sábado, 7 de febrero de 2015

Reflexión: Causa justa y valor... condiciones unívocas del héroe

Sobre héroes y tumbas

Muchas veces en las guerras, donde cada bando supone la preexistencia de causas justa que lleva al enfrentamiento armado en cuestión, las muestras de coraje y patriotismo son habituales. El último sacrificio es llevado a cabo por muchos participantes de la misma dando su vida por el ideal que los llevó al campo de batalla. 

Sin embargo, muchas veces dicha heroicidad se ve opacada porque la razón preeminente de la guerra deja dudas sobre la validez y sustanciación de la misma: la guerra no se puede justificar excepto como un acto de agresión o de manipulación estratégica ajena a cualquier causa justificable dentro de las convenciones internacionales modernas. 

Por ejemplo, las tropas de las Waffen SS del Wehrmacht actuaron valientemente en el frente ruso... pero es indudable que detrás de dicho valor queda opacada por la actuación general de las tropas y la política alemana: dicha guerra fue una guerra de agresión, donde la matanza de civiles estuvo a la orden del día y los asesinatos y traslados de judíos estuvieron presentes en toda la campaña. 

¿Vale la pena consagrar el valor o la eficacia del Sargento Peiper en los frentes rusos cuando detrás de cada una de sus victorias hubo matanzas de prisioneros o de población civil? 

Asimismo, muchas otras "guerras" llevan detrás de si el mismo escarnio... ¿fue valerosa la toma de las tierras zulues o la tierra de los boers por parte del ejercito británico? ¿Dicho valor debe ser consagrado como algo "bueno" para las generaciones futuras? Lo mismo podríamos preguntarnos de guerras argentinas internas o de la Guerra del Paraguay. Si bien la causa inicial de la guerra fue justa (la invasión a la provincia de Corrientes), es discutible el grado de ferocidad y daño hecho a los paraguayos. 


Muchas veces ha habido una delgada fina entre heroísmo y criminal de guerra, no se como hacer para distinguir o diferenciar entre una orden "normal" y otra "inmoral", osea si se, pero no se como bajarla al llano, al hombre que las ejecuta, ya que este no tiene porque saber determinadas cosas de geopolitica o lo que fuese.

Para mi una gran diferencia seria vencer la adversidad, ¿que quiero decir?

Por ejemplo un avión americano, tirando bombas en irak, sin ningún tipo de defensa, no lo convierte en ningún héroe (por más que cumpla su objetivo).

Pensando en voz alta diria que creo que una buena definición de héroe/heroísmo (en cualquier caso), seria de alguien que es capaz de vencer situaciones adversas (estar en inferioridad numérica, con material mas obsoleto, etc...), y no necesariamente que cumpla su objetivo, sino que a pesar de las circunstancias se la juega, aunque pierda.

En síntesis, alguien que enfrenta una situación adversa y que se sacrifica al 110% de sus capacidades, y el resultado de este esfuerzo pasa a un segundo plano, deja de ser importante. El héroe no es el que gana, sino el que replica su ejemplo entre sus connacionales (o su tropa, o su grupo, o lo que fuese) mostrando un ejemplo de entereza, sacrificio y bravura. Alguien que sacrifica "algo" (su vida por ejemplo), en pos de "algo" mas grande, que siembra para que otros cosechen.

En definitiva, ¿hasta que punto el valor en combate es loable? ¿Hasta que punto es indiscutible una actitud de desprendimiento personal en pos de una causa? 




¿Qué heroicidad puede tener, según mi punto de vista, el Che Guevara que repartió una revolución fracasada por donde se la mire y que en su camino fusiló a un montón de civiles, como muchos pobres miembros del gobierno departamental bolivianos quienes fueron fusilados por ser parte del sistema capitalista? 


Asimismo, el tema que no se plantea hasta ahora es el de la subjetividad del término "causa justa". Para un marine en Irak es una causa justa defender el intento de democracia que USA quieren imponer ahí. Para los chilenos el Cap. Prat es un superhéroe inundado incluso de reverencia cuasi-religiosa, cuasi un santo pagano para ellos. Sin embargo, para un peruano fue un invasor muerto en territorio peruano. 

¿O es que el valor de la causa no importa? Porque si es así, entonces los asaltantes de bancos de la época de la ley seca, los cuales morían valientemente en sus escapes de la zona de robo, debieran ser calificados de heroicos... pero de qué heroicidad hablamos si detrás de ello había un acto criminal? 

Valor y causa subyacente... 

Para mi, solo son héroes y ejemplos de valor aquellos que defendieron una causa justa en términos del respeto a las convenciones de guerra. Mas allá de ello, no existen héroes sino todo lo contrario. Gente que no merece recordarse.


Iñaki Etchegaray.

viernes, 6 de febrero de 2015

Primera Invasión a El Líbano: Resumen de la intervención israelí

Despliegue de las FDI en el Líbano, 1982/85 

 
 

Este período se caracteriza por los intentos de Israel para alcanzar un acuerdo global en la frontera norte con la amenaza de las áreas vitales en el estratégico espacio trasero Siria, en el sector de paso. Se esperaba que la operación Paz para la Galilea daría lugar a un acuerdo de paz entre Israel y el Líbano (y de hecho, un fallido Tratado de Paz de corta duración, fue rubricado). Sin embargo, las esperanzas en este sentido fueron prematuras. El ejército israelí, a pesar de sus logros en la Operación Paz para Galilea (que incluía la destrucción de la infraestructura de la OLP) se vio empantanado en el lodazal del Líbano. 

El Gobierno del Líbano no pudo hacer valer su autoridad y la anarquía se impuso con más de una docena las milicias armadas (entre ellos, drusos y Fuerzas Libanesas cristianas) luchando entre sí. El ejército israelí se retiró en consecuencia sus fuerzas de la región de Beirut (en septiembre de 1983), la readaptación a una línea del río Awali (al norte de Sidón) hacia abajo. El ejército israelí se enfrentan a actividades de guerrilla cada vez mayor e insurgentes, al principio por los palestinos, y más tarde por chiítas en el sur de Líbano, que establecieron las organizaciones Amal y Hezbolá. Las actividades de estas organizaciones aumentaron, sobre todo en el último año de despliegue de las FDI en El Líbano, y se caracterizaron por una serie de atentados suicidas con bomba que causaron víctimas en masa, como el ataque en Sidón a la Infantería de Marina de EE.UU. y la sede del ejército francés en Beirut (octubre de 1983). 


Durante este período, hubo aproximadamente 1.350 ataques en El Líbano contra las FDI (un promedio de 450 por año), en el que murieron un total de 306 soldados israelíes. Sin embargo, los pueblos del norte de Israel vivían en paz, sin una sola baja ni un ataque significativo. Dada la anarquía y la incapacidad de concluir la paz en el Líbano, las FDI finalmente se retiraron del Líbano en junio de 1985, apoyando a una zona de seguridad de 3/15 kilómetros de ancho en el sur contigua a Israel del Líbano. En esta zona el General libanés Antoine Lahad mandaba al Ejército del Líbano meridional (SLA), formó las tropas cristianas y chiítas de El Líbano. 

Israeli-Weapons

jueves, 5 de febrero de 2015

SGM: Nuevas fotografías de un soldado

31 rollos fotográficos inéditos de un soldado de la SGM



Los rollos muestran diversas locaciones históricas de hace 70 años, aunque el soldado que tomó las imágenes nunca fue identificado.



Un llamativo proyecto fotográfico llevó a cabo el artista visual Levi Bettweiser, quien a fines de 2014 encontró en una subasta nada menos que 31 rollos sin revelar, pertenecientes a un soldado de la Segunda Guerra Mundial.



Lo rollos fotográficos fueron etiquetados con los nombres de acuerdo a la locación, como Boston Harbor, Lucky Strike Beach, LaHavre Harbor, sin ningún tipo de identificación que diera cuenta del soldado que tomó las imágenes.



El proyecto se enmarca en un trabajo llamado "The Rescued Film Project", donde la idea es buscar  rollos olvidados, revelarlos y exponerlos, buscando dar a conocer documentos históricos.

Si quieres ver la galería completa con las fotografías, ingresa al sitio oficial del proyecto.

La Tercera

miércoles, 4 de febrero de 2015

Arqueología: Reconstruyen la cara de una bella y tatuada princesa siberiana



Cara de princesa momificado tatuado finalmente revelado después 2.500 años
Por Anna Liesowska - The Siberian Times

Experto en taxidermia utiliza técnicas meticulosas para crear la primera réplica nunca de la doncella de hielo encontrado conservado en la meseta siberiana gran altura.


'Uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo 20'. Foto: El siberiano Tiempos

La primera cara réplica ha sido creado de la famosa princesa siberiana tatuado encontrado momificado y conservan después de casi 2500 años en el permafrost. Un experto suizo ha utilizado técnicas especiales de taxidermia para construir una reconstrucción exacta de la doncella de hielo que fue descubierto por arqueólogos en 1993.

Conocida como la princesa Ukok, después de la alta meseta de altitud en la que se descubrió, su cuerpo estaba decorado en el mejor conservado y más elaborada, arte antiguo que se ha encontrado. Mientras que su descubrimiento fue emocionante, sobre todo teniendo en cuenta lo intactos sus restos fueron, la cara y la piel del cuello se habían deteriorado, sin pista real sobre lo que una vez parecía.

Sin embargo, ahora su rostro se ha revelado al mundo por primera vez después de la obra de taxidermista suizo Marcel Nyffenegger.

Sr. Nyffenegger, que vive en la pequeña ciudad de Schaffhausen, se le pidió que trabajar en un retrato de la princesa Ukok para el Museo Histórico del Palatinado en Speyer, Alemania. Mientras que él tiene experiencia en animales de relleno, su principal pasión es la reconstrucción de los rostros de los pueblos antiguos, incluyendo los neandertales.

Trabajar con un modelo 3-D del cráneo de la momia, pasó un mes laboriosamente juntando sus músculos faciales y capas de tejido, así como la reconstrucción de sus estructura de la piel, los ojos y la expresión.

A continuación, el modelo de plastilina resultante se cubrió con silicona y una mezcla de resina de caucho antes de añadir detalles más finos, como las cejas y las pestañas. Más de 100.000 pelos individuales se utilizan para dar a la princesa su cabellera que acuden, un proceso que en sí mismo tomó dos semanas enteras.

'Que dos semanas me llevaron al borde de la locura', el experto confesó. 'Yo no pasé más de dos o tres horas al día en esa parte porque era muy aburrido y dolor de cuello, literalmente, me obligó a hacer otra cosa'.

Cara de princesa momificado tatuado finalmente revelada después 2.500 años

Cara de princesa momificado tatuado finalmente reveló después 2.500 años


La reconstrucción de la princesa Ukok está en exhibición en el museo en Alemania. Fotos: Marcel Nyffenegger


La momia fue excavado por el científico de Novosibirsk Natalia Polosmak y fue anunciado como "uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo 20 '.

Se piensa que es de unos 25 años de edad cuando murió, ella se encontró preservado en el permafrost en las montañas de Altai a una altitud de unos 2.500 metros, con dos hombres también descubiertos cerca. Enterrado a su alrededor eran seis caballos, ensilló y embridado y dice que han sido sus escoltas espirituales al siguiente mundo, junto con una comida de carne de oveja y caballo.

Los arqueólogos también encontraron adornos hechos de fieltro, madera, bronce y oro, así como un pequeño recipiente de cannabis y una placa de piedra en la que se quemaron semillas de cilantro. Desde su ropa y pertenencias, incluyendo una 'bolsa de cosméticos', los científicos fueron capaces de recrear sus secretos de moda y belleza.

Estaba vestida con una camisa larga hecha de seda china, y se había sentido a largo botas de manga con una hermosa decoración en ellos. En este momento la seda china fue sólo he encontrado en los entierros reales de la gente Pazyrk, y ya que era más caro que el oro se lo dio una indicación de su riqueza y estatus.

Tenía la cabeza completamente rapada, y llevaba una peluca de pelo de caballo en la parte superior de las cuales era una talla de un ciervo de madera.

Cara y el cuello de la piel de la princesa no fue preservado, pero la piel de su brazo izquierdo sobrevivió. El descubrimiento más emocionante era su arte corporal elaborada, que muchos observadores dijeron que llevaba en huelga similitudes con la actual tatuajes. En su hombro izquierdo era un animal mitológico fantástico compuesto por un ciervo con el pico de un leonado y astas de un Capricornio. Las astas mismos estaban decoradas con cabezas de grifos.

La boca de una pantera manchada con una larga cola también podría ser visto, y tenía la cabeza de un ciervo en su muñeca.

Cara de princesa momificado tatuado finalmente revelada después 2.500 años

Cara de princesa momificado tatuado finalmente revelada después 2.500 años
"La cara es muy precisa cómo la Princesa Ukok realidad parecía '. Fotos: El siberiano Times, Marcel Nyffenegger

Ella se cree que ha sido de entre 25 y 28 años de edad y alrededor de 1,62 metros de altura. Sus restos fueron tratados por los mismos científicos en Moscú que preservaron el cuerpo del ex líder soviético Vladimir Lenin. Ser capaz de ver lo que una vez parecía que es un desarrollo emocionante para los arqueólogos e historiadores.




Marcel, cuya cuenta de Twitter cuenta con imágenes de sus reconstrucciones del hombre de Neandertal, dijo que cree que la cara es muy precisa cómo la Princesa Ukok realidad parecía. Él dijo: 'Con una reconstrucción de tejidos blandos tales, puramente basado en la estructura ósea, hemos logrado una precisión del 75 por ciento de la primera aparición de la mujer. El restante 25 por ciento fue nuestra interpretación, ya que, por ejemplo, estábamos partes del hueso nasal perdiendo y por lo tanto una reconstrucción exacta no fue posible.

'El scull misma muestra donde fueron localizados y los músculos que la forma y espesor que tenían y muestra los puntos en los que la piel mentido directamente en el hueso.

"Y en cuanto a las expresiones faciales, es importante que me siento la persona que estoy creando. Cuanta más información los arqueólogos me dan, por ejemplo, en el que el clima las personas vivían, qué comían, y si fueran un guerrero o un agricultor, entonces el mejor que puedo hacer ".

El año pasado el siberiano Tiempos contó cómo Princesa Ukok se fija para ser enterrada en su propio mausoleo especial, con los planes presentados para un monumento permanente y el lugar de descanso final. Pasó la mayor parte de las últimas dos décadas en un instituto científico en Novosibirsk, y ahora está en el Museo Nacional Republicana en Gorno-Altaisk, lo que desató la ira entre la población local en la región de Altai Montaña que quieren que su re-enterrado.

Antiguas creencias dictan que su presencia en la cámara funeraria había sido la de "prohibir la entrada al reino de los muertos". Ancianos insistieron en que la eliminación de los restos momificados significaba esta puerta al otro mundo ya está abierto y que su ira ya ha causado una serie de inundaciones y terremotos.

Pero ahora la princesa venerado por fin pudo ser repatriado a su lugar de descanso original en la meseta Ukok, con un hermoso mausoleo construido en la parte superior.


La reconstrucción de la princesa Ukok está en exhibición en el museo en Alemania.

martes, 3 de febrero de 2015

Revolución Americana: Batalla de Bunker Hill

La batalla de Bunker Hill 
Por Aaron D. y Justin S. 

 
 

Esta batalla fue uno de los primeras en la Revolución Americana. El nombre de la batalla es un nombre incorrecto porque la mayor parte del combate se hizo en Breed's Hill. El lugar de esta batalla fue en Charlestown, Massachusetts a través del río Charles desde Boston. 

Los comandantes británicos para este enfrentamiento fueron eñ general Thomas Gage y el general Sir William Howe. Estos dos generales eran muy hábiles y líderes de legiones de las tropas británicas en la batalla. Los comandantes estadounidenses fueron el coronel William Prescott, el general Israel Putnam y Joseph Warren. Estos generales eran bastante expertos en el combate. 

Éste es el relato de Bunker Hill. El 16 de junio de 1775 (por la noche) más de 1.000 patriotas (rebeldes), bajo el mando del general Prescott, marcharon a la colina Breed sobre el cuello de Charlestown y se fortificaron con trincheras, balas de algodón y heno por la mañana del 17 de junio . Después de haber sido hecho con este, el general Israel Putnam tomó algunos hombres y comenzó a fortificar Bunker Hill. 

Mientras tanto, en la ciudad de Boston, el comandante británico, el general Gage acaba de ver a los americanos que ocupan las dos colinas ... ordenó a los buques británicos que comenzaran bombardeando las posiciones de los estadounidenses hasta que las tropas británicas podrían llegar. Poco después del fin de los británicos comenzaron a moverse las tropas en el este de la colina de la casta de Boston. 


Primer ataque británico 
 
 
Los hombres el coronel Prescott serían los primeros en atacar. Este fue la primera carga del ejército británico en el lado este de la colina con la secundaria haciendo un ataque directo. Los hombres del general Howe lideraron el ataque de 5.000 soldados de la colina. Pero no estaban solos, estaban cubiertos por los cañones de los buques británicos en el río. Mientras esto sucedía, algunos de los barcos británicos cargaron sus cañones con granadas incendiarias y aniquilaron Charlestown, donde una fracción de las tropas estadounidenses hacían de francotiradores sobre los soldados británicos en el campo de batalla. El primer ataque había fallado. Los británicos se retiraron. 
Segundo ataque británico 
 
Subieron la cuesta, pero con el grupo principal atacando hacia adelante y el grupo secundario yendo al este ... por supuesto, este intento también fracasó. Los británicos estaban completamente enfurecidos y se quitaron las mochilas pesadas antes de cargar por tercera vez. Los americanos estaban quedando sin municiones ni pólvora, por lo que tuvieron que retirarse a través del cuello de Charlestown. Y los británicos retuvieron las colinas. 


Ataque final 


Las pérdidas fueron sorprendentes para los británicos con más de 1.000 hombres perdidos, heridos o prisioneros. Los estadounidenses sólo perdieron alrededor de 400 o menos. Para la tradición militar de la época, los británicos ganaron, porque al final de la batalla tuvieron la posesión del campo. Las víctimas sin embargo, cuentan una historia diferente. Este ataque fue inmortalizado para siempre en la historia de América. En primer lugar, porque fue la primera derrota seria para los británicos y en segundo lugar debido a una famosa cita atribuida a uno de los comandantes estadounidenses. Para preservar la pólvora estadounidense, ordenó a los patriotas, "No dispares hasta que vea la parte blanca de los ojos!" 






Fuente


domingo, 1 de febrero de 2015

Guerra del Paraguay: La caída de Asunción (1869)


Entrada de los brasileños en Asunción 
 
El 1º de enero de 1869 entraron los brasileños en Asunción, entregándose enseguida al más desenfrenado saqueo. La ciudad se llenó en pocos días de una enorme y abigarrada población, que hablaba en sus calles todos los idiomas y dialectos. Las casas particulares eran tomadas por asalto y arrendadas por el primer atrevido que se improvisaba propietario, cobrando sufridos alquileres adelantados por trimestre y semestre enteros. Se improvisaron hoteles, posadas, restaurantes, establecimientos de diversiones, bailes públicos, tiendas, almacenes, confiterías que se sostenían con ventajas costeados por 30.000 soldados aliados e innumerables turistas, especuladores y curiosos que afluían febriles a visitar las ruinas de la vencida, pero hasta hace poco poderosa nación. 

Entraban en las casas, desaforados, corriendo para aventajar a sus propios compañeros y asegurarse la parte del botín más suculenta. Es increíble cómo el esfuerzo de decenas y centenares de años puede desaparecer en tan sólo unas pocas horas. 

Conforme avanzaba el día, las calles se poblaron de muebles que eran dejados a la intemperie mientras las casas ardían en llamas. A la tarde, por el río Paraguay aparecen los barcos despachados desde Argentina, que vienen a comprar las mercaderías. Los soldados se apelotonan en los muelles para cambiar el fruto de su saqueo por oro, y hay discusiones y empellones. Los barcos no se retiran, quedan anclados allí, a la espera de más carroña; y los soldados continúan con su fatal tarea. A la noche, los fuegos de los barrios conflagrados se elevan hasta iluminar las densas nubes negras del cielo. Los hombres esconden los botines donde pueden y sus alforjas, sus mantos, el interior de sus botas y cascos están rebosantes de oro, plata y metal. Al día siguiente avanzan hacia otra zona de la ciudad y a la noche también la incendian. Ya han desguazado las dependencias oficiales, las embajadas (1), las casas ricas y también las pobres. Es entonces cuando empiezan a volver los refugiados. 
Son en su mayoría mujeres y muchachas jóvenes, o niños a quienes todos ignoran. Los varones ya han muerto, allá en los campos de la guerra, y en la ciudad sólo quedan los más indefensos. Y las mujeres vuelven porque los vientres de sus hijos claman comida y porque imaginan que quizás puedan encontrar algún refugio. Pero los invasores se abalanzan sobre ellas y las golpean, en plena calle les rasgan las ropas y las manosean. Comienzan a violarlas, una y otra vez, poniéndose en filas de a diez o veinte o treinta para atenderse con una sola muchacha. Los gritos desesperados de las víctimas se escuchan por toda la ciudad y no hay rincón o zaguán de Asunción donde una mujer no esté siendo vejada. Las que intentan una resistencia son degolladas allí mismo. 
No se detienen cuando llega la noche, tampoco lo hacen al llegar el siguiente día. Sólo las dejan en paz cuando ellas, agotada ya su fuerza vital e incapaces de resistir más tiempo, abandonan la vida con una mueca de desprecio en la cara. 

Y entonces se aviva de nuevo la sed del oro y los oficiales miran con avaricia los cementerios de Asunción. Bajo sus órdenes, los soldados desentierran a todos. A los que tienen algún anillo o cadena, se la despojan sin respeto. Al resto, los dejan tirados por doquier; huesos y más huesos apilados en donde sea, muertos sin descanso que se calientan bajo el sol. 

El propio ministro brasileño en Asunción, José da Silva Paranhos, que más tarde recibió el título de Vizconde de Río Branco, se apoderó del inmenso tesoro de los Archivos Nacionales del Paraguay que, después de su muerte, donó a la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro, el catálogo de la colección Río Branco, que contiene los archivos públicos del Paraguay tomados al final de la guerra, se compone de mil páginas divididas en dos tomos. La colección consta de cincuenta mil documentos sobre la historia primitiva del Paraguay, la infiltración portuguesa, las cuestiones de los límites y las fechas y los hechos sobre la historia del Río de la Plata. Contendría además el acta de la Fundación de la Ciudad de Asunción en 1537 y todos los archivos de las Misiones Jesuíticas con las primera carta geográfica del Paraguay, establecida antes de 1800 por el célebre geógrafo español Félix de Azara. 

Durante tres días la ciudad fue robada por las huestes imperiales, que no perdonaron los templos, ni las tumbas, en su bárbaro afán de acrecentar su botín. El mismo almirante Delfino de Carvallo –barón del Pasaje- dirigía el pillaje acumulando en las cubiertas de sus naves los pianos y muebles finos que adornaban las viviendas aristocráticas paraguayas. Y cuando ya no hubo nada importante que robar, se llevaron hasta las puertas, ventanas y mármoles del palacio de López (2) y de muchas casas y edificios públicos. En una palabra, Asunción, al decir del general Garmendia, “sufrió la suerte del vencido de lejanos tiempos, entrando en ella a saco el vencedor”. 

Muchos niños fueron arrancados de los brazos de sus madres para terminar, vendidos como esclavos, en las plantaciones del Brasil. Todo el mundo corre por su vida, y la capital paraguaya, otrora populosa, queda desierta. “La urbe causaba lástima verla desprovista por completo de ser humano”, cuenta el coronel brasileño José Luis Da Silva. 

El Archivo Nacional del Paraguay, con siglos de historia adentro, arde en llamas. “El Paraguayo” de Asunción, en su edición del 10 de octubre de 1945, recordaba de esta manera la quema y el saqueo de tan vitales documentaciones. “Los archivos del Paraguay fueron saqueados por los invasores durante la Guerra de la Triple Alianza. Muchos documentos nos faltan, inclusive para reconstruir nuestra historia, y podemos afirmar que al despojarse nuestro Archivo se seleccionaron todos aquellos documentos que podían comprometer la versión histórica que se fraguaba para quitarnos toda esperanza de reivindicación”. 

Al igual que la sede del Archivo, las casas y edificios públicos también son saqueados, uno por uno, con esmero y sin apuro. “Los oficiales se sirvieron de las casas y de las cosas” apunta el mencionado coronel brasileño. 

El ejército argentino acampó a cinco kilómetros de la ciudad, en Trinidad. Y para ser digno de su aliado, convirtió en caballeriza el templo de aquel pueblo, armando un establo sobre la misma tumba de Carlos Antonio López. Pronto la lápida desapareció bajo la bosta de los briosos corceles de la oficialidad, sustituyendo el ruido de los relinchos a las voces del órgano y a las oraciones de los creyentes. 

Tal como “en los lejanos tiempos” en que Asia extendió su barbarie, como sangrienta mortaja, sobre la Europa agonizante. Entrar a saco y convertir las iglesias cristianas en estercolero era el gran placer de los hombres del Norte. Y no otro era el deleite de aquellos terribles guerreros, a cuyo paso se estremecía la tierra, acaudillados por el Azote de Dios. 

La historia se repite. El hombre está dentro de los hombres. La humanidad avanza, pero aún no ha acabado de salir de la caverna. La ferocidad bulle en las profundidades del instinto, y hay momentos en que salta a la superficie la fiera que hace siglos se agazapa, dominada, pero no vencida. 

Es así como pueblos que se decían cristianos y hombres que invocaban sentimientos altruistas de humanidad, cayeron en el crimen, reproduciendo, por un movimiento ancestral de la ingénita barbarie, actos que repugnan a nuestra conciencia y que parecían ya alejados de la historia. Y todo aquello no era nada todavía. La guerra recién iba a entrar en un período realmente salvaje. 

Entre tanto, el mariscal López se disponía a reanudar la resistencia. Cuando volvió a ocupar su antiguo campamento de Cerro León, después de la última derrota, no disponía de más fuerza que la de su voluntad omnipotente. Todo el poder defensivo paraguayo se reconcentraba en su persona, fortaleza moral más temible que los muros artillados de Humaitá. Inútilmente el duque de Caxías dio por terminada la guerra. 

Los veinte mil soldados victoriosos, atrincherados en Asunción, sabían muy bien que mientras se mantuviese en pie el presidente paraguayo la lucha no estaba terminada. 

Cuando el conde D’Eu, que vino a reemplazar al duque de Caixas, llegó a Asunción se encontró con una gran desmoralización de las tropas aliadas. El solemne Te Deum mandado cantar por Caixas, festejando la terminación de la guerra, había caído en un inmenso ridículo. El desaliento era general. 

Palacio de Benigno López (Asunción, 1869). Fuente














Ningún jefe brasileño había querido tomar sobre sí la responsabilidad de una sola iniciativa. Y, entre tanto, López crecía a la distancia. De un momento a otro se esperaba una sorpresa, creyéndosele capaz de sacar recursos de la nada. Y Allí Juan Bautista Alberdi tuvo tiempo de decir en Europa que en aquellos momentos el Paraguay tenía su “segundo y más poderoso ejército en lo que se llaman sus montañas. Son los Andes –agregaba- del nuevo Chacabuco y del nuevo San Martín, contra los nuevos Borbones de América”. 
En la batalla de las Lomas Valentinas habían peleado los inválidos y los niños, cargando los cañones con pedazos de piedra y hasta con tierra. Tres meses después de esa derrota Paraguay volvía a tener un ejército de trece mil hombres, relativamente bien armados y equipados. 

Los heridos de la última batalla se lanzaron por centenares al inmenso estero de Ypecuá, cruzándolo, con el agua al cuello, durante tres días, sin comer, e incorporándose a Solano López en Cerro León. Y todos los que aún podían andar o cargar un fusil, acudieron, presurosos, desde los últimos confines de la república, para rodear al héroe desgraciado que sostenía la bandera paraguaya. 

Se recogen armas abandonadas en los campos de batalla, se monta otro arsenal, se funde hierro, se taladran cañones, se fabrica pólvora y papel, se edita un periódico, vuelven a funcionar las escuelas, rige la ley de enseñanza primaria obligatoria, los niños soldados asisten a clases. Y la fundición de Ybycuí y el arsenal de Caacupé trabajaron sin descanso para armar a aquel extraño ejército, aprovechando la escandalosa indecisión del más que prudente vencedor. Pese a haber caído Asunción, la guerra aún no había terminado. 

Referencias 

(1) El 22 de febrero de 1869, a las 16hs Francisco Solano López emite un bando ordenando la evacuación de Asunción, fue entonces que todas las familias asunceñas que aún poseían algunas alhajas y dinero metálico, corrieron a depositarlas en la legación de los Estados Unidos de Norte América, a cargo del ministro Carlos A. Washburn así como en los consulados de Francia e Italia. 

(2) El Palacio de los López es la sede del gobierno de la República del Paraguay, ya que ahí se encuentra el despacho oficial del presidente de la República. Es uno de los edificios más hermosos y emblemáticos de la capital paraguaya, Asunción. Su ubicación es en la calle Paraguayo Independiente, entre Ayolas (antes del Paraná) y O’Leary (antes Paso de Patria). Ubicado en el centro de Asunción, mirando a la bahía, este edificio fue construido por orden del presidente Carlos Antonio López, para que sirva de residencia para su hijo, el General Francisco Solano López, de ahí el hecho de que el nombre del edificio sea “Palacio de los López”. Sus obras empezaron en 1857 bajo la dirección del arquitecto inglés Alonso Taylor. 
En la primera mitad del siglo XIX, Lázaro Rojas regaló a su ahijado de bautismo Francisco López el predio donde está asentado el palacio. Tras lsus célebres viajes de por Europa, Francisco Solano se trajo consigo varios arquitectos e ingenieros, que ayudaron a desarrollar obras de progreso en el país. Por orden de Carlos Antonio López, presidente de la República desde 1842, una de dichas obras era la residencia de su hijo. La construcción, planificada por el húngaro Francisco Wisner, se inició dirigida por el arquitecto inglés Alonso Taylor en 1857. 

Los materiales para la construcción del palacio venían de varios lugares del interior del país, piedras de las canteras de Emboscada y Altos, maderas y obrajes de Ñeembucú y Yaguarón, ladrillos de Tacumbú, piezas de hierro fundidas en Ybycuí, etc. 
Diversos artistas europeos vinieron al Paraguay para encargarse de la decoración del edificio. Artistas como el ingeniero inglés Owen Mognihan que se encargó de esculpir las figuras necesarias para crear un ambiente palaciego, el italiano Andrés Antonini que llegó al Paraguay exclusivamente para diseñar y establecer la escalera de mármol del Palacio que comunica a la segunda planta, el pintor Julio Monet, francés, que pintó el cielo raso con decoraciones florales y figuras. 
Para 1867, época de la Guerra de la Triple Alianza, el Palacio de los López estaba casi terminado, aunque faltaban detalles de acabado para su conclusión. La ornamentación era de estatuillas de bronce y muebles importados de París, y grandes y decorados espejos para los salones del Palacio. Durante los siete años que los brasileños ocuparon Asunción, el Palacio sirvió como cuartel de sus fuerzas. Después de que éstas lo abandonaron, el edificio quedó en estado de abandono. Fue durante el gobierno de Juan Alberto González que se iniciaron las grandes obras de restauración del Palacio, que duraron solamente dos años. El edificio terminó recuperando su antigua gloria. 

Fuente 

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado 

Estragó, Margarita Durán – Homenaje al pueblo de Patiño, en el centenario de su fundación (1909- 2009) 

O’Leary,Juan E. – El mariscal Solano López 

Rivarola Matto, J. Bautista – Diagonal de sangre: la historia y sus alternativas en la Guerra del Paraguay. 

www.revisionistas.com.ar 

sábado, 31 de enero de 2015

Independencia: Bolívar, tan lejos de San Martín

Cuando los españoles fueron condenados a muerte por Bolívar
 
Javier Sanz - Historias de la Historia


Después de la caída de la Primera República de Venezuela, Simón Bolívar emprendió la marcha que fue conocida como la “Campaña Admirable”, partiendo el 14 de mayo de 1813 desde Cúcuta, Colombia, con el objetivo de liberar Venezuela de la Corona de España. Como antecedente, es preciso relatar que casi una década antes la República de Haití había logrado su independencia, pero de una manera muy poco ortodoxa y más bien sangrienta. El punto de inflexión en la Revolución haitiana, y que a la postre logró expulsar a las tropas francesas de la isla, fue la conversión de una inicial lucha de clases en una lucha racial. No sé si la historia ha juzgado para bien o para mal este tipo de acciones extremas, pero lo cierto es que este mismo modelo de xenofobia fue adoptado por los patriotas venezolanos en esta incursión armada que logró llegar a Caracas entre vítores y flores.


Campaña Admirable

Y es que la guerra es así, la escriben los ganadores y a los juglares e historiadores les encanta recrearse en las gestas épicas, en las entradas triunfales, en las reuniones importantes o en las heroicidades, pero suelen olvidar la mayoría de atrocidades y las horrendas e inhumanas decisiones que –en ciertos momentos y para inclinar la balanza- tomaron tanto vencedores como vencidos (¿será por aquello de que algunos creen que en la guerra todo vale?). Esa es la historia que a mí no me gusta, la que no es descrita en su totalidad, la que es fruto del patriotismo de “venda en los ojos” y que sólo lustra el brillo de las entradas triunfales, del discurso oportunista y de los solemnes momentos firmando capitulaciones. Esa es sólo una parte de la historia, pero cualquier guerra, por más “justa y necesaria que sea“, no lo duden, ha dejado huérfanos, viudas y muchos inocentes muertos. Por más orgullosos que estemos de ser países libres, esas libertades le han costado ríos de lágrimas y sangre al pueblo, porque todos los políticos y altos militares normalmente terminaron la guerra sin despeinarse. Esta es una historia de esas que no me hace sentir orgullo por ningún prócer, porque las acciones, por más necesarios que hayan sido en su momento, no me representan ni en mi tiempo ni en mis circunstancias.

 En el mes de enero de 1813, antes de que empezara la campaña de Bolívar, el caudillo venezolano Antonio Nicolás Briceño junto a otros oficiales patriotas diseñaron un plan para liberar Venezuela -cercano a una proclama xenófoba bordeando los límites del genocidio- a la que se dio el nombre de Convenio de Cartagena. Entre sus artículos destacados podemos citar:
En el nombre del pueblo de Venezuela se hacen las proposiciones siguientes para emprender una expedición por tierra con el objeto de libertar a mi patria del yugo infame que sobre ella pesa. Yo las cumpliré exacta y fielmente pues las dicta la justicia y que un resultado importante debe ser su consecuencia.
Primero: serán admitidos a formar la expedición todos los criollos y extranjeros que se presenten conservando sus grados. Los que aún no han servido obtendrán los grados correspondientes a los empleos civiles que hayan desempeñado y en el curso de la campaña tendrá cada cual el ascenso proporcionado a su valor y conocimientos militares.
Segundo: como el fin principal de esta guerra es el de exterminar en Venezuela la raza maldita de los españoles de Europa sin exceptuar los isleños de Canarias, todos los españoles son excluidos de esta expedición por buenos patriotas que parezcan, puesto que ninguno de ellos debe quedar con vida no admitiéndose excepción ni motivo alguno; como aliados de los españoles los oficiales ingleses no podrán ser aceptados sino con el consentimiento de la mayoría de los oficiales hijos del país.
Tercero: las propiedades de los españoles de Europa sitas en el territorio libertado serán divididas en cuatro partes, una para los oficiales que hicieren parte de la expedición y hayan asistido a la primera función de armas haciéndose su reparto por iguales porciones con abstracción de grados, la segunda pertenece a los soldados, indistintamente las otras dos al Estado. En los casos dudosos, la mayoría de los oficiales presentes decidirá la cuestión […]
Noveno: para tener derecho a una recompensa o a un grado bastará presentar cierto número de cabezas de españoles o de isleños canarios. El soldado que presente 20 será hecho abanderado en actividad, 30 valdrán el grado de Teniente, 50 el de Capitán…
Cartagena de Indias, 16 de Enero de 1813. Antonio Nicolás Briceño


Simón Bolívar

Esta proclama fue transformada en decreto por Simón Bolívar el 15 de junio de 1813, llegando a conocerse como el Decreto de Guerra a Muerte y estando en vigor hasta el 26 de noviembre de 1820 cuando el español Pablo Morillo se reunió con Bolívar para firmar un armisticio y regularizar la guerra. Durante la Campaña Admirable “todos los europeos y canarios casi sin excepción fueron fusilados” por las armas patriotas a su paso. En febrero de 1814, al concluir la campaña, Juan Bautista Arismendi, por órdenes de Bolívar, mandó fusilar a 886 prisioneros españoles en Caracas. Del 13 al 16 febrero añadió a su lista más de 500 enfermos ingresados en el hospital de La Guaira .

Aparte de lo cruel y sanguinario del documento, también tenía éste un trasfondo político, porque lo que se pretendía era apelar al nacionalismo y cambiar la opinión pública acerca de la guerra civil que vivía Venezuela para hacerla ver como una guerra pura y dura entre dos naciones y no como una rebelión. Esta proclama fue redactada bajo la justificación de los crímenes cometidos por el realista Domingo Monteverde y su ejército sobre los republicanos durante la caída de la Primera República. Otra justificación al decreto la dio Simón Bolívar en la ciudad de Valencia el 20 de septiembre de 1813, argumentando la brutal represión a la que fue sometida Quito el 2 de agosto de 1810 después del llamado Primer Grito de Independencia.

Colaboración de Carlos Suasnavas

Fuentes: Wikipedia. Cuño Bonito, Justo. (2005). Tristes tópicos. Ideologías, discursos y violencia en la independencia de la nueva granada 1810-1821