jueves, 9 de enero de 2025

Araucanos: El Parlamento de Quilín (1641)

El Parlamento de Quilín (1641)





 

El Parlamento de Quilín de 1641 es uno de los acuerdos más importantes en la historia de las relaciones entre el pueblo mapuche y la Corona Española en lo que hoy es Chile. Este parlamento fue un encuentro diplomático entre las autoridades coloniales españolas y los lonkos (líderes) mapuches, que se llevó a cabo en diciembre de 1641 en la zona de Quilín, ubicada en la actual Región de la Araucanía, al sur del río Biobío. El parlamento marcó un intento de establecer una paz más duradera entre ambos pueblos tras décadas de intensos conflictos conocidos como la Guerra de Arauco.

Contexto histórico

Desde la llegada de los españoles al territorio mapuche en el siglo XVI, las relaciones entre los colonizadores y los mapuches fueron extremadamente conflictivas. La Guerra de Arauco fue un prolongado enfrentamiento armado que comenzó tras la fundación de ciudades españolas en el sur de Chile, como Concepción y Valdivia, y la resistencia de los mapuches a la ocupación de sus tierras. Los mapuches se organizaron militarmente bajo la figura de los toquis (líderes militares) y lograron resistir la invasión con tácticas guerrilleras, obligando a los españoles a reconocer que su conquista completa era inviable.

En este contexto, el gobernador de Chile, Francisco López de Zúñiga y Meneses, y los líderes mapuches, acordaron realizar un parlamento para buscar una solución pacífica a la situación de permanente conflicto.

El acuerdo del Parlamento de Quilín

En el parlamento, las autoridades españolas reconocieron la autonomía del territorio mapuche al sur del río Biobío, lo que se convirtió en una especie de frontera natural entre la Capitanía General de Chile y el Wallmapu (el territorio mapuche). A cambio, los mapuches acordaron detener sus ataques a los asentamientos españoles al norte del río y permitir cierto comercio y relaciones diplomáticas entre las dos partes.

El Parlamento de Quilín fue uno de los primeros acuerdos formales en los que una potencia colonial reconocía territorialmente la soberanía de un pueblo indígena. Los principales puntos del tratado fueron:

  1. Reconocimiento del río Biobío como frontera: El territorio al sur del río Biobío fue reconocido como independiente de la administración colonial española. Esta área correspondía al Wallmapu, el corazón del territorio mapuche.

  2. Cese de hostilidades: Ambos lados acordaron poner fin a los enfrentamientos armados, con los mapuches comprometiéndose a no atacar más asentamientos coloniales, y los españoles a no invadir ni establecer más fortificaciones al sur del Biobío.

  3. Intercambio y comercio: Se establecieron pautas para el comercio y la convivencia entre los pueblos, permitiendo un flujo controlado de bienes entre ambos lados de la frontera.

  4. Libertad para los prisioneros: Se acordó la liberación de prisioneros por ambas partes, como gesto de buena fe y reconciliación.

Importancia y efectos a largo plazo

El Parlamento de Quilín sentó las bases para una serie de futuros parlamentos entre españoles y mapuches, en un sistema de negociaciones regulares que perduraría hasta bien entrado el siglo XIX, incluso durante los primeros años de la independencia de Chile. Estos parlamentos se convirtieron en un mecanismo clave para manejar las tensiones y conflictos, funcionando como un espacio diplomático donde ambas partes podían expresar sus demandas y llegar a acuerdos.

Aunque el tratado de 1641 no significó una paz definitiva, sí estableció un reconocimiento mutuo de los territorios y marcó un periodo en el que los españoles, al no poder someter completamente a los mapuches, se vieron obligados a aceptar su autonomía territorial en la región de la Araucanía.

Sin embargo, a lo largo de los siglos, este tipo de acuerdos fueron violados o ignorados, especialmente durante la Pacificación de la Araucanía en el siglo XIX, cuando el Estado chileno finalmente incorporó la mayor parte del territorio mapuche bajo su control mediante campañas militares. Este proceso de colonización y ocupación de tierras mapuches ha sido motivo de reclamos históricos por parte del pueblo mapuche hasta el día de hoy, que considera muchos de estos acuerdos, incluido el de Quilín, como promesas rotas.

Legado

El Parlamento de Quilín es un símbolo importante en la historia de las relaciones entre el Estado y los pueblos indígenas, no solo en Chile, sino también en el contexto más amplio de América Latina. Representa uno de los primeros intentos de formalizar una coexistencia pacífica entre una potencia colonial y un pueblo nativo, aunque las tensiones territoriales y políticas continuarían siendo una constante. Para los mapuches, sigue siendo un referente histórico en sus reclamos de autonomía y derechos sobre su territorio ancestral.

En la actualidad, los acuerdos de Quilín son evocados por el pueblo mapuche como una prueba de que, en algún momento, su soberanía territorial fue reconocida, lo que fortalece sus demandas actuales de recuperación de tierras y autodeterminación.

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