miércoles, 5 de octubre de 2016

Roca: Un grande gramscianamente transformado en genocida

¿Fue Roca el malo de la película de la historia argentina?
Dos veces presidente constitucional, fue uno de los protagonistas principales de la generación que edificó el Estado argentino y consolidó nuestras fronteras. ¿Genocida o estadista? En todo caso, mucho más que una cara en el billete de 100 pesos
Por Rolando Hanglin - Infobae



Roca, blanco de una campaña que busca declararlo “genocida”

"Hace poco más de un siglo, el 12 de octubre de 1904, el general Roca entregó al doctor Manuel Quintana los atributos de la presidencia de la República. Había cumplido su segundo mandato, pero su influencia política desde 1880 había transformado el país. La Argentina era una potencia respetada. El general Mitre, ya anciano y verdadero patriarca de la argentinidad, fue a su casa ese mismo día para felicitarlo por su gestión: 'Ha cumplido', le dijo parcamente, porque el juramento de su asunción, en 1898 lo había hecho ante Mitre." (Juan José Cresto, presidente de la Academia Nacional de Historia, 2004)

Puede decirse que el malo de la película, en la Historia Argentina, hoy es Julio Roca. Por el momento, se le han concedido unas merecidas vacaciones a Don Juan Manuel de Rosas, que en sus tiempos realizó, junto a Facundo Quiroga y el fraile José Félix Aldao, una expedición punitiva a los indios pampas y ranqueles (1833), y ahora está de turno Julio Roca, también perseguidor de indios indefensos, a la vez que  aliado del Imperio Británico. Lo mismo que Rosas, quien tras su caída en Caseros vivió como "farmer" durante veinticinco años en Swaythling, cerca de Southampton y de su admirado Lord Palmerston, ex canciller inglés.


Julio Argentino Roca (1843-1914), dos veces presidente constitucional

Algunos críticos de Roca, sus contemporáneos (1879-1880), exclamaron: "¡El general Roca ha descubierto que en la Patagonia no hay Indios!"(Sarmiento) o señalaron que la expedición al Río Negro había sido un mero paseo  en calesa, en el que no se registraron combates ni escaramuzas, ni siquiera una discusión acalorada. Nada. Un desfile de mascaritas. Algún autor ha señalado que, durante la campaña, Roca montó a caballo cuatro veces en total, una para la foto. Nos cuesta comprender cómo un hombre tan insignificante, del que no se sabe si fue guerrero feroz o farolero impar, logró figurar en el billete de 100 pesos y en miles de calles, avenidas, pueblos, ciudades y monumentos de la República Argentina. Y, a la vez, hacerse de la negra fama de genocida que hoy rodea al general tucumano.

 En 1810 ya había comenzado la ‘araucanización de la pampa’
Vale apuntar que, en 1810, año del inicio del proceso de independencia de Argentina y de muchas otras naciones, había comenzado ya lo que se conoce como "araucanización de la pampa". Grandes poblaciones aborígenes chilenas, perseguidas por haber apoyado a los españoles en la guerra de la emancipación, o bien buscando un espacio más amplio para su desempeño económico, basado en la caza y la recolección, cruzaron los Andes buscando en las llanuras de la falda oriental sus presas de caza (el venado, el guanaco, el peludo, la vizcacha, la misma yegua) y disputaron estos territorios a los pampas argentinos y a los propios cristianos, que instalaban sus estancias fronterizas y desarrollaban sus sangrientas vaquerías. Los araucanos, raza militar de fuerte carácter, dotada de un lenguaje práctico, dominaron paulatinamente a las indiadas argentinas (tehuelches, querandíes y puelches) cuyas lenguas se consideran hoy desaparecidas. En el crisol de las llanuras y serranías se formaron nuevas agrupaciones, habitualmente con predominio araucano (la palabra "mapuche" empezó a usarse mucho más tarde) y potenciadas por nuevos recursos, todos provenientes de la conquista española: el caballo, la vaca, la oveja, el hierro (la moharra metálica, el cuchillo) más tarde el rémington.

 La década de 1870 había sido tremenda en materia de malones indios
Conviene recordar que la Campaña al Desierto le valió a Roca un enorme prestigio en el campo argentino entre 1879 y 1880, gracias al cual llegó con facilidad a la presidencia de la nación. La década de 1870 había sido tremenda en materia de malones indios. El problema de las indiadas se había acentuado desde 1820 en adelante: las ciudades cristianas (Buenos Aires, Córdoba, Salta, Carmen de Patagones) eran islas en medio de un mar de lanzas. Tras la muerte del ministro de guerra Adolfo Alsina, en 1877, Roca se presentó ante el Senado de la Nación y expuso su plan de batalla con gran simpleza: "Necesito un año para planearlo y otro para realizarlo, dos años en total, a cuyo término los indios habrán sido absorbidos y asimilados por la civilización, pero para ello es necesario salir de la actitud defensiva de Alsina e ir a buscarlos a sus tolderías, hasta someterlos".


La década de 1870 había sido tremenda en materia de malones

Conviene recordar algunos hechos, aunque sea investigándolos en Google, para no aburrirnos con largos libros. ¿Por qué pensar hoy en Roca? Porque en 2014 se cumplieron 130 años de la sanción de la Ley 1420 (conocida como de enseñanza laica, gratuita y obligatoria) y el primer centenario de la muerte de Roca, al que nosotros consideramos, modestamente, el gran estadista de nuestra historia.

Pero la fecha no obtuvo el recuerdo que se merecía. Efectivamente, fue Roca quien promulgó la gran ley de enseñanza laica, junto a su ministro de Justicia e Instrucción Pública, don Eduardo Wilde. Domingo F. Sarmiento militó, por así decirlo, como fogoso propagandista de la enseñanza pública. Algunos números: al comenzar el primer mandato de Roca, había 1214 escuelas públicas. Seis años después eran 1804. Las escuelas normales, en las que se formaban los maestros, pasaron de 10 a 17. Los alumnos, de 86.927 a 180.768. Docentes: de 1.915 a 5.348 en seis años. Con fuerte influencia de Sarmiento, en su segundo mandato propone un sesgo laboral en los estudios, al modo estadounidense: se crean escuelas de Artes y Oficios, de Agronomía y Veterinaria, de Ingenieros en Minería para San Juan, de Agricultura vinícola en Mendoza.

Roca fue el único presidente argentino que cumplió dos mandatos constitucionales (1880-1886 y 1898-1904) con doce años de intermedio. No intentó amañar la reelección mediante cadenas de amigos y socios para perdurar indefinidamente en el poder y los negocios.


Con Roca termina la guerra entre unitarios y federales

Con Roca termina la guerra entre unitarios y federales: la ciudad de Buenos Aires queda federalizada y las rentas de la Aduana del Puerto (que eran el principal ingreso de aquel tiempo) se convierten en propiedad nacional, terminando así un conflicto de 70 años entre Capital e Interior.

Roca defendió el orden constitucional, incluso con las armas, pero buscando siempre la pacificación y la amnistía.

Roca reconoció lo obvio: la primera potencia del mundo no era otra que Inglaterra, y superaría por largos años a los Estados Unidos, España, Francia y Rusia. Se considera que el Reino Unido empezó a perder su preeminencia recién al fin de la Primera Guerra Mundial, con la construcción del Canal de Panamá. Esta novedad dejó fuera de juego a Buenos Aires, aliada de Gran Bretaña, como puerto de paso obligado en el cruce del Atlántico al Pacífico y viceversa. Los Estados Unidos se adueñaron de los mares.


Roca reconoció lo obvio: la primera potencia del mundo no era otra que Inglaterra, y superaría por largos años a Estados Unidos, España, Francia y Rusia

En el inolvidable 1880, Roca impulsó una útil asociación comercial con Londres, con una visión realista muy similar a la de Rosas en su tiempo. Por otra parte, el gobierno inglés había sido un discreto pero eficaz aliado de la Argentina, sobre todo desde enero de 1825, cuando Jorge IV reconoció nuestra independencia. El crecimiento logrado por el país en tiempos de Roca sólo puede compararse con el que hoy ostentan los Tigres asiáticos o la propia China.

Obra de Roca: a partir de 1881, no se discutieron ya territorios con Chile, sino sólo líneas divisorias. Cabe recordar que habíamos librado una guerra con el Brasil, cincuenta años antes de Roca: éste promueve un acercamiento que diluye los conflictos.

En su segunda presidencia, Roca crea el servicio militar obligatorio, para unir en la civilización a todos los jóvenes, criollos, indios y gringos, pues estos últimos empezaban a llegar. En este período se incorpora al Congreso el primer diputado socialista de América, don Alfredo Palacios.

Roca sostuvo un concepto estratégico del territorio nacional: ocupar la Patagonia hasta la Tierra del Fuego anulando de raíz cualquier reclamo territorial de Chile, integrar el país mediante una red ferroviaria -hoy destartalada-, resolver todo conflicto de límites y modernizar a la Nación para insertarla en el mundo.


Roca sostuvo un concepto estratégico del territorio nacional

El ex ministro del Interior de Roca, Joaquín V. González, presenta al Congreso el primer Código de Trabajo, muchas  de cuyas iniciativas serían plasmadas recién en la década de 1940 por el General Perón. Lo mismo puede decirse de las políticas de protección  industrial que Roca esbozó, y continuó su antiguo aliado, el presidente Carlos Pellegrini.

 Todos los hombres de la Generación del 80 fueron aliados y adversarios en distintos tiempos
Una aclaración: todos los hombres de la Generación del 80, que convierten a la Argentina en la décima potencia mundial, quinta exportadora del globo y más alfabetizada que la mayoría de las naciones de Europa, fueron aliados y adversarios en distintos tiempos. Esto incluye al propio Roca,  y a Sarmiento, Mitre, Avellaneda, Alsina, Pellegrini.

Sobre la derrota militar y cultural de los indios araucanos, cabe señalar que la debacle había comenzado en tiempos de la Zanja de Alsina. Este foso, que cruzaba la provincia de Buenos Aires, dificultaba los grandes malones ya en 1877, y en especial trababa la retirada de los indios con su inmenso arreo de cautivas, caballos, ovejas y sobre todo ganado vacuno. La carne de yegua era el alimento favorito para la gente de las tolderías, mientras que las vacas (robadas por cientos de miles) permitían un fabuloso comercio de carnes en Chile, cruzando la cordillera tras una prudente invernada en Neuquén o en Choele-Choel. Volviendo a la zanja: en ella los malones se atascaban, pugnando por arrear océanos de cabezas de ganado. Esto daba tiempo a las tropas argentinas para alcanzarlos y sablearlos, recuperando lo robado. En tiempos de la Zanja de Alsina, diseñada por el ingeniero francés Alfred Ebelot (autor de Adolfo Alsina y la Ocupación del Desierto), los indios tuvieron que desplazarse hacia el sur y el oeste. Los productores agrarios ganaron vastas extensiones.


La Zanja de Alsina fue un primer obstáculo al malón y al robo de ganado

Ya se había librado, el 8 de marzo de 1872, la batalla de San Carlos (hoy Bolívar) donde el General Ignacio Rivas vence al chileno Calfucurá, considerado el Napoleón de las Pampas, que muere al año siguiente: 4 de junio de 1873, en Chilihué. El nombre de este asentamiento significa "Pequeño Chile" y recordaba la querencia originaria de Piedra Azul y su gente. Durante aquel combate se movilizaron 3.600 lanceros argentinos y chilenos encabezados por Calfucurá, Reuquecurá, Mariano Rosas, Catricurá y Pincén. La muy cuestionada zanja, de 300 kilómetros, cavada en 1877 (aún se hallan algunos tramos en nuestro campo) dificultó los malones y, a la larga, generó escasez y hambruna en las tolderías.

 No cabe duda de que aquello fue una guerra a muerte entre dos civilizaciones irreconciliables
Pampas y araucanos consideraban que la riqueza y los alimentos debían adquirirse virilmente, mediante la guerra y el pillaje, despreciando todo trabajo "de a pie", por ejemplo, la siembra. En San Carlos chocaron 3.600 lanceros indios contra otros tantos soldados argentinos, reforzados por la indiada amiga de Catriel. En aquel entonces comenzaba a manifestarse claramente, entre los indios, la separación de  argentinos  y chilenos. Se disolvía la gran Confederación Indígena de Salinas Grandes encabezada por Calfucurá, con perfiles de auténtico imperio, de allí que Piedra (Curá) Azul (Calfú) fuera conocido como el Napoleón de las Pampas.


Una guerra a muerte entre dos civilizaciones

En fin, no cabe duda de que aquello fue una guerra a muerte entre dos civilizaciones irreconciliables. No se trata de exculpar a Roca por una matanza. Más bien, la victoria fue el tramo final de una guerra de 300 años,  facilitada  por el hecho de que los indios se encontraban ya  desmoralizados… y con hambre. Enfrentaron al Ejército Argentino en un combate frontal, que no era su fuerte. Fueron derrotados y comenzó su declinación. Puede decirse que, cuando Roca realizó su famosa expedición al Río Negro, ya los encontró dispersos.

Roca tuvo un lema: "Paz y Administración".  Válido para todos los tiempos, incluso el actual.

martes, 4 de octubre de 2016

Japón Imperial: Yasuke, un samurái negro

El primer samurai no japonés fue un esclavo africano llamado Yasuke
The Vintage News





Según Histoire des Isles ecclésiastique Et royaumes du Japon, escrito por François Solier de la Compañía de Jesús en 1627, Yasuke era un musulmán de Mozambique. la cuenta de Solier puede sin embargo haber sido una suposición, ya que se ha escrito mucho después del evento y no hay ninguna cuenta contemporánea sobrevivir que lo corrobora. Por lo tanto, aunque no hay evidencia, también es posible que él también vino de Portugal, Angola o Etiopía, y que posiblemente podría haber sido originalmente un mercenario africano en el empleo de un soberano de la India, de los cuales había muchos en este tiempo.

Una investigación de 2013 del programa de televisión de entretenimiento luz descubrimiento de los misterios del mundo sugiere que era un Yasuke Makua nombrado Yasufe. Sin embargo, esto fue una investigación muy periodística; el programa proporcionado pocas pruebas de sus conclusiones. Que de lo contrario puede haber sido un miembro de la gente de Yao, que acaba venían en ponerse en contacto con los portugueses en este momento, lo que podría explicar su nombre, 'Yao' añade al nombre japonés sufijo masculino común de "suke. '


Un grupo Nanban viajar en Japón. Fuente: Wikipedia Dominio / Público

Yasuke llegó a Japón en 1579 como el sirviente del jesuita italiano Alessandro Valignano, que había sido nombrado Visitador (inspector) de las misiones jesuíticas en las Indias (es decir el este de África, Asia Oriental Southand). Acompañó Valignano cuando éste llegó a la zona de capital en de marzo de 1581 y causó una especie de sensación. En un caso, varias personas murieron aplastadas mientras clamando a echar un vistazo a él Los jesuitas temían que su iglesia sería aplastada en la estampida, pero se las arreglaron para evitar el desastre. El señor de la guerra Nobunaga, famoso por sus intentos de unificar Japón, oyó el ruido del templo donde se alojaba y expresó el deseo de verlo. Ante la sospecha de que el color oscuro de su piel sea de tinta negro, Nobunaga le tenía tira de cintura para arriba y le hizo frote su piel. Estos eventos son registrados en una carta de 1581 el jesuita Luis Frois a Lorenço Mexia, y en el Informe Anual de 1582 de la Misión Jesuita en Japón, también por Frois. Estos fueron publicados en 'Cartas Que os Padres e Irmãos da Companhia de Jesús escreverão dos reynos de Japão correo de China II', normalmente conocido simplemente como 'Cartas', en 1598. Satisfecho de que él era, de hecho, negro, Nobunaga parece tener dado un brillo a él. En algún momento después de esto, aunque cuando no está claro, se le da bien (cuentas japonesas indican lo presentó a Nobunaga, aunque las cuentas europeas no mencionan esto) o se deja que entre en servicio de Nobunaga.

La "Crónica del Señor Nobunaga" corrobora cuenta Frois ', y describe su reunión de este modo: "El día 23 del segundo mes [23 de marzo de, 1581], una página de negro vino de los países cristianos. El hombre estaba sano y de buen aspecto con un buen comportamiento. Por otra parte, alabó la fortaleza de Nobunaga Yasuke, y lo describió como el de diez hombres normales. El sobrino de Nobunaga, probablemente Tsuda Nobusumi, le dio una suma de dinero en esta primera reunión.

lunes, 3 de octubre de 2016

Esparta: Termópilas

La batalla de las Termópilas

Apuntes de Historia


El rey persa Darío el Grande murió cuatro años después de la batalla de Maratón, por lo que no pudo cumplir el objetivo de castigar a los griegos, como vimos cuando traté aquí mismo de esa batalla. Sí, ya sé, pensarás que cuatro años es tiempo más que suficiente, pero es que había más.

Su objetivo no era sólo entrar en Grecia: quería conquistar Europa. Así que ordenó levas (alistamientos forzosos) en todas las satrapías y nuevos impuestos para reunir el mayor ejército que había visto la historia hasta entonces.

En esas estaba, a punto de partir ya hacia Grecia (pensaba dirigir la campaña personalmente) cuando se produjo un alzamiento en la satrapía de Egipto. Demasiados impuestos, quizá. Aunque tampoco pudo hacer nada al respecto ya que, mientras se preparaba para aplacar la rebelión egipcia, le sorprendió la enfermedad y la muerte.

Así que subió al trono su hijo Jerjes, quien se dispuso a completar los asuntos que su padre había dejado pendientes: primero Egipto y, más tarde, Grecia y Europa toda.


Esparta

Sobre el imperio persa en la época ya hablé en el artículo sobre la batalla de Maratón, y a él te remito. Pero para entender bien qué paso y por qué ocurrió así tenemos que detenernos un momento a repasar cómo era la sociedad del otro protagonista de esta historia, Esparta.

Maratón, el (primer) final de los persas Maratón, el (primer) final de los persas
Pero antes me gustaría pedirte algo, y es que olvides (aunque sea por un momento) la imagen de héroes luchadores por la libertad y con fuertes convicciones morales que posiblemente tengas de los espartanos gracias al cine.


Ruinas de Esparta

Porque, como vamos a ver en las siguientes líneas, la espartana era una sociedad belicista, autoritaria, esclavista, supersticiosa, inmovilista, hipócrita, machista, ultraconservadora y profundamente egoísta. Lo tenían todo, como puedes ver; aunque claro, no sería justo juzgarles según patrones modernos.

La espartana era una sociedad belicista, machista, esclavista,supersticiosa y ultraconservadora

Esparta era una polis griega regida por una diarquía (dos reyes), un “generalato hereditario y vitalicio”, como lo definió Aristóteles, cuya sociedad estaba absolutamente regida por dos ejes centrales: la religión y la guerra. Todo ello fuertemente regulado por la Gran Retra, la ley suprema espartana.

Aunque realmente los reyes espartanos tenían muy poco poder, ya que estaban limitados por un lado por la voluntad divina (expresada a través del Oráculo de Delfos o de los augures y adivinos que leían las vísceras de los sacrificios) y por otro por el poder ciudadano (representado por la Asamblea y el Consejo de Ancianos). Los reyes eran, más bien, líderes militares al servicio de los designios divinos.


El Santuario de Delfos

Todo en la sociedad espartana estaba dirigido a un único fin: crear soldados altamente entrenados, alienados y preparados para obedecer ciegamente, incluso hasta la muerte, las órdenes del rey que, como hemos visto, eran los deseos de los dioses. Convenientemente influenciados por el Consejo, por supuesto.

Las mujeres sólo tenían un cometido: dar a luz futuros guerreros espartanos. Cuando nacía un niño era examinado y, si presentaba algún defecto, era descartado sin piedad. “Descartado” es un eufemismo, en realidad quiero decir arrojado por un precipicio cercano a la ciudad. Si no podía ser un soldado, no tenía cabida en Esparta.

A los siete años los niños eran apartados de su familia para recibir formación militar y se anulaba su identidad propia: no había individuos en Esparta, sólo espartanos iguales unos a otros.

Por supuesto, si los ciudadanos de Esparta sólo podían dedicarse a la vida militar, las tareas agrícolas debían recaer en alguien más. El asunto quedó resuelto esclavizando las ciudades cercanas, creándose así una clase esclava, los ilotas, cuya única misión era cultivar las tierras que debían alimentar Esparta.

De hecho, el número de ilotas era tan alto que Esparta vivía con la amenaza constante de una revuelta de esclavos. Su ejército no podía alejarse demasiado de la ciudad ni ausentarse durante un periodo prolongado por el peligro que un alzamiento de los ilotas podía suponer.

Es curioso que una sociedad esclavista haya pasado a la historia como un adalid de la libertad y un pueblo cargado de valores. Por supuesto, en eso tiene mucho que ver el modo en que la historia de la batalla de las Termópilas ha llegado hasta nosotros.

Y es que este episodio nos ha llegado a través de Heródoto y, para empezar, como griego que era debemos dudar de su imparcialidad. Pero es que además él no conoció estos acontecimientos de primera mano, sino que su relato proviene de las historias que le contaron cuando visitó Esparta, cuarenta años después que sucedieran los hechos.

Así que lo que Heródoto plasmó fue una versión ya parcialmente mitificada de la batalla. Es una lástima que no podamos contar con la versión de los persas. Como vimos en el artículo sobre la batalla de Qadesh, la diferencia puede ser radical.

Pero en fin, es lo que ha llegado hasta nosotros y, salvo sorpresa, será la única versión con la que contemos de lo ocurrido allí. Así que a ella nos tendremos que atener. Sirva esto como advertencia: no creas a pies juntillas los detalles de la historia.

La resistencia griega

Habíamos dejado a Jerjes reuniendo el mayor ejército que habían visto los tiempos. Y claro, las noticias sobre un hecho así llegaron finalmente a Grecia.

Las polis, preocupadas por lo que se les venía encima, se reunieron y decidieron forjar una alianza: sólo uniéndose podrían hacer frente a tamaña fuerza invasora. El mando de los ejércitos de esta unión, la Liga Helénica, recayó en Esparta.

Y aquí tuvieron que hacer frente a la cuestión de dónde hacer frente a los persas. Sabiendo que venían por Macedonia (el ejército persa había cruzado desde Asia Menor a través del estrecho del Helesponto, actualmente llamado de los Dardanelos, por medio de un puente flotante que fabricaron uniendo barcos), optaron por reunir sus ejércitos en Tesalia.

Sin embargo pronto se dieron cuenta de que si reunían sus ejércitos ahí los persas podían fácilmente evitarlos y penetrar en Grecia sin resistencia. Debían situarse en un paso obligado para no dejar opción al ejército persa.

Finalmente se optó por desplazar los ejércitos más al sur, hasta el istmo de Corinto, un estrechamiento que separa la península del Peloponeso del resto del continente. Ni que decir tiene que las ciudades más al norte se opusieron, ya que los persas las atacarían sin resistencia. Pero no había alternativa.

Así que finalmente se optó por el paso de las Termópilas. Thermopylae, las puertas calientes. El paso recibía este nombre por los manantiales de aguas termales que abundaban en él.

Hoy en día la línea de costa ha cambiado debido a la erosión (puedes verlo en la imagen de satélite de Google Maps, aquí), y existe un amplio terreno llano y bajo entre las montañas y el mar, usado como tierra de cultivo.


El paso de las Termópilas en la actualidad

Pero hace dos mil quinientos años el de las Termópilas era un estrecho paso entre los acantilados y el mar. Y si los ejércitos de Jerjes querían alcanzar la Grecia central, tendrían que atravesarlo.

La invasión

Jerjes comenzó su invasión en el año 481 a.C. Cruzó, como he dicho antes, el estrecho del Helesponto y avanzó a través de Macedonia. Ejército y armada avanzaban juntos por tierra y por mar siguiendo la costa.

Y aquí es obligado volver al asunto de las versiones, porque las cifras de Heródoto son un poco exageradas, por decirlo de una forma suave. El historiador griego habla de un ejército formado por un millón ochocientos mil asiáticos más trescientos mil europeos de los pueblos conquistados, a los que hay que añadir un séquito de auxiliares, concubinas, marinos y demás, de otras dos millones seiscientas mil personas.

Cuatro millones setecientas mil personas. ¡Vamos hombre! ¿Imaginas cómo sería alimentar semejante masa en movimiento a través de Asia y Europa? Sería complicado incluso en la actualidad; en la Antigüedad habría sido, sencillamente, imposible.

Evidentemente las cifras de Heródoto están infladas para magnificar la victoria griega (la victoria final en la guerra, ya que la victoria en esta batalla sería para los persas). Afortunadamente también hay una mención a las naves: mil doscientos siete trirremes y otras tres mil naves más o menos con funciones diversas. Así que un cálculo aproximado, aún tirando por arriba, nos daría un ejército de entre ciento cincuenta mil y un cuarto de millón de hombres. Animales aparte.


Trirremes

Este era el ejército que se disponía a invadir Europa. No se volvería a ver una invasión de este calibre hasta el desembarco de Normandía.

No se vio otro ejército de invasión como el persa hasta el desembarco de Normandía

¿Has oído decir que frente a este ejército se opusieron trescientos espartanos? Pues esto tampoco es del todo verdad. De nuevo, la gesta de Leónidas y sus hombres fue magnificada y mitificada. Pero vamos por orden.

Hacia la batalla

Desde el momento en que se supo que Jerjes se disponía a invadir Grecia, los espartanos consultaron al Oráculo de Delfos sobre la suerte que correría la ciudad. Su respuesta fue ambigua como solía ser. ¿Cómo si no iba a acertar? El oráculo predijo:

Mirad, habitantes de la extensa Esparta, o bien vuestra poderosa y eximia ciudad es arrasada por los descendientes de Perseo, o no lo es; pero en ese caso, la tierra de Lacedemón llorará la muerte de un rey de la estirpe de Heracles pues al invasor no lo detendrá la fuerza de los toros o de los leones ya que posee la fuerza de Zeus. Proclamo en fin, que no se detendrá hasta haber devorado a una u otro hasta los huesos.

O la ciudad era arrasada o uno de sus reyes moriría en la batalla. Hay que decir aquí que, hasta el momento, ningún rey espartano había muerto en batalla. Sobre todo porque cuando un rey de Esparta entraba en batalla lo hacía al frente de su ejército. Y el ejército de Esparta no era fácil de vencer.

Y en el 480 a.C., el año en que el ejército persa de Jerjes I entró en Grecia, uno de los diarcas de Esparta era Leónidas I.

Cuando llegó el momento clave, en Esparta se estaban celebrando las Carneas. ¿Recuerdas que hablamos de ellas en el artículo sobre la batalla de Maratón? Sí, era esa festividad durante la cual los espartanos no podían luchar. Mal asunto.

Sin embargo Leónidas tenía que ponerse al mando de la Liga helénica así que, para no contravenir los designios divinos que prohibían al ejército espartano entrar en batalla durante las Carneas, Leónidas marchó al frente acompañado sólo por su guardia personal: trescientos soldados escogidos de entre los que tenían descendencia. Los trescientos espartanos que pasarían a la historia.

Pero claro, también estaban el resto de fuerzas helenas. Junto a los trescientos espartanos marchaban dos mil arcadios, mil locrios, mil focenses, novecientos ilotas, setecientos tespios, cuatrocientos tebanos, cuatrocientos corintios y otros contingentes menores.

Aproximadamente entre seis y ocho mil hoplitas, según las cifras más probables. Pocos en comparación con las fuerzas de Jerjes, pero decir que aquellos trescientos hombres se enfrentaron solos a los persas es mucho decir, ¿no crees?

Y así se dirigieron a las Termópilas, dispuestos a impedir el paso de los persas o a morir intentándolo.

En las Termópilas

A lo largo del paso de las Termópilas había tres estrechamientos conocidos como “puertas”. En la puerta central, más estrecha, había un antiguo muro levantado por los focenses para defenderse de las invasiones procedentes del norte. Ése fue el lugar elegido por los griegos, que reconstruyeron el muro como ayuda a la defensa.

Sin embargo, había un modo de evitar ese camino: un viejo camino de pastores, escondido entre los riscos, permitía el paso de la puerta central a través de una ruta alternativa, llegando hasta las posiciones a retaguardia del ejército heleno: la senda Anopea.

Los griegos, claro está, conocían este camino, así que tomaron precauciones para evitar que los persas pudieran encontrarlo y atacarles por sorpresa desde su retaguardia: Leónidas envió a los mil focenses a custodiar la senda.

Una decisión inteligente enviar allí a los focenses, sin duda, ya que eran de la región (de Fócida, en la Grecia central, no de Focea, que era una colonia griega de Asia Menor, hoy Turquía). Debido a ello no sólo conocían bien la zona, sino que además Leónidas se aseguraba de que defenderían el paso y no huirían, puesto que la integridad de su ciudad y de sus familias dependía de que los persas no consiguiesen salirse con la suya.

A finales de agosto del año 480 a.C. Jerjes llegó a las Termópilas con su ejército. Al ver lo estrecho del paso envió exploradores en busca de rutas alternativas, pero ninguno de ellos encontró la senda Anopea, oculta en la montaña.

Lo que sí vieron, claro está, fue al ejército griego. Cuando Jerjes fue informado de la presencia de los hoplitas envió un emisario a negociar. A sobornarles, más bien, ofreciéndoles la libertad y ser asentados en tierras fértiles si entregaban sus armas y franqueaban el paso.

Ven y cógelas fue la respuesta de Leónidas. Así que, con un innegable espíritu práctico, Jerjes acampó a la espera de que los griegos decidieran marcharse por sí mismos viendo la diferencia tan abismal entre ambas fuerzas.

Comienza la batalla

No se fueron. Cuatro días esperó Jerjes antes de que se le agotara la paciencia. El quinto día ordenó a sus ejércitos atacar. Aunque, para ser sincero, no lo hizo del modo más inteligente.

Contra una falange de hoplitas armados con largas lanzas (llamadas doru) y enormes escudos (hoplon) de madera forrados con una placa de bronce, cerrada e impenetrable, envió Jerjes a su infantería ligera. Muy numerosa sí, pero con lanzas más cortas y escudos de mimbre.

Imagina la escena dantesca que se vivió ese día… por parte de los persas. Las tropas entrando en el desfiladero, cuyo estrechamiento anulaba su superioridad numérica, y yendo a encontrarse con las largas lanzas que sobresalían del firme muro que formaba la falange hoplita, mientras las filas de atrás de la formación persa empujaban a las de delante hacia una muerte.

Mientras, los hoplitas griegos se dedicaban a mantener la formación por turnos, cerrar bien el muro de escudos y dejar que los pobres medos se ensartaran, ellos solos y sin remedio, contra las dorus. La oleada persa fue hecha pedazos sin apenas bajas por parte de los helenos.

Viendo como se desarrollaban los hechos, Jerjes cambió de táctica; quería a los griegos fuera del paso inmediatamente, así que envió a sus mejores hombres: los Inmortales.

El nombre asusta, ¿verdad? Bueno, en realidad no eran inmortales. Los llamaban así porque siempre eran el mismo número de hombres: diez mil. Eran la unidad de élite del ejército de Jerjes, la guardia real, infantería pesada de procedencia exclusivamente persa (nada de tropas reclutadas en las regiones conquistadas). “Pesada” porque llevaban una cota de metal. Al menos iban algo más protegidos que la infantería ligera, aunque sus escudos eran igualmente de mimbre.

Así que Jerjes, tras el estrepitoso fracaso de su primer ataque envió a los Inmortales. Sinceramente, les fue igual de mal que a sus compañeros. Al acabar el primer día de batalla la situación era la misma que antes de empezar… solo que con algunos cientos (seguramente incluso miles) de soldados persas menos.

El infame Efialtes

El segundo día no fue distinto del primero. Jerjes repitió su táctica, y con ella su fracaso así que, malhumorado y perplejo, detuvo el ataque y se retiró a su campamento. Necesitaba replantear el combate.

Sin embargo la suerte se puso ese día de su parte. Nos cuenta Heródoto que, ya en su campamento, recibió la visita de un griego llamado Efialtes, originario de Tesalia, que le habló de la senda Anopea, ofreciéndose a guiar a sus tropas a lo largo de esa ruta a cambio de una recompensa.

Imagina la mirada de Jerjes según escuchaba la propuesta de Efialtes. Casi puedo ver su sonrisa ensanchándose, con una gran carcajada final de villano de cine cuando el traidor le cuenta que la ruta le conducirá directamente tras las filas griegas. Ni que decir tiene que el emperador aceptó la propuesta.

Así que Jerjes envía a los Inmortales que no habían muerto el día anterior, junto con un refuerzo de tropas, a través de la senda Anopea. Veinte mil persas en total dirigiéndose a través de la montaña hacia la retaguardia griega.

Y se encontraron con los focenses que guardaban el paso.

Fue un encuentro cuanto menos curioso, ya que supuso una gran sorpresa para ambas partes. Los persas habían partido durante la noche, y al amanecer del que ya era el tercer día de batalla los focenses oyeron las pisadas a los persas avanzar (veinte mil soldados deben oírse con cierta facilidad) y se pusieron a las armas rápidamente.

Por su parte los persas tampoco esperaban encontrar mil griegos allí arriba, así que se quedaron sorprendidos… y asustados de pensar que podían ser espartanos. ¡Ya habían experimentado cómo se las gastaban!

El caso es que los focenses se dirigieron a una altura para hacerse fuertes frente a tamaño ejército, pero viendo el paso franco y sin necesidad de pararse a luchar, los persas simplemente siguieron camino.

Pobres focenses, viéndose en lo alto de un risco observando cómo los persas pasaban por el camino que debían guardar sin que pudieran hacer nada para evitarlo.

La batalla final

No está claro si Leónidas tuvo noticia del suceso por un mensajero focense o por un desertor persa, pero el caso es que lo supo. Y tenía claro lo que aquello significaba: la misión de detener a los persas en las Termópilas había fracasado.

Ya sólo quedaba una cosa por hacer: evitar la masacre del ejército griego, de modo que quizás pudieran tomar nuevas posiciones y defender otro paso más al sur. Pero no podían retirarse todas las tropas al tiempo, o la caballería persa podría atravesar el paso y dar caza en campo abierto a los soldados en retirada, lo que significaría la debacle.

Alguien debía quedarse a defender el paso de las Termópilas mientras el resto del ejército heleno se replegaba.

Así que Leónidas tomó la única decisión honorable que podía tomar: sus trescientos espartanos y él se quedarían a defender las Termópilas. El resto debía retirarse.

No todos lo hicieron, y éste es un punto que a menudo olvidan el cine y la literatura: los setecientos tespios y los cuatrocientos tebanos se quedaron junto a los guerreros de Esparta para defender el paso. Mil cuatrocientos valientes que sabían que iban a morir.

El resto es de sobra conocido. Jerjes, tras dar tiempo a que sus tropas descendieran de la montaña, envió su ataque contra los defensores griegos. Y éstos, sabiéndose ya muertos e intentando acabar con tantos persas como pudieran, salieron a luchar a la zona más ancha del paso.

Aunque no todos. Los tebanos soltaron sus armas, levantaron sus manos y se rindieron a los persas. Se libraron de la muerte pero no de la vergüenza.

Leónidas fue muerto en el ataque y los griegos formaron un círculo en torno a su cuerpo para que los persas no pudieran cobrarlo. La lucha fue feroz, sin descanso. Primero con las lanzas y, cuando éstas se rompían, con las espadas. Y, según se acercaban los Inmortales, las filas griegas intentaron hacerse fuertes en lo alto de una colina.


Monumento a Leónidas en las Termópilas. Puedes verlo a pantalla completa en una nueva pestaña.

Pragmático, Jerjes decidió no gastar más vidas en el asunto y ordenó una lluvia de flechas sobre los griegos, hasta que el último de ellos hubo caído.

Continuó entonces el ejército persa su avance por Grecia saqueando las ciudades de Platea y Tespias y dirigiéndose rumbo a Atenas. Aunque esta es ya otra historia.

Epílogo

Quizá te consuele saber que el traidor Efialtes nunca obtuvo su recompensa. Conseguida la victoria sobre los espartanos acompañó a Jerjes esperando su premio, pero tras la derrota que los persas sufrieron en Salamina (como quizá veamos otro día para continuar la serie sobre las Guerras Médicas) se retiró a su región natal, Tesalia.

Su cabeza había sido puesta a precio por los habitantes de Esparta, así que podemos suponer que no vivió en paz… el poco tiempo que llegó a vivir después de aquello. Y es que Efialtes murió apenas un año después de su traición por motivos desconocidos para nosotros, aunque aparentemente no relacionados con su acto de felonía.

Su nombre y su recuerdo quedaron malditos para siempre en Grecia.

domingo, 2 de octubre de 2016

SGM: La mujer de Garbo casi arruina el Día D

Una pelea de espía con su mujer en la Segunda Guerra Mundial  'casi arruina el Día D'



Agente Garbo con su esposa, Araceli
Juan Pujol con su esposa, Araceli

Una fila entre un espía y su esposa durante la Segunda Guerra Mundial casi en peligro las operaciones del día D, los archivos secretos del MI5 muestran.
El español Juan Pujol ayudó a convencer a los nazis los aterrizajes se llevaría a cabo en el Paso de Calais, no Normandía.
Pero después de haber sido confinado en su casa de Londres para proteger su identidad, su esposa, Araceli, amenazó con ir a la embajada española en junio de 1943.
Ella dijo que iba a contar todo acerca de uno de los mejores agentes dobles de Gran Bretaña salvo que se permita a visitar a su madre.

Nostálgico

La familia estaba basada en Harrow, al noroeste de Londres, donde el Sr. Pujol - el nombre en código de agente Garbo - tenía una red de subagentes que envían informes de inteligencia falsos a sus agentes de espionaje alemanes.
Su retroalimentación de información falsa para los nazis los desvía lejos de la escena de los desembarques reales del día D el 6 de junio 1944.
Sra Pujol no sólo se esforzó para hacer frente a la presión de la doble vida de la familia, pero también se convirtió en nostalgia.
Ella le faltaba la comida española y se molestó a su marido ausente tan a menudo.
Los temores de que la familia Pujol sería reconocido en las calles de Londres, llevaron a la señora Pujol siendo frustrado por las restricciones impuestas a ella y sus dos hijos.
En los archivos secretos, liberados de los Archivos Nacionales, el momento en que la señora Pujol enfrentó oficial de caso de su marido se registra.
"No quiero vivir cinco minutos más con mi marido", le gritó a MI5 oficial de caso de Pujol, Tomas Harris. "Incluso si me matan Voy a la embajada española."

Otros secretos revelados en los archivos


  • Planes se pusieron en marcha para que el Agente Garbo sea utilizado como un espía que trabajaba contra los rusos que condujo a la Guerra Fría
  • Historiador y defensor de la paz E P Thompson - mejor conocido por La formación de la clase de trabajo Inglés - fue el tema de la vigilancia MI5 durante 20 años
  • El columnista del Times David Aaronovitch, cuyos padres Comunista había estado bajo vigilancia MI5, dijo al programa Today de la forma en que descubrió que su hermana había sido espiado en la escuela, y se observó su propia luz antes de su extensa familia habían dicho

El agente Garbo no sólo engañó a los nazis fingiendo ser su agente y proporcionando información falsa, sino que también engañado a su mujer para que se quede tranquilo.
A pesar de oficial de caso de la Garbo dar con la idea de decirle a su mujer que había sido capturado, el agente doble no pensaba que esto sería suficiente.
Debido a la señora Pujol no fue capaz de volver a España, sugirió un plan para convencerla de que su arrebato había llevado a él que era detenido.
Ella incluso fue llevado a visitar él, con los ojos vendados, en un campo de detención y, después de la reunión, estaba convencido de la necesidad de apoyar su trabajo encubierto.
El asesor jurídico del MI5, el mayor Edward Cussen, le dijo que había decidido su marido debe ser puesto en libertad y se permite que continúe la misión.
"Él le recordó que no tenía tiempo que perder con la gente incómoda operación y que si su nombre se mencionó nunca con él de nuevo, simplemente se dirigiría que ella debe ser encerrado," señaló el Sr. Harris.
"Ella volvió a casa muy escarmentado a la espera de la llegada del marido."

sábado, 1 de octubre de 2016

Guerra Antisubversiva: Milani le recuerda a Verbitsky su pasado de terrorista de amplio espectro

César Milani: "Horacio Verbitsky tiene que explicar su paso por la dictadura militar"
El ex jefe del Ejército dijo que el presidente del CELS se "equivocó" al juzgarlo por su supuesta participación en la represión ilegal; "Sus amigos eran oficiales superiores, ¿cómo nunca les cuestionó nada?", afirmó
La Nación


César Milani: "Horacio Verbitsky tiene que explicar su paso por la dictadura militar". Foto: Archivo 


El ex jefe del Ejército César Milani volvió a negar su supuesta participación en la represión ilegal durante la última dictadura militar y atacó al periodista y presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky , uno de los organismos de derechos humanos más cercanos al kichnerismo.

Milani ya se había enfrentado con Verbitsky en 2014, cuando rechazó que haya sido beneficiado con algún tipo de trato especial en las causas en su contra por la supuesta comisión de delitos de lesa humanidad. En 2013, el periodista consideró que la decisión de Cristina Kirchner de designar a Milani como jefe del Ejército era "un grave error político".


En una entrevista con Radio Con Vos, Milani insistió hoy en su inocencia, dijo que el CELS se "equivocó" al "juzgar" su causa y vinculó al periodista con ex oficiales de la última dictadura. "Creo que Verbitsky, antes de juzgarme u opinar sobre mí -especialmente, en algunas de cuestiones que dijo después sobre que yo porque tenía 21 años debería haber sabido-, tiene que explicar muchas cosas en la sociedad. En principio, tiene que explicar su paso por la dictadura militar", apuntó.


Terrorista revolucionario y terrorista de Estado Horacio Verbitsky. Foto: Archivo / LA NACION / Maxie Amena

"Sus amigos no eran subtenientes, tenían jerarquías intermedias o altas, oficiales superiores. Y no estaban en La Rioja o en una ciudad chiquita, estaban revistando en el centro del conurbano bonaerense o en la Capital. ¿Cómo eran sus amigos nunca les cuestionó nada? Tiene que explicar muchas cosas a la sociedad", agregó.


l dice que yo debería haber sabido [sobre la represión ilegal]. Mucho más deberían haber sabido los amigos de él -que hoy algunos lo siguen siendo- que tenían jerarquía, no como yo de subteniente, sino mayores, tenientes coroneles o jerarquías de oficial superior", completó.

Durante el reportaje, Milani sostuvo que "por supuesto hubo represión ilegal" durante la última dictadura, pero remarcó que él nunca vio ni tuvo "conocimiento de nada".

El año pasado, Verbitsky negó haber sido supuestamente el redactor oculto de discursos de los comandantes en jefe de la Fuerza Aérea Orlando Ramón Agosti y Omar Graffigna, integrantes de las juntas militares durante la última dictadura. De esa forma, el periodista rechazó las acusaciones publicadas en un libro del periodista Gabriel Levinas y el ingeniero Pedro Güiraldes y dijo que la documentación en que se basaron los autores era falsa.

viernes, 30 de septiembre de 2016

Incas: Reconstruyen la cara del Señor de Sipán



Los antropólogos forenses reconstruyen la cara del Señor de Sipán

Archaeology


Reconstrucción Señor Sipán (Cortesía del Museo de las Tumbas Reales de Sipán)



LIMA, PERÚ-Andina informa que los antropólogos forenses han reconstruido el rostro del Señor de Sipán, un gobernante mochica cuya tumba del siglo III, fue descubierto en Lambayeque en 1987 por el arqueólogo Walter Alva. Los investigadores del Inca Garcilaso de la Vega Universidad de Los Ángeles, y Cícero Moraes y Paulo Miamoto de la ONG Selección Brasileña de Antropología y Odontología Forense, utilizan programas de computadora para volver a montar el Señor del cráneo de Sipán, que había sido gravemente dañado por el peso de su entierro. El equipo determinó también que el gobernante estaba alrededor de cinco pies, cuatro pulgadas de alto, tenía artritis en la columna vertebral, los dientes sanos, y estaba entre 45 y 55 años de edad cuando murió. "Él era bastante alto para ese período de tiempo. Tenía un poco el tono muscular fuerte, lo que significa que no hizo ningún trabajo físico, como corresponde a su alto rango ", dijo Alva. Una réplica de la reconstrucción será en 3-D impresa para su exhibición en el Museo de las Tumbas Reales de Sipán. Para leer más sobre la arqueología en Perú, vaya a "Una pasa por alto Inca maravilla."


jueves, 29 de septiembre de 2016

China Antigua: Arroz con cemento

“El arroz con leche”, El secreto de la resistencia de la Gran Muralla china
Javier Sanz — Historias de la Historia


Hace poco hablamos de la resistencia de las construcciones romanas, hoy nos toca… la Gran Muralla China. En realidad no es una gran muralla. Lo que muchos han considerado la octava maravilla del mundo antiguo es más bien un entramado de muros y distintas estructuras defensivas construidas a lo largo del tiempo, bajo el mandato de diferentes dinastías y de forma dispar. El propósito de tamaña obra de ingeniería y arquitectura militar -con un promedio de 7 metros de altura y 5 de ancho, y una longitud, contando sus ramificaciones y construcciones secundarias, de más de 20.000 kilómetros de largo, desde la frontera con Corea, al borde del río Yalu, hasta el desierto de Gobi, aunque hoy solo se conserva un 30%- fue en todo momento doble: para protegerse de los recurrentes ataques que los pueblos nómadas del norte y para establecer el límite de las tierras cultivables, sobre las que el Estado chino podía imponer unos impuestos y una administración estables. La Gran Muralla sirvió tanto para no dejar entrar como para no dejar salir.

Gran Muralla China

Fue hacia el año 220 a.C. cuando Qin Shi Huangdi, primer emperador de una China unificada, ordenó la conexión entre las murallas septentrionales preexistentes -algunas del siglo V a.C.- y la construcción de otros tramos que formarían una primera línea continua y que sería la precursora de la actual Gran Muralla, aunque la mayor parte de esta barrera defensiva data de la dinastía Ming (1368-1644). Los Ming construyeron una nueva Gran Muralla -más de 6.000 kilómetros de nuevos tramos defensivos- de características más avanzadas que las anteriores. Mientras que en el pasado las fortificaciones se habían erigido empleando la tierra compactada como materia primera, ahora se empleó en la mayoría de los tramos una combinación de piedra en la base, alzado de ladrillo… y una especie de “arroz con leche“.

En Xichang, provincia de Sichuan, se ha puesto en marcha un proyecto para la reconstrucción de parte la antigua muralla de la ciudad tratando de ser fieles a las técnicas de los constructores originales de la dinastía Ming. Las tareas de los trabajadores incluyen la fabricación de ladrillos, la colocación de los ladrillos … y hervir arroz en grandes ollas. Un estudio reciente sobre los antiguos métodos utilizados para la construcción publicado en la revista American Chemical Society por el Dr. Zhang, profesor de química de la Universidad de Zhejiang, ha demostrado que el secreto del antiguo mortero chino fue el arroz. Este mortero se elaboraba, y se elabora ahora en la reconstrucción de la muralla de Xichang, mezclando una pasta de arroz pegajoso o glutinoso (una variedad de arroz que se cultiva principalmente en el sur y sureste de Asia hervido y con una textura similar al arroz con leche) con cal apagada o muerta (piedra caliza calentada a alta temperatura y a la que luego se añade agua).

El componente inorgánico es carbonato de calcio, y el componente orgánico es la amilopectina, que viene de la sopa de arroz pegajoso. La amilopectina ayuda a crear una microestructura compacta, estable y resistente.


Aunque el uso de esta mezcla de arroz como cemento para la construcción se desarrolló por primera vez hace 1.500 años, fue la pieza angular de las grandes construcciones bajo la dinastía Ming, como la Gran Muralla.

Curiosamente, es el mismo tipo de arroz, y con la misma textura, que el utilizado en platos chinos tales como zongzi, en el que se envuelve la pasta en hojas de bambú en forma de paquete, o el nian gao, un tipo especial de torta para las celebraciones del Año Nuevo.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

China: Acusada de genocidio cultural en Tibet

La meseta, no pacificada
La cultura tibetana está cambiando, por su propia voluntad, así como por la fuerza

The Economist




Una anciana con trenzas grises, largas, con un delantal tibetano tradicional de lana de rayas de colores, ha pasado su día de hilo tejido fuera de su casa, cerca del extremo sur del lago Qinghai, en lo alto de la meseta tibetana. Ella es una de las cientos de miles de nómadas tibetanos que han sido forzados por el gobierno en los últimos años para establecerse en aldeas de nueva construcción. Ahora vive en una de ellas con su familia extendida y dos cabras. Cada pocos meses uno de sus hijos, un monje de túnica roja, visitas de su monasterio, un lugar tan aislados del mundo que nunca ha oído hablar de Donald Trump. Su nieto, un joven de 23 años de edad, con el pelo liso y una chaqueta de lluvia de color turquesa, es más puesta al tanto. Está entrenando para ser un mecánico de motocicletas en un pueblo cercano. El suyo es un mundo desorientador de transformación social, a veces resentido, a veces da la bienvenida.

Chinos y extranjeros por igual durante mucho tiempo han estado fascinados por el Tíbet, idealizar su inmensidad empobrecida como un refugio de la espiritualidad y la tranquilidad. Su marca del budismo es atractivo para muchos chinos, incluso, se rumorea, a Peng Liyuan, la esposa del presidente de China, Xi Jinping. Muchos tibetanos, sin embargo, ven su mundo de manera diferente. Se ha hecho añicos por la campaña de China para aplastar el separatismo y la erradicación de apoyo al Dalai Lama, su líder espiritual que huyó a la India después de un levantamiento en 1959. La transformación económica del resto de China y la modernidad impetuoso de sus ciudades son seductora, pero frustrante elusivo.


La historia de la represión política en el Tíbet es familiar. El Dalai Lama acusa al gobierno de China de "genocidio cultural", un temor compartido por un guía turístico en Qinghai, una de las cinco provincias a través de los cuales se encuentran dispersos en más de 6 millones de tibetanos del país (los otros son Gansu, Sichuan, Yunnan y la región autónoma del Tíbet o TIE-véase el mapa). "Sabemos lo que les pasó a los Judios", dice. "Estamos luchando por nuestra existencia." Con menos frecuencia dijo es la desesperación que sienten muchos jóvenes tibetanos que se sienten excluidos de la pluma de China. Son víctimas de la topografía a distancia y la prohibición del Tíbet, así como de los prejuicios raciales y el celo anti-separatista del partido. A menudo no pueden migrar a las fábricas costeras, y algunas fábricas vendrán a ellos. Incluso hablan fluidamente el mandarín rara vez se encuentran puestos de trabajo fuera de su región.



Sin embargo, los tibetanos no están aislados de la cultura en rápida evolución del resto de China, donde más del 90% de la población es de etnia han. Mayong Gasong Qiuding, un joven de 26 años de edad, trabajador de un hotel en Yushu, en el sur de Qinghai, escucha mandarín, tibetano y la música pop occidental en tándem. Él puede recitar consignas oficiales, pero puede recitar oraciones tibetanas solamente cortos. Su mayor deseo, dice, es ir a las Maldivas para ver el mar. las mujeres tibetanas en Qinghai usan productos para blanquear la piel, siguiendo una moda muy extendida entre sus homólogos Han; un adolescente patines en sentido antihorario alrededor de una estupa budista, haciendo caso omiso de un tabú cultural. Jóvenes nómadas frustran sus mayores al abandonar fabricación local, carpas negras de pelo de yak para los más de lona baratos, ligeros producidos en fábricas lejanas.

Han migración, animado por un derroche de gasto en infraestructura, está acelerando dicho cambio. A pesar de que los tibetanos siguen constituyendo el 90% de la población permanente de la TAR, su capital Lhasa es ahora 22% de Han, en comparación con el 17% en 2000. Muchos tibetanos resienten la afluencia. Sin embargo, son mucho más propensos a casarse con los chinos Han que son miembros de algunos de los otros grupos étnicos de China. Alrededor del 10% de los hogares tibetanos tienen al menos un miembro que no es tibetano, según un censo en 2010. Eso se compara con el 1% de los hogares entre los uigures, otra minoría étnica cuyos miembros a menudo irritan al gobierno de un gobierno dominado por los Han.

Las características principales de la cultura tibetana están en proceso de cambio. Monasterios, que hace mucho tiempo han jugado un papel central en la sociedad tibetana, están perdiendo toda la influencia de China ha permitido que se conserven. En los últimos años, algunos han sido cerrados o orden de reducir sus poblaciones (monjes y monjas a menudo han estado en la vanguardia de la agitación separatista). En los edificios de julio en Larung Gar en Sichuan, un centro de expansión del aprendizaje budista tibetano, fueron destruidas y miles de monjes y monjas desalojados. Se informa que tres monjas se han suicidado desde entonces. De los más de 140 tibetanos que han prendido fuego a sí mismos desde 2011 en protesta contra el gobierno chino, muchos fueron impulsados ​​a hacerlo por las medidas represivas a su propio monasterio o convento.

La vida de clausura se ve amenazada por el cambio social, también. Las familias a menudo se utilizan para enviar su segundo hijo a un monasterio, una buena fuente de escolarización. Ahora todos los niños reciben nueve años de educación gratuita. "El joven que hay mejores cosas que hacer," dice un monje en el monasterio de Rongwo en Tongren, una localidad de Qinghai, que pasa sus días rezando ", la enseñanza [y] la limpieza". Los nuevos reclutas a menudo provienen de familias rurales con poca educación.

Cuida tu lenguaje

En el TIE (que está cerrada a los periodistas extranjeros la mayoría de las veces), el idioma tibetano es bajo una amenaza particular. Incluso las guarderías a menudo enseñan totalmente en mandarín. Una generación está graduando de las universidades ahí que apenas hablan tibetano. Algunas personas han sido detenidas por continuar a enseñar en la lengua. En abril del año pasado Gonpo Tenzin, un cantante, fue condenado a tres años y medio en prisión por su álbum, "No Año Nuevo para el Tíbet", animando a los tibetanos para preservar su lengua y cultura.

En algunas áreas fuera de la TAR, sin embargo, el gobierno es menos hostil al tibetano. Desde la década de 2000, en gran parte de Qinghai, el número de escuelas secundarias que enseñan en tibetano ha aumentado, según una investigación allí por Adrian Zenz de la Escuela Europea de la Cultura y Teología en Korntal, Alemania. La gama de titulaciones que se imparten en tibetano se ha ampliado también. A diferencia de otros lugares, alguien que ha estudiado principalmente en tibetano todavía puede conseguir un buen trabajo en Qinghai. Un tercio de todas las funciones de gobierno anunciados allí entre 2011 y 2015 requiere el idioma. A pesar de esto, muchos padres y estudiantes eligieron ser enseñados en mandarín de todos modos, el Sr. Zenz encontró. Pensaron que sería mejorar las perspectivas de empleo.



Pero el trabajo puede ser difícil de conseguir, a pesar de años de gran ayuda gubernamental que ha ayudado a impulsar el crecimiento. Los subsidios del gobierno para el TIE ascendieron a 111% del PIB en 2014 (véase el gráfico), según Andrew Fischer de la Universidad Erasmus de Rotterdam. Once aeropuertos servir Qinghai y el TIE-tendrán tres más en 2020. Una línea de tren de 156 millas desde Lhasa (población 560.000) a Shigatse (población 120.000), que se completó en 2014, costará 13,3 millones de yuanes ($ 2.16 millones de dólares). Una segunda vía a Lhasa se está poniendo de Sichuan, a un precio de 105 millones de yuanes.

Una mejor infraestructura ha alimentado un turismo visitantes de auge y nacional para el TIE se quintuplicó entre 2007 y 2015, pero la mayoría de los flujos de ingresos para las agencias de viajes en otro lugar. Los turistas que se alojan en hoteles administrados por Han y en gran medida comer en los restaurantes no tibetanas (KFC abrió su primera sucursal Lhasa en marzo). resentimiento tibetano en la exclusión de puestos de trabajo con el turismo y relacionados con la construcción era una gran causa de los disturbios en Lhasa en 2008 que provocó protestas en toda la meseta. Otros muchos ingresos hiladores-hidroeléctrica y la extracción de minerales y madera-son controladas por empresas estatales que emplean relativamente pocos tibetanos. El nombre chino de Tíbet, Xizang, significa "casa del tesoro occidental". Pero tibetanos tienen poca participación en sus despojos. El realojamiento de los nómadas ha ayudado a proporcionar algunos con trabajos de construcción, sino que también ha causado un sufrimiento: los trasladaron a veces les resulta más difícil ganarse la vida de la cría.

En la mayoría de otras partes de China, aldeas han sido rápidamente vaciado como personas acuden a trabajar en las ciudades. En el país en su conjunto, la población agrícola se redujo de 65% a 48% como porcentaje del total entre 2000 y 2010. En la meseta se redujo sólo ligeramente, del 87% al 83%. Es difícil para los tibetanos a emigrar a lugares donde hay más oportunidades. La policía y los empleadores las tratan como posibles alborotadores. En 2010 sólo el 1% de los tibetanos se había instalado fuera de la meseta, dice Ma Rong de la Universidad de Pekín. No se pueden mover en el extranjero tampoco. En 2012 los tibetanos en el TIE tenido que entregar sus pasaportes (para evitar que se une el Dalai Lama); en algunas partes de los funcionarios de Qinghai se fue de casa en casa confiscación de ellos.



El karma del camaleón 

Para los graduados universitarios, las perspectivas son algo mejores. Hay pocas perspectivas de trabajo seguro en las empresas privadas en la meseta. Pero para ayudar a ellos, el gobierno ha estado en una juerga de contratación desde 2011. Casi todos los tibetanos educados ahora trabajan para el Estado. Un trabajo en el gobierno es una muy buena: los salarios han estado aumentando rápidamente. Pocos tibetanos ven el trabajo como traidor a su causa o la cultura. Pero el gobierno puede no ser capaz de mantener proporcionar suficientes puestos de trabajo para los graduados, especialmente si la desaceleración de la economía china, que está engarzando demanda de materias primas, tiene un efecto en cadena en la meseta.

Muchos de los problemas que enfrentan los tibetanos son comunes en las culturas pastoriles tradicionales, ya que se modernizan. Pero los de los tibetanos se ven agravados por la represión. Son sólo es probable que aumente cuando el Dalai Lama, de 81 años, muere. El gobierno central tratará de equipo de perforación de la selección de su sucesor, y sin duda perseguir a los tibetanos que se oponen públicamente.

En privado, los funcionarios dicen que están jugando un juego de espera: que esperan que el "problema del Tíbet" que hay que resolver con mayor facilidad cuando se ha ido. Están engañando a sí mismos. No hacen caso de su impacto como una voz de la moderación: no exige la independencia total y que condena la violencia. cultura tibetana puede ser bajo coacción, pero la adoración del Dalai Lama no muestra signos de disminuir. La pobreza, la alienación y la pérdida de una figura amada pueden resultar un cóctel incendiario.