miércoles, 29 de octubre de 2025
martes, 28 de octubre de 2025
SGM: ¿Cómo reaccionó el pueblo alemán cuando cambió el rumbo de la guerra para Alemania?
¿Cómo reaccionó el pueblo alemán cuando cambió el rumbo de la guerra para Alemania?
Quora
Adolf Galland, as de la Luftwaffe y más tarde general de las fuerzas de caza (el más joven a esa fecha), cuenta en sus memorias que el pueblo alemán adivinó el final del partido con el bombardeo aéreo de Hamburgo, el verano de 1943.
Para la aviación aliada, Hamburgo es el premio gordo: es el primer puerto y la segunda ciudad más grande de Alemania, además de base naval y de submarinos, y con un distrito industrial que produce maquinaria y material de guerra.
La Luftwaffe también lo sabe, y prepara una defensa aérea efectiva. Estaciones de radar iluminan toda la costa de Alemania y Holanda, mientras escuadrillas de cazas nocturnos patrullan en zonas de espera la llegada de la aviación enemiga. Todo se coordina desde un búnker con un gran mapa, con lámparas de colores que indican las posiciones de los grupos de caza propios y enemigos. Una legión de jóvenes telefonistas y radiooperadoras transmite reportes y órdenes a las distintas bases en la costa del Atlántico.
Los Aliados se turnan para bombardear Alemania. La RAF por las noches y la USAAF durante el día. Los ingleses al principio vuelan si escolta y en formaciones cerradas, fáciles de detectar por el radar y focos luminosos, y la Luftwaffe empieza el partido con el marcador arriba, mientras los ingleses soportan fuertes pérdidas.
Los norteamericanos estrenan su fuerza de bombarderos en Europa confiando en su techo de servicio superior al de los cazas alemanes, y formaciones cerradas fuertemente artilladas que al principio intimidan a los pilotos germanos, pero la Luftwaffe se acomoda al nuevo desafío y opera con aviones armados a niveles fuera de proporciones: cañones de 20, 30 y hasta 50mm, y cohetes de alto explosivo capaces de despedazar un bombardero a 30 metros a la redonda.
Los
mandos celebran victorias y marcan con cruces las ciudades bombardeadas
en sus mapas, pero las bases aéreas en Inglaterra, África y Rusia
reciben tripulaciones con stress port-traumático.
El poeta Randall
Jarrell, sirviendo en la USAAF, describe cómo los restos de algunos
artilleros se deben retirar "con manguera y agua".
Los mandos aéreos angloamericanos preparan durante semanas el primer bombardeo estratégico de la Historia contra una ciudad. Bautizada Operación Gomorra, su objetivo es sencillo: regar con bombas la ciudad de Hamburgo "hasta dejarla plana", esquivando la compleja red de radar y defensa antiaérea alemana.
En paralelo, los técnicos de radar ingleses juegan un ajedrez de guerra electrónica contra sus rivales alemanes. Cada bando estrena trucos ingeniosos para engañar al adversario.
En el lado británico trabaja Joan Curran, una estudiante de Fisica que inventa un método para cegar el radar enemigo. Bautizado con el nombre en clave "Window", consiste en lanzar desde el aire cientos de kilos de chaff, tiras de aluminio cortadas al mismo largo de la longitud de onda del radar alemán, para producir reflejos de gran intensidad que saturan los equipos y dejan las pantallas en blanco.
Horas antes de Gomorra, bombarderos de la RAF lanzan toneladas de chaff en distintas zonas del perímetro de vigilancia del radar alemán. La Luftwaffe queda sorda y ciega, incapaz de prever lo que se les viene.
Los ingleses tienen el mayor interés en devolver los pelotazos a Hitler, después que la Luftwaffe moliera sus ciudades durante el Blitz de 1940, la fase de bombardeos de la Batalla de Inglaterra.
En esos días la Luftwaffe también trataba de quebrar la voluntad del enemigo con bombardeos terroristas contra la población civil. Los bombarderos He-111 llegaron a lanzar hasta minas navales que descendian en paracaídas sobre las calles, con efectos inolvidables.
El 24 de Julio de 1943, la RAF finalmente "se arremanga" para Gomorra: poco antes de la medianoche, 791 bombarderos pesados Lancaster y Halifax despegan cargados con casi 12 toneladas de bombas cada uno, incluyendo incendiarias, de fósforo y de demolición.
El arsenal incluye innovaciones como las cookies ("galletas"),
cilindros cargados con casi 2 toneladas de Amatol o Torpex, que estaban
entre los explosivos más poderosos de la era pre-nuclear.
La prensa británica los bautiza blockbusters ("destructores de manzanas"), aludiendo a su radio de acción.
El plan está estudiado hasta en sus menores detalles y con innovaciones técnicas. Las escuadrillas cruzan el Mar del Norte en formaciones dispersas para no alertar el radar, y sólo se concentran sobre el blanco.
Los Pathfinders llegan primero a marcar los blancos con bengalas colgando de paracaídas ("árboles de Navidad"), y el nuevo sistema de radar H2S, que permite ver calles y edificios aunque estén cubiertos de humo o nubes.
Las baterías antiaéreas abren fuego pero ya es tarde. La población de Hamburgo despierta en el infierno: las bombas destruyen edificios en cuestión de minutos, y la concentración de bombas incendiarias produce vórtices de llamas de decenas de metros de altura, alcanzando temperaturas de 600 grados Celsius, que incineran a quienes no alcanzan a salir de sus dormitorios.
La enorme diferencia térmica, sumada al clima de verano y toneladas de fósforo lanzadas, produce una convección de aire y fuertes vientos que aumentan la conflagración, y Hamburgo se convierte en tormenta ígnea, el mismo fenómeno físico de incendios forestales de fuerza tal que se hacen autosustentados, imposibles de detener hasta que se agota el combustible u oxígeno.
La población corre a los refugios antiaéreos subterráneos como se les ha instruido, pero los siniestros consumen el oxígeno y decenas de miles de civiles -en su mayoría mujeres y niños, morirán asfixiados e incinerados en los bunkeres.
Tres días después, la RAF descarga su segundo ataque con 739 aparatos. Los blancos son barrios de "blocks" obreros del anillo industrial de Hamburgo, densamente poblados. Los bomberos y equipos de emergencia de todas las ciudades de la zona se concentran en Hamburgo pero no pueden hacer casi nada.
El tercer ataque británico ocurre la noche del 28 de Julio, donde 726 bombarderos siguen castigando otros barrios de la ciudad-puerto, para terminar con un mazazo final el 2 de Agosto, con 740 aviones, que por el mal tiempo terminan lanzando sus bombas en cualquier lugar. A esas alturas la puntería da lo mismo.
Los sobrevivientes se dispersan por centros de asistencia de toda la región, contando sus testimonios terribles y exhibiendo quemaduras impresionantes. El rumor corre por todo el Reich: "lo de Hamburgo le puede ocurrir a cualquier otra ciudad de Alemania".
El jefe de la Luftwaffe y canciller del Reich, Hermann Göring, ni siquiera se aparece en Hamburgo. En otro tiempo la autoridad más popular de Alemania después del Führer, "Hermann" -como le llamaba el pueblo, había prometido que ni una sola bomba caería sobre el Reich, gracias a "su Luftwaffe".
La realidad es que Hitler agota todas sus reservas en 1942, y desde ese año juega apostando todas las fichas en la mesa. La Luftwaffe no logra compensar las pérdidas. Los bombardeos frenan la producción de aviones, y en 1943 el piloto de caza promedio tiene menos de 160 horas de vuelo.
Los alemanes seguirán luchando con patriotismo y coraje inéditos. Sus científicos y técnicos van a inventar nuevas armas revolucionarias que van a seguir sorprendiendo a los Aliados hasta el último día, pero los números no cuadran para el Ministerio de Armamentos. Alemania lucha en dos frentes y su industria se asfixia cada día con los bombardeos aliados. El resto es Historia pero Hamburgo lo supo primero.
lunes, 27 de octubre de 2025
Malvinas: Un analista británico teme perderlas en los próximos 20 años
Atención Argentina: un análisis británico proyecta que el Reino Unido podría perder las Islas Malvinas para 2045
Dentro de 20 años, o a más tardar en 2065, el país europeo tomará la decisión de devolver la soberanía del archipiélago, según un experto. Los motivos.
Canal 26
Soldados argentinos Foto: Archivo Infobae
El analista indica que “en teoría, podríamos evitarlo, pero probablemente no tomaremos las medidas necesarias, por lo que las perderemos”. Así, plantea que el Atlántico Sur pasaría de ser un enclave estratégico defendido a toda costa a convertirse en una carga colonial que Londres no estaría dispuesto a mantener.

Islas Malvinas. Foto: Cancillería Argentina.
Si bien admite que es improbable que el Reino Unido se enfrente a la posibilidad de perder las islas militarmente, dado que desde la guerra de 1982 reforzaron las defensas del archipiélago centradas en la base de la RAF Mount Pleasant, indica que el empuje diplomático de Argentina, el respaldo del Sur Global y el avance de China como primera potencia económica mundial, decidido a instalarse como referente de las causas “anticoloniales” pueden ser muy importantes.
A esto se le suma que España aprovecharía el escenario para presionar en la Unión Europea por Gibraltar, Estados Unidos adoptaría públicamente la neutralidad mientras en privado empujaría a Londres hacia una salida, y en el Reino Unido las propias instituciones —desde el Tesoro hasta el Foreign Office— concluirían que el costo de mantener las islas supera con creces cualquier beneficio.
El Reino Unido perdería el interés en las Islas Malvinas, según un analista
Para el Tesoro británico, el gasto de mantener tropas, infraestructura y logística en un territorio tan lejano resultaría insostenible si no genera beneficios económicos. Al mismo tiempo, el Foreign Office, que se encarga de la protección de los intereses británicos en el extranjero, vería en las islas un problema para la imagen internacional de Londres, que busca dejar atrás su pasado colonial.A esto se sumaría el desgaste simbólico puertas adentro: con el paso de los años, los recuerdos de la guerra de 1982 irán perdiendo fuerza. Sin esa narrativa heroica y en una sociedad británica cada vez más alejada del espíritu imperial, el sacrificio de mantener un enclave cuestionado en el Atlántico Sur terminaría perdiendo sentido.

El Reino Unido podría perder las Islas Malvinas. Foto: X @admcollingwood
Poco a poco, la idea de que Malvinas es más un peso que una ventaja ganaría espacio en la burocracia británica, debilitando la decisión política de continuar con la ocupación.
domingo, 26 de octubre de 2025
PGM: La emboscada de Hallat Ammar, 19 de septiembre de 1917
La emboscada de Hallat Ammar, 19 de septiembre de 1917
War History
Lawrence ya había decidido retirarse cuando el vigía árabe en la cima de la colina gritó que un tren estaba parado en la estación de Hallat Ammar. Para cuando subió a ver por sí mismo, el tren ya se movía. Bajando la pendiente a toda velocidad, gritó a sus hombres que se posicionaran, y se desató una frenética carrera sobre arena y roca.
Los aproximadamente 80 fusileros estaban apostados en línea justo debajo del borde de una loma baja que discurría paralela a la vía férrea y a unos 150 metros de ella. Dos sargentos instructores habían colocado sus armas en un extremo de esta línea, a unos 300 metros del lugar de la demolición, de forma que pudieran recibir el tren en enfilada. Yells, un australiano, «largo, delgado y sinuoso, con su cuerpo flexible desplegando curvas poco militares», estaba a cargo de dos ametralladoras ligeras Lewis, y Brooke, «un robusto soldado inglés, eficiente y silencioso», operaba un mortero Stokes; por ello, se les conocía como «Lewis» y «Stokes». Salem, el mejor esclavo de Feisal y uno de los cuatro miembros de la expedición, tras haber solicitado el honor de operar el detonador, esperaba en unas hondonadas al pie de la cresta. Lawrence había pasado varias horas el día anterior colocando una carga de 22,5 kg de gelatina explosiva sobre un puente y luego enterrando el cable de 180 metros. Ahora se situó en un pequeño montículo cerca del puente, desde donde podría indicarle a Salem cuándo llegara el momento de la detonación. Un hombre seguía vigilando desde la cima de la colina: una precaución necesaria, pues si el tren se detenía y las tropas que transportaba desembarcaban tras la colina, los asaltantes serían alcanzados por la retaguardia. Pero seguía avanzando, a toda velocidad. Los otomanos a bordo, ya alertados de la presencia de un grupo de asalto en la zona, abrieron fuego al azar contra el desierto. El estruendo de la máquina de vapor y los disparos se hacía cada vez más fuerte a medida que el tren se acercaba a los hombres que esperaban. Salem «bailó de rodillas alrededor del detonador, llorando de emoción e implorando a Dios que lo hiciera fructífero». Pero Lawrence se puso nervioso. Había muchos disparos desde el tren. ¿Cuántos hombres eran? ¿Había suficientes árabes para hacerles frente? El combate sería cuerpo a cuerpo y la huida, peligrosa si las cosas salían mal.
Muchas cosas ya habían salido mal. Lawrence había partido de Áqaba el 7 de septiembre con la intención de atacar Mudawwara, un oasis con un importante suministro de agua a unos 160 kilómetros al sur de Maan. La interrupción de las instalaciones de agua habría supuesto una pesada carga logística para los otomanos, obligándolos a llenar trenes con agua, tanto para el servicio del ferrocarril como para abastecer a sus guarniciones. Pero las disputas entre clanes rivales de howeitat en Guweira le impidieron reunir a los 300 hombres que necesitaba, y regresó a Áqaba para solicitar la ayuda de Feisal. Partiendo de nuevo una semana después, apenas contaba con un tercio del número que necesitaba: unos 100 hombres de la tribu, 4 esclavos y 10 libertos de Feisal, y los 2 especialistas en armas del ejército británico. Las tensiones tribales tampoco se habían resuelto. El líder árabe de mayor rango presente era Zaal abu Tayi, sobrino de Auda, pero solo 25 eran miembros de su clan, y el resto cuestionaba su autoridad, por lo que Lawrence se encontró de facto como líder de una expedición que no era una familia feliz. No obstante, se dirigieron al este, atravesando las montañas de Rum, con sus imponentes acantilados de arenisca roja y pedregales de basalto negro, para luego cruzar las marismas calcinadas y el desierto de arena, llegando a Mudawwara, a 80 kilómetros de distancia, al final del segundo día (17 de septiembre). Pero la posición era demasiado sólida para atacar: el reconocimiento reveló una larga hilera de edificios de la estación transformados en fortines y una guarnición estimada en 200 a 300 hombres.
Tras acampar para pasar la noche, los asaltantes se dirigieron al sur, hacia una cadena de colinas bajas, buscando un lugar para una emboscada. Tras elegir un sitio y lanzar la carga, comenzaron la larga espera del tren. Sin embargo, antes de que llegara, los árabes asignados para custodiar los camellos subieron a la cima de la cresta y se les vio recortarse contra el horizonte tanto desde la estación de Mudawwara, a unos 14 kilómetros al norte, como desde la estación de Hallat Ammar, a 6 kilómetros al sur. Ya anochecía, demasiado tarde para que los turcos reaccionaran a lo que habían visto. Pero a primera hora del día siguiente, un destacamento de unos cuarenta hombres partió de Hallat Ammar. Se enviaron unos treinta beduinos para distraerlos. Alrededor del mediodía, la situación se volvió crítica cuando otros 100 turcos partieron de Mudawwara. El grupo de asalto corría el peligro de ver cortada su línea de retirada. La retirada precipitada solo se retrasó por el avistamiento de último minuto del tren en Hallat Ammar, cargado de vapor, a punto de partir.
El lugar de la emboscada había sido bien elegido. La colina principal ofrecía un punto estratégico de observación y ocultaba la presencia del grupo de asalto. En este punto, el ferrocarril giraba en un doble carril, hacia unidades el este en las orillas del río Myebon los días 22 y 23 de febrero. No obstante, el BEIF fue el catalizador naval habitual de la acción aliada en los primeros meses de 1945. Además de mantener una presencia activa en las Islas Andamán y sus alrededores, donde sus buques se turnaban para atacar la navegación costera japonesa y bombardear la infraestructura de Port Blair mensualmente, el BEIF también realizó reconocimientos del istmo de Kra, Sumatra, Penang y otros puertos de la costa malaya, llegando hasta Port Dickson (Operación Stacey) a finales de febrero y principios de marzo, y se dedicó a realizar incursiones en instalaciones petrolíferas en Sumatra (Operación Sunfish) a mediados de abril. Este tipo de actividad podía planificarse en aquellos días sin demasiadas preocupaciones de seguridad, ya que los últimos submarinos alemanes enviados al este de Asia habían regresado a Alemania a principios de 1945.
sábado, 25 de octubre de 2025
Guerra Antisubversiva: Masacre de Las Palomitas
Argentina 1976, un país clandestino. Salta. La masacre de “Las Palomitas”
La Voz de Chubut
Los 11 detenidos que fueron asesinados en lo que se conoció como la masacre de Las Palomitas
La metodología de hacer desaparecer o matar a una persona que estaba a disposición del Poder Ejecutivo Nacional se realizaba también mediante los “intentos de fuga”. Eran operaciones que fraguaban las Fuerzas Armadas.
El de la masacre de Las Palomitas, en Salta, fue uno de estos casos. El 6 de junio de 1976 el coronel Carlos Mulhall, jefe de la Guarnición Salta y del Área 322, envió a Braulio Pérez, director del penal de Villa Las Rosas, una orden de “traslado administrativo” de presos. Eran once, cinco mujeres y seis hombres. El operativo lo realizaron los militares, que ordenaron apagar las luces de los pasillos; solo algunos guardiacárceles permanecieron con linternas. Los militares se llamaban entre sí con seudónimos. El traslado no fue registrado en los libros de la unidad penal.
Los detenidos estaban a disposición del PEN.
Estaban presos desde 1975. Les dijeron que dejaran sus ropas y pertenencias en la cárcel. Celia Raquel Leonard de Ávila, maestra, le entregó su bebé de cuatro meses a su hermana, que estaba detenida pero no figuraba en la lista administrativa. La patrulla militar del capitán Hugo Espeche Garzón retiró a los presos y los condujo hasta la salida de la ciudad de Salta, donde fueron entregados a otro grupo militar para concretar el supuesto traslado.
Los presos, según Mulhall, serían trasladados a Córdoba, sede de la Zona 3, que tenía jurisdicción sobre la provincia de Salta.
Para matar a los once detenidos se inventó la aparición de un comando guerrillero en la noche del 6 de julio sobre la ruta 34, a la altura del paraje Las Palomitas, entre General Güemes y Metán. Pero no hubo heridos ni muertos entre los militares y los guerrilleros. Al día siguiente aparecieron un Torino y una camioneta -que habían sido sustraídos a dos conductores en la tarde del “ataque”- con cápsulas de bala y manchas de sangre y restos de masa encefálica de los presos, como resultado del “enfrentamiento con las fuerzas subversivas”.
En realidad, entre las diez y diez y media de la noche los prisioneros fueron bajados de los medios de transporte y fusilados; dos de los cadáveres fueron dinamitados dentro de uno de los vehículos.
Fragmento del libro “Los 70, una historia violenta”, de Marcelo Larraquy.
viernes, 24 de octubre de 2025
Terrorismo: El mensaje de alerta a los aeronavegantes del 11 de septiembre de 2001
Mensaje del 11 de septiembre de 2001
Mensaje ACARS enviado por el despacho de American Airlines el 11 de septiembre de 2001.

A TODOS LOS CAPITANES Y TRIPULACIÓN
La seguridad tiene que estar al tope de la lista. Todo el espacio aéreo de Nueva York está cerrado. Aeronaves de American Airlines fueron secuestradas esta mañana y pueden haber sido obligadas a aterrizar. Tenemos reportes no confirmados de que United Airlines está teniendo el mismo problema. Estamos deteniendo todo el tráfico hacia el área de Nueva York. CNN dice que tiene reportes, Air Canada también tiene un problema. Dos aeronaves se estrellaron contra el World Trade Center.
Por favor, estén todos en máxima alerta. Manténgannos informados sobre su situación. Y que Dios los bendiga. Hay versiones de que todo el sistema de control de tránsito aéreo podría ser cerrado.
FD09 Mick Hovsepian
Por favor, acusen recibo del mensaje N.º 3330
FIN
Qué es ACARS:
ACARS (Aircraft Communications Addressing and Reporting System) es un sistema digital de comunicación usado en aviación. Permite el intercambio de mensajes entre las aeronaves y las estaciones en tierra (despacho de aerolíneas, control de operaciones, mantenimiento, etc.) a través de radio o satélite.
En la práctica, funciona como una especie de “correo electrónico” para aviones: los pilotos y la tripulación reciben y envían mensajes de texto cortos en sus cabinas, con información sobre rutas, clima, mantenimiento o, como en este caso, alertas de seguridad.
jueves, 23 de octubre de 2025
SGM: Tiger en Hungría
miércoles, 22 de octubre de 2025
Roma: Los restos humanos de Pompeya
¿Sabías que los famosos "cuerpos" de Pompeya no son en realidad restos humanos? Mucha gente asume que las víctimas de la erupción del Vesubio en el año 79 d. C. se convirtieron en piedra o se conservaron milagrosamente. Pero la verdad es aún más fascinante y mucho más inquietante.
Cuando el volcán entró en erupción, una oleada mortal de ceniza y gases tóxicos arrasó Pompeya, matando a miles de personas casi instantáneamente. Sus cuerpos quedaron enterrados en capas de ceniza caliente y, con el tiempo, se descompusieron de forma natural, dejando espacios vacíos en el material volcánico endurecido: moldes perfectos de los cuerpos que una vez yacían allí. En el siglo XIX, los arqueólogos hicieron un descubrimiento revolucionario: al verter cuidadosamente yeso en estas cavidades, pudieron recrear moldes increíblemente detallados de las víctimas, capturando sus últimos momentos, los pliegues de sus ropas e incluso el dolor grabado en sus rostros.
Así que lo que vemos hoy en Pompeya no son personas fosilizadas, sino réplicas de yeso formadas dentro de los espacios donde una vez estuvieron sus cuerpos. Estas inquietantes figuras son instantáneas de la tragedia, congeladas en el tiempo, traídas de vuelta a nosotros a través de la arqueología. La próxima vez que vea uno de estos moldes inquietantes, recuerde: no está viendo restos humanos, sino la forma de la historia misma. Un poderoso recordatorio de cómo la vida puede cambiar en un instante y cuán profundamente el pasado aún puede afectarnos.
martes, 21 de octubre de 2025
SGM: Batalla de la calzada de Walcheren
La Batalla de la Calzada de Walcheren (Operación Vitalidad ) fue un enfrentamiento de la Batalla del Escalda entre la 5.ª Brigada de Infantería Canadiense, elementos de la 52.ª División de Infantería (Tierras Bajas) británica y tropas del 15.º Ejército alemán en 1944. Fue el primero de muchos conflictos en la isla de Walcheren y sus alrededores durante las batallas del Escalda. También fue la segunda batalla importante librada en un accidente geográfico conocido como Sloedam durante la Segunda Guerra Mundial.
Introducción
Tras la retirada de Normandía por parte de los ejércitos aliados, a partir del 13 de agosto de 1944, las fuerzas alemanas se mantuvieron firmes en el control de los puertos franceses y belgas del Canal de la Mancha . Esto obligó a los aliados a traer todos los suministros para sus ejércitos, que avanzaban rápidamente, desde el puerto artificial que habían construido frente a las playas de Normandía y desde Cherburgo. Debido a su capacidad portuaria, Amberes se convirtió en el objetivo inmediato del 21.º Grupo de Ejércitos británico, comandado por el mariscal de campo Bernard Montgomery. Aunque Amberes cayó ante Montgomery el 4 de septiembre, no se pudieron desembarcar suministros hasta que las fuerzas alemanas que controlaban el curso inferior del Escalda , entre Amberes y el Mar del Norte, fueran retiradas.
Importancia táctica
Un accidente geográfico conocido como el Canal de Sloe separaba la isla de Walcheren del istmo de South Beveland. Una estrecha calzada conectaba ambas, conocida en neerlandés como Sloedam (literalmente represaba el Canal de Sloe) y en inglés como la Calzada de Walcheren. La calzada transportaba una línea ferroviaria desde el continente hasta la isla y el puerto de Flesinga (o Flushing, como se conocía en inglés). Una carretera pavimentada también recorría la calzada, que tenía unos 40 metros de ancho y un kilómetro de largo. A ambos lados de esta calzada, elevada solo unos metros sobre el nivel del mar, marismas, marismas y aguas profundas dificultaban el tránsito entre Walcheren y South Beveland.
Para el 31 de octubre de 1944, todas las tierras que rodeaban el estuario del Escalda habían quedado libres del control alemán, excepto la isla de Walcheren, desde donde las baterías costeras dominaban los accesos a la vía fluvial. Estos cañones impidieron a los Aliados utilizar las instalaciones portuarias de Amberes para paliar sus problemas logísticos.
Los diques de la isla habían sido violados por ataques del Mando de Bombardeo de la RAF : el 3 de octubre en Westkapelle , con graves pérdidas de vidas civiles; el 7 de octubre en dos puntos, al oeste y al este de Vlissingen; y el 11 de octubre en Veere . Esto inundó la parte central de la isla, obligando a los defensores alemanes a refugiarse en las zonas altas de la periferia y en las ciudades.
La 2.ª División de Infantería Canadiense había marchado hacia el oeste por el istmo de South Beveland y, para el 31 de octubre, había eliminado toda oposición alemana en South Beveland. La isla de Walcheren estaba conectada a South Beveland por una estrecha calzada de 40 metros de ancho y 1600 metros de largo.
Los planes para emplear lanchas de asalto sobre el Canal de Sloe se vieron frustrados por condiciones fangosas, inapropiadas para embarcaciones. Los Calgary Highlanders habían sido seleccionados para esta operación anfibia, ya que habían recibido entrenamiento en lanchas de asalto en el Reino Unido en previsión de un cruce fluvial opuesto del río Sena , que los planificadores de la invasión habían previsto que sería necesario aproximadamente 90 días después del desembarco en Normandía. Finalmente, el terreno era demasiado pantanoso para emplear las lanchas, y los Highlanders fueron utilizados como infantería convencional en un ataque terrestre directamente sobre la calzada.
La Compañía "B" de los Calgary Highlanders recibió la orden de avanzar justo antes de la medianoche y, de manera similar, se detuvo a mitad de la calzada.
Se trazó un nuevo plan de fuego y la Compañía "D" del Mayor Bruce McKenzie avanzó lentamente bajo intenso fuego de artillería, llegando al extremo oeste y asegurándolo al amanecer del 1 de noviembre.
Los contraataques alemanes fueron intensos y prolongados, e incluyeron el uso de lanzallamas contra los canadienses. En un momento dado, todos los oficiales de los Calgary Highlanders de una compañía resultaron heridos o muertos, y el mayor de brigada George Hees tomó el mando de una compañía.
El sargento mayor de compañía "Blackie" Laloge, de los Calgary Highlanders, recibió la Medalla de Conducta Distinguida por sus acciones en la Calzada de Walcheren, en un momento dado, al devolver granadas de mano alemanas antes de que pudieran explotar entcare sus hombres.
Dos pelotones del Regimiento de Maisonneuve tomaron la cabeza de puente en la isla de Walcheren el 2 de noviembre, pero se vieron obligados a retroceder hacia la Calzada. Un batallón de los Highlanders de Glasgow recibió la orden de pasar, pero tampoco pudieron expandir la cabeza de puente en la isla.
Secuelas
La 2.ª División de Infantería Canadiense pasó a la reserva la primera semana de noviembre, trasladándose al saliente de Nimega para pasar el invierno. Los Calgary Highlanders sufrieron 64 bajas en los tres días de combate en la Calzada de Walcheren. El Régiment de Maisonneuve tuvo un hombre muerto y 10 heridos. La Black Watch sufrió 85 bajas entre el 14 de octubre y el 1 de noviembre de 1944, la mayoría en la calzada.
Legado

El teniente coronel Mike Vernon, comandante de los Calgary Highlanders, contempla el monumento a la 5.ª Brigada de Infantería Canadiense (GPS: 51.502181, 3.705059)
- La Batalla de la Calzada de Walcheren es conmemorada anualmente por los Calgary Highlanders y el Regimiento de Gaitas y Tambores con un desfile y un servicio religioso el miércoles por la noche o el fin de semana más cercano al aniversario de la batalla. Se suele invitar a representantes y miembros de la comunidad holandesa local de Calgary a asistir al servicio. La batalla fue seleccionada entre los 20 honores de batalla del Regimiento durante la Segunda Guerra Mundial por ser la más representativa del espíritu de determinación demostrado por los precursores de la unidad, el 10.º Batallón de la CEF, cuyo contraataque en St. Julien durante la Segunda Batalla de Ypres también es conmemorado anualmente por el Regimiento.
- Se erigió un monumento permanente en la calzada, que se inauguró en la década de 1980. La calzada ya no existe como tal; se han recuperado terrenos a ambos lados del antiguo terraplén ferroviario y el Canal de Sloe es ahora tierra de cultivo. Aún se conservan restos de fortificaciones alemanas de hormigón tanto en la isla de Walcheren como en Beveland del Sur.
- En el siglo XXI, los monumentos se trasladaron debido a la construcción de vías férreas y carreteras. Predomina un gran monumento dedicado a las tropas francesas que combatieron allí en mayo de 1940, con vistas a los monumentos conmemorativos de la 52.ª División (Tierras Bajas) y la 5.ª Brigada de Infantería Canadiense, que lucharon allí en el otoño de 1944.
- El asalto a la Calzada de Walcheren se representa en la película holandesa de 2020 La batalla olvidada .
lunes, 20 de octubre de 2025
Chile: La Patagonia trasandina en los 1900 (1/2)
Patagonia chilena, 1900 (1° parte): Salteadores y bandidos, mestizos fronterizos o rotos chilenos, actúan en ambos lados de la frontera
Tiempos violentos se viven en diversos puntos del país mapuche. Es lo que se advierte de la historia no contada de la ocupación militar chileno-argentina. Y es que no todos los recién llegados eran de los trigos muy limpios.
Ajustes de cuentas, crímenes y asaltos a medianoche, arreo de ganado y asaltos a las haciendas rurales, poco que envidiar al verdadero Lejano Oeste con sus vaqueros, alguaciles y forajidos buscados vivo o muerto. Es la vieja Frontera Sur retratada también por el ingeniero belga Gustave Verniory en su libro Diez años en Araucanía. 1889-1899.
“Es una costumbre que cuando los perros ladran furiosamente o se oye un ruido sospechoso afuera, se entreabre la ventana y se descarga un par de tiros al aire; los ladrones, si los hay, juzgan conveniente arrancar y uno se vuelve a dormir”, relata. “La policía rural hace una guerra sin cuartel a los bandidos. Se mata sin piedad a todos los conocidos como malandrines”, agrega el belga.
Así retrata la Frontera el historiador Eduardo Pino:
En ese convulsionado génesis, junto al silencioso esfuerzo del colono se levantaba frecuentemente la sombra siniestra del cuatrero, cuya audacia temeraria tuvo en jaque a la ciudad durante casi todo el primer medio siglo de su existencia […] Días sombríos durante los cuales una vida humana valía muy poco y había que tener una vigorosa dosis de valor y audacia para sobrevivir e imponerse en una tierra en que todos querían enriquecerse (Pinto, 1969:28).
Es un escenario del cual también da cuenta la prensa local. Lo siguiente denuncia el 9 de abril de 1890 el periódico La Voz de Traiguén:
¡¡250 salteadores!! Tenemos datos seguros de que en el camino de Quino merodea la inmensa cifra de doscientos cincuenta salteadores que en pequeños escuadrones y armados de ricas armas y montados en mejores caballos se reparten por los caminos vecinales para saltear, asesinar y cometer cuanto crimen se les ocurre.
Pero, si los bravos guerreros mapuche habían sido derrotados y confinados a las reducciones, ¿quiénes eran los protagonistas de robos, asaltos, crímenes y transgresiones que asfixiaban a las villas y ciudades?, se pregunta el historiador Leonardo León.
“La respuesta a esta interrogante fue elusiva a los hombres de la época pero hoy es muy simple: fueron los mestizos fronterizos”, responde, “los hijos ilegítimos, y hasta aquí sin historia, de la frontera”. León aclara que no se refiere al roto chileno, más bien al champurria, negado en su valor social cuando Chile renunció a su herencia indígena. Pero el roto chileno es bien indefendible.
Su presencia criminal y abyecta era de larga data al norte y sur del río Biobío: montoneros durante la Independencia, bandidos en la época de los Pincheira, cuatreros en tiempos de la “Pacificación”, protagonistas excluyentes de violentas entradas a Wallmapu con fines de saqueo y pillaje. Sus fechorías fueron un constante desafío a las jefaturas mapuche y también a sus pares chilenas.
Fueran mestizos fronterizos o rotos chilenos, estos malandras no siempre fueron perseguidos por las autoridades. Hubo ocasiones en que hasta se beneficiaron de sus servicios. Muchos de ellos formaron parte de la reserva del Ejército en las campañas de Saavedra, Pinto y Urrutia contra las parcialidades mapuche.
Enrolados a la buena o a la mala, miles de ellos poblaron los destacamentos de la Guardia Nacional y otras fuerzas militares que operaban en la Frontera. Son los lleulles, aquellas tropas de infame recuerdo. No pocos eran también veteranos de la Guerra del Pacífico, abandonados luego a su suerte por los gobiernos.
“Chile había enviado al frente de batalla a un gran número de presidiarios enrolados bajo la promesa de concederles la libertad. Terminada la guerra esta promesa no fue cumplida por el gobierno, y ellos se refugiaron en la Frontera y la convirtieron en una copia austral del salvaje oeste”, relata el historiador Gonzalo Peralta.
“Enardecidos con tamaña ingratitud, huyeron a las montañas del sur y allí, convertidos en fieras, cometieron toda clase de depravaciones. Fueron por largos años el azote de aquella naciente región; fueron el terror de aquel hombre rubio, venido de lejanas tierras, a prestar el aporte de su trabajo”, agrega por su parte el historiador Jorge Lara.
De ello da testimonio en 1885 el mayor de Ejército José Miguel Varela, quien años antes de encabezar la Comisión Radicadora sirvió como oficial en el Regimiento Húsares de Angol. En su primera reunión de trabajo el coronel Gregorio Urrutia, jefe del Ejército del Sur, le confidencia:
Además del problema de los araucanos tenemos el problema de cientos de bandoleros, muchos de ellos licenciados del Ejército que han venido desde el norte, que actúan con mucha fiereza y que comienzan a matar a estos colonos, robarles lo que traen y secuestrar sus mujeres casi del momento mismo en que desembarcan de Talcahuano e inician sus viajes en caravanas de carretas hacia las colonias (Parvex, 2014:293).
No era una amenaza menor; esos bandoleros tenían experiencia en crudos combates y eran diestros con las armas. En sus excursiones tierra adentro Varela sería testigo de aquello. Y con dolor, por tratarse de excompañeros de armas que “honrosamente” se habían comportado en las campañas del norte peruano. No duda en culpar al Estado por abandonarlos.
“Por esta razón yo sentía antipatía a las redadas que el Ejército hacía contra ellos. En varias ocasiones me los topé prisioneros. Siempre me detuve, desmonté y conversé con ellos saludándolos de mano. Aparte de que fueran sanguinarios bandidos, yo los había conocido como bravos soldados y así quería tratarlos”, relata.
En un Wallmapu de fronteras desdibujadas, de pasos y boquetes cordilleranos por los cuales se podía circular libremente, la proliferación del bandolerismo afectó de igual manera a Chile y Argentina. Los bandoleros “supieron hacer de esos pasos el refugio para resguardar los bienes mal habidos y protegerse cuando las partidas policiales salían en su persecución”, señala Gabriel Rafart en Ley y bandolerismos en la Patagonia argentina, 1890-1940.
La figura del bandido “chileno” llegaría a convertirse en todo un clásico en las provincias argentinas hacia fines del siglo XIX, ello exacerbado por el nacionalismo rampante de la época y una hostilidad hacia Chile apenas disimulada. “Eran voces que se amplificaban al ritmo de las tensiones limítrofes”, subraya al respecto Rafart.
En el invierno de 1900, el director del periódico Río Neuquén apuntaba de esta forma al protagonismo del bandido “chileno” allende Los Andes. “Las nevadas han venido a ser como un telón en el último acto de las tragedias; baja el telón y el drama concluye hasta otra función. Terminó por este año el bandolerismo que ha ofrecido abundante mate-rial a los anales del crimen: robos, saqueos, asaltos, homicidios”, escribió.
No estaba solo en sus conjeturas. Su opinión era compartida por el propio gobernador de Neuquén, Lisandro Olmos. Así lo expresa en su Memoria de aquel año.
Fragmento del libro “Historia secreta mapuche”, de Pedro Cayuqueo
domingo, 19 de octubre de 2025
China Imperial: El ejército del Imperio Qing
El "ejército entrenado" del Imperio Qing
El modelo del "Nuevo Ejército" de la dinastía Qing fue el "Ejército Siempre Victorioso" de Frederick Ward. Sin embargo, este modelo no era único: los europeos, temerosos de que los Taiping les arrebataran todas las conquistas obtenidas en las Guerras del Opio, entrenaron varias unidades más del "Nuevo Modelo" en China. Por ejemplo, en Ningpo, el oficial naval británico Roderick Dew reunió un destacamento de 100 chinos, transformándolo gradualmente en el "Ejército Siempre Defensivo" de 1000 hombres: seis compañías de 150 hombres cada una, comandadas por sargentos de la Marina Real, más entre 50 y 100 artilleros. Este "ejército" se fusionó en ocasiones con los "Muchachos de Ward" y luego se separó de nuevo, pero para 1863 se había convertido en una unidad totalmente independiente con 1500 efectivos.
Los franceses no se quedaron atrás de los anglosajones. En junio de 1861, crearon el "Cuerpo Franco-Chino de Kiangsoo", compuesto por 400 sargentos chinos y 40 franceses. Inicialmente, el cuerpo contaba con artillería propia : dos cañones de seis libras, pero posteriormente se convirtió en una unidad puramente de infantería. Pronto, el "cuerpo", que recibió el lujoso nombre chino de "el ejército siempre triunfante", contaba con 1200 hombres y estaba comandado por A. E. Le Breton de Coligny. En su apogeo, el "ejército" contaba con 2500 hombres, pero pronto se redujo a 1300 combatientes.
Las fuerzas de McCartney son interesantes por su enfoque diferente para el reclutamiento: el gobernador Li Hung-chang entregó 1000 soldados del Ejército de las Ocho Banderas al excirujano militar Halliday McCartney y ordenó que se les entrenara como "soldados disciplinados". Se contrataron varios oficiales extranjeros para reentrenar a los "banderas", y el propio McCartney llegó a coronel. Esta unidad contaba con su propio barco de vapor (hasta que fue robado por los Taiping), seis o más obuses de 12 libras y cinco morteros.

"Gordon el Chino" (centro) con un combatiente del destacamento de Kingsley y un prisionero Taiping
Otro destacamento se formó de forma similar en Fahwa. Los soldados imperiales fueron entregados al teniente británico Kingsley, del 6.º Regimiento, quien pronto comandó un destacamento de 1100 hombres. Acompañó a "Gordon el Chino" —posteriormente conocido por su epopeya sobre Sudán—, a Charles Gordon, quien comandó el "Siempre Victorioso"— en su avance hacia Suzhou.
Pero, sin duda, el líder militar más destacado del Imperio Qing fue el renombrado poeta Zeng Guofan. ¡Era el polo opuesto del líder Taiping! Nacido en 1811 en el seno de una adinerada familia campesina (a veces escrito como noble), aprobó el examen del condado en 1833, el provincial un año después y, en 1838, con tan solo 27 años, el imperial. Aprobó con honores, lo que le valió el rango de "jinshi", una distinción que alcanzaba el 1,2% de los examinados. Con tales habilidades, fue aceptado sin reservas en la prestigiosa Academia Hanlin, donde los académicos desempeñaban funciones de secretaría imperial y literarias. Los escritores y poetas chinos más destacados trabajaron allí. Zeng Guofan trabajó en la Academia durante 13 años, alcanzando un cargo de segundo rango tras tan solo cinco años. En 1843, fue nombrado crítico literario en la provincia de Sichuan y posteriormente subsecretario del Consejo de Rituales, uno de los seis ministerios principales del Imperio Celestial.
Los Taiping tuvieron muy mala suerte: en 1851, la madre de Zeng Guofan falleció, y como devoto confuciano, regresó a su natal Hunan para observar los tres años de luto obligatorios. Fue allí donde estalló la rebelión. El emperador emitió un decreto especial ordenando a un funcionario que ayudara al gobernador provincial a reunir un ejército de voluntarios. ¡Y así lo hizo! Zeng Guofan demostró un activismo increíble: no solo reunió voluntarios, sino que, por iniciativa propia, creó una flota de transporte fluvial a partir de los juncos de batalla y, en lugar de defender, ¡atacó!
Para llevar a cabo operaciones militares, el poeta-general formó el "Ejército Xiang". La nueva formación se basaba en milicias aldeanas: las "tuanlian". Pero la principal diferencia residía en que, a diferencia del antiguo ejército chino, todos los soldados pasaban a ser propiedad del comandante. Anteriormente, los ejércitos y los generales existían en dimensiones diferentes: un general no tenía soldados permanentes, y los soldados no tenían un general permanente. Zeng Guofan creó un ejército desde cero, y este era su ejército "personal". En esencia, se convirtió en el primero de los que más tarde serían llamados "militaristas chinos".
Mientras el Ejército Siempre Victorioso y Gordon resistían a los Taiping, el Ejército Xiang saqueaba Nanjing, la capital del Reino Celestial. ¿Qué era exactamente esta fuerza? Su fuerza total era de casi 360.000 soldados. Estaban divididos en batallones (ying) de 500 soldados y 5 oficiales (además de más de cien porteadores culíes). Cada batallón estaba dividido en cuatro compañías shao y un destacamento de guardaespaldas. Cada batallón debía tener dos cañones ligeros y 48 gingals (rifles de fortaleza). Inicialmente, los soldados restantes estaban armados con espadas, lanzas y mosquetes de mecha, pero pronto se empezaron a adoptar armas europeas. arma De dos a diez batallones formaban una brigada, comandada por un general de brigada; dos o tres brigadas podían formar un ejército. Los soldados estaban bien pagados, y Zeng Guofang también estableció arsenales, escuelas y fábricas de municiones. Todo esto permaneció después de que el ejército que derrotó a los Taiping se disolviera.
La experiencia de Zeng Guofan y otros "ejércitos" y "cuerpos" creados según el modelo europeo impulsó a China a lanzar el "Movimiento de Superación Personal" (o "Movimiento de Autofortalecimiento"; ¡las palabras chinas son ambiguas!). El príncipe Gong, nombrado regente en 1861, junto con la emperatriz viuda Cixí, dio un golpe de estado, tomó el poder y emprendió reformas. Esto incluyó la formación de nuevas tropas, conocidas como el "ejército entrenado" (lianjun). Se llevó a cabo el entrenamiento... los primeros grupos de personal (60 soldados y 6 oficiales) comenzaron a entrenarse en Kyakhta en octubre de 1861. ¿
Kyakhta es rusa? ¡Pues los entrenaron oficiales rusos! Muravyov-Amursky no arrebató Primorie y la región del Amur a China en balde: se firmó un acuerdo de asistencia técnico-militar, en virtud del cual el capitán IA Zeifort y el teniente II Filipenko comenzaron a entrenar a soldados y oficiales chinos en la sabiduría militar europea. La lógica era férrea: desde la perspectiva rusa, el Imperio Qing necesitaba poder defenderse de los británicos, con quienes las relaciones de Rusia en aquel momento no eran muy buenas. Al mismo tiempo, China era incapaz de oponerse a Rusia en términos de suministro de armas y entrenamiento de personal.
¡Pero no funcionó! Aunque todos los soldados entrenados por oficiales rusos demostraron buena puntería, debido a una serie de intrigas políticas, el entrenamiento se interrumpió en febrero de 1862, los soldados y oficiales fueron llamados de nuevo, y los nuevos instructores fueron alemanes, británicos y franceses. Entonces, ¿qué eran exactamente estas "tropas entrenadas"? Empecemos por el hecho de que eran mercenarios. Mientras que el servicio en las antiguas "tropas de la bandera" era hereditario, el nuevo ejército chino reclutaba voluntarios. El servicio solía durar seis años, pero los contratos a menudo se firmaban por 10 a 20 años.
El salario de un soldado raso era de 4 liang de plata al mes. Si bien los generales chinos recibían su paga regularmente, a veces no reclutaban el número necesario de soldados, quedándose con el dinero. Al recibir la orden de formar una unidad, el comandante colocaba un aviso en la plaza y seleccionaba a los solicitantes. La salud y la fuerza eran los únicos criterios, por lo que entre los soldados había muchos convictos marcados y hombres que habían perdido sus orejas bajo el cuchillo del verdugo.
Los soldados se entrenaban en los campamentos militares de Tianjin, y quienes habían cumplido su condena eran reasentados en Manchuria, convirtiéndose en una fuerza de reserva entrenada. En ocasiones, los soldados del Ejército de la Bandera Verde eran enviados a través de estos campamentos, pero esta no era la mejor solución: traían consigo las costumbres y tradiciones del antiguo ejército, muy difíciles de romper. Otro problema era que, aunque individualmente fuertes y bien entrenados, los soldados chinos a menudo carecían de camaradería: la dinastía Qing era impopular, la gente se alistaba solo por dinero y la profesión militar no era respetada en China, así que... no se esperaban de ellos hazañas heroicas en el campo de batalla.
Por otro lado, existía una gran brecha entre los oficiales (en esencia, mandarines militares) y las masas de soldados. Los comandantes no dudaban en robar las asignaciones y salarios de los soldados, y estos desconfiaban de sus comandantes. Sin embargo, el ejército "entrenado" era claramente superior a las antiguas "tropas de la bandera".

Si un soldado tiene una moneda de plata en su bolsillo, entonces las cosas no están tan mal hoy en día.
El punto débil del nuevo ejército chino era su retaguardia. Los suministros no estaban organizados por una sencilla razón: se creía que si un soldado recibía un buen salario y pagaba a tiempo, sería autosuficiente. Pero como los soldados no siempre servían en Pekín, la plata que se pagaba en provincias remotas a menudo era imposible de cambiar por las monedas de cobre que se usaban en el mercado. Esto significaba que el tipo de cambio cobre-plata subía, ¡y los soldados se empobrecían automáticamente! Así que, finalmente, hubo que organizar la gestión de suministros. Esta solía ser responsabilidad del gobernador general provincial. Este calculaba aproximadamente las necesidades de uniformes y municiones, calculaba un presupuesto, compraba todo lo necesario o hacía pedidos a empresas y almacenaba todo en un almacén, desde donde se entregaba el equipo necesario a los comandantes de unidad. Los uniformes solían entregarse por un año, mientras que las mochilas y las cartucheras se entregaban indefinidamente.

Una moneda de cobre de la dinastía Qing, eso es lo que se cotizaba en el mercado, ¡no esta moneda de plata suya!
Las provisiones se compraban centralmente, con dinero deducido de la paga de los soldados. Sin embargo, debido a los robos a todos los niveles, los soldados estaban mal alimentados y, a su vez, compensaban la falta de calorías saqueando a la población local. En zonas remotas —Tíbet, Mongolia y Xinjiang— los uniformes y la comida se suministraban desde el centro: los suministros locales eran simplemente insuficientes para alimentar a las tropas.
En un ejército entrenado, no había asignaciones, como viáticos, y solo se otorgaba una pequeña bonificación por participar en las obras de construcción. En general, surgían malentendidos entre la población local y los soldados, que en su mayoría se resolvían por la fuerza, lo que no les granjeaba la simpatía del ejército.
En teoría, los soldados tenían derecho a 300 gramos de carne al día. Sin embargo, a menudo no se les proporcionaba. En casos particularmente graves, la carne podía sustituirse por... ¡opio! Como señaló el oficial ruso V. V. Radlov, fumar opio es menos dañino cuando se acompaña de una buena dieta y un alto nivel de actividad física. Mientras tanto, los soldados chinos no contaban con ninguna de las dos cosas, por lo que esta práctica los redujo rápidamente a la ruina. ¡Pero ese no era el problema principal! La droga acobardaba a los soldados, lo que provocaba que los centinelas abrieran fuego con frecuencia al menor ruido, lo que generaba inestabilidad en el campo de batalla.
Además de la carne (o su "sustituto"), la ración diaria de un soldado chino incluía entre 600 y 900 gramos de harina y algo de grano. Se distribuía arroz en marcha, en cantidades significativas, utilizando numerosos carros de suministro. Y para el festival de otoño y el Año Nuevo (¡chino, por supuesto!), se repartía un carnero por cada cinco hombres. Los soldados comían en equipos de 5 a 20 personas, preparando sus propias comidas; el alcohol se compraba con el permiso de los oficiales.
Los soldados comenzaron a recibir uniformes del tesoro en 1874. No existía uniforme para todo el ejército; todo dependía del gusto de cada general. Sin embargo, las prendas básicas eran camisa, pantalones, chaqueta sin mangas y medias. En rigor, solo la chaqueta sin mangas (llamada "kurma" en manchú) distinguía a los soldados de los campesinos; al quitársela, un soldado podía mezclarse fácilmente con la multitud. Precisamente por eso los chinos solían masacrar civiles: en momentos de peligro, los soldados, en el mejor de los casos, arrojaban sus armas, se quitaban las kurmas y desaparecían entre la multitud circundante. En el peor, podían abrir fuego desde la multitud.
Los colores del uniforme variaban, incluyendo azul, rojo, naranja e incluso blanco. La kurma solía tener un borde de un color diferente al del uniforme general (en la infantería, la kurma solía ser azul, con un borde rojo). Un círculo con una inscripción que indicaba la rama de servicio, el nombre del comandante y el lugar de servicio estaba cosido en la parte delantera y trasera. Este círculo era la insignia de los soldados del "ejército entrenado": los soldados de "ocho banderas" y "bandera verde" carecían de ella. Los suboficiales llevaban galones en su kurma correspondientes a su rango.
En invierno, los soldados vestían largas túnicas acolchadas para la caballería y chaquetas para la infantería. Como calzado, usaban botas de tela o zapatos con suela acolchada. Los soldados usaban un turbante grueso en invierno y un pañuelo en verano, a menudo complementado con una visera de paja. Los oficiales llevaban sombreros cónicos con una borla roja y una bola, o una gorra burocrática con la misma borla y bola. El color de la bola indicaba el rango militar.
En campaña, un soldado llevaba una mochila, una cartuchera, una cantimplora, un cuchillo, palillos, una manta acolchada, un paraguas, un abanico, un impermeable y una taza. Solo la mochila y la cartuchera eran proporcionadas por el tesoro. El resto del equipo militar se transportaba en carros de dos ruedas, a razón de uno por cada 10 a 20 hombres. Cada oficial tenía derecho a varias tiendas de campaña (para él y sus sirvientes), mientras que los soldados se conformaban con una tienda de campaña por cada 20 hombres.
La unidad táctica básica del "ejército entrenado" era el batallón (ying). En teoría, debía contar con 500 combatientes, pero en realidad, podría haber tenido entre 800 y 900, aunque algunos de ellos eran no combatientes (principalmente porteadores). El ejército solía desplegar a residentes locales para trabajos de ingeniería, pero los propios soldados también eran hábiles para cavar trincheras o acampar con rapidez y eficiencia. Cada batallón se dividía en cinco compañías (shao) y cada compañía en ocho escuadrones (peng). Dos escuadrones formaban un pelotón. Un problema común del nuevo ejército chino era su escasez de efectivos, por lo que todas estas cifras son pura teoría.
En ocasiones, los generales chinos intentaban combinar batallones en brigadas de cinco batallones: frente, retaguardia, izquierda, derecha y centro. Dos o tres brigadas se consideraban un ejército, pero solían ser menos numerosas que una división rusa. Los cuerpos de 4500 hombres también eran comunes, aunque el batallón era la unidad táctica más frecuente. Cada general tenía un séquito de oficiales que formaban una cancillería militar, pero ésta no era un cuartel general en el verdadero sentido de la palabra, y la autoridad para tomar decisiones siempre permanecía en manos del general.
Si, tras la llegada de los rusos, los británicos asumieron el entrenamiento del nuevo ejército, a partir de 1870 se introdujeron las regulaciones prusianas en las "tropas adiestradas". A medida que se introducían, muchos comandantes las adaptaban a sus gustos. El entrenamiento se realizaba con diferente calidad según el lugar: las tropas en las ciudades portuarias eran las mejor preparadas, pero los observadores rusos no lo valoraban demasiado. Los chinos se sorprendieron especialmente por las órdenes verbales: normalmente, las tropas chinas usaban gongs, cuernos, fuegos, misiles y banderas de señales. Resultaba especialmente extraño cuando los oficiales chinos daban órdenes a los soldados chinos en un francés o inglés deficiente. ¡
Las armas y las tácticas son un tema aparte! Incluso en la década de 1880, los piqueros permanecieron en el ejército chino: solían estar en primera fila, aunque para entonces ya se habían abandonado los arcos. Pero la opinión general de los observadores europeos era unánime: ¡los chinos eran mucho más hábiles con las armas blancas que con las de fuego! Eran excelentes con las picas y los sables, y muchos incluso podían usar dos sables simultáneamente (por "sables", los europeos probablemente se referían a las tradicionales espadas curvas "dao"). Los rifles se mantenían en un terrible desorden, y no todos los tiradores eran diestros en el tiro. Esto se atribuía a la reciente transición a armas más sofisticadas: los arcabuces de mecha utilizados antes de la derrota en las Guerras del Opio eran imposibles de alcanzar; solo el fuego de salva era efectivo.
Hablando de armas de fuego, ¡su "diversidad" era absolutamente asombrosa! En 1883, el ejército de uno de los "militaristas", Li Hongzhang, estaba armado con fusiles y carabinas de las siguientes marcas: Snider-Enfield, Sharps, Remington, Chassapeau, Albini, Winchester, Peabody, Martini y Mauser. ¡Y todo esto a la vez! Es fácil imaginar lo difícil que fue organizar el entrenamiento en el uso de estas armas, por no hablar del suministro de munición... La razón de todo esto fue la Rebelión Taiping y la Crisis de Ili, que obligaron a los chinos a comprar frenéticamente cualquier arma de fuego moderna que pudieran conseguir.
La unificación relativa se produjo en 1880, cuando se decidió mantener en servicio únicamente el fusil Mauser Modelo 1871 de 11 mm (para 1894, ya habían aparecido versiones mejoradas de este fusil, el Modelo 1871/84, con un cargador de 8 cartuchos). Pero aunque la decisión fue una decisión, los japoneses, durante su primera captura de Port Arthur (la guerra chino-japonesa se tratará en otro artículo), ¡ensamblaron fusiles de siete modelos diferentes en el campo de batalla! Como escribieron sus contemporáneos, en el mejor de los casos, lograron armar a un escuadrón de una compañía con fusiles de un solo modelo... Los oficiales iban armados con revólveres de modelos igualmente diversos (Colt, Smith & Wesson, Remington, etc.) y sables del tipo "luedao" (que se corresponde aproximadamente con el "tachi" japonés, aunque su origen se remonta al sable mongol), aunque también se encontraron sables de estilo europeo. Se suponía que los soldados no debían llevar sables, pero se encontraron entre los trofeos; lo más probable es que algunos de los nuevos reclutas trajeran las espadas de sus abuelos (¡esto ocurrió incluso en el ejército del Kuomintang!).
Cabe destacar de inmediato que las estampas japonesas a menudo representan a los valientes soldados del Mikado derrotando a los chinos, armados con armas verdaderamente arcaicas: tridentes, alabardas, escudos de mimbre... Probablemente se trate de propaganda, pero tales artefactos bien podrían haber estado presentes entre las compañías de la guardia de honor. Representaban a las unidades chinas más preparadas para el combate cerca de Pyongyang no solo con escudos y alabardas, ¡sino también con pintura de guerra! Por lo tanto, no vale la pena usar estampas japonesas como referencia histórica . Aunque son hermosas... Sin embargo, los soldados chinos adquirieron por su cuenta diversos artículos exóticos para su defensa personal: mayales, garrotes, cuchillos y otros artefactos Shaolin.
Tras ser derrotados por las armadas europeas, el gobierno Qing también se centró en construir una armada moderna. Es cierto que la elección del proveedor de barcos fue algo peculiar. Mientras que la mayoría de los países en desarrollo de la época compraban barcos a Gran Bretaña o Francia, las principales potencias navales, los chinos eligieron a los alemanes. Esto es extraño, ya que la escuela alemana de construcción naval aún no había demostrado su valía. Lo más probable es que la razón sea que China aún no había declarado la guerra a los alemanes, mientras que los ingleses y los hombres rana ya habían logrado ofender a China.
Sin embargo, fue Stettin Vulkan AG la que el Imperio eligió para encargar una flota de 12 acorazados. Sin embargo, la flota de Osetra pronto se redujo a tres acorazados, y más tarde a dos buques (el tercero fue convertido en un crucero acorazado). Las características de rendimiento del cuerpo principal de la armada china se redujeron de manera similar. En resumen, los acorazados Dingyuan (Paz Eterna) y Zhenyuan (¡no pude encontrar una traducción, incluso el Traductor de Google es lento!) se pusieron en quilla con un año de diferencia, el 1 de enero de 1879 y el 1 de enero de 1880, pero se pusieron en servicio simultáneamente: el 1 de enero de 1884. Los barcos recordaban un poco a los acorazados ingleses Ajax y Agamemnon; Sus cañones de calibre principal estaban ubicados en estructuras de transición desde la barbeta a la torreta, dispuestas en diagonal, lo que, teóricamente, permitía que los cuatro cañones dispararan no solo a los lados, sino también en línea recta (la batalla de la isla de Lissa marcó la tendencia durante mucho tiempo de una formación frontal o en cuña como formación de batalla principal).
La batería principal de los barcos, sin embargo, era bastante respetable: dos cañones Krupp gemelos de 305 mm de retrocarga, que disparaban un tiro cada cuatro minutos. Sin embargo, esta disposición resultó extremadamente desafortunada: los cañones eran de cañón corto (25 calibres de largo) y, al disparar hacia adelante, podían dañar la superestructura con gases propulsores. En batalla, el comandante de la flota china sufrió una conmoción cerebral por una salva de uno de ellos. Mucho peor fue el calibre intermedio de los acorazados, una broma: dos cañones de seis pulgadas en torretas a proa y popa. La batería secundaria era igualmente débil: seis cañones de 57 mm, cinco cañones de 47 mm y cuatro cañones Hotchkiss de 37 mm de tiro rápido en las gavias y el puente.
¡Pero los barcos estaban fuertemente blindados! Una ciudadela de cinturón blindado con travesaños blindados protegía la parte central del barco, un esquema de blindaje común en la época. El cinturón, de 3 metros de altura, tenía 40,6 cm de grosor en el centro del barco, 15,2 cm por debajo de la línea de flotación y 25,4 cm en la parte superior, con travesaños de grosor similar. El blindaje era de acero, un "compuesto". La proa y la popa estaban protegidas por una cubierta blindada de 7,6 cm de grosor. Algunos compartimentos sin blindaje estaban rellenos de corcho, y había más de 200 compartimentos separados por mamparos estancos. En resumen, ¡la construcción naval alemana ya producía barcos extremadamente duraderos! Estos buques de 7,5 toneladas estaban propulsados por motores de 6300 caballos de potencia, lo que les otorgaba una velocidad de entre 14,5 y 15 nudos, una cifra impresionante para la década de 1980.
Además de los acorazados, la Flota Beiyang (la Armada china estaba dividida en cuatro flotas, siendo las principales las de Beiyang y Nanyang) incluía ocho cruceros acorazados y cruceros de cubierta acorazados construidos en Alemania e Inglaterra. Sin embargo, para los estándares de las armadas europeas, muchos de ellos solo podían considerarse cañoneros, como los "Koreyets" rusos. De hecho, los alemanes, que construyeron el "Jingyuan" y el "Laiyuan" en Stettin junto con los chinos, los llamaban cañoneros, pero los chinos, para guardar las apariencias, reclasificaron estos buques de 2900 toneladas, con una velocidad de 16 nudos y una artillería de dos cañones de 210 mm y dos de 150 mm, como cruceros acorazados (su blindaje era realmente impresionante: ¡el cinturón tenía 24 cm de grosor y la torreta, 20 cm!).
Aún más ridícula es la clasificación de las cañoneras Rendell Chaoyong y Yanwei como cruceros, con un desplazamiento de 1350 toneladas, una velocidad de 16 nudos y sin blindaje. Es cierto que contaban con un armamento sólido: un par de cañones Armstrong & Whitworth de 254 mm y cuatro cañones de 120 mm del mismo fabricante (su calibre antiminas era absolutamente irrisorio: cuatro cañones Hotchkiss de 37 mm y dos metralleras Nordenfeld).
Los cruceros acorazados Zhiyuan, Jiyuan (se llama Jingyuan, pero lo escribo así para no confundirlo con el Jingyuan, de fabricación alemana; el chino es una lengua tonal, por lo que es difícil transmitir el nombre correctamente) y Chingyuan, construido en Elswick por Armstrong & Mitchell, son cruceros acorazados típicos de Elswick: desplazamiento de 2.310 toneladas, tres cañones de 210 mm, dos en proa y uno en popa, protegidos por escudos blindados, dos cañones de seis pulgadas a los lados, ocho cañones Hotchkiss de 57 mm y seis metralleras Gatling de 37 mm, cubierta blindada de 50 mm, taludes de 100 mm, escudos de cañones de 51 mm y una torre de mando de 76 mm.

"Pingyuan" es pequeño, ¡pero chino!
También estaba el crucero acorazado Pingyuan, cuya principal característica era que este barco de vapor se construyó en China, en un astillero cerca de Fuzhou (aunque con diseño francés). Este buque de 2500 toneladas contaba con un blindaje impresionante: un cinturón de blindaje de 127-203 mm, una barbeta de torreta y torre de mando de 127 mm de espesor, una cubierta de 51 mm de espesor y escudos de cañones de 37 mm de espesor. Pero su armamento era modesto: un cañón corto de 260 mm, dos cañones individuales de 150 mm con calibres 35 y cuatro cañones individuales de 47 mm. Y su velocidad era aún menos impresionante: ¡10,5 nudos era bastante lento para 1890! Aclaro de entrada: todos los barcos tenían tubos lanzatorpedos, pero no servían de nada en combate (¡aunque sí causaban daños!).
En general, la flota china no habría sido especialmente eficaz en el Atlántico, pero... era la más potente del Lejano Oriente (y la octava más potente del mundo). La visita de acorazados chinos a Vladivostok en julio de 1886 causó inquietud en la marina rusa: en aquel entonces, solo contábamos con un crucero acorazado en el océano Pacífico, el Vladimir Monomakh, así que, a pesar del diseño imperfecto de los acorazados y cruceros chinos, ¡podrían haberlo aplastado fácilmente con su peso!
Las reformas militares del "Movimiento de Superación Personal" resultaron en un fortalecimiento significativo de China. Al menos cuando las tropas rusas ocuparon Xinjiang en 1871 con el pretexto de proteger a los súbditos rusos de los rebeldes musulmanes locales liderados por Yaqub Beg, en 1881, a pesar de la presencia durante diez años del Ejército Imperial Ruso (¡que había conquistado toda Asia Central!) en Xinjiang, el territorio se vio obligado a abandonarse bajo la presión china. Por supuesto, Alejandro II declaró inmediatamente que las tropas rusas en esas regiones eran temporales, pero como demostró la experiencia, lo temporal se convertía fácilmente en permanente, y en este caso no fue así. La "Crisis de Ili" se resolvió en beneficio del Imperio Qing precisamente gracias al surgimiento de un ejército y una armada chinos bien entrenados y armados. Pero la dinastía manchú pronto se enfrentaría a pruebas mucho más serias...





























