viernes, 7 de diciembre de 2018

Biografía: Coronel Juan José Hernández

Juan José Hernández


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Coronel Juan José Hernández (1798-1852)

Nació en Buenos Aires el 13 de diciembre de 1798, siendo bautizado el mismo día a las 19 horas en la Catedral, por el cura canónigo Cayetano Roo, bajo el padrinazgo de su tío, el presbítero Bernardino Hernández y de su señora abuela. Fue su padre José Gregorio Hernández Plata, nacido en Jerez de los Caballeros, Obispado de Badajoz, Extremadura, España, el 17 de noviembre de 1760, quien llegó a esta ciudad el 2 de marzo de 1790, provisto de las correspondientes licencias para la contratación de Indias; y que el 11 de Junio de 1793 contrajo matrimonio con María Antonia de los Santos Rubio y Moreno, del cual nacieron doce hijos, entre ellos los después coroneles Juan José Luciano y Eugenio María, y también Pedro Pascual Rafael Hernández, padre del celebrado poeta José Hernández, autor del “Martín Fierro”.

Don José Gregorio fue comerciante, siendo propietario de una barraca de comercio en la zona sur bonaerense. Fue regidor del Cabildo de Buenos Aires y participó el 22 de mayo de 1810 en el histórico Cabildo Abierto. Murió en Buenos Aires el 26 de junio de 1820.

Juan José Hernández concurrió de niño a los colegios de su ciudad natal, cursando en ellos sus primeros estudios, pasando luego a España, donde se inició en la carrera de las armas. En su niñez había presenciado los épicos episodios de las invasiones inglesas, que hirieron vivamente su cerebro infantil. También dejaron señal indeleble en su espíritu los acontecimientos de mayo de 1810 y la partida del Ejército Auxiliar.

En 1814 realizó un viaje a Cádiz en compañía de su hermano Eugenio, a bordo de un buque a vela, el que empleó tres meses en su recorrido. Regresó en abril de 1818 a Buenos Aires, partiendo a los 21 días de su llegada nuevamente para el Viejo Mundo, por asuntos de familia. Regresó en 1819.

Se alistó como voluntario bajo las órdenes del entonces sargento mayor Angel Pacheco, durante el interinato de gobierno del coronel Manuel Dorrego, después del sitio que soportó Buenos Aires por las montoneras vencedoras en la Cañada de la Cruz. Entró a formar parte en clase de “aventurero” en el Batallón de Cazadores, cuando este cuerpo se pronunció en esta ciudad, el 9 de julio de 1820.

Con él marchó a campaña el día 18 del mismo mes a las órdenes de Dorrego, asistiendo a la toma de San Nicolás, el 2 de agosto; así como también a la batalla de Pavón, el 12 de este mes, en la que fue derrotado Estanislao López. Se encontró en la acción de Gamonal, o de “Cañada del Monte”, el 2 de setiembre de igual año donde fue batido Dorrego por el caudillo santafecino. Cinco días después, el 7 de setiembre de 1820, aquel Gobernador le extendía a Hernández despachos de teniente 2º agregado al Batallón 2º de Cazadores.

El 11 de abril de 1821 pasó a desempeñar su tenencia en la 5ª Compañía del cuerpo de referencia, y el 3 de julio del mismo año a su pedido, formulado el 25 de junio, fue destinado como teniente 2º a la 1ª Compañía del Regimiento “Húsares de Buenos Aires”, y a las órdenes de sus jefes: coroneles Domingo Saez y Antonio Saubidet se halló en el curso del mismo año en dos acciones de guerra contra los bárbaros, en la cañada del “Burro Muerto” a inmediaciones de la Guardia del Salto; saliendo herido el teniente Hernández en una de ellas. En octubre de 1821 pasó de guarnición a la Guardia del Monte, volviendo en abril de 1822 a la del Salto.

En octubre de 1822 ascendió a teniente 1º de la Compañía del 2º Escuadrón del Regimiento de Húsares, a la que pertenecía. Al año siguiente hizo la campaña hasta Tandil formando parte del ejército del gobernador Rodríguez, asistiendo a numerosas guerrillas que tuvieron lugar contra los indios, especialmente en Arroyo de los Huesos, Azul y Chapeleofú. Terminada la campaña, en noviembre de 1823 pasó a la 1ª Compañía del 1er Escuadrón de su Regimiento, que estaba mandado por el coronel Domingo Saez.

Bajo el mando de este Jefe asistió a la victoria de “Las Saladas” contra los salvajes; así como también a la del “Puesto del Rey”, a las órdenes del coronel Federico Rauch, en la que fue recomendado por haber asistido a pesar de hallarse bastante enfermo.

Participó en la segunda expedición a las órdenes del general Martín Rodríguez, en el primer avance que se dio hasta la Sierra de la Ventana “de este lado y en los diversos ataques –dice el coronel Nicolás Granada en informe fechado el 9 de octubre de 1832-, que en la retirada resistió de un modo recomendable el 2º Escuadrón en que el Jefe suplicante se hallaba, habiéndose distinguido por la firmeza y valor con que fue sostenida aquélla por dicho escuadrón, que cubría la retaguardia, sufriendo todos los ataques del enemigo”. Protegió la retirada de las fuerzas expedicionarias hasta las líneas de fortines que existían a inmediaciones de Tandil. Desde este último punto el Regimiento de Húsares regresó a la Guardia del Salto. Participó en la segunda expedición del coronel Rauch a la Sierra de la Ventana contra los indios, desde octubre de 1826 a enero de 1827, en la que tomaron parte cinco regimientos de caballería y un piquete del Batallón de Artillería.

El 3 de octubre de 1825 ascendió a ayudante mayor, y el 9 de octubre de 1826 fue promovido a capitán de la 2ª Compañía del 2º Escuadrón del Regimiento 5º de Caballería de Línea. Poco después se incorporó al ejército de operaciones contra el Brasil, asistiendo a la batalla de Ituzaingó, por lo que recibió el cordón de honor y el escudo discernido por el Superior Gobierno.

Con fecha 7 de enero de 1828 el gobernador Dorrego le extendió despachos de sargento mayor del Escuadrón llamado “Defensores del Honor Nacional”, cuerpo con el cual permaneció acampando un tiempo en la Isla de Martín García, hasta que marchó a incorporarse a las fuerzas en operaciones contra los imperiales. Sublevado dicho Escuadrón por las intrigas del general Rivera, este último tomó a su cargo la conquista de las Misiones Orientales, ocupadas por los brasileños; el sargento mayor Juan José Luciano Hernández marchó en julio de 1828 a formar parte del Ejército del Norte, que bajo el superior comando del general Estanislao López, debía operar contra los imperiales en el territorio de Misiones; prestando servicios en el Regimiento de Dragones desde el mes de setiembre, en Itaquí, sede de la comandancia en jefe de aquel Ejército, que ejerció el general Fructuoso Rivera hasta el final de la guerra, operando sobre San Borja, San Francisco y Cruz Alta. En el curso de la campaña, Rivera propuso a la Superioridad que otorgara a Hernández la jerarquía de teniente coronel, la que se le concedió más adelante.

Hernández participó en la lucha contra el general Lavalle, y el 1º de julio de 1829 fue dado de alta en la Plana Mayor del Ejército, en la que revistó hasta el 5 de octubre del mismo año, en que fue promovido a teniente coronel de caballería con antigüedad del 24 de junio de 1829; pasando a prestar servicios al Regimiento “Patricios de Buenos Aires”, cuerpo destacado a la sazón en la Guardia del Monte, acantonamiento que alternó con el lugar denominado la “Hacienda de Rodríguez”, en el curso del año siguiente.

El 26 de enero de 1830 marchó con su cuerpo a incorporarse a la División del Departamento del Norte, a las órdenes del coronel Angel Pacheco; obteniendo Hernández despachos de comandante del 2º Escuadrón de su Regimiento, el 1º de febrero de 1830.

Hizo la campaña de Córdoba contra el general José María Paz, asistiendo al combate de Fraile Muerto, el 5 de febrero de 1831, bajo el mando de Pacheco; y en el cual fue derrotada la vanguardia del ejército enemigo mandada por el coronel Pedernera. Hernández pasó el día 9 de aquel mismo mes, a comandar el 1er Escuadrón de su regimiento, a cuyo frente se halló en las jornadas de Calchín y Villa de los Ranchos, contra el ejército de Paz. Terminada la campaña, el 19 de julio de 1831 fue designado su edecán por Juan Manuel de Rosas; revistando desde esta fecha en la Plana Mayor de Edecanes.

Acompañó al Restaurador en su campaña al Desierto, en 1833, mandando el Escuadrón Escolta; asistiendo a la toma de la Isla de Choele-Choel y a otras operaciones de importancia que tuvieron lugar en aquella expedición. En noviembre del mencionado año se hallaba acampando en Salinas Chicas, y el 1º de enero de 1834 en Napostá; llegando a Buenos Aires en el mes de marzo del último año, pasando a revistar en la Plana Mayor del Ejército.

En enero de 1835 fue ascendido a coronel graduado y el 1º de marzo del mismo año fue nombrado comandante militar de Patagones, en reemplazo del teniente coronel Sebastián Olivera. El coronel Hernández se embarcó en el buque “Esperanza” para ir a hacerse cargo de su puesto. Hallándose en el ejército de este, recibió la efectividad de coronel el 4 de setiembre de 1838. Desempeñó la comandancia de Patagones hasta diciembre de 1841, en que regresó a Buenos Aires.

El 12 de abril de 1849 se le encuentra al coronel Hernández comandando el Batallón “Palermo”.

Desde esta fecha revistó en la Plana Mayor de Edecanes de Juan Manuel de Rosas y para la campaña de Caseros fue nombrado jefe de uno de los agrupamientos de infantería. Asistió a la Junta de Guerra convocada por Rosas la noche del 2 de febrero de 1852, y en la batalla del día siguiente, junto con el coronel Jerónimo Costa, Hernández tuvo a sus órdenes 8 batallones de infantería y varias piezas de artillería, que ocuparon el centro del dispositivo rosista. Combatiendo con denuedo por la causa que había sostenido por espacio de un cuarto de siglo, murió gloriosamente al frente de las tropas, cuyo comando se le había confiado.

El coronel Hernández halló la muerte en circunstancias en que trató de imponer la disciplina a sus tropas contagiadas por el ejemplo desalentador de otros cuerpos, y que empezaban a desbandarse. Sus propios soldados cometieron la infamia de volverse contra su Coronel y hacerlo víctima de su cobardía, acribillándolo a golpes de lanza. Sus restos quedaron en el campo de batalla, y allí hubieran permanecido abandonados hasta ser sepultados en montón, si su cuñado, el Dr. Antonio Marcó del Pont, no se hubiese impuesto la piadosa misión de ir a recogerlos y conducirlos hasta el Cementerio de la Recoleta, donde fueron inhumados. Según la tradición de familia, Marcó del Pont pudo identificar el lugar donde estaban los restos del coronel Hernández, gracias a la lealtad de un hermoso perro de este último, que le acompañó en la batalla, y muerto su amo, permaneció a su lado dos días, aullando tristemente, lo que permitió hallar el cuerpo de Hernández.

Casado con María Ignacia Reyna Correa de Silva, perteneciente a una antigua familia porteña, de este matrimonio nacieron dos mujeres y un varón: Manuela, Martina y Vicente Hernández.

Fuente

  • Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
  • Pérez Calvo, Lucio – Genealogía de don José Hernández, autor del “Martín Fierro”.
  • Portal www.revisionistas.com.ar
  • Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).

Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar

jueves, 6 de diciembre de 2018

Rosismo: Batalla de Rodeo del Medio (1841)

Batalla de Rodeo del Medio

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 General Angel Pacheco (1795-1869)

Las ruidosas manifestaciones populares que provocó en Buenos Aires el asesinato frustrado contra Juan Manuel de Rosas del 27 de marzo de 1841, llegaron al interior envueltas en el sentimiento enardecido de los partidarios; y fue ese sentimiento, puede decirse, el que precedió las marchas del ejército federal sobre el de la coalición del norte, a cuyo frente iban Lavalle, Lamadrid y Brizuela.

El día 22 de setiembre el ejército federal llegó al Retamo, distante doce leguas de la ciudad de Mendoza. El general Gregorio Araoz de Lamadrid se encontraba con el suyo en los potreros de Hidalgo, entre el Retamo y la ciudad, a 5 leguas de ésta. El 23 Lamadrid avanzó hasta la Vuelta de la Ciénaga, a dos leguas del enemigo. El general Angel Pacheco ordenó entonces al coronel Jorge Velasco que con algunos escuadrones y compañías de volteadores marchase a reconocer el número y posición de los unitarios, sin empeñar ningún combate. Pero ese jefe tuvo que retroceder porque Lamadrid le llevó personalmente una carga, la cual quizá habría comprometido a todas sus fuerzas si no hubiese sobrevenido la noche.

Al amanecer del día 24 de setiembre el ejército federal se puso en marcha por el lado opuesto del puente de la Vuelta de la Ciénaga, en busca del unitario que se hallaba como a quince cuadras de este lado del referido puente, próximo al Rodeo del Medio, y que simultáneamente con aquel movimiento, avanzó como dos cuadras y tendió su línea al frente del puente. La columna de Lamadrid, inclusive los reclutas agregados a última hora en los cuerpos, apenas alcanzaba a 1.600 hombres que él distribuyó así: derecha, dos divisiones de caballería al mando de los coroneles Angel Vicente Peñaloza y Joaquín Baltar; centro, 400 infantes y 9 piezas de artillería al mando del coronel Salvadores; izquierda, una división de caballería al mando del coronel Crisóstomo Alvarez, y la reserva encomendada al coronel Acuña.

Análoga era la formación de las fuerzas federales, con la diferencia de que éstas alcanzaban a 3.000 hombres de los cuales 1.800 eran de infantería en su mayor parte veterana. Pacheco colocó en su derecha una división de caballería compuesta del regimiento escolta, de un escuadrón del número 3 de Línea, de otro del número 6, y del escuadrón Rioja, todo a las órdenes del coronel Nicolás Granada. En el centro, mandado por el coronel Gerónimo Costa, el batallón Independencia, compuesto de 600 hombres, y dividido en dos de maniobra a las órdenes del coronel Jorge Velasco y del mayor Teodoro Martínez; 10 piezas de artillería al mando del comandante Castro; el batallón Defensores de la Independencia con su jefe el coronel Rincón y el de Patricios al mando del comandante Cesáreo Domínguez. En la izquierda dos escuadrones del Nº 2 de Línea con su jefe el coronel Juan Ciriaco Sosa; uno del Nº 6 al mando del comandante Anacleto Burgoa; el escuadrón Quiroga y el de San Luis, todos a las órdenes del coronel José María Flores. Y en la reserva el batallón Libres de Buenos Aires y las compañías de San Juan y Mendoza, confiadas al coronel Pedro Ramos.

La columna de Pacheco hizo alto al llegar al puente sin que entretanto Lamadrid hubiese avanzado lo suficiente para impedirla que desplegase a su frente, ametrallándola en el momento en que tentase el pasaje y sacando ventaja así del mayor número de sus enemigos. Pacheco supuso a Lamadrid mucho más próximo al puente de lo que éste realmente estaba, y tomó las mayores precauciones, adelantando al mayor Martínez con algunas compañías de cazadores, para que hiciera un prolijo reconocimiento del campo y de la posición de su enemigo, y colocando una batería que protegiera su pasaje. Iniciado apenas este movimiento, Lamadrid descubrió sus baterías, que debió reservar para el momento propicio del pasaje del puente, y que no le dieron otro resultado que el de hacerle conocer a Pacheco la verdadera posición que ocupaba y la necesidad de comprometer sus fuerzas en el pasaje. En efecto, Pacheco ordenó inmediatamente al coronel Gerónimo Costa que con dos batallones sostuviese el pasaje y sirviese de base para desplegar su columna. Costa se lanzó al desfiladero bajo un vivo fuego de cañón de parte a parte, y por su retaguardia pasaron los demás cuerpos de infantería y caballería desplegando frente a la línea de Lamadrid.



Contando con que su centro era inconmovible, Pacheco intentó flanquear la derecha de la columna unitaria, y con este objeto hizo correr sobre su izquierda el batallón Rincón y una batería de artillería. Lamadrid comprendió el movimiento y se propuso conseguir una ventaja a su vez sobre el ala derecha de su enemigo, sin inquietarse de la que éste pretendía, pues confiaba en la excelente caballería al mando del “Chacho” Peñaloza y de Baltar. Simultáneamente con aquel movimiento ordenó al coronel Alvarez que cargase a la división Granada, y a aquellos dos jefes que hiciesen otro tanto con la infantería que los amenazaba. Alvarez realizó brillantemente lo que se proponía Lamadrid, pues arrolló a Granada que tenía doble fuerza que la suya, y lo obligó a repasar el puente, sacándolo del campo de batalla. Mas no sucedió lo mismo con Baltar, quien se resistió a cargar, alegando que tenía delante una fuerte columna de infantería, y arrastró en su increíble desobediencia y en dispersión al bravo e ingenuo coronel Peñaloza, de quien aquél era, según el general Paz, alma, sombra, consejero y director. Esta desobediencia inaudita en un jefe como Baltar, que además de las responsabilidades del mando inmediato que se le había confiado, tenía las inherentes a las funciones de jefe de Estado Mayor, fue fatal para Lamadrid. Un esfuerzo de la caballería de la derecha unitaria habría producido un resultado análogo al obtenido por la de Alvarez. Las columnas de caballería federal habrían repasado el puente, envolviendo quizá a una parte de la infantería del centro, y Lamadrid podría haber aprovechado ese momento para aumentar la confusión de su enemigo, enfilando contra éste sus cañones y llevándole una carga decisiva con su infantería. Cuando quiso verificarlo, ya su derecha lo había hecho derrotar.

El coronel Salvadores y el comandante Ezquiñego llevaron una carga brillante sobre el campo federal, pero sus 400 infantes fueron acribillados por más de 1.000 veteranos que se rehicieron completamente sobre la derecha de Lamadrid. Se puede decir que ese puñado de infantes y esos pocos artilleros era lo único que quedaba en pie de la columna unitaria, pues la división Alvarez había sido llevada fuera del campo en el ímpetu de sus cargas, y la división Baltar había huido en dispersión sin combatir. Al retroceder Salvadores y Ezquiñego, vencidos por el número superior, Lamadrid reproduciendo sus romancescas proezas en la guerra de la Independencia, se precipitó sobre ellos, les dirigió varoniles palabras de aliento, y los formó todavía sobre los fuegos enemigos. Así se replegó con ellos en orden, bajo los fuegos del centro federal, y cuando la caballería de Flores comenzaba a envolverlo. Perdida ya toda esperanza, Lamadrid se retiró con los pocos hombres que le quedaban en dirección a Mendoza, dejando en el campo de batalla cerca de 400 hombres fuera de combate, 9 cañones, su parque y bagajes, y como 300 prisioneros, los que alcanzaron a 500 en la persecución que llevaron las partidas que Aldao había situado de antemano en los desfiladeros de la cordillera de los Andes.

En su retirada contuvo todavía una partida de caballería federal, cargándola personalmente con 7 de sus soldados. En seguida corrió a contener a sus dispersos para hacer menos desastrosa la derrota, mientras el coronel Alvarez hacía otro tanto con los restos de su columna. Así reunió unos 500 hombres, y pretendió caer nuevamente sobre los vencedores. Pero la desmoralización había cundido en la tropa, y fue preciso seguir camino de Chile por Uspallata, y a cordillera cerrada. Este pasaje por los Andes era una nueva batalla librada contra elementos que se desencadenas destructores e inauditos, allí donde el esfuerzo y el heroísmo humano son impotentes. A ellos fue a desafiar todavía Lamadrid, seguido de sus compañeros de infortunio, a la cabeza de los cuales iban los coroneles Crisóstomo Alvarez, Angel Vicente Peñaloza, Lorenzo Alvarez, Sardina, Avalos, Fernando Rojas, Salvadores, los comandantes Ezquiñego, Acuña y Alvarez.

Con la derrota del Rodeo del Medio concluyó la coalición del norte en las provincias de Cuyo.

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar
Saldías, Adolfo – Historia de la Confederación Argentina – Ed. El Ateneo, Buenos Aires (1951)

miércoles, 5 de diciembre de 2018

GCE: La guerra submarina en las costas de España

La guerra submarina en las costas de España




Mundo SGM

El 25 de Marzo de 2010, en el periódico la Nueva España (que es uno de los diarios que tenemos en Asturias) aparecía una noticia sobre el aeródromo de Jarrio (concejo de Coaña y perteneciente a nuestra bonita tierra), más conocido como aeródromo de Navia por estar cercano a ésta localidad. El campo se construyó a finales de 1936 y durante los años de la Segunda Guerra Mundial (SGM), tuvieron lugar dos aterrizajes forzosos: el de un Focke Wulf Fw-200 Condor alemán en 1941 y el de un Bell P-39 Airacobra norteamericano en 1943, de los cuales jossmar ya ha hablado en este foro.

Diréis: “¡menos rollo, Heinz!...¿qué tiene que ver esto con un submarino alemán?...¡vuelve a tu carro de combate!”…pero esta introducción es necesaria para explicaros lo que viene a continuación. Mi familia paterna proviene de Boal, que es un concejo vecino al de Coaña y, todavía, hasta hace pocos años, podías oír contar a los paisaninos de los alrededores la historia del avión alemán que había aterrizado en Jarrio “con muertos y heridos, y que los alemanes estaban con ametralladoras alrededor del avión, que era grandísimo y que no dejaban acercarse a nadie, bla, bla, bla…”.Del dicho al hecho hay un trecho. (Es curioso, por cierto, que del caza norteamericano no se acuerde nadie).

Todo esto viene a que la tradición oral en esta zona sobre anécdotas de la SGM en las que los protagonistas son los alemanes es muy intensa y confusa, repitiéndose siempre el suceso del Cóndor y el caso del submarino alemán hundido cerca de la playa de la Concha de Artedo, en Cudillero. Al leer el otro día ese artículo de la Nueva España, me vino de inmediato a la cabeza esta última historia y me dije: “¡ Coime!...¿será verdad?...voy a ver si hay algo de documentación por ahí, a ver qué saco en claro…”. Y aquí me tenéis.

La Concha de Artedo, por su posición privilegiada al resguardo de los vientos del lugar, es un sitio idóneo como punto de refugio ocasional, siendo probable que algún sumergible (ahora voy a empezar a hablar con propiedad, no se me vayan a enfadar Topp y los marineros del Foro), de caza por el Atlántico lo utilizara al igual que se usó durante la Guerra Civil española. Y digo probable porque aunque lo anterior no esté documentado, oralmente sí que hay registros. Y cuando el río suena…habrá que creerse algo, ¿no?, por lo menos un poquito. Aparte de la protección ofrecida por la cala, hay que darse cuenta de que la zona de la que hablamos tiene una orografía bastante abrupta y estaba alejada en aquella época de las manos de dios y del Gobernador Civil, siendo hasta hace pocos años la gran olvidada de Asturias en cuanto a infraestructuras (carreteras, hospitales, industrias, etc…) y teniendo muy poca población asentada. Resumiendo: un sitio ideal para esconderse sin que te vea nadie.

Concejo de Cudillero...


Fotos de la playa...




Buscando información por la red, te salen páginas en las que siempre se cuenta la misma historia, pero sin apoyarla con ninguna evidencia documental. Cada vez que leía algo más sobre el tema, más intrigado me quedaba, porque todo eran suposiciones y no había nada nuevo a lo que aferrarse. Encontré páginas de Turismo que hacían referencia a la “historia” del sumergible y algún que otro foro que hacía guiños superficiales al asunto, incluyendo uno en el que un “submarinista” friki contaba que el pecio estaba a dos millas de la costa (enfrente de su casa), que era un U-Boat alemán de la serie 500, etc, etc…pero que al final, en realidad, el friki no tenía ni idea de donde se hallaba éste ni de qué estaba hablando, fomentando más la “leyenda”. Con lo que la búsqueda se quedaba cada vez más desazonada…¿sería verdad lo del sumergible?...y si así fuera, un montón de preguntas hervían dentro de mi cráneo, chup, chup: ¿qué modelo era?...¿cuál era su numeral?...¿quién lo mandaba?...¿por qué se hundió?...y lo más importante…¿qué había comido la tripulación el día de autos?...todo un misterio.

Encontré dos sitios maravillosos, por cierto, cuyos enlaces los tenéis al final del artículo. En ellos venían Index sobre todos los sumergibles y submarinos construídos en la SGM por Alemania, con una cantidad exhaustiva de información sobre ellos, pero: ¡nada!, no aparecía el dichoso buque. Pregunté al patrón de un barco pesquero de Avilés (que está casado en Boal), por si habían tenido alguna vez problemas con las redes en esa zona debido a algún pecio no identificado (y agradecerle, claro, que hubiera preguntado el tema a otros patrones amigos), o que si con el sónar habían notado algo raro, pero…¡nada!...Por mediación de un compañero del trabajo, que tiene al hijo enrolado en un remolcador de altura de Gijón, que hace singladuras de vez en cuando por esos lares, me llegó el aviso de que, hasta el día de hoy, jamás se notó nada extraño durante las travesías por la Concha de Artedo. Miré TOOODOS los U- Boat’s alemanes, uno por uno, consultando su historial bélico, con fechas y coordenadas de hundimientos, pero…¡ Nada!, ninguno cercano al lugar. ¡ Qué desesperación, foreros, peeeero…!

Lo que sí encontré fue información sobre tres hundimientos de sumergibles durante nuestra Guerra Civil, y de un ataque e internamiento de otro durante la SGM, de los que os voy a dar ahora mismo buena cuenta de ellos.

Vamos a situarnos en los años de la Guerra Civil española. Hubo tres sumergibles, los B-6, C-5 y C-6, que debido a una serie de…digamos “problemillas”, acabaron con sus días por estas costas. El C-6 era un buque que pertenecía al bando republicano y que fue enviado al Cantábrico en 1937 para ver si tenía suerte y hundía a algún buque de guerra nacional. Cuando  a finales de Octubre de 1937 (y ante el avance de las tropas nacionales) los cargos políticos del Gobierno de Asturias, militares y allegados se agolparon en los muelles de Gijón para su escapada de la debacle, buscando plaza en barcos pesqueros y buques de guerra, el sumergible C-6 se encontraba en el puerto de El Musel. El 20 de Octubre, durante el transcurso de un fuerte bombardeo de aviación, sufrió averías que le imposibilitaron el sumergirse. Ante la dificultad de repararlo y para que no cayera en manos enemigas, le fue dado matarile por su dotación frente a la costa de Gijón, quedando hundido a 100 m. de profundidad. Muchos años después de la Guerra Civil, en 1947 según unas fuentes, y 1948, según otras, el C-6 se reflotó y al comprobar que su estado era más que deplorable, se le hicieron las reparaciones justas y necesarias para que aguantara su traslado a remolque hasta el puerto de El Ferrol, con el fin de condenarlo al soplete. Pero parece ser que éste no era el destino del buque, ya que durante la travesía, se rompió el cable de remolque y el sumergible hizo lo que su nombre genérico indica: se sumergió, pero esta vez más profundamente y sin posibilidad de recuperación, a unos 28 Km. de distancia de la Concha de Artedo, cerca del Cabo Peñas. El problema es que este segundo…hundimiento se produjo tres años más tarde de que acabara la SGM…¿sería éste el sumergible?.

Los sumergibles tipo C




El C-6



El sumergible republicano C-5 desapareció el 31 de Diciembre de 1936 en aguas del Cantábrico, habiendo zarpado del puerto de Bilbao con dirección a Asturias. El 1 de Enero de 1937 unos pesqueros avisaron haber encontrado una gran mancha de aceite a 11 millas al norte de Ribadesella (Asturias), siendo lo más verosímil que ésta perteneciera a dicho sumergible, ya que iba averiado por culpa de una “discusión” que tuvo con buques “nacionales”. Ribadesella queda bastante lejos de la Concha de Artedo, por lo que ya, de mano, se descarta este sumergible.

El sumergible B-6, también republicano, fue a buscar las llaves del fondo del mar al lado de las costas asturianas el 19 de Agosto de 1936, después de un “encontronazo” con un remolcador armado, un bou y el destructor nacional “Velasco”, a la altura del Cabo Peñas. Para evitar su captura, el mecánico de a bordo abrió las válvulas para inundarlo, dando tiempo primero a que la tripulación abandonara el buque. Todos meno él, que se quedó con el sumergible, no se sabe si porque quiso imitar a los viejos lobos de mar, acompañándolo en su destino, o porque no le dio tiempo a escapar. Como es curioso que haya documentos gráficos de su hundimiento, voy a poner una “afoto”

El B-6


Hundiéndose



Resumiendo: tenemos en la franja costera asturiana tres sumergibles hundidos cerca del litoral. Uno, el C-5, descartado, por estar bastante lejos de la Concha de Artedo y los otros dos (el C-6 y el B-6), a una distancia de entre 25 y 30 Km, como podemos ver en el mapilla que pongo. ¿Será uno de los dos anteriores?...si la historia popular hubiera arrimado a uno de los dos un poco más cerca de la Concha…pero de ahí a estar en sus inmediaciones…en fin.

Mapa



Si alguien quiere profundizar un poco más el tema de los sumergibles republicanos en el Cantábrico, durante la guerra Civil española, aquí tiene un magnífico artículo de nuestro TITUS 20050:


Los U-Boat alemanes hundidos en el Golfo de Vizcaya en el período 1941 – 1944, y más cercanos a la Concha de Artedo, están situados a más de 80 millas (cerca de 160 Km.) de distancia del lugar (tomando un radio cuyo centro esté en la Concha), por lo que también eliminamos, de vez, la nacionalidad alemana del supuesto pecio (si existiera), por lejanía al sitio al que nos referimos.

 Los U-Boats



¡Hombre!...hay unos cuantos sumergibles alemanes de los que no se sabe nada de nada en cuanto a su desaparición, siendo estimativo el lugar del presunto hundimiento, pero ya sería casualidad de la buena el que le tocara a uno de éstos ser el U-Boat fantasma cercano a la playa. En este hipotético caso, me remito a los contado por submarinistas reconocidos (ver en enlace de una entrevista a Pelto) y por la ausencia de ecos de sonar en la zona que tengan que ver con un pecio sin identificar.

Sí que hubo un sumergible italiano clase Marconi, el “Luigi Torelli”, con base en Brest (Francia) que en la noche del 3 al 4 de Junio de 1942  fue atacado por un avión Wellington a 70 millas al norte de Gijón, siendo alcanzado y teniendo que dirigirse con urgencia, debido a las averías, hacia las cercanas costas asturianas. A la altura del Cabo Peñas embarrancó, siendo descubierto por las autoridades españolas y remolcado al cercano puerto de Avilés. Este suceso es lo más próximo, por fecha a la “leyenda”, pero claro: ni el buque es alemán, ni fue hundido cerca de la Concha de Artedo ni nada…aunque ya comentamos que el Cabo Peñas está entre 25 y 30 Km. de distancia por mar, y en línea recta, de la Concha…¿sería éste el sumergible?.

Aquí el Luigi Torelli...en Burdeos


Los hundimientos...



También encontré una página del periódico ABC dedicada a Cudillero y a la Concha de Artedo, escrita por un “corresponsal en España” que parece ser conocía bastante bien la zona. Aquí se comenta el uso de la cala por sumergibles durante las dos Guerras Mundiales, pero que no cuanta nada sobre un U-Boat alemán hundido durante la SGM. El periódico es de 1954, por lo que uno llega a la conclusión de que el mito del pecio del sumergible debería ser posterior a esta fecha, cuando ya la memoria “histórica”, debida al paso de los años, está tan difuminada y confusa que vale hasta mezclar churras con merinas, como creo que ha sucedido en este caso.

En suma: una vez analizado todo la anterior, se puede vislumbrar una posibilidad que justificaría, en cierto modo, la “historia” a la que nos referimos: durante los primeros años de la SGM, la población de la zona oiría las noticias sobre la dura batalla que se estaba librando entre U-Boats, aviones y otros buques en el Golfo de Vizcaya. Los hundimientos de sumergibles alemanes en lugares relativamente cercanos a las costas gallegas fomentaría la imaginación de los lugareños, asociando los hechos ocurridos durante nuestra Guerra Civil con los que se estaban produciendo en esos momentos, naciendo entonces la “leyenda” al mezclar sumergibles, hundimientos, alemanes, calas ocultas y puede que hasta incluyendo en el paquete los casos que comentábamos en párrafos previos. Seguramente asociarían todo lo anterior con las historias que se contaban sobre los pecios de la Guerra Civil, mezclándolo todo. Y ya se sabe cómo es la gente y como funciona la red de mitos, sean urbanos o no.

Con lo que, y sin tener más información a mano, creo llegar a la triste conclusión de que no hay ningún “submarino alemán” hundido ni cerca de la playa de la Concha de Artedo, ni en sus inmediaciones; que la historia que se cuenta por ahí no deja de ser un mito que ha crecido con el paso de los años y que, lo más probable, es que la mezcla de datos sea la culpable de semejante confusión entre los paisanos del contorno. Además, si estuviera el pecio cerca de la playa, como se cuenta, es raro que nunca se haya intentado reflotarlo, como pasó con otros sumergibles hundidos en nuestras costas…o que submarinistas de los buenos, que teníamos y tenemos muchos en Asturias, no hayan encontrado nunca, durante sus inmersiones algo parecido.

Yo he quedado medio convencido de ello. También tengo que decir que me da un poco de pena el que la “leyenda” se haya “medio acabado” para mí. La verdad es que hay algo en mi interior que se niega a admitir los hechos que he desarrollado, pensando que tal vez no encontré la documentación adecuada. Pero, lo que hay es lo que hay. Cuando vuelva a pasar en coche (que lo hago a menudo) por el viaducto de la Concha de Artedo y mire hacia el mar…¡ quién sabe!. Igual seguiré imaginando que hay un sumergible alemán escondido en uno de sus fondos, esperando junto con su tripulación a que alguien les haga el favor de contar su historia.

En el caso de que no hubiese sabido buscar la información en los lugares correctos, rogaría a algún forero “sardinero”, (como diría nuestro Richard Chesnaye) que tomase el relevo por si aparece algo en lo que yo no me haya fijado, o que aportara nuevos datos para seguir investigando sobre el tema, si es que hay material para hacerlo….Y, por último, si algún día venís por Asturias, una de las zonas que debéis conocer es el Occidente de esta tierrina. No quedaréis desilusionados, no…¡ y además se come bien!.

Saluten!!

He buceado (glú, glú) en lo más profundo de estas fuentes:

Sobre la Concha de Artedo:
http://www.el-caminoreal.com/bd/Asturias/Playas/admin%20playas/cudillero/ARTEDO2.jpg
http://www.casasrurales.com/guia-turismo/concha-artedo-enclave-protegido.php?id=49
http://club-mola-mola.blogspot.com/search/label/submarino
http://www.google-earth.es/foros.php?t=4635
http://www.google.es/search?hl=es&source=hp&q=lugar+hundimiento+submarino+c-6&btnG=Buscar+con+Google&aq=f&aqi=&aql=&oq=&gs_rfai
Sobre sumergibles alemanes:
http://www.uboat.net/boats/u508.htm
http://www.u-historia.com/
Sumergibles españoles:
http://www.foro3d.com/attachments/39893d1165064081-submarino-clase-c-clase-c.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Submarino_C-6
http://es.wikipedia.org/wiki/Submarino_C-5
http://es.wikipedia.org/wiki/Clase_C_(submarino
http://es.wikipedia.org/wiki/Clase_B_(submarino
http://www.telecable.es/personales/submarinos/dirase/dirase.htm
http://uboat.freehostia.com/azkasturias/cseisa/cseisa.htm
Sumergible italiano:
http://www.xente.mundo-r.com/uboat/torelli/torelli.htm
Noticias de periódicos:
(Pelto, un submarinista ejemplar)
http://www.lne.es/centro/2010/01/05/ultima-entrevista-pelto/855847.html
Diario ABC
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1954/09/23/021.html
Temas varios:
(Para sonreirse un poco)
http://www.elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?f=76&t=827

Por cierto, como no tenía muy claro donde postear el tema, lo hice aquí; pero igual el moderador tiene más claro en donde situarlo correctamente.

martes, 4 de diciembre de 2018

SGM: Esclavas sexuales en el conflicto

Esclavas sexuales en Alemania, Italia y Japón durante la Segunda Guerra Mundial

Javier Sanz — Historias de la Historia




Cuando en abril de 1945 los rusos liberaron el campo de Ravensbrück en Alemania, el más grande creado para mujeres, parecía que terminaba el horror para ellas, pero no fue así. Además de lo ocurrido en el resto de campos (hambre, enfermedades, asesinatos, vejaciones, esterilizaciones y experimentos), en Ravensbrück había pasado algo más, y sus protagonistas decidieron callarlo. ¿Qué ocurrió?

Desde su apertura en mayo de 1939 hasta su liberación, más de 130.000 mujeres de diferentes nacionalidades pasaron por aquel horrible lugar. Al contrario que en el resto de campos, en Ravensbrück las mujeres judías eran una minoría; la mayoría de las recluidas habían llegado allí por los “delitos” de ser comunistas, opositoras al régimen nazi, gitanas o calificadas por las SS como de conducta asocial (prostitutas). Con el transcurso de la guerra, a Ravensbrück también llegaron prisioneras de guerra y mujeres capturadas por participar en la resistencia de los países ocupados o directamente en el frente. Horror, desesperación, muerte… y mucha solidaridad y apoyo entre ellas para seguir vivas y proteger a sus hijos en la medida de sus posibilidades.




Mujeres en el campo de Ravensbrück

Tras más de cuarenta años de silencio por la vergüenza y la humillación, se descubrió que aquel campo también había sido el lugar de “reclutamiento” para los burdeles que se crearon en los campos nazis a partir de 1942. En total, se abrieron diez burdeles, el mayor de ellos en Auschwitz, donde llegaron a “trabajar” hasta 21 mujeres a la vez. El último prostíbulo se abrió a principios de 1945, poco antes del fin de la guerra. Y no nos referimos a violaciones en territorios ocupados o prostitución forzada para la satisfacción de los soldados —una constante en cualquier conflicto bélico y de lo que hablaré más tarde—, sino de burdeles para incentivar y recompensar a los prisioneros que trabajaban en las fábricas de armamento.





Irma Grese

Cuando las SS visitaban Ravensbrück para hacer la selección de las mujeres que se enviarían a los campos, iban acompañados de la supervisora del campo, Irma Grese. Esta joven, de apenas 19 años y cara angelical, destacó por su crueldad y sadismo ganándose el sobrenombre de “la bestia bella” o “el ángel de la muerte“. Durante el proceso de selección se seguían criterios de presencia y salud, descartando a las enfermas y las musulmanas (así llamaban a las prisioneras famélicas o demacradas), y también prevalecía la raza, es decir, se seleccionaban alemanas para los alemanes o eslavas para los eslavos —las judías quedaban descartadas, ya que su final era las cámaras de gas—. Algunas obligadas, otras engañadas bajo la promesa de ser liberadas en seis meses, las mujeres eran adecentadas, se les daba alguna ración de comida extra y eran llevadas a los diferentes campos donde debían “trabajar” desde las ocho de la tarde a las diez de la noche. Los prisioneros “premiados” debían pasar un reconocimiento médico para descartar alguna enfermedad venérea antes de pasar a los habitáculos. Transcurridos quince minutos, sonaba una campana y los hombres debían abandonar el recinto para que otro ocupase su lugar —ocho o diez hombres al día por cada una de las mujeres—. Transcurridos los seis meses… eran devueltas al campo Ravensbrück, donde llegaban rotas, humilladas y con la mirada perdida. Ya no eran mujeres, eran fantasmas. Tanto aquellas mujeres humilladas como los prisioneros que participaron, avergonzados por formar parte de aquel miserable episodio, callaron durante más de 40 años pensando que el tiempo y el silencio harían más fácil poder sobrevivir con aquel estigma grabado en su conciencia. Los nazis tuvieron la capacidad de convertir a los prisioneros en verdugos de las mujeres.





Comfort women

Caso aparte, como he dicho anteriormente, fueron los burdeles militares establecidos en los países ocupados. Miles de mujeres de Corea, China, Filipinas… se vieron obligadas a prestar servicios sexuales a los militares del Ejército Imperial japonés. Fueron las llamadas comfort women (mujeres consuelo). Las mujeres jóvenes de países bajo el control japonés eran secuestradas de sus hogares o engañadas con falsas promesas de trabajo. Una vez reclutadas, eran encarceladas en comfort stations, auténticos prostíbulos, donde eran obligadas a satisfacer las necesidades de los soldados japoneses. Muchos negaron la existencia de este tipo de esclavitud, otros llegaron a justificarlo con argumentos tan peregrinos y miserables como aumentar la moral de las tropas, para evitar masivas violaciones, prevenir la propagación de enfermedades de transmisión sexual… Todo permaneció oculto hasta que en 1991 la coreana Kim Hak-Soon, ya con sesenta y tres años, no pudo aguantar más y contó al mundo la existencia de las comfort women.





Kim Hak-Soon

Investigaciones posteriores y un informe de la Oficina de Guerra de EEUU confirmaron los datos de Kim. El citado informe americano dejaba claro que no era un hecho puntual, sino que todo estaba perfectamente regulado:


Soldados. Horario: 10:00-17:00 Precio: ¥ 1,50 Tiempo: 20 a 30 minutos

Suboficiales. Horario: 17:00-21:00 Precio: ¥ 3,00 Tiempo: 30 a 40 minutos

Oficiales. Horario: 21:00-24:00 Precio: ¥ 5,00 Tiempo: 30 a 40 minutos

Miércoles — Día de descanso semanal y examen físico.

Ese mismo año se creó el Consejo Coreano para las Mujeres Reclutadas para la Esclavitud Sexual por Japón que exigía: admitir la existencia de las esclavas sexuales, una disculpa pública, un monumento homenaje a las víctimas y que las supervivientes y las familias de las víctimas recibiesen una compensación. A fecha de hoy, todavía siguen esperando…

Y terminaremos este terrible capítulo de la Segunda Guerra Mundial con las violaciones masivas producidas en Italia.


Si ganan esta batalla, durante cincuenta horas serán los dueños absolutos de todo lo que encuentren más allá de las filas enemigas. Nadie les castigará por lo que hagan, nadie les pedirá explicaciones por lo que cojan…

Esta fue la arenga que soltó el general francés Alphonse Juin a las tropas coloniales del Cuerpo Expedicionario Francés (FEC) poco antes de derrotar a los alemanes en la batalla de Montecassino (Italia). Y se lo tomaron al pie de la letra.





Alphonse Juin

Después del desembarco en el sur de Italia, y desde su base en Nápoles, el objetivo de los Aliados era llegar hasta Roma para liberarla. Eran algo más de 200 Km, pero las condiciones climatológicas (invierno de 1943) y la efectiva resistencia alemana basada en sucesivas líneas defensivas dificultaron el avance. La más importante de estas líneas defensivas era la llamada Línea Gustav —a unos 100 Km de la capital—, cuyo eje principal estaba situado en la localidad de Cassino y, sobre todo, en el Monasterio benedictino de Montecassino, situado en una colina de 1.100 metros. Hicieron falta cuatro meses (de enero a mayo de 1944) y varios ataques para derrotar a los alemanes atrincherados en las ruinas del monasterio, en los que tuvieron especial protagonismo los Ghurkas nepalíes y los Goumiers del norte de África. El nombre de Goumiers se dio originalmente a las tropas irregulares tribales que luchaban como aliados con el ejército francés en la década del 1900 en el sur de Argelia; más tarde, pasaría a designar a las tropas coloniales marroquíes del Cuerpo Expedicionario Francés. Y fueron estos Goumiers los que tomaron al pie de la letra la miserable arenga del general Alphonse Juin. Incluso se llegó a acuñar un término para lo que allí ocurrió: Marocchinate, violaciones masivas llevadas a cabo por los Goumiers contra civiles de ambos sexos y de todas las edades después de la batalla de Montecassino… con el beneplácito de los oficiales del FEC.





Goumiers

Según Emiliano Ciotti, presidente de L’Associazione Nazionale Vittime delle Marocchinate…


A partir de los numerosos documentos recogidos hoy podemos decir que hubo al menos 20.000 casos de violaciones. Sin embargo, esa cifra no refleja la realidad, ya que varios informes médicos de la época advierten que un tercio de las mujeres violadas, ya sea por vergüenza o pudor, optaron por no denunciar. ¿Cómo hacer una evaluación general de violaciones cometidas por el Cuerpo Expedicionario Francés, que comenzó sus actividades en Sicilia y terminó a las puertas de Florencia? [Aunque el término Marocchinate se acuñó tras la batalla de Montecassino, fueron muchas las poblaciones que recibieron la visita de los goumiers] Podemos decir, sin riesgo a equivocarnos, que hubo un mínimo de 60.000 mujeres violadas, y muchas de ellas en varias ocasiones.

Los informes médicos corroboraron la brutalidad con la que se emplearon, señalando laceraciones vaginales, anales y de las cuerdas vocales por las penetraciones, dientes rotos para evitar el mordisco de las víctimas, empalamientos y castraciones —reservados especialmente para los hombres que trataron de defender sus esposas, madres o hijas—, mutilaciones… y las infecciones de sífilis, gonorrea y otras enfermedades de transmisión sexual — solo el uso de la penicilina estadounidense salvó estas zonas de una epidemia—. Alberto Terilli, el párroco de Esperia, fue torturado y sodomizado por tratar de salvar a tres mujeres. El general Alphonse Juin nunca condenó la violencia cometida por sus propios soldados.

El 18 de junio de 1944 el Papa Pío XII instó a Charles de Gaulle a tomar medidas. Un año más tarde, los tribunales franceses habían procesado a 360 marroquíes por lo ocurrido en tierras italianas, pero aquello no era ni la punta del iceberg. El 26 de noviembre de 2004, el presidente de una asociación de ex combatientes marroquíes, Ahmid Benrahhalate, se disculpó oficialmente por lo ocurrido en Montecassino.





Fotograma de “La ciociara”

En 1957 Alberto Moravia publicó La ciociara, la historia de dos mujeres, Cesira y su hija Rosetta, que luchan por sobrevivir en la Italia ocupada. Tras la liberación de la Ciociaria, donde se habían refugiado, su hija fue brutalmente violada por los goumiers. En 1960 Vittorio De Sica llevó la novela a la gran pantalla con La ciociara (“Dos mujeres” en España) y Sophia Loren recibió el Óscar a la mejor actriz, la primera vez que se entregó ese premio a alguien que hubiese actuado en una película en lengua no inglesa.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Guerra mexicano-estadounidense: USMC asalta los salones de Moctezuma

Asalto a los "Salones de Moctezuma"





Después de la batalla de Churubusco en la Guerra de México el 20 de agosto de 1847, el General Santa Anna de México engañó al General Scott de los Estados Unidos en dos maniobras desfavorables. Primero, accedió a declarar una tregua para establecer negociaciones de paz, pero esto fue un engaño. Aun cuando Santa Anna vendió suministros a los invasores estadounidenses, reforzó silenciosamente su ejército a 18,000 hombres mientras que la fuerza estadounidense se redujo a 8,000 efectivos.





El segundo truco fue pasar la falsa inteligencia al general Scott. Santa Anna llevó a Scott a creer que en Molino del Ray, la fortaleza al oeste de la Ciudad de México y una milla al oeste de la Colina de Chapultepec, albergaba una fundición de cañones donde estaban fundiendo campanas de iglesias de bronce para convertirlas en cañones pesados. Los estadounidenses atacaron a Molino, y se convirtió en una victoria costosa en la que murieron 750 estadounidenses, y cada estadounidense herido que quedaba fue asesinado por los mexicanos. Después de la inspección, Scott descubrió que allí no había fundición. Las fuertes pérdidas en Molino llevaron a las seis compañías de infantes de marina de los Estados Unidos a la batalla.

La ciudad de México era un objetivo formidable. Rodeado de pantanos y con aproximaciones a través de ocho calzadas, Scott enfrentó obstáculos similares a los que Cortés había experimentado 329 años antes. Dado que el enfoque del sur a la capital estaba fuertemente fortificado, el plan estadounidense era atacar desde el oeste a los dos garitos o puertas de la ciudad. Cada garito se erizó con un cañón colocado para rastrillar el camino. La línea de Scott entonces era Molino, luego Chapultepec, luego las dos puertas que conducían a la ciudad. Una calzada fue la Garita de Belén, otra se dirigió hacia el norte dos millas hacia la Garita de San Cosme.

La colina de Chapultepec, a 200 pies sobre la llanura circundante, tenía 600 yardas de ancho, estaba rodeada por una zanja y una pared de 12 pies, y coronada por un palacio que se había convertido en una escuela militar. Fue fortificado en una fortaleza improvisada cuando los estadounidenses avanzaron en la capital.

El castillo había sido una vez un recurso de los príncipes aztecas. La colina era muy empinada, excepto por una pendiente en el oeste donde los marines decidieron atacar. Tenía una barricada con bolsas de arena en la entrada, y la ladera de la colina estaba minada con cargas que estaban fundidas para ser sacadas de la fortaleza.

Los generales Scott y Worth consideraron la fortaleza como inexpugnable. A pesar de que era vulnerable al bombardeo estadounidense, ambos oficiales se mostraban sombríos ante la perspectiva, y el General Worth pensó: "seremos derrotados". La colina era un objetivo temible para el asalto, pero si es tomada, el ejército podría entonces pasar a las calzadas que conducen a la capital.

Se organizaron dos asaltos de 250 hombres cada uno. Los marines fueron asignados a la 4ta División comandada por el General de Brigada del Ejército John Quitman, un Mississippi. Los estadounidenses salieron de la cubierta arbórea y se enfrentaron a la ladera minada que conducía al muro de contención de la terraza del castillo.

A las 8 a.m. del lunes 13 de septiembre, comenzó el ataque. Los hombres de Quitman atacaron el lado sur de Chapultepec. El capitán Silas Casey dirigió un grupo de asalto de 120 soldados e infantes de marina cuidadosamente seleccionados bajo el mando del comandante de la Marina Levi Twiggs, y 40 infantes de marina comandados por el capitán de la Infantería de Marina John Reynolds. Se enfrentaron a 1,000 tropas mexicanas dentro de la fortaleza.


Marines de los Estados Unidos que asaltan el castillo de Chapultepec bajo una gran bandera estadounidense.

Los salones de Moctezuma

Chapultepec, también conocido como "el castillo", fue un antiguo santuario mexicano, así como una fortaleza reciente. Trescientos años antes de la guerra de los Estados Unidos, este había sido el palacio de verano, repleto de fuentes, de Moctezuma, el emperador azteca. En 1783, un virrey español construyó una nueva ciudadela sobre las ruinas del antiguo palacio. Rodeada por un enorme muro de contención había una amplia terraza que permitía una excelente colocación de cañones.

Alrededor de 1840, los mexicanos hicieron esta estructura en su Academia Militar Nacional. Al igual que en West Point, los jóvenes cadetes aprendieron artes militares con sus uniformes grises y gorras azules con borlas. Cerca de un centenar de cadetes, aunque recibieron la orden de evacuar su escuela, se quedaron y lucharon con orgullo para defender este monumento a la historia de México.

Seis cadetes se convirtieron en el niño héroe de Chapultepec. Los que murieron fueron: Vicente Suárez, de 13 años; Francisco Márquez, 14; Fernando Montes de Ora, 17; Agustín Melgar, de 18 años; Juan de la barrera, 20; y Juan Escutia, 20.

Según los informes, el cadete Escutia tomó la bandera de la Academia de su personal, la envolvió alrededor de su cuerpo y se arrojó valientemente a su muerte en las rocas debajo del castillo en lugar de ver la bandera entregada a los estadounidenses.

Dos de las armas de Chapultepec pronto fueron desactivadas por el fuego de la batería estadounidense, y los soldados mexicanos descorazonados comenzaron a desertar. De la terraza salía una lluvia asesina de uvas y mosquetería. El general Pillow recibió un golpe en el tobillo, pero toda la fuerza estadounidense fluyó sobre el reducto. Los estadounidenses pudieron cortar la línea de polvo de lona que llevó a las minas y ninguna explotó.

Los infantes de marina lucharon por el empinado lado sur, luchando mano a mano con bayonetas y rifles apiñados. El cabo Hugh Graham y cinco marines fueron muertos.
Casey y Twiggs cayeron heridos, este último fatalmente, y se detuvieron a 200 metros de las armas. Las escalas escalonadas finalmente llegaron a los norteamericanos. Cruzaron la zanja y su primera ola fue cortada por los mexicanos. Se elevaron tantas escaleras, aparentemente a la vez, que 50 hombres estaban al día. "Y con un grito de victoria, el gran cuerpo de tropas se precipitó sobre" las paredes y ganó el castillo.

Los estadounidenses dieron vuelta a las armas mexicanas, aliviando la presión sobre la columna de Quitman. Los mexicanos retrocedieron y los estadounidenses cargaron contra las puertas principales del castillo. Los mexicanos huyeron a toda prisa que "saltaron por el lado este de la roca, independientemente de la altura".

Los jóvenes cadetes que se habían negado a abandonar la escuela lucharon hasta el final. Los seis niños fueron asesinados, como dijo un corresponsal estadounidense, "luchando como demonios". Se los llamaría Los Niños Heroicos, los niños heroicos.

Los oficiales mexicanos que observaban su derrota a distancia decían: "Dios es un yanqui", cuando los estadounidenses de ambos lados llegaron al castillo. A las 9:30 a.m., una bandera estadounidense fue levantada sobre la fortaleza.

El capitán de marina George Terrett dirigió al teniente primero John Simms, al teniente segundo Charles Henderson (hijo del comandante), y a 36 hombres para bordear las alturas y perseguir al enemigo en retirada hacia el noreste, hacia la propia ciudad. Terrett y sus marines corrieron por la carretera bajo fuego pesado. Veinte soldados de infantería, encabezados por el teniente Ulysses S. Grant, el futuro general y presidente estadounidense, se unieron a ellos mientras se abrían camino por la calzada de San Cosme. Eran la punta de lanza del contingente del ejército.

Las bajas fueron severas hasta que los estadounidenses recordaron la táctica que usaron en Monterrey, abriéndose camino a través de las paredes de los edificios y arrastrando sus armas a través de ellos. Esta táctica también les permitió disparar desde los techos.

Los bichos del general Worth sonaban evocadores. Terrett volvió a informar, pero Simms y Henderson atacaron con 85 hombres. La puerta estaba muy fuertemente defendida para depender solo de un ataque frontal, por lo que los Tenientes de la Marina Simms y Jabez Rich llevaron a siete infantes de marina a atacar desde la izquierda. Cuatro fueron alcanzados. Henderson, herido en la pierna, atacó desde el frente. Dos hombres más fueron golpeados, pero juntos, los dos grupos tomaron la puerta de San Cosme mientras caía la oscuridad.

Vale la pena sonar de nuevo el recuerdo y los marines y soldados se retiraron. Seis marines habían sido asesinados. Una vez que Chapultepec cayó, Quitman movió su división bajo fuego hacia el este en la calzada de Belén con el batallón de Marines justo detrás de un regimiento de Carolina del Sur. En la puerta de Belén, fueron detenidos por el fuego enemigo y el soldado de marina Tom Kelly fue asesinado. Finalmente, a la 1:20 p.m., los marines y la infantería llevaron la puerta. Al amanecer del día 14, Quitman y Worth se prepararon para atacar la ciudad a través de las dos entradas, pero Santa Anna ya se había retirado.

Aunque Scott estaba enojado con Quitman por el costo de su ataque a Belén, sintió que el Mississippian y sus infantes de marina se habían ganado el honor de tomar formalmente la ciudad. Dentro de unas horas, nombraría al gobernador militar de Quitman Ciudad de México.

Los estadounidenses casi no parecían parte de un ejército conquistador. El victorioso general Quitman llevaba solo un zapato mientras marchaba a la cabeza de sus tropas harapientas y manchadas de sangre. Solo unos seis mil estadounidenses permanecieron de pie, poco más de la mitad de los que habían abandonado Puebla.

Los hombres de Quitman caminaron por las calles llenas de gente hacia la Gran Plaza y tomaron la Plaza Nacional, donde antes estaban los pasillos de Moctezuma. Los marines estaban destinados a custodiar el palacio. Los infantes de marina de los Estados Unidos ahora patrullaban los pasillos de Moctezuma. En la primavera, a los veteranos se les unió un segundo batallón de infantes de marina de 367 hombres comandado por el comandante John Harris.

El 2 de febrero de 1848, los mexicanos aceptaron la paz cuando se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo. A pesar de que los EE. UU. Obtuvieron la victoria, acordaron pagar a México 15 millones de dólares en efectivo por la tierra que codiciaban. México había perdido la mitad de su territorio, un área más grande que Francia y Alemania juntas. La frontera americana con México se extendería desde el Golfo de México, hasta el Río Bravo, hasta la frontera de Nuevo México. Luego continuaría hacia el oeste hasta el Pacífico en un punto de una liga, o tres millas, al sur de San Diego.

El franco Duque de Wellington dijo que el general Scott era "el mejor soldado vivo". Había sido la flexibilidad y la imaginación de Scott, su atención al reconocimiento y su tendencia a atacar desde un lado inesperado que proporcionaba las tácticas que ganaron la guerra. Además, contó con el apoyo de oficiales sólidos como Thomas (más tarde Stonewall) Jackson, Robert E. Lee, US Grant, P.T. Beauregard y Jefferson Davis. Solo 13 años después, todos estos hombres se convertirían en jugadores principales en la Guerra Civil Americana.

Con esta victoria, la expansión de los Estados Unidos continentales de costa a costa estaba completa. Y, además de México, los infantes de marina también habían capturado las palabras iniciales de su futuro himno marino.


Weapons and Warfare

domingo, 2 de diciembre de 2018

Argentina: Los territorios ganados desde el Virreinato

Expansión territorial Argentina


Historia digital - Artículos y fotos


Escrbí este artículo hace muchos años para tratar de desterrar la idea de las pérdidas territoriales de Argentina y tratar de mostrar cómo fue el proceso completo de formación de las fronteras nacionales más allá de una afirmación vacía. En un futuro espero poder expandir y profundizar mi trabajo para armar un estudio más complejo pero, mientras tanto, los invito a leerlo.



Por lo general la gente tiende a repetir una falacia que nos inculcaron desde la escuela "los argentinos somos unos boludos, desde 1810 que no hacemos otra cosa que perder territorio".
Muchos de los argumentos esgrimidos por los defensores de tal falacia es:
  • Perdimos la Banda Oriental
  • Perdimos Tarija
  • La guerra contra el Paraguay no nos dejó nada y solo le sirvió a Brasil.
  • Chile nos negó la salida al Pacifico.
Pero lo cierto es que muy poca gente (incluso muy pocas de las personas con alto nivel educativo) siquiera conocen la realidad que existió en estos territorios luego de 1810 y, por lo general, solo les queda en la cabeza esa estupidez que nos enseñaron en la primaria, que Argentina por fuerza debería haber conservado los territorios que le pertenecían al Virreinato del Río de la Plata.




En la imagen se puede ver claramente que si la Argentina se ubiese constituido sobre los restos del Virreynato, hoy controlaría: Uruguay, Paraguay y Bolivia en su totalidad.

Pero es importante remarcar un error garrafal de todos los que tratan de interpretar la historia desde un mapa. El Virreynato del Río de la Plata existía como tal en los papeles y por obra del poder real que venía desde España. Si el rey afirmaba que los territorios de la Banda Oriental debían ser gobernados desde Buenos Aires, así sería, y si disponía lo contrario también se cumpliría.
Pero al desaparecer la figura del rey, con la invasión de Napoleon Bonaparte, a princpios del siglo XIX, el elemento aglutinador desapareció y todos los focos de poder que existían dentro del Virreynato comenzarón a reclamar el liderazgo regional.
En esta circunstancia era imposible que el territorio se mantuviera bajo el control de Buenos Aires, simplemente ninguno de los focos de poder tenía el poder para acaparar la supremacia sobre los demás.



Una vez que eliminamos las distracciones y nos centramos en el territorio que REALMENTE poseía el virreynato podemos ver que ya no es tanto como parecía ser.
La poderosa Buenos Aires apenas controla un 10% de lo que hoy es su territorio provincial, las actuales Córdoba, San Luis y Mendoza apenas tienen un 50% de su territorio actual e, incluso, la provincia de Santa Fe tiene frontera con los idios al norte y al sur.
La Banda Oriental se encontraba amenazada por los portugueses (de hecho este territorio fue siempre campo de batalla entre españoles y portugueses), lo mismo que Misiones que se adentraba directamente al territorio brasileño. Paraguay fue de los primeros en romper con el virreynato y nunca se plegó a los intentos de Buenos Aires de consolidar un gobierno.
Chile, al contrario de la creencia popular de muchos, jamás formó parte del virreynato, por lo que ya era un "estado" por su cuenta mucho antes de 1810.
En lo que respecta a los territorios del norte, su situación era delicada, ya que era el frente de batalla entre los revolucionarios y los realistas. Solo Tarija se plegó a las Provincias Unidas, pero fue imposible tener un gobierno sobre estos territorios dada la debilidad del poder de Buenos Aires y las constantes riñas internas.
Incluso viendolo muy por arriba, es muy claro que el Virreynato del Río de la Plata no era una unidad organica, se mantenía unido únicamente por la autoridad del rey y al desaparecer esta, la construcción que se mantenia por su poder se desplomó como un castillo de naipes.
Lo que quedó fue una serie de poderes locales que, primero, se solidarizaron en su guerra contra los españoles, pero que, una vez concuida esta, comenzaron un conflicto por ver quien era el que debía controlar a los demás.
El conflicto entre federales y unitarios fue, sin duda, uno de los problemas más grandes que tuvo el país y que frenó su expanción durante varias décadas.
Sin ir más lejos, la frontera sur del país apenas si se movió durante ese periodo (salvo la excepción de Buenos Aires que corrió sus fronteras unos cientos de kilómetros).



Esta imagen que adjunto es una resumen muy por arriba de como se encontraba el país aproximadamente en 1830. Hay muchas desprolijidades y obvie muchos detalles, pero mi idea no es dar una imagen puntillosa del proceso fronterizo (al menos no en este post, me falta mucha investigación para poder dar detalles como corresponde) sino que se pueda ver en un vistazo lo precario de la frontera en esos años.

En azul remarqué los territorios más antiguos de la argentina, que si bien llegaron a cambiar de manos durante su historia, casi no corrieron riesgo de haber caido bajo el poder de competidores locales.
En rojo se ve la expanción territorial de Buenos Aires durante el periodo de Rosas.
Casi no se ve bien, pero más abajo se encuentra la ubicación de la Fortaleza Protectora Argentina (Fundada en 1828 y que luego se volvería Bahía Blanca) y más abajo Carmen de Patagones, fundada por los españoles antes de 1810.
La frontera sur casi no cambió desde 1779, fecha en la que los espaoles expandieron un poco la línea fronteriza de Buenos Aires. Si bien el empuje hacia el sur fue constante, también fue lento y no fue sino hasta los tiempos de Roca en los que el país estuvo en condiciones de volver efectivo su poder sobre los territorios patagónicos.
Aunque el tema del indio siempre fue un problema en el sur (que se encontraba abierto a los malones), en el norte la situación era más delicada ya que era donde se encontraban los principales competidores del país.
Misiones, por ejemplo, pasó de manos varias veces, entre los brasileños, los paraguayos y los argentinos. El Gran Chaco también fue un territorio disputado entre la Argentina y Paraguay y solo la Guerra de la Triple Alianza aseguró la poseción argentina sobre estos dos territorios (Gran Chaco y Misiones), fijando la frontera entre Paraguay y Argentina en el Río Pilcomayo.



Aunque Argentina pretendía más territorio del que actualmente posee, sus ambiciones territoriales no lograron cristalizarse al 100%.
En 1878 el Presidente de Estados Unidos Rutherford B. Hayes se desempeñó como arbitro en el laudo entre Argentina y Paraguay, dandolé la razón a este último y cediendole la soberanía sobre este territorio (el cual, hoy día, lleva su nombre).
Aun con esta "perdida" territorial, no se puede negar que la guerra de la Triple Alianza, aunque trágica en si misma, representó una ampliación y un fortalecimiento de la frontera noreste del país, sobre todo con la recuperación de Misiones. (Ganancias territoriales argentinas 1870).
Es curioso que la cuestión de la frontera noroeste sea un poco menos conocido por la gente que no ha pasado de la historia básica de la primaria/secundaria.
Grande fue mi sorpresa, cuando comencé a interesarme un poco más por la formación del Estado Argentino, sobre la existencia de Tarija como una de las firmantes de la independencia Argentina, incluso siendo una provincia de las Provincias Unidas.
No voy a discutir en este post sobre la perdida de este territorio ya que es algo muy extenso y por ahora no tengo el tiempo como para investigar esto a fondo.
Sin embargo remarcaré una de las consecuencias de este conflicto fronterizo y esto es: La Puna de Atacama.
Este territorio se encontraba, hacia 1879, bajo control chileno como resultado de la Guerra del Pacífico. Sin embargo, como resultado de las negociaciones entre Argentina y Bolivia, este territorio fue cedido a nuestro país como compensación por Tarija.
No fue sino hasta 1898 que Argentina y Chile buscaron solucionar su conflicto fronterizo por medio de un laudo (ya que este territorio había sido excluido del tratado de límites de 1881).
El resultado del laudo fue ampliamente favorable para la Argentina que conservó el 85% de la superficie disputada (unos 64.000 kilómetros cuadrados).
Este nuevo territorio fue denominado Territorio Nacional de los Andes. Existió como tal hasta 1943 cuando, por su escasa población, este territorio fue disuelto y repartido entre las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca.




La frontera sur fue, sin duda, una de las ganancias territoriales más grandes del país.
Si bien los indios de la zona resistieron el avance de los españoles (y luego de los revolucionarios) por cientos de años, sin duda su resistencia, aunque era tenaz, se vio ayudada por el hecho de que ninguno de los primeros conquistadores hubiese contado con los medios para hacer efectiva esta conquista.
Para 1879 Julio Argentino Roca lanzó su famosa "Campaña al Desierto", que fue el golpe final contra los indios.
La campaña de Roca se concentró en atacar a los indios en su territorio y aniquilar los focos de resistencia, penetrando en un movimiento de cuña.
Una de las columnas bajó desde mendoza, y otra, comandada por Roca, salió desde la provincia de Buenos Aires con rumbo a Choele Choele para luego reunirse en Neuquen con la columna mendocina.
Otras varias columnas descenderian hasta el interior del territorio pampeano para limpiar a los grupos que escaparan.
Si bien la campaña tuvo un exito sin precedentes, no fue la primera en actuar en la zona. Sin ir más lejos, Rosas mismo llegó hasta Choele-Choele.
La gran diferencia entre Rosas y Roca eran los medios de los que cada uno disponía.
No fue hasta 1860 que Argentina comenzó a articularse realmente como un país, dejando de ser una mera unión de provincias recelosas y desconfiadas las unas de las otras.
Esta unión de la nación fue la que permitió que se lanzara una campaña realmente exitosa, afianzando el dominio argentino hasta el Río Negro.
Sin embargo la colonización de la Patagonia también tuvo otros protagonistas no tan famosos como Julio A. Roca.
Para ir terminando con el articulo, quisiera destacar que, hacia 1865, el movimiento colonizador fue impulsado desde el estado nacional con el fin de acentar población en los territorios pretendidos.
Si bien, en la imaginación colectiva moderna, la patagonia es y fue argentina, esto no era algo cierto en el siglo XIX.
Para la gran mayoría de los estados, sobre todo los europeos, la patagonia era Res Nulus, osea, tierra de nadie. Incluso existió un efimero reino en la patagonia.
Quizás hoy día paresca una idea graciosa sobre un loco frances que quiso formar un país en las comarcas autrales. Lo cierto es que en su época no fue muy bien visto ni por Chile, ni por Argentina. Sin duda cualquier país europeo podría llegar con la idea de ocupar el territorio (como ya lo habían demostrado los ingleses con las Malvinas).
La colonización de la Patagonia fue uno de los primeros movimientos del Estado Nacional para asegurar su soberanía sobre este territorio.
Como ya dije, en 1865, se fundaron las colonias galesas en el valle del Río Chubut. Por suerte para el país, los políticos de aquella época no eran tan incompetentes como se nos dice hoy día, y se aseguraron de que esas colonias reconocieran la soberanía argentina (sino es probable que hoy los territorios del sur fueran conocidos como New Shout Wales!).
Otro hecho destacado, y mucho menos conocido por el ideario común, fue la acción del Comodoro Py (quien prestó su nombre para la calle de los famosos tribunales) quien navegó hasta Santa Cruz e hizó la bandera nacional en 1878.

Sin duda es muy claro que la Argentina es un estado que expandió sus fronteras sin parar desde 1810 hasta 1890. Las fronteras actuales del país son el resultado de 80 años de luchas contra vecinos y conflictos internos.
No cabe duda que las ganancias territoriales del país podrian haber sido mayores. Quizás la perdida más vergonzosa del país haya sido la de la Banda Oriental, por culpa de una política de Buenos Aires; pero sin duda las ganancias fueron mayores que las perdidas.
Argentina es, hoy día, el octavo país en cuanto a superficie. Entre los primeros diez se encuentran: China, Estados Unidos, Canada, Rusia, Brasil, Australia e India.
En esta lista se encuentran los dos contendientes de la guerra fría, potencias de primer orden y potencias de segundo orden, además de potencias emergentes.
Obviamente que esto no quiere decir nada sobre la calidad de nuestro país (por estár en esta lista no somos una potencia per se), pero si hablamos en terminos de conquista territorial, sin duda es claro que el resultado de las políticas expancionistas nacionales existieron y ubo un deseo de ampliar los territorios. La idea de que Argentina perdió territorio por sabotaje de su clase política o estupides de la misma, es una idea sin sentido que no se condice con la realidad que vemos.
Muchas de las perdidas territoriales que sufrió el país fueron el resultado de elegir el menor de dos males. Asegurar Tarija probablemente ubiese desatado una guerra entre Argentina y Bolivia (y quizás también con Chile), podriamos haber anexianado más territorio del Paraguay si las tropas argentinas se ubiesen dedicado a masacrar paraguayos una vez que la guerra se había ganado, la pérdida de Uruguay fue, hasta cierto punto, un buen resultado dada la dificil circunstancia que vivía el país, sumido en guerra civil y en guerra contra el Brasil.
Lamentablemente existe una constumbre del pueblo argentino de desmerecer los logros nacionales, de un derrotismo constante y una necesidad de minimizar el poderio de la nación así como su historia.
Tratar de explicar esto sería dejar de lado la historia para sumirnos en la sociología, lamento que mis conocimientos sobre la materia sean reducidos, pero por ello me abstendré de profundizarlo.
De todas formas creo que mi objetivo está cumplido. Es muy claro que Argentina, en una escala global, NO perdió, DE NINGUNA MANERA, territorios, todo lo contrario. Desde 1810 en adelante se ha dedicado (con diferentes grados de éxito) a expandir sus fronteras y solo se detuvo cuando era imposible continuar creciendo sin el riesgo de desatar una guerra.


sábado, 1 de diciembre de 2018

El 88 alemán en servicio en otros países (incluido Argentina)

8.8cm sirviendo con otras naciones de usuarios aparte de Alemania

Weapons and Warfare




Se cree que los 18,8 Flak 18s en desfile en esta fotografía son parte del lote vendido a Argentina en 1938. Los tractores son modelos Pavesi o Fiat / Spa.



Durante la Segunda Guerra Mundial, se prestó servicio en 88 naciones distintas de Alemania. Entre 1936 y 1945 se consideró necesario repartir o vender 88 a varias naciones aliadas o simpatizantes con los objetivos de guerra de Alemania, a pesar de la creciente necesidad de equipar a las fuerzas armadas alemanas con tantas armas antiaéreas como sea posible. ser fabricado

Una de las primeras transferencias de 88 vino con la venta de un lote de aproximadamente dieciocho 8.8 cm Flak 18 en Argentina. Esta fue una venta comercial negociada directamente con Krupp AG, que entregó las armas a Buenos Aires alrededor de 1938. Una vez en Argentina, las armas defendieron la capital nacional durante muchos años hasta y después de 1945, pero aparentemente nunca dispararon con furia.

Otra transferencia anterior a 1939 involucró las armas llevadas a España por la Legión alemana de cóndores de "voluntarios" luchando junto a los nacionalistas durante la guerra civil. Inicialmente, se llevaron cuatro baterías de cuatro pistolas de 8.8 cm FlaK 18 y una quinta batería llegó poco después para formar lo que se conoció como Flak Abteilung 88, o F / 88. Contrariamente a la creencia general, estas armas sostenidas por los alemanes se conservaron principalmente para el papel de defensa aérea y rara vez se dispararon a objetivos terrestres.

Más 88 llegaron por tema directamente a los nacionalistas españoles a medida que avanzaba la guerra. Fueron los nacionalistas, siempre escasos de artillería actualizada, los que iniciaron el uso del 88 contra objetivos terrestres: los observadores alemanes tomaron nota del hecho e informaron a Berlín en consecuencia. Cuando los alemanes abandonaron España en 1939, dejaron todas sus armas en España para ser adoptados como uno de los pilares de las defensas aéreas de España. Para 1945, sus números, incluyendo 88 ejemplos del FlaK 36, habían aumentado a 140. Más tarde se agregarían (ver más abajo).




Artilleros estadounidenses que emplazan un 8,8 cm PaK 43 capturado adecuadamente marcado para usar contra sus antiguos dueños.


Una vez que Italia entró en la guerra junto a Alemania en 1941, se vio que era necesario pasar grandes cantidades de material de guerra alemán a su nuevo aliado de combate, ya que los niveles de equipamiento de las fuerzas armadas italianas eran peligrosamente bajos y, a menudo, de baja calidad. Esto se aplicó particularmente a los cañones antiaéreos, aunque los italianos ya tenían un arma tan bueno como el alemán 88 en producción, no tenían suficientes y su capacidad para fabricar más era limitada. El cañón italiano era el Cañón Ansaldo da 90/53 CA, que se ordenó para la producción en serie en 1939, pero a mediados de 1943 solo 539 se habían entregado en vehículos estáticos, remolcados, blindados y en camiones. Una vez en servicio, las armas se agregaron a la serie de armas un tanto antiguas y variadas que ya estaban en el inventario de armas antiaéreas italianas y algunas se desviaron a tareas de defensa de la costa. Mientras que los números de Cannone da 90/53 CA vieron el servicio de campo en el norte de África, los alemanes consideraron oportuno descifrar sus números al entregar una cantidad de 88 a los italianos, quienes los tomaron como el modelo Cannone da 88/56 CA 18-36. El número exacto no se conoce, pero todos los ejemplos restantes aún en Italia volvieron a ser propiedad alemana después del armisticio italiano de julio de 1943.
Una vez que se completó la toma de control por parte de Alemania de Checoslovaquia en 1939, el nuevo estado de Eslovaquia entró en vigor ya en Alemania. El nuevo estado asumió su participación en el antiguo inventario militar checo-eslovaco, y el pesado parque de armas antiaéreo estaba compuesto en gran parte por Škoda de 8,35 cm kanon PL vzor 22/24 piezas de una generación de diseño anterior. Dado que el Ejército eslovaco estaba asignado a tareas en apoyo de la Operación Barbarroja, los alemanes decidieron entregar 24 cañones de 8,8 cm FlaK 36 y 37 (junto con una amplia gama de otros equipos militares), los primeros 4 de ellos llegaron en marzo de 1941, junto con los primeros lotes de lo que se convertiría en un total de 17.280 cartuchos de municiones. Para marzo de 1944, los veinte pistolas sobresalientes, todos ellos / 2 pistolas estáticas de carro, se habían agregado a los cuatro originales. La mayoría de estas armas fueron retenidas para la defensa doméstica y sirvieron con el estado checo-eslovaco restaurado después de 1945.

Finlandia tuvo una postura de guerra algo confusa entre 1939 y 1945, a veces aliada con Alemania y otras hostil. En 1941, Finlandia estaba del lado de Alemania debido a su deseo de reparar su derrota y pérdida de territorio tras la Guerra de Invierno de 1939-1940 con la Unión Soviética. La invasión alemana de la Unión Soviética en 1941 dio a Finlandia la oportunidad de participar en lo que denominaron la Guerra de Continuación. A lo largo de los años, el brazo finlandés de defensa aérea ha logrado acumular una variada colección de armas antiaéreas de toda Europa. Durante 1943, estos se complementaron cuando el estado finlandés compró 18 armas remolcadas de 8,8 cm FlaK 37 de Alemania para equipar 3 baterías antiaéreas de 6 cañones que defendían Helsinki. Estas tres baterías fueron controladas por tres predictores de control de incendios Kommandogerät 40 importados, conocidos localmente como Lambda.

Otros setenta y dos FlaK 37 fueron adquiridos durante 1944, esta vez en / 2 montajes estáticos. De estos, 36 armas fueron asignadas a la defensa de Helsinki, con Kotka, Tampere y Turku recibiendo cada una 2 baterías de 6 armas. También había una batería de doce cañones en Kaivopuisto, otra parte de las defensas de Helsinki. Todas estas pistolas se mantuvieron hasta mucho después de 1945. Los finlandeses conocían sus pistolas como 88 mm: n ilmatorjuntakanuuna vuodelta 1937 mallia Rheinmetall-Borsig (ItK / 37 RMB), por alguna razón asignando su procedencia a Rheinmetall-Borsig (aunque se ha encontrado una referencia) a una RT alternativa).

Quizás los usuarios finales más inusuales de los 88 durante los años de guerra fueron los aliados. A fines de 1944, las fuerzas terrestres aliadas en Europa habían avanzado tan lejos de sus recursos de suministro a través del Canal que las existencias de suministro de primera línea a menudo se encontraban peligrosamente bajas durante el mal tiempo o cuando surgía una escasez de transporte. Esos suministros incluían municiones de artillería, por lo que se convirtió en un recurso común para las unidades de primera línea para revertir las considerables cantidades de equipos de artillería capturados en contra de sus antiguos propietarios y utilizar las existencias de municiones disponibles.

Tanto las baterías británicas como las estadounidenses emplearon tales medidas, el Ejército de los EE. UU. Llegó a formar "Baterías Z", específicamente para utilizar artillería y municiones capturadas, dentro de sus batallones de artillería de campo. En una etapa, en noviembre de 1944, la 32ª Brigada de Artillería de Campo del Primer Ejército de los Estados Unidos creó dos batallones provisionales que estaban completamente equipados con equipos de artillería alemana capturados. Incluidos en el recorrido capturado se encontraban cañones de 8,8 cm FlaK y PaK, obuses de campo de 10,5 cm y 15 cm y cañones GPF franceses de 155 mm previamente adoptados por los alemanes. Esta impresión de los 88 capturados por los Aliados fue un recurso de campo de batalla que generalmente duró solo mientras duraron las existencias de municiones capturadas. Sin embargo, ya en junio de 1943, el Ejército de los EE. UU. llegó a la medida de preparar y emitir un manual de servicio para el Flak 36 de 8,8 cm (TM E9-369A) después de extensos estudios técnicos realizados en equipos capturados en Túnez.

Posterior a 1945

Una vez que terminó la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los 88 alemanes fueron desechados o relegados a ser trofeos de guerra o piezas de museo. Sin embargo, algunas naciones europeas, que habían heredado montones de armas una vez que las fuerzas armadas alemanas habían abandonado los países que habían ocupado antes, decidieron armar a sus fuerzas armadas recién emergidas con armas alemanas, al menos hasta que pudiera obtenerse algo mejor (generalmente a través de la ayuda militar estadounidense). ). Estas armas incluían la serie Flak 18/36/37 de 8,8 cm; ninguna nación de PaK 43 parece haber sido adoptada por ninguna nación después de 1945, aunque muchas de sus innovaciones técnicas fueron estudiadas y utilizadas a menudo.



Numerosas naciones cayeron en esta categoría. Esto incluyó a Noruega, que se hizo cargo de nada menos que 360 ​​88 de un total de 505 que quedaron cuando los alemanes partieron, y el resto se eliminó antes de que los Aliados decidieran que podrían ser útiles para defender la Noruega de posguerra. La Luftwaffe había organizado estas armas en cuatro Brigadas Flak con sede en Oslo (173 armas), Stavanger (86 armas), Vaernes (86 armas) y Tromsø (158 armas). Algunas de las armas involucradas tenían un doble papel de defensa aérea / defensa costera y, cuando fue posible, los noruegos simplemente se hicieron cargo de las instalaciones existentes.

El total noruego de 360 ​​cañones incluyó 141 Flak 36 remolcados, más 15 en instalaciones estáticas. También hubo 55 remolcados Flak 37s y 139 estáticos. Estas pistolas se mantuvieron hasta principios de la década de 1950, cuando comenzaron a ser complementadas y luego reemplazadas en el papel de defensa aérea por números de American 90mm Gun M1A1 y M2s. Incluso en los años 88, los soldados siguieron adelante porque en 1957 fueron transferidos 125 artilleros de 88 mm a la artillería de la costa. En este cargo duraron solo hasta mediados de la década de 1960, cuando fueron retirados como parte de una política para limitar los equipos noruegos de artillería costera a aquellos con calibres de 105 mm, 127 mm y 150 mm (todos ellos antiguos cañones navales alemanes) para facilitar el entrenamiento y la logística. situación. Noruega investigó la adopción de los 8,8 cm PaK 43/41 (posiblemente para empleo como arma de defensa costera), pero no parece haber sido aceptado para su servicio.

Otras naciones usuarias de la posguerra incluyeron Yugoslavia, donde se asignaron algunas armas a la defensa costera instalada en búnkeres de hormigón especialmente construidos con protección en la parte superior. Otro usuario posterior a 1945 fue Czecho-Slovakia, que recibió cualquier FlaK 41 restante además de los otros modelos de FlaK; todos fueron eventualmente reemplazados por equipos soviéticos. Unos pocos yugoslavos 88 sobrevivieron para ver una acción limitada durante los Problemas de los Balcanes de los años noventa.

Francia también adoptó 88 abandonados una vez que los alemanes abandonaron Francia, enviando un número de cañones Flak para ser usados ​​en sus campañas de Indochina de posguerra junto con una serie de reliquias de artillería de la ex Segunda Guerra Mundial (e incluso de la Primera Guerra Mundial), incluyendo Antiguas piezas de artillería japonesa. Los años 88 franceses no tenían nada que ver con la defensa aérea una vez que llegaron a Indo-China, ya que la oposición local no tenía ningún activo de aviación, por lo que las armas se emplearon en el papel de artillería de fuego directo o indirecto. Como tales, probablemente fueron los últimos 88 en participar en una guerra de tiro en vivo a gran escala.

Otras naciones adoptaron el 88 como una medida a largo plazo, una de ellas es Finlandia. Para 1945, esa nación había acumulado numerosos tipos de armas antiaéreas, pero consideraban los noventa FlaK 37 que habían adquirido durante 1943 y 1944 como los mejores en su inventario. Las armas colocadas alrededor de varias ciudades finlandesas fueron retenidas hasta 1969 como armas de defensa aérea (el último personal asignado a ellas fue entrenado durante 1967) y aún así continuaron sus carreras de servicio. Las armas se pasaron al brazo de artillería de la costa, donde se soldaron hasta fines del siglo XX. Al principio, se instalaron como armas móviles de defensa costera de baja trayectoria, pero gradualmente fueron relegados a tareas de entrenamiento y, finalmente, a disparar durante los ejercicios para conservar municiones que de otro modo habrían sido disparadas por armas más modernas, un papel cada vez menor. número de 88s todavía se está realizando hasta el día de hoy. Muchas armas aún están almacenadas como armas de reserva, aunque su posible utilidad como tal parece más improbable a medida que pasan los años. La munición para estas armas fue fabricada localmente por la preocupación de que, después de varios cambios de nombre, se convirtió en Patria Vammas.

Quizás la nación usuaria más involucrada del 88 después de 1945 fue España. Para 1945, el número de cañones Flak 18 y 36 enviados a España, en un intento por mantener al general Franco de España al menos simpatizando con la causa de Alemania, había llegado a 140. Una estrategia adicional para mantener a España en el lado alemán era ofrecer licencias de fabricación para varios Los diseños de armas alemanas, entre ellos el 8,8 cm Flak 18. Las negociaciones de licencia comenzaron a partir de mayo de 1941, pero llevó tiempo establecer las instalaciones de fabricación requeridas, sin la menor dificultad de obtener las materias primas y las máquinas herramientas necesarias en un momento en que Europa estaba en guerra