PGM: Balas cruzadas en Gallipoli
Aparentemente estas dos balas se interceptaron en la batalla de Gallipoli.
miércoles, 27 de enero de 2016
martes, 26 de enero de 2016
República Dominicana: Detalles de la muerte de Trujillo
Nuevos detalles de la muerte de Trujillo
por Bernardo Vega (ver abajo) | 23-May-04
Fuerzas Militares Domicanas (blog desaparecido)
Nueva versión sobre los hechos de la noche del 30 de mayo de 1961. Documento inédito sobre la muerte del tirano. Por Benardo Vega.
Zacarias de la Cruz, su chofer militar, dijo que Trujillo pudo salir del coche con vida y murió disparando contra los ajusticiadores.
Zacarías de la Cruz, el chofer militar de Trujillo la noche del 30 de mayo, narró su versión de lo acontecido ese día al Procurador Fiscal y a un Juez de Instrucción. Ese documento nunca antes había sido publicado y El Caribe lo ha obtenido en exclusiva.
Su declaración fue dada casi al morir Trujillo, el 21 de julio de 1961, es decir hace exactamente 40 años al día de hoy, cuando todavía su hijo Ramfis controlaba el país y no se había iniciado el proceso de apertura del régimen, por lo que se podría pensar que su versión de los hechos reflejó la necesidad de mostrar una actitud valiente por parte del dictador en el momento de su muerte. Sin embargo, lo dicho por Zacarías coincide en muchos aspectos, mas no en todos, con las versiones dadas por algunos de los ajusticiadores que sobrevivieron al hecho.
Los aspectos más importantes de su declaración son:
1. El primer disparo contra Trujillo, que fue de escopeta, fue hecho cuando el carro que conducía Antonio Imbert y en el cual se encontraban Antonio de la Maza, Salvador Estrella Sadhalá y el Teniente Amado García Guerrero, todavía estaba detrás del de Trujillo y no, como según las versiones de tres de los participantes (Antonio Imbert, Huáscar Tejeda y Salvador Estrella Sadhalá), cuando éste estuvo al lado del de Trujillo. Ese primer disparo hirió al dictador. Por otras versiones se sabe que quien lo hizo fue Antonio de la Maza, quien estaba en el asiento delantero derecho del vehículo.
2. Zacarías le sugirió a Trujillo que se fueran del lugar, pero el dictador insistió en que se parasen a pelear. Salvador Estrella Sadhalá, ya preso, dijo que Trujillo ordenó: "Párate a pelear".
3. Desde el vehículo con los cuatro héroes y mientras rebasaban el carro del dictador, se efectuaron disparos con un fusil M-1. Algunos pudieron haber impactado en Trujillo. Por otra versión se sabe que quien le disparó fue Amado García Guerrero, que estaba en el asiento trasero derecho.
4. Al ordenar Trujillo que se detuvieran, el vehículo conducido por Imbert les rebasó y éste luego tuvo que frenar y volverse. Entonces el vehículo de los héroes dobló y bloqueó el lado derecho de la autopista. Zacarías trató de volver su auto hacia Ciudad Trujillo, pero no lo hizo pues Trujillo, mal herido, optó por desmontarse del carro y pelear en la intemperie, sin la protección del interior del vehículo. Eso cuadra con la declaración que en la cárcel dio Huáscar Tejeda.
5. La única arma que utilizó Trujillo fue un pequeño revólver 38 de bolsillo.
6. Zacarías le advirtió a Trujillo que él también había sido herido. Como su carro ya se había detenido, pudo disparar con un rifle M-1. El dictador, ya fuera del carro, también disparó con su revolver, avanzando 3 ó 4 metros desde el frente de su automóvil, moviéndose al descubierto hacia los vehículos que le atacaban. De pronto cayó de bruces, inerte, presumiblemente ya muerto.
7. Zacarías, ya solo, siguió disparando con su M-1 y luego con una ametralladora Luger. Vio cuando uno de los héroes avanzó hacia el cuerpo de Trujillo, lo que aprovechó para tirarle y herirle. De los integrantes del automóvil de los cuatro héroes, tres recibieron heridas leves: Amado García Guerrero, Salvador Estrella Sadhalá y Antonio Imbert.
El 2 de Junio de 1961, el cadáver del Dictador dominicano Rafael Trujillo es velado ante una muchedumbre en el Palacio Nacional. Foto de Corbis.com
El auto donde viajaba Zacarias y Trujillo fue presentado a la prensa internacional por el gobierno dominicano el 5 de junio de 1961. El día anterior las autoridades anunciaron que dos de los participante en la muerte de Trujillo mueren a tiros en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad. Entre esto se encontraba Juan Tomas Diaz.
El 5 de Junio de 1961, el gobierno dominicano presenta a la prensa internacional los cadáveres de Antonio de la Maza (al fondo) y Juan Tomas Dizas después que se enfrentaran a fuerzas del SIM (Servicio de Inteligencia Militar). Foto de Corbis.
Carro Oldsmobile modelo 1956 usados por el grupo que dieron muerte a Trujillo. Se pueden apreciar los impactos de balas sucedidos en el intercambio de disparo entre estos, Zacarias y Trujillo.
Los dos únicos sobreviviente del grupo que dieron muerte a Trujillo. Antonio Imbert Barreras a la izquierda y Luis Amiama Tio.
8. Al acabársele los tiros a Zacarías, salió del carro para buscar una ametralladora que estaba en el asiento de atrás del mismo y entonces fue alcanzado por un tiro en la cabeza y se desmayó. En total recibió 9 impactos. De creerse su versión, los héroes no lo vieron ni lo remataron cuando se acercaron al vehículo. Eso es improbable, luce más bien que Zacarías se ocultó en la finca que en ese entonces bordeaba la autopista.
9. Zacarías no cita la llegada del segundo vehículo, manejado por Huáscar Tejeda y donde estaban Pedro Livio Cedeño y Fifí Pastoriza. Debió haberse desmayado antes, por lo que la grave herida que sufrió Pedro Livio entonces fue hecha por uno de sus compañeros. Luis Salvador Estrella, en su libro, probablemente en base a lo narrado por Salvador Estrella la misma noche del 30 de mayo antes de esconderse, coincide en que el segundo vehículo llegó después de muerto Trujillo y que fue Salvador quien, por error, hirió a Pedro Livio, quien en efecto obtuvo heridas de una pistola 38. El único que usó ese arma esa noche fue Salvador.
Esta versión de los hechos difiere en detalles importantes de lo declarado por Antonio Imbert a la prensa y también de lo dicho por Huáscar Tejeda, Pedro Livio Cedeño, Roberto Pastoriza y Salvador Estrella Sadhalá bajo interrogatorio cuando fueron detenidos y de lo que luego contaron a sus amigos en la cárcel, antes de ser asesinados en noviembre de 1961.
________________________________________
En un libro publicado en España en 1965 por el ecuatoriano Gerardo Gallegos, aparece una segunda declaración jurada de Zacarías, efectuada en Madrid en 1964.
Allí exagera un poco su declaración de 1961. Pone a Trujillo a decir: "Zacarías, párate que estoy herido". Y luego: "Para Zacarías, coge la ametralladora, vamos a pelear, que estoy herido". Allí se cita la llegada del segundo vehículo y agrega que fue Trujillo quien, con su revólver, hirió a Pedro Livio Cedeño, que había llegado en ese segundo vehículo y que el dictador disparó los seis proyectiles de su revólver y que murió cuando ya no contaba con balas. Esta segunda versión, reproducida en la prensa dominicana en 1999, es la que ha sido citada por algunos dominicanos que se han especializado en el tema y que tienden a defender el trujillismo.
Nunca más hizo declaraciones a la prensa. Murió el 3 de junio de 1999 a los 93 años de edad. El presidente Leonel Fernández ordenó que fuese sepultado con honores militares. Última Hora editorializó: "Con la muerte de Zacarías de la Cruz se esfuma la posibilidad de conocer, de primera mano y a través de un testigo de excepción, más detalles reveladores sobre el ajusticiamiento de Rafael Trujillo en 1961 y otros aspectos sobre la vida privada del dictador que dominó toda una época de la vida contemporánea. Por una suerte de invariable convicción que algunos nunca entendieron cabalmente pero que todos debieron respetar por su firmeza de carácter, Zacarías fue siempre una tumba en la que nadie pudo penetrar para que hablara sobre lo que conocía como chofer preferido de Trujillo".
Antonio Imbert dice que Trujillo no podía estar herido cuando se inició la balacera
Antonio Imbert es el único otro testigo de los hechos que pudo hacer una declaración formal sin cohersión sobre lo que ocurrió. En su más amplia declaración a la prensa sobre el asunto, en 1964, explicó que el primer tiro, el de Antonio de la Maza, lo trató de dar cuando los dos vehículos estaban paralelos y que apuntó a Zacarías, pero la escopeta le falló. También erró el segundo, porque coincidió con el frenazo que dio Zacarías. A unos 500 metros Antonio Imbert dio la vuelta en redondo y el vehículo se detuvo en el carril derecho de la pista, como a 15 metros del de Trujillo, el cual estaba estacionado a la derecha y del cual tiraban con una ametralladora. Los cuatro héroes salieron del vehículo y tuvo lugar un intercambio de disparos que duró unos cuatro minutos. Considera que Trujillo no pudo haber estado herido al iniciarse la balacera, pues los dos escopetazos de De la Maza habían fallado. No cree que Trujillo disparó con un revólver, tal vez con una ametralladora.
Imbert y De la Maza entonces avanzaron hacia el carro de Trujillo, recibiendo Imbert una ligera herida en el pecho. De la Maza fue por detrás del carro de Trujillo, quien se encontraba parado fuera del mismo. Imbert oyó un disparo de la escopeta de De la Maza, el cual a quemarropa le dio en el hombro a Trujillo quien se quejó por el dolor. Este caminó y se puso frente a las luces de su propio carro, y, en ese momento Imbert le disparó. Trujillo cayó sentado y luego boca arriba, muerto, con la cabeza hacia Haina.
Fue tan sólo en ese momento que llegó el segundo carro, manejado por Huáscar Tejeda y con Fifí Pastoriza y Pedro Livio Cedeño. Este último en ese momento fue herido por un disparo en el vientre, proveniente ya sea de Zacarías, Amado García Guerrero o Salvador Estrella Sadhalá. Imbert fue al carro de Trujillo y tomó un revólver 38 que encontró en el asiento de atrás, y que todavía estaba con su cinturón, por lo que no cree que Trujillo lo usara.
P. ¿Qué podría usted informarnos con relación al atentado criminal perpetrado la noche del 30 de mayo del año en curso, contra la ilustre persona del Generalísimo doctor Rafael L. Trujillo Molina, y con el cual usted fue herido?
R. Yo era encargado de los vehículos privados del Jefe y era la persona que el Jefe utilizaba como chofer para sus viajes personales tanto en la ciudad como en el interior. Alrededor de las 8 p.m., del día 30 de mayo del año en curso, cuando él se preparaba a dar su acostumbrado paseo por la avenida George Washington, me dijo que me preparara para ir a la Hacienda Fundación.
Yo le pregunté entonces: "Jefe, ¿sigo detrás o lo espero aquí?". Él me contestó entonces: "Espere aquí". Luego, como a eso de la 9:40 p.m., el Jefe regresó del paseo, subió a su casa de la Estancia Radhamés, donde yo lo esperaba y más tarde volvió a bajar, a las 9:45 p.m. Momentos antes, el Teniente Pedro de la M.G.D., y quien servía como camarero del Jefe había preparado el maletín que acostumbraba a llevar el Jefe y que, según me expresó éste, dicho maletín contenía una gran cantidad de dinero por lo pesado que estaba. Partimos de la Estancia Radhamés a la residencia de doña Angelita Trujillo, ubicada en la avenida Máximo Gómez, donde el Jefe permaneció como diez minutos. El Jefe salió de la casa y se montó en la parte trasera del carro marca Chevrolet, modelo 1957, color azul, BelAir. De ahí, conduje el carro por la derecha en la George Washington, avanzando hacia la autopista, marchando a una velocidad estable de 90 kilómetros por hora.
Momentos antes de llegar al Bar Restaurante El Pony, rebasamos un automóvil Mercedes Benz. Proseguimos marcha por la autopista en dirección a San Cristóbal, y aproximadamente después de haber avanzado un kilómetro después del último poste del alumbrado eléctrico, repentinamente sentí un disparo desde un carro que iba detrás con las luces apagadas. Al mismo tiempo que sentí el disparo, que supongo fue de escopeta por la enorme detonación, pude darme cuenta de que el mismo vehículo que creo que nos perseguía, encendió las luces y volvió y las encendió. Segundos después, el Jefe me expresó: "Estoy herido, coge la ametralladora y párate a pelear". Entonces, yo le contesté: "Jefe, son muchos, vamos a ver si nos vamos, quiero salvarlo". Él volvió a repetirme: "Coge la ametralladora y vamos a pelear, que estoy herido". Mientras tanto, el carro que nos perseguía nos había rebasado por la derecha, tirándose un poco al paseo y desde el carro que lo rebasaba se hicieron disparos, que por su rapidez, presumo eran de fusiles ametralladoras; todas esas balas se pegaron en el carro y entiendo que algunas de ellas le dieron al Jefe. El carro que nos rebasó se tiró aun más a la derecha en el paseo, a consecuencia de yo haberle tirado encima el carro que conducía con el propósito de hacerlo salirse de la autopista. Pero al ser un carro tan veloz, de más potencia que el mío, pudo rebasarme y se cruzó hacia la izquierda, atravesándonos y debiendo yo frenar para no chocar con el carro que se me cruzó.
En esos momentos en que frenaba, traté de virar el carro nuestro hacia Ciudad Trujillo, desviándome hacia la izquierda y quedando nuestro vehículo ubicado con el frente izquierdo ligeramente introducido en la grama central de la autopista. Al detenerme y volver la cara hacia detrás para mirar al Jefe, había abierto la puerta y se apresuraba a desmontarse, teniendo ya un pie en tierra. Lo vi bajar deslizando su cuerpo hacia el estribo, dándome la impresión de que estaba mal herido. Mientras bajaba hacia el estribo, pude ver que con sus manos buscaba en los bolsillos traseros un revólver pequeño calibre 38 corto, que acostumbraba portar y que fue la única arma que utilizó. Mientras tanto, desde el automóvil enemigo que nos había rebasado y el cual se había ubicado en la pista contraria a la nuestra, es decir, dirección oeste-este, se había detenido a unos 13 metros de distancia del nuestro, con el frente delantero derecho saliendo de la autopista y penetrando en el paseo derecho de ellos. Los ocupantes de este automóvil ya se habían desmontado y nos disparaban con nutrido fuego hacia nosotros.
En esos momentos, le dije al Jefe: "A mí me hirieron también". El fuego que se nos hacían era cada vez más intenso. El Jefe se desmontó del vehículo y avanzó hacia la parte delantera derecha, y pude ver que disparaba con su revólver hacia los enemigos, con su pequeño revólver. Mientras tanto, yo tomé un fusil automático M1 (semi) y comencé a disparar sobre ellos. Cuando yo comencé a disparar, fue cuando vi al Jefe que avanzaba tres o cuatro metros delante del bómper del carro y cayó de bruces con el frente hacia el pavimento, dando media vuelta al caer, cayendo inerte. Presumo que el Jefe cayó muerto ya que no lo vi moverse más durante el tiempo que duró el combate que yo sostuve con los asaltantes. Descargué el fusil M-1 semi-automático con el cual disparaba y tomé una ametralladora Luger corta, disparando hacia el enemigo de manera intermitente, ya que debía racionar mis cápsulas para el combate que yo entendí se prolongaría. Vi cuando uno de los asaltantes avanzó hacia el cuerpo inerte del Jefe y al llegarle cerca le disparé algunas cápsulas que lo hirieron, dejando caer el asaltante su pistola o dando gritos de que se sentía herido.
Luego, después me salió otro asaltante delante del carro disparando hacia mí; yo entonces le contesté con disparos, habiéndome dado cuenta que había caído y su pistola había caído en el pavimento, pero prontamente se levantó y volvió hacia su carro. Luego, cuando se acabaron los tiros de la ametralladora que yo portaba adelante, abrí la puerta del lado derecho del carro y me desmonté para coger la ametralladora del Jefe que estaba detrás del carro. Logré alcanzarla, y cuando me disponía a sobarla para disparar, fui alcanzado una vez más en la cabeza, por un disparo que me derribó, dejándome sin sentido. Es lo último que recuerdo en relación al asalto y al combate, en el cual recibí heridas en las dos piernas, en el muslo izquierdo y dos heridas en el vientre, dos heridas en el hombro derecho, una herida en el tobillo derecho y una herida en la cabeza que me fracturó o astilló la parte superior del frontal. Cuando recobré el conocimiento, un tiempo después que no puedo precisar, encontré la ametralladora Thompson a unos pasos de mí, así como algunas distancias de la ametralladora, en el lugar donde vi caer al Jefe, el kepis que éste usaba esa noche.
Recogí ambas cosas y me senté en una verja situada a la derecha de donde me encontraba y esperé unos cinco minutos para ver si me traía a Ciudad Trujillo, ya que el vehículo en que nosotros andábamos no estaba en el lugar del hecho y los asaltantes tampoco se encontraban ya en ese lugar, suponiendo yo que se habían llevado el cuerpo del Jefe. Momentos después, aparecieron algunos campesinos, quienes fueron los que me condujeron hacia la antigua carretera Sánchez, donde fui trasladado al Hospital Marión donde quedé internado, habiendo sido dado de alta el día 17 de junio de este año.
P. ¿Tiene usted algo más que declarar?
R. No señor.
Con lo cual dimos por terminado el presente interrogatorio que después de leído al declarante y expresar su conformidad, lo firma junto con nosotros y el secretario que certifica.
• Zacarías de la Cruz
Mayor, A.M. Declarante
• Dr. Wilfredo Mejía Alvarado
Juez de Instrucción
• Ricardo Fco. Gaspar Thevenin
Secretario
• Dr. Teodoro Tejeda Díaz
Procurador Fiscal
por Bernardo Vega (ver abajo) | 23-May-04
Nueva versión sobre los hechos de la noche del 30 de mayo de 1961. Documento inédito sobre la muerte del tirano. Por Benardo Vega.
Zacarias de la Cruz, su chofer militar, dijo que Trujillo pudo salir del coche con vida y murió disparando contra los ajusticiadores.
Zacarías de la Cruz, el chofer militar de Trujillo la noche del 30 de mayo, narró su versión de lo acontecido ese día al Procurador Fiscal y a un Juez de Instrucción. Ese documento nunca antes había sido publicado y El Caribe lo ha obtenido en exclusiva.
Su declaración fue dada casi al morir Trujillo, el 21 de julio de 1961, es decir hace exactamente 40 años al día de hoy, cuando todavía su hijo Ramfis controlaba el país y no se había iniciado el proceso de apertura del régimen, por lo que se podría pensar que su versión de los hechos reflejó la necesidad de mostrar una actitud valiente por parte del dictador en el momento de su muerte. Sin embargo, lo dicho por Zacarías coincide en muchos aspectos, mas no en todos, con las versiones dadas por algunos de los ajusticiadores que sobrevivieron al hecho.
Los aspectos más importantes de su declaración son:
1. El primer disparo contra Trujillo, que fue de escopeta, fue hecho cuando el carro que conducía Antonio Imbert y en el cual se encontraban Antonio de la Maza, Salvador Estrella Sadhalá y el Teniente Amado García Guerrero, todavía estaba detrás del de Trujillo y no, como según las versiones de tres de los participantes (Antonio Imbert, Huáscar Tejeda y Salvador Estrella Sadhalá), cuando éste estuvo al lado del de Trujillo. Ese primer disparo hirió al dictador. Por otras versiones se sabe que quien lo hizo fue Antonio de la Maza, quien estaba en el asiento delantero derecho del vehículo.
2. Zacarías le sugirió a Trujillo que se fueran del lugar, pero el dictador insistió en que se parasen a pelear. Salvador Estrella Sadhalá, ya preso, dijo que Trujillo ordenó: "Párate a pelear".
3. Desde el vehículo con los cuatro héroes y mientras rebasaban el carro del dictador, se efectuaron disparos con un fusil M-1. Algunos pudieron haber impactado en Trujillo. Por otra versión se sabe que quien le disparó fue Amado García Guerrero, que estaba en el asiento trasero derecho.
4. Al ordenar Trujillo que se detuvieran, el vehículo conducido por Imbert les rebasó y éste luego tuvo que frenar y volverse. Entonces el vehículo de los héroes dobló y bloqueó el lado derecho de la autopista. Zacarías trató de volver su auto hacia Ciudad Trujillo, pero no lo hizo pues Trujillo, mal herido, optó por desmontarse del carro y pelear en la intemperie, sin la protección del interior del vehículo. Eso cuadra con la declaración que en la cárcel dio Huáscar Tejeda.
5. La única arma que utilizó Trujillo fue un pequeño revólver 38 de bolsillo.
6. Zacarías le advirtió a Trujillo que él también había sido herido. Como su carro ya se había detenido, pudo disparar con un rifle M-1. El dictador, ya fuera del carro, también disparó con su revolver, avanzando 3 ó 4 metros desde el frente de su automóvil, moviéndose al descubierto hacia los vehículos que le atacaban. De pronto cayó de bruces, inerte, presumiblemente ya muerto.
7. Zacarías, ya solo, siguió disparando con su M-1 y luego con una ametralladora Luger. Vio cuando uno de los héroes avanzó hacia el cuerpo de Trujillo, lo que aprovechó para tirarle y herirle. De los integrantes del automóvil de los cuatro héroes, tres recibieron heridas leves: Amado García Guerrero, Salvador Estrella Sadhalá y Antonio Imbert.
El 2 de Junio de 1961, el cadáver del Dictador dominicano Rafael Trujillo es velado ante una muchedumbre en el Palacio Nacional. Foto de Corbis.com
El auto donde viajaba Zacarias y Trujillo fue presentado a la prensa internacional por el gobierno dominicano el 5 de junio de 1961. El día anterior las autoridades anunciaron que dos de los participante en la muerte de Trujillo mueren a tiros en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad. Entre esto se encontraba Juan Tomas Diaz.
El 5 de Junio de 1961, el gobierno dominicano presenta a la prensa internacional los cadáveres de Antonio de la Maza (al fondo) y Juan Tomas Dizas después que se enfrentaran a fuerzas del SIM (Servicio de Inteligencia Militar). Foto de Corbis.
Carro Oldsmobile modelo 1956 usados por el grupo que dieron muerte a Trujillo. Se pueden apreciar los impactos de balas sucedidos en el intercambio de disparo entre estos, Zacarias y Trujillo.
Los dos únicos sobreviviente del grupo que dieron muerte a Trujillo. Antonio Imbert Barreras a la izquierda y Luis Amiama Tio.
8. Al acabársele los tiros a Zacarías, salió del carro para buscar una ametralladora que estaba en el asiento de atrás del mismo y entonces fue alcanzado por un tiro en la cabeza y se desmayó. En total recibió 9 impactos. De creerse su versión, los héroes no lo vieron ni lo remataron cuando se acercaron al vehículo. Eso es improbable, luce más bien que Zacarías se ocultó en la finca que en ese entonces bordeaba la autopista.
9. Zacarías no cita la llegada del segundo vehículo, manejado por Huáscar Tejeda y donde estaban Pedro Livio Cedeño y Fifí Pastoriza. Debió haberse desmayado antes, por lo que la grave herida que sufrió Pedro Livio entonces fue hecha por uno de sus compañeros. Luis Salvador Estrella, en su libro, probablemente en base a lo narrado por Salvador Estrella la misma noche del 30 de mayo antes de esconderse, coincide en que el segundo vehículo llegó después de muerto Trujillo y que fue Salvador quien, por error, hirió a Pedro Livio, quien en efecto obtuvo heridas de una pistola 38. El único que usó ese arma esa noche fue Salvador.
Esta versión de los hechos difiere en detalles importantes de lo declarado por Antonio Imbert a la prensa y también de lo dicho por Huáscar Tejeda, Pedro Livio Cedeño, Roberto Pastoriza y Salvador Estrella Sadhalá bajo interrogatorio cuando fueron detenidos y de lo que luego contaron a sus amigos en la cárcel, antes de ser asesinados en noviembre de 1961.
________________________________________
La segunda versión del chofer.
Articulo e Informe publicado en El Caribe el 21 de julio de 2001En un libro publicado en España en 1965 por el ecuatoriano Gerardo Gallegos, aparece una segunda declaración jurada de Zacarías, efectuada en Madrid en 1964.
Allí exagera un poco su declaración de 1961. Pone a Trujillo a decir: "Zacarías, párate que estoy herido". Y luego: "Para Zacarías, coge la ametralladora, vamos a pelear, que estoy herido". Allí se cita la llegada del segundo vehículo y agrega que fue Trujillo quien, con su revólver, hirió a Pedro Livio Cedeño, que había llegado en ese segundo vehículo y que el dictador disparó los seis proyectiles de su revólver y que murió cuando ya no contaba con balas. Esta segunda versión, reproducida en la prensa dominicana en 1999, es la que ha sido citada por algunos dominicanos que se han especializado en el tema y que tienden a defender el trujillismo.
La suerte de Zacarías
El chofer de Trujillo fue condecorado por el Presidente Balaguer en junio de 1961. Al caer los remanentes de la dictadura, Zacarías junto a Ramfis Trujillo y otros, se fue a vivir a España, regresando al país en 1966, al asumir el gobierno Joaquín Balaguer, siendo entonces nombrado en un alto cargo en el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), en el departamento encargado de reclutar haitianos para el corte de la caña.Nunca más hizo declaraciones a la prensa. Murió el 3 de junio de 1999 a los 93 años de edad. El presidente Leonel Fernández ordenó que fuese sepultado con honores militares. Última Hora editorializó: "Con la muerte de Zacarías de la Cruz se esfuma la posibilidad de conocer, de primera mano y a través de un testigo de excepción, más detalles reveladores sobre el ajusticiamiento de Rafael Trujillo en 1961 y otros aspectos sobre la vida privada del dictador que dominó toda una época de la vida contemporánea. Por una suerte de invariable convicción que algunos nunca entendieron cabalmente pero que todos debieron respetar por su firmeza de carácter, Zacarías fue siempre una tumba en la que nadie pudo penetrar para que hablara sobre lo que conocía como chofer preferido de Trujillo".
Antonio Imbert dice que Trujillo no podía estar herido cuando se inició la balacera
Antonio Imbert es el único otro testigo de los hechos que pudo hacer una declaración formal sin cohersión sobre lo que ocurrió. En su más amplia declaración a la prensa sobre el asunto, en 1964, explicó que el primer tiro, el de Antonio de la Maza, lo trató de dar cuando los dos vehículos estaban paralelos y que apuntó a Zacarías, pero la escopeta le falló. También erró el segundo, porque coincidió con el frenazo que dio Zacarías. A unos 500 metros Antonio Imbert dio la vuelta en redondo y el vehículo se detuvo en el carril derecho de la pista, como a 15 metros del de Trujillo, el cual estaba estacionado a la derecha y del cual tiraban con una ametralladora. Los cuatro héroes salieron del vehículo y tuvo lugar un intercambio de disparos que duró unos cuatro minutos. Considera que Trujillo no pudo haber estado herido al iniciarse la balacera, pues los dos escopetazos de De la Maza habían fallado. No cree que Trujillo disparó con un revólver, tal vez con una ametralladora.
Imbert y De la Maza entonces avanzaron hacia el carro de Trujillo, recibiendo Imbert una ligera herida en el pecho. De la Maza fue por detrás del carro de Trujillo, quien se encontraba parado fuera del mismo. Imbert oyó un disparo de la escopeta de De la Maza, el cual a quemarropa le dio en el hombro a Trujillo quien se quejó por el dolor. Este caminó y se puso frente a las luces de su propio carro, y, en ese momento Imbert le disparó. Trujillo cayó sentado y luego boca arriba, muerto, con la cabeza hacia Haina.
Fue tan sólo en ese momento que llegó el segundo carro, manejado por Huáscar Tejeda y con Fifí Pastoriza y Pedro Livio Cedeño. Este último en ese momento fue herido por un disparo en el vientre, proveniente ya sea de Zacarías, Amado García Guerrero o Salvador Estrella Sadhalá. Imbert fue al carro de Trujillo y tomó un revólver 38 que encontró en el asiento de atrás, y que todavía estaba con su cinturón, por lo que no cree que Trujillo lo usara.
La declaración del chofer de Trujillo:
Juzgado de Instrucción de la Primera Circunscripción del Distrito Nacional (21/7/1961)P. ¿Qué podría usted informarnos con relación al atentado criminal perpetrado la noche del 30 de mayo del año en curso, contra la ilustre persona del Generalísimo doctor Rafael L. Trujillo Molina, y con el cual usted fue herido?
R. Yo era encargado de los vehículos privados del Jefe y era la persona que el Jefe utilizaba como chofer para sus viajes personales tanto en la ciudad como en el interior. Alrededor de las 8 p.m., del día 30 de mayo del año en curso, cuando él se preparaba a dar su acostumbrado paseo por la avenida George Washington, me dijo que me preparara para ir a la Hacienda Fundación.
Yo le pregunté entonces: "Jefe, ¿sigo detrás o lo espero aquí?". Él me contestó entonces: "Espere aquí". Luego, como a eso de la 9:40 p.m., el Jefe regresó del paseo, subió a su casa de la Estancia Radhamés, donde yo lo esperaba y más tarde volvió a bajar, a las 9:45 p.m. Momentos antes, el Teniente Pedro de la M.G.D., y quien servía como camarero del Jefe había preparado el maletín que acostumbraba a llevar el Jefe y que, según me expresó éste, dicho maletín contenía una gran cantidad de dinero por lo pesado que estaba. Partimos de la Estancia Radhamés a la residencia de doña Angelita Trujillo, ubicada en la avenida Máximo Gómez, donde el Jefe permaneció como diez minutos. El Jefe salió de la casa y se montó en la parte trasera del carro marca Chevrolet, modelo 1957, color azul, BelAir. De ahí, conduje el carro por la derecha en la George Washington, avanzando hacia la autopista, marchando a una velocidad estable de 90 kilómetros por hora.
Momentos antes de llegar al Bar Restaurante El Pony, rebasamos un automóvil Mercedes Benz. Proseguimos marcha por la autopista en dirección a San Cristóbal, y aproximadamente después de haber avanzado un kilómetro después del último poste del alumbrado eléctrico, repentinamente sentí un disparo desde un carro que iba detrás con las luces apagadas. Al mismo tiempo que sentí el disparo, que supongo fue de escopeta por la enorme detonación, pude darme cuenta de que el mismo vehículo que creo que nos perseguía, encendió las luces y volvió y las encendió. Segundos después, el Jefe me expresó: "Estoy herido, coge la ametralladora y párate a pelear". Entonces, yo le contesté: "Jefe, son muchos, vamos a ver si nos vamos, quiero salvarlo". Él volvió a repetirme: "Coge la ametralladora y vamos a pelear, que estoy herido". Mientras tanto, el carro que nos perseguía nos había rebasado por la derecha, tirándose un poco al paseo y desde el carro que lo rebasaba se hicieron disparos, que por su rapidez, presumo eran de fusiles ametralladoras; todas esas balas se pegaron en el carro y entiendo que algunas de ellas le dieron al Jefe. El carro que nos rebasó se tiró aun más a la derecha en el paseo, a consecuencia de yo haberle tirado encima el carro que conducía con el propósito de hacerlo salirse de la autopista. Pero al ser un carro tan veloz, de más potencia que el mío, pudo rebasarme y se cruzó hacia la izquierda, atravesándonos y debiendo yo frenar para no chocar con el carro que se me cruzó.
En esos momentos en que frenaba, traté de virar el carro nuestro hacia Ciudad Trujillo, desviándome hacia la izquierda y quedando nuestro vehículo ubicado con el frente izquierdo ligeramente introducido en la grama central de la autopista. Al detenerme y volver la cara hacia detrás para mirar al Jefe, había abierto la puerta y se apresuraba a desmontarse, teniendo ya un pie en tierra. Lo vi bajar deslizando su cuerpo hacia el estribo, dándome la impresión de que estaba mal herido. Mientras bajaba hacia el estribo, pude ver que con sus manos buscaba en los bolsillos traseros un revólver pequeño calibre 38 corto, que acostumbraba portar y que fue la única arma que utilizó. Mientras tanto, desde el automóvil enemigo que nos había rebasado y el cual se había ubicado en la pista contraria a la nuestra, es decir, dirección oeste-este, se había detenido a unos 13 metros de distancia del nuestro, con el frente delantero derecho saliendo de la autopista y penetrando en el paseo derecho de ellos. Los ocupantes de este automóvil ya se habían desmontado y nos disparaban con nutrido fuego hacia nosotros.
En esos momentos, le dije al Jefe: "A mí me hirieron también". El fuego que se nos hacían era cada vez más intenso. El Jefe se desmontó del vehículo y avanzó hacia la parte delantera derecha, y pude ver que disparaba con su revólver hacia los enemigos, con su pequeño revólver. Mientras tanto, yo tomé un fusil automático M1 (semi) y comencé a disparar sobre ellos. Cuando yo comencé a disparar, fue cuando vi al Jefe que avanzaba tres o cuatro metros delante del bómper del carro y cayó de bruces con el frente hacia el pavimento, dando media vuelta al caer, cayendo inerte. Presumo que el Jefe cayó muerto ya que no lo vi moverse más durante el tiempo que duró el combate que yo sostuve con los asaltantes. Descargué el fusil M-1 semi-automático con el cual disparaba y tomé una ametralladora Luger corta, disparando hacia el enemigo de manera intermitente, ya que debía racionar mis cápsulas para el combate que yo entendí se prolongaría. Vi cuando uno de los asaltantes avanzó hacia el cuerpo inerte del Jefe y al llegarle cerca le disparé algunas cápsulas que lo hirieron, dejando caer el asaltante su pistola o dando gritos de que se sentía herido.
Luego, después me salió otro asaltante delante del carro disparando hacia mí; yo entonces le contesté con disparos, habiéndome dado cuenta que había caído y su pistola había caído en el pavimento, pero prontamente se levantó y volvió hacia su carro. Luego, cuando se acabaron los tiros de la ametralladora que yo portaba adelante, abrí la puerta del lado derecho del carro y me desmonté para coger la ametralladora del Jefe que estaba detrás del carro. Logré alcanzarla, y cuando me disponía a sobarla para disparar, fui alcanzado una vez más en la cabeza, por un disparo que me derribó, dejándome sin sentido. Es lo último que recuerdo en relación al asalto y al combate, en el cual recibí heridas en las dos piernas, en el muslo izquierdo y dos heridas en el vientre, dos heridas en el hombro derecho, una herida en el tobillo derecho y una herida en la cabeza que me fracturó o astilló la parte superior del frontal. Cuando recobré el conocimiento, un tiempo después que no puedo precisar, encontré la ametralladora Thompson a unos pasos de mí, así como algunas distancias de la ametralladora, en el lugar donde vi caer al Jefe, el kepis que éste usaba esa noche.
Recogí ambas cosas y me senté en una verja situada a la derecha de donde me encontraba y esperé unos cinco minutos para ver si me traía a Ciudad Trujillo, ya que el vehículo en que nosotros andábamos no estaba en el lugar del hecho y los asaltantes tampoco se encontraban ya en ese lugar, suponiendo yo que se habían llevado el cuerpo del Jefe. Momentos después, aparecieron algunos campesinos, quienes fueron los que me condujeron hacia la antigua carretera Sánchez, donde fui trasladado al Hospital Marión donde quedé internado, habiendo sido dado de alta el día 17 de junio de este año.
P. ¿Tiene usted algo más que declarar?
R. No señor.
Con lo cual dimos por terminado el presente interrogatorio que después de leído al declarante y expresar su conformidad, lo firma junto con nosotros y el secretario que certifica.
• Zacarías de la Cruz
Mayor, A.M. Declarante
• Dr. Wilfredo Mejía Alvarado
Juez de Instrucción
• Ricardo Fco. Gaspar Thevenin
Secretario
• Dr. Teodoro Tejeda Díaz
Procurador Fiscal
lunes, 25 de enero de 2016
PGM: Encuentran pecio de submarino alemán
Identifican un submarino alemán de la I Guerra Mundial hundido en la costa inglesa
Buzos holandeses pudieron llegar hasta el submarino.
Por CNN
(CNN)– Un buque de guerra centenario fue identificado en la costa de Inglaterra.
Desarrolladores de parques eólicos estaban explorando el fondo marino de la costa de Norfolk y Suffolk, cuando su sonar detectó un objeto inusualmente grande, a unos 90 kilómetros de la costa. Fue en septiembre de 2012.
“Estábamos buscando restos de naufragios, pero lo que encontramos fue un enorme desastre que no aparecía en ninguna de las listas", dijo Teri Nicklin, de la compañía de energía ScottishPowers Renewables.
El submarino era un misterio desconocido.
La empresa de energía notificó a las autoridades y a la Real Armada de Holanda, que estaba buscando un submarino militar holandés que desapareció en junio de 1940, cuando la tripulación patrullaba las aguas entre Dinamarca y Noruega.
Llevó cerca de cuatro años en identificar su origen debido a las condiciones del mar, que hacían imposible ver el submarino. En los últimos meses, buzos de la Marina holandesa lo lograron: es un U-31, un submarino alemán de la Primera Guerra Mundial.
Se cree que el U-31 fue destruido por una mina en la costa de Inglaterra y se hundió con toda su tripulación, de cuatro oficiales y 31 hombres, dijo el arqueólogo marino Mark Dunkley.
Las aguas inglesas serán el lugar del descanso final del submarino, pero las autoridades tratarán de ponerse en contacto con las familias alemanas que pudieran haber tenido familiares en la embarcación, dijo Nicklin.
Buzos holandeses pudieron llegar hasta el submarino.
Por CNN
(CNN)– Un buque de guerra centenario fue identificado en la costa de Inglaterra.
Desarrolladores de parques eólicos estaban explorando el fondo marino de la costa de Norfolk y Suffolk, cuando su sonar detectó un objeto inusualmente grande, a unos 90 kilómetros de la costa. Fue en septiembre de 2012.
“Estábamos buscando restos de naufragios, pero lo que encontramos fue un enorme desastre que no aparecía en ninguna de las listas", dijo Teri Nicklin, de la compañía de energía ScottishPowers Renewables.
El submarino era un misterio desconocido.
La empresa de energía notificó a las autoridades y a la Real Armada de Holanda, que estaba buscando un submarino militar holandés que desapareció en junio de 1940, cuando la tripulación patrullaba las aguas entre Dinamarca y Noruega.
Llevó cerca de cuatro años en identificar su origen debido a las condiciones del mar, que hacían imposible ver el submarino. En los últimos meses, buzos de la Marina holandesa lo lograron: es un U-31, un submarino alemán de la Primera Guerra Mundial.
Se cree que el U-31 fue destruido por una mina en la costa de Inglaterra y se hundió con toda su tripulación, de cuatro oficiales y 31 hombres, dijo el arqueólogo marino Mark Dunkley.
Las aguas inglesas serán el lugar del descanso final del submarino, pero las autoridades tratarán de ponerse en contacto con las familias alemanas que pudieran haber tenido familiares en la embarcación, dijo Nicklin.
domingo, 24 de enero de 2016
Roma: Quien fue mejor, ¿la falange o la legión?
Legión Vs Falange: ¿Cuál formación de combate fue mejor?
Por William McLaughlin para War History Online
La organización del estilo de héroe de guerra homérico conformada por apretados hoplitas estaba cambiando al mundo. Esta poderosa formación griega permitió a los griegos mantener a raya a la poderosa invasión persa y difundir la cultura griega en todo el Mediterráneo. La falange macedónica tomó el concepto de guerra de grupo cohesionado a otro nivel con los falangistas armados de sarissas y bajo Filipo y Alejandro, arrolló a todos los rivales en frente de ellos.
Mientras el imperio de Alejandro creció y se fragmentó, los romanos estaban ocupados con su ardua tarea de conquistar Italia. La adopción de un principio una falange estilo hoplita fue debido a la influencia de las colonias griegas del sur de Italia, el ejército finalmente transformó a la flexible y más manipulable legión . Esta transformación fue probablemente el resultado de las guerras samnitas pelearon en el variado terreno montañoso del centro de Italia, donde los romanos necesitaban una formación más adaptable. La manipulable legión romano y la falange macedónica eran cada factores clave en los éxitos de sus estados, ¿pero fue una formación realmente mejor que el otro?
Las mejores descripciones de las formaciones provienen del historiador Polibio. Criado en Grecia, Polibio luchó en batallas griegas antes de ser enviado a Roma como rehén, aunque dado grandes libertades durante su estancia. En Roma Polibio estudió la guerra romano y por lo tanto tenía experiencia con la falange y la guerra de estilo manípulo.
Vista frontal de la falange macedonia en perfecto orden irreal, pero que muestra la gran cantidad de puntas de lanza que se proyectan fuera de la formación.
En sus historias Polibio aborda directamente las fortalezas y debilidades de ambas formaciones. Para la falange, la formación profunda de dieciséis hombres tenía en las primeras cinco filas con sus lanzas que se extendían hacia afuera de la formación, mientras que las filas restantes mantuvieron sus lanzas en posición vertical o en un ángulo para desviar misiles. La formación cerrada con la falangita promedio tomando un frente de tres pies significaba que, en teoría, el soldado promedio, que necesitaba el doble de la fachada para operar con espada o lanza, se enfrentaba a un total de diez puntas de lanza. No es meramente una formación defensiva, la falange podría avanzar hacia adelante con picas batiendo a través prácticamente cualquier oponente con facilidad. Polibio afirmaba que la mayor debilidad de la falange es su inutilidad en terreno accidentado pero sabemos que bajo el liderazgo competente la falange había ganado victorias incluso mientras cruzaba ríos.
Recreadores que muestra la formación mucho más abierta de los romanos.
La formación Manipular romana era bastante única en su diseño. Con tres líneas, una detrás de los otros los romanos desplegados en manípulos separadas con cada línea que tiene un espacio de manípulación de tamaño entre las unidades, con esos vacíos cubiertos por la siguiente línea de fondo creando una formación de tablero de ajedrez. El método exacto de esta formación participaba en la batalla ha sido cuestionada debido a las grandes diferencias, pero parece que las diferencias se mantuvieron en el ejercicio para permitir que las líneas traseras a través de apoyo cuando sea necesario.
Hay varias diferencias clave en las formaciones. El manípulo era fluida, con cada manípulo llevaba por centuriones que se animaba a tomar la iniciativa y dar el ejemplo. La falange era mucho más rígida, pero abrumadoramente poderosa en un asalto frontal. El soldado individual de la falange fue atado a la cohesión de la unidad, pero no tenía la seguridad de múltiples puntas de lanza entre la primera fila y el enemigo. El romano individuo tenía más espacio para operar, con un gran escudo y espada efectiva que les permite participar con confianza y defienden de forma individual como en grupo por los escudos de bloqueo. Las jabalinas lanzadas por los manípulos eran también una herramienta de formación rompiendo eficaz utilizado para disminuir el impacto de los cargos enemigos o crear agujeros para explotar con su propia carga.
Las dos formaciones en realidad se reunieron en la batalla un puñado de veces con resultados variados. Los primeros combates fueron durante la invasión de Pirro de Italia en 280 antes de Cristo. Tres grandes batallas se libraron con las primeras dos victorias pírricas son de Pirro. En Heraclea y Asculum la falange macedonia probado y verdadero enfrentó al manípulo romano que sólo se había establecido 40-100 años antes.
Pirro ganó estas batallas, pero los manípulos sino a luz un esfuerzo valiente y causó numerosas bajas. En la batalla de Benevento unos años más tarde los romanos finalmente prevaleció, con la ayuda de elefantes Pirro ", que cobran de nuevo en sus propias líneas. Detalles para estas batallas son escasos, pero parece que a pesar de la falange, efectivamente avasallar por los romanos, que se hizo con gran dificultad y en Benevento la flexibilidad de los manípulos les permitió aprovechar las aberturas causadas por los elefantes arrasa a provocar una desbandada.
Después de la invasión de Pirro los romanos lucharon guerras titánicas contra Cartago que los llevaron a la condición de superpotencia en el Mediterráneo. Apenas después de concluir la Segunda Guerra Púnica, los romanos invadieron Macedonia para llevar la lucha a Felipe V, que había sido un aliado de Cartago y ahora estaba acosando ciudades griegas-romanas aliado. Los ejércitos de Roma y de Felipe ejército falange se reunieron en Cinoscéfalos, con una gran colina que separa los dos campos.
Las principales fases de Cinoscéfalos
Filipo decidió tomar la iniciativa y salió por primera vez con la mitad derecha de su falange, para que pudiesen tomar la colina y atacar cuesta abajo. A medida que la izquierda de los romanos y se mantuvieron firme se reunieron, la derecha romana se dirigió a la colina para negar el resto del ejército de Filipo la ventaja cuesta abajo. Si bien el avance de un oficial no identificado se dio cuenta de que estaban marchando derecha más allá de la parte trasera vulnerables de la falange macedonia derecha y se quitó una fuerza lo suficientemente grande como para flanquear la falange comprometido y derrotarlos rápidamente.
Mientras tanto, el ala derecha romana restante avanzó hasta la colina y se reunió con el resto del ejército de Filipo, ya que estaban llegando en racimos. La flexibilidad de los manípulos les permitió rodean y destruyen cada unidad hasta que el resto de las fuerzas de Filipo huyeron. Esta batalla se muestra el ingenio y las libertades permitidas a los oficiales romanos para que puedan tomar una decisión campo de batalla que influyó profundamente en el resultado.
El último gran ejemplo de manípulo y falange de batalla se encuentra en la batalla de Pydna durante la tercera guerra macedónica entre Roma y Perseo. La batalla decisiva ocurrió en terreno plano no muy lejos del lugar de las Termópilas. Los macedonios superaban en número a los romanos aproximadamente 44.000 a 29.000, pero ambas fuerzas eran iguales en la caballería.
Los dos ejércitos en fila cada división la caballería en las alas y la falange macedonia avanzaron. La infantería romana conoció la falange y no se rompió, pero se vieron obligados constantemente de nuevo hacia el suelo roto detrás de ellos. A medida que la línea larga falange empujado hacia adelante comenzaron a romper la formación como algunas zonas empujaron hacia adelante más que otros y el terreno irregular comenzaron a romper la formación.
La alineación antes de la batalla de Pydna. uno de los más incluso duelos entre las dos formaciones.
En pequeños grupos en primero, los romanos se zambulló en estos pequeños espacios en las líneas y lucharon para ensanchar ellos. Como lagunas crecieron más, presumiblemente fresco, hombres de las líneas traseras fueron alimentados a través de infiltrar completamente docenas de segmentos de la falange y los macedonios pronto rompieron. La lucha de caballería fue aún pero tan pronto como la infantería corrió la caballería siguió su ejemplo.
Esta última batalla se muestran las tácticas de unidades pequeñas para las cuales el manípulo, construido hacia pero también muestra lo bien que el manípulo encajar los romanos como pueblo. Romanos eran ferozmente valiente y tomó toda una hazaña de valentía para estar entre los primeros en saltar a una formación enemiga erizado de lanzas para abrir huecos para sus compañeros soldados.
Las batallas sin duda mostraron la flexibilidad de la legión manipular sobre la poderosa, pero rígida falange macedonia, pero habría sido imposible con todas las diferentes variables para encontrar un duelo batalla perfecta de las dos formaciones. Cada una de las batallas mención destacados variando habilidad y experiencia para los comandantes y los ejércitos en general. La falange macedonia continuó siendo utilizado desde Alemania a Egipto y demostró ser eficaz. Incluso una falange mínimamente equipada y entrenada era todavía una fuerza hacia adelante en movimiento a tener en cuenta, y el estilo romano de la guerra encontró poco éxito fuera de Roma. La flexibilidad del manípulo les permitió luchar en grupos de cualquier tamaño, desde avances legión enteros al soldado individual, listo para cualquier ocasión en el campo de batalla con dos jabalinas, un escudo grande y un gladius eficaz.
Por William McLaughlin para War History Online
La organización del estilo de héroe de guerra homérico conformada por apretados hoplitas estaba cambiando al mundo. Esta poderosa formación griega permitió a los griegos mantener a raya a la poderosa invasión persa y difundir la cultura griega en todo el Mediterráneo. La falange macedónica tomó el concepto de guerra de grupo cohesionado a otro nivel con los falangistas armados de sarissas y bajo Filipo y Alejandro, arrolló a todos los rivales en frente de ellos.
Mientras el imperio de Alejandro creció y se fragmentó, los romanos estaban ocupados con su ardua tarea de conquistar Italia. La adopción de un principio una falange estilo hoplita fue debido a la influencia de las colonias griegas del sur de Italia, el ejército finalmente transformó a la flexible y más manipulable legión . Esta transformación fue probablemente el resultado de las guerras samnitas pelearon en el variado terreno montañoso del centro de Italia, donde los romanos necesitaban una formación más adaptable. La manipulable legión romano y la falange macedónica eran cada factores clave en los éxitos de sus estados, ¿pero fue una formación realmente mejor que el otro?
Las mejores descripciones de las formaciones provienen del historiador Polibio. Criado en Grecia, Polibio luchó en batallas griegas antes de ser enviado a Roma como rehén, aunque dado grandes libertades durante su estancia. En Roma Polibio estudió la guerra romano y por lo tanto tenía experiencia con la falange y la guerra de estilo manípulo.
Vista frontal de la falange macedonia en perfecto orden irreal, pero que muestra la gran cantidad de puntas de lanza que se proyectan fuera de la formación.
En sus historias Polibio aborda directamente las fortalezas y debilidades de ambas formaciones. Para la falange, la formación profunda de dieciséis hombres tenía en las primeras cinco filas con sus lanzas que se extendían hacia afuera de la formación, mientras que las filas restantes mantuvieron sus lanzas en posición vertical o en un ángulo para desviar misiles. La formación cerrada con la falangita promedio tomando un frente de tres pies significaba que, en teoría, el soldado promedio, que necesitaba el doble de la fachada para operar con espada o lanza, se enfrentaba a un total de diez puntas de lanza. No es meramente una formación defensiva, la falange podría avanzar hacia adelante con picas batiendo a través prácticamente cualquier oponente con facilidad. Polibio afirmaba que la mayor debilidad de la falange es su inutilidad en terreno accidentado pero sabemos que bajo el liderazgo competente la falange había ganado victorias incluso mientras cruzaba ríos.
Recreadores que muestra la formación mucho más abierta de los romanos.
La formación Manipular romana era bastante única en su diseño. Con tres líneas, una detrás de los otros los romanos desplegados en manípulos separadas con cada línea que tiene un espacio de manípulación de tamaño entre las unidades, con esos vacíos cubiertos por la siguiente línea de fondo creando una formación de tablero de ajedrez. El método exacto de esta formación participaba en la batalla ha sido cuestionada debido a las grandes diferencias, pero parece que las diferencias se mantuvieron en el ejercicio para permitir que las líneas traseras a través de apoyo cuando sea necesario.
Hay varias diferencias clave en las formaciones. El manípulo era fluida, con cada manípulo llevaba por centuriones que se animaba a tomar la iniciativa y dar el ejemplo. La falange era mucho más rígida, pero abrumadoramente poderosa en un asalto frontal. El soldado individual de la falange fue atado a la cohesión de la unidad, pero no tenía la seguridad de múltiples puntas de lanza entre la primera fila y el enemigo. El romano individuo tenía más espacio para operar, con un gran escudo y espada efectiva que les permite participar con confianza y defienden de forma individual como en grupo por los escudos de bloqueo. Las jabalinas lanzadas por los manípulos eran también una herramienta de formación rompiendo eficaz utilizado para disminuir el impacto de los cargos enemigos o crear agujeros para explotar con su propia carga.
Las dos formaciones en realidad se reunieron en la batalla un puñado de veces con resultados variados. Los primeros combates fueron durante la invasión de Pirro de Italia en 280 antes de Cristo. Tres grandes batallas se libraron con las primeras dos victorias pírricas son de Pirro. En Heraclea y Asculum la falange macedonia probado y verdadero enfrentó al manípulo romano que sólo se había establecido 40-100 años antes.
Pirro ganó estas batallas, pero los manípulos sino a luz un esfuerzo valiente y causó numerosas bajas. En la batalla de Benevento unos años más tarde los romanos finalmente prevaleció, con la ayuda de elefantes Pirro ", que cobran de nuevo en sus propias líneas. Detalles para estas batallas son escasos, pero parece que a pesar de la falange, efectivamente avasallar por los romanos, que se hizo con gran dificultad y en Benevento la flexibilidad de los manípulos les permitió aprovechar las aberturas causadas por los elefantes arrasa a provocar una desbandada.
Después de la invasión de Pirro los romanos lucharon guerras titánicas contra Cartago que los llevaron a la condición de superpotencia en el Mediterráneo. Apenas después de concluir la Segunda Guerra Púnica, los romanos invadieron Macedonia para llevar la lucha a Felipe V, que había sido un aliado de Cartago y ahora estaba acosando ciudades griegas-romanas aliado. Los ejércitos de Roma y de Felipe ejército falange se reunieron en Cinoscéfalos, con una gran colina que separa los dos campos.
Las principales fases de Cinoscéfalos
Filipo decidió tomar la iniciativa y salió por primera vez con la mitad derecha de su falange, para que pudiesen tomar la colina y atacar cuesta abajo. A medida que la izquierda de los romanos y se mantuvieron firme se reunieron, la derecha romana se dirigió a la colina para negar el resto del ejército de Filipo la ventaja cuesta abajo. Si bien el avance de un oficial no identificado se dio cuenta de que estaban marchando derecha más allá de la parte trasera vulnerables de la falange macedonia derecha y se quitó una fuerza lo suficientemente grande como para flanquear la falange comprometido y derrotarlos rápidamente.
Mientras tanto, el ala derecha romana restante avanzó hasta la colina y se reunió con el resto del ejército de Filipo, ya que estaban llegando en racimos. La flexibilidad de los manípulos les permitió rodean y destruyen cada unidad hasta que el resto de las fuerzas de Filipo huyeron. Esta batalla se muestra el ingenio y las libertades permitidas a los oficiales romanos para que puedan tomar una decisión campo de batalla que influyó profundamente en el resultado.
El último gran ejemplo de manípulo y falange de batalla se encuentra en la batalla de Pydna durante la tercera guerra macedónica entre Roma y Perseo. La batalla decisiva ocurrió en terreno plano no muy lejos del lugar de las Termópilas. Los macedonios superaban en número a los romanos aproximadamente 44.000 a 29.000, pero ambas fuerzas eran iguales en la caballería.
Los dos ejércitos en fila cada división la caballería en las alas y la falange macedonia avanzaron. La infantería romana conoció la falange y no se rompió, pero se vieron obligados constantemente de nuevo hacia el suelo roto detrás de ellos. A medida que la línea larga falange empujado hacia adelante comenzaron a romper la formación como algunas zonas empujaron hacia adelante más que otros y el terreno irregular comenzaron a romper la formación.
La alineación antes de la batalla de Pydna. uno de los más incluso duelos entre las dos formaciones.
En pequeños grupos en primero, los romanos se zambulló en estos pequeños espacios en las líneas y lucharon para ensanchar ellos. Como lagunas crecieron más, presumiblemente fresco, hombres de las líneas traseras fueron alimentados a través de infiltrar completamente docenas de segmentos de la falange y los macedonios pronto rompieron. La lucha de caballería fue aún pero tan pronto como la infantería corrió la caballería siguió su ejemplo.
Esta última batalla se muestran las tácticas de unidades pequeñas para las cuales el manípulo, construido hacia pero también muestra lo bien que el manípulo encajar los romanos como pueblo. Romanos eran ferozmente valiente y tomó toda una hazaña de valentía para estar entre los primeros en saltar a una formación enemiga erizado de lanzas para abrir huecos para sus compañeros soldados.
Las batallas sin duda mostraron la flexibilidad de la legión manipular sobre la poderosa, pero rígida falange macedonia, pero habría sido imposible con todas las diferentes variables para encontrar un duelo batalla perfecta de las dos formaciones. Cada una de las batallas mención destacados variando habilidad y experiencia para los comandantes y los ejércitos en general. La falange macedonia continuó siendo utilizado desde Alemania a Egipto y demostró ser eficaz. Incluso una falange mínimamente equipada y entrenada era todavía una fuerza hacia adelante en movimiento a tener en cuenta, y el estilo romano de la guerra encontró poco éxito fuera de Roma. La flexibilidad del manípulo les permitió luchar en grupos de cualquier tamaño, desde avances legión enteros al soldado individual, listo para cualquier ocasión en el campo de batalla con dos jabalinas, un escudo grande y un gladius eficaz.
sábado, 23 de enero de 2016
Reconstruyen un legendario T-35 soviético
Rusia recrea un símbolo del poder militar de la URSS: el tanque T-35
Rusia recrea un símbolo del poder militar de la URSS: el tanque T-35
El monstruo blindado del imperio de Stalin y orgullo de las tropas acorazadas de la URSS en los años 30, el tanque T-35, con cinco torretas y 55 toneladas de peso, ha sido recreado por ingenieros de los Urales para ser instalado en un museo de equipo militar perteneciente a la Compañía Minera y Metalúrgica de los Urales (UMMC, según sus siglas en ruso).
“Los trabajos de recreación del T-35 duraron cinco meses. Más de mil piezas fueron recreadas en las empresas de UMMC siguiendo planos soviéticos. El tanque coincide plenamente con el original: pesa 55 toneladas, tiene casi 10 metros de largo y 3,5 metros de alto”, asegura el jefe del división de transporte del consorcio, Farid Hafízov, citado por la agencia TASS.
“Lo único que le falta es el motor, por lo que el tanque no puede moverse”, dijo.
“El carro de combate que hemos recreado es el segundo tanque de este tipo existente en el mundo y fue un símbolo del poder de la industria militar de la URSS, ya que en los años 30 ningún país fabricaba en serie un tanque pesado de cinco torretas”, explicó. El único tanque original, provisto de motor y completamente reparado, se encuentra en el museo de tanques de Kúbinka, cerca de Moscú.
Sin embargo, los T-35 curiosamente no participaron en combates hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Su principal ‘campo de batalla’ fueron las plazas de Moscú y Kiev, donde se exhibieron en desfiles militares desde 1933 hasta el comienzo de la Gran Guerra Patria.
Pensado como un tanque de apoyo de infantería para romper la línea de frente del enemigo, el monstruo albergaba en sus cinco torretas cañones, obuses y ametralladoras con el fin de poder disparar en todas direcciones y contra todo tipo de blancos.
Sin embargo, el monstruo resultó ser bastante lento (unos 10 kilómetros por hora) y poco fiable técnicamente, además de no estar suficientemente bien blindado (de 20 a 30 milímetros de grosor según las partes).
La mayoría de estos carros de combate no fueron destruidos por fuego enemigo, sino que se averiaron o fueron abandonados en los caminos de retirada al inicio de la guerra debido a sus fallos técnicos.
La Tribuna (Honduras)
Rusia recrea un símbolo del poder militar de la URSS: el tanque T-35
El monstruo blindado del imperio de Stalin y orgullo de las tropas acorazadas de la URSS en los años 30, el tanque T-35, con cinco torretas y 55 toneladas de peso, ha sido recreado por ingenieros de los Urales para ser instalado en un museo de equipo militar perteneciente a la Compañía Minera y Metalúrgica de los Urales (UMMC, según sus siglas en ruso).
“Los trabajos de recreación del T-35 duraron cinco meses. Más de mil piezas fueron recreadas en las empresas de UMMC siguiendo planos soviéticos. El tanque coincide plenamente con el original: pesa 55 toneladas, tiene casi 10 metros de largo y 3,5 metros de alto”, asegura el jefe del división de transporte del consorcio, Farid Hafízov, citado por la agencia TASS.
“Lo único que le falta es el motor, por lo que el tanque no puede moverse”, dijo.
“El carro de combate que hemos recreado es el segundo tanque de este tipo existente en el mundo y fue un símbolo del poder de la industria militar de la URSS, ya que en los años 30 ningún país fabricaba en serie un tanque pesado de cinco torretas”, explicó. El único tanque original, provisto de motor y completamente reparado, se encuentra en el museo de tanques de Kúbinka, cerca de Moscú.
El T-35 como símbolo
La famosa silueta de este tanque aparece en la medalla al coraje, la medalla militar más respetada de la época.Sin embargo, los T-35 curiosamente no participaron en combates hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Su principal ‘campo de batalla’ fueron las plazas de Moscú y Kiev, donde se exhibieron en desfiles militares desde 1933 hasta el comienzo de la Gran Guerra Patria.
La historia del T-35
El tanque soviético T-35 fue desarrollado en la ciudad de Járkov en los años 30 del siglo XX. En total se fabricaron 59 unidades de serie, más dos prototipos.Pensado como un tanque de apoyo de infantería para romper la línea de frente del enemigo, el monstruo albergaba en sus cinco torretas cañones, obuses y ametralladoras con el fin de poder disparar en todas direcciones y contra todo tipo de blancos.
Sin embargo, el monstruo resultó ser bastante lento (unos 10 kilómetros por hora) y poco fiable técnicamente, además de no estar suficientemente bien blindado (de 20 a 30 milímetros de grosor según las partes).
La mayoría de estos carros de combate no fueron destruidos por fuego enemigo, sino que se averiaron o fueron abandonados en los caminos de retirada al inicio de la guerra debido a sus fallos técnicos.
La Tribuna (Honduras)
viernes, 22 de enero de 2016
Prehistoria: Una masacre muestra los orígenes de la guerra
Una masacre hace 10.000 años habla sobre el origen de la guerra
Los restos de la primera matanza documentada entre cazadores y recolectores cuestionan que las sociedades primitivas fueron menos sanguinarias
NUÑO DOMÍNGUEZ - El País
En verano de 2012, un equipo de paleoantropólogos se encontró en Kenia un escenario que dejaría helado a cualquier forense. Estaban cerca del lago Turkana, una zona clave para entender el origen del género humano, pues allí se hallaron los restos del Homo ergaster, nuestro ancestro. Lo que destapó el equipo científico era mucho más reciente, de hace unos 10.000 años. En esa época los Homo sapiens de la zona vivían en sociedades nómadas dedicadas a la caza y la recolección, un pasado anterior a la aparición de las primeras sociedades sedentarias. Algunos expertos han idealizado aquella época y a sus protagonistas, que serían buenos salvajes entre los que no existían jefes, jerarquías, violencia. Pero el hallazgo, cuyos detalles se publican hoy en Nature, hacen que el mito se tambalee.
El árido yacimiento de Nataruk estaba entonces a la orilla del lago Turkana, llena de vegetación y grupos humanos. Allí, parcialmente enterrados por la grava, los investigadores se toparon con cráneos y otros huesos saliendo de la tierra. Tras varios años de trabajo han identificado restos de al menos 27 personas. Doce de los cadáveres están muy completos y solo dos no muestran signos de violencia, que fue tan intensa que los investigadores creen estar ante un acto de guerra, el más antiguo que se conoce.
Los cadáveres de Nataruk hablan de una “masacre” entre cazadores y recolectores. Varios murieron casi en el acto por heridas letales en el cráneo con flechas y otras armas. A algunos les partieron las rodillas o las manos. Hay cadáveres que conservan aún las puntas de piedra incrustadas en la cabeza, el tórax, las caderas. No se hicieron distinciones, entre los muertos hay hombres, mujeres y niños. De hecho, los investigadores han descubierto que una de las mujeres estaba embarazada de unos siete meses. Según sus descubridores, ninguno recibió sepultura. Las razones de esta carnicería son un completo misterio.
El cráneo de un hombre hallado en Naturuk con múltiples fracturas M. M.
La violencia es habitual en muchas sociedades de cazadores y recolectores actuales, desde los bosquimanos de África a los nativos de Papúa Nueva Guinea. En ellos la guerra suele ser a muerte y, en contra del mito del buen salvaje, estos grupos sufren muchas más bajas por violencia que las sociedades industrializadas. Lo que no está claro es si los grupos humanos de hace 10.000 años eran comparables y apenas hay restos prehistóricos de la época que permitan aclararlo.
“Hasta ahora habíamos visto solo señales de violencia sobre individuos, pero lo que estamos viendo ahora es que, al contrario de lo que se asumía, en estas sociedades también había violencia, de hecho, pensamos que lo que estamos viendo aquí es un auténtico campo de batalla tal y como quedó tras el enfrentamiento”, explica José Manuel Maíllo prehistoriador de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y coautor del estudio. La primera autora del trabajo es la argentina Marta Mirazón Lahr, que trabaja en la Universidad de Cambridge.
Croquis de la posición en la que se encontraron algunos de los cadáveres y sus lesiones Nature
Maíllo ha trabajado en el estudio de las puntas de flecha y el resto de herramientas de piedras halladas en Nataruk. Algunos de los proyectiles incrustados en el hueso están hechos de obsidiana, un mineral que no abunda en Turkana, lo que podría indicar que el grupo atacante vino de lejos, explica. Pero tal y como están los restos, y sin la posibilidad de haber extraído ADN de los huesos, no se sabe si en este sitio se mataron entre sí los miembros de un mismo grupo o se trató de un ataque de forasteros.
Los investigadores proponen dos posibles interpretaciones. La primera es una agresión por recursos: “territorio, comida, mujeres o niños”, detalla el trabajo. En este caso la “guerra” de Nataruk no sería muy diferente de las incontables otras que vinieron después entre sociedades sedentarias cada vez más grandes y avanzadas.
La segunda posibilidad es que este fuera un comportamiento natural y habitual cuando dos grupos diferentes se encontraban, algo parecido a lo que pasa hoy con los cazadores y recolectores. “En cualquiera de los dos casos, las muertes de Nataruk son testimonio de la antigüedad de la violencia y la guerra entre grupos”, concluye el estudio.
Los restos de la primera matanza documentada entre cazadores y recolectores cuestionan que las sociedades primitivas fueron menos sanguinarias
NUÑO DOMÍNGUEZ - El País
En verano de 2012, un equipo de paleoantropólogos se encontró en Kenia un escenario que dejaría helado a cualquier forense. Estaban cerca del lago Turkana, una zona clave para entender el origen del género humano, pues allí se hallaron los restos del Homo ergaster, nuestro ancestro. Lo que destapó el equipo científico era mucho más reciente, de hace unos 10.000 años. En esa época los Homo sapiens de la zona vivían en sociedades nómadas dedicadas a la caza y la recolección, un pasado anterior a la aparición de las primeras sociedades sedentarias. Algunos expertos han idealizado aquella época y a sus protagonistas, que serían buenos salvajes entre los que no existían jefes, jerarquías, violencia. Pero el hallazgo, cuyos detalles se publican hoy en Nature, hacen que el mito se tambalee.
El árido yacimiento de Nataruk estaba entonces a la orilla del lago Turkana, llena de vegetación y grupos humanos. Allí, parcialmente enterrados por la grava, los investigadores se toparon con cráneos y otros huesos saliendo de la tierra. Tras varios años de trabajo han identificado restos de al menos 27 personas. Doce de los cadáveres están muy completos y solo dos no muestran signos de violencia, que fue tan intensa que los investigadores creen estar ante un acto de guerra, el más antiguo que se conoce.
Los cadáveres de Nataruk hablan de una “masacre” entre cazadores y recolectores. Varios murieron casi en el acto por heridas letales en el cráneo con flechas y otras armas. A algunos les partieron las rodillas o las manos. Hay cadáveres que conservan aún las puntas de piedra incrustadas en la cabeza, el tórax, las caderas. No se hicieron distinciones, entre los muertos hay hombres, mujeres y niños. De hecho, los investigadores han descubierto que una de las mujeres estaba embarazada de unos siete meses. Según sus descubridores, ninguno recibió sepultura. Las razones de esta carnicería son un completo misterio.
El cráneo de un hombre hallado en Naturuk con múltiples fracturas M. M.
La violencia es habitual en muchas sociedades de cazadores y recolectores actuales, desde los bosquimanos de África a los nativos de Papúa Nueva Guinea. En ellos la guerra suele ser a muerte y, en contra del mito del buen salvaje, estos grupos sufren muchas más bajas por violencia que las sociedades industrializadas. Lo que no está claro es si los grupos humanos de hace 10.000 años eran comparables y apenas hay restos prehistóricos de la época que permitan aclararlo.
“Hasta ahora habíamos visto solo señales de violencia sobre individuos, pero lo que estamos viendo ahora es que, al contrario de lo que se asumía, en estas sociedades también había violencia, de hecho, pensamos que lo que estamos viendo aquí es un auténtico campo de batalla tal y como quedó tras el enfrentamiento”, explica José Manuel Maíllo prehistoriador de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y coautor del estudio. La primera autora del trabajo es la argentina Marta Mirazón Lahr, que trabaja en la Universidad de Cambridge.
Forasteros
El estudio de los cadáveres ha requerido la participación de un equipo multidisciplinar y su trabajo parece un relato policíaco. Por ejemplo, el caso de los dos muertos sin marcas de violencia, que probablemente fallecieron atados. Uno de ellos es la mujer encinta, hallada en una postura que indica que fue agonizó con las muñecas y tobillos inmovilizados. “Solo podemos ver las marcas que quedan en los huesos así que no sabemos si les cortaron el cuello, estos son los únicos que no tienen traumatismos, pero ambos están con las manos juntas, lo que parece una gran casualidad”, explica Maíllo.Croquis de la posición en la que se encontraron algunos de los cadáveres y sus lesiones Nature
Maíllo ha trabajado en el estudio de las puntas de flecha y el resto de herramientas de piedras halladas en Nataruk. Algunos de los proyectiles incrustados en el hueso están hechos de obsidiana, un mineral que no abunda en Turkana, lo que podría indicar que el grupo atacante vino de lejos, explica. Pero tal y como están los restos, y sin la posibilidad de haber extraído ADN de los huesos, no se sabe si en este sitio se mataron entre sí los miembros de un mismo grupo o se trató de un ataque de forasteros.
Los investigadores proponen dos posibles interpretaciones. La primera es una agresión por recursos: “territorio, comida, mujeres o niños”, detalla el trabajo. En este caso la “guerra” de Nataruk no sería muy diferente de las incontables otras que vinieron después entre sociedades sedentarias cada vez más grandes y avanzadas.
La segunda posibilidad es que este fuera un comportamiento natural y habitual cuando dos grupos diferentes se encontraban, algo parecido a lo que pasa hoy con los cazadores y recolectores. “En cualquiera de los dos casos, las muertes de Nataruk son testimonio de la antigüedad de la violencia y la guerra entre grupos”, concluye el estudio.
DUDAS SOBRE EL SIGNIFICADO
Juan José Ibáñez, arqueólogo del CSIC, ha investigado en Siria casos rituales de violencia hace más de 10.000 años. El experto ofrece una opinión independiente del hallazgo. “Encuentro que es un estudio muy interesante y bien realizado, aunque no estoy de acuerdo con la interpretación”, explica. Las pruebas de violencia en la Prehistoria son prácticamente nulas, recuerda. La clave aquí es si los cuerpos fueron enterrados, lo que diferenciaría este hallazgo de Jebel Sahaba, en Sudán, donde los muertos sí fueron sepultados. Esto es importante para saber si se trata de una matanza entre grupos rivales o de enfrentamientos más habituales y continuados. En opinión de Ibáñez, no hay pruebas suficientes de que en Nataruk no haya tumbas y puede ser que simplemente los restos no se hayan conservado. “Sería muy difícil justificar por qué se conservaron los cadáveres en posición primaria y articulados si quedaron abandonados en superficie, a merced de las alimañas y de los elementos”, resalta. “Además, la posición de los cuerpos refleja que estos se depositaron buscando una regularidad, posiciones decúbito supino o prono, piernas flexionadas, extremidades en simetría al eje del cuerpo, que no son compatibles con el abandono de los cuerpos después de una matanza”, destaca. “Por tanto”, continúa, “, me parece un hallazgo de suma importancia que refleja que la violencia fue un elemento importante entre los grupos humanos en los inicios del Holoceno, pero utilizar el concepto guerra no queda claramente justificado”.
miércoles, 20 de enero de 2016
G30A: Sus paralelismos con la crisis de Arabia Saudita
¿Lo que ocurrió en la Guerra de Treinta Años?
Las tensiones en el Medio Oriente entre Arabia Saudita (gobernado por la familia suní Saud) e Irán (el líder del campamento chiítas) han llevado a muchos comentaristas establecer paralelismos con la Guerra de Treinta Años en Europa (1618-1648). Eso fue un conflicto que tuvo consecuencias devastadoras para el centro de Europa, con alrededor del 20% de la población alemana fue muerta. La guerra tuvo raíces religiosas como el emperador del Sacro Imperio (inicialmente los Habsburgo Fernando II) trató de reafirmar la hegemonía católica sobre las zonas protestantes del imperio. La Reforma había comenzado en Alemania en 1517 con las tesis de Martín Lutero y muchos príncipes del Imperio (que tenían una estructura cuasi-federal) se habían convertido a la causa protestante.
Una revuelta inicial de bohemios protestantes, que lanzó a los representantes imperiales por la ventana (la defenestración de Praga), fue fácilmente aplastada. Pero los éxitos del Emperador, y sus intentos de confiscar territorio, alarmaron a otras potencias protestantes. En primer lugar intervino Dinamarca (sin éxito) y Gustavo Adolfo de Suecia logró una serie de victorias militares para el lado protestante, antes de ser asesinado en la batalla en 1632.
Las líneas de batalla no se elaboraron por motivos exclusivamente religiosos. Francia, una potencia católica, financió la invasión sueca y más tarde se unió a la guerra directamente; algunos gobernantes protestantes inicialmente lucharon del lado del emperador (la causa protestante se vio dividida entre luteranos y calvinistas). Muchos de los participantes tenían motivos territoriales; Suecia quería el control del Báltico mientras que Francia utilizó la guerra para adquirir Alsacia y Lorena, dos áreas que iban a causar tensiones repetidas en los siglos 19 y 20. El conflicto también formó parte de la mucho más de ochenta años de guerra entre España y su antigua provincia, los Países Bajos.
¿Cuáles son los paralelos? La primera es que los eventos proyectan sombras largas, si uno está pensando en la Reforma, la revolución iraní de 1979, o la guerra de Irak de 2003. Los cambios en el equilibrio de poder causar a otros a reaccionar. La segunda es que los conflictos religiosos, una vez iniciadas, son muy difíciles de parar debido a las pasiones que despiertan. En el siglo 17, los poderes agotados finalmente acordaron no tratar de imponer su fe en otros estados. El tercero, tal vez, es que el vencedor inicial puede no resultar el ganador; El poder militar estadounidense es menos dominante de lo que parecía después de 2003. Después de la Guerra de los Treinta Años terminó en 1648, la influencia de los Habsburgo en la mayor parte de Alemania se redujo y la monarquía con el tiempo se convirtió en el imperio austro-húngaro.
The Economist
Las tensiones en el Medio Oriente entre Arabia Saudita (gobernado por la familia suní Saud) e Irán (el líder del campamento chiítas) han llevado a muchos comentaristas establecer paralelismos con la Guerra de Treinta Años en Europa (1618-1648). Eso fue un conflicto que tuvo consecuencias devastadoras para el centro de Europa, con alrededor del 20% de la población alemana fue muerta. La guerra tuvo raíces religiosas como el emperador del Sacro Imperio (inicialmente los Habsburgo Fernando II) trató de reafirmar la hegemonía católica sobre las zonas protestantes del imperio. La Reforma había comenzado en Alemania en 1517 con las tesis de Martín Lutero y muchos príncipes del Imperio (que tenían una estructura cuasi-federal) se habían convertido a la causa protestante.
Una revuelta inicial de bohemios protestantes, que lanzó a los representantes imperiales por la ventana (la defenestración de Praga), fue fácilmente aplastada. Pero los éxitos del Emperador, y sus intentos de confiscar territorio, alarmaron a otras potencias protestantes. En primer lugar intervino Dinamarca (sin éxito) y Gustavo Adolfo de Suecia logró una serie de victorias militares para el lado protestante, antes de ser asesinado en la batalla en 1632.
Las líneas de batalla no se elaboraron por motivos exclusivamente religiosos. Francia, una potencia católica, financió la invasión sueca y más tarde se unió a la guerra directamente; algunos gobernantes protestantes inicialmente lucharon del lado del emperador (la causa protestante se vio dividida entre luteranos y calvinistas). Muchos de los participantes tenían motivos territoriales; Suecia quería el control del Báltico mientras que Francia utilizó la guerra para adquirir Alsacia y Lorena, dos áreas que iban a causar tensiones repetidas en los siglos 19 y 20. El conflicto también formó parte de la mucho más de ochenta años de guerra entre España y su antigua provincia, los Países Bajos.
¿Cuáles son los paralelos? La primera es que los eventos proyectan sombras largas, si uno está pensando en la Reforma, la revolución iraní de 1979, o la guerra de Irak de 2003. Los cambios en el equilibrio de poder causar a otros a reaccionar. La segunda es que los conflictos religiosos, una vez iniciadas, son muy difíciles de parar debido a las pasiones que despiertan. En el siglo 17, los poderes agotados finalmente acordaron no tratar de imponer su fe en otros estados. El tercero, tal vez, es que el vencedor inicial puede no resultar el ganador; El poder militar estadounidense es menos dominante de lo que parecía después de 2003. Después de la Guerra de los Treinta Años terminó en 1648, la influencia de los Habsburgo en la mayor parte de Alemania se redujo y la monarquía con el tiempo se convirtió en el imperio austro-húngaro.
The Economist
martes, 19 de enero de 2016
Guerra Antisubversiva: La mentira de la Noche de los Lápices
La mentira vergonzosa de “la noche de los lápices”.
Por Nicolás Márquez - Prensa Republicana
Una deliberada mentira disparada en los años 80´ y luego potenciada por la propaganda obrante durante el prolongado latrocinio kirchnerista, consistió en tomar como referencia el ficcionario filme popularmente conocido como “La Noche de los Lápices”, aquel bodrio maniqueo y falaz obligatoriamente impuesto en la enseñanza escolar oficial, como si dicha película encarnase una verdad revelada en vez ser lo que verdaderamente es: una historieta audiovisual plagada de caricaturizaciones ideológicas y manifiestas patrañas historiográficas.
Resulta que el promocionado filme nos cuenta una historia (que los farsantes que la apañan pretenden hacer pasar por verídica) en la cual un simpático grupete de amigotes bregaban por una enternecedora rebaja en el boleto estudiantil, y las máximas picardías de estos inquietos jovenzuelos no eran otras que tararear las melodías del dúo hippie “Sui Géneris”, jugar de vez en cuando al “ring-raje” y soñar con un “mundo más igualitario para todos y todas”.
Acto seguido, aparecen en escena unos militares malos que se enojaron porque sí, “secuestraron” a los inquietos estudiantes por el simple hecho de “pensar distinto” y los mataron por mero morbo y placer. Punto final del largometraje.
los lapices siguen escribiendo
Graffiti arquetípico para consumo masivo de incautos e idiotas útiles.1
La película tiene como basamento el libro “La Noche de los Lápices” escrito por la inefable María Seoane (ex integrante de la organización homicida ERP) y Héctor Nuñez, quienes a su vez se basan en el relato de Pablo Díaz, quien presumía ser el único sobreviviente del grupo de seis estudiantes involucrados.
El libro citado fue terminado el 7 de junio de 1986, es decir 9 años y 10 meses después de los presuntos hechos. Lo allí narrado fue la base que se tomó para producir la difundidísima película homónima.
No nos detendremos aquí a analizar la mala calidad del rodaje puesto que no es el propósito de esta notícula, sino que una vez más, cometeremos el sacrilegio de cuestionar la veracidad de la versión dada en la película, atendiendo, entre otras cosas, al lastimoso perfil del personaje central del filme en la vida real, el mencionado Pablo Díaz.
En efecto, ni el filantrópico Pablo Díaz era un ingenuo muchacho de barrio, ni fue el único sobreviviente, ni tampoco luchaban por el boleto estudiantil (esto fue tan sólo la excusa oficial), sino que el accionar de Díaz y sus secuaces desde siempre estuvo dirigido a promover no la militancia boletera sino la criminalidad terrorista de la que fueron parte.
Efectivamente, el propio Díaz en sus años mozos (cuando protagonizó los hechos que le dieron cárcel primero y celebridad después), él ya integraba con destaque la tristemente célebre JG (Juventud Guevarista), brazo estudiantil de la organización infanticida ERP, la cual se encargaba de promover su actividad criminal en los institutos educativos de los cuales se extrajeron renovadas camadas terroristas. Y fue en esa militancia castro-guevarista confesada por el propio interesado y documentada en el mismísimo libro “Los Últimos Guevaristas”[1] (escrito por el delincuente Julio Santucho, hermano de Mario Santucho, ex Comandante en Jefe del ERP), que el casi veinteañero Díaz (un poco grande para estudiante secundario) resultó detenido entre 1976 y 1980.
Pero Díaz no se quedó solamente en los años 70´ en su malsana pretensión subversiva: ya en 1989, siendo ya no tan joven e irreflexivo, Pablo Alejandro Díaz hizo conocer su filiación al grupo terrorista MTP (Movimiento Todos por la Patria), prolongación del ERP comandada por el homicida confeso Enrique Gorriarán Merlo, el cual en enero de ese año asesinara a diez soldados y mutilara a otros sesenta durante el histórico y aberrante ataque terrorista al Regimiento de La Tablada durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
Pablo Díaz: de boletero a terrorista.
Pero obviamente Díaz no fue el único bonachón que participó de los sucesos “inofensivamente” retratados en la película. El 15 de septiembre de 1998, en el órgano de prensa de la guerrilla derrotada, es decir en el pasquín Página 12 (diario fundado con dinero ilegal proveído por el propio Gorriarán Merlo según confesión de su propio fundador, es decir de Jorge Lanata), se efectuó una nota reporteando a la dama Emilce Moler, otra de las protagonistas y que fuera detenida en La Plata el 17 de septiembre no por clamar por el cacareado boleto estudiantil sino por militar en la organización terrorista Montoneros. Allí se informa que ella y Gustavo Calloti (otro elemento subversivo que también vive y que está radicado en Francia), conjuntamente con otra joven radicada en La Plata (y van cuatro los aparecidos) conformaban una célula con los siguientes objetivos:
EM: “Teníamos un proyecto político, en relación con los desaparecidos de los secundarios de La Plata. No fue exclusivamente la lucha por el boleto, eso era un objetivo superfluo que fue utilizado buscando reivindicar la militancia (…) No creo que a mí me detuvieran por el boleto. La lucha fue en el año 75, además no secuestraron a miles de estudiantes que participaban en ella. Detuvieron a un grupo que participaba en una agrupación política. Todos los chicos que están desaparecidos pertenecían a la UES (brazo estudiantil de Montoneros), es decir que había a un proyecto político al fin”.
Pero la confesión más despampanante de todas, probablemente la haya dado Jorge Falcone (oficial Montonero y hombre de confianza del asesino Mario Firmenich), es decir el hermano de María Claudia Falcone (la otra protagonista de la película en donde la susodicha es mostrada como mártir), ya que en nota concedida y transcripta para el libro “Montoneros, Soldados de Menem?, Soldados de Duhalde?” de Viviana Gorbatto, éste expresa:
“–Mi hermana no era una chica ingenua que peleaba por el boleto estudiantil. Ella era toda una militante convencida. Ni mi hermana ni yo militábamos por moda. Nuestra casa fue una escuela de lucha”.
–¿Tu hermana y vos eran montoneros convencidos?
–(Falcone) Sí. Nadie nos usó ni nadie nos pagó. No fuimos perejiles como dice la película de Héctor Olivera (…) fuimos a la conquista de la vida o la muerte (…). En el departamento donde cayó mi hermana se guardaba el arsenal de la UES de La Plata. Mi hermana no cayó por el boleto secundario, sino por una patria justa, libre y soberana. La gente que tenía la conducción de un colegio secundario no se chupaba el dedo. Tenía práctica política y militar”
Jorge Falcone, el ex Montonero que obró de sepulturero de la bochornosa estafa fílmica “la noche de los lápices”
Y como si tamaña confesión fuese insuficiente, el ex oficial Montonero Falcone añade: “Cuando se dio la película, yo fui llevado en andas con Pablo Díaz, el sobreviviente, del cine al obelisco. Allí dije que mi hermana estaba en la clandestinidad con documento trucho, que respondía a una orgánica revolucionaria. Eso puso a todos nerviosos. No querían escuchar esas cosas. Mi hermana no era una Caperucita Roja a la que se tragó el lobo (…) era una militante revolucionaria”
-¿Qué cargo tenía tu hermana dentro de la organización?
-Era miliciana (…) La gente que tenía conducción en un colegio secundario no se chupaba el dedo. Tenía práctica política y militar (…) participamos en una serie de actos relámpagos que sirvieron de cerco en agosto del 75´ para el hundimiento de la Fragata Misiliística Santísima Trinidad”[2] remata Jorge Falcone, quien además por entonces era esposo de Susana Estela Carlotto, es decir de la ex guerrillera e hija de la mentirosa compulsiva Estela Carlotto, actual CEO de la firma empresarial Abuelas de Plaza de Mayo.
Estela Carlotto: como nonna fue una excelente empresaria y como madre fue un fracaso: sus hijos salieron o delincuentes montoneros o ñoquis estatalizados.
Visto y considerando que la mentira de la “Noche de los lápices” es refutada por los propios protagonistas1, vale complementar lo expuestos con las posteriores declaraciones del ex Montonero Martín Caparrós, quien sobre el particular sostuvo: “Creo que hubo una construcción inicial que fue esta idea de las víctimas impolutas. El desaparecido como víctima angelical que es la idea que sintetiza La noche de los lápices. La noche de los lápices es la mayor falacia que se ha producido en la historia argentina contemporánea. Falacia que se va a reproducir cuándo, ¿mañana, pasado?, ¿cuándo es el día de la noche de los lápices?…Pero La noche de los lápices es un mamarracho, quiero decir es como la quintaesencia de esta idea de ¡ay!, esos pobres chicos estudiantes secundarios que querían el boleto estudiantil, los agarraron los militares que eran tan malos y los mataron a todos. Esos chicos que querían el boleto estudiantil, además de querer el boleto estudiantil, eran militantes de unas organizaciones, unas agrupaciones que apoyaban a unas organizaciones que estaban a favor de la lucha armada y de todo eso” y haciendo un análisis global de la guerra revolucionaria en la que él participó en calidad de protagonista Montonero se pregunta: “¿Si ganábamos nosotros, las cosas hubieran sido mejores?” “¿nos hubiera gustado vivir en un país donde hubiéramos ganado” y concluye “Yo dudo de que hubiese durado mucho tiempo en un país gobernador por Montoneros”[3].
El ex montonero Martín Caparrós: de vez en cuando incurre en la buena costumbre de contar la verdad.
¿Hace falta agregar más datos y testimonios para proseguir demostrando y confirmando tanto en este como en otros episodios de la historia reciente cómo la mentira oficial se ha impuesto por la fuerza de la repetición propagandística y no como consecuencia de los hechos historiográficos objetivamente comprobados?.
Desde hace años que el que suscribe ha tomado un intransigente compromiso con la verdad, pero no porque nos consideremos los dueños de la verdad sino porque somos esclavos de la verdad. Y a ella nos remitimos y es a ella a quien nos subordinamos, le guste o no al endemoniado catecismo oficial, que esperamos comience a revertirse en estos nuevos tiempos que soplan en la República Argentina.
Estos y otros mitos son reventados con documentación inapelable en el libro “La Mentira Oficial”, de Nicolás Márquez.
¿Cómo conseguirlo?. A precio promocional y sin costo de envío clickeando en la imagen siguiente.
la mentira oficial
Importante: tras efectuar la compar enviar los datos postales al siguiente mail: nickmarquez2001@yahoo.com.ar y el ejemplar será enviado por Correo Argentino certificado.
[1] LOS ULTIMOS GUEVARISTASLA GUERRILLA MARXISTA EN LA ARGENTINA. Autor: Santucho Julio. Editorial: JAVIER VERGARA
[2] Montoneros. Soldados de Menem. ¿Soldados de Duhalde?. Por Viviana Gorbatto. Ed. Sudamericana. 1999. Pág. 96, 97, 98.
[3] Montoneros. Soldados de Menem. ¿Soldados de Duhalde?. Por Viviana Gorbatto. Ed. Sudamericana. 1999. Pág. 327.
Por Nicolás Márquez - Prensa Republicana
Una deliberada mentira disparada en los años 80´ y luego potenciada por la propaganda obrante durante el prolongado latrocinio kirchnerista, consistió en tomar como referencia el ficcionario filme popularmente conocido como “La Noche de los Lápices”, aquel bodrio maniqueo y falaz obligatoriamente impuesto en la enseñanza escolar oficial, como si dicha película encarnase una verdad revelada en vez ser lo que verdaderamente es: una historieta audiovisual plagada de caricaturizaciones ideológicas y manifiestas patrañas historiográficas.
Resulta que el promocionado filme nos cuenta una historia (que los farsantes que la apañan pretenden hacer pasar por verídica) en la cual un simpático grupete de amigotes bregaban por una enternecedora rebaja en el boleto estudiantil, y las máximas picardías de estos inquietos jovenzuelos no eran otras que tararear las melodías del dúo hippie “Sui Géneris”, jugar de vez en cuando al “ring-raje” y soñar con un “mundo más igualitario para todos y todas”.
Acto seguido, aparecen en escena unos militares malos que se enojaron porque sí, “secuestraron” a los inquietos estudiantes por el simple hecho de “pensar distinto” y los mataron por mero morbo y placer. Punto final del largometraje.
los lapices siguen escribiendo
Graffiti arquetípico para consumo masivo de incautos e idiotas útiles.1
La película tiene como basamento el libro “La Noche de los Lápices” escrito por la inefable María Seoane (ex integrante de la organización homicida ERP) y Héctor Nuñez, quienes a su vez se basan en el relato de Pablo Díaz, quien presumía ser el único sobreviviente del grupo de seis estudiantes involucrados.
El libro citado fue terminado el 7 de junio de 1986, es decir 9 años y 10 meses después de los presuntos hechos. Lo allí narrado fue la base que se tomó para producir la difundidísima película homónima.
No nos detendremos aquí a analizar la mala calidad del rodaje puesto que no es el propósito de esta notícula, sino que una vez más, cometeremos el sacrilegio de cuestionar la veracidad de la versión dada en la película, atendiendo, entre otras cosas, al lastimoso perfil del personaje central del filme en la vida real, el mencionado Pablo Díaz.
En efecto, ni el filantrópico Pablo Díaz era un ingenuo muchacho de barrio, ni fue el único sobreviviente, ni tampoco luchaban por el boleto estudiantil (esto fue tan sólo la excusa oficial), sino que el accionar de Díaz y sus secuaces desde siempre estuvo dirigido a promover no la militancia boletera sino la criminalidad terrorista de la que fueron parte.
Efectivamente, el propio Díaz en sus años mozos (cuando protagonizó los hechos que le dieron cárcel primero y celebridad después), él ya integraba con destaque la tristemente célebre JG (Juventud Guevarista), brazo estudiantil de la organización infanticida ERP, la cual se encargaba de promover su actividad criminal en los institutos educativos de los cuales se extrajeron renovadas camadas terroristas. Y fue en esa militancia castro-guevarista confesada por el propio interesado y documentada en el mismísimo libro “Los Últimos Guevaristas”[1] (escrito por el delincuente Julio Santucho, hermano de Mario Santucho, ex Comandante en Jefe del ERP), que el casi veinteañero Díaz (un poco grande para estudiante secundario) resultó detenido entre 1976 y 1980.
Pero Díaz no se quedó solamente en los años 70´ en su malsana pretensión subversiva: ya en 1989, siendo ya no tan joven e irreflexivo, Pablo Alejandro Díaz hizo conocer su filiación al grupo terrorista MTP (Movimiento Todos por la Patria), prolongación del ERP comandada por el homicida confeso Enrique Gorriarán Merlo, el cual en enero de ese año asesinara a diez soldados y mutilara a otros sesenta durante el histórico y aberrante ataque terrorista al Regimiento de La Tablada durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
Pablo Díaz: de boletero a terrorista.
Pero obviamente Díaz no fue el único bonachón que participó de los sucesos “inofensivamente” retratados en la película. El 15 de septiembre de 1998, en el órgano de prensa de la guerrilla derrotada, es decir en el pasquín Página 12 (diario fundado con dinero ilegal proveído por el propio Gorriarán Merlo según confesión de su propio fundador, es decir de Jorge Lanata), se efectuó una nota reporteando a la dama Emilce Moler, otra de las protagonistas y que fuera detenida en La Plata el 17 de septiembre no por clamar por el cacareado boleto estudiantil sino por militar en la organización terrorista Montoneros. Allí se informa que ella y Gustavo Calloti (otro elemento subversivo que también vive y que está radicado en Francia), conjuntamente con otra joven radicada en La Plata (y van cuatro los aparecidos) conformaban una célula con los siguientes objetivos:
EM: “Teníamos un proyecto político, en relación con los desaparecidos de los secundarios de La Plata. No fue exclusivamente la lucha por el boleto, eso era un objetivo superfluo que fue utilizado buscando reivindicar la militancia (…) No creo que a mí me detuvieran por el boleto. La lucha fue en el año 75, además no secuestraron a miles de estudiantes que participaban en ella. Detuvieron a un grupo que participaba en una agrupación política. Todos los chicos que están desaparecidos pertenecían a la UES (brazo estudiantil de Montoneros), es decir que había a un proyecto político al fin”.
Pero la confesión más despampanante de todas, probablemente la haya dado Jorge Falcone (oficial Montonero y hombre de confianza del asesino Mario Firmenich), es decir el hermano de María Claudia Falcone (la otra protagonista de la película en donde la susodicha es mostrada como mártir), ya que en nota concedida y transcripta para el libro “Montoneros, Soldados de Menem?, Soldados de Duhalde?” de Viviana Gorbatto, éste expresa:
“–Mi hermana no era una chica ingenua que peleaba por el boleto estudiantil. Ella era toda una militante convencida. Ni mi hermana ni yo militábamos por moda. Nuestra casa fue una escuela de lucha”.
–¿Tu hermana y vos eran montoneros convencidos?
–(Falcone) Sí. Nadie nos usó ni nadie nos pagó. No fuimos perejiles como dice la película de Héctor Olivera (…) fuimos a la conquista de la vida o la muerte (…). En el departamento donde cayó mi hermana se guardaba el arsenal de la UES de La Plata. Mi hermana no cayó por el boleto secundario, sino por una patria justa, libre y soberana. La gente que tenía la conducción de un colegio secundario no se chupaba el dedo. Tenía práctica política y militar”
Jorge Falcone, el ex Montonero que obró de sepulturero de la bochornosa estafa fílmica “la noche de los lápices”
Y como si tamaña confesión fuese insuficiente, el ex oficial Montonero Falcone añade: “Cuando se dio la película, yo fui llevado en andas con Pablo Díaz, el sobreviviente, del cine al obelisco. Allí dije que mi hermana estaba en la clandestinidad con documento trucho, que respondía a una orgánica revolucionaria. Eso puso a todos nerviosos. No querían escuchar esas cosas. Mi hermana no era una Caperucita Roja a la que se tragó el lobo (…) era una militante revolucionaria”
-¿Qué cargo tenía tu hermana dentro de la organización?
-Era miliciana (…) La gente que tenía conducción en un colegio secundario no se chupaba el dedo. Tenía práctica política y militar (…) participamos en una serie de actos relámpagos que sirvieron de cerco en agosto del 75´ para el hundimiento de la Fragata Misiliística Santísima Trinidad”[2] remata Jorge Falcone, quien además por entonces era esposo de Susana Estela Carlotto, es decir de la ex guerrillera e hija de la mentirosa compulsiva Estela Carlotto, actual CEO de la firma empresarial Abuelas de Plaza de Mayo.
Estela Carlotto: como nonna fue una excelente empresaria y como madre fue un fracaso: sus hijos salieron o delincuentes montoneros o ñoquis estatalizados.
Visto y considerando que la mentira de la “Noche de los lápices” es refutada por los propios protagonistas1, vale complementar lo expuestos con las posteriores declaraciones del ex Montonero Martín Caparrós, quien sobre el particular sostuvo: “Creo que hubo una construcción inicial que fue esta idea de las víctimas impolutas. El desaparecido como víctima angelical que es la idea que sintetiza La noche de los lápices. La noche de los lápices es la mayor falacia que se ha producido en la historia argentina contemporánea. Falacia que se va a reproducir cuándo, ¿mañana, pasado?, ¿cuándo es el día de la noche de los lápices?…Pero La noche de los lápices es un mamarracho, quiero decir es como la quintaesencia de esta idea de ¡ay!, esos pobres chicos estudiantes secundarios que querían el boleto estudiantil, los agarraron los militares que eran tan malos y los mataron a todos. Esos chicos que querían el boleto estudiantil, además de querer el boleto estudiantil, eran militantes de unas organizaciones, unas agrupaciones que apoyaban a unas organizaciones que estaban a favor de la lucha armada y de todo eso” y haciendo un análisis global de la guerra revolucionaria en la que él participó en calidad de protagonista Montonero se pregunta: “¿Si ganábamos nosotros, las cosas hubieran sido mejores?” “¿nos hubiera gustado vivir en un país donde hubiéramos ganado” y concluye “Yo dudo de que hubiese durado mucho tiempo en un país gobernador por Montoneros”[3].
El ex montonero Martín Caparrós: de vez en cuando incurre en la buena costumbre de contar la verdad.
¿Hace falta agregar más datos y testimonios para proseguir demostrando y confirmando tanto en este como en otros episodios de la historia reciente cómo la mentira oficial se ha impuesto por la fuerza de la repetición propagandística y no como consecuencia de los hechos historiográficos objetivamente comprobados?.
Desde hace años que el que suscribe ha tomado un intransigente compromiso con la verdad, pero no porque nos consideremos los dueños de la verdad sino porque somos esclavos de la verdad. Y a ella nos remitimos y es a ella a quien nos subordinamos, le guste o no al endemoniado catecismo oficial, que esperamos comience a revertirse en estos nuevos tiempos que soplan en la República Argentina.
Estos y otros mitos son reventados con documentación inapelable en el libro “La Mentira Oficial”, de Nicolás Márquez.
¿Cómo conseguirlo?. A precio promocional y sin costo de envío clickeando en la imagen siguiente.
la mentira oficial
Importante: tras efectuar la compar enviar los datos postales al siguiente mail: nickmarquez2001@yahoo.com.ar y el ejemplar será enviado por Correo Argentino certificado.
Citas referenciadas:
[1] LOS ULTIMOS GUEVARISTASLA GUERRILLA MARXISTA EN LA ARGENTINA. Autor: Santucho Julio. Editorial: JAVIER VERGARA
[2] Montoneros. Soldados de Menem. ¿Soldados de Duhalde?. Por Viviana Gorbatto. Ed. Sudamericana. 1999. Pág. 96, 97, 98.
[3] Montoneros. Soldados de Menem. ¿Soldados de Duhalde?. Por Viviana Gorbatto. Ed. Sudamericana. 1999. Pág. 327.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)