jueves, 19 de julio de 2018

¿Encuentran la tumba de Alejandro Magno?

Un misterioso sarcófago negro de 2.000 años hallado en Egipto podría ser la tumba de Alejandro Magno

El hallazgo arqueológico podría convertirse en uno de los más relevantes de los últimos tiempos

Infobae




Transcurridas dos semanas de ocurrido un importante hallazgo arqueológico en la ciudad egipcia de Alejandría, un misterioso sarcófago negro de 2.000 años de antigüedad finalmente fue abierto y sus contenidos podrían estar asociados a uno de los hombres más poderosos de la historia de la humanidad.

 
El sarcófago tiene casi dos metros de alto y tres de largo (Gentileza AFP)

Una momia fue cuidadosamente removida de ataúd de casi tres metros de largo que data de la época ptolemaica, período que se extendió desde el año 305 hasta el 30 a.c. y sorprendió a expertos en la materia por su destacable estado de conservación, al exhibir únicamente un ligero deterioro de los huesos y el cráneo.

 
Una cabeza de alabastro fue hallada junto a la tumba (Gentileza AFP)


El descubrimiento se convirtió en el sarcófago más grande jamás hallado en dicha ciudad y fue coordinado por investigadores que se encontraban trabajando bajo lo que se conoce como el Consejo Supremo de Antigüedades, organismo que ahora estará a cargo de la difícil tarea de identificar al cuerpo.

El mismo fue enterrado a casi cinco metros de profundidad junto con una cabeza de piedra de alabastro que, se cree, pertenecía al enigmático ocupante de la tumba. El descubrimiento tuvo lugar mientras se limpiaba cuidadosamente el sitio de sepulcro para la construcción de un nuevo edificio.

 
El fascinante descubrimiento fue hecho durante la limpieza de un sitio de sepulcro para la construcción de un nuevo edificio

El doctor Ayman Ashmawy, jefe de la división de antigüedades egipcias, dijo que una capa de mortero entre la tapa del sarcófago y el ataúd mismo señala que no fue abierto desde que fue sellado hace más de 2.000 años.

El hallazgo es extremadamente inusual dado que las tumbas egipcias antiguas suelen dañarse de forma tal a lo largo de los siglos que los arqueólogos rara vez suelen encontrar una intacta. Eso era hasta este momento.

 
El sitio de sepulcro de Alejandro Magno ha sido un misterio desde que su cuerpo fue robado poco tiempo después de ser enterrado en Alejandría

Expertos vinculados al estudio de la tumba han indicado que podría tratarse del sitio de entierro de Alejandro Magno, rey del antiguo reino griego de Macedonia, quien vivió entre los años 356 y 323 a. C. y cuyo lugar de sepulcro ha sido un misterio luego de que su cuerpo fuese robado poco tiempo después de ser enterrado.

Distintos rastros históricos indican que sus restos habrían sido vueltos a enterrar en Alejandría, pero hasta el momento no se había podido encontrar su paradero.


 
Para sorpresa de los expertos, los restos fueron hallados en perfecto estado de preservación


"Esperamos que esta tumba pertenezca a uno de los grandes dignatarios de su período", compartió el doctor Ashmawy. "La cabeza de alabastro muy probablemente sea de un noble de la ciudad de Alejandría", aseguró el experto, quien también hizo referencia a la delicada tarea que representó abrir una tumba sellada por milenios.

"Es difícil moverla y preservar su forma intacta para poder abrirla en un museo, pesa en total más de 30 toneladas y su tapa sola tiene un peso de 15 toneladas", destacó el experto antes de iniciar la apertura en el sitio de excavación para evitar daños a la invaluable reliquia.

En las próximas semanas, un grupo de ingenieros visitará el área para instalar el equipamiento necesario para poder trasladar al sarcófago. Mientras tanto, los expertos continuarán analizando los restos con la intención de descifrar la identidad de su misterioso ocupante.

Actualización

Sarcófago de Egipto: misterio tumba negra abierta en Alejandría 



Hace tres semanas, los arqueólogos en Egipto encontraron un gran sarcófago de granito negro en Alejandría, intacto durante 2.000 años, y el rumor de pies ligeros rápidamente comenzó a funcionar.

¿Podría contener los restos del antiguo líder griego Alejandro Magno, o (menos atractivo) una maldición mortal?

Según los expertos que ahora lo han abierto, es un no a ambos.

En cambio, reveló tres esqueletos y aguas residuales de color marrón rojizo, que desprendían un hedor insoportable.

El Ministerio de Antigüedades de Egipto había designado un comité de arqueólogos para abrir la reliquia, que fue desenterrada en un sitio de construcción.

Según el medio de comunicación egipcio El-Watan, inicialmente levantaron la tapa de la tumba por solo 5 cm (2 pulgadas) antes de que el olor acre los obligara a abandonar la escena de inspección por completo. Luego lo valoraron con la ayuda de los ingenieros militares egipcios.

"Encontramos los huesos de tres personas, en lo que parece ser un entierro familiar ... Desafortunadamente, las momias en su interior no estaban en las mejores condiciones y solo quedan los huesos", dijo Mostafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades.


Se descubrió que la tumba contiene tres esqueletos, que se cree que son los de los antiguos oficiales del ejército egipcio

Al abordar los temores de los medios de que alterar la tumba podría desencadenar la implacable maldición de Faraón, Waziri declaró: "Lo hemos abierto y, gracias a Dios, el mundo no ha caído en la oscuridad.

"Fui el primero en meter toda la cabeza dentro del sarcófago ... y aquí estoy frente a ti ... estoy bien".

¿De dónde viene la leyenda de la momia?

A pesar de eso, el lugar ya no cuenta con gente en medio de temores de que el sarcófago pueda liberar letales vapores tóxicos, dice el periódico estatal egipcio Al-Ahram.
¿Son las tumbas de las momias peligrosas?

Los científicos han desacreditado la infame "Maldición de la momia", pero ¿hay otras amenazas en las tumbas antiguas?

Lord Carnarvon, patrocinador financiero de la excavación del sitio de entierro de Tutankhamon, murió de una picadura de mosquito infectado poco después de que abrieron la cámara en 1923.

Desde entonces, se han corrido rumores de que el moho o la bacteria sobrevivieron en el área sellada y causaron o contribuyeron a su destino.

Pero F DeWolfe Miller, profesor de epidemiología en la Universidad de Hawai, le dijo a National Geographic que no hay peligro real.

"No conocemos ni un solo caso de un arqueólogo o un turista que experimente consecuencias negativas [de bacterias o moldes de tumbas]", dijo a la revista.

Los expertos han dicho que los tres individuos en el sarcófago de Alejandría pueden haber sido soldados en la época de los faraones.

Se dice que el cráneo de uno muestra grietas que apuntan a una lesión de flecha.


Un busto de alabastro, sus características desgastadas más allá del reconocimiento, también se encontró con la tumba.


El enorme sarcófago pesa casi 30 toneladas

La estructura tiene casi dos metros (6.5 pies) de alto y tres metros de largo, y es la más grande de su tipo que se haya encontrado intacta.

Pesa 27 toneladas (59,500 libras), y se cree que data del período ptolemaico temprano, que comenzó en 323 aC después de la muerte de Alejandro Magno.

Los arqueólogos ahora estudiarán el sarcófago en profundidad para determinar con precisión cuándo vivieron sus ocupantes y cómo murieron.

BBC

SGM: Hotel colombiano funcionó como campo de prisioneros del Eje

Hotel Sabaneta, el insólito "campo de concentración" donde Colombia encerró a alemanes y japoneses 

En plena Segunda Guerra Mundial, un decreto del gobierno ordenó confinar en aquel recinto de lujo a empresarios sospechados de colaborar con el Eje


Por Adriana Chica García 3 de junio de 2018
desde Bogotá, Colombia
Infobae



Las ruinas del Hotel Sabaneta, pocos años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial.

En plena Segunda Guerra Mundial, a miles de kilómetros de una Europa que se desangraba, se vivió una historia increíble en una pequeña ciudad del centro de Colombia. Los edificios de estilo colonial del Hotel Sabaneta, en Fusagasugá (Cundinamarca), pasaron de pronto de ser el lugar de encuentro de la alta sociedad a convertirse en el recinto de confinamiento de más de un centenar de ciudadanos alemanes, italianos y japoneses residentes en Colombia, sospechados por el gobierno de colaborar con los países del Eje.


No era un campo de concentración como los nazis, de trabajos forzados, cámaras de gases y asesinatos sistemáticos. Al contrario, era el mejor hotel de entonces, con pisos de madera de pino, amplios jardines, piscina olímpica, lagos artificiales y canchas deportivas. Aun así, se fue convirtiendo en un reclusorio insoportable para los refugiados que fueron confinados allí contra su voluntad.

Cuando en 1941, el ataque de la Armada Imperial Japonesa contra la base naval de Pearl Harbor detonó el ingreso de Estados Unidos al conflicto, Colombia aún no había tomado partida en la guerra. Por su neutralidad, se había convertido en el destino de muchas familias alemanas y japonesas que huían de la violencia.

Pero todo cambió cuando una ofensiva de submarinos nazis hundió el barco militar colombiano Resolute, que zarpó de Cartagena en diciembre de 1942. Desde ese momento, Colombia le declara la guerra a los países del Eje y se convierte en aliado de Estados Unidos.



Barco militar colombiano Resolute hundido por submarinos nazi en el mar Caribe.

El gobierno norteamericano crea la llamada Lista Negra, que incluía a empresas y empresarios en varios países de la región acusados de colaborar con los países del Eje. Su objetivo era impedir que la ayuda financiera que brindaba Estados Unidos a Latinoamérica cayera en manos enemigas. Nadie en Colombia podía comerciar con quienes aparecían en la lista, cuenta el libro 'Colombia Nazi'.

El Tiempo, por ejemplo, reseñó una carta de Daniel Vallejo, un comerciante colombiano de sombreros, en la que pide a la Cancillería que lo excluyan de la lista, argumentando que solo trabajó en una empresa de socios italianos y que sus negocios se vieron perjudicados porque nadie quiere comerciar con él por temor a ser incluido en la lista.

No obstante, con la publicación de la lista, el entonces presidente colombiano Eduardo Santos impulsó la Ley 39 de 1944, por medio de la cual decretó la concentración de los extranjeros que aparecían en ella.




Lista negra conservada en el Archivo General de la Nación.


"Los nacionales de países con los cuales haya roto relaciones la República de Colombia y en especial la de los nacionales alemanes, se determinará cuándo deben ser internados en sitios especiales de concentración, bajo el control de la Policía Nacional o de las autoridades civiles respectivas (…) deben someterse para mantener sobre sus actividades plena vigilancia", describía la norma conservada en el Archivo General de la Nación.


Campo de concentración de Sabaneta

En marzo de 1944, 150 ciudadanos alemanes y japoneses, sobre todo, pero también italianos, fueron citados a comparecer ante las autoridades colombianas por sus negocios comerciales. A 109 de ellos se les ordenó el arresto en el llamado 'campo de concentración de Sabaneta'.

Todos sus bienes fueron confiscados por el recién creado Fondo de Estabilización Nacional, que administró más de 2.500 propiedades alemanas, 1.500 italianas y otras cuantas japonesas, según el documental Exiliados en el exilio, de Rolando Vargas. Parte de esos recursos sirvieron para financiar el hotel en los casi dos años de confinamiento.

Noticias de la época sobre la concentración de alemanes, italianos y japoneses acusados de colaborar con países del Eje.

Los extranjeros de la lista fueron forzados a abandonar sus hogares y negocios para vivir en el hotel. Muchos se mudaron con sus familias colombianas, a otros les tocó mudar a sus esposas e hijos cerca para poder recibir visitas solo los jueves y domingos, como reseñaron algunos medios de la época.

"Las mismas informaciones oficiales indican que antes del fin de la presente semana y en el transcurso de la próxima, nuevos grupos serán enviados al mismo sitio de concentración de Sabaneta, donde permanecerán los nacionales alemanes sujetos a un régimen de vigilancia y aislamiento", decía una noticia de El Colombiano del 25 de marzo de 1944.

"Un día llegaron a mi casa, le ordenaron a mi papá que entregara los documentos de sus propiedades y le dieron un ultimátum de tres días para presentarse en Fusagasugá", contó Joerg Scheuerman en el documental de Vargas. No recibieron ningún abuso, pero los días les pasaban sin nada que hacer.


 

Por cada habitación vivían unas tres personas, que contaban con una cama doble, un closet, una mesa de noche, un escritorio y una silla. Algunos recibían una pensión mensual por las utilidades de sus negocios, pero debían pagar su alimentación y estadía en el hotel, lo que llevó a la quiebra a muchos.

Los retenidos inventaban grupos de carpintería, equipos deportivos y hasta una orquesta para pasar el tiempo. Los japoneses diseñaron estanques para sus peces dorados alrededor de una quebrada que causaron sensación. Aunque eran vigilados por las autoridades desde altas torres de control, podían pasear libremente por los espacios del hotel.

Algunos fueron obligados a abordar embarcaciones, supuestamente, para ser expatriados hacia Alemania, pero su destino terminó en Estados Unidos, en otro centro de concentración en Nueva York.

 
Así se ve el Hotel Sabaneta en la actualidad.

Nunca se comprobó realmente la colaboración de los extranjeros con los países del Eje. Una vez finalizada la guerra, todos fueron dejados en libertad. Algunos que contaban con bienes en el Fondo de Estabilización Nacional recibieron una indemnización insignificante.

Y el exclusivo Hotel Sabaneta, construido en 1938 y ganador en 1945 del Premio Nacional de Arquitectura, nunca volvió a ser el mismo. Fue derribado tiempo después, y hoy en día solo le sobrevive una torre de control donde vigilaban a los refugiados, que ahora sirve de valla publicitaria para los locales comerciales que se asentaron en el lugar.

miércoles, 18 de julio de 2018

martes, 17 de julio de 2018

PGM: Subastan chocolates y cigarrillos de un soldado británico

El chocolate de 103 años encontrado por el soldado de la PGM


Imagen de derechos de autor CJM Auctioneers

Leyenda de la imagen Cadbury hizo las barras de chocolate y Barringer Wallis & Manners, de Nottinghamshire, creó la lata

 Se descubrieron nueve barras de chocolate de 103 años en una lata que perteneció a un héroe de la Primera Guerra Mundial.

Se encontró entre una colección de artículos pertenecientes al soldado del Regimiento de Leicestershire Richard Bullimore.

Las tropas que servían en Francia durante la primera Navidad de la guerra recibieron las Colonies Gift Tins, fabricadas en Mansfield, Nottinghamshire.

Solo uno de los 10 barras había sido comido y la lata se vendía en una subasta de antigüedades el martes.


Pie de foto de la imagen Cpl Richard Bullimore se unió a la policía de Leicestershire después de su servicio en el regimiento

Paul Cooper, de Edmond CJM, subastador de Scunthorpe, dijo: "Incluso la lata es rara, pero descubrir que el chocolate todavía está adentro es simplemente irreal.

"Richard también recibió una caja de regalo de tabaco Princess Mary que contiene cigarrillos, tabaco y fósforos, y casi todos los contenidos de eso todavía están allí. Solo faltan tres cigarrillos".


Pie de foto Los cigarrillos se venderán junto con el chocolate

Toda la colección, incluidos chocolate, cigarrillos, medallas, citas, cartas y otro material, se venderá como un solo lote y se espera que gane más de £ 2,000.

Cpl Bullimore fue galardonado con varias medallas por su servicio, incluida la Medalla de Conducta Distinguida por galantería conspicua durante un enfrentamiento en tierra de nadie en el Saliente de Ypres en julio de 1915.

lunes, 16 de julio de 2018

PGM: La actualidad de los campos de batalla

Los campos de batalla que se desvanecen de la Primera Guerra Mundial


Alan Taylor | The Atlantic



Este año marcará el paso de un siglo completo desde el final de la Primera Guerra Mundial, cien años desde la "Guerra para Terminar con Todas las Guerras". En ese tiempo, gran parte del paisaje devastado por la batalla a lo largo del Frente Occidental ha sido reclamado por naturaleza, o devuelto a las tierras de cultivo, y las cicatrices de la guerra están desapareciendo. Algunas zonas siguen siendo tóxicas un siglo después, y otras aún están plagadas de municiones sin estallar, cerradas al público. Pero a través de Francia y Bélgica, importantes campos de batalla y ruinas se conservaron como monumentos, y los campos de cultivo que se convirtieron en campos de batalla terminaron como vastos cementerios. En estos lugares, el daño físico visible en el paisaje permanece como evidencia de la violencia y la destrucción fenomenales que tantas vidas tomaron hace tanto tiempo.
Sugerencias: Ver esta página a pantalla completa. Pase a la foto siguiente y anterior escribiendo j / k o ← / →.


    Vista aérea del campo de batalla conservado de la Primera Guerra Mundial en el Beaumont-Hamel Newfoundland Monument en Beaumont-Hamel, Francia, el 10 de junio de 2016. Las trincheras y cráteres preservados forman parte de los terrenos en los que el Terranova se formó. ataque fallido el 1 de julio de 1916, el día de la apertura de la Batalla del Somme. #
    AP

    Las ovejas pastan entre los cráteres y vuelven a crecer los bosques en el campo de batalla de la Primera Guerra Mundial en Vimy Ridge, Francia. Las municiones sin estallar siguen siendo un peligro constante. #
    Timsimages / Shutterstock

    Una fortificación alemana se encuentra cubierta en el Bosque de Argonne, Francia, en mayo de 1998. La Batalla del Bosque de Argonne fue parte de la Ofensiva Meuse-Argonne planeada por el General Ferdinand Foch. El general John Pershing dirigió la AEF en la Batalla del Bosque de Argonne mientras que el general Henri Gouraud dirigía el Cuarto Ejército francés. Las bajas estadounidenses en la Batalla de Argonne Forest totalizaron 117,000, mientras que los franceses perdieron 70,000 hombres y los alemanes 100,000 soldados. #
    Horacio Villalobos / Corbis vía Getty

    Una pieza de alambre de púas que data de la Primera Guerra Mundial se encuentra en el sitio de la antigua aldea de Bezonvaux el 27 de agosto de 2014, cerca de Verdun, Francia. Bezonvaux, como una serie de otras aldeas en la región, fue destruida durante la intensa guerra de artillería y trincheras entre los ejércitos alemán y francés durante la Batalla de Verdún en 1916 y nunca fue reconstruida. #
    Sean Gallup / Getty

    Las cruces de piedra que marcan las tumbas de los soldados alemanes son superadas por el tiempo y el creciente tronco de un árbol en el cementerio militar alemán de Hooglede el 4 de agosto de 2014 en Hooglede, Bélgica. #
    Christopher Furlong / Getty

    Un antiguo búnker alemán de la Primera Guerra Mundial se encuentra en el bosque de Spincourt el 27 de agosto de 2014 cerca de Verdun, Francia. Al menos media docena de los búnkeres permanecen en el bosque en una zona donde el ejército alemán mantuvo un hospital, conexiones ferroviarias y puestos de comando durante la Batalla de Verdun. #
    Sean Gallup / Getty

    Parte del fuerte de Douaumont en el campo de batalla de Verdun, en Douaumont, este de Francia, el 17 de mayo de 2016. #
    Jean-Christophe Verhaegen / AFP / Getty

    Esta imagen aérea muestra la puerta restante del destruido Chateau de Soupir, cerca del famoso "Chemin des Dames" (Sendero de las Damas) durante el cual se libraron las batallas de la Primera Guerra Mundial, fotografiadas el 25 de marzo de 2017. #
    Francois Nascimbeni / AFP / Getty

    "Estos son algunos de nuestros marines enterrados aquí", dijo el Sargento de Marina estadounidense Major Darrell Carver del 6. ° Regimiento de Marines mientras camina entre las tumbas de soldados estadounidenses, la mayoría de ellos muertos en la Batalla de Belleau Wood durante la Primera Guerra Mundial. para conmemorar el centenario de la batalla del Día de los Caídos en el Cementerio Estadounidense de Aisne-Marne el 27 de mayo de 2018 cerca de Chateau-Thierry, Francia. Casi 100 años antes de que los soldados de los EE. UU., Incluidos los Infantes de Marina del 6. ° Regimiento, repelieran los repetidos asaltos de un avance alemán en Belleau Wood, a solo 60 millas de París. Los EE. UU. Sufrieron aproximadamente 10.000 bajas en la batalla de un mes, incluidos cerca de 2.000 muertos. Hoy, la Batalla de Belleau Wood es fundamental para el conocimiento de los Marines de EE. UU. #
    Sean Gallup / Getty

    Las amapolas silvestres crecen al borde de un campo de Flandes cerca del cementerio militar Tyne Cot al amanecer el 4 de agosto de 2014 en Passchendaele, Bélgica. #
    Christopher Furlong / Getty

    Los restos del Chateau de la Hutte, en Ploegsteert, Bélgica, fotografiados el 21 de noviembre de 2014. El castillo, debido a su alta posición, sirvió como un puesto de observación para la artillería británica, pero poco después fue destruido por la artillería alemana. Las bodegas servirían como refugio durante gran parte de la guerra y los soldados canadienses pronto lo apodaron "Henessy Chateau", después del nombre del propietario. #
    Virginia Mayo / AP

    Los restos de trincheras se ven en el Newfoundland Memorial Park en Beaumont Hamel el 17 de mayo de 2016 cerca de Albert, Francia. #
    Matt Cardy / Getty

    Una fortificación alemana que se desmorona en el bosque de Argonne, Francia, en mayo de 1998. #
    Horacio Villalobos / Corbis vía Getty

domingo, 15 de julio de 2018

Fortaleza: Castillo de coerción

Castillo de coerción


La Ciudadela, Budapest, Hungría

Un castillo de coerción (alemán: Zwingburg) o castillo coercitivo era un castillo medieval fuertemente fortificado construido para dominar la tierra circundante. Dichos castillos se construyeron principalmente en la Alta y Media Edad Media con el fin de proteger esos territorios en áreas donde la población no fue evaluada como totalmente leal al soberano. Debido a la pobre infraestructura de la Europa medieval, la construcción de castillos fue una de las formas más importantes de ejercer el poder, razón por la cual se rige por los derechos reales (conocidos como regalía). Ejemplos de castillos coercitivos son el Moritzburg en Halle, que se construyó a finales del siglo XV, y el Alte Burg en Koblenz.


Moritzburg (Halle)



Alte Burg (Koblenz)



Petersberg Citadel (Erfurt)



Veste Oberhaus (Passau)



Forte Spagnolo (L’Aquila, Italy)



Castello di San Giusto (Triest, Italy)

sábado, 14 de julio de 2018

Guerra de la Independencia: Batalla de Marmarajá

Batalla de Marmarajá




José Gervasio de Artigas (1764-1850)

A pesar de sus virtudes militares, Dorrego poseía un espíritu turbulento y juntamente con el coronel Carlos Forest se pusieron en pugna con el general en jefe, lo que obligó a Belgrano a ordenar la separación de Dorrego del mando y la formación de una causa, razón por la cual debió regresar a Jujuy cuando el Ejército del Norte estaba en marcha hacia Potosí.  Eso impidió que estuviera en las desastrosas actuaciones de Vilcapugio y Ayohuma.  El general Belgrano dijo después de la primera de ellas que si hubiera estado presente el teniente coronel Dorrego, no hubiera sido batido el ejército patriota.

Cuando el ejército se replegó hasta Jujuy, Manuel Dorrego se incorporó nuevamente a él.  Quedó a cargo de las fuerzas de avanzada que se situaron en Guachipas para alimentar una guerra de guerrillas, y con 500 nuevos soldados organizó un regimiento llamado de “Partidarios”.  Al poco tiempo el general San Martín recibió el mando de aquel ejército y ordenó el repliegue de la fuerza hasta Tucumán.  A fines de enero Dorrego sostuvo un combate en la Quebrada de Humahuaca contra el coronel Saturnino Castro.

A consecuencia de una discusión con San Martín, éste ordenó que fuese remitido a Santiago del Estero, a fines de febrero de 1814.  Desde este último destino, Dorrego pasó a Buenos Aires por disposición del Gobierno General, al que solicitó el 15 de junio de 1814, le hiciera algún pago a cuenta de los sueldos que se le adeudaban, correspondientes a un año de servicios; decía que habiendo estado constantemente en campaña, atendió sus gastos con recursos particulares que ahora le escaseaban para los preparativos de viaje que estaba realizando.

Le fueron acordados 400 pesos; ultimó sus aprestos y se trasladó, de acuerdo con órdenes recibidas, al lado de Alvear; iba a ser envuelto en la guerra civil que tuvo su primer resplandor siniestro en el combate de Las Piedras. (1)

La acción militar que desarrollaría inmediatamente, y las ideas de organización nacional que sostuvo más tarde, tal vez ya profesadas, no fueron contradictorias; combatiendo a Artigas cumplía el mismo deber a que no se sustrajo en 1816, y en 1820, cuando volvió a esgrimir la espada contra los caudillos gauchos; sosteniendo los poderes nacionales y perteneciendo al ejército regular, se podía aspirar sinceramente a la unión de todos los argentinos mediante transacciones patrióticas, y a una constitución grata a las distintas provincias.

Dorrego fue el jefe que salió a Montevideo al frente de la división que cooperaría al ataque que el general llevaba a los montoneros.  Conducía 900 hombres y debía interponérsele en el camino a Torgués, que suponía en retirada a Santa Teresa, frontera Este de la Banda Oriental.  En tanto, Alvear, situado en el Paso de los Toros, resguardaba los Ríos Negro y Yí, evitando que Torgués pasara al Norte y que otros caudillos pasaran al Sud en su protección, desprendió fuertes destacamentos que según explicaciones del general, recorrieron 250 leguas inútilmente buscando a Torgués que, avisado del peligro, se movía con velocidad asombrosa.  Contrariado e impaciente, Alvear trasladó su cuartel general a la Calera de García (30 de setiembre), dejando a Hortiguera con 500 hombres, en su anterior posición.

Desde la Calera conoció el rumbo del enemigo y emprendió una marcha forzada (3 de octubre), en la cual recorrió catorce leguas y vadeó tres ríos en el transcurso de veinticuatro horas solamente.

Mientras Alvear salía del Paso de los Toros, su mayor general, que disponía de excelentes cabalgaduras, emprendió, desde el Paso de Villaboa, una marcha convergente, también precipitada, oculto por las fragosidades que hay entre los ríos Negro y Yí, hasta presentarse por el frente a Torgués, que no lo había sentido y creía ser perseguido por Alvear solamente.

Una avanzada del ejército regular, mandada por el capitán Manuel Mármol, aprisionó una partida de 37 hombres de Torgués y 600 caballos que custodiaba, y luego cayó sobre una compañía compuesta por negros y mulatos, tomando dos oficiales, 50 soldados armados y casi todo el parque del caudillo; otra, mandada por el teniente de “Granaderos a Caballo” Manuel Suárez, tomó a un capitanejo Mieres y 25 soldados también con armas.

El caudillo artiguista, cuyas huestes, según cálculo aproximado, sumaban 1.000 hombres, campaba en el valle de Marmarajá cuando Dorrego lo acometió a las primeras luces del 4 de octubre.  La acción duró poco y fue poco reñida.  Torgués se retiró del combate, perdiendo en la acción su sombrero y su espada, que se habían de contar entre los trofeo obtenidos por las tropas porteñas.  Sin embargo los fieros gauchos se resistieron sin dirección.  Después de ser arrojada toda la montonera del valle, hubo un fuerte núcleo que se rehizo, pero inmediatamente alcanzado, se dispersó, perdiendo 81 hombres -28 muertos y 43 prisioneros.

Durante todo el día no cesó la persecución, tan encarnizada y bien dirigida que el caudillo no se creyó salvo hasta azotar el arroyo Chuy, para refugiarse con su desorganizada y maltrecha hueste en el Brasil.  Dorrego se apoderó de toda la artillería de Torgués, una cantidad de municiones, un trozo de caballada flor, un cargamento de paños, una suma de dinero y gran cantidad de carretas cargadas de familias, en una de las cuales estaba la del propio caudillo.  Entre los prisioneros merecen citarse especialmente el secretario presbítero Domingo Sánchez, el consejero Antonio José del Tejo y Félix Artigas, primo de Gervasio Artigas.

Las tropas regulares tuvieron de pérdida 11 hombres muertos –siendo uno de ellos el teniente Nicasio Carreto- y algunos heridos.

Terminada la persecución, Dorrego se estableció en Santa Teresa con parte de su fuerza (el resto se lo retiró Alvear), vigilando cuidadosamente la frontera del Brasil, con sus tropas listas para abatir de nuevo a Torgués así pretendiera volver a atacar (2); pero Torgués había encontrado cómodo asilo: los codiciosos vecinos lo dejaron permanecer tranquilamente con sus gauchos reunidos y conservando las armas, a espera de tiempos mejores: la guerra civil no les desagradaba, porque pensaban ya, que podía servirles de pretexto para la conquista. (3)

Referencias


(1) Documentos del Archivo General de la Nación.

(2) Francisco Bauzá, en su Historia de la dominación española en el Uruguay, afirma que Dorrego cometió repudiables actos de libertinaje en el pueblo de la Colonia, donde fue a festejar su triunfo de Marmarajá inmediatamente de obtenerlo; el doctor Eduardo Acevedo (segundo), en su alegato “José Artigas”, pretende disculpar las atrocidades cometidas por Torgués en Montevideo, diciendo que los jefes porteños habían violado a la hija de ese caudillo, apresada en Marmarajá.  El general Mitre, haciendo el retrato de Torgués en la “Historia de Belgrano”, dice que aquél castró una partida de porteños, para vengarse del general de éstos que le habían quitado la querida; y se refiere al general en jefe o sea Alvear, pero se equivoca: éste sedujo a la hija de Torgués, según nota dirigida al delegado Herrera por aquél; por eso calla Alvear la existencia de la joven en los partes de Marmarajá.  El doctor Acevedo hace mal en decir “los jefes” en lugar del “general en jefe”.

Alvear llegó al campo de su mayor general, muy luego de alcanzada la victoria de Marmarajá; se recibió de todos los bagajes e hizo los partes del combate,  Con paciencia benedictina, he revisado, hoja por hoja, los papeles que se guardan en el Archivo General de la Nación y son muy valiosos, relativos a la tropa de la Banda Oriental y la insurrección artiguista, sin encontrar rastro alguno de incorrecciones cometidas por Dorrego.  En todos los que se refieren a él, y especialmente en los subscriptos por Alvear y Soler, se elogian sus cualidades sin la menor reticencia.

Inexplicable sería que Pueyrredón y Terrada, si Dorrego hubiera cometido excesos en la Banda Oriental, no los hayan citado en su famoso decreto que acumuló cuantos antecedentes parecieron podían presentarse como desfavorables a él, sin prescindir de los más triviales.  Lo de “haciendo alarde de impunidad ha repetido y reagravado iguales delitos “después de mi mando”, reduciendo a conflictos la quietud y armonía de los pueblos hermanos”, se refiere evidentemente a quejas recién llegadas de Santa Fe, por la acción desenvuelta allí, a las órdenes del general Díaz Vélez.

La afirmación que hago en este artículo, de que Dorrego se estableció en Santa Teresa después de la acción de Marmarajá, está justificada por diversos documentos que cito y transcribo en parte, todos los cuales se guardan en el Archivo General de la Nación.  El examen de esos documentos y el absurdo de ir a festejar un triunfo, alcanzado en el extremo Este de la Banda Oriental, en el extremo Oeste de la misma, me persuadieron que la versión aludida, perjudicial a la fama de Dorrego y en pugna con su reconocida caballerosidad, no podía ser cierta, despertándose en mí la sospecha de que se confundiera al vencedor de Marmarajá con algún jefe de tránsito o algún comandante destacado en la Colonia.

El historiador Bauzá, después de hacer la acusación, cita los “Apuntes de Larrañaga y Guerra”, dos cronistas contemporáneos y partidarios de Artigas, que escriben con tal pasión y ligereza, recogiendo informaciones contrarias a los hombres de Buenos Aires, que es la misma de quienes escribieron en esta ciudad contra Artigas, sus tenientes y sus huestes; además invoca una nota, fecha 7 de octubre de 1814, dirigida al Cabildo de Montevideo y subscripta por Alvear.

El último documento me pareció digno de respeto, y por lo mismo, pensé que de él saldría la luz que necesitaba, vale decir, que destruiría la propia versión, revelando su error.  Me dirigí entonces, dando explicaciones minuciosas, a uno de los hombres más espectables del Uruguay, el doctor Luis Alberto de Herrera, que ha brillado como escritor, periodista, parlamentarista, diplomático y jurisconsulto, quien me había dicho anteriormente en gentilísima carta: “creo que los escritores de ambas orillas, nos debemos este recíproco apoyo, a fin de ir esclareciendo la historia verdadera de estos países, tan adulterada por la pasión y por el interés político”.  La respuesta que obtuve, fue la siguiente:

“Señor Saturnino Uteda – Distinguido amigo: Primeramente, debo pedirle a usted disculpa por la demora en contestarle; sucedió que no sé cómo extravié la última carta de usted, que contenía los datos, y pareciéndome impropio pedirle la renovase los produje en la forma imperfecta que me fue posible.  Y bien: he visto el parte de Alvear, fecha 7 de octubre de 1814, que usted refiere, y aparece del folio 61 a 63 del libro respectivo; en él no se dice nada de ningún exceso cometido por Dorrego, sino que relaciona únicamente un combate victorioso sostenido contra Otorgues, por tropas del general Alvear a las órdenes del coronel Dorrego; sorprendido Otorgués, perdió la “armería” y sufrió una gran dispersión, cayendo prisionero su hijo y no su hija como varios escritores afirman.

“Pero como el historiador Bauzá era muy concienzudo, y para evitarle a usted un involuntario error, creo conveniente me envíe nuevos datos.  Si le interesa el parte de Alvear, le ruego me lo avise para mandarle una copia debidamente legalizada; pero eso sería dentro de un mes, porque mañana mismo me embarco para el Brasil.

“Poniéndome nuevamente a sus órdenes, lo saluda muy atentamente su afectivísimo. – L. A. de Herrera”.

Respondí que faltándole a la versión el testimonio de Alvear, ella ya no me preocupaba, pues las aseveraciones de cronistas parciales, visiblemente erróneas, no tenían autoridad ni merecían crédito, como no tienen ni merecen las que han imputado a Artigas desde esta orilla, por ejemplo, haber escrito a uno de sus tenientes una carta que jamás apareció y a la cual el doctor Carlos María Ramírez llamaba “la carta perdida o empacada”, ordenando que todas la semanas se fusilase un “porteño” o un “godo” para conservar la moral.  Por lo demás, respeto las opiniones del doctor de Herrera, pero no comparto la que exterioriza sobre Bauzá, quien no solamente se ha equivocado en la colocación de una cita de documentos probatorios, lo cual puede atribuirse a un simple descuido, sino que ha incurrido en errores garrafales muy frecuentes, admitiendo cuanta leyenda antiporteña conoció.

(3) Documentos del Archivo General de la Nación.

Fuente


  • Chávez, Fermín – Iconografía de Rosas y de la Federación.
  • Departamento de Estudios Históricos del Estado Mayor del Ejército, apartado del Boletín Histórico del Ejército, N° 132-135 (tercera edición), el 14 de junio de 1974
  • Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.

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Rodriguez, Cap. Edison A. – Artigas, Aspectos Militares del Héroe
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viernes, 13 de julio de 2018

Islam vs China: Batalla de Talas

Batalla de Talas en 751




War History Online presenta este artículo invitado de Hikma History



¿Pivotante o exagerado?

Algunas batallas se ven como momentos emblemáticos; su resultado podría ser el catalizador de un cambio monumental en los siglos venideros. La Batalla de Talas en 751 es considerada como uno de esos momentos. Vamos a explorar por qué.

¿Que pasó?

En los años previos al 751, tanto la dinastía Tang china como el califato árabe omeya se habían expandido agresivamente en Asia central, lo que hacía inevitable una colisión. La región ya había ocupado un lugar destacado en la historia islámica porque la Revolución abasida a fines de la década de los años cuarenta, que reemplazó a los omeyas con los abasíes, estaba centrada en la provincia de Khorasan (actual Afganistán occidental, noreste de Irán y Uzbekistán).



Además de cumplir los objetivos de un credo religioso o político expansionista, Asia Central era muy importante porque era un punto de conexión para la lucrativa Ruta de la Seda.


Batalla de Talas

La chispa del conflicto Abbasid-Tang fue proporcionada por las ciudades estado locales. En 750, el rey de Fergana tuvo una disputa fronteriza con el gobernante del vecino Chach. Fergana pidió ayuda a los chinos, que fue debidamente obligado por el general Kao del ejército occidental chino. El gobernante de Chach fue decapitado, pero su hijo escapó y buscó refugio en el famoso general abasí Abu Musullah Khorasani, que deseaba frenar la influencia china en la región.

Las fuerzas árabes se unieron a los Uighurs y al Imperio Tibetano (que era una gran potencia regional en ese momento). Las dos partes se encontraron en Talas, en la actual Kirguistán. Después de cinco días de combates intensos, el resultado de la batalla fue determinado por la deserción de los Karluks (tribu nómada turca) del lado chino al lado árabe, lo que condujo a la destrucción de las fuerzas chinas.


La mayor extensión de la dinastía Tang.


Secuelas

La realidad de las consecuencias de Talas se ha mezclado con la mitología en la imaginación popular. Por ejemplo, se afirma que la victoria musulmana provocó que los chinos abandonaran Asia Central. Esto simplemente no es verdad. Aunque el resultado de Talas fue decisivo y causó mucho daño al ejército chino, solo unos pocos años después, en 755, la dinastía Tang reclutó un gran ejército para disputar la influencia de los abasíes en la región. El plan fue interrumpido por la Rebelión de An Lushan (755-763), cuando el sedicioso general chino An Lushan se declaró emperador de una nueva dinastía y marchó sobre la capital imperial china. En el conflicto subsiguiente, la Rebelión de An Lushan finalmente fue sofocada, pero la autoridad imperial de los Tang nunca se recuperaría adecuadamente, tanto que ya no tenían el privilegio de mirar hacia la expansión, sino que centraron sus esfuerzos en el corazón de su reino. Así es como los chinos perdieron lo que llamaron las "Regiones Occidentales" (Asia Central).


El califato abasí (verde claro) en su altura.

Pero el lugar de Talas en la historia está asegurado por el hecho de que puede haber sido un ímpetu para llevar la tecnología de fabricación de papel a Medio Oriente y Europa. Supuestamente (hay un debate histórico sobre esto) los prisioneros chinos capturados en la Batalla de Talas compartieron sus conocimientos con sus captores: los chinos habían estado usando papel durante siglos, mientras que el resto de la civilización se rezagaba con métodos más primitivos como arcilla, papiro y pergamino. Esta teoría es ayudada por el hecho de que existe evidencia documentada de estos individuos expertos, como Tou Houan. Además, la fabricación de papel se puede observar en Oriente Medio por primera vez a fines del siglo VIII, lo que resultó en la proliferación de textos producidos en centros de aprendizaje como Bagdad.

Conclusión

Parece que la reputación de la Batalla de Talas deletreó el final de la influencia china en el área fue, en el mejor de los casos, circunstancial debido a la ocurrencia de la Rebelión de An Lushan, que sucedió solo unos pocos años después y fue la verdadera razón. Mientras que las ramificaciones geopolíticas de Talas pueden haber sido desproporcionadas, su importancia en la transmisión de la tecnología de fabricación de papel definitivamente merece consideración como un evento verdaderamente significativo en la historia.