jueves, 19 de noviembre de 2015

PGM: Deshielo deja al descubierto cadáveres

El deshielo en los Alpes reveló cadáveres de soldados de la I Guerra Mundial




Un curioso fenómeno producto del cambio climático puede observarse en algunas de las zonas más frías del mundo: en los últimos años, el deshielo acelerado de los glaciares ha dejado al descubierto cuerpos momificados y objetos de distintos momentos de la historia. Entre los responsables de estos hallazgos se encuentra el guía de montaña Maurizio Vincenzi, habitante de Peio, Italia.
Hace un siglo, el pequeño pueblo ubicado al pie de los Alpes fue uno de los lugares donde se llevó a cabo la Guerra Blanca, en la que austríacos e italianos combatieron a temperaturas inferiores a los 30 grados bajos cero.



Las expediciones de Vincenzi le permitieron acuñar una vasta colección de objetos pertenecientes a soldados que formaron parte de aquel crudo enfrentamiento, ocultos durante décadas bajo el hielo. Ametralladoras, espadas, bombas, gorros, botas y toda clase de curiosos artefactos forman parte ahora de un museo montado por él mismo en el ayuntamiento de Peio.
En una ocasión, el guía de montaña se enfrentó al escalofriante encuentro de 3 cuerpos de jóvenes combatientes. Y éstos no fueron los únicos: el derretimiento de los Alpes, desde 1990 hasta la actualidad, ha provocado la “reaparición” de más de 80 soldados fallecidos durante la Primera Guerra Mundial, además de diversos materiales de aquella época. Los numerosos y cada vez más frecuentes descubrimientos de este tipo (cadáveres, fósiles de decenas de miles de años, restos de aviones, joyas) plantean la necesidad de crear una nueva disciplina científica: la arqueología glaciar.



History Channel

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Guerra ruso-japonesa: Arte militar y propaganda política

Arte de la guerra ruso-japonesa


Artilleros japoneses durante la batalla

Poster ruso de disparos de artilleria

Oficial ruso se vuelve loco alentando a sus tropas

Batalla naval en guerra ruso-japonesa

Acorazado Petropavlosk hundido por torpedos japoneses

Crucero ruso Varyag siendo impactado

Artilleros rusos movilizando piezas para la defensa de Port Arthur

Rescatando a sobrevivientes rusos

Port Arthur

Tropas japonesas utilizan perros para rastrear prisioneros rusos

Acorazado Hatsuse de Japón hundiéndose

Ataque de la caballeria cosaca (Manchuria, 7 de agosto de 1904)

Tropas japonesas toman por asalto las trincheras rusas

Espías japoneses son colgados por tropas rusas

Japoneses decapitan a chinos colaboracionistas de los rusos

Ilustración japonesa mostrando el rescate de sobrevivientes de un hundimiento propio

Soldados japoneses disparando a un tren de la Cruz Roja rusa

Bateria japonesa en acción en el frente

Tropas rusas y japonesas confraternizando

Gráfico francés sobre el fin de las negociaciones previo a la guerra

Capitán Lebedief defiende heroicamente su posición

Emperador japonés festeja la victoria

Cameraman filma a las tropas rusas

Batalla de Mukden
 

martes, 17 de noviembre de 2015

Panamá: Una sandía y la injerencia norteamericana

¿Todo por una tajada de sandía?




Cuando el estadounidense Jack Olivier se resistió a pagar los cinco centavos de dólar que costaba una tajada de sandía, jamás imaginó que estaba marcando la historia de toda una nación. Por entonces, Panamá era una gran ciudad de la República de Nueva Granada, respondiendo al gobierno de Bogotá. Miles de estadounidenses usaban a Panamá como ciudad de tránsito, utilizando el Ferrocarril Transístmico para llegar a California, donde se había descubierto gran cantidad de oro. Ellos gozaban de los privilegios del Tratado Mallarino-Bidlack (1846), que otorgaba para locales y estadounidenses iguales derechos de navegación, comercio y uso de puertos en Nueva Granada.

El clima era hostil, muchos estadounidenses se paseaban ebrios y armados por la ciudad, y los lugareños estaban descontentos con los disturbios que ocasionaban. Fue entonces cuando el 15 de abril de 1856 Jack se negó a pagar la tajada de sandía a José Manuel Luna, dueño de un puesto donde actualmente se sitúa el Mercado de Marisco de Panamá.Tras una gran discusión, el estadounidense disparó a un lugareño y se dio a la fuga. En ese momento, un tren proveniente de Colón repleto de estadounidenses arribó a la estación, muy cerca del lugar del disturbio. La pelea acrecentó desmesuradamente, los estadounidenses se refugiaron en la estación, la guardia de Nueva Granada acudió al lugar en defensa de los lugareños, y una pequeña guarnición estadounidense hizo lo propio por sus compatriotas. La ola de disturbios llegó a las ciudades aledañas, incluso a Colón, situada a 90 kilómetros de distancia. Transcurrieron tres días de destrucción, incendios y saqueos. Dos granadinos y dieciséis estadounidenses murieron, y casi treinta personas resultaron heridas entre ambos bandos.

EE.UU. tomó como fidedigno el reporte de Amos B. Corwine, su comisionado especial en Panamá,y desoyó los testimonios de los cónsules de Francia, Ecuador y el Reino Unido, que favorecían a los locales. Nueva Granada pagó una indemnización y EE.UU. señaló la falta de capacidad del gobierno granadino para controlar la zona. De allí que muchos relacionen este hecho con la invasión del 19 de septiembre del mismo año, cuando 160 soldados estadounidenses desembarcaron en Panamá. Es verdad que la ocupación estadounidense fue solicitada por el vice-gobernador panameño bajo el aval del tratado de 1846, para “mantener el orden” del paso del istmo. Sin embargo, el pedido se debió a un inminente enfrentamiento armado entre conservadores y liberales por un asunto de fraude electoral que tuvo lugar en el mes de junio. Con todo, el incidente de la Tajada de Sandía pasó a la historia como antecedente, no directo, de esa ocupación.

Por entonces, la enemistad entre locales y estadounidenses hacía imposible imaginar el importante papel que cumplirían los norteamericanos a favor de la separación Panameña de Colombia el 3 de Noviembre de 1903. EE.UU. fue recompensado con concesiones que les trajeron grandes beneficios tras la construcción del Canal de Panamá en 1914, un “tajo” en la tierra acaso bastante más recordado en la historia que aquel de 1853 hecho en una sandía.

History Channel

lunes, 16 de noviembre de 2015

Cine militar: There Be Dragons (2011)

There be Dragons
Encontrarás dragones

"There be Dragons" es la historia del creador de Opus Dei, José María Escrivá de Balaguer. Filmada en muchas partes en Argentina y España por Roland Joffe, está ambientada en la Guerra Civil Española. En Argentina fue filmada en Luján, Sierra de la Ventana y lago Epecuén, en el partido de Carhué, así como en el zoólogico y subterráneos de Buenos Aires.
En Sierra de la Ventana fue filmada en el Parque Provincial Ernesto Tornquist, en las estancias "Las Vertientes", "Hogar Funke" y "Sierras Grandes".
Acá les dejo algunas fotos (screenshots) de la misma:


Este es un carrito aguatero del EA, usado en esta escena en el Parque Provincial Ernesto Tornquist, en la comarca serrana de Sierra de la Ventana.

Paísaje de fondo típico de la zona de las Sierras

Otra sección, más al oeste de las sierras principales.



Un SK-105 del EA reformado para parecerse a un BT-7 soviético usado por los republicanos

Esta creo yo que es una MAG del EA reformada para parecerse a una Maxim

Escena de bombardeo a una columna, en el Parque Provincial

Este Puente Blanco es muy conocido en la entrada a Sierra de la Ventana, entrando por el Oeste.

Acá esta la foto del puente blanco verdadero (clic aquí)

Este es el pueblo de Epecuén, que fue cubierto hace 20 años por una inundación del lago Epecuén. Hace poco tiempo las aguas retrocedieron y quedó como un pueblo arrasado. Aprovecharon esa circunstancia para hacer parecer un pueblo afectado por la guerra.

Foto del Epecuén verdadero

Esta escena de la batalla de Madrid (1936) fue simulada en la ciudad de Luján, con la basílica de Luján al fondo.

Finalmente una escena en el subterráneo de Buenos Aires, con Lito Cruz haciendo de encargado de vagón.



domingo, 15 de noviembre de 2015

El error de Occidente respecto a los musulmanes

Los errores de Occidente respecto al Mundo Musulman
Javier Sanz - Historias de la Historia




Tras la publicación del post relativo a lo que podría ocurrir en Túnez y Egipto, hubo varios comentarios de Jake la motta en los que dejaba claro que tenemos, o tengo,  una visión sesgada y errónea del mundo musulmán, en general, y del islam, en particular. Siempre he tenido claro que las diferentes opiniones, expresadas con argumentos, enriquecen cualquier debate; así que le pregunté si estaría dispuesto a escribir un post con los errores, que a su juicio, comete Occidente al tratar el mundo musulmán y el Islam. Su respuesta es esta:

Los errores de occidente y su percepción del mundo árabe son muchos y variados; sin embargo, el error más grande es que Occidente ha superado todos los umbrales de incompetencia ética. Y con esos mimbres se usa del etnocentrismo más atroz, los prejuicios y el desdén por una cultura simplificando las realidades. Incapaces de advertir su propia incompetencia moral, Occidente no se mira el obligo, y acusa de integrismo la relación vívida que los musulmanes tienen con su propia religión. Esto no es un panegírico del mundo musulmán. En el mundo musulmán hay canallas, hay buenos y hay malos; en definitiva, en el mudo musulmán hay hombres, como aquí, como allá. Pero si hay algo que nunca han realizado los musulmanes es el crimen lógico, ni la inmoralidad política, su religión no se lo permite. Y eso se puede argumentar incluso para casos extremos, como fueron los atentados terroristas, y el término de yihad.

El error de Occidente ha sido creer que los avances, el progreso, colocaba a la civilización Occidental por delante de todas las civilizaciones de la historia universal. 2000 años de era Cristiana son un cifra considerable. La civilización Egipcia duró 3000, la sumeria 1500; el error de la civilización cristiana es el egocentrismo. La caída del muro de Berlín supusieron vientos de cambio y de esperanza en que la libertad se desaparramada. Pero el error de Occidente es que necesitaba un interpretación maniquea de la verdad y de la maldad y que las ideas de libertad y de democracia son un camelo: el Poder es la Verdad. Cayó el muro de Berlín y se necesitaba buscar un enemigo. Occidente siempre necesita enemigos, y los atentados del 11 de septiembre fueron la excusa perfecta. La verdad es la voluntad del más fuerte, y se inventó un término: Guerra de civilizaciones. Como ayer fue guerra de clases o guerra al comunismo, se impuso una nueva verdad, la verdad del Poder. El choque entre dos civilizaciones Occidente y Oriente. El error de Occidente es que esa es una verdad falsa. El mundo musulmán no quería esa guerra. El mundo musulmán nunca ha querido las guerras. No las ha escamoteado nunca, nunca ha sido un pueblo cobarde. Nunca las ha iniciado.

El error de Occidente es un error de orgullo, y es un error de espiritualidad. El Islam, en todo caso, es una esperanza. Martin Heidegger fue consciente de que el hombre moderno, el nacido por el cartesianismo y el racionalismo, había perdido el interés por el Ser. Malraux escribió que el siglo XXI será religioso, o no será. El islam es la esperanza. Occidente equivocó el camino, pese a sus grandes avances tecnológicos y científicos: el pragmatismo ha sido de gran ayuda.

El error de Occidente es que se ha convertido en la civilización más grande, más poderosa, más destructiva, más egoísta y más inmoral que ha poblado el planeta tierra. Si existe una civilización capaz de destruir el planeta esa es, sin duda, la civilización Occidental. La civilización árabe es también una civilización de hombres y mujeres, se dice que anclada en el pasado; pero eso no es cierto. Los vientos de cambio también llegaron a ellos, los grandes valores de la ilustración se desparramaban, secularizando sus sociedades. Las ideas siempre ha circulado por este mundo, y las civilizaciones nunca han sido compartimentos estancos.

El error de occidente es hablar de democracia como si el invento fuera suyo, y no hablar de que los gobiernos se sustentan por legitimidades y por la crueldad. Que el fin justifica los medios, que las bombas de racimo se siguen usando y que a la población civil se la bombardea sin escrúpulos, del mismo modo que las tribus comanches eran confinadas, sus poblados arrasados, y sus víveres arrojados al lodazal.

El error de occidente es darla con un hueso duro: el del buen salvaje. Tratar a la milenaria religión de Mahoma y su civilización como incivilizada y sin cultura. Los errores de Occidente son muchos y variados, y uno de ellos es el de pisar el orgullo de una cultura milenaria de pastores y guerreros, de médicos y científicos, de artistas y arquitectos, de traductores y escritores, de mercaderes, de  comerciantes y de artesanos, que nunca ha pecado contra su Dios.

El error de Occidente ha sido el crimen.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Guerra de la Independencia: Batalla de Ayohuma

Batalla de Ayohuma


Batalla de Ayohuma – 14 de noviembre de 1813

Derrota de Belgrano ante el general español Pezuela, quien lo atacó por sorpresa. Apenas un mes y medio atrás había utilizado una táctica parecida en Vilcapugio, también con éxito. Pese al heroísmo desplegado por los patriotas, el triunfo español fue absoluto. Belgrano tuvo 500 muertos y heridos, y otros tantos prisioneros, además de perder todo el armamento y equipos. El mismo Belgrano escribiría sobre la superioridad técnica del general español.

La poderosa artillería del enemigo fue decisiva.  Los realistas, que tuvieron 500 bajas en la acción, no persiguieron al ejército patriota por el desgaste físico producido en el combate.

El General Belgrano se retiró hasta Tucumán, en donde el 30 de enero de 1814 entregó el mando del ejército al Coronel San Martín, que renunció en abril por razones de salud y fue reemplazado en julio por el Coronel Rondeau. San Martín concibió allí la idea de su Plan Continental.

La victoria de Tucumán salvó la Revolución y la de Salta afianzó la situación militar y política. Las derrotas de Vilcapujio y Ayohuma anularon esas ventajas e impidieron también alcanzar los objetivos propuestos para esta campaña.

Durante el combate de Ayohuma, una mujer negra, llamada María y sus dos hijas, que acompañaban al ejército patriota argentino asistieron a los heridos en medio del combate. A estas mujeres se las recuerda con el nombre de “Las Niñas de Ayohuma”.

Una Niña de Ayohuma mendigando en Buenos Aires

Deambulando por la Plaza de la Victoria, o en los atrios de San Francisco, San Ignacio o Santo Domingo, podía verse en 1827 a una anciana mendiga, de tez morena; al pasar a su lado, se la oía pedir limosna con voz cascada y débil. Se alimentaba con los restos de comida y el pan que le daban en los conventos.  Llamábase esta mendiga María Remedios del Valle.

Cierto día acertó a pasar a su lado el general Juan José Viamonte. Este, después de mirarla detenidamente, le preguntó su nombre. Al oírlo se volvió a sus acompañantes: “Esta es ‘La Capitana’, dijo, ‘La Madre de la Patria’, la misma que nos acompañó al Alto Perú. Se trata de una verdadera heroína”. Y cuántas veces la anciana había golpeado a la puerta de la casa del general pidiendo verlo, para ser sistemáticamente despedida por los criados!

Viamonte no la olvidó. Cuando fue elegido diputado a la Sala de Representantes presentó ante ésta, el 25 de setiembre de 1827, una solicitud de pensión por los servicios prestados en la guerra de la Independencia”. La Comisión de Peticiones recomendó a la Sala se aprobara el siguiente proyecto de decreto: “Por ahora y desde esta fecha la suplicante gozará del sueldo de Capitán de Infantería, y devuélvase el expediente para que ocurriendo al P. E. tenga esta resolución su debido cumplimiento”. Pero la presidencia de la sala pospuso la consideración del proyecto a la de otros asuntos que parecían más urgentes.

El 18 de febrero de 1828, Viamonte consiguió que se llevara el proyecto a la consideración de la Legislatura. Leída que fue la solicitud, algunos diputados pidieron mayores informes y, además, alegaron que la Sala de Representantes de la Provincia de Buenos Aires no tenía facultad para otorgar recompensas por servicios prestados a la Nación.

Entonces se levantó el general Viamonte y expresó: “Yo no hubiera tomado la palabra porque me cuesta mucho trabajo hablar, si no hubiese visto que se echan de menos documentos y datos. Yo conocí a esta mujer en el Alto Perú y la reconozco ahora aquí, cuando vive pidiendo limosna… Esta mujer es realmente una benemérita. Ha seguido al ejército de la Patria desde el año 1810, y no hay acción en el Perú en la que no se haya encontrado. Es bien digna de ser atendida porque presenta su cuerpo lleno de heridas de bala, y lleno también de las cicatrices por los azotes recibidos de los enemigos, y no se debe permitir que deba mendigar como lo hace”.

La Sala se conmovió ante la declaración de Viamonte, y otro diputado se alzó exclamando: “¡Esa infeliz mujer es una heroína! Y si no fuera por su condición de humilde se habría hecho célebre en todo el mundo”. Por su parte, el representante García Valdéz refutó la objeción sobre las atribuciones afirmando que la Provincia pasaría por cruel e insensible si esperaba a que la Nación se organizase para premiar esos servicios.

Entonces tomó la palabra el doctor Tomás de Anchorena, quien había sido secretario del general Belgrano en la campaña del Alto Perú. “Esta mujer –expresó- participaba en todas las acciones con tal valentía que era la admiración del general, de los oficiales y de toda la tropa. Era la única persona de su sexo a quien el riguroso Belgrano permitía seguir la campaña del ejército, cuando eran tantas las que lo intentaban. Ella era el paño de lágrimas, sin el menor interés, de jefes y oficiales. Todos la elogiaban por su caridad, por los cuidados que prodigaba a los heridos y mutilados, y por su voluntad esforzada de atender a todos los que sufrían. Su misma humildad es lo que más la recomienda”.

La Sala resolvió reconocerle el sueldo correspondiente al grado de Capitán de Infantería, a abonársele desde la fecha en que inició su solicitud ante el Gobierno. Asimismo, dispuso nombrar una comisión que redactase y publicase una biografía de “La Capitana” y diseñase los planos y estableciese el presupuesto de un monumento que habría de erigírsele.

Pero María nunca cobró un centavo, ni tuvo biografía ni monumento. El expediente que contiene el decreto aprobado por unanimidad quedó sepultado en alguna pila de papeles y nunca fue despachado. La heroína siguió mendigando y murió en la miseria.

Al menos una Niña de Ayohuma tiene nombre: María Remedios del Valle y un rango figurativo: La Capitana. Pero, cruel destino, fue una mendiga más en el Buenos Aires que ajeno a su entrega, le dio la espalda. Sea este recuerdo una flor para su memoria.

Fuente


Boletín Güemesiano Nº 7 –  Marzo de 2006

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

Portal www.revisionistas.com.ar

Revista Crónica Histórica Argentina Nº 18 – Año 1968 – “Anciana y Mendiga”

Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar

viernes, 13 de noviembre de 2015

¿La legión perdida terminó en China?

¿QUÉ FUE DE LA LEGIÓN PERDIDA?
 
JAVIER SANZ — Historias de la Historia


A finales de la primavera del 53 a.C., un enorme ejército romano comandado por Marco Licinio Craso, el hombre más rico y arrogante de Roma, triunviro junto a César y Pompeyo y gobernador de Siria en aquel año, se adentró en territorio parto dispuesto a lograr en los confines de Asia el honor y la gloria que no podía comprar con su inmensa fortuna. Fue el 9 de Junio cuando se encontró con el general parto Surena al frente de un contingente de caballería ligera y catafractos (caballería pesada) Aquel enfrentamiento se produjo en la desolada planicie de Carrhae (hoy Harrán, en Turquía), y se saldó con la más ignominiosa derrota de un ejército romano en Oriente. De los cerca de 40.000 efectivos que movilizó Craso, sólo volvieron a Siria unos 6.000 hombres al mando del cuestor Cayo Casio Longino (uno de los posteriores asesinos de César). Unos 20.000 legionarios dejaron su sangre y vida en el desierto, así como Craso y su hijo, pero… ¿Qué sucedió con el resto?



La leyenda de la legión perdida es fascinante; sabemos por Plutarco y Tito Livio que no todos los prisioneros fueron esclavizados en las minas de Bactriana (hoy Afganistán), sino que una parte de ellos pudieron ser utilizados como tropas auxiliares en los confines del Imperio Parto, formando una primera línea de choque cerca del río Oxus (hoy Amu Daria) ante la presión de los nómadas de las estepas, los hunos.

Nunca más se supo de ellos; Marco Antonio trató de invadir Partia unos años después dispuesto a vengar a Craso y su expedición contra el rey Fraates acabó en un absoluto desastre, sumando casi 10.000 muertos más a la lista negra que rodeaba la campaña parta. Años después, Augusto, menos beligerante y más diplomático, trató de recuperar las águilas, pero sólo consiguió un intercambio de prisioneros sobre el 19 a.C. Y tras las postreras gestiones del princeps, el olvido se tragó a los cautivos de Carrhae hasta que la tecnología y el conocimiento global de la Historia nos ayudaron a atar cabos; recientes investigaciones nos permiten conjeturar una hipótesis tan insólita como factible: quizá los extraños soldados que mencionó el historiador chino Ban Gu en su relato sobre la defensa de la ciudad de Zhizhi en el 36 a.C. (hoy Dzhambul en el Uzbekistán) pudiesen ser los restos de las legiones de Craso; este cronista describió en su biografía de las gestas en los confines de Xinjiang del general Gan Yanshou como se encontraron con hombres veteranos y muy disciplinados que se fortificaban en campamentos cuadrados de madera y que luchaban siempre «alineados y desplegados en una formación como de escamas de pescado», una descripción muy gráfica del testudo romano… ¡Una legión contra los ejércitos de la dinastía Han!



Tras duros combates, la ciudad de Zhizhi cayó y los chinos deportaron cerca de un millar de aquellos bravos soldados, alojándolos sobre el año 5 d.C. en una nueva ciudad en el territorio de Zhelaizhai, ya a las puertas del desierto del Gobi, a la que llamaron Li-jien (adaptación de la palabra legión, que era como los chinos conocían al fastuoso país que se extendía más allá de Alejandría, el Imperio Romano) Este lugar cambió de nombre años después, siguiendo las tendencias de Confuncio, para llamarse Jie-Lu (que significa cautivos)



A día de hoy, en Zhelaizhai sigue habiendo personas de ojos azules o verdes, rubias o pelirrojas, o con nariz aguileña y cabello rizado; además, en los habitantes de la zona hay una coincidencia del 46% con el ADN de la población europea… ¿Serán los herederos de la Legión Perdida?


jueves, 12 de noviembre de 2015

Masacre en el antiguo Irán

Los arqueólogos descubren tragedia humana al antiguo sitio elamita de Haft Tappeh
Behzad Mofidi-Nasrabadi
Past Horizons



Área de excavación IV del sitio arqueológico Haft Tappeh en el suroeste de Irán. Imagen ©

El antiguo sitio elamita de Haft Tappeh está situado en el suroeste de Irán. Arqueólogos de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (JGU) han estado examinando progresivamente la ciudad situada en el lugar desde 2002, y han descubierto evidencia de una tragedia humana que ocurrió aquí hace 3.400 años.

El mayor y prominente centro dentro del imperio elamita

A mediados del segundo milenio antes de Cristo, una ciudad surgió a unos 15 kilómetros al sur de la capital Susa que pronto ascender a convertirse en el centro más prominente dentro del imperio elamita. Dentro de un período relativamente corto de tiempo, los reyes elamitas Tepti-Ahar y Inshushinak-shar-Ilani construidos aquí estructuras monumentales como templos y palacios, y el área cubierta por la ciudad se extendió a aproximadamente 250 hectáreas.

La ciudad continuó prosperando durante unos cien años, y se establecieron las relaciones comerciales y políticas con los estados vecinos, como Babilonia. Un taller recientemente descubierto con archivo adjunto tablilla de arcilla ofrece amplia evidencia de la expansión del comercio, las artes y la artesanía.


Izquierda: la estatua de terracota encontrada en Haft Tappeh, siglo 15 antes de Cristo. Derecha: bienes de tumbas encontradas en la tumba de una funcionaria de alto rango en Haft Tappeh, siglo 15 aC Imagen © Behzad Mofidi-Nasrabadi

Una masacre

Los arqueólogos encabezados por el Dr. Behzad Mofidi-Nasrabadi descubrieron recientemente que la población de la ciudad fue víctima de una masacre en el final de la fase de liquidación. Ellos encontraron una fosa común con los restos óseos de varios cientos de personas en una calle entre las viviendas de la capa final de construcción. El muerto había sido simplemente al azar apilados uno encima de otro detrás de una pared.

A finales del siglo I aC 14a, los desarrollos urbanos en Haft Tappeh estancaron. Algunas de las estructuras monumentales fueron abandonados y los materiales de sus ruinas fueron utilizados posteriormente para construir granjas sencillas.


Fosa común en el antiguo sitio elamita Haft Tappeh © Behzad Mofidi-Nasrabadi

La Fundación Alemana de Investigación (DFG) ha aprobado recientemente la financiación continua del proyecto. Por lo tanto, ahora será posible continuar con las excavaciones a fin de revelar las circunstancias particulares de esta tragedia humana y sus antecedentes históricos.