domingo, 14 de abril de 2013

Golfo Pérsico: Un resumen de la Primera Guerra del Golfo

La Primera Guerra del Golfo Pérsico: La guerra Irán-Irak (1980-1988) 

escrito por Urogallo, foro EGC 

Antes de la tormenta: 1973-1978 


“Crecí resentido, obstinado y furioso” 

Saddam Hussein. 

Los años 70 fueron una década dedicada por Saddam Hussein a la consolidación de su poder personal. Estableció como base de su fortalecimiento el control absoluto del ejército, en el que veía no solo la única fuerza capaz de deponerle, si no también un instrumento esencial de su política exterior. Las experiencias del ejercito iraquí habían sido invariablemente mediocres, ya que su participación en las sucesivas guerras contra Israel había rozado lo ridículo ( En 1973 sus propios aviones fueron derribados por la AA árabe, en el 67 apenas habían llegado a combatir y en el 48 su actuación fue tan deplorable que habían sido acusados de complicidad con los hebreos) y a pesar de las enormes inversiones en armamento moderno era incapaz de vencer a la resistencia Kurda. Saddam consiguió apaciguar el problema del Kurdistan pactando con los aliados de sus enemigos, la URSS a la que empezó a comprar material masivamente, e Irán, que retiró sus tropas y su apoyo a cambio de la cesión del control sobre el estuario de Shat el Arab en los acuerdos de Argel de 1975. La posición internacional de Irak era notablemente ventajosa en 1977, puesto que contaba con la benevolente ignorancia de los gobiernos occidentales, la amistad de sus vecinos (excepto Siria, cuya ambición de formar una república unificada con Irak Saddam había frustrado) y el apoyo de la URSS y Francia, sus grandes proveedores de armamento. Para 1980 era todo un símbolo del tercer mundo, tanto que esperaba ser nombrado en 1984 sucesor de su amigo Fidel Castro al frente de la organización de los países no alineados. 

La Revolución Islámica Iraní y sus consecuencias 


"Mis principales enemigos, son, primero el sha, luego el satán norteamericano y después Saddam Hussein y su infiel partido Baas". 

Ayatollah Jomein, 1978, Paris. 



Con la llegada al poder del Ayatollah Jomeini llegaron también los intentos de exportar la revolución islámica. El primer objetivo no podía ser otro que Irak, donde una numerosa comunidad chiíta vivía sometida al otro lado de la frontera a un régimen laico-sunnita Jomeini había vivido exiliado varios años entre la comunidad chiita irakí, por lo que tenía un amplio predicamento entre los clérigos de la zona, que se sintieron alentados por su éxito. En 1977 había alentado la disidencia del ayatollah Sadr, que organizó una ofensiva terrorista contra el gobierno iraquí. Capturado y ejecutado, su muerte ocasionó una revuelta a gran escala en el sur de Irak, que culminó con miles de ejecutados y decenas de miles de deportados a Irán. Desde Abril de 1980 los choques militares a lo largo de la frontera fueron aumentando la tensión que el propio Jomeini producía llamando públicamente a la rebelión en Irak y al derrocamiento de Saddam Hussein. En realidad, a pesar de sus excelentes relaciones con el depuesto Sha, Saddam había intentado intercambiar su apoyo al nuevo régimen por una revisión del acuerdo de Argel, de 1975, por el que había cedido a Irán el control de Shat el Arab. Pero el ayatollah, que veía en Saddam un cadáver político, se negó a ceder un ápice. Todos los intentos de acercamiento de Saddam fracasaron, a pesar de que el dictador no dejó de realizar gestos destinados a apaciguar a los chiítas del sur y a reorientar la propaganda del poder en un sentido religioso. Saddam era un superviviente, y sentía que los nuevos vientos ya no soplaban del lado de los líderes socialistas como el, si no de los integristas. Pero Jomeini no dio su brazo a torcer. El 17 de septiembre de 1980, Saddam, que veía mucho mas amenazada su posición como líder que la seguridad de su país, denunció unilateralmente el acuerdo de Argel, lo que suponía, aunque el confiado Jomeini no quisiera verlo, una declaración de guerra. La ceguera del dirigente islamista es tanto mas increíble si tenemos en cuenta que disponía, al menos desde julio del mismo año, de una copia del plan de ataque iraquí. Fue proporcionado por los soviéticos, a través de intermediarios, como medio de castigar el acercamiento iraquí a occidente y su política independiente. Muy posiblemente Jomeini esperaba y deseaba la guerra, y esperaba llegar a ella contando con la ventaja de estar en la situación de agredido, y no la de agresor. Si esto sucedió realmente de este modo, su postura sería muy semejante a la de los israelíes en 1973. 

La Invasión de Irán 


“Atacando por sorpresa en las primeras horas del día, tras años de recogida de información, la aviación israelí aplastó en el suelo a la aviación Egipcia. En unas pocas horas un puñado de pilotos decidieron el curso de una guerra”. 

El 22 de septiembre de 1980, aprovechando las primeras luces del amanecer ( posiblemente debido a la escasa capacitación de los pilotos para el vuelo nocturno), la aviación iraquí atacó 10 bases aéreas iraníes, incluidas las de la misma capital, Teherán. Lo que Saddam Hussein pretendía era una repetición del exitoso ataque por sorpresa que en 1967 había destruido en tierra a la aviación egipcia. Incluso contaba con un avión que en su imaginación era una versión superior del Mirage III que emplearon los judíos, el Mirage I. Su gran amigo Jacques Chirac se lo había suministrado a un precio un millón de dólares inferior al del resto de compradores cómo una cortesía especial. Autoproclamado mariscal de campo, como su admirado Stalin, a nadie se le ocurrió mencionarle que el Mirage I era un caza puro, no un cazabombardero como el Mirage III. 

Los pilotos iraquíes ametrallaron a placer las bases enemigas, pero sin una carga de bombas o misiles adecuada no lograron destruir la capacidad de respuesta iraní. Aquel mismo día los Phamtom enemigos ya lograron, no solo despegar, si no hundir 4 buques iraquíes y arrasar 2 campos de aviación como represalia. Además, también se concentraron a fondo en un objetivo realmente valioso como era el sistema de refinerías iraquí...Incluso en medio de la confusión del ataque por sorpresa los iraníes seleccionaron sagazmente el objeto de sus represalias. Aquello no tenía nada que ver con la respuesta caótica que Saddam esperaba de la recientemente purgada cúpula de las fuerzas armadas. El plan de Saddam era limitado, y se fundaba en los datos aportados sobre la situación interna de Irán que obtenía de los generales del Sha exiliados en Bagdad. Se le convenció de que no existía ninguna posibilidad de que el enorme y bien armado ejército imperial se enfrentase a el, ya que las purgas de los islamistas lo habían reducido a la impotencia...Incluso en el caso de que Jomeini consiguiese improvisar algún tipo de fuerza defensiva, la falta de suministros derivada del bloqueo occidental le impediría prolongar su esfuerzo militar contra las bien armadas tropas iraquíes. Además Irak solo tenía interés en asegurar Shat el Arab y lograr ocupar algo de territorio iraní que pudiese ser intercambiado luego por cesiones diplomáticas de bajo nivel...Incluso cabía la posibilidad de que una rápida derrota de Jomeini alentase a la rebelión interior...Ninguna de estas optimistas previsiones habría de cumplirse. 

Crisis de la ofensiva 


“Se ha producido la segunda Quadisiya, hemos aplastado de nuevo a los persas”. 

Saddam Hussein. 

El ejército iraquí aún no tenía las proporciones colosales de 1991, y además se destinaron solo 6 divisiones de las 12 existentes a la campaña, lo que limitó mucho la capacidad operativa de los comandantes. Saddam estableció 7 objetivos distintos a lo largo de toda la frontera, contando solo con la oposición de una única división acorazada enemiga. El objetivo principal era la gran ciudad de Abadan, pero antes de Abadan, era imperativo tomar Jorramshar, una ciudad menor que controlaba los accesos de aquella más allá del río Rarum. Sin embargo nadie podía esperarse el arrojo con el que los iraníes estaban dispuestos a defender su nación, bloqueando a los 60.000 iraquíes y sus 1.000 carros, con menos de 10.000 hombres. Sin mas que armas ligeras y de ocasión, la escasa guarnición improvisada rápidamente mantuvo a raya a los iraquíes hasta el 24 de octubre, causándoles unas 7.000 bajas, y la perdida de más de 100 vehículos.¡Y Jorramshar solo era una ciudad sin importancia defendida por una guarnición de milicianos sin armamento!.El ejército iraní, en proceso de reorganización, aún no suponía una amenaza inmediata, pero con 45.000 bajas en su relativamente reducida fuerza de invasión, a cambio de una ganancia territorial que en ningún caso iba más allá de los 40 kilómetros, Saddam perdió las ganas de seguir combatiendo. Ordenó que sus tropas se detuviesen y mantuviesen las posiciones, a pesar de que no había logrado ninguno de sus objetivos militares, y que sin lograr la ocupación de Abadán la salida de Irak al mar seguía dominada por los iraníes. Quizás confió en una solución política facilitada por la incapacidad de los ayatollahs y de su régimen de asumir el castigo sufrido hasta el momento. Pensando desde el principio en una solución negociada al conflicto, trató de reducir al mínimo el nivel de la agresión, confiando en ganarse la benevolencia del pueblo persa...Al igual que en tantas ocasiones posteriores, Saddam se equivocó por completo. 

Irán acepta el desafío 


“Esta fuente mana sangre de mártires, de mártires de Irán que ya gozan del paraíso”. 

En Teherán Jomeini vio en la guerra no solo la posibilidad de unir a su pueblo frente a un enemigo ancestral, consolidando su poder y la revolución islámica, si no también la ocasión de derrocar a Hussein y convertir a Irak en otra nación islámica chiíta. Para agravar aún más la situación, Jomeini, a pesar de su fanatismo no cometió el error de creerse un genio militar. En lugar de tomar el mando directo de las tropas, delegó este en su segundo, Hashemi Rafsanjani, un antiguo oficial del Sha expulsado del ejército por sus actuaciones sediciosas y que demostró cierta capacidad como comandante. Los islamistas iraníes aceptaron la guerra, y en aquel momento Saddam debió comprender la magnitud de su error. A la hora de planear una campaña hay que asumir todos los riesgos posibles, y el de una guerra convencional y a gran escala contra Irán era uno que Irak jamás debería haber aceptado. Mucho mas extenso y poblado, con amplio acceso a mares navegables, la misma geografía hacía casi imposible que Irán perdiese la guerra, pero en cambio facilitaba mucho que la ganase: Incluso en el caso de que los iraquíes hubiesen conseguido avanzar en el sur, solo habrían tenido por delante kilómetros y kilómetros de tierras sin valor donde habrían sido vulnerables a un ataque de flanco desde las montañas del norte. Los iraníes, si lograban romper el frente iraquí, solo tenían delante un desierto indefendible, donde además les esperaban sus correligionarios chiítas. Con la caída de Basora, Bagdad mismo no habría tenido defensa posible. Por si fuera poco, los objetivos principales para la aviación Iraquí estaban muy alejados de la frontera común, mientras que los objetivos iraquíes estaban muy próximos a la misma. Si a esto añadimos la nula capacidad demostrada por la defensa antiaérea iraquí y la calidad de los restos de la fuerza aérea imperial iraní, el futuro no se mostraba prometedor para Saddam Hussein. Su viejo amigo Jacques Chirac, dispuesto como siempre a echar una mano, aceleró la entrega de más Mirage I, que seguirían nutriendo regularmente la fuerza aérea iraquí durante todo el conflicto hasta superar los 328 aparatos suministrados en versiones adaptables tanto al empleo de los exocet como a la defensa aérea y el reconocimiento avanzado, misión en la que luego serían sustituidos por los Mig-25 soviéticos. 

Desde el primero momento ambos bandos trataron de privar al otro de su principal fuente de divisas, el petróleo, pero como ya hemos comentado resultaba mucho mas fácil para Irán colapsar la concentrada industria de extracción iraquí. Por si fuera poco, el control de Abadan bloqueaba la salida del crudo iraquí, mientras que Irán podía enviarlo al mercado a través de sus puertos en el Indico, fuera del alcance de la aviación iraquí. Al menos, de momento.... 

La contraofensiva iraní: Los Guardias Islámicos 


“Hemos venido a combatir contra Irak. Hemos abandonado a nuestras familias. Este chico solo tiene 14 años. ¡Y ha venido a combatir!”. 

Declaraciones de un guardia islámico. 

En Mayo de 1981, tras varios meses de intensos preparativos, el ejercito iraní lanzó una contraofensiva que consiguió hacer retroceder varios kilómetros a los iraquíes. La ofensiva se repitió con éxito en octubre, pero para entonces era evidente que los restos del ejército del Sha no estaban en condiciones de ofrecerle a Jomeini la victoria decisiva que esperaba. Por eso en Noviembre, la siguiente ofensiva estuvo dirigida por los voluntarios de la guardia revolucionaria islámica pasdaran. Igual que los terroristas suicidas islámicos, pero a gran escala, los jóvenes guardias revolucionarios se lanzaban buscando el martirio y el paraíso contra las posiciones iraquíes hasta que lograban colapsarlas. Esto permitía el avance de los regulares que consolidaban las nuevas posiciones, repitiéndose entonces la maniobra con nuevos contingentes que atacaban la siguiente posición. El efecto de una táctica tan audaz colapsó las posiciones iraquíes en las que cundió el pánico. Para diciembre el sistema de comunicaciones de los iraquíes ya había sido inutilizado mediante la conquista de la única carretera de la zona, lo que hizo imperativo que el ejército iraquí tratase de recuperarla mediante una serie de contraataques que fracasaron sucesivamente y que se prologaron durante todo el mes de febrero de 1982. El propio Saddam Hussein había dirigido las operaciones desde el frente, lo que posiblemente explique por que un ejército moderno y bien armado fracasó a la hora de arrebatar un objetivo táctico a una masa fanatizada y deficientemente equipada. Como siempre los amigos franceses estaban dispuestos a ayudar, y el nuevo gabinete socialista de Mitterrand formalizó un contrato de 2.6 billones de dólares, olvidando el papel agresor de Irak en la guerra. Era un apoyo decisivo si tenemos en cuenta que la URSS, molesta con Saddam, había bloqueado el envío de armas. En Marzo de 1982 los iraníes repitieron sus ofensivas de saturación logrando hacer más de 15.000 prisioneros durante una nueva "retirada estratégica" iraquí. La desbandada llegó a tales extremos que el propio dictador estuvo a punto de ser capturado, siendo salvado en el último momento por una ofensiva de sus propias tropas y la decidida protección que le brindó su numerosa escolta. El mando persa apostó fuerte, y en una serie de ataques masivos lanzados durante el mes de mayo lograron recuperar Jorramshar, su ciudad mártir, y hacer más de 22.000 nuevos prisioneros. La capacidad de ataque de los iraníes, a pesar de las enormes bajas, no dejaba de ir en aumento. Desesperado , Saddam declaró en junio el alto al fuego unilateral el 10 de junio, aprovechando que el día 6 Israel había invadido el Líbano. Propuso el cese de las hostilidades, y el inmediato envío de los ejércitos iraquí e iraní en apoyo de los hermanos musulmanes atacados (1). Para dar pruebas de su buena fe ordenó el abandono inmediato del escaso territorio iraní aún en su poder... 
Pero situado a la puerta de Irak y con la victoria en sus manos Jomenini no iba a renunciar a la posibilidad de conquistar todo el país, por lo que el 14 de Julio declaró el inicio de otra ofensiva que ya tenía como objetivo directo la invasión de Irak y el derrocamiento del infiel Saddam. 

Irak. El frente interior 


“Tu mandas Saddam, nosotros obedecemos”. 

Con 100.000 muertos a sus espaldas, y una cifra indeterminada de heridos y prisioneros, el liderazgo de iraquí sufrió una fuerte crisis, que además se vería agravada por el fin del dorado maná del petróleo. Los sirios, que habían formalizado una alianza tácita con los iraníes, cerraron el paso del crudo iraquí por su territorio. Si a eso le sumamos el bloqueo del golfo pérsico y los daños de la industria de extracción, la situación financiera se tornó critica. Saddam había tratado de mantener su popularidad entre el pueblo sosteniendo artificialmente el elevado nivel de vida de antes de la guerra a costa del gasto de divisas. Además gastaba sumas fabulosas en premios y recompensas a las familias de los caídos y a los jefes militares, en premio a su lealtad...por lo que la crisis de las ventas de crudo atrapó al país sin reservas económicas. El mando que ejercía sobre sus tropas era absoluto, y se mantenía a base de frecuentes ejecuciones sumarias de oficiales críticos...pero era un mando totalmente ineficaz, que anulaba cualquier ventaja iraquí. Sin embargo la situación militar exigía responsables ante la opinión pública, así se produjo una amplia purga durante el verano de 1982 en la cúpula del ejército. Una vez más, lo importante era el fortalecimiento de su posición de poder, no la crisis bélica. Es en estos momentos cuando comienza a encerrarse en un sistema de protección prácticamente invulnerable, rodeado en todo momento de una guardia pretoriana adepta a su persona, que diseña un sistema de seguridad totalmente paranoico, en el que solo Saddam Hussein va a saber realmente donde se encuentra en cada momento. Dentro de esta política podemos enmarcar la creación de la Guardia Republicana, una fuerza militar del partido destinada a proteger Bagdad de un posible golpe militar tanto como de una penetración iraní y que irá creciendo a lo largo del conflicto como si de unas nuevas SS se tratase...aunque mucho menos eficaces. En 1983 tuvieron su bautismo de fuego cerrando con una brigada una brecha en las líneas de defensa de Basora. En 1985 lograron una victoria táctica operando a nivel divisionario, acelerando así su ampliación imparable. 

Fortaleza Irak 


“Fortificar es vencer. Fortificar es la consigna del partido”. 

Dolores Ibárruri, 1936. 


A partir de 1982 los iraníes tomaron Basora como objetivo principal de sus ataques, convencidos de que la captura de la capital chiíta del país derrumbaría el régimen de Saddam. Sin embargo, en ese momento, la guerra dio un nuevo giro. El ejército de Irak había sufrido muchas derrotas, pero había logrado retirarse en todas las ocasiones tanto gracias a su superior dotación de vehículos como a las deficiencias iraníes en ese campo. Tras cada batalla victoriosa, los iraquíes podían huir rápidamente, sin darle tiempo a los iraníes de fijar al enemigo y rodearlo. Por eso, una y otra vez, el ejército de Irak había sido capaz de retroceder y montar un nuevo frente. Ahora, en las fronteras de su propio país, los iraquíes experimentarían una autentica oleada de patriotismo. Enfrentados a la posibilidad de una conquista persa, los árabes iraquíes recuperaron su ardor combativo en defensa de sus hogares. Además los ingenieros militares de Saddam habían diseñado un sistema defensivo colosal, basado en una triple red de trincheras, apoyadas por la aviación y la artillería. Los iraquíes operaban ahora en líneas interiores, con toda la infraestructura viaria de su país empleada en apoyar su defensa. Por su parte, los iraníes operaban al límite de una estructura logística ineficaz, agravada por su incapacidad para lograr obtener armamento en el extranjero. Las oleadas humanas iraníes, enfrentadas a posiciones fijas y a la superior potencia de fuego iraquí eran masacradas sin cesar. Por si fuera poco, a medida que avanzaba la guerra mas y mas equipo aéreo iraní se quedaba en tierra por falta de repuestos, mientras que la fuerza aérea iraquí no dejaba de aumentar, añadiendo su potencia de ataque a la defensa. (2). Hay que decir que la participación de la fuerza aérea iraquí en el conflicto estuvo muy por debajo de lo que se podía esperar, sobre todo teniendo en cuenta que no existía oposición enemiga. La confianza del ejército en la protección de sus fuerzas aéreas era tan limitada, que no es estableció ningún sistema de identificación amigo / enemigo, por lo que la defensa AA se limitó a ordenar el derribo de cualquier avión que sobrevolase sus posiciones...Lo que condujo a que el 75% de sus bajas aéreas en la guerra las causase el fuego amigo, ya que no existía prácticamente otra posibilidad de ser derribado. Aunque es cierto que la aviación iraquí aceptaba rígidamente el sistema soviético, basado en el control rígido de los aviadores por sus controladores terrestres, esto no justifica que una fuerza aérea tan numerosa y bien equipada realizase una contribución militar tan limitada. Se calcula que desde 1984 las fuerzas aéreas iraquíes no contaron en ningún momento con menos de 800 aparatos disponibles, una cifra apabullante, contra un Irán que difícilmente podía tener en el aire a 50 Phamtom, a coste de canibalizar su flota de 239 aparatos. Ni siquiera hay pruebas de que sus excelentes F-14 Tomcat ( Entre 8 y 16) llegasen a volar en algún momento de la guerra. 

La ayuda de los aliados 


“Con Vietnam del Sur cayeron Laos y Camboya. Si caía Irak caían Jordania, Kuwait y Arabía Saudita”. 

Una ventaja añadida vino del decisivo giro de la diplomacia soviética, que vio en los iraníes pro-afganos y expansionistas un peligro latente para sus posiciones en Oriente Medio y Asia Central. Para 1983 el suministro de material soviético superaba los niveles de pre-guerra, y seguía aumentado. Los repuestos y el apoyo técnico eran vitales para un país que disponía de un 70/80% de material soviético dotando sus fuerzas. 1.200 consejeros soviéticos llegaron escalonadamente a Irak, haciéndose cargo del diseño del sistema defensivo y colaborando con los mandos del ejército y la aviación. Con su consejo experto, que Saddam podía aceptar sin temor a un desafío a su poder, el sistema defensivo de Basora se consolidó definitivamente. Los iraníes lograron ganar casi 6 kilómetros a base de bajas humanas colosales, pero sus avances eran inevitablemente contenidos, e incapaces de consolidar sus conquistas se retiraban perseguidos por el fuego iraquí.(3). Los ayatollahs estaban obsesionados con la posibilidad de tomar Basora e instaurar una nueva republica chiíta, por lo que se negaron a aceptar que la posibilidad de colapsar las defensas iraquíes estaba más allá de sus posibilidades militares. Siguieron llamando incesantemente al martirio y a la guerra santa, fanatizando a los jóvenes guardias de la revolución. No se estaba jugando el destino de una provincia iraquí...si caía Basora, caía Irak, y con Irak la revolución islámica se extendería como la pólvora por los débiles países que bordearían la nueva republica fundamentalista. Este fue un error de amplio calado, puesto que convención a las monarquías petrolíferas de la necesidad de apoyar a Irak con un río de divisas. Los franceses, poco dispuestos a perder sus lucrativos negocios, aceptaron ceder a crédito aviones de ataque Super-Eténdard y un suministro ilimitado de misiles anti-buque exocet. La misión de estos aviones sería masacrar a los petroleros iranies a una velocidad sorprendente: Entre marzo y agosto de 1984 más de 70 buques enemigos fueron hundidos por el mortífero binomio galo que ya había demostrado su extraordinaria capacidad en la guerra de las Malvinas, asediando la isla de Kharg, principal puerto iraní de exportación en el golfo pérsico. Durante toda la guerra Francia suministró 848 misiles exocet, de los que al menos 500 fueron empleados en acciones de guerra. 

La Guerra de Desgaste 


“Los alemanes se quedarán sin hombres antes que nosotros”. 

Douglas Haigh. 1917. 

Para finales de 1984 ya habían caído 180.000 iraquíes, a los que hay que añadir 500.000 heridos. Irak asumía un coste proporcionalmente mayor, ya que a sus 65.000 muertos, había que sumar 250.000 heridos y 60.000 prisioneros sobre una población de solo 18 millones de habitantes, muchos de ellos opuestos al régimen, frente a los 54 de Irán. Los ayatollahs también tenían que combatir su propia disidencia interna, manifestada en importantes atentados, pero en esencia su posición interna parecía mas segura. Ante la evidencia de que a la larga Irak se desangraría antes que Irán, Saddam recuperó el interés por la vida de sus hombres y ordenó la mejora intensiva de las posiciones, siempre con asesoramiento soviético. Aumentó mucho sus fortificaciones y reforzó el empleo masivo de la artillería contra los asaltos enemigos. Aprovechándose también de la nula capacidad defensiva de la fuerza aérea iraní, ordenó una intensificación de los bombardeos sobre las ciudades, tratando de demostrar al pueblo persa que sus lideres eran incapaces de defenderlos. En Bagdad, en cambio, la situación era tranquila, ya que la inexistencia de aviones limitaba las incursiones iraníes a mínimos fácilmente soportables. Jomeini anunció al mundo que no respondería a la agresión, básicamente por que carecía de aviones con que hacerlo. 

La caída de Majnum: El gas mostaza entra en acción 


“Irak es el único país del que puede afirmarse sin lugar a dudas que dispone de armas químicas de destrucción masiva ya que es el único país que las ha usado en el campo de batalla”. 

Los iraquíes, para limitar el frente a cubrir, habían desviados los cursos fluviales creando pantanos artificiales al norte de Basora. Esta táctica se volvió en su contra cuando quedó demostrado que en semejante medio los ligeramente armados guardias islámicos iraníes podían moverse con mayor facilidad que los iraquíes. En enero de 1984 tomaron las islas Majnum, al norte de Basora...los intentos de los iraquíes de expulsarlos fueron inútiles. Los iraníes, en una zona que los iraquíes habían considerado intransitable, mediante pontones y lanchas de fibra de vídeo habían logrado una movilidad notable. Tras grandes batallas, con mas de 500.000 hombres implicados, los iraquíes se mostraron incapaces de expulsar a los invasores. Saddam, desesperado, dio vía libre al empleo de gas mostaza. Las desprotegidas tropas sucumbieron masivamente, pero Irak se abstuvo de seguir usando sus armas tóxicas, ya que su empleo quebraba el apoyo de sus aliados occidentales, fundamentales para mantener abiertas sus vías de aprovisionamiento militar. Por otra parte los equipos de protección NBQ eran baratos y no estaban sometidos a la restricción del armamento, por lo que para 1985 el ejército iraní ya los desplegaba a gran escala. Muchos países occidentales aceptaron hacerse cargo del tratamiento de los heridos, como compensación a la venta de materiales empleados en los ataques químicos. Parece ser que el tratamiento de varios cientos de heridos en territorio español fue nuestra respuesta a las amenazas iraníes al gobierno González de conceder publicidad a los proyectiles de la empresa estatal Santa Bárbara recogidos en el campo de batalla. Proyectiles, que de ningún modo podrían haber sido adquiridos por Irak sin autorización gubernamental...Aunque las fuentes occidentales resumen la defensa iraquí al empleo masivo de concentraciones de gases tóxicos, estas armas implicaban numerosos inconvenientes, ya que el terreno abierto del sur de Irak dirigió las nubes de gases mortales hacía las trincheras iraquíes en numerosas ocasiones. Todo parece indicar que solo se emplearon ante crisis locales de alta gravedad, en un intento de evitar una respuesta semejante del otro bando limitando su empleo. En las ofensivas el uso de estas armas se restringió aún más, ya que las nubes asfixiantes, de persistir sobre la zona atacada, impedían su ocupación por los iraquíes. 

El amigo americano 


“Esta administración no permitirá la implantación del comunismo en América Central”. 

Ronald Reagan. 

La batalla de la opinión pública era decisiva para Saddam, ya que de un modo u otro de ella dependía su suministro de divisas y equipos. Incluso el antes denostado Egipto acudió en su ayuda cuando Hosni Mubarak se mostró dispuesto a ceder material soviético y repuestos que se habían vuelto innecesarios para su ejército con las nuevas compras masivas de armamento americano. No obstante, el resto de potencias occidentales seguía recomendando la neutralidad, aunque tanto Margaret Tatcher como Ronald Reagan habían autorizado las compras de material civil por parte de Irak en sus países, sin contrapartida para Irán. Por si fuera poco, para finales del 84 Irak restablecía relaciones diplomáticas plenas con los EEUU. No obtuvo de América más armas que 2 revólveres de lujo...pero en cambio la CIA se dispuso a proporcionar a Irak un suministro incesante de inteligencia por satélite. Para aquella época, y a través de Israel y con la garantía del magnate Khasoggi, los USA habían proporcionado millones en equipo a los iraníes para sufragar los gastos de la contra nicaragüense (El caso Iran-Contra) con petro-dólares ante la negativa del congreso a proporcionar fondos. Los Israelíes, que seguían temiendo tanto a Hussein como a Jomeini, estaban encantados con la posibilidad de aumentar las bajas mutuas, pero la administración Reagan, totalmente enfrentada al régimen de Teherán, se consideró en la obligación de equilibrar de nuevo la situación. Fue una decisión correcta para mantener a Irak en el campo occidental, ya que para 1986, con la revelación del escándalo Irangate (Iran-Contra) Saddam ya dependía tanto de la inteligencia americana para planificar la defensa de Basora que le resultó conveniente olvidar que había sido el armamento americano el que había alimentado algunas de las ofensivas mas sangrientas de los iraníes. Nuevamente como modo de compensación, la CIA suministró apoyo técnico para la mejora del sistema defensivo iraquí, que se iba a demostrar invulnerable a los sucesivos ataques iraníes, ya que año tras año se iba consolidando con sucesivas mejoras de diseño y construcción. 

Las batallas de las ciudades 


“El Scud era esencialmente una actualización de la V-2, la estrategia de Saddam era esencialmente una actualización de las tácticas de terror empleadas contra Londres en 1944”. 

Este suministro de divisas y material convenció a Saddam de que podía lograr una paz negociada, o incluso el derrumbe del régimen de los ayatollash, intensificando su ofensiva aérea con un ataque masivo con mísiles tierra-tierra SS-12 soviéticos. Hay que recordar que Teherán estaba situada a 650 km de la frontera, por lo que los Scud modificados de los iraquíes posiblemente no hubiesen bastado, aunque si sus versiones mas avanzadas diseñadas con ayuda de Argentina y Alemania Oriental. La ofensiva estaba basada, en su elemento aéreo, en unos 30 Tu-16 Badger y Blinder Tu-22 soviéticos, que sufrieron escasas bajas en el conflicto. Los iraníes habían logrado adquirir armamento semejante en el mercado internacional (4), por lo que su respuesta dio lugar a la llamada "Primera batalla de las ciudades". El agotamiento de los arsenales respectivos retrasó el reinicio de la ofensiva de mísiles hasta 1985, prolongándose entre marzo y abril de ese año en la que sería conocida como "Segunda batalla de las ciudades". Sumado al nivel insoportable de bajas en el campo de batalla, sin ninguna ventaja evidente ya que como agresor, Irán llevaba ya 3 años atacando sin éxito las defensas iraquíes, las batallas de las ciudades erosionaron mucho el apoyo popular iraní a la guerra. Para entonces ya eran comunes las patrullas móviles de reclutamiento, y el flujo de voluntarios disminuía rápidamente. Saddam no tenía mejores perspectivas, y tuvo que rebajar la edad de reclutamiento a 17 años a la vez que prohibir los licenciamientos, pero la aparente invulnerabilidad de los iraníes comenzaba a ceder. Al menos, aparentemente.... 

La caída de Fao 


“¡¿Queréis la guerra total?!” 

Joseph Goebbles, 1943. 

Saddam recibió un golpe inesperado cuando en febrero de 1986 los iraníes rompieron sus sólidasa defensas usando tácticas de infiltración mediante tropas de asalto, propias de 1917.Gracias a su nueva estrategia se adueñaron de la península de Fao, un objetivo estratégico para la toma de Basora. Saddam ordenó de inmediato su reconquista, pero ahora eran los iraníes los que se habían atrincherado y rechazaban a los iraquíes. La propia Guardia Republicana fue empleada masivamente en este cometido, pero fue estrepitosamente derrotada. Sin embargo su proceso de ampliación continuó imparable, ya que su función no era tanto la de reserva estratégica como la de puntal del régimen...No obstante, el poder de fuego de Saddam se hacía notar: A pesar de contar con la ventaja de la defensa y resultar victoriosos en la defensa de Fao, los iraníes sufrieron 20.000 muertos, el doble que los iraquíes. Repitiendo su estrategia de principios del conflicto, Saddam ordenó la toma de Mehran, una ciudad sin importancia al norte del frente de batalla. Tras una conquista sencilla ante la práctica ausencia de defensores , intentó intercambiarla por Fao, pero los iraníes se negaron, y lograron recuperarla en junio tras una contra-ofensiva sorpresa. En medio de una crisis parecida a la de la Alemania nazi tras la caída de Stalingrado, Saddam remedó a Goebbles y su discurso de la guerra total. Reclamó donaciones de sangre masivas, reclutamientos sorpresa en las industrias no esenciales, trabajo obligatorio de no-combatientes en tareas auxiliares, medidas de fomento de la natalidad...En su desesperación, como cada vez que se enfrentaba a una situación límite en el frente de batalla, volvió a sondear la posibilidad de una paz negociada. Pero Irán no estaba interesado en nada que no fuese la rendición incondicional. Irritado, Saddam recrudeció su ofensiva de bombardeo sobre las ciudades iraníes y de presión sobre la industria petrolera enemiga. Los puertos iraníes del indico comenzaron a convertirse en un objetivo usual, con lo que las exportaciones de crudo se volvieron inseguras. A pesar de eso la situación de Saddam era crecientemente desesperada, tanto que incluso corrió el riesgo de ofender a sus aliados empleando nuevamente gases tóxicos en cantidades limitadas contra brechas especialmente peligrosas. 

La rebelión kurda 


“Puedo entender que nos lo hagan a nosotros, somos sus enemigos...Pero este es su pueblo”. 

Declaraciones de un oficial iraní en Halabja. 

El comienzo de 1988 resultó triste en extremo para los halcones de Teherán entre el acoso del partido pacifista, que estaba harto de una guerra de conquista sin conquistas, y el aumento de la oposición popular. Posiblemente al tanto de estas discrepancias gracias a la inteligencia americana, Saddam empleó a fondo a sus fuerzas aéreas, aún bajo su control total: La ofensiva aérea de febrero de 1988, con cientos de mísiles y ataques aéreos masivos fue la mas intensa de toda la guerra, intensidad remarcada por la evidencia de que Irán no tenía modo de responder a aquel derroche de medios. Por si fuera poco, Saddam superó incluso estas crueldades en el frente interno, el Kurdistan, donde los iraníes habían introducido tropas regularmente desde 1983. Saddam había nombrado a un hombre de su confianza para encargarse de un mando autónomo en la zona, su primo Ali Hassan, Alí "el químico" como sería luego conocido. La campaña comenzó con la ejecución masiva de 3.000 prisioneros kurdos, y siguió luego, lenta y metódicamente, con la expulsión de 250.000 habitantes de la zona que eran reasentados mas al sur, en zonas menos montañosas y lejos del apoyo iraní. Sin embargo la insurgencia kurda se mostraba tan indómita como en los años 70, por lo que Saddam autorizó ataques limitados con gases contra más de 20 aldeas kurdas. Sin embargo, en marzo de 1988, dispuesto a apostar fuerte por la victória, Saddam lanzó un ataque sin precedentes, a escala total, contra una pequeña ciudad kurda, Halabja. Gracias a la incapacidad de los pilotos iraquíes para saturar la zona con gases, las victimas no superaron los 5.000, aunque más de 10.000 resultaron afectadas en diverso grado por el cianuro de hidrogeno extendido sobre la zona. Sus actuaciones causaron una pequeña crisis en la opinión pública, ya que las tropas iraníes se apresuraron a trasladar equipos de televisión occidentales a la zona. Los periodistas pudieron atestiguar que la gran mayoría de los muertos eran mujeres, niños y ancianos, y que la posición no tenía ningún valor militar...Al menos no para una mentalidad occidental, ya que Saddam hacía la guerra no a los 15.000 hombres de las guerrillas kurdas, si no a todo el kurdistán, por lo que para el resultaba totalmente lógico causar la mayor cantidad de victimas posibles, con independencia de su edad o su sexo. 

La victoria 


“Si necesita información de Basora, no se la pida así a los americanos. Pida información sobre todo Irak, no podemos fiarnos de ellos”. 

Saddam Hussein. 

Los generales del ejército, apoyados por el espionaje de la CIA y los consejeros militares americanos lanzaron en abril una victoriosa ofensiva terrestre (la primera desde el inicio de la guerra) que permitió la recuperación de la península de Fao. El alto mando iraní entró en crisis, puesto que se enfrentaba a la evidencia de que tras 7 años de ofensivas había perdido toda ventaja posible para la toma de Basora.La situación siguió empeorando catastróficamente cuando los iraquíes aprovecharon su impulso para golpear a lo largo de todo el frente, liberando todo el territorio iraquí ocupado desde 1982. Aprovechando su recuperado empuje, en dos nuevas ofensivas victoriosas en el frente norte y central, expulsaron a las fuerzas iraníes del kurdistán y se ocupó una estrecha franja de territorio iraní. Los 25.000 hombres de la Guardia Republicana fueron usados como punta de lanza en la recuperación de las islas de Majnúm, y posteriormente su participación en la ofensiva final sería convertida por la propaganda del régimen en fundamental. Era una forma de ligar la victoria al Baas y a sí mismo. El colapso del mando iraní se hizo evidente, puesto que sin nuevos voluntarios fanatizados no tenían forma posible de responder a la superioridad del armamento iraquí, a la vez que carecían de todo apoyo aéreo. La última baza de Irán era su flota, numerosa y bien equipada...pero con los aliados de Kuwait ocupando materialmente el golfo pérsico se limitaron a una ofensiva basada en ataques menores con embarcaciones de pequeño tamaño.El derribo de un avión civil iraní por el crucero americano Vincennes convenció a la marina iraní de los riesgos de una campaña que no ofrecía ninguna ventaja real.(5). 

El 18 de julio de 1988, el ayatollah Jomeini reconoció lo inevitable, e Irán aceptó la resolución de la ONU que establecía un alto al fuego...aunque aún tardó un mes en convertirse en realmente efectivo. La guerra Irán-Irak había terminado. Quedaban atrás un millón de muertos y dos florecientes economías destruidas. 

Consecuencias 

“Las deudas de Irak suponían, solo con las monarquías petrolíferas, 40.000 millones de dólares. Había una flota entera construida en Italia por valor de casi 3 billones de dólares que nunca podría pagar, y las facturas de la URSS y Francia no dejaban de aumentar a cuenta de los intereses. Irak conseguía 15.000 millones de dólares al mes gracias al petróleo, pero estaba gastando 16.000 en el mismo periodo para abastecerse...La situación económica era catastrófica”. 

Irán se encerró en si mismo y renunció a todo intento de extender la revolución islámica, mientras que Saddam se dedicó a llenar Irak de monumentos conmemorativos de su victoria. En realidad había motivos para el orgullo, ya que a pesar de haber sido el quién declaró la guerra, desde 1982 Irak había combatido por su supervivencia nacional. El monumento mas conocido que mandó erigir fue el arco de las espadas, donde dos manos gigantes ( copias de las de del propio Saddam) sostienen dos sables cruzados a modo de arco de triunfo. Durante años las televisiones occidentales han retransmitido imágenes de los desfiles triunfales del régimen pasando bajo esta extravagante construcción. Mucho mas sobria y expresiva era la parte menos visible del monumento, cientos de cascos de soldados iraníes capturados en el campo de batalla. En Shat el Arab se ordenó instalar un grupo de 89 estatuas a tamaño real que representaban otros tantos oficiales iraquíes caídos en la guerra. Cada uno señalaba con el brazo derecho hacía Irán, como tratando de recordar la procedencia de la agresión y llamando a una futura venganza...Aunque el interés inmediato de Saddam era resolver la catástrofe que suponía la economía nacional y que amenazaba minar su poder absoluto. 

Notas 

1. La OLP era consciente del afán israelí por invadir el Libano, por lo que atravesaba un periodo de inactividad destinado a no proporcionar excusas a los judios. Parece ser que el propio Saddam Hussein alentó a su protegido Abu Nidal a provocar a los hebreos con un atentado contra el embajador judio en Inglaterra, esperando que una nueva guerra contra el sionismo pudiese salvar su régimen. 

2. Los iraquíes confiarían en una repetición de este sistema de defensa para mantener Kuwait en su poder. Por desgracia para ellos, no evaluaron adecuadamente la diferencia que suponía defenderse con abundancia de armas modernas de un enemigo equipado ligeramente o de una fuerza mecanizada que contaba con superioridad artillera y aérea. En lugar de construir unas defensas invulnerables, ofrecieron al fuego aliado un blanco fijo y claro. Ya que aquellas defensas habían sido supervisadas por ingenieros soviéticos y americanos, Saddam tendió a considerarlas de primer orden, pero no tuvo en cuenta que los especialistas simplemente las habían adecuado de un modo excelente al tipo de enemigo que tendrían que repeler. 

3. Se ha comparado el frente de Basora con el frente de Flandes durante la PGM. La comparación solo serviría si uno de los dos bandos hubiese carecido de artillería y aviación y hubiese tenido casi el triple de población que el otro contendiente. 

4. Se ha afirmado que los misiles balísticos iraníes tenían procedencia china, aunque su número limitado también podría señalar una procedencia Siria. Casi con toda seguridad, los escasos T-72 de los iraníes también tenían esa procedencia. 

5. Se ha interpretado el ataque al avión iraní desde todos los puntos de vista posibles, hoy en día solo subsisten dos teorías, un aviso por parte de los americanos de que estaban dispuesto a entrar en guerra, o un fallo fatal del aún poco probado sistema AEGIS precipitado por las provocaciones iraníes. 


sábado, 13 de abril de 2013

Oriente Medio: Guerra de desgaste

Guerra de Desgaste 

En los años posteriores a la Guerra de los Seis Días, los estados árabes intentaron alcanzar con ataques aislados lo que no había podido lograr en una guerra total. El ejército israelí tuvo que acomodarse con el terrorismo y la guerra de guerrillas, así como los intercambios de artillería estática. Mientras que los nuevos retos se cumplieron adecuadamente, poco se fue avanzado en la preparación para una guerra convencional. Las consecuencias de este descuido se dejaron sentir durante la Guerra del Yom Kippur. 
En marzo de 1969, Nasser repudió públicamente el alto el fuego en junio de 1967, lo que provocó enfrentamientos diarios entre las fuerzas israelíes y egipcias. Estallidos esporádicos comenzaron casi inmediatamente después del fin de la Guerra de los Seis Días. Los combates se concentran a lo largo del Canal de Suez y el valle del Jordán, y, en menor grado, a lo largo de las líneas de alto el fuego en los Altos del Golán, así como en el Líbano, Judea y Samaria. La guerra terrorista contra Israel era un elemento integral en la ofensiva árabe, que se extiende la lucha a la frontera libanesa, a las áreas dentro de Israel, e incluso contra objetivos israelíes en el extranjero. 



A lo largo del Canal de Suez 
Coordinado por Egipto, la Guerra de Desgaste (como pronto fue denominada) estaba destinado a la participación de Israel en un conflicto prolongado, sangriento y que hacer un uso óptimo de los recursos masivos del mundo árabe. Ataques de artillería pesada se lanzaron sobre las posiciones israelíes a lo largo del Canal de Suez, acompañados de incursiones esporádicas en territorio ocupado por Israel. Después de casi diez meses de responder acordemente, las FDI decidieron utilizar su poder aéreo superior. En diciembre de 1969, la IAF se utilizó contra instalaciones antiaéreos de Egipto, y en enero de 1970 contra objetivos estratégicos dentro de territorio egipcio. 
Una nueva etapa en la lucha comenzó cuando los egipcios, basándose en la cobertura proporcionada por las fuerzas soviéticas en Egipto, trasladaron su sistema antiaéreo de misiles hacia el Canal. Los bombardeos de la artillería egipcia se intensificaron, junto con ataques por tierra, mar y aire contra posiciones israelíes. Israel respondió continuando el empleo de la IAF contra Egipto, y las fuerzas de tanques en los frentes sirio y libanés. En agosto de 1970, Egipto e Israel acordaron un alto el fuego. 

El frente egipcio fue el principal teatro de la guerra de desgaste. Alrededor del 10 por ciento de los enfrentamientos tomó la forma de los cruces fronterizos, en su mayor parte a lo largo del río Jordán. Entre 1968-1972, el ejército israelí se comprometió en 5.270 operaciones a través de fronteras terrestres, aéreas, y el mar. 



Los frentes sirio y libanés 
La presencia del ejército israelí en las Alturas del Golán proporcionaba un grado de profundidad estratégica, mientras que dejaba a las fuerzas israelíes a 60 kilómetros de Damasco. La frontera con Siria fue relativamente tranquila durante 1967-1968. Sin embargo, en febrero de 1969, los terroristas comenzaron a infiltrarse por la frontera en grandes números, y el IAF contraatacó con fuerza en las bases de Fatah dentro de Siria. En julio de ese año, los estados árabes decidieron reactivar el frente oriental contra Israel, y se produjeron intercambios entre el ejército sirio y las FDI. En marzo de 1970, los sirios comenzaron a enviar unidades de comandos para operar detrás de las líneas israelíes. Esta vez, Israel respondió con ataques aéreos en profundidad, pero los sirios, lejos de ser disuadido, de hecho aumentaron sus ataques. En agosto, en un esfuerzo por detener el continuo deterioro a gran escala las hostilidades, el ejército israelí atacó fuertemente en contra del ejército sirio. Esta vez el efecto deseado se logró, y un alto el fuego entró en vigor el 7 de agosto. Incursiones terroristas en la parte frontal del Golán también se redujo. 
En 1968, la OLP comenzó a establecer las bases a lo largo de la ladera suroeste del monte. Hermón, en el sur del Líbano, una zona conocida posteriormente como "Fatahlandia". Todo el sector pronto se convirtió en una base terrorista permanente. En 1969, el área sirvió como plataforma para noventa y siete operaciones terroristas. Poco a poco, la OLP se atrincheró en Fatahlandia, teniendo sobre los pueblos y la creación de una red de bases y líneas de suministro en este terreno montañoso. Inicialmente, el Ejército libanés no intervino, y sólo cuando los terroristas trataron de expandir su influencia, que la capital se alarmó. Los enfrentamientos posteriores sangrienta entre el Ejército libanés y la OLP provocó una prolongada crisis política libanesa entre las comunidades cristiana y musulmana. La crisis se resolvió finalmente por el secreto "Acuerdo de El Cairo" de octubre de 1969, por el que los terroristas reconocieron la soberanía del Líbano sobre Fatahlandia, mientras que el gobierno libanés les garantiza la libertad de acción en contra de Israel. 

En respuesta a la fuerza de los terroristas cada vez mayor en el Líbano, el ejército israelí estableció posiciones de vanguardia y el acceso vial a la zona. Las unidades israelíes cruzaron la frontera y comprometidos a los terroristas en varias ocasiones. 


Los disturbios en Judea, Samaria y la Franja de Gaza 
Inmediatamente después de la Guerra de los Seis Días, las organizaciones terroristas palestinas anunciaron su intención de fomentar un levantamiento popular en los territorios administrados en contra de la presencia israelí, coincidiendo con el aumento de los ataques terroristas contra objetivos en Israel. El acto concreto primera fue una huelga organizada por los abogados en Judea y Samaria, en julio de 1967, seguida por una huelga de la escuela y el cierre de tiendas, así como el cese del transporte público. La administración militar israelí respondió con sanciones económicas y expulsó a los líderes de los disturbios a Jordania. Dentro de un mes, los disturbios más graves se redujo. En los años siguientes las huelgas y manifestaciones en fechas de importancia simbólica a la población palestina, pero había disminuido en 1969 en Judea y Samaria y en 1972 en la Franja de Gaza. 
La administración militar persigue cuatro principios de la política: la presencia física limitada, no intervención y la normalización de la vida cotidiana, puentes abiertos con Jordania, y la mejora de la calidad de vida. La actual aplicación de estos principios, que fueron claramente los intereses de la población local, estaba directamente relacionada con el mantenimiento del orden. 

Desde septiembre 1967 hasta febrero 1968, el ejército israelí se comprometió en una campaña enérgica para eliminar las células terroristas de Judea y Samaria, bloqueando las rutas de infiltración, y evitando el contrabando de armas. En poco tiempo el Servicio de Seguridad General estableció una red de agentes e informantes en los territorios ocupados, que proporcionaban información detallada y precisa. Los terroristas capturados también identificaron a sus cómplices y colaboradores, cuyas casas fueron demolidas. 



Como resultado de estas medidas, la población local minimizó el contacto con las organizaciones terroristas. A finales de 1967, la unidad de mando de Al Fatah en Naplusa, había sido eliminado, mientras que en la zona de Hebrón en la red principal del Frente Popular para la Liberación de Palestina (OLP) fue erradicado. Otros grupos fueron capturados en diferentes ciudades de Cisjordania. Unos 200 terroristas fueron muertos y 1.000 detenidos. En enero de 1968, la presencia de la OLP en Judea y Samaria había sido efectivamente destruidas, obligando a la organización a retirarse a las bases en Jordania. 

El foco de la actividad terrorista en zonas bajo control israelí luego se trasladó a la Franja de Gaza, donde el desempleo a gran escala y la ausencia de liderazgo político local había creado un caldo de cultivo para la OLP. Minas tomadas de campos minados egipcios restantes fueron plantados a lo largo de las carreteras, y granadas de mano fueron utilizados con frecuencia en ataques contra israelíes. En 1969 sólo había 700 de estos incidentes, en el que nueve israelíes fueron muertos y ochenta heridos

La actividad terrorista alcanzó su punto máximo en Gaza durante 1970. La OLP obtuvo el control eficaz de la Shati y campamentos de refugiados jabilyah, matando a cualquier sospechoso de cooperar con Israel o de pertenecer a organizaciones terroristas rival. Hubo 445 incidentes de seguridad durante el año, en la que dieciséis israelíes y cuarenta y cinco árabes perdieron la vida, además de 144 israelíes y 667 árabes heridos. A lo largo de 1971, el ejército israelí llevó a cabo intensas operaciones para erradicar las organizaciones terroristas en la Franja de Gaza. Carreteras de seguridad fueron establecidas, y el acceso hacia y desde el área estaba rígidamente controlada. Unidades regulares del Ejército se encontraban estacionados en Gaza por períodos más largos, y en menor medida, grupos dispersos que les permitía familiarizarse con el territorio. El patrullaje generalizado y esporádico obligó a los terroristas a concentrarse en la búsqueda de la cubierta en lugar de atacar objetivos israelíes. En julio de 1971, se tomaron medidas para reducir el hacinamiento en los campamentos de refugiados y ampliar su red de carreteras. Más de un centenar de terroristas fueron asesinados y cientos arrestados durante el año. El número de incidentes disminuyó drásticamente: en 1972, sólo sesenta incidentes se registraron. En los años siguientes, la Franja de Gaza sigue siendo una de las zonas más tranquilas bajo control militar israelí. 

Durante este período, la infiltración desde el otro lado del Jordán se convirtió en una importante fuente de actividad terrorista. El ejército israelí intensificó su presencia a lo largo de la frontera con Jordania, y un sofisticado sistema de vallas electrónicas y dispositivos de alarma fue instalado. Entre 1967 y 1970, 5.840 casos se registraron a lo largo del frente oriental, sobre todo de artillería y de armas de fuego desde territorio jordano. Los terroristas contado con la colaboración activa del Ejército jordano. Sin embargo, en septiembre de 1970 - "Septiembre Negro", como se la conoció - los jordanos, temeroso de que el régimen hachemí no podrían sobrevivir, se volvieron contra los terroristas y los expulsaron del país. Este desarrollo estabilizó la situación de seguridad en la frontera oriental. 

Israeli Weapons

viernes, 5 de abril de 2013

Schwalbes texanos

Fotos aire-aire de Me-262 construidos a nuevo 



Cortesía de "Jim H", piloto del P-51 y publicado por primera vez en ww2aircraft.net, una selección de magníficos fotos aire-aire del Me 262 B-1c Schwalbe WNR. 501241 tomada la semana pasada sobre Texas. WNR. 501.241 fue el primero de los Me 262 de nueva construcción de volar, en noviembre de 2002. El raro original Me 262 B-1a de mando dual de la Marina de los EE.UU. se muestra afuera de su hogar en la Willow Grove Naval Air Station y se utilizó como patrón para este avión. Los nuevos Me 262s son impulsados ​​por motores J85, cada uno pesa alrededor de 400 libras y capaz de producir unas 2.850 libras de empuje, casi el doble de potencia y la mitad del peso de los originales Jumo 004s. Jim vuela el Mustang I propiedad de la Fundación Collings y que realiza giras con los Wings of Freedom Tour. (.. Un paseo cuesta $ 2600 por 1/2 hora o 3200 por una hora en caso de que se preguntan ....) 







Falke Eins

martes, 2 de abril de 2013

Asia: Guerra Civil en Sri Lanka, (2da parte)

Tigres y Leones en el Paraíso:
La prolongada agonía de la Guerra Civil de Sri Lanka


Los horrendos y mutuamente destructivos conflictos de los últimos 50 años—las guerras en los Balcanes, en Ulster, en África central y el Caúcaso—son casi siempre atribuidos a odios ancestrales, feudos de sangre hereditaria, y animosidades innatas raciales y religiosas de sociedades problemáticas. En parte, esta es una reflexión de las nociones románticas en boga sobre la étnica, pureza cultural e identidad racial. Pero es también una excusa. Gustamos de culpar a los horrores de su historia a lo irracional porque las demandas irracionales requieren explicación profunda la cual puede ser potencialmente perturbadora en términos morales. Culpamos a la conducta bestial de indefendiblemente primitivo, pasiones bestiales, porque tales explicaciones ponen a las causas de la conducta humana más allá del alcance y más allá de la responsabilidad individual. Lo alejado de lo regular, gente razonable como nosotros mismos podría ser responsable por un Prijedor ó un Rwanda y que acciones deliberadas y racionales podrían construir tales horrores sobre la fundación de locas, apasionadas y regulares pasiones— envidia, codicia, lujuria, ambición—es simplemente demasiado molesto de pensar. Quizás esto es el por qué muchas personas en el mundo han advertido sobre la locura del consiguiente tragedia que duró 25 años en la isla república de Sri Lanka, una tragedia que confunde romántica y fáciles de digerir explicaciones y nos fuerza a ver como un gran horror puede construirse por gente ordinaria comportándose en modos muy familiares, enteramente comprensibles, y típicos.



Cuando, en 1947, Ceylán (luego Sri Lanka) ganó su independencia de UK, parecía tener un brillante futuro. Era una próspera nación, por los estándares de otros recientemente descolonizados países. Había una fuerte, creciente economía, basada grandemente en el té, madera tropical, y otro bienes primarios agrícolas de alto valor, un clima agradable, una población relativamente bien educada, y un nivel de vida generalmente alto. No había divisiones étnicas obvias del tipo que ya había indios de pie a cabeza en toda la isla. La mayoría de la población era de habla Indo-Europea, budistas cingaleses, descendientes de inmigrantes de la India en el siglo VI DC. Eran campesinos, la mayoría, y vivían grandemente en la región interna fértil del sur de Sri Lanka. La minoría eran tamiles, los descendientes de los soldados, comerciantes y pescadores de la región sur de India quienes gradualmente se asentaron en los menos pobladas costas del norte y oriente de Sri Lanka comenzando en el siglo III DC. Contrario a los cuentos que varios demagogos han inventado en los últimos 30 años, hay poca evidencia de cualquier conflicto ancestral entre las dos poblaciones. Hay, de hecho, poca evidencia que siquiera hayan formado comunidades distintas y homogéneo entre sí.





La independencia fue acompañada por tensiones considerables étnicas y religiosas, pero estas fueron un producto relativamente reciente de la política colonial británica. La administración colonial favoreció a los tamiles. Alentó la inmigración Tamil a fin de garantizar una oferta de trabajadores para las plantaciones de té, maestros de escuelas, abogados para las cortes, y burócratas para el servicio civil colonial. Les dio preferencia cuando competían por espacios en las universidades y para puestos en el gobierno, a expensas de postulantes cingaleses. Los cingaleses resintieron este favoritismo y, como lo hace la gente, exageraron grandemente su significatividad. Para sus victimas, las causas del favoritismo británico—la fortaleza económica, y el conocimiento técnico, y las capacidades políticas que hicieron a una generación de tamiles útiles a las autoridades—parecieron ser sus productos. Hacia 1947, estaban determinados para reservarse esos "productos" para ellos mismos, reemplazando el favoritismo colonial británico con el favoritismo de un gobierno republicano dominado por los cingaleses, un favoritismo garantizado por la demografía y el voto universal, un voto un hombre. Miembros de la elite Tamil estaban, por supuesto, no menos determinados a preservar sus ventajas sociales, económicas, y políticas que sus familias había ganado, en sus propio ojos al menos, a través de cientos de años de trabajo de estudio comunitario, empresarialidad, y a menudo malamente pagado. Temían que una mobocracia casi-socialista pudiera estorbar sus derechos individuales, confiscara sus propiedades, y sacara de los trabajos que siempre habían hecho bien. Ellos presionaron a UK por una solución tipo El Líbano "Mitad-Mitad". Como una condición de independencia, ellos querían que UK reservara la mitad de los asientos en el parlamento post-independencia par el 13% de la población que eran tamiles.




Cuando, para 1949, quedaba claro que el plan "Mitad-Mitad" no tenía chances, dado la sobrecogedora oposición de la mayoría, los políticos tamiles empezaron a agitar por una tierra tamil separada en la parte norte de la isla, quizás en una federación con Tamil Nadu, el estado predominantemente Tamil en la región sur de India. Esta Tamil Eelam ("Tamil Ceylán") comprendería el 29% de la masa de tierra de Ceylán, 60% de su línea de la costa, y su único puerto grande, Trincomalee. Acomodaría al 9% de la población de la isla (más de la mitad de los tamiles vivían y trabajaban en las ciudades del sur). Los agitadores justificaron esta propuesta audaz con una romántica pseudo-historia de la isla que identificaron sus recientemente inventaron Eelam con un viejo reino Tamil depredado por los cingaleses y atribuido su desaparición a la opresión sin remordimiento de los cingaleses.
No menos estridente que los chauvinistas cingaleses había un no menos conveniente mitología de sus propia autoría. Negaba que la presencia de casi 2000 años de los Tamiles en la isla no era otra cosa que una invasión de corta vida y antigua perpetuado por la injusticia colonial y la reciente inmigración ilegal. Esta influjo de "extranjeros" había interferido con el rol destinado de Sri Lanka como un guardián especial de la enseñanza del Budismo. Había corrompido el lenguaje sagrado de los cingaleses con términos extranjeros y, peor de todo, contaminada la sagrada sangre aria de la gente cingaleses con otra inferior, del stock dravidiano. En 1956, los extremistas cingaleses se las arreglaron para elegir a uno de sus más inescrupulosos demagogos, Solomon Bandaranaike, como primer ministro. El hizo al cingaleses como el único lenguaje oficial para los negocios públicos y al Budismo como la religión oficial apoyada por el estado. En el interés de enderezar la pasada discriminación, Bandaranaike y sus chupamedias en el parlamento apoyaron a través de lo que los americanos conocen como un programa de "acción afirmativa". Reemplazaron exámenes competitivos con un conjunto de cuotas racialmente discriminatorias diseñadas para incrementar la proporción de cingaleses en las universidades, profesiones, y el servicio civil, incluso si solicitantes tamiles mejor preparados habían sido rechazados. Para romper la imaginaria explotación de los tamiles en la economía y para retornar la riqueza de la nación hacia el "pueblo," el partido de Bandaranaike abrazó una extraña amalgama de ideología de extranjera marxista y comunalismo nativo budista. Él declaró al país una república socialista y nacionalizó la mayoría de las más grandes empresas.
Para los primeros 40 años de existencia de la república, esta retórica violenta y discriminatoria, la legislación etnocéntrica hizo poco por aminorar el compromiso del público general a la democracia parlamentaria y al cambio pacífico. Para todos su vehemencia, las disputes permanecieron disputas políticas, y animosidades étnicas para la mayor parte permaneció siendo lo que siempre había sido, un truco de retórica cínica usada en los debates parlamentario y discursos berretas.
Desafortunadamente, mientras el político liderazgo estaba ocupando en si mismo con retórica romántica y racista y fantasías socialistas, la economía de Sri Lanka iba en picada. Los precios de los cultivos claves empezaron a caer marcadamente en los 1960s, y la visión de Bandaranaike consideró que el socialismo vaciaba la poca fuerza que la economía aún tenía. El gobierno vertió el escaso capital en pobres proyectos de obras públicas viciados de falta de visión , incluyendo un grandioso proyecto de irrigación del río Maheweli que fue lo que significó restaurar a tierras fértiles tierras semidesérticas que habían sido alguna vez el corazón agrícola de los antiguos reinos cingaleses. Como las condiciones empeoraron, las empresas estatales había sido subsidiadas, las huelgas había que apaciguarlas con mayores salarios, y los pobres había que ayudarlos con incluso más grandes pagos de la seguridad social. La nación estaba en bancarrota, y, hacia el fin de la década, 25% de la población, cingaleses y Tamil, estaba completamente desempleada. La mayoría de los desempleados eran jóvenes. Para esta desesperada masa de jóvenes defraudados, las metáforas violentas y retórica racista que pasaban por el día a día de la actividad parlamentaria entre los políticos establecidos ahora se convirtió en un literal llamado a las armas.
En 1971, la violencia empezó. Muchos jóvenes cingaleses había por ahora concluido que el socialismo de la nación había fallado por ser muy débil y que su "revolución" había sido traicionada por políticos occidentalizados y un sistema alienado de democracia parlamentaria. Estos militantes se unieron alrededor del Jatika Chintanaya, el "Etos Nacional" ó "Ideología Racial" abocada por la Janatha Vimukti Peramuna (Peoples' Liberation Front). El líder del partido, Rohana Wijeweera, era un estudiante médico se volvió revolucionario quien se moldeó asimismo como Pol Pot y los xenofóbicos generales birmanos. Bajo su liderazgo, el JVP se perfiló para destruir todos los rastros de cultura no cingaleses en la isla. La tecnología occidental, la arquitectura, la religión (una considerable parte de la población era cristiana), y la vestimenta debía ser purgada. Los mestizos tamiles y minorías eurasianas sería sacadas, y la sangre aria de la raza cingaleses sería purificada. El budismo sería restablecido a su antigua predominancia, y la nación a la prístina y agrícola autosuficiencia del siglo 9th. Para realizar este plan, todo esto debía ser eliminado. En 1971, el JVP lanzó una insurrección abierta que se focalizó en gran medida en el asesinato de Srilankeños "occidentalizados" —políticos, policías, y así como cualquier cingaleses que estuviera en desacuerdo con la Ideología Racial del partido. El ejército y policía respondieron como mejor pudieron y, después de una lucha desesperada, suprimieron el levantamiento inicial, a un costo de 10,000 a 20,000 insurgentes y "simpatizantes" asesinados. El JVP se hizo clandestino, para emerger unos pocos años después en una aún más virulenta y violenta forma.
Casi al mismo tiempo, la política Tamil dio nacimiento a sus propios terroristas racistas. Las facciones extremistas se expandieron en los movimientos juveniles todos los partidos Tamiles separatistas establecidos, notablemente los del Tamil United Front. En 1972, el ala juvenil del TUF empezó una serie de ataques de granadas sobre oficiales civiles, la mayoría de ellos tamiles quienes se habían alejado de la línea dura de los Tamiles y viejos oficiales del TUF que intentaban controlar a los miembros más jóvenes de sus partidos. Esta lucha intestina dividió al TUF y trajo incluso a más extravagantemente nombrados grupos extremistas a la palestra: los Nuevos Tigres Tamiles, el Tamil Eelam Liberation Organisation (TELO), y el pronto a ser notorio Liberation Tigers de Tamil Eelam (LTTE). Los ultras del LTTE pronto aseguraron la asistencia del gobierno del estado Tamil Nadu de la India, y , dado las demandas de coalición política, el apoyo tácito del gobierno nacional de Indira Gandhi. Los terroristas del LTTE empezaron el entrenamiento en campos de Tamil Nadu donde fueron entrenados por oficiales militares indios simpatizantes y agentes de RAW (la Research & Analysis Wing), el servicio secreto de inteligencia de la India (el RAW sin dudas esperaba desestabilizar a Sri Lanka y arreglar su su eventual incorporación a la India). Los operativos del LTTE abiertamente prepararon botes rápidos para raids sobre Sri Lanka, buscaron y transbordaron armas, y exigían "impuestos" de tamiles del interior. En más de una ocasión, los botes cañoneros improvisados del LTTE probaron ser más que un simple adversario para los barcos de patrulla de Sri Lanka que intentaron interceptarlos en el tráfico de armas en el estrecho de Palk, entre India y la península de Jaffna mantenida bajo control del LTTE en Sri Lanka. Los militantes Tamiles usaron sus nuevas armas para llevar a cabo incluso más espectaculares atrocidades contra la población civil cingalesa, incluyendo un horrendo ataque en 1985 sobre un templo Budista en Anuradhapura, donde 150 cingaleses fueron masacraron y el árbol sagrado del Bo —retoño de una semilla bajo el cual Buda alcanzó el nirvana—fue severamente dañado.




Para 1977, el cambio a la violencia y el enorme costo humano del levantamiento JVP había despertado al electorado de Sri Lanka. Eligieron a Junius Jayewardene, quien proponía revertir las desastrosas políticas económicas del régimen de Bandaranaike, rechazando la legislación discriminatoria, y disminuyendo las tensiones intercomunales. Pero, equivocado por los éxitos aparentes contra el levantamiento de 1971 del JVP y por el consejo de sus asesores extranjeros especialistas en contra-insurgencia (británicos, israelíes, y pakistaníes), Jayewardene creyó que el terrorismo podía ser combatido militarmente, por el ejército y la policía, mientras los problemas económico y las relaciones intercomunales se llevaría a resolución por vías políticas. Aliviando las tensiones tamil-cingaleses procedería lado a lado en operaciones a todo o nada de barrido contra-terrorista apuntada hacia el LTTE. Esta política fue un desastre. Al contrario del JVP, el cual no tenía apoyo externo, el LTTE podía conseguir armas y consejos disponibles en la vecina India. Los militares de Sri Lanka se encontraron asimismo pobremente equipados y pobremente entrenados para enfrentar tan bien armado y despiadado enemigo. Sufrió una humillante derrota después de otra, y, en desesperación, se volvió hacia castigos colectivos, tortura, y contraterrorismo indiscriminado contra los tamiles. Estos expedientes fatalmente destruyeron los esfuerzos paralelos conciliatorios de Jayewardene, y llevaron a enormes masas de tamiles a las armas de los rebeldes. Para 1981, la nación se había encarrillado irreversiblemente a la guerra.

Como otros adherentes de la moderna doctrina de contra-insurgencia, las autoridades de Sri Lanka pusieron su confianza en fuertemente en el poder aéreo. Los aeroplanos parecían hacer el mejor uso de la limitada experiencia militar disponible, tanto en los rangos locales ó en el mercado internacional de mercenario. Una pequeño número de profesionales en aeronaves pudieron, si fuese necesario, moverse rápidamente de un lugar con problemas hacia otro foco de problemas, aplicar un sobrecogedor poder de fuego, y insertar, suministrar, y remover equipos de comandos sin exponerlos a emboscadas y ataques sorpresas que plagaban las rutas - y los límites de operación de las tropas convencionales. Las aeronaves podrían fácilmente salir y destruir incluso los más rápidos botes veloces del LTTE, y podrían doblegar la resistencia de las tropas de baja calidad con persistente fuego e información táctica.
Desafortunadamente, la fuerza aérea estaba incluso menos bien equipada que el resto de los militares de Sri Lanka. Doce Jet Provost T.Mk.51s habían sido comprados nuevos en 1959 (Ceylán fue el cliente inicial para esta variante) y asignado con los seriales CJ701-CJ712. El T.Mk.51 fue construido a propósito para tareas de ataque ligero, con dos ametralladoras de 7.7-mm en las paredes de las tomas de aire del motor y en las soportes bajo el ala podía cargar típicamente cuatro cohetes y ocho bombas de fragmentación de 25-lb. Pero, a principios de los 1980s, sólo dos de los original 12 estaban aún en condiciones de vuelo. Estos habían estado almacenados por algunos años. La seducción del régimen de Bandaranaike con socialismos de Asia lo había llevado a comprar un pequeño número de aeronaves de caza Shenyang FT-2 (MiG-15UTI), F-5 (MiG-17), y F-7 (MiG-21F) a China, pero éstos habían probado ser muy poco confiables y las partes y repuestos y el apoyo estaban cualquier cosa menos disponibles. Pocos, si algunos, estaban en condiciones de vuelo. El servicio era incluso más desesperadamente escaso de aeronaves de transporte. Un par de C-47s no muy aptos para el vuelo y uno ó dos recientemente adquiridos Hawker-Siddeley HS.748s era todo lo que había disponible.




Para cumplir con las inmediatas necesidades operacionales, la Fuerza Aérea de Sri Lanka armó sus pequeña flota de siete aeronaves de helicópteros de enlace Bell 206 JetRanger para servir interinamente como cañoneros. En 1981, los helicópteros fueron remotorizados para llevarlos al actual JetRanger III estándar. Fueron entonces pintado de un verde oliva oscuro y provistos de un pod de siete rondas de cohetes de 70 mm y pods de ametralladoras FN de 12.7 mm (calibre .50) (algunos fueron luego finalizados en un camuflaje verde y tierra oscura o segmentado con color piedra). En 1984, dos JetRanger IIIs más fueron comprados. Todos fueron asignados a la Ala No. 4 de Helicópteros. Desafortunadamente, no consiguieron llenar todas las necesidades del ejército. Eran demasiado pequeños para transportar equipos de comandos y estaba muy ligeramente armados. Más aún, estaban escasamente disponibles para apoyo cercano y misiones de ataque debido a la fuerte presión en las operaciones sobre el estrecho de Palk. Si bien era una poco probable aeronave de patrullaje marítimo, el JetRanger fue dado que no había nada mejor, la mayoría a menudo asignados a intentos nocturnos de interdictar los embarques nocturnos de armas que el LTTE contrabandeaba cruzando el estrecho desde India. mientras su alcance era modesto, el armamento de cañones y cohetes del Bell 206 era enteramente adecuado contra los ligeramente construidos botes rápidos usado por los contrabandistas.



La capacidad de transporte fue incrementada al comprar dos transportes pesados cuatrimotores Harbin Y-8 y seis biturbo-hélices ligeros Y-12 II de China, todos a muy bajos precios. El Y-8 era esencialmente Antonov An-12 copiado. La aeronave era ya vieja cuando fue suministrada y las rústicas pistas y condiciones tropicales los forzaron a operar con menos de la mitad de su capacidad de carga original. El Y-12 II es un diseño indígena chino en la misma clase que el CASA Aviocar ó el DHC Twin Otter. Ambos tipos entraron en servicio con el Ala de Transporte No. 2.
Tres bimotores deHavilland Doves, un cuatrimotor deHavilland Heron, y dos Riley Skyliner Heron conversiones impulsadas por turbinas fueron puestos como aeronaves de patrullaje marítimo con el Escuadrón Marítimo No. 3 en China Bay. Estos viejos aviones de línea de cabotaje carecían de cualquier capacidad directa y ofensiva, pero al menos tenían el alcance y la permanencia necesarias para la tarea y podían ser llamados en como más económicos que las aeronaves de ataque cuando un blanco fue localizado e identificado. Para patrullas de más corto alcance, el Escuadrón tenía un pequeño número de Cessna 337 Super Skymasters.




Tarde en 1985, la SLAF añadió su primera aeronave COIN de ala fija a su arsenal, seis SIAI SF-260TPs, versiones turbo-propulsadas del ampliamente exportado SF-260W. La aeronave era según los reportes construidas para la dictadura militar de Myanmar (Burma), pero nunca fueron provistos, tanto por razones políticas ó financieras. Estaban entonces disponibles inmediatamente y a buen precio. Cuatro puntos duros debajo de ala le permitían al SF-260TP cargar hasta 661 lbs (300 kg) de municiones cuando volaba como un monoplaza, incluyendo bombas de 250 libras, coheteras de 70-mm, y pods de ametralladoras. Los SIAIs fueron inmediatamente enviados a la acción, camuflados en dos sombras de azul verdosos oscuro y portando una pequeñita y con tono saturada insignia. El SF-260 fue popular en servicio en el SLAF. Dos fueron posteriormente derribado e inmediatamente reemplazados por aeronaves comprados en Italia, una de las cuales era el demostrador de la compañía. Un número serial de Sri Lanka y una insignia de baja visibilidad fueron simplemente pintado en el camuflaje original desértico de arena y piedra del demostrador, y las insignias corporativas de la SIAI fueron mantenidas. Todos los SF-260s fueron asignados al Ala de Entrenamiento de Vuelo No. 1, la cual servía como la unidad COIN de ala fija de la SLAF.



En 1992, el gobierno de Sri Lanka compró su segundo tipo de avión COIN de ala fija a la Fuerza Aérea Argentina. Cuatro bimotores a turbina IA.58A Pucara reacondicionados, números seriales A-600 al A-603, fueron provistos al Ala de Entrenamiento de Vuelo No. 1 en la BAM Katunayake y dado los números seriales de la SLAF CA-601, CA-602 (luego renumerados CA-605), CA-603, y CA-604. Todos mantuvieron sus camuflajes argentinos en gris claro y azul cielo. Una vez que un núcleo de tres pilotos de Sri Lanka y 12 mecánicos había recibido entrenamiento en el taller especial de la Fuerza Aérea Argentina, el Área de Material Córdoba (AMC), las aeronaves estaban comprometidos con la acción, operando desde Anuradhapura y Vavuniya en el norte. Parecían ideales para el propósito. El IA.58 está bien armado, con cuatro ametralladoras 7.62-mm FN-Browning con 900 rpa (rondas por arma) y dos cañones de 20-mm Hispano DCA-804 con 270 rpa montados internamente en el fuselaje. con combustible completo y munición, hasta unos 1500 kg (3305 lb) de bombas sudafricanas de 250 kg y pods de cohetes de 70 mm pueden ser externamente cargados en un total de 1000-kg (2205-lb) de un pilón tipo Alcan bajo el fuselaje y dos pilones de 500 kg (1102-lb) bajo las alas. Dos motores y blindaje en el cockpit proveen de buena protección contra fuego terrestre ligero. Aún así, pese a su evidente ubicuidad, la aeronave no ha sido aparentemente un éxito en servicio en la SLAF. La grado de servicio se dice era bajo, quizás debido a problemas con los motores franceses Astazou y/ó dificultades obteniendo repuestos por lo que es ahora una aeronave más bien obsoleta, de producción limitada (sólo 108 fueron construidos, y Uruguay permanece como el único otro cliente de exportación).

Para 1987, el nuevo equipo y la creciente experiencia había al fin traído a las fuerzas del gobierno algunos éxitos en el campo de batalla, pero a un alto costo. Los rebeldes del LTTE permanecieron como firmemente atrincherados en la península de Jaffna como nunca antes, y la mayoría de los puestos del ejército en el norte fueron esencialmente rodeados y puestos bajo sitio, incluso si las aeronaves no permitieron el acceso desde afuera. El LTTE había, más aún, marchado la ofensiva en las abarrotados ciudades del sur. Los terroristas del LTTE detonarían grandes bombas—a menudo atadas a sus propios cuerpos—in mercados abarrotados ó procesiones y peñas religiosas y convertirían entonces en una masacre con ametralladoras en mano y con sobrevivientes heridos en estado de pánico antes de volverse a mezclar en la aún numerosa población urbana Tamil. Los ataques del LTTE en el campo, en villas no tamiles, sobre viajeros, y sobre soldados del gobierno cautivos y policías fueron, al mismo tiempo, más grotescos y bárbaros. Las víctimas eran torturadas, mutiladas, quemadas vivas, y colgadas desde postes de luz a lo largo de las rutas, las cuales fueron fuerte e indiscriminadamente minadas por operativos del LTTE. La experiencia de este tipo de guerra rápidamente brutalizaba al relativamente inexperimentado y amateur ejército de Sri Lanka. Los cuerpos de oficiales profesionales de la preguerra probaron incapaces de controlar los excesos de conscriptos ultrajados, incluso cuando deseaban hacerlo. Los castigos colectivos, a menudo en la forma de fuertes, e indiscriminados bombardeos de artillería y deliberados ataques aéreos sobre civiles, se convirtieron en procedimientos de operación normal. Los sospechosos y sus familias eran rutinariamente torturados por información ó como ejemplos para los otros y entonces sumariamente ejecutados. Los grupos de civiles no tamiles fueron armados con escopetas y organizados en equipos civiles de defensa locales para propósitos de autodefensa y terror profiláctico, si bien, predeciblemente, gastaron gran parte de su tiempo resolviendo con armas asuntos privados. Algunas veces villas enteras fueron simplemente alineadas y disparadas porque una mine había aparecido y explotado en una ruta cercana. El LTTE cínicamente alentó tal reacción al deliberadamente minar los caminos alrededor de villas tamiles que no jugaban parte de la insurgencia y por disparar sobre tropas del gobierno desde clínicas, hogares particulares, templos, e iglesias. La inevitable venganza terminaría cayendo sobre los inocentes, enseñándoles a los tamiles en todos lados que no podrían permanecer neutrales y no podrían escapar de su asociación con el LTTE. El gobierno central fue, mientras tanto, llegando a ser incluso más autoritario y corrupto.


En los principios del verano de 1987, los eventos tomaron dramático giro. Montándose en las atrocidades del LTTE y la creciente confianza en las capacidade del ejército causaron al gobierno que montara una operación a todo o nada, una ofensiva general en el punto fuerte del LTTE en Jaffna. Helicópteros cañoneros y SF-260TPs bombardearon y ametrallaron pueblos sobre todo el norte. Encabezados por comandos aerotransportados de la Fuerza de Tareas Especial, columnas de vehículos blindados Buffalo provistos por Sudáfrica a pruebas de minas, se movieron lentamente hacia fuegos completamente indiscriminados de artillería. El LTTE respondió ferozmente, emboscando y algunas veces haciendo retroceder a las columnas del gobierno. Pero la ofensiva avanzó. mientras tanto, el bloqueo aéreo y naval de la península de Jaffna fue lo último que se hizo sentir.

En este punto, la India intervino para detener la ofensiva del gobierno. Alegando la amplia hambruna entre la población de civiles de Jaffna, la India unilateralmente anunció que rompería el bloqueo y suministraría ayuda humanitaria al norte. El 4 de Junio, después que una flotilla de barcos de ayuda fue hecha retroceder por botes cañoneros de la Armada de Sri Lanka, cinco transportes An-32 de la IAF lanzaron 25 toneladas de alimentos y medicinas bajo cobertura de cazas Mirage 2000. La India también emitió un ultimátum. Demandó que la lucha se detenga y que las fuerzas indias sean permitidas de ingresar al país como tropas de paz. Esto fue visto como un intento de los indios de retomar el derecho de los cingaleses había siempre temía, terminar como un nuevo Goa ó Hyderabad. Humillados y rodeados por extremista políticos, el presidente Jayewardene brevemente consideró declarar la guerra a India. Pero sus comandantes más antiguos rápidamente lo trajeron de vuelta a la realidad. Realmente no tenía elección. El 29 de Julio Jayewardene y el presidente de la India, Rajiv Gandhi, firmaron el Acuerdo, un acuerdo que hizo al cese al fuego roto por los indios como permanente, garantizando a los tamiles limitada autonomía en el norte, garantizando que el LTTE depondría sus armas, repatriarían a los mercenarios gubernamentales de origen israelí, británicos, y pakistaníes, y haría de la India la única fuente de armas y entrenamiento militar de Sri Lanka.

La relativa calma en el norte fue, sin embargo, eliminada por una nueva guerra civil en el sur. El Acuerdo provocó violentos odio entre los cingaleses, ahora endurecidos por el terror del LTTE y usaron el criterio de guerra total de los último pocos años. Los An-32s indios tenían que transportar tropas del gobierno desde el norte para prevenir disturbios en Columbo. Peor aún, el JVP repentinamente resurgió para atacar a oficiales del gobierno, tamiles leales, musulmanes, y cingaleses moderados, incluyendo incluso los monjes y maestros quienes habían sido considerados sacrosantos en la sociedad cingaleses tradicional. De a 25-50 personas por día fueron asesinadas por activistas del JVP. Ominosamente, el partido ultra-nacionalista partido había por ahora hecho entradas en el ejército endurecido por la guerra, policía, y administración civil. En la mayor parte del sur, era ya una sombra del gobierno, con amplio apoyo de la población casi uniformemente opuesta al Acuerdo.

En este punto, en todavía otro extraño giro, el LTTE finalizó la paz en el norte con ataques sobre los civiles cingaleses y las grandemente inefectivas tropas indias de paz. El LTTE había venido a traer miedo a los indios y sospechaba de sus motivos, tanto como los cingaleses lo hacían. India veía al LTTE como una criatura de su RAW (servicio secreto) y por ello como una mera herramienta para la política exterior india. Se esperaba que la organización siguiera instrucciones indias. No era acerca de tolerar a un movimiento nacionalista tamil independiente, particularmente uno que había sido diseñado en las regiones tamiles del sur de la India, como el LTTE fue hecho. Cuando los militantes del LTTE probaron ser menos manejables que los que el RAW había esperado, la India decidió deshacerse de ellos. Las tropas de paz indias forzaron las cláusulas de desarme del Acuerdo vigorosamente donde los LTTE se sentían seguros por ser sus lugares de nacimiento, mientras que el RAW silenciosamente organizaba y armaba a las milicias rivales Tamiles. El LTTE temía una inminente aniquilación, y se lanzó con una series de masacres de villas —las primeras en lo que pronto emergería como una campaña a escala completa de "limpieza étnica"—y ataques de minas terrestres, las cuales India se vio imposibilitada ó renuente a detener.
Para recomponer su credibilidad como un guardián de la paz, la India ahora se sintió forzada a castigar al LTTE. En Octubre de 1987, lanzó la Operación Pawan ("Wind"), para la captura y ocupación de Jaffna. Tomó 17 días, pese a sobrecogedora fuerzas indias. El pueblo fue bombardeado por olas de cazabombarderos MiG-21, ametrallados por helicóptero cañoneros Mi-8 y Mi-24, y implacablemente martillada por obuses, cañones de tanques, y cohetes de artillería de origen soviético de 122-mm. Al menos 1000 civiles murieron. Pero, pese a a perder 300-400 muertos, los Tigres se las arreglaron para escaparse a través de los cordones indios con sus armas. India perdió 450 bajas. Para el fin del año, los indias tenían más de 50,000 hombres en el país y fueron perdiéndolos regularmente en emboscadas y minas de tierra del LTTE. Ellos rápidamente adoptaron las mismas tácticas— castigos y reprimendas y colectivas a tamiles—que habían provocado la intervención india en primer lugar.

Para mediados de 1989, el nuevo presidente de Sri Lanka, Ranasinghe Premadasa estaba demandando la retirada de tropas indias, para no avalar, y el cada vez más xenofóbico JVP visto como en el borde de querer tomar el poder. Para lidiar a los nacionalistas cingaleses, el presidente había de poner fin a la ocupación. Él por ello tomó un paso extraordinario al entrar en charlas secretas con los Tigres Tamiles. A cambio de un cese al fuego y un fin a la limpieza étnica, él armaría al LTTE contra los indias (el poder naval indio había presumiblemente ahorcado a la mayoría de las fuentes de armas normales del LTTE) y estarían por mientras el LTTE liquidaba a los grupos tamiles rivales que el RAW había organizado. Cuando el cese al fuego fue hecho público (pero no el acuerdo de armas), Premadasa fue capaz de argumentar que los srilankeños estaban resolviendo allí sus propios problemas y que las tropas extranjeras eran una molesta más que una ayuda. Enfrentado con renovados asaltos tamiles y un incluso más hostil gobierno central, los indios detuvieron las operaciones contra los Tigres y sacaron, hasta la última tropa salió en Marzo de 1990. El LTTE desmembró sus competidores pro-indios, y entonces se afirmó a lo que sería el más prolongado cese al fuego de la guerra, justo de un año de duración.

La paz no estaba a la mano, sin embargo. Al remover a los indios, Premadasa había asegurado sus credenciales nacionalistas y liberándose asimismo de un asalto a todo o nada en el JVP, el cual había, en el interín, asesinado a casi 4500 miembros de su United Nacional Party (UNP). El JVP era ahora un formidable enemigo. Los agentes del JVP instigaron horribles ataques y asustaron a trabajadores del gobierno lejos de sus empleos más ó menos permanentemente. La capital, Colombo, estaba bajo oscurecimiento por los sabotajes, bajo toque de queda, y apisonado con cajas de concreto y puntos de control del ejército. Dado la amplia simpatía por la ultra derecha en las fuerzas de seguridad y el ejército, el JVP pudo haber sido capaz de tomar el poder directamente, no había sobrejugado su mano. Para asegurar su creciente lugar en el ejército y la policía, el JVP intentó intimidar oficiales y hombres que no adherían a la ideología del partido Nacional y a quienes perteneciente al gobernante UNP. Masacraron las familias de los soldados retenidos. Este fue un serio error. La solidaridad dentro de los servicios de seguridad endurecidos por la batalla probó ser mucho más fuerte que las meras convicciones ideológicas. Cuando el presidente ordenó la liquidación del JVP, el ejército y policía estaba listo y dispuesto. Los helicópteros cañoneros fueron lanzado contra vecindarios sospechados de simpatizar con el JVP. 10,000 tropas del ejército fueron redesplegadas desde el norte y dieron rienda suelta contra los 2000 ó casi del núcleo principal de activistas del JVP en el sur. En la oscuridad de la noche, exóticamente nombrados, y recientemente formados, al estilo de los escuadrones de la muerte latinoamericanos—los Gatos Amarillos y Tigres Verdes—mataron a los sospechosos del JVP , sus familias, y sus vecinos, junto con los monitores derechos humanos quienes intentaron hacer público sus actos. Los mutilados, a menudo cuerpos sin cabeza serían encontrados al otro día, colgando desde los árboles, flotando en los ríos y en el mar, ó ardiendo en el cráter donde las últimas mina de tierra del JVP había hecho explotar un vehículo del ejército. Bajo tortura, los cautivos del JVP pronto revelaron el escondite de sus líderes, Rohanna Wijeweera. Murió en custodia, junto con casi todo otro prominente activista del JVP.
El JVP estaba roto, pero a un horrible costo. En el clima general de barbarismo y casi-anarquía que ahora prevalecía en Sri Lanka, el terror fue un método aceptado para zanjar disputas incluso en los círculos de gobierno. Los políticos de oposición estuvieron pronto recibiendo visitas de los escuadrones de la muerte Gato Amarillo y la mayoría de las formas de expresión política fueron simplemente puestas fuera de la ley. Poner posters anti-gobierno, hacer huelga, ó asistir a mitínes políticos no autorizados eran ahora ofensas capitales. Cualquier noticias que el gobierno estimara iba en contra del interés nacional estuvo censurada.
Con el JVP afuera del medio y casi toda la oposición política cingaleses intimidada ó suprimida, Premadasa se sintió más libre para hacer concesiones a los Tigres. Estaba confiado que pudiera negociar una paz trabajable, usando como marco al Acuerdo indio. Pero en el LTTE no había intención de hacer la paz. Habían recientemente recaudando nuevos fondos para contratar a sus asesinos para los complotadores en las islas Maldivas y a los traficantes de droga en Burma. Habían rearmado y eliminado a sus rivales tamiles y con ello se sentían listos para asaltar al gobierno otra vez. Sin advertencia, en el medio de las negociaciones, las guerrillas LTTE invadieron veinte policía estaciones en la provincia oriental. Unos 800 policías, quienes, bajo las condiciones del cese al fuego, había sido confinados a las barracas, se rindieron bajo órdenes del gobierno, el cual aún esperaba calmar las cosas. El LTTE disparó sobre los prisioneros. Las fuerzas del Gobierno y bandas de cingaleses masacraron al menos a 600 indefensos civiles tamiles en venganza. Enfrentados con la amenaza de una revuelta cingaleses, incluso de un revival del JVP, Premadasa no tenía elección. Abandonó las posteriores aperturas de paz y ordenó al ejército eliminar al LTTE una vez y para siempre.




La fragmentación de la Unión Soviética había por ahora hecho que una amplia variedad de aeronaves militares y tripulación aérea mercenarias estuvieran disponibles para cualquier país preparado para pagar el modesto precio requerido, sin ningún condicionamiento político de por medio. Para llevar a cabo su parte en la siguiente campaña, la SLAF tomó ventaja de esta nueva fuente de armas y hombres. En 1993, doce helicópteros de transporte Mi-17 fueron comprados desde las factorías en Kazan y Ulan-Ude en la ex-Unión Soviética. Todos fueron provistos al 6 Escuadrón en Vavuniya y usado para aerotransportar tropas en las batalla áreas. Aviones de transporte bimotores An-32 fueron obtenido al mismo tiempo.




Los añosos cañoneros Bell fueron suplementados por un puñado de helicópteros Mil Mi-24V, los cuales entraron en servicio con el Escuadrón 9 en Minneriya/Hingaruakgoda. Las aeronaves estaban fuertemente armadas con un cañón de 12.7-mm tipo Gatling y grandes pods de cohetes de 57 mm. Se reportó, la aeronave fueron alquiladas junto con sus tripulaciones desde Bielorrusia ó Ucrania. Operaron sin insignias excepto un discreto número serial de la SLAF.




Finalmente, la SLAF compró sus primeros jets cazabombarderos razonablemente confiables, los israelíes IAI Kfirs. Dos Kfir C2s y un biplaza TC2 fueron provistos tarde en 1995 ó principios en 1996 y asignado la recientemente formado Escuadrón No. 10. Uno ó dos otros probablemente le siguieron. Estas aeronave han estado implicados fuertemente en misiones de bombardeo en el norte, así como en ataques anti-navío contra transportes y botes cañoneros del LTTE. Como avión COIN, un jet de alta performance como el Kfir deja algo que desear, y los ataques son necesariamente más bien indiscriminados, dada la evidente falta de precisión- municiones guiadas, control aéreo adelantado limitado, un enemigo elusivo, y terreno boscoso.

Las nuevas aeronaves y pilotos, junto con recientemente adquirido tanques T-55/59, encabezaron el nuevo asalto del gobierno sobre el LTTE. En 1995, el ejército invadió la ciudad de Jaffna después de un sitio de 50 días, si bien, una vez más, la mayoría de los luchadores del LTTE exitosamente escaparon cruzando la laguna Jaffna Kilali. con Jaffna exitosamente ocupada, las fuerzas del gobierno enfocaron su atención al territorio sur de península de Jaffna en poder de los rebeldes. El mando del LTTE del área alrededor de Vavuniya, Mankulam, y Mullaittivu hizo a la posición del ejército en el norte más bien precaria. Las comunicaciones en el interior con el sur cingaleses fueron bloqueados por el LTTE, y los botes cañoneros del LTTE operando desde el poder de los rebeldes en la línea de la costa sur de Mullaittivu había hecho que las rutas de negociación inseguros. La gran barraca de Jaffna y el ampliamente esparcido, aislados campos del ejército fueron entonces, en efecto, sitiados, pese a su superioridad material. Transportes aéreos caros e inadecuado debía proveer de sus necesidades básicas, incluso como el transporte aéreo en sí mismo se convirtió crecientemente peligrosos. Los misiles SA-7 estaban por ahora haciéndoles pagar peaje a los vuelos y charteados transportes An-32 y Y-8 civiles. El peligro pudo ser reducido volando sobre el mar, pero no pudo ser eliminado. Al menos un Y-8 fue derribado sobre el océano abierto por un SA-7 lanzado desde un bote rápido del LTTE . Para asegurar su posición en el norte y finalizar la insurrección, el ejército había abierto un corredor terrestre entre Jaffna y el sur.

La Operación Jaya Sikurui ("Victoria Asegurada") se supuso iba a alcanzar la victoria final por al limpiar la estrecha franja de tierra en poder de los rebeldes entre Vavuniya, el punto más al norte bajo control del gobierno, y Kilinochchi, al filo del área mantenida por el gobierno en Jaffna, a 65 km al norte. Después que el ejército de Sri Lanka tuviera un relativamente rápido éxito en Jaffna, la capital del LTTE, esta pareció una relativamente directa operación. Columnas de tanques y transportes blindados de personal se moverían rápidamente a lo largo de las autopistas que comunicaban Kilinochchi, Vavuniya, y Mullaittivu. Las columnas estarían cubiertas por aeronaves y apoyadas por artillería. Pero, el reconocimiento aéreo probó ser incapaz de asegurar los flancos del ejército en las zonas de bosque cercana que cubrían el área. Las columnas rápidamente avanzaron 6-10 kilómetros en cada frente, encontrando débil resistencia del LTTE, entonces explotaron en extensas y rápidas emboscadas. Las armas antitanque, morteros, y minas del LTTE cobraron un fuerte impuesto a los blindados en el país cercano, y las unidades rápidamente se desorganizaron. Los pueblos fueron capturados, perdidos, y recapturados a medida que las fuerzas sitiadas se hallaron sitiado a su vez. Lo que había sido planeado como una ofensiva relámpago para ganar la guerra rápidamente se detuvieron, y el patrón de la guerra familiar —luctuosos, indecisos baño de sangre—se reaseguraron asi mismos. Para Septiembre de 1998, el ejército había capturado 2/3 de la autopista entre Kilinochchi y Vavuniya y ocupado Mankulam. Pero los rebeldes habían capturado Kilinochchi. Después 16 años de fratricida guerra, no había fin a la vista.

Nota: la mayoría de las aeronaves de la Fuerza Aérea de Sri Lanka portaban pequeñas inscripciones en cingalés que no pude reproducir en estos dibujos.

Texto e ilustraciones © 1998 por Robert Craig Johnson.
Fotografías © 1998 por Peter Steinemann. Usadas con permiso.
Traducción © 2007 por Esteban McLaren.

Peter Steinemann es un notable fotográfo de aviación que se especializa en las fuerzas aéreas de Asia. Su trabajo aparece regularmente en periódicos bien reconocidos, incluyendo Air Forces Monthly y World Air Power Journal. Su libro, Asian Airpower, es publicado por Osprey. Para ver más de fotografías de Peter, visite su website, Skyline Aviation Photo Agency.

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