martes, 4 de julio de 2017

Conflictos americanos: El Miércoles Negro del Cenepa

El "Miércoles Negro" 
Miércoles 22 de Febrero de 1995. 
(CONFLICTO FRONTERIZO ENTRE ECUADOR Y EL PERU EN 1995) 




"A las 10 y 30 de la mañana iniciamos el ataque. Tomamos al enemigo por sorpresa y empleamos todo el poder de fuegos que teníamos. Los obligamos a huir dejando a una docena de muertos. Abandonaron también sus morteros de 81 mm. y 60 mm." 

Después de un año del inicio del conflicto con Ecuador en el Alto Cenepa, uno de sus principales protagonistas, el entonces comandante -hoy coronel-, Luis Alatrista, relató a la revista peruana "Caretas" en el número 1398, su participación en los combates, particularmente en el famoso "miércoles negro", así llamado por el jefe del ejército ecuatoriano, el general Paco Moncayo, debido a las cuantiosas pérdidas que sufrieron. Alatrista comandaba la Unidad Pachacútec, destacamento de élite del Ejército que había estado peleando contra la subversión en el Frente Huallaga. Ese miércoles 22 de febrero, los comandos peruanos asaltaron con éxito el puesto de Tiwinza, pero tuvieron que replegarse por el fuego de la artillería enemiga, según relatan ellos. 

Por su comportamiento heroico, Alatrista recibió en diciembre de 1995 la más alta condecoración que otorga el Ejército, la orden Francisco Bolognesi. 

Cuando el helicóptero piloteado por el capitán Luis García Rojas fue derribado en el Alto Cenepa, el 29 de enero de 1995, el comandante Luis Alatrista, jefe de la Unidad de Comandos Pachacútec, estaba aún en la zona de Bijao, en el Huallaga, luchando contra la columna senderista "Atreverse". 

A esas alturas, ya el comando de las FF.AA. apreciaba que la situación en el Cenepa era más difícil de lo que habían pensado al principio. La parte del Batallón de Comandos "COMANDANTE ESPINAR Nº 19" -al que pertenece Pachacútec-, que se encontraba en Lima, ya había sido despachada al Cenepa. "Al día siguiente de ese hecho partimos de Tingo María rumbo a Lima y desde allí fuimos enviados a El Milagro, en Bagua -relata Alatrista-. Yo estaba al mando de las patrullas Miranda, Molina, Calle, Camino, Huertas y Baca, a la cual se sumaba personal de la Escuela de Comandos y un grupo de la Fuerza de Operaciones Especiales de la Marina (FOES), dirigido por el capitán de fragata Alejandro Silva". 

 

El 11 de febrero Alatrista ya estaba en PV1 y el lunes 13 encabezó la emboscada a las patrullas enemigas que salían desde Coangos. "Ese día, a las tres y media de la tarde, con tres patrullas de asalto, una de apoyo y otra de seguridad, atacamos al enemigo y le causamos 35 bajas", continúa Alatrista. "El objetivo era cortar la línea de abastecimiento que iba desde Coangos a la Y, Base Sur y Tiwinza." 

ATAQUE A TIWINZA 

"El 22 de febrero ha sido llamado por los ecuatorianos "el miércoles negro", porque dicen que ese día les causamos más bajas que en todo el conflicto", refiere el comandante Alatrista. 
"Después del ataque a Coangos, permanecí en PV1 reorganizando las patrullas. Allí el coronel Roberto Chiabra me ordenó atacar Tiwinza por el nor-este, es decir, ubicarme entre Tiwinza y las líneas ecuatorianas. Avanzamos rápidamente. Llegamos a la Y en hora y media, y seguimos por una trocha abierta por el enemigo." 
"En ese lugar dejé a la patrulla del teniente Huertas con la misión de brindar seguridad al tránsito en la trocha y emboscar a cualquier patrulla enemiga que intentara llegar desde Coangos a Tiwinza o viceversa. Allí se me unieron las patrullas Mimbela, Cabrera y Chávez, y continuamos la aproximación por la parte alta de la cordillera del Cóndor, para evitar las minas colocadas por el enemigo, abriendo trocha en medio del fango y los insectos". 
"Con la ayuda de un GPS, nos ubicamos entre Banderas y Tiwinza. Ocupamos un observatorio construido por el enemigo, empleado también como plataforma antiaérea. Desde allí se dominaba el puesto La Montañita. Más al norte, con dificultad, se veía Tiwinza. Allí dejamos otra patrulla. Su misión era impedir que el enemigo la recupere e instale sus misiles antiaéreos, y proteger nuestra retaguardia". 
"Con el grueso de la unidad de Comandos Pachacútec, seguimos a Tiwinza, siempre desplazándonos por la parte alta de la cordillera. En el día hacía mucho calor y en la noche nos pelábamos de frío. Las lluvias torrenciales caían en cualquier momento. Cuando estábamos entre Tiwinza y Banderas empezamos el descenso. El camino era difícil, accidentado, fangoso." 

 
Soldados del glorioso Ejército Peruano avanzan al encuentro del invasor sorteando minas enemigas. Portan fusiles FAL, granadas de mano, en primer plano soldado equipado con un lanzacohetes de manufactura rusa "RPG-7V". Se utilizaron en la toma de Tiwinza una sección de 12 "RPG-7V" que dispararon un total de 280 cohetes, causando terribles estragos. 


"Cuando estábamos próximos a Tiwinza escuchamos el fragor del combate: eran tropas de los batallones 314, 16 y la compañía Especial que atacaban La Montañita. A eso de las 10 de la mañana del miércoles 22 de febrero, descubrimos la ubicación de su posición de morteros y su puesto de comando. Ellos estaban disparando sobre nuestras tropas que atacaban La Montañita". 
"De inmediato reuní a los jefes de patrulla y dicté las órdenes de ataque. Las patrullas Mimbela, Chávez y Cabrera se desplegarían hacia el norte. Las patrullas de los tenientes Camino y Molina serían las patrullas de asalto que atacarían inmediatamente. Las patrullas del teniente Calle y el capitán Bendezú quedarían en seguridad." 
"A las 10 y 30 de la mañana iniciamos el ataque. Tomamos al enemigo por sorpresa y empleamos todo el poder de fuegos que teníamos. Los obligamos a huir dejando a una docena de muertos. Abandonaron también sus morteros de 81 mm. y 60 mm., radios modernos Racal, teléfonos de campaña, más de 700 granadas de mortero, cajones de granadas y munición de fusil." 
"Tomada la posición, desmontamos las piezas de morteros para llevárnoslos, así como el armamento menor, y ocultar el resto del material, pues ellos contratacaron inmediatamente, tratando de recuperar la posición perdida. En ese intento, la patrulla del teniente Molina los repelió, causándoles 5 muertos. En su cobarde huída sembraron más minas." "Cuando nos reorganizamos, recibimos de Banderas un nutrido fuego de artillería y morteros y optamos por orientarnos a una posición de seguridad y dominante sobre Tiwinza." "En esta acción, como en otros enfrentamientos que hemos tenido con las fuerzas especiales del enemigo siempre hicieron `aguas', como su jefe, el coronel Aguas." "Más al norte, las patrullas Miguel y Chávez le causaron 15 bajas al enemigo. El teniente Huertas y su patrulla, que había quedado en una trocha, emboscó al enemigo provocándole 8 bajas y capturando un prisionero." "En estas acciones destacaron el teniente Rentería y el sub oficial Cañahuaray, así como los Foes de la Marina." 
Otros oficiales complementan el relato del comandante Luis Alatrista. El mayor Pareja relata que "los monos...(sic) (los ecuatorianos) creían que nuestros RPG (lanzagranadas de origen ruso) eran lanzallamas por los fogonazos que despiden a la hora que salen las granadas y por la temperatura que produce al estallar, son más de tres mil grados de calor que queman en un radio de 10 a 15 metros." 

 

Comunicado Oficial de las FFAA ecuatorianas recogido por el corresponsal del diario español "El Periódico", en su edición del viernes 24 de febrero de 1995: "...La ofensiva peruana en la frontera entre Ecuador y Perú...incluye gases tóxicos y lanzallamas, es un ataque verdaderamente atroz y extraordinariamente masivo..." 


Fuente: revista "CARETAS" (editada en Lima). Por: Fernando Rospigliosi y J. Torres. Warbook (c) 2001

lunes, 3 de julio de 2017

Polonia: La Legión del Vístula de España a la SGM

¡Recordad Zaragoza! El grito de guerra de los polacos frente a los Nazis
Javier Sanz | Historias de la Historia



En el Tratado de Fontainebleau de 27 de octubre de 1807, firmado por Manuel Godoy, valido del rey de España Carlos IV de Borbón, y Napoleón I Bonaparte, se estipulaba la invasión militar conjunta franco-española de Portugal —el cual se había unido a Inglaterra—; además, se permitía para ello el paso de las tropas imperiales francesas por territorio español y se prestaría el apoyo logístico necesario. Bajo el mando del general Junot, las tropas francesas entraron en España el 18 de octubre de 1807, cruzando su territorio a toda marcha en invierno, y llegaron a la frontera con Portugal el 20 de noviembre. Sin embargo, los planes de Napoléon iban más allá, y sus tropas fueron tomando posiciones en importantes ciudades y plazas fuertes con objeto de derrocar a los Borbones y suplantarla por su propia dinastía.

Entre las tropas imperiales que invadieron la Península ibérica y que participaron en la Guerra de Independencia española había unos 20.000 soldados y oficiales polacos distribuidos en tres formaciones militares: la Legión del Vístula, la División del Ducado de Varsovia y el Regimiento de Caballería Ligera de la Guardia.


Miembros de la Legión del Vístula

¿Qué hacían los polacos luchando a las órdenes de Napoléon?
En 1795, tras varias derrotas frente a Suecia y divisiones internas, la República de las Dos Naciones (Polonia y Lituania), también llamada Mancomunidad de Polonia-Lituania, quedó tan maltrecha que sus vecinos/enemigos (Imperio ruso, Prusia y Austria) no tuvieron muchos problemas para llegar a un acuerdo y repartirse el reino -no volvería a existir un estado polaco independiente hasta 1918-. Ante la desaparición de su patria, muchos polacos emigraron, sobre todo a Italia y Francia. El surgimiento de Francia, con Napoleón al frente, como potencia europea, y por aquello de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, los polacos vieron en el emperador a un posible liberador que les permitiese restaurar el estado polaco. La realidad es que Napoleón utilizó aquel sentimiento patriótico para hacerles creer que restablecería la independencia de Polonia y, de esta forma, convertir a aquellos apátridas, otrora polacos, en una fuente inagotable de reclutas que formaron un ejército polaco en el exilio bajo el mando francés.

Los polacos destacaban por su preparación, disciplina y valentía, y tuvieron un papel relevante en las campañas de Italia, Haití, Rusia… y España. En los dos asedios sufridos por la ciudad de Zaragoza (España) en 1808 durante la Guerra de la Independencia, los llamados sitios de Zaragoza, participaron alrededor de 3.500 polacos entre las filas imperiales. Los polacos tenían que luchar con un enemigo que, como ellos, estaba defendiendo su libertad e independencia, lo que les suponía una enorme carga moral al sentirse identificados con las mujeres y hombres que defendían Zaragoza hasta las últimas consecuencias. Aquellos que lograron sobrevivir y volver a su hogar contaron después la valentía de aquellas gentes, poniéndolas como ejemplo de luchadores por su libertad, tal y como decían que debían hacer ellos por Polonia. Prueba de ello, fueron las palabras del embajador de Polonia, Tomasz Arabski, y del historiador Jan Stanislaw, Director de la Oficina de excombatientes y personas represaliadas de Polonia, cuando en 2013 Zaragoza rindió homenaje a los 300 polacos caídos en los sitios de Zaragoza…

la resistencia del pueblo aragonés fue un ejemplo de gran patriotismo con el que se encontraron unos soldados que vinieron de lejos porque trataban de luchar por su libertad y se encontraron con otros jóvenes que luchaban por lo mismo. […] Nunca en la historia, los soldados polacos tuvieron tanta discordia moral como aquí en España […] esta intervención, en la que cayeron unos 300 soldados polacos, se convirtió en un remordimiento de conciencia nacional. El coraje que observaron del pueblo aragonés pervivió durante años en el espíritu de los polacos…

Placa homenaje polacos caídos

De hecho, las referencias al coraje aragonés se escucharon en Varsovia el 1 de agosto de 1944 cuando los polacos se levantaron contra los invasores nazis y lo hicieron al grito de…

Pamietajcie o Saragosiee! (¡Recordad Zaragoza!)



Monumento al Levantamiento de Varsovia


Fuentes: Soldados polacos en España – Fernando Presa González, Pamietajcie o Saragosiee!, El Periódico de Aragón

domingo, 2 de julio de 2017

Guerra Antisubversiva: La historia que no quieren contar los peronistas



La historia que no nos quieren contar


Jorge Fernández Díaz lee un fragmento del libro “Los 70, una historia violenta” del periodista y escritor Marcelo Larraquy sobre la interna peronista en la década del 70.

sábado, 1 de julio de 2017

Biografía: Jorge Newbery

La fascinante vida de Jorge Newbery, la leyenda de la aviación que murió de forma trágica
Nació un 27 de mayo pero de 1875, y fue príncipe de todos los deportes, rey de los cielos, pionero de las luces de Buenos Aires, y temible con los puños

Por Alfredo Serra | Especial para Infobae

"Amainaron guapos junto a tus ochavas / cuando un cajetilla los calzó de cross / y te dieron lustre las patotas bravas / allá por el año novecientos dos". Del tango "Corrientes y Esmeralda", de Celedonio Flores y Francisco Pracánico

Y no sólo a esos guapos, y de cross. Tampoco hubo quien le ganara en esgrima, en natación, en carreras de autos, en remo, en atletismo.
Nadie en la tierra ni en el cielo parecía capaz de vencerlo. Por eso, al ver su cuerpo hecho pedazos entre los fierros del avión monoplano Morane-Saulnier, caído en el campo de la la estancia mendocina Los Tamarindos (hoy El Plumerillo), su vida entró para siempre en el Parnaso de los ídolos.

Tenía apenas 38 años. Era el primer día de marzo de 1914. Se preparaba para cruzar la cordillera de Los Andes. A las seis de la tarde, una dama le dijo "Quiero verlo volar". Pudo negarse. Pero también era un caballero.

Le pidió su avión al cabo Teodoro Fels, otro as de las alas.  Fels se lo prestó, pero con una advertencia: "Cuidado: una de las alas tironea".
Despegó, empezó a hacer cabriolas… y de pronto el avión se desplomó.
Eran las siete menos veinte de la tarde.

Día negro en pleno carnaval: en Buenos Aires desfilaban las carrozas, volaban el papel picado y el agua florida, y se esperaba la elección de la reina.

Carnaval con réquiem final. Porque se había ido mucho más que todo un hombre en el sentido del coraje. También un pionero de la Buenos Aires gran aldea a la Buenos Aires gran ciudad. Tanto, que fue llamada "la París de Sudamérica". Veamos por qué…



Jorge Alejandro Newbery, nacido el 27 de mayo de 1875 en una casona de la calle Florida, hijo del dentista norteamericano Ralph Newbery y de la argentina Dolores Malargie, fue un iluminado en doble sentido: ingeniero electricista (alumno de Thomas Alva Edison), apenas a sus 20 años fue jefe de la Compañía Luz y Tracción del Río de la Plata, y a sus 25, director general de Instalaciones Eléctricas y Alumbrado del municipio porteño.
Es decir, el hombre de la luz…

Como tal fue profesor, enviado a congresos (Saint Louis, Londres, Berlín). Eso, mientras enseñaba natación en la Armada. Pero los cielos empezaron a llamarlo más que la tierra.

¡Volar! Ese imposible pero posible que imaginó Leonardo Da Vinci en el Renacimiento, y que inauguraron los hermanos Wilbur y Orville Wright en Millville, Indiana, USA, el 17 de diciembre de 1903. Y volar fue la última pasión de Newbery.

Inspirado por el mítico piloto brasileño Alberto Santos Dumont (1873-1932), y acompañado por Aarón de Anchorena, el 25 de diciembre de 1907 (Navidad y nacimiento aéreo…) ¡cruzaron el Río de la Plata en el globo Pampero!, y aterrizaron, ilesos y triunfales, en Conchillas, Uruguay. Empezaba la explosión de "los más pesados que el aire": globos y aviones.

Y en cabalgata. Enero de 1908, creación del AeroClub Argentino, Newbery vicepresidente, y luego presidente. Luego, trágica interrupción de la cabalgata: su hermano Eduardo y el sargento Romero desaparecen mientras volaban en el globo Pampero. Nada se encontró de sus cuerpos ni de la máquina… Pero el peligro fue uno de los alimentos de Jorge.

Preparó y voló los globos El Patriota y El Huracán (tomó su nombre del famoso club de fútbol), batió el récord sudamericano de duración y distancia –550 kilómetros en 13 horas– uniendo Argentina, Uruguay y Brasil… y se divorció de la tucumana Sara Escalante, que no pudo soportar la angustia de verlo desafiar la muerte con la vara cada vez más alta.

En tres años, cuarenta vuelos en globo. Y en 1910, como celebrando el Centenario, logró su brevet de piloto. Y él, con dos tenientes coroneles (Mosconi y López), primeros directores de la Escuela Militar de Aviación, en el Palomar.



Noviembre 24, año 1912. En el monoplano Centenario, una máquina Bleriot Gnome de 50 caballos de fuerza, el "cajetilla que calzó de cross" a los guapos de cuchillo al cinto… ¡primero en cruzar el Río de la Plata!
Y en marzo del 14, cuando Europa empezaba a desangrarse en la Primera Guerra Mundial, aquella bella dama que quiere verlo dibujar proezas en el cielo, la advertencia desechada de Teodoro Fels, y el final.

Apenas veinte días después de su máxima hazaña: el 10 de febrero, en un monoplano Morane-Saulnier, ¡batió el récord mundial de altura!: 6.225 metros. Pero no homologado: el reglamento exigía superar el récord anterior por un mínimo de 150 metroS, y Newbery lo logró por 65.
Es posible que, como muchos dicen, de Jorge Newbery "sólo se sabe que es un aeroparque".

Sin embargo, su nombre también atesora récords: siete tangos en su honor, una película ("Más allá del sol", 1975), un monumento en Villa Lugano, cuatro escuelas, quince clubes en todo el país, once calles, tres barrios, una plaza, y los premios anuales Jorge Newbery del gobierno porteño a los mejores deportistas.

Y como esta evocación empezó con un tango, así termina.

"En un abrazo inmortal / la guitarra y el poeta / sollozan por el atleta / de la Aviación Nacional / ¡Newbery, el cóndor genial / que fue en sublime locura / a seis mil metros de altura / rompiendo brumas ignotas / cayó con las alas rotas / en la negra sepultura!

Acertijo: ¿quién escribió la letra, quién lo cantó primero?

viernes, 30 de junio de 2017

Nazismo: Encuentran diario alemán de 1943 en reliquias nazis

Encontraron un diario nazi de 1943 dentro de una de las gorras secuestradas en San Telmo
El hallazgo refuerza la idea de que son artículos originales
Infobae




Cuchillos, dagas, medallas, hebillas, un lienzo y gorras. En total fueron 76 los objetos nazis que secuestró la Policía Federal Argentina (PFA) durante un operativo en una galería del barrio porteño de San Telmo.

La autenticidad de los objetos con simbología nazi era una de las cosas que la División Unidad de Investigación de Conductas Discriminatorias de la PFA buscaba determinar, y una de las cinco gorras secuestradas en el local 3 de la Galería Inmaculada Concepción, ubicada en Defensa 845 brindó una pista inesperada.



Dentro del gorro militar los efectivos policiales hallaron una amarillenta y ajada hoja de un diario nazi publicado el 10 de diciembre de 1943. Se trata de una publicación que el NSDAP, el partido de Adolf Hitler, tenía en el "Gau" de Baviera. Los Gau eran las divisiones administrativas de la época del Tercer Reich, presididas por los "Gauleiter", que muchas veces eran viejos miembros de la agrupación del genocida, de los tiempos anteriores a su nombramiento como canciller en 1933.

Los cinco gorros militares fueron apenas una parte de los 76 objetos nazis hallados hoy durante un allanamiento en una galería en San Telmo. La PFA también encontró cuatro cascos, un birrete, cinco dagas, dos cuchillos, cinco hebillas, un lienzo y 53 medallas, todas ellas con simbología nazi como esvásticas, la cruz de hierro y el águila imperial.



Hasta el momento no hay personas detenidas, pero sí quedó imputado el dueño del local, que deberá presentarse ante el fiscal acusado de violar el artículo 3° de la ley 23.592, que regula los actos discriminatorios. Si es hallado culpable, podría ir a la cárcel por hasta tres años.

jueves, 29 de junio de 2017

Coraje en combate: 5 batallas en que los cojones se impusieron (2/2)

5 Batallas donde el espíritu luchador superó las adversidades
Parte 2
Andrew Knighton | War History Online


Gettysburg - Little Round Top


Thure de Thulstrup "La batalla de Gettysburg"

La acción en Little Round Top el 2 de julio de 1863, el segundo día de la Batalla de Gettysburg, es justamente uno de los incidentes más famosos de la Guerra Civil Americana.

La colina de Little Round Top estaba en el flanco izquierdo de la línea de la Unión, indefensa frente a un avance confederado. Su caída habría dado a los Confederados la oportunidad de convertir a todo el ejército de la Unión, ganando la batalla y posiblemente incluso la guerra.

Las tropas de la Unión llegaron justo a tiempo, y en su flanco extremo estaban el Maine 20, comandado por el Coronel Joshua Chamberlain. Superados en número de tres a uno, el Maine 20 se dobló de nuevo a un ángulo de noventa grados durante un tiroteo de corto alcance. Después de una hora, la mitad de sus hombres estaban fuera de acción y su munición fue gastada casi por completo.


Viendo que no podían detener otro ataque, Chamberlain decidió tomar medidas desesperadas. Tenía la 20ma bayoneta de la corrección de Maine y carga en la cara de los rifles enemigos. A medida que los hombres vacilaban, el teniente Holman S. Melcher corrió hacia adelante, agitando su espada y gritando "¡Vamos, muchachos!" Siguiendo su ejemplo valiente, el vigésimo Maine cargó por la colina, rompió dos líneas de tropas confederadas y tomó más prisioneros que ellos Tenían hombres para guardarlos. El flanco izquierdo había sido salvado y con él la Unión.

Sitio de Hamaitá



Vista de planta de la Fortaleza de Humaitá.

A veces superar las probabilidades no es sobre la victoria, sino sobre la supervivencia. Para las fuerzas paraguayas en el sitio de Hamaitá, esto significaba sobrevivir en la cara no sólo del enemigo sino de su propio presidente.

En el invierno de 1867-1838, la Fortaleza Paraguaya de Humaitá fue sitiada por fuerzas brasileñas y argentinas, parte de una coalición contra Paraguay que también incluyó a Uruguay. Paraguay estaba entonces bajo el gobierno de Francisco Solano López, un dictador megalomaníaco cuya ambición militar devastaría su país. Cuando Humaitá se vio rodeado por una fuerza más grande, López retiró a la mayor parte de sus tropas del fuerte, dejando una pequeña guarnición bajo el coronel Francisco Martínez.

Completamente rodeado, Martínez y sus hombres se redujeron a comer sus caballos y cualesquiera raíces pudieran forrajear. Empujaron un ataque por fuerzas que superaron en gran medida a ellos. Al darse cuenta de su desesperada situación, Martínez pidió el 19 de julio que le permitieran retirar a sus hombres. López le ordenó que mantuviera el fuerte durante cinco días más.

Cuando Martínez se retiró el 24 de julio, él y sus hombres habían estado sin comida durante días. Habían sostenido el fuerte frente a abrumadoras adversidades y bajo órdenes imposibles. Sin embargo, incluso, después de todo, esto, López a muchos de ellos habría de torturarlos y fusilarlos por rendir la fortaleza.


Los Worcesters en Geluvelt



El 31 de octubre de 1914, los Aliados se acercaron a perder la Primera Guerra Mundial. Un ataque alemán masivo al este de Ypres aplastó a los británicos en Gheluvelt, amenazando con romper la línea aliada, destruir la Fuerza Expedicionaria Británica y tomar los puertos del Canal.

Tres compañías del 2do Batallón, el Regimiento de Worcestershire, marcharon en la brecha - las últimas reservas británicas disponibles. Mientras los proyectiles de artillería explotaban a su alrededor, y el fuego enemigo tomó a más de cien hombres, avanzaron impávido sobre Gheluvelt. Retratantes rezagados les dijeron que avanzar significaba muerte segura, pero seguían avanzando. Las tropas alemanas numéricamente superiores, que nunca esperaban un avance contra esas abrumadoras probabilidades, fueron sorprendidas. Los Worcesters retomaron a Gheluvelt, y con él aseguraron la línea Aliada.

Como dijo el mariscal de campo Sir John French: "Los Worcesters salvaron al Imperio".

miércoles, 28 de junio de 2017

Roma: La batalla de Farsalus

La batalla de Farsalus: cómo César ganó una guerra civil mientras que era superado a dos a uno

Andrew Knighton | War History Online




La batalla de Pharsalus era una de las más importantes en la carrera de Julio César. Luchó el 9 de agosto de 48 aC, fue el punto de inflexión que le dio la victoria en la guerra civil de Roma, tomando el control del imperio y efectivamente acabar con el gobierno republicano bajo el que se había dirigido durante cientos de años.

La guerra civil de César



Los romano en el 56 aC, cuando César, Craso y Pompeyo se reunieron en Luca para una conferencia en la que decidieron: añadir otros cinco años al proconsulso de César en la Galia; Para dar la provincia de Siria a Craso ya ambas España y África a Pompeyo. Crédito de la imagen.

La Gran Guerra Civil Romana, también conocida como Guerra de César, fue la culminación de un conflicto político de larga duración dentro de la élite romana. Los Populares, un grupo de líderes de la clase senatorial, habían tomado el uso de las asambleas populares y el apoyo popular para lograr un mayor poder y avanzar sus políticas. Esto alarmó a los Optimates, el grupo conservador del Senado, que veía el poder del Senado y la aristocracia ser erosionados por esta combinación de demagogia y voluntad popular.

Esto llegó a un clímax con la caída de Cayo Julio César y Cneo Pompeyo Magnus, recordado por la historia como Pompeyo el Grande. Los dos habían sido anteriormente aliados políticos dentro de un grupo de tres hombres que gobernó extraoficialmente Roma. Con el final de ese triunvirato, Pompey se alineó con los optimates para frenar el poder de César.


César respondió marchando su ejército sobre Roma. Los optimatos huyeron a las posesiones romanas en Grecia, para darles tiempo para montar un ejército. Después de afirmar el control sobre otros territorios romanos, César los siguió.


Los lideres



Busto de Julio César en el Museo Británico. Autor de la foto.

Julio César procedía de una familia senatorial, parte de la aristocracia que gobernaba Roma. Su familia había tenido una importancia relativamente menor en las últimas décadas, pero César terminó con eso. Formando una alianza con Pompeyo y Craso, se le concedió el consulado y el mando de los ejércitos romanos en la Galia durante diez años. A través de su desempeño superior como general, derrotó a los galos, ganando enorme riqueza, prestigio y popularidad entre el ejército y las masas.

Pompeyo comenzó su carrera en el ejército antes de entrar al Senado. Él sirvió en la guerra social y la guerra civil que vinieron una década antes del triumvirate. Sobre la base de sus éxitos tempranos, le dieron recursos masivos para combatir a los piratas en el Mediterráneo oriental, una guerra que ganó rápidamente. Campaña más al este, fue el primer romano en conquistar Jerusalén.


Pompeyo el Grande.

Estos dos hombres formaron una alianza secreta con un tercer hombre, Craso. Craso trajo su riqueza al grupo, el poder militar de Pompeyo, y la fama de César, y durante un tiempo, fueron la amenaza que los optimatos temían. Pero después de la muerte de Craso en el 53 aC los otros dos cayeron. La guerra siguió pronto.


Los ejércitos



Infantería auxiliar romana cruzando un río. Autor de la foto.

El ejército que César había llevado a Grecia sólo tenía la mitad de los hombres que esperaba ocupar. Había intentado atravesar el Adriático en dos grupos, pero el segundo fue bloqueado por la flota de sus oponentes. Consecuentemente, aunque colocó ocho legiones, estaban bajo fuerza, dejándole con 22.000 infantería, apoyados por alrededor mil caballería.


Pompeyo marcó el doble número de César. Sus once legiones estaban en plena fuerza, ascendiendo a 45,000 hombres. Fueron apoyados por 7.000 caballería.

El ejército de César era un lote mixto. Algunos eran veteranos de sus guerras galas. Estas tropas experimentadas, que incluían a la Legión X Equestris, la favorita de César, eran leales al hombre que les había dado fama, fortuna y éxito. El resto de sus legiones habían sido impuestas especialmente para la Guerra Civil.

Desplegando para la batalla



Despliegue inicial de fuerzas en la batalla de Pharsalus, el 48 de agosto AC. Crédito de la imagen.
Pompeyo tenía todas las ventajas de entrar en la batalla. Tenía el terreno más alto, tenía el doble de hombres y, a diferencia de César, no se le acababan los suministros. Podía optar por luchar en condiciones favorables, mientras que su oponente tenía poca opción pero aceptar la batalla.

Para el comandante del ejército optimista, Pompeyo se acercó a la batalla de manera conservadora. Sus legiones estaban dispuestas en las tres líneas tradicionales, cada diez hombres de profundidad, con las tropas más duras en los flancos. A su derecha estaba el río Enipeo, a su izquierda su caballería masiva.

César también se desplegó en tres líneas, pero tuvo que reducirlos a seis hombres de profundidad para cubrir la longitud del ejército de Pompeyo. Sacó a algunos hombres de estas filas para formar una cuarta línea oculta a su derecha, respaldando a su caballería superada en número en la carga que esperaba de los jinetes de Pompeyo. La décima legión, endurecida por la batalla, sostenía el extremo derecho de la línea principal.


La pelea

Sabiendo que el tiempo estaba de su lado, Pompeyo esperó a que César atacara. Pero su precaución le costó, ya que se retuvo con tanto éxito que las tropas de César fueron capaces de descansar a medio camino de su avance, la reforma y la captura de su aliento. Por fin, César alcanzó las líneas de Pompeyo, y las dos fuerzas de infantería se enfrentaron.

Mientras tanto, Pompeyo lanzó su caballería a la izquierda, empujando atrás los de César y desordenado en el proceso. Fue entonces cuando entró en juego la cuarta línea oculta de la infantería cesárea. Contraatacando inesperadamente a la desorganizada caballería con sus lanzas, los derrotaron, enviándolos huyendo de las líneas de Pompeyo.



Ahora César lanzó todo el peso de sus fuerzas en la batalla. Al otro lado del campo, su tercera fila ascendió, la última de sus reservas se unió al cuerpo a cuerpo mientras que la cuarta línea marchaba alrededor y atacaba el flanco expuesto de Pompeyo.

El ejército de Pompeyo se derrumbó. El general huyó a su campamento fortificado, reunió a su familia y huyó del país. Poco después, las tropas de César invadieron el campamento.

El resultado

Los informes de los números de las batallas antiguas siempre tienen que ser tomadas con una pizca de sal, debido a una tendencia hacia la exageración literaria. Sin embargo, está claro que Pompeyo y los optimistas perdieron mucho más hombres. El propio César afirmó que perdió 30 centuriones y 200 legionarios, mientras que Pompeyo perdió 15.000 muertos y 24.000 capturados, con nueve de sus preciosos estándares de águila incautados.

La guerra no había terminado. Pompeyo fue a Egipto, donde fue asesinado por un rey que esperaba obtener el favor de César. César se vio envuelto en la política egipcia, incluso mientras limpiaba al resto de sus oponentes romanos. Pero después de su victoria contra números abrumadores en Pharsalus, él nunca más enfrentaría un desafío militar serio de dentro de Roma.

martes, 27 de junio de 2017

Vikingos: La espada nazi

La espada Sæbø una espada vikinga del siglo IX con una inscripción de esvástica 
Vintage News




La espada de Sæbø, también conocida como la espada de Thurmuth, es una espada Vikinga del siglo IX, encontrada en una carretilla en Sæbø, Vikøyri, en la región de Sogn de Noruega en 1825. Ahora se exhibe en el Bergen Museum de Bergen, Noruega. La espada tiene una inscripción en su hoja, que ha sido identificada como una inscripción rúnica que incorpora un símbolo de la esvástica por Stephens (1867). La hoja está mal preservada, y la inscripción apenas legible, pero si la interpretación de Stephens es correcta, la espada sería un ejemplo único de una espada de época vikinga con una inscripción de hoja rúnica.


Dibujo de George Stephens de la espada Sæbø y detalle de la decoración incrustada en el reverso 

La propia espada es categorizada como "Tipo C" por Petersen (1919), quien señala que es única en mostrar restos de un hilo metálico en los costados de la empuñadura superior, en comparación con otros especímenes del tipo que muestran crestas horizontales o protuberantes Bordes o menos frecuentemente incrustaciones de rayas forjadas o molduras sobresalientes que parecen ser imitaciones de hilo retorcido o liso. Se describe como una imitación de una inscripción de espada extranjera [continental] debido a la falta de paralelos en la tradición nativa. Hay una inscripción realizada en incrustaciones de hierro a lo largo del centro de la hoja, cerca de la empuñadura.


Dibujo de la inscripción publicada por Stephens 

La espada fue descrita en 1867 por George Stephens, un arqueólogo y filólogo inglés que se especializó en las inscripciones rúnicas de Escandinavia, en su libro


Los restos de la inscripción como en exhibición en Bergen Museum

La espada fue descrita en 1867 por George Stephens, un arqueólogo y filólogo inglés que se especializó en las inscripciones rúnicas de Escandinavia, en su libro Handbook ofthe Old-Northern Runic Monuments of Scandinavia and England. En este trabajo mostró un dibujo de la espada con una inscripción muy clara que comprende cinco runas o letras rúnicas con un símbolo de esvástica en el centro. Según Stephens, la inscripción dice "oh 卍 muþ" de derecha a izquierda. Interpretó que la svástica era usada en la escritura de los rebus para representar la sílaba þur para el dios Thor, y así amplió la lectura a "oh Þurmuþ", significando "Pertenece [a], Thurmuth". Esta lectura se inspiró en la idea de que la esvástica se utilizó como símbolo de Thor (más precisamente, del martillo de Thor) en el paganismo de la era vikinga nórdica. Fue objeto de discusión académica en el Congreso Internacional de Antropología y Arqueología Prehistórica en Budapest en 1876, donde la opinión predominante era que la esvástica representaba "bendición" o "buena suerte".


Espada vikinga (siglo VIII), encontrada en Sæbø, Hoprekstad, municipio de Vik i Sogn, condado de Sogn og Fjordane, Noruega. Exhibido en el museo de Bergen. Fuente


En 1889, en una reseña de un libro de AL Lorange, Stephens señaló que la espada había sido tratada con ácido mientras que en el museo danés, con el resultado de que la espada y su inscripción fueron gravemente dañados y, en consecuencia, la inscripción mostrada en un color En el libro de Lorange era indescifrable.