sábado, 23 de enero de 2016

Reconstruyen un legendario T-35 soviético

Rusia recrea un símbolo del poder militar de la URSS: el tanque T-35



Rusia recrea un símbolo del poder militar de la URSS: el tanque T-35

El monstruo blindado del imperio de Stalin y orgullo de las tropas acorazadas de la URSS en los años 30, el tanque T-35, con cinco torretas y 55 toneladas de peso, ha sido recreado por ingenieros de los Urales para ser instalado en un museo de equipo militar perteneciente a la Compañía Minera y Metalúrgica de los Urales (UMMC, según sus siglas en ruso).

“Los trabajos de recreación del T-35 duraron cinco meses. Más de mil piezas fueron recreadas en las empresas de UMMC siguiendo planos soviéticos. El tanque coincide plenamente con el original: pesa 55 toneladas, tiene casi 10 metros de largo y 3,5 metros de alto”, asegura el jefe del división de transporte del consorcio, Farid Hafízov, citado por la agencia TASS.

“Lo único que le falta es el motor, por lo que el tanque no puede moverse”, dijo.

“El carro de combate que hemos recreado es el segundo tanque de este tipo existente en el mundo y fue un símbolo del poder de la industria militar de la URSS, ya que en los años 30 ningún país fabricaba en serie un tanque pesado de cinco torretas”, explicó. El único tanque original, provisto de motor y completamente reparado, se encuentra en el museo de tanques de Kúbinka, cerca de Moscú.

El T-35 como símbolo

La famosa silueta de este tanque aparece en la medalla al coraje, la medalla militar más respetada de la época.

Sin embargo, los T-35 curiosamente no participaron en combates hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Su principal ‘campo de batalla’ fueron las plazas de Moscú y Kiev, donde se exhibieron en desfiles militares desde 1933 hasta el comienzo de la Gran Guerra Patria.

La historia del T-35

El tanque soviético T-35 fue desarrollado en la ciudad de Járkov en los años 30 del siglo XX. En total se fabricaron 59 unidades de serie, más dos prototipos.

Pensado como un tanque de apoyo de infantería para romper la línea de frente del enemigo, el monstruo albergaba en sus cinco torretas cañones, obuses y ametralladoras con el fin de poder disparar en todas direcciones y contra todo tipo de blancos.

Sin embargo, el monstruo resultó ser bastante lento (unos 10 kilómetros por hora) y poco fiable técnicamente, además de no estar suficientemente bien blindado (de 20 a 30 milímetros de grosor según las partes).

La mayoría de estos carros de combate no fueron destruidos por fuego enemigo, sino que se averiaron o fueron abandonados en los caminos de retirada al inicio de la guerra debido a sus fallos técnicos.

La Tribuna (Honduras)

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