martes, 8 de noviembre de 2016

Grecia: La revolución griega contra los otomanos (1/2)

LA REVOLUCIÓN GRIEGA CONTRA EL DOMINIO OTOMANO
Apuntes de la Historia
Parte 1

En 1821, después de casi cinco siglos de dominio otomano, el pueblo griego, tras experimentar el resurgimiento de los sentimientos nacionalistas espoleado por los intereses rusos, se levantó contra el poder turco iniciando la guerra de independencia de Grecia.

Tras un comienzo de luchas fraticidas entre las distintas facciones griegas y casi una década de brutal represión otomana, Europa no pudo seguir mirando hacia otro lado y, cuando el alzamiento estaba a punto de ser aplastado de forma brutal y definitiva, le tendió la mano que necesitaba.


La Grecia otomana

La historia de hoy comienza siglos antes de su desenlace, con un desastre natural. Un terremoto que tuvo lugar en 1354 en la ciudad (hoy turca) de Galípoli, en la península homónima que forma el lado europeo de los Dardanelos, tristemente famosa por la batalla que en ella se produjo durante la Primera Guerra Mundial.

El Imperio bizantino se hallaba entonces inmerso en una serie de guerras civiles y el Imperio otomano, deseoso de ampliar sus fronteras hacia Europa tras haber ocupado Anatolia, aprovechaba esa debilidad para avanzar con la mirada puesta en Constantinopla.

En esas estábamos, como decía, cuando el 2 de marzo de 1354 se produjo en fuerte terremoto que asoló la costa de Tracia. Localidades enteras quedaron devastadas, y muchas de ellas fueron abandonadas por sus habitantes. Una de las ciudades que más sufrieron el seísmo fue Galípoli.


La caída de Galípoli

El temblor provocó el derrumbe no sólo de la mayor parte de sus edificios sino también de sus murallas. La ciudad, vital para la resistencia frente a la presión otomana por su situación geográfica, fue abandonada por sus habitantes.

Un sismo destruyó en 1354 las murallas de Galípoli, permitiendo a los otomanos entrar en Europa

Pero no permaneció abandonada por mucho tiempo. Menos de un mes después el hijo del sultán otomano cruzó el estrecho con tres mil hombres y todas las familias turcas que pudo reunir en la costa asiática de los Dardanelos y se instaló en la ciudad.

Era lo que los otomanos llevaban tres décadas esperando: una base permanente en Europa, una cabeza de playa que utilizar para comenzar una expansión por el continente, a costa de un Imperio bizantino dividido y en guerra contra sí mismo.


Otomanos en Europa



Las conquistas comenzaron a sucederse. En Adrianópolis, casi un milenio después de que los visigodos derrotaran al Imperio romano de Oriente, batalla que costó la vida al propio emperador Valente, los turcos tomaron la ciudad y la renombraron como Edirne.

Los otomanos establecieron en ella la capital de lo que ya podía considerarse un imperio por derecho propio. Edirne continuó siendo la ciudad principal de su imperio hasta que, menos de un siglo después, pudieron trasladar la capital a la recién conquistada Constantinopla, provocando la extinción del Imperio bizantino e inaugurando una nueva era en Europa.

Cinco siglos de dominio otomano

La llegada de los otomanos supuso en Grecia un movimiento de población sin precedentes. Huyendo del invasor, los griegos abandonaron pueblos y ciudades, refugiándose en zonas que nunca habían tenido ocupación humana debido a la pobreza de los recursos.

La población se refugió en montañas e islas y abandonó los valles, sufriendo unas difíciles condiciones de vida que se vieron agravadas por los caprichos de la administración otomana, a menudo corrupta y siempre represora, que castigaba con brutalidad el más mínimo amago de alzamiento de un pueblo refugiado para poder conservar sus costumbres y tradiciones.

Y así los griegos perdieron la identidad nacional, mantenida sólo por el clero ortodoxo, perdiéndose el nacionalismo ahogado en la lucha por pervivir en zonas paupérrimas bajo un invasor represivo, haciendo que durante más de cuatro siglos el desarrollo económico de Grecia fuera prácticamente nulo.

Aunque no para todos fue igual.

La élite fanariota

La realidad era bien distinta para las élites griegas. La Iglesia ortodoxa había establecido su base en la catedral patriarcal de San Jorge, en el barrio de Fanar, en Constantinopla.


Allí, a su alrededor, se establecieron las familias griegas más prominentes, ocupando puestos en la administración del Patriarcado y convirtiendo Fanar en el principal barrio griego de Constantinopla. Así pasaron a ser conocidos como fanariotas.

Los fanariotas fueron adquiriendo poder y fortuna durante la ocupación otomana, y durante el siglo XVIII alcanzaron altos puestos en la administración del imperio, llegando algunos incluso a ser nombrados voivodas (príncipes) de los principados de Moldavia y Valaquia en la Rumanía otomana.

El resurgimiento del nacionalismo griego

Fue a finales del siglo XVIII cuando el sentimiento nacional griego comenzó a resurgir. Con los fanariotas acumulando poder en Constantinopla, la Iglesia ortodoxa cada vez más rica y encerrada en sus propios ritos y el pueblo griego cada vez más pobre y reprimido, Rusia vio la ocasión de ampliar sus conquistas a costa de un imperio que ya respiraba decadencia.

Y ¿adivinas a quién utilizó Rusia para ello? Sí, ya sé que la respuesta es bastante obvia: a los campesinos griegos. Porque una cosa era que el Imperio otomano estuviera en decadencia, y otra muy distinta hacerse con Constantinopla por las bravas. Y es que ése era, en realidad, el objetivo de Catalina II de Rusia.

En realidad la guerra ruso-turca (la primera, porque hubo otra después) comenzó por el dominio de Ucrania, pero las victorias iniciales de Catalina le hicieron desear la capital otomana. Y su plan para conseguirla fue incitar una rebelión griega.

Primera guerra ruso-turca


Alegoría de la victoria de Catalina sobre los turcos (Stefano Torelli, 1772)

El alzamiento griego finalmente no se produjo y Catalina II se quedó sin Constantinopla, pero algo cambió en la Grecia otomana. Las injerencias cada vez más continuas de Rusia entre los griegos y el Imperio otomano, el descontento con la élite fanariota y la iglesia ortodoxa, alejados de la realidad del pueblo griego, y los aires revolucionarios que comenzaban a llegar de Francia, hicieron que el nacionalismo heleno comenzase a despertar.

Y fue así como, tras cuatro siglos y medio de agachar la cabeza y dedicarse a arar el terruño, el pueblo griego comenzó a desear la libertad.




lunes, 7 de noviembre de 2016

Biografía: La ciencia encontró a Amelia Earhart

La ciencia puede haber resuelto el misterio de Amelia Earhart
Por Kirrily Schwarz, New York Post



Amelia Earhart Foto: Getty Images


La legendaria aviadora Amelia Earhart estaba tratando de convertirse en la primera piloto femenina en volar alrededor del mundo cuando su avión desapareció sobre el Océano Pacífico en 1937.

El mes pasado, el Grupo Internacional para la Recuperación de Aviones Históricos (TIGHAR) propuso la teoría de que aterrizó su avión en una isla remota y murió como un náufrago.

Ahora, los científicos dicen que un nuevo descubrimiento muestra una sorprendente semejanza entre el piloto y el esqueleto parcial de un náufrago encontrado en una isla de Kiribati en 1940.

Una foto histórica proporcionó la clave vital.

La legendaria piloto


Earhart delante de su avión en la década de 1930 - Photo: Getty Images

En mayo de 1932, Earhart se convirtió en la primera mujer en volar sola a través del Océano Atlántico, despegando en Canadá y aterrizando en Irlanda.

Tres años más tarde, voló en solitario de Hawai a California, ganando un premio de $ 10,000.

Era la querida de América, famosa por ser un piloto atrevido pero modesto.

Junto con el copiloto Frederick J. Noonan, intentaba circunnavegar el globo cuando su avión desapareció cerca de la isla de Howland, en medio del Pacífico.

En agosto, Ric Gillespie, de TIGHAR, dijo que Earhart hizo más de 100 transmisiones de radio pidiendo ayuda entre el 2 y el 6 de julio de 1937, descartando la posibilidad de un aterrizaje forzado.

Sus llamadas fueron recogidas tan lejos como Texas, Florida e incluso Melbourne.

"Ella está ahí fuera pidiendo ayuda", dijo Gillespie, agregando que debió haber aterrizado con seguridad porque la radio no habría funcionado sin que el motor funcionara.

Un extraño detalle


De archivo: Imágenes de Getty

Los huesos fueron descubiertos en la isla de Nikumaroro, también conocida como Gardner Island, que está a unos 400 kilómetros al sur de la isla de Howland.

Fueron analizados en 1940, pero un médico dijo que eran hombres, descartando la posibilidad de que pertenecieran a Earhart.

Sin embargo, cuando TIGHAR descubrió los archivos en 1998, los científicos dijeron que las técnicas modernas demostraron que los huesos eran "consistentes con una hembra de altura de Earhart y origen étnico".

Más recientemente, el antropólogo Richard Jantz estaba preparando una evaluación actualizada cuando notó un extraño detalle: Los antebrazos del esqueleto eran considerablemente más grandes que el promedio.

Sin embargo, sin conocer las dimensiones del cuerpo de Earhart, Jantz no tenía manera de comparar si sus antebrazos eran similarmente más largos de lo normal.

La fascinante ciencia

TIGHAR se dirigió al especialista en imágenes forenses Jeff Glickman para pedir ayuda.

Usando una foto histórica donde ambos brazos desnudos de Earhart eran visibles, él calculó la proporción entre los huesos en su brazo inferior y superior.


La imagen utilizada para comparar los huesos de Earhart con el esqueleto descubierto en 1940. Foto: Cortesía de Remember Amelia, la colección histórica de Larry C. Inman sobre Amelia Earhart

"Debido a que hay tejido sobre el esqueleto en la gente viva ... la ubicación de cada extremo del hueso debe ser estimada", escribió en un informe publicado la semana pasada.

Su ropa también añadía una capa de dificultad, pero utilizó el punto de su hombro, el pliegue de su codo y la marca de su muñeca como puntos de referencia.

"Teniendo en cuenta las pruebas y mi experiencia en el campo de la fotogrametría y la interpretación fotográfica, estimo que la relación radio-a-húmero de Amelia Earhart es de 0,76", escribió.

En otras palabras, la diferencia entre su brazo inferior y superior era virtualmente idéntica al esqueleto parcial, desenterrado en el Pacífico Sur.

El descubrimiento no demuestra concluyentemente que el náufrago fue Amelia Earhart, pero es sin duda otro paso en esa dirección.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Guerra Antisubversiva: Los relatos oficiales de la épica antiterrorista

Documento histórico: los primeros relatos oficiales del Ejército sobre el Operativo Independencia
Un libro escrito por redactores anónimos entre enero y marzo de 1976 esconde los impactantes relatos que describen cómo fueron los combates -ordenados mediante un decreto del Poder Ejecutivo- contra guerrilleros del ERP en Tucumán, durante 1975
Por Belisario Sangiorgio Trogliero - Infobae



Operativo Independencia: un helicóptero vuela en Tucumán (Archivo Nacional de la Memoria)

Hay algunas personas que sobrevaloran estos documentos, y los ofrecen por $3.500 en Mercado Libre. También hay vendedores de libros que lo menosprecian, y los ofrecen por $30.

En una vieja biblioteca de mi casa encontré los primeros relatos oficiales del Ejército sobre el despliegue militar que ordenó el Poder Ejecutivo (Decreto 261/75) para enfrentar a la guerrilla rural durante 1975 en Tucumán. Ese despliegue fue bautizado como Operativo Independencia.

Luego, con María Estela Martínez de Perón sumamente debilitada, el senador Ítalo Luder -como presidente interino- extendió a todo el país la orden de "aniquilar el accionar de los elementos subversivos" mediante nuevos decretos.


Militares en las calles de Tucumán (Archivo Nacional de la Memoria)

Las crónicas y relatos fueron redactados por escritores anónimos para una colección titulada "El Ejército de hoy". Existen varias ediciones y volúmenes. Son pequeños libros de tapa blanca, editados por el Círculo Militar. Y llevan una aclaración rotunda: "Edición no comercial autorizada"; esto significa que el libro circulaba en las entrañas de las Fuerzas Armadas, en algún barracón, en los campamentos, en las aulas de formación militar.

El libro que conseguí fue escrito en 1976 y corresponde a la segunda edición, que se terminó de imprimir en 1978 -durante la dictadura militar-, según los datos obligatorios que lleva la publicación por la ley de Propiedad Intelectual. En la primera página dice "Enero – febrero – marzo de 1976" y, probablemente, esos sean los meses en los que fue redactado. En agosto de 1976 se imprimió la primera edición, que lleva esa fecha en la tapa, y tiene un diseño estético extremadamente rudimentario.


Despliegue militar en Tucumán

En esta segunda edición una de las características más sorprendentes es la clara dirección ideológica del material, que fue creado, principalmente, para elevar intencionalmente algunas ideas -y destruir otras- en los jóvenes cerebros de los soldados conscriptos, que tenían 18 años. Esto no es casual ya que la segunda edición del libro se imprimió en febrero de 1978, en medio de las negociaciones con Chile (que comenzaron en 1977) para evitar una guerra durante el conflicto diplomático por el Canal de Beagle.


Videla y Bussi en Tucumán

En las puertas de una nueva dictadura militar, y de un potencial conflicto armado con Chile, la primera página no deja muchas dudas sobre el clima imperante en el Ejército por aquellos días. "Tras 100 años de paz, las páginas de gloria de nuestra Patria se abren nuevamente para cobijar, en reconocimiento eterno, a nuestros camaradas muertos en defensa de la Nación. Tras 100 años de paz, reverdecen las adormecidas virtudes guerreras del Ejército Argentino que hoy rinde emocionado homenaje a este puñado de héroes y a otros que permanecerán anónimos hasta el final de la lucha. Que Dios los tenga en la Gloria. Que su ejemplo y el de sus familias nos ilumine hasta lograr la reorganización definitiva de la Patria".

También aparece una lista parcial de muertos. Después, el prefacio: "El Comando General del Ejército ha resuelto publicar este primer compendio de episodios y de páginas de exaltación referidas al accionar de la Fuerza en su lucha contra la subversión. Esta divulgación, a la vez que adquiere carácter de justiciero homenaje a sus protagonistas, pretende también un propósito de profundo significado educativo para cuadros y tropa".


La introducción a las primeras crónicas oficiales (Infobae)

"Los sucesos y escenas aquí descriptos, en su mayoría inéditos, son absolutamente verídicos y su recopilación o redacción hecha casi sobre el mismo desarrollo de las acciones. Estos episodios son representativos de la lucha actual", detalla la introducción.

Otro fragmento, dice: "Tales testimonios, en medio de los avatares de la lucha que aún continúa y en la que ya comienza a avizorarse la victoria, servirán de acicate y ejemplo permanente para los integrantes de un Ejército que hoy se encuentra operando en todo el ámbito del país y en todos los ámbitos de la vida nacional donde la agresión sin patria así lo exige".


Desfile cívico-militar en Tucumán durante el despliegue (Archivo Ejército)

Si bien el libro retoma ataques guerrilleros de 1971, 1973 y 1974 – por ejemplo-, las crónicas más relevantes son las de los enfrentamientos en tierras tucumanas durante el Operativo Independencia. Allí, el corazón del monte no solo ocultó las sangrientas consecuencias para ambos bandos durante aquel despliegue militar, sino que también guardó historias que los periodistas de la época no pudieron, o no supieron contar. Ese espacio comunicacional que quedó vacío fue aprovechado entonces por el Ejército, que se apresuró a imprimir los primeros relatos oficiales.

El 14 de febrero de 1975 llegó el bautismo de fuego en el Combate de Río Pueblo Viejo. En un enfrentamiento con una columna rural del Ejército Revolucionario del Pueblo murió el Capitán Héctor Cáceres. Y esto dicen los primeros relatos oficiales de las FFAA sobre aquel enfrentamiento:


Detalles sobre el bautismo de fuego en monte tucumano (Infobae)

Con el subteniente Héctor Cáceres caído en combate, un subteniente -cuyo nombre no se revela en el texto-, toma el mando de aquel pelotón en el primer enfrentamiento del operativo.



En distintos fragmentos del libro se destacan las advertencias para los soldados, suboficiales y oficiales que aún no habían viajado a Tucumán – y permanecían en sus cuarteles – pero que, según preveían los altos jefes, en algún momento iban a ser trasladados al monte para enfrentar al ERP. A continuación, uno esos fragmentos:


Así se describía la zona de operaciones para militares que no la conocían (Infobae)

En este punto, cabe destacar que –por seguridad– los militares evitaban publicar el nombre de quienes sobrevivían a los enfrentamientos, y difundían solo las iniciales.

Al narrar un enfrentamiento en Tucumán del Regimiento 28 de Infantería de Monte -disimulada en medio de un relato- aparece otra clara e intencional bajada de línea ideológica para la tropa que se alistaba en otras ciudades.


Otro fragmento de adoctrinamiento (Infobae)

Berdina y Maldonado

Otra de las historias, publicada con el título Tres grandes virtudes, es la del subteniente Rodolfo Hernán Berdina y del soldado Ismael Maldonado. Ambos murieron en un ataque sorpresa. "Las emboscadas han pasado a ser normales, tanto de día como de noche", dice la crónica al respecto. Este es el primer relato oficial sobre aquel combate:


El inicio del relato sobre Rodolfo Hernán Berdina y del soldado Ismael Maldonado (Infobae)

Tanto Berdina como Maldonado fueron severamente heridos durante la emboscada. El subteniente corrió porque un grupo adelantado había entrado en combate y fue alcanzado por los disparos de un Fusil Automático y Liviano (FAL). El soldado Maldonando intentó asistirlo, pero también lo balearon.


Así contó el Ejército la muerte de Berdina y Maldonado (Infobae)

Emboscada frustrada

En un relato que se tituló Del mismo cuño, el Ejército narra cómo el teniente EAT del Grupo 5 de Artillería de Montaña resistió -junto a sus soldados- una brutal emboscada guerrillera. Aquella vez, hubo 6 heridos. El texto comienza con una descripción sobre el lugar.


Relato sobre una emboscada del ERP en Tucumán (Infobae)

Luego, detalla -entre otras cosas- cómo se comportó el jefe de aquel grupo, siguiendo así la idea (que planteaba el Ejército en el prefacio) de utilizar estás crónicas como una especie de manual. Así concluye el relato:


Relato sobre una emboscada (Infobae)

sábado, 5 de noviembre de 2016

Guerra de Corea: La legendaria batalla de Chipyong-Ni

Guerra de Corea: Chipyong-Ni - Una de las mayores acciones del defensa regimental en la historia militar

Joris Nieuwint - War History Online



En los dos días de batalla de Chipyong-Ni, 4500 soldados franceses y americanas enfrentaron a 25.000 soldados chinos y ganaron, provocando la primera derrota táctica de las fuerzas chinas en Corea.

Después de las fuerzas chinas entraron en Corea en noviembre de 1950, las fuerzas de la ONU se vieron obligados de nuevo detrás del paralelo 38. Se habían hecho planes para una retirada completa de la península de Corea. En este clima de incertidumbre general, el teniente general Matthew B. Ridgway decidió hacer un stand en Chipyong-ni. Reconoció que los chinos habían estira demasiado sus líneas de abastecimiento, y no sería capaz de mantener su avance mucho más tiempo. Tenía la intención de utilizar el 23 Regimiento de Combate (ECA) para mitigar el ataque chino por lo que el Octavo Ejército podría llevar a cabo un contraataque antes de que los chinos tuvieron la oportunidad de consolidar sus fuerzas.


Fuente: http://www.history.army.mil/brochures/kw-balance/balance.htm / Dominio Público
De febrero de 13ª - primeras sondas

En la mañana del día 13, después de que una patrulla reveló una significativa presencia china en la Ruta 24, al norte de la ciudad, el teniente general Edward Almond, comandante del cuerpo de X ordenó el 23 Regimiento de retirarse a la zona Yoju, 15 millas al al sur, debido a la preocupación de que sería cercada por las fuerzas chinas. Sin embargo, más tarde en el mismo día, Ridgeway revocó esta decisión. Insistió en tratar de sostener Chipyong-ni, almendra y dirigida a atacar el norte con el fin de aliviar el regimiento si se cortó.

Informado de esto, Freeman comenzó a granel hasta sus defensas, y solicitó el reabastecimiento por aire y ataques aéreos para la 14. Se desplegó su 1er Batallón de la parte norte del perímetro, del 2 al sur, y el tercero en el este, con los franceses en el lado occidental. del 1er Batallón de la empresa B y los Rangers fueron mantenidos en reserva detrás de la línea 1 de Batallón.



Durante la tarde del día 13, las fuerzas chinas tomaron posiciones alrededor del perímetro de la 23, pero cualquier intento de avance fueron detenidos por la artillería. Temprano por la tarde, Freeman reunió a sus comandantes de unidad y les dijo que esperar un ataque durante la noche.

Entre las 22:00 y las 23:00 horas, los chinos dirigieron armas pequeñas y fuego de mortero contra los estadounidenses desde el noroeste, norte y sureste. C Company, situada cerca de la ruta 24 en el perímetro norte, fue el más afectado. Un poco después de las 23:00, soldados de infantería chinas bajaron la colina 397, atacando E y G Empresas. Ellos fueron expulsados, pero poco antes de las 24:00 horas, un mortero y artillería intenso bombardeo golpeó C Company.

Después de esto, los defensores escucharon cornetas, pitos y campanas, seguido de un ataque de la infantería concertada en todo el perímetro. Para la medianoche, sólo el 3 º Batallón, en el este no estaba comprometida. El ataque fue feroz pero breve, destinada a sondear las defensas estadounidenses, que termina en la mayoría de los lugares poco después de la medianoche. Fue seguido por un asalto en el 1 ° Batallón a las 01:00, pero cuando esto fue rechazado las fuerzas chinas excavado en debajo de las posiciones 1º Batallón.

A las 00:15, un sangriento asalto se hizo desde el este en contra de la compañía K. El ataque se libró fuera, pero el tiro se mantuvo lo suficientemente fuerte que ninguna ambulancia podría conseguir a través de evacuar heridos de la compañía K. C Compañía se vio obligado a retirar un poco, pero contraatacó y se recuperó sus posiciones. En el norte, los franceses fueron atacados desde la colina 345.

La Compañía G fue atacado a las 02:30 y las 04:00. Durante el ataque 04:00, que estaba en peligro de ser abrumado, por lo que un tanque de regimiento fue enviado por el apoyo.

A las 05:30, los ataques empezaron a aflojar. Todavía había combates en el oeste y el este, sin embargo. Con la primera luz los chinos renovaron su ataque en el oeste, en contra del 3er Batallón. Sin embargo, como la luz del día se acercó a los chinos sabían que serían vulnerables a los ataques de la Fuerza Aérea; a las 07:30 un corneta china sopló una llamada a retirarse.


15 de Febrero - Avance



La foto de arriba fue tomada el 5 de febrero aproximadamente, de 1951 que muestra a los soldados del 23 regimiento de infantería tomando un descanso en Chipyong-ni. Fuente
Al amanecer del día 14, Freeman había sufrido cerca de 100 víctimas y ha golpeado en la pierna por fuego de mortero a sí mismo. Él conservó comando pesar de sus lesiones. El apoyo aéreo mantiene los chinos lejos durante las horas de luz del día 14, pero los estadounidenses estaban corriendo peligrosamente bajo en la munición.

Al caer la tarde, el fuego de artillería comenzó a bajar en el perímetro, seguido poco después por asaltos de infantería. El 3er Batallón se vio fuertemente afectada, y el fuego de mortero cayó sobre el puesto de mando del regimiento durante una hora. En la medianoche del asalto principal comenzó, con una embestida de las olas golpeando china de una empresa, a continuación, virando más hacia la Compañía C y los franceses.

Por 01:30, la compañía K en el este había sido asaltado dos veces, y en todas partes la escasez de municiones era crítico. Aviones de la Fuerza Aérea cayeron municiones a los soldados, pero muchos de ellos fueron abatidos cuando trataban de llegar a ella. A lo largo de la noche, los medios de transporte C-47 Skytrain cayeron bengalas para proporcionar iluminación.


A las 02:30, el perímetro de la empresa que fue penetrada, la primera penetración exitosa de la batalla. Unidades de I la compañía, sin embargo, el apoyo de la compañía L y las ametralladoras de M Company, contraatacaron y restauraron el perímetro.

Lucha fue feroz, sin embargo, en el sur, donde alrededor de las 03:15, las fuerzas chinas rompieron el perímetro y obligaron a los defensores fuera de sus posiciones, una grave amenaza para el regimiento sitiada. Al amanecer del día 15, Freeman ordenó a la compañía Ranger, un pelotón de la Compañía F, y 14 hombres de la compañía G para contraatacar, pero fueron rechazados a las 06:15 después de sufrir fuertes bajas en combates cuerpo a cuerpo. Al mediodía del día 15, la Compañía B, a la vista de los chinos y en terreno abierto, atacó una vez más, pero fue inmovilizado por ametralladoras chinos.

En su desesperación, el regimiento envió cuatro tanques al mando del capitán Perry Sager en un intento de flanquear a los chinos.

Razón en este momento, a las 15:45, las unidades del 5º regimiento (Grupo de Trabajo Crombez) ​​se movieron hacia fuera de una ciudad al sur para apoyar a los hombres en Chipyong-ni.

A las 14:00, los chinos se retiraron de su posición dentro del perímetro bajo la presión de un bombardeo con napalm la Fuerza Aérea y el ataque de la Compañía B, en la que perdieron el 50% de sus hombres. El momento de alcanzar la posición a las 16:30, podían ver Crombez Grupo de Trabajo en la distancia, que llegó a las 17:25, con cerca de 20 tanques. Los chinos se retiraron.


Las bajas en el lado del conflicto de la ONU fueron 51 muertos, 250 heridos y 42 desaparecidos. Los chinos perdieron aproximadamente 1.000 muertos y 2.000 heridos.

El 20 de febrero de sargento de primera clase William S. Sitman, líder de una sección de ametralladoras M en la empresa, se concedió a título póstumo la Medalla de Honor por su valentía durante la batalla cuando se lanzó sobre una granada para salvar a cinco de sus compañeros.

La batalla ofreció un impulso increíble a la moral del Octavo Ejército, que tenía hasta ahora visto los chinos como un monstruo invencible. Poco después, se puso en marcha la Operación Killer, seguido por la Operación Ripper. Los chinos, que tenían la esperanza de conducir las fuerzas de la ONU a la mar, ellos mismos fueron rechazados. Eventualmente, esto condujo al inicio de las negociaciones de paz en julio de 1951.

Matthew Ridgway, hablando al Congreso en mayo de 1952, dijo de la batalla:

Voy a hablar brevemente del regimiento de infantería XXIII de Estados Unidos, Coronel Paul L. Freeman mando, [y] con el Batallón Francés ... .isolated muy por delante de la línea de batalla en general, completamente rodeada casi en cero el tiempo, repelieron repetidos ataques de día y noche por los números sumamente superiores de china. Finalmente fueron aliviados ... .I quieren decir que estos hombres de guerra estadounidenses, con sus compañeros de armas francesas, medidos en todos los sentidos a la conducta batalla de las mejores tropas América y Francia se han producido a lo largo de su existencia nacional.

El liderazgo chino, en una crítica de la batalla, se indica que

En la ejecución de la orden ... .batalla, hemos subestimado al enemigo. En vista de sus características anteriores en la batalla, esperábamos que el enemigo a huir a Chipyong-ni, después de que el enemigo a Hoengsong fue aniquilada.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Carrera espacial: Los restos de Komarov



Caído desde el espacio




Vladimir Komarov, un cosmonauta soviético, perdió el control de su nave espacial y cayó a la Tierra, donde logró con éxito volver a entrar en la atmósfera ... sólo para que su nave espacial se accidentara al chocar con la Tierra en el año 1967. Estas son sus restos.




Komarov era el mejor amigo del cosmonauta Yuri Gagarin. Su muerte afectó irremediablemente a este último quién quedó sumido en una depresión que se sospecha derivó últimamente en su muerte en un accidente aéreo.

jueves, 3 de noviembre de 2016

SGM: El rol de BMW

Oscura historia de BMW en la Segunda Guerra Mundial
War History Online




A pesar de que ha sido 70 años desde la Segunda Guerra Mundial terminó, los recuerdos son prima para muchos. Algunas personas y - en este caso - algunas compañías y grupos todavía tienen remordimientos por su lugar en la historia. La empresa de alquiler de BMW es uno de ellos.

Fundada en Munich en 1916, Bayerische Motoren Werke AG celebra su centenario. La celebración no se ha detenido la compañía de poseer hasta los momentos más oscuros de su historia. La compañía expresó su "profundo pesar por el enorme sufrimiento" es causado por el uso de mano de obra esclava nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

El propietario en el momento era Gunther Quandt. Quandt y su hijo, Herbert, era amable con Adolf Hitler y no tiene miedo de usar conexiones políticas para aprovechar el Holocausto y las empresas incautadas por el gobierno para la fabricación de baterías de armas, artillería, municiones y de submarinos. La empresa retuvo unos 50.000 trabajadores forzados y prisioneros de los campos de concentración durante la guerra. Estos trabajadores forzados fueron llevados por la fuerza de los territorios ocupados por los alemanes o eran prisioneros de guerra.


Los trabajadores de las fuerzas, de casi todos los países europeos, se tratan a menudo como poco más que esclavos. No se les pague adecuadamente y trabajaban en condiciones peligrosas. También fueron objeto de abusos físicos y había altas tasas de mortalidad entre estos prisioneros. La empresa en este momento estaba trabajando con los nazis en la explotación de estos trabajadores esclavos y causando un profundo sufrimiento.

BMW escribió:

"Bajo el régimen Nacional Socialista de los años 1930 y 40, BMW AG funciona exclusivamente como proveedor de la industria armamentística alemana".
También aprovechó la oportunidad para recordar a todos que eran "la primera corporación industrial para iniciar un debate público sobre este capítulo de su historia con la publicación de un libro titulado BMW - Eine Deutsche Geschichte (BMW - Una Historia Alemana)." Siguen :
"Desde el 1990ss, BMW Group ha sido participar activamente en los esfuerzos para promover la apertura, el respeto y el entendimiento entre las culturas."

El fabricante de automóviles alemán icónica suministra una gama de vehículos para el ejército alemán. Los nazis utilizaron la ingeniería superior de la empresa BMW para producir los vehículos que necesitaban para hacer la guerra desde los Urales hasta Marruecos. Las empresas alemanas como BMW, ayudaron al partido nazi para crear una máquina de guerra altamente eficiente y embarcarse en una guerra mundial.

La compañía podría incluso haber cambiado el curso de la guerra, con sus diseños de motores. La compañía ha diseñado algunos de los prototipos de los primeros motores a reacción. Finalmente, uno de primera reacción del mundo, el Heinkel He 162, tenían un motor de BMW. Por suerte, llegó demasiado tarde en la guerra para alterar su curso. Esta empresa respetada ahora sin duda tiene un oscuro pasado, pero su apertura en el reconocimiento de que se debe también admiraba.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Base naval: Buceando en la historia de Scapa Flow

Bucear en la historia
Bajo las aguas de la bahía de Scapa Flow (Escocia) yacen barcos de las dos guerras mundiales
Alli decidieron los alemanes hundir su propia flota antes de entregarla a los británicos

FERNANDO PAJARES - El País


La flota alemana -74 buques- fue conducida por los británicos a Scapa Flow en 1918, donde permaneció custodiada junto a sus 1.800 marineros.  GETTY IMAGES

¿Scapa Flow? Sí, ¡Scapa Flow! Porque lo que allí ocurrió es fascinante. Allí se produjeron el suicidio naval y el reflotamiento de barcos de guerra más espectaculares de la historia. Allí perdió la vida el legendario mariscal de campo Lord Kitchener. Allí, el audaz comandante de un submarino alemán que llegó a patrullar el Cantábrico durante la guerra civil española echó a pique el Royal Oak, antaño orgullo de la Armada británica. Tras el infierno de la guerra, el cementerio marino de Scapa Flow es hoy un paraíso para el buceo.


 Podemos hablar de ensenada o rada. Pero lo entenderemos mejor si decimos que Scapa Flow es una gran bahía (20 kilómetros de largo por 14 de ancho) situada en las Islas Orcadas (Orkney Islands), al norte de Escocia. Tan protegida está por sus islotes, sus escollos naturales y sus obstáculos artificiales que Scapa Flow se convirtió en el fondeadero de la flota británica de alta mar durante las dos guerras mundiales.

El 11 de noviembre de 1918, los alemanes habían perdido el conflicto bélico que empezó en julio de 1914. Los Aliados no sabían qué hacer con la novísima y casi intacta flota germana que el 31 de mayo de 1916 desafió la supremacía naval británica en la batalla de Jutlandia. Así que mientras las partes beligerantes estaban en pleno armisticio para negociar lo que sería el Tratado de Versalles (firmado el 28 de noviembre de 1919), la imponente Armada alemana, 74 barcos de guerra, fue desarmada y escoltada por los buques de guerra aliados hacia el fondeadero de Scapa Flow el 21 de noviembre de 1918.

Era la alemana una flota impecable, construida a marchas forzadas por orden del káiser Guillermo II para acabar con el tradicional poderío británico. De hecho, los alemanes ganaron la batalla de Jutlandia en 1916, aunque no con la autoridad y la contundencia suficientes como para volver a enfrentarse a los dueños de la mar (Rule, Britannia! Britannia rule the waves!). Pero el 21 de noviembre de 1918 la marina de guerra germana ya no era, sensu stricto, la Flota Imperial. El káiser había abdicado el día 9 de aquel mes para dar paso a la inestable República de Weimar.

Los aliados dejaron en Scapa Flow apenas 1.800 marineros alemanes al cuidado de sus 74 barcos. Para la tripulación alemana, aquello fue humillante. Antes y durante los siete meses que pasaron en Scapa Flow hubo conatos de amotinamiento por parte de aquellos uniformados a los que había seducido la revolución rusa de 1917; una revolución que llegó a extenderse por Alemania en octubre de 1918 con el levantamiento de la marinería en Kiel y la agitación de dirigentes izquierdistas como Rosa Luxemburgo y Karl ­Liebknecht.

"Un oficial inglés hubiera hecho lo mismo", dijo Reuter tras hundir su propia flota

Pero el comandante alemán al mando en Scapa, contraalmirante Ludwig von ­Reuter, solo pensaba en su responsabilidad como oficial al mando. Era un hombre de una pieza; un prusiano de esa vieja escuela que exigía de un militar conciencia del deber y sentido del honor.

Y todo por leer un periódico atrasado. Reuter paseaba por la cubierta de su buque insignia, el SMS Emden (SMS: Seiner Majestät Schiff, barco de su majestad), repitiéndose que, pasara lo que pasase en Versalles, él no iba a entregar sus barcos al enemigo. Los acontecimientos se precipitaron debido a dos sucesos insólitos.

El primero es que a Reuter le traducen un titular del diario londinense The Times, fechado el 16 de junio, según el cual los Aliados daban a los alemanes de ultimátum el 21 de junio para cerrar los acuerdos de paz. Lo que entonces no sabía el oficial alemán es que aquel ultimátum fue postergado dos días, hasta el 23, y que el Tratado de Versalles se firmó o, mejor dicho, fue impuesto a los alemanes el 28 de junio. Y no lo supo porque los británicos le suministraban la prensa con cuatro días de retraso. Así que el contraalmirante asumió que el 21 de junio se podían reanudar las hostilidades y que el enemigo se haría con sus 74 buques de guerra.

El segundo suceso, insólito (¿o no tanto?), es que aquel 21 de junio el oficial al mando de la flota británica, vicealmirante Sydney Fremantle, se había llevado todos sus barcos de maniobras con la idea de que a su marinería le diera un poco el aire. Apenas dejó atrás un par de destructores para que vigilaran a los alemanes.

Las dudas sobre la decisión de Fremantle tienen que ver con las interpretaciones de la historiografía naval moderna. Grosso modo: Francia e Italia querían parte de los barcos alemanes como botín de guerra. Pero a los británicos no les interesaba en absoluto reforzar la Armada de nadie. Además, en Londres, el almirantazgo contaba con que Reuter podría hundir su propia flota. Y cuando esto ocurrió, el Gobierno de Su Majestad se declaró públicamente indignado, pero privadamente debió de sentir cierto alivio. Porque ¿tiene sentido que, conocedor de las intenciones de Reuter y sabedor de que el ultimátum acabaría el 23 de junio, Fremantle se llevara de Scapa su flota aquel 21 de junio?

Y Berlín se mostró compungido por la pérdida, pero íntimamente orgulloso de aquella gesta heroica.

A las 10.30 del 21 de junio de 1919, Ludwig von Reuter, uniforme impecable y Gran Cruz de Hierro al cuello, dio la orden de hundir sus barcos. Recurrió al sistema morse, a los focos y a las banderas de señalización. Las tripulaciones abrían válvulas, escotillas y compuertas. Luego izaban la bandera alemana, cosa que tenían prohibida, y se subían en los botes salvavidas para alejarse del barco mientras se iba a pique.

“Más vale honra sin barcos que barcos sin honra”. Estamos hablando de 74 barcos de guerra: 10 acorazados, 6 cruceros pesados, 8 cruceros ligeros y 50 destructores. Los grandes acorazados desplazaban hasta 26.000 toneladas. El suicidio de tan impresionante flota fue un acto absolutamente extraordinario en la historia naval. Fremantle, avisado de lo que estaba ocurriendo, volvió a la rada y consiguió salvar 22 barcos, bien acercándolos a la costa, bien evitando su hundimiento, a veces a tiro limpio. Porque los británicos mataron a nueve alemanes por participar en los hechos. Fueron las últimas bajas de la guerra de 1914.

El 21 de junio de 1919, un total de 52 barcos de guerra quedaron en el fondo del mar a una profundidad de entre 30 y 45 metros. Von Reuter fue llamado a la nave capitana de Fremantle, el HMS Revenge (HMS: His/Her Majesty’s Ship). El almirante británico lo acusó de deslealtad, de traición y de faltar al código sacrosanto de la Marina. No sabemos cuán cínico fue aquel gesto. Pero sí sabemos (The Grand Scuttle. Dan van der Vat. Waterfront, 1986) lo que el alemán contestó al británico. “Estoy convencido de que cualquier oficial naval inglés, en la misma circunstancia, habría hecho lo mismo que yo”.

La gran flota alemana no fue derrotada ni por los cañonazos del enemigo ni por la pluma de los diplomáticos de Versalles, sino por la decisión de un marino con sentido del honor y devoción a su patria. Más de medio siglo antes, el almirante español Casto Méndez Núñez declaró en la guerra del Pacífico (1865) aquello de “más vale honra sin barcos que barcos sin honra”.

Tenía que ser un tipo así el que, siendo un acaudalado empresario que se dedicaba a vender chatarra, tuviera, un día, la idea de reflotar barcos de miles de toneladas

Ernest Cox, el hombre que todo lo reflotaba. Tenía que ser un inglés excéntrico, pero cabal; bien vestido, pero mal hablado; temido, pero respetado. Y cabezota, sobre todo cabezota. Se llamaba Ernest Cox (1883-1959). Tenía que ser un tipo así el que, siendo un acaudalado empresario que se dedicaba a vender chatarra, tuviera, un día, la idea de reflotar barcos de miles de toneladas cuando no había, a principios del siglo XX, tecnología alguna que permitiera concebir semejante operación.

Tres o cuatro años después de acabar la Primera Guerra Mundial, hacía falta mucho metal para mover la industria. Y Cox pensó en la cantidad de acero, hierro, bronce, plomo o cobre que había en aquellos barcos alemanes hundidos en Scapa Flow.

Se puso manos a la obra. Creó una compañía. Compró al almirantazgo británico sus primeros 2 acorazados y 26 destructores. Montó unos astilleros en torno a la ensenada de Scapa y se rodeó de cuanto técnico y buzo tenía a mano. Su idea era reflotar los barcos y desguazarlos para vender metal y chatarra. Pero no tenía ni idea de cómo hacerlo, así que se pasó ocho años en las Orcadas (de 1924 a 1932) metido en faena.

Scapa Flow está en el quinto infierno. Hace mucho frío y viento. La tarea del reflotamiento empezó siendo una pesadilla. Cox colocaba muelles flotantes a la altura del barco hundido y sus buzos pasaban cadenas por debajo del casco para intentar levantarlo. Pero los pecios escoraban y se caían. Hasta que ideó un sistema que consistía, básicamente, en parchear todos los huecos del barco, inyectar aire comprimido en su interior y extraer toda el agua posible con bombas hidráulicas.

El 4 de agosto de 1924 reflotó su primer barco: el V 70, un pequeño destructor (800 toneladas). A partir de entonces todo fue razonablemente bien hasta que se le atragantó el SMS Hindenburg, un crucero acorazado de 26.180 toneladas. Ese monstruo fue su pesadilla. Cuando se le había hundido tres veces, la última por una tormenta después de conseguir sacarlo, lo dejó hasta más ver. Cuatro años después, el tenaz emprendedor volvió al Hindenburg. Había perfeccionado tanto su sistema de reflotamiento que el 23 de julio de 1930, al segundo intentó, el formidable acorazado alemán emergió majestuoso sobre las aguas.

Aunque perdió dinero en Scapa Flow (10.000 libras de la época, una fortuna), Ernest Cox ganó una reputación que lo acompañaría hasta su muerte. Fue El hombre que se compró una flota, como titula su libro el escritor Gerald Bowman (The man who bought a navy. Harrap, 1964). Y fue el hombre que la reflotó hasta que, en 1933, cayó el precio de la chatarra y otra empresa, Metal Industries, continuó el trabajo.

Tumbas de guerra: el misterio del Vanguard, la muerte de Lord Kitchener en el Hampshire y la tragedia del Royal Oak. Una de las tres tumbas de guerra de Scapa Flow es la del HMS Vanguard, un acorazado británico que, anclado a puerto, se hundió el 9 de julio de 1917 al estallar su pañol de municiones. El naufragio, que costó la vida a más de 700 hombres, sigue rodeado de misterio: no se sabe aún si ocurrió un accidente en el polvorín del barco o si fue objeto de sabotaje por parte de un agente alemán, como sugiere el historiador escocés Lawson Wood (Scapa Flow, Dive Guide. Aquapress, 2008).

La segunda tumba es el HMS Hampshire, un crucero acorazado de 10.850 toneladas que fue hundido por una mina alemana el 5 de junio de 1916 frente a los acantilados de Marwick Head (costa oeste de las Orcadas). Su naufragio también fue dramático: murieron 643 hombres y se salvaron solo 12 en un bote salvavidas. Pero la sorpresa fue que el barco llevaba, en misión secreta, al todopoderoso mariscal de campo y ministro británico de la Guerra lord Horatio Herbert Kitchener.

En Scapa Flow, a Lord Kitchener lo recibió el almirante John Jellicoe, que apenas unos días antes se había enfrentado a los alemanes en la mencionada batalla de Jutlandia. Kitchener pasó por el fondeadero camino de Rusia, donde iba a negociar un acuerdo de guerra con el Gobierno de Moscú. Por desgracia, entre él y Jellicoe escogieron un día en el que se desató un temporal espantoso y una ruta llena de minas alemanas. Héroe de Jartum, Lord Kitchener fue también un militar sin escrúpulos que creó, durante la guerra de los bóers, el primer campo de concentración del siglo XX. Su estilo, salvando las distancias, inspiró años más tarde a generales estadounidenses como Patton: genio militar, poca disciplina ante el superior y un ego descomunal.

Ya como ministro de la Guerra en 1914, Kitchener recuperó algo de estima popular cuando un cartel de reclutamiento metió su imagen en la mente de todos los británicos. Fue ese cartel, imitado después por Estados Unidos con el Tío Sam, en el que Kitchener, gorra de plato y espeso mostacho, señalaba con dedo conminatorio: “Your country needs you!” (¡Tu país te necesita!).

La tercera tumba de guerra hay que buscarla en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Los alemanes llevaban 30 años queriendo penetrar en Scapa Flow. Pero la rada parecía inexpugnable. Aún quedaban redes, pontones y pecios. Por no hablar de ese abrigo natural que constituían Scapa y las islas de alrededor. En una de ellas, Fair Isle, en 1588, encalló El Gran Grifón, uno de los barcos de la española Armada Invencible, según sostiene Agustín Rodríguez González, miembro de la Real Academia de la Historia.

El alto mando alemán estaba tan decidido a atacar Scapa que eligió dos armas letales: un marino intrépido y un submarino de probada capacidad de fuego. El oficial fue el teniente de navío Günther Prien. Y el submarino, un U-Boot, de esos que fueron mortíferos contra los Aliados durante la Primera Guerra Mundial, pero también en la Segunda, porque el 14 de octubre de 1939, Günther Prien (1908-1941), al mando de su U-47, consiguió sortear todos los obstáculos de la ensenada y colarse en Scapa Flow.

Prien ya soñaba de adolescente con el gran navegante portugués Vasco de Gama (1469-1524) y, por cierto, patrulló las aguas del Cantábrico durante unos meses de 1937, en plena guerra civil española.

Alrededor de la una de la madrugada de aquel 14 de octubre de 1939, el HMS Royal Oak estaba anclado en Scapa. Había sido el orgullo de la Royal Navy en la Primera Guerra Mundial. Y en la Segunda, aunque lento y con menos maniobrabilidad que otros buques más modernos, no dejaba de ser un acorazado de 29.150 toneladas que tenía 188 metros de eslora, 28 de manga y una dotación de 1.200 hombres.

El atrevido Prien entró en la rada con marea alta. Aunque jamás lo reconociera, sus primeros torpedos contra el Royal Oak fallaron. Pero tuvo la sangre fría de dar la vuelta a su submarino para recargar y lanzó una segunda andanada que, esta sí, dio en plena línea de flotación del buque enemigo.

La incursión de Prien fue recibida con alborozo en Alemania. El mismísimo Adolf Hitler lo condecoró con la Cruz de Hierro. Pero los británicos sufrieron una de las mayores tragedias de su larga historia naval. El hundimiento del Royal Oak fue un infierno que costó la vida a 833 hombres. Desde aquel día, cada 13 de octubre, la Unidad de Buceadores de la Armada británica desciende a la popa del barco para cambiar su bandera. La vieja enseña se limpia y es entregada a la asociación de sobrevivientes del Royal Oak en homenaje “a los hombres que dieron la vida por su rey y su nación”.

Del infierno de la guerra al paraíso del buceo. En Scapa Flow quedan unos sesenta pecios, cuatro aviones incluidos. Pero lo que atrae a los buceadores de medio mundo son los siete grandes barcos de la antaño Flota Imperial alemana, esos que ni Cox ni sus sucesores llegaron a reflotar. Son tres acorazados de unas 26.000 toneladas ­(König, Kronprintz Wilhelm y Markgraf) y cuatro cruceros de 5.000 toneladas (Brummer, Dresden, Cöln y Karlsruhe).

Bucear en estas insignes reliquias es una experiencia única para cualquier submarinista. Las inmersiones profundas requieren cierta veteranía. Hay que bajar hasta 45 metros con una o dos botellas de aire a la espalda para, luego, hacer las correspondientes paradas de descompresión. El viento en superficie es frío, y las aguas, gélidas. El autor de este reportaje buceó en aquellos barcos un mes de agosto y emergía tiritando. Durante la inmersión, una nube de plancton hace que la visibilidad sea escasa. Con todo, hay un momento absolutamente conmovedor al observar el descomunal casco de un acorazado hundido en 1919.

Para un buceador serio, hay un antes y un después de Scapa Flow. A excepción de las tres tumbas de guerra, donde está prohibido bajar, pueden visitarse pecios a poca profundidad para disfrute de los menos expertos (ver la guía de buceo del escocés Rod Macdonald: Dive Scapa Flow. Mainstream, 2011). Scapa Flow es un cementerio marino que alberga horrores inolvidables, pero también ofrece una feliz recompensa a todo aquel que sienta pasión por el submarinismo. Porque bucear en Scapa es bucear en la historia.

martes, 1 de noviembre de 2016

SGM: La masacre de soldados japoneses por cocodrilos

Un ejército de 1000 soldados japoneses fue diezmado por cocodrilos de agua salada durante la batalla de la isla de Ramree de la Segunda Guerra Mundial.
The Vintage News



Durante la Segunda Guerra Mundial, el Ejército Imperial Japonés capturado Ramree Island en 1942. La isla se encuentra frente a la costa de Birmania, a 70 millas al sur de Akyab, ahora conocido como Sittwe. Desde Ramree era de importancia estratégica, los aliados lanzaron un ataque en 1945 para volver a tomar la isla y establecer las bases aéreas para apoyar la campaña continental.

Después de una sangrienta campaña, las tropas británicas lograron conducir cerca de 1.000 combatientes enemigos fuera de la isla en el manglar denso que cubría unas 10 millas de Ramree. Fue después de esto que uno de los incidentes más extraños en la historia de la guerra ocurrió.


Las tropas británicas en una nave de desembarco se abren camino en tierra en la isla de Ramree el 21 de enero de 1945.

Los soldados japoneses derrotados ignoran todos los recursos de los británicos por su entrega, y en su lugar abandonaron su base y entraron en el pantano. Muchas de las tropas japonesas sucumbieron a las enfermedades tropicales transmitidas por enjambres de mosquitos, así como las diversas arañas venenosas, serpientes y escorpiones que se encuentran en el pantano. Otro problema adicional para las tropas japonesas fue la falta de agua potable y la constante amenaza de la inanición. A pesar de estos numerosos peligros, un peligro se destacó como el más grande.


Una noche, los soldados británicos informaron audiencia pánico gritos y disparos que emanan desde el interior de la oscuridad del pantano. Ellos no saben exactamente lo que hizo que los gritos de terror que escucharon, sino sólo que las tropas japonesas estaban siendo devastado por alguna amenaza del mal.


Un cocodrilo de agua salada

Por desgracia para el Ejército Imperial Japonés, los manglares de Isla Ramree son el hogar de una cantidad desconocida de la mayor depredador de reptiles en el mundo, el cocodrilo de agua salada. Los reptiles pueden crecer hasta 20 pies de largo y con un peso de 2.000 libras, pero incluso un cocodrilo de agua salada de tamaño mediano podrían fácilmente matar a un humano adulto maduro, con muchos de ellos se sabe que comen los animales tan vasto como el búfalo de agua de la India. Los soldados fueron brutalmente y sin piedad atacados por los cocodrilos.

El naturalista Bruce Stanley Wright describió la escena que se desarrolla en su libro de 1962, de la fauna Apuntes cerca y de lejos: "Esa noche fue la más horrible que cualquier miembro de la M. L. [Lanzamiento marina] tripulaciones que he experimentado. Los cocodrilos, alertados por el ruido de la guerra y el olor de la sangre, se reunieron entre los manglares, acostado con los ojos por encima del agua, vigilante alerta para su próxima comida. Con el reflujo de la marea, los cocodrilos se movían en los heridos y los muertos, no lesionados que habían verse inmersos en el barro ".


Los hombres del regimiento de Wiltshire de la división de infantería india 26 preparan una comida junto a un templo en la isla de Ramree.

Hay una larga historia de cocodrilos de agua salada atacar a los seres humanos que deambulan en sus hábitats, y en última instancia solamente 520 de cada 1000 soldados japoneses lograron sobrevivir a los pantanos Ramree, algunos de ellos están tan gravemente heridos y mutilado que fueron posteriormente recapturados por las fuerzas británicas .

La verosimilitud de audiencia de la batalla de Ramree isla es muy pequeña debido a que no fuera una de las escaramuzas más importantes de la Segunda Guerra Mundial, pero muchos consideran que es una de las historias más extrañas y más espeluznantes de la historia de la guerra.