domingo, 20 de marzo de 2016

Conflictos americanos: Conflicto del Marañón, 1941

Guerra peruano-ecuatoriana de 1941 

La Guerra Peruano-Ecuatoriana tuvo lugar entre 1941 y 1942 enfrentando a Ecuador y al Perú. Ambas naciones están en completo desacuerdo en la forma en que se originó el conflicto: 

La versión peruana de los hechos es que tropas ecuatorianas invadieron territorio peruano de Zarumilla, lo que originó una batalla que se extendió hasta una zona denominada Quebrada Seca. 

La versión ecuatoriana es que el Perú tomó como pretexto una serie de incidentes que se venían produciendo entre patrullas fronterizas de lado y lado para invadir al Ecuador, con la intención de forzarlo a la firma de un acuerdo limítrofe que fije de manera clara la frontera entre ambos países, citando la evidente disparidad de fuerzas entre ambas naciones como soporte para su argumento. Esta corta guerra fue un éxito para las fuerzas armadas peruanas. Perú había formado una unidad paracaidista en la zona e hizo uso de ella con buen resultado - el primer combate en el hemisferio en el que intervinieron tropas aerotransportadas produjo la toma de Puerto Bolívar el 27 de julio de 1941. 

Al cese de las operaciones militares a finales del mes, el Ejército del Perú, se encontraba en posesión de la mayor parte de la provincia ecuatoriana de El Oro, junto al océano Pacífico, así como de partes de la provincia de Loja y reafirmó el control peruano sobre los territorios orientales amazónicos sobre los que el Ecuador reclamaba derechos de soberanía. 

El Gobierno ecuatoriano del doctor Carlos Alberto Arroyo del Río suscribió el Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Rio de Janeiro, el 29 de enero de 1942. 



Bombardero de ataque Northrop 8A3P peruano. Una de las 9 máquinas en servicio al estallar el conflicto. Noten el casco italiano modelo 1935 del motociclista. y el Adrian 1916 del soldado cerca del ala. 

Consecuencias 
Aunque en el Ecuador sigue estando muy difundida la creencia de que el Protocolo de Rio de Janeiro despojó a la nación de más de 200.000 kilómetros cuadrados de territorio amazónico, lo cierto es que, si se considera la línea de frontera establecida en el status quo de 1936, la diferencia territorial a consecuencia del tratado de 1942 fue de 13.480 kilómetros cuadrados (Tobar Donoso, 1945). 

Más allá de las posiciones nacionales, es necesario recordar que, como en casi todas las guerras entre las repúblicas americanas, exisitió en ésta intereses internacionales y un "fuerte olor a petróleo". 

El asunto de los intereses estadounidenses en América Latina ha sido analizado por múltiples intelectuales, y uno que destaca por su lucidez es el libro de Eduardo Galeano Las venas abiertas de América Latina. 

En el caso de la guerra Ecuador-Perú de 1941, como ha notado el geógrafo francés Jean Paul Deler (que ha trabajado en toda la región andina) en su obra Ecuador, del espacio al estado nacional, Quito, 1987: " 

Existe una notable concordancia entre el trazado de la frontera de 1942 y los límites orientales de una inmensa concesión otorgada en 1937 a una filial de la Royal Dutch Shell por el gobierno ecuatoriano, en detrimento de una filial de la Standard Oil of New Jersey. 

En efecto, tras 1941 Perú concesionó a compañías estadounidenses las zonas limítrofes hasta donde avanzaron sus tropas en aquel conflicto, y donde está ahora la frontera. 

Reaparición del conflicto Dificultades en la Demarcación Fronteriza 
Para llevar a cumplimiento la demarcación de la frontera según las instrucciones del Protocolo de Rio, ambos países formaron comisiones mixtas demarcadoras, que comenzaron la labor de colocación de los hitos fronterizos a mediados de 1942. 

Pronto, sin embargo, quedó demostrado que la labor de demarcación en sí misma se prestaba para malentendidos y encerraba ya el gérmen de posteriores conflictos. Las divergencias de pareceres entre las comisiones sobre la interpretación de las instrucciones fijadas por el Protocolo tenían dos causas fundamentales: en primer lugar, ambas naciones interpretaban de manera distinta accidentes geográficos claros y definidos, un ejemplo de lo cual fue la definición del cauce del río Zarumilla. En segundo lugar, y esto referente a la delimitación de la frontera en la región amazónica, la falta de conocimiento detallado en 1942 acerca de la geografía de grandes áreas de dicha región había obligado a los firmantes del Protocolo a utilizar fórmulas general y poco específicas, tales como "nacientes del río X" o "divortium aquarum" (divorcio o separador de aguas), fórmulas que naturalmente podían prestarse para diversas interpretaciones, de acuerdo a los intereses de cada país. 

El Ecuador y Perú veían con distintos ojos la aparición de dichos impasses: para el Perú, las protestas y reclamos ecuatorianos no eran sino una maniobra de dicho país para desconocer el Protocolo de Río y perennizar un conflicto que debía haber quedado superado definitivamente. Para el Ecuador, en cambio, las interpretaciones peruanas eran vistas como el intento del vecino del sur por trazar los límites interpretando el Protocolo de acuerdo a sus conveniencias, aprovechando para ello de su posición de país más poderoso, y amagando con hacer uso de la fuerza en caso de ser necesario. Así, el Protocolo de Rio, lejos de terminar con la vieja disputa entre ambas naciones, inauguraba un nuevo período de tensiones ecuatoriano-peruanas, caracterizado fundamentalmente por la desconfianza y el resentimiento, sentimientos que enraizaron más en el Ecuador que en el Perú, país que intentaba cerrar un frente de potenciales conflictos para concentrarse en el peligro que se consideraba como más inmediato para su seguridad nacional, las diferencias y tensiones con la República de Chile. 


Mapas de las zonas en litigio 


El divortium aquarum: La demarcación se suspende indefinidamente 

Como quiera que fuese, las comisiones demarcadoras fueron realizando su labor, y reportando ante los garantes del Protocolo las discrepancias a medida que éstas iban surgiendo. De esta manera, varias divergencias fueron superadas mediante la intervención del canciller de Brasil, Oswaldo Aranha, dejándose otras en manos del capitán Braz Dias de Aguiar, también brasileño, quien dio solución a otro grupo de impases con un arbitraje emitido el 14 de julio de 1945. Entre los fallos emitidos por Dias de Aguiar se encontraba uno referente al trazado de la línea en las inmediaciones de la confluencia de los ríos Santiago y Yaupi. 

La divergencia más importante, sin embargo, surgiría con la aplicación de las instrucciones contenidas en el artículo VII del Protocolo, en su literal (a), numeral (1), el cual rezaba: 

De la quebrada de San Francisco, el divortium aquarum entre el río Zamora y el río Santiago, hasta la confluencia del río Santiago con el Yaupi. 

La razón para la utilización del término no muy preciso de divortium aquarum en esta sección del documento se debía a que, al momento de la firma del Protocolo, se tenía escaso conocimiento de la geografía de la región aludida, lo que impidió hacer uso de nombres específicos de ríos o quebradas, como sí se lo hacía en el resto de literales. Con el fin de procederse a la demarcación del sector, las Partes solicitaron a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, en tanto que país Garante, elaborar un mapa aerofotogramético de la región, el cual fue entregado oficialmente a cada una de las partes en febrero de 1947. Paradójicamente, dicho mapa, lejos de dar las herramientas para el rápido cierre de la frontera en el sector aludido, fue en sí mismo el causante de un impase aún mayor. 

Una declaración polémica: la "nulidad" del Protocolo 
El desastre militar de 1941 y la firma del tratado de paz del año siguiente dejaron una huella profunda en el proceso histórico ecuatoriano. El sentimiento de humillación nacional, agudizado por divisiones internas que sacaban a la luz acusaciones de cobardía de parte del Ejército durante la invasión peruana, y de traición a la Patria de parte de los diplomáticos y políticos que firmaron el Protocolo de Rio de Janeiro, dio paso a un deseo latente de revanchismo y de reivindicación, que se habían hecho ya patentes en 1948 con la decisión unilateral por parte del Ecuador de suspender el proceso de demarcación de la frontera, y que se resumían de manera cabal en la frase que se convirtió en un estribillo nacional coreado por los actores políticos ecuatorianos de las más diversas ideologías. 

El Ecuador es, fue y será País Amazónico 
En un país carente de conciencia nacional desde su misma fundación en 1830, y rasgado por el intenso regionalismo y la rivalidad entre las ciudades de Quito -ciudad capital-, y Guayaquil, -núcleo económico de la nación-, el antiperuanismo pasó a convertirse en el único polo de atracción capaz de unir a todos los ecuatorianos. 

Aunque en el Perú nunca llegó quizá a enraizar un sentimiento generalizado de antiecuatorianismo -a excepción hecha de Iquitos y las regiones nororientales colindantes con el Ecuador, paradójicamente los mismos territorios sobre los que el Ecuador insistía en reclamar como suyos-, su propio proceso histórico contribuyó a perpetuar el ambiente de conflicto permanente. En efecto, la guerra del Pacífico con la República de Chile, que trajo aparejada una humillante y dolorosa ocupación de Lima, y la posterior pérdida de territorios a consecuencia de la firma de la paz, influyeron de manera no poco importante en las futuras relaciones del Perú con su "problemático" vecino del norte. 

Ya la guerra de 1941 con el Ecuador, que trajo aparejada la invasión y ocupación temporal de la provincia ecuatoriana de El Oro, había servido a sus fuerzas armadas como una reivindicación simbólica del desastre nacional de 1879-1884. Posteriormente, la recalcitrante negativa ecuatoriana al cierre de la frontera en el sector disputado de la Cordillera del Cóndor, sin previa revisión del tratado, fue interpretada por el Perú como una intentona artera, por parte del Ecuador, de querer desconocer un convenio internacional debidamente firmado por ambos países, y ratificado por sus respectivas legislaturas. A la luz de sus dolorosas experiencias con Chile, el Perú se negó a considerar cualquier revisión al Protocolo, y adoptó la política de que, firmado el Protocolo, con el Ecuador "no había ningún asunto fronterizo pendiente de resolver". 

La combinación de las actitudes ecuatorianas y peruanas traía consigo el gérmen de posteriores enfrentamientos no sólo diplomáticos, sino también militares. El Ecuador, sus protestas desoídas tanto por parte del Perú como de los países garantes, se encaminó por una senda peligrosa: la de infundir en el país un sentimiento de inconformidad, clamando el derecho a una reivindicación nacional, simbolizado a través del intento de buscar una "salida soberana" al río Amazonas, concepto que de por sí implicaba el derecho a exigir, cuando menos, un corredor de tierra hacia el río Marañón. 

El Perú, por las razones arriba mencionadas, adoptó una actitud cada vez más intransigente, en la que fue primando el concepto de que la única manera de tratar con el Ecuador consistía en hacer uso de la fuerza. Cualquier intentona ecuatoriana de "infiltrarse" en territorios vistos como legítima e indiscutiblemente peruanos sería, en adelante, solucionada rápidamente por la vía de las armas. 

El siguiente paso era apenas cuestión de tiempo, o de personalidades. En 1960, el presidente ecuatoriano Dr. José María Velasco Ibarra declaró de manera sorpresiva que el Protocolo de Rio de Janeiro no sólo era inejecutable sino que era "nulo de nulidad absoluta", porque había sido impuesto bajo coerción y con presencia de fuerzas militares peruanas en suelo ecuatoriano. 

Según la administración de Velasco Ibarra y posteriores análisis, los problemas del tratado eran los siguientes: 

Que el protocolo no era ejecutable, dado que uno de los puntos del mismo no concordaba con la realidad geográfica de la zona: Específicamente que no hay un solo divortium aquarum entre el Zamora y el Santiago sino dos: uno entre el Zamora y el Cenepa, y otro entre el Cenepa y el Santiago. Más aún, en tanto que no se había mencionado a la Cordillera del Cóndor en ninguna parte del artículo séptimo del Protocolo, no existía razón de fuerza para considerarlo indiscutiblemente como el divortium aquarum al que se hacía referencia. 
Que fue firmado mientras tropas Peruanas ocupaban territorio Ecuatoriano. 
Que la conquista de territorio por la fuerza está en contra de la ley internacional. 
Por falta de cumplimiento de ciertas disposiciones en cuanto a navegación por ríos de la Amazonía. 
Sin embargo tal declaración produjo poco impacto en la comunidad internacional, y el tratado siguió siendo tenido por válido por el Perú y los cuatro países garantes del mismo, Argentina, Brasil, Chile y los Estados Unidos). Hecha la declaración, era poco lo que posteriores gobiernos ecuatorianos podían hacer al respecto. Ningún gobierno ecuatoriano abjuró oficialmente del Protocolo de Rio de Janeiro ni ante el Perú ni ante ningún organismo internacional. No se puso en tela de duda la legitimidad de los hitos ya colocados, ni se desconoció la calidad de garantes de los Estados Unidos, Argentina, Brasil y Chile, aunque eufemísticamente se los pasó a denominar "países amigos" en vez de "países garantes".


Zarumilla-Marañón: El breve conflicto de 1941 entre el Ecuador y el Perú 
En Julio de 1941, un conflicto latente entre dos naciones Sudamericanas estalla, cuando una patrulla ecuatoriana abre fuego sobre Guardias Civiles peruanos en un paraje llamado Brumador, un viejo cauce del rió Zarumilla. El balance de fuerzas, capacidades, población y recursos se inclina obviamente hacia el Perú, país que a fines de la década de 1930 contaba con una superficie de 1.2 millones de km2 y una población de 6,6 millones de habitantes, las entradas del fisco sumaban unos 31 millones de dólares anuales; y desde 1935 al menos el 25% de dichas entradas fue dedicada a la modernización y expansión de las fuerzas armadas 

 
Tanque THN38 P. Unos de 24 vehículos de este tipo utilizaba el Ejército peruano. (foto: cortesía Jorge Souto) 

]Estos tanques, de un modelo considerado como el mejor en su tipo a fines de la década de 1930 habían llegado al país a fines de 1938. Previamente, el ejercito peruano había recibido seis tractires Latil UE armados con ametralladoras Maxim de cal. 7,65 mm . Dicho tractor era una versión francesa, fabricada bajo licencia, de la tanqueta Vickers Carden Lloyd Ml VIb adquirida por Bolivia y Chile a comienzos de esta década. Luego de la amarga experiencia sufrida en 1933 frente a Colombia, el gobierno peruano presto singular atención a las necesidades de las fuerzas armadas. El ejército peruano, vio doblar sus efectivos, que en 1940, en vísperas del conflicto, sumaban 15.723 hombres, de los cuales alrededor de 8.000 se hallaban distribuidos en bases y destacamentos a lo largo de la frontera con el Ecuador. El equipo disponible consistía de unos 77.000 fusiles y carabinas Máuser cal. 7,65, entre los que se incluían el mod. 1909, y alrededor de 16.000 mod. argentino 1891, 140 moteros Stoke-Brandt de 60 y 81 mm, 16 piezas de artillería A.A. Semag y Masen mod, 1935 de 20 mm, y a 56 piezas de artillería de montaña y campaña, las mas modernas de las cuales eran unas pocas baterías de obuses de 105 mm Schneider mod. 1928, y de casi omo cañones Arisaka mod 1905 de 75 mm de campaña, y piezas anti-tanque de fabricación japonesa de 37 mm adquiridos en las postrimerías del conflicto con Colombia. En caso de guerra, el Perú podría movilizar 1350.000 reservistas entrenados y asimismo contar con 400.000 reservistas sin entrenamiento. La marina de guerra contaba con dos viejos cruceros livianos de 3200 toneladas cada uno, el "Coronel Bolognesi" y el "Almirante Grau", con un armamento de 2 cañones Vickers de 152 mm L.50, 6 x 76,2, 2 x 80 mm A.A., 2 x 20 mm A.A. y dos tubos torpederos de 45cm. La eficiencia de estos buques, construidos en Inglaterra en 1906 era cuestionable. La flota incluía a dos antiguos destructores de la marina de guerra Zarista construidos durante la 1a. Guerra Mundial, que fueron adquiridos en Estonia al agravarse la disputa de Leticia, 4 submarinos de construcción estadounidenses, 7 cañoneras fluviales, y tres cañoneras menores. Las unidades de la flota eran anticuadas, y se hallaban en condiciones de mantenimiento y eficiencia a las que el agregado naval de los EEUU clasifico como de "mediocre". 

Como hemos de ver próximamente, el CAP (Cuerpo de Aviación del Perú), era una fuerza de relativa importancia en el contexto militar sudamericano. En cuanto a eficiencia y entrenamiento, los agregados militares de EEUU la clasificaban en tercera posición en Sudamérica, después de las fuerzas aéreas de la Argentina y el Brasil. El CAP contaba con 205 pilotos y 3607 hombres, y como hemos de ver, una importante flota que en cantidad solo era superada el Comando De Aviación del Ejército argentino.




Tanque THN38 en acción  
 
Soldados del Agrupamiento El Algarrobo, los fusiles me queda claro que son Mauser, la ametralladora es una 
Hotchkliss mod. 1914.

Piezas AA Breda de 20mm tomadas al Ecuador 

Northrop 8AP  
 
Escuadrilla Caproni CA 310 y Northrop 8A 
 
Caproni CA 135 

Material aéreo del Agrupamiento Norte 


Fuente
Enciclopedia Wikipedia 
Foristas Brunner y Mangosta15

sábado, 19 de marzo de 2016

Guerra de Secesión: Las fotos de los veteranos heridos



Estas fotos misteriosas de la guerra civil cambiado la forma de los EE.UU. vio a sus veteranos
La innovadora fotografía de Reed Bontecou utiliza un nuevo medio para llamar la atención sobre las heridas de la guerra

Por Erin Blakemore
SMITHSONIAN.COM

La Guerra Civil cambió todo estadounidenses pensaban acerca de la guerra y ella misma. Se marcó el comienzo de un nuevo tipo de guerra, que puso la innovación industrial de Estados Unidos a la prueba e hizo matar más fácil que nunca. Pero los que no morían terminó con heridas de los gustos de los cuales nunca se habían visto (o tratados) por los médicos. La tecnología moderna ha creado un nuevo grupo de veteranos modernas.



Pero la tecnología moderna también estaba en la mano para ayudar a los soldados heridos. Como señala la opinión de Dominio Público, un médico llamado Reed Bontecou utiliza la nueva innovación de la fotografía para documentar las víctimas de la Guerra Civil. Las fotos fueron tomadas anteriormente por Bontecou y marcadas con lápiz rojo para mostrar la trayectoria de los disparos que causaron cada herida. Las aterradoras fotos que tomó no se utilizaron sólo para documentar los efectos físicos del conflicto, sino para enseñar a los cirujanos de campo y ayudar a los veteranos reciben una compensación una vez que la guerra había terminado.



Bontecou practicó la medicina para el ejército en Nueva York, cuando estalló la guerra. Se convirtió en cirujano primer regimiento de voluntarios de la Guerra Civil y de pronto se encontró realizar los primeros auxilios, cirugías e incluso amputaciones en campos de batalla activa en condiciones intensas. Con el tiempo se convirtió en cirujano en jefe del mayor hospital general de la república de la guerra.

Y ahí es donde entra en juego la fotografía. Dentro del hospital, Bontecou comenzó a documentar heridas de los soldados utilizando cartes de visite. Las fotografías tamaño de la palma eran baratos y fáciles de hacer, y el equipo de Bontecou ellos utilizan no sólo para documentar las formas en que se estaban heridos soldados, sino como herramientas para enseñar a los cirujanos en el campo de las nuevas formas de realizar cirugías. Bontecou contribuyó en gran medida a la historia médica y quirúrgica de la guerra de la rebelión, que fue encargado por el Cirujano General de los EE.UU., y resumió los resultados médicos de la guerra.



Después de la, fotografías de Bontecou llegó a ser importante por una razón diferente: Fueron utilizados por los soldados que necesitaban para demostrar la gravedad de sus heridas a las juntas de pensiones a recibir una compensación por sus servicios. Hoy en día, Bontecou a veces se llama "el Napoleón de Cirujanos" por su valentía. Pero los soldados cuyas heridas fotografió a hombres infectados con gangrena, acribillados y despojados de la vida que una vez supieron lo que era ser atravesado por explosiones de munición eran tan valiente cuando éstos sufrieron sus heridas, luego desnudados para la cámara.

viernes, 18 de marzo de 2016

Patagonia: Bariloche atrae a presidentes americanos

Bariloche, el lugar que eligen los presidentes estadounidenses para descansar
Roosevelt, Eisenhower, Clinton y ahora Obama; la ciudad rionegrina tiene un encanto especial para los mandatarios
Dolores Caviglia LA NACION


Bill y Hillary Clinton, en Bariloche


La primera visita fue en 1913. Hace más de cien años, San Carlos de Bariloche deslumbró al por entonces ya ex presidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt. Llegó al sur de nuestro país el 30 de noviembre de 1913, sólo diez años después de la fundación del pueblo. Todo un aventurero. Su fama lo precedía. Era amante de la naturaleza, los paseos al aire libre, la caza. El sur le daba el paisaje perfecto: los lagos, la fauna, la flora, el aire.


El siguiente en la lista fue el republicano Dwight Eisenhower en 1960. No fue el segundo presidente en visitar la Argentina, entre uno y otro estuvo el recién electo Herbert Hoover -quien dirigió la Casa Blanca hasta 1933- pero no visitó Bariloche como sí lo hizo quien lo sucedió 20 años después.

Eisenhower estuvo en el país durante la presidencia de Arturo Frondizi. Su paso fue parte de una gira por el continente y tuvo como objetivo principal mejorar las relaciones bilaterales. Otra vez, Bariloche fue el destino elegido para disfrutar de los momentos más distendidos.


Dwight Eisenhower junto a Arturo Frondizi en 1960.

Después debieron pasar 37 años hasta que la ciudad de Río Negro volviera a recibir a un mandatario estadounidense. Fue Bill Clinton quien recorrió sus calles, sus lagos y disfrutó de todo su atractivo junto a su esposa Hillary. En su estadía, saborearon las delicatesen ahumadas típicas de la región; se relajaron en las instalaciones del lujoso hotel Llao-Llao; recorrieron con ropa deportiva y durante 20 minutos de la mano de un guía y una traductora el Bosque de Arrayanes; galoparon a caballo cerca en un campo; y jugaron al golf.


El presidente estadounidense Theodore Roosevelt. Foto: bicentennialppt.

Dato curioso: Hillary Clinton es ahora la precandidata presidencial favorita del Partido Demócrata y podría consagrarse el 8 de noviembre como la nueva presidenta de Estados Unidos, la primera mujer en la historia del país. Y ya conoce Bariloche.

En 1990 George Bush padre estuvo junto al ex presidente Carlos Menem en el país y 14 años después fue su hijo quien siguió sus exactos pasos. Pero ninguno de los Bush visitó el sur.

Ahora, es el presidente Barack Obama quien llegará el próximo 24 de marzo a la ciudad turística para disfrutar en familia de todos sus encantos. De acuerdo con el encargado de negocios de la embajada en Buenos Aires, Kevin Sullivan, "quien más influyó sobre la decisión del presidente Obama fue su mujer. La primera dama se enteró de cómo es Bariloche y de su belleza, y quería compartir un poco de tiempo en familia. No es fácil para un presidente encontrar un tiempo para ese propósito".

De nuevo, la ciudad rionegrina será el lugar perfecto para que un presidente de Estados Unidos disfrute de su tiempo libre y descanse en compañía de los suyos

jueves, 17 de marzo de 2016

Conquista del Chaco: La indomable Alice Chavagnac de Le Saige

La historia de la condesa que huyó de Francia con su jardinero y murió en el Chaco en un malón

Por: Claudia Peiró cpeiro@infobae.com
"Heroína digna de Balzac o de Dumas"; "mujer de voluntad y pasiones poco comunes": así debió ser Alice Chavagnac de Le Saige para embarcarse en 1888 en la aventura incierta que la llevó a un trágico final


La condesa Alice Chavagnac de Le Saige

Hasta hace algunos años, la historia de "la Condesa francesa" todavía formaba parte de la tradición oral transmitida de padres a hijos en Resistencia. Hoy, desaparecidos ya todos los testigos directos, nos queda sin embargo el trabajo de escritores e historiadores que hallaron en la vida de esta singular mujer materia interesante de investigación y relato, ya que, más allá del destino individual, la historia de Alice Le Saige permite reconstruir también la de una ciudad y su región.

Sobre la Condesa se ha escrito una biografía novelada –La Condesa de las tierras tobas, de Sixta Segovia de Giuliano-, un detallado trabajo –Trágico destino de la condesa Alice Le Saige, de Ramón de las Mercedes Tissera- y, más recientemente, el periodista e historiador Rolando Pérez Beveraggi le dedicó un capítulo de su libro Resistencianos, en el que retrata a varios personajes emblemáticos de la ciudad. "Ella fue una protagonista fundamental, vivía en un Palacio y vino a la nada", dijo Pérez Beveraggi a Infobae, en referencia a la realidad chaqueña de aquellos tiempos.


Contra lo que se suele pensar, la última "frontera" con el indio no fue el sur pampeano o patagónico, sino la región chaqueña (el norte de Santa Fe, y las futuras provincias de Chaco y Formosa). Allí se produjo una oleada de malones a fines del siglo XIX. Sin embargo, como veremos, aunque murió en medio de uno de ellos, a Alice Le Saige no la lancearon los indios. Pero vayamos al principio de esta historia.

Como lo señala Pérez Beveraggi, el contraste entre el castillo de Cheronne, en las inmediaciones de París, en el cual nació y creció Alice Françoise Marie de Chavagnac y la tierra montaraz en la cual acabó sus días es muy grande. Su familia pasó de integrar el séquito de María Antonieta a padecer sucesivas pérdidas de privilegios, al compás de los avatares de la época revolucionaria, que fueron minando el Antiguo Régimen.


El castillo de Cheronne, a pocos kilómetros de París, donde nació la Condesa de Le Saige

Nacida en el año 1840, Alicia había recibido una educación bastante sofisticada. A los 23 años, en 1863, se casó con Raoul Le Saige, vizconde de Villesbrune. El matrimonio tuvo seis hijos, dos varones y cuatro mujeres.

Al parecer, ante las dificultades económicas que empezaron a enfrentar los Le Saige, fue Alice la que demostró espíritu emprendedor, consagrando las tierras del antiguo feudo de Cheronne a la producción agrícola y en particular a la floricultura.

UNA RELACIÓN PELIGROSA SURGIÓ ENTONCES ENTRE LA CONDESA Y EL PLEBEYO

Apareció así el tercero en discordia: Magni –sólo así se lo conoce-, un jardinero que madame Le Saige trajo a la propiedad para asesorarse en la producción de flores destinadas al mercado parisino. Una relación peligrosa surgió entonces entre la condesa y el plebeyo. Enterado del asunto, la reacción del Vizconde fue más bien civilizada para la época: Alice no fue repudiada, y se acordó una separación amigable. Incluso se repartieron los hijos. La Condesa se marchó con los dos varones y las cuatro mujeres quedaron con el padre. Lamentablemente se ignora de qué forma decidió ella poner rumbo hacia el fin del mundo.

Pero lo cierto es que, pese a que no era demasiado joven –48 años era una edad considerable por aquellos tiempos-, Alice Le Saige no temió iniciar una nueva vida en tierras ignotas al otro lado del mundo. Y se embarcó hacia Buenos Aires junto con sus hijos varones, Roland y Xavier, de 14 y 10 años respectivamente, y con el jardinero que, en América, sería presentado como un "tío".

Una vez en el Plata, le conceden a Alice veinte mil hectáreas en arriendo, en una región conocida como Campo Arocena, muy cercana a Resistencia, a unos 40 kilómetros del centro de la ciudad.


Resistencia antigua. En la colonia, abundaban los mangrullos, para prevenir los peligros

Cuando la Condesa llegó a la zona, Resistencia era apenas una colonia, fundada hacía sólo 13 años, con una primera oleada de inmigrantes del Friuli, noreste de Italia.

La comitiva de Alice Le Saige habrá resultado más que exótica a su llegada al puerto chaqueño de Barranqueras –la vía fluvial era la usual para estos traslados en aquel tiempo-: aunque pequeña, incluía, además de los baúles de cada pasajero, un piano de cola y una imagen de Santa Ana, en hierro, de gran porte.

Como es de suponer, las autoridades chaqueñas intentaron disuadir a la Condesa de ocupar las tierras concedidas o al menos alertarla de los riesgos. "Las fotos de más de cien años de Resistencia están llenas de mangrullos", señala Pérez Beveraggi.



Pese a todo, a sólo dos meses de haber llegado, Alice Le Saige ya estaba instalada en una casa de madera de dos plantas rápidamente construida, en lo que pasaría a llamarse Estancia Santa Ana, por la imagen traída desde Francia por la Condesa e instalada en el patio de su nuevo hogar.

En los diez años siguientes, Alice no sólo se adaptará totalmente a la dura vida en el monte chaqueño sino que convertirá a Santa Ana en el principal emprendimiento ganadero de la zona. Y ello pese a los contratiempos, como el temprano abandono de Magni, que la deja para irse al Paraguay, donde se pierde su rastro para siempre.


Roland Le Saige, vestido a la usanza criolla. Su madre, la condesa Alice Le Saige

En 1895, la muerte del Vizconde, con quien seguía legalmente casada, representará un salto de prosperidad para Alice, que lo hereda e invierte los fondos en comprar el campo que hasta entonces arrendaba, mejorarlo y aumentar su ganado hasta 4.000 cabezas.

Alice Le Saige se convierte en una vecina destacada de Resistencia y sus campos aledaños. Muy bien considerada, frecuenta la Capital para abastecerse, pero también con fines sociales, y entabla cordiales relaciones con los demás habitantes de la zona.

Se le atribuyen otros romances; había una pequeña pero influyente colonia francesa en Chaco, mayormente instalada en Colonia Benítez y en Margarita Belén, algo más allá del Campo Arocena. A diferencia de los inmigrantes italianos, en su mayoría agricultores y operarios, los compatriotas de Alice son en general exiliados políticos, nobles venidos a menos como ella.

En Las Palmas, la Condesa conoce al teniente Federico Jeanrenaud, suizo francés, joven y apuesto, que dejará el cuerpo de Guardias Nacionales, para instalarse como mayordomo en la estancia Santa Ana.


Uno de los primeros edificios de Resistencia, con su mangrullo

Sus hijos también se adaptan plenamente a la nueva vida y a sus trabajos. En 1894, algo frecuente en aquellos tiempos, se suma al grupo familiar un pequeño "entenado", Genaro, hijo de un peón de paso que luego se ausenta y lo deja allí. No faltó el rumor insidioso de que se trataba en realidad del fruto de algún desliz amoroso. Lo cierto es que Alice Le Saige se encariña con el pequeño y eso le será fatal. Pero no nos adelantemos.

"MILICOS DESERTORES Y PEONES CRIOLLOS ALZADOS CONVIRTIERON EL RESENTIMIENTO INDÍGENA EN FUERZA AGRESIVA"

En su detallado trabajo sobre esta colona francesa, Tissera recuerda que en aquel entonces la población indígena "seguía siendo ampliamente mayoritaria respecto a la colonización criolla y gringa". "Su marginación social y cultural constituía pues una carencia de extrema gravedad", agrega. Se trataba, explica, de "comunidades disgregadas, anarquizadas", entre otras cosas, por la pérdida de sus líderes. Por otra parte, "la condición de asalariados resultaba problemática" para ellos. Su subsistencia se tornaba complicada.

"A esta masa descontenta se agregó un factor muy especial: los milicos desertores de los fortines o las tropas de línea y los peones criollos alzados, cuyas incitaciones convirtieron enseguida el resentimiento indígena en fuerza agresiva", sostiene Tissera.

De esa combinación desgraciada fue víctima Alice Le Saige. "Fue un ataque manipulado por criollos –afirma Pérez Beveraggi-. La convivencia con el indio era por lo general pacífica, pero de tanto en tanto había sublevaciones".


La biografía novelada de Alice Le Saige

"Como es propio de las situaciones complicadas, con frecuencia pagaban justos por pecadores. Comunidades tranquilas eran asaltadas y baleadas a mansalva para vengar tropelías de otra gente", escribe Tissera aludiendo a las "crueldades injustificadas" de algunos destacamentos militares.

El próximo 13 de marzo se cumplirán 117 años del fatídico amanecer en el que, desde el mangrullo de la estancia Santa Ana, alguien alertó de la llegada del malón: unos 60 jinetes armados de lanzas y carabinas, integrantes de una comunidad mocoví, encabezados por tres criollos.

Jeanrenaud y Simón Gómez –peón de la primera hora que morirá en este combate desparejo- organizaron la primera defensa. Cuando vieron que no podían contenerlos, ordenaron a mujeres y niños dejar la casa y refugiarse en campos aledaños.


Resistencianos, el libro que retrata personajes emblemáticos del Chaco

Alice estaba llegando a la propiedad de sus vecinos más cercanos, los Imfeld, inmigrantes suizo alemanes, cuando se dio cuenta de que el pequeño Genaro había quedado rezagado y volvió en su búsqueda. Fue entonces que se topó con Victoriano Pinto, un criollo que había incluso trabajado años antes para ella y que, sin dudarlo, la lanceó. Herida en el vientre, Alice fue socorrida por los Imfeld. Sobre un lecho de la casa de estos vecinos agonizó durante varias horas. Murió a las 5 de la tarde.

"ALICE FUE UNA HEROÍNA EN AQUELLOS INICIOS DIFÍCILES DE LA COLONIA RESISTENCIA" (PÉREZ BEVERAGGI)

En el momento del ataque, el hijo menor de Alice estaba en Francia desde hacía un tiempo y el mayor se encontraba ocasionalmente en Resistencia.


El escritor e historiador chaqueño Rolando Pérez Beveraggi

Ambos jóvenes regresaron a Francia tras la violenta muerte de su madre. Tiempo después, la propiedad fue parcelada y vendida y la casa demolida por uno de los nuevos propietarios. La Condesa, contó Pérez Beveraggi, está sepultada en el panteón de la sociedad Francesa de Socorros Mutuos en el cementerio San Francisco Solano de Resistencia. "El lugar donde estuvo ubicada la estancia Santa Ana es conocido como Condesa Cué, en guaraní: campo que fue de la condesa", cuenta.

Para este historiador, que a través de su fundación –llamada Resistencianos, como su libro- busca rescatar la identidad y la cultura local, "Alice fue una heroína en aquellos inicios difíciles de la colonia Resistencia". Y con seguridad es por eso que una calle de la capital chaqueña lleva el nombre de esta singular mujer.

Lo que inevitablemente se piensa, al tomar conocimiento de aventuras humanas como ésta, es en la enorme cantidad de materia inexplotada que hay en nuestro pasado como país para la crónica, la historia, la literatura o el cine.



cpeiro@infobae.com

miércoles, 16 de marzo de 2016

Revolución de Mayo: ¿Asesinato de Mariano Moreno?

La misteriosa muerte de Mariano Moreno

Por: Juan Pablo Bustos Thames - Infobae

¿Enfermedad o envenenamiento? ¿Fatalidad o conspiración? La trágica desaparición del secretario de la Primera Junta, el 4 de marzo de 1811, es uno de los tantos episodios de nuestra historia convertido en materia de interminable polémica




Mariano Moreno murió en alta mar, el 4 de marzo de 1811

El polémico secretario de la Primera Junta de Gobierno, Mariano Moreno, murió en alta mar, el 4 de Marzo de 1811 hace 205 años. Ya no integraba el gobierno patrio, pues había renunciado luego de la escandalosa votación del 18 de Diciembre de 1810, en la que se resolvió, contra la voluntad de Moreno, incorporar a los diputados de las Provincias, dando origen así a la llamada Junta Grande.

La hipótesis del asesinato: "La gran conspiración"

La teoría más difundida sostiene que Moreno fue asesinado por sus enemigos. Afirma que agentes de Cornelio Saavedra habrían contratado el pasaje en la fragata inglesa Fame; o que espías saavedristas, dirigidos por Pedro Medrano, se habrían asegurado de que embarcase en la Fame, en Ensenada.

Para darle un tono más conspirativo, se sostiene que la Junta Grande, conducida por Saavedra y por el deán Gregorio Funes, suscribió, el 9 de febrero de 1812 (pocos días después del embarque de Moreno), con el comerciante norteamericano David Curtis de Forest un contrato de provisión de armas para los ejércitos patrios. En el art. 5º de dicho contrato se preveía que "para poner en ejecución el convenio deberá Mr. Curtis ponerse antes de acuerdo con el enviado de esta Junta a la Corte de Londres, señor doctor Mariano Moreno, cuya aprobación será requisito necesario para que los comprometimientos de Mr. Curtis obtengan los de esta Junta". El art. 11º del convenio establecía: "Si el señor doctor don Mariano Moreno hubiere fallecido, o por algún accidente imprevisto no se hallare en Inglaterra, deberá entenderse Mr. Curtis con don Aniceto Padilla en los mismos términos que lo habría hecho con el doctor Moreno". Una cláusula vista como de capciosa naturaleza profética, al prever la muerte de Moreno.


Moreno tenía tan sólo 32 años cuando murió en la fragata que lo llevaba a Londres

Manuel Aniceto Padilla había sido comisionado por la Primera Junta a Londres, desde Setiembre de 1810, para adquirir armamento. Allí se contactó con el legendario general francés Charles-François du Périer Dumouriez, vencedor de Valmy (1792), el primer gran triunfo de la Revolución Francesa contra la Primera Coalición. Más tarde, Dumouriez, ante el riesgo de ser decapitado por los jacobinos, abjuró de la República y se pasó al bando borbónico. En 1804 se refugió en Inglaterra; sirvió como consejero del Ministerio de Guerra británico y se relacionó con la industria de armamentos. Como Inglaterra no podía vender armas directamente a la Junta para no resentir su alianza con España en la lucha contra Napoleón, Dumouriez haría los contactos y las armas se venderían a un particular norteamericano (Curtis) quien las llevaría al Plata.

El 31 de Julio de 1811, muerto Moreno y habiendo arribado a Londres sus secretarios, Manuel Moreno y Tomás Guido, éstos advirtieron que las armas adquiridas por Padilla estaban sobrevaluadas y lo acusaron de "sacar partido de las presentes circunstancias, y (de) recibir de la corte de Inglaterra una pensión de 300 libras en calidad de espía", calificándolo además de "bribón, miserable parásito e intrigante". También descalificaron a Curtis y a Dumouriez, inculpándolos de "espionaje y quebrantadores de la fe pública". Esto hace suponer a algunos que, en previsión de que Moreno tomara conocimiento de este tráfico de armas y se opusiera a convalidar sobreprecios, estos traficantes conspiraron, en combinación con el saavedrismo, para borrar del mapa al ex secretario de la Primera Junta.

EL CABILDO SAAVEDRISTA CONSIDERÓ QUE LA REIMPRESIÓN DEL CONTRATO SOCIAL DE ROUSSEAU ORDENADA POR MORENO ERA "MÁS BIEN PERJUDICIAL"

Para reforzar esta tesis, agregan que el Cabildo saavedrista de Buenos Aires había expresado, en su oportunidad que "la lectura de la reimpresión del Contrato social de Rousseau ordenada por el doctor Moreno no sólo no es útil sino más bien perjudicial", sosteniendo "superflua la compra de 200 ejemplares de la obra"; archivando de este modo definitivamente el proyecto morenista de difundir la obra rousseauniana en el Plata.

A ello agregan que, el 2 de febrero de 1811, Guadalupe Cuenca, la mujer de Moreno, recibió en su casa un paquete sellado con un abanico, un velo y mitones de luto, con un anónimo: "Mi estimada señora: Como sé que va usted a ser viuda, me tomo la confianza de remitirle estos artículos que pronto corresponderán a su estado".

UN TESTIGO DIJO HABER OÍDO AL PADRE AZCURRA DECIR: "YA ESTÁ EMBARCADO Y VA A MORIR"
Tiempo después, la Asamblea del Año XIII constituyó una comisión para investigar a los Gobiernos Patrios. En la causa de la muerte de Moreno, Pedro Jiménez, que había sido oficial de la Secretaría de Guerra cuando el fallecido prócer era su titular, contó que le sugirió a éste que se refugiara en algún lugar seguro porque "corrían voces de que se lo quería asesinar". Otros declararon que Moreno habría renunciado a la Junta por temor a que se lo matase. El testigo Juan Madera declaró haber oído en Oruro (Alto Perú) al padre Azcurra decir, sobre Moreno: "Ya está embarcado y va a morir". Finalmente, el otro argumento que da sustento a esta tesis es que la fragata Fame sí habría retornado a Buenos Aires, pero jamás lo hizo su capitán, George Stephenson, lo que revelaría su participación en la trama del asesinato.


La refutación de la tesis conspirativa

Son varios los argumentos esgrimidos contra la tesis antes expuesta. Cornelio Saavedra no era un hombre sanguinario, ni vengativo. La única sentencia de muerte que firmó (y a regañadientes) fue la de Santiago de Liniers. No era su estilo matar adversarios. Ya había triunfado políticamente sobre Moreno, y se lo había sacado de encima, cuando éste renunció voluntariamente a la Junta y pidió ser enviado a Londres. No tenía sentido matarlo. Es falso que Saavedra o sus agentes hubieran contratado el pasaje de Moreno en la Fame.

Fue el mismo Mariano quien decidió embarcarse en esa fragata, y rechazó los ofrecimientos de su amigo Robert Ramsay, comandante de la goleta de guerra británica Mistletoe, de conducirlo en esta nave, más ágil y mejor protegida, hacia Río de Janeiro, y desde allí hacia Londres. Ramsay desembarcó a Moreno en el puerto de Ensenada, para trasbordar a la fragata mercantil Fame. A bordo lo esperaban sus secretarios: su hermano Manuel y Tomás Guido. No obstante ello, Ramsay lo escoltó hasta que la Fame salió del Río de la Plata y rumbeó por el Atlántico, hacia Río.

MORENO NO VIAJÓ A LONDRES A COMPRAR ARMAS, SINO A GESTIONAR RESPALDO PARA LA REVOLUCIÓN

El hecho de que espías saavedristas hubieran observado su partida sólo significa que se aseguraron que Moreno no hubiera cambiado de opinión. La misma Junta Grande le había pedido a Ramsay proteger a Moreno de un abordaje realista. De haber querido matarlo, era más fácil dejarlo a merced de la escuadra de Montevideo.

La estrafalaria idea del tráfico de armas

Moreno no viajó a Londres a comprar armas, sino a gestionar respaldo para la Revolución. En el camino, la Junta Grande le encomendó que supervisara la compra de armas. De haber sido Moreno un obstáculo para este negocio, ni siquiera lo hubieran designado para tal fin, toda vez que la Junta ya contaba para ese rol, en Londres, con Aniceto Padilla. La previsión de que, en caso de muerte o imposibilidad de Moreno, el contratista se entendiera con Padilla, no hace más que considerar una posibilidad concreta y común en la época: que el navío naufragara, u ocurriera alguna eventualidad que le impidiera actuar al enviado. Éste nunca había gozado de salud rozagante.

UN VIAJE TRANSATLÁNTICO DEMORABA TRES MESES: NO HABÍA POSIBILIDAD MATERIAL DE CONSPIRAR DE ESE MODO

Además, el lapso que medió entre la renuncia de Mariano a la Junta y su designación como embajador (fines de diciembre de 1810), y su partida (mediados de enero) hacía imposible confabular a todos los miembros de la supuesta trama: Dumouriez y Padilla, en Londres, Saavedra y Funes, en Buenos Aires, y Curtis, cuya presencia se registra en la Capital, en febrero de 1811, cuando la Fame ya había partido. Un viaje transatlántico demoraba unos tres meses, por lo cual no había posibilidad material de conspirar de ese modo. En Londres no se sabía aún que Moreno había sido designado representante, cuando éste murió; y, salvo que los hipotéticos conspiradores fueran adivinos, nadie sabría cómo iría a reaccionar ante el contrato de provisión de armas, que estaba yendo –supuestamente- a desbaratar.

La oposición del Cabildo a la impresión del Contrato Social de Rousseau, fue una simple decisión, explicable porque los regidores veían las ideas de la Revolución Francesa lesivas al sentir religioso del pueblo. Por otro lado, la trama de amenazas y anuncios de pronta muerte se explican por el alto grado de agresividad y de conflicto político entre morenistas y saavedristas al que se había arribado entre 1810 y 1811. El mismo Saavedra contó que Moreno pretendía encarcelarlo y ajusticiarlo. Mariano, por su carácter, tenía muchos enemigos que no dudarían en amenazarlo, sabiéndolo alejado del gobierno. Amenazas cruzadas invocando la muerte de Moreno y Saavedra (los líderes de los dos bandos enfrentados) eran moneda habitual en la época.


El Capitán del Fame

Que el capitán de la Fame nunca haya retornado a Buenos Aires, no tiene por qué significar que fue parte de una conspiración. El Plata era por entonces un destino marginal en la navegación mundial. No teníamos puertos de gran movimiento, como los europeos, los de América del Norte, el Caribe, Australia, África o la India. Además, se trataba de un oficial sin lazos ni intereses en el Plata, como para que se prestase a participar en alguna conspiración local, en la cual no tenía arte ni parte alguna.

AMBOS APUNTARON SIEMPRE A UNA ÚNICA E IMPRUDENTE DOSIS DE EMÉTICO QUE LE SUMINISTRÓ EL CAPITÁN
Ni Tomás Guido, ni Manuel Moreno acusaron a Saavedra, ni a nadie, de la muerte del prócer. Ni siquiera cuando aquel cayó en desgracia. Ambos apuntaron siempre a una única e imprudente dosis de emético que le suministró el capitán (y no una serie de aplicaciones como erróneamente dicen algunos, creyendo que se trató de un envenenamiento progresivo).

En la época no había tantos médicos; tampoco había muchas Facultades de Medicina en el mundo. No todos los barcos tenían médicos. De hecho, el Fame carecía de un facultativo a bordo. A falta de profesionales, el propio capitán disponía de un modesto botiquín, donde según su experiencia y su pobre saber o entender, aplicaba una u otra solución al pasaje que se enfermaba. Moreno siempre tuvo una salud endeble, y en ocasiones estuvo al borde de la muerte. Ante los síntomas de descompostura que refería, el capitán debió haber pensado que con un fuerte vomitivo, solucionaría sus malestares. Sin embargo, fue peor el remedio que la enfermedad, y el pobre agonizó durante tres días, hasta perecer, "a los 28º 07' Sur en la madrugada del 4 de Marzo de 1811", "en los 32 años 6 meses y un día de edad", como consignara su hermano.

Habían transcurrido 38 días de zarpar; y hacía bastante tiempo que la calma chicha había afectado al buque, que permanecía casi inmóvil, por falta de vientos. Por eso fue imposible que la fragata se dirigiera a otro destino, como pretendía Manuel Moreno. El ex secretario de la Primera Junta falleció casi enfrente de la Isla de Santa Catalina; hoy destino favorito de muchos argentinos, para vacacionar.

martes, 15 de marzo de 2016

SGM: Los primeros radares y las mujeres en UK

Gran Bretaña en Guerra: Trabajando en el sistema de radar
El hermano Joan Watkins murió en un accidente de avión, el mismo destino sufrido por su marido en febrero de 1945. Se unió a la octava ciudad de Londres ATS (RAF) en 1939.


Nuestro recuerdo del curso de formación es todavía muy vívida. En nuestro primer día de entrenamiento lo dio un sargento mayor muy erizado, después de una marcha de prueba, gritó: "Cuando digo 'Atención', no me refiero a bailes, bailes, risas, risas y tintineo, tintineo. damas mañana, no hay tacones altos ni joyas. "


Joan Watkins viste el uniforme Waaf


The Telegraph

Al final del curso nos dijeron una organización [llamada] WAAF estaba siendo formada con nuevo uniforme que aún no se había  acordado. A principios de junio me preguntaron por mi compañía de ser uno de los cuatro modelos de los nuevos uniformes.
Unas pocas noches después nosotras, las cuatro extrañas se reunieron en varios edificios donde altos oficiales y otros criticaron la clasificación de la RAF. Mi uniforme era de cabo. Comentarios como "la falda es demasiado larga, el sombrero es horrible, es el material resistente al desgaste?" fueron proferidos por todos lados.
Las decisiones se tuvieron que hacer de forma rápida a la aprobación dada por H. M. Rey George, antes de una reunión nacional de servicios que tendría lugar en Hyde Park el 2 de julio así fue entonces que la Mujeres Auxiliares de la Fuerza Aérea (WAAF) llegó a existir por Real Orden el 28 de junio de 1939.
El personal del WAAF de varios centros del país participaron en el desfile, 100 en total. Yo era el cabo del día. Había un nudo en la garganta en esa ocasión trascendental, al igual que con otras organizaciones que desfilado para saludar a la tarima donde H.M rey Jorge VI y la reina Isabel estaban con otros dignatarios.
En agosto de 1939 la señora Watkins recibió un telegrama pidiéndole que cumplir con otros tres WAAFs en la estación de Kings Cross. Se le aconsejó que iba en un curso 'Hush Hush':
Después de una noche sin dormir pensando en mi nueva asignación, que debidamente fui a Kings Cross. Yo estaba casi preparado para la escena desgarradora. Estaba lleno de niños pequeños, sus nombres clavados en sus capas, una caja de cartón que contiene una máscara de gas al hombro y una maleta pequeña, mientras que los padres ansiosos revoloteaban alrededor.
Nos quedamos en silencio mientras el tren resoplando de distancia, hasta que de pronto se detuvo en una estación. El jefe de estación, en su sombrero de oro trenzado, abrió la puerta del coche y con voz sombría, dijo: ". La guerra acaba de ser declarada" Era las 11, 3 de septiembre de 1939. A medida que el tren continuó su camino, tuvimos en cuenta entre sí como las lágrimas derramó por nuestras mejillas. ¿Ahora que?
Después de llegar a nuestro destino nos presentaron a Robert Watson Watt, más tarde el título de caballero, que comenzó a iniciarnos en lo que sentía eran los campos de la ciencia ficción. Pero era demasiado real.
Él y muchos otros tuvo en los últimos años han encargado de desarrollar un sistema de comunicación sabe que la radiogoniometría RDF, luego se convertiría en RADAR. Íbamos a dividirse como trazadores y filtros, y en las próximas dos semanas que se enseñaría los procedimientos. Terminó con voz grave que dice: "Esta guerra ha sido declarada por la mañana. Incluso mientras hablo bombarderos alemanes pueden estar dirigiéndose hacia nuestras costas. Este sistema suele ser un éxito o un fracaso total ".
Como sabemos ahora, RADAR se convirtió en uno de los grandes éxitos de la guerra.
El 18 de septiembre con el equipo, tenemos el orgullo entró en la sala de operaciones sede del Comando de tomar el relevo de los aviadores. Como lo hicimos el silencio fue seguido de un susurro muy audible "Las mujeres!", Como cuellos se estiraban desde el balcón a su alrededor. Yo tímidamente la mirada hacia la figura central del ejército del aire Sir Hugh Dowding (más tarde Lord Dowding) cuya creencia grande en RADAR había hecho tanto para fomentarla.