

Aquí tengo una descripción de la foto extraída de un documento del Laboratorio Draper del MIT: "Tomada por el fotógrafo del Laboratorio Draper en 1969 (durante la misión del Apolo 11). Aquí vemos a Margaret de pie frente a los listados del software desarrollado por el equipo del que estaba al frente, el equipo del software de vuelo del módulo lunar y del módulo de mando".

¿Cómo fue trabajar en un proyecto como el primer aterrizaje en la Luna?

Trabajé en todas las misiones tripuladas y algunas sin tripulación de Apolo. Apolo 8 es la segunda en lo que se refiere a momentos excitantes y memorables, si no empatada con Apolo 11.


Hamilton trabajando en el Proyecto Apolo / NASA.
(Apolo 8 fue el primer viaje espacial tripulado que alcanzó una velocidad suficiente para salir de la órbita terrestre).

¿De qué se encargaba este software?

¿Te refieres, por ejemplo, a las alarmas 1201/1202 del aterrizaje del Apolo 11? Escribí una carta al director de Datamation, titulada “La computadora se llenó” y publicada el 1 de marzo de 1971, en la que describí el problema y la solución:

“Debido a un error en el manual de tareas, el interruptor del radar se encontraba en la posición errónea. Esto provocó que se enviaran señales erróneas a la computadora, con el resultado de que se le pedía que realizara sus funciones normales para el aterrizaje mientras recibía una carga extra de datos falsos que ocupaban el 15% de su tiempo. El ordenador (o mejor, su software) fue lo suficientemente inteligente para reconocer que se le estaba pidiendo que realizara más tareas de las que debía. Entonces lanzó una alarma, que quería significar para el astronauta: ‘Estoy saturado con más tareas de las que debería estar haciendo en este momento y me voy a ocupar sólo de las más más importantes, es decir, las necesarias para aterrizar’. (...) De hecho, el ordenador estaba programado para hacer más que reconocer condiciones erróneas. El software incorporaba un grupo completo de programas de recuperación. La acción del software, en este caso, fue la de eliminar tareas de prioridad baja y reestablecer las más importantes. (...) Si el ordenador no hubiera reconocido este problema y llevado a cabo la acción de recuperación, dudo que el Apolo 11 hubiera logrado su aterrizaje exitoso en la Luna”.

¿Cree que la importancia de su trabajo en este proyecto se ha reconocido lo suficiente?

El tiempo lo dirá. Confío en que las soluciones que resultaron de las lecciones aprendidas durante este proyecto se adoptarán a gran escala.

¿Fue entonces cuando acuñó el término “ingeniería de software”?

Durante los primeros días de este proyecto se trataba el software como un hijo adoptivo y no se tomaba en serio como otras disciplinas de ingeniería, como la ingeniería de hardware, y se pensaba en él como arte y magia, no ciencia. Siempre he creído que arte y ciencia estaban involucradas en su creación, pero en ese momento la mayoría pensaba de otra forma. Sabiendo esto, luché para legitimar el software, de modo que tanto esta ingeniería como los que la construían recibieran el respeto que merecían, por lo que empecé a usar el término “ingeniería de software” para diferenciarlo del hardware y de otras formas de ingeniería. Cuando empecé a usar estas palabras, se consideraban graciosas. Fue una broma recurrente durante mucho tiempo. Les gustaba bromear con mis ideas radicales. El software acabó ganándose el mismo respeto que cualquier otra disciplina.

¿Era difícil para una mujer dedicarse a la ingeniería y a la ciencia en los años 60? ¿La situación ha cambiado hoy en día?

Depende de quién fuera la mujer, para quién trabajara y cuál fuera la cultura en la organización concreta. En general, algunas cosas eran más difíciles entonces y otras lo son más ahora. En retrospectiva, algunas de las cosas que se aceptaban entonces porque nosotros (hombres y mujeres) no conocíamos una alternativa mejor, no se aceptan hoy en día, y a menudo parecen peculiares e incluso sorprendentes cuando las consideramos. Aún hacemos otras cosas por pura ignorancia hoy en día, como seguir pagando a las mujeres salarios más bajos que a los hombres.

¿Había más mujeres en informática que en otras ingenierías? ¿Cómo eran tratadas por sus colegas? ¿La situación es diferente a la actual?

Las mujeres que trabajaban en informática en esa época eran muy a menudo relegadas a posiciones inferiores. En el caso del proyecto Apolo mis colegas (en su mayor parte, hombres) y yo éramos amigos y trabajamos codo con codo para resolver problemas exigentes con fechas límite críticas. Nos concentramos en nuestro trabajo más que en sí alguien era hombre o mujer. Era más frecuente que nos refiriéramos a alguien como “una persona de la segunda planta”, “un tipo de hardware”, “alguien de DAP”, “un gurú de sistemas operativos” o un “rope mother” (pudiendo ser hombre o mujer). (Alguien encargado del cableado).

¿En qué otros proyectos de la NASA ha trabajado?

Además de en las misiones tripuladas de Apolo y un par de las no tripuladas, trabajé en el software de vuelo del Skylab y en los requisitos de software preliminares para la programación de vuelo del Transbordador Espacial, por nombrar algunos.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

Los retos continuos y la gente creativa con la que trabajamos.

En 1986 fundó su propia compañía. ¿Por qué tomó esta decisión?

Para acelerar la evolución de nuestra tecnología y para introducirla a más usuarios.

¿En qué está trabajando ahora mismo?

En la continua evaluación de los Universal System Languages y su ciclo de vida automatizado (las herramientas 001), además de una infraestructura de despliegue más automatizada.

El artículo de Medium sobre Hamilton fue enlazado en Reddit, donde lleva más de 200 comentarios. El usuario Laioren resume bastante bien la labor de esta pionera de la informática: “Uh… So she invented or helped 'pioneer' like… everything? That’s pretty cool”. ("Así que inventó o ayudó a inventar como... ¿todo? Eso está guay"). A lo que Dneronique responde: “... And she did it all with punch cards”. "Y lo hizo todo con tarjetas perforadas".

lunes, 29 de diciembre de 2014

Francia: La Comuna de París, una vez más

LOS FUEGOS DE PARIS
¿Por qué la gente todavía pelean por la Comuna de París?

Por Adam Gopnik - The New Yorker

La Comuna de París de 1871 fue uno de los cuatro grandes traumas que dieron forma a la Francia moderna. Se encuentra junto a la Revolución de 1789, el ascenso de Vichy, en 1940, y (aunque parece extraño, dada la forma no violenta y de pequeña escala que eran) los acontecimientos de mayo de 1968. Otros, crisis -los más abierta flexión campañas napoleónicas , las dos guerras mundiales, la batalla por Argelia hizo-como mucho ruido y costó muchas más vidas, pero ahora pertenece a la asentado, más allá de archivo. Que Napoleón era un hombre malo, pero una gran figura, que la Gran Guerra fue una locura valiente, que la guerra en Argelia podría haber terminado sólo con la independencia de Argelia: estos son fáciles de asentir a ahora. Las cuatro crisis civiles pertenecen al, pasado todavía impugnada disponible, la que se cuelga alrededor y comienza argumentos vivos. La gente se pregunta si la Revolución, con un poco de suerte y un mejor liderazgo, podría haber evitado el Terror y la posterior dictadura de Bonaparte, al igual que discuten sobre si Mayo del 68 fue una afirmación tan esperada de la libertad contra la jerarquía o el comienzo de una infantil apelar a placer sobre el valor.

El lo-que sucedió exactamente de la Comuna se puede resumir brevemente. En 1870, los franceses Imperial gobierno del Segundo Imperio, bajo Luis Napoleón, la postura de Napoleón, dandy sobrino-estúpidamente provocó una guerra con Bismarck creciente Prusia por las razones habituales que los gobiernos demagógicos estúpidamente provocan guerras: porque golpear el desagradable vecino de al lado parecía probable que aumentar el prestigio del jefe, y porque los generales del gobierno aseguraron al gobierno que iban a ganar, no hay problema. Los prusianos estaban felices de tener a la guerra; Bismarck pensó, con razón, que ayudaría a unificar más los estados alemanes, mientras sus generales eran, correctamente, asegurándole. La guerra comenzó, y los generales alemanes enruta las francesas, capturando el mismo Emperador en Sedán y el asedio de París. Lo que quedaba del gobierno francés se retiraron a Burdeos y términos de la rendición de los prusianos aceptaron; los términos son siempre llamados "humillante", pero todos los términos de la rendición son humillantes, eso es lo que hace que sea una rendición. (Por lo menos excluidos de la ocupación de París.) Los prusianos finalmente retirado con su botín de guerra, después de haber recuperado las regiones del norte de Alsacia y Lorena como territorio alemán.


Luego, en febrero de 1871, se celebraron nuevas elecciones legislativas en Francia, y la mayoría regresaron a favor de una aún forma de realismo republicano mal definidos. La Asamblea, encabezada por el estadista envejecimiento Adolphe Thiers-un político durante la Segunda República, que había estado NO TE-empuje el Oso sabia acerca de la guerra con los alemanes antes de que empezara-pronto se declaró la tercera república. El pueblo de París, siempre más a la izquierda que el resto de Francia, temían que la nueva república sería republicano sólo de nombre, y comenzaron a organizar su propio régimen, alternativa en la capital. Una confrontación entre lo que quedaba del ejército regular francés, el Versaillais, y la milicia popular de París, conocido como la Guardia Nacional, terminó con la muerte de dos generales, y el gobierno monárquico de mentalidad huyó de París para Versalles, la antigua sede de los franceses reyes. En París, un gobierno Comunero de izquierda, protegida por la Guardia Nacional, se levantó y se hizo con el poder, y durante unos dos meses que la primavera trató de gobernar en los principios radicales. Hizo varias fintas a la auto-organización, y ofreció declaraciones de propósito que aún parecen proféticamente avanzada -particularmente los audazmente feministas. También insultó a los clérigos y los pocos ricos que quedan, y cometido actos mayormente desorganizados de saqueos y represalias contra sus antiguos enemigos políticos, entre ellos derribando la casa de Thiers y derrocar a la columna de la Place Vendôme, con su estatua de Napoleón. (Está de regreso.)

El Versaillais invadió París y, con dificultad militar mínima, aunque a un costo máxima en humanos, reconquistada la ciudad. Los Comuneros, ya que fueron aplastados por el avance y brutal Versaillais, prendieron fuego a gran parte de la ciudad, incluyendo el Palacio de las Tullerías, que se quemó a la tierra, aunque si todos los incendios fueron el resultado de una política deliberada nihilista establecido por siniestro femenina "pétroleuses," bombarderos proto-suicidas, o resultado en gran medida accidental del caos general y la violencia es una de las muchas cosas que todavía están, violentamente, debatidos.

"Massacre" (Básico) es el historiador de Yale vívida cuenta de todo esto de John Merriman, y es una prueba de cuán apasionadamente presentar el trauma es que este nuevo libro podría ser uno de los relatos más apasionantes de un episodio histórico lejano que el lector es probable al encuentro de un académico estadounidense. Merriman, cuyos libros anterior incluirá un estudio reveladora de la violencia anarquista del siglo XIX, "El Dinamita Club," es pro-Comunero, enfáticamente así, y esto le da su libro tanto sus grandes virtudes y sus defectos reales.

Su mayor virtud es la forma Merriman particulariza la gente de la Comuna. Casi por primera vez en la vasta literatura académica sobre el tema, son individuos complicados que cobran vida, en lugar de establecer pieza héroes proletarios o meras caras en la "chusma" o "chusma" de derechas imaginación. Dos figuras destacan especialmente. No es "la Virgen Roja", Louise Michel, de la clase obrera XVIII Distrito, un Comunero militante ("I descendió la colina, mi rifle debajo de mi capa, gritando:!... La traición Nuestros muertes liberarían París") y una feminista acérrima, quien dio la bienvenida a las prostitutas, incluso en los cuerpos de las mujeres que cuidan combatientes heridos ("¿Quién tiene más derecho que estas mujeres, la más lamentable de las víctimas del viejo orden, para dar su vida por el nuevo?"). El aspecto feminista de la obra del Comuna-Merriman aquí recurre a Carolyn Eichner de "superación de las Barricadas: Mujeres en la Comuna de París" (2004) -es una de sus características más atractivas: las mujeres como Michel jugaron un papel central, barricadas y comités presidentes y en general elevar el infierno. Uno Ciudadana Destrée declaró: "La revolución social no se logrará hasta que las mujeres son iguales a los hombres. Hasta entonces, sólo tiene la apariencia de la revolución ".


Si Louise Michel representa el aspecto prospectivo de la comuna, Raoul Rigault representa el aspecto que mira hacia atrás es una especie de Danton renace. Un polemista socialista de apetito y encanto, se convirtió, de hecho, el jefe de la policía de la Comuna. "En sus momentos libres, que derribaron la comida, el vino y eau-de-vie, habiendo movieron uno de sus cervecerías favoritas del Boulevard Saint-Michel en la prefectura de policía", escribe Merriman. Un día de mayo, Rigault desayunó Chateaubriand aux truffes; unos días más tarde, la tarifa incluye botellas de Pommard, Veuve Clicquot, y Nuits-Saint-Georges. Su gusto por la Borgoña y el champán era quizás de naturaleza política, Burdeos presumiblemente siendo juzgado demasiado reaccionario, sobre todo teniendo en cuenta que el gobierno imperial en retirada había ido allí a renunciar. (Este gusto general por la buena vida entre los comuneros, aunque el material de propaganda Versaillais, es una de las cosas que los hacen tan simpática.)

Merriman relata la historia de breve ascenso de la Comuna y brutal caída en detalle apretado, con intensidad hora por hora, y se basa todo el drama de la historia-a pesar de que la historia es inevitablemente triste, porque las ambiciones prácticos de los comuneros eran tan incoherente. Hay algo suicida en ello, un movimiento Occupy París destinado a convertirse en un Masada urbano en el centro de la Belle Époque. Los comuneros no tenía tácticas para la difusión de los principios de la Comuna, no más que los miembros de la nueva izquierda en América a finales de los años sesenta tenían un plan de cómo, exactamente, la clase obrera sería convertir a su política. La mayoría de los Comuneros parecía tener era una vaga esperanza de que la organización comunal-sindicalista se extendería hacia el exterior desde el centro de París en las provincias. (El francófilo y John Stuart Mill radical habían señalado, no mucho después de la Comuna cayó, en una carta a un dirigente sindical Inglés ", una enfermedad de la mente francesa", es decir de "que son llevados lejos por frases, y las abstracciones que tratan como si eran realidades que tienen una voluntad y ejercen el poder activo ".) los Comuneros apenas podía construir una barricada de una manera militar organizada, y las barricadas que edificaron fueron cuidadosamente eludido por los versalleses, quien subió las escaleras de los edificios circundantes y disparó hacia abajo a los defensores.

Lo que une el frente Comunero no era la teoría económica, o incluso el socialismo; era anticlericalismo. De hecho, uno tiene una fuerte sensación de que el elemento unificador más profunda en ambos lados actitudes hacia la religión involucrado. Había muy pocos en el lado de Versalles que habría sido ateos anunciadas. Había casi ninguno en el lado Comunero que iba a la iglesia. Los Comuneros odiaban la dictadura ideológica y simpatías monárquicas de la Iglesia Católica, y transformar una iglesia de París tras otro en una comunidad "club". La Comuna prohibida toda enseñanza religiosa, y quitó los crucifijos de las aulas. En el episodio más fea de la Comuna, Rigault y sus confederados tomaron como rehenes a arzobispo de París, lo mantuvieron en la cárcel, y luego él y sus ayudantes muerto, a pesar de que la lucha por entonces estaba a punto de terminar.

Si la virtud principal del libro de Merriman es que, teniendo los Comuneros en serio como personas, que humaniza su resistencia al poder, su principal defecto es su defensa de una sola mente. Merriman trata a todas las atrocidades Communard como resultado de las provocaciones y un esfuerzo equivocado en defensa propia, el arzobispo fue tomada como rehén en parte para proteger la vida de la izquierdista líder Blanqui, a continuación, en un Versaillais prisión mientras las atrocidades cometidas contra los comuneros eran , en su cuenta, únicamente consecuencia de una campaña mal del terror reaccionario. Cualquier historia de horror sobre el Versaillais se acredita inmediatamente; se nos dice que, durante la derrota de la Comuna, las "señoras bien vestidas" de París utilizaron sus sombrillas a quitarse las tapas y paños colocados sobre los ojos de los comuneros ejecutados. Serían "señoras bien vestidas" realmente hacer esto? Pero las historias paralelas sobre un Comunero pétroleuse siendo capturados con líneas de fusibles en el bolsillo son rechazadas, tal vez con razón, por increíble.


Comuneros derriban la estatua de Napoleón en la plaza Vendome

Por mucho que Merriman humaniza sus comuneros, que sumariamente despide con una indiferencia sorprendente en un historiador-de sus oponentes como tipos categóricos, utilizando académicos expresiones burlonas como "gente de fantasía" o "elegantes parisinos" o simplemente la "burguesía". Y esto a pesar de demostración de Sarah Maza, en uno de los libros más reveladores de la reciente historia de Francia, "el mito de la burguesía francesa," que el término, persiguió a sus particularidades, no describe ni un grupo social más o menos identificable, pero siempre es un "imaginario social , "algún cambio, feo Otro" burguesía "es la imagen especular de la" mafia "y" chusma "amados de la historia de la derecha. Merriman cita con aprobación evidente una Élie Reclus, un comunero, que, caminando por el Séptimo Distrito como la Comuna comenzó a derrumbarse, vio el "júbilo secreto de todos los conserjes, comerciantes, comerciantes de artículos santos, ya los hombres y mujeres religiosos que constituyen la base de la población allí ", y cuya" ojos a darle seguimiento para que puedan denunciar a usted. "Pero estas personas-pequeños comerciantes, el clero, y el resto de la mercantil y profesional clases, después de todo, simplemente otros parisinos que valora su vida y sus tradiciones. Ellos eran "gente común", también, con el mismo derecho a la expresión política como los Comuneros que los asustó. En otro momento, Merriman se burla de Thiers llanto cuando se entera de que la Comuna está a punto de destruir su casa, junto con su colección de arte: "Thiers, se podría concluir fácilmente, amado objetos, no personas". Pero, ¿hay alguno, de ninguna filiación política, que no quiso ser desconsolada al saber que su casa y bienes estaban a punto de ser destruido por sus enemigos? Y uno puede ser tan anticlerical como Voltaire y todavía tener náuseas por el asesinato sin sentido de los rehenes de la Iglesia.

Es significativo que Léon Gambetta, el mayor radical líder parlamentario de la era de los que se escapó del asedio prusiano de París, en un globo (de verdad), pero se mantuvo en el exilio en España durante todo el período crucial que siguió, nunca tuvo una buena palabra para la Comuna , aunque sus objetivos aparentes estaban cerca de la suya propia. Pensó en 1871 como "una aventura horrible." Pero entonces el padre de Gambetta había sido una tienda de comestibles, y sabía que los comuneros perciben los pequeños comerciantes como enemigos de clase. Cuando se trata de personas reales en Francia del siglo XIX, las clases sociales son resbaladizas. El padre de Thiers era cerrajero provincial; Louise Michel fue el ilegítimo pero reconoció e hija de una sirvienta bien educado y, probablemente, el hijo del señor de la casa donde trabajaba; etcétera. Gambetta rechazó la Comuna por la misma razón que Camus rechazó aprobación sentimental de los luchadores por la independencia de Argelia, a sabiendas de que su madre franco-argelino, cuenta como un colono mal, era simplemente un hogar, una mujer de la limpieza, con no más "privilegio colonial" que tendero papá de Gambetta tenía privilegios de clase.

Merriman está en lo cierto al insistir en que el Versaillais masacró a muchas más personas que los comuneros hicieron, pero toda la evidencia es que esto se debe a que ganó, y tenía más gente a la masacre. Cuando los comuneros tenían gente indefensa a merced de ellos, que los mató, también. (La violencia comenzó con el linchamiento de un policía, lanzado, las manos atadas, al Sena y vieron como se ahogó.) El odio entre las dos partes era implacable, ya que puede ser sólo en una disputa fraterna. Hay muchos casos en cuenta a las personas de Merriman siendo guardados por accidente o por el acto de una persona caritativa y decente. Pero apenas hay un incidente de una humanidad basada en principios, en un lado o el otro se negó a masacrar capturado prisioneros civiles o rehenes en la planta que era lo peor que puede hacer, en lugar de poco político en ese momento.

Una revolución "popular" la Comuna pudo haber sido, pero nunca muy popular. Porque si una cosa es cierta es que la Comuna no reivindique la lealtad de algo parecido a una mayoría de los franceses. Las elecciones legislativas anteriores habían sido abrumadoramente monárquico, y no hay razón para dudar de que representaban lo que la mayoría del pensamiento francés, al igual que el mini-Comuna del 68 fue seguido por un derechista electoral victoria. La Comuna fue un golpe de Estado en la capital, pero no había ninguna posibilidad de ganar una guerra civil más grande con la derecha, porque la derecha no era una pequeña concentración de gente lujoso, pero la mayoría de los campesinos y comerciantes de Francia y la gente del campo. Esto no hizo que los parisinos (como el asco, y, a menudo implícitamente antisemita, propaganda tuvo más tarde) "menos francés" que los demás. Pero no hizo las otras menos francés de los Comuneros.


Los historiadores de la derecha puede escribir a veces como si el siglo XIX no se produjo; historiadores de la izquierda a menudo pueden escribir como si el siglo XX nunca sucedió. Los abusos, el empobrecimiento masivo, la siempre presente amenaza de renovados monárquicos absolutistas, todas estas cosas eran muy reales en Francia en 1870, por lo que los grandes movimientos socialistas radicales y revolucionarios inspirados por verdadero sufrimiento y la opresión, no esquemas utópicos. Pero Merriman escribe como si lo que ocurrió más tarde en el planeta, cuando Comuneros izquierdistas violentos hicieron tomar el poder, con los resultados que conocemos, sería de alguna manera mágica no haber ocurrido en algún otro momento, a principios de suerte. Esta vez es diferente, o de lo que el tiempo se hubiera-nos convencemos de que la Comuna no se habría convertido en otro Terror u otro golpe bolchevique de octubre de brutal, intolerante, y absolutista en sí mismo. Parece haber poca evidencia de esta confianza: el líder Comunero Rigault, por poner un pequeño ejemplo, puede ser un hombre que afirma la vida de apetito, pero él era tan sanguinarios como sus predecesores, parar, incluso cuando el Versaillais invadió París, para arreglar personalmente la ejecución de un compañero de Comunero-un viejo amigo con el que fue feudo de largo después de que podía tener cualquier punto político. (Lenin se dice que ha bailado de alegría el día de su golpe duró más que la Comuna.)

Tenía que haber una mejor manera, y los franceses lo encontraron. Se le llamó la Tercera República. La derrota de la Comuna fue la última victoria de los realistas, pero la primera batalla hacia una república real. El derecho en Francia se enteró, en los dieciocho años setenta, que sólo podía pronunciarse abdicando monarquismo completamente aunque el gobierno Thiers había sido elegido en un molde monárquico.

¿Qué los comuneros lucharon y murieron por era, cincuenta años más tarde, logró, ya que Francia se movió hacia un estado de bienestar moderno, y firmemente separados Iglesia y de la nación. Lo que los realistas asesinados por-y murieron, demasiado había terminado, y para bien. El verdadero ganador fue la república, ya que llegaría a ser. El camino de la muerte de la Comuna a la verdadera republicanismo era extremadamente complicado, pero, a finales de los dieciocho años setenta, Francia estaba en ella. (Incluso Louise Michel fue amnistiado y volvió a casa, para reanudar su carrera como un provocador sin complejos.) La izquierda responsable vino a abrazar republicanismo legislativa solo propósito, no por miedo, sino por la sabiduría omnisciente que la única manera de mantener la verdadera revolución era aceptar en permanencia la verdad que el rechazo de la legitimidad de la oposición podría terminar sólo en la violencia, el republicanismo liberal verdadero no ser más que el entendimiento de que hay ideas legítimas acerca de la configuración del futuro de la nación que no sea el suyo propio.

Jean Jaurès-fundador de la socialdemocracia, y el más grande de izquierda héroe populista-Francia ha abrazado producido la República, y todas sus maniobras parlamentarias agotadoras, porque comprendía los costos inimaginables que renovaron la guerra civil traería. El derecho tuvo que ser oposición, no eliminada. La experiencia de la Comuna se convirtió en uno más de advertencia de Terror ya había suministrado un buen uno-de lo que es un movimiento por la justicia social y la libertad sin un sentido de acompañamiento del pluralismo político podría costar. Jaurès, al igual que su compañero de radical Gambetta, comprendió que una revolución social sin legitimidad popular no fue una revolución social en absoluto, sino un nuevo golpe, seguro para asegurar la próxima en la dirección opuesta. (Que un golpe de Estado podría apoderarse del gobierno y luego imponer su voluntad por medio del terror, si estaba dispuesto a llevar a cabo el terror en una inimaginablemente gran escala, era una posibilidad leninista aún no revelada a ellos.) La práctica Gambetta radical el tiempo llegó a capitán de un político agrupación que se llamó republicanos oportunistas. Seguramente ningún movimiento político en la historia ha dado un nombre menos inspirador. Pero su idea central era sólida: que el futuro estaba con coaliciones de diferentes fincas, pequeños burgueses y de los campesinos y el proletariado mezclado, no con una Comuna comprometido a uno.

Tal vez la Comuna sigue resonando así debido a su lugar en el mundo más pequeño de tela y marcos. Contra toda lógica histórica normal, el ascenso y la caída de la Comuna no presagiaban un período de represión y miseria, pero uno de los más brillantes y más placer celebrar períodos en la larga historia de la cultura: el florecimiento de la pintura impresionista y post-impresionista en París en los dieciocho años setenta y ochenta, una explosión de luz que sigue iluminando nuestras vidas hoy. La primera exposición de los impresionistas se celebró en 1874, en una de las avenidas con barricadas de la Comuna, mientras que las ruinas del Palacio de las Tullerías ponen humeante al lado del Louvre. Aunque la imagen de que el placer es en parte un mito, es difícil de cuadrar con la brutalidad represiva que fue su precursor. Y aún más, ya que, como muestra Merriman, algunos de los principales pintores del grupo, incluyendo Manet, eran ampliamente favorable a los Comuneros; Manet hizo dos imágenes gráficas devastadores de la masacre de comuneros por el Ejército regular, tanto más doloroso para su fría indiferencia.


El historiador del arte Kirk Varnedoe utiliza para dar una conferencia sobre las ruinas de las Tullerías y su ausencia de avanzada pintura más inolvidable, le dio en los meses después del 9/11-y preguntó por qué los pintores vanguardistas, casi carente de valor o la originalidad, casi en su totalidad los ignoró como sujeto. ¿Por qué se dan la espalda a las ruinas visibles, justo en el corazón tradicional de París, para pintar los nuevos bulevares? (Uno sólo puede ver una parte de las ruinas, cerca de donde la Pyramide del Louvre se ubica actualmente, en el borde izquierdo de una sola Monet.) No era porque tenían miedo de enfureciendo opinión convencional. Los impresionistas, con pintores de la izquierda, como Manet y Pissarro y pintores de la derecha, como Degas, rompió más tarde, sobre el caso Dreyfus, pero al principio eran un modelo de republicanismo oportunista en la pintura: colgaron juntos, porque sabían que la búsqueda de la libertad artística evadió los caminos ideológicos habituales. Ellos querían escapar del ciclo de la violencia entre derecha e izquierda que había desfigurado la historia de su ciudad. Era mejor construir sobre las ruinas que hacer otro.

Esto no era escapista o apolitical- la idea de que uno no está obligado a inscribirse en un ciclo perpetuo de violencia y represalias no es apolítica o escapista. Cuando Renoir pintó incluso una cubierta de caja de bombones aparente como el "Moulin de la Galette", de 1876, una escena de una clase trabajadora domingo por la noche en Montmartre, estaba pintando jóvenes bailando cuyas familias deben haber existido durante la Comuna . (Galettes son crepes, comida rápida y barata, come populares.) Él les pinta no como víctimas o títeres ideológicas pero, participantes activos como resistentes en la búsqueda del placer. El tipo punitivo peculiarmente del puritanismo favorecido por los historiadores del arte americano a veces ve esto como poner una cara sonriente en una horrible realidad, una vez más, en beneficio de los malos burguesa. Pero Renoir, que era un hijo de la clase obrera, aunque artesanal y no industrial, no estaba evitando la realidad política. Si se podría haber dado un voto, los hombres y mujeres jóvenes en sus cuadros serían probablemente todos han votado socialista, como lo hicieron sus padres. Renoir parece apolítica, pero él agarró instintivamente que los mismos niños cuyas familias apoyaron la Comuna no iban a tener sus vidas o placeres definidos por odios de otras personas. Bailar, que estaban votando, en todos los sentidos, con los pies.

Los impresionistas fueron testigos de la reconstrucción de una sociedad civil, lienzo de tela y cuadro por cuadro, la captura, y así crear, valores que eran mejor de lo que estaba en oferta. Ellos estaban mostrando una realidad que la ideología evade. Siempre hay otra manera de concebir la modernidad, de manera que las categorías violentas del momento político niegan. Previendo la otra forma es una de las cosas que los artistas están allí para hacer. Los fuegos de París dieron lugar a la luz de París, al igual que la Comuna dio lugar finalmente a la Tercera República, que cayó sólo cuando los nazis invadieron. Los posguerra Cuarta y Quinta Repúblicas, aunque formalmente diferente, eran esencialmente una continuación de la misma. Fuera de las ruinas de la Comuna, un tipo muy precaria del pluralismo floreció. Florece, precariamente, todavía. ♦

domingo, 28 de diciembre de 2014

Crisis del Beagle: Imágenes argentinas

Fotos de la Operación Soberanía

Agrupamiento blindado-motorizado que debía cruzar por los pasos a la altura de Bariloche en dirección a Temuco. Partiendo a Chile en dos.
Consistía en unos 7800 hombres con unos 200 vehículos de combate Sherman, Mowag, M-3 Diamond y M-113.
El elemento que encabezaba la formación era el RI Mte 28 (Rodillas Negras), de gran reputación ganada en Tucumán durante 1975. Algunas de sus fracciones ya habían cruzado la frontera durante la noche para cuando llegó la contraorden de detener todo.




Lanchas torpederas “Towwora” (P-82) y ARA “Alakush” (P-84)
Al comenzar su vida operativa por las aguas australes las torpederas LT-3/P-82 y LT-5/P-84 recibieron nombres de bautizo de origen Yagán o Yámana (aborígenes que habitaron la zona del Canal de Beagle), siendo denominadas ARA “Towwora” (“Viento que pasa”) y ARA “Alakush” (Pato Vapor en lengua Yámana) respectivamente.
Previo a su despliegue a Ushuaia estas dos unidades fueron modernizadas y reequipadas, con el agregado de una carroza de aluminio (para proteger sus cascos de madera) y una potencia de fuego considerable para su poca eslora que consistía en:
- 2 montajes simples de cañones Bofors de 40mm
- 2 montajes dobles de ametralladoras Browning M2 de 12,7mm
- 2 coheteras óctuples Mk50 para cohetes Mk7/Mk10 de 5” (127mm)
- 2 cunas para cargas de profundidad Mk6
- 4 cunas para torpedos Mk13 de 22,4” (569mm)
Durante su estadía en el sur fue reemplazado su esquema de color “gris horizonte” estándar de las unidades de superficie por diversos esquemas de camuflaje que fueron variando a lo largo del tiempo. Tenían su asiento en la Base Naval de Ushuaia (BNUS)

 ARA Towwara(P-82) con su armamento alistado navegando por el canal

ARA Alakush (P-84), detrás un lancha tipo Dabur


ZM

sábado, 27 de diciembre de 2014

Mujeres en la historia

El ninguneo sufrido por las mujeres a lo largo de la historia se debe a un error de traducción

por Javier Sanz - Historias de la Historia


A un error de traducción… y a todos los que se han aprovechado durante siglos.

Para encontrar este “error” tenemos que fijarnos en un pasaje de la Biblia, concretamente en el Génesis, donde detalla que Dios hizo a Eva de una costilla de Adán…

Entonces Jehová hizo caer un sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas [...] Y de la costilla que Jehová tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.

Creación de Eva (Miguel Ángel)
Creación de Eva (Miguel Ángel)
Y para la oportuna explicación nos va a ayudar mi amigo Joshua BedwyR

El origen está en una pésima traducción que los rabinos judíos realizaron hace ya siglos. Pero antes debo especificar un par de temas:

- Dentro de la cultura sumeria, existía lo que se conocía como los ME. Estos ME eran una serie de creaciones de los dioses, que servían para mantener el equilibrio del mundo. Conocemos muchos, porque se han encontrado listas y recopilaciones de ellos. Entre otros, podemos encontrar desde el arte de la carpintería hasta el poder de crear vida. Y con este poder de crear vida, nos vamos acercando al meollo de la cuestión.

- Los sumerios escribían en cuneiforme. En dicho alfabeto, algunas palabras tenían distinto significado según se colocaran en una parte del texto u otra. En concreto, la palabra sumeria TI podía significar, según se la colocara, o bien “costilla” o bien “el poder de crear vida“.


Tabla sumeria

Y tras estas dos consideraciones, hemos llegado al punto en que descubrimos al asesino. En el Mito de la Creación Sumerio, el dios Enki crea a la mujer igual al hombre, ya que lo hace con el TI. Y dada la posición de dicha palabra en el texto, el significado es “poder de crear vida“. Como bien sabemos, los judíos estuvieron exiliados en Babilonia, “invitados” por Nabucodonosor. Ya sus antepasados cananeos debieron acceder a las obras culturales sumerias que conocían desde tiempos de Abraham, pero además, una vez en Babilonia, tuvieron de nuevo acceso a la literatura sumeria, a la que, dado que aún no existía la SGAE ni similares, se dedicaron a fusilar y plagiar descaradamente para mejorar la Biblia. Pasajes y mitos enteros de la literatura de los dos ríos se convirtieron en trozos de la Torah: el Pentateuco al completo, el libro de Job, el Cantar de los Cantares y hasta la biografía de Moisés, que a falta de negros, fue calcada de la de Sargón de Akhad.

En ese proceso de plagio intensivo, se toparon con el pasaje del dios Enki y tradujeron la palabra TI como “costilla“, haciendo que la mujer pasara de ser alguien igual al hombre desde la creación a alguien subordinado e inferior. ¿Lo hicieron con mala fe? A estas alturas es difícil saberlo. Pero es un hecho histórico que los rabinos judíos, obsesionados por el valor de las palabras (en la Biblia cada nombre está cuidadosamente escrito y colocado según valores numéricos estrictos), siempre supieron idiomas. Y hay razones más que suficientes para sospechar que conocían el truco de la colocación de la palabra en el texto. Vamos, que tiene cierto tufillo intencionado.

Ahora ya sabéis por qué durante siglos las mujeres han podido ser ninguneadas con el best-seller número uno en la mano. A partir de hoy, cada vez que alguien no os trate a vosotras con igualdad,  mandadlo a aprender idiomas… o la mierda según os pille.

viernes, 26 de diciembre de 2014

SGM: La Navidad con la Gestapo

La Navidad de la Gestapo 
En el apogeo de la Segunda Guerra Mundial, un estadounidense trata de llevar alegría de las fiestas al enemigo.

JOSIAH P. MARVEL - The Atlantic



[En junio de 1940, Josiah P. Marvel voló a Francia para formar parte del Comité de Servicio de los Amigos de Europa. Durante un año el señor Marvel trabajó en la Francia ocupada, con lo que esa medida como pudo a las colonias de niños refugiados cerca de Biarritz, los campos de internamiento de civiles británicos, los campos de internamiento judíos, la cantina para refugiados belgas cerca de Burdeos, y la distribución de la leche y de la confección en el Interdite Zone. Él era el único civil que tenía permiso para visitar a los presos de la Gestapo en Francia el pasado año.-Los editores]

A mediados del pasado mes de diciembre, se me preguntó por los oficiales a cargo de una de las prisiones de la Gestapo, la Cherche Midi, para trabajar con ellos en una fiesta de Navidad para los presos, para que mantuvo en la tarde del vigésimo cuarto. Los guardias alemanes realizado una encuesta a todos los prisioneros, y finalmente tuvimos una lista de cerca de un centenar de hombres y cincuenta mujeres que estaban completamente fuera de contacto con sus familias y nunca recibieron ningún correo o paquetes. Estos fueron presos de todas las nacionalidades.

En la mañana del vigésimo cuarto que me prestaron uno de los camiones de la Wehrmacht, y con tres soldados nos llevaron hasta la Marche des Fleurs comprar los árboles de Navidad. Hicimos la negociación habitual, y debido a mi escolta me tuve que tranquilizar a los comerciantes franceses reacios que los árboles eran para los presos, y no el personal. Compramos un árbol por cada uno de los grandes dormitorios en el primer piso, así como uno para cada piso de la prisión principal. Era prácticamente imposible encontrar adornos, pero al volver a la prisión nos envió algunos soldados hacia fuera para conseguir lo que pudieron en el camino de decoraciones.

He traído regalos para cada uno de los ciento cincuenta que no tenían conexiones familiares, y suficientes naranjas y manzanas para todos los cuatrocientos cincuenta prisioneros, que fue un regalo especial, porque la fruta no está en la dieta de la cárcel y no puede ser enviado desde el exterior.

Paquetes de mujeres contenían camisones de franela, jabón, pasta de dientes y otros artículos prácticos que carecían por completo (cepillos de dientes, ropa interior, y similares). Parcelas de los hombres contenían camisas, ropa interior, calcetines, pasta de dientes, etc., de acuerdo a sus necesidades individuales. Para el veintinueve británica hubo pastel de frutas de Navidad. Para obtener este le había dado un panadero dos litros de mi propio suministro de aceite de oliva, que él negoció para la mantequilla para hornear un pastel lo suficientemente grande como para que cada hombre pueda tener una pieza de buen tamaño, Cuando se lo di a ellos su alegría y sorpresa fuera ilimitada, ya que ninguno de ellos había soñado con tener siquiera una migaja del pastel que a ellos así representaba una Navidad Inglés.

Le pregunté a los guardias en cada piso para que me ayude, y por cinco todo lo habían dado a cabo. Luego fui dormitorio a una de las grandes residencias para la 'fiesta'. Fue a lo largo de la habitación con parpadeos doble cubierta hacia abajo ambos lados y un lugar amplio pasadizo por el centro. En el centro de esta eran una mesa y unos bancos. Como fuimos en el sargento a cargo de la sala gritó: 'A la atención! "Y los ochenta hombres en la sala se pusieron en pie en dos filas para entrar por el centro. Fue un comienzo desalentador para una ocasión festiva. Se les ordenó 'a gusto' y se puso tieso durante las ceremonias.

El plan era que el oficial a cargo de la prisión para hablar, así como el Ministro de la Embajada de Alemania, y también me había preguntado si yo no diría algo. No me podía imaginar lo que se podría decir que un grupo de hombres en una prisión de la Gestapo en la víspera de Navidad. Miré a los hombres y sólo vi la desesperanza y la desesperación en los ojos de cada uno, y sin embargo yo era traerlos saludos 'alegre'. El teniente me había confesado que mañana lo mucho que odiaba su trabajo, lo mucho que quería estar en casa con sus dos hijos para Navidad. Ahora él vaciló, se aclaró la garganta y finalmente comenzó: -

"Los hombres, somos todos nosotros lejos de nuestras casas esta noche. Estoy lejos de mi esposa e hijos, y se encuentra lejos de la suya. Es una desafortunada circunstancia de que usted ha traído hasta aquí, pero esta noche es la víspera de Navidad, y todos debemos unirnos y cada uno de nosotros recuerde lo que significa la Navidad para él. Usted ha hecho mal, es decir por qué estás aquí. Espero que nunca más tendrá que pasar una noche de Navidad en la cárcel. Sin embargo, todos tenemos que ser gay esta noche y hacer felices a los demás. "

Concluyó dándome las gracias por el trabajo que estaba haciendo en las cárceles, a los árboles de Navidad, los paquetes, el fruto. El prisionero francés que fue "presidente" de la sala agradeció a los oficiales por el permiso para hacer la fiesta, el teniente por las amables palabras que había dicho, y yo por las cosas que había traído. Hubo una terrible pausa incómoda después de esto. El Ministro de la Embajada de Alemania no había llegado, así que me di cuenta de que yo estaba al lado. Tragué saliva, tragó saliva, agarré la tabla con nerviosismo, y solté algunas frases incoherentes, todo lo que había querido decir morir en mis labios.

Cuando terminé aplaudían. Hubo otra pausa terrible. El teniente preguntó nerviosamente, 'No puede alguien cantar? Vamos a tener un poco de música. Venga, vamos a ser gay! "Empujaron adelante un joven francés que en una hermosa voz clara cantó 'Noel'. Me llevó de vuelta a la Nochebuena después del armisticio de 1918, cuando, en circunstancias tan diferentes, me había arrodillado con cientos de los demás a la medianoche en St. Sulpice y Clément de la Ópera de París había cantado esa misma villancico. Cuando el joven prisionero terminó, no había un ojo seco en la sala. El teniente llamó de nuevo para una canción, todo el mundo vaciló, y luego le preguntó si alguien no podía cantar "Stille Nacht". Un Judio alemán intensificó-un hombre bajo y rechoncho, sin afeitar, sin corbata, que desde la tensión y el nerviosismo era clavando sus uñas en las palmas de sus manos. Cantó la canción con tanto sentimiento y emoción que cuando terminó la habitación estaba completamente disuelto en lágrimas.

Dijimos buenas noches, todos ellos gritaron ', ¡Gracias! ¡Feliz Navidad! "Y la puerta cerrada detrás de nosotros. Empecé a sonarme la nariz y me tropiezo a través del patio, donde según el plan preestablecido que nos íbamos a realizar otra 'celebración', pero el teniente me agarró del hombro y le dije: 'No, Marvel, una vez es suficiente. Usted y yo nunca vamos a hacerlo de nuevo. No puedo soportarlo. ¿No viste cómo lloraban esos hombres? '

El capitán de todas las cárceles de la Gestapo en París me había enviado una invitación a la fiesta de Navidad que estaba dando a su personal, en la prisión de Cherche Midi.

Cuando llamé al timbre de las nueve de la noche, el guardia miró a través de la pequeña mirilla y, después de dar mi nombre, gritó: 'Jawohl!' La enorme puerta se abrió. Otro guardia me llevó arriba al comedor del personal. Allí, sentado en una mesa larga, fueron el capitán y su personal. Ellos me aplaudieron cuando entré y me mostró a un puesto vacante en el derecho del capitán.

Al frente de cada lugar era un plato lleno con chocolates, paquetes de cigarrillos, y un pequeño trozo de hoja perenne. El pequeño cocinero lío rubio estaba muy ocupado corriendo llenando los vasos con vino caliente caliente. Había mucho riendo y bromeando lado a otro de la mesa, y todo el mundo parecía de muy buen humor cuando el Capitán L. puso de pie para dar su discurso. Anteriormente lo había visto sólo en circunstancias donde fue brusco y corto con sus hombres. Ahora, sin embargo, él respondió a su buen humor con una charla que irradiaba simpatía y calidez. Bromeó algunos de ellos acerca de los episodios ocurridos en la prisión; él me dio las gracias por el trabajo que habíamos hecho, sobre todo para los paquetes de Navidad. Luego se lanzó adelante en una diatriba sobre la grandeza del ejército alemán, su eventual victoria, y la necesidad de sacrificios personales para llevar esto a cabo.

Hubo muchos aplausos cuando el capitán terminó de hablar, y no había ninguna duda en mi mente que tenía la lealtad de todos sus oficiales y soldados. Yo estaba un poco avergonzado cuando me llamaron para hablar a continuación. No esperaba que se le pregunte, y fue de lo más terrible de entrar en alemán algunos pensamientos apropiados para esta noche. Yo sabía que todos estos hombres estaban pensando en el hogar como yo; aunque nuestras razones para estar en el personal del comedor de la prisión de Cherche Midi estaban muy separados, me parecía que había ciertas cosas esenciales del espíritu en el que todos podemos cumplir, y esta fue mi mensaje para ellos.

Ninguna reunión de soldados alemanes estaría completa sin cantar, y esta noche era ninguna canción de excepción, pero la de marcha marcial uno está acostumbrado a escuchar como los vagabundos del ejército de puesto en puesto esta noche se olvida de las encantadoras canciones populares antiguas y encantadoras villancicos alemanes. De vez en cuando uno de los hombres podría saltar hasta a cantar su villancico favorito, o la canción popular particular de su distrito. Estas fueron las canciones de la infancia que todos nosotros, incluso yo en Estados Unidos, había aprendido de muy diferente vísperas de Navidad.

Friedrich, uno de los guardias desde el segundo piso de la prisión, levantó su copa para brindar. Él era un joven soldado alemán típico, y parecía que no responde y Curt cuando estén de servicio. Ahora parecía tímido y vacilante, como él tostado todos nosotros y dijo: "Estoy feliz esta noche, porque hoy se me dio la oportunidad de distribuir algunos paquetes a los prisioneros en mi bloque de celdas. Al hacer esto, yo mismo tuve el privilegio de traer la felicidad y la alegría de la Navidad a aquellos hombres, y estoy muy agradecido por la oportunidad. "Hubo más aplausos, brindis, bromas, canciones. Yo estaba abocado bajo el espíritu de buena voluntad y pensando para mis adentros: "Esto es como un montón de boys'-americano de la universidad cuando de repente el ambiente de toda la habitación se quebró. Alguien dio la orden de que todos se pusieron de pie, hace clic en sus talones, levantó el brazo derecho en el saludo nazi, y cantaron la canción "Horst Wessel". Toda la amabilidad y el buen rollo que había invadido la habitación justo un momento antes de congelado, y yo estaba horrorizado por la crueldad de la canción y la vehemencia con la que se gritó, más que cantado.

Inmediatamente después de este teniente X me acompañó hasta la puerta principal. Fue a oscuras en el apagón, y casi la hora de toque de queda. El silencio era abrumador, como si la humanidad fuera de espera de sólo esperar el momento propicio. Pensé en el esfuerzo por parte de todo el mundo para recordar el espíritu de la tarde, para expresar la amistad y el amor que significan Navidad. Luego la tristeza en mi corazón me recordó a la amargura y el odio que también había tenido su lugar en festividades de la noche. "La paz en la tierra, buena voluntad para gueros-las palabras que habíamos cantado parecían tan hueca como mis pasos sobre el pavimento todavía. Me preguntaba si podría, si alguna vez iba a suceder, que parecía aplazada hasta el momento en el futuro.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Argentina: Un think-tank histórico demagogo en crisis

La grieta kirchnerista en el Instituto Dorrego
Pacho O’Donell reconoció una “crisis” fuerte y apuntó a “enemigos internos”. La respuesta de Víctor Ramos.
Perfil


La crisis se vio reflejada con el nombramiento de Víctor Ramos y su posterior pedido de licencia en el organismo. | Foto: Cedoc


El fundador y presidente honorario del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, Pacho O'Donnell, propuso la disolución del organismo a los miembros del comité directivo a través de una carta. La institución vive una crisis interna fuerte que podría derivar en un cierre a corto plazo.

El instituto de revisionismo histórico se creó el 21 de noviembre de 2011 por un decreto de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Su finalidad era la del “estudio, la ponderación y la enseñanza de la vida y la obra de las personalidades de nuestra historia y de la historia Iberoamericana".  Entre las tareas dela institución figuraba la de profundizar el conocimiento de la vida y obra de los mayores exponentes del ideario nacional, popular, federalista e iberoamericano, como San Martín, Güemes, Artigas, Estanislao López, Felipe Varela, Facundo Quiroga, Rosas, Yrigoyen, Perón y Evita, entre otros.

La creación del organismo derivó en un debate polémico entre historiadores de renombre que criticaban el objetivo final de instaurar un “pensamiento único” respecto a la historia de Argentina. Beatriz Sarlo, Juan Suriano, Luis Alberto Romero o Mirta Zaida Lobato, fueron algunas de las voces que se opusieron.

En diálogo con el diario La Nación, O'Donnell habló sobre su decisión: “Es un momento muy doloroso para mí", confesó. "Como fundador del Dorrego propongo que en la asamblea tratemos la disolución definitiva del instituto, si convenimos con sinceridad que no estamos ya en condiciones de seguir cumpliendo con los objetivos que nos fijamos y que la Presidenta de la Nación avaló con su reconocimiento", argumentó el historidador. Preocupado por los empleados que trabajan en el organismo, el ensayista solicitó que éstos fueran derivados a otras áreas del Ministerio de Cultura.

En la carta, O'Donnell reconoció que la institución estaba atravesando momentos de “crisis” y apuntó a “enemigos internos”. "No eran Luis Alberto Romero ni Beatriz Sarlo nuestros peores enemigos", indicó en referencia a las críticas llevadas a cabo por los intelectuales cuando se decidió la creación del Instituto, sino que "estaban adentro".

Según consignó el diario La Nación, la crisis del Instituto se agravó de forma sustancial a lo largo de este año 2014 con, por un lado, las renuncias de varios miembros principales y, por otro, los una serie de enfrentamientos tensos entre sus integrantes, responsables de la renuncia de su cargo de Pacho O'Donnell en junio. La crisis se vio reflejada con el nombramiento de Víctor Ramos y su posterior pedido de licencia en el organismo, luego de que Teresa Parodi lo despidiera del Museo del Cabildo por participar de la campaña del candidato presidencial Daniel Scioli.

Ramos fue el único que, por ahora, se sintió aludido a las acusaciones del fundador de la institución y decidió responder: "Es por una cuestión política. El enemigo de esta situación soy yo, por haber atacado a La Cámpora y a Parodi".

martes, 23 de diciembre de 2014

La eterna búsqueda del entusiasmo del Fascismo

El fascismo: condenados al entusiasmo
La pasión por la velocidad de los futuristas sirvió para engrasar una manera de ver la política que pretende llenar de sentido la vida cotidiana
JOSÉ ANDRÉS ROJO - El País


Motociclista, sólido con velocidad (1927), de Fortunato Depero.

En cuanto se entra en la exposición que la Fundación March dedica a Fortunado Depero queda uno enseguida atrapado por la velocidad. Urge hacer algo, acabar con la antigua civilización, proyectarse al futuro. Las cosas se van quedando viejas, así que conviene inventarse el rostro del porvenir. Lo primero son los manifiestos: "El futurismo es la expresión violenta de nuestra raza, agresiva y revolucionaria; es la expresión de una juventud incontenible y frenética. El futurismo es vibración, impulso, pasión, audacia apacible y festividad orquestal" (Depero futurista, 1913-1927). Marinetti ya había establecido las pautas y calentado los motores en 1909: "No hay belleza sino en la lucha. Ninguna obra que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra maestra. La poesía tiene que ser concebida como un violento asalto contra las fuerzas desconocidas, para reducirlas a postrarse ante el hombre". Nada de concesiones a una sociedad muerta, levantemos el vuelo.

Fortunato Depero llegó al futurismo un poco más tarde. Corría ya el año 1916, pero entró a fondo y apretó el acelerador. Los futuristas habían celebrado la guerra. Hay en la exposición un cartel de combate (Síntesis futurista de la guerra). En un frente, los nuestros; en el otro, el passatismo (el tradicionalismo). Al lado de los futuristas, Italia ("todas las fuerzas y debilidades del genio") y sus aliados: Serbia ("...temeridad"), Bélgica ("energía..."), Francia ("inteligencia..."), Rusia ("potencia..."), Inglaterra ("espíritu práctico..."), Montenegro ("independencia...") y Japón ("agilidad..."). Al otro lado, lo peor: Alemania ("cobardía...") y Austria ("estupidez..."). Propaganda y retórica de guerra en estado puro. Y se trataba de un grupo de artistas e intelectuales.

Hacia 1921, Marinetti escribió en sus diarios: "La humanidad necesita hoy una nueva religión que sintetice y organice todas las supersticiones, todas las pequeñas religiones íntimas, todos los cultos secretos...". Hacía falta un poco de fe, unas cuantas ideas que amueblaran el paisaje del futuro y el ímpetu necesario para seguir adelante con confianza. Mussolini defendía con ardor esa hipótesis: "Nosotros deseamos creerlo, nosotros debemos creerlo, la humanidad no necesita un credo. La fe mueve montañas porque da la ilusión de que las montañas se mueven. La ilusión es, quizá, la única realidad de la vida". El futurismo se ocupó de engrasar esa ilusión. Y fueron muchos los que creyeron en ese futuro radiante que prometía el fascismo.

Italia fue uno de los países vencedores de la Primera Guerra Mundial, ésa que consagraron los futuristas como camino de purificación y perfección, y que había sido al final un infierno de proporciones monumentales, así que, por mucho que se hubiera ganado, la sensación general —la atmósfera, el clima— era de derrota. Ese ambiente facilitó el surgimiento del fascismo, que el historiador Emilio Gentile definió en su libro Fascismo. Historia e interpretación como "un movimiento político y social nuevo, nacionalista y modernista, revolucionario y totalitario, místico y palingenésico, organizado en un nuevo tipo de régimen fundado en el partido único, en un aparato policial represivo, en el culto al líder y su organización, en el control y la movilización permanente de la sociedad en función del Estado".


'Risa cínica': Depero en Roma, 1915.

El artífice de la novedad, Benito Mussolini, tuvo que abandonar el Partido Socialista precisamente por defender ardientemente la guerra, y apoyó entonces a los Fasci di Azioni Rivoluzionaria. El 23 de marzo de 1919 fundó el fascismo propiamente dicho. Poco después surgió el Fascio di Combattimento que, en noviembre de 1921, se convertiría en el Partito Nazionale Fascista. La influencia de los futuristas era en esos días tan innegable como la violencia de los camisas negras. El triunfo definitivo se produjo tras la marcha fascista sobre Roma, entre el 27 y el 29 de octubre de 1922, una vez que Víctor Manuel III se negara a facilitarle al Gobierno los instrumentos para detener el fulminante avance del nuevo partido. Mussolini se convirtió poco después, tras la dimisión del Gobierno, en el primer ministro más joven de Italia. En abril de 1924 hubo elecciones y las ganaron los fascistas con el 66% de los votos. El 3 de enero de 1925 empieza la dictadura: plenos poderes para Mussolini, fin de la libertad de prensa, creación de la policía secreta e inicio del voluptuoso idilio entre el Duce (una figura “infalible, sagrada e inviolable”) con unas masas que se rinden fascinadas a su autoridad y que aceptan a ciegas la consigna: “credere, obbedire, combattere”.

Los fascistas supieron captar las pulsiones escondidas en una Italia traumatizada. "La política no debía volver a maniobrar en la banalidad del orden tradicional, sino perpetuar el ímpetu heroico de la guerra y el sentido místico de la comunidad nacional, para hacer realidad la ‘revolución italiana", escribe sobre aquellos momentos Emilio Gentile en El culto del littorio. La sacralización de la política en la Italia fascista. La guerra había dejado un enorme sufrimiento detrás: "más de medio millón de muertos, seiscientos mil soldados capturados y un millón de heridos, de los cuales casi la mitad quedaron inválidos para siempre", calcula Julián Casanova en Europa contra Europa 1914-1945. Era necesario salvar de las ruinas de la destrucción la gloria de los muertos. Los fascistas los colocaron en un lugar de honor. Y, en ese afán de darle la vuelta a la humillación, recuperaron también el emblema del littorio, "símbolo de unidad, fuerza, disciplina y justicia", para aprocechar así su "significado religioso como símbolo de la tradición sacra de la romanidad, considerado en estrecha relación con el culto al fuego sacro", escribe Gentile. "Las varillas y el hacha son los elementos necesarios y suficientes para alimentar un hogar (focolare) y, llegado el caso, defenderlo".

También en la exposición de Depero puede palparse esa atmósfera de euforia. Era necesario curar las heridas de la guerra y la modernidad del futurismo ofrecía la pértiga para dar ese inmenso salto hacia adelante. El humor, una audacia creativa que disuelve la amargura y que celebra el coraje, la explosión de colores, el propio vértigo de unas figuras que parecen metidas en una licuadora para que tomen velocidad y estallen hacia las alturas, la fascinación por las nuevas máquinas que marcan el compás del mundo: todo eso está ahí. Depero ya había postulado en 1914 una "nueva estética de la realidad" en varios puntos: "abstracta, transparentísima, coloreadísima, ligerísima, continuamente en movimiento, suspendida en el espacio, volátil, ruidosa y milagrosamente estremecedora". Y se aplicó a ello de manera apasionada. Convirtió el juego en la medida de la praxis artística, defendió el motorruidismo y la mismimagia, llevó al teatro el intrépido brillo de sus invenciones, creó el baile plástico, puso sus figuras mecánicas al servicio de los soldados de la vieja Roma destinados a gobernar el mundo, levantó un museo del futurismo. Depero aparece subido a un avión: una metáfora que resumía el anhelo de esa Italia rota que pretendía levantar vuelo y abandonar sus miserias.


Benito Mussolini y el entusiasmo de las masas.

Al lado de la explosión artística del futurismo estaba sin embargo la sombra alargada del fascismo con su férrea voluntad de conducir a las masas, de formarlas y moldearlas, de inocularles el orgullo del nacionalismo y la venenosa promesa de fundar un imperio. La invasión de Etiopía en 1935, la participación en la Guerra Civil española a partir de 1936, la anexión de Albania en 1939 forman parte de ese plan. La fórmula que Mussolini utilizó para contagiar a los suyos sus delirios de grandeza fue la de sacralizar la política: debía llegar hasta el más minúsculo rincón, empapar la vida cotidiana de cada italiano. Mussolini dijo, según un testimonio que recoge Gentile en su libro, que las sedes de las agrupaciones fascistas debían “ser templos, no sólo casas, deben tener líneas vigorosas y armoniosas. Cuando el fascista entra en la sede de su círculo, debe entrar en una casa bella, para que se aviven en él emociones de fuerza, poderío, hermosura y amor”.

Ése fue su gran proyecto y lo expresó, con la ayuda de Giovanni Gentile, uno de sus colaboradores más próximos, de esta manera: "Todo es en el Estado, y nada humano o espiritual existe ni, mucho menos, tiene valor fuera del Estado. En ese sentido, el fascismo es totalitario, y el estado fascista, síntesis y unidad de todos los valores, interpreta, desarrolla y potencia la vida entera del pueblo". Así que procuró penetrar en la conciencia de cada italiano para gobernarla. La máquina de poder funcionaba como una orden religiosa armada y la subordinación al jefe era indiscutible. El latiguillo que rezaba "creer, obedecer, combatir" era incesante, pero también servían otros clichés: "creer en la patria como se cree en Dios" o "solo una fe puede crear realidades nuevas". El uso del fascis lictorum se impuso y las "camisas negras" mancharon por todas partes el paisaje de Italia.

Gentile explica que el estilo fascista procedía de la idea de que el político es "un artista que modela la materia humana". Y para hacerlo, el fascismo entró en las escuelas, llenó el calendario de celebraciones, organizó imponentes exposiciones para dar lustre y esplendor al Duce, levantó monumentos, inundó el país con el símbolo del littorio. Los fascistas supieron ver claramente que para exaltar las emociones de los italianos servían menos las ideas que la coreografía externa, el ceremonial, el rito. Las gestas deportivas. Ese afán de conquistar el futuro, que tan bien queda atrapado en la exposición de Fortunato Depero a través del bombardeo de más y más invenciones, tuvo su correspondencia en el desafío de los fascistas por modelar a las masas y de hacer de cada italiano un ciudadano-soldado. Había que combatir sobre todo la indiferencia y el repliegue a la vida privada. En El culto del littorio, Gentile recoge unas observaciones de Giaime Pintor, un periodista que cuestionó el proyecto totalitario de Mussolini, apuntó en sus diarios: "Pero, por sobre todo, ingresamos en la intimidad del espectacular aparato de los regímenes totalitarios: aprendimos a desaparecer entre las decenas de miles de hombres que participaban en los desfiles, a caminar al son de melodías tradicionales y a gozar de la impersonalidad que agencia el uniforme".


'Sí, año XII de la Era Fascista', de Xanti Schawinsky.

"Tras la caída del régimen", escribe Gentile, "un decepcionado creyente en la 'mística fascista' escribió que el fascismo condenaba a los italianos al entusiasmo". Fue ese entusiasmo el que facilitó que los italianos dieran botes cada vez que Mussolini movía una ceja y que se creyeran que el futuro les pertenecía. El fascismo les tocó bien adentro exaltando su supuesta singularidad y construyendo una monumental épica que les borraba los complejos y los empujaba a la calle para encontrar en la liturgia de masas el calor imprescindible para atravesar la crisis de posguerra. Ahí, en la exposición de Depero, está el cartel que hizo Xanti Schawinsky que resume una época: el imponente rostro de Mussolini y un enorme "SÍ".

No es que fascismo y futurismo fueran ni remotamente lo mismo. Pero se empaparon en la misma atmósfera y sus caminos coincidieron. Compartían la idea de borrar el pasado y el entusiasmo por el futuro. En un texto, Viva la máquina y el estilo de acero, publicado en 1927, Depero escribió: "nuestro arte será hijo de las máquinas: nuevo flamante esplendoroso y preciso mortalmente eléctrico [...] ADORO LOS MOTORES, ADORO LAS LOCOMOTORAS, me inspiran optimismo inquebrantable (...)". También el fascismo quería conquistar el porvenir: las masas fueron una pieza esencial del engranaje. Luego, tras la Segunda Guerra Mundial, las cosas se torcieron. "En el caso de Depero, efectivamente, el vínculo con el fascismo no era un problema irrelevante: había colaborado y apoyado plenamente al régimen con cuadros, proyectos y obras publicitarias", apunta Fabio Belloni en uno de los ensayos del magnífico catálogo de la exposición de la Fundación March. Así que pasó una larga época en las sombras y es, de hecho, uno de los artistas menos conocidos del movimiento.

"En momentos de crisis o de extraordinaria tensión, la colectividad aspira a recobrar un sentido total de la vida, como cimiento de una nueva estabilidad, adhiriendo(se) a los movimientos políticos que prometen superar el caos en una dimensión más alta de orden comunitario", apunta Gentile, y se acuerda de paso del Gran Inquisidor de Dostoievski cuando decía: "Para el hombre no hay preocupación más constante y atormentadora que la de buscar cuanto antes, siendo libre, ante quién inclinarse". Y ése es seguramente uno de los problemas más serios y más dramáticos del presente que habitamos. El de buscar calor, en medio de tanta orfandad, en algunas de esas liturgias que tanto consuelo prometen. Gentile sobre el fascismo: "La función de la liturgia de masas iba más allá del aspecto lúdico o demagógico, que también estaba presente: apuntaba a conquistar y modelar la conciencia moral, la mentalidad, los hábitos de la gente y hasta sus más íntimos sentimientos acerca de la vida y la muerte". Vaya, que el gran riesgo sigue siendo el de siempre, que "junto con el artificio, mezclados con éste, obran la espontaneidad y el entusiasmo del creyente convencido de poseer la verdad".



Exposición de la Revolución Fascista, inaugurada en Roma el 28 de octubre de 1932.
Depero futurista 1913-1950. Catálogo de la exposición. Varios autores. Fundación Juan March. Madrid, 2014. 457 páginas. 39,90 euros.

El culto del littorio. La sacralización de la política en la Italia fascista. Emilio Gentile. Traducción de Luciano Padilla López. Siglo Veintiuno Editores. Buenos Aires, 1993. 299 páginas. 19 euros.

Fascismo. Historia e interpretación. Emilio Gentile. Traducción de Carmen Domínguez. Alianza. Madrid, 2004. 328 páginas. 28 euros.

Europa contra Europa 1914-1945. Julián Casanova. Crítica. Barcelona, 2011. 258 páginas. 15,90 euros.