De cuando los guardias de frontera soviéticos aniquilaron un batallón de la República Popular China en la isla de Damansky
Esta batalla que tuvo lugar el 2 de marzo de 1969 fue una muy extraña. Fue cuando 30 guardias de frontera soviéticos armados con fusiles de asalto y ametralladoras ligeras aniquilaron un batallón armado de artillería de la República Popular China compuesta de ~ 500 chinos matando a 248 de ellos en territorio soviético. Esta batalla toma su lugar en la historia porque era fue una de las tácticas que se utilizaron los soviéticos para derrotar a un enemigo mejor armado.
Cuando el general Zaharov fue enviado a investigar la batalla el 3 de marzo, dijo que a pesar de estar en 2ª Guerra Mundial y de ver la guerra civil rusa, que nunca había visto nada como esto. 248 chinos fueron encontrados sólo en territorio soviético, con un número desconocido de la parte china. El número total podría ser 350 a 400. También hubo un choque el 15 de marzo cuando 21 guardias fronterizos y 7 soldados soviéticos perdieron la vida sin embargo los chinos perdieron unos 700 hombres con varios cientos de heridos. Además, 50 de sus soldados y oficiales fueron ejecutados por cobardía.
Aquí está el artículo publicado en 2006, que detalla la batalla.
Original en ruso
Algunas fotos, la primera es la isla en sí.
Estos son los guardias fronterizos
Estos son las dos últimas fotos hechas por un fotógrafo, en minutos lo chinos abrirían fuego.
Esta es otra vez la foto de los guardias fronterizos, con el apoyo de BTRs en el fondo.
Estos son trofeos capturados por los guardias fronterizos soviéticos, AKs hechos en China.
Y estos son los soldados del choque en Zhalanashkol
Y aquí una pistola china capturada,
sábado, 27 de septiembre de 2014
viernes, 26 de septiembre de 2014
Medioevo: El final brutal de un rey anglosajón
El Fin Brutal del Reino de Richard III
Dos años después se descubrió su cuerpo, las gammagrafías óseas muestran el monarca murió un brutal y dolorosa, muerte indigna.
Por A.J. McCarthy - Slate
Con su armamento crudo y la medicina primitiva campo de batalla, la guerra en la Edad Media era un muy mal momento para morir. Y de acuerdo con una nueva investigación, la muerte de Richard III-el último rey Inglés a morir en la batalla-parece haber sido particularmente brutal, incluso para los históricamente altos estándares de la época.
Nueva visión de la muerte de Richard, a través de un estudio forense en la revista The Lancet, revela que el rey sufrió 11 heridas distintas de un grupo de armas que incluía espadas, dagas y alabardas. El estudio utilizó tomografías computarizadas de los restos de Richard y software de reconstrucción de reconstruir los últimos momentos de la Casa de York de reinado.
Cuentas escritas de la muerte de Richard sugirieron que había sido sacado de su caballo y se encontró completamente rodeado en la batalla de Bosworth en 1485-y que había muerto valientemente. Pero a medida que el video producido por The Lancet sobre demostraciones, nuevos forenses indican claramente que él también murió de forma especialmente dolorosa y cruel.
Dos años después se descubrió su cuerpo, las gammagrafías óseas muestran el monarca murió un brutal y dolorosa, muerte indigna.
Por A.J. McCarthy - Slate
Con su armamento crudo y la medicina primitiva campo de batalla, la guerra en la Edad Media era un muy mal momento para morir. Y de acuerdo con una nueva investigación, la muerte de Richard III-el último rey Inglés a morir en la batalla-parece haber sido particularmente brutal, incluso para los históricamente altos estándares de la época.
Nueva visión de la muerte de Richard, a través de un estudio forense en la revista The Lancet, revela que el rey sufrió 11 heridas distintas de un grupo de armas que incluía espadas, dagas y alabardas. El estudio utilizó tomografías computarizadas de los restos de Richard y software de reconstrucción de reconstruir los últimos momentos de la Casa de York de reinado.
Cuentas escritas de la muerte de Richard sugirieron que había sido sacado de su caballo y se encontró completamente rodeado en la batalla de Bosworth en 1485-y que había muerto valientemente. Pero a medida que el video producido por The Lancet sobre demostraciones, nuevos forenses indican claramente que él también murió de forma especialmente dolorosa y cruel.
jueves, 25 de septiembre de 2014
Los restos de criminales terroristas colombianas son identificados
Identifican restos de guerrillas de la toma del Palacio de Justicia de Bogotá de 1985
Se trata de Mónica Molina y Carmen Garzón, pertenecientes al Movimiento 19 de Abril, que habían sido declaradas desaparecidas. La investigación deberá establecer ahora si las guerrilleras salieron vivas o muertas del Palacio.
La Fiscalía General de Colombia identificó ayer los restos de dos guerrilleras que habían sido declaradas como desaparecidas luego del sangriento desalojo militar del Palacio de Justicia de Bogotá, en 1985, uno de los casos emblemáticos de terrorismo de Estado en el contexto del conflicto armado que se desarrolla en el país desde hace más de cinco décadas. "Tras practicárseles los análisis de ADN, los forenses dijeron que los restos identificados, que estaban enterrados en una fosa común de un cementerio de la capital, corresponden a Mónica Molina y Carmen Garzón con un 99,9% de certeza", informó el fiscal general, Eduardo Montealegre.
La Fiscalía deberá establecer ahora si Molina y Garzón –militantes del desaparecido Movimiento 19 de Abril (M-19) cuyos nombres fueron mencionados en el informe que una Comisión de la Verdad presentó en 2010 sobre el caso– salieron vivas o muertas del Palacio de Justicia. El asalto a la sede del máximo organismo judicial, situado en pleno centro de Bogotá y a pocos metros de las sedes de la Presidencia y el Congreso, ocurrió el 6 de noviembre de 1985, cuando un comando del M-19 tomó como rehenes a jueces, empleados y más de un centenar de personas que habían concurrido a realizar trámites en el lugar.
La toma guerrillera y la sangrienta respuesta militar, que según la Comisión de la Verdad se caracterizó por el "uso excesivo y desproporcionado de fuerza", se prolongó durante 27 horas, al cabo de las cuales el gobierno del entonces presidente Belisario Betancur (1982-1986) dio cuenta de la muerte de once magistrados, 35 guerrilleros y otras 52 personas, en tanto que a once se las declaró desaparecidas. Según las investigaciones, los desaparecidos fueron sacados por militares y llevados a un cuartel, donde fueron interrogados, torturados y ejecutados.
La Fiscalía reabrió la investigación en 2006, cuando se divulgaron unos comprometedores videos en los que se ve a algunos de los desaparecidos con vida y sin heridas, y a otros saliendo por sus propios medios del lugar, flanqueados por militares. Tal es el caso del magistrado Carlos Horacio Urán Rojas a quien una de las tomas lo muestra vivo, pero un día después de concluida la operación militar fue dado por muerto dentro del Palacio, con una bala 9 mm en la cabeza, disparada a quemarropa.
Quince años después de producida la masacre –a la que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) calificó de holocausto–, el número de desaparecidos se redujo a diez. Entonces, en el año 2000, la Fiscalía informó que el cadáver de una empleada de la cafetería del Palacio había sido encontrado en una fosa común.
Por el caso fueron condenados a 30 y 35 años de prisión dos coroneles ahora retirados, a los que se les probó su responsabilidad en la represión. Un general y otros dos oficiales fueron absueltos. El M-19 se desmovilizó en 1990, tras firmar un acuerdo de paz con el gobierno del presidente Virgilio Barco (1986-90). Miles de sus militantes, reintegrados a la vida política legal tras el acuerdo pactado con el gobierno, fueron aniquilados por comandos militares y paramilitares.
Pablo Escobar - Financiamiento
El fallecido capo narco Pablo Escobar, líder del cártel de Medellín, financió la toma y entregó armas a los asaltantes, reveló el informe final de la Comisión de la Verdad.
Fuente:
Diario Tiempo Argentino 15/9/2014
Dias de Historia
Se trata de Mónica Molina y Carmen Garzón, pertenecientes al Movimiento 19 de Abril, que habían sido declaradas desaparecidas. La investigación deberá establecer ahora si las guerrilleras salieron vivas o muertas del Palacio.
La Fiscalía General de Colombia identificó ayer los restos de dos guerrilleras que habían sido declaradas como desaparecidas luego del sangriento desalojo militar del Palacio de Justicia de Bogotá, en 1985, uno de los casos emblemáticos de terrorismo de Estado en el contexto del conflicto armado que se desarrolla en el país desde hace más de cinco décadas. "Tras practicárseles los análisis de ADN, los forenses dijeron que los restos identificados, que estaban enterrados en una fosa común de un cementerio de la capital, corresponden a Mónica Molina y Carmen Garzón con un 99,9% de certeza", informó el fiscal general, Eduardo Montealegre.
La Fiscalía deberá establecer ahora si Molina y Garzón –militantes del desaparecido Movimiento 19 de Abril (M-19) cuyos nombres fueron mencionados en el informe que una Comisión de la Verdad presentó en 2010 sobre el caso– salieron vivas o muertas del Palacio de Justicia. El asalto a la sede del máximo organismo judicial, situado en pleno centro de Bogotá y a pocos metros de las sedes de la Presidencia y el Congreso, ocurrió el 6 de noviembre de 1985, cuando un comando del M-19 tomó como rehenes a jueces, empleados y más de un centenar de personas que habían concurrido a realizar trámites en el lugar.
La toma guerrillera y la sangrienta respuesta militar, que según la Comisión de la Verdad se caracterizó por el "uso excesivo y desproporcionado de fuerza", se prolongó durante 27 horas, al cabo de las cuales el gobierno del entonces presidente Belisario Betancur (1982-1986) dio cuenta de la muerte de once magistrados, 35 guerrilleros y otras 52 personas, en tanto que a once se las declaró desaparecidas. Según las investigaciones, los desaparecidos fueron sacados por militares y llevados a un cuartel, donde fueron interrogados, torturados y ejecutados.
La Fiscalía reabrió la investigación en 2006, cuando se divulgaron unos comprometedores videos en los que se ve a algunos de los desaparecidos con vida y sin heridas, y a otros saliendo por sus propios medios del lugar, flanqueados por militares. Tal es el caso del magistrado Carlos Horacio Urán Rojas a quien una de las tomas lo muestra vivo, pero un día después de concluida la operación militar fue dado por muerto dentro del Palacio, con una bala 9 mm en la cabeza, disparada a quemarropa.
Quince años después de producida la masacre –a la que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) calificó de holocausto–, el número de desaparecidos se redujo a diez. Entonces, en el año 2000, la Fiscalía informó que el cadáver de una empleada de la cafetería del Palacio había sido encontrado en una fosa común.
Por el caso fueron condenados a 30 y 35 años de prisión dos coroneles ahora retirados, a los que se les probó su responsabilidad en la represión. Un general y otros dos oficiales fueron absueltos. El M-19 se desmovilizó en 1990, tras firmar un acuerdo de paz con el gobierno del presidente Virgilio Barco (1986-90). Miles de sus militantes, reintegrados a la vida política legal tras el acuerdo pactado con el gobierno, fueron aniquilados por comandos militares y paramilitares.
Pablo Escobar - Financiamiento
El fallecido capo narco Pablo Escobar, líder del cártel de Medellín, financió la toma y entregó armas a los asaltantes, reveló el informe final de la Comisión de la Verdad.
Fuente:
Diario Tiempo Argentino 15/9/2014
Dias de Historia
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Dorrego y la profanación de sus restos
“LOS CABALLEROS DE LA NOCHE”
Por Oscar F. Larrosa (h)
El 24 de agosto de 1881, una banda denominada “Los Caballeros de la Noche”, liderada por un noble belga de 27 años arrastrado al delito por el juego y el vicio llamado Alphonse Kerchowen de Pegnaranda; conmovió a toda la sociedad con el robo de un cadáver del Cementerio del Norte (La Recoleta), exigiendo rescate por su devolución.
DETALLES…
Durante aquella noche fría de agosto, la bóveda de la familia Dorrego, fue violada sustrayéndose un ataúd con los restos mortales de doña Inés Indart de Dorrego, cuñada de Manuel Dorrego y recientemente fallecida. A la mañana siguiente, la Sra. Felisa Dorrego de Miró Quesada, su hija, recibió en el Palacio Miró de la calle Córdoba un anónimo donde se le exigía 2 millones de pesos por su devolución a entregar en un plazo de 24 horas, caso contrario, el cadáver sería ultrajado, reducido a cenizas y arrojado a “los 4 vientos”. Se advertía, también, que no diese intervención a la Policía.
La nota decìa: “Estos restos están rodeados de respeto y volverán al lugar de donde han sido sacados, pero eso es bajo una condición, si Vds. quieren ser condescendientes con nosotros. Sabemos que doña Inés de Dorrego al morir dejó a sus hijas queridas una fortuna colosal […] Que en represalia por su mala voluntad y abstención por nosotros, nos veríamos obligados a sacar de la caja donde reposan los restos venerados de su señora madre, y después de ultrajarlos y reducirlos a cenizas, tirarlos a los cuatro vientos, sin que nunca sepan ni dónde ni cómo. Que indudablemente la justa crítica de una ciudad y de una nación os cubriría de vergüenza y lodo, manchando para siempre vuestro nombre ilustre. Hijas tan ricas, dirán, y tan desnaturalizadas. Que somos muchos y poderosos, que nuestra asociación cuenta con hombres resueltos hasta la muerte”
Una caja de madera destinada para el dinero del rescate acompañaba el aviso que estaba firmado por… "Los Caballeros de la Noche". La caja con el dinero debía ser entregada al día siguiente a un “mozo de cordel” que, ajeno al robo, concurriría llevando una carta.
Notificada la Policía, se encargó la pesquisa a los comisarios Sufern y Tasso, decidiéndose que la Sra. Dorrego cumpliese con el pedido de los secuestradores y entregase la caja al mensajero designado. Concretado esto, la policía llevó adelante el operativo de seguimiento. El comisario Tasso disfrazado de vendedor ambulante siguió al mozo sin que este lo notara verificando que el portador de la caja se reunió con otro sujeto en la estación central de FF.CC en Retiro, entregándole la misma. La intervención de los uniformados no se hizo esperar y detuvo al mensajero a efectos de su identificación y de su desconocimiento sobre el hecho del que estaba siendo partícipe. Las iniciales de su nombre y apellido eran J.B.
El otro individuo fue detenido al subir al tren, resultando ser Antonio Perry., quien confesó su complicidad en la extorsión, declarando además, que debía arrojar la caja (que en realidad contenía recortes de diario) en la playa de Maldonado. Custodiado por los funcionarios policiales, el sujeto llevó adelante su tarea arrojando la caja al costado de las vías, a la vez que el tren detuvo su marcha y los pesquisas bajaron, intentando sin resultado, capturar a los delincuentes quienes, recogiendo la caja, pudieron emprender la fuga en un coche. Tras una corta persecución, otra comisión policial, pudo lograr el objetivo, deteniéndose al jefe de la banda. Días mas tarde se pudo detener al resto de la gavilla que se ocultaba en la Floresta de Belgrano, quedando prófugo un integrante de nombre Expósito.
Se supo posteriormente que tal como supuso el mayordomo de la casa, el cadáver de Inés Indart de Dorrego, estaba escondido en una bóveda cercana en el panteón de Francisco Requijo ya que por su peso era improbable que lo hubiesen podido sacar del cementerio sin hacerse notar.
EL JUICIO…
Tiempo más tarde, se inició el proceso de juzgamiento de los delincuentes.
Al advertirse que en el Código Penal de la época, no se contemplaba el “Robo de cadáveres con Extorsión” y ni siquiera el “Robo de cadáveres”; los jueces intentaron aplicar las leyes españolas de “Las Partidas” para fundamentar una condena, pero la excelente defensa del abogado español Rafael Calzada logró destruir los cargos, basándose en la inaplicabilidad de esas leyes y en la falta de previsiones legales…
"NO HAY PENA SIN LEY Y SIN JUICIO PREVIO", fundándose en una ley anterior al hecho del proceso en cuestión. La Cámara de Apelaciones dictaminó que los delincuentes sólo podían estar incursos en el delito de “Amenazas por Escrito” sin otras consecuencias, previsto en el Artículo 296 del Código Penal vigente a ese momento, con pena de un mes de prisión. Sin embargo y dado el tiempo transcurrido de detención hasta el juicio (cumplido en exceso); los delincuentes quedaron en libertad... con gran escándalo para la época.
En 1887 se produjo la reforma legal, tipificándose por Artículo 171, que aún subsiste, el delito de “Extorsión por Robo de Cadáveres”, con pena de 2 a 6 años de prisión. Argentina fue el primer país en establecer tal condición legal.
Asì comenzó la historia de robo de cadàveres en Argentina que tendría su máxima expresión en el robo del cadáver de Eva Duarte de Peron y su ocultamiento durante años en un cementerio de Milàn hasta que fueron devueltos a su viudo en Madrid. En 1974 la banda terrorista Montoneros robaría de su bóveda en Recoleta el cadáver del asesinado General Pedro Eugenio Aramburu reclamando para su devolución que se restituyera el cadáver de Evita a la Argentina, hecho que cumplió la entonces presidente Marìa Estela Martinez de Peron.
Fuentes: Museo Policial, Tomo VI de la Historia de la Policía Federal.
El 24 de agosto de 1881, una banda denominada “Los Caballeros de la Noche”, liderada por un noble belga de 27 años arrastrado al delito por el juego y el vicio llamado Alphonse Kerchowen de Pegnaranda; conmovió a toda la sociedad con el robo de un cadáver del Cementerio del Norte (La Recoleta), exigiendo rescate por su devolución.
DETALLES…
Durante aquella noche fría de agosto, la bóveda de la familia Dorrego, fue violada sustrayéndose un ataúd con los restos mortales de doña Inés Indart de Dorrego, cuñada de Manuel Dorrego y recientemente fallecida. A la mañana siguiente, la Sra. Felisa Dorrego de Miró Quesada, su hija, recibió en el Palacio Miró de la calle Córdoba un anónimo donde se le exigía 2 millones de pesos por su devolución a entregar en un plazo de 24 horas, caso contrario, el cadáver sería ultrajado, reducido a cenizas y arrojado a “los 4 vientos”. Se advertía, también, que no diese intervención a la Policía.
La nota decìa: “Estos restos están rodeados de respeto y volverán al lugar de donde han sido sacados, pero eso es bajo una condición, si Vds. quieren ser condescendientes con nosotros. Sabemos que doña Inés de Dorrego al morir dejó a sus hijas queridas una fortuna colosal […] Que en represalia por su mala voluntad y abstención por nosotros, nos veríamos obligados a sacar de la caja donde reposan los restos venerados de su señora madre, y después de ultrajarlos y reducirlos a cenizas, tirarlos a los cuatro vientos, sin que nunca sepan ni dónde ni cómo. Que indudablemente la justa crítica de una ciudad y de una nación os cubriría de vergüenza y lodo, manchando para siempre vuestro nombre ilustre. Hijas tan ricas, dirán, y tan desnaturalizadas. Que somos muchos y poderosos, que nuestra asociación cuenta con hombres resueltos hasta la muerte”
Una caja de madera destinada para el dinero del rescate acompañaba el aviso que estaba firmado por… "Los Caballeros de la Noche". La caja con el dinero debía ser entregada al día siguiente a un “mozo de cordel” que, ajeno al robo, concurriría llevando una carta.
Notificada la Policía, se encargó la pesquisa a los comisarios Sufern y Tasso, decidiéndose que la Sra. Dorrego cumpliese con el pedido de los secuestradores y entregase la caja al mensajero designado. Concretado esto, la policía llevó adelante el operativo de seguimiento. El comisario Tasso disfrazado de vendedor ambulante siguió al mozo sin que este lo notara verificando que el portador de la caja se reunió con otro sujeto en la estación central de FF.CC en Retiro, entregándole la misma. La intervención de los uniformados no se hizo esperar y detuvo al mensajero a efectos de su identificación y de su desconocimiento sobre el hecho del que estaba siendo partícipe. Las iniciales de su nombre y apellido eran J.B.
El otro individuo fue detenido al subir al tren, resultando ser Antonio Perry., quien confesó su complicidad en la extorsión, declarando además, que debía arrojar la caja (que en realidad contenía recortes de diario) en la playa de Maldonado. Custodiado por los funcionarios policiales, el sujeto llevó adelante su tarea arrojando la caja al costado de las vías, a la vez que el tren detuvo su marcha y los pesquisas bajaron, intentando sin resultado, capturar a los delincuentes quienes, recogiendo la caja, pudieron emprender la fuga en un coche. Tras una corta persecución, otra comisión policial, pudo lograr el objetivo, deteniéndose al jefe de la banda. Días mas tarde se pudo detener al resto de la gavilla que se ocultaba en la Floresta de Belgrano, quedando prófugo un integrante de nombre Expósito.
Se supo posteriormente que tal como supuso el mayordomo de la casa, el cadáver de Inés Indart de Dorrego, estaba escondido en una bóveda cercana en el panteón de Francisco Requijo ya que por su peso era improbable que lo hubiesen podido sacar del cementerio sin hacerse notar.
EL JUICIO…
Tiempo más tarde, se inició el proceso de juzgamiento de los delincuentes.
Al advertirse que en el Código Penal de la época, no se contemplaba el “Robo de cadáveres con Extorsión” y ni siquiera el “Robo de cadáveres”; los jueces intentaron aplicar las leyes españolas de “Las Partidas” para fundamentar una condena, pero la excelente defensa del abogado español Rafael Calzada logró destruir los cargos, basándose en la inaplicabilidad de esas leyes y en la falta de previsiones legales…
"NO HAY PENA SIN LEY Y SIN JUICIO PREVIO", fundándose en una ley anterior al hecho del proceso en cuestión. La Cámara de Apelaciones dictaminó que los delincuentes sólo podían estar incursos en el delito de “Amenazas por Escrito” sin otras consecuencias, previsto en el Artículo 296 del Código Penal vigente a ese momento, con pena de un mes de prisión. Sin embargo y dado el tiempo transcurrido de detención hasta el juicio (cumplido en exceso); los delincuentes quedaron en libertad... con gran escándalo para la época.
En 1887 se produjo la reforma legal, tipificándose por Artículo 171, que aún subsiste, el delito de “Extorsión por Robo de Cadáveres”, con pena de 2 a 6 años de prisión. Argentina fue el primer país en establecer tal condición legal.
Asì comenzó la historia de robo de cadàveres en Argentina que tendría su máxima expresión en el robo del cadáver de Eva Duarte de Peron y su ocultamiento durante años en un cementerio de Milàn hasta que fueron devueltos a su viudo en Madrid. En 1974 la banda terrorista Montoneros robaría de su bóveda en Recoleta el cadáver del asesinado General Pedro Eugenio Aramburu reclamando para su devolución que se restituyera el cadáver de Evita a la Argentina, hecho que cumplió la entonces presidente Marìa Estela Martinez de Peron.
Fuentes: Museo Policial, Tomo VI de la Historia de la Policía Federal.
martes, 23 de septiembre de 2014
Los esclavos de Tromelin (1/2)
Náufragos
Ilegalmente esclavizados y luego abandonado en la isla remota Tromlein durante quince años, con sólo la arqueología para contar su historia
Por SAMIR S. PATEL - Archeology
Isla Tromelin en el océano Índico
La isla Tromelin, a 300 kilómetros al este de Madgascar en el Océano Índico, es el hogar de una estación meteorológica, una pista de aterrizaje, y poco más. En 1761, un barco mercante francés con una bodega llena de esclavos malgaches naufragó allí.
En la noche de 31 de julio de 1761, Jean de Lafargue, capitán de la nave francesa de las Indias Orientales Compañía L'Utile ("útil"), era el pensamiento probable de riquezas. En la bodega del barco había aproximadamente 160 esclavos comprados en Madagascar apenas unos días antes y con destino a Isla de Francia, conocida hoy como Mauricio. Habían pasado 80 años desde que el dodo se había extinguido en esa isla del Océano Índico, y la colonia francesa próspero tenido una economía de plantación en la necesidad de mano de obra. Sin embargo, aunque la esclavitud era legal en el momento, de Lafargue no fue autorizado por las autoridades coloniales al comercio de esclavos.
De acuerdo con el relato detallado de écrivain de la nave, o sobrecargo, como L'Utile acercó a la proximidad de una isleta llamada entonces Île des Sables, o Sandy Island, vientos patearon hasta 15 o 20 nudos. Dos mapas de la nave no estaban de acuerdo en la ubicación precisa de la pequeña isla, y un capitán más prudente probablemente habría desacelerado y esperó a que la luz del día. Pero de Lafargue tenía prisa para cosechar su recompensa. Esa noche L'Utile golpeó el arrecife de la parte norte de la isleta, rompiendo el casco. La mayoría de los esclavos, atrapados en las bodegas de carga, se ahogó, aunque algunos escaparon mientras la nave se desintegró. A la mañana siguiente, 123 de los 140 miembros de la tripulación francesa y en alguna parte entre 60 y 80 esclavos malgaches se encontraran varados en Ile Des Sables-sacudido y herido, pero vivo.
De Lafargue tenía algún tipo de crisis nerviosa, según el écrivain. Primer oficial Barthélémy Castellan du Vernet se hizo cargo, y reunió a la tripulación a rescatar alimentos, herramientas, y la madera de los restos del naufragio y construir campos separados para la tripulación y los esclavos. Bajo la guía del primer oficial, de cavar un pozo, un horno y horno incorporado, y trabajar en un nuevo barco comenzado. Dentro de dos meses, la embarcación improvisada La Providence surgió de los restos de L'Utile. Du Vernet, antes de zarpar de distancia con la tripulación, prometió al pueblo malgache que un barco regresaría por ellos. Y por lo que esperaron. Los pocos que sobrevivieron esperaron un tiempo muy largo.
Indian-Ocean-Map-Tromelin (Richard Bleiweiss) El islote, llamado hoy Tromelin Island, se encuentra a 300 kilómetros al este de Madagascar, a 350 kilómetros al norte de la Isla Mauricio. Con la forma de una semilla de girasol, que es sólo un tercio de una milla cuadrada de arena y matorrales. Hoy en día alberga una pista sin asfaltar, una estación meteorológica personal, y una reserva natural. Los cangrejos ermitaños pululan por toda la isla en paquetes en la noche, y cada año cientos de tortugas marinas y un sinnúmero de aves llegan a poner sus huevos.
Diarios, cartas y documentos de cuenta del écrivain los restos del naufragio y los dos meses que el equipo francés se quedaron en la isla, pero los náufragos malgaches dejaron registros escritos. Su historia se habría mantenido casi completamente incalculable pero para Max Guérout, un ex oficial de la marina francesa. Guérout había capitaneado un buque de investigación bajo el agua a finales de 1970, y luego de su retiro a principios de 1980 fundó el Grupo de Arqueología Naval de Investigación (conocida por sus siglas en francés, GRAN), que desde entonces ha estudiado decenas de naufragios postmedieval. Escuchó la historia Tromelin de un colega y, con el apoyo de la UNESCO, comenzaron dos años de investigación de archivo en 2004 "La historia era tan interesante que decidimos hacer un estudio arqueológico", dice. Guérout construyó un equipo, que incluyó a expertos de GRAN, el Instituto Nacional Francés de Investigación Arqueológica Preventiva (INRAP), y la administración del Francés Tierras australes y antárticas, para viajar al islote aislado en cuatro ocasiones-2006, 2008, 2010, y 2013-durante seis semanas en un tramo para examinar el lugar del naufragio, excavan, y aprender algo acerca de la vida de los náufragos malgaches, vive indocumentados por la historia.
Poderosas olas alrededor Tromelin Island lavado todos pero el material más pesado, como esta ancla, de los restos del naufragio de L'Utile. Las mismas ondas complicados varios intentos de rescatar supervivientes en los años posteriores de la isla.
Después de cuatro días en el mar, La Providencia llegó a Madagascar, y la tripulación fueron trasladados de nuevo a la isla de Reunión y Mauricio. De Lafargue murió en tránsito, dejando du Vernet a cara Antoine-Marie Desforges-Boucher, el gobernador de Mauricio, quien estaba furioso con la violación de su prohibición de traer esclavos a su isla. Du Vernet solicitado en repetidas ocasiones a tener un barco enviado de vuelta a la isleta, sólo para ser negada una y otra vez. Noticias del abandono incluso llegó a París y causó un breve revuelo, pero quedó en el olvido a raíz de la Guerra de los Siete Años (1756-1763) y la quiebra inminente de la East India Company francés. De acuerdo a los documentos encontrados por Guérout, du Vernet nunca se rindió. "Probablemente fue el único hombre que trató de salvar a las personas que se quedaron en la isla", dice Guérout. Por último, en 1772, en respuesta a otra solicitud del primer oficial, el ministro de asuntos marinos acordó enviar una nave. La Sauterelle llegó a Île des Sables en 1775 y envió una pequeña embarcación que transportaba a dos hombres a la isla, pero se desvaneció en el arrecife. Una mujer nadó de vuelta a la nave, y el otro a la isla. Dos barcos más siguieron La Sauterelle, pero tampoco fue capaz de tocar tierra en la isla reef- y whitecap envuelto. Por fin, el 29 de noviembre 1776 con más de 15 años después de L'Utile naufragó-La Dauphine, capitaneada por Jacques Marie Boudin de la Nuguy de Tromelin (del que la isla recibe su nombre actual), se puso en contacto. Sólo siete mujeres y un niño de ocho meses de edad, se mantuvo.
Guérout cree que la mayoría de los 60 a 80 esclavos murieron en el primer par de años. Un grupo de 18, aparentemente se había marchado de la isla poco después de que fueron abandonados, pero se desconoce si es que alguna vez llegaron a Madagascar. Algunos 15 sobrevivientes sufrieron durante los siguientes 10 años o menos. Apenas unos meses antes de que el rescate, tres hombres y tres mujeres, así como el marinero francés varados desde La Sauterelle (que habían sido testigos de dos fallidos intentos de rescate a sí mismo), había dejado el islote en una balsa con una vela de plumas tejidas. Nunca más se supo de él. El testimonio de los siete restantes las mujeres y los registros de La Dauphine se han perdido. Sólo la arqueología que se ha llevado a cabo en la isla puede revelar su historia de abandono, la supervivencia, y, en última instancia, la creación de comunidades.
En 2006, los arqueólogos subacuáticos examinaron los restos del naufragio, que ascendieron a sólo las pesadas artículos cañones, anclas, municiones, aparejo-que no fueron arrastrados por siglos de olas y tormentas. A unos cientos de metros de la costa, los buzos encontraron marcas en el arrecife rocoso donde el barco chocó y quedó en reposo, lo que confirma el relato de la écrivain.
El piloto de la nave se había producido un pequeño mapa que indicaba que la tripulación y los esclavos varados residían, así como los sitios de horno y horno. Con este mapa como referencia, Guérout y su equipo fueron capaces de localizar los ladrillos utilizados para fabricar el horno, junto con docenas de clavos, que indican que las juntas de la nave habían sido quemados. Para el resto de la temporada, y en tres más, los arqueólogos siguieron el progreso de los náufragos del naufragio a la playa hasta el sitio donde finalmente se establecieron, en el punto más alto de la isla, a unos 25 metros sobre el nivel del mar. "Pero también fue el punto en el que la estación meteorológica había construido sus edificios", dice Guérout.
La isla Tromelin se encuentra en un lugar ideal para monitorear el clima, especialmente los ciclones, con destino a Madagascar. En 1954, las autoridades francesas construyeron una estación meteorológica allí. (Fue destruida por un ciclón dos años más tarde y luego reconstruidas.) Es todavía en funcionamiento hoy y consiste en un conjunto de edificios, cisternas y zapatas de hormigón. Cuentas de mediados del siglo XX de la isla destacaron que hubo muros de piedra allí se extienden por lo menos un par de metros del suelo, y que la piedra se extraía para construir las nuevas estructuras. En 2006, los arqueólogos encontraron un trozo de muro enterrado allí, que consiste en placas de roca de la playa y trozos de coral y una capa de huesos de aves y cenizas de los fuegos de cocina.
lunes, 22 de septiembre de 2014
GCE: La nieta del cazador de zurditos
La nieta del ‘cazador de rojos’
Loreto Urraca decidió investigar todo el daño que hizo su abuelo, el hombre que detuvo a Companys
El cazador de rojos
LUIS GÓMEZ
Pedro Urrraca, a la izquierda, con su mujer en París. / ARXIU NACIONAL CATALUNYA
Loreto Urraca Luque conoció a su abuelo al cumplir 18 años. Había pasado su infancia con su madre. Le contaron que había sido un diplomático. Tres años después, fallecía. De sus breves encuentros a ella no le quedó ningún sentimiento. Si acaso, el recuerdo de su insistencia para que aceptara escribir sus memorias. Esta historia habría acabado ahí, en ese punto, en un recuerdo sin afecto. Pero un domingo de septiembre de 2008 leyó un artículo en El PAÍS, titulado "El cazador de rojos", dedicado a Pedro Urraca Rendueles, el hombre que llevó a la muerte a Lluís Companys y a otros republicanos españoles, colaborador de la Gestapo en Francia, un funcionario oscuro y sin escrúpulos que siguió activo hasta 1982. Era su abuelo. Y decidió investigar y exponer todo el daño que había causado.
"Habían pasado 20 años y Pedro era la última de mis preocupaciones", responde Loreto por escrito desde Estados Unidos. "Mi vida estaba centrada en mi familia, mi trabajo, lo normal de cualquier individuo. Al leer el artículo me sentí como un toro en la arena, despistado porque no sabe lo que le va a ocurrir, pero intuía que estaba expuesta a la vergüenza, al denuesto popular. También sentí mi intimidad violada porque hubiera preferido que el olvido borrara su huella. El apellido no es nada común y era consciente de que era fácil que me relacionaran con él, como ocurrió".
Pedro Urraca fue un policía al servicio del régimen de Franco que hizo su trabajo en el exterior, durante la II Guerra Mundial en Francia y hasta los años 80 en Bélgica. Fue en 2006 cuando la tesis doctoral del historiador Jordi Guixé Corominas determinó que fue el hombre que detuvo a Lluís Companys, expresidente de la Generalitat, lo interrogó con ayuda de la Gestapo y lo trasladó hasta la frontera española, para después ser fusilado. Otros republicanos exiliados también cayeron en sus manos, como Julián Zugazagoitia, exministro del Interior, y Francisco Cruz Salido, exsecretario de Defensa, igualmente fusilados a su llegada a España. Urraca creó una red que le permitió investigar los movimientos de cientos de republicanos, además de localizar cuentas corrientes y el patrimonio de exiliados españoles en Francia.
Loreto aportó algunos descubrimientos sobre el trabajo de su abuelo. "Uno de los hechos más relevantes, hasta ahora desconocido e inédito", comenta, "es que mi abuelo contribuyó a que la Gestapo arrestara a Jean Moulin, el delegado del general Charles de Gaulle para unificar los movimientos de resistencia en Francia. Esta es la conclusión a la que he llegado contrastando documentos en distintos archivos y puede ser una sólida hipótesis para futuras investigaciones".
Pedro Urraca llegó a denunciar ante la Gestapo a personalidades de origen judío, como fue el caso de la pintora Antoinette Sachs, hecho que motivó que fuera denunciado por colaborar con los nazis y condenado a muerte finalizada la guerra. Pero Urraca huyó de Francia y se refugió en Bélgica con otra identidad y en funciones diplomáticas. La condena prescribió por una amnistía de 1958. En Bélgica, inició su carrera como un oscuro diplomático, una parcela de su pasado todavía por esclarecer. Por esa razón, su nieta Loreto alienta a los historiadores españoles a seguir su trabajo ahora que se cumplen hoy los 25 años de la muerte de su abuelo y sus expedientes, tanto en los archivos de Interior como en Exteriores, quedarán abiertos.
De las fichas policiales y de la documentación que su nieta ha podido recomponer se deduce que Pedro Urraca fue un servidor del Estado hasta, por lo menos, 1982. Por las notas extraídas de Interior se puede documentar que accedió al cargo de comisario principal sin necesidad de examinarse, recibió condecoraciones tales como la encomienda de la orden del Mérito Civil (1951) y la de la Orden de Isabel la Católica (1961). Después de jubilarse como policía siguió trabajando para el Ministerio de Asuntos Exteriores en un extraño puesto calificado como "comisario de estadística afecto al Alto Estado Mayor", una cobertura para investigar a emigrantes españoles. Fue nombrado vicecanciller en 1980. Percibió dos pensiones, regresó a España en 1986 y murió el 14 de septiembre de 1989.
Loreto todavía es capaz de recordar la primera imagen que tiene de su abuelo: "El día que cumplí 18 años, mi padre llamó desde Francia. Proponía conocernos y también presentarme a sus padres. Me costó aceptar. El encuentro fue muy tenso. La primera impresión que me llevé de mis abuelos fue repugnante. Él estaba completamente ciego y ella apenas veía. Se me acercaron mucho, me inspeccionaban, me palpaban, me tocaban y yo retrocedía con la carne de gallina". De su abuela tampoco guarda un buen recuerdo: "Mi abuela Hélène, o Elena como prefería hacerse llamar, era mala persona. Indiferente al sufrimiento ajeno y volcada en su interés personal y en su bienestar. Hizo todo lo posible para destrozar la relación de mis padres hasta que lo consiguió. Manipuladora, se aprovechó de la posición de su marido para conseguir sus fines".
Loreto ha vivido seis años destapando un pasado que lleva su apellido. "Me sentía sola, perdida y muy pequeña ante la rotundidad de lo que desvelan los documentos". Desde hoy ese pasado está abierto a otros investigadores.
El País
Loreto Urraca decidió investigar todo el daño que hizo su abuelo, el hombre que detuvo a Companys
El cazador de rojos
LUIS GÓMEZ
Pedro Urrraca, a la izquierda, con su mujer en París. / ARXIU NACIONAL CATALUNYA
Loreto Urraca Luque conoció a su abuelo al cumplir 18 años. Había pasado su infancia con su madre. Le contaron que había sido un diplomático. Tres años después, fallecía. De sus breves encuentros a ella no le quedó ningún sentimiento. Si acaso, el recuerdo de su insistencia para que aceptara escribir sus memorias. Esta historia habría acabado ahí, en ese punto, en un recuerdo sin afecto. Pero un domingo de septiembre de 2008 leyó un artículo en El PAÍS, titulado "El cazador de rojos", dedicado a Pedro Urraca Rendueles, el hombre que llevó a la muerte a Lluís Companys y a otros republicanos españoles, colaborador de la Gestapo en Francia, un funcionario oscuro y sin escrúpulos que siguió activo hasta 1982. Era su abuelo. Y decidió investigar y exponer todo el daño que había causado.
"Habían pasado 20 años y Pedro era la última de mis preocupaciones", responde Loreto por escrito desde Estados Unidos. "Mi vida estaba centrada en mi familia, mi trabajo, lo normal de cualquier individuo. Al leer el artículo me sentí como un toro en la arena, despistado porque no sabe lo que le va a ocurrir, pero intuía que estaba expuesta a la vergüenza, al denuesto popular. También sentí mi intimidad violada porque hubiera preferido que el olvido borrara su huella. El apellido no es nada común y era consciente de que era fácil que me relacionaran con él, como ocurrió".
“La primera impresión que me llevé de mis abuelos fue repugnante”Dos años después, recibió la llamada de una periodista, Gemma Aguilera, autora del libro Agente 447 (RBA): "Había hecho una pequeña búsqueda en Internet y probaba suerte a ver si yo era la nieta. Para el 70 aniversario del fusilamiento de Companys quería publicar un reportaje. Me preguntó algo así como qué imagen tenía de él de cuando era pequeña y me mecía en sus piernas. La inocencia de la pregunta me soliviantó. ¿Había alguien que podía creer que Pedro había tenido alguna influencia en mi educación?, ¿que yo podía estar marcada por sus orientaciones políticas? Ese fue el detonante de que decidiera investigar su pasado".
Pedro Urraca fue un policía al servicio del régimen de Franco que hizo su trabajo en el exterior, durante la II Guerra Mundial en Francia y hasta los años 80 en Bélgica. Fue en 2006 cuando la tesis doctoral del historiador Jordi Guixé Corominas determinó que fue el hombre que detuvo a Lluís Companys, expresidente de la Generalitat, lo interrogó con ayuda de la Gestapo y lo trasladó hasta la frontera española, para después ser fusilado. Otros republicanos exiliados también cayeron en sus manos, como Julián Zugazagoitia, exministro del Interior, y Francisco Cruz Salido, exsecretario de Defensa, igualmente fusilados a su llegada a España. Urraca creó una red que le permitió investigar los movimientos de cientos de republicanos, además de localizar cuentas corrientes y el patrimonio de exiliados españoles en Francia.
Pedro Urraca vigiló a emigrantes españoles en Bélgica hasta 1982Su nieta Loreto dedicó años de trabajo en archivos franceses y españoles a investigar los pasos de su abuelo. Creó una página web donde depositó, entre otras informaciones, el listado de los 800 españoles cuyos nombres fueron citados en 268 informes elaborados por su abuelo y enviados a las autoridades franquistas.
Loreto aportó algunos descubrimientos sobre el trabajo de su abuelo. "Uno de los hechos más relevantes, hasta ahora desconocido e inédito", comenta, "es que mi abuelo contribuyó a que la Gestapo arrestara a Jean Moulin, el delegado del general Charles de Gaulle para unificar los movimientos de resistencia en Francia. Esta es la conclusión a la que he llegado contrastando documentos en distintos archivos y puede ser una sólida hipótesis para futuras investigaciones".
Pedro Urraca llegó a denunciar ante la Gestapo a personalidades de origen judío, como fue el caso de la pintora Antoinette Sachs, hecho que motivó que fuera denunciado por colaborar con los nazis y condenado a muerte finalizada la guerra. Pero Urraca huyó de Francia y se refugió en Bélgica con otra identidad y en funciones diplomáticas. La condena prescribió por una amnistía de 1958. En Bélgica, inició su carrera como un oscuro diplomático, una parcela de su pasado todavía por esclarecer. Por esa razón, su nieta Loreto alienta a los historiadores españoles a seguir su trabajo ahora que se cumplen hoy los 25 años de la muerte de su abuelo y sus expedientes, tanto en los archivos de Interior como en Exteriores, quedarán abiertos.
De las fichas policiales y de la documentación que su nieta ha podido recomponer se deduce que Pedro Urraca fue un servidor del Estado hasta, por lo menos, 1982. Por las notas extraídas de Interior se puede documentar que accedió al cargo de comisario principal sin necesidad de examinarse, recibió condecoraciones tales como la encomienda de la orden del Mérito Civil (1951) y la de la Orden de Isabel la Católica (1961). Después de jubilarse como policía siguió trabajando para el Ministerio de Asuntos Exteriores en un extraño puesto calificado como "comisario de estadística afecto al Alto Estado Mayor", una cobertura para investigar a emigrantes españoles. Fue nombrado vicecanciller en 1980. Percibió dos pensiones, regresó a España en 1986 y murió el 14 de septiembre de 1989.
Loreto todavía es capaz de recordar la primera imagen que tiene de su abuelo: "El día que cumplí 18 años, mi padre llamó desde Francia. Proponía conocernos y también presentarme a sus padres. Me costó aceptar. El encuentro fue muy tenso. La primera impresión que me llevé de mis abuelos fue repugnante. Él estaba completamente ciego y ella apenas veía. Se me acercaron mucho, me inspeccionaban, me palpaban, me tocaban y yo retrocedía con la carne de gallina". De su abuela tampoco guarda un buen recuerdo: "Mi abuela Hélène, o Elena como prefería hacerse llamar, era mala persona. Indiferente al sufrimiento ajeno y volcada en su interés personal y en su bienestar. Hizo todo lo posible para destrozar la relación de mis padres hasta que lo consiguió. Manipuladora, se aprovechó de la posición de su marido para conseguir sus fines".
Loreto ha vivido seis años destapando un pasado que lleva su apellido. "Me sentía sola, perdida y muy pequeña ante la rotundidad de lo que desvelan los documentos". Desde hoy ese pasado está abierto a otros investigadores.
El País
domingo, 21 de septiembre de 2014
SGM: Inicia Barbarroja
1941: Operación "Barbarroja"
El Ministro de Propaganda Joseph Goebbels alemán hace un anuncio de radio acerca de la guerra con la URSS (22 de junio 1941):
La gente en Moscú están escuchando el anuncio de guerra, aturdidos (22 de junio 1941):
La invasión más grande en la historia humana comienza. 4 millones de hombres apoyados por 600.000 vehículos y 750.000 caballos atacaron 3.000 línea kilométrica.
Foto: Soldados alemanes cruzan la frontera de la URSS (22 de junio de 1941):
El ataque alemán fue una completa sorpresa, y las pérdidas soviéticas iniciales fueron catastróficos. Después de los primeros 9 días de guerra la Luftwaffe destruyó 1.400 aviones soviéticos en el aire y de 3.200 en el suelo (40% de la totalidad de la fuerza aérea URSS), mientras que perdía sólo 330 aviones.
Foto: rusos I-16 cazas destruidos en el aeropuerto cerca de Minsk, Bielorrusia (junio de 1941):
A mediados de agosto, los soviéticos habían perdido 3.300 tanques, mientras que los alemanes perdieron 220, un sorprendente 15: 1.
Foto: El tanque ruso BT-2 y su tripulación muerta (julio de 1941):
Pero los más devastadores fueron pérdidas humanas. Para diciembre de 1941, la URSS había perdido 2,7 millones de soldados muertos y 3,3 millones capturado - la totalidad de su ejército antes de la guerra. Por cada soldado alemán perdió, los soviéticos perdieron 20.
Foto: Rendición de soldados soviétícos (Bielorrusia, julio de 1941):
Los tanques alemanes eran imparables. Durante los primeros 7 días de la invasión penetraron 300 kilómetros al territorio soviético - tercera distancia a Moscú:
"Blitzkrieg" iba bien. Los soldados alemanes se estaban divirtiendo.
Foto: un soldado alemán que presenta en la cabeza de un Stalin:
Pero con el tiempo los soviéticos recuperaron del susto, su resistencia se puso rígido y pérdidas alemanas comenzó acumulando. Si en agosto de 1941 el ejército alemán había perdido sólo 46.000 hombres, en diciembre el 25% de las fuerzas alemanas estaban muertos o heridos. Una foto única: Un soldado alemán fue fotografiado exactamente en el momento en que fue asesinado:
A similares famosa foto de Rusia "Muerte de un soldado":
El Ministro de Propaganda Joseph Goebbels alemán hace un anuncio de radio acerca de la guerra con la URSS (22 de junio 1941):
La gente en Moscú están escuchando el anuncio de guerra, aturdidos (22 de junio 1941):
La invasión más grande en la historia humana comienza. 4 millones de hombres apoyados por 600.000 vehículos y 750.000 caballos atacaron 3.000 línea kilométrica.
Foto: Soldados alemanes cruzan la frontera de la URSS (22 de junio de 1941):
El ataque alemán fue una completa sorpresa, y las pérdidas soviéticas iniciales fueron catastróficos. Después de los primeros 9 días de guerra la Luftwaffe destruyó 1.400 aviones soviéticos en el aire y de 3.200 en el suelo (40% de la totalidad de la fuerza aérea URSS), mientras que perdía sólo 330 aviones.
Foto: rusos I-16 cazas destruidos en el aeropuerto cerca de Minsk, Bielorrusia (junio de 1941):
A mediados de agosto, los soviéticos habían perdido 3.300 tanques, mientras que los alemanes perdieron 220, un sorprendente 15: 1.
Foto: El tanque ruso BT-2 y su tripulación muerta (julio de 1941):
Pero los más devastadores fueron pérdidas humanas. Para diciembre de 1941, la URSS había perdido 2,7 millones de soldados muertos y 3,3 millones capturado - la totalidad de su ejército antes de la guerra. Por cada soldado alemán perdió, los soviéticos perdieron 20.
Foto: Rendición de soldados soviétícos (Bielorrusia, julio de 1941):
Los tanques alemanes eran imparables. Durante los primeros 7 días de la invasión penetraron 300 kilómetros al territorio soviético - tercera distancia a Moscú:
"Blitzkrieg" iba bien. Los soldados alemanes se estaban divirtiendo.
Foto: un soldado alemán que presenta en la cabeza de un Stalin:
Pero con el tiempo los soviéticos recuperaron del susto, su resistencia se puso rígido y pérdidas alemanas comenzó acumulando. Si en agosto de 1941 el ejército alemán había perdido sólo 46.000 hombres, en diciembre el 25% de las fuerzas alemanas estaban muertos o heridos. Una foto única: Un soldado alemán fue fotografiado exactamente en el momento en que fue asesinado:
A similares famosa foto de Rusia "Muerte de un soldado":
sábado, 20 de septiembre de 2014
William Cooke, otro especimen del peronismo
El hombre que le discutía a Perón
Se cumplen hoy 46 años del fallecimiento de John William Cooke, una de las principales figuras del movimiento nacional en el siglo XX. Mucho podría hablarse sobre él, sobre su espíritu revolucionario, su coraje a prueba de balas, su crítica a la burocracia, su amistad con el "El Che", su singular condición de intelectual capaz de meterse, armas en la mano, en los conflictos de junio del 55 y en el de playa Girón en la Cuba, de 1961, de su militancia permanente y de su alto valor intelectual a veces no reconocido. Mucho también de su concepción acerca de la vida y la muerte que lo llevó –hace medio siglo– a donar sus órganos, hecho inusual en aquellos años. Así también acerca de su porfiado proyecto de construir una izquierda nacional dentro del gran movimiento nacional y prever el armado de una dirección revolucionaria que remplazase al General cuando este abandonase este mundo.
Pero más allá de todo esto, Cooke tuvo una peculiaridad que no cultivaron los hombres más calificados del peronismo de aquel tiempo (sólo quizás Arturo Jauretche), que consistió en discutirle, mano a mano, al jefe del movimiento, en puntualizar sus disidencias y marcarle los peligros de ignorar el futuro. En este sentido, sus cartas con Perón constituyen una cantera riquísima de enseñanzas. En ellas, Cooke se adelantó a plantear problemas que aún hoy acosan a la militancia peronista, a disipar incertidumbres, a evitar malentendidos y equívocos. Hoy, cuando en los corrillos y mesas de café se discute qué tiene Massa de peronista, cuál es el peronismo que se arrogan algunos punteros de Macri, hasta dónde llega el peronismo de Scioli o peor aún, cómo pudo Menem aplicar el Consenso de Washington, en nombre del peronismo, para destruir todo aquello que había concretado Perón, está presente "El Bebe", "El Gordo" Cooke.
Desde allá lejos –desde medio siglo atrás–, resuenan sus palabras al conductor: "Somos peronistas porque está Perón. Cuando Perón no esté, ¿que significará ser peronista? Cada uno dará su respuesta propia y esas respuestas no nos unirán, sino que nos separarán. Tal vez nos encontremos en los homenajes recordatorios, pero entre un partidario de las 'conciliaciones' que propugnan los obispos y un revolucionario, no hay campo de entendimiento: estamos en diferentes barricadas y como la lucha es muy aguda, no nos saludaremos como caballeros medievales sino que nos degollaremos, como corresponde a enemigos irreconciliables." Sólo Cooke se atrevió a advertirle a Perón que era mortal y que era necesario definir posiciones claramente para evitar que enmascarándose en las banderas peronistas, apareciesen los liberales retrógrados porque: "Si usted no ha hecho un pacto con el Diablo y como me temo, sigue siendo mortal, cuando usted desaparezca también desaparecerá el movimiento peronista, porque no se ha dado ni la estructura ni la ideología capaces de cumplir las tareas en la nueva era que ya estamos viviendo. No soy pesimista en exceso. Veo ese proceso como fatal pero no como inevitable. Fatal si seguimos con un jefe revolucionario y una masa revolucionaria, pero con direcciones conservadoras y apegadas –aunque declaren lo contrario– a los valores y procedimientos de la vieja política."
Sólo Cooke –peleando con los Matera, los Tecera del Franco, los Cafiero– se atrevió a advertirle al Jefe, que había que depurar al movimiento de los oportunistas, de los tránsfugas, de los obsecuentes. Frente al enorme potencial del movimiento, sostuvo vigorosamente que el "peronismo es el hecho maldito del país burgués", que "no es un partido de la burguesía ni una alienación de la clase trabajadora tal como la concibe un izquierdismo pueril. Fue el más alto nivel de conciencia a que llegó la clase trabajadora argentina. Hemos sido formidables en la rebeldía, la resistencia, la protesta, pero no hemos conseguido ir más allá porque, como alguna vez lo definimos –con gran indignación de los adoradores de mitos y de fetiches– seguimos siendo, como Movimiento, un gigante invertebrado y miope." Estas definiciones se incorporarán luego al lenguaje común de la política argentina, pues ellas definen las dos caras del movimiento: "El peronismo es el hecho maldito de la política del país burgués… El Peronismo es, como movimiento, un gigante invertebrado y miope."
"Concuerdo –le dirá Perón más de una vez– con sus excelentes juicios… Todo es consecuencia de los desmesurados apetitos de los que anhelan vender la liebre antes de cazarla." Pero "El Bebe" no dejará de contestarle: "…Mis argumentos, desgraciadamente, no tienen efecto; usted procede en forma muy diferente a la que yo preconizo y a veces, en forma totalmente antitética."
Pero, si echamos de nuestras filas a los obispos, a los generales, a los empresarios –le responderá Perón– ellos se fortalecerán en la derecha y nosotros seremos muy pocos para combatirlos. Y ahí reside la polémica que todavía nos debemos, aquello que en las cartas cruzadas entre Perón y Cooke quedó sin definir porque "El Bebe" se murió muy joven y porque el viejo General intentó reeditar el 45 cuando, merced a su táctica inteligente, logró regresar, pero ya muy enfermo y en una Argentina distinta a la de aquella del 17 de octubre.
Esa discusión está todavía pendiente, especialmente cuando hay tanto liberal conservador que esconde su viejo pelaje gorila, pero hay que saldarla porque se trata de la Argentina que queremos y cómo llegar a construirla, aquello que en última instancia ambicionaban tanto Perón como Cooke.
por Norberto Galasso
Fuente:
Diario Tiempo Argentino 19/9/2014
Dias de Historia
Se cumplen hoy 46 años del fallecimiento de John William Cooke, una de las principales figuras del movimiento nacional en el siglo XX. Mucho podría hablarse sobre él, sobre su espíritu revolucionario, su coraje a prueba de balas, su crítica a la burocracia, su amistad con el "El Che", su singular condición de intelectual capaz de meterse, armas en la mano, en los conflictos de junio del 55 y en el de playa Girón en la Cuba, de 1961, de su militancia permanente y de su alto valor intelectual a veces no reconocido. Mucho también de su concepción acerca de la vida y la muerte que lo llevó –hace medio siglo– a donar sus órganos, hecho inusual en aquellos años. Así también acerca de su porfiado proyecto de construir una izquierda nacional dentro del gran movimiento nacional y prever el armado de una dirección revolucionaria que remplazase al General cuando este abandonase este mundo.
Pero más allá de todo esto, Cooke tuvo una peculiaridad que no cultivaron los hombres más calificados del peronismo de aquel tiempo (sólo quizás Arturo Jauretche), que consistió en discutirle, mano a mano, al jefe del movimiento, en puntualizar sus disidencias y marcarle los peligros de ignorar el futuro. En este sentido, sus cartas con Perón constituyen una cantera riquísima de enseñanzas. En ellas, Cooke se adelantó a plantear problemas que aún hoy acosan a la militancia peronista, a disipar incertidumbres, a evitar malentendidos y equívocos. Hoy, cuando en los corrillos y mesas de café se discute qué tiene Massa de peronista, cuál es el peronismo que se arrogan algunos punteros de Macri, hasta dónde llega el peronismo de Scioli o peor aún, cómo pudo Menem aplicar el Consenso de Washington, en nombre del peronismo, para destruir todo aquello que había concretado Perón, está presente "El Bebe", "El Gordo" Cooke.
Desde allá lejos –desde medio siglo atrás–, resuenan sus palabras al conductor: "Somos peronistas porque está Perón. Cuando Perón no esté, ¿que significará ser peronista? Cada uno dará su respuesta propia y esas respuestas no nos unirán, sino que nos separarán. Tal vez nos encontremos en los homenajes recordatorios, pero entre un partidario de las 'conciliaciones' que propugnan los obispos y un revolucionario, no hay campo de entendimiento: estamos en diferentes barricadas y como la lucha es muy aguda, no nos saludaremos como caballeros medievales sino que nos degollaremos, como corresponde a enemigos irreconciliables." Sólo Cooke se atrevió a advertirle a Perón que era mortal y que era necesario definir posiciones claramente para evitar que enmascarándose en las banderas peronistas, apareciesen los liberales retrógrados porque: "Si usted no ha hecho un pacto con el Diablo y como me temo, sigue siendo mortal, cuando usted desaparezca también desaparecerá el movimiento peronista, porque no se ha dado ni la estructura ni la ideología capaces de cumplir las tareas en la nueva era que ya estamos viviendo. No soy pesimista en exceso. Veo ese proceso como fatal pero no como inevitable. Fatal si seguimos con un jefe revolucionario y una masa revolucionaria, pero con direcciones conservadoras y apegadas –aunque declaren lo contrario– a los valores y procedimientos de la vieja política."
Sólo Cooke –peleando con los Matera, los Tecera del Franco, los Cafiero– se atrevió a advertirle al Jefe, que había que depurar al movimiento de los oportunistas, de los tránsfugas, de los obsecuentes. Frente al enorme potencial del movimiento, sostuvo vigorosamente que el "peronismo es el hecho maldito del país burgués", que "no es un partido de la burguesía ni una alienación de la clase trabajadora tal como la concibe un izquierdismo pueril. Fue el más alto nivel de conciencia a que llegó la clase trabajadora argentina. Hemos sido formidables en la rebeldía, la resistencia, la protesta, pero no hemos conseguido ir más allá porque, como alguna vez lo definimos –con gran indignación de los adoradores de mitos y de fetiches– seguimos siendo, como Movimiento, un gigante invertebrado y miope." Estas definiciones se incorporarán luego al lenguaje común de la política argentina, pues ellas definen las dos caras del movimiento: "El peronismo es el hecho maldito de la política del país burgués… El Peronismo es, como movimiento, un gigante invertebrado y miope."
"Concuerdo –le dirá Perón más de una vez– con sus excelentes juicios… Todo es consecuencia de los desmesurados apetitos de los que anhelan vender la liebre antes de cazarla." Pero "El Bebe" no dejará de contestarle: "…Mis argumentos, desgraciadamente, no tienen efecto; usted procede en forma muy diferente a la que yo preconizo y a veces, en forma totalmente antitética."
Pero, si echamos de nuestras filas a los obispos, a los generales, a los empresarios –le responderá Perón– ellos se fortalecerán en la derecha y nosotros seremos muy pocos para combatirlos. Y ahí reside la polémica que todavía nos debemos, aquello que en las cartas cruzadas entre Perón y Cooke quedó sin definir porque "El Bebe" se murió muy joven y porque el viejo General intentó reeditar el 45 cuando, merced a su táctica inteligente, logró regresar, pero ya muy enfermo y en una Argentina distinta a la de aquella del 17 de octubre.
Esa discusión está todavía pendiente, especialmente cuando hay tanto liberal conservador que esconde su viejo pelaje gorila, pero hay que saldarla porque se trata de la Argentina que queremos y cómo llegar a construirla, aquello que en última instancia ambicionaban tanto Perón como Cooke.
por Norberto Galasso
Fuente:
Diario Tiempo Argentino 19/9/2014
Dias de Historia
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