lunes, 13 de octubre de 2014

Patagonia: Encuentran restos de indígenas y conquistadores

Extraordinario hallazgo Arqueológico en San Martín de los Andes, Provincia del Neuquén
Revela acerca de la relación entre los habitantes originarios y los conquistadores

En el cerro Newen Antu, llamado Pocahullo ubicado en la ladera oriental del valle de Lacar, en San Martín de los Andes se realizó uno de los hallazgos arqueológicos más sorprendentes de las últimas décadas. En la Patagonia, revela acerca de los primeros años de contacto entre los habitantes originarios y los conquistadores europeos.


Descubren restos arqueológicos en Patagonia. Foto: www.rionegro.com.ar

Antu y Cuyen, en el encuentro entre dos mundos

En el cerro Newen Antug, llamado Pocahullo (muchas gaviotas) en idioma mapudungun y bautizado luego como Comandante Díaz –ubicado en la ladera oriental del valle de Lacar, sobre el cordón Chapaleco, en San Martín de los Andes–, arqueólogos de la Fundación Azara, el Área de Arqueología y Etnohistoria de la Municipalidad de San Martín de los Andes y la Universidad Maimónides realizaron durante 2013 trabajos de rescate arqueológico con resultados sorprendentes.
Las pistas ya eran sólidas y, conociendo las características singulares del registro arqueológico que afloraba en el lugar, se prepararon con muchas expectativas. Un mes después de arduo y meticuloso trabajo de registro de evidencias de las prácticas cotidianas de las sociedades con forma de vida tradicional similar a la conocida en el ámbito valdiviano de ambas vertientes cordilleranas, ¡aparecieron ellos!, los protagonistas que vienen a acompañar a los arqueólogos para contar su historia. Es en ocasiones en que, con la suerte necesaria –por ejemplo, que se den las condiciones naturales o artificiales para la conservación de artefactos y materias primas de distintas características y composiciones–, las personas del pasado pueden dejarnos testimonios de su vida; algunos a partir de estructuras monumentales o artefactos de fina manufactura, y otros tal vez sin nada material más que sus propios huesos para dar testimonio de su paso por este mundo. Pero todos dejamos algo.
En el Newen Antug fueron sepultados un número de individuos aún no determinado, pero los investigadores de la Fundación Azara se centraron en dos de ellos, que conmemorativamente fueron llamados Antu y Cuyen (Sol y Luna). ¿Cuál es la singularidad de su historia? Pues, que además de legarnos un registro muy bien conservado de su vida y su muerte, nos dan testimonio de un momento histórico poco conocido arqueológicamente en la Patagonia, que es el “contacto entre dos mundos”.
Antu y Cuyen son adultos que compartieron la tremenda experiencia de sobrevivir a las poderosas razias del poderío español durante su sangrienta conquista del territorio indígena. Durante las primeras décadas del siglo XVI, caracterizado como de “guerra a muerte”, los mariscales del adelantado y gobernador Pedro de Valdivia castigaban la rebelión armada (guerra) o pacífica (falta o incumplimiento a los requerimientos) como delitos de lesa majestad. Fue así como durante estos primeros contactos, los más tempranos entre los dos mundos, los nativos capturados en combate e incluso los poblados enteros que conspiraban contra la autoridad real, se resistían al trabajo forzado o se negaban al pago de tributo al adelantado de turno, eran reunidos y mutilados en forma colectiva. Sus manos, narices y orejas formaban montículos de terror que materializaba el poder soberano, el castigo real de orden divino.


Hallazgo arqueológico en San Martín de Los Andes, Neuquén. Foto: www.rionegro.com.ar

Hallazgo arqueológico en el cerro Newen Antug, San Martín de Los Andes. Foto: www.rionegro.com.ar

El propósito de estas amputaciones masivas era causar terror, ya que los conquistadores esperaban que, luego de liberados, los nativos sobrevivieran lo suficiente como para mostrar o exhibir ante los demás el precio de su rebeldía o desobediencia. Un poco de suerte, mucha medicina tradicional y el cuidado social y familiar hicieron que personas como Antu y Cuyen sobrevivieran a amputaciones en sus extremidades superiores, al menos… Pero luego buscaron huir y refugiarse en el lugar más recóndito de su territorio habitual, donde no habían riquezas en oro y plata que alentaran a los codiciosos mercenarios, y por ende podían pasar desapercibidos, Eran los parias, sobrevivientes que se mantuvieron aislados del contacto con el mundo colonial todo lo posible, ya que su experiencia lo ameritaba. Vivieron en el Newen Antug, un lugar maravilloso donde, a pesar de sus limitaciones físicas, llevaron una vida plena, aunque siempre mirando hacia el occidente, a la expectativa de que humos o improvisadas embarcaciones sobre el lago Lacar anunciaran la presencia de “los otros”.
Las divisiones sexuales del trabajo parecen haberse perpetuado más a causa de sus castigos. Por ejemplo, Newen, quien fue enterrada con un niño, tenía un suntuoso ajuar de alfarería modelada y pintada, y molinos para procesar alimentos. Ella posiblemente cuidara y ayudara a sobrevivientes, ya que tenía todas sus extremidades. Antu no lleva muchas marcas, además de la aparente falta de su mano derecha, pero fue sepultado con delicadeza y su cuerpo adornado con almejas de agua dulce y ocre. Cuyen también fue adornada con ocre y almejas, pero además tenía aún su alisador de hueso de huemul en la cintura, y sobre su cabeza un jarro y un puco de cerámica pintado de rojo, junto a un pequeño recipiente que resultó ser una jarra reciclada de tipo Valdivia. Ella cuidó mucho sus pertenencias, reparándolas y reciclándolas. Pero Cuyen, además, les dio a los arqueólogos una señal que los conmueve y obliga a ser interlocutores de su voz para contar su historia: a ella también le faltan sus extremidades superiores. Algo que podría ser, arqueológicamente hablando, un tema de supervivencia diferencial de las partes del cuerpo a los agentes naturales destructivos o una practica funeraria. Esto significaría que las amputaciones observadas podrían ser post mortem, como parte de un ritual que desconocemos. Sin embargo, cuando ella mostró su rostro, no quedaron dudas… no solo sus amputaciones fueron en vida, sino que además el cuerpo de Cuyen sufrió muchas alteraciones para poder sobrellevar una vida sin manos. Su maxilar se proyecto hacia delante ya que su boca sustituyó a las manos; su dentadura parece una verdadera navaja suiza, con distintos sectores especializados en sujetar, gastar, modelar y cortar. Incluso presenta una separación o espacio entre los molares y la mandíbula que sugiere que llevaba cargas pesadas con su boca en forma habitual. Como consecuencia de ello, los cóndilos occipitales que articulan el cráneo con la columna vertebral están desviados y deformados, y varias de sus vértebras parecen haberse fusionado para soportar esa inusual relación entre equilibrio y peso. La vida de Cuyen no fue fácil. Al igual que Antu, creemos que fueron parte de esos sobrevivientes posteriormente automarginados, víctimas silenciosas de la forma en que el colonialismo español institucionalizó y materializó la base de su poder soberano durante las primeras décadas de su arribo.


Vista del Lago Lacar desde el llamado cerro Comandante Díaz (Newen Antug), San Martin de Los Andes.
Foto: www.lacardigital.com.ar

Actualmente se están por reiniciar las excavaciones en el yacimiento Newen Antug, mientras continúan los estudios etnohistóricos, arqueológicos, bioantropológicos, genéticos y físico-químicos. Se espera saber más sobre estos antepasados, en especial se busca confirmar –con medios científicos y técnicos, como dataciones absolutas– la relación entre las amputaciones en vida y la falta de objetos del mundo occidental, así como la correlación entre la vida y la muerte de estas personas y el sangriento período histórico que caracterizó a las segunda mitad del siglo XVI, con la nefasta “guerra a muerte” contra las poblaciones indígenas de la región.
Las excavaciones del yacimiento Newen Antug son dirigidas por el arqueólogo Alberto E. Pérez, investigador de la Fundación Azara y coordinador de Arqueología y Etnohistoria de la Municipalidad de San Martín de los Andes. Los trabajos fueron financiados por la Fundación Azara, el Área de Prehistoria de la Universidad de Burgos (España) y la Universidad Maimónides (Argentina), a través de dos subsidios consecutivos de la Agencia Española de Cooperación Internacional. La Fundación Azara planea iniciar en los próximos meses la creación del Museo Arqueológico Andino-Norpatagónico “Newen Antug” en San Martín de los Andes que tiene como objetivo contar aquella historia a través del relato que en su cuerpo llevan escritos Antu y Cuyen. En suma, darle voz a los sujetos subalternos del pasado para poder entender y respetar la historia de los actuales descendientes de estos hombres y mujeres, herederos de este rol subalterno, invisibilizados, sin historia o pasado que brinde testimonio de su presente y su futuro.
Los descubrimientos que los investigadores de la Fundación Azara están realizando desde hace casi una década en la región están obligando a reescribir una buena parte de la historia de los habitantes originarios de esta región de la Patagonia.


Hallazgo que confirman la existencia de sociedades originarias en San Martín de Los Andes, 2008.
Foto: www.prensa.sanmartindelosandes.gov.ar

Excavación arqueológica de la cultura pocahullo. Foto: www.culturapocahullo.blogspot.com.ar

Fuente: www.latitud2000.com
Cultura de Montaña

domingo, 12 de octubre de 2014

Cuba: Hace 47 años moría el terrorista Guevara

A 47 años de la muerte de un asesino inútil



Hace 47 años moría en su ley el terrorista Che Guevara en manos del Glorioso Ejército Boliviano. Valga una anécdota sobre Borges.

Borges cuenta en su Autobiografía que el día que murió este asesino deleznable, él estaba dando clase en la UBA como un día normal; de repente un energúmeno entra corriendo al aula interrumpiendo su clase. Ignorando a Borges se para en frente y de un grito, dice: "Las clases quedan interrumpidas por duelo: Ha muerto el Comandante Che Guevara". Sin alterarse Borges dice: "A la memoria del comandante no le afectará que termine con los 20 minutos de clase que faltan".
El energúmeno dice entonces:
-Es una orden. Las clases se suspenden por duelo.
-Venga a sacarme usted mismo del frente, ya que es tan guapo. -Dijo Borges.
El energúmeno, furioso, se retiró del aula y Borges continuó con su clase, pero como la llave de luz está afuera, el guevarista le cortó la luz al aula. Borges, que era ciego, siguió como si nada dando su clase, hasta que un alumno le advirtió lo que había pasado:
-Maestro, cortaron la luz.
Dijo entonces el autor de El Aleph:
-En previsión de este día he tomado la precaución de quedarme ciego.
Borges fue el único profesor de la UBA que no interrumpió las clases ignorando el duelo de ese asesino que acababa de morir.

viernes, 10 de octubre de 2014

Biografías: El pacto para no dejar descendencia Hitler

El asombroso pacto de los Hitler


La existencia de Hitler probablemente sea una mancha que la humanidad pretende dejar atrás para siempre lo antes posible; imaginemos entonces lo que significará para aquellos que deben llevar la carga del apellido del dictador. Es por esta razón que, según señalan algunas fuentes, la actual generación de familiares habría hecho un pacto para no dejar descendencia, librando así al mundo de una herencia indeseable. La revista francesa Paris Match cuenta acerca de la vida de Alexander, Louis y Brian, quienes residen en Long Island, EEUU, y son hijos de William, un sobrino del dictador alemán. Ellos, que han pasado buena parte de sus vidas en un vecindario en el que residen numerosos judíos, ocultando su apellido, afirman que “habríamos vivido mejor si no fuésemos descendientes de Hitler”.



Ante la pregunta del periodista acerca del supuesto pacto para no dejar descendencia, la respuesta, con la rispidez característica de su linaje, sembró la ambigüedad: “La única regla que tenemos es no hablar con periodistas”. Actualmente solo cinco parientes de Hitler siguen con vida: Alexander, Louis y Brian y dos hijos de su media hermana Angela, Peter Raubal y Heiner Hochegger, quienes ya han alcanzado la vejez sin tener descendencia. Sobre William, el padre de los desafortunados Hitler, se dice que luego de intentar, en vano, aprovecharse del ascenso de Hitler, quiso chantajear al Führer amenazándolo con publicar documentos que demostraban que era judío. Luego viajó junto a su madre a EE.UU, y en la Segunda Guerra Mundial sirvió en la Armada estadounidense al servicio de las tropas aliadas. Una vez finalizado el conflicto, se borró el apellido Hitler y adoptó el de Stuart-Houston.



FUENTE E IMÁGENES
RT; MashiTimes

jueves, 9 de octubre de 2014

Kissinger pensaba bombardear Cuba

Henry Kissinger planeó en 1976 bombardear y minar Cuba
El libro 'El canal oculto hacia Cuba' desvela que el plan de EE UU de atacar la isla era una respuesta a la ayuda de Castro a Angola
VICENTE JIMÉNEZ - El País



Kissinger, en la Casa Blanca en 1971. / TOM BLAU (CORDON PRESS)

El secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger estuvo a punto de desencadenar un conflicto de impredecibles consecuencias con la Unión Soviética en 1976 por culpa de las siempre tormentosas relaciones con Cuba. Kissinger planeó ese año, durante la Administración del presidente Gerald R. Ford, minar y bombardear los puertos de la isla y sus instalaciones militares en respuesta a la decisión de Fidel Castro de enviar tropas a Angola. El plan contemplaba una respuesta militar soviética, lo que habría desembocado en una “guerra general”. Al final, el ataque, pensado para después de las elecciones de 1976, no se produjo, ya que las urnas dieron la victoria al demócrata Jimmy Carter.

El relato se sustenta en documentos desclasificados este miércoles, contenidos en el libro Back Channel to Cuba (El canal oculto hacia Cuba), de los investigadores William M. Leogrande y Peter Kornbluh, que narra las negociaciones y contactos secretos entre Washington y La Habana desde la revolución de 1959. El libro se presentó este miércoles en el Hotel Pierre de Nueva York, escenario de uno de los muchos encuentros nunca contados entre representantes de ambos países.

Si decidimos atacar, no podemos fallar. No podemos quedarnos a medias”
Henry Kissinger
Kissinger, en una reunión celebrada el 24 de marzo de 1976 con los principales asesores de seguridad, entre ellos el futuro secretario de Defensa Donald Rumsfeld comentó: “Si decidimos atacar, no podemos fallar. No podemos quedarnos a medias”. Kissinger se refería a otras acciones encubiertas promovidas por EE UU para derrocar a Castro, como Bahía Cochinos en 1961. “Creo que vamos a tener que machacar a Castro”, dijo Kissinger al presidente Ford en un encuentro en la Casa Blanca el 25 de febrero de ese mismo año, según el memorando de la reunión. “Pero no podemos hacerlo antes de las elecciones [presi-denciales de 1976]”, añadió. “Estoy de acuerdo”, respondió Ford.

Atacar Cuba era la última opción si otras medidas de presión no lograban hacer desistir a Castro de intervenir en otros países africanos tras su implicación para ayudar al Movimiento Popular para la Liberación de Angola de Antonio Agostinho Neto frente a los ataques de grupos insurgentes apoyados por Estados Unidos y el régimen racista de Sudáfrica. El plan ordenado por Kissinger contemplaba también el envío de marines a la base de Guantánamo para “aplastar y humillar” a los cubanos.

Kissinger, que fue secretario de Estado de 1973 a 1977 y ahora tiene 91 años, planteó el ataque para evitar que Washington diera una imagen de debilidad por sus debates internos ante la retirada de la guerra de Vietnam. “Si se extiende la percepción por el mundo de que estamos tan debilitados que no podemos hacer nada con una isla de ocho millones de habitantes, entonces dentro de tres o cuatro años tendremos una crisis real”, dijo Kissinger en la reunión de marzo con los consejeros de seguridad. Asimismo, el secretario de Estado estaba muy irritado por los frustrados esfuerzos de acercamiento , con reuniones secretas entre representantes de Washington y La Habana en el aeropuerto La Guardia de Nueva York y un encuentro de tres horas en julio de 1975, el primero a ese nivel, en el citado Pierre Hotel de Manhattan.

La posibilidad de que un ataque a Cuba provocara un conflicto armado con Rusia también fue tenida en cuenta. Según el plan, “una nueva crisis cubana no conduciría a una retirada soviética”. De ahí que el documento advirtiera: “Las circunstancias que podrían llevar a Estados Unidos a una operación militar contra Cuba deben ser lo suficientemente graves como para justificar posteriores medidas de preparación para una guerra general”.

Si se extiende la percepción de que estamos tan debilitados que no podemos con una isla, entonces tendremos una crisis real”
El libro tiene un capítulo dedicado a los países que ayudaron a mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Entre ellos, se cita expresamente a España. Peter Kornbluh explicó a EL PAÍS cómo “el dictador Francisco Franco se ofreció en los primeros años 60 a actuar como intermediario, y cómo Estados Unidos reclamó la ayuda de España al final de esa década”.

El libro narra las gestiones del secretario de Estado Dean Rusk, siguiendo órdenes del presidente Lyndon B. Johnson, para solicitar al Gobierno español en 1967 que entregara un mensaje “muy especial” a Castro, dadas las buenas relaciones de Madrid y La Habana. Exteriores envió a Cuba al diplomático Adolfo Martín-Gamero. La mediación no dio resultados, pero “fue un serio esfuerzo por intentar calmar a Castro en un momento en que el Che Guevara había sido asesinado en Bolivia”, explica Kornbluh. El mensaje especial era, que, en virtud de lo sucedido con el Che, Cuba debía alejarse de la órbita soviética. Si Castro aceptaba, Washington estaba dispuesto a levantar el embargo.

En otro capítulo sabroso se cuentan los esfuerzos de personajes famosos para mejorar las relaciones entre los dos países. Entre ellos, el premio Nobel Gabriel García Márquez, que medió en la crisis de los balseros de 1994; el expresidente Carter; y el fallecido expresidente de Coca Cola Paul Austin.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Vida civil: Los sanitarios en la historia británica

TOP 10 DE SANITARIOS A través del tiempo
Publicado por: Amy Commander


Reconstrucción de los baños en Housesteads Roman Fort por Philip Corke

No es glamuroso, pero todo el mundo tiene que hacerlo. Desde Romanos chismes en el retrete al medieval real inferior-limpieza, a la invención de nuestro moderno inodoro, aquí hay 2.000 años de historia inodoro!

1. Housesteads Roman Fort, Muro de Adriano: Todos juntos ahora ... 

Los aseos romanos mejor conservados de Gran Bretaña están en Housesteads Roman Fort en la Muralla de Adriano. En su apogeo, el fuerte fue guarnecida por 800 hombres, que utilizarían el bloque loo todavía se pueden ver hoy en día. No había cubículos, así que los hombres se sentaron uno junto al otro, libre a los chismes sobre los acontecimientos del día. Ellos no tienen papel higiénico o bien, por lo que muchos utilizan una esponja en un palo, se lava y compartido por mucha gente - encantador!


Baños romanos en Housesteads Roman Fort en la Muralla de Adriano

2. Old Sarum, Wiltshire: Instalaciones de lujo, hasta que tenga que limpiar ... 

Estos pozos negros profundos sentaron debajo del castillo normando en Old Sarum, probablemente por debajo de las habitaciones llegado de la gama principal, como baños privados. En el período medieval castillos de lujo fueron construidos con aseos interiores conocidas como 'garderobes', y los residuos cayeron en un hoyo abajo. Era el trabajo del 'Gongfarmer' para eliminarlo - uno de los trabajos smelliest de la historia? En Old Sarum la Gongfarmer se colgaba de una cuerda atada alrededor de su cintura, mientras vaciaba los dos pozos de 5m.


Las fosas Garderobe en Old Sarum

3. Castillo de Dover, Kent: El wee real 

Henry II se aseguró de que el castillo de Dover estaba bien provisto con garderobes. Él tenía sus propias instalaciones en la suite de la cama-cámara de director. Al igual que con muchos castillos de la época, por debajo de las rampas garderobes fueron construidos de manera que los residuos se cayó en un pozo que podría ser vaciado desde fuera del edificio.

Nobleza medieval probablemente tendría un 'novio de la materia fecal "- un siervo importante dentro del hogar responsable de hacer la experiencia cómoda para su empleador, y borrado de fondo!


Dormitorio de Enrique II en el castillo de Dover

4. Castillo Goodrich, Herefordshire: La torre de aseo 

En el Castillo de Goodrich hay toda una torre dedicada a hacer su negocio. La torre garderobe fue construido en la Edad Media para reemplazar una pequeña letrina sola, y la supervivencia de como gran ejemplo es extremadamente raro en Inglaterra en Gales. Los aseos se podía acceder desde el patio de una de tres puertas, lo que lleva a los 'cubículos'. Podría haber habido más de un asiento en cada cámara.


Torre Garderobe en el castillo de Goodrich - la torre central

5. Castle Orford, Suffolk: Un urinario Norman 

Garderobes son bastante comunes en los castillos medievales, pero urinarios son un poco más inusual. Castillo de Orford de Enrique II fue construido como una demostración de poder real, y para guardar el concurrido puerto de Orford. La policía - un funcionario real superior a cargo del castillo - tenía su propia habitación privada, que tiene un urinario integrado en la muralla del castillo de espesor.


Norman urinario en el castillo de Orford

6. Muchelney Abbey, Somerset: loo tejado de paja para los monjes 

Muchas ruinas de la abadía medieval de todo el país incluyen los restos de las letrinas o 'reredorter' (que significa literalmente "en la parte posterior de la residencia '), incluyendo Muchelney Abbey, Castillo de Acre Priory y la Abadía de batalla. En Muchelney el edificio sobrevive con un techo de paja, lo que es el único de su tipo en Gran Bretaña. Los monjes entrar en el bloque de retrete a través de su dormitorio y ocupar su lugar en un cubículo - aún se pueden ver las fijaciones de la banca y las particiones entre cada asiento.


Letrinas de los monjes de la Abadía de paja 'Muchelney

7. Jewel Tower, Londres: El Palacio Privado 

Un precioso supervivencia del Palacio medieval de Westminster, Torre de las Joyas era parte de la "Privado Palace ', la residencia de los reyes medievales y sus familias del 11 al siglo 16. Se estaba bien abastecido con garderobes, con uno en cada una de las tres plantas. Como la torre albergaba el tesoro real, mientras estaba sentado en el retrete que podría haber disfrutado de las vistas más rico en el reino!


Puerta en Torre de las Joyas

8. Antiguo Wardour Castle, Wiltshire: 'Un nuevo discurso de un sujeto rancio' 

El precursor a nuestro moderno inodoro fue inventado en Old Wardour Castle. El inventor Sir John Harington se reunió con otros cinco en el castillo para hablar de su idea por primera vez en 1592 Sir John podría haber sido influenciado por la situación de plomería en Old Wardour - en el siglo 14 el castillo fue construido con lujo 'en- suites 'para muchas de las cámaras importantes, pero a finales del siglo, era más probable que cause sólo un gran escándalo ya que ambos ejes y desagües frecuentemente bloqueadas.


Antiguo castillo de Wardour

9. Audley End House, Essex: Rubor Feeling 

Junto con muchos otros avances tecnológicos, Audley End fue una de las primeras casas de campo en Inglaterra para tener inodoros. El primero de los nuevos retretes valor bisagras de Joseph Bramah fue comprado en 1775, y otros 4 fueron comprados en 1785 a un costo equivalente a los salarios de dos criados durante un año entero! Aunque ninguno de los inodoros Bramah sobrevivir, hay otros dos aseos principios de la década de 1870, una al lado de la capilla y otra en la Galería de Carbón.


Aseo en Audley End (estructura a la derecha)

10. Brodsworth Hall, South Yorkshire: Thunderboxes 

En el interior de la elegante casa de campo victoriana de Brodsworth Salón casi todo ha quedado exactamente como era cuando todavía era una casa de familia. Así que, así como el gran mueble, también hay de todo, desde los inodoros de la década de 1840 a ​​un cuarto de baño rosado moderno de los años 1960/70. Un punto a destacar tiene que ser los thunderboxes ras - esencialmente cajas de caoba con un agujero, y un mango de latón para el lavado - parte de los arreglos sanitarios originales en la década de 1860.


Thunderbox en Brodsworth Salón

English Heritage

martes, 7 de octubre de 2014

El duelo de Lucio V. López

Famoso y trágico duelo en Buenos Aires
En 1894, a poco de dejar su cargo de interventor federal, Lucio V. López se vio forzado a batirse con un militar a quien habían afectado sus disposiciones. El autor de "La gran aldea" resultó muerto en el lance, ante el estupor público.

Carlos Páez de la Torre H - LA GACETA



EN LA QUINTA DE DELCASSE. El fotógrafo de "Caras y Caretas" captó la escena, durante uno de los tantos duelos que tuvieron como escenario esa propiedad.


En la segunda mitad del siglo XIX, Buenos Aires fue escenario de numerosos duelos, a sable o a pistola. Raramente ocurría una muerte en esos lances: fue una penosa excepción el caso del periodista Pantaleón Gómez, a quien Lucio V. Mansilla acertó una bala en el corazón, en 1890. Por regla general, todo terminaba sin consecuencias, descontando algún arañazo menor. Don Carlos Delcasse solía facilitar su quinta, para "lavar el honor" en los discretos jardines.

Mimado por la vida

Lucio V. López podía considerarse un mimado de la vida política, social y literaria porteña. Era hijo del historiador Vicente Fidel López y nieto de Vicente López y Planes, el autor del Himno Nacional: había nacido en 1848 en Montevideo, durante el exilio de los padres. Se doctoró en Jurisprudencia, viajó a Europa, enseñaba en la Universidad -escribió importantes libros de historia y de Derecho Público- y ejercía con entusiasmo el periodismo.

La "Revista del Plata" y "El Nacional" cobijaron los escritos de este "periodista temible por el empuje del ataque y las mil puntas aceradas de su sátira implacable", según su amigo Martín García Mérou. Inclusive fundó un diario, "Sud América", asociado con Carlos Pellegrini, Delfín Gallo y Paul Groussac. Y sabido es que tentó con gran éxito la novela: "La gran aldea" es una entretenida y burlona evocación costumbrista de Buenos Aires.

Medida del interventor

Pero a López también le gustaba con fervor la política. Desde mediados de la década de 1870 fue, sucesivamente, diputado a la Legislatura, diputado nacional, miembro de la Junta Revolucionaria en 1890 y ministro del Interior, por un mes, en 1893. Fue al dejar ese cargo que el presidente Luis Sáenz Peña lo designó, en mala hora, interventor federal en la Provincia de Buenos Aires.
 Se ha escrito mucho sobre lo que sucedió después. Groussac lo sintetiza. Como interventor, "el doctor López debió proceder administrativamente contra numerosas personas comprometidas en torno al Banco Hipotecario, por operaciones que él juzgaba irregulares. Entre aquellas se encontraba el coronel Carlos Sarmiento. Los tribunales acogieron el asunto, Sarmiento fue arrestado, condenado en primera instancia y absuelto por la Cámara de Apelación".

"Proceda"

El militar, de 33 años, consideró siempre que López lo perseguía por razones de ambición política y de encono personal. Y ni bien salió libre, publicó en "La Prensa" una terrible carta dirigida al ex interventor. El texto llameó en la edición del 27 de diciembre de 1894.

"Usted ha pretendido manchar a un hombre y a un apellido a quienes debe respeto, y sólo ha logrado comprobar la fama de hombre díscolo, perverso y cobarde de que goza en el país", decía un párrafo. Al final, le enrostraba que "en su patria nativa, como en esta hospitalaria tierra donde vino a buscar fortuna, ha conquistado usted lo único que merece: el desprecio al intrigante clandestino". La última palabra indicaba que esperaba un duelo. "Proceda", terminaba lacónicamente.

Ante la carta injuriosa, López podría haber acudido a los tribunales. Pero, explica Groussac, "desdichadamente se hallaba en una situación particular". Si bien lo quería y lo admiraba la gente de mayor relieve, "durante su brillante carrera había cosechado muchas enemistades: tenía numerosos enemigos, sobre todo entre los que no podían sino envidiarlo". Había "gente vulgar que lo creía incapaz de arriesgar la vida en defensa de su honor". Así, creyó que no existía sino una manera de "mantener respetuosos a los insolentes y a los bravucones", y no vaciló en retar a duelo a Sarmiento.

Designó padrinos a los generales Lucio V. Mansilla y Nicolás Levalle. Como éste se excusó, fue reemplazado por Francisco J. Beazley. Horas después, ambos avisaron a Sarmiento que esperaban, en el Círculo de Armas, a los representantes que designase. El general Francisco M. Bosch y el contraalmirante Daniel de Solier fueron los elegidos por el ofensor. Bosch había estado en Tucumán meses atrás, enviado para sofocar sin miramientos la revolución armada de la Unión Cívica Radical.

Con pistola, a 12 pasos

Los padrinos se reunieron. Más tarde, tanto Mansilla como Bosch dijeron que, en primera instancia, habían tratado de evitar el encuentro. Pero Beazley insistió -coincidente con la apreciación de Groussac- en que López estaba resuelto a batirse "en salvaguarda de su honor tan brutalmente agredido, porque se había insinuado que él esquivaba su responsabilidad personal, y porque quería evitar incidentes callejeros que forzosamente debían producirse, provocados por su adversario, si él dejaba pasar en silencio la publicación".

Arreglaron que el lance tendría lugar en la población de San Martín, el 28 de diciembre, a las 11 de la mañana. Sería, dice el acta, "un duelo a pistola de arzón, a doce pasos de distancia, debiendo cambiarse dos balas y ser los disparos simultáneos y a la voz de mando". El general Bosch fue designado director del encuentro. Después se resolvió modificar la sede: no se batirían en San Martín, sino en el Hipódromo Nacional, en Belgrano.

Demasiado riguroso

En un artículo posterior de "Le Courrier Francais" Groussac criticaría severamente la actitud de los padrinos. A su criterio, si bien no tenían más camino que aceptar la decisión de López de batirse, no debieron "establecer esas condiciones excesivamente rigurosas, casi inevitablemente fatales".

En efecto, decía, "todos los códigos de duelo que conocemos enumeran los encuentros a pistola que, según Chateauvillard, son aceptados como legales. El duelo a menos de quince pasos no es considerado legal: es excepcional, inclusive para las más graves ofensas materiales".

A la hora señalada

López y Sarmiento -que no se conocían personalmente- llegaron en carruajes al Hipódromo, el viernes 28, poco antes de la hora fijada. Estaban ya los padrinos, los médicos Diógenes Decoud y Mariano Mason, los hijos de López y algunos amigos. Julián Martínez y Beazley se encargaron de alejar a José Fasse, el mayordomo del hipódromo. Le dijeron que querían estar tranquilos, porque venían a pasar "un día de jarana". Le indicaron que llevase a su familia al río, que se apostara en la puerta y que dejara pasar solamente a los carruajes, no así a gente de a pie. Tenía que avisarles que se dirigieran a la zona de las caballerizas. Fasse no objetó nada, ya que Martínez era presidente de la comisión del Hipódromo.

El general Bosch midió el terreno, fijando los puntos extremos en que debían colocarse los ahijados, a "doce pasos grandes" de distancia. Les advirtió que "debían hacer el disparo dentro del golpe de la tercera palmada". En el momento de cargar las pistolas, hubo una pequeña discusión entre Bosch y Mansilla sobre el tipo de proyectil. La zanjó el doctor Mason. Se usaría "la bala esférica, como menos peligrosa y más fácil de desinfectar".

El segundo disparo

Luego, colocados en sus lugares López y Sarmiento, dispararon las armas a la tercera palmada de Bosch. Estaban ilesos. "En ese minuto de gracia que quiso obsequiarles la fatalidad, estos cuatro padrinos, todos bravos y de bravura conocida, no tuvieron la feliz inspiración de detener el combate", lamentaría Groussac. Era usual intentar una reconciliación luego del primer disparo. Según Alberto, el hijo de López, el general Mansilla lanzó entonces una de sus jocosidades: "¿Qué les parece un tirito más antes de amigarse?"

Sea o no cierta la anécdota, el hecho es que se volvieron a cargar las armas, resonaron nuevamente las tres palmadas de Bosch, y se efectuaron los disparos. Esta vez, Lucio V. López palideció, soltó la pistola y se tomó con ambas manos el costado derecho, del que empezaba a manar sangre en abundancia. Trató de caminar unos pasos, apoyado en el brazo de los amigos, pero se desmayó. "Esto es una injusticia", alcanzó a murmurar.

Muerte de López

Tras una primera cura en la enfermería, una ambulancia tirada por caballos a todo galope condujo a López a su casa, en Callao 1862. En la esquina de Rivadavia y Tercera, un agente detuvo el carruaje, porque le llamaba la atención el apuro. Los amigos de López se lo sacaron de encima, diciéndole que llevaban muy enferma a una tía de Mansilla, y que no podían perder tiempo. Sobre la baranda del "paddock" habían quedado las dos pistolas en su caja: las encontró la policía, que intervino rato después.

En pocos minutos, la cuadra de los López se llenó de carruajes, de los que descendían amigos con rostro angustiado. No era posible operar al herido, y los auxilios que le prestaron los médicos Alejandro y Máximo Castro, Llobet, Del Arca, Wilde, Centeno, Padilla y Costa no tuvieron efecto alguno. A las once de la noche, el padre O?Gorman le dio la extremaunción. El herido a veces salía de su sopor y hablaba. Eran la una y diez minutos de la madrugada cuando la vida abandonó el cuerpo del doctor Lucio V. López.

"Herida penetrante en el abdomen, con lesiones viscerales, complicada de shock traumático, hemorragia interna y peritonitis", fue la causa de la muerte, según el certificado de defunción. La bala había atravesado el cuerpo y estaba entre la ropa: Mansilla la recogió.

Tenía que morir López, escribió Groussac, "para demostrar que el honor y el talento no cuentan en este juego sangriento de la destreza y del azar: y que, en este ?juicio de Dios?, solamente Dios está ausente". Lo enterraron en La Recoleta. Los diarios calculaban que, a pesar de la fuerte lluvia, había dos mil personas congregadas en el cementerio.

Un "atavismo de barbarie"

Se escucharon discursos de Carlos Pellegrini, Miguel Cané, Carlos Rodríguez Larreta, y el joven Juan J. Beltrán por el Centro Universitario. Muy conmovido, Pellegrini dijo que la muerte de su amigo se había producido "en nombre de exigencias que acumulan un atavismo de barbarie, a cuya influencia todos hemos cedido casi inconscientemente". Los amigos de López costearon una estatua en mármol, "La Protesta", de Falguière, y la colocaron en su tumba, en el tercer aniversario del duelo.

En cuanto a las consecuencias, luego de un año de proceso y de apelaciones, el 31 de diciembre de 1895, la Cámara del Crimen falló condenando a Sarmiento a dos años de prisión, pago de costas e indemnización de daños. Rechazó el argumento del defensor de que el coronel no buscaba duelo sino una explicación sobre los agravios. La carta en "La Prensa" contenía "insultos gravísimos y repetidos, y su propósito evidente y notorio era conseguir que tuviera lugar un duelo", razonaba la benigna sentencia.

lunes, 6 de octubre de 2014

Las últimas posesiones de ultramar de España

Los últimos restos de las posesiones de ultramar españolas

por Javier Sanz


El Tratado de París de 1898, firmado el 10 de diciembre, ponía fin a la Guerra hispano-estadounidense -Desastre el 98- y daba la puntilla al Imperio ultramarino español. Mediante dicho tratado, España abandonó sus demandas sobre Cuba y declaró su independencia, y Filipinas, Guam y Puerto Rico fueron oficialmente cedidas a los Estados Unidos por 20 millones de dólares. Poco más tarde, nos caerían 100.000 dólares más por las islas Sibutú, Cagayán y Joló, olvidadas a la firma del tratado. Además, tras apoderarse de Guam de forma tragicómica y debido a las prisas por llegar a Manila (Filipinas), al capitán estadounidense Henry Glass se le “olvidó” tomar el resto de islas que formaban las Marianas y las Carolinas, y pudimos sacar 17 millones de marcos al vendérselas al Imperio alemán en 1899. Eran las últimas posesiones del Imperio ultramarino español… o puede que no.

Los archipiélagos de Os Guedes, As Coroas, O-Cea y Os Pescadores, situados en el océano Pacífico, fueron descubiertos y ocupados por los portugueses. Tras la Restauração de 1640, Portugal recuperaba la independencia de la monarquía hispánica de los Austrias y cedía los archipiélagos a nuestro país a cambio de una parte de las islas Molucas. Este conjunto y las islas de Ponape y Ascensión no se incluyeron en el tratado de 10 de diciembre de 1898 por lo que seguían siendo una posesión territorial de España.



Durante el franquismo, el diplomático del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Emilio Pastor y Santos descubrió que el Derecho Internacional amparaba a España y podía hacer legalmente una reclamación de soberanía sobre la llamada Micronesia española. A pesar del alto coste que habría supuesto ejercer su soberanía y el escaso valor estratégico y económico de aquellos simples atolones, la cuestión fue tratada el 12 de enero de 1949 en Consejo de Ministros, pero se desestimó cualquier reclamación al no pertenecer España a la ONU -no sería admitida hasta el 14 de diciembre de 1955- y por el temor a enfrentamientos con potencias como Estados Unidos o Japón.

Aunque no ha renunciado a su posesión de manera oficial, España nunca ha ejercido su soberanía sobre estos territorios ni los ha reclamado. En la actualidad, el atolón de Os Guedes, también conocido como la isla de Mapia, se encuentra bajo la jurisdicción de Indonesia; Os Pescadores (Kapingamarangi) y O-Cea bajo soberanía política de los Estados Federados de Micronesia, y As Coroas (Rongerik) bajo control de la República de las Islas Marshall.

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