La Guerra entre China e India, 1962
La Guerra entre China y la India en 1962, tuvo como escenario regiones estériles y desoladas, participaron contingentes de tropas reducidos y se terminó en menos de dos meses, sin embargo no por eso sus secuelas dejaron de ser importantes.
Los orígenes de este conflicto en el techo del mundo hay que buscarlos en los finales sel siglo XIX. Gran Bretaña tenia como meta consolidar las fronteras de su Imperio de la India, con vistas a ello reconoció al Dalai Lama como gobernante autónomo del Tibet, cosa que irritó al Gobierno Chino, consideraba al Tibet un territorio vasallo del Imperio Manchu. En 1914, Gran Bretaña y el Tibet firmaron un tratado que definía la frontera nordeste de la India de acuerdo con lo que se conoció como linea McMahon. El gobierno chino protestó y mostró su desacuerdo por el trazado de la frontera e incluso con la facultad de que el Tibet pudiera firmar acuerdo internacional alguno.
Los territorios causantes del desacuerdo estaban, en la parte Oeste, en una zona de Cachemira lindante con el Karakorum y en la región Este, en la provincia India conocida como Distrito Noroeste, en una zona entre Butan y el Tibet.
La linea McMahon fue adoptada por la India como su frontera con el Tibet cuando el país se hizo independiente en 1947 y así figuraba en sus mapas oficiales. Sin embargo, las cosas cambiaron en 1950, China Popular ocupo militarmente el Tibet y la linea McMahon paso a ser la frontera directa entre los dos países.
Iban a chocar dos intereses del todo contrapuestos. La aspiración de unos de restablecer las antiguas fronteras de la China Imperial de antaño e invalidar todos los tratados impuestos al país por las potencias occidentales, contra el nacionalismo Hindú de los otros, potencia emergente en Asia y dispuesta a conservar a toda costa las antiguas fronteras del Imperio de la India Británica.
Durante los años 50, ambos países procuraron evitar el conflicto directo. China, aunque no reconocía la linea McMahon como frontera, la respetaba de facto por motivos de conveniencia política la India por su parte procuraba no irritar a su vecino del norte.
A finales de los 50, el ambiente de buena voluntad y vecindad para evitar un conflicto armado había cambiado de forma radical. La represión China de la revuelta Tibetana de 1959, con la huida a la India del Dalai Lama, habían inquietado al Gobierno Hindu y recalentado a su opinion pública. China por su parte no veia con buenos ojos al apoyo Indio a la causa del Dalai Lama y se defendió atacando en el campo de la Diplomacia.
China comenzó a presionar a la India para modificar los limites con el Tibet, la India se aferró a la linea McMahon y se negó a ningún tipo de negociación. El Gobierno Indio estaba convencido que los Chinos nunca empuñarían las armas contra ellos por el asunto fronterizo.
Esta errónea base de partida motivó que el Gobierno Indio se envalentonara y adoptara una política mucho más agresiva y de fuerza. Dando una peligrosa vuelta más de tuerca, reclamaron territorios del lado Chino de la linea McMahon, no sólo no accedían los indios a sus pretensiones, les reclamaban incluso más territorio.
La tensión subió entre los dos países y esto llevo a tomar medidas militares. Los Chinos reforzaron sus puestos y unidades militares en la frontera. La India cambió su política de fronteras, retiró a sus guardias fronterizos y los sustituyó por unidades regulares del Ejército, convencidos de que las medidas enérgicas ayudaban a disuadir a los Chinos de todo intento agresivo.
En Diciembre de 1961, el Gobierno de Nehru, con elecciones a pocos meses vista, adoptó una politica de mayor firmeza en cuestiones territoriales, cuando no francamente agresiva. A mediados de ese mes, las Fuerzas Armadas Indias asaltaron las Plazas que constituían la India Portuguesa.
Al mismo tiempo, se empezó a instalar puestos militares en la disputada linea MacMahon, incluso en algunos lugares que los Chinos consideraban como territorio propio. Una de dichas bases se instaló en un punto estratégico pero altamente conflictivo, en el lugar que convergían las fronteras de la India, Tibet y Butan. En esa zona, la linea MacMahon discurría por la parte baja de un cerro denominado Thag La. Los Indios decidieron instalar su puesto en la cumbre y en consecuencia más al norte de la línea, en junio de 1962. Al campamento se le dio el nombre de Dhola Post, aunque estaba a un día de marcha a pie de esa localidad. Los Chinos pidieron a las Tropas Indias que desalojaran el lugar y ante la negativa de estas, construyeron posiciones defensivas con la finalidad de dominar la plaza.
Tanto el gobierno, o gran parte de él, como el pueblo Indio, ignoraban las condiciones extremas en que se encontraban sus tropas y subestimaban a las Fuerzas Armadas y al Gobierno Chino. Las Fuerzas Chinas en la zona era mucho más numerosas, mejor aclimatadas, contaban con mayor experiencia bélica y sobre todo, disponían de mejor red de suministros. Mal que bien, las carreteras del Tibet permitían que los Chinos fueran reforzados y suministrados. Las Tropas Indias en cambio estaban en mucho peores condiciones logísticas Desde el puesto de Dhola había 6 días de marcha a pie o lomo hasta Tawang y esta última a 5 días en todo terreno hasta las llanuras donde se encontraba el Ferrocarril.
Los Indios tenían que confiar pues en el suministro aéreo, pero las malas condiciones atmosféricas del invierno en el Himalaya hacían que fuera asunto complicado. La consecuencia era que las tropas indias estaban mal equipadas, alimentadas y peor amunicionadas. Las tropas no estaban acostumbradas a los rigores del frío invernal a 4.900 metros de altura y la ropa de abrigo era inadecuada. Por todas estas razones, los mandos locales del Ejército indio pusieron toda clase de objeciones cuando desde Nueva Delhi se les ordenó prepararse para desalojar a los chinos de sus posiciones.
La operación tenia como nombre clave "Leghorn", y consistía en desplegar en un frente de 11 km, 3 batallones de la 7° Brigada de Infantería india. El plan de ataque consistia en que un batallón cruzara un río y ocupara una loma que flanqueaba las posiciones chinas. El Batallon Indio fue detenido en seco por el fuego de los morteros chinos y dio media vuelta hasta su posiciones originales. Pese a esta muestra de decisión, Nehru estaba convencido que los chinos no opondrían demasiada resistencia. Se envió otro batallón de refuerzo y algo de artillería y morteros pesados a la Brigada India, lo que no vino sino a agravar las dificultades de suministro y municiones. Las Tropas Indias,en lugar de ocupar posiciones defensivas sólidas y de mutuo apoyo, se desperdigaron aún más por la zona.
Los Chinos por su parte, lejos de amedrentarse decidieron que el que pega primero, pega dos veces, y asaltaron las posiciones indias. La noche del 19 al 20 de octubre consiguieron infiltrarse tras las lineas indias y a la mañana siguiente las bombardearon con todo lo que tenían para después aniquilar a los indios con oleadas de Infantería al asalto. Tras destruir el centro indio, los chinos bloquearon el camino de retirada para los batallones situados en los flancos.
La 7° Brigada de Infantería India quedo aniquilada y su General fue capturado.
Tras aniquilar a la 7° Brigada de Infantería india, los chinos avanzaron hasta la localidad de Tawang. La guarnición india la abandonó y se retiró al paso de Se La. Se La no era una mala posición defensiva, pero los indios no habían tenido tiempo de fortificarse suficientemente y además era difícil de aprovisionarla. Se encontraba a 95 km del paso de Bomdila por una carretera que se veía a menudo cortada por la nieve o los desprendimientos, durante el invierno se hacia casi imposible el acceso por aire.
Bomdila era una posición mucho mejor desde el punto de vista militar, pero desde el político era del todo imposible que el Ejercito Indio cediera tanto terreno. En esos momentos, la carretera que iba desde Se La a Bomdila estaba ocupada por la 4° División del Ejercito Indio. En Se la se encontraba su 62° Brigada con 5 batallones y en Bomdila la 48° Brigada con 3 batallones. El Cuartel General de la División se encontraba en Dirang, a medio camino entre los dos pasos, contaba con otros dos batallones, artillería y algunos carros. El resto de la División se desperdigaba a lo largo de la carretera, en posiciones tipo batallón o compañía.
La 4° División india era vulnerable como consecuencia de la Bailey Trail, una pista o sendero lleno de dificultades para su transito que atravesaba las montañas y que podía ser utilizada para flanquear el despliegue indio y aparecer sobre la pista principal. Esta pista solo estaba ocupada por escasos contingentes indios, se consideraba impracticable para vehículos y el Mando indio no creía que los chinos pudieran trasladar por ella a gran número de soldados.
La sorpresa del Mando indio fue mayúscula cuando sobre la carretera que unía Bomdila y Se La, apareció un contingente chino de 1.500 hombres. Los chinos atacaron al batallón indio que guarnecía el puesto de Tembang y lo aniquilaron al quedarse sin municiones. De esta forma los chinos habian aislado a las fuerzas indias de Se La y y Dirang de Bomdila, cortando en dos su despliegue.
El comandante indio decidió reforzar la guarnición de Bomdila y replegarse y hacerse fuerte en esta plaza, es decir, ceder el terreno que por motivos políticos no le habían dejado, pero ya era tarde para semejante plan. La 62° Brigada abandonaría sus posiciones en Se La y reforzaría Bomdila tratando de abrirse paso por la carretera durante la noche. La maniobra se realizó de manera caótica y precipitada, era en realidad una retirada, los indios se vieron sometidos al fuego constante de la artillería y las ametralladoras chinas desde las alturas antes siquiera de llegar a Dirang. La moral de los indios se vino abajo y sus fuerzas se dispersaron de manera caótica. Tan sólo un batallón logró abrirse paso abandonando la carretera y haciendo marcha atrás por las montañas. La 62° Brigada de Infantería india había sido eliminada como fuerza de combate victima de una emboscada en la carretera.
El territorio arrebatado por los chinos a la India es denominado Aksai Chin.
La guarnición de Bomdila había quedado reducida a solo 6 compañías como consecuencia de tener que cubrir varios destacamentos y posiciones avanzadas. Cuando uno de estos destacamentos, de dos compañías partía por la carretera rumbo a Dirang, empezaron los chinos a bombardear la posición con su artillería desde posiciones desenfiladas al norte de la guarnición. Los Indios no tuvieron más remedio que ordenar la evacuación de la localidad.
Al otro extremo del NEFA, en el Valle de Lohit, fronterizo también con Birmania, le paso lo mismo a la 11° Brigada India. Fue aniquilada con tácticas similares. Los Chinos dejaban que el Ejercito indio hiciera los primeros movimientos ofensivos, a sabiendas que su ataque se estancaría por falta de hombres y municiones, luego les caían encima con un bombardeo incesante con todo lo que tenían al final un asalto por oleadas interminables de Infantería liquidaba a los indios que prácticamente habían agotado su reserva de municiones.
Para el 20 de Noviembre, los chinos podían cantar Victoria. Las Fuerzas Indias del NEFA habían quedado dispersadas y las llanuras de la India se abrían a su avance sin grandes obstáculos para una invasión. En el Gobierno Indio cundió el pánico, se evacuaron ciudades de Assam, se detuvo a miembros del Partido Comunista y un Nehru desesperado llegó a pedir ayuda a Kennedy para defender el país.
Es el momento que eligió China para detener a sus tropas y proclamar un alto el fuego unilateral, se retiró de algunas de las zonas ocupadas para situarse en la linea que reclamaba originalmente. Después de humillar al Gobierno y al Ejercito Indios, se conformaron con unos modestos avances fronterizos, lo que ellos consideraron que era justo.
La pretendida invasión de la India por parte del ELP no llego a materializarse. Los Indios tuvieron la inmensa suerte de escapar del conflicto con sólo 1.383 muertos.
Incidentes fronterizos en 1967
miércoles, 11 de septiembre de 2013
martes, 10 de septiembre de 2013
Anecdotario histórico argentino: Pringles y el mar
Pringles en la caleta de pescadores
Era el teniente Juan Pascual Pringles un puntano de elevada estatura, ojos centelleantes y fuerza hercúlea, como toda aquella brillante pléyade de jóvenes que se enrolaron en el regimiento que creara pare victoria el Padre de la Patria. Vestía con elegancia su ajustado unifoi de granadero, casaca azul larga con vivos encarnados, calzón del mismo color y alta bota negra.
El 27 de noviembre de 1820 marchaba con 17 hombres con la misión de acompañar a un emisario del general San Martín que debia tomar contacto con el comandante Tomás Heres, jefe del Batallón real. Numancia, el cual, desde su jefe hasta el último soldado, estaba formado totalmente por americanos.
Al llegar a la Caleta de Pescadores cerca de Chancay ordenó pie en tierra, para esperar al emisario que se había adelantado a cumplir su cometido, cuando sobre una lomada aparecieron dos escuadrones de Dragones del Perú, el batallón Numancia y dos pieza de artillería mando del coronel D. Gerónimo Valdez. Se adelantaron los jinetes realistas y, cuando estuvieron a una distancia prudencial, intimaron rendición a los granaderos.
La respuesta fué inmediata. El teniente Pringles ordenó formar su pelotón en una fila detrás suyo y al toque de “a degüello”, cargó contra el centro de los escuadrones del rey.
Dable es imaginar lo que fué aquella acción. El sable y la lanza herían sin piedad y al fogoso valor de los patriotas lo apagó la abrumadora superioridad numérica de los adversarios.
Bien pronto tres granaderos habían caído para no levantarse otros once estaban heridos, encontrándose entre ellos el propio Pringles.
Este valiente, con los restos de su pequeña fuerza decidió, ante rendirse, sumergirse en el mar y a media rienda, seguido de los hombres que le quedaban, se echó al agua decidido al último sacrificio.
Emocionado el coronel Valdez por el heroísmo del joven patriota le envió un oficial para garantizarle su vida y la de sus hombres.
Sólo así se decidió Pringles a entregarse prisionero y, ya entre ocasionales enemigos, recibió de ellos las mil muestras de simpatía y admiración que reciben los valientes, aún de sus propios adversario.
Dable es imaginar lo que fué aquella acción. El sable y la lanza herían sin piedad y al fogoso valor de los patriotas lo apagó la abrumadora superioridad numérica de los adversarios.
Bien pronto tres granaderos habían caído para no levantarse otros once estaban heridos, encontrándose entre ellos el propio Pringles.
Este valiente, con los restos de su pequeña fuerza decidió, ante rendirse, sumergirse en el mar y a media rienda, seguido de los hombres que le quedaban, se echó al agua decidido al último sacrificio.
Emocionado el coronel Valdez por el heroísmo del joven patriota le envió un oficial para garantizarle su vida y la de sus hombres.
Sólo así se decidió Pringles a entregarse prisionero y, ya entre ocasionales enemigos, recibió de ellos las mil muestras de simpatía y admiración que reciben los valientes, aún de sus propios adversario.
jueves, 5 de septiembre de 2013
Fuerza Aérea Argentina: Los B707 en la Guerra del Golfo
El Escuadrón Boeing en la Guerra del Golfo
por Jorge di Paolo
La participación del B707 de la FAA en la Guerra del Golfo constituyó una experiencia invalorable, ya que permitió conocer aspectos inéditos de las operaciones en ambientes hostiles.
Ya son casi 40 años que la Fuerza Aérea Argentina presta su colaboración con las Operaciones de Mantenimiento de Paz de las Naciones Unidas, y de esto Aeroespacio se ha hecho eco en diversas oportunidades. En el transcurso de todo ese tiempo la FAA envió equipos y observadores militares a distintas áreas de conflicto en el mundo y el desempeño de sus hombres fue siempre elogioso. Para sólo mencionar un ejemplo, el Hospital Reubicable ya adquirió fama mundial y tuvo distintos reconocimientos internacionales (ver Aeroespacio 546, Mar-Abr ‘02) por la destacada tarea médica llevada a cabo. Otra de las contribuciones importantes que se han hecho en este sentido es la realización de vuelos internacionales con la intervención del Grupo 1 de Transporte (I Br. Aé., El Palomar), para la movilización de tropas, medicamentos, contingentes o cualquier otra aplicación militar
En este sentido, cumpliendo expresas directivas de las Naciones Unidas, a comienzos de 1991 un B707 de la I Br. Aé. operó en territorio iraquí, en el trancurso de la Guerra del Golfo. Entre Ene y May de ese año, el B707 realizó el 100% de las operaciones aéreas que planificó la ONU, volando en muchas oportunidades bajo condiciones meteorológicas marginales y con los obstáculos propios de un conflicto que acababa de finalizar. Para sintetizar en cifras las operaciones aéreas que se llevaron a cabo, en el período 27 Ene-07 May ‘91 el B707 LV-LGO voló 270 h y recorrió cerca de 230 000 km, es decir, valores equivalentes a 30 viajes Ezeiza-Miami. Además de trasladar importantes personalidades de la ONU y de la Cruz Roja Internacional, el avión argentino acarreó 660 t de carga, incluyendo obviamente víveres, medicamentos y equipos de supervivencia, entre otras cosas.
Las operaciones
El requerimiento fue realizar vuelos de transporte de personal y carga general de uso no militar para la oficina coordinadora de la ONU, y para tal fin la FAA alistó el 27 Ene un tetrarreactor B707 en configuración carguero. La base de operaciones estaba localizada en Pisa (Italia), bajo el control de la ONU. El avión de la FAA despegó de El Palomar hacia Ezeiza, en donde completó su carga de combustible y pertrechos, y luego, tras una escala en Las Palmas, llegó a su destino final, el aeropuerto internacional de Pisa. En los tres meses que este tetrareactor voló en la zona del Golfo se alternaron siete tripulaciones, que estuvieron compuestas por un comandante de aeronave, un primer piloto, dos segundos pilotos, dos mecánicos y dos OSEA (Operador Sistema de Entrega Aérea).
El 10 Mar el avión argentino aterrizó por primera vez en el aeropuerto internacional Sadam Hussein de Irak y luego lo continuó haciendo regularmente. Del diario de guerra de la tripulación extraemos lo siguiente: "Despegue a las 10:50 UTC* de Amman con destino al aeropuerto S. Hussein en Bagdad; aterrizaje a las 12:10 UTC. Se voló aproximadamente 10 min sin contacto radial con Bagdad, sus comunicaciones se encuentran disminuidas (poco alcance). La operación se realizó en condiciones visuales".
El 24 Mar el B707 salió desde Ginebra hacia Kuwait llevando a bordo al segundo Secretario General de la ONU y a una comitiva de nueve pasajeros, más una carga de 24 100 kg. Debido a las malas condiciones meteorológicas, al horario de la operación y a los inconvenientes en las comunicaciones se canceló la etapa de aproximación y se puso rumbo a Barhain, en donde se aterrizó sin novedad. Al dia siguiente se llegó a Kuwait, con los pasajeros y la carga. El diario de guerra de ese día consigna lo siguiente: "El equipo de VOR e ILS de Kuwait estaba sin transmitir. La aproximación se realizó bajo control radar, confirmándose que era sólo visual y diurna. La aproximación a cabecera 33 se encuentra dentro de una capa de humo oscuro (incendio de pozos de petróleo) hasta casi 2 NM de la pista y 500 pies de altura aproximadamente".
El B707 LV-LGO transportó 660 t de pertrechos entre distintos aeródromos europeos y el Golfo Pérsico.
En términos generales y en función de los requerimientos de distintos gobiernos europeos para el transporte de la carga disponible, se establecieron cinco rutas principales y tres secundarias. Las primeras partieron desde Pisa y fueron: Polonia-Chipre, Ginebra-Kuwait, Dinamarca-Jordania-Irak, Holanda-Irak y sin escalas Pisa-Bharain; las mencionadas en segundo término Grecia-Chipre-Grecia (puente aéreo) y decolando desde Pisa a Irán y Turquía.
Es interesante aclarar que durante la primera quincena de febrero las operaciones aéreas sobre Europa se vieron dificultadas pero no impedidas por la meteorología. En Polonia, por ejemplo, las intensas nevadas reducían la visibilidad a 1 000 m y el techo a 100 m como máximo, a lo que se le deben sumar los inconvenientes registrados durante los aterrizajes por la nieve acumulada en el suelo.
En la zona del Golfo
En general, las condiciones meteorológicas fueron buenas y no afectaron las operaciones aéreas. Ocasionalmente y en forma aislada los fuertes vientos del desierto produjeron tempestades de arena con la consecuente disminución de la visibilidad. Cada vez que el avión argentino ingresaba en el espacio aéreo iraquí procedente de Jordania era interceptado e identificado por cazas F-16 de la USAF, pese a tener los permisos de vuelo correspondientes y el transponder activado. Puede decirse que en general los vuelos en la zona del Golfo se caracterizaron por el silencio de radio y por la utilización de distintos corredores aéreos que asignaban los controladores de tráfico.
La aproximación y el aterrizaje al aeropuerto internacional de Kuwait se hizo dificultosa, principalmente debido a la escasa visibilidad originada por los incendios en los pozos de petróleo. Las columnas de humo generalmente tenían dirección norte-sur, coincidiendo con la orientación de la pista, que era 33/15. La mala visibilidad, la falta de ayudas a la navegación y aproximación, y la ausencia de balizamiento en la pista, destruida por tropas iraquíes, obligó a que en la aproximación al aterrizaje la aeronave argentina fuera vectoreada por radar hasta un techo de 100 m y a 1 000 m de la cabecera.
Una nueva experiencia
Es indudable que las operaciones realizadas por el avión de la FAA en la zona del Conflicto del Golfo, antes, durante y después de las hostilidades, permitieron que distintas tripulaciones adquirieran experiencias inéditas e invalorables. Por ejemplo, la programación de las rutas y la ausencia del navegador a bordo hizo que los segundos pilotos preparasen diversas alternativas precomputadas, haciendo un uso intensivo de las tablas de performance de la aeronave, particularmente en lo que se refiere al cálculo de combustible y a las limitaciones de cada aeropuerto.
Los vuelos desde distintas terminales europeas, así como también desde las bases aéreas aliadas en la zona del Golfo exigieron de las tripulaciones argentinas tomar conocimiento de las condiciones meteorológicas de los aeródromos de destino y de los de alternativa. Saber también acerca de los permisos de sobrevuelo en vigencia conforme a las aerovías propuestas y realizar las coordinaciones correctas para el cruce de áreas peligrosas. Además, la práctica diaria del idioma inglés en todas las comunicaciones con los distintos controles de tránsito aéreo posibilitó a los aviadores argentinos adquirir un nivel más que aceptable.
Desde otro punto de vista, se debe consignar que las tripulaciones de la FAA no sólo se ganaron el aprecio de las demás fuerzas aéreas, sino también el respeto de la comunidad internacional. Y no es para menos: el B707 LV- LGO fue el primero y único en operar en territorio iraquí entre los de 28 países que integraron la coalición de las Naciones Unidas. Esto, por sí solo, constituye una gran satisfacción para los pilotos argentinos.
Aeroespacio
por Jorge di Paolo
La participación del B707 de la FAA en la Guerra del Golfo constituyó una experiencia invalorable, ya que permitió conocer aspectos inéditos de las operaciones en ambientes hostiles.
Ya son casi 40 años que la Fuerza Aérea Argentina presta su colaboración con las Operaciones de Mantenimiento de Paz de las Naciones Unidas, y de esto Aeroespacio se ha hecho eco en diversas oportunidades. En el transcurso de todo ese tiempo la FAA envió equipos y observadores militares a distintas áreas de conflicto en el mundo y el desempeño de sus hombres fue siempre elogioso. Para sólo mencionar un ejemplo, el Hospital Reubicable ya adquirió fama mundial y tuvo distintos reconocimientos internacionales (ver Aeroespacio 546, Mar-Abr ‘02) por la destacada tarea médica llevada a cabo. Otra de las contribuciones importantes que se han hecho en este sentido es la realización de vuelos internacionales con la intervención del Grupo 1 de Transporte (I Br. Aé., El Palomar), para la movilización de tropas, medicamentos, contingentes o cualquier otra aplicación militar
En este sentido, cumpliendo expresas directivas de las Naciones Unidas, a comienzos de 1991 un B707 de la I Br. Aé. operó en territorio iraquí, en el trancurso de la Guerra del Golfo. Entre Ene y May de ese año, el B707 realizó el 100% de las operaciones aéreas que planificó la ONU, volando en muchas oportunidades bajo condiciones meteorológicas marginales y con los obstáculos propios de un conflicto que acababa de finalizar. Para sintetizar en cifras las operaciones aéreas que se llevaron a cabo, en el período 27 Ene-07 May ‘91 el B707 LV-LGO voló 270 h y recorrió cerca de 230 000 km, es decir, valores equivalentes a 30 viajes Ezeiza-Miami. Además de trasladar importantes personalidades de la ONU y de la Cruz Roja Internacional, el avión argentino acarreó 660 t de carga, incluyendo obviamente víveres, medicamentos y equipos de supervivencia, entre otras cosas.
Las operaciones
El requerimiento fue realizar vuelos de transporte de personal y carga general de uso no militar para la oficina coordinadora de la ONU, y para tal fin la FAA alistó el 27 Ene un tetrarreactor B707 en configuración carguero. La base de operaciones estaba localizada en Pisa (Italia), bajo el control de la ONU. El avión de la FAA despegó de El Palomar hacia Ezeiza, en donde completó su carga de combustible y pertrechos, y luego, tras una escala en Las Palmas, llegó a su destino final, el aeropuerto internacional de Pisa. En los tres meses que este tetrareactor voló en la zona del Golfo se alternaron siete tripulaciones, que estuvieron compuestas por un comandante de aeronave, un primer piloto, dos segundos pilotos, dos mecánicos y dos OSEA (Operador Sistema de Entrega Aérea).
El 10 Mar el avión argentino aterrizó por primera vez en el aeropuerto internacional Sadam Hussein de Irak y luego lo continuó haciendo regularmente. Del diario de guerra de la tripulación extraemos lo siguiente: "Despegue a las 10:50 UTC* de Amman con destino al aeropuerto S. Hussein en Bagdad; aterrizaje a las 12:10 UTC. Se voló aproximadamente 10 min sin contacto radial con Bagdad, sus comunicaciones se encuentran disminuidas (poco alcance). La operación se realizó en condiciones visuales".
El 24 Mar el B707 salió desde Ginebra hacia Kuwait llevando a bordo al segundo Secretario General de la ONU y a una comitiva de nueve pasajeros, más una carga de 24 100 kg. Debido a las malas condiciones meteorológicas, al horario de la operación y a los inconvenientes en las comunicaciones se canceló la etapa de aproximación y se puso rumbo a Barhain, en donde se aterrizó sin novedad. Al dia siguiente se llegó a Kuwait, con los pasajeros y la carga. El diario de guerra de ese día consigna lo siguiente: "El equipo de VOR e ILS de Kuwait estaba sin transmitir. La aproximación se realizó bajo control radar, confirmándose que era sólo visual y diurna. La aproximación a cabecera 33 se encuentra dentro de una capa de humo oscuro (incendio de pozos de petróleo) hasta casi 2 NM de la pista y 500 pies de altura aproximadamente".
El B707 LV-LGO transportó 660 t de pertrechos entre distintos aeródromos europeos y el Golfo Pérsico.
En términos generales y en función de los requerimientos de distintos gobiernos europeos para el transporte de la carga disponible, se establecieron cinco rutas principales y tres secundarias. Las primeras partieron desde Pisa y fueron: Polonia-Chipre, Ginebra-Kuwait, Dinamarca-Jordania-Irak, Holanda-Irak y sin escalas Pisa-Bharain; las mencionadas en segundo término Grecia-Chipre-Grecia (puente aéreo) y decolando desde Pisa a Irán y Turquía.
Es interesante aclarar que durante la primera quincena de febrero las operaciones aéreas sobre Europa se vieron dificultadas pero no impedidas por la meteorología. En Polonia, por ejemplo, las intensas nevadas reducían la visibilidad a 1 000 m y el techo a 100 m como máximo, a lo que se le deben sumar los inconvenientes registrados durante los aterrizajes por la nieve acumulada en el suelo.
En la zona del Golfo
En general, las condiciones meteorológicas fueron buenas y no afectaron las operaciones aéreas. Ocasionalmente y en forma aislada los fuertes vientos del desierto produjeron tempestades de arena con la consecuente disminución de la visibilidad. Cada vez que el avión argentino ingresaba en el espacio aéreo iraquí procedente de Jordania era interceptado e identificado por cazas F-16 de la USAF, pese a tener los permisos de vuelo correspondientes y el transponder activado. Puede decirse que en general los vuelos en la zona del Golfo se caracterizaron por el silencio de radio y por la utilización de distintos corredores aéreos que asignaban los controladores de tráfico.
La aproximación y el aterrizaje al aeropuerto internacional de Kuwait se hizo dificultosa, principalmente debido a la escasa visibilidad originada por los incendios en los pozos de petróleo. Las columnas de humo generalmente tenían dirección norte-sur, coincidiendo con la orientación de la pista, que era 33/15. La mala visibilidad, la falta de ayudas a la navegación y aproximación, y la ausencia de balizamiento en la pista, destruida por tropas iraquíes, obligó a que en la aproximación al aterrizaje la aeronave argentina fuera vectoreada por radar hasta un techo de 100 m y a 1 000 m de la cabecera.
Una nueva experiencia
Es indudable que las operaciones realizadas por el avión de la FAA en la zona del Conflicto del Golfo, antes, durante y después de las hostilidades, permitieron que distintas tripulaciones adquirieran experiencias inéditas e invalorables. Por ejemplo, la programación de las rutas y la ausencia del navegador a bordo hizo que los segundos pilotos preparasen diversas alternativas precomputadas, haciendo un uso intensivo de las tablas de performance de la aeronave, particularmente en lo que se refiere al cálculo de combustible y a las limitaciones de cada aeropuerto.
Los vuelos desde distintas terminales europeas, así como también desde las bases aéreas aliadas en la zona del Golfo exigieron de las tripulaciones argentinas tomar conocimiento de las condiciones meteorológicas de los aeródromos de destino y de los de alternativa. Saber también acerca de los permisos de sobrevuelo en vigencia conforme a las aerovías propuestas y realizar las coordinaciones correctas para el cruce de áreas peligrosas. Además, la práctica diaria del idioma inglés en todas las comunicaciones con los distintos controles de tránsito aéreo posibilitó a los aviadores argentinos adquirir un nivel más que aceptable.
Desde otro punto de vista, se debe consignar que las tripulaciones de la FAA no sólo se ganaron el aprecio de las demás fuerzas aéreas, sino también el respeto de la comunidad internacional. Y no es para menos: el B707 LV- LGO fue el primero y único en operar en territorio iraquí entre los de 28 países que integraron la coalición de las Naciones Unidas. Esto, por sí solo, constituye una gran satisfacción para los pilotos argentinos.
Aeroespacio
lunes, 2 de septiembre de 2013
España: El tercio como unidad militar
Tercio español
El Tercio era una formación militar y unidad táctica de la infantería del Ejército Español utilizada entre los siglos XVI y y principios del XVIII. Los Tercios españoles constituian una verdadera maquinaria militar temida en toda Europa. Estaba compuesto de unos 3.000 piqueros (infantes armados con picas), desplegados en una formación de bloque cuadrado compacto, los cuales estaban complementados con unos 600 espadachines, mosqueteros y arcabuceros. Estos últimos estaban divididos en varios grupos móviles llamados "mangas" posicionados cerca del bloque cuadrado de piqueros, cuyas largas picas, más el fuego de los arcabuceros, hacían del Tercio una temeraria arma contra cualquier ataque de caballería.
Entre los siglos XVI y mediados del XVII, el Tercio español estaba compuesto en su 75 por ciento de españoles nativos altamente profesionales, complementados con mercenarios alemanes y belgas. Durante el todo el siglo XVI, este temible grupo de élite derrotó y diezmó a cualquier ejército que se le cruzaba, destrozando a los ejércitos franceses de Francisco I y Enrique II en las batallas de Esquiroz (1521), de Pavía (1525), de Perpiñán (1542), Serravalle (1544), de San Quintín (1557), etc, durante las Guerras de Italia. También lucharon en los países bajos contra las tropas holandesas protestantes.
Tercios españoles (video)
Historias, Guerras y Armas
domingo, 1 de septiembre de 2013
Argentina: Las relaciones con Chile hacia 1880
Las percepciones argentina y chilena en torno al conflicto limítrofe
La opinión pública argentina llegó a estar crecientemente polarizada en torno a la disputa limítrofe. Chile era percibido como un estado agresor por la facción "internacionalista" en expansión. Los "internacionalistas" incluían en sus filas a distinguidas personalidades tales como Roque Sáenz Peña, quien había prestado servicios en el ejército peruano durante la guerra del Pacífico, Indalecio Gómez y Estanislao Zeballos. Los dos últimos pregonaban la adopción de una línea dura hacia Chile (1). Otra facción, opuesta a la anterior, estaba formada por el ex presidente Bartolomé Mitre, Carlos Pellegrini y otros sectores estrechamente ligados a la economía de exportación-importación. Estos hombres percibían que una guerra contra Chile podría retardar el progreso económico de la Argentina y afectar su comercio exterior (2). Para estos hombres, el sendero de la Argentina hacia la grandeza estaba escrito en clave económica. A medida que pasaran los años, la Argentina crecería y se volvería cada año más rica y poderosa, hasta que la nación trasandina dejara de constituir un problema.
La opinión pública argentina llegó a estar crecientemente polarizada en torno a la disputa limítrofe. Chile era percibido como un estado agresor por la facción "internacionalista" en expansión. Los "internacionalistas" incluían en sus filas a distinguidas personalidades tales como Roque Sáenz Peña, quien había prestado servicios en el ejército peruano durante la guerra del Pacífico, Indalecio Gómez y Estanislao Zeballos. Los dos últimos pregonaban la adopción de una línea dura hacia Chile (1). Otra facción, opuesta a la anterior, estaba formada por el ex presidente Bartolomé Mitre, Carlos Pellegrini y otros sectores estrechamente ligados a la economía de exportación-importación. Estos hombres percibían que una guerra contra Chile podría retardar el progreso económico de la Argentina y afectar su comercio exterior (2). Para estos hombres, el sendero de la Argentina hacia la grandeza estaba escrito en clave económica. A medida que pasaran los años, la Argentina crecería y se volvería cada año más rica y poderosa, hasta que la nación trasandina dejara de constituir un problema.
Del otro lado de los Andes, los chilenos percibían a su vecino con emociones variadas, las cuales recorrían todo el espectro posible, desde la envidia hasta el desprecio y desde la complacencia presumida hasta el miedo (3). De acuerdo con Encina, la mayoría de los intelectuales chilenos -con la expresa excepción de Miguel Amunátegui, Adolfo Ibáñez, Vicente Pérez Rosales y algunos más- combatieron abierta o disimuladamente el empeño del gobierno chileno por defender sus derechos en la Patagonia. En este sentido, los casos de José Victorino Lastarria o Benjamín Vicuña Mackenna resultan evidentes. Este último desarrolló por más de diez años una tenaz campaña contra los títulos chilenos en la región patagónica, que culminó con su gran discurso en el Senado, y con su libro titulado precisamente "La Patagonia". Entre los banqueros, capitalistas y terratenientes, la idea de una ruptura con la Argentina por la Patagonia era percibida como irracional. En cuanto a la opinión pública, inicialmente ésta fue indiferente a la cuestión, para años más tarde ser captada por los argumentos a favor del enfrentamiento entre los dos países (4).
En opinión de Rauch, la victoria de Chile sobre las naciones andinas en la guerra del Pacífico inflamó el espíritu nacionalista de la opinión pública chilena. Si antes de 1879, el progreso económico de Chile condujo a que sus habitantes se percibieran a sí mismos como "la Inglaterra de Sudamérica", su victoria sobre las naciones andinas hizo creer a los chilenos que se habían ganado el apodo de "la Prusia de Sudamérica" (5). Muchos de los que visualizaban a su nación en el rol de Prusia en 1870, percibían a su vez a la Argentina en el papel de la Francia Sudamericana, corrupta y motivada por la codicia comercial, y que podía ser abrumada por el poder chileno. Estaban también aquellos chilenos que creían a su país superior a la Argentina en virtud y poder y que deseaban ir a la guerra para comprobarlo (6). Los resultados obtenidos en la guerra del Pacífico por cierto habían acentuado la percepción de autoimportancia. Así, los diplomáticos chilenos adoptaron posturas caracterizadas por su rudeza, enraizadas en la idea de que su ejército, el mejor después del de Prusia, y su marina, la segunda después de la británica, podían derrotar fácilmente a las fuerzas argentinas (7).
Por su parte, los argentinos revisaron sus propias percepciones respecto de Chile. Su admiración por el progreso de la nación vecina propio del pasado fue reemplazado por un sentimiento de creciente sospecha, particularmente luego de los incidentes ocurridos con los navíos Jeanne Amélie y Devonshire. Hacia 1890, la Argentina había logrado la estabilidad institucional, un prerrequisito para el desarrollo económico (8). Según Rauch, la Argentina no temía al poder militar de Chile, como sugieren los historiadores chilenos (9). Como las más elementales reglas de la prudencia aconsejaban vigilancia sobre el agresivo vecino del oeste, el gobierno argentino comenzó a regirse por un viejo proverbio, si vix pacem para bellum.
En opinión de Rauch, la victoria de Chile sobre las naciones andinas en la guerra del Pacífico inflamó el espíritu nacionalista de la opinión pública chilena. Si antes de 1879, el progreso económico de Chile condujo a que sus habitantes se percibieran a sí mismos como "la Inglaterra de Sudamérica", su victoria sobre las naciones andinas hizo creer a los chilenos que se habían ganado el apodo de "la Prusia de Sudamérica" (5). Muchos de los que visualizaban a su nación en el rol de Prusia en 1870, percibían a su vez a la Argentina en el papel de la Francia Sudamericana, corrupta y motivada por la codicia comercial, y que podía ser abrumada por el poder chileno. Estaban también aquellos chilenos que creían a su país superior a la Argentina en virtud y poder y que deseaban ir a la guerra para comprobarlo (6). Los resultados obtenidos en la guerra del Pacífico por cierto habían acentuado la percepción de autoimportancia. Así, los diplomáticos chilenos adoptaron posturas caracterizadas por su rudeza, enraizadas en la idea de que su ejército, el mejor después del de Prusia, y su marina, la segunda después de la británica, podían derrotar fácilmente a las fuerzas argentinas (7).
Por su parte, los argentinos revisaron sus propias percepciones respecto de Chile. Su admiración por el progreso de la nación vecina propio del pasado fue reemplazado por un sentimiento de creciente sospecha, particularmente luego de los incidentes ocurridos con los navíos Jeanne Amélie y Devonshire. Hacia 1890, la Argentina había logrado la estabilidad institucional, un prerrequisito para el desarrollo económico (8). Según Rauch, la Argentina no temía al poder militar de Chile, como sugieren los historiadores chilenos (9). Como las más elementales reglas de la prudencia aconsejaban vigilancia sobre el agresivo vecino del oeste, el gobierno argentino comenzó a regirse por un viejo proverbio, si vix pacem para bellum.
NOTAS
La convención de 1888 y la declaración Zeballos-Matta de 1889. La divergencia entre los criterios de las "altas cumbres" y del "divortium aquarum"
Como consecuencia de los mutuos temores (ambos países percibieron curiosamente que el tratado de 1881 implicaba pérdidas territoriales), hasta 1888 no se llegó a una convención sobre demarcación y peritos para delimitar en el terreno lo acordado en el tratado. Dicha convención fue firmada el 20 de agosto de 1888 en Santiago de Chile por el ministro de relaciones exteriores de Chile, Demetrio Lastarria, y el enviado extraordinario y ministro plenipotenciario argentino, José Evaristo Uriburu (1).
Se establecía en ella el procedimiento para el nombramiento de los dos peritos a que se referían los artículos 1º y 4º del tratado de límites de 1881. Cada uno de estos peritos podía tener una comisión asesora con igual número de miembros, y debían ejecutar en el terreno la demarcación de las líneas indicadas en los artículos 1º, 2º y 3º del tratado de límites. En caso de no arribar a un acuerdo, debían comunicarlo a sus respectivos gobiernos, para que éstos procedieran a designar al tercer perito, quien debía resolver la controversia.
La convención Lastarria-Uriburu fue ratificada por ley Nº 2488, y el canje de las ratificaciones de la misma se hizo efectivo el 11 de enero de 1890. Consecuentemente, el gobierno argentino nombró como perito al ingeniero Octavio Pico y el de Chile a Diego Barros Arana.
No obstante, cada pequeño avance en la relación bilateral debía enfrentarse con nuevos obstáculos. En virtud del ofrecimiento de acciones de una compañía en Londres para la adquisición de veinticuatro leguas de tierra sobre el ferrocarril de Chubut a Bahía Blanca, el gobierno de Chile ordenó a su representante en Buenos Aires, Guillermo Matta, reclamar por lo que percibía como un avance argentino en territorio litigioso. Para sortear este obstáculo, el canciller argentino Estanislao Zeballos y el ministro chileno Matta formularon en 1889 una declaración recíproca, que estableció que todo acto de uno u otro gobierno que extendiera su jurisdicción hasta la parte de la cordillera de dudoso dominio, por no haberse trazado su límite, no afectaría los resultados de la demarcación que se iba a realizar. Esta declaración tuvo carácter general, aplicable a toda la frontera en litigio con Chile desde Bolivia a la isla Navarino. Según Carrasco Domínguez, estaba destinada a "a establecer un status quo en la región fronteriza no definida, restando valor a los actos de las partes ejecutados con anterioridad a la demarcación definitiva, pero posterior a los arreglos correspondientes sobre límites" (2).
De acuerdo con lo estipulado por el tratado de 1881 y la convención de 1888, en 1892 se reunieron los peritos argentino y chileno, pero no lograron ponerse de acuerdo. El perito chileno, Diego Barros Arana, formuló, en enero de 1892, la teoría deldivortium aquarum, o sea, la separación entre los ríos que van al Atlántico y los que desembocan en el Pacífico, y pretendió imponerla a su colega argentino, Octavio Pico, como criterio previo al comienzo de la tarea de demarcación. Por su parte, Pico se mantuvo firme en su postura de defender como criterio la línea de las más altas cumbres, independientemente de su continuidad como línea divisoria de aguas. Pico sostuvo que la cordillera de los Andes era la barrera natural entre los dos países. La divergencia esencial en torno del criterio a ser utilizado en los trabajos de demarcación provocó la suspensión de las negociaciones entre ambos peritos.
Por otro lado, la tensión entre Buenos Aires y Santiago venía siendo estimulada desde los medios de prensa. Un informe del ministro chileno en Buenos Aires, de fines de 1887, detallaba el apoyo de la prensa argentina a una expedición enviada a la Patagonia, que supuestamente había descubierto tres ríos, cuyo origen estaba en territorio argentino y que desembocaban en el Pacífico, y que por lo tanto otorgaban a la Argentina puertos sobre dicho océano. Si bien no creyó en la existencia de estos ríos, el representante chileno estuvo convencido de que los medios de prensa argentinos respaldaban la idea de puertos en el Pacífico, para presionar a las autoridades de la Casa Rosada a tomar una decisión en ese sentido (3). Esta presión dio resultado, pues las autoridades argentinas rechazaron el criterio chileno del divortium aquarum, a fin de no renunciar a un potencial acceso al Pacífico (4).
NOTAS
Historia de las Relaciones Internacionales Argentinas (c)
- Gustavo Ferrari, Conflicto y paz con Chile: 1898-1903, Buenos Aires, Eudeba, 1968, pp. 29-30, 46-47, citado en George Victor Rauch, The Argentine-Chilean Boundary Dispute and the Development of the Argentine Armed Forces: 1870-1902, Ph.D. dissertation, New York University, 1989, p. 323.
- G. Ferrari, op. cit., pp. 65-66, cit. en ibid., pp. 323-324.
- Ibid., p. 324.
- Francisco A. Encina, La cuestión de límites entre Chile y la Argentina desde la Independencia hasta el tratado de 1881, Santiago de Chile, Nascimento, 1959, p. 104.
- Frederick B. Pike, Chile and the United States, 1880-1962: The Emergence of Chile's Social Crisis and the Challenge to United States Diplomacy, University of Notre Dame Press, 1963, p. 34, cit. en G.V. Rauch, op. cit., p. 326.
- Arthur P. Whitaker, The United States and the Southern Cone: Argentina, Chile and Uruguay, Cambridge and London, Harvard University Press, 1976, p. 137, cit. en ibid., p. 326.
- Vicente Quesada, La política chilena en El Plata, Bueno Aires, Moen, 1895, pp. 72-73, cit. en ibid., p. 327.
- Oscar E. Cornblitt, Ezequiel Gallo y Alfredo A. O'Connell, "La generación del 80 y su proyecto: antecedentes y consecuencias", en Torcuato S. Di Tella (ed.), Argentina, sociedad de masas, Buenos Aires, Eudeba, 1965, pp. 48-49, cit. en ibid., p. 328.
- Ver, por ejemplo, los casos de Mario Barros, Historia diplomática de Chile, Barcelona, Ariel, 1971, 322-323, 353-355; Oscar Espinosa Moraga, La postguerra del Pacífico y la Puna de Atacama, Santiago, Andrés Bello, 1958, p. 180, cit. en ibid., p. 329.
La convención de 1888 y la declaración Zeballos-Matta de 1889. La divergencia entre los criterios de las "altas cumbres" y del "divortium aquarum"
Como consecuencia de los mutuos temores (ambos países percibieron curiosamente que el tratado de 1881 implicaba pérdidas territoriales), hasta 1888 no se llegó a una convención sobre demarcación y peritos para delimitar en el terreno lo acordado en el tratado. Dicha convención fue firmada el 20 de agosto de 1888 en Santiago de Chile por el ministro de relaciones exteriores de Chile, Demetrio Lastarria, y el enviado extraordinario y ministro plenipotenciario argentino, José Evaristo Uriburu (1).
Se establecía en ella el procedimiento para el nombramiento de los dos peritos a que se referían los artículos 1º y 4º del tratado de límites de 1881. Cada uno de estos peritos podía tener una comisión asesora con igual número de miembros, y debían ejecutar en el terreno la demarcación de las líneas indicadas en los artículos 1º, 2º y 3º del tratado de límites. En caso de no arribar a un acuerdo, debían comunicarlo a sus respectivos gobiernos, para que éstos procedieran a designar al tercer perito, quien debía resolver la controversia.
La convención Lastarria-Uriburu fue ratificada por ley Nº 2488, y el canje de las ratificaciones de la misma se hizo efectivo el 11 de enero de 1890. Consecuentemente, el gobierno argentino nombró como perito al ingeniero Octavio Pico y el de Chile a Diego Barros Arana.
No obstante, cada pequeño avance en la relación bilateral debía enfrentarse con nuevos obstáculos. En virtud del ofrecimiento de acciones de una compañía en Londres para la adquisición de veinticuatro leguas de tierra sobre el ferrocarril de Chubut a Bahía Blanca, el gobierno de Chile ordenó a su representante en Buenos Aires, Guillermo Matta, reclamar por lo que percibía como un avance argentino en territorio litigioso. Para sortear este obstáculo, el canciller argentino Estanislao Zeballos y el ministro chileno Matta formularon en 1889 una declaración recíproca, que estableció que todo acto de uno u otro gobierno que extendiera su jurisdicción hasta la parte de la cordillera de dudoso dominio, por no haberse trazado su límite, no afectaría los resultados de la demarcación que se iba a realizar. Esta declaración tuvo carácter general, aplicable a toda la frontera en litigio con Chile desde Bolivia a la isla Navarino. Según Carrasco Domínguez, estaba destinada a "a establecer un status quo en la región fronteriza no definida, restando valor a los actos de las partes ejecutados con anterioridad a la demarcación definitiva, pero posterior a los arreglos correspondientes sobre límites" (2).
De acuerdo con lo estipulado por el tratado de 1881 y la convención de 1888, en 1892 se reunieron los peritos argentino y chileno, pero no lograron ponerse de acuerdo. El perito chileno, Diego Barros Arana, formuló, en enero de 1892, la teoría deldivortium aquarum, o sea, la separación entre los ríos que van al Atlántico y los que desembocan en el Pacífico, y pretendió imponerla a su colega argentino, Octavio Pico, como criterio previo al comienzo de la tarea de demarcación. Por su parte, Pico se mantuvo firme en su postura de defender como criterio la línea de las más altas cumbres, independientemente de su continuidad como línea divisoria de aguas. Pico sostuvo que la cordillera de los Andes era la barrera natural entre los dos países. La divergencia esencial en torno del criterio a ser utilizado en los trabajos de demarcación provocó la suspensión de las negociaciones entre ambos peritos.
Por otro lado, la tensión entre Buenos Aires y Santiago venía siendo estimulada desde los medios de prensa. Un informe del ministro chileno en Buenos Aires, de fines de 1887, detallaba el apoyo de la prensa argentina a una expedición enviada a la Patagonia, que supuestamente había descubierto tres ríos, cuyo origen estaba en territorio argentino y que desembocaban en el Pacífico, y que por lo tanto otorgaban a la Argentina puertos sobre dicho océano. Si bien no creyó en la existencia de estos ríos, el representante chileno estuvo convencido de que los medios de prensa argentinos respaldaban la idea de puertos en el Pacífico, para presionar a las autoridades de la Casa Rosada a tomar una decisión en ese sentido (3). Esta presión dio resultado, pues las autoridades argentinas rechazaron el criterio chileno del divortium aquarum, a fin de no renunciar a un potencial acceso al Pacífico (4).
NOTAS
- El texto de la convención es el siguiente:
Los gobiernos de la República de Chile y de la República Argentina, animados del común deseo de dar ejecución á lo estatuido en el tratado celebrado por ambos en 23 de julio de 1881, con arreglo á la demarcación de los límites territoriales entre uno y otro país, han nombrado sus respectivos plenipotenciarios á saber:
Su Excelencia el Presidente de la República de Chile, al señor don Demetrio Lastarria, ministro de relaciones exteriores. Y Su Excelencia el Presidente de la República Argentina, al señor doctor José E. Uriburu, su enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en Chile.
Quienes, debidamente autorizados al efecto, han acordado las estipulaciones contenidas en las cláusulas siguientes:
I. El nombramiento de los dos peritos á que se refieren los artículos 1º y 4º del tratado de límites de 1881, se hará por los gobiernos signatarios dentro del término de dos meses, contados desde el canje de las ratificaciones de este convenio.
II. Para auxiliar á los peritos en el desempeño de sus funciones, cada uno de los gobiernos nombrará también en el mismo plazo cinco ayudantes.
El número de estas podrá aumentarse en proporción idéntica por una y otra parte, siempre que los peritos lo soliciten de común acuerdo.
III. Los peritos DEBERAN ejecutar en el TERRENO, la demarcación de las líneas indicadas en los artículos 1º, 2º y 3º del tratado de límites.
IV. Pueden, sin embargo, los peritos confiar la ejecución de los trabajos á comisiones de ayudantes.
Estos ayudantes se nombrarán en número igual por cada parte.
Las comisiones ajustarán sus procedimientos á las instrucciones que les darán los peritos, de común acuerdo y por escrito.
V. Los peritos deberán reunirse en la ciudad de Concepción de Chile, cuarenta días después de su nombramiento, para nombrarse de acuerdo sobre el punto ó puntos de partida de sus trabajos, y acerca de los demás que fuere necesario.
Levantarán acta por duplicado de todos los acuerdos y determinaciones que tomen en esa reunión, y en el curso de sus operaciones.
VI. Siempre que los peritos no arriben á acuerdo en algún punto de la fijación de límites ó sobre cualquiera otra cuestión, lo comunicarán respectivamente á sus gobiernos, para que estos procedan a designar el tercero que ha de resolver la controversia, según el tratado de límites de 1881.
VII. Los peritos podrán tener, á voluntad del respectivo gobierno, el personal necesario para su servicio particular, como el sanitario ó cualquiera otro; y cuando lo estime conveniente para su seguridad, podrán pedir una partida de tropa á cada uno de los dos gobiernos, ó únicamente al de la nación en cuyo territorio se encontraren; en el primer caso, la escolta deberá constar de igual número de plazas por cada parte.
VIII. Los peritos fijarán las épocas de trabajo en el terreno, é instalarán su oficina en la ciudad que determinaren, pudiendo, sin embargo, por común acuerdo, trasladarla de un punto á otro, siempre que las necesidades del servicio así lo aconsejaren.
Cada gobierno proporcionará al perito que nombre y á sus ayudantes, los elementos y recursos necesarios para su trabajo; ambos pagarán en común los gastos que ocasionen las oficinas y el amojonamiento de los límites.
IX. Siempre que quede vacante alguno de los puestos de perito ó ayudante, el gobierno respectivo deberá nombrar el reemplazante en el término de dos meses.
X. La presente convención será ratificada, y el canje de las ratificaciones se hará en la ciudad de Santiago ó en la de Buenos Aires, en el más breve plazo posible. (...).
Texto de la convención Lastarria-Uriburu, Santiago de Chile, 20 de agosto de 1888, en Ernesto Quesada, La política chilena en el Plata, Buenos Aires, Arnoldo Moen, 1895, pp. 348-349.
- Germán Carrasco Domínguez, El arbitraje británico de 1899-1903. Sus aspectos procesales, Santiago, Andrés Bello, 1968, p. 168, n. 43; Isidoro Ruiz Moreno, Historia de las relaciones exteriores argentinas (1810-1955), Buenos Aires, Perrot, 1961, p. 231.
- Guillermo Matta al ministro de relaciones exteriores de Chile, Buenos Aires, 11 de octubre de 1887, Legación de Chile en el Plata, 1887-1888, cit. en Robert N. Burr, By Reason or Force. Chile and the Balance of Power in South America, 1830-1905, Berkeley, University of California Press, 1967, p. 185.
- Memorándum citado en Luis Vicente Varela, La República Argentina y Chile: historia de la demarcación de sus fronteras (desde 1843 hasta 1899). Obra escrita con motivo del arbitraje pendiente ante su majestad británica, apoyada en los documentos inéditos del Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Argentina, 2 vols., Buenos Aires, 1899, I, pp. 256-258, n. 115, fuente a su vez citada en R.N. Burr, op. cit., p. 186..
Historia de las Relaciones Internacionales Argentinas (c)
viernes, 30 de agosto de 2013
Guerra de los Boers: Batalla de Laing's Nek (1881)
Batalla de Laing's Nek
"Floreat Etona!" de Elizabeth Thompson
Fecha 28 de enero 1881
Ubicación de Laing Nek, las montañas Drakensberg, Sudáfrica
Coordenadas: 27° 27'39 "S 29° 52'10" E
Resultado Victoria Boer
Beligerantes
Reino Unido vs. República de Sudáfrica
Comandantes y líderes
El mayor general Sir George Pomeroy Colley (UK) y el Comandante General Joubert (Sudáfrica)
Fuerza
1,216 (UK) vs. 2,000 (Sudáfrica)
Muertes y pérdidas
84 muertos y 113 heridos más 2 capturados (UK)
14 muertos y 27 heridos (Sudáfrica)
La Batalla de Nek de Laing fue una gran batalla luchó en Laing's Nek durante la Primera Guerra Boer, el 28 de enero de 1881.
Trasfondo
Tras la declaración Boer de la independencia del Transvaal en 1880 los británicos sufrieron una serie de desastrosas derrotas en el intento de recuperar el territorio.
El 20 de diciembre de 1880, el teniente coronel Anstruther y elementos de su regimiento, el 94to, marcharon desde Lydenburg a Pretoria, la banda del regimiento cabeza de la columna de juego de la popular canción "Kiss Me, Darling Mother".
En Bronkhorstspruit la fuerza fue detenido por los boers, quienes requirieron con cortesía a los "soldados rojos" para volvieran atrás. Armstrong también se negó cortésmente a que la columna fuese devastada por el fuego de fusilería de los Boer de una emboscada bien montada. De los 259 en la columna, 155 oficiales y soldados se convirtieron en víctimas al igual que algunas de las mujeres que acompañan al regimiento.
Lugar de la batalla
En lugar de esperar a los refuerzos, el Alto Comisionado Británico para el sur de África Oriental, el general Sir George Pomeroy Colley, reunió las tropas que pudo y corrió hacia adelante, afirmando que se mueve para aliviar las guarniciones británicas en el Transvaal.
Colley reunió a su fuerza en el Newcastle en Natal, envió un ultimátum a los Boers y, en su rechazo, avanzaron hacia la frontera de Transvaal.
El primer campamento británico en la marcha estaba a unos 4 kilómetros antes de Laing's Nek, una cresta en las estribaciones de las montañas Drakensberg que bloquearon la carretera entre Newcastle y Standerton en Natal, Sudáfrica [1].
Historia
La Fuerza de Campaña británica de Natal, al mando del general Colley, sumaban cerca de 1.216 oficiales y hombres, entre ellos 5 compañías del Regimiento 58, a 5 compañías del 3º Batallón, el 60to. de Rifleros, alrededor de 150 jinetes del Escuadrón Montado, una partida de marineros de la Royal Navy y 4 armas de fuego de la artillería real.
Los bóers, bajo el mando del Comandante General Joubert había unos 2.000 hombres en la zona, con al menos 400 fortificados en las alturas que rodeaban Laing's Nek. Ellos tuvieron pocas dificultades para repeler la fuerza inadecuada del general Colley.
En la mañana del 28 de enero de Colley trató de abrirse paso a través del paso. La batalla comenzó alrededor de 9:25 horas con un intenso bombardeo con cuatro cañones de nueve libras y dos cañones de siete libras de la Brigada Naval británica golpeando las posiciones de Boer en la Montaña Table.
Batalla de Laing's Nek
Diez minutos más tarde, la principal fuerza británica, formada por el Regimiento 58, siguió adelante y tuvo dificultades para avanzar en el terreno accidentado hacia la cumbre. Más abajo en la línea, el Escuadrón Montado hizo una acusación contra las posiciones de Boer en Kop Brownlow cercana. Pero, al llegar a la cumbre, la caballería británica fue azotada por fusilería de una línea de Boers atrincherados en la pendiente de marcha y sufrieron muchas bajas, lo que los obligó a retirarse.
A las 10:30, con su amenaza de su flanco eliminado, los boers se trasladaron a atacar el Regimiento 58o sigue avanzando en la Montaña Table, donde a las 11:00, llegaron a la cima de la cumbre, los británicos fueron tiroteados por los boers ocultos en las trincheras a tan sólo 160 metros (150 m) y sufrieron muchas más bajas aún, tanto los oficiales al mando, el comandante y el coronel Hingeston Deane fueron muertos.
Mientras esto ocurría, un pequeño grupo de Boers realmente avanzada de sus posiciones en las faldas de la colina próxima Majuba y comprometía a la Brigada Naval, cerca del campo británico en Mount Prospect. De retorno del fuego de los fusiles británicos mantuvieron los boers espalda. Para las 11:10hs, dos compañías de los rifles de 3/60th se movieron hacia arriba de la Montaña Table para cubrir la retirada del Regimiento 58 y el mediodía, la batalla había terminado.
Los británicos perdieron 84 muertos, 113 heridos y dos capturados en lo que se percibía como un fiasco. La mayoría de las víctimas eran en el Regimiento 58 con 74 muertos y 101 heridos, alrededor del 35% de su fuerza total. Entre los muertos en la batalla habían muchos de los oficiales del general Colley, incluyendo el comandante Poole y tenientes Dolphin, Elwes y Inman.
Los Boers informaron sus pérdidas en 14 muertos y 27 heridos.
Un mes más tarde, el general Colley fue asesinado en la Batalla de Majuba que terminó la guerra, después de que se Transvaal fue reconocido como un estado independiente.
Cruces Victoria
La Cruz de la Victoria es la concesión más alta y más prestigiosa por gallardía frente al enemigo que puede ser concedido a las fuerzas británicas del Commonwealth.
-Nek de Laing es memorable como la última vez que un regimiento británico sus colores a la acción. El 58 fueron conducidos a la colina por el teniente Baillie llevar el color del regimiento y el teniente Colina llevar Color de la Reina. Baillie fue herido de muerte, mientras que Hill ganó la Cruz Victoria por traer las bajas de la ladera. Hill, pasó los dos colores para Budstock sargento para su custodia, una concesión necesaria a la realidad del combate a finales del siglo 19. Cuatro enseñas en la sucesión fueron derribadas llevar los colores de los 58.
-Durante la carga de los jinetes, John Doogan, un soldado en el 1st King's Dragoon Guards, vio a un oficial a quien se desmontado y en peligro por uno de los Boers, porque su caballo había sido derribado. El soldado Doogan montó, aunque él mismo estaba gravemente herido, se bajó y presionó al oficial para que tome su caballo, recibiendo otra herida mientras lo hacía. Él también fue condecorado con la Cruz Victoria.
Monumento en el lugar de la batalla
Referencias
1. The Victorians at war, 1815-1914 por Harold E. Raugh
Notas
Esta fue la última ocasión en que las tropas británicas llevaban a sus colores en la batalla. Cuatro enseñas en sucesión fueron derribados llevar los colores de la 1/58th.
Más lecturas
Castle, Ian. Majuba 1881: The Hill of Destiny, Oxford, Osprey Publishing, 1996, ISBN 1-85532-503-9
Wikipedia
"Floreat Etona!" de Elizabeth Thompson
Fecha 28 de enero 1881
Ubicación de Laing Nek, las montañas Drakensberg, Sudáfrica
Coordenadas: 27° 27'39 "S 29° 52'10" E
Resultado Victoria Boer
Beligerantes
Reino Unido vs. República de Sudáfrica
Comandantes y líderes
El mayor general Sir George Pomeroy Colley (UK) y el Comandante General Joubert (Sudáfrica)
Fuerza
1,216 (UK) vs. 2,000 (Sudáfrica)
Muertes y pérdidas
84 muertos y 113 heridos más 2 capturados (UK)
14 muertos y 27 heridos (Sudáfrica)
La Batalla de Nek de Laing fue una gran batalla luchó en Laing's Nek durante la Primera Guerra Boer, el 28 de enero de 1881.
Trasfondo
Tras la declaración Boer de la independencia del Transvaal en 1880 los británicos sufrieron una serie de desastrosas derrotas en el intento de recuperar el territorio.
El 20 de diciembre de 1880, el teniente coronel Anstruther y elementos de su regimiento, el 94to, marcharon desde Lydenburg a Pretoria, la banda del regimiento cabeza de la columna de juego de la popular canción "Kiss Me, Darling Mother".
En Bronkhorstspruit la fuerza fue detenido por los boers, quienes requirieron con cortesía a los "soldados rojos" para volvieran atrás. Armstrong también se negó cortésmente a que la columna fuese devastada por el fuego de fusilería de los Boer de una emboscada bien montada. De los 259 en la columna, 155 oficiales y soldados se convirtieron en víctimas al igual que algunas de las mujeres que acompañan al regimiento.
Lugar de la batalla
En lugar de esperar a los refuerzos, el Alto Comisionado Británico para el sur de África Oriental, el general Sir George Pomeroy Colley, reunió las tropas que pudo y corrió hacia adelante, afirmando que se mueve para aliviar las guarniciones británicas en el Transvaal.
Colley reunió a su fuerza en el Newcastle en Natal, envió un ultimátum a los Boers y, en su rechazo, avanzaron hacia la frontera de Transvaal.
El primer campamento británico en la marcha estaba a unos 4 kilómetros antes de Laing's Nek, una cresta en las estribaciones de las montañas Drakensberg que bloquearon la carretera entre Newcastle y Standerton en Natal, Sudáfrica [1].
Historia
La Fuerza de Campaña británica de Natal, al mando del general Colley, sumaban cerca de 1.216 oficiales y hombres, entre ellos 5 compañías del Regimiento 58, a 5 compañías del 3º Batallón, el 60to. de Rifleros, alrededor de 150 jinetes del Escuadrón Montado, una partida de marineros de la Royal Navy y 4 armas de fuego de la artillería real.
Los bóers, bajo el mando del Comandante General Joubert había unos 2.000 hombres en la zona, con al menos 400 fortificados en las alturas que rodeaban Laing's Nek. Ellos tuvieron pocas dificultades para repeler la fuerza inadecuada del general Colley.
En la mañana del 28 de enero de Colley trató de abrirse paso a través del paso. La batalla comenzó alrededor de 9:25 horas con un intenso bombardeo con cuatro cañones de nueve libras y dos cañones de siete libras de la Brigada Naval británica golpeando las posiciones de Boer en la Montaña Table.
Batalla de Laing's Nek
Diez minutos más tarde, la principal fuerza británica, formada por el Regimiento 58, siguió adelante y tuvo dificultades para avanzar en el terreno accidentado hacia la cumbre. Más abajo en la línea, el Escuadrón Montado hizo una acusación contra las posiciones de Boer en Kop Brownlow cercana. Pero, al llegar a la cumbre, la caballería británica fue azotada por fusilería de una línea de Boers atrincherados en la pendiente de marcha y sufrieron muchas bajas, lo que los obligó a retirarse.
A las 10:30, con su amenaza de su flanco eliminado, los boers se trasladaron a atacar el Regimiento 58o sigue avanzando en la Montaña Table, donde a las 11:00, llegaron a la cima de la cumbre, los británicos fueron tiroteados por los boers ocultos en las trincheras a tan sólo 160 metros (150 m) y sufrieron muchas más bajas aún, tanto los oficiales al mando, el comandante y el coronel Hingeston Deane fueron muertos.
Mientras esto ocurría, un pequeño grupo de Boers realmente avanzada de sus posiciones en las faldas de la colina próxima Majuba y comprometía a la Brigada Naval, cerca del campo británico en Mount Prospect. De retorno del fuego de los fusiles británicos mantuvieron los boers espalda. Para las 11:10hs, dos compañías de los rifles de 3/60th se movieron hacia arriba de la Montaña Table para cubrir la retirada del Regimiento 58 y el mediodía, la batalla había terminado.
Los británicos perdieron 84 muertos, 113 heridos y dos capturados en lo que se percibía como un fiasco. La mayoría de las víctimas eran en el Regimiento 58 con 74 muertos y 101 heridos, alrededor del 35% de su fuerza total. Entre los muertos en la batalla habían muchos de los oficiales del general Colley, incluyendo el comandante Poole y tenientes Dolphin, Elwes y Inman.
Los Boers informaron sus pérdidas en 14 muertos y 27 heridos.
Un mes más tarde, el general Colley fue asesinado en la Batalla de Majuba que terminó la guerra, después de que se Transvaal fue reconocido como un estado independiente.
Cruces Victoria
La Cruz de la Victoria es la concesión más alta y más prestigiosa por gallardía frente al enemigo que puede ser concedido a las fuerzas británicas del Commonwealth.
-Nek de Laing es memorable como la última vez que un regimiento británico sus colores a la acción. El 58 fueron conducidos a la colina por el teniente Baillie llevar el color del regimiento y el teniente Colina llevar Color de la Reina. Baillie fue herido de muerte, mientras que Hill ganó la Cruz Victoria por traer las bajas de la ladera. Hill, pasó los dos colores para Budstock sargento para su custodia, una concesión necesaria a la realidad del combate a finales del siglo 19. Cuatro enseñas en la sucesión fueron derribadas llevar los colores de los 58.
-Durante la carga de los jinetes, John Doogan, un soldado en el 1st King's Dragoon Guards, vio a un oficial a quien se desmontado y en peligro por uno de los Boers, porque su caballo había sido derribado. El soldado Doogan montó, aunque él mismo estaba gravemente herido, se bajó y presionó al oficial para que tome su caballo, recibiendo otra herida mientras lo hacía. Él también fue condecorado con la Cruz Victoria.
Monumento en el lugar de la batalla
Referencias
1. The Victorians at war, 1815-1914 por Harold E. Raugh
Notas
Esta fue la última ocasión en que las tropas británicas llevaban a sus colores en la batalla. Cuatro enseñas en sucesión fueron derribados llevar los colores de la 1/58th.
Más lecturas
Castle, Ian. Majuba 1881: The Hill of Destiny, Oxford, Osprey Publishing, 1996, ISBN 1-85532-503-9
Wikipedia
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