viernes, 14 de julio de 2023

SGM: El misterio del U-3523 y Hitler en Argentina

El misterio del submarino U-3523: la huida de Hitler a la Argentina, los archivos secretos de la CIA y una extraña foto

Una de las versiones más difundidas sobre el supuesto escape del criminal nazi sostenía que llegó a bordo de la nave más sofisticada de la marina alemana, capaz de atravesar el Atlántico sin necesidad de emerger. Aunque nunca la aceptó oficialmente, la inteligencia norteamericana no descartó esa posibilidad y hay documentos que prueban la búsqueda del Führer en el país sudamericano. Qué fue del submarino y dónde se la halló 73 años después

Por Daniel Cecchini || Infobae



La versión aseguraba que el Führer no se suicidó en el búnker el 30 de abril de 1945 sino que, acompañado por Eva Braun y unos pocos colaboradores, abordó un avión pequeño que lo llevó a un puerto donde lo esperaba desde hacía días un submarino que navegó hasta una costa del sur de la Argentina

Debieron pasar 73 años para que se derrumbara –o, para decirlo mejor, se hundiera definitivamente– una de las teorías más difundidas sobre la supuesta huida de Adolf Hitler a Sudamérica luego de la derrota del Tercer Reich.

La versión aseguraba que el Führer no se suicidó en el búnker el 30 de abril de 1945 sino que, acompañado por Eva Braun y unos pocos colaboradores, abordó un avión pequeño que lo llevó a un puerto donde lo esperaba desde hacía días un submarino que navegó hasta una costa del sur de la Argentina. Allí, siempre según ese relato, ya había un operativo montado que esperó su desembarco y lo escondió en un sitio seguro.

La historia se sostuvo durante todos esos años porque el submarino en cuestión, el U-3523, desapareció sin dejar rastros. Se decía que, para borrar toda huella de ese escape, fue hundido por su propia tripulación en alta mar, después de dejar a Hitler en tierra firme.

Tampoco sonaba descabellada porque otros dos submarinos alemanes, el U-530 y el U-977, se rindieron en Mar del Plata bastante después de la caída del Tercer Reich, en julio y agosto de 1945. Si dos habían llegado hasta las costas argentinas, bien podría haberlo hecho un tercero.

Un modelo de submarino similar al que siempre se dijo que había llevado a Hitler a la Argentina y que fue hallado en Dinamarca

Hubo que esperar hasta el 13 de abril de 2018 para descubrir la verdad sobre el final del U-3527 y, con ella, de esa supuesta huida de Hitler cruzando el Atlántico. Ese día el Museo de Guerra de Dinamarca, ubicado en Copenhague, anunció que había hallado el famoso submarino nazi en las aguas territoriales de ese país, hundido a 123 metros de profundidad.

“El museo localizó los restos del submarino alemán U-3523, que fue hundido en el estrecho de Skagerrak por la aeronave B24 Liberator el 6 de mayo de 1945″, informó el Museo en un comunicado.

Y se refirió específicamente a la versión: “Debido a su capacidad de permanecer sumergido durante un tiempo prolongado, el U-3523 alimentó los rumores de que había sido el medio de transporte de la élite nazi para escapar hacia Sudamérica”.

Buscando a Hitler

La versión oficial sobre la suerte corrida por Hitler al final de la Segunda Guerra es que, el 30 de abril de 1945, Hitler ordenó a sus ayudantes traer varios bidones de gasolina en la salida exterior del búnker para deshacerse de su cuerpo y del de su esposa, Eva Braun. Luego de eso, el matrimonio se encerró en una habitación durante 15 minutos y para cuando entraron en la sala, Hitler tenía un disparo de bala en la cabeza y Braun yacía tumbada por el efecto del cianuro. Sus cadáveres fueron quemados, como había ordenado el Führer derrotado.

Hitler y Eva Braun en la intimidad (Getty)

Los aliados dieron públicamente por cierta esa historia –reconstruida a partir de los testimonios de colaboradores del bunker-, pero lo cierto es que dudaron en secreto de su veracidad. Podía ser una maniobra de distracción para facilitar la huida de Hitler y evitar que se lo siguiera buscando.

Hay pruebas concretas de que la inteligencia norteamericana intentó rastrearlo en la Argentina.

En julio de 1945, un cable secreto de la Embajada norteamericana en Buenos Aires informó a Washington: “Llegada de submarinos alemanes a las costas de Argentina. Circulan varios rumores en Buenos Aires referidos a la llegada del submarino U-530 antes de su rendición. Una fuente de credibilidad desconocida asegura que el 28 de junio un submarino emergió en Puerto San Julián, territorio de la provincia de Santa Cruz, del que descendieron dos personas sin identificar, uno sería un alto oficial y la otra una muy importante persona”.

Hermann Fegelein, cuñado de Hitler, y su esposa Margarete "Gretl" Braun, hermana de la amante del Führer (Interfoto)

Los norteamericanos no descartaron que el submarino visto en Puerto San Julián fuera en realidad el U-3523 y no el U-530. En cuanto a las dos personas mencionadas, se pensó que podían ser Hitler –el civil– y su cuñado Hermann Fegelein, quien supuestamente había sido ejecutado por orden del propio Führer el 29 de abril anterior en el bunker.

Informes y especulaciones

Un informe, en este caso del FBI, fechado el 21 de septiembre de 1954 detallaba las declaraciones de testigos que aseguraban que Hitler había llegado a la Argentina dos semanas y media después de la caída de Berlín a bordo de un submarino. También indica un supuesto destino en tierra: “Según un plan preestablecido con seis altos funcionarios argentinos, al amanecer se cargaron todas las provisiones y partieron hacia las estribaciones de los Andes meridionales”, dice el archivo desclasificado.

Uno de los archivos secretos de la CIA

No son pocos los documentos de la inteligencia estadounidense desclasificados que demuestran que en Washington sospechaban que Hitler había logrado escapar. Uno de ellos, del 3 de octubre de 1955, contiene denuncias de un ex soldado de las SS llamado Philip Citroën de que el Führer había estado escondido en la Argentina y que de allí había seguido a Colombia. Incluso, incluye una foto del presunto Hitler tomada en 1954 en la ciudad colombiana de Tunja. El documento agrega: “Según Citroën, los alemanes que residían en Tunja, Colombia, siguieron a ese supuesto Hitler ofreciendo el saludo nazi”.

Uno de los archivos de inteligencia, del 3 de octubre de 1955, contiene denuncias de un ex soldado de las SS llamado Philip Citroën de que el Führer había estado escondido en la Argentina y que de allí había seguido a Colombia. Incluso, incluye una foto del presunto Hitler tomada en 1954 en la ciudad colombiana de Tunja

Incluso en 2014, el argentino Abel Basti, autor de El exilio de Hitler, sostenía que, una vez llegado a las costas argentinas, Hitler “no vivió enclaustrado” sino que se movía con libertad por Argentina y otros países como Brasil, Colombia y Paraguay. Según Basti, las principales agencias de inteligencia del mundo, como la CIA y el MI6 británico, contaban con informes y fotografías que confirmaban su presencia en Sudamérica después de 1945.

Un submarino sofisticado

La rendición en el puerto de Mar del Plata de los submarinos U-530, el 10 de julio de 1945, y U-977, el 17 de agosto de ese año, despertó las alertas de la inteligencia aliada sobre una posible huida de Hitler.

Cuando se entregó, el comandante del U-530, Otto Wermouth, había destruido la bitácora de a bordo y sus testimonios sobre la deriva de la nave fueron contradictorios. Tampoco pudo explicar de manera creíble porqué faltaba un bote de goma, similar a otro que luego fue encontrado en las playas de Mar del Sur.

El U-977 apareció en Mar del Plata el 17 de agosto de 1945

Tampoco fue del todo claro Heinz Schäffer, comandante del U-977, cuando le pidieron que explicara por qué, al comparar el número de marinos que se entregaron con la propia bitácora de la nave, faltaban 16 tripulantes y tres botes. Dijo que “la noche del 10 de mayo de 1945, entre las 02.30 h. y las 03.30 h., 3 marineros y 13 suboficiales tomaron tres de las balsas más grandes, una de las cuales fue dañada y abandonada (...) siendo dejados sobre la Isla de Holsenoy, cerca de Bergen (Noruega)”. Sus palabras nunca pudieron ser comprobadas.

Hitler y algunos de sus acólitos podía haber bajado de cualquiera de esos dos submarinos en las costas del sur argentino, pero la mira seguía puesta en el U-3523, que no aparecía por ningún lado.

El U-530 se rindió en Mar del Plata el 10 de julio de 1945

No se trataba solamente de que no se conocía su destino sino –y sobre todo– de sus características especiales: era el modelo más sofisticado de los U-boat alemanes, de la flota Tipo XXI, el único capaz de atravesar el Atlántico hasta Sudamérica sin necesidad de emerger.

Si Hitler y otros altos jerarcas habían huido de Alemania en un submarino, tenía que ser ese, el misterioso U-3523. Además, era casi único: los alemanes habían alcanzado a fabricar solamente dos de ese modelo.

Doble hundimiento

El descubrimiento del U-3523 puso fin al misterio de su desaparición y también acabó con la teoría que sostenía que Hitler había llegado en él a las costas argentinas.

Las señales que permitieron el hallazgo en las profundidades aparecieron en una pantalla durante una exploración del fondo marino que un grupo de investigadores del Museo Jutland realizaba a 18,5 kilómetros al norte de la ciudad danesa de Skagen.

El U-3523 fue hundido por bombas de profundidad en el estrecho de Skagerrak por un avión "B24 Liberator" de la Royal Air Force británica, el 6 de mayo de 1945

El Museo Jutland hasta ahora ha barrido y encontrado alrededor de 450 naufragios en el Mar del Norte y en el Estrecho de Skagerrak. De ese total, 12 son submarinos, 3 de los cuales son británicos y 9 alemanes.

Por su localización en el estrecho de Skagerrak se pudo establecer también que el U-3523 fue hundido el 6 de mayo de 1945, con 58 tripulantes a bordo, por el bombardero aliado B24 Liberator. Lo detectaron a unos 16 kilómetros al oeste de la posición en que fue reportado por el bombardero que lo atacó.

El U-3523 fue hallado a unas 9 millas náuticas (16,6 km) al oeste de la posición en que fue reportado por el bombardero que lo atacó

Una vez encontrado, su identificación no resultó difícil. Además de los datos históricos que señalaban que el U-3523 había sido hundido en esa zona, existe un modelo idéntico en el Museo Marítimo Alemán con el cual se compararon los restos recuperados.

“Lo curioso es que, a diferencia de otros hallazgos, los restos estaban como clavados en el lecho marino. Lo que hizo más fácil su identificación”, explicaron los expertos de Jutland al anunciar el descubrimiento.

Desde el Museo Jutland informaron informaron que la nave se encuentra a 123 metros de profundidad, por lo que adelantaron que será muy difícil acceder a ella

Cuatro años después de que lo encontraran, el misterioso U-3523 sigue en el fondo del mar. Se calcula se demorará años en recuperar sus restos, por la profundidad a la que se encuentran y lo costoso de la operación de rescate.

Hasta entonces, seguramente, habrá quienes sostengan que Adolf Hitler no se suicidó en el bunker y que sus huesos quedaron dentro del submarino, en el fondo del mar.


jueves, 13 de julio de 2023

Guerra contra el peronismo: El asalto a la guarnición de Azul

El ataque del ERP al cuartel de Azul y el salvaje secuestro y asesinato del teniente coronel Ibarzábal

Los secretos y misterios de las negociaciones entre la guerrilla y el gobierno de Lanusse tras el ataque del Ejército Revolucionario del Pueblo a la guarnición de Azul para conseguir armas para operar en Tucumán cuando ya era presidente Perón

Foto tomada al cadáver de Ibarzábal cuando era trasladado por el ERP dentro de un armario. Al ser rodeados por la policía, le dispararon

En el invierno del 73 el Buró Político (BP) del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) abandonó el Gran Buenos Aires y se estableció en Córdoba y ahí permaneció hasta entrado el verano del 74. La razón para tal decisión, según Luis Mattini (sucesor de Mario Roberto Santucho), fue que Córdoba “era la región más proletaria del país (y) la dirección del Partido debía estar allí donde estuviera el centro de la vida política nacional y experimentar la sana ‘presión proletaria’”. Era una verdad a medias. Córdoba como centro geográfico de la Argentina ahorraba tiempo para los desplazamientos clandestinos de los miembros del BP y, además, allí en Córdoba los jefes del PRT-ERP se sentían más protegidos por una infraestructura de complicidades que en Buenos Aires no tenían. Desde estamentos de la administración provincial hasta sectores del sindicalismo clasista que hacían la vista gorda. También existía otra razón que justificaba el traslado hacia Córdoba: Santucho desde 1973 quería pasar a otro nivel de la escalada del conflicto y eso significaba crear un foco guerrillero rural que permitiera en el futuro declarar una “zona liberada”. Ese foco iba a estar en Tucumán. Para hacer posible la formación de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez era necesario contar con un gran arsenal y esas armas las podían obtener de la Guarnición de Azul.

Los jefes militares Ibarzábal y Gay

El 12 de octubre de 1973 asumió Perón tras dieciocho años de exilio, llegaba plebiscitado por el apoyo del 62 por ciento del electorado…pero al PRT-ERP poco le importó. Desde octubre hasta enero cometieron todos los desmanes más inimaginables: secuestros extorsivos, asesinatos, atentados, desmanes… y el 19 de enero de 1974 –con la connivencia de un soldado conscripto-- intentaron copar y saquear la guarnición militar más grande en Azul, provincia de Buenos Aires, que albergaba en sus cuarenta hectáreas al Grupo de Artillería Blindada Nº 1 y al Regimiento 10 de Caballería Blindada “Húsares de Pueyrredón”.

Dos semanas antes del ataque Luis Mattini (realmente se llama Arnold Kremer) se encontraba en La Habana para dialogar con Fidel Castro. Lo pasearon por distintos lugares y “en especial la unidad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) que comandaba el general Arnaldo Ochoa Sánchez” (fusilado el 13 de julio de 1989 con cargos falsos, cuando su figura había alcanzado niveles de competencia con el propio Fidel Castro). Mattini se quedó sorprendido, deslumbrado, por la sobriedad y humildad de Arnaldo Ochoa, el general de división más condecorado de Cuba. Mattini lo dice: “la aspiración de máxima de Santucho y el Buró Político era que el propio general Ochoa fuese instructor de la compañía de monte, tarea para lo cual lo habían apalabrado durante la dictadura de Lanusse y sólo esperaba la aprobación de Fidel”. Para esa época Ochoa había combatido en Venezuela, cuando Castro “exportó” su revolución a ese país; peleó en el Congo y habría de comandar las tropas cubanas que intervinieron en la guerra de Angola. La esperada entrevista con el comandante Fidel Castro se realizó el 4 de enero de 1974 y duró casi ocho horas. Mattini pidió armas e instrucción militar para armar la Compañía de Monte en Tucumán y Fidel, con sutileza, le dijo que no porque Cuba había establecido relaciones diplomáticas con la Argentina y ello “impedía cualquier forma de apoyo militar a una guerrilla opositora al gobierno. En un momento, cuenta Mattini que Castro le dijo: “Admiro la tenacidad de ustedes, componente indispensable de la pasta de los revolucionarios. Pero muchachos, más flexibilidad y astucia”.

Encabezado de una de las cartas de Ibarzábal desde la prisión

Fidel también le observó que una guerrilla sólo tiene posibilidades de éxito en determinadas condiciones políticas. En general no es viable la lucha armada contra un gobierno que guarde las formas democráticas. En particular contra un gobierno que, como el peronista, gozaba de indiscutida popularidad. El “Caballo”, nombre con el que el pueblo cubano lo reconocía coloquialmente a Castro, volvió a mentir. Porque él consintió y entrenó la primera incursión guerrillera en la Argentina –que integraron oficiales cubanos—durante las presidencias de Guido e Íllia. A simple vista los dos interlocutores escondieron algo. Mattini no contó que ya para esa época el PRT-ERP planificaba el asalto de la Guarnición de Azul y Castro, como era su costumbre, mintió: a pesar de mantener relaciones diplomáticas y de que gozaba de un crédito blando argentino –crédito que nunca devolvió-- que le posibilitó renovar el parque automotor y asirse de otras mercaderías y alimentos, Cuba continuó siendo un lugar de entrenamiento y refugio de cuanto terrorista argentino llegara a la isla. “La decisión (de atacar) fue de la máxima dirección, de Santucho y el Buró Político que componíamos nosotros”, relató Luís Mattini. El objetivo era “el de dar un golpe fuerte a las FFAA, y el objetivo práctico era obtener, al menos, entre seis y ocho toneladas de armamentos” que iba a ser destinado “a la preparación de las guerrillas rurales.” “Nosotros teníamos la facilidad de tener un conscripto que permitió el operativo. De no haber estado ese chico, probablemente no lo hubiéramos hecho. Los conscriptos eran nuestra fuente de información fundamental. El conscripto de Azul hizo toda la descripción, los puntos débiles de la guardia”. Era un tal “Néstor” no identificado (para algunos muerto el lunes 29 de marzo de 1976). El operativo estuvo conformado por tres grupos. Un grupo central, al mando del jefe del operativo, Enrique Gorriarán Merlo, atacaba la zona de tanques. Otro grupo, al mando de Hugo Irurzun, “Capitán Santiago”, que se desplaza en profundidad en el cuartel. Irurzun sería el jefe de la “Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez” y años más tarde intervino en el asesinato del ex presidente de Nicaragua Anastasio Somoza (h) el 17 de septiembre de 1980. Un tercer grupo, al mando de Jorge Molina (a) “Pinturita”, cuya misión era atacar las casas de los jefes militares y secuestrarlos. La noche del sábado 19 de enero de 1974, conociendo la escasez de efectivos con que contaba la guarnición la “Compañía Héroes de Trelew” (reforzada) ERP inició el ataque a las 23.40 hs y los combates se prolongaron toda la noche y hasta las primeras luces del día 20.


Otra de las cartas con papel entregrado por el PRT-ERP con la imagen de Guevara

Mientras se libraba una fuerte lucha en el interior del cuartel, el jefe del Grupo de Artillería Blindado 1, teniente coronel Jorge Roberto Ibarzábal, ingresó al cuartel dirigiéndose a la casa del Jefe de la Guarnición y Jefe del Regimiento “Húsares de Pueyrredón”, coronel Camilo Arturo Gay. Juntos dejan a sus familias en esa casa y se dirigen a defender la unidad, sin darse cuenta que a sus espaldas la vivienda ya había sido rodeada por un grupo terrorista. Aproximadamente a 50 metros, antes de cruzar el arroyo Azul, son interceptados e intentan resistirse. El coronel Gay cae herido de muerte y es tomado prisionero el teniente coronel Ibarzábal, ante la amenaza de los atacantes de asesinar a la familia del primero. Ibarzábal es introducido en un vehículo y sacado del lugar y la familia de Gay es llevada de rehén a la Herrería del cuartel, donde sería asesinada su esposa Hilda Irma Cazaux. Desde el momento del secuestro de Ibarzábal, su familia transitó un largo calvario. El PRT reclamaba un canje de prisioneros como lo había ensayado en los tiempos del gobierno militar de Alejandro Lanusse pero el Estado decía no negociar con terroristas.

Foto de una conferencia clandestina del ERP

El sábado 16 de febrero de 1974 el PRT-ERP difundió una “Resolución del Estado Mayor del ERP” en la que se otorga un plazo de 48 horas “para responder sobre el estado en que se encuentran los compañeros Antelo y Roldán” (supuestos desaparecidos) y concluido el plazo “si no se registrara respuesta alguna, será ejecutado el teniente coronel Ibarzábal por recaer en su persona la responsabilidad de ser el Jefe de la Institución Militar que viola los más elementales derechos humanos, negando los convenios internacionales firmados en Ginebra”. Horas más tarde, la organización armada, ante una respuesta del Comandante General del Ejército, respecto a “que el Ejército solamente daba cuenta de la detención de Santiago Luis Carrara, herido (más tarde apareció “refugiado” en Alemania) y Guillermo P. Altera, muerto”, resolvió suspender la ejecución de Ibarzábal. Desde el 19 de enero hasta el 19 de noviembre de 1974 Ibarzábal permaneció en una “cárcel del pueblo”. Pudo comunicarse con la familia solamente con la condición de que hiciera mención al pedido de canje. Su familia le respondía a través de avisos publicados en los diarios y unas cartas del secuestrado llegaron a una inmobiliaria cuyo dueño era amigo de Ibarzábal. Durante un tiempo compartió la celda con el gerente de la industria Insud, Enrique Mendelsohn un alemán, que era padre de dos varones. Un hijo era en ese momento gerente en el Hotel Sheraton de Río de Janeiro y el otro hijo es el que entregó al padre a la guerrilla. Finalmente, tras el pago de un rescate, el empresario fue liberado.

Párrafo de la carta del Ministro Adolfo Savino

En su primera carta manuscrita –que se publicó en El Mundo, de propiedad del PRT-ERP—decía que estaba en una “cárcel del pueblo en calidad de prisionero de guerra de un ejército enemigo y sujeto a las misma normas establecidas en Ginebra para estos casos. En la ‘cárcel del pueblo’ me tratan con corrección y mi estado de salud actual es bueno”. En otra, le decía a su esposa: “te pido le hables a ‘Manolo’ Rodríguez para que por intermedio de sus amistades políticas y de otro orden, procure que se haga un canje entre quienes estamos prisioneros del ERP y los miembros de ésta organización que están a disposición de la Justicia. Lo mismo puedes pedirle al Petiso Cerdá , a Alfredo Ávalos y Tisi” (coronel José María Tisi Baña). En otra, firmada en abril, le dice a su esposa e hijos: “sé que los he dejado en una situación harto difícil y mi amargura es no saber cómo se las arreglan, ni poder hacer nada para ayudarlos (…) Hace unos días he leído una revista deportiva (El Gráfico del día 2 de abril) en la que ví a (Leandro) Anaya presenciando el partido Boca-River. Te podrás imaginar mi Querida Nelly, el dolor inmenso que ello me causó, pues yo tenía la ilusión de que este señor, destinara sus momentos, o parte de ellos, a tratar de recuperar a los jefes que estamos en ésta situación. Me parece que su conciencia no le reprocha nada, pues seguramente debe desconocer –a pesar de su jerarquía—las más elementales normas del ejercicio del mando.” El 5 de septiembre, Adolfo Mario Savino, Ministro de Defensa, le escribe a la señora de Ibarzábal: “Necesito señalarle, para atemperar con la seguridad que le proporciono, la dimensión de su angustia, que en la agenda de trabajo de este ministro, así como en las metas de trabajo de cada hombre de seguridad, figura como un compromiso de honor restituir a su hogar a su esposo y dar condigna sanción a los responsables del execrable delito”.

Una de las "Cárceles del Pueblo" en la que estuvo Ibarzábal

El 19 de noviembre, aproximadamente a las 19 horas, en un control de ruta que se realizaba en las calles Donato Álvarez y San Martín, en la localidad de San Francisco Solano, partido de Quilmes, se observó una caravana integrada por una camioneta Rastrojero, acompañada por un Ford Falcon celeste y un Chevrolet blanco, que trató de evitar la inspección policial. Los tres móviles fueron interceptados y se produjo un fuerte tiroteo del que huyeron entre 10 o 12 terroristas que conformaban el grupo en vehículos sustraídos a conductores que se encontraban en la zona. Los tres ocupantes de la camioneta lograron huir pero el último en abandonarla efectuó tres disparos en el interior de la caja. Como relató el empresario Mendelshon a Silvia Ibarzábal: “cuando los cambiaban de una “cárcel del ´pueblo” a otra, los drogaban para poder trasladarlos, ellos no tenían estado de conciencia.”

-- Bueno, el día que lo están trasladando y lo asesinan ¿estaba drogado?

-- Silvia Ibarzábal: Estaba drogado, sí.

Cuando se revisó el Rastrojero abandonado se encontró un armario metálico de 1.65 metros de alto por 65 centímetros de ancho volcado en el piso, con su puerta abierta, en cuyo interior yacía un hombre con sus ojos tapados con cinta adhesiva, con tres impactos de bala realizados a corta distancia. Era el teniente coronel Ibarzábal que había sido asesinado a quemarropa por un revólver calibre 357 Magnum de Smith & Wesson. El informe policial aseguró que dentro de la camioneta también encontraron una carpa de campaña; elementos de comunicaciones y sanidad; documentación de la organización; una ametralladora Browning calibre 50 y “una cédula a nombre de Gustavo Sergio Licowsky (”El Polaco”), presumiblemente el autor de los disparos contra el jefe militar”. Horas más tarde la policía encontró el lugar hacía donde se dirigía la caravana, cerca de la avenida Calchaquí.


Carta de Lanusse a la esposa de Ibarzábal

Los restos de Ibarzábal fueron velados en el Regimiento Patricios y enterrado en el Panteón Militar de la Chacarita. Era noviembre de 1974, Juan Domingo Perón había muerto y fue reemplazado por su esposa María Estela Martínez. En nombre del Ejército habló el director de la Escuela Superior de Guerra, general Osvaldo Azpitarte. Entre otros párrafos destacados por la prensa, Azpitarte dijo: “Pienso que no está lejos el día que la Patria nos reclame para acudir en su defensa…”.

El PRT-ERP en Estrella Roja del 2 de diciembre de 1974 publicó el “Parte de Guerra” en la que intentó explicar la muerte del alto oficial como fruto del enfrentamiento con las fuerzas policiales “que obligó a ajusticiar al detenido”. Seguidamente, expresa: “Debemos señalar que en todo momento, nuestra organización procuró preservar la vida del detenido, teniendo en cuenta los principios humanitarios y las leyes internacionales; esa actitud ha sido demostrada permanentemente a través del trato que se le dio al Teniente Coronel Ibarzábal, al igual que a otros detenidos”. Los exámenes forenses del cadáver demostraron que su estado físico era deplorable. Había perdido 35 kilos.

Carta de Juan Carlos Onganía

El 14 de diciembre de 1974, una carta manuscrita por el teniente general Juan Carlos Onganía, le hizo saber a la familia del coronel Ibarzábal (ascendido post mortem) “su dolor, señora, es el de la Patria misma, esté segura de ello. No dude jamás que el padecimiento de su marido como el suyo actual es el acto de abnegación que, como holocausto, reúnen a la Argentina sufriente en pos de su salvación”. Ya para ese entonces el PRT-ERP había intentado copar el Regimiento 17 de Infantería Aerotransportado en Catamarca y asaltado la Fábrica de Explosivos de Villa María, Córdoba, robando numeroso armamento y secuestrando al mayor Argentino del Valle Larrabure que pasaría un poco más de un año en una “cárcel del pueblo” hasta que su cuerpo apareció en un baldío de Rosario el 23 de agosto de 1975, y Montoneros había pasado a la clandestinidad el 6 de septiembre de 1974 año en abierta oposición al gobierno constitucional.

 

miércoles, 12 de julio de 2023

Argentina: Inicia el descenso al infierno peronista

El peronismo y la corrupción en la gestión




El tirano delincuente sexual

Al asumir Perón la presidencia, existía una reserva de oro y de divisas sin precedentes, que llegaban a los 1.600 millones de dólares. Además de la permanente perspectiva de altas ganancias provenientes de una Europa ávida de las exportaciones agrícolas argentinas.



Alentado por la favorable situación económica internacional, Perón comprometió a su administración a un elevado presupuesto destinado a trasformar la economía, ampliar los programas de salud pública y bienestar social, y fortalecer la defensa nacional.




En octubre de 1946, el presidente anunció al pueblo el lanzamiento del Plan Quinquenal. Aunque el Plan incluía medidas en cuanto a la reorganización administrativa, judicial, y educacional, y en cuento a promover la inmigración, su objetivo principal era promover la veces que al tomar tal decisión Perón demostraba el influjo de los militares sobre su gobierno, y el peso de su propia condición de miembro del ejército. Un diplomático extranjero escribió en 1948:



Aunque los intereses militares tuvieran peso en la promulgación del Plan Quinquenal, y si bien estos participaron en los estudios preliminares del mismo, el Plan correspondía a la política económica de Perón de dejar atrás la llamada “dependencia económica” en el extranjero.



El Plan, sin embargo era impreciso en dos cuestiones vitales: ¿Cual sería el costo total? y ¿como se lo financiaría? El Plan mencionaba una serie de cifras, consideradas estimativas para los costos de organización e inversión para el periodo 1947-1951, y que llegaban a la suma total de 6,66 billones de pesos, o 1,270 millones de dólares. Pero este total excluía la adquisición de equipos, y fábricas militares destinadas a servicios del Ejército; también omitía toda suma destinada a la salud pública y a los programas de construcción de viviendas.



Tampoco informaba sobre las recientes compras de servicios públicos a empresas extranjeras, como la Unión Telefonica, de capitales norteamericanos, que significó un costo de 419 millones de pesos; la adquisición de los ferrocarriles de propiedad francesa por 183 millones de pesos y la operación mayor, la compra del sistema ferroviario británico, por más de 2.000 millones de pesos. Las previsiones para la financiación, así como para el costo del Plan Quinquenal, fueron inciertas. No existía un programa que mostrara cómo y en qué sucesión se cubrirían los costos externos de los diversos proyectos. Lo único cierto es que no se acudiría a préstamos externos. El recurso a que apelo Perón en 1946 para financiarlo fue al IAPI, que era el único agente comprador y vendedor de granos y otros productos agrícolas.



Al fijar precios internos considerablemente inferiores a los precios que los agricultores debían pagar en el mercado internacional, el IAPI podía obtener grandes beneficios; y en su carácter de importador exclusivo de determinados artículos, para los cuales el Banco Central se negaba a otorgar divisas a los importadores privados, podía lograr amplias ganancias al revenderlos a los compradores internos, y de esta forma poder utilizar dichos fondos para financiar el plan económico. Sin embargo, los planes para que el IAPI financiera el Plan Quinquenal no se cumplieron y la causa de este fracaso fueron, en parte, productos de errores de cálculo de quienes dirigían sus activadas. Un error donde fueron a parar gran parte de los fondos fue el fracaso del gobierno al tratar de establecer un sistema eficaz de prioridades entre los proyectos para los cuales adquiría equipamiento en el exterior. La compra simultánea de elementos para numerosos proyectos, ninguno de los cuales podía pondérese en marcha mientras no se hicieran fuertes gastos adicionales, significaba que si en el futuro escaseaban los fondos las consecuencias serían muy graves. Mientras tanto, en el puerto de Buenos Aires se acumulaban equipos que no parecían tener destino resuelto, y muchos de ellos terminaban quedando obsoletos. Otro factor que obró en contra de la eficacia financiera del IAPI y contribuyó a desprestigiarlos ante muchas miradas fue el avance de la corrupción en su interior. Como exclusivos agentes de comprar en el extranjero, loa funcionarios del IAPI tenían asidua oportunidad para obtener coimas. Los funcionarios del Departamento de Estado y de la embajada de los Estados Unidos tenían la impresión de que para los contratos de compra en ese país se elegían con premeditación proveedores poco conocidos, en vez de las compañías más importantes, a fin de facilitar ese tipo de operaciones.




Nunca se ha podido fijar cuánto dinero perdió el gobierno argentino por esas prácticas, pero un incidente que protagonizó oficiales del ejército que atrajo la consideración de la embajada estadounidense, sugiere que importantes fondos públicos iban a parar a manos de individuos.



lunes, 10 de julio de 2023

Argentina: Centenario de la Independencia el 9 de Julio de 1916

Festejos por el Centenario del 9 de Julio de 1916





La Plaza del Congreso, el Palacio Legislativo y la confitería del Molino en Buenos Aires, iluminados en la noche del centenario de la Independencia Argentina, 9 de julio de 1916.



El presidente de la Nación Victorino de la Plaza junto a sus ministros Carlos Saavedra Lamas, José L. Murature, etc, y Arturo Gramajo, intendente porteño, se dirigen desde la Casa Rosada hacia la Catedral Metropolitana para oficiar el Te Deum por el día de la Independencia, 1916.
 




En representación del gobierno nacional, el ministro de Instrucción Pública Carlos Saavedra Lamas visitó Tucumán y en la fotografía se lo puede ver junto al gobernador Ernesto Padilla y demás comitiva presenciando el desfile de las tropas desde la Casa de Gobierno Provincial.




“Honor y Gloria a los congresales de 1816” dice una pancarta durante una manifestación patriótica encabezada por el ex diputado nacional Alfredo Palacios y el Partido Socialista Argentino.



Desfile militar sobre la Avenida de Mayo que contó con el ejército y la marina argentina marchando ante el palco oficial en el que estaba presente el presidente Victorino de la Plaza, también hubo un concierto dado por la banda del Regimiento 6 de Infantería.




domingo, 9 de julio de 2023

Patagonia y Malvinas Argentinas: La dinámica económica temprana

 

Mamíferos marinos del Atlántico Sur y Malvinas: “artefactos de Estado” detrás de la dinámica de ocupación de las Islas

La investigadora del CONICET Susana García estudia cómo la caza comercial de ballenas y otros animales motorizó la economía global del siglo XIX y parte del XX en la zona.






Ilustración: Facundo López Fraga.

La expansión de la actividad ballenera a fines del siglo XVIII, desde los puertos del Atlántico norte hacia los mares del sur, dio lugar a la exploración y a la instalación humana en nuevos espacios geográficos vinculados al aprovechamiento comercial de recursos de origen animal marino. En ese contexto, las costas patagónicas, las islas Malvinas, la isla de los Estados y otras islas del Atlántico empezaron a ser usadas como zonas de aprovisionamiento de agua y de resguardo para los barcos dedicados a la caza de ballenas, lobos y elefantes marinos, así como de otros animales.

La grasa se transformaba en aceite; sus pieles y otras partes anatómicas derivaban en otros objetos comerciales. “Esta industria movió una gran parte de la economía global del siglo XIX y pesó en la política internacional, impulsando la expansión territorial de varios países y la identificación de nuevos espacios de explotación mercantil”, señala Susana García, investigadora CONICET en el Archivo Histórico del Museo de La Plata y la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

García acaba de editar el libro En el mar austral: la historia natural y la explotación de la fauna marina en el Atlántico Sur (Ed. Prohistoria), en el que analiza el tema, del que también participaron los historiadores de la ciencia del CONICET Irina Podgorny y de la UNLP Alejandro Martínez, el paleontólogo del CONICET Marcelo Reggero, la historiadora alemana Cornelia Lüdecke, la becaria posdoctoral del CONICET del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas Sofía Haller, e incluye un epílogo del historiador del CONICET Federico Lorenz.

“Este libro estudia varios emprendimientos comerciales y exploratorios de las costas e islas más australes del Atlántico Sur americano entre fines del siglo XVIII e inicios del siglo XX”, indica García. “Presenta algunas ideas para pensar la historia natural de América del Sur desde el espacio marítimo y la explotación de sus recursos. Porque la ocupación de esos lugares inhóspitos no puede desligarse de la historia del usufructo a gran escala de su fauna, el marco necesario para entender el establecimiento de colonias y concesiones en esas latitudes hasta entonces ignoradas por los poderes coloniales y los inversores privados”.

Este libro tiene relación con los estudios que García lleva adelante junto a Irina Podgorny desde hace varios años en los que está investigando cómo los mamíferos marinos se constituyeron en “artefactos de Estado”, en tanto objetos de leyes, concesiones, licencias o medidas proteccionistas reguladas por distintos gobiernos, así como en bienes que movilizaron importantes recursos de inversores privados y a numerosos marinos de diversas nacionalidades.

“Me interesa conectar la historia de la producción y circulación de conocimiento, las colecciones, el comercio de objetos de historia natural y la explotación de recursos de origen animal durante el siglo XIX y primera parte del siglo XX”, señala García, quien se dedica a la historia de la ciencia y, en particular, al estudio de las prácticas científicas en torno a la fauna sudamericana y el ambiente marino.

En sus estudios, la investigadora del CONICET, presta atención a los intercambios y los espacios de interacción entre los sectores científicos y diferentes actores no académicos, como pescadores, cazadores, balleneros, loberos, pilotos y otras figuras que reunieron datos y objetos que aportan valiosa información. Y agrega: “La escala global del universo ballenero configuró una geografía mundial muy diferente a la del presente. Cabo Verde, las Azores, las costas africanas y Cantón, entre otros lugares, formaron parte de ese entramado que integraba a las islas Malvinas y las costas patagónicas en las rutas de explotación de la fauna marina. Los balleneros y loberos con sus mapas, observaciones y colecciones colaboraron con el conocimiento geográfico y la historia natural”.

Para acceder a esa información y analizarla, García recurrió al estudio de múltiples documentos contenidos en archivos nacionales y extranjeros, en registros portuarios, diarios comerciales de la época, archivos de empresarios balleneros y otras fuentes.

Grasa y aceite de origen animal: un recurso clave para la industria del siglo XIX

Barcos franceses, ingleses, norteamericanos y otros que zarpaban de los puertos de Buenos Aires y de Montevideo cazaron diferentes animales marinos con fines industriales y comerciales en las aguas del Atlántico Sur. A los que se sumaban los emprendimientos costeros en Brasil y otros puntos de la costa sudamericana.

La industrialización y urbanización de fines del siglo XVIII fueron de la mano de la creciente explotación comercial de los productos obtenidos de cetáceos y pinnípedos (lobos marinos, elefantes marinos y focas). “El aceite producido con la fundición de la grasa de estos animales constituyó el combustible principal para la iluminación y también fue esencial para la lubricación de maquinarias y relojes, antes de la explotación y difusión de los derivados del petróleo. Servía, asimismo, para el curtido de cueros, la preparación de fibras textiles, la elaboración de pinturas y de jabón, entre otros usos”, explica García, licenciada en Antropología y doctora de Ciencias Naturales.

Respecto de las campañas balleneras, los productos más redituables y buscados en la primera parte del siglo XIX eran los obtenidos del cachalote: su aceite y el llamado espermaceti o “blanco de ballena”, una sustancia cerosa presente en su cráneo que “se empleaba para aceitar máquinas y engranajes de precisión y para la fabricación de velas finas, cremas, maquillaje y productos medicinales”, ejemplifica la investigadora del CONICET.

Otro artículo comercial importante fueron las barbas de la mandíbula superior de las ballenas francas (familia Balenidae) y de otras especies. Estas láminas córneas y elásticas se empleaban en la fabricación de bastones, paraguas, sombreros, cunas, corsés y otras estructuras de las prendas femeninas hasta su progresivo reemplazo por el celuloide y los materiales sintéticos surgidos en la primera parte del siglo XX y los cambios en las modas.

“Paralelamente los barcos balleneros y loberos completaron sus cargamentos con las pieles de lobos marinos de la Patagonia, Maldonado, las islas Malvinas y otras islas australes. También se exportaron desde los puertos de Buenos Aires y Montevideo. En China hubo una gran demanda de las pieles finas de los llamados ‘lobos marinos de dos pelos’, que cotizaban por debajo de las más apreciadas de nutria marina y castor”, subraya García.

Los pingüinos fueron otros de los animales con grasa que se transformaron en un objeto comercial ligado al gran mercado y consumo de aceites del siglo XIX. “El aceite obtenido de la grasa de estas aves se utilizaba especialmente en la manufactura de cueros. Su explotación se inicia hacia 1820, en algunos casos de forma paralela al de los lobos marinos. Se registra la fabricación de este aceite en pequeñas islas del litoral patagónico y de las Malvinas entre las décadas de 1850 y 1880, período de auge de este producto”, cuenta la investigadora del CONICET.

Hacia mediados del siglo XIX una serie de eventos comenzaron a desencadenar el declive de los largos viajes balleneros en busca de los mamíferos marinos con grasa. “Los productos de estas campañas fueron perdiendo rentabilidad frente a la competencia de los aceites vegetales, como el de colca, y posteriormente los derivados del petróleo que reemplazarían el uso de la grasa y el aceite animal”, indica García. Y continúa: “La explotación de las distintas especies fluctuó en función de los precios, la situación internacional, las malas temporadas y la disminución de las poblaciones animales”.

Por otra parte, durante los conflictos bélicos, los barcos balleneros y loberos dejaron de operar, ya sea porque eran apresados por navíos enemigos o porque participaban de la guerra o de la actividad corsaria que podía llegar a ser más redituable. Sin embargo, un nuevo capítulo en la historia ballenera comenzaría en los inicios el siglo XX y hasta la década de 1960, con las nuevas tecnologías de captura y procesamiento de grandes ballenas en aguas antárticas y el desarrollo de los procesos de hidrogenación, que permitió que la grasa de estos animales adquiriese nueva importancia en las industrias química, farmacéutica, cosmetológica y alimenticia, como por ejemplo en la producción de margarina y glicerina, y también de abono para los cultivos.

“En los inicios del siglo XX, las tecnologías de caza y procesamiento industrial de las ballenas desarrolladas por los noruegos permitieron capturar miles de grandes cetáceos, incluidas la ballena azul, en cada temporada, y procesarlas en grandes factorías flotantes o instaladas en tierra, como por ejemplo en las Georgias del Sur, donde la primera ocupación de la isla se dio con la instalación de la estación ballenera de la Compañía Argentina de Pesca a fines de 1904”, señala García, quien manifiesta que no se conoce que se haya extinguido ninguna especie marina explotada en esta región, pero por su intensidad y extensión en el tiempo sí provocaron cambios en la distribución de la fauna y su desaparición en varios sitios.

El espacio marítimo desde la perspectiva de una historiografía argentina 

La línea de investigación de los últimos años de García busca incorporar el espacio marítimo a la reflexión historiográfica argentina, especialmente en relación a la historia de la ciencia.

“Hasta no hace mucho la historia marítima parecía ser solo un campo de los sectores navales, predominando la historia de campañas militares y de la Armada argentina. Me interesa aportar nuevas miradas e información histórica sobre las diversas actividades y agentes que trabajaron y explotaron los recursos naturales y cómo se fueron modelando los saberes sobre esos recursos, las aguas y las tierras del Atlántico Sur, pero sin circunscribir este espacio a límites geográficos o políticos, sino más bien integrado a las rutas de navegación y del comercio global”, puntualiza.

Los proyectos de investigación que desarrolla García con Podgorny combinan la historia global, la historia de las ciencias naturales, la historia de la navegación y el comercio atlántico, buscando mostrar la importancia económica del mar y de las islas Malvinas en un período clave de su historia y cuestionando al mismo tiempo el lugar periférico que el Atlántico Sur tiene en los escenarios del siglo XIX.

Además, las investigadoras proponen repensar la importancia histórica de los recursos naturales del Atlántico Sur para entender su lugar central en la industria de pieles y aceite de origen animal del siglo XIX y parte del siglo XX; la dinámica de ocupación de las islas de esta región en función de esas actividades económicas; su impacto en las poblaciones animales del Atlántico Sur (extinción, merma e incluso introducción de nuevas especies) y las relaciones y los conflictos surgidos en relación a la fauna y las reglamentaciones sobre su dominio.

“Con el estudio de varios casos procuramos llenar el vacío historiográfico en el que han quedado el Atlántico Sur, las islas y la fauna que lo habita”, resume García.